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SUJETO DE LA EDUCACIÓN.

Unidad 1.
Entre Adolescentes, Jóvenes y Adultos. Sergio Rascovan.
Las formas de vivir la existencia humana están asociadas a coordenadas sociohistoricos y
culturales propias de cada época. En esta etapa de la civilización humana es partir de reconocer
la herencia de la modernidad con sus características de significación. Indudablemente, quienes
en la actualidad intentamos pensar y operar en torno a problemáticas psicosociales somos
tributarios y nos vemos convocados y exigidos a deconstruir, desocultar y elucidar críticamente
lo que se ha armado y consolidado durante muchos años.
La búsqueda de un nuevo paradigma nos permitirá animarnos a reconocer lo fluido, cambiante,
dinámico, multidimensional y complejo en la constitución de la subjetividad, dejando de
concebirla como una estructura esencial, única, estática y absoluta.
El adiós a las esencias.
Los modelos conceptuales de la modernidad fueron eficaces en contextos relativamente
estables y lograron estandarizar los comportamientos sociales a través de diferentes
instituciones: familia, escuela, fábrica, ejército, que generaron formas colectivas de
domesticación. De ese modo, impidió acceder a la particularidad, singularidad y
diversidad. .De esa maniobra emergen las categorías conceptuales de infancia, adolescencia y
juventud, y podemos situarla histórica-mente a partir de las revoluciones burguesas. Son un
invento moderno, resultado de un conjunto de prácticas educativas, sanitarias y jurídicas. La
modernidad trató, educó, orientó y produjo niños a los que adjudicaba ciertas significaciones,
inocencia, docilidad y espera: ser los hombres del mañana. La modernidad realizó el minucioso
control de los niños, que así fueron inventados como sujetos sociales por los adultos. El
surgimiento de sujetos clasificados por edades a los que se les atribuyeron significaciones
propias (infancia, adolescencia, juventud) es, entonces, consecuencia del desarrollo de las
fuerzas productivas, de las exigencias que fueron imponiendo las incipientes sociedades
burguesas para preparar a los individuos para la vida social y productiva.
La escuela fue la principal institución responsable de producir subjetividad moderna. Al
distribuir a los sujetos por edades, agruparlos y promoverlos de año en año de manera
establecida y estandarizada, inventa, produce infancia, adolescencia, juventud. Esta separación
del mundo de los adultos ha colaborado en el desarrollo de atributos y peculiaridades para una
misma edad, en la producción de formas propias de vivir. Nacían y se constituían en identidades
sólidas: niños, adolescentes y jóvenes a quienes se les atribuían rasgos, cualidades y
características psicológicas propias en función de una norma social. La condición infantil,
adolescente y juvenil estaba íntimamente ligada a la condición de estudiante.
En las sociedades capitalistas industriales, las actividades de producción económica, cultural y
social reclaman un tiempo deformación prolongada que se adquiere en instituciones educativas
especializadas. Escuelas primarias, secundarias y luego estudios superiores fueron -y todavía
son- los responsables de producir sujetos a partir de esas necesidades. La pregunta
esencialista -¿qué es la adolescencia, qué es la juventud? Creemos que entorno a la
adolescencia y a la juventud se ha construido un imaginario cuyo principal eje es la
homogeneización.
En las diferentes etapas históricas, la adolescencia y la juventud son portadoras de determinadas
características. La sociedad necesita de la juventud para perpetuarse. Los jóvenes son una suerte
de relevo generacional, que permite llevar a cabo la transmisión y apropiación cultural. Los
adultos son los responsables de esta misión de integración de las generaciones jóvenes a la
sociedad. Se busca la adaptación, los sujetos adolescentes y jóvenes, con sus capacidades y
potencialidades, procuran generar procesos de cambio. De modo tal que en este proceso surgen
fuerzas que pueden tener sentidos contrarios: reforzar lo existente, conservando las actuales
estructuras, o promover su transformación. Abordar cómo se establecen los procesos de
subjetivación de niños, adolescentes, jóvenes y adultos. Se trata de pensar en los problemas
con los que nos enfrentamos, de concebir las aproximaciones conceptuales como herramientas
de pensamiento y el pensamiento como instrumento de transformación.
Subjetividad, Sujeto, Yo.
La categoría subjetividad ha permitido integrar lo idéntico y lo diferente, la estructura y el
acontecimiento, lo individual y lo social, lo público y lo privado. La subjetividad consistiría
básicamente en la interrogación de los sentidos, las significaciones y los valores que produce
una determinada cultura, su forma de apropiación por los sujetos y los efectos sobre sus
acciones prácticas. La subjetividad no es otra cosa que una producción histórica de las
significaciones imaginarias que instituyen formas de vivir la existencia humana.
A través de lo que llamamos "subjetividad", el ser humano se constituye como tal, ingresando al
mundo simbólico, cultural y regido por las lógicas del lenguaje. En ese sentido al hablar de
subjetividad nos enfrentamos con aquello que resulta irreductible a la trama que conforman la
sociedad y los sujetos que la componen. No hay sujeto sin sociedad, ni sociedad sin sujeto.
Las instituciones sociales son las que instituyen las formas de organizar la subjetividad. Si la
familia y la escuela fueron las principales agencias de subjetivación, en la actualidad la
comparten con los discursos mediáticos y las tecnologías de la información y la
comunicación. En la actualidad, la subjetividad socialmente instituida es mercantil y está en
tensión con la subjetividad estatal debilitada. Frente a la subjetividad mercantil, socialmente
instituida como hegemónica, surgen otras formas de habitar el espacio y el tiempo, un campo
de cierta autonomía respecto de las formas dominantes. En este sentido, la subjetivación sería
el revés de la subjetividad instituida.
