Está en la página 1de 157

18/10/2020 Universite

SEGURIDAD CIUDADANA
Concepto de seguridad e inseguridad. Seguridad objetiva y subjetiva. Ley Orgánica 4/2015, de 30 de
marzo, de Protección de la Seguridad Ciudadana. Estructura. Disposiciones generales. Documentación
e identificación personal. Regulación administrativa de los estupefacientes y sustancias psicotrópicas.
Control de determinados tipos de armas (blancas, contundentes¿). Situaciones de emergencia.
Reuniones y manifestaciones. Controles policiales. Las identificaciones. Mantenimiento y
restablecimiento de la seguridad ciudadana. Régimen sancionador. Sanciones e infracciones.

Código: 8056
Tipo de asignatura: Obligatoria
Semestre: 1
Curso: 3
Titulación: Grado en Seguridad Pública y Privada

Créditos

Totales Teoría Práctica


Duración 4.5 3
1.5 S
Contexto

Departamento: Ciencia Jurídica

Materia: Seguridad Pública

Módulo: Ciencias de la Seguridad

Centro: Fac. CC. Sociales y Jurídicas Elche

Curso 2020/202

Imprimir guía docente Información

Información básica
Interés para la futura profesión

Las demandas sociales y los retos en el campo de la (in)seguridad ciudadana requiere de


profesionales capaces de comprender su complejidad y abordar este fenómeno de forma técnica
y científica. Por ello, desde esta asignatura se analizará la seguridad ciudadana como parte de un
concepto global de seguridad humana y desde una perspectiva jurídica y criminológica que
alcance a comprender cuales son sus principales dimensiones y los actores implicados, con una
especial y obligada referencia a las fuerzas y cuerpos de seguridad como institución protagonista.
Además, en esta asignatura se va a llevar a cabo un análisis completo de cuestiones como el
ejercicio de las diferentes potestades policiales y medidas de seguridad, la regulación y régimen

https://universite.umh.es/asignatura/ECTS/8056?are=0170&caca=2020&blo=3 1/2
18/10/2020 Universite

sancionador de conductas tipificadas en la la Ley Orgánica 4/2015 así como los principales
delitos contra el orden público (desórdenes públicos, reuniones y manifestaciones ilícitas,
tenencia de armas prohibidas, etc.)

Evaluación

La evaluación de la asignatura se realizará mediante:


- La realización de una prueba objetiva final tipo test, que puntuará hasta un 60% de la nota total
de la asignatura.
- La realización de actividades prácticas planteadas durante el curso, que puntuarán hasta un
40% de la nota total.
*Será necesario sacar un 5 (sobre 10) en la prueba objetiva final para sumar la nota de las
actividades prácticas.

Características de la prueba de evaluación

La prueba objetiva final es un examen tipo test, compuesto por 20 preguntas, con 4 alternativas
de respuesta.
En el caso de que se reproduzca la situación de aislamiento social excepcional por el COVID-19,
y sea necesario continuar la actividad docente de esta asignatura (en todas sus facetas, teórica,
práctica y de evaluación), en formato no presencial durante el tiempo que corresponda del curso
2020/2021 dicha prueba se realizará a través de modalidad no presencial con los mismos criterios
de evaluación y corrección.

Criterios de corrección

- La nota de la prueba objetiva final será calculada empleando la siguiente fórmula:


- Nota = ((nº respuestas correctas - (nº respuestas incorrectas / nº opciones de respuesta)) / nº
total de preguntas) · 10
- Las respuestas en blanco no descuentan.
- Será necesario sacar un 5 (sobre 10) en la prueba objetiva final para sumar la nota de las
actividades prácticas.
- Criterios de corrección de las prácticas: presentación del trabajo; inclusión de todos los
elementos estipulados; dominio y precisión en su formulación; coherencias entre los elementos;
capacidad de análisis y síntesis; opinión crítica del tema; incorporación de bibliografía; utilización
de citas biblográficas.

https://universite.umh.es/asignatura/ECTS/8056?are=0170&caca=2020&blo=3 2/2
Grado en
Seguridad Pública
y Privada

Seguridad Ciudadana
Sesión 1: Conceptualización y análisis de la seguridad ciudadana.

Prof. Marc Pintor


DOCENTE E INVESTIGADOR CENTRO CRÍMINA UMH
Universidad Miguel Hernández
Grado en Seguridad Pública y Privada

LOS MATERIALES DE LA ASIGNATURA SEGURIDAD CIUDADANA NO PUEDEN SER COPIADOS, REPRODUCIDOS,


ALMACENADOS O TRANSMITIDOS DE NINGUNA FORMA, NI POR NINGÚN MEDIO, SEA ESTE MECÁNICO, GRABACIÓN O
CUALQUIER OTRO, SIN LA PREVIA AUTORIZACIÓN ESCRITA DE SUS AUTORES.

1
Seguridad Ciudadana
Prof.Marc Pintor
Universidad Miguel Hernández
Grado en Seguridad Pública y Privada

ÍNDICE

1. CONTENIDO

1.1 El marco teórico de la seguridad ciudadana y la prevención del delito


................................................................................................................... 3
1.2 Las tres dimensiones de la seguridad ciudadana ................................ 8
1.3. Referencias bibliográficas ................................................................ 13

2
Seguridad Ciudadana
Prof.Marc Pintor
Universidad Miguel Hernández
Grado en Seguridad Pública y Privada

1.1 EL MARCO TEÓRICO DE LA SEGURIDAD CIUDADANA Y LA


PREVENCIÓN DEL DELITO

Desde un punto de vista general, la seguridad puede entenderse como un


sinónimo de “certeza” o como “libre de riesgo”. Sin embargo, sabemos que como
casi todos los fenómenos sociales, políticos y jurídicos, la seguridad se trata de un
concepto evolutivo, cambiante y definido por una realidad multidisciplinar
(Hernández y Fernández, 2016; Torrente 2020). La consecución de la seguridad es
además una de las aspiraciones más prioritarias de las sociedades modernas ante
el rápido cambio social, económico y político en el progreso y desarrollo cuyo
efecto es la aparición de múltiples e incontrolables riesgos como precio a pagar
por alcanzar dicha modernidad (Beck, 1986). Por ello, cuando hablamos de
seguridad, podemos hablar de seguridad personal, económica, sanitaria, laboral,
medioambiental, etc. lo que implica que la seguridad es multidimensional y que
para abordar su estudio científico en general (y la seguridad ciudadana en
particular) requiere de rigurosidad teórica y analítica que lo defina y establezca sus
dimensiones.

En esta asignatura no nos ocuparemos de un concepto general de seguridad, sino


de la seguridad ciudadana o personal frente a las agresiones o delitos que
siguiendo la definición de Recasens (2007) supone el “conjunto de requisitos que
permiten a los ciudadanos tener expectativa razonable de disponer de sus bienes
y derechos en una situación de convivencia social harmónica garantizada por los
poderes públicos.” De forma complementaria a esta definición, la seguridad
ciudadana (como el resto de las seguridades) debe entenderse como un bien
público, colectivo del que se dispone en una sociedad democrática (Wood y
Shearing, 2007) y esto implica que la provisión de seguridad para uno significa
proveer para todos y que el disfrute de esta condición para uno no puede ser a
costa de perjudicar del disfrute de la seguridad de todos (Loader y Walker, 2006)
lo que implica que se configura jurídicamente como un derecho dependiente de
los límites y garantías del ordenamiento jurídico que lo sustenta.

3
Seguridad Ciudadana
Prof.Marc Pintor
Universidad Miguel Hernández
Grado en Seguridad Pública y Privada

Como se ha expuesto, la seguridad ciudadana que se estudiará en esta asignatura


debe ser considerada como una dimensión más de la denominada seguridad
humana, concepto definido en el año 1994 en el PNUD (Programa de las Naciones
Unidas para el Desarrollo) para hacer referencia a todas esas condiciones de vida
básicas, sean de recursos alimentarios, sanitarios, económicos, educación, etc. sin
las cuales no es posible un desarrollo de vida de forma sostenible y es importante
precisar así que no parece que la seguridad frente al delito pueda desvincularse
del estado del resto de seguridades, cuya ausencia, pueda suponer factores
criminógenos. Por ejemplo, piénsese en aquellos países en vías de desarrollo
donde la ausencia de recursos como los indicados genera oportunidades delictivas
por parte de grupos de crimen organizado o como en algunos barrios se
concentran ocupaciones ilegales de viviendas que generan incivilidades y afectan
la convivencia ciudadana.

En consecuencia, adoptar la visión de la seguridad humana implica entender la


política criminal como un elemento subsidiario en el interior de una política
integral de seguridad de todos los derechos (Baratta, 2001). Ahondando sobre
esto algunos autores (Crawford, 2002; Guillen, 2012) indican que para lograr una
convivencia harmónica es necesario que las políticas de seguridad ciudadana y
prevención del delito integren o tengan en cuenta ámbitos más allá de la mera
aplicación de la ley y represión de la infracción a través de, por ejemplo las políticas
sociales, la educación, el diseño urbano etc. lo que es denominado como el giro
preventivo de las políticas de seguridad que empezaron a desarrollar algunos
países a principios de los años 80 (Buffat, 2002) y cuya tesis principal es la de
abordar los problemas de seguridad ciudadana más allá de una política de control
del delito a través de la amenaza y aplicación de la pena para adoptar enfoques
más proactivos

En este sentido, cabe destacar que organizaciones internacionales como la ONU


tomaron como referencia este giro preventivo proponiendo una definición de
prevención del delito como “las estrategias y medidas encaminadas a reducir el
riesgo de que se produzcan delitos y sus posibles efectos perjudiciales para las
personas y la sociedad, incluido el temor a la delincuencia, y a intervenir para
influir en sus múltiples causas.” (Shaw, 2011) y en nuestro contexto también es

4
Seguridad Ciudadana
Prof.Marc Pintor
Universidad Miguel Hernández
Grado en Seguridad Pública y Privada

de interés mencionar las directrices adoptadas por el Consejo de Europa en 2004


en el Programa de La Haya cuya recomendación es adoptar enfoques
interdisciplinarios para la prevención y políticas de seguridad que integren la
reducción de factores sociales y económicos que favorecen el desarrollo de la
delincuencia, entre otras acciones.

Sin embargo, debe advertirse que esta visión multidisciplinar para abordar la
seguridad ciudadana y prevenir la criminalidad no puede llevar a considerar todas
las políticas sectoriales como políticas de seguridad, en una suerte de política
expansiva de control del delito, sino que de lo que se trata es de constatar que los
problemas y demandas de seguridad ciudadana pueden tener su origen en
factores de riesgo de diversa índole y que la prevención del delito debe pasar por
implicar a más actores e instituciones más allá de la policía y el sistema penal a
través de la denominada gobernabilidad de la seguridad ciudadana (Wood y
Shearing, 2007), término en el que se profundizará un poco más en la siguiente
sesión.

Además, la adopción de enfoques preventivos frente al delito no debe llevar a


confusión y situar en un plano de incompatibilidad o de exclusión la una de la otra
respecto al control y represión de la infracción ya que como acertadamente indica
Curbet (2009) la represión solo adquiere sentido, en términos de legalidad y
legitimidad, cuando la prevención ya no surte efecto y que la prevención no puede
ser eficaz sin que también exista el recurso último a la represión.

Llegados hasta este punto, podemos entender la seguridad ciudadana y


prevención del delito tanto como un ámbito de intervención política como un
ámbito de investigación científica que es evolutivo y fluido, difícil de precisar y
con estrategias muy variadas, a caballo entre las políticas de bienestar y las
políticas policiales y de justicia penal (Medina, 2011) en la que no es posible
adoptar una única definición dogmática. No obstante, en la literatura científica se
han hecho notables intentos de sistematización y clasificación de las diferentes
estrategias para comprender sus dinámicas y facilitar su estudio científico,
especialmente en los entornos anglosajones.

5
Seguridad Ciudadana
Prof.Marc Pintor
Universidad Miguel Hernández
Grado en Seguridad Pública y Privada

Sin que pueda considerarse como definitiva ni única, en el marco de esta


asignatura se va a tomar como ejemplo la clasificación propuesta por Van Dijk y
Waard (1991) quienes las clasifican según la magnitud de la población a la que se
dirige, siguiendo el modelo de prevención de salud pública basado en prevención
primaria (población general), secundaria (grupos o sectores de riesgo) y terciaria
(delincuentes conocidos) y como segundo eje el objeto de intervención. En la
siguiente table se observan algunos ejemplos de intervención.

Tabla 1: Tipos de intervención para la prevención del delito según magnitud y


audiencia.

Primaria Secundaria Terciaria

Agresores Educación general. Trabajo social con Rehabilitación y


grupos de riesgo. tratamiento
penitenciario, mediación, etc.

Situaciones Reducción oportunidades Barrios problemáticos y Regeneración urbana de áreas


Delictivas. distribución recursos. conflictivas, disuasión
Vigilancia formal. Policial en “hot spots”.
Diseño arquitectónico.

Víctimas Campañas de Medidas preventivas Intervención sobre


concienciación y para grupos de riesgo victimización repetida,
prevención. vulnerables como Ayudas sociales y apoyo.
ancianos, menores, etc.

Fuente: Adaptado de Van Dijk y Waard (1991)

Concluyendo este apartado debe precisarse que en España este campo de estudio
no ha sido una prioridad de los poderes públicos a excepción de algunas pocas
iniciativas. En nuestro país existe un claro déficit de debate político sobre la
seguridad ciudadana y la prevención del delito (Medina, 2006) que se traduce en
una política criminal al margen de análisis sosegados de datos objetivos,
necesidades sociales, adecuación al problema, efectos de la implementación etc.
(Díez y Cerezo, 2001). Este es un problema que de hecho es común entre más
países del sur de Europa (Recasens, Cardoso, Castro y Nobili, 2013) donde la

6
Seguridad Ciudadana
Prof.Marc Pintor
Universidad Miguel Hernández
Grado en Seguridad Pública y Privada

prevención del delito sigue concebida de forma reduccionista en lo relativo a la


ley, el sistema penal y sobre las funciones tradicionales y meramente reactivas de
la policía.

En lo relativo a la investigación criminológica tampoco ha existido una tradición


similar a países como en Estados Unidos donde existen organismos clave como el
National Institute of Justice o en Reino Unido el College of Policing cuya misión es
la de realizar estudios criminológicos que puedan informar la política criminal y de
seguridad del gobierno. Sin embargo, poco a poco esta situación parece estar
mejorando, especialmente en el ámbito universitario con la normalización de los
grados en seguridad y criminología y la consecuente formación de estos
profesionales, así como el interés en producir investigación científica en la
materia.

7
Seguridad Ciudadana
Prof.Marc Pintor
Universidad Miguel Hernández
Grado en Seguridad Pública y Privada

1.2 LAS TRES DIMENSIONES DE LA SEGURIDAD CIUDADANA

Además de lo expuesto hasta ahora, en la investigación criminológica la seguridad


ciudadana suele ser analizada según las tres dimensiones que la forman: la
seguridad objetiva, la seguridad subjetiva y la seguridad aceptada (Torrente,
2020). La primera de las dimensiones, la seguridad objetiva o real es aquella que
se ha materializado y que por lo tanto es real desde un punto de vista físico y de
daño social. Sería por ejemplo el número de hurtos en una determinada ciudad o
el total de agresiones intrafamiliares que se producen en un año y estas realidades
pueden conocerse a través de cálculos e informes estadísticos según si han sido
registrados en las instancias del sistema penal o a través de la extracción mediante
técnicas de investigación social, siendo estas dos las fuentes principales de
medición del delito y que que permiten visualizar de manera más o menos
aproximada la prevalencia de delitos, su concentración en momentos o zonas
concretas o probabilidad y factores de riesgo para ser víctima de estos.

Respecto a la primera fuente de datos, las estadísticas oficiales, son


principalmente de tres tipos. Las estadísticas policiales se refieren al número de
denuncias por parte de particulares o realizadas de oficio que han conllevado la
instrucción de atestados, detenciones, etc. y que se reflejan en informes como el
Anuario Estadístico del Ministerio del Interior, las estadísticas judiciales son las
que registran los asuntos que llegan al sistema penal y las condenas de los
tribunales y las estadísticas penitenciarias son las que reflejan las personas en
prisión, ya sean preventivas o condenadas. Además de estas tres fuentes, a nivel
europeo existen informes de criminalidad como el European Sourcebook on Crime
and Justice Statistics o el Eurostat, documentos que se publican regularmente y
que permiten obtener información sobre el delito y el sistema penal desde un
punto de vista comparado entre los distintos países de la Unión Europea.

Como indican algunos autores (Maguire y Mcvie, 2017) existe una crisis
generalizada de credibilidad y confianza sobre el hecho que las estadísticas
oficiales reflejen la realidad de la criminalidad. Lo cierto es que, a pesar de
disponer de medios para medir la seguridad objetiva, muchos son los problemas
que existen para extrapolar los resultados como generalizables o correctos. Entre

8
Seguridad Ciudadana
Prof.Marc Pintor
Universidad Miguel Hernández
Grado en Seguridad Pública y Privada

otros motivos, porque muchos de los datos no son ciertamente fiables, como por
ejemplo los delitos registrados por la policía que actúa bajo indicios y de los cuáles
se desconoce porcentaje de delitos que finalmente son objeto de condena por
parte de los tribunales y por lo tanto podemos confirmar su incidencia, así como
las decisiones operativas que los policías toman a la hora de instruir los atestados,
calificando hechos por unos delitos que pueden o no coincidir con los que sean
objeto de acusación por parte de Fiscalía y posterior enjuiciamiento.

En definitiva, la actitud de la criminología frente a las estadísticas oficiales suele


ser de cautela y puede clasificarse en tres perspectivas (Coleman y Moynihan,
1996). La perspectiva realista, según la cual se admite que hay una cifra no
conocida de delitos pero que en cualquier caso conocerla no cambiaría la
información de la que se dispone, la perspectiva construccionista según la cual se
estudia como se ha llegado a generar la estadística oficial y que en todo caso esta
refleja más bien decisiones y procesos de las instituciones responsables en vez de
la criminalidad real y finalmente la perspectiva radical, según la cual existe un
sesgo en la aplicación de la ley por lo que la estadística oficial reproduce una
imagen de la delincuencia interesada.

Como se ha dicho, existe una segunda fuente de provisión para medir la seguridad
objetiva es mediante la investigación criminológica, que puede ser cuantitativa o
cualitativa a través de entrevistas, grupos de discusión, encuestas de victimización
o de autoinculpación, etnografías o cualquier otra técnica de las ciencias sociales
(Davies y Francis, 2018). Aunque en España no existe una gran tradición en realizar
encuestas de victimización a diferencia de otros países, sí que se han realizado
notables esfuerzos desde el mundo académico como el trabajo desarrollado en el
Instituto Andaluz Interuniversitario de Criminología (García, Díez, Pérez, et al,
2010) o en determinadas regiones como en caso de Cataluña, que desde 1999
realiza anualmente la Encuesta de Seguridad Pública de Cataluña.

Ya sea a través de estadísticas oficiales como de técnicas de investigación social,


medir las cifras de criminalidad y por lo tanto conocer los niveles seguridad
objetiva es una tarea que requiere de rigurosidad técnica y científica. Torrente
(2020) resume las principales dificultades en la medición de la delincuencia en el

9
Seguridad Ciudadana
Prof.Marc Pintor
Universidad Miguel Hernández
Grado en Seguridad Pública y Privada

hecho que el delito es un concepto no universal debido a su definición normativa


(penal) que cambia con el tiempo y el espacio, que como hemos dicho maneja
datos parciales según la instancia de control social que interviene y que además
se trata de observar unos fenómenos más o menos ocultos y sensibles

En un acertado análisis Guillen (2020) llega a la conclusión que la seguridad


objetiva es una falacia, ya que también subjetiva, puesto que en su elaboración
tiene un cúmulo de subjetividades, decisiones, e interpretaciones que la
desproveen de objetividad, por ejemplo haciendo referencia a las decisiones
operativas que los policías toman a la hora de instruir los atestados, calificando
hechos por unos delitos que pueden o no coincidir con los que sean objeto de
acusación por parte de Fiscalía y posterior enjuiciamiento o en el caso de las
encuestas de victimización, aquellos delitos que afloran pueden no seguir el
criterio legal sino aquellos delitos que los encuestados consideran como tales
según sus valores o factores personales o como sólo contestan sobre aquellos los
interpretan como más impactantes mientras que otros han sido olvidados o
considerados no relevantes.

La segunda de las dimensiones es la seguridad subjetiva o percibida, es aquella


seguridad construida socialmente a través de la opinión o las sensaciones y de
hecho suele ser frecuente que esta no coincida a los índices de seguridad objetiva.
Esta ha sido objeto de interés científico que han tratado de estudiar el fenómeno
creando subclasificaciones más específicas como la percepción de la probabilidad
a ser víctima de un delito o el miedo al delito, este último es un término que
parece menos ambiguo y genérico y que puede entenderse como una “respuesta
emocional de nerviosismo o ansiedad al delito o símbolos que la persona asocia
con el delito” (Ferraro, 1995).

El miedo el delito puede tener un impacto incluso mayor que la seguridad objetiva
en la política criminal, puesto que las demandas de seguridad en nuestra sociedad
se configuran más a partir del riesgo percibido a la delincuencia considerada como
un todo indiferenciado más que basándose en riesgo real a ser víctima (Curbet,
2009). Y es que, como indican Valente y Crescenzi (2018) en un estudio europeo,
a pesar del descenso continuado de la delincuencia, los ciudadanos se sienten cada

10
Seguridad Ciudadana
Prof.Marc Pintor
Universidad Miguel Hernández
Grado en Seguridad Pública y Privada

vez más inseguros. La seguridad subjetiva y sus dinámicas pueden variar según
países y cultura, pero a grandes rasgos podríamos decir que existen cinco factores
que explican el miedo al delito (Franklin, Franklin y Fearn, 2008) y que son los que
siguen:

- Percepción de amenaza, riesgo o incertidumbre de que ocurra.


- Nivel de vulnerabilidad o protección real o percibido.
- Nivel de confianza en las instituciones para solucionar los problemas.
- Las expectativas de seguridad.
- Variables sociodemográficas que pueden correlacionar con niveles de
inseguridad percibida.

Además, como indican Buil-Gil, Medina y Shlomo (2019), la seguridad subjetiva o


miedo al delito comprenden tres dimensiones, el conocimiento del riesgo de la
situación (cognoscitiva), el sentimiento del miedo (emoción) y la conducta que se
desarrolla consecuencia de las otras dos dimensiones. Esta última es la más
relevante desde el punto de vista de gestión de la seguridad ciudadana, puesto
que es la que implica consecuencias que afectan al comportamiento de las
actividades cotidianas de las personas (Doran y Burgess, 2011) especialmente en
lo que al uso del espacio público se refiere.

Uno de los retos de las políticas de seguridad ciudadana es lograr el mayor


equilibrio posible entre la seguridad subjetiva sobre la objetiva ya que como se
ilustra en la figura 1 el desequilibrio puede ser perjudicial en ambos sentidos. Por
ejemplo, un exceso de inseguridad subjetiva supone un empobrecimiento de
calidad de vida desde el punto de vista psíquico que acaba conllevando modificar
las actividades cotidianas de forma irracional y, en el otro sentido, un exceso de
seguridad subjetiva resulta también problemático ya que llevaría a falsas
sensaciones de protección o invulnerabilidad que pueden conllevar no adoptar
precauciones ni actitudes diligentes con uno mismo facilitando oportunidades
para el delito o bien llevando a asumir riesgos sin percibir el peligro.

11
Seguridad Ciudadana
Prof.Marc Pintor
Universidad Miguel Hernández
Grado en Seguridad Pública y Privada

Figura 1: El equilibrio entre la seguridad objetiva y subjetiva.

SEGURIDAD
OBJETIVA

Problema: Problema:
Percepción de riesgo Riesgos no se perciben.
exagerado.
SEGURIDAD SUBJETIVA No se toman precauciones.
Abandono o modificación
actividades. Facilidad de ser víctima de
delitos o accidentes.
Comportamiento genera más
inseguridad.

Fuente: Adaptado de Guillen (2012)

Pero, como hemos dicho hay una tercera dimensión de la seguridad, que es aquel
nivel aceptado o tolerado de riesgo, que puede describirse como el nivel de
riesgos que una persona o sociedad acepta en un momento y lugar, dimensión de
la seguridad que permite ver que, en definitiva, se trata de un concepto relativo a
la construcción social que de él se haga y que puede variar en el tiempo. Como
indica Torrente (2020) hay factores sociales y políticos que hacen percibir
determinados riesgos como más aceptables que otros. Un ejemplo es la tolerancia
social hacia la violencia doméstica hace algunas décadas, un fenómeno que era
más tolerado o permitido socialmente que en la actualidad, cuyo control social

12
Seguridad Ciudadana
Prof.Marc Pintor
Universidad Miguel Hernández
Grado en Seguridad Pública y Privada

informal ejerce una poderosa supervisión (por ejemplo, el vecino que llama a la
policía al oír una fuerte discusión dentro de un piso) y que es acorde a una política
criminal que presta gran atención a un fenómeno que hace unos décadas era
silenciado y se consideraba un conflicto privado en el el Estado no debía intervenir.

Concluyendo con este apartado, la seguridad ciudadana es un concepto evolutivo


y dinámico que exige ir más allá de la actividad de represión de conductas
infractoras para alcanzar nuevas formas de prevención del delito desde una
perspectiva multicausal. Así mismo, la seguridad subjetiva puede ser igual o más
relevante que la objetiva en la formación de las demandas de seguridad, además
de conllevar importantes efectos nocivos en la calidad de vida y libertades de la
ciudadanía. Todas estas cuestiones deben ayudar al estudiante a una mejor
comprensión de las demandas de seguridad y como orientar la acción pública
destinada a satisfacerlas.

1.3. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Baratta, A. (2001). El concepto actual de seguridad en Europa. Revista Catalana de


Seguretat Pública, (8), 51-76.

Beck, U. (1986). La sociedad del riesgo. Hacia una nueva modernidad. Paidós.

Buffat, J. P. (2002). Secucities Crime Prevention Europe. A comparative study of


crime prevention policies in seven European cities. European Forum for Urban
Safety.

Buil-Gil, D., Medina, J., y Shlomo, N. (2019). The geographies of perceived


neighbourhood disorder. A small area estimation approach. Applied
Geography, 109, 102037.

Coleman, C., y Moynihan, J. (1996). Understanding crime data: Haunted by the


dark figure. Open University Press.

13
Seguridad Ciudadana
Prof.Marc Pintor
Universidad Miguel Hernández
Grado en Seguridad Pública y Privada

Crawford, A. (2002). The governance of crime and insecurity in an anxious age: the
trans-European and the local. Crime and Insecurity, 27.

Curbet, J. (2009). El rey desnudo: la gobernabilidad de la seguridad ciudadana.


Editorial UOC.

Davies, P., y Francis, P. (2018). Doing criminological research. SAGE Publications.

Díez Ripollés J.L. y Cerezo, A. I. (2001). Los problemas de la investigación empírica


en criminología: La situación española. Tirant lo Blanch.

Doran, B. J., y Burgess, M. B. (2011). Putting fear of crime on the map: Investigating
perceptions of crime using geographic information systems. Springer.

Ferraro, K. F. (1995). Fear of crime: Interpreting victimization risk. State University


of New York Press

Franklin, T. W., Franklin, C. A., y Fearn, N. E. (2008). A multilevel analysis of the


vulnerability, disorder, and social integration models of fear of crime. Social Justice
Research, 21(2), 204-227.

García, E.., Díez, J.L., Pérez, F., Benítez, M.J. y Cerezo, A.I. (2010). Evolución de la
delincuencia en España: Análisis longitudinal con encuestas de
victimización. Revista Española de Investigación Criminológica, 8, 1-27.

Guillén, F. (2012). Policia i Seguretat. Servei de Publicacions de la Universitat


Autònoma de Barcelona.

Guillen, F. (2020). La falacia de la seguridad objetiva y sus


consecuencias. International E-journal of criminal sciences, (15), 4.

Hernández, J.E. y Fernández J.P. (2016). Fundamentos, historia y evolución de la


seguridad. Universidad de Las Palmas de Gran Canaria.

14
Seguridad Ciudadana
Prof.Marc Pintor
Universidad Miguel Hernández
Grado en Seguridad Pública y Privada

Loader, I. y Walker, N. (2007). Civilizing security. Cambridge University Press.

Maguire, M., y McVie, S. (2017). Crime data and criminal statistics: A critical
reflection. En The Oxford handbook of criminology (p.163-89). Oxford University
Press.

Medina Ariza, J.J. (2011). Políticas y estrategias de prevención del delito y


seguridad ciudadana. Edisofer.

Medina Ariza, J.J. (2006). Politics of crime in Spain, 1978–2004. Punishment &
Society, 8(2), 183-201.

Recasens, A. (2007). La seguridad y sus políticas. Atelier.

Recasens, A., Cardoso, C., Castro, J., y Nobili, G. G. (2013). Urban security in
southern Europe. European Journal of Criminology, 10(3), 368-382.

Shaw, M. (2011). Manual sobre la aplicación eficaz de las directrices para la


prevención del delito. Naciones Unidas.

Torrente, D. (2020). Seguridad Pública y Privada. Síntesis.

Valente, R., Crescenzi Lanna, L., y Chainey, S. (2019). Participatory design of a


thematic questionnaire in the field of victimization studies. European Journal of
Criminology, 16(2), 170-187.

Van Dijk, J., y Waard, J. (1991). A two-dimensional typology of crime prevention


projects: With a bibliography. Criminal Justice Abstracts. Vol. 23, No. 3, pp. 483-
503.

Wood, J., y Shearing, C. (2007). Imagining security. Routledge.

15
Seguridad Ciudadana
Prof.Marc Pintor
Grado en
Seguridad Pública
y Privada

Seguridad Ciudadana
Sesión 2: La seguridad ciudadana en el marco institucional y jurídico.

Prof. Marc Pintor


DOCENTE E INVESTIGADOR CENTRO CRÍMINA UMH
Universidad Miguel Hernández
Grado en Seguridad Pública y Privada

LOS MATERIALES DE LA ASIGNATURA SEGURIDAD CIUDADANA NO PUEDEN SER COPIADOS, REPRODUCIDOS,


ALMACENADOS O TRANSMITIDOS DE NINGUNA FORMA, NI POR NINGÚN MEDIO, SEA ESTE MECÁNICO, GRABACIÓN O
CUALQUIER OTRO, SIN LA PREVIA AUTORIZACIÓN ESCRITA DE SUS AUTORES.

1
Seguridad Ciudadana
Prof.Marc Pintor
Universidad Miguel Hernández
Grado en Seguridad Pública y Privada

ÍNDICE

2.1 Las funciones del estado y la garantía de los derechos ciudadanos. .. 3


2.2 Delimitación jurídica de la seguridad pública, seguridad ciudadana y
orden público. ........................................................................................... 8
2.3 Referencias bibliográficas. ................................................................ 14

2
Seguridad Ciudadana
Prof.Marc Pintor
Universidad Miguel Hernández
Grado en Seguridad Pública y Privada

2.1 LAS FUNCIONES DEL ESTADO EN EL CONTROL DEL DELITO Y LA


GARANTÍA DE LA SEGURIDAD CIUDADANA.

En la anterior sesión se ha realizado una aproximación al concepto de seguridad


ciudadana o seguridad frente al delito como un componente más de la seguridad
humana y como un constructo tridimensional no exento de complejidad y cuyo
enfoque para abordarlo puede combinar la prevención y la represión. En cuanto a
su provisión, la seguridad es un concepto que históricamente y jurídicamente ha
estado muy vinculado a la noción del Estado Moderno y su función protectora
mediante la cual crea normas que vinculan a los ciudadanos, a los que se les
reconoce un conjunto de derechos y libertades y sobre los cuáles el Estado puede
recurrir a la violencia física legítima de la que ostenta el monopolio con el fin de
asegurar dichos derechos cuando estos son vulnerados (Hernández y Fernández,
2016).

