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el estoico

las 4
virtudes estoicas
Una mini guía para ser mejor persona
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Introducción y bienvenida

Hola estoico, hola estoica. Bienvenido y bienvenida a la guía de las 4 virtudes


cardinales del estoicismo.

Esta es la primera guía que escribo sobre estoicismo y tengo una intención
muy clara: que sea fundamentalmente práctica y que puedas llevar a cabo los
ejercicios que te propongo desde el primer momento.

Ya existen muchísimos manuales de expertos en filosofía a los que te


recomiendo leer si quieres tener una base teórica. Sin embargo, creo que en la
actualidad existen demasiados tratados que ofrecen excesivo contenido
teórico y muy poco práctico.

Siguiendo la Ley de Pareto, ofrecen un 80% de teoría y un 20% de práctica,


cuando creo que debería ser al revés. Tener unas nociones teóricas es válido,
pero no sirve de nada si no se pone en práctica.

Eso es justo lo que quiero evitar en esta y futuras guías.

En muchas ocasiones se ha tildado al estoicismo de ser una filosofía aburrida y


carente de sentido del humor. Estoy de acuerdo hasta cierto punto, y si tuviera
que dar una definición propia de qué es para mí estoicismo, diría que es una
filosofía práctica que te enseña a:

1) Ser mejor persona: a través de las virtudes y disciplinas que vamos a tratar
en esta guía.

2) Encajar mejor los golpes de la vida: golpes que, nos guste o no, a todos nos
llegarán antes o después. Seguramente más de los que merezcamos, pero en la
mayoría de los casos no podremos hacer nada para evitarlo.

Estas dos caras de la misma moneda representan para mí justo lo que


necesitaba la primera vez que oí a Tim Ferriss hablar de estoicismo como un
sistema operativo para vivir mejor. Ese día supe que estaba ante algo grande, y
así ha sido hasta el día de hoy.
En esta guía nos centraremos fundamentalmente en la primera parte de la
definición: cómo ser mejor persona. Más adelante, si la guía tiene buena
acogida, haré una segunda parte sobre cómo encajar mejor los golpes de la
vida a través del estoicismo.

Como te prometí, vamos a ver cuáles son las Cuatro Virtudes Estoicas y cómo
podemos entrenarnos en ellas.

¡Espero que te guste!


las 4 virtudes estoicas

Las Cuatro Virtudes Estoicas son los cuatro puntos cardinales por los que los
estoicos se guiaban para ser mejores personas y perfeccionar el arte de vivir
bien. A lo largo y ancho de sus obras, podemos encontrar diferentes alusiones
a estas virtudes. Veamos algunas:

- “Imperturbabilidad con respecto a lo que acontece como resultado de una


causa exterior y justicia en las cosas que se producen por una causa que de ti
proviene” - Marco Aurelio, en “Meditaciones”, sobre la justicia.

- “Aquel que es valiente, es libre” - Séneca, en “Cartas a Lucilio”, sobre el coraje.

- “Guarda silencio la mayor parte del tiempo y habla para decir cosas
necesarias y con pocas palabras, pero sólo de vez en cuando, cuando la ocasión
se brinde, y no sobre cualquier tema”. - Epicteto, en “Manual de vida”, sobre la
virtud de la Prudencia o Sabiduría Práctica.

Estos son tan solo algunos ejemplos, pero hay cientos más. Para entender
mejor cómo se conjugan estas cuatro virtudes, he creado la siguiente imagen:
sabiduría práctica: definición
Este concepto viene de la palabra griega “Phrónesis”, que se traduce como
Sabiduría Práctica, pero también como Prudencia.

Los estoicos entendían la “Phronêsis” como la capacidad de discernir qué es lo


que debemos hacer y qué es lo que no debemos hacer, como un paso crucial
dentro de nuestro camino a una vida más virtuosa. Aplicando la Sabiduría
Práctica seremos capaces de discernir cuál es la mejor vía de actuación en cada
momento. Podremos distinguir qué es lo que debemos hacer de lo que no,
aplicando la virtud en lo que podemos controlar, aceptando con serenidad lo
que no.