Llamamos subjetivación a la operación capaz de intervenir sobre la subjetividad y el lazo social
instituidos. La subjetivación como la subjetividad es una operación pero de otro estatuto. Se
trata de una operación crítica sobre la subjetividad instituida. No hay posibilidad de
subjetivación sin ese plus indeterminado producido por la instauración de una subjetividad
determinada. La operación crítica que llamamos subjetivación es aquella que se produce sobre
la subjetividad instituida desde el plus que ha producido como efecto no anticipado (Grupo
doce, 2001: 21).
En nuestras sociedades capitalistas cada vez resulta más difícil abrir nuevos recorridos de
subjetivación. Sin embargo, allí está la clave del proceso de construcción subjetiva, en el plus
que los sujetos, los grupos y las comunidades pueden darse creativamente, para buscar en sus
vidas otros horizontes que los socialmente instituidos por los poderes hegemónicos.
El proceso de subjetivación es la acción de dar sentido, de significar y poner una marca de
origen un proceso de metabolización. Dar un sentido personal.
Pensar la constitución subjetiva en términos de entramado se diferencia de la noción de
identidad como forma que adoptó la subjetividad bajo la racionalidad moderna siguiendo el
modelo identitaria: esencializada, fija, estable, unitaria, autónoma, auténtica, privada,
independiente y ahistórica.
El concepto de identidad, se construyó desde un paradigma moderno sustancialista, esencialista.
Surgió como intento de articulación entre lo individual y lo social. El individuo fue
considerado un ser autónomo, racional, consciente, libre, capaz de determinarse a sí mismo. La
construcción del sujeto se configura alrededor de un proceso de unión a los otros, es decir, de
pertenencia, pero al mismo tiempo de separación con los otros, o sea, de diferencia .Identidad
y diferencia des-sustancializadas.
Los procesos de subjetivación representan un momento constitutivo de los procesos de sentido
y significación que rompen con una pretendida homogeneización. Si hay subjetivación, hay
condiciones para su producción, de modo que los procesos de subjetivación infantil,
adolescente y juvenil remiten a las condiciones materiales, simbólicas y discursivas que los
producen.
A esta altura, conviene aclarar que subjetividad no es asimilable a sujeto. El sujeto es un
organismo vivo perteneciente a una especie. Es una configuración única e irrepetible, una
organización corpórea con un aparato psíquico, anclada en una civilización particular.
Sujeto, entendido como singularidad constituida a través de marcas, inscripciones e
identificaciones. Sujeto tampoco es igual a yo. Para el psicoanálisis se trata de una instancia
del aparato psíquico, una construcción que se produce de manera inconsciente a partir de la
relación que el sujeto establece con los otros y con su cuerpo. El yo es la instancia encargada de
inscribir y dar continuidad a la existencia a través del tiempo. Desde el nacimiento hasta la
muerte.
La relación yo-cuerpo es ineludible. Los procesos de crecimiento, desarrollo y maduración
corporal (que caracterizan a los sujetos niños, adolescentes y jóvenes) exigen un trabajo
psíquico de anudamiento e integración psicosomática.
El registro de un yo, asiento de la identidad, solo será posible desde la otredad. Hay yo porque
hay otros. El proceso de identificación es justamente la operatoria psicológica por la cual el yo
establece relaciones con los otros, hace lazo.
Para comprender la dinámica del psiquismo, podríamos decir que la identificación, desde una
perspectiva psicoanalítica, se despliega en dos sentidos: un lugar en el que se identifica, la
imagen, y el lugar desde donde se identifica, la posición social y cultural. El primero, de
orden imaginario, está asociado con lo que se conoce como yo ideal. El segundo sentido
corresponde al registro simbólico y se relaciona con el denominado ideal del yo.
Ese yo ideal sería el molde de unidad primera del sujeto. La identificación primaria
produce alineación, enajenación. El sujeto se ve, se reconoce, allí donde no está, en esa
imagen. El reconocimiento de esa imagen permitirá adquirir atributos de permanencia, de
identidad, de sustancia.
El segundo sentido es de orden simbólico y se relaciona con lo que se conoce como ideal del yo.
El proceso de identificación primaria ocurre en un mundo cultural, simbólico. Es decir, el niño
nace en un mundo de simbolizaciones, nace en una trama de significaciones que determina
lugares, lugares sociales que, en la modernidad, están asociados con la institución familia.
El paradigma de la complejidad colabora a pensar estos fenómenos de la subjetividad desde el
"entre", fuera de las esencias. Supone el desplazamiento conceptual desde los sistemas cerrados
y cerca del equilibrio hacia los sistemas abiertos en interrelación constante con su ambiente.
Desde esta perspectiva conceptual el sujeto no es lo dado biológicamente, ni una estructura
psíquica aislada, sino que adviene y deviene como una configuración única e irrepetible en el
intercambio con el ambiente y el entorno social y cultural humano.
El sujeto no se caracteriza solamente por su subjetividad, sino por ser al mismo tiempo capaz de
objetivar, es decir, de convenir, de acordaren el seno de la comunidad, de producir un
imaginario común y por tanto de construir su realidad.
Lo Adolescente y lo Joven como devenir subjetivo.
El devenir subjetivo, marcado por sus itinerarios, trayectos y transiciones, por sus puntos,
cortes, articulaciones y fracturas, por procesos de crecimiento, desarrollo y maduración,
promovió que el paradigma moderno lo transformara en etapas a través de mecanismos de
normalización y clasificación.
La condición adolescente, de este modo, se convierte en una forma privilegiada de depositación
de esa articulación entre "lo Otro" y "el Otro". El sujeto (adulto), frente a lo
inasimilable de la experiencia de vivir, encuentra en su propia "identidad" un elemento
apaciguador y estabilizador que le permite sostener la ilusión de poder dominar al diferente
(adolescente).
