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INDICE
-Introducción
-Tiempo de Dios
-Tiempo Cíclico-Lineal
-Tiempo de la iglesia VS Tiempo del mercader
-Tiempo Espiritual
- Rueda de la fortuna
-Conclusiones
INTRODUCCIÓN
Esta frase atribuida a San Agustín resume en gran medida la confusión que ha
generado el conocimiento acerca del tiempo a lo largo de la historia, debate iniciado en el
pensamiento occidental desde Platón y Aristóteles, continuado en la edad media, sobre
todo por las corrientes agustinianas, pasando por Newton y Kant, hasta la actualidad.
En una época de avances científicos tan lentos, se imponía una visión diferente del
tiempo, una basada en las observaciones de la naturaleza, los ciclos, del sol y la luna , las
estaciones, los solsticios, las cosechas…en definitiva, una visión cíclica del tiempo, enlazada
con los ciclos agrarios, que eran los auténticos marcadores de la vida medieval, en una
sociedad donde la mayor parte de la población vivía de la agricultura. Esta visión cíclica de la
historia era la propia del mundo antiguo , desde la religión hasta el pensamiento político.
Este pensamiento se ejemplifica en la propia forma de los relojes solares , que usaban la
geometría del círculo para marcar el paso de las horas , mitos como el de Demeter y su hija,
en relación con el invierno y la primavera , la repetición de los ciclos astrales , observable en
los recorridos de las estrellas , o en la filosofía platónica , donde se creía que las formas de
gobierno se sucedían de forma cíclica , en una espiral viciosa, desde monarquía , oligarquía y
democracia, para volver a la monarquía , reiniciando el ciclo . Por otro lado, dentro de este
mismo pensamiento platónico se creía en la reencarnación de las almas, que transmigraban
de forma cíclica desde el cuerpo, al mundo de las ideas, y de nuevo al cuerpo, pensamiento
que sería recogido por la filosofía cristiana en la forma de la resurrección de la carne. El
mundo antiguo era eminentemente cíclico.
Sin embargo, esta idea más o menos uniforme de la ciclicidad del tiempo queda
trastocada irreversiblemente con la llegada del cristianismo. Según esta escisión del
judaísmo, el mundo terrenal tiene un principio y un fin, un fin establecido en las escrituras,
concretamente en el apocalipsis de San Juan, según el cual, Jahavé , descendería a la tierra,
enjuiciaría a la humanidad, y tras una compleja sucesión de desastres, “Dies Irae”, que
acabaría con la salvación de tan solo a 144.000 mil almas elegidas (Antonio Piñero), que
pasarían a vivir eternamente junto a Dios, en una Jerusalén celestial. De este modo, el
cristianismo establece un fin de la historia, pone por primera vez una fecha límite de la
humanidad, no una diluida en el tiempo, como podían concebir los paganos del norte de
Europa, con su creencia en el Ragnarok , si no un fin de los tiempos fijo, y cuya fecha límite
estableció el cardenal francés Cesare Baronio entorno a mil años tras el sacrificio del
cordero pascual, Jesucristo. Dios se convierte así en el alfa y el omega, principio y final de
todas las cosas. Esta nueva concepción del tiempo creo una nueva necesidad de medir el
tiempo, pues la cristiandad se sentía consciente de estar inmersa en un proceso que la
llevaría hacia el juicio de Dios. Esta idea lleva inequívocamente a un planteamiento: ¿Cómo
y de donde surge esta idea de un tiempo final?
Según el profesor Antonio Piñero , eminencia entorno a la figura del Jesús histórico y
el cristianismo primigenio, los primeros seguidores de cristo creían que el juicio divino era
un evento eminentemente próximo , esto se refleja en palabras del propio Jesús en el
evangelio de San Marcos:
Así mismo, esta percepción de un fin cercano se refleja en el propio evangelio de San
Juan, donde se dice :
“La revelación de Jesucristo, que Dios le dio, para manifestar a sus siervos las cosas que
deben suceder pronto; y la declaró enviándola por medio de su ángel a su siervo Juan” Juan
1:1.