La Sabiduría Práctica era la virtud más importante para los estoicos porque
todas las demás fundamentan su existencia en seguir el curso de acción más
apropiado. En última instancia, esta virtud nos ayuda a decidir si vamos a ser
justos o injustos, valientes o cobardes, a saber parar cuando ya tenemos
suficiente y a retrasar el placer inmediato por una meta a largo plazo.
Si la Sabiduría Práctica es la virtud, su opuesto, el vicio, es la ignorancia. Hacer
lo incorrecto en el momento equivocado, una y otra vez. Desear que ocurra
aquello que no podemos controlar, en lugar de aceptar lo que ocurre. Meter la
pata porque no hemos pensado antes de actuar.

La Sabiduría Práctica se va fraguando a fuego lento con la experiencia, el


aprendizaje y el paso del tiempo. No podemos pretender ser personas sabias
con 20 años, pero tampoco debemos esperar hasta los 60 para serlo. Cuanto
antes empecemos a entrenarnos en esta virtud, antes cosecharemos sus
resultados.

Desde muy jóvenes, podemos aprender realmente de nuestros errores si


reflexionamos sobre ellos y establecemos estrategias para no volver a
cometerlos. El conocimiento sin acción no sirve demasiado, pero la acción sin
reflexión tampoco.

La buena noticia es que no podemos aprender sólo de nuestros errores, sino


también de los que cometan los demás. Simplemente necesitamos prestar
atención a nuestro entorno y analizar la realidad sin añadir juicios de valor. Si
somos capaces de desarrollar la habilidad de aprender de cada situación y de
reflexionar cuál podría haber sido la forma más sabia y virtuosa de haber
actuado, en poco tiempo comenzaremos a notar sutiles cambios en nuestra
forma de percibir y actuar en el mundo.

ejercicio para entrenar la sabiduría


práctica en la vida cotidiana

Aquí no hay trucos, hacks, caminos cortos, ni medias tintas. O lo hacemos o no


lo hacemos. No existe un 50%.

Sabiendo esto, te adelanto que es difícil poner en práctica este ejercicio, pero
no conozco otro camino. Al principio te costará trabajo, te olvidarás de hacerlo
o harás lo contrario de lo que quieres y te arrepentirás después. Y no pasa
absolutamente nada. Es el camino del aprendizaje.
El primer ejercicio es muy sencillo:

Ante cada decisión que tengas que tomar en la vida, pregúntate: ¿qué haría
una persona sabia?

Ejemplos:

- Estás en una comida familiar y sale un tema de conversación delicado. Te


piden tu opinión al respecto. Debes evaluar entre dar tu opinión o quedarte
callado, ¿qué haría una persona sabia?

- Tienes que tomar una decisión importante en tu carrera profesional, ¿qué


crees que haría una persona como Marco Aurelio o Séneca?
justicia : definición

El concepto de Justicia viene de la palabra griega Dikaiosune, que también se


traduce como “Moralidad”.

En este sentido, nuestra palabra moderna "justicia" parece demasiado formal o


demasiado limitada para lo que los estoicos querían decir. Para los estoicos, la
Justicia no solo significa lo que está de acuerdo con las leyes, en el sentido
legal del término, sino lo que es moral en nuestras relaciones con los demás en
general.

En el pasado, por lo tanto, a menudo se ha traducido más ampliamente como


"moralidad", o algunos autores modernos simplemente se refieren a ella como
una virtud social o una virtud moral. Su opuesto ocurre cuando somos injustos
o hacemos daño moral a otra persona.

El concepto de Justicia engloba numerosas referencias a la bondad,


benevolencia o buena voluntad hacia los demás que se encuentran en los
escritos estoicos, particularmente en las "Meditaciones" de Marco Aurelio:

“En cada acción, pregúntate: ¿Cómo es ésta respecto a mí? ¿No me arrepentiré
después de hacerla?”