Desde un punto de vista teórico clásico, la relación Estado – Seguridad se justifica


a través de la tesis clásica de Thomas Hobbes, quien concebía el Estado como una
superestructura que evitase que los hombres se destruyesen entre ellos, porque
los hombres eran peligrosos para sí mismos “homo hominis lupus est”. Por ello,
en la actualidad podemos hablar de una verdadera seguridad pública, ya que no
se trata de garantizar la seguridad del propio Estado y del poder particular como
ocurría en el antiguo régimen, sino que el objeto de la seguridad pública pasó a
ser garantizar tanto la protección de los ciudadanos contra el propio Estado como
la protección de los ciudadanos entre ellos por parte de este. Este es un proceso
de cambio de lo privado a lo público que no ha sido un proceso común y universal
en todos los países y que además ha perdurado y llegado hasta el siglo XXI (Robert,
2003).

Ya en el artículo 12 de la Declaración de los Derechos del Hombre y el Ciudadano


de 1789 habla acerca de “la garantía de los derechos del hombre y del ciudadano
necesita de una fuerza pública; esta fuerza es instituida por el bien común y no
para la utilidad particular de aquellos a quien está confiada.”. Esta necesidad de
una “fuerza pública” ajustada al derecho hizo necesaria una transformación en el
poder de coacción estatal más especializada y contingente, diferenciadas de la

3
Seguridad Ciudadana
Prof.Marc Pintor
Universidad Miguel Hernández
Grado en Seguridad Pública y Privada

fuerza militar y que no podía funcionar igual con dinámicas de seguridad interior
que con las de seguridad exterior. Este es el origen de las organizaciones policiales
profesionales entre finales de siglo XVIII y principios del XIX como la gendarmería
napoleónica o la policía metropolitana de Londres.

Se trata de un un proceso histórico de la seguridad del estado a la seguridad de las


personas que va desde el orden político mantenido por una administración militar
que llevaba a cabo actividades de represión para abarcar una nueva etapa de una
administración policial dirigida a la la prevención de peligros y de seguridad
integral (Ballbé 2003). En definitiva y como simboliza Guillén (2012) los diálogos
de seguridad del Estado dejaron de ser entre amigo-enemigo y pasaron a ser a
ser policía – ciudadano.

La seguridad pública/ciudadana es, por lo tanto, una actividad y un servicio


prestacional, derivada de mandato constitucional, que debe realizar el Estado de
forma continuada y regular (Aguado, 2006). Este servicio se rige por el principio
de igualdad y está dirigido a todos los ciudadanos y que además debe responder
en todo momento, en sus características materiales, a un óptimo nivel de
satisfacción del interés general. Sin embargo, el Estado que tradicionalmente
había sido autosuficiente para cumplir con esa función de provisión de seguridad,
generalmente frente a la delincuencia clásica, se ha ido viendo desbordado por los
crecientes problemas de seguridad derivados de las nuevas dinámicas de alcance
global y los nuevos riesgos.

Por ello actualmente se habla de la crisis del paradigma estatocéntrico (Kerr,


2003) para dar una respuesta adecuada a las demandas de seguridad
contemporáneas en un contexto en el que las personas cada vez se sienten más
amenazadas e inseguras así como más inclinadas a preocuparse por la protección
y la seguridad (Bauman, 2007) lo que irremediablemente ha comprometido la
legitimidad estatal de satisfacer dichas demandas y que lleva a un
replanteamiento del papel estatal en el mantenimiento y protección de las
personas sin recurrir a otros actores.

4
Seguridad Ciudadana
Prof.Marc Pintor
Universidad Miguel Hernández
Grado en Seguridad Pública y Privada

Los motivos principales para hablar acerca de esta crisis son, en primer lugar, los
nuevos riesgos fruto de la intervención humana en la sociedad y en la naturaleza
en las últimas décadas y cuyos efectos son incontrolables, como por ejemplo los
desastres medioambientales, las pandemias, los flujos migratorios
descontrolados, el terrorismo global, las nuevas formas de relacionarse a través
de la tecnología etc. que formarían parte de la denominada sociedad del riesgo
(Beck, 1986). En consecuencia, el mantenimiento del orden y la lucha contra la
delincuencia ya no son los únicos peligros a los que el Estado en su función
protectora debe responder, sino que las dinámicas sociales han redefinido el
concepto de seguridad a un prisma más amplio, cuyo objeto pasa a ser lograr un
control sostenible de todos estos riesgos, control en el que como ya se ha dicho,
el Estado es del todo insuficiente (Wood y Shearing, 2007).

Las nuevas formas de delincuencia y sus riesgos también han tensado el binomio
seguridad - libertad en la búsqueda de formas más eficaces para mitigar sus
peligros y de contención del enemigo sobre fenómenos colectivos y globales como
el terrorismo, la inmigración o la delincuencia organizada en los que se han
construido alianzas entre el derecho administrativo sancionador y el derecho
penal (Ruiz, 2018) que conllevan la flexibilización de garantías penales para un
refuerzo de la gestión político criminal de la seguridad frente a toda clase de
fenómenos peligrosos, delictivos y no delictivos.

En España algunos autores hablan del “modelo penal de la seguridad ciudadana”


propio de la sociedad del riesgo (Díez Ripollés, 2005) cuando señalan los efectos
nocivos sobre la racionalidad el derecho penal mediante reformas legislativas
centradas en la anticipación de las barreras de protección penal a actos
preparatorios, la penalización de comportamientos de peligro abstracto que
afectan a bienes jurídicos de naturaleza colectiva, un excesivo protagonismo de
las demandas de las víctimas en la política criminal o el abuso de las leyes penales
en blanco en la técnica legislativa entre otros aspectos anticipando así la
intervención de un derecho penal fundamentado en la peligrosidad en vez de la
lesión al bien jurídico.

5
Seguridad Ciudadana
Prof.Marc Pintor
Universidad Miguel Hernández
Grado en Seguridad Pública y Privada

Otro ejemplo de las tensiones en el binomio seguridad – libertad en el ámbito de


la seguridad ciudadana son las posibles violaciones de derechos del uso extensivo
de la tecnología de vigilancia basadas en algoritmos inteligencia artificial o
tecnologías de reconocimiento facial para mejorar la eficacia policial en el
mantenimiento de la seguridad ciudadana con visiones muy polarizadas (Miró,
2020) en el que los partidarios defienden la mejora de la capacidad para hacer
frente a los nuevos retos de la delincuencia de forma eficiente y eficaz mientras
que los detractores ven en estas tecnologías una amenaza para los derechos civiles
como el derecho a la intimidad y a la no discriminación por motivos raciales o de
cualquier otra clase.

Otro de los fenómenos que han supuesto la incapacidad de la estructura estatal


para dar respuesta a los problemas de seguridad es la llamada “glocalización” de
la seguridad (Curbet, 2006), una realidad en la que los Estados-nación son
demasiado pequeños frente a las formas de criminalidad derivadas de de flujos
globales, como por ejemplo el terrorismo transnacional, la ciberdelincuencia, el
narcotráfico a gran escala, etc. y paradójicamente estos Estados-nación son
demasiado grandes para dar respuesta eficaz a los problemas y demandas urbanas
de seguridad y convivencia, que en definitiva directamente afectan a la calidad de
vida de los ciudadanos y que requieren de una respuesta especializada de carácter
local.

Por ello, podemos afirmar que asistimos a una transformación en las estrategias
de seguridad, en las que deben crearse instrumentos de mayor magnitud al Estado
para la lucha contra la delincuencia vinculada a la globalización y por otro lado
estrategias de base local para dar respuesta a los problemas de inseguridad
(Crawford, 1997) que están directamente relacionadas con el contexto más
próximo de las personas, es decir, las ciudades donde de hecho.

En este contexto se habla no sólo de la crisis del Estado como actor principal en el
mantenimiento de la seguridad pública, sino también de un incremento en la
privatización de la seguridad desde las últimas décadas que aunque a priori
pudiera parecer un retroceso en esa concepción de la seguridad como bien social
colectivo y cuya provisión debe ser exclusiva del Estado, son muchos los matices

6
Seguridad Ciudadana
Prof.Marc Pintor
Universidad Miguel Hernández
Grado en Seguridad Pública y Privada

que pueden realizarse desde la investigación de este ámbito y es que, en la


actualidad no puede entenderse la seguridad pública sin entender el nivel y las
formas de participación que en ella tienen las empresas y el personal de seguridad
privada.

Así, y sin posibilidad de extenderse más puesto que corresponde a otra asignatura,
hay que precisar brevemente que como afirma Torrente (2020) las fronteras entre
lo público y lo privado, entre el Estado y el mercado, son fluidas. Esto es evidente
en tanto la administración pública puede proveer servicios de seguridad a través
de la policía, pero también a través de servicios privados sobre los que puede
ejercer supervisión y regularización, así como asociarse con entidades del tercer
sector. El legislador en España ha sido muy consciente de la importancia que para
la seguridad pública tienen los actores de la seguridad privada y muestra de ello
es el artículo 1.1 de la Ley 5/2014, de 4 de abril, de Seguridad Privada, en la que
se establece “la consideración de complementarias y subordinadas respecto de la
seguridad pública” y muy especialmente con las FCS ya que como indica el artículo
1.2 “esta ley, en beneficio de la seguridad pública, establece el marco para la más
eficiente coordinación de los servicios de seguridad privada con los de las Fuerzas
y Cuerpos de Seguridad, de los que son complementarios.”

Por lo expuesto, debe concluirse que las nuevas demandas y problemas de


seguridad, así como las formas de entender prevención del delito han conllevado
a una cierta desintegración del monopolio estatal en esta cuestión y una clara
pluralización de la seguridad (partnerships) en redes de actores públicos,
privados y del tercer sector que puedan tienen intereses o capacidades para
incidir en la seguridad (Wood y Shearing, 2007). En este sentido el debate ya no es
acerca del quien, ni siquiera sobre lo público o privado, sino en como llevar a cabo
una gobernabilidad de la seguridad ciudadana para coordinar y complementar la
participación de todos los actores y de sus intereses, así como entender la
provisión de la seguridad como producto de un conjunto de actores en que el
Estado se mantenga legitimado ante la sociedad con un papel central pero no
exclusivo.

7
Seguridad Ciudadana
Prof.Marc Pintor
Universidad Miguel Hernández
Grado en Seguridad Pública y Privada

2.2 DELIMITACIÓN JURÍDICA DE LA SEGURIDAD PÚBLICA, SEGURIDAD


CIUDADANA Y ORDEN PÚBLICO.

Si bien hasta este punto se ha desarrollado una definición teórica de la seguridad


ciudadana, sus dimensiones, el rol del Estado en su provisión y los desafíos
actuales a los que se enfrenta en este apartado delimitar de forma jurídica los
diferentes conceptos que son empleados en la legislación española y en las
políticas públicas, ya que estos conceptos a menudo han sido utilizados de forma
confusa y con poca precisión, lo que puede llevar a una aplicación indistinta y
ambivalente que podría desnaturalizar su propio sentido en el ordenamiento
jurídico (Villagómez, 1997). Por ello en este apartado se va a dedicar un espacio a
clarificar y distinguir entre estos conceptos y sus significados.

La referencia más importante en la legislación española a la seguridad es su


consideración como derecho en el artículo 17 de la Constitución Española, donde
se reconoce como un derecho subjetivo fundamental que abarca todas las
manifestaciones de libertad no cubiertas por derechos fundamentales autónomos
y que en la Constitución es reconocida en plano de igualdad al derecho a la libertad
personal a la que está íntimamente ligada (Parejo, 2016).

Sin embargo, el binomio de la seguridad y libertad ha sido examinado a menudo


como polos opuestos como por ejemplo por Baratta (2001), quien apunta que las
libertades son auténticos derechos fundamentales mientras que la seguridad es la
condición necesaria para su realización plena lo que conlleva que su eficacia no
puede ser a costa de las garantías. Por ello, aunque se encuentren en plano de
igualdad, los derechos a la seguridad y la libertad tienen una naturaleza diferente,
pues el derecho a la seguridad tiene un carácter instrumental respecto a la
efectiva realización de los otros derechos. Dicho de otra forma, no se trata de un
derecho a la seguridad sino de la seguridad de los derechos.

8
Seguridad Ciudadana
Prof.Marc Pintor
Universidad Miguel Hernández
Grado en Seguridad Pública y Privada

En consecuencia, el engarce constitucional de la seguridad remite a la exigibilidad


de prestación por parte del poder público en forma de acción administrativa
preventiva y represiva que sea precisa para su garantía (Parejo, 2008). Esta acción
y facultad del poder público es la que viene recogida como SEGURIDAD PÚBLICA
en el artículo 149.1.29 de la Constitución Española para designarla como
competencia exclusiva del Estado. No obstante, esta aparente exclusividad ha sido
un aspecto matizado por parte del Tribunal Constitucional a través de la STC
123/1984, de 18 de diciembre, en la que se habla acerca de la existencia de
competencias concurrentes entre administraciones estatales y autonómicas.

El mismo tribunal en la misma STC 33/1982, de 8 de junio, FJ 3, definió el concepto


seguridad pública como “conjunto de actividades dirigidas a la protección de las
personas y de los bienes y a la preservación y el mantenimiento de la
tranquilidad y el orden ciudadano” que incluye “conjunto plural y diversificado
de actuaciones distintas por su naturaleza y contenido” tratándose por tanto de
una definición que claramente excede de lo policial para insertarlo en el marco de
actuación de un conjunto de actores y acciones en el marco de la actividad pública
del Estado.

Con relación al concepto de SEGURIDAD CIUDADANA, este viene recogido en el


artículo en el artículo 104 de la Constitución que establece que corresponde a las
Fuerzas y Cuerpos de Seguridad (FCS de ahora en adelante) la misión de “proteger
el libre ejercicio de los derechos y libertades y garantizar la seguridad ciudadana”
de forma exclusiva, sin concretar en modo alguno el alcance del concepto.
Barcelona (1997) considera que es necesario distinguir los conceptos de seguridad
pública y seguridad ciudadana de forma que “la seguridad pública desborda lo
policial y la seguridad ciudadana se ciñe a lo policial, la segunda estará sin duda
inserta en la primera, pero la primera desbordará los límites de la segunda para
extenderse hacia otros ámbitos no propiamente policiales” y en este sentido añade
“cuando los derechos y libertades no precisen protección frente a conductas
agresoras pero sí requieran de actividades públicas tendentes a proteger su
indemnidad, será el concepto de seguridad pública, que es más amplio, el que entre
en escena, con intervención policial o no”.

9
Seguridad Ciudadana
Prof.Marc Pintor
Universidad Miguel Hernández
Grado en Seguridad Pública y Privada

En este sentido se pronunció el Tribunal Constitucional en la STC 154/2005


estableciendo que en el marco de la seguridad pública los “servicios policiales no
agotan el ámbito material de lo que hay que entender por seguridad pública en
cuanto que concepto delimitador de la competencia, aún sólo ejecutiva, de los
poderes públicos. Otros aspectos y otras funciones distintas de los Cuerpos y
Fuerzas de Seguridad, y atribuidas a otros órganos y autoridades administrativas…
componen, sin duda, aquel ámbito material”.

Por tanto, esta distinción entre seguridad pública y ciudadana se resume de forma
que la primera es un concepto que engloba cualquier riesgo que ponga en peligro
las personas o bienes desde la óptica del Estado y en la que pueden participar
otros actores administrativos además de las FCS, como por ejemplo protección
civil, mientras que la segunda se refiere al punto de vista de tranquilidad material
del individuo, de garantía de sus derechos y libertades frente a agresiones, y cuya
misión corresponde de forma general y según el art.104 de la Constitución a las
FCS.

La evolución legislativa del ordenamiento jurídico español ha llevado también a


considerar el concepto de seguridad ciudadana como un bien jurídico autónomo
tal y como recoge el artículo 1.1 de la Ley Orgánica 4/2015, de 30 de marzo, de
protección de seguridad ciudadana que se examinará en otras sesiones. Sobre esta
distinta categorización de la seguridad ciudadana ya no como una garantía sino
como un bien jurídico se muestran críticos algunos autores (Portilla, 2016)
considerando que se trata de un concepto abstracto e inabarcable y que disfraza
el concepto con prohibiciones de peligro abstracto que afectan la alteración de la
normal actividad del Estado. Es decir, según los críticos, se ha pasado a denominar
seguridad ciudadana a lo que entienden es un retorno a la “seguridad del Estado”.

Derivada de la interpretación doctrinal y jurisprudencial de la seguridad pública y


la seguridad ciudadana, Recasens (2007) entiende la seguridad pública como una
competencia de las instancias públicas para mantener unas condiciones de
estado de convivencia donde ejercer derechos y libertades mientras que la
seguridad ciudadana sería concebida como la garantía, es decir, la prevención,
protección o reparación como realización efectiva de derechos y libertades. En

10
Seguridad Ciudadana
Prof.Marc Pintor
Universidad Miguel Hernández
Grado en Seguridad Pública y Privada

este sentido, este autor entiende que las políticas globales pertenecen a la
seguridad pública mientras que las técnicas operativas y algunas políticas
aplicadas corresponden al campo de la seguridad ciudadana y a su vez basadas en
la orientación de esas políticas globales establecidas por la seguridad pública.

Finalmente, en cuanto al concepto de ORDEN PÚBLICO en el derecho


administrativo existe una noción clásica del término que se refiere a ausencia de
perturbaciones o tranquilidad material. Sin embargo, durante la dictadura se
convirtió en una clausula que justificaba la restricción de las libertades mediante
la coacción y un uso abusivo y autoritario del término, lo que conllevó alejarlo del
significado que tenían el ordre public, public order o ordine pubblico en Francia,
Reino Unido o Italia (Hernández y Fernández, 2016) y que quedó casi totalmente
apartado de la Constitución (con referencias residuales en el artículo 16 y 21) que
en el nuevo orden constitucional conllevó cambiar su significado.

Por ello el término orden público quedó, por ejemplo, excluido de su referencia a
la misión de las FCS del art.104 que pasaron de ser “fuerzas del orden” a “fuerzas
de seguridad” un cambio de denominación jurídica de gran trascendencia (Ballbé,
1983) puesto que el propio término viene a expresar que la misión constitucional
de las FCS ya no es perpetuar el poder del estado, sino servir a la la garantía de los
derechos y libertades de los ciudadanos, misión que opera como un propio límite
a las capacidades de la actividad policial.

Por lo expuesto, en nuestro ordenamiento jurídico cuando hablamos de orden


público se trata de un nuevo concepto, lejos del concepto de orden público
franquista en el que había que “ordenar” a la población perpetuando la autoridad
en un estado de coacción. Este nuevo “orden público constitucional” puede
definirse como principios informadores del sistema que permiten el ejercicio de
derechos y libertades (STC 108/1989, de 8 de junio) y lleva a entender el orden
público como sinónimo de una situación material donde están ausentes el
desorden y peligro para personas y bienes (STC 66/1995, de 8 de mayo).

11
Seguridad Ciudadana
Prof.Marc Pintor
Universidad Miguel Hernández
Grado en Seguridad Pública y Privada

Aunque este concepto no haya sido claramente definido, algunos autores lo


entienden como un concepto más amplio que el de seguridad pública (Palau, 1996;
Barcelona, 1997). En síntesis, el mantenimiento de la seguridad y el orden público
son al mismo tiempo exigencias del orden jurídico para garantizar su efectividad y
una consecuencia de ese mismo orden jurídico constitucional (Parejo, 2016)

Por otro lado, como indica Recasens (2007) también existe otro concepto
relacionado con el orden público que es el MANTENIMIENTO DEL ORDEN y que se
usa para designar las actividades meramente puntuales y represivas de ciertas
acciones de corte policial-represivos para evitar que personas o grupos impidan el
libre ejercicio de libertades y derechos en una situación concreta. Este es el
término al que se refiere la legislación con relación a la limitación puntual del
ejercicio de determinados derechos como por ejemplo los de reunión y
manifestación. Por ello, cabe reproducir que como indica Barcelona (1997) que “el
orden público no opera genéricamente en la habilitación de poderes de la policía;
lo hace de forma concreta y cuando el ordenamiento le llama. Y lo hace, además,
con un contenido material, no ideal, conectando con una situación de hecho
caracterizada por la ausencia de perturbaciones que pongan en peligro las
personas o los bienes”.

En conclusión, como se ha visto son distintos los términos jurídicos utilizados para
designar el concepto de seguridad, lo que se ha visto es tanto un bien colectivo,
como un derecho como una función que provee el Estado junto a otros actores
institucionales. Sin embargo, esta multiplicidad de conceptos no debe llevar a un
uso indiscriminado y arbitrario de los mismos, sino que el rigor científico y la
profesionalidad se fundamentan también en saber adecuadamente a que nos
estamos refiriendo en cada momento, sea a la seguridad pública, ciudadana,
orden público, paz pública, etc.

12
Seguridad Ciudadana
Prof.Marc Pintor
Universidad Miguel Hernández
Grado en Seguridad Pública y Privada

Figura 2: Síntesis de conceptos

Término Concepto Naturaleza Políticas

Orden público Principios constitucionales que Principios No


constitucional garantizan el ejercicio de derechos
y libertades en marco del
Estado social y democrático de
derecho

Seguridad Competencia de las instancias Estado de Principalmente


Pública públicas cuyo objetivo consiste (competencia globales
en establecer, mantener y instancias
eventualmente restaurar las públicas)
condiciones e estado de
convivencia que permita efectivo
ejercicio de derechos y libertades.
Seguridad Prevención, protección o en su caso Garantía Principalmente
Ciudadana reparación de la integridad y el aplicadas
legitimo disfrute y posesión de
bienes por parte de los ciudadanos
como realización efectiva del
ejercicio de derechos y libertades
Mantenimiento Conjunto de técnicas y procedimientos Situación No
del orden Para evitar la alteración forzada
del libre ejercicio de los derechos y
libertades.

Orden público Normal funcionamiento de las Estado de Indistinto


franquista Instituciones públicas y privadas, coacción
Mantenimiento de la paz interior.

Fuente: Adaptado de Recasens (2007)

13
Seguridad Ciudadana
Prof.Marc Pintor
Universidad Miguel Hernández
Grado en Seguridad Pública y Privada

2.3 REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS.

Aguado, V. (2006). La seguridad como sistema al servicio de la ciudadanía. Revista


Catalana de Seguretat Pública, (17), 11-39.

Ballbé, M. (1983). Orden público y militarismo en la España constitucional (1812-


1983). Alianza.

Ballbé, M. (2003). La seguridad integral: un nuevo concepto. Revista Técnica de


Seguridad, (2), 37-50.

Baratta, A. (2001). El concepto actual de seguridad en Europa. Revista Catalana de


Seguretat Pública, (8), 51-76.

Barcelona, J. (1997). Policía y Constitución. Tecnos

Bauman (2007). Miedo líquido. La sociedad contemporánea y sus temores. Paidós

Beck, U. (1986). La sociedad del riesgo. Paidós.

Crawford, A. (1997). The local governance of crime: Appeals to community and


partnerships. Oxford University Press.

Curbet, J. (2006). La glocalización de la (in) seguridad. Plural Editores.

Díez Ripollés, J.L. (2005). De la sociedad del riesgo a la ciudadanía: un debate


desenfocado. Revista Electrónica de Ciencia Penal y Criminología. 7(1): 1–37.

Guillén, F. (2012). Policia i Seguretat. Servei de Publicacions de la Universitat


Autònoma de Barcelona.

Kerr, P. (2003). The evolving dialectic between state-centric and human-centric


security. Working Paper, 9. Department of International Relations Australian
National University.

14
Seguridad Ciudadana
Prof.Marc Pintor
Universidad Miguel Hernández
Grado en Seguridad Pública y Privada

Miró, F. (2020). Policía predictiva: ¿utopía o distopía? Sobre las actitudes hacia el
uso de algoritmos de big data para la aplicación de la ley. Revista De Internet,
Derecho Y Política, (30).

Palau, A. (1996). La Conflictivitat competencial: Seguretat Pública. Generalitat de


Catalunya. Institut d'Estudis Autonòmics.

Parejo, L. (2008). Seguridad pública y policía administrativa de seguridad. Tirant


Lo Blanch.

Parejo, L. (2016). Sobre el binomio libertad y seguridad en el derecho. IUSTA. (45).

Portilla, G. (2016). La contrarrevolución preventiva emprendida por el Derecho


penal y administrativo para hacer frente a los movimientos de protesta y
desobediencia civil. En Protección jurídica del orden público, la paz pública y la
seguridad ciudadana (pp. 63-82). Tirant lo blanch.

Recasens, A. (2007). La seguridad y sus políticas. Atelier.

Robert, P. (2003). El ciudadano, el delito y el Estado. Atelier.

Rodríguez, J. E. y Fernández, J.P. (2016). Fundamentos, historia y evolución de la


seguridad. Universidad de Las Palmas de Gran Canaria.

Ruiz, L. R. (2018). El papel de la seguridad en la ciencia penal: de la categoria


científica a la condición de guia de la política criminal. Cuadernos de Política
Criminal (124). 109-144.

Torrente, D. (2020). Seguridad Pública y Privada. Síntesis.

Villagómez A. J. (1997). Las fuerzas y cuerpos de seguridad: del orden público a la


seguridad ciudadana. Ara Solis

Wood, J., y Shearing, C. (2013). Imagining security. Routledge.

15
Seguridad Ciudadana
Prof.Marc Pintor
Grado en
Seguridad Pública
y Privada

Seguridad Ciudadana
Sesión 3: Las capacidades y límites de la policía de seguridad.

Prof. Marc Pintor


DOCENTE E INVESTIGADOR CENTRO CRÍMINA UMH
Universidad Miguel Hernández
Grado en Seguridad Pública y Privada

LOS MATERIALES DE LA ASIGNATURA SEGURIDAD CIUDADANA NO PUEDEN SER COPIADOS, REPRODUCIDOS,


ALMACENADOS O TRANSMITIDOS DE NINGUNA FORMA, NI POR NINGÚN MEDIO, SEA ESTE MECÁNICO, GRABACIÓN O
CUALQUIER OTRO, SIN LA PREVIA AUTORIZACIÓN ESCRITA DE SUS AUTORES.

1
Seguridad Ciudadana
Prof.Marc Pintor
Universidad Miguel Hernández
Grado en Seguridad Pública y Privada

ÍNDICE

2.1 Regulación jurídica y dinámicas de las funciones de policía


administrativa de seguridad...................................................................... 3
2.2 Policía y seguridad ciudadana: prevención, reacción y asistencia. ... 9
2.3 La investigación criminológica sobre los métodos de la policía de
seguridad................................................................................................. 11
2.4. Referencias bibliográficas. ............................................................... 16

2
Seguridad Ciudadana
Prof.Marc Pintor
Universidad Miguel Hernández
Grado en Seguridad Pública y Privada

3.1 REGULACIÓN JURÍDICA Y DINÁMICAS DE LAS FUNCIONES DE


POLICÍA ADMINISTRATIVA DE SEGURIDAD.

Como se ha visto en la sesión anterior, la seguridad ciudadana es la misión que


corresponde a las fuerzas y cuerpos de seguridad (FCS) como establece el artículo
104 CE, cuya garantía debe procurarse con respeto a los derechos y libertades así
como la actuación dirigida bajo la dependencia jerárquica del gobierno (estatal,
autonómico o local según proceda). Este mismo artículo crea el mandato al
legislador de regularlas a través de una ley orgánica que establezca sus funciones,
principios básicos de actuación y estatutos en lo que es la actual Ley Orgánica
2/1986, de 13 de marzo, de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad.

El ordenamiento jurídico también establece una nítida distinción entre las


materias de investigación y persecución de los delitos que corresponden al poder
judicial (con el auxilio de la denominada policía judicial) y la seguridad
pública/ciudadana. Esta última corresponde a la denominada policía de seguridad,
con la que nos referimos a un servicio público de protección, prevención y
represión no jurisdiccional del delito mediante la vigilancia y el auxilio,
incluyendo en su caso el uso de la fuerza mediante los instrumentos legalmente
contemplados.

En la LO 2/1986 el artículo 1.4 determina que “El mantenimiento de la seguridad


pública se ejercerá por las distintas administraciones públicas a través de las
Fuerzas y Cuerpos de Seguridad.” Por lo que se reconoce que estas funciones no
forman parte de un monopolio de la administración estatal, sino que existen
distintas administraciones públicas con competencias en seguridad pública de
ámbito territorial autonómico y local. Sin embargo, la legislación no provee un
mismo protagonismo o intensidad en todas las FCS en cuanto a la actividad
material de mantenimiento de la seguridad ciudadana.

3
Seguridad Ciudadana
Prof.Marc Pintor
Universidad Miguel Hernández
Grado en Seguridad Pública y Privada

De forma general, mientras que las policías del Estado y algunas de las
autonómicas se hacen cargo del grueso de la criminalidad y de mantenimiento del
orden, las policías locales suelen ocuparse de combatir la pequeña delincuencia y
de velar por la convivencia y el cumplimiento de un amplio catálogo de normativas
administrativas. Más allá de la mayor o menor intensidad del ejercicio de
determinadas competencias, es indudable que en el sistema policial español todas
las FCS existentes desarrollan una misión única y en común del mantenimiento
de seguridad ciudadana, que puede definirse como la función básica, natural y
constitutiva de toda policía.

Con relación al reparto competencial, la LO 2/1986 regula de forma genérica un


sistema de competencias de las diferentes FCS según su territorialidad. Sin
embargo, hay autores como Barcelona (2006) que sugieren que aunque esta ley
orgánica cumplió su función para ordenar el sistema policial, se trata de una
norma que ha quedado desfasada por lo que no sería descabellado plantear una
reformulación o modificación del reparto formal de las funciones más básicas en
el mantenimiento de la seguridad ciudadana que se ajusten a las necesidades que
generan las nuevas dinámicas y demandas de seguridad así como un mejor
aprovechamiento de los recursos policiales existentes. Aunque una reforma de tal
magnitud pueda considerarse como compleja, esto no debería desalentar ninguna
iniciativa dirigida a optimizar el sistema policial ya existen otros casos cercanos (y
de éxito) como en el caso de Bélgica (Pyl, 2000) que reformuló por completo su
sistema, donde coexistían distintas policías, para lograr un mejor
aprovechamiento de los recursos y evitar disfucionalidades.

De hecho, la evolución de la seguridad ciudadana, nuevos riesgos y demandas


sociales evidencian la necesidad de adaptar los sistemas policiales para mejorar su
eficacia. En este sentido, en España el fenómeno de la glocalización de la
inseguridad ha influido en algunos procesos de transformación policial ya que
mientras que las policías estatales y algunas autonómicas intensifican vínculos y
coordinación con organismos de cooperación interpolicial para combatir el
terrorismo o el crimen organizado (Block, 2008) en el otro sentido las policías
locales y especialmente la de los grandes municipios (Ruano, 2014: Ruíz, 2010)
tratan de ocupar un papel central en el mantenimiento de la seguridad urbana que

4
Seguridad Ciudadana
Prof.Marc Pintor
Universidad Miguel Hernández
Grado en Seguridad Pública y Privada

permitan satisfacer las demandas ciudadanas derivadas de la pequeña


delincuencia depredatoria que afecta a la calidad de vida de los ciudadanos de
forma más directa.

Sobre el papel de las policías locales y sus funciones de seguridad ciudadana, hay
que precisar que una eventual reforma exige tener en cuenta que se trata de un
mapa policial muy asimétrico y heterogéneo en cuanto a efectivos y recursos, por
lo que resulta desaconsejable exigir las mismas funciones a todas ellas. Sin
embargo, muchos de estos cuerpos policiales cuentan con un nivel de
especialización, formación y recursos muy elevado por lo que se encuentran
capacitadas para respuestas más especializadas y específicas a los problemas
delictivos de los entornos urbanos, hecho hacia el que empiezan a orientarse
algunas políticas locales de seguridad.

Por lo expuesto, algunos autores (Barcelona, 2006) proponen una reforma legal
que establezca un reparto de responsabilidades en materia policía de seguridad
con diferentes niveles según la población, recursos y necesidades del municipio e
incluso llegan a proponer la existencia de auténticas policías locales integrales en
las grandes capitales, como ocurre en los sistemas policiales anglosajones. Sobre
estos aspectos ha sido sensible el legislador, que en la reforma de la la Ley de Bases
del Régimen Local operada en 2003 expresó en su disposición adicional décima de
que “se potenciará la participación de los Cuerpos de policía local en el
mantenimiento de la seguridad ciudadana, como policía de proximidad, así como
en el ejercicio de las funciones de policía judicial”.