De todo lo expuesto con anterioridad, se infiere que en la edad media convivían dos
concepciones básicas entorno al flujo del tiempo, una cíclica, ligada a la naturaleza, y una
lineal, ligada a la religión. En esta línea de pensamiento surgieron diversas hipótesis relativas
al flujo del tiempo en la edad media.
Tiempo de Diosi
Si bien se ha comentado que el pensamiento histórico actual tiende a ver el progreso
como una senda hacia la mejora de la humanidad, esto no era así en la edad media. Según la
teoría de las seis edades, la historia humana puede dividirse en seis periodos marcados por
diversos acontecimientos bíblicos , tras los cuales se produce un progresivo desgaste y
degeneración de la humanidad hasta su estado actual , era de mayor degeneración
“Mundus senescit”. Esta teoría tiene su origen en el pensamiento Judío , recogido por San
Agustín y seguida por San Isidoro de Sevilla, que establecieron que las edades humanas
seguían el mismo patrón que los días de la semana judíos, donde se dan seis días y el
Sabbath. Según esta concepción, transcurridas estas seis edades, llegara la séptima o
Sabbath , entendida como el reino de Dios. En la misma línea, el ser humano también
pasaría por seis edades; infancia, adolescencia, juventud, edad madura, vejez y decrepitud,
de modo que el macrocosmos y el ser humano son entendidos por el mismo patrón
La Primera Edad "es desde el comienzo de la raza humana, es decir, desde Adán , que fue el
primer hombre que se hizo, hasta Noé , que construyó el arca en el momento del diluvio ".
De este modo, este periodo estaría relacionado con los tiempos anteriores al diluvio
universal.
La Segunda Edad extendida desde el diluvio , hasta la época de Abraham , el llamado padre
de todas las naciones.
La Sexta Edad : "Con su venida [de Jesucristo], la sexta edad ha entrado en su proceso".
Según San Pedro 3:8 "Pero no ignoren, amados míos, que un día para el Señor es
como mil años, y mil años como un día". De aquí surge la idea de cada edad está dividida en
fases de 1000 años de separación , alcanzándose en el séptimo la eternidad en el cielo. El
credo de Nicea llamaba a este mundo el “Mundo por venir”.
El pensamiento erudito medieval creía poder crear una línea cronológica de la
humanidad , desde los tiempos de Adán , pasando por Jesús , hasta la actualidad. Según
esta corriente de pensamiento, si cada periodo tenía 1000 años de distancia, era posible
calcular la edad completa de la humanidad, que no debía tener mas de 6000-7000 años de
antigüedad. Esta cuestión genero un intenso debate teocrático en su época , pero este tan
solo estaba encaminado a determinar cuanto tiempo quedaba para el esperado juicio final.
En esta línea de pensamiento se articulan pensadores de la talla de James Ussher, arzobispo
de Armagh , que, a través de una sesgada interpretación de los evangelios, determino que
Jesucristo había muerto hacia el 4000 después de la creación, y que por tanto a la
humanidad le quedaban algo menos de 500 años hasta el juicio final. De este modo, la visión
predominante en el medievo era la de un mundo antiguo , o mejor dicho , viejo , cercano a
su final inexorable, que en palabras de la biblia, seria destruido y reconstruido de nuevo.
Aunque Agustín de Hipona fue el primero en escribir sobre las seis edades, los
pensadores cristianos ya hacía tiempo que teorizaban con la fecha del fin del mundo, que
establecieron entorno al 500 d.c. Hipólito teorizaba que las medidas del arca de la alianza
sumaban cinco codos y medio, ósea, 5500 años y se estimaba que como Jesús había nacido
a medio día (si un día eran 1000 años, medio 500 años) , si a esto se sumaba que apocalipsis
estimaba que habían caído cinco reinos ( 5000 años ) , se estimaba que al momento de
nacer Jesús ya se estaba en el 5500 a.c , es decir , a 500 años del juicio. Una teoría similar ya
había fijado el apocalipsis entorno al 202 d.c , aun que como no sucedió nada relevante, se
vieron en la necesidad de poner otra fecha más lejana en el tiempo.