Para entender la diferencia entre la Justicia y la Sabiduría Práctica podemos


ver la Justicia en gran medida como la sabiduría moral aplicada a nuestras
acciones, particularmente en relación con otras personas individualmente o
con la sociedad en general.

Se trata de pararnos un momento a entender que no estamos solos en el


universo, y que nuestras acciones desencadenan una serie de circunstancias
que pueden afectar a otras personas.

El concepto de “Sympátheia”, que veremos más adelante en el desafío, está


relacionado con esta idea de Justicia. Significa que todos estamos
interconectados en este mundo, y Marco Aurelio lo refleja a la perfección en la
siguiente frase:

“Lo que no beneficia a la colmena, no beneficia a la abeja”.


Cuando decidimos cómo actuar, debemos considerar cuál será el impacto de
dicha acción en la sociedad, sin esperar nada a cambio. Para los estoicos, la
recompensa de actuar con virtud es la propia virtud, y si estamos actuando con
Justicia por esperar algo a cambio, debemos revisar cuál es la naturaleza
verdadera de nuestras intenciones.

Podemos practicar la virtud de la Justicia preguntándonos ante una acción:


¿Qué haría una persona buena y justa? ¿Cómo afecta esta actuación a los
demás? ¿Qué haría Marco Aurelio si estuviera en mi lugar?”

Ejercicio para entrenar la justicia en


la vida cotidiana

Entendiendo justicia/moralidad como hacer el bien, y no el mal.

Cuando te enfrentes a una decisión, piensa: “de todas las opciones posibles que
tengo ante mí, ¿cuál es la más justa/moral?”. ¿Qué haría una persona justa?
¿Qué haría XXX? (Sustituye XXX por el nombre de una persona a la que tú
consideres justa/moral).

Muchas veces nos engañamos a nosotr@s mism@s porque, cuando estamos


sol@s y no nos ve nadie, tendemos a hacer cosas que normalmente no
haríamos en público. En ocasiones está bien si no tiene repercusiones más allá
del momento, no estoy sugiriendo que nos castiguemos siempre.

Pero si esa acción, aparentemente inocente, puede tener consecuencias más


allá del momento, está bien plantearse una serie de preguntas.

Una clave que he descubierto, y que funciona muy bien para mí es


preguntarme: ¿Qué haría si alguien más me está viendo? Si esta persona
supiera, ¿se sentiría orgullosa de mí?

Ahí van algunos ejemplos:

- Vas a tirar la basura y el contenedor de los plásticos está un poco más lejos, y
no te apetece llevar las bolsas con tus plásticos hasta allí. Total, no te va a ver
nadie, y por una vez no pasa nada. ¿Qué harías si tu mujer/marido (con el/la
que acordaste reciclar) te estuviera viendo?
- Te has comprometido con tu pareja a hacer ejercicio 3 días por semana. Por
cada semana que no hagas ejercicio 3 veces, tienes que meter 5 euros en una
hucha. Pero ahora tu pareja se encuentra fuera por un viaje de negocios y esta
semana no has cumplido tu compromiso de hacer ejercicio 3 veces. ¿Metes los
5 euros en la hucha o le dices que has cumplido?

Piénsalo bien, porque detrás de estas decisiones aparentemente inocentes


pueden ocultarse otra serie de problemas que tarde o temprano saldrán a la
superficie.
templanza: definición
Del término griego Sophrosyne, traducido como templanza o moderación.

Se entiende como la moderación en relación con los deseos y placeres, y


también como disciplina. El estado por el cual uno elige y es cauteloso acerca
de lo que debería hacer o no.

Este también es un término algo difícil en algunos aspectos, ya que se refiere a


moderación o autodisciplina / autocontrol, pero también a autoconsciencia. Es
decir, el autocontrol jugaría un papel central aquí, ya que es necesario para
ejercer la moderación.