5
Seguridad Ciudadana
Prof.Marc Pintor
Universidad Miguel Hernández
Grado en Seguridad Pública y Privada

3.2 LÍMITES DE LA POLICÍA DE SEGURIDAD.

Más allá del reparto de funciones y competencias que se ha tratado


anteriormente, el ordenamiento jurídico de un estado como el nuestro también
establece límites y controles para el ejercicio de policía de seguridad a fin de evitar
arbitrariedades e injerencias sobre los derechos y libertades que precisamente
deben ocuparse de garantizar. El artículo 53.1 CE recuerda “los derechos
fundamentales vinculan a todos los poderes públicos” y de forma específica el
articulo 5.1 a) de la LO 2/1986 que rige los principios de actuación de las FCS
precisa que sus miembros ejercerán las funciones encomendadas con absoluto
respeto al ordenamiento jurídico.

Sobre las funciones y límites de la policía de seguridad tuvo ocasión de


pronunciarse el Tribunal Constitucional en la STC 55/1990 cuyo fragmento pasa a
reproducirse y que por su contenido didáctico es un recurso legal muy útil para
abordar los límites de la actividad policial:

“De la Constitución se deduce que las Fuerzas de Policía están al


servicio de la comunidad para garantizar al ciudadano el libre y
pacífico ejercicio de los derechos que la Constitución y la Ley les
reconocen, y este es el sentido del art. 104.1 C.E. que puede
considerarse directamente heredero del art. 12 de la Declaración de
Derechos del Hombre y del Ciudadano, configurando a la Policía
como un servicio público para la comunidad, especializado en la
prevención y lucha contra la criminalidad, el mantenimiento del
orden y la seguridad pública y la protección del libre ejercicio de los
derechos y libertades. El art. 104.1 C.E. trata de asegurar la
adaptación del sistema policial, de sus funciones y de sus principios
básicos al orden constitucional, subrayando, en un plano positivo, y
en la misma línea que el art. 53 C.E., la función de garantía de
libertades y derechos fundamentales que también corresponde a la
Policía pero, al mismo tiempo, negativamente destacando que la
actuación de la fuerza de la Policía debe respetar también y
garantizar las libertades y derechos fundamentales del ciudadano.

6
Seguridad Ciudadana
Prof.Marc Pintor
Universidad Miguel Hernández
Grado en Seguridad Pública y Privada

El art. 104.1 C.E. refleja un necesario y no siempre fácil equilibrio en


relación con la actuación de las fuerzas de la Policía, que son un
instrumento necesario para asegurar la libertad y la seguridad de
los ciudadanos, pero que, al mismo tiempo, por la posibilidad de uso
legítimo de la fuerza y de medidas de coacción supone, en el caso
de extralimitaciones, una puesta en peligro de la libertad y
seguridad de aquéllos, así como de otros derechos y bienes
constitucionales de la persona (vida, integridad física, intimidad,
inviolabilidad del domicilio, etc.). Un orden constitucional
democrático es incompatible con el uso de métodos represivos
ilegítimos y por ello mismo exige una protección adecuada del
ciudadano frente al peligro de eventuales extralimitaciones, lo que
incluye también la posibilidad de acudir a la vía judicial para
reaccionar frente a los excesos y abusos, con trascendencia penal,
por parte de los miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad,
en el uso, en principio legítimo, de la fuerza y de los medios de
coacción.”

Siguiendo la línea de lo expuesto sobre los límites de la policía, las decisiones


restrictivas de derechos tomadas por las autoridades, así como aspectos propios
de la actividad policial como el uso de la fuerza o limitaciones de movimiento u
otras libertades están sujetas a tres tipos principales de límites: la finalidad, la
legalidad, la proporcionalidad (Acosta, 2016). Vamos a detallar brevemente que
significa cada uno de ellos.

Por límite de la finalidad se entiende lo establecido en el artículo 103.1 CE que


establece que la administración pública sirve con objetividad a los intereses
generales, por por lo que toda actuación policial también debe tener como
finalidad esta satisfacción del interés general. El límite de la legalidad (art. 9.3 CE)
viene referido en primer lugar a la reserva material de ley a que las autoridades
competentes sólo pueden actuar cuando tienen competencias expresamente
atribuidas y en segundo lugar a que la actividad policial debe estar prevista en una
norma de rango de ley, tanto en lo que concierne al supuesto de hecho en que

7
Seguridad Ciudadana
Prof.Marc Pintor
Universidad Miguel Hernández
Grado en Seguridad Pública y Privada

puede ser utilizada como en el fin de su uso (Blasco, 2016). Como afirma Barcelona
(1997) “el ordenamiento no es una traba para el ejercicio de las actividades
policiales sino, antes al contrario, el presupuesto de las mismas”.

Finalmente, con relación al límite de la proporcionalidad de la actividad policial


este supone un factor de medida entre la norma y la realidad que se pretende
proteger o modificar, es aquel límite que permite apreciar la innecesaridad o
desequilibrio de un recorte de libertad en relación con el fin perseguido, así como
la congruencia del medio usado. El Tribunal Constitucional expresó en su STC
37/1998, de 18 de febrero, que “la constitucionalidad de cualquier medida
restrictiva de derechos fundamentales viene determinada por la estricta
observancia del principio de proporcionalidad”. El alto tribunal ha establecido una
triple dimensión para interpretar la proporcionalidad de una medida o
intervención, desarrollado por ejemplo en la STC 66/1995, de forma que para
adoptar medidas privativas de derechos o libertades debe realizarse juicio de
idoneidad de la medida, es decir, que adecuada para la consecución del objetivo
propuesto así como juicio de necesidad, es decir, la inexistencia de un medio
menos lesivo para lograr el mismo fin y finalmente un juicio de proporcionalidad
en sentido estricto del que pueda derivarse un beneficio o interés general superior
al perjuicio particular que ocasiona.

Estos son los límites generales establecidos tanto para las decisiones adoptadas
por las autoridades de seguridad como por las FCS a sus órdenes, para las que en
el artículo 5 de la LO 2/1986, de 13 de marzo, de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad
se establecen unos principios básicos de actuación que además de limitar los
riesgos de arbitrariedad policial define como debe ser este servicio público de
seguridad. Dado que esta ley será objeto de desarrollo en otras asignaturas, aquí
se va a limitar a enumerar los seis principios básicos enumerándolos a modo de
recordatorio ya que son directamente de aplicación para el uso de las potestades
policiales que se estudiaran más adelante.

Así, podemos resumir estos principios como adecuación al ordenamiento jurídico


que implica el absoluto respeto a las leyes y desde posición neutral y no
discriminatoria, relaciones con la comunidad fundamentadas en el auxilio y

8
Seguridad Ciudadana
Prof.Marc Pintor
Universidad Miguel Hernández
Grado en Seguridad Pública y Privada

protección al ciudadano actuando con decisión necesaria en base a principios de


congruencia y oportunidad y proporcionalidad, el tratamiento con detenidos que
se lleven a cabo ajustado a los requisitos legales, la dedicación profesional
obligada en todo momento o lugar, se hallen de servicio o no, en defensa de la
seguridad ciudadana, el secreto profesional respecto a las informaciones que
conozcan en ocasión de sus funciones y finalmente la responsabilidad personal
por actos que se lleven a cabo vulnerando las normas sin prejuicio de la
responsabilidad patrimonial que pueda corresponder a las administraciones
públicas.

3.3 POLICÍA Y SEGURIDAD CIUDADANA: PREVENCIÓN, REACCIÓN Y


ASISTENCIA.

Las intervenciones policiales se dan en situaciones donde se quiebra el orden


social, la equidad, la paz o los derechos de un ciudadano en las que el policía debe
valorar en unos minutos y en ocasiones segundos un comportamiento y tomar una
decisión (Torrente, 1997) que puede implicar acciones formales aplicando la ley
(law enforcement) , o ejecutar otro tipo de funciones, lo que implica que el policía
puede realizar funciones muy variadas y distintas entre sí para mantener la
seguridad ciudadana y el orden. En un plano más operativo, ¿qué tipo de
actividades o funciones se enmarcan en el ejercicio de la policía de seguridad? Una
clasificación muy genérica seria la siguiente:

- Función preventiva: Aquellas tareas destinadas a la preservación de evitar


que determinadas personas caigan o continúen en la delincuencia, así
como reducir el riesgo a que la ciudadanía sea víctima de infracciones o
delitos. Un ejemplo de estas tareas son los controles de paso en lugares
estratégicos, puntos estáticos y visibles de presencia policial pero también
aquellas tareas de relaciones con la comunidad para ofrecer consejos de
seguridad o incluso la difusión de información relevante de protección a
través de las redes sociales.

9
Seguridad Ciudadana
Prof.Marc Pintor
Universidad Miguel Hernández
Grado en Seguridad Pública y Privada

- Función reactiva: Son las tareas destinadas a proteger personas o bienes


ante sucesos urgentes de carácter delictivo para evitar su consumación o
perpetuación, auxiliar a la víctima/as y asegurar la identificación y
localización de los culpables. Ejemplo de estas actividades sería la de
detención de personas en delitos flagrantes, restablecer el orden en un
conflicto en la vía pública, la preservación de efectos, instrumentos o
pruebas del delito derivadas de un hecho delictivo, la identificación de
testigos en un robo, etc.

- Función asistencial: De carácter más residual pero que también puede


considerarse parte de las funciones de policía de seguridad, aunque sean
de forma conexas, serían aquellas actividades variadas en atención a
demandas sociales y auxilio como por ejemplo asistencia en accidentes de
todo tipo, localización de gente mayor o menores vulnerables,
intervención en conflictos vecinales o familiares, etc.

Sin prejuicio de esta clasificación general de las principales tareas de las


denominadas patrullas de seguridad ciudadana como equipos de intervención
básica de las diferentes FCS es importante precisar que no se trata de funciones
cerradas o repartidas entre otra u otra unidad, sino que frecuentemente se
realizan de forma simultánea e indiferenciada en las intervenciones policiales.

Por ejemplo, el caso de un grupo de patrullas que acude ante un requerimiento


urgente por una pelea con armas blancas en un parque público, la función reactiva
consistirá en restablecer el orden, auxiliar a los heridos, detener a los presuntos
autores, asegurar las pruebas, etc. pero es posible que tras la trifulca se decida
establecer un punto estático de prevención durante unas horas ante la posibilidad
que se genere un nuevo conflicto. Otro ejemplo de esta mezcla de funciones es la
que se daría en el transcurso de un requerimiento telefónico de asistencia a un
menor de edad merodeando sólo a altas horas de la noche, intervención
asistencial a través de la cual los agentes podría hallar indicios de un reciente
delito de violencia doméstica y detener a su responsable.

10
Seguridad Ciudadana
Prof.Marc Pintor
Universidad Miguel Hernández
Grado en Seguridad Pública y Privada

3.4 LA INVESTIGACIÓN CRIMINOLÓGICA SOBRE LOS MÉTODOS DE LA


POLICÍA DE SEGURIDAD

A pesar de que como se ha visto el ordenamiento jurídico atribuye a las FCS la


misión casi exclusiva de la garantía de la seguridad ciudadana la realidad
incontestable es que la policía tiene un papel y unas capacidades limitadas para
la prevención y represión general del delito (Dixon, 2005) sin embargo
paradójicamente es la institución a la que el público dirige sus quejas cuando
aparecen problemas de (in)seguridad y también se convierte en un recurso fácil
para determinados grupos políticos en lo relativo a programas electorales en
materia de seguridad. Por ello algunos autores hablan del mito de la efectividad
del uso intensivo de la “ley y orden” por parte de la policía como panacea a todos
los problemas de criminalidad (Bowling, Reiner y Sheptycki, 2019), una visión que
supone una distorsión sobre la realidad del trabajo policial, que la concibe
omnipresente y cuya idea es que a más policía o un uso más intensivo de esta se
pondrá solución a todos los problemas de criminalidad.

Es necesario contraponer esta visión utópica y populista con lo realmente útil, que
es el diseño de políticas de seguridad ciudadana basadas en la evidencia científica
y que reconozca los límites de hasta dónde es capaz de influir la policía por si sola
para la reducción de la criminalidad (Weisburd y Eck, 2003). Y lo cierto es que los
límites policiales empiezan desde la propia institución, puesto que los recursos
suelen ser escasos y el policía no puede estar en cada momento y lugar ejerciendo
una labor disuasoria. Además, la capacidad de detección y reacción frente al delito
es altamente dependiente de la colaboración ciudadana que proporciona
información como por ejemplo los avisos de personas que presencian o sospechan
de hechos delictivos u otras infracciones o la voluntad de participar en el proceso
penal de personas que han sido testigos de hechos delictivos y colaboran con la
policía para identificar a los autores/as.

Con lo argumentado no se pretende afirmar que la policía no pueda hacer nada


para evitar el delito en términos generales, nada más lejos de la realidad, ya que
su papel debe seguir siendo protagonista en la gobernanza de la seguridad
ciudadana, sobre todo en un contexto de empoderamiento ciudadano y

11
Seguridad Ciudadana
Prof.Marc Pintor
Universidad Miguel Hernández
Grado en Seguridad Pública y Privada

deslegitimización de las instituciones (Jaime y Torrente, 2017). De lo que se trata


es de alejarse de los impulsos populistas, de la opinión infundada, de los mitos y
por contra analizar la institución policial desde el rigor para entender (y aceptar)
sus limitaciones obvias y para explotar aquellas estrategias y enfoques que se
evalúen como más efectivas, puesto que no se ha de olvidar que como
administración pública no es ajena al deber de usar los recursos públicos con
eficiencia de forma que no se ocasione un gasto inútil que en nada repercuta al
interés general.

En España no se han realizado apenas estudios sistemáticos sobre la eficacia de


las actividades policiales para prevenir y detectar el delito, cuyo debate político y
académico es bastante reducido a diferencia de otros países. Sin embargo, si
existe investigación empírica en otros países que ha mostrado el limitado impacto
en las cifras generales de criminalidad de las prácticas tradicionales de la policía
como por ejemplo el patrullaje aleatorio, incrementar la rapidez de respuesta a
los incidentes o las investigaciones generalizadas de delitos (Weisburd y Eck, 2004)
mientras que los estudios sobre la incidencia en la seguridad ciudadana de más o
menos número de policías por habitante aún son inconcluyentes (Levitt, 2004),
cuestión esta que sería muy relevante abordar ya que no son pocas las
reivindicaciones profesionales y políticas en este sentido.

En los últimos años muchos estudios también se han ocupado de analizar los
efectos de las potestades policiales tradicionales como la identificación policial y
los registros corporales que, por su injerencia en las libertades personales, son a
menudo objeto de crítica social (Bradford y Loader, 2017). El estudio empírico de
estas potestades aún es inconcluyente, pero los estudios más importantes indican
que su efectividad como método disuasorio del delito tiene una relación con la
delincuencia a corto plazo cuando se aplican a nivel micro geográfico (Ratcliffe et
al. 2011; Weisburd et al. 2016). En España no se han llevado a cabo ningún
experimento de esta envergadura, pero es interesante la investigación realizada
por López-Riba (2019) quien a través de la recolección de datos longitudinales
encuentra relaciones significativas, aunque débiles de las identificaciones
policiales respecto a la reducción de algunos delitos contra la propiedad.

12
Seguridad Ciudadana
Prof.Marc Pintor
Universidad Miguel Hernández
Grado en Seguridad Pública y Privada

En definitiva, la evidencia empírica hasta la fecha sugiere que son aquellas


prácticas fundamentadas en el análisis delictivo, como la disuasión focalizada en
“hot spots” o la resolución de problemas, las que tienen un verdadero y
significativo impacto en la reducción de la criminalidad (Telep y Weisburd, 2012;
Sherman, 2013). A pesar de lo expuesto el funcionamiento de las distintas policías
españolas siguen siendo muy tradicionales, más reactivas que proactivas,
fundamentando el grueso de su actividad en una forma de trabajar generalmente
“a demanda” en vez de adoptar un rol proactivo.

A salvedad de algunas excepciones, el grueso de las organizaciones policiales de


España suelen limitar su función de policía de seguridad a acudir a los
requerimientos telefónicos, como si de una la rápida extinción de incendios se
tratará, una reducción a mínimos de la actividad policial que algunos autores han
denominado como estilo “fire-brigade policing” (Reiner, 2012) y por otro lado,
buscando reducir el miedo al delito a través a través de un vago concepto de
policía de proximidad que se limita a la cercanía del ciudadano con el patrullaje y
la presencia policial a pie (Jaime y Torrente, 2017) que generalmente carece de
una dirección estratégica dirigida a causar un impacto real en la seguridad objetiva
o subjetiva. En esta línea apuntan las conclusiones del estudio desarrollado por
Medina (2003) sobre el denominado “Plan Belloch” del Ministerio del Interior
basado en incrementar la presencia policial en los espacios públicos. Los
resultados de este estudio indicaron que el plan no tuvo prácticamente efectos en
la reducción del miedo al delito, aunque sí un ligero efecto en mejor imagen
ciudadana de la policía.

Sin embargo, el trabajo policial “de calle” también puede jugar un papel
fundamental en la adopción de estrategias de prevención del delito de mayor
alcance en el marco de una estrategia policial más general. Utilizando terminología
del campo de la salud pública, puede decirse que en los requerimientos urgentes
el policía reacciona ante el “síntoma” (comisión de un delito o infracción) pero que
puede venir provocado por una “enfermedad” (problema social). Por ello, cuando
la policía acude al lugar de un delito es porque se ha detectado el “síntoma” (la
infracción) y este puede volver a producirse de nuevo dado que la “enfermedad”
continuará presente si no se halla solución estable.

13
Seguridad Ciudadana
Prof.Marc Pintor
Universidad Miguel Hernández
Grado en Seguridad Pública y Privada

En este sentido a través de las funciones de policía de seguridad también es


posible una cierta anticipación de las manifestaciones del delito y tratar de impedir
que se reproduzcan en el futuro desde enfoques de policía proactiva y enfocada a
la resolución de problemas (Goldstein, 1979). No se trata de considerar al policía
como un trabajador social sino como un profesional de la seguridad pública capaz
de detectar problemáticas sociales (Álvarez, 1994) y o bien intervenir sobre los
mismos si está dentro de sus potestades o bien derivarlas a otros profesionales
especializados.

Para adoptar este enfoque de resolución de problemas delictivos en España urge


situarse a un nivel similar como en otros países en cuanto a la incorporación del
análisis delictivo (crime analysis) que en países como Estados Unidos juegan un
papel visible y central en los diferentes departamentos de policía (Boba, 2014). Así
mismo, es necesario diseñar estructuras policiales flexibles y dinámicas que
puedan integrar a otros actores de forma coordinada en la resolución de
problemas delictivos en un modelo de seguridad plural (Guillen, 2016) que
legitime la policía en un contexto de empoderamiento social y de crisis estatal en
su rol protector ante las múltiples demandas de inseguridad ciudadana.

En este contexto, otro de los campos de estudio policial que más interés está
teniendo en la comunidad policial y criminológica es como mejorar la percepción
de la legitimidad policial en la sociedad. Sobre esta cuestión, numerosas
investigaciones (Mazzerolle et al. 2013; Tyler, 2017) sugieren que a medida que
aumentan las percepciones de la policía como procedimentalmente justas, es
decir, que actúan bajo criterios neutrales, imparciales y que dan voz al ciudadano
cuando es preciso así como que sus fines son positivos para la sociedad, estas
muestran mayores predisposiciones a cumplir con las leyes y cooperar con la
policía respecto al efecto que tiene la amenaza de la sanción en caso de
incumplimiento. Los efectos beneficios que el hecho de mantener buenos niveles
de la legitimidad policial percibida puede tener en la policía de seguridad son más
evidentes, sobre todo en cuanto al ejercicio de las potestades policiales como la
identificación y registros.

14
Seguridad Ciudadana
Prof.Marc Pintor
Universidad Miguel Hernández
Grado en Seguridad Pública y Privada

Todo lo expuesto indica los beneficios de innovar hacia modelos de inteligencia


y proactividad policial que se sirvan del conocimiento y de las técnicas de análisis
delictivo para la toma de decisiones para una mejor eficacia y eficiencia en el
control del delito (Pintor, 2019). A modo de ejemplo sobre estos procesos de
análisis va a citar el propuesto por Ratcliffe (2018) quien ha ilustrado muy bien
como deberían estructurarse el circuito de toma de decisiones y de inteligencia
policial en la policía para intervenir de manera exitosa en los problemas delictivos
y otras conductas antisociales a través del modelo PANDA, que se aprecia en la
figura 1 y cuyas fases se describen a continuación:

Figura 1: Modelo PANDA de sistematización de estrategia policiales

Fuente: Ratcliffe (2018) Reducing Crime: A Companion for Police Leaders


(reducingcrime.com)

- Problem: Supone identificar los principales problemas que debe resolver la


policía, valorar si se trata de hechos cronificados o puntuales y asignar prioridades
según el daño social (social harm) que ocasionan.

15
Seguridad Ciudadana
Prof.Marc Pintor
Universidad Miguel Hernández
Grado en Seguridad Pública y Privada

- Analyze: Una vez determinados los problemas prioritarios, es necesario analizar


las posibles causas, las concentraciones espacio-temporales así como otros
factores de riesgo que puedan influir.

- Nominate: La tercera fase corresponde a establecer la estrategia para prevenir o


resolver el problema de criminalidad y establecer que recursos son necesarios, no
únicamente policiales.

- Deploy: Si bien es importante decidir la estrategia, también lo es la manera de


ejecutarla. En esta fase se nombran a los responsables de llevarla a cabo,
monitorizar su desarrollo y asegurar cubrir imprevistos y nuevas necesidades que
puedan surgir o incluso daños colaterales.

- Assess: Finalmente y muy importante, es evaluar cuales han sido los resultados
y el impacto global en el objetivo propuesto. Esta fase debe ser crítica también en
el sentido de aprender de los posibles errores cometidos o bien revisar si alguno
de los pasos anteriores no se ha realizado de forma correcta.

En conclusión, a esta sesión, se ha podido reflexionar acerca del rol de la policía


de seguridad en el mantenimiento de la seguridad ciudadana, que sujeta al
principio de legalidad y otros límites basados en el interés general y la
proporcionalidad en el uso de las potestades policiales, juega un papel
protagonista, pero en absoluto definitivo para el control de la criminalidad. La
literatura académica revisada indica la necesidad de una mejora de las políticas de
seguridad ciudadana y la gestión policial que planteen un cambio de paradigma de
funcionamiento en lo policial en España.

2.4. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS.

Acosta, P.. (2016). Derecho de la seguridad, responsabilidad policial y


penitenciaria. Tirant Lo Blanch.

Álvarez, M. (1994). Seguridad pública y bienestar social. Cuadernos de Trabajo


Social, (7), 141.

16
Seguridad Ciudadana
Prof.Marc Pintor
Universidad Miguel Hernández
Grado en Seguridad Pública y Privada

Barcelona, J. (1997). Policía y constitución. Tecnos.

Barcelona, J. (2006). Sobre el modelo policial español y sus posibles reformas.


Fundación Alternativas.

Blasco J. L. (2016). Seguridad ciudadana y potestad sancionadora. En Protección


jurídica del orden público, la paz pública y la seguridad ciudadana (pp. 15-36).
Tirant Lo Blanch.

Block, L. (2008). Combating organized crime in Europe: practicalities of police


cooperation. Policing: A Journal of Policy and Practice, 2(1), 74-81.

Boba. (2014). The effectiveness of crime analysis for crime reduction: Cure or
diagnosis?. Journal of Contemporary Criminal Justice, 30(2), 147-168.

Bowling, B, Reiner, R. y Sheptycki, J. (2019). The politics of the police. Oxford


University Press.

Bradford, B., y Loader, I. (2017). Policía, delincuencia y orden: el caso de la parada


y cacheo policial. Indret. (4), 22.

Dixon, D. (2005). Why don't the police stop crime?. Australian & New Zealand
Journal of Criminology, 38(1), 4-24.

Goldstein, H. (1979). Improving policing: A problem-oriented approach. Crime &


Delinquency, 25(2), 236-258.

Guillen, F. (2016). Policía: modelos, estrategias y reformas. De la policía


gubernativa a la seguridad plural. Revista Policía y Seguridad Pública, 205-234.

Jaime, O., y Torrente, D. (2017). Los desafíos de la Policía como actor político en
España. Revista Española de Ciencia Politica, 2017, vol. 45, num. Noviembre, p.
147-172.

17
Seguridad Ciudadana
Prof.Marc Pintor
Universidad Miguel Hernández
Grado en Seguridad Pública y Privada

Levitt, S. D. (2004). Understanding why crime fell in the 1990s: Four factors that
explain the decline and six that do not. Journal of Economic Perspectives, 18(1),
163-190.

López Riba, J.M. (2019). ¿Tienen las identificaciones policiales efectos preventivos
en la delincuencia?. International E-journal of Criminal Sciences, (14), 8.

Mazerolle, L., Bennett, S., Davis, J., Sargeant, E., y Manning, M. (2013). Procedural
justice and police legitimacy: A systematic review of the research
evidence. Journal of experimental criminology, 9(3), 245-274.

Medina, J. (2003). Inseguridad ciudadana, miedo al delito y policía en


España. Revista Electrónica de Ciencia Penal y Criminología, 5(3), 31-32.

Parejo, L. (2008). Seguridad pública y policía administrativa de seguridad. Tirant


Lo Blanch.

Pyl, G. (2000). La reforma de los cuerpos de policía en Bélgica. Revista Catalana de


Seguretat Pública, (6), 131-172.

Pintor, M. (2019). Inteligencia policial en España ¿un buen camino hacia la


prevención del delito?. En La Criminología que viene (p-141). Red de Jóvenes
Investigadores en Criminología.

Ratcliffe, J. H., Taniguchi, T., Groff, E. R., y Wood, J. D. (2011). The Philadelphia foot
patrol experiment: A randomized controlled trial of police patrol effectiveness in
violent crime hotspots. Criminology, 49(3), 795-831.

Ratcliffe, J. (2018). Reducing crime: A companion for police leaders. Routledge.

Reiner, R. (2012). In praise of fire brigade policing: Contra common sense


conceptions of the police role. The Howard League for Penal Reform.

18
Seguridad Ciudadana
Prof.Marc Pintor
Universidad Miguel Hernández
Grado en Seguridad Pública y Privada

Ruano, J. M. (2014). La política local de seguridad en las grandes ciudades. El caso


de la transformación de la policía municipal de Madrid. Cuadernos de Gobierno y
Administración Pública, 1(2), 139-157.

Ruíz, J.R. (2010). La gestión urbana de la seguridad: Política criminal y


municipios. Revista Electrónica de Ciencia Penal y Criminología, 12(09), 1-25.

Sherman, L. W. (2013). The rise of evidence-based policing: Targeting, testing, and


tracking. Crime and Justice, 42(1), 377-451.

Telep, C. W., y Weisburd, D. (2012). What is known about the effectiveness of


police practices in reducing crime and disorder?. Police Quarterly, 15(4), 331-357.

Tyler, T. (2017). Procedural justice and policing: A rush to judgment?. Annual


Review of Law and Social Science, 13, 29-53.

Torrente, D. (1997). La sociedad policial: poder, trabajo y cultura en una


organización local de policía. Edicions Universitat de Barcelona.

Weisburd, D., y Eck, J. E. (2004). What can police do to reduce crime, disorder, and
fear?. The Annals of the American Academy of Political and Social Science, 593(1),
42-65.

Weisburd, D., Wooditch, A., Weisburd, S., y Yang, S. M. (2016). Do stop, question,
and frisk practices deter crime? Evidence at microunits of space and
time. Criminology & Public Policy, 15(1), 31-56.

19
Seguridad Ciudadana
Prof.Marc Pintor
Grado en
Seguridad Pública
y Privada

Seguridad Ciudadana
Sesión 4: Ley Orgánica 4/2015: Objeto, fines y ámbitos de aplicación

Prof. Marc Pintor


DOCENTE E INVESTIGADOR CENTRO CRÍMINA UMH
Universidad Miguel Hernández
Grado en Seguridad Pública y Privada

LOS MATERIALES DE LA ASIGNATURA SEGURIDAD CIUDADANA NO PUEDEN SER COPIADOS, REPRODUCIDOS,


ALMACENADOS O TRANSMITIDOS DE NINGUNA FORMA, NI POR NINGÚN MEDIO, SEA ESTE MECÁNICO, GRABACIÓN O
CUALQUIER OTRO, SIN LA PREVIA AUTORIZACIÓN ESCRITA DE SUS AUTORES.

1
Seguridad Ciudadana
Prof.Marc Pintor
Universidad Miguel Hernández
Grado en Seguridad Pública y Privada

ÍNDICE

4.1 La ley orgánica 4/2015 de protección de seguridad ciudadana.


Justificación y críticas. ............................................................................... 3
4.2 Disposiciones generales de la LO 4/2015 .......................................... 7
4.3 La regulación de la documentación personal en la LO 4/2015 ....... 13
4.4. Referencias bibliográficas. ............................................................... 14

2
Seguridad Ciudadana
Prof.Marc Pintor
Universidad Miguel Hernández
Grado en Seguridad Pública y Privada

4.1 LA LEY ORGÁNICA 4/2015 DE PROTECCIÓN DE SEGURIDAD


CIUDADANA. JUSTIFICACIÓN Y CRÍTICAS.

En prácticamente todas las legislaciones de países democráticos existen normas


que regulan las potestades policiales ya que estas suponen una injerencia sobre
las libertades personales por parte del Estado a la que se hace necesaria dotar de
garantías y límites como los tratados en la sesión anterior. En este sentido y como
recuerda el Tribunal Constitucional en la STC 341/1993 “la eficacia en la
persecución del delito, cuya legitimidad es incuestionable, no puede imponerse, sin
embargo, a costa de los derechos y libertades fundamentales”. Por ello, en los
estados de nuestro entorno las potestades en materia de seguridad ciudadana
suelen regularse o bien en las leyes generales de enjuiciamiento criminal o código
penales, como el caso de Francia, o bien en leyes especiales como por ejemplo en
el caso de Reino Unido a través de la Police and Criminal Evidence Act.

En España estas potestades fueron reguladas a través de la Ley Orgánica 1/1992


de Protección de la Seguridad Ciudadana, llamada por algunos críticos como “Ley
de patada en la puerta” y que posteriormente fue derogada y substituida por la
Ley Orgánica 4/2015 de Protección de la Seguridad Ciudadana (de ahora en
adelante LOPSC) que la actualizó y que también recibió una denominación
peyorativa por parte de sus sectores críticos que la bautizaron como “Ley
mordaza” debido a la existencia de infracciones que, según este sector, van
dirigidas a limitar el libre ejercicio del derecho a reunión y manifestación. Como
puede apreciarse, la regulación de las potestades policiales en España no ha
estado exenta de polémicas y controversias, muy probablemente por la
sensibilidad derivada del abuso de las potestades policiales durante el régimen
franquista y el daño social sobre la imagen de la policía que ocasionó.

En esta sesión y las sucesivas se abordará el estudio técnico y jurídico de la LOPSC


ya que es la norma básica que delimita el alcance y límites de la administración
para la prevención y represión de conductas infractoras que afectan a la seguridad
ciudadana. Esto es, sin perjuicio de considerar que la LOPSC ocupa un lugar en el
ordenamiento jurídico limítrofe con la Ley de Enjuiciamiento Criminal (LECrim) en
cuánto a potestades policiales. Puede decirse que la LOPSC es una norma más

3
Seguridad Ciudadana
Prof.Marc Pintor
Universidad Miguel Hernández
Grado en Seguridad Pública y Privada

amplia y genérica que abarca un conjunto de actuaciones para las funciones de


prevención e indagación de infracciones penales y administrativas, que en todo
caso es subsidiaria en supuestos de hecho en los que existan indicios suficientes y
claros de delito en cuya situación sería la regulación de potestades policiales
contenida en la LECrim a la que cabría acudir para justificar legalmente la
intervención policial.

Como ya se ha mencionado, la LOPSC actual fue modificada en 2015 y para


abordar su estudio es necesario entender los motivos que el Legislador aludió en
aquel momento para la reforma. Según se justifica en la exposición de motivos, la
LOPSC se justifica por “el simple transcurso del tiempo, con la perspectiva que
ofrece de las virtudes y carencias de las normas jurídicas, los cambios sociales
operados en nuestro país, las nuevas formas de poner en riesgo la seguridad y la
tranquilidad ciudadanas, los nuevos contenidos que las demandas sociales
incluyen en este concepto, la imperiosa necesidad de actualización del régimen
sancionador o la conveniencia de incorporar la jurisprudencia constitucional en
esta materia justifican sobradamente un cambio legislativo”.