Sostenemos que la adolescencia puede ser entendida desde el psicoanálisis como una
contundente conmoción estructural, un fundamental y trabajoso replanteo del sentimiento de sí,
de la identidad del sujeto.
Entre el sostén y la autonomía.
El cachorro humano necesita del sostén para su armado subjetivo. Como proponía Fernando
Ulloa, el sostén está relacionado con los dispositivos socioculturales ligados al cuidado y a la
ternura. En primer término, la empatía que garantiza el adecuado suministro, esencialmente el
abrigo y el alimento. En segundo término, el miramiento, un mirar con amoroso interés.
Podríamos pensar lo adulto, en tanto sostén, como una función social encarnada por diferentes
sujetos que hospedan al recién llegado. Una hospitalidad y un sostén que generan condiciones
favorables para la construcción subjetiva.
La construcción subjetiva se produce, entonces, en ese entre del niño, adolescente y/o joven con
el adulto. Lo adulto como función, expresada en la responsabilidad de atenderlos y
acompañarlos en la búsqueda de la autonomía. En este sentido, consideramos a los niños,
adolescentes y jóvenes como sujetos de derechos, y a los adultos como articuladores
responsables de promover, sostener y soportar los procesos de subjetivación.
Adolescentes, jóvenes y adultos se hallan ligados por la lógica del mercado (obviamente del
mercado cultural también) más que por la lógica productiva. De todos modos, no es lo uno o lo
otro. Es una tensión entre ambas.
En la actualidad, los jóvenes tienen sueños y los adultos los comercializan. Si algo caracteriza
lo adolescente y lo joven en su interrelación con lo adulto, es la búsqueda de autonomía, de un
espacio propio para desarrollar la vida. Una búsqueda de autonomía que supone recorridos
marcados por las condiciones de época. La búsqueda de autonomía tiene un estatuto que
produce comunión con otros, búsquedas colectivas de formas de vivir la vida, culturas juveniles,
podríamos decir, más cercanas a las lógicas hegemónicas mercantiles. A su vez, cabe
subrayar que estas formas de autonomía son las correspondientes a las expectativas
socioculturales de las sociedades capitalistas.
Los Niños, Adolescentes y Jóvenes como sujetos de derecho.
La distinción de niños, adolescentes y jóvenes hoy tiene sentido si es para sostener, defender y
extender su condición como sujetos de derechos, allí donde son vulnerados. Se trata de generar
y apoyar, desde muy diferentes ámbitos, estatales y privados, iniciativas que
reconozcan, respeten y promuevan la pluralidad y la tolerancia hacia las diferentes
manifestaciones culturales juveniles y, que, al mismo tiempo, enfrenten la exclusión basada
en la desigualdad social.
Un sujeto de derecho referido a condiciones materiales y simbólicas de existencia. Un sujeto
con derecho a desplegar todas las potencialidades a las que un ser humano puede acceder.
Las áreas prioritarias en la formulación de políticas de juventud según La CEPAL (2007: 321)
tienen que ver con las siguientes cuestiones:
- Reconocimiento de derechos e igualdad ante la ley.
- Acceso equitativo a los recursos de la sociedad e igualdad de oportunidades.
- Acceso a una calidad de vida estimada adecuada.
- Recursos para el logro de la autonomía y la emancipación.
- Participación en los procesos democráticos y en el ejercicio de la ciudadanía.
La situación de los adolescentes y los jóvenes latinoamericanos requiere de diversas acciones
articuladas en lo municipal, nacional y regional como parte de una estrategia integral de
reconocimiento de derechos e igualdad ante la Ley.
De Sarmiento a los Simpson. Marcelo Caruso e Inés Dussel.
Yo, tú, él: ¿Quién es el sujeto?
Nuestra exploración aborda ahora el tema de los sujetos, pensar sobre los sujetos es un poco
“Imaginar lo que no puede serlo”. La educación es, indudablemente, una actividad humana. En
este sentido, la educación siempre ha guardado una dimensión de futuro. La escuela trata de
contener al niño, de iniciar al infante, de socializar al adolescente. Hoy, estas categorías que
definían a los que se sentaban en las aulas están en plena transformación. Veamos los casos de
la infancia y la adolescencia. La infancia se ve acorralada por una temprana “juvenilización”,
prediciendo algo así como la desaparición de la infancia. Los chicos vienen “informados hasta
el detalle” pero siguen compartiendo los mismos temores y atracciones que los de otras
generaciones.
En términos pedagógicos, la infancia como una posición desigual de accedo al conocimiento
está en discusión. Por un lado, la proliferación de medios de comunicación pone al alcance de
los chicos grandes masas de información y maneras novedosas de procesamiento. Para algunos,
esta nueva posibilidad pone a la infancia en proceso de “desaparición”. En todo caso, la
discusión manifiesta que este sujeto supuesto “la infancia” o “la niñez” que está en la base de la
tarea escolar está sufriendo transformaciones. El sentido popular lo expresa de diversas
maneras: “los chicos ya no vienen como antes”, “los chicos de ahora son más inquietos”, “más
cuestionados”, “ahora aprenden más rápido”.
Paralelamente, la identidad adolescente/juvenil ocupa un lugar distinto. Es cierto que hasta un
siglo la juventud casi no existía como etapa vital, ya que se pasaba de la niñez al mundo del
trabajo o directamente a tener una familia propia. Un cambio muy importante ha sido el
desplazamiento del lugar que la identidad juvenil ocupa en la sociedad (Lenzen 1991). La
juventud es un territorio en el que todos quieren vivir indefinidamente (Sarlo, 1994).