Los estoicos pensaban que la disciplina y la moderación era crucial para


actuar con virtud, pero también para dejar de actuar conforme a los vicios. Si
no somos capaces de conducir nuestra conducta con rectitud, otros lo harán
por nosotros.

Éste era uno de los principios vitales por los que regían su conducta: “Todo,
con moderación”.

Epicteto fue un estoico que habló mucho de este concepto, y dijo que la
Templanza implica el conocimiento de "lo que debería elegirse o evitarse" en el
dominio de los impulsos. Nos pregunta: "Si anhelas llegar a ser diestro en el
arte de vivir con prudencia, ¿crees que puedes comer y beber en exceso?"

Ser moderados es examinarnos a nosotros mismos para saber cuál es nuestro


límite. Cuándo debemos detenernos y cuándo podemos continuar. No hacer
nada en exceso. Hacer lo correcto en la cantidad correcta y de la manera
correcta.

Como en el resto de las virtudes, también ayuda hacerse una serie de


preguntas en el momento adecuado. Por ejemplo, cuando vayas a cenar,
pregúntate: ¿Cuánta hambre tengo? ¿De verdad tengo tanta hambre como
para llenarme el plato hasta arriba?

También es buena idea pensar en una persona a la que consideremos


moderada o disciplinada: ¿qué haría en esta situación? ¿Cómo nos hace sentir
una persona que habla poco de sí misma, te pregunta sobre ti y escucha con
atención nuestra respuesta?
En definitiva, la virtud de la templanza es el arte de saber decir “basta” a
tiempo. Has hablado suficiente, ahora escucha. Has comido suficiente, no
tienes más hambre. Has bebido suficiente, para aquí.

Como decía Marco Aurelio, debemos preguntarnos: “¿Es esto necesario?”

Ejercicio para entrenar la templanza


en la vida cotidiana
Como acabamos de explicar, para ser capaces de ejercitarnos en la templanza,
primero debemos ser conscientes y disciplinados. Por ello, lo ideal, antes de
enfrentarte a una situación que creas que va a requerir de tu autocontrol, te
animo a que te vayas a un lugar donde puedas estar a solas durante cinco
minutos y hagas el siguiente ejercicio:

- Cierra los ojos, y respira. Concéntrate en tu respiración, en cómo entra y sale


el aire. No juzgues si la respiración es larga o corta, demasiado o poco
profunda, simplemente céntrate en notar lo que sientes.

- Ahora, cuando hayas hecho unas 10 respiraciones, concéntrate en la parte de


tu cuerpo/alrededor que creas que más vas a necesitar en tu autocontrol (por
ejemplo, en el estómago si vas a comer, o en los sonidos que escuchas si vas
después a una reunión) y date cuenta de las sensaciones. ¿Tienes tanta
hambre como pensabas? ¿Te puedes centrar en el sonido sin que tus
pensamientos te interrumpan durante más de 20 segundos?

Como en el resto de las virtudes, también ayuda hacerse una serie de


preguntas en el momento adecuado.

Ejemplos:

- Cuando vayas a cenar, pregúntate: ¿cuánta hambre tengo? ¿De verdad tengo
tanta hambre como para llenarte el plato hasta arriba?

- Piensa en una persona que consideres prudente/moderada, ¿qué haría en


esta situación?

- ¿Qué haría una persona que tiene la situación bajo control?


coraje: definición
Concepto derivado del griego Andreia, que significa fortaleza, coraje.

Esta es una de las virtudes más simples de explicar y entender, aunque no está
exenta de matices. Significa coraje, aunque los estoicos también extienden su
significado para incluir la resistencia al dolor y la incomodidad en general. La
virtud del coraje nos permite soportar el miedo y el dolor, y su opuesto, el
vicio, es la cobardía. También la temeridad, enfrentarnos a algo que sabemos
que no podemos vencer.

Ponerse delante de un león no es ser valiente, es estar loco.