En la Edad de Plata: Aparecen las estaciones del año, el hombre tiene que aprender
el arte de la agricultura y la arquitectura para sobrevivir (en paralelo con la caída del paraíso
de Adam y Eva)
Edad de Bronce: Los hombres viven para la guerra, pero siguen siendo piadoso.
Esta división será mantenida en cierta medida por San Jerónimo de Estribón, que
además pondrá fecha a estas edades:
Así pues, San Agustín, no sería el único pensador cristiano que plantease teorías
sobre la cronología humana, destacando en este campo los postulados de San Pablo, que
dividía la historia humana en tres edades:
Primera, anterior a Moisés , en la que el ser humano vivía en un estado natural , sin leyes.
Segunda, una vez Dios, concede a los hombres sus leyes, por medio de las tablas.
Tercera, la era cristiana, bajo la gracia desde el sacrificio del cordero pascual.
Como puede observarse, todas estas corrientes estipulan que “todo tiempo pasado
fue mejor”. En esta línea de pensamiento se articulan utopías como la de Santo Tomas de
Aquino , que se remonta a una hipotética isla de la virtud, en la que el hombre se ha
mantenido limpio de la macula del pecado original , viviendo en armonía con dios , anclada
en los tiempos de Adam y Eva , es decir , en el pasado idílico de la humanidad
Tiempo Cíclico-Lineal
Si bien se ha mencionado que la entrada del cristianismo supone una ruptura con la
visión lineal de la historia, para la profesora Mircea Eliade, eso no supone una eliminación
total del pensamiento cíclico de la historia, sino más bien, su sincretismo entre pensamiento
lineal y cíclico.
Según expone la profesora, (en línea además con los planteamientos de Le Goff) el
año religioso trascurría contrariamente a la visión lineal sobre la que se ha tratado
anteriormente, observándose que este año litúrgico presenta un patrón circular y no lineal.
Dentro del año cristiano hay dos puntos clave, la Natividad y la Pascua de Resurrección,
momentos a partir de los cuales se organiza el resto del año. Así pues, partiendo de estos,
todo el calendario litúrgico se organiza en función de las estaciones (cíclicas), donde se da
un sincretismo entre las antiguas fiestas paganas y la nueva religión católica. Al inicio del
invierno se da el adviento o anuncio de la navidad , sucediéndole , las fiestas de navidad , la
circuncisión y la Epifanía , una cristianización del Sol Invictus y las Saturnales romanas. Tras
estas, inicia un tiempo ritual de purificación de animales, que se transforma en San Antón
(17 de enero), seguida de la purificación de las personas, la candelaria (2 de Febrero) ,
siendo cornado este proceso por la purificación de las almas (la cuaresma) que coincide con
periodo previo en el que los alimentos empiezan a escasear antes de recoger la cosecha, un
periodo crítico en el abastecimiento de alimentos, que coincide precisamente con la
prohibición religiosa de comer carne. La pascua esta ligada al comienzo de la primavera , y
con el otoño se dan las fiestas a los santos medidores, o mejor dicho, recaudadores, como
San Mateo y San Miguel. El año quedaría cerrado con San Martin (15 de noviembre) ,
enlazándose con finalmente con la navidad. Así pues, la fecha de las fiestas era móvil, con
una clara importancia de aquellas que coinciden con los ciclos cósmicos , ligados a su vez
con los ciclos agrícolas. Se mantuvieron los meses usados por los romanos, que seguían un
intervalo entre dos lunas llenas y cuya concepción de día era la de “tiempo entre dos
amaneceres”.