Sujetos/Subjetividad: Conceptos para la Identidad.
La diferencia entre el sujeto y el objeto. Así se nos dice que el sujeto es el que conoce y el
objeto es el que es conocido. El sujeto es activo y el objeto es pasivo. El sujeto transforma y los
objetos son transformados.
El movimiento del conocer va del sujeto al objeto, sujeto puede convocar significados
ambivalentes podemos definir al sujeto como una construcción explicativa de la constitución de
redes de experiencias en los individuos y en los grupos.
El sujeto se constituye:
La constitución de los sujetos implica, de forma central, la relación entre liberta y necesidad. Se
advirtió que el sujeto, lejos de ser soberano, no está solo en el mundo y que por lo tanto, lo que
hace y es aparece condicionado por una serie de factores: su posición social, familiar, su historia
particular, su ideología. Este sujeto está determinado por estas y otras dinámicas; ser libre es la
posibilidad de darse cuenta del espacio que ocupa y del que no es consiente.
Laclau propone revisar la relación entre lo que antes se veía como el “el individuo” y la
“estructura”. El plante de Laclau no parte del supuesto de que el sujeto está determinado sino,
justamente, plantea que el sujeto se va produciendo cuando organiza sus experiencias. En esta
visión, el sujeto no es externo a la estructura. No puede afirmarse que la estructura ya existe y el
sujeto lo único que hace es acomodarse. Si la estructura estuviera completa y la conociéramos
bien, sería posible plantear una suerte de adivinación del futuro social. Pero sabemos que el
presente cambia, que la estructura nunca se completa. Así como ya no creemos en el sujeto de la
razón completo en sí mismo y con la herramienta que le permite conocer/gobernar el mundo,
tampoco podemos plantearnos que la realidad ya está allí y es completa o es algo fuera del
sentido que le damos.
El espectro de posibilidades dentro de las que podemos tomar decisiones marca que nuestra
experiencia no es una continuidad, sino que también hay rupturas. Estas rupturas definen que el
sujeto sea parcialmente autónomo porque "constituye el locus de una decisión no determinada"
por la estructura (Laclau, 1990; 30). La estructura no tiene una eficacia completa. Y esto no es
porque sea deficiente, sino porque las estructuras nunca están completas: nunca pueden abarcar
la totalidad de las posibilidades. Por ejemplo, supongamos una sociedad súper tecnificada y
programada; sin embargo, sucede un terremoto, una hecatombe natural, o bien un pequeñísimo
error humano que desencadena un vendaval de calamidades. Esto puede ocurrir, aunque nos
intranquilice, podríamos enriquecer nuestra definición diciendo que el sujeto es la distancia
entre la decisión y una estructura sobre la cual no se pueden tomar decisiones.
El sujeto en las redes de experiencias.
Cuando se llama a un niño “alumno” prevalece el lugar que el chico ocupa en la institución
antes que la que el chico es. Esta preferencia no es inocente. Tiene grandes consecuencias a la
hora de la enseñanza. Por ejemplo, muchas veces el currículum y la didáctica se basan en el
concepto de "necesidades de los niños". Puede ser que el maestro considere que estas
necesidades son iguales para todos. O bien el maestro puede vislumbrar intuitivamente la
complejidad del sujeto y preguntarse si "las necesidades" prescriptas para todos los niños son las
necesidades de un niño en particular. En el primer caso, se piensa en los chicos como
"alumnos", y se les prescriben determinados aprendizajes y determinadas maneras de hacerlos.
En cambio, la utopía de la enseñanza individualizada define al niño sólo por lo que es y no por
el lugar que ocupa. Allí importan sólo sus necesidades, no hay otra consideración acerca de
objetivos educativos y sociales y sólo se le enseña lo que al chico le interesa, como si esos
intereses ya estuvieran definidos de una vez y para siempre. Por ello, la concepción de sujeto de
Badiou, al comprender ambas dimensiones -lo que no es y el lugar que ocupa- nos plantea un
nuevo espacio para comprender que la didáctica y el currículum pueden moverse en el espacio
de la tensión. Esto podría fundamentar una didáctica tan alejada del individualismo dogmático
de la educación individualizada como de la pedagogía que impone a los chicos las recetas de
una serie de conocimientos sin los cuales -según esta pedagogía- no podrían vivir ni
desarrollarse en la sociedad.
Los sujetos se construyen en las experiencias, entre ellas la escolar. Ahora bien, ¿qué se
entiende por experiencia? Ya en 1920, John Dewey planteó que era necesario salir de la
categoría experiencia según el sentido común. De acuerdo con este concepto, las experiencias se
realizan a partir de objetos particulares. Cuando se habla de una "experiencia" de educación
popular, pareciera que se alude a la individualidad de tal trabajo. "La experiencia no se puede
transmitir", se dice. Dewey propone un nuevo concepto de experiencia. Plantea que la
experiencia "da por resultado una visión general concreta y una determinada capacidad
organizada para la acción" (Dewey, 1986; 106).
Destacamos de la posición de Dewey dos elementos. El primero refiere al hecho de que la
experiencia no es exclusivamente empírica: las cosas que nos pasan siempre las pensamos desde
una red de conceptos (una red de experiencias previas) que dan significado a estas experiencias
nuevas. En toda experiencia hay elementos conceptuales que la organizan. Esto va en contra de
un lugar común en la formación docente: que la experiencia "se hace en la práctica", como si la
práctica fuera un momento a-teórico o vacío de conceptos. Aquí ya entramos al segundo
elemento: para Dewey, hay una conexión fundamental entre el hacer y el pensar; el pensamiento
es una acción en un plano no material. Este concepto de experiencia no sólo liga lo conceptual y
lo empírico, sino que une las acciones y los pensamientos. Lo que hagamos, entonces, puede
plantear cambios para lo que pensamos y viceversa. Lo que vemos puede modificar nuestros
conceptos. Aprender nuevos conceptos puede cambiar la manera de ver las cosas y, por ende,
las cosas que hacemos según nuestra visión.