La virtud del Coraje no sólo se refiere al dolor físico, sino también al


emocional. Principalmente, al dolor que se deriva de poder perjudicarnos con
nuestras propias acciones, especialmente si las llevamos a cabo para lograr un
fin común mayor a nosotros mismos.

Los estoicos tenían profundamente arraigado que debían hacer lo que fuera
más beneficioso para el conjunto, aunque ellos salieran peor parados. El
Coraje estoico no implica la ausencia de miedo, sino actuar correctamente a
pesar de tener miedo.

Paradójicamente, esta virtud del Coraje no puede existir sin al menos algún
rastro de miedo y dolor que no hayamos dominado previamente, y los estoicos
insisten en que incluso el Sabio requiere coraje constantemente.

“A veces incluso vivir es un acto de coraje”, dijo Séneca.

Por lo tanto, para superar el dolor y el miedo, antes debemos de haberlos


experimentado. Debemos haber vivido también la decepción que conlleva el
sentir que no le hemos hecho frente con coraje a algo que parecía temible,
pero que luego no era para tanto. Cada vez que no actuamos como sabemos
que deberíamos hacerlo, nos estamos traicionando a nosotros mismos y ese
miedo, lejos de disminuir, se hace más grande.
El miedo no se vence con lógica, sino con acción. Cuando actuamos a pesar del
miedo, nos damos cuenta de que el miedo era más grande en nuestra
imaginación que en la realidad, y nuestra confianza aumenta. No se trata de
que nos tiremos desde lo alto de un acantilado, sino de ir exponiéndonos a
pequeñas dosis de miedo e incomodidad cada día. Haciendo cosas que no nos
apetezcan, saliendo de nuestra zona de comodidad, eligiendo la opción que
requiera un pequeño esfuerzo por nuestra parte.

Una vez más, hacerse las preguntas adecuadas en el momento oportuno es de


gran ayuda:

¿Estoy siendo valiente o cobarde? ¿Podría tomar una decisión algo más
arriesgada? En el caso de que todo saliese mal, ¿qué pasos tendría que
empezar a dar para volver a la situación deseada? ¿Qué haría una persona
valiente?

“Cuando confrontes una situación penosa, recuerda que es entonces cuando


tiene lugar el combate, es entonces cuando tienen lugar los Juegos Olímpicos,
que ya no es momento de echarse atrás, y que la ruina o la salvaguarda de tu
progreso moral se juega en un solo día, en cualquier momento”.- Epicteto.

Ejercicio para entrenar el coraje en


la vida cotidiana
Primero de todo, dándole un poco de claridad al asunto:

1) Ponle nombre a tus miedos. Escribe en una hoja: me da miedo hacer X.


Tengo miedo de que me pase X si Y.

2) Decide los riesgos que corres si te enfrentas a ese miedo. Al lado del miedo
que has definido antes, escribe: si hago X, puede pasarme X, Y, Z.

3) De 1 a 10 (siendo 1 lo menos malo y 10 lo peor), dale un valor a cada una de


las consecuencias que podrían darse si decides dar el paso y afrontar el miedo.
Por ejemplo: si hago X, puede pasarme Y, Y=5.

Lo vemos en la siguiente tabla para que puedas tener una idea más gráfica de a
qué me refiero:
Como siempre, también es de alta utilidad hacerse las preguntas correctas en
el momento preciso:

¿Estoy siendo valiente o cobarde?

¿Podría tomar una decisión algo más arriesgada?

En el caso de que todo saliese mal, ¿qué pasos tendría que empezar a dar para
volver a la situación deseada?

¿Qué haría una persona valiente?

Cuanto más indago en esto, más me doy cuenta de que la vida consiste en el
arte de hacerse las preguntas correctas.
Cómo encajan aquí las 3 Disciplinas
Estoicas
Hace poco en Instagram publiqué unas stories (que puedes encontrar como
Stories destacadas en mi perfil de Instagram (@elestoicoesp), donde hablaba
de las 3 Disciplinas Estoicas + 3 ejercicios para entrenarnos en cada una de
ellas.