A pesar de dicha justificación, la reforma de la LOPSC tampoco ha sido pacífica


desde el punto de vista del derecho constitucional y administrativo en los que
algunos autores se muestran especialmente críticos (Bilbao, 2015; Presno, 2016)
ya que consideran que la LOPSC se encuadra en una orientación neoconservadora
de política de seguridad, critican lo desproporcionado e indeterminado de algunas
de sus infracciones y la consiguiente afectación a la seguridad jurídica y la excesiva
discrecionalidad en algunas potestades, todo esto con especial relación a los
límites que pueden ejercerse sobre el ejercicio del derecho de reunión y
manifestación. Así mismo estos autores señalan que la LOPSC supone una
expansión del derecho administrativo sancionador de una serie de
comportamientos peligrosos como mero instrumento para generar tranquilidad
ciudadana.

Desde el Poder Judicial la LOPSC no ha recibido mejores críticas, puesto que en el


Informe del Consejo General del Poder Judicial de 27 de febrero del 2014 sobre el
anteproyecto de Ley se concluyó que “proyecto sigue la línea marcada por el

4
Seguridad Ciudadana
Prof.Marc Pintor
Universidad Miguel Hernández
Grado en Seguridad Pública y Privada

Proyecto de reforma del Código Penal, situándose en lo que se ha venido a llamar


Derecho penal de la peligrosidad.” Ciertamente la LOPSC es indisociable a la
reforma penal de carácter expansivo que se llevó a cabo a través de la LO 1/2015
de reforma del Código Penal y que conllevó a la desaparición de las antiguas faltas,
algunas de las cuáles pasaron a ser consideradas delitos leves en el actual código
penal mientras que otras pasaron a ser sancionadas administrativamente y
recogidas en el cuadro de infracciones, tratándose ambas reformas, la LOPSC y el
Código Penal, de una misma política criminal que algunos autores como Díez
Ripollés (2006) etiquetan como propias de un modelo securitario de la seguridad
ciudadana basada en ley y orden.

A pesar de la razón de los argumentos jurídicos que son críticos sobre la técnica
legislativa utilizada que lleva a la indeterminación de alguno de los supuestos de
hecho de algunas infracciones o la necesidad de mayores consensos sociales del
papel del derecho administrativo sancionador en seguridad ciudadana, lo cierto es
que hay que distinguir entre la crítica jurídica, dirigida a un correcto engarce
constitucional de la LOPSC, respecto a las críticas más desacerbadas desde algunos
sectores sociales y políticos que sin realizar análisis sosegados de su contenido
demandan la completa suspensión de una ley de seguridad ciudadana que es un
instrumento necesario para regular la potestades policiales necesarias y sus
límites, una ley sobre cuyos muchos preceptos tienen precisamente la finalidad de
facilitar la garantía de los derechos y libertades. Como ya se ha abordado en el
estudio de los límites policiales, las FCS requieren habilitaciones legales eficaces a
la vez que respetuosas con las libertades para combatir la criminalidad y proteger
la seguridad de las personas, o si se prefiere, la seguridad de los derechos
atendiendo al valor instrumental del derecho a la seguridad que se abordó en la
segunda sesión.

En este sentido la reforma del 2015 de la LOPSC también ha merecido juicios


positivos como por ejemplo el hecho que ha precisado de mejor modo los
supuestos en los cuales los miembros de las FCS pueden realizar identificación de
personas (Bilbao, 2015) y concretado nuevas garantías como por ejemplo la
obligación de extender volantes justificativos de permanencia en comisarías a los
efectos de identificación. Así mismo la LOPSC prohíbe con norma de rango

5
Seguridad Ciudadana
Prof.Marc Pintor
Universidad Miguel Hernández
Grado en Seguridad Pública y Privada

administrativo una serie de comportamientos que al desaparecer como falta en el


Código Penal hubiesen quedado impunes, como por ejemplo el deslucimiento de
bienes muebles e inmuebles, el abandono de instrumentos de consumo de droga
en circunstancias peligrosas o el hecho dejar sueltos o en condiciones de causar
daños a animales feroces o dañosos entre otras prohibiciones.

En cualquier caso es de rigor mencionar en estos materiales que actualmente


varios de los preceptos más criticados de la LOPSC se encuentran recurridos en
el Tribunal Constitucional y aún está pendiente de resolución por este órgano
quien en una nota informativa del 18 de junio del 2020 informó que aún existía
una falta de acuerdo entre los ponentes y que “El Pleno continuará realizando un
análisis de los diversos preceptos impugnados, dada la complejidad de la
materia y su sensibilidad político-social. Ello exige la articulación de
razonamientos jurídicos minuciosos y precisos". No cabe duda que el
pronunciamiento del TC será trascendental o conducirá a una nueva reforma de la
LOPSC y en todo caso permitirá conocer lo acertado o no tanto de la justificación
del legislador como de las críticas mencionadas.

El objetivo de esta sesión y las dos siguientes dedicadas a la LOPSC es la de


diseccionar aquellos elementos más fundamentales (no todo su conjunto) y
analizarlos desde un punto de vista jurídico de forma que el alumno/a pueda
entenderla desde un punto de vista técnico y objetivo, lejos de las consideraciones
sociales y políticas que sobre esta norma se realizan.

Empezando por la estructura, la LO 4/2015 se articula en las siguientes partes:

- CAPÍTULO I: Disposiciones generales.


- CAPITULO II: Documentación e identificación personal.
- CAPÍTULO III: Actuaciones para el mantenimiento y restablecimiento de la
seguridad ciudadana.
- CAPÍTULO IV: Potestades especiales de la policía administrativa de
seguridad.

6
Seguridad Ciudadana
Prof.Marc Pintor
Universidad Miguel Hernández
Grado en Seguridad Pública y Privada

- CAPÍTULO V Régimen sancionador.


- DISPOSICIONES ADICIONALES
- DISPOSICIÓN DEROGATORIA
- DISPOSICIONES FINALES

4.2 DISPOSICIONES GENERALES DE LA LO 4/2015.


El capítulo I de la LO 4/2015 regula una serie de disposiciones generales que
delimitan el objeto de la misma, el ámbito de aplicación, así como los principios
que lo regulan de la forma siguiente:

Artículo 1. Objeto.

1. La seguridad ciudadana es un requisito indispensable para el pleno ejercicio de


los derechos fundamentales y las libertades públicas, y su salvaguarda, como
bien jurídico de carácter colectivo, es función del Estado, con sujeción a la
Constitución y a las Leyes.

2. Esta Ley tiene por objeto la regulación de un conjunto plural y diversificado


de actuaciones de distinta naturaleza orientadas a la tutela de la seguridad
ciudadana, mediante la protección de personas y bienes y el mantenimiento de
la tranquilidad de los ciudadanos.

El objeto de la LOPSC es, por tanto, la salvaguarda de la seguridad como bien


jurídico de carácter colectivo, es decir, un derecho a la seguridad que como ya se
expuso está reconocido en la Constitución en plano de igualdad con el derecho a
la libertad (art. 17) aunque se recuerda nuevamente su naturaleza instrumental.
Aunque se ha dicho que la LOPSC regula gran parte de las potestades de policía de
seguridad, el artículo 1.2 ya advierte que la ley va más allá y regula un conjunto
plural y diversificado de actuaciones que como se verá alcanza a la potestad de
intervenir en ámbitos tan diversos como documentación personal y extranjería,
establecimientos donde se ejercen actividades relevantes para la seguridad,
intervención sobre fabricación, tenencia o uso de armas reglamentadas o
prohibidas, tenencia ilícita de drogas, establecimientos, alteraciones en reuniones
y manifestaciones, etc.

7
Seguridad Ciudadana
Prof.Marc Pintor
Universidad Miguel Hernández
Grado en Seguridad Pública y Privada

El artículo 2 delimita cuál es el ámbito de aplicación, que es el territorio nacional


sin prejuicio de las competencias que hayan asumido las comunidades autónomas
en esta materia (como el caso de Cataluña y País Vasco) y del resto de la legislación
del Estado sobre seguridad pública y especialmente la sectorial. En este artículo se
precisa también que la regulación de las prescripciones para velar sobre el orden
en espectáculos públicos queda fuera del alcance de la LO 4/2015, aunque esta ley
contempla algunas potestades e infracciones para situaciones de alteración del
orden.

El artículo 3 define los fines específicos de la LO 4/2015, los cuáles son importantes
ya que detallan el interés general que deben guiar las acciones de los poderes
públicos en el marco de esta ley y que son los siguientes:
Como se puede apreciar, más allá de la protección de derechos y libertades en un
sentido más genérico, se destacan fines más específicos que permiten

a) La protección del libre ejercicio de los derechos fundamentales y las


libertades públicas y los demás derechos reconocidos y amparados por el
ordenamiento jurídico.

b) La garantía del normal funcionamiento de las instituciones.

c) La preservación de la seguridad y la convivencia ciudadanas.

d) El respeto a las Leyes, a la paz y a la seguridad ciudadana en el ejercicio


de los derechos y libertades.

e) La protección de las personas y bienes, con especial atención a los


menores y a las personas con discapacidad necesitadas de especial
protección.

f) La pacífica utilización de vías y demás bienes demaniales y, en general,


espacios destinados al uso y disfrute público.

g) La garantía de las condiciones de normalidad en la prestación de los


servicios básicos para la comunidad.

h) La prevención de la comisión de delitos e infracciones administrativas


directamente relacionadas con los fines indicados en los párrafos anteriores
y la sanción de las de esta naturaleza tipificadas en esta Ley.

i) La transparencia en la actuación de los poderes públicos en materia de


seguridad ciudadana. 8
Seguridad Ciudadana
Prof.Marc Pintor
Universidad Miguel Hernández
Grado en Seguridad Pública y Privada

comprender la razón de la tipificación de algunas infracciones comprendidas en la


LOPSC. Por ejemplo, la pacifica utilización de vías o espacios públicos, el normal
funcionamiento de las instituciones y los servicios básicos de la comunidad o la
prevención de delitos e infracciones administrativas.

Sin embargo y como se ha venido repitiendo a lo largo de las sesiones, el Tribunal


Constitucional ha fallado en numerosas ocasiones que dichos fines no pueden
sobrepasar límites que sacrifiquen de forma injustificada otros derechos, por ello
el artículo 4 establece cuáles son los principios rectores de la acción de los poderes
públicos respecto la seguridad ciudadana y que son los siguientes:

Art.4

1. El ejercicio de las potestades y facultades reconocidas por esta Ley a las


administraciones públicas y, específicamente, a las autoridades y demás
órganos competentes en materia de seguridad ciudadana y a los miembros
de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad se regirá por los principios de
legalidad, igualdad de trato y no discriminación, oportunidad,
proporcionalidad, eficacia, eficiencia y responsabilidad, y se someterá al
control administrativo y jurisdiccional.

En particular, las disposiciones de los capítulos III y V deberán


interpretarse y aplicarse del modo más favorable a la plena efectividad
de los derechos fundamentales y libertades públicas, singularmente de
los derechos de reunión y manifestación, las libertades de expresión e
información, la libertad sindical y el derecho de huelga.

2. En particular, la actuación de los miembros de las Fuerzas y Cuerpos de


Seguridad está sujeta a los principios básicos de actuación regulados en
el artículo 5 de la Ley Orgánica 2/1986, de 13 de marzo, de Fuerzas y
Cuerpos de Seguridad

Además de los principios de legalidad y proporcionalidad, que fueron tratados en


la sesión anterior, se mencionan de forma concreta los de igualdad de trato y no
discriminación, así como el sometimiento al control jurisdiccional de toda medida
e intervención emanada de la LO 4/2015. Se trata de unos principios necesarios

9
Seguridad Ciudadana
Prof.Marc Pintor
Universidad Miguel Hernández
Grado en Seguridad Pública y Privada

de delimitar en una ley que regula potestades policiales tales como la


identificación y registro de personas, aspectos que son objeto de crítica social y
académica en cuanto al posible sesgo racial que puede conllevar su uso
indiscriminado.

En el segundo apartado el legislador recuerda a las autoridades de seguridad y FCS


la especial protección jurídica como derechos fundamentales de los derechos de
reunión, manifestación, expresión, huelga, etc. y la obligación de aplicación la
aplicación de la cláusula “favor libertatis” que determina que, existiendo varias
medidas de intervención posible, se deberá elegir aquella medida que resulte
menos restrictiva o lesiva para el ciudadano, también en cuanto a las dudas que
puedan generar la interpretación sobre si se da o no el supuesto de hecho de
alguna de las infracciones contempladas en el capítulo V. Así mismo, el artículo 4.2
realiza una remisión particular a que las actuaciones de las FCS respecto a las
potestades de la LO 4/2015 también deben regirse a los principios básicos de
actuación general ya mencionados en la sesión anterior.

Art.4

3. La actividad de intervención se justifica por la existencia de una amenaza


concreta o de un comportamiento objetivamente peligroso que,
razonablemente, sea susceptible de provocar un perjuicio real para la
seguridad ciudadana y, en concreto, atentar contra los derechos y
libertades individuales y colectivos o alterar el normal funcionamiento de
las instituciones públicas. Las concretas intervenciones para el
mantenimiento y restablecimiento de la seguridad ciudadana se realizarán
conforme a lo dispuesto en el capítulo III de esta Ley.

Finalmente, en el artículo 4.3 se establece como último principio rector la


justificación de la intervención en el concepto de amenaza y peligro, conceptos
que como indica Parejo (2008) se han convertido en institutos básicos del derecho
administrativo de la seguridad pública y que conlleva un impacto evidente en la
misión servicios de seguridad y la anticipación de las barreras punitivas. Añade el
artículo 4.3 que dicha amenaza debe ser razonablemente susceptible de provocar
un perjuicio real, limitando por tanto la interpretación a la exigencia de motivación

10
Seguridad Ciudadana
Prof.Marc Pintor
Universidad Miguel Hernández
Grado en Seguridad Pública y Privada

racional y finalmente anticipa que en el capítulo 3 se detallan esas intervenciones


con las que se podrá intervenir sobre las amenazas y su regulación.

El artículo 5 señala que es el Gobierno, a través del Ministerio del Interior y de los
demás órganos competentes, como los delegados del gobierno, así como las FCS
a sus órdenes a quienes corresponde la preparación, dirección y ejecución de la
administración general de la política de seguridad ciudadana, reconociendo sin
embargo que serán autoridades y órganos competentes en lo relativo a las
facultades de esta ley aquellas comunidades autónomas que hayan asumido las
competencias para el mantenimiento de la seguridad ciudadana y que cuenten
con cuerpo de policía propio así como las autoridades locales en el marco de las
facultades que les corresponden.

Por lo tanto, la LO 4/2015 no establece ni un mando único ni una política


centralizada en el Ministerio del Interior, sino un marco de competencias
concurrentes. En este marco de reconocimiento como autoridades de seguridad a
diferentes niveles el artículo 6 establece un mandato de cooperación
interadministrativa fundamentados en los principios de cooperación y lealtad
institucional en el intercambio de información y asistencia técnica necesaria.

Finalmente, el artículo 7 establece un especial deber de colaboración para la


consecución de los fines del que se han visto anteriormente (art.3) en lo que
algunos autores denominan que es una apuesta por la inclusión de “prácticas de
naturaleza gerencial” en lo relativo a la mejora de coordinación entre instancias
públicas y entidades privadas en el gobierno de la seguridad (Presno, 2016).

Además, el régimen sancionador prevé como infracción grave del artículo 36.15
“La falta de colaboración con las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad en la
averiguación de delitos o en la prevención de acciones que puedan poner en riesgo
la seguridad ciudadana en los supuestos previstos en el artículo 7.”

11
Seguridad Ciudadana
Prof.Marc Pintor
Universidad Miguel Hernández
Grado en Seguridad Pública y Privada

En concreto, se establece el especial deber de colaboración de:

- Autoridades y funcionarios públicos de cualquier clase: Tienen el deber


de colaboración, en el campo de sus respectivas competencias y de
acuerdo con su normativa específica, deben prestar auxilio que sea posible
y adecuado, así como una obligación específica de poner en conocimiento
de la autoridad competente hechos que perturben o puedan perturbar
gravemente la seguridad ciudadana. Se establece un deber superior
respecto al personal que realice funciones de policía administrativa.

- Particulares: Autoridades, órganos de seguridad y los miembros de las FCS


podrán recabar ayuda y colaboración en la medida necesaria,
especialmente en los casos de grave calamidad pública o catástrofe
extraordinaria. Se establece un límite al deber de colaboración al hecho
que no implique riesgo personal para los particulares y que, en todo caso,
los daños y perjuicios derivados del cumplimiento de esta colaboración
deberán ser indemnizados según la legislación vigente.

- Seguridad Privada: Se establece un deber de auxilio especial a las FCS por


parte de las empresas y personal de seguridad privada y los despachos de
detectives privados, quienes en el ejercicio de sus funciones deben
prestarle colaboración que precisen y seguir sus instrucciones en los
términos de la legislación sectorial con un rol colaborador y
complementario de este sector respecto a la seguridad pública.

12
Seguridad Ciudadana
Prof.Marc Pintor
Universidad Miguel Hernández
Grado en Seguridad Pública y Privada

4.3 LA REGULACIÓN DE LA DOCUMENTACIÓN PERSONAL EN LA LO


4/2015

La regulación sobre la documentación personal es uno de los aspectos menos


asociados a la LO 4/2015, ya que no suele asociarse al mantenimiento de la
seguridad ciudadana, sin embargo, es obvio que la existencia de estos documentos
influye en la eficacia de las tareas de prevención e indagación delictivas, puesto
que permiten rápidamente la identificación plena de su poseedor. Eso no significa
que los documentos de identidad hayan sido creados exclusivamente por motivos
securitarios, dado que sirven como herramienta de identificación universal ante
cualquier institución pública o privada, sin embargo, el legislador encontró
adecuado regular sus obligaciones a través de la ley de protección de seguridad
ciudadana. En la LO 4/2015 se regula en el Capítulo V, que determina cuales son
los derechos y obligaciones con relación al catálogo de documentos que el Estado
expide con la finalidad de establecer mecanismos de identificación fiables tanto
de los ciudadanos españoles como de los ciudadanos extranjeros que se
encuentren en territorio español.

La ley establece que corresponde al Ministerio del Interior, concretamente a


través de la Policía Nacional, la competencia exclusiva para la dirección,
organización y gestión de confección y expedición del Documento Nacional de
Identidad (DNI) igual que con relación al pasaporte español, aunque esta se trata
de una competencia compartida con las representaciones diplomáticas y
consulares de España en el extranjero. La LO 4/2015 realiza las siguientes
definiciones de estos documentos y sus obligaciones:

- DNI: Tiene la consideración de documento público, oficial, personal e


intransferible, el cual tiene suficiente valor por sí solo para la acreditación
de la identidad y los datos personales de su titular.

1) Obligación de obtenerlo a los 14 años


2) Obligación de mantenerlo en vigor y custodiarlo con la debida
diligencia

13
Seguridad Ciudadana
Prof.Marc Pintor
Universidad Miguel Hernández
Grado en Seguridad Pública y Privada

3) Obligación de exhibirlo y permitir la comprobación de las medidas de


seguridad cuando fuesen requeridos por autoridad o sus agentes en las
funciones de indagación y prevención delictiva
4) Obligación de denunciar tan pronto como sea posible su sustracción o
extravío.

- Pasaporte: Documento público, personal, individual e intransferible que,


salvo prueba en contrario, acredita la identidad y la nacionalidad de los
ciudadanos españoles fuera de España, y dentro del territorio nacional, las
mismas circunstancias de los españoles no residentes.

1) Su obtención no es obligatoria.
2) Puede restringirse el derecho a su obtención en caso de condena o
medidas privativas de libertad, acuerdo judicial de retirada, imposición
de medidas de libertad vigilada o prohibición de salida de España, etc.
3) Mismas obligaciones que los puntos 1, 3 y 4 del DNI.

En relación con la acreditación de identidad de ciudadanos extranjeros, el artículo


13 establece que aquellos que se encuentren en territorio español tienen derecho
y obligación de conservar y portar consigo la documentación que acredita su
identidad del país de origen o procedencia, así como la que acredite situación
regular en España y que no podrán ser privados de la misma salvo en el curso de
investigaciones judiciales de carácter penal. Con respecto a estos documentos
extranjeros, sus poseedores tienen las mismas obligaciones que el punto 3 del DNI.

4.4. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS.

Acosta, P. (2016). Derecho de la seguridad, responsabilidad policial y penitenciaria.


Tirant Lo Blanch.

Parejo, L. (2008). Seguridad pública y policía administrativa de seguridad. Tirant


Lo Blanch.

14
Seguridad Ciudadana
Prof.Marc Pintor
Universidad Miguel Hernández
Grado en Seguridad Pública y Privada

Presno, M. A. (2016). La expansión del derecho administrativo sancionador


securitario: Análisis constitucional de la Ley Orgánica para la protección de la
seguridad ciudadana. En Protección jurídica del orden público, la paz pública y la
seguridad ciudadana (pp. 37-62). Tirant Lo Blanch.

Bilbao, J.M. (2015). La llamada Ley mordaza: la Ley Orgánica 4/2015 de protección
de la seguridad ciudadana. Teoría y realidad constitucional, (36), 217-260

Díez Ripollés, J.L. (2005). De la sociedad del riesgo a la ciudadanía: un debate


desenfocado. Revista Electrónica de Ciencia Penal y Criminología. 7(1): 1–37.

15
Seguridad Ciudadana
Prof.Marc Pintor
Grado en
Seguridad Pública
y Privada

Seguridad Ciudadana
Sesión 5: Ley Orgánica 4/2015: La regulación de las potestades policiales.

Prof. Marc Pintor


DOCENTE E INVESTIGADOR CENTRO CRÍMINA UMH
Universidad Miguel Hernández
Grado en Seguridad Pública y Privada

LOS MATERIALES DE LA ASIGNATURA SEGURIDAD CIUDADANA NO PUEDEN SER COPIADOS, REPRODUCIDOS,


ALMACENADOS O TRANSMITIDOS DE NINGUNA FORMA, NI POR NINGÚN MEDIO, SEA ESTE MECÁNICO, GRABACIÓN O
CUALQUIER OTRO, SIN LA PREVIA AUTORIZACIÓN ESCRITA DE SUS AUTORES.

1
Seguridad Ciudadana
Prof.Marc Pintor
Universidad Miguel Hernández
Grado en Seguridad Pública y Privada

ÍNDICE

1. CONTENIDO
5.1 El presupuesto de los indicios racionales y la discrecionalidad policial.
................................................................................................................... 3
5.2 Potestades generales de la policía de seguridad ............................... 5
5.2.1 Art. 14: Órdenes y prohibiciones. .................................................... 5
5.2.2 Art. 15: Entradas y registros en domicilio y edificios y organismos
oficiales. .................................................................................................... 6
5.2.3 Art.16: Identificaciones de personas. .............................................. 7
5.2.4 Art.17 Restricción del tránsito y controles en las vías públicas. .... 13
5.2.5 Art.18 Comprobaciones y registros en lugares públicos................ 14
5.2.6 Art.20 Registros corporales externos............................................. 15
5.2.7 Art.21 Medidas de seguridad extraordinarias. .............................. 17
5.2.8 Art.23 Reuniones y manifestaciones.............................................. 18
5.3 Arts.25-29: Potestades especiales de policía administrativa de
seguridad. ................................................................................................ 19
5.4 Referencias bibliográficas. ............................................................... 20

2
Seguridad Ciudadana
Prof.Marc Pintor
Universidad Miguel Hernández
Grado en Seguridad Pública y Privada

5.1 EL PRESUPUESTO DE LOS INDICIOS RACIONALES Y LA


DISCRECIONALIDAD POLICIAL.

De forma previa al estudio individualizado de las diferentes potestades policiales


contempladas en la LOPSC se va a definir y detallar el concepto de los “indicios
racionales” en el marco de la actividad policial de indagación y prevención del
delito. Este importante concepto que parte del derecho procesal penal, desde
donde ha sido más desarrollado doctrinalmente, se ha extendido al derecho
administrativo securitario como un requisito que justifica y habilita la ejecución de
potestades policiales como un presupuesto habilitante previo a ejercer una
potestad policial. En la LOPSC estos indicios pueden ser de distinta clase: de
participación en infracciones, de eventual presencia de objetos o instrumentos
prohibidos o incluso sobre que en determinado lugar pueda producirse una
perturbación de la seguridad ciudadana o pacífica convivencia, de ahí lo esencial
de entender la relevancia de este concepto jurídico en el marco del ejercicio
policial.

Algunos autores sitúan en un plano de excesiva subjetividad policial en la toma de


decisiones la existencia de presupuestos genéricos basados en la presencia de
indicio racional o del término “razonablemente necesario” (Ruíz, 2018). Sin
embargo, en un campo tan fluido y dinámico como la seguridad ciudadana, en la
que son amplios lo supuestos de hecho que pueden requerir de habilitación legal
para ejercer las potestades policiales, no parece jurídicamente deseable la
redacción de enunciados extremadamente determinados y que al mismo tiempo
resulten útiles para servir a su objetivo. Por ello cabría preguntarse si realmente
la valoración de indicios racionales responde a tal subjetividad o si responde a la
aplicación de criterios técnicos de los funcionarios de policía.

Creo que algo de luz arroja sobre esta cuestión el Tribunal Supremo, quien ha
tenido ocasión de determinar y clasificar que se entiende por indicios racionales
en el ámbito del derecho procesal penal para justificar la sospecha “ex ante” de la
comisión de un delito en la STS 2179/2002 donde agrupa en tres grandes
categorías los indicios que el policía puede considerar para practicar una
detención: “Los indicios racionales que han de ser tenidos en cuenta para la

3
Seguridad Ciudadana
Prof.Marc Pintor
Universidad Miguel Hernández
Grado en Seguridad Pública y Privada

detención pueden obtenerse de criterios de ciencia, por ejemplo derivados de una


prueba pericial que determine la realización y participación en un hecho delictivo,
o a criterios de experiencia, lógicamente nacidos de la actividad diaria en la
prevención y represión de hechos delictivos que proporcionan importantes datos
experienciales sobre la delincuencia; y, también a criterios de lógica, a través de
los que el agente policial puede deducir la existencia de indicios determinantes, en
principio, de un hecho delictivo.” .

Por lo tanto, en lo relativo funciones más básicas y directas de la policía de


seguridad son los criterios de experiencia y de lógica conducirán a valorar la
existencia de indicios racionales antes de tomar la decisión sobre si identificar o
no a una persona o practicar un registro corporal, de vehículos, etc. Como puede
apreciarse, las reglas para ejercer las potestades policiales no son matemáticas,
de hecho, ni lo son ni deben serlo dado que en un campo tan complejo como el de
la seguridad ciudadana ya que como afirma Martin (1990) “la policía ha de tener
el suficiente poder discrecional que le permita racionalizar sus actuaciones”. Es
preciso un margen de interpretación que conecta con la discrecionalidad, que es
universal en cualquier organización policial y ha sido objeto de estudio empírico
de forma recurrente (Becket, 2016).

No obstante, la discrecionalidad no debe confundirse con arbitrariedad ya que


mientras la primera supone proceder razonablemente a apreciar las circunstancias
del caso primando el interés general, la segunda supone aplicar la ley en base a
preferencias personales o incluso con intenciones espurias, lo que daría lugar a
una conducta antijurídica que puede ser sancionada como sanción disciplinaria o
delito según el supuesto. Por lo tanto, la referencia a los indicios racionales que
contemplan los distintos preceptos de la LOPSC no puede más que interpretarse
como presupuesto habilitante de potestades policiales que exigen una
interpretación objetiva de la realidad por parte del funcionario policial en una
situación concreta en el marco de las labores de indagación y prevención de
delitos e infracciones.

4
Seguridad Ciudadana
Prof.Marc Pintor
Universidad Miguel Hernández
Grado en Seguridad Pública y Privada

Además, esta debe ser con escrupuloso respeto al principio de legalidad y


conforme a los principios jurídicos del artículo 4 de la LOPCS, especialmente del
principio de proporcionalidad, así como la interpretación más favorable (“favor
libertatis”) en cuanto a la valoración sobre la participación de un individuo en una
infracción en casos donde existan dudas al respecto.

5.2 POTESTADES GENERALES DE LA POLICÍA DE SEGURIDAD

5.2.1 ART. 14: ÓRDENES Y PROHIBICIONES.

Las autoridades competentes, de conformidad con las Leyes y


reglamentos, podrán dictar las órdenes y prohibiciones y
disponer las actuaciones policiales estrictamente necesarias
para asegurar la consecución de los fines previstos en esta
Ley, mediante resolución debidamente motivada

La primera de las potestades contempladas en el LOPSC, en clave genérica, supone


una especie de clausula general que habilita a intervenciones indispensables y sin
que existan medios menos gravosos para asegurar la consecución de los fines de
la LOPSC estableciendo la obligación de motivación de la medida. Esta última
obligación resulta especialmente relevante, ya que facilita el control jurisdiccional
de las decisiones adoptadas por la administración para verificar que realmente se
tratan de medidas “estrictamente necesarias”.

5
Seguridad Ciudadana
Prof.Marc Pintor
Universidad Miguel Hernández
Grado en Seguridad Pública y Privada

5.2.2 ART. 15: ENTRADAS Y REGISTROS EN DOMICILIO Y EDIFICIOS Y


ORGANISMOS OFICIALES.

1. Los agentes de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad sólo


podrán proceder a la entrada y registro en domicilio en los
casos permitidos por la Constitución y en los términos que
fijen las Leyes.

2. Será causa legítima suficiente para la entrada en domicilio


la necesidad de evitar daños inminentes y graves a las
personas y a las cosas, en supuestos de catástrofe, calamidad,
ruina inminente u otros semejantes de extrema y urgente
necesidad.

3. Para la entrada en edificios ocupados por organismos


oficiales o entidades públicas, no será preciso el
consentimiento de la autoridad o funcionario que los tuviere
a su cargo.

4. Cuando por las causas previstas en este artículo las Fuerzas


y Cuerpos de Seguridad entren en un domicilio particular,
remitirán sin dilación el acta o atestado que instruyan a la
autoridad judicial competente

En el artículo 15 la LOPSC realiza un recordatorio general acerca de la inviolabilidad


del domicilio como derecho fundamental del artículo 18.2 CE y reforzada por los
artículos 545 y 550 de la LECrim por los que se establece los distintos supuestos
en los que la policía puede acceder un domicilio particular, que, como indica la STC
22/1984, debe entenderse como “cualquier espacio cerrado donde una persona
desarrolle su vida privada, bien sea de modo permanente o accidental , abarcando
tanto la vivienda habitual como la que se ocupa de modo transitorio”.

Los supuestos por los que los agentes de las FCS podrán acceder y/o registrar
domicilios son en definitiva tres: en situación de delito flagrante, con una
resolución judicial motivada que lo acuerde o con el consentimiento del titular.

6
Seguridad Ciudadana
Prof.Marc Pintor
Universidad Miguel Hernández
Grado en Seguridad Pública y Privada

Sobre el consentimiento del titular cabe destacar los casos de convivencia


compartida donde no será suficiente el consentimiento de uno de los convivientes
cuando uno de ellos no preste su consentimiento, o cuando haya contraposición
de intereses o el caso de convivencia en habitaciones alquiladas o convivencia
esporádica por personas no unidas por vínculos familiares o de pareja.

Sobre el consentimiento de uno solo de los convivientes la reciente STC 401/2020


ha confirmado la validez del consentimiento de uno sólo de los moradores en caso
de convivencia compartida entre familiares, siempre y cuando no haya
contraposición de intereses (por ejemplo, víctima de violencia doméstica) por la
existencia de un principio de confianza recíproca entre los mismos.

En el art.15.2 la LOPSC también prevé un cuarto motivo para acceder a un


domicilio particular que sería el estado de necesidad para evitar daños inminentes
y graves en supuestos de urgencia tales como incendios, fugas de gas, derrumbes,
etc. Así mismo, no será preciso autorización para la entrada de edificios públicos
y se establece una obligación de remitir acta o atestado a la autoridad judicial
siempre que se entre en un domicilio particular en las causas previstas, lo que
refuerza el control jurisdiccional en la protección del derecho de la inviolabilidad
domiciliaria por parte de las FCS.