Por otro lado , las horas tampoco escapaban del control de iglesia , dividiéndose
estas en maitines, laudes, prima, tercia, sexta, nona, vísperas y completas. A diferencia del
concepto de hora actual , estas horas no presentaban una duración fija en el tiempo , si no
que estaban supeditadas a las variaciones naturales en las horas solares . En este mundo
con una concepción tan precaria de tiempo, la contabilización de los minutos carecía de
sentido , mas si se tiene en cuenta que no existían instrumentos precisos de medición. Estos
instrumentos no se consideraban necesarios, prefiriéndose el uso de los ritmos naturales ,
que eran perfectamente útiles para las tareas que estas poblaciones esencialmente agrarias
tenían que realizar. Así pues , esta concepción del tiempo quedara alterada sustancialmente
cuando la sociedad medieval comience a alejarse de la naturaleza y sus ciclos, es decir, con
el auge del capitalismo y de la vida urbana burguesa.
Según Hervé Martin en el capítulo Les Temps del libro Mentalités Médiévales, XI-XV siècle20
, durante la alta edad media, los únicos métodos para la medición del tiempo eran la
clepsidra y el reloj de arena, usados principalmente por los miembros de la iglesia, para
determinar los momentos de oración a lo largo de la noche y el día, incluso en algunos
conventos incluso se usaban relojes hidráulicos. La iglesia era pues la única dueña de la
medición del tiempo, la que determinaba los momentos de las fiestas y controlaba los
ritmos del campo mediante el uso de las campanas, los auténticos relojes de la vida
medieval.
El reloj mecánico surge a finales del siglo XII , extendiéndose su uso rápidamente
debido a su necesidad creciente. Ya en la primera mitad del siglo XIV las horas de trabajo se
median de forma fiel y el tiempo deja de ser patrimonio de la iglesia. La iglesia reacciona, y
critica al comercio, considerándola una actividad improductiva, pues no consiste en
“ganarse el pan con el sudor de la frente” si no a la especulación con el tiempo, siendo este
dominio de dios, y no teniendo el hombre derecho a venderlo, pues esto contravenía la ley
natural. Según Le Goff, este planteamiento pone en tela de juicio todo el naciente
capitalismo comercial, extendiéndose al área del conocimiento, que era considerado bien de
dios, y por tanto, se consideraba que el hombre no tenía derecho a cobrar por este.
Le Goff expone que conforme las redes comerciales se fortalecen por toda Europa, el
tiempo se convierte en un objeto de medida, y calicular la duración del viaje es necesario
para establecer el precio de las mercancías. Conforme el trabajo se traspasa del campo a la
ciudad, artesano se desliga del reloj de la naturaleza, y necesita de una reglamentación más
precisa y eficiente del tiempo. Es la época de los relojes comunales, una herramienta de
dominación de quienes ostentasen el poder económico en la ciudad. De este modo, el
tiempo deja de ser un objeto divino, convirtiéndose en dominio del hombre, que tiene la
capacidad de explotarlo para la dominación del mundo material.
Tiempo Espiritual
Según los postulados de la iglesia el tiempo en el más allá es infinito, al igual que
dios, un lugar donde la medición del tiempo carece de todo sentido, sin embargo, existía
una excepción a esta regla, un lugar intermedio entre el más allá y el inframundo, el llamado
purgatorio. Según la iglesia (concretamente desde el siglo XII) este era un lugar donde las
almas de los muertos que habían fallecido en la fe, pero que no habían pagado por todos
sus pecados, iban a expiar dichas faltas en vida antes de sufrir la sentencia de dios. La
expiación y purificación del alma no era un proceso rápido, si no lento y tortuoso, plagado
de sufrimientos, que podía alargarse durante “millones de días”. Así pues, siguiendo la línea
de los postulados de San Gregorio Magno, aunque el Papá no tenía dominio sobre el más
allá, sí que tenía control sobre el purgatorio, de modo que el Papá podía controlar el tiempo
que pasaban las almas en el purgatorio. De este modo la iglesia se volvía dueña del tiempo
espiritual , dominio que papas de la talla de Julio II o León X (por poner ejemplos conocidos)
no dudarían en tratar de explotar terrenalmente
Y yo te digo: «Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi iglesia, y el poder de la
Muerte no prevalecerá contra ella. Yo te daré las llaves del Reino de los Cielos. Todo lo que
ates en la tierra, quedará atado en el cielo, y todo lo que desates en la tierra, quedará
desatado en el cielo». Mt 16, 18-19
Es en este contexto que surgen críticas al poder de la iglesia sobre el tiempo, más
concretamente de la mano del luteranismo y otras corrientes de corte protestante, que
negaban el dominio del papa sobre el purgatorio, he incluso su misma existencia. Según los
planteamientos del monje agustino Martin Lutero , dios era el único dueño del más allá, el
único que podía decidir quién y cuando iba al cielo o al infierno, y por tanto negaba la
autoridad del papa sobre el purgatorio, postulando que esta no era más que una invención
del diablo. La única forma de salvación era la fe, y solo dios decidía a quien iluminaba con
esta , por lo quedaba completamente negada la salvación por las obras, base teológica en la
que se cimentaba el sistema de pago-salvación que constituía el negocio del purgatorio, y el
consiguiente dominio temporal del papá sobre este.