Sujeto, Poder y Deseo.
Se trata de ver, entonces, que la construcción de la experiencia, del sujeto, de la subjetividad
está atravesada por las relaciones de poder. Su concepción de la relación entre sujeto y poder
queda clara en la siguiente definición: "El sujeto constituye la intersección entre los actos que
han de ser regulados y las reglas de la que ha de hacerse". El psicoanálisis proporciona otra
respuesta. Esta corriente plantea que existe algo que siempre permanece como molestia, que
nunca puede ser satisfecho. Hay como una roca dura que no se disuelve, que hace que los
sujetos se sacudan y produzcan nuevas redes de experiencias (Zizek, 1992). Esa roca tiene
varias denominaciones; la más conocida es el deseo. Uno puede plantear que tiene deseo de
determinada cosa: de relacionarse con una persona, de comprar algo, de tomar venganza de
alguien, de enseñar alguna materia. Pero sabemos que realizar tales deseos no implica que el
deseo desaparezca como tal. Siempre aparecen nuevos motivos, nuevos motores que implican
nuevas redes de experiencias a partir de modos de ver y de actuar. La lógica del deseo es que
excede a todos los objetos que pueden satisfacerlo.
Los Sujetos Educativos Hoy.
Como hemos señalado en el capítulo anterior, la educación moderna se basaba en la negación de
las culturas familiares, regionales, sociales que preexistían a la escuela y a las cuales ésta tenía
que pasar por el tamiz de la razón. La educación era el mecanismo por el cual un padre esperaba
que el hijo fuera más de lo que él era. Identidades como "el buen alumno", "el burro", "los
normalistas", aparecían como portadoras de significaciones intensas. La cultura de la escuela
parecía predominar sobre las culturas anteriores: a través de la escuela, se quería que el sujeto
pedagógico suprimiera o dominara al sujeto social.
Manuel Belgrano lo manifestaba así en la Memoria de 1796: había que fundar la Escuela de
Agricultura porque a partir de ella se conformaría el agricultor moderno, científico, racional,
sujeto social inexistente en el Río de la Plata de ese entonces. Asimismo, Sarmiento planteaba
que el sujeto pedagógico formaría a los ciudadanos, teniendo siempre en su imaginario al
pequeño colono propietario y activo miembro de su comunidad.
El maestro hoy es un trabajador muchas veces agremiado, y los cambios profundos de las
identidades de niños y adolescentes dejan impotentes a las escuelas argentinas; que tienen
dificultades para encontrar "la sintonía de los chicos". La escuela ya no promete futuros
mejores, pero, a la vez, sigue siendo mejor ir que no ir. Los sujetos que activamente
participaban de la construcción de sus identidades en y a través del sistema educativo (aunque
no exclusivamente), ahora entran a la escuela de una manera diferente, con otras identidades
previas, y con pocas ganas de asumir la identidad "escolar". La escuela es vivida muchas veces
como una amenaza a la identidad que como niños y jóvenes están adquiriendo.
La experiencia que conforma la identidad docente también se realiza en el aula. En tanto hemos
definido a la identidad como relacional, esto es, conformada en la relación con lo igual y lo no-
mismo, adquiere especial importancia cómo se conceptualiza a los alumnos. Hay que notar que
en el aula la mayoría de los educadores tenemos acerca de los comportamientos de los alumnos
teorías espontáneas o más elaboradas, que mezclan discursos científicos, periodísticos, morales,
y ejemplos para reproducir el sistema de lugares docente/alumno en las escuelas.
(Los trabajos en grupos)
Una experiencia de orientación vocacional con jóvenes de sectores populares que
quedaron fuera del sistema. Un envión hacia el futuro.
Contexto histórico.
- Mediados década 1970 hasta 1990  políticas neoliberales.
- Consecuencias: precarización laboral, déficit fiscal, desigualdades sociales, reducción
de presupuestos en educación y salud, entre otros.
- “Desafiliación Social”: ruptura en el entretejido social.
¿Qué efectos se produjeron en la construcción de los diversos actores sociales que conforman
las sociedades?
- Perdida del vínculo familiar con el trabajo.
- Sensación de no hay futuro.
- Jóvenes de clases más vulnerables: tercera generación de desempleados.
- Familias excluidas, desafiliadas y sin posibilidad de acompañar a los jóvenes en la
construcción de un proyecto de vida.
Rol de la escuela.
- Frente a la sensación de fracaso y estigmatización, la escuela es vivida, extraño, ajeno.
- Emerge un sujeto que muestra la fragmentación y la desorientación.
- Corrimiento del Estado respecto a sus funciones de garante.
- Desempleados de primera generación: los de la década del 90.
- La pérdida de empleo se transformó en un problema individual. Fracaso individual.
- Planes sociales: Política de Estado asistencialista e individualista donde son pasivos
receptores de la ayuda pública.
- Consecuencias adolescentes de neoliberalismo: Delincuencia juvenil, adicciones,
abandono escolar, maternidad/paternidad adolescente, calle, entre otros.
¿Cómo dejar de estar de esa manera y empezar a ser protagonistas de su propia historia?
 El “Envión”, una experiencia subjetivante.
- Programa de inclusión juvenil, dependiente del Ministerio Social de la Provincia de Bs
As en convenio con diferentes municipios.