5.2.3 ART.16: IDENTIFICACIONES DE PERSONAS.

1. En el cumplimiento de sus funciones de indagación y


prevención delictiva, así como para la sanción de infracciones
penales y administrativas, los agentes de las Fuerzas y
Cuerpos de Seguridad podrán requerir la identificación de las
personas en los siguientes supuestos:

a) Cuando existan indicios de que han podido participar en la


comisión de una infracción.

b) Cuando, en atención a las circunstancias concurrentes, se


considere razonablemente necesario que acrediten su
identidad para prevenir la comisión de un delito.

7
Seguridad Ciudadana
Prof.Marc Pintor
Universidad Miguel Hernández
Grado en Seguridad Pública y Privada

En estos supuestos, los agentes podrán realizar las


comprobaciones necesarias en la vía pública o en el lugar
donde se hubiese hecho el requerimiento, incluida la
identificación de las personas cuyo rostro no sea visible total
o parcialmente por utilizar cualquier tipo de prenda u objeto
que lo cubra, impidiendo o dificultando la identificación,
cuando fuere preciso a los efectos indicados.

Como ya se mencionó en la sesión anterior, la regulación de las identificaciones


policiales en la actual LOPSC ha incorporado varias mejoras (especialmente
derivadas de la trascendental STC 341/93 sobre la cuestión) de modo que es más
garantista y precisa que como se regulaba en la LO 1/1992, especialmente en los
supuestos de habilitación.

El primer supuesto es la identificación para sancionar una infracción


administrativa ya realizada o en curso, lo que excluye los indicios de participación
de delito ya que ante indicios de infracción penal la norma habilitante para la
identificación sería la LECrim. El segundo supuesto, el de la prevención de un
delito, establece un deber especial a las circunstancias recordando la
proporcionalidad de la potestad y debe recalcarse que sólo se refiere a la
prevención de “delitos” en el sentido que se excluye expresamente la potestad de
requerir la identificación para la prevención de infracciones administrativas (por
ejemplo, sospechas que se va a realizar una pintada en la pared). Además, y como
se específica en los apartados posteriores del art.16, se establece la obligación
que la persona a identificar sea informada de modo inmediato y comprensible
de las razones de dicha solicitud.

En segundo lugar, el artículo dota de discrecionalidad para cuantas


“comprobaciones sean necesarias” para lograr la identificación, siempre y cuando
se ajuste a alguno de los dos supuestos de hecho, así como la identificación de
personas que tengan el rostro oculto, medida que facilitaría el trabajo policial en
aquellos casos de personas que las utilizasen asegurándose el anonimato y la
impunidad para atentar contra la ley, especialmente en grandes concentraciones
de personas.

8
Seguridad Ciudadana
Prof.Marc Pintor
Universidad Miguel Hernández
Grado en Seguridad Pública y Privada

En la práctica de la identificación se respetarán estrictamente


los principios de proporcionalidad, igualdad de trato y no
discriminación por razón de nacimiento, nacionalidad, origen
racial o étnico, sexo, religión o creencias, edad, discapacidad,
orientación o identidad sexual, opinión o cualquier otra
condición o circunstancia personal o social.

Otra de las novedades del art.16 LOPSC es la prohibición de discriminación, ya


contemplada en los principios rectores de las disposiciones generales pero
especificada en las identificaciones de personas por motivos de evidente
sensibilidad social y política cuando estas se realizan de forma sesgada sobre
colectivos o personas de étnicas concretas. Como indicó la STC 341/93 se prohíbe
requerir la documentación “por la existencia de una simple sospecha, basada en
la presencia del sospechoso en un determinado lugar o en sus circunstancias
personales (edad, raza, sexo, apariencia, etc.)”.

Aunque como el mismo Tribunal Constitucional recordó en la STC 13/2001


“determinadas características físicas o étnicas pueden ser tomadas en
consideración como razonablemente indiciarias del origen no nacional de las
personas que las reúne. (…) no hay un móvil racista o xenófobo en la decisión
misma de ejercitar dichas funciones o en el modo concreto en que, atendidas las
circunstancias, se llevaron a cabo”. Cabe destacar de estos pronunciamientos que,
en todo caso, las características físicas pueden ser tomadas en consideración si
racionalmente son indiciarias, pero nunca como motivo único suficiente para la
identificación.

2. Cuando no fuera posible la identificación por cualquier


medio, incluida la vía telemática o telefónica, o si la persona
se negase a identificarse, los agentes, para impedir la
comisión de un delito o al objeto de sancionar una infracción,
podrán requerir a quienes no pudieran ser identificados a que
les acompañen a las dependencias policiales más próximas en
las que se disponga de los medios adecuados para la práctica
de esta diligencia, a los solos efectos de su identificación y por
el tiempo estrictamente necesario, que en ningún caso podrá
superar las seis horas.

9
Seguridad Ciudadana
Prof.Marc Pintor
Universidad Miguel Hernández
Grado en Seguridad Pública y Privada

La persona a la que se solicite que se identifique será


informada de modo inmediato y comprensible de las razones
de dicha solicitud, así como, en su caso, del requerimiento
para que acompañe a los agentes a las dependencias
policiales.

En este segundo apartado del art.16 se regula el procedimiento en los supuestos


en los que no es posible la identificación por cualquier medio o que la persona
se niega a identificarse. Es importante resaltar la importancia de cualquier medio,
ya sea telemático o telefónico, siendo un término amplísimo que debe
interpretarse como que no puede realizarse por el mero hecho de ir
indocumentado y que se trata de una obligación a recurrir a todos los medios
posibles al alcance para lograr la identificación, sean telemáticas, telefónicas o
incluso que terceras personas puedan corroborar la identidad del requerido, entre
otros recursos.

En caso que aun así no se haya logrado la identificación o bien la persona se niegue
a hacerlo, se regula la retención policial a dependencias policiales a efectos de
identificación un supuesto avalado constitucionalmente en la sentencia STC
341/93 considerándola como un supuesto de privación de libertad a los efectos
de identificación y que no reviste los caracteres de la detención ni sus derechos,
a excepción de la posibilidad de aplicar el instituto de Habeas Corpus en caso que
la persona requerida está siendo detenida ilegalmente.

Además, este traslado a dependencias policiales exige que sea a las dependencias
más cercanas que cuenten medios para la identificación (por ejemplo, el Sistema
Automático de Identificación Dactilar), por el tiempo mínimamente imprescindible
y en todo caso con el límite de 6 horas máximo, así como la obligación de informar
al requerido del motivo del traslado de forma inmediata y comprensible. Además,
la norma no permite de modo alguno interrogar a la persona sobre más elementos
que los que rigurosamente corresponden a la obtención de sus “datos
personales”.

10
Seguridad Ciudadana
Prof.Marc Pintor
Universidad Miguel Hernández
Grado en Seguridad Pública y Privada

Se insiste en que esta privación de libertad a efectos de identificación que


contempla el art.16 LOPSC solo tiene amparo legal cuando resulta
razonablemente necesaria y se han agotado todos los medios disponibles. En este
sentido existen algunas condenas por detención ilegal a miembros de las FCS como
la STS 241/2014 en la que pesar que la esposa del requerido se ofrece a ir a recoger
la documentación a domicilio cercano los agentes lo trasladan a comisaría o la STS
275/2015 en la que, a pesar de conocer personalmente al requerido, le solicita la
documentación. Al no portarla consigo es trasladado a una comisaría, donde
permanece una hora.

3. En las dependencias a que se hace referencia en el apartado


2 se llevará un libro-registro en el que sólo se practicarán
asientos relacionados con la seguridad ciudadana. Constarán
en él las diligencias de identificación practicadas, así como los
motivos, circunstancias y duración de las mismas, y sólo
podrán ser comunicados sus datos a la autoridad judicial
competente y al Ministerio Fiscal. El órgano competente de la
Administración remitirá mensualmente al Ministerio Fiscal
extracto de las diligencias de identificación con expresión del
tiempo utilizado en cada una. Los asientos de este libro-
registro se cancelarán de oficio a los tres años.

4. A las personas desplazadas a dependencias policiales a


efectos de identificación, se les deberá expedir a su salida un
volante acreditativo del tiempo de permanencia en ellas, la
causa y la identidad de los agentes actuantes.

También la LOPSC exige otras garantías en el apartado 3, como la existencia de un


libro registro de estos traslados a disposición del Ministerio Fiscal, así como la
obligación de expedir volantes acreditativos sobre el traslado.

5. En los casos de resistencia o negativa a identificarse o a


colaborar en las comprobaciones o prácticas de identificación,
se estará a lo dispuesto en el Código Penal, en la Ley de
Enjuiciamiento Criminal y, en su caso, en esta Ley.

11
Seguridad Ciudadana
Prof.Marc Pintor
Universidad Miguel Hernández
Grado en Seguridad Pública y Privada

Finalmente, el art.16.5 recuerda lo dispuesto en la propia ley y en el ordenamiento


ante situaciones de resistencia, negativa o colaboración. Así, ante la negativa
podemos encontrar dos situaciones de diferente solución legal atendiendo a los
criterios de proporcionalidad y que de forma más detallada desarrolla Jareño
(2019) en el recurso complementario a este tema.

1) Sujeto se niega a identificarse y a colaborar, pero no se opone al traslado a


dependencias: Ante esta situación, la interpretación más ajustada a derecho es la
sanción prevista en el artículo 36.6 de la propia LOPSC (“…la negativa a
identificarse a requerimiento de la autoridad o de sus agentes o la alegación de
datos falsos o inexactos en los procesos de identificación. “) siempre que se trate
de una situación no grave. En los supuestos más graves esta conducta podría ser
constitutiva de un delito de desobediencia del artículo 556 CP atendiendo a
criterios jurisprudenciales de trascendencia de la desobediencia, actitud o modo
de proceder, circunstancias y reiterada oposición, bien jurídico protegido, etc.

2) Sujeto no se identifica y se opone físicamente, de forma activa o pasiva, a ser


trasladado a dependencias policiales. En estos casos la interpretación más
adecuada es la aplicación de alguno de los delitos de desobediencia o resistencia
a la autoridad (arts.550-556 CP) según el supuesto. Como por ejemplo el caso de
la STS 276/2016 que condena por un delito de resistencia activa leve en la
oposición al traslado a dependencias policiales a efectos de identificación de una
persona que trató de mover con fuerza los brazos y las piernas para evitar dicho
traslado siendo finalmente reducido por los agentes.

12
Seguridad Ciudadana
Prof.Marc Pintor
Universidad Miguel Hernández
Grado en Seguridad Pública y Privada

5.2.4 ART.17 RESTRICCIÓN DEL TRÁNSITO Y CONTROLES EN LAS VÍAS


PÚBLICAS.

1. Los agentes de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad podrán


limitar o restringir la circulación o permanencia en vías o
lugares públicos y establecer zonas de seguridad en supuestos
de alteración de la seguridad ciudadana o de la pacífica
convivencia, o cuando existan indicios racionales de que
pueda producirse dicha alteración, por el tiempo
imprescindible para su mantenimiento o restablecimiento.
Asimismo podrán ocupar preventivamente los efectos o
instrumentos susceptibles de ser utilizados para acciones
ilegales, dándoles el destino que legalmente proceda.

2. Para la prevención de delitos de especial gravedad o


generadores de alarma social, así como para el
descubrimiento y detención de quienes hubieran participado
en su comisión y proceder a la recogida de los instrumentos,
efectos o pruebas, se podrán establecer controles en las vías,
lugares o establecimientos públicos, siempre que resulte
indispensable proceder a la identificación de personas que se
encuentren en ellos, al registro de vehículos o al control
superficial de efectos personales.

Se trata de potestades para la restricción de acceso a vías y lugares públicos y


limitar la libertad deambulatoria y el derecho a la libre circulación (art. 19.1 CE)
que acuden al citado criterio de indicios racionales de alteración de seguridad
ciudadana o incluso exista cierta previsión de esta, por ejemplo, ante la previsión
de concentraciones frente a determinados edificios gubernamentales que puedan
generar desórdenes públicos. Se trata de un supuesto bastante indeterminado al
que, sin embargo, se le ubica el límite del tiempo imprescindible. Se añade la
posibilidad de intervenir temporalmente efectos o instrumentos que puedan ser
utilizados en acciones ilegales.

13
Seguridad Ciudadana
Prof.Marc Pintor
Universidad Miguel Hernández
Grado en Seguridad Pública y Privada

En segundo lugar, en el art. 17.2, se regula la posibilidad de establecer controles


en dos supuestos, la prevención de delitos de especial gravedad o generadores
de alarma social, que podríamos denominar controles preventivos, como por
ejemplo los controles de seguridad ciudadana destinados a lugares donde se
producen robos con fuerza a viviendas habitadas por parte de grupos organizados
u otros delitos que generan elevados niveles de inseguridad. El segundo supuesto
sería aquel dirigido al descubrimiento y detención de quienes hubieran
participado en la comisión de estos delitos, que podríamos denominar controles
indagatorios, que se activan de forma reactiva ante un suceso.

5.2.5 ART.18 COMPROBACIONES Y REGISTROS EN LUGARES


PÚBLICOS.

1. Los agentes de la autoridad podrán practicar las


comprobaciones en las personas, bienes y vehículos que sean
necesarias para impedir que en las vías, lugares y
establecimientos públicos se porten o utilicen ilegalmente
armas, explosivos, sustancias peligrosas u otros objetos,
instrumentos o medios que generen un riesgo potencialmente
grave para las personas, susceptibles de ser utilizados para la
comisión de un delito o alterar la seguridad ciudadana,
cuando tengan indicios de su eventual presencia en dichos
lugares, procediendo, en su caso, a su intervención. A tal fin,
los ciudadanos tienen el deber de colaborar y no obstaculizar
la labor de los agentes de la autoridad en el ejercicio de sus
funciones.

Esta potestad puede considerarse como una injerencia justificada sobre el


derecho a la intimidad, dado que se trata de impedir el uso y porte de objetos o
medios en tres supuestos, que generen un riesgo potencialmente grave para las
personas, que sean susceptibles de ser utilizados para la comisión de un delito o
de alterar la seguridad ciudadana” en los espacios públicos. Se menciona
nuevamente ese criterio de “eventual presencia” que debe interpretar el
funcionario policial como criterio de ponderación y se establece el deber de
colaborar de los ciudadanos en el ejercicio de esta función.

14
Seguridad Ciudadana
Prof.Marc Pintor
Universidad Miguel Hernández
Grado en Seguridad Pública y Privada

2. Los agentes de la autoridad podrán proceder a la ocupación


temporal de cualesquiera objetos, instrumentos o medios de
agresión, incluso de las armas que se porten con licencia,
permiso o autorización si se estima necesario, con objeto de
prevenir la comisión de cualquier delito, o cuando exista
peligro para la seguridad de las personas o de los bienes.

Estrechamente vinculado al apartado anterior, el segundo apartado regula de la


llamada intervención temporal de objetos y armas que, a prudente criterio de los
agentes, consideren que puedan estar destinados a la comisión de delitos o poner
en peligro la seguridad de personas o bienes según las circunstancias
concurrentes. Respecto a los hallazgos que se deriven de las potestades de
identificación y registro el artículo 19 establece adicionalmente la obligación de
levantar acta cuando se realiza la aprehensión de armas, sustancias prohibidas o
cualquier otro efecto procedente de delito o infracción administrativa y que habrá
que firmar el interesado o hacer constar su negativa. Esta acta, recuerda el
artículo, gozará de presunción de veracidad.

5.2.6 ART.20 REGISTROS CORPORALES EXTERNOS.


1. Podrá practicarse el registro corporal externo y
superficial de la persona cuando existan indicios racionales
para suponer que puede conducir al hallazgo de instrumentos,
efectos u otros objetos relevantes para el ejercicio de las
funciones de indagación y prevención que encomiendan las
leyes a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad.
2. Salvo que exista una situación de urgencia por riesgo
grave e inminente para los agentes:

a) El registro se realizará por un agente del mismo sexo


que la persona sobre la que se practique esta diligencia.
b) Y si exigiera dejar a la vista partes del cuerpo
normalmente cubiertas por ropa, se efectuará en un lugar
reservado y fuera de la vista de terceros. Se dejará constancia
escrita de esta diligencia, de sus causas y de la identidad del
agente que la adoptó.

15
Seguridad Ciudadana
Prof.Marc Pintor
Universidad Miguel Hernández
Grado en Seguridad Pública y Privada

Junto a las identificaciones, los registros corporales externos o “cacheos” son otra
de las potestades policiales más sensibles en relación con la afectación de
derechos fundamentales, por ello la jurisprudencia del TC y el TEDH exige que
estén previstos en una norma con rango de ley suficientemente clara y precisa y
respeten el principio de proporcionalidad.

Una de las cuestiones clarificadas por el Tribunal Constitucional es acerca de si los


registros corporales afectan a la integridad física. Al respecto la STC 207/1996 que
distingue entre registros corporales entendidos como el reconocimiento
superficial del cuerpo humano para descubrimiento del objeto del delito y que
no afecta derecho a integridad física sino solo al derecho intimidad corporal que
garantiza un ámbito de inmunidad frente a toda indagación o pesquisa sobre el
propio cuerpo a diferencia de las intervenciones corporales que suponen la
extracción de determinados elementos externos o internos para ser sometidos a
informe pericial y que sí que afectan al derecho a la integridad física.

El presupuesto habilitante del art.20 es nuevamente la existencia de indicios,


concretamente sobre la presencia de objetos relativos al delito o a infracciones
administrativas y salvo situación de urgencia que debe interpretarse como peligro
para las personas o bienes como (por ejemplo, indicios evidentes de posesión de
un arma de fuego) los registros sólo pueden realizarlos agentes del mismo sexo.
Acerca de posibles dificultades de interpretación en el caso de personas
transexuales respecto a la documentación personal la instrucción 13/2018 de la
Secretaria de Estado de Seguridad estableció el criterio de máximo respeto a la
identidad sexual determinada por la persona a registrar.

También a excepción de situación de urgencia y como también recuerda la citada


instrucción 13/2018 los registros corporales que requieran dejar a la vista partes
del cuerpo normalmente cubiertas por ropa deben ser en lugares reservados y
fuera de la vista de terceros a fin de perjudicar lo menos posible el derecho a la
intimidad del requerido. Además, se establece un deber de dejar constancia
escrita de este tipo de registro corporal, por lo que el legislador establece una
garantía de control administrativo.

16
Seguridad Ciudadana
Prof.Marc Pintor
Universidad Miguel Hernández
Grado en Seguridad Pública y Privada

3. Los registros corporales externos respetarán los


principios del apartado 1 del artículo 16, así como el de
injerencia mínima, y se realizarán del modo que cause el
menor perjuicio a la intimidad y dignidad de la persona
afectada, que será informada de modo inmediato y
comprensible de las razones de su realización.
4. Los registros a los que se refiere este artículo podrán
llevarse a cabo contra la voluntad del afectado, adoptando las
medidas de compulsión indispensables, conforme a los
principios de idoneidad, necesidad y proporcionalidad.

Como se aprecia en el apartado 3 del artículo 20 son de idéntica aplicación los


principios de actuación estudiados en la identificación de personas (art.16), la
obligación de informar de los motivos de la adopción de la medida y se le añade el
de injerencia mínima y menor perjuicio de la intimidad atendiendo al bien jurídico
afectado que se ha comentado. Además, se habilita para llevar a cabo medidas de
compulsión en caso de resistencia o negativa al registro atendiendo a criterios de
ponderación y necesidad de la actuación.

5.2.7 ART.21 MEDIDAS DE SEGURIDAD EXTRAORDINARIAS.

Las autoridades competentes podrán acordar, como medidas de


seguridad extraordinarias, el cierre o desalojo de locales o
establecimientos, la prohibición del paso, la evacuación de
inmuebles o espacios públicos debidamente acotados, o el depósito
de explosivos u otras sustancias susceptibles de ser empleadas
como tales, en situaciones de emergencia que las hagan
imprescindibles y durante el tiempo estrictamente necesario para
garantizar la seguridad ciudadana. Dichas medidas podrán
adoptarse por los agentes de la autoridad si la urgencia de la
situación lo hiciera imprescindible, incluso mediante órdenes
verbales.
A los efectos de este artículo, se entiende por emergencia aquella
situación de riesgo sobrevenida por un evento que pone en peligro
inminente a personas o bienes y exige una actuación rápida por

17
Seguridad Ciudadana
Prof.Marc Pintor
Universidad Miguel Hernández
Grado en Seguridad Pública y Privada

parte de la autoridad o de sus agentes para evitarla o mitigar sus


efectos.

La LOPSC también establece esta habilitación para las autoridades competentes


(autoridades en materia de seguridad del artículo 5) para el cierre o desalojo de
locales o establecimientos, prohibición de paso, evacuación de inmuebles o
espacios públicos, etc. en situaciones de emergencia que las haga imprescindibles
y durante el tiempo estrictamente necesario para garantizar la seguridad
ciudadana. Además, se establece la posibilidad que en caso de urgente necesidad
esta decisión puedan adoptarla los miembros de las FCS incluso mediante ordenes
verbales. El artículo ofrece una definición de supuesto de hecho que ayuda a
interpretar cuando estas decisiones están justificadas como “situación de riesgo
sobrevenida por un evento que pone en peligro a personas o bienes y exige una
actuación rápida”.

5.2.8 ART.23 REUNIONES Y MANIFESTACIONES

1. Las autoridades a las que se refiere esta Ley adoptarán las


medidas necesarias para proteger la celebración de reuniones y
manifestaciones, impidiendo que se perturbe la seguridad
ciudadana. Asimismo, podrán acordar la disolución de reuniones en
lugares de tránsito público y manifestaciones en los supuestos
previstos en el artículo 5 de la Ley Orgánica 9/1983, de 15 de julio,
reguladora del derecho de reunión. También podrán disolver las
concentraciones de vehículos en las vías públicas y retirar aquéllos
o cualesquiera otra clase de obstáculos cuando impidieran,
pusieran en peligro o dificultaran la circulación por dichas vías.
2. Las medidas de intervención para el mantenimiento o el
restablecimiento de la seguridad ciudadana en reuniones y
manifestaciones serán graduales y proporcionadas a las
circunstancias. La disolución de reuniones y manifestaciones
constituirá el último recurso.
3. Antes de adoptar las medidas a las que se refiere el apartado
anterior, las unidades actuantes de las Fuerzas y Cuerpos de
Seguridad deberán avisar de tales medidas a las personas
afectadas, pudiendo hacerlo de manera verbal si la urgencia de la

18
Seguridad Ciudadana
Prof.Marc Pintor
Universidad Miguel Hernández
Grado en Seguridad Pública y Privada

situación lo hiciera imprescindible. En caso de que se produzca una


alteración de la seguridad ciudadana con armas, artefactos
explosivos u objetos contundentes o de cualquier otro modo
peligrosos, las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad podrán disolver la
reunión o manifestación o retirar los vehículos y obstáculos sin
necesidad de previo aviso.

Se trata de potestades dirigidas a limitar el derecho a reunión y manifestación


cuando su ejercicio perturbe gravemente la seguridad ciudadana. Sobre estas
medidas se destacan la obligación para proteger el desarrollo de reuniones y
manifestaciones y en sentido limitador, la posibilidad de tomar medidas para
disolverlas estableciendo obligaciones específicas para las FCS como avisar a las
personas afectadas incluso de manera verbal ante urgencia o incluso la potestad
para disolver reuniones y manifestaciones o retirar cualquier obstáculo sin esa
necesidad de aviso previo. Cabe recordar los juicios que deben guiar dichas
decisiones policiales y resumidas en la STC 66/1995 y que se recuerda que son el
juicio de idoneidad de la medida, necesidad de la misma al no existir medio menos
lesivo para el mismo fin y el juicio de proporcionalidad en sentido estricto respecto
los bienes jurídicos en juego.

5.3 ARTS.25-29: POTESTADES ESPECIALES DE POLICÍA


ADMINISTRATIVA DE SEGURIDAD.

Finalmente, el capítulo IV regula medidas de control administrativo sobre


actividades que se consideran relevantes para la seguridad ciudadana y que se
resumen en tres bloques:

- Obligaciones de registro documental: Actividades de hospedaje,


transporte de personas, acceso comercial a servicios telefónicos o
telemáticos de uso público a establecimientos abiertos al público,
comercio o reparación de objetos usados, alquiler o desguace de vehículos
de motor, compraventa de joyas y metales, obas de arte, compra de
chatarra o productos de desecho, etc. quedan sujetas al uso de libros
registro a disposición de las autoridades de seguridad y que pueden ser

19
Seguridad Ciudadana
Prof.Marc Pintor
Universidad Miguel Hernández
Grado en Seguridad Pública y Privada

especialmente útiles a las FCS, por ejemplo, para la identificación de


objetos robados.

- Obligaciones de medidas de seguridad: Se trata de una potestad, que


debe desarrollarse reglamentariamente, para obligar a sectores de riesgo
o infraestructuras críticas a adoptar medidas de autoprotección para
minimizar el riesgo de ser objeto de actividad delictiva.

- Espectáculos y actividades recreativas: La LOPSC prevé que las


autoridades puedan dictar normas de seguridad pública en edificios e
instalaciones donde se desarrollen estas actividades sobre las que se
establece el deber de adoptar medidas para su celebración pacífica y al
mismo tiempo la potestad de prohibirlas o incluso suspenderla ante
situaciones de peligro para personas o bienes o graves alteraciones de
seguridad

- Control de armas, explosivos, cartuchería y artículos pirotécnicos:


Finalmente, la LOPSC establece que corresponde de forma exclusiva al
gobierno la regulación entorno a prácticamente todo lo que tenga que ver
relativo a armas y explosivos, así como la potestad de control,
concretamente a través de la Dirección General de la Guardia Civil.

5.4 REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS.

Beckett, K. (2016). The uses and abuses of police discretion: Toward harm
reduction policing. Harvard Law and Policy Review., 10, 77.

Bilbao, J.M. (2015). La llamada Ley mordaza: la Ley Orgánica 4/2015 de protección
de la seguridad ciudadana. Teoría y realidad constitucional, (36), 217-260

Jareño, Á. (2019). La privación de libertad a efectos de identificación en la ley de


seguridad ciudadana: sus requisitos y la distinción entre delitos e infracciones
administrativas de desobediencia y de resistencia en caso de negativa a
identificarse. Cuadernos de Política Criminal (128), p. 5-44.

20
Seguridad Ciudadana
Prof.Marc Pintor
Universidad Miguel Hernández
Grado en Seguridad Pública y Privada

Martín, M. (1990). La profesión de policía. Centro de Investigaciones Sociológicas.

Presno, M. A. (2016). La expansión del derecho administrativo sancionador


securitario: Análisis constitucional de la Ley Orgánica para la protección de la
seguridad ciudadana. En Protección jurídica del orden público, la paz pública y la
seguridad ciudadana (pp. 37-62). Tirant Lo Blanch.

Ruiz Rodríguez, L. R. (2018). El papel de la seguridad en la ciencia penal: de la


categoria científica a la condición de guia de la política criminal. Cuadernos de
Política Criminal, (124), p.109-144.

21
Seguridad Ciudadana
Prof.Marc Pintor
Grado en
Seguridad Pública
y Privada

Seguridad Ciudadana
Sesión 6: Ley Orgánica 4/2015: Régimen Sancionador

Prof. Marc Pintor


DOCENTE E INVESTIGADOR CENTRO CRÍMINA UMH
Universidad Miguel Hernández
Grado en Seguridad Pública y Privada

1
Seguridad Ciudadana
Prof.Marc Pintor
Universidad Miguel Hernández
Grado en Seguridad Pública y Privada

ÍNDICE

6.1 Introducción al estudio del régimen sancionador de la LO 4/2015. . 3


6.2. Sujetos responsables, reglas generales, procedimiento y órganos
competentes. ............................................................................................ 3
6.3. Cuadro de sanciones. ........................................................................ 8

2
Seguridad Ciudadana
Prof.Marc Pintor
Universidad Miguel Hernández
Grado en Seguridad Pública y Privada

6.1 INTRODUCCIÓN AL ESTUDIO DEL RÉGIMEN SANCIONADOR DE LA


LO 4/2015.

Como ya se mencionó en la sesión 4, la LOPSC regula un conjunto de elementos


diversificados de los cuáles los más importantes son por un lado las potestades
policiales previamente estudiadas y por otro el régimen sancionador de una serie
de conductas muy diferenciadas en cuanto a naturaleza que van desde la tenencia
o consumo de drogas hasta los desórdenes públicos o la infracción relativa a la
conservación de documentación personal. En esta sesión se van a esbozar los
elementos más importantes del régimen sancionador. Con relación a las
infracciones relativas a armas, reuniones y manifestaciones y desórdenes públicos
su mención va a reservarse para las sesiones 7, 8 y 9 dado que se tratan de
infracciones estrechamente delimitadas con los delitos contra el orden público
que castigan conductas similares y por cuestiones de ordenación de materiales
resulta más didáctico estudiar como categoría separada.

6.2. SUJETOS RESPONSABLES, REGLAS GENERALES, PROCEDIMIENTO


Y ÓRGANOS COMPETENTES.

El art.30 establece que la responsabilidad de la infracción recaerá directamente


sobre el autor del hecho y que estarán exentos de responsabilidad los menores
de 14 años, estableciéndose en este caso la obligación de ponerlo en
conocimiento del Ministerio Fiscal y sin prejuicio que los padres, tutores legales,
etc. sean responsables subsidiarios por los daños o perjuicios ocasionados por
estos. Además, el art.30 especifica que, a efectos de las infracciones relativas a
reuniones y manifestaciones, la LOPSC considera organizadores o promotores de
las reuniones en lugares de tránsito público o manifestaciones las personas físicas
o jurídicas que hayan suscrito la preceptiva comunicación y si no se ha suscrito
aquellas de quienes razonablemente pueda determinarse que las dirigen (por
ejemplo, por declaraciones, manifestaciones orales o escritas, etc.)

3
Seguridad Ciudadana
Prof.Marc Pintor
Universidad Miguel Hernández
Grado en Seguridad Pública y Privada

Así mismo, en el art.31 se establecen las siguientes normas concursales para


establecer criterios objetivos en caso que un supuesto de hecho pueda ser
constitutivo de dos o más infracciones tipificadas en la LOPSC:

a) Precepto especial se aplicará con preferencia al general


b) Precepto más amplio o complejo absorberá al que sancione las
infracciones consumidas en aquel.
c) En defecto de los criterios anteriores, el precepto más grave excluirá los
que sancionen el hecho con una sanción anterior.

Además, en el caso que la comisión de una infracción sea un medio para cometer
otra infracción, la conducta será sancionada por la infracción que aplique mayor
sanción.

Las infracciones se clasifican según el art.39 en tres tipos y con los siguientes
límites de multa y prescripción:

1) Infracciones muy graves: de 30.001 a 600.000€


2) Infracciones graves: de 601 a 30.000€
3) Infracciones leves: de 100 a 600€

Al tratarse de sanciones sometidas a límites mínimo y máximo de importe de la


multa según la gravedad el art.33 recuerda que en consonancia a los principios
rectores de la LOPSC debe observarse el principio de proporcionalidad y para
orientar de la forma más objetiva posible al instructor del procedimiento
sancionador se establecen criterios de graduación de los tramos de extensión para
la multa divididos en mínimo, medio y máximo (detallados en el art.39). Por
ejemplo, si se trata de una infracción grave (de 601€ a 30.000€) el grado medio
correspondería de 10.401€ a 20.200€). Se establecen siguientes circunstancias
que deben servir para graduar el importe de la multa impuesta:

En caso de concurrir una de las siguientes circunstancias en las infracciones muy


graves o graves, debe sancionarse la infracción obligatoriamente con multa en
grado medio:

4
Seguridad Ciudadana
Prof.Marc Pintor
Universidad Miguel Hernández
Grado en Seguridad Pública y Privada

- Reincidencia, por la comisión en el término de dos años de más de una


infracción de la misma naturaleza, cuando así haya sido declarado por
resolución firme en vía administrativa
- La realización de los hechos interviniendo violencia, amenaza e
intimidación.
- La ejecución de los hechos usando cualquier tipo de prenda u objeto que
cubra el rostro, impidiendo o dificultando la identificación.
- Que en la comisión de la infracción se utilice a menores de edad o
personas con discapacidad necesitadas de especial protección o en
situación de vulnerabilidad.