Cabe destacar que las tesis de Lutero no significaron el fin del poder de la iglesia
sobre el tiempo espiritual (al menos para el creyente católico), pues aún a día de hoy la
iglesia católica sostiene sus planteamientos sobre el purgatorio.
Rueda de fortuna
La rueda de la fortuna quizá sea uno de los mejores ejemplos de la visión cíclica de la
historia. Planteada por Boecio entorno al 520 d.c (por tanto dentro del ámbito cronológico
de este estudio) la rueda de la fortuna es una representación visual del comportamiento
caprichoso del destino, impulsado por la diosa Fortuna, que hace girar al azar , alterando las
posiciones de los hombres en la vida .Los que están arriba caen inexorablemente, mientras
que los que están abajo ascienden , algunos sufren terribles perdidas , mientras que otras
ganancias inesperadas. La diosa fortuna es representada a menudo con los ojos vendados ,
girando una humilde rueda de molino que arrastra en su caída a personajes poderosos, y
ascendiendo a aquellos en una posición más baja, como si en parte tuviese una especie de
función de “justicia ciega”, que determinarse la vida de los hombres mediante el vaivén
cíclico de la rueda. Esta visión trágica será la recogida de los autores en el medievo,
sintetizada en la obra moral de Everyman (c. 1495), donde la muerte reclama de forma
inesperada al protagonista. La rueda gira inexorablemente, bajando a todo el mundo y
donde las buenas obras son lo único que asegura el pasaje al cielo. Esta metáfora
ciertamente constituye una visión maniquea del mundo , muy en sintonía con la ciclicidad
del tiempo, y muy extendida en la cultura oriental india. Tal será su influencia, que La Rueda
de la Fortuna se convertirá en el armazón de muchos de los rosetones góticos.
Esta metáfora ya era muy popular en la antigüedad, tal y como se conoce por medio
de las criticas protagonizadas por Tácito , sin embargo esta se popularizo a raíz de la
publicación de la Consolación de la Filosofía . En un origen la rueda de la fortuna proviene
del zodiaco, ideada en Babilonia y posteriormente desarrollada por los pensadores griegos
Rueda de la fortuna. Capaz de tumbar hasta a los más grandes hombres.
CONCLUSIONES
Bibliografía
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- Goff Jacques Le, La Civilizacion Del Occidente Medieval (Ediciones Paidos Iberica, 1999), XXXX.
- Hervé Martin, Les Mentalités médiévales, tome 2 (Presses Universitaires de France - PUF,
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- Mircea Eliade, A history of religious ideas (Chicago: University of Chicago Press, 1978), XXXX.
- José Ignacio Ortega Cervigun, LA MEDIDA DEL TIEMPO EN LA EDAD MEDIA. EL EJEMPLO DE LAS
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Seis Edades del Mundo. (s. f.). hmong.es. Recuperado 14 de junio de 2022, de
https://hmong.es/wiki/Six_Ages_of_the_World