- Criterios: Que pertenezcan a hogares pobres con inserción laboral por infraestructura y
equipamiento inadecuado, abandono o que trabajen o que lo realicen de forma
intermitente, que vivan familiares de violencia y/o abandono.
El “Envión”
- La Escuela juega un rol fundamental en la detección temprana de las problemáticas,
pero no puede actuar sola.
- El Estado como regulador y sostenedor puede hacerse visible de distintas maneras, entre
ellas, este tipo de programas.
- La falta de oportunidades de inserción social activa representa una de las grandes
problemáticas que enfrentan hoy los jóvenes.
- ¿Qué prácticas de acompañamiento y de orientación pueden proponerse en este marco?
Punki y Blanca.
Sujetos “Trans”
- Heteronorma: dispositivo social, político y económico que impone prácticas sexuales a
través de mecanismos educativos, médicos, religiosos, jurídicos, etc.
- Tres características en torno a la heteronorma:
1. Binaria: se circunscribe a lo masculino-femenino.
2. Atributiva: la sexualidad es solo la elección del objeto sexual.
3. Jerarquiza: lo diferente a lo hegemónico es considerable inferior.
- La Heterosexualidad se considera como imprescindible para el funcionamiento de la
sociedad.
- En este contexto mostrarse sexualmente diverso es un desafío. Nuestra existencia
podrán no estar en peligro. Dependerá de las representaciones que el colectivo social
tiene sobre las personas.
- Irrupción de pluralidades de géneros, de erotismos, de identidades sexuales.
Significados en torno a la identidad de género.
- Travesti: es una preferencia humana que se caracteriza por el uso de vestimenta,
lenguaje, etc, que en una determinada sociedad se consideran propios del género
opuesto. Una persona puede vestirse de forma permanente, frecuente o esporádica.
- Transexual: son aquellas personas que habiéndose significado con el sexo opuesto
esperan o se han realizado la asignación de sexo.
- Transgénero: es aquella persona que se identifica con el sexo opuesto al que le
asignaron al nacer. Las personas transgénero pueden recurrir o no a cirugías médicas
(no incluyen aquellas de resignación del sexo).
- Género fluido: cualquier género que no coincida con el sexo biológico.
Conquistas del colectivo trans.
Artículo 2° Ley 26.743. Ley de Identidad de Género. Definición se entiende por identidad de
género a la vivencia interna e individual del género tal como cada persona se siente, la cual
puede corresponder o no con el sexo asignado al momento del nacimiento, incluyendo la
vivencia personal del cuerpo. Esto puede involucrar la modificación de la apariencia o la
función corporal a través de medios farmacológicos, quirúrgicos o de otra índole, siempre que
ello sea libremente escogido. También incluye otras expresiones de género, como la vestimenta,
el modo de hablar y los modales.
Decreto 721/2020: Cupo Laboral Travesti-Trans.
- El sector público nacional debe reservar al menos 1% de sus cargos y vacantes para
personas travestis, transexuales y transgénero.
- Quienes contraten trabajadores de la comunidad trans-travesti tendrán un incentivo
tributario.
- Si les aspirantes no completaron su educación obligatoria, se garantizara su ingreso
laboral con la condición de finalizar sus estudios.
- Se promueven líneas de crédito con tasa preferencial para emprendimientos, destinados
específicamente a personas solicitantes travestis, transexuales y transgénero.
Decreto presidencial N° 476/21: Reconoce identidades por fuera del binomio masculino y
femenino al incorporar la nomenclatura “X” en el Documento Nacional de Identidad (DNI)
como opción, para todas las personas que no se identifiquen como varón o como mujer. La
decisión se enmarca en la Ley de Identidad de Género.

Despatologización y reparación.
Es necesario deconstruir para poder trabajar en forma respetuosa con los diversos sujetos. La
mirada sobre “el diferente” implica visiones de inferioridad, peligrosidad y enfermedad.
- Desde el 2018, la transexualidad deja de ser una enfermedad mental y se optó por crear
un nuevo apartado en el CIE-11 (Clasificación Internacional de Enfermedades y
Condiciones Relacionadas con la Salud).
1. “La Mocha” (Unidad de Gestión Educativa Experimental N° 16) es una escuela
secundaria gratuita, fundada en el 2011, con la misión de promover la inclusión de
personas trans/travestis en la educación formal para subsanar la discriminación
estructural que enfrentan.
2. Mocha Celis fue una travesti tucumana que trabajo con Lohana Berkins en la zona de
Flores en la Ciudad de Bs As. Fue asesinada de tres tiros, se cree que por la policía en
una situación aún no esclarecida. Mocha no sabía leer ni escribir. Cuenta Lohana:
“cuando estábamos en los calabozos había otra trava súper erudita y yo le dije:
Aprovechemos que estamos adentro y enséñale a Mocha. Pero hacelo de manera que
ella no se sienta menos”. Mocha murió sin poder terminar el secundario.
3. Bachillerato Trans “Mocha Celis” su existencia es un desafío al único destino posible
asignado para las personas trans, fuera del saber y del reconocimiento social.
Orientación vocacional con adultos mayores.
Deseos que no detiene su marcha.
- La orientación vocal para adultos mayores: constituye un campo de acción, mediante
acompañamiento al otro, sostiene en la búsqueda de un quehacer y cuestiona ideas
establecida como mandatos.
- Envejecimiento en la actualidad:
1. Poblacional: Envejecimiento en la estructura poblacional mundial. Argentina uno de los
países más envejecidos de América Latina 14, 3 % población general (Censo 2010).
2. Subjetiva: Reflexionar sobre cómo influyen los cambios de roles sociales, el uso del
tiempo libre formas de acceder a materiales y simbólicos o a la tecnología.
Cambios en los modelos.