Además, para la individualización de la multa, deben tenerse en cuenta que sólo


se sancionaran en grado máximo cuando los hechos revistan especial gravedad y
así se justifique, en todo caso, para la graduación deben aplicarse los siguientes
criterios:

- La entidad del riesgo producido para la seguridad ciudadana o la salud


pública.
- La cuantía del prejuicio causado.
- La trascendencia del prejuicio para la prevención, mantenimiento o
restablecimiento de la seguridad ciudadana.
- La alteración ocasionada en el funcionamiento de los servicios públicos o
en el abastecimiento a la población de bienes y servicios.
- El grado de culpabilidad.
- El beneficio económico obtenido como consecuencia de la comisión de la
infracción.
- La capacidad económica del infractor.

Además del importe de la multa decidido por el órgano instructor, el art. 42


también prevé que en caso de haber ocasionado daños o prejuicios a la
administración pública (por ejemplo, deslucimiento de bienes, abandono de
animales, etc.) la resolución podrá exigir la reposición de la situación alterada
por la infracción o la indemnización si fuese posible determinarla, estableciendo

5
Seguridad Ciudadana
Prof.Marc Pintor
Universidad Miguel Hernández
Grado en Seguridad Pública y Privada

que la responsabilidad civil derivada será solidaria entre todos los infractores en
caso de haber más de uno y de forma expresa que en el caso de los hechos
cometidos por un menor de dieciocho años o persona con capacidad modificada
judicialmente deberán responder sus padres, tutores, guardadores leales, etc.
según proceda.

En relación con el resto de los elementos que configuran el procedimiento


sancionador, mención especial merece el artículo 52 que establece el valor
probatorio de las “denuncias, atestados o actas formuladas por los agentes de la
autoridad en ejercicio de sus funciones que hubiesen presenciado los hechos,
previa ratificación en caso de haber sido negados por los denunciados” que serán
base suficiente para adoptar la resolución sancionadora. Esto es, sin defecto que
puedan aportarse otros elementos de prueba admisibles en derecho como
grabaciones, imágenes, actas de declaración, etc. como recuerda la instrucción
13/2018 de la Secretaria de Estado de Seguridad.

Especialmente relevante, como se ha dicho, es este valor probatorio de las actas


de denuncia, por lo que es necesario remarcar la importancia que estás se
confeccionen con el adecuado rigor y tengan en cuenta todas aquellas
circunstancias que puedan servir al órgano instructor del procedimiento para
determinar la cuantía de multa. Además, el art. 48 prevé la posibilidad de realizar
actuaciones previas anteriores a la incoación del procedimiento (diligencias
administrativas de investigación) para determinar autoría de los hechos,
circunstancias relevantes, etc.

Es importante destacar la importancia que en las actas denuncia que confeccionan


los agentes de la autoridad se justifique debidamente el motivo de la intervención,
puesto que actas en las que no conste ninguna transcripción ni se fundamenta la
motivación de, por ejemplo, una identificación o el hallazgo de una substancia
ilegal, puede llevar al sobreseimiento del procedimiento sancionador por no
ajustarse a derecho. Sería el caso, por ejemplo, de aquellas actas en las que no se
justifique la intervención o si se hace se haga simplemente en base a la apariencia
del infractor o por el hecho de tener antecedentes o limitarla a aspectos genéricos
como “funciones de prevención del delito y seguridad ciudadana”.

6
Seguridad Ciudadana
Prof.Marc Pintor
Universidad Miguel Hernández
Grado en Seguridad Pública y Privada

Así mismo, la LOPSC también prevé la posibilidad de medidas cautelares, ya sean


medidas provisionales anteriores al procedimiento del art.47 adoptadas por los
agentes de la autoridad como la intervención y aprehensión cautelar de los
instrumentos utilizados o beneficios de la infracción o incluso adoptar medidas
provisionales urgentes sobre personas, bienes o establecimientos de las
contenidas en el art. 49.

Finalmente, en lo que se refiere a los órganos competentes para la imposición de


las sanciones estos quedan detallados en el art.32 se establece cuáles son los
órganos competentes para infracciones de la LOPSC de la siguiente manera:

- Administración General del Estado:


1) Ministro del Interior para infracciones muy graves.
2) Secretario de Estado de Seguridad: Infracciones muy graves en grado
medio y en grado mínimo
3) Delegados del Gobierno en CCAA, Ceuta y Melilla: Infracciones graves
y leves.
- Autoridades CCAA: Son competentes para imponer las sanciones de la
LOPSC en el ámbito de sus competencias (por ejemplo, Cataluña o País
Vasco)
- Alcaldes/sas: Imponer sanciones y medidas en infracciones cometidas en
espacios públicos municipales o afecten bienes de titularidad local
(siempre y cuando ostenten la competencia). En base a esta potestad local,
se prevé la posibilidad que las ordenanzas municipales puedan introducir
especificaciones o graduaciones en el cuadro se sanciones de la LOPSC.

7
Seguridad Ciudadana
Prof.Marc Pintor
Universidad Miguel Hernández
Grado en Seguridad Pública y Privada

6.3. CUADRO DE SANCIONES.

Artículo 35. Infracciones muy graves.

1. Las reuniones o manifestaciones no comunicadas o


prohibidas en infraestructuras o instalaciones en las que se prestan
servicios básicos para la comunidad o en sus inmediaciones, así
como la intrusión en los recintos de éstas, incluido su sobrevuelo,
cuando, en cualquiera de estos supuestos, se haya generado un
riesgo para la vida o la integridad física de las personas.

En el caso de las reuniones y manifestaciones serán


responsables los organizadores o promotores.

2. La fabricación, reparación, almacenamiento, circulación,


comercio, transporte, distribución, adquisición, certificación,
enajenación o utilización de armas reglamentarias, explosivos
catalogados, cartuchería o artículos pirotécnicos, incumpliendo la
normativa de aplicación, careciendo de la documentación o
autorización requeridas o excediendo los límites autorizados
cuando tales conductas no sean constitutivas de delito así como la
omisión, insuficiencia, o falta de eficacia de las medidas de
seguridad o precauciones que resulten obligatorias, siempre que en
tales actuaciones se causen perjuicios muy graves.

3. La celebración de espectáculos públicos o actividades


recreativas quebrantando la prohibición o suspensión ordenada por
la autoridad correspondiente por razones de seguridad pública.

4. La proyección de haces de luz, mediante cualquier tipo de


dispositivo, sobre los pilotos o conductores de medios de transporte
que puedan deslumbrarles o distraer su atención y provocar
accidentes.

8
Seguridad Ciudadana
Prof.Marc Pintor
Universidad Miguel Hernández
Grado en Seguridad Pública y Privada

Artículo 36. Infracciones graves.

1. La perturbación de la seguridad ciudadana en actos públicos,


espectáculos deportivos o culturales, solemnidades y oficios
religiosos u otras reuniones a las que asistan numerosas personas,
cuando no sean constitutivas de infracción penal.

2. La perturbación grave de la seguridad ciudadana que se


produzca con ocasión de reuniones o manifestaciones frente a las
sedes del Congreso de los Diputados, el Senado y las asambleas
legislativas de las comunidades autónomas, aunque no estuvieran
reunidas, cuando no constituya infracción penal.

3. Causar desórdenes en las vías, espacios o establecimientos


públicos, u obstaculizar la vía pública con mobiliario urbano,
vehículos, contenedores, neumáticos u otros objetos, cuando en
ambos casos se ocasione una alteración grave de la seguridad
ciudadana.

4. Los actos de obstrucción que pretendan impedir a cualquier


autoridad, empleado público o corporación oficial el ejercicio
legítimo de sus funciones, el cumplimiento o la ejecución de
acuerdos o resoluciones administrativas o judiciales, siempre que se
produzcan al margen de los procedimientos legalmente
establecidos y no sean constitutivos de delito.

5. Las acciones y omisiones que impidan u obstaculicen el


funcionamiento de los servicios de emergencia, provocando o
incrementando un riesgo para la vida o integridad de las personas
o de daños en los bienes, o agravando las consecuencias del suceso
que motive la actuación de aquéllos.

6. La desobediencia o la resistencia a la autoridad o a sus


agentes en el ejercicio de sus funciones, cuando no sean
constitutivas de delito, así como la negativa a identificarse a
requerimiento de la autoridad o de sus agentes o la alegación de
datos falsos o inexactos en los procesos de identificación.

7. La negativa a la disolución de reuniones y manifestaciones en


lugares de tránsito público ordenada por la autoridad competente

9
Seguridad Ciudadana
Prof.Marc Pintor
Universidad Miguel Hernández
Grado en Seguridad Pública y Privada

cuando concurran los supuestos del artículo 5 de la Ley Orgánica


9/1983, de 15 de julio.

8. La perturbación del desarrollo de una reunión o manifestación


lícita, cuando no constituya infracción penal.

9. La intrusión en infraestructuras o instalaciones en las que se


prestan servicios básicos para la comunidad, incluyendo su
sobrevuelo, cuando se haya producido una interferencia grave en su
funcionamiento.

10. Portar, exhibir o usar armas prohibidas, así como portar,


exhibir o usar armas de modo negligente, temerario o intimidatorio,
o fuera de los lugares habilitados para su uso, aun cuando en este
último caso se tuviera licencia, siempre que dichas conductas no
constituyan infracción penal.

11. La solicitud o aceptación por el demandante de servicios


sexuales retribuidos en zonas de tránsito público en las
proximidades de lugares destinados a su uso por menores, como
centros educativos, parques infantiles o espacios de ocio accesibles
a menores de edad, o cuando estas conductas, por el lugar en que
se realicen, puedan generar un riesgo para la seguridad vial.

Los agentes de la autoridad requerirán a las personas que


ofrezcan estos servicios para que se abstengan de hacerlo en dichos
lugares, informándoles de que la inobservancia de dicho
requerimiento podría constituir una infracción del párrafo 6 de este
artículo.

12. La fabricación, reparación, almacenamiento, circulación,


comercio, transporte, distribución, adquisición, certificación,
enajenación o utilización de armas reglamentarias, explosivos
catalogados, cartuchería o artículos pirotécnicos, incumpliendo la
normativa de aplicación, careciendo de la documentación o
autorización requeridas o excediendo los límites autorizados
cuando tales conductas no sean constitutivas de delito, así como la
omisión, insuficiencia, o falta de eficacia de las medidas de
seguridad o precauciones que resulten obligatorias.

10
Seguridad Ciudadana
Prof.Marc Pintor
Universidad Miguel Hernández
Grado en Seguridad Pública y Privada

13. La negativa de acceso o la obstrucción deliberada de las


inspecciones o controles reglamentarios, establecidos conforme a lo
dispuesto en esta Ley, en fábricas, locales, establecimientos,
embarcaciones y aeronaves.

14. El uso público e indebido de uniformes, insignias o


condecoraciones oficiales, o réplicas de estos, así como otros
elementos del equipamiento de los cuerpos policiales o de los
servicios de emergencia que puedan generar engaño acerca de la
condición de quien los use, cuando no sea constitutivo de infracción
penal.

15. La falta de colaboración con las Fuerzas y Cuerpos de


Seguridad en la averiguación de delitos o en la prevención de
acciones que puedan poner en riesgo la seguridad ciudadana en los
supuestos previstos en el artículo 7.

16. El consumo o la tenencia ilícitos de drogas tóxicas,


estupefacientes o sustancias psicotrópicas, aunque no estuvieran
destinadas al tráfico, en lugares, vías, establecimientos públicos o
transportes colectivos, así como el abandono de los instrumentos u
otros efectos empleados para ello en los citados lugares.

17. El traslado de personas, con cualquier tipo de vehículo, con


el objeto de facilitar a éstas el acceso a drogas tóxicas,
estupefacientes o sustancias psicotrópicas, siempre que no
constituya delito.

18. La ejecución de actos de plantación y cultivo ilícitos de


drogas tóxicas, estupefacientes o sustancias psicotrópicas en
lugares visibles al público, cuando no sean constitutivos de
infracción penal.

19. La tolerancia del consumo ilegal o el tráfico de drogas


tóxicas, estupefacientes o sustancias psicotrópicas en locales o
establecimientos públicos o la falta de diligencia en orden a
impedirlos por parte de los propietarios, administradores o
encargados de los mismos.

11
Seguridad Ciudadana
Prof.Marc Pintor
Universidad Miguel Hernández
Grado en Seguridad Pública y Privada

20. La carencia de los registros previstos en esta Ley para las


actividades con trascendencia para la seguridad ciudadana o la
omisión de comunicaciones obligatorias.

21. La alegación de datos o circunstancias falsos para la


obtención de las documentaciones previstas en esta Ley, siempre
que no constituya infracción penal.

22. El incumplimiento de las restricciones a la navegación


reglamentariamente impuestas a las embarcaciones de alta
velocidad y aeronaves ligeras.

23. El uso no autorizado de imágenes o datos personales o


profesionales de autoridades o miembros de las Fuerzas y Cuerpos
de Seguridad que pueda poner en peligro la seguridad personal o
familiar de los agentes, de las instalaciones protegidas o en riesgo
el éxito de una operación, con respeto al derecho fundamental a la
información.

Artículo 37. Infracciones leves.

1. La celebración de reuniones en lugares de tránsito público o


de manifestaciones, incumpliendo lo preceptuado en los artículos
4.2, 8, 9, 10 y 11 de la Ley Orgánica 9/1983, de 15 de julio, cuya
responsabilidad corresponderá a los organizadores o promotores.

2. La exhibición de objetos peligrosos para la vida e integridad


física de las personas con ánimo intimidatorio, siempre que no
constituya delito o infracción grave.

3. El incumplimiento de las restricciones de circulación peatonal


o itinerario con ocasión de un acto público, reunión o manifestación,
cuando provoquen alteraciones menores en el normal desarrollo de
estos.

4. Las faltas de respeto y consideración cuyo destinatario sea un


miembro de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad en el ejercicio de sus
funciones de protección de la seguridad, cuando estas conductas no
sean constitutivas de infracción penal.

12
Seguridad Ciudadana
Prof.Marc Pintor
Universidad Miguel Hernández
Grado en Seguridad Pública y Privada

5. La realización o incitación a la realización de actos que


atenten contra la libertad e indemnidad sexual, o ejecutar actos de
exhibición obscena, cuando no constituya infracción penal.

6. La proyección de haces de luz, mediante cualquier tipo de


dispositivo, sobre miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad
para impedir o dificultar el ejercicio de sus funciones.

7. La ocupación de cualquier inmueble, vivienda o edificio


ajenos, o la permanencia en ellos, en ambos casos contra la
voluntad de su propietario, arrendatario o titular de otro derecho
sobre el mismo, cuando no sean constitutivas de infracción penal.

Asimismo la ocupación de la vía pública con infracción de lo


dispuesto por la Ley o contra la decisión adoptada en aplicación de
aquella por la autoridad competente. Se entenderá incluida en este
supuesto la ocupación de la vía pública para la venta ambulante no
autorizada.

8. La omisión o la insuficiencia de medidas para garantizar la


conservación de la documentación de armas y explosivos, así como
la falta de denuncia de la pérdida o sustracción de la misma.

9. Las irregularidades en la cumplimentación de los registros


previstos en esta Ley con trascendencia para la seguridad
ciudadana, incluyendo la alegación de datos o circunstancias falsos
o la omisión de comunicaciones obligatorias dentro de los plazos
establecidos, siempre que no constituya infracción penal.

10. El incumplimiento de la obligación de obtener la


documentación personal legalmente exigida, así como la omisión
negligente de la denuncia de su sustracción o extravío.

11. La negligencia en la custodia y conservación de la


documentación personal legalmente exigida, considerándose como
tal la tercera y posteriores pérdidas o extravíos en el plazo de un
año.

12. La negativa a entregar la documentación personal


legalmente exigida cuando se hubiese acordado su retirada o
retención.

13
Seguridad Ciudadana
Prof.Marc Pintor
Universidad Miguel Hernández
Grado en Seguridad Pública y Privada

13. Los daños o el deslucimiento de bienes muebles o inmuebles


de uso o servicio público, así como de bienes muebles o inmuebles
privados en la vía pública, cuando no constituyan infracción penal.

14. El escalamiento de edificios o monumentos sin autorización


cuando exista un riesgo cierto de que se ocasionen daños a las
personas o a los bienes.

15. La remoción de vallas, encintados u otros elementos fijos o


móviles colocados por las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad para
delimitar perímetros de seguridad, aun con carácter preventivo,
cuando no constituya infracción grave.

16. Dejar sueltos o en condiciones de causar daños animales


feroces o dañinos, así como abandonar animales domésticos en
condiciones en que pueda peligrar su vida.

17. El consumo de bebidas alcohólicas en lugares, vías,


establecimientos o transportes públicos cuando perturbe
gravemente la tranquilidad ciudadana.

14
Seguridad Ciudadana
Prof.Marc Pintor
Grado en
Seguridad Pública
y Privada

Seguridad Ciudadana
Sesión 7: Infracciones y delitos en relación a las armas.

Prof. Marc Pintor


DOCENTE E INVESTIGADOR CENTRO CRÍMINA UMH
Universidad Miguel Hernández
Grado en Seguridad Pública y Privada

LOS MATERIALES DE LA ASIGNATURA SEGURIDAD CIUDADANA NO PUEDEN SER COPIADOS, REPRODUCIDOS,


ALMACENADOS O TRANSMITIDOS DE NINGUNA FORMA, NI POR NINGÚN MEDIO, SEA ESTE MECÁNICO, GRABACIÓN O
CUALQUIER OTRO, SIN LA PREVIA AUTORIZACIÓN ESCRITA DE SUS AUTORES.

1
Seguridad Ciudadana
Prof.Marc Pintor
Universidad Miguel Hernández
Grado en Seguridad Pública y Privada

ÍNDICE

1. CONTENIDO

7.1 El control de las armas. breve referencia al marco normativo


internacional, europeo y administrativo................................................... 3
7.2 Infracciones administrativas en materia de armas y explosivos
(LOPSC) ...................................................................................................... 8
7.3 El bien jurídico protegido y elementos comunes de los delitos de
tenencia ilícita de armas y explosivos. .................................................... 11
7.4 Delito de tenencia de armas prohibidas o modificadas (art.563). 14
7.4.1 Objeto material ............................................................................. 14
7.4.2 Conducta típica y tipo subjetivo. ................................................... 17
7.5 Delito de tenencia de armas de fuego reglamentadas sin licencia
(Art.564) .................................................................................................. 18
7.5.1 Objeto material. ............................................................................ 18
7.5.2 Conducta típica y tipo subjetivo. ................................................... 19
7.6. Referencias bibliográficas.............................................................. 20

2
Seguridad Ciudadana
Prof.Marc Pintor
Universidad Miguel Hernández
Grado en Seguridad Pública y Privada

7.1 EL CONTROL DE LAS ARMAS. BREVE REFERENCIA AL MARCO


NORMATIVO INTERNACIONAL, EUROPEO Y ADMINISTRATIVO.

La regulación administrativa en materia de control de armas tiene una singular e


importante influencia en la tipificación de los delitos relacionados con la tenencia,
tráfico y depósito de armamento. Se trata sin embargo de una normativa compleja
y amplia de la que se va a destacar las normas más relevantes para esta asignatura.
En el contexto internacional se destaca la resolución de la ONU 55/255 de 2001
del Protocolo contra la fabricación y el tráfico ilícitos de armas de fuego, su piezas
y componentes y municiones cuyo objetivo principal es reducir el crimen
organizado obligando a los países miembros a regular como delito la fabricación
y tráfico ilícito de armas de fuego, sus componentes así como la falsificación o
alteración de identificación de las armas y castigar la tentativa y otras formas de
participación en estos delitos.

En el contexto europeo, aunque no afecta al derecho penal substantivo, es de


notoria importancia la Directiva 2017/853 cuyos preceptos afectan, entre otras
cosas, a la prevención y control de las transferencias, así como establecer algunas
obligaciones para los Estados tales como la obligación de retirar la autorización
para adquirir o tener armas de fuego cuando su titular haya sido condenado por
un delito violento.

En relación a la regulación nacional en España existe un riguroso sistema


administrativo de control, prohibiciones y autorizaciones según cada tipo de arma
por lo que el legislador español ha hecho un uso muy amplio de su competencia
exclusiva del art.149.1.26 CE en materia de armas y explosivos, a pesar de una
regulación con ausencia de normas de rango de ley y la existencia de gran
dispersión normativa. Concretamente, se destacan las siguientes normativas:

Ley de Seguridad Ciudadana: En el capítulo IV se establece que es competencia


del ejecutivo las medidas de control para asegurar requisitos y condiciones de
fabricación, reparación, circulación almacenamiento, comercio, adquisición,
enajenación, tenencia y utilización de armas y explosivos, concretamente a través
de la Dirección General de la Guardia Civil que como establece el art.28.2 LOPSC

3
Seguridad Ciudadana
Prof.Marc Pintor
Universidad Miguel Hernández
Grado en Seguridad Pública y Privada

“servicios esta habilitados para realizar en cualquier momento las inspecciones y


comprobaciones que sean necesarias en los espacios que estén destinados a su
fabricación, depósito, comercialización y utilización”. Se trata, en definitiva, de un
control administrativo continuo al armamento y explosivos de uso civil y que
queda complementado con régimen sancionador que se detallará en el siguiente
punto de esta unidad.

Reglamento de Armas (RA 137/1993): Se trata de un reglamento esencial en la


regulación de las nociones generales sobre los requisitos y condiciones de
fabricación y reparación de armas, imitaciones, réplicas, piezas, así como todo lo
concerniente a ellas, especialmente tenencia y utilización, todo ello con objeto de
salvaguardar la seguridad pública como establece su artículo 1.1. Queda fuera de
su régimen de aplicación la adquisición, tenencia y uso de armas por las FFAA, FCS
y el CNI que se regula por normativa especial. A continuación, se sintetiza el
catálogo de armas del RA.

• Categorías de armas:

ARMAS REGLAMENTADAS
Primera Categoría 1: Armas de fuego cortas, comprende
las pistolas y revólveres.
Segunda Categoría 2ª. 1: Armas de fuego largas para
vigilancia y guardería.
2ª. 2: Armas de fuego largas rayadas
(caza mayor)
Tercera Categoría 3ª. 1: Armas de fuego largas rayadas para
tiro deportivo.
3ª. 2: Escopetas y demás armas de fuego
largas de ánima lisa (caza menor)
3ª. 3: Armas accionadas por aire u otro
gas comprimido que excedan 24,2 julios.
Cuarta Categoría 4ª. 1: Armas de gas o aire de tiro
semiautomático y de repetición
4ª. 2: Armas de gas o aire de tiro de un
solo tiro. (airsoft y paintball)

4
Seguridad Ciudadana
Prof.Marc Pintor
Universidad Miguel Hernández
Grado en Seguridad Pública y Privada

Quinta Categoría 5ª. 1: Armas blancas y en general las de


hoja cortante o punzante no prohibidas.
5ª. 2: Cuchillos o machetes usados por
unidades militares o que sean imitación de
los mismos.
Sexta categoría 6ª. 1: Armas de fuego antiguas o
históricas, sus reproducciones y
asimiladas.
6ª. 2: Las armas de fuego fabricadas antes
de 1890 y las reproducciones o réplicas
de las mismas, a menos que puedan
disparar municiones destinadas a armas
de guerra o a armas prohibidas.
6ª. 3: Resto de armas de fuego que se
conserven por su carácter histórico o
artístico.
6ª. 4: Armas de de avancarga
Séptima categoría 7ª. 1: Armas de inyección anestésica.
7ª. 2: Las ballestas.
7ª. 3: Lanzacabos
7ª. 4: Las armas de sistema Flobert
7ª. 5: Los arcos y los fusiles de pesca
submarina
7ª. 6: Los revólveres o pistolas
detonadoras/ lanzabengalas.

• Licencias:

Tipo Autorización Categorías


A FFAA, FCS y servicio vigilancia aduanera 1,2,3
B Armas de fuego cortas particulares 1,2,3
C Armas de dotación de personal vigilancia y seguridad 1,2,3
D Armas largas caza mayor 2y3
E Caza menor, ballestas y lanzacabos 3 y 7.2 y 7.3
F Tiro deportivo con armas de fuego 1,2, 3

5
Seguridad Ciudadana
Prof.Marc Pintor
Universidad Miguel Hernández
Grado en Seguridad Pública y Privada

• Armas prohibidas (arts.4 y 5)

Art 4: PROHIBIDA FABRICACIÓN IMPORTACIÓN, CIRCULACIÓN,


PUBLICIDAD, COMPRAVENTA, TENENCIA Y USO DE SIGUIENTES ARMAS
O DE SUS IMITACIONES
a) Armas de fuego que sean resultado de modificar
sustancialmente sus características sin autorización.
b) Armas largas que contengan dispositivos especiales, en su culata o
mecanismos, para alojar pistolas u otras armas
c) Pistolas y revólveres con culata adaptada.

d) Armas de fuego camufladas (en bastones, etc.)

e) Armas de fuego simuladas bajo apariencia de cualquier otro


objeto.

f) Bastones-estoque, los puñales (hoja inferior a 11cm, de dos filos y


puntiaguda) y las navajas automáticas.

g) Armas de fuego, de aire u otro gas comprimido, reales o


simuladas, combinadas con armas blancas.

h) Defensas de alambre o plomo, los rompecabezas, las llaves de


pugilato, con o sin púas, los tiragomas y cerbatanas
perfeccionados, los munchacos y xiriquetes; así como cualquier
otro instrumentos especialmente peligroso para la integridad
física de las personas.

No obstante, a la prohibición absoluta de las armas y las imitaciones del art.4, es


necesario precisar que el artículo 107 del RA exime de prohibición con relación a
la tenencia en museos, coleccionistas u otros organismos que se encuentren
autorizados.

6
Seguridad Ciudadana
Prof.Marc Pintor
Universidad Miguel Hernández
Grado en Seguridad Pública y Privada

ART.5.
ART.5.1: PROHIBIDA PUBLICIDAD, COMPRAVENDA, TENENCIA Y USO DE
SIGUIENTES ARMAS EXCEPTO FUNCIONARIOS ESPECIALMENTE
AUTORIZADOS.
a) Armas semiautomáticas de las categorías 2.ª.2 y 3.ª.2, cuya
capacidad de carga sea superior a cinco cartuchos, incluido el
alojado en la recámara, o cuya culata sea plegable o eliminable.
b) "Sprays" de defensa personal (excepto aprobados Ministerio de
Sanidad) y todas aquellas armas que despidan gases, aerosoles,
substancias estupefacientes, tóxicas o corrosivas.

c) Las defensas eléctricas, de goma, tonfas o similares.

d) Los silenciadores aplicables a armas de fuego.

e) La cartuchería con balas perforantes, explosivas o incendiarias.

f) Las municiones para pistolas y revólveres con proyectiles «dum-


dum» o de punta hueca.

g) Las armas de fuego largas de cañones recortados.

5.2 Prohibida la tenencia de las imitaciones de armas de fuego (excepto en


domicilio y como adorno) que por sus características externas puedan
inducir a confusión sobre su auténtica naturaleza

5.3 Prohibido el uso a particulares de cuchillos, machetes y demás armas


blancas que formen parte de armamentos debidamente aprobados por
autoridades u organismos competentes.
Prohibida comercialización, publicidad, compraventa, tenencia y uso de las
navajas no automáticas cuya hoja exceda de 11 centímetros, medidos
desde el reborde o tope del mango hasta el extremo (excepto en domicilio
y como adorno)

7
Seguridad Ciudadana
Prof.Marc Pintor
Universidad Miguel Hernández
Grado en Seguridad Pública y Privada

Con relación a la lista de armas prohibidas, es necesario hacer una referencia


especial a las pistolas y revólveres detonadoras en base a la orden
INT/1008/2017 que ha modificado su regulación a raíz del aumento alarmante de
su uso en ámbitos relacionados con la delincuencia atendiendo a la facilidad de
adquisición, confusión sobre su naturaleza como arma de fuego y la peligrosidad
que ocasiona la facilidad con la que pueden transformarse en armas de fuego. Por
ello, este tipo de armas pasan a ser consideradas armas prohibidas a particulares
del apartado 5.1 cuando su tenencia, adquisición o uso no sea para actividades
deportivas, adiestramiento canino profesional, espectáculos públicos,
actividades recreativas, grabaciones cinematográficas, artes escénicas o
finalidades de coleccionismo.

Reglamento de explosivos (RD 130/2017): Se trata de la norma administrativa que


regula explosivos de uso civil desde sus requisitos y condiciones a la fabricación,
transporte, tenencia, uso, etc. con disposiciones aplicables a la clasificación de
distintos explosivos y autorizaciones.

7.2 INFRACCIONES ADMINISTRATIVAS EN MATERIA DE ARMAS Y


EXPLOSIVOS (LOPSC)

Como ya se indicó en la sesión anterior, el régimen de sanciones de la LOPSC


contempla infracciones relativos a armas (reglamentadas y prohibidas) y
explosivos, conductas que son castigadas principalmente a través de estas
infracciones administrativas reservándose el derecho penal el castigo de aquellas
conductas más peligrosas, como se verá en esta sesión.

1) INFRACCIÓN GRAVE (art.36.12) O INFRACCIÓN MUY GRAVE EN CASO DE


GRAVES PERJUICIOS (art.35.2): “Fabricación, reparación, almacenamiento,
circulación, comercio, transporte, distribución, adquisición, certificación,
enajenación o utilización de armas reglamentarias, explosivos catalogados,
cartuchería o artículos pirotécnicos, incumpliendo la normativa de aplicación,
careciendo de la documentación o autorización requeridas o excediendo los
límites autorizados cuando tales conductas no sean constitutivas de delito así

8
Seguridad Ciudadana
Prof.Marc Pintor
Universidad Miguel Hernández
Grado en Seguridad Pública y Privada

como la omisión, insuficiencia o falta de eficacia de las medidas de seguridad o


precauciones que resulten obligatorias.

Para conocer la normativa de aplicación cuya sanción podría realizarse a


través del art.36.12, debe acudirse al artículo 146 del reglamento de
armas, que prohíbe los siguientes supuestos:

- Art.146.1 RA: Portar, exhibir y usar fuera del domicilio, del lugar de trabajo
o actividades deportivas cualquier clase de armas de fuego cortas y armas
blancas (especialmente de hoja puntiaguda) así como en general armas de
las categorías 5,6 y 7. Queda a prudente criterio de los agentes apreciar si
el portador de las armas tiene o no necesidad de portarlas consigo según
la ocasión, momento o circunstancia, especialmente armas de licencia B
por razones de seguridad.

- Art.146.2 RA: Llevar o usar armas en los siguientes supuestos:


a) De forma general en establecimientos públicos, lugares de reunión,
concentración, recreo o esparcimiento, aunque se tenga licencia o
permiso.
b) Por los que hubieran sufrido condena por delito o falta contra las
personas o la propiedad
c) Sancionados previamente por uso indebido de armas o infracción al
reglamento de armas.

- Art.147.1 RA: Obligación genérica a todos los usuarios de estar en todo


momento en condiciones de controlarlas. En la presencia o proximidad de
otras personas, deberán actuar con la diligencia y precauciones necesarias
y comportarse de forma que no puedan causar peligro, daños, perjuicios o
molestias a terceras personas o a sus bienes.

- Art.147.2 RA: Prohibido portar, exhibir o usar armas:


a) Sin necesidad, o de modo negligente o temerario
b) Mientras se utilizan cascos o auriculares conectados con aparatos
receptores o reproductores de sonidos

9
Seguridad Ciudadana
Prof.Marc Pintor
Universidad Miguel Hernández
Grado en Seguridad Pública y Privada

c) Bajo los efectos de bebidas alcohólicas estupefacientes, psicotrópicos,


estimulantes u otras sustancias análogas.

2) INFRACCIÓN GRAVE (art.36.10): Portar, exhibir o usar armas prohibidas u otras


de modo negligente, temerario o intimidatorio, o fuera de los lugares habilitados
para su uso, aún cuando en este último caso se tuviera licencia, siempre que
dichas conductas no constituyan infracción penal”.