Si me sigues desde hace poco, es posible que no las hayas visto, por lo que te
recomiendo que vayas a mi perfil a verlas y entenderlas mejor antes de seguir
leyendo.

1) La Disciplina de la Percepción: cómo vemos e interpretamos el mundo que


nos rodea a través de nuestros cinco sentidos.

2) La Disciplina de la Acción: cómo decidimos (consciente o


inconscientemente) y qué acciones tomamos en función de nuestra
percepción del mundo.

3) La Disciplina de la Voluntad: cómo encontramos la fuerza para afrontar lo


que la vida nos pone por delante, para lograr nuestros objetivos y para aceptar
las cosas con las que no podemos lidiar.

Estas 3 Disciplinas Estoicas son el punto de partida y, al mismo tiempo, el


camino que debemos seguir para mejorar en cada una de las 4 Virtudes que
hemos visto en esta mini-guía. Para que se entienda mejor, mira la siguiente
imagen con atención:
Las 3 Disciplinas Estoicas son necesarias para mejorar nuestra Sabiduría
Práctica:

A través de la Percepción podemos discernir qué es bueno y qué es malo.


A través de la Acción ponemos en práctica una buena acción o una mala.
A través de la Voluntad es como perseveramos realizando buenas acciones.

Las 3 Disciplinas Estoicas son necesarias para mejorar nuestra Justicia:

Gracias a nuestra Percepción podemos diferenciar qué es justo, moral y qué no


lo es.
A través de la Acción ponemos llevamos a cabo una acción justa o una injusta.
Es con la Voluntad como perseveramos realizando acciones justas/morales, y
aceptando qué no está bajo nuestro control dentro de una acción injusta.

Las 3 Disciplinas Estoicas son necesarias para mejorar nuestra Templanza:

A través de la Percepción podemos saber cuándo debemos parar, cuándo


sabemos que ya es suficiente.
Ejercitando la Acción decidimos parar, decidimos no realizar esa acción que
no es necesaria.
Con nuestra Voluntad nos mantenemos firmes en nuestras decisiones de parar
ahí, de perseverar en ser moderados.

Las 3 Disciplinas Estoicas son necesarias para mejorar nuestro Coraje:

Ejercitando nuestra  Percepción podemos darnos cuenta de cuándo estamos


siendo valientes y cuándo no.
Con la Disciplina de la Acción efectivamente llevamos a cabo aquellas acciones
que antes nos daban miedo, superándolo.
A través de la Voluntad es como decidimos ser valientes una y otra vez, no
dejándonos llevar por nuestros miedos internos.

Percepción + Acción + Voluntad = Sabiduría Práctica


Percepción + Acción + Voluntad = Justicia
Percepción + Acción + Voluntad = Templanza
Percepción + Acción + Voluntad = Coraje
Sabiduría Práctica + Justicia + Templanza + Coraje = Buena Persona
agradecimientos

Si has llegado hasta aquí, muchísimas gracias. Espero que esta mini guía te
ayude a tener una vida más fácil, más feliz y satisfactoria. Y, sobre todo, que te
ayude a convertirte en la persona que quieres ser.

Si te ha gustado esta guía, por favor házmelo saber. Con tu feedback me ayudas
mucho para saber si te gusta el contenido que estoy creando y, sobre todo, si te
ayuda a conseguir tus objetivos, que es de lo que se trata.

Hoy en día es más sencillo que nunca mantener un contacto humano gracias a
las redes sociales, por lo que me harías un gran favor si me escribes
diciéndome qué te ha parecido, si esperabas otra cosa, si me he enrollado
mucho, si te gustaría que fuera más práctico, etc.

Si lo prefieres, puedes enviarme un email a elestoico.com@gmail.com.

De verdad, estoy absolutamente abierto a cualquier sugerencia que pueda


impactar positivamente las vidas de l@s lector@s de El Estoico.

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Gracias de corazón por estar ahí.

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