Paradigma tradicional:
- Vejes etapa de carencia (falta de alguna cosa ejemplo: responsabilidades).
- Beneficiarios de asistencia social y prácticas homogeneizante.
- Prejuicios y desvalorización.
- Políticas de estado que contribuyeron a la exclusión de las personas mayores.
- Vulnerabilización: grupo social ubicado en el camino de la exclusión.
Paradigma envejecimiento activo:
- Plena realización de todas las dimensiones del sujeto. Solo al buen estado de salud de
los adultos mayores es también a una participación activa de estos en la sociedad.
- OMS sostiene el envejecimiento debe ir acompañado, autonomía, salud, productividad
y protección. Utilizado del tiempo libre (envejecimiento activo).
- Facilidades educativas.
- Incorporar esta temática en planes y programas nacionales.
- Convención Interamericana sobre la Protección de los derechos humanos de las
personas mayores –OEA- Ley 2017. Fortalecimiento de medidas para este grupo.
- Necesario redefinir y afianzar políticas para su desarrollo transversal.
Políticas Públicas.
- 1971 (INSSJP): Int. Nac. De Serv. Soc para Jubilados y Pensionados, especializado en
atención de los mayores.
- Sistema de protección, servicios sociales y sanitarios mediante el aporte de los
trabajadores activos. Conto por el Programa de Atención Médica (PAMI).
- Decreto 1454/05 incorpora a la Seg. Social ciudadanos que se hallan fuera del sistema
contributivo jubilatorio, accediendo a una jubilación y a servicios de PAMI. Por
informalidad o estructura familiar.
- 2008 Programa prevenir para seguir creciendo: desarrollo de actividades de
estimulación de capacidades específicas. En centros de jubilados. Por ejemplo, ofertas
de actividades: gimnasia, yoga, caminatas, estimulación de la memoria, cine-debate,
cocina, música, artesanías, idiomas.
- 2009 UPAMI: igualdad de oportunidades en el marco educativo. Propuesta se
mencionan: nuevas tecnologías, idiomas, historia, expresión artística, psicología, entre
otras.
Subjetividad.
- Según Roscovan (2013) la subjetividad es una producción histórica de las
significaciones imaginarias que instituyen formas de vivir la existencia humana.
- La asociación entre edad cronológica y estatus de viejo es parte proceso de
naturalización del envejecimiento.
- La vejez se construye socialmente entre diferencia entre jóvenes y viejos.
- Rescatar las actividades a nivel grupal, permite reconocer situaciones que atraviesan y
les resultan angustiantes o generan incertidumbres.
- En últimos años cambio en la mirada de la vejez mediante una imagen positiva que lo
asocie a un periodo de despliegues de potencialidades que les permita marcar proyectos.
Educación terciaria o universitaria “Ancestras”.
Orientación vocacional-taller.
- Plateo de actividades:
1. Diferencia entre jubilarse por decisión propia o por imposición: “yo quería jubilarme” o
“me jubilaron por decreto”.
2. Diferencia vinculadas al género: “jubilarse puede ser más difícil para hombres que para
mujeres”.
3. Necesidad de nuevos anclajes sociales: “a veces, la gente tiene miedo a la soledad o
miedo a no tener que ver a nada”.
4. El factor del tiempo: “mientras estamos aquí, todavía algo se puede hacer”.
5. Recuperar sus itinerarios vitales: “a nuestra edad tiene que ser placentero, uno ya no
hace las cosas por obligación”.
Permitirse proyectar.
Permiso para:
- Soñar lo que quiera.
- Hacer act placenteras sin esperar resultados.
- Disponer de mi tiempo.
- Habría que disfrutar de los nietos, pero no como una obligación.
Proyectar:
- Act nuevas.
- Aprender cosas nuevas.
- Viajar.
- Volver centro de jubilados.
Dieron lugar a cuestiones: ¿Qué significa renunciar al pedido de los hijos con el fin de disponer
de un tiempo para uno mismo? ¿Se asocia a sentirse valorado? ¿A ser útil?
Reflexiones finales.
- La creatividad debe ser una gran aliada en la búsqueda de nuevas ideas, nuevas formas
de ver las cosas y nuevas oportunidades.
- Necesidad de reinventarse ante tantos cambios para seguir disfrutando de la vida.
- Generar proyectos propios. Anteponer los deseos a las demandas de la familia. ¡Si
quiero puedo!
- El proceso de orientación vocacional en esta etapa debe utilizar diferentes recursos a fin
de que la persona comprenda que se trata de una oportunidad para desprenderse de lo
que es hasta el momento y volver a elegir en base a sus nuevas metas y su nuevo
proyecto de vida, tanto personal como profesional.
Orientación vocacional en sujetos con discapacidad. Lo vocacional como acontecimiento
de una experiencia subjetivante.
Sujetos con discapacidad: Necesidad de cambiar viejos paradigmas hegemónicos.
Debates disciplinares:
- Comprender, explicar e interpretar las dinámicas sociales.
- Mejorar los servicios de salud, educativos y sociales: - Estandarización de criterios
diagnósticos. – Mejores planteamientos en las funciones clínicas. – Clasificación y
provisión de servicios y apoyos individualizados.
- Modelo social de Discapacidad MSC: Se focaliza en los cambios que debe hacer la
sociedad: actitudes, apoyo social, información, estructuras físicas, accesibilidad y
derechos.
- Orientación vocacional: Profundización en el abordaje de las elecciones vocacionales de
adolescentes y jóvenes con discapacidad desde una perspectiva crítica.
La declaración de la Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas con
Discapacidad “Los sujetos con discapacidad incluyen a todos aquellos que poseen
deficiencias físicas, mentales, intelectuales o sensoriales a lo largo que al interactuar con
diversas barreras, puedan impedir su participación plena y efectiva en la sociedad, en
igualdad de condiciones con los demás”.