Para entender el supuesto de hecho en relación con los lugares dónde pueden
portarse y usarse armas hay que acudir nuevamente a las restricciones reguladas
en el reglamento de armas, concretamente en el artículo 149 que determina de
forma restrictiva lo siguiente:

- Art.149 RA: Las armas reglamentadas sólo se podrán llevar por las vías y
lugares públicos desmontadas o dentro de sus cajas o fundas, durante el
trayecto desde los lugares donde están guardadas hasta donde se realicen
las actividades autorizadas. Sólo podrán ser usadas en los polígonos,
galerías o campos de tiro o espacios de caza, pesca u actividades
deportivas.

1) INFRACCIÓN LEVE (art.37.8): La omisión o la insuficiencia de medidas para


garantizar la conservación de la documentación de armas y explosivos, así
como la falta de denuncia de la pérdida o sustracción de la misma.

10
Seguridad Ciudadana
Prof.Marc Pintor
Universidad Miguel Hernández
Grado en Seguridad Pública y Privada

7.3 EL BIEN JURÍDICO PROTEGIDO Y ELEMENTOS COMUNES DE LOS


DELITOS DE TENENCIA ILÍCITA DE ARMAS Y EXPLOSIVOS.

Los delitos de tenencia ilícita de armas y explosivos se ubican en el capítulo V del


Título XXII del código penal destinado a los delitos contra el orden público que
castiga una variedad muy heterogénea de conductas y que en realidad vienen a
lesionar bienes jurídicos sensiblemente diferentes. En el caso de los delitos de
armas y explosivos existen tres posiciones diferentes:

A) El orden público en un sentido restringido como tranquilidad o paz en las


manifestaciones externa de la vida pública
B) La seguridad colectiva o ciudadana frente a los riesgos derivados de la
circulación ilícita de armas y explosivos.
C) El derecho del Estado a controlar la posesión y circulación de ciertas armas.

Considerar que lesiona el orden público en un sentido tan amplio no parece


suficientemente ilustrativa para delimitar el bien jurídico de estos delitos ya que
se trata de un bien jurídico con muchos matices en función del precepto penal que
se analice. La jurisprudencia y doctrina parece decantare a soluciones mixtas como
afirma CRUZ BLANCA (2005), quien considera que si bien el punto de partida es la
posesión indiscriminada de armas como conducta apta para vulnerar el orden
público, el objeto de tutela puede situarse no en su protección inmediata de este
orden público sino en la tutela del derecho a la seguridad de las personas (suma
indeterminada de individuos) entendido como “aquel estado de cosas que
garantiza la indemnidad de los bienes jurídicos individuales, particularmente, la
vida, integridad física y a la libertad”.

Este posicionamiento lleva a entender el carácter pluriofensivo de estos delitos


(STS 79/2015; 1124/2011) en tanto que al mismo tiempo se tutela una
connotación de seguridad colectiva (bien jurídico supraindividual) como una
institucional (derecho y obligación del Estado al control de las armas) y que con
estos delitos se busca preservar la seguridad de todos los ciudadanos tutelando
de forma mediata bienes jurídicos personales (vida, salud, libertad, etc.), lo que
justifica la intervención penal en este ámbito.

11
Seguridad Ciudadana
Prof.Marc Pintor
Universidad Miguel Hernández
Grado en Seguridad Pública y Privada

En este sentido, los delitos de tenencia, tráfico y depósito de armas /explosivos


son prohibiciones cuyo desvalor es superior respecto a otras armas u objetos
peligrosos no prohibidos por normas penales (bates de baseball, cuchillos, botellas
rotas, etc.) en tanto que armas como las de fuego poseen una peligrosidad
intrínseca derivada de sus características técnicas (mecanismo que permite
disparar o lanzar un proyectil a distancia y velocidad superior a la del brazo
humano.) que las hacen particularmente idóneas para lesionar bienes jurídicos
personales como los mencionados respecto a otros instrumentos de agresión.

En síntesis, de lo expuesto, la STS 1383/2004 declaraba que la prohibición penal


con relación a determinadas armas ha de atender a la protección de un bien
jurídico (“la seguridad ciudadana y mediatamente la vida y la integridad física de
las personas”) ante comportamientos especialmente lesivos para este bien. Es
decir, la delimitación del bien jurídico permite delimitar estos delitos frente a las
infracciones administrativas que ya protegen esta seguridad ciudadana y que, a
razón de última ratio del derecho penal, este sólo ha de castigar las conductas más
graves y peligrosas dado que el ámbito de lo punible no puede prescindir de la
coexistencia con infracciones administrativas que ya otorgan protección.

En relación con los elementos comunes entre estos tipos penales es su


consideración como delitos de peligro abstracto como indica la jurisprudencia que
los interpreta como delitos de peligros comunitario y abstracto, en cuanto el
mismo crea riesgo para número indeterminados de personas (STS 709/2003;
355/2018). Sin embargo, la consideración de delitos de peligro abstracto no
significa que se trate de delitos formales, sino que precisamente debe acreditarse
que el comportamiento enjuiciado es idóneo para crear ese riesgo, lo que supone
que no existiría conducta típica en supuestos donde no pueda acreditarse esa
situación de peligro abstracto y correspondería su derivación al derecho
administrativo sancionador. La jurisprudencia mayoritaria le ha bastado
considerar la mera tenencia y la presunción irue et de iure de la peligrosidad o
idoneidad del arma.

12
Seguridad Ciudadana
Prof.Marc Pintor
Universidad Miguel Hernández
Grado en Seguridad Pública y Privada

En relación a los sujetos activos en estos delitos, no se requiere que concurra


ninguna cualidad especial, tratándose por lo tanto de delitos comunes (a
excepción del tipo 570.2). La relevancia del sujeto activo en el análisis de estos
tipos es que debe tenerse en cuenta que determinadas profesiones pueden
convertirlas en comportamientos atípicos, como por ejemplo, aquellos miembros
de las fuerzas armadas, FCS o CNI que pueden estar autorizados a disponer de
armas prohibidas del artículo 5 RA así como el régimen de licencias de armas
reglamentadas que puede ser diferente según el caso.

Otra de las características que presentan estos delitos es la técnica de


accesoriedad administrativa, tratándose de auténticas normas penales en blanco,
que obliga a a remisiones a normas de rango inferior a ley para definir qué se
entiende por armas prohibidas, armas reglamentadas y sus licencias
correspondientes, principalmente a través del Reglamento de Armas. Sobre la
constitucionalidad de tipos penales que de forma tan profusa se remiten a la
regulación administrativa se pronunció la STC 24/2004 que, resumidamente,
estableció que dado que el tipo se configura sobre elementos normativos es
inevitable su remisión a estas, sin embargo, se exige que “para que la utilización
de elementos de tal índole sea constitucionalmente admisible las normas
extrapenales han de ser fácilmente identificables”.

13
Seguridad Ciudadana
Prof.Marc Pintor
Universidad Miguel Hernández
Grado en Seguridad Pública y Privada

7.4 DELITO DE TENENCIA DE ARMAS PROHIBIDAS O MODIFICADAS


(ART.563).

Art.563 CP

La tenencia de armas prohibidas y la de aquellas que sean


resultado de la modificación sustancial de las características
de fabricación de armas reglamentadas, será castigada con la
pena de prisión de uno a tres años.

7.4.1 OBJETO MATERIAL

Para definir el objeto material es necesario acudir a elementos normativos que


provienen de la normativa administrativa, concretamente los artículos 4 y 5 del
Reglamento de Armas que como hemos visto regulan las distintas categorías de
armamento. Sin embargo, el objeto material del 563 no coincide plenamente con
toda la lista de armas prohibidas del RA porque ello llevaría a castigar con penas
de prisión meras infracciones del reglamento independientemente de la gravedad
de la tenencia del arma y de sus particularidades.

Con el propósito de delimitar el objeto material del 563 existen dos


pronunciamientos importantes. El primero de ellos, por parte de la Consulta
14/1997 de la Fiscalía General del Estado cuyos criterios eran que, la tenencia de
armas prohibidas de fuego siempre eran conducta delictiva mientras que en
relación a las armas prohibidas no de fuego, esta consulta estableció que tenía que
para castigar su tenencia esta debía tener una traducción dinámica en tres tipos
de acciones:
- Comercializarse (sea compra o venda)
- Portarlas en establecimientos públicos y lugares de reunión, concentración
o recreo.
- Usarlas sin adoptar medidas necesarias para no causar peligro o daños a
personas o cosas.

14
Seguridad Ciudadana
Prof.Marc Pintor
Universidad Miguel Hernández
Grado en Seguridad Pública y Privada

La segunda referencia más importante que sirve de interpretación para el 563 CP


es la STC 24/2004 que entendió que “la prohibición penal de tener armas no puede
suponer la creación de un ilícito meramente formal que penalice el
incumplimiento de una prohibición administrativa, sino que ha de atender a la
protección de un bien jurídico (la seguridad ciudadana y mediatamente la vida y la
integridad de las personas) frente a conductas que revelen una especial
potencialidad lesiva”. En este sentido estableció una serie de criterios de
interpretación para delimitar cuando la tenencia debe castigarse como delito y
cuando es una infracción administrativa con los siguientes elementos:

d) Debe ser materialmente un arma: No todos los objetos prohibidos en


el RA lo son (silenciador, sprays, etc.). Por arma debe entenderse
aquellas desde el punto de vista natural del lenguaje, es decir,
instrumentos destinados al ataque y defensa (STS 1124/11).
e) Tenencia prohibida por norma extrapenal con rango de ley.
f) Especial potencialidad lesiva: Debe medirse por las características
técnicas (por ejemplo, las armas de fuego). No caben como arma
prohibida las imitaciones por más que estén prescritas en el art.4.1 RA.
g) Tenencia en circunstancias o condiciones en el caso concreto que la
conviertan especialmente peligrosa para la seguridad ciudadana: Se
exige que se valore con criterios objetivos (facilidad y forma de
empuñar, capacidad de facilitad de ocultación, lugar de la tenencia
etc.) en cada caso concreto.

Finalmente cabe destacar que para que una tenencia sea constitutiva del 563 CP
el arma debe estar en disposición de poder ser utilizada, es decir, valorar su
idoneidad, que funcione y no se encuentre inutilizada. Sobre lo expuesto se
destacan dos sentencias que ejemplifican la aplicación de estos criterios como la
SAP Tarragona 218/2017 en la que se absuelve a persona por la posesión de una
defensa eléctrica (ART. RA) “toda vez que, de un lado, no se detalla ni especifica
la capacidad lesiva de la defensa eléctrica intervenida, sin que se concrete tampoco
la intensidad de la descarga eléctrica o las características técnicas de la misma y,
de otro, porque estamos en presencia de una tenencia en el interior de un vehículo,
no existiendo porte ni exhibición pública de la misma”.

15
Seguridad Ciudadana
Prof.Marc Pintor
Universidad Miguel Hernández
Grado en Seguridad Pública y Privada

En un sentido condenatorio, la STC 51/2005 condena a individuo por tenencia de


un cuchillo de puño, de hoja de 72 milímetros puntiaguda, de un solo filo dentado
y empuñadura de material elástico que se consideró como arma prohibida por la
cláusula residual del artículo 4 h) (“así como cualesquiera otros instrumentos
especialmente peligrosos para la integridad física de las personas”.) y por el que
se acreditaron elementos como su forma de uso pensada para usarse con una sola
mano y concebida para desgarrar girando el puño y que el condenado la llevaba
en la calle sin medidas de seguridad.

Así, a modo de orientación, jurisprudencia ha considerado que NO constituyen


armas prohibidas para el art. 563 CP los machetes de un único filo (STS 709/14),
navajas de hoja de 138 mm (STS 1160/04); el arma rota que no se encuentra en
funcionamiento ni en condiciones de hacerlo (STS 79/15); un bastón-estoque
guardado en una vivienda (STS 33/15) entre otras. No se consideran tampoco
armas prohibidas castigadas por el art. 563 CP las referidas al artículo 5 RA a
excepción de las armas largas con cañones recortados y las defensas eléctricas,
estas últimas cuando se acreditan sus características técnicas, intensidad, voltaje
y efectos sobre las personas (STS 505/2016)

La jurisprudencia SI que ha considerado armas prohibidas castigadas por el 563 CP


escopetas con cañones recortados (STS 94/09), estrellas ninjas (STS 953/01) o
machetes con hoja de 45,5cm de largo (STS 1057/13). Como se puede apreciar, la
disparidad de sentencias en la materia puede ser algo confusa, por lo que el
estudiante deberá tener en cuenta que en todo caso son los criterios de la STC
24/2004 los que están orientando la decisión de los tribunales ante cada caso
concreto e individualizando atendiendo a las circunstancias concurrentes.

Finalmente y en cuanto a las armas reglamentadas modificadas que también son


objeto material del 563 CP, debe entenderse desde el punto de vista como
modificación substancial, es decir, que varíe totalmente su naturaleza y
composición originales y la convierta en un instrumento distinto al inicial, como
por ejemplo la pistola detonadora alterada de forma que se hace apta para el
disparo (STS 39/18) o aumente la peligrosidad de dicha arma como el caso de las
escopetas con culatas y cañones recortados (STS 731/214).

16
Seguridad Ciudadana
Prof.Marc Pintor
Universidad Miguel Hernández
Grado en Seguridad Pública y Privada

7.4.2 CONDUCTA TÍPICA Y TIPO SUBJETIVO.

La STS 268/2012 ha sintetizado los aspectos fundamentales del 563 - 565 CP


considerándolos como delitos permanentes, es decir, desde que el sujeto tiene el
arma hasta que se desprende de la misma, delito formal y de mera actividad en
tanto no cabe la consumación de resultado material y delito de tenencia, es decir,
consiste en tener o portar el arma en un sentido amplio de mera disponibilidad y
posibilidad de usarla.

El elemento típico de tenencia es central en este tipo y la jurisprudencia lo ha


interpretado con que basta para que sea conducta típica constatar una relación
entre la persona y el arma que permita una disponibilidad y “su utilización a su
libre voluntad a los fines propios de tal instrumento”. Es decir, para tal posesión
no es necesario que se sea el dueño (STS 252/09) o ni siquiera contacto directo y
material, bastando que tenga libre disponibilidad a la misma entendida como
mera posibilidad de acceso, no como contacto físico, sino disponibilidad abstracta
y potencial (SAP Alicante 332/2017). A modo de ejemplo de esta interpretación
extensiva de tenencia se cita la sentencia condenatoria STS 412/2017 sobre
hallazgo casual de un arma de fuego en el transcurso de una diligencia de entrada
y registro y por la cual se condena al acusado a pesar de que éste llevaba tres
meses en prisión cuando tuvo lugar el registro afirmando que “dada la ubicación
de la pistola, la mesilla de noche del recurrente, allí colocada con su conocimiento
indubitado, aunque el recurrente en ese momento cumpliera condena de prisión,
su disponibilidad sobre el arma resulta acreditada”.

Al tratarse la conducta típica de “tenencia” suele considerarse este tipo penal


como un delito de propia mano, sin embargo, parte de la jurisprudencia ha
admitido la posibilidad de tenencia compartida (coautoría) entre varias personas
que tienen el arma a su disposición para indistinto uso (STS 241/19) aunque se
exige prueba sobre la posibilidad que todos los acusados tengan disposición del
arma.

En cuanto al tipo subjetivo se exige la concurrencia del ánimo subjetivo


consistente en el ánimo o intención de poseer el arma (animus possidendi) junto

17
Seguridad Ciudadana
Prof.Marc Pintor
Universidad Miguel Hernández
Grado en Seguridad Pública y Privada

al conocimiento de la disponibilidad del arma (STS 79/15). Finalmente, deben


tenerse en cuenta supuestos específicos de atipicidad por la tenencia de armas
prohibidas o modificadas en museos, coleccionista u organismos autorizados. Se
trata de una situación en la que resulta aplicable el supuesto de justificación por
ejercicio legítimo de un derecho, oficio o cargo (art.20.7 CP) aunque su aplicación
exige que este ejercicio se haga en base a los requisitos establecidos en el RA para
estos casos.

7.5 DELITO DE TENENCIA DE ARMAS DE FUEGO REGLAMENTADAS SIN


LICENCIA (ART.564)

Artículo 564.
1. La tenencia de armas de fuego reglamentadas, careciendo de las licencias o
permisos necesarios, será castigada:
1.º Con la pena de prisión de uno a dos años, si se trata de armas cortas.
2.º Con la pena de prisión de seis meses a un año, si se trata de armas largas.

2. Los delitos previstos en el número anterior se castigarán, respectivamente, con


las penas de prisión de dos a tres años y de uno a dos años, cuando concurra alguna
de las circunstancias siguientes:
1.ª Que las armas carezcan de marcas de fábrica o de número, o los tengan
alterados o borrados.
2.ª Que hayan sido introducidas ilegalmente en territorio español.
3.ª Que hayan sido transformadas, modificando sus características originales.

7.5.1 OBJETO MATERIAL.

A diferencia del tipo del 563 CP relativo a la tenencia de armas prohibidas, en este
tipo penal sí que se restringe de forma considerable su objeto material a las armas
de fuego reglamentadas, es decir, aquellas armas cuyo mecanismo de disparo se
acciona empleando un combustible propulsor y cuya reglamentación se
encuentra en las categorías 1 a 3 del Reglamento de Armas. Además, el tipo penal
diferencia su penalidad según si se trata de armas cortas y largas. Para delimitar

18
Seguridad Ciudadana
Prof.Marc Pintor
Universidad Miguel Hernández
Grado en Seguridad Pública y Privada

sus diferencias hay que acudir nuevamente al RA y por “arma de fuego corta”
habrá de entenderse aquella cuyo cañón no exceda de 30cm o cuya longitud total
no exceda de 60cm, así, cualquier otra arma de fuego que no encaje en esta
definición deberá considerarse arma larga.

7.5.2 CONDUCTA TÍPICA Y TIPO SUBJETIVO.

La conducta consiste en la tenencia de arma reglamentada de fuego “careciendo


de las licencias o permiso necesarios”, por lo que en cuanto al concepto de
tenencia es completamente aplicable lo expresado con relación a la tenencia de
armas prohibidas del 563 CP, sin embargo, añadiendo el requisito típico de que lo
que se viene a castigar es carecer de esas autorizaciones administrativas
reglamentadas en el RA. Con relación a si la licencia está caducada, la
jurisprudencia se ha decantado por considerar que sí que se incurre en
responsabilidad penal, excepto si se ha solicitado la nueva concesión y por un
periodo de 3 meses (STS 7464/2006).

También se plantea la duda sobre si es delictiva la conducta de quien posee un


arma y dispone de la correspondiente licencia y sin embargo no tiene guía para
dicha arma. Según el acuerdo no jurisdiccional de la sala II del Tribunal Supremo
del 25 noviembre 2008 “la guía de pertenencia no se concibe como autorización o
permiso, sino como documentación relativa a la titularidad del arma”. Lo que
castiga el 564 CP es la falta de certificación de la aptitud formal del poseedor de
armas de fuego y no la aptitud material del arma reglamentada, por lo que la mera
falta de guía de pertenencia, cuando se dispone de licencia o permiso de armas,
no integra el delito.

Además de la diferencia penológica según si se trata arma de fuego corta o larga,


se prevén tres tipos agravados:

1) Ausencia o alteración de marcas de fábrica o número, lo que supone el


desvalor adicional de identificar el arma y el interés del Estado en controlar
su circulación, así como el riesgo asociado a su uso en actividades

19
Seguridad Ciudadana
Prof.Marc Pintor
Universidad Miguel Hernández
Grado en Seguridad Pública y Privada

criminales. Hay que distinguir entre carencia (inexistencia de marca o


número) respecto a alteración (modificación de marca o número original)
o el borrado de cualquiera de estos elementos. La jurisprudencia
mayoritaria indica que no es necesario que esta acción la haya hecho el
portador del arma, sino solo que sea conocedor (STS 671/18).

2) Que hayan sido introducidas ilegalmente, lo cual exige que el sujeto tenga
conocimiento de este elemento para aplicar dicho incremento penológico,
así como la exigencia que se pruebe que dicha arma entró ilegalmente.

3) Que hayan sido transformadas, modificando sus características originales.


Este tipo agravado presenta dificultades de delimitación con el art.563 CP
de forma que el elemento para aplicar uno u otro tipo penal es la entidad
de transformación. Si se trata de una modificación sustancial, es decir,
dirigida a variar la naturaleza y composición originales aumentando la
potencialidad lesiva, debe aplicarse el art.563 CP tratado anteriormente
mientras que si no lo es cabe aplicar el 564.2.3. Además, la STS 94/09
interpreta que, conforme al principio de alternatividad, si la modificación
es sustancial debe sancionarse con el precepto que contemple una mayor
pena, es decir, 563 CP en armas largas y 564.2.3 CP en armas cortas.

7.6. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Cruz Blanca M.J.. (2005). Régimen penal y tratamiento jurisprudencial de la


tenencia ilícita de armas (Vol. 4). Publidisa.

Hava, Esther, (2019). El control penal de las armas. Análisis del capítulo V del título
XXII del Código Penal. Tirant Lo Blanch.

20
Seguridad Ciudadana
Prof.Marc Pintor
Grado en
Seguridad Pública
y Privada

Seguridad Ciudadana
Sesión 8: Infracciones y delitos relativos a reuniones y manifestaciones.

Prof. Marc Pintor


DOCENTE E INVESTIGADOR CENTRO CRÍMINA UMH
Universidad Miguel Hernández
Grado en Seguridad Pública y Privada

LOS MATERIALES DE LA ASIGNATURA SEGURIDAD CIUDADANA NO PUEDEN SER COPIADOS, REPRODUCIDOS,


ALMACENADOS O TRANSMITIDOS DE NINGUNA FORMA, NI POR NINGÚN MEDIO, SEA ESTE MECÁNICO, GRABACIÓN O
CUALQUIER OTRO, SIN LA PREVIA AUTORIZACIÓN ESCRITA DE SUS AUTORES.

1
Seguridad Ciudadana
Prof.Marc Pintor
Universidad Miguel Hernández
Grado en Seguridad Pública y Privada

ÍNDICE

8.1 Introducción al ejercicio de reunión y manifestación y sus límites. . 3


8.2 Infracciones administrativas en materia de derecho de reunión ..... 8
8.3 Delitos de reuniones y manifestaciones ilícitas. ............................. 10

2
Seguridad Ciudadana
Prof.Marc Pintor
Universidad Miguel Hernández
Grado en Seguridad Pública y Privada

8.1 INTRODUCCIÓN AL EJERCICIO DE REUNIÓN Y MANIFESTACIÓN Y


SUS LÍMITES.

El artículo 21 de la Constitución Española reconoce el derecho de reunión pacífica


y sin armas como un derecho fundamental. Sin embargo, como sucede con casi
todos los otros derechos, no se trata de un derecho ilimitado ya que está sujeto a
una serie de restricciones impuestas constitucionalmente para la preservación del
orden público y, concretamente, la afectación que su ejercicio pueda causar en los
derechos de terceros. Como afirma Quintero (2017) el espacio público no es ni
puede ser un ámbito de actividades desregulado, sino necesariamente intervenido
por el derecho, lo cuál no tiene por que ser visto como restricción de los derechos
de todos sino como necesidad de garantizar el mejor uso evitando conflictos.

En este sentido el Tribunal Constitucional tuvo ocasión de examinar el contenido


del derecho de manifestación en la STC 170/2008, de 15 de diciembre, señalando
que se trata de un cauce del principio democrático participativo de intercambio o
exposición de ideas, defensa de intereses o la publicidad de problemas o
reivindicaciones a través de una agrupación de personas transitoria con un fin en
un lugar concreto, que como se expone, es el espacio público como lugar natura.

Los límites indicados se desarrollan en la Ley Orgánica 9/1983, de 15 de julio,


reguladora del derecho de reunión., que establece que se entiende por reunión
“la concurrencia concertada y temporal de más de 20 personas con una finalidad
determinada”. En este sentido, la organización es el elemento que permite
diferenciarla de las aglomeraciones y el carácter temporal la diferencia de las
asociaciones. Aunque no exista definición legal que las clasifique, podemos
diferenciar entre dos tipos:

• Concentración: Cuando la concurrencia de personas es de permanencia


estática.
• Manifestación: Cuando es dinámica con desplazamiento por la vía pública.
Las movilizaciones pueden consistir tanto personalmente o a través de
concentraciones de vehículos que se utilicen para las finalidades del
ejercicio de este derecho.

3
Seguridad Ciudadana
Prof.Marc Pintor
Universidad Miguel Hernández
Grado en Seguridad Pública y Privada

Quedan excluidas de las prescripciones de la LO 9/1983 las siguientes reuniones:

- Celebradas por personas físicas en sus propios domicilios


- Celebradas por personas físicas en locales públicos o privados por razones
familiares o de amistad.
- Celebradas por personas jurídicas (partidos políticos, sindicatos,
organizaciones empresariales, asociaciones, comunidades de propietarios,
etc.) legalmente constituidas en lugares cerrados, para sus propios fines y
mediante convocatoria que alcance exclusivamente a sus miembros, o a
otras personas nominalmente invitadas.
- Celebradas por los profesionales con sus clientes para los fines de su
profesión.
- Celebradas en unidades, buques y establecimientos militares, reguladas
por su legislación específica.

Así pues, en el marco de las reuniones cuy objeto de regulación es la LO 9/1983,


el art.3 establece una obligación de la administración para protegerla frente a
quienes traten de impedir, perturbar o menoscabar el lícito ejercicio de este
derecho, como cualquier otro derecho fundamental pero que en este caso puede
requerir de una actividad administrativa mucho más específica y concreta como
señalizar o cortas calles, establecer perímetros de seguridad, evitar la acción de
personas que quisiesen atentar contra el mismo, etc.

No obstante, la LO 9/1983 en el artículo 4 sitúa a los organizadores y responsables


de las concentraciones y manifestaciones un deber especial para adoptar las
medidas para el adecuado desarrollo de estas mientras que los participantes que
causen daños a terceros responderán directamente de ellos, sin prejuicio de la
responsabilidad subsidiaria que pueda recaer en las personas físicas o jurídicas
organizadoras o promotoras por estos daños.

Otro de los elementos clave para comprender la regulación de este derecho desde
es que no está sometido a ningún régimen de autorización previa sino a una
obligación de comunicación escrita y previa por parte de los organizadores y
promotores, regulada en el capítulo IV de la LO 9/1983. Esta comunicación debe

4
Seguridad Ciudadana
Prof.Marc Pintor
Universidad Miguel Hernández
Grado en Seguridad Pública y Privada

contener la identificación del organizador/organizadores, lugar y temporalidad


prevista, el objeto de la misma, así como itinerario proyectado y medidas de
seguridad previstas o que se soliciten. Además, debe hacerse con antelación
mínima de 10 días naturales y 30 como máximo, con la salvedad prevista por el
art.8 que existan causas extraordinarias y graves que justifiquen la urgencia de la
convocatoria en lugares de tránsito público y en las que se podrá hacer la
comunicación con antelación mínima de 24 horas.

Es necesario precisar que en modo alguno la comunicación previa supone la


posibilidad de autorizar o denegar la reunión, salvo existencia de razones fundadas
de alteraciones de orden público con peligro para personas o bienes (STC
42/2000), como por ejemplo la confluencia con una concentración de signo
contrario, y por los que las autoridades están legitimadas a proponer una
modificación de la fecha, lugar, duración, itinerario o su prohibición expresa. La
comunicación previa se concibe como una condición necesaria para que la
administración pueda garantizar y proteger el derecho de reunión, como indicó el
TC en la STC 59/1990. Y aunque no realizarla pueda dar lugar a infracción
administrativa por los contratiempos que ocasiona a la administración, de por sí
no convertirá a la reunión en ilegal.

En todo caso aquellas reuniones ilegales, según el art.5 de la LO 9/1983 son la


siguientes:

- Ilícitas de conformidad con las leyes penales (art.513 CP).


- Se produzcan alteraciones del orden público, con peligro para personas o
bienes.
- Se haga uso de uniformes paramilitares por los asistentes.
- Organizadas por miembros de Fuerzas Armadas o Guardia Civil
infringiendo las limitaciones legales.

El presupuesto habilitante que puede generar más duras es, sin duda, el segundo.
¿Cuál es el límite para considerar que la alteración del orden público es suficiente
para proceder a a la suspensión de la reunión? En este sentido la jurisprudencia
ha venido haciendo una interpretación restrictiva, considerando que deben existir

5
Seguridad Ciudadana
Prof.Marc Pintor
Universidad Miguel Hernández
Grado en Seguridad Pública y Privada

razones fundadas de que el desorden externo en la calle ponga en peligro la


integridad de personas o bienes (STC 42/2000). En este sentido, cualquier ejercicio
del derecho de reunión es susceptible de cierto desorden o perturbación que las
autoridades deberán tolerar a riesgo de vaciar de contenido este derecho. Así
mismo, tampoco es posible fundar este peligro por el hecho que algunos
individuos, amparados en la masa, aprovechen la ocasión para delinquir, puesto
que dichos actos pueden ser reprimidos individualmente. Se trataría, en todo caso,
de situaciones en las que el grueso de la manifestación se volviera violenta y
pusiera en peligro personas o bienes.

Uno de los supuestos más habituales en los que el derecho de reunión puede
colisionar con derechos ajenos son los cortes de tráfico y vías de circulación que
afectan a la libertad deambulatoria de los ciudadanos. En este sentido es
aclaratoria la STC 193/2011 que establece que:

“Por sí solas dichas restricciones, consecuencia inherente y muchas veces no


deseada del ejercicio del derecho de manifestación, no justifican la prohibición de
la manifestación o su condicionamiento sino que, para que proceda una u otro,
será preciso que la ocupación intensiva de las vías públicas altere el orden público
poniendo en peligro la integridad de las personas o de los bienes o suponga un
sacrificio desproporcionado de otros bienes y valores constitucionalmente
protegibles. Esto es así porque, como también hemos reiterado, “en una sociedad
democrática el espacio urbano no es sólo un ámbito de circulación, sino también
un espacio de participación”

Y en este sentido, la STC 66/1995 ya precisó que:

“para poder prohibir la concentración deberá producirse la obstrucción total de


vías de circulación que, por el volumen de tráfico que soportan y por las
características de la zona —normalmente centros neurálgicos de grandes
ciudades—, provoquen colapsos circulatorios en los que, durante un período de
tiempo prolongado, queden inmovilizados vehículos y se impida el acceso a
determinadas zonas o barrios de la ciudad por imposibilidad de que la autoridad
gubernativa habilite vías alternativas de circulación. En estos supuestos de

6
Seguridad Ciudadana
Prof.Marc Pintor
Universidad Miguel Hernández
Grado en Seguridad Pública y Privada

colapso circulatorio con inmovilización e imposibilidad de acceso a determinadas


zonas por inexistencia de vías alternativas, puede resultar afectado el orden
público con peligro para personas o bienes si, por ejemplo, resulta imposibilitada
la prestación de servicios esenciales con incidencia en la seguridad de personas o
bienes, como son los servicios de ambulancias, bomberos, policía o urgencias
médicas”

En todo caso, ante una situación material que pueda corresponder a alguna de las
reuniones prohibidas listadas, puede procederse a la suspensión y disolución de
estas concentraciones y manifestaciones según lo expuesto tanto en esta ley como
en el art.23.1 LO 4/2015, con criterios de proporcionalidad y estableciendo el
requisito especial de la comunicación previa a la disolución por parte de las FCS,
que podrá ser de manera verbal si la urgencia de la situación lo hiciera
imprescindible. En todo caso, en caso de alteración con armas, instrumentos u
otros modos peligrosos podrá disolverse la reunión o manifestación o retirar
vehículos y obstáculos sin necesidad de previo aviso.

7
Seguridad Ciudadana
Prof.Marc Pintor
Universidad Miguel Hernández
Grado en Seguridad Pública y Privada

8.2 INFRACCIONES ADMINISTRATIVAS EN MATERIA DE DERECHO DE


REUNIÓN

La LOPSC prevé una serie de sanciones para el incumplimiento de los requisitos y


formalidades previstas en la LO 9/1983 y que son atribuidas a los organizadores o
promotores de estas. En este sentido, el artículo 30.3 se dota de definición legal a
los mismos, según este orden de consideraciones y por las cuales los informes
policiales serán de gran utilidad para el órgano sancionador a efectos de
identificación de autoría.:

1) Personas físicas o jurídicas que hayan suscrito la preceptiva comunicación.

Aun no habiendo suscrito o presentado la comunicación, Se organizadores o


promotores:
2) Quienes de hecho las presidan, dirijan o ejerzan actos semejantes
3) Quienes por publicaciones o declaraciones de convocatoria de las mismas,
por las manifestaciones orales o escritas que en ellas se difundan, por los
lemas, banderas u otros signos que ostenten
4) Por cualesquiera otros hechos pueda determinarse razonablemente que
son directores de aquellas

En cuanto a las infracciones con las que pueden sancionar a estos organizadores y
promotores, son las que siguen:

Infracción MUY GRAVE del Art. 35.1 LOPSC


Las reuniones o manifestaciones no comunicadas o prohibidas en infraestructuras
o instalaciones en las que se prestan servicios básicos para la comunidad o en sus
inmediaciones, así como la intrusión en los recintos de éstas, incluido su
sobrevuelo, cuando, en cualquiera de estos supuestos, se haya generado un riesgo
para la vida o la integridad física de las personas.

8
Seguridad Ciudadana
Prof.Marc Pintor
Universidad Miguel Hernández
Grado en Seguridad Pública y Privada

Infracción GRAVE del Art.36.7 LOPSC (también aplicable a asistentes).


La negativa a la disolución de reuniones y manifestaciones en lugares de tránsito
público ordenada por la autoridad competente cuando concurran los supuestos
del artículo 5 de la Ley Orgánica 9/1983, de 15 de julio.

Infracción LEVE del Art.37.1 LOPSC


La celebración de reuniones en lugares de tránsito público o de manifestaciones,
incumpliendo lo preceptuado en los artículos 4.2, 8, 9, 10 y 11 de la Ley Orgánica
9/1983, de 15 de julio, que consisten en:

- No adoptar medidas para el buen orden y adecuado desarrollo de la


concentración o manifestación (art.4.2)
- Inexistencia de comunicación previa escrita o efectuada fuera del plazo
legal de presentación (art.8)
- Comunicación previa que no contenga toda la información exigida. (art.9)
- No se cumpla el itinerario o se realice en fechas u horas distintas a la
comunicación previa o se exceda la duración prevista en el escrito. (art.9)
- No respetar las condiciones o modificaciones fijadas por la autoridad
gubernativa o la prohibición de la reunión. (art.10).

9
Seguridad Ciudadana
Prof.Marc Pintor
Universidad Miguel Hernández
Grado en Seguridad Pública y Privada

8.2 DELITOS DE REUNIONES Y MANIFESTACIONES ILÍCITAS.

En el marco del capítulo V del código penal, correspondiente a los delitos relativos
al ejercicio de derechos fundamentales, se prevé la protección penal el bien
jurídico del sometimiento al ejercicio del derecho fundamental de reunión y
manifestación, así como la prohibición de reuniones que puedan poner en peligro
el orden público y la seguridad ciudadana. Así, el tipo penal del 513 CP establece
aquellas que se consideran ilícitas desde el punto de vista jurídico-penal, y, por
tanto, prohibidas desde su génesis:

Art.513 CP

Son punibles las reuniones o manifestaciones ilícitas, y tienen


tal consideración:

1.º Las que se celebren con el fin de cometer algún delito.

2.º Aquéllas a las que concurran personas con armas,


artefactos explosivos u objetos contundentes o de cualquier
otro modo peligroso.

En relación al 513.1, el requisito típico de la finalidad de perpetrar el delito debe


ser la razón esencial de la celebración de dicha reunión, es decir, es atípica la
reunión cuyo objetivo es acordar la realización del delito o su planificación (sin
prejuicio pueda ser considerado acto preparatorio de otro tipo penal) y no es
exigible la precisa concreción o determinación del delito, basta con que la finalidad
sea conocida por sus organizadores y promotores, quienes son los únicos sujetos
activos de este tipo penal. En cuánto al 513.2, el requisito típico de concurrencia
de personas con armas u otros medios peligrosos es indiferente la finalidad de la
reunión y no es necesario para la consumación que las armas o objetos peligrosos
lleguen a usarse o exhibirse, siendo suficiente con su tenencia en el marco de la
reunión y que estos medios sean idóneos objetivamente para lesionar.

En relación con el tipo 513 que establece las reuniones penalmente ilícitas, se
castigan las siguientes modalidades típicas como delitos de peligro abstracto y
mera actividad cometidas por los distintos sujetos activos posibles:

10
Seguridad Ciudadana
Prof.Marc Pintor
Universidad Miguel Hernández
Grado en Seguridad Pública y Privada

- 514.1: Se castiga a los promotores o directores de cualquier reunión con


fin de cometer algún delito o cuando estos no traten de impedir por todos
los medios a su alcance el porte de armas o medios peligrosos. Se trata
de un delito omisivo donde queda excluida la negligencia, se trata de
supuestos en las que los organizadores y directores conocen posibilidad
cierta y real de la conducta de los concurrentes a la reunión del porte de
armas o otros medios peligrosos. (prisión de 1 a 3 años y multa de 12 a 24
meses)

- 514.2: Se castiga a los asistentes que porten armas u medios peligrosos


(prisión de 1 a 2 años y multa de 6 a 12 meses). El tipo prevé la posibilidad
de rebaja de pena según caso concreto en base antecedentes,
circunstancias y características del objeto portado.

- 514.3: Agravante para cualquier persona que, con ocasión de celebración


de reuniones y manifestaciones, realicen actos de violencia contra la
autoridad, sus agentes o personas o propiedades públicas o privadas por
el que estos delitos serán castigados en su mitad superior.

- 514.4: Se castiga a cualquier persona que impida el legítimo ejercicio de


libertades de reunión o perturbar gravemente desarrollo de reunión o
manifestación lícita (pena de prisión de 2 a 3 años si es con violencia, pena
de prisión de 3 a 6 meses o multa de 6 a 12 meses mediante otros
procedimientos ilegítimos)

- 514.5: Se castiga a los promotores o directores de reunión o manifestación


que convoquen, celebren o intenten celebrar de nuevo una reunión o
manifestación previamente suspendida o prohibida cuando con ello
pretenda subvertir orden constitucional o alterar gravemente la paz
pública (pena de prisión de 6 meses a 1 año y multa de 6 a 1 meses, sin
prejuicio de las penas de los apartados anteriores).

11
Seguridad Ciudadana
Prof.Marc Pintor
Grado en
Seguridad Pública
y Privada

Seguridad Ciudadana
Sesión 9: Infracciones y delitos de desórdenes públicos.

Prof. Marc Pintor


DOCENTE E INVESTIGADOR CENTRO CRÍMINA UMH
Universidad Miguel Hernández
Grado en Seguridad Pública y Privada

LOS MATERIALES DE LA ASIGNATURA SEGURIDAD CIUDADANA NO PUEDEN SER COPIADOS, REPRODUCIDOS,


ALMACENADOS O TRANSMITIDOS DE NINGUNA FORMA, NI POR NINGÚN MEDIO, SEA ESTE MECÁNICO, GRABACIÓN O
CUALQUIER OTRO, SIN LA PREVIA AUTORIZACIÓN ESCRITA DE SUS AUTORES.

1
Seguridad Ciudadana
Prof.Marc Pintor
Universidad Miguel Hernández
Grado en Seguridad Pública y Privada

ÍNDICE

9.1 Infracciones de desórdenes públicos en la lopsc ........................... 3


9.2 Delitos contra el orden público. la noción de orden público y paz
pública. ...................................................................................................... 5
9.3 Arts.557 i 557 bis. Delitos de desórdenes públicos. ....................... 7
9.4 Art. 557 ter. Delito de invasión o ocupación de locales o edificios.
................................................................................................................. 10
9.5 Art. 558. Delito de perturbación grave de actos públicos. ........... 12
9.6 Art. 559 Delito de incitación pública a la comisión de delitos contra
el orden público. ..................................................................................... 13
9.7 Art. 560. Delito de daños a infraestructuras esenciales. .............. 14
9.8 Art. 561. Delito de afirmación falsa o simulación de peligro para la
comunidad. ............................................................................................. 15
9.9. Referencias bibliográficas.............................................................. 16

2
Seguridad Ciudadana
Prof.Marc Pintor
Universidad Miguel Hernández
Grado en Seguridad Pública y Privada

9.1 INFRACCIONES DE DESÓRDENES PÚBLICOS EN LA LOPSC


Como ya se mencionó en los capítulos destinados a la LOPSC, uno de los fines de
esta es ejercer la potestad del derecho administrativo sancionador para prescribir
aquellos comportamientos que pueden afectar al orden público en el sentido del
normal funcionamiento de las instituciones, servicios públicos, usos de las vías
públicas etc. Por ello, en el catálogo de infracciones se recogen las siguientes.

Estas infracciones deben servir como principal vía de control para conductas que
afectan al orden público y por lo tanto también a la seguridad ciudadana mediante
la vulneración de derechos como la integridad física, la libertad o la propiedad,
tratándose de infracciones que lindan directamente con los tipos penales que se
analizaran en este documento y que castigarían solamente aquellos desórdenes
públicos más gravosos y peligrosos.

Las principales infracciones de la LOPSC directamente relacionadas desórdenes


públicos, sin incluir las de la sesión 8 relativas a la normativa de reuniones y
manifestaciones, así como sin incluir aquellas que sancionan conductas
complementarias que pueden darse en el marco de estos comportamientos (por
ejemplo, deslucimiento de bienes) son las siguientes:

GRAVES:

- Infracción GRAVE del Art.36.1 LOPSC.


La perturbación de la seguridad ciudadana en actos públicos, espectáculos
deportivos o culturales, solemnidades y oficios religiosos u otras reuniones
a las que asistan numerosas personas, cuando no sean constitutivas de
infracción penal.

- Infracción GRAVE del Art.36.2 LOPSC.


La perturbación grave de la seguridad ciudadana que se produzca con
ocasión de reuniones o manifestaciones frente a las sedes del Congreso de
los Diputados, el Senado y las asambleas legislativas de las comunidades
autónomas, aunque no estuvieran reunidas, cuando no constituya
infracción penal.

3
Seguridad Ciudadana
Prof.Marc Pintor
Universidad Miguel Hernández
Grado en Seguridad Pública y Privada

- Infracción GRAVE del Art.36.3 LOPSC.


Causar desórdenes en las vías, espacios o establecimientos públicos, u
obstaculizar la vía pública con mobiliario urbano, vehículos, contenedores,
neumáticos u otros objetos, cuando en ambos casos se ocasione una
alteración grave de la seguridad ciudadana.

- Infracción GRAVE del Art.36.4 LOPSC.


Los actos de obstrucción que pretendan impedir a cualquier autoridad,
empleado público o corporación oficial el ejercicio legítimo de sus
funciones, el cumplimiento o la ejecución de acuerdos o resoluciones
administrativas o judiciales, siempre que se produzcan al margen de los
procedimientos legalmente establecidos y no sean constitutivos de delito.

- Infracción GRAVE del Art.36.8 LOPSC.


La perturbación del desarrollo de una reunión o manifestación lícita,
cuando no constituya infracción penal.

LEVES:

- Infracción LEVE del Art.37.3 LOPSC.


El incumplimiento de las restricciones de circulación peatonal o itinerario
con ocasión de un acto público, reunión o manifestación, cuando
provoquen alteraciones menores en el normal desarrollo de estos.

- Infracción LEVE del Art.37.15 LOPSC.


La remoción de vallas, encintados u otros elementos fijos o móviles
colocados por las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad para delimitar
perímetros de seguridad, aun con carácter preventivo, cuando no
constituya infracción grave

4
Seguridad Ciudadana
Prof.Marc Pintor
Universidad Miguel Hernández
Grado en Seguridad Pública y Privada

9.2 DELITOS CONTRA EL ORDEN PÚBLICO. LA NOCIÓN DE ORDEN


PÚBLICO Y PAZ PÚBLICA.

Como ya se ha mencionado previamente, el derecho administrativo sancionador


operaria en primera línea como instrumento del ius puniendi estatal para castigar
aquellos comportamientos que afectan al orden público mientras que el código
penal, y especialmente tras la reforma del 2015, recoge algunos tipos penales que
deben castigar las modalidades de desórdenes públicos más graves y peligrosas.

Para comprender la configuración de estos delitos es esencial hacer algunas


referencias sobre cuál es el bien jurídico protegido dado que los desórdenes
públicos en sí son situaciones de peligro para bienes jurídicos personalísimos como
la integridad física o la propiedad, es necesario justificar la existencia de tipos
penales que castiguen la generación de determinadas situaciones a través de
bienes jurídicos supraindividuales como el de orden público.

Lo cierto es que a pesar de la denominación de “Delitos contra el orden público”


en el Código Penal, ha existido una ausencia de definición precisa de que se
entiende por orden público sumado al hecho que dentro de su correspondiente
capítulo del Código Penal se castigan una serie de comportamientos muy variado
entre sí. Una primera definición es la propuesta por MUÑOZ CONDE como
“tranquilidad o paz en las manifestaciones colectivas de la vida ciudadana”
considerándolo equivalente al concepto de paz pública, a diferencia de VIVES
ANTÓN, quien distingue entre orden público y paz pública y según quien la primera
equivaldría a “orden externo y material de la convivencia ciudadana” y la segunda
a “tranquilidad y quietud” o “opuesto a guerra, riñas y disensiones”.

Una de las principales dificultades para definir este bien jurídico es, además, que
en el fondo cualquier delito cometido en el espacio público podría considerarse
que afecta a esta convivencia ciudadana o a los derechos fundamentales que
resultan afectados. El rasgo diferencial es, por tanto, el castigo de de
comportamientos que restringen injustificadamente y de forma grave el derecho
de todos de disfrutar libremente del espacio público y como afirma la STS
136/2007 “O lo que es lo mismo, que la calle no se convierta en patrimonio de

5
Seguridad Ciudadana
Prof.Marc Pintor
Universidad Miguel Hernández
Grado en Seguridad Pública y Privada

alborotadores, con grave quebranto de los derechos ciudadanos de los demás. Por
eso decimos, que no cabe duda que, cada vez con mayor convicción, se reclama el
concepto de paz pública, que es precisamente lo contrario de los aludidos
desórdenes públicos, y precisamente el bien jurídico que tutela la norma penal.”

Orden público y paz público son, por lo tanto, dos bienes jurídicos
tradicionalmente distintos. Como afirmó la STS, Sala Segunda, de 16 de octubre
de 1991 “paz pública y orden público no son expresiones absolutamente
coincidentes. La paz es en definitiva un estado de tranquilidad y sosiego
trascendentes, de tal manera que dentro de la paz pueden coexistir desórdenes
accidentales y perturbaciones de la tranquilidad social” y posteriormente la STS
3441/1994 y STS 1622/2001 que consideró que el orden público era la observancia
de las normas que regulan la convivencia mientras que la paz pública equivaldría
al conjunto de condiciones externas que permiten el normal desarrollo de la
convivencia ciudadana, el orden en la comunidad y la observancia de las reglas
que facilitan esa convivencia para el ejercicio de los derechos fundamentales y que
sirvió como elemento finalista del tipo del (“con el fin de atentar la paz pública”)
del 557 CP, precisión esta que desapareció con la reforma del 2015.

Así, no toda afectación al orden público comporta de manera necesaria afectación


a la paz pública ya que esta puede subsistir sobre cierto desorden. Sin embargo y
como afirma Juanatey (2016) tras la última reforma el legislador parece considerar
equivalente alteración del orden público y alteración de la paz pública, ambos
referidos a la “tranquilidad o paz en las manifestaciones colectivas de la vida
ciudadana” como bien jurídico protegido por los delitos de desórdenes públicos.

6
Seguridad Ciudadana
Prof.Marc Pintor
Universidad Miguel Hernández
Grado en Seguridad Pública y Privada

9.3 ARTS.557 I 557 BIS. DELITOS DE DESÓRDENES PÚBLICOS.

Art.557 CP

1. Quienes actuando en grupo o individualmente pero


amparados en él, alteraren la paz pública ejecutando actos de
violencia sobre las personas o sobre las cosas, o amenazando
a otros con llevarlos a cabo, serán castigados con una pena de
seis meses a tres años de prisión.

Estas penas serán impuestas sin perjuicio de las que pudieran


corresponder a los actos concretos de violencia o de amenazas
que se hubieran llevado a cabo.

Se trata de un tipo penal cuyo sujeto activo puede ser la actuación en grupo o
individual amparado en este. Respecto a la actuación en grupo implica la
intervención de o bien una pluralidad de personas, no necesariamente
muchedumbre o multitud, pero sobre el que si se exige un designio común de
actuación, concertada o asumida sin alcanzar la exigencia de concierto previo o
reparto de funciones. No es suficiente la mera presencia en el momento de los
hechos, sino participar de un modo u otro en la conducta. En cuánto a la actuación
individual amparado en el grupo, sería conducta típica aquellos supuestos en los
que el sujeto aprovecha la circunstancia de estar inmerso o rodeado por masa de
gente para realizar los actos de violencia facilitando su anonimato y dificultando
su identificación ante el amparo que de manera inconsciente realiza el grupo, por
ejemplo en la SAP Barcelona 169/2014 en la que en el transcurso de una
manifestación de la que formaba parte un individuo lanza un objeto a un vehículo
policial.

En cuanto a la conducta típica, se exige ejecutar actos de violencia sobre las


personas o las cosas o amenazando a otros con llevarlos a cabo, lo que se
interpreta como cualquier tipo maltrato o agresión, incluso verbal, sin que se exija
ningún tipo de resultado lesivo ni situación de peligro concreto salvo que pueda

7
Seguridad Ciudadana
Prof.Marc Pintor
Universidad Miguel Hernández
Grado en Seguridad Pública y Privada

causar lesiones graves, en cuyo caso deberá aplicarse el tipo agravado del 557 bis.
Se trataría de la ejecución de actos violentos que solo genere peligro de causación
de lesiones no graves y que deberá ser objeto de valoración judicial. Con relación
a la violencia sobre las cosas, tampoco se exige un resultado dañoso, por lo que
hechos como por ejemplo golpes sobre contenedores sin llegar a causar daños
podría ser constitutivo del delito, algo que algunos autores como Juanatey (2019)
interpretan como una vulneración del principio de intervención mínima del
derecho penal.

En cuanto al resultado típico (alteración de la paz pública), la interpretación


jurisprudencial indica que debe ser grave, es decir, revestir la entidad o intensidad
suficiente para perturbar la convivencia social (STS 1321/1999) teniendo en
cuenta los lugares y duración de la alteración y con atención al libre desarrollo del
derecho de reunión y manifestación por lo que resultarían atípicas conductas
como los escraches o los piquetes informativos en huelgas generales para impedir
acceso a algunas instalaciones derecho de reunión y manifestación, cuando no
alteren la paz pública (SAP Sevilla 66/2016) por lo que el alcance de este tipo penal
debe ser restrictivo.

Art.557 CP

2. Con las mismas penas se castigará a quienes actuaren sobre


el grupo o sus individuos incitándoles a realizar las acciones
descritas en el apartado anterior o reforzando su disposición
a llevarlas a cabo.

El segundo apartado del 557 CP ha sido duramente criticado por numerosos


autores (Juanatey, 2019; Rimo, 2016) debido a lo que supone la expansión del
castigo penal a conductas “pre-preparatorias” de desórdenes públicos que se
castigan con la misma pena que el delito consumado y con sustantivas deficiencias
técnicas. En el primer apartado se castiga actuar sobre el grupo o sus individuos
incitándoles a realizar las conductas del tipo anterior (557.1 CP) mediante actos
de “provocación” de cualquier tipo, es decir, una clase de tentativa de inducción
colectiva o masiva para hacer surgir sobre otros la resolución delictiva de llevar a

8
Seguridad Ciudadana
Prof.Marc Pintor
Universidad Miguel Hernández
Grado en Seguridad Pública y Privada

cabo la conducta del 557.1 CP y que como indica Alonso (2016) parece exigir el
inmediatez temporal, carácter presencial o la inmediación de la conducta respecto
al grupo o individuos mientras que aquellas incitaciones a través de mensajes
difundidos por medios telemáticos o a distancia serían castigadas mediante el 559
CP que se verá más adelante.

Con relación al segundo supuesto, “reforzando su disposición a llevarlos a cabo”,


se trata de una complicidad psíquica intentada, consiste en el mero apoyo moral
para las conductas del 557.1 CP, no dirigidas a hacer surgir la resolución delictiva
sino únicamente a reforzar su apoyo mediante cualquier tipo de acto, sea idóneo
o no. Así, bastaría para integrar esta tentativa de inducción masiva y de
complicidad psíquica con discursos ante un grupo de personas animando a
ejecutar actos de violencia o aplaudiendo la actuación de personas que las
ejecutan.

Finalmente, el 557 bis CP contempla situaciones en las que el plus


de antijuridicidad de la conducta del 557 CP deberán ser castigados
con pena superior:

Artículo 557 bis. CP

1. Los hechos descritos en el artículo anterior serán castigados


con una pena de uno a seis años de prisión cuando concurra
alguna de las circunstancias siguientes:

1.ª Cuando alguno de los partícipes en el delito portare un


arma u otro instrumento peligroso, o exhibiere un arma de
fuego simulada.

2.ª Cuando el acto de violencia ejecutado resulte


potencialmente peligroso para la vida de las personas o
pueda causar lesiones graves. En particular, están incluidos
los supuestos de lanzamiento de objetos contundentes o
líquidos inflamables, el incendio y la utilización de explosivos.

9
Seguridad Ciudadana
Prof.Marc Pintor
Universidad Miguel Hernández
Grado en Seguridad Pública y Privada

3.ª Cuando los hechos se lleven a cabo en una manifestación


o reunión numerosa, o con ocasión de alguna de ellas.

4.ª Cuando se llevaren a cabo actos de pillaje.

5.ª Cuando el autor del hecho se prevaliera de su condición


de autoridad, agente de ésta o funcionario público.

6.ª Cuando se lleven a cabo con ocultación del rostro y así se


dificulte la identificación de sus autores.

Estas penas serán impuestas sin perjuicio de las que pudieran


corresponder a los actos concretos de violencia, amenazas o
pillaje que se hubieran llevado a cabo.

9.4 ART. 557 TER. DELITO DE INVASIÓN O OCUPACIÓN DE LOCALES


O EDIFICIOS.

Art.557 ter CP

1. Los que, actuando en grupo o individualmente pero


amparados en él, invadan u ocupen, contra la voluntad de su
titular, el domicilio de una persona jurídica pública o privada,
un despacho, oficina, establecimiento o local, aunque se
encuentre abierto al público, y causen con ello una
perturbación relevante de la paz pública y de su actividad
normal, serán castigados con una pena de prisión de tres a
seis meses o multa de seis a doce meses, salvo que los hechos
ya estuvieran castigados con una pena más grave en otro
precepto de este Código.

2. Los hechos serán castigados con la pena superior en grado


cuando concurran las circunstancias 1.ª, 3.ª, 4.ª ó 5.ª del
artículo 557 bis.

10
Seguridad Ciudadana
Prof.Marc Pintor
Universidad Miguel Hernández
Grado en Seguridad Pública y Privada

El tipo penal utiliza las mismas formulas que el 557 CP por lo que puede ser
castigado tanto a los que actúen en grupo como a los que actúen individualmente,
pero amparados en él. Sobre la conducta típica, el concepto de “invadir” implica
irrumpir, entrar por la fuerza ocupar irregularmente un lugar, aunque debe
advertirse que como indicó la STS 1154/2010 no todas las acepciones de invadir
implican uso de la fuerza, por ello se trata de un tipo penal de invasión pacífica
dado que cuando estas se realicen con violencia sobre personas o cosas deberá
aplicarse el 557 CP estudiado previamente. Con relación a los lugares que pueden
ser objeto de este delito, no es necesario que se encuentren abiertos al público
(por local abierto al público se entiende edificio o local cuyo acceso no está
limitado a determinadas personas sino que se encuentra libre para que pueda
entrar cualquier persona como indicó la STS 1506/2001) y requiere una
perturbación relevante de la paz pública y su actividad normal, lo que de hecho
implica que difícilmente puede constituir conducta típica en los casos de locales
cerrados al público, a pesar que se contemple su comisión.

En todo caso, esta exigencia de perturbación relevante es el criterio interpretativo


fundamental para deslindarlo del art. 37.7 LOPSC y por ello debe tenerse en
cuenta lo ya expuesto sobre paz pública y orden público, en tanto resultaría atípico
causar cierto desorden en un local invadido pacíficamente cuando no se ha
afectado relevante a la paz pública (condiciones externas que permiten normal
desarrollo de convivencia ciudadana). La jurisprudencia ha venido exigiendo que
las conductas impliquen cierta permanencia en el lugar invadido y conductas tales
como provocar enfrentamientos verbales, impedir funciones laborales con
normalidad, clientes que no puedan acceder al local o forzados a abandonar el
lugar, etc.

11
Seguridad Ciudadana
Prof.Marc Pintor
Universidad Miguel Hernández
Grado en Seguridad Pública y Privada

9.5 ART. 558. DELITO DE PERTURBACIÓN GRAVE DE ACTOS


PÚBLICOS.

Art.558 CP

Serán castigados con la pena de prisión de tres a seis meses o


multa de seis a 12 meses, los que perturben gravemente el
orden en la audiencia de un tribunal o juzgado, en los actos
públicos propios de cualquier autoridad o corporación, en
colegio electoral, oficina o establecimiento público, centro
docente o con motivo de la celebración de espectáculos
deportivos o culturales. En estos casos se podrá imponer
también la pena de privación de acudir a los lugares, eventos
o espectáculos de la misma naturaleza por un tiempo superior
hasta tres años a la pena de prisión impuesta.

A diferencia de los tipos penales anteriores, basta que el sujeto activo sea un único
individuo, no requiere la pluralidad de personas que conforman un grupo ni su
amparo. La conducta típica nuevamente requiere una perturbación grave del
orden dentro de un catálogo específico de lugares de naturaleza pública, lo que
permite distinguirla de la infracción administrativa del 36.1 LOPSC. No se exigen
comportamientos comisivos específicos, siendo suficiente con cualquier
comportamiento que resulte idóneo para la perturbación grave mediante la
transgresión de normas de disciplina, respeto y funcionamiento de actos y
espectáculos públicos, en todo caso valorando el conjunto de circunstancias
concurrentes, por ejemplo irrumpir en un plató de televisión de RTVE en plena
emisión en directo (STS 228/2018), riña en el marco de un concierto de música de
unas fiestas patronales (STS 989/2009) o espectador que arrojó una botella que
impactó en la cara de uno de los jugadores (SAP Sevilla 236/2013).

12
Seguridad Ciudadana
Prof.Marc Pintor
Universidad Miguel Hernández
Grado en Seguridad Pública y Privada

9.6 ART. 559 DELITO DE INCITACIÓN PÚBLICA A LA COMISIÓN DE


DELITOS CONTRA EL ORDEN PÚBLICO.

Art.559 CP

La distribución o difusión pública, a través de cualquier medio,


de mensajes o consignas que inciten a la comisión de alguno
de los delitos de alteración del orden público del artículo 557
bis del Código Penal, o que sirvan para reforzar la decisión de
llevarlos a cabo, será castigado con una pena de multa de tres
a doce meses o prisión de tres meses a un año

Se trata de un delito autónomo donde se tipifica la intervención en


el delito en fase preparatoria de la provocación y el refuerzo
(complicidad psíquica) del 557 CP en un sentido amplio en cuanto a
la modalidad dado que no se exige que la incitación con publicidad
sea directa, por lo que ya puede ser presencial (como usar un
megáfono para dar un discurso incitador, distribuir propaganda) o
no presencial (como medios telemáticos de redes sociales, correos
electrónicos, whatsapp, etc. o medios de comunicación como la
radio, televisión, publicaciones escritas etc.)
No obstante, y como ya se expuso, una interpretación restrictiva y
coherente indica aplicar el 557 bis CP estudiado anteriormente en
el caso que la conducta se desarrolle por medios presenciales y se
trate de una incitación inmediata y personal y reservar el 559 CP en
los casos que dichas conductas se realicen por vía telemática o no
presencial.

13
Seguridad Ciudadana
Prof.Marc Pintor
Universidad Miguel Hernández
Grado en Seguridad Pública y Privada

9.7 ART. 560. DELITO DE DAÑOS A INFRAESTRUCTURAS ESENCIALES.

Art.560 CP

1. Los que causaren daños que interrumpan, obstaculicen o


destruyan líneas o instalaciones de telecomunicaciones o la
correspondencia postal, serán castigados con la pena de
prisión de uno a cinco años.

2. En la misma pena incurrirán los que causen daños en vías


férreas u originen un grave daño para la circulación
ferroviaria de alguna de las formas previstas en el artículo
382.

Se trata de un tipo penal pluriofensivo, en tanto protege tanto el


patrimonio público como el normal funcionamiento de servicios
básicos de la comunidad y cuyo concurso con los correspondientes
delitos contra la propiedad (robo con fuerza, daños,etc) dependerá
del tipo subjetivo, como es la solución que adopta la STS 2695/1992
al entender que el ánimo específico de alterar el orden o la paz
pública es elemento típico del 560 CP, al menos la representación
del autor del riesgo que esta creando.
Además, se exige que los daños provoquen alguno de los resultados
previstos en los objetos materiales contemplados (la afectación a
dichos servicios) en el tipo.

14
Seguridad Ciudadana
Prof.Marc Pintor
Universidad Miguel Hernández
Grado en Seguridad Pública y Privada

9.8 ART. 561. DELITO DE AFIRMACIÓN FALSA O SIMULACIÓN DE


PELIGRO PARA LA COMUNIDAD.

Art.561 CP

Quien afirme falsamente o simule una situación de peligro


para la comunidad o la producción de un siniestro a
consecuencia del cual es necesario prestar auxilio a otro, y con
ello provoque la movilización de los servicios de policía,
asistencia o salvamento, será castigado con la pena de prisión
de tres meses y un día a un año o multa de tres a dieciocho
meses

En cuanto a la conducta, la afirmación o simulación debe ser


creíble y completamente falsa, no meramente imprecisa, por lo
que en los casos habituales de las bromas telefónicas deberá
atenderse a estos criterios. Se trata de un delito de resultado en el
que la consumación es la efectiva movilización de los servicios de
emergencia (en caso contraria podría llegar a castigarse como
tentativa) y no se exige un ánimo especial de alterar la paz pública.
Nuevamente nos encontramos ante un tipo penal dirigido a la
protección del normal funcionamiento de los servicios públicos, así
como, evitar las posibles alteraciones de orden que podrían
producirse por ejemplo en el marco de falsos avisos de bomba en
grandes concentraciones de gente, zonas comerciales, lugares
públicos etc. como por ejemplo la condena de SAP León 71/2018
por un aviso de detonación de artefacto explosivo en media hora
en un museo. Aunque también existe jurisprudencia que ha
castigado por este tipo penal por supuestos más cotidianos, como
la SAP Barcelona 38/2019 que condena la llamada al teléfono de
emergencias manifestando falsamente haberse dejado un horno
encendido dentro del piso tras quedarse sin llaves, hecho que
comportó activar el servicio de bomberos para acceder al domicilio
donde efectivamente no existía ningún horno encendido y se trató
de un engaño para ahorrar el servicio de un cerrajero.

15
Seguridad Ciudadana
Prof.Marc Pintor
Universidad Miguel Hernández
Grado en Seguridad Pública y Privada

4.4. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS.

Presno, M. A. (2016). La expansión del derecho administrativo sancionador


securitario: Análisis constitucional de la Ley Orgánica para la protección de la
seguridad ciudadana. En Protección jurídica del orden público, la paz pública y la
seguridad ciudadana (pp. 37-62). Tirant Lo Blanch.

Bilbao, J.M. (2015). La llamada Ley mordaza: la Ley Orgánica 4/2015 de protección
de la seguridad ciudadana. Teoría y realidad constitucional, (36), 217-260

Juanatey Dorado, C. (2016). Orden público, paz pública y delitos de resistencia,


desobediencia y desórdenes públicos tras las reformas de 2015. Cuadernos de
Política Criminal. 120 (3), 39-82.

Colomer , D. (2017). Reflexiones en torno al bien jurídico protegido en los delitos


de desórdenes públicos. Revista Electrónica de Derecho Penal y Criminología, (19),
pp.1-28.

16
Seguridad Ciudadana
Prof.Marc Pintor

También podría gustarte