Orientación vocacional.
- Campo de intervención entre educación y salud.
- Acompañamiento a adolescentes y jóvenes en sus trayectos e itinerarios.
- Promoción de profesionales de la orientación vocacional.
Desde una perspectiva crítica, indisoluble desde lo subjetivo y lo social, poniendo énfasis en
“como lo haga”.
Bajo hegemonía de una ideología de la (a) normalidad, el derecho a elegir su futuro para
adolescente y jóvenes con discapacidad estuvo – y aún está- cuestionado, desestimado,
negado, vedado, expropiado y/o mediado por otros.
- Pantano: “Adaptar, modificar la oferta de la orientación vocacional y no a las personas”.
- Todo sujeto tiene derecho a elegir su futuro.
De la adolescencia a la adultez.
Dos momentos: la adolescencia y la adultez.
A la Adolescencia: como apuesta y operación identitaria. Sujeto activo que trabaja en esa
construcción/adaptación.
- Sin caer en categorizaciones de adolescencias normales o ideales. La transición es la
misma.
- La discincronía de la edad cronológica con la etapa vital en la que se encuentra, más
aun si hay deficiencia mental o intelectual, tener en cuenta:
-La edad en que se produce la discapacidad.
-El tipo de discapacidad y sus características.
-El pronóstico, dolor, limitaciones en movilidad o funciones.
-La naturaleza del tratamiento que realiza.
-Los tipos de apoyo necesarios.
- Cuando afecta características físicas: la mirada del otro otorga estatus social devaluado.
- El impulso sexual: la familia suele poner en estado de latencia. Se suprime la aparición
de nuevos objetos libidinales exogámicos. El deseo sexual no está afectado por la
discapacidad.
- Duelo por la infancia perdida: a los tres momentos (por el cuerpo del niño, por la
identidad infantil y por los padres de la infancia) se agrega un cuarto, por la función que
falta y elaboración de su condición.
- Incremento de la sobreprotección y dependencia en esta etapa. Se pone en juego el
ideal del yo. Resulta espinoso para las familias que conquisten mayor independencia.
- Configuraciones de apoyo en lo educativo en cuanto se avanza sobre el curriculum.
A la Adultez:
- El futuro laboral y social. Expectativas familiares al momento de terminar los estudios
secundarios. Búsqueda de trabajos dignos y remunerados, la posibilidad de seguir
estudios superiores e iniciar una vida autónoma e independiente.
- Necesidad de contemplar los deseos del sujeto en la búsqueda de su futuro.
- Se produce otro pasaje, no solo de la infancia a la adultez, sino de discapacitado a sujeto
normal.
- La preocupación por el futuro se anuda a la futura ausencia de los padres. Acentuada al
envejecimiento de los padres. Dependiendo el tipo de discapacidad:
-Motriz: relacionado al grado de funcionalidad.
-Intelectual: acostumbrados a la dependencia y guía de otros. El futuro para esta
categoría es más abstracta.
- Un adolescente o joven con discapacidad no es alguien que suele ir a buscar orientación
vocacional, sino que es alguien que hay que ir a buscar.
- El sujeto está subordinado al grado de plasticidad simbólica que posea para afrontar sus
situaciones vitales y movilizar su deseo en la elección de un sujeto vocacional.
Orientación vocacional en sujetos con discapacidad. Sergio Javier Enrique.
Promover la formación de nuevos perfiles profesionales.
El POV debe intervenir desde una perspectiva crítica y contemplar, incorporar, contribuir a
garantizar que los sujetos con discapacidad tengan acceso a una experiencia subjetivante que les
permita construir proyectos de vida, con igual derecho que cualquier otro.
Para esto la orientación vocacional tiene que transformar sus prácticas actuales y producir
nuevos saberes, para impedir que estas prácticas de orientación sean dispositivos de
reproducción de la continuidad de un orden social sesgado por la exclusión y la inequidad.
Bajo los nuevos paradigmas lo importante de un sujeto con discapacidad es lo que “puede” y
“quiere realizar”: se tendrá en cuenta lo que tiene, lo que quiere y lo que pueda, poniendo
énfasis en las posibilidades de autodeterminación que el sujeto pueda sostener, desarrollar y
ejercer. La tarea del POV tendrá que ver con desanudar los significantes cristalizados en un
nopodermiento.
La experiencia subjetivante de la orientación vocacional debe permitir que estos sujetos puedan
“adultizarse” en la medida de sus posibilidades.
La orientación vocacional, un dispositivo anti destino.
El POV debería tender a facilitar que todos los sujetos tengan la posibilidad de insertarse en el
mundo como capaces de construir, de narrar y de ser autores de su propia historia,
proyectándose al futuro desde los estudios, el trabajo y la producción de cultura.
Como ha manifestado Le Breton, nuestras sociedades hicieron de la discapacidad un motivo de
sutil evaluación negativa de la persona, dejando de considerarlo un sujeto y apartándolo del lazo
social.
Proponer a adolescentes y jóvenes con discapacidad la elección como creación, intervención y
búsqueda podría ser una respuesta a los modos actuales del malestar en el campo. Las
elecciones vocacionales y la construcción de proyectos de vida contribuirían a reducir los
efectos de la discapacidad y los procesos de orientaciones pueden funcionar como espacios
propiciantes y de lazos sociales.
Se apuesta a que el dispositivo de orientación vocacional funcione como la posibilidad de
imaginar, soñar e investir su propio futuro y precipitar lo vocacional como una acontecimiento
de una experiencia que los posicione como constructores de propio destino.

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