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Trabajo practico de

“Homicidio en riña”

Alumna: Antonella Bogado

Materia: Derecho penal y procesal penal

Catedra: De Luca Javier Augusto7730

Profesor: Julián Subias

Año: 2021
Índice:

- Definición de riña
- Definición de riña según Soler y Molinario
- Tipicidad en el código penal
- Acción típica
- Bien jurídico protegido
- Condiciones negativas y positivas para la existencia de la riña
- Requisito de los elementos del tipo objetivo
- Distinción entre agresión y riña
- Aplicación de la figura
- Explicación del fin perseguido por el articulo 95 C.P
- Cuando deja de ser homicidio en riña
- Sujeto activo
- Sujeto pasivo
- Fernando J. Mateos sobre los artículos 95 y 96 del C.P

- Culpabilidad

- alevosía

- Error

- Jurisprudencia - Fallo Antiñir

- Sistemas de punición

- Proyectos

- Criterios legislativos

- Casos

- Limites ius puniendi


La palabra riña guarda el significado de “pelea” en la que participan 2 o más personas.
Por riña se ha entendido un contexto de recíprocos acometimientos de hecho entre 2 o más
personas.
Soler define a la riña como el “acometimiento recíproco y tumultuario, de más de dos
personas”. Es decir, acciones de ataque y defensa por parte de los integrantes de cada bando
(esto es la reciprocidad de las acciones). Según Soler no se daría una “riña” cuando sea un
ataque de varios contra uno/varios sujetos que se mantengan pasivos, ya que no habría
reciprocidad de las acciones.
Siguiendo a Molinario, si la riña es entre 1 persona contra 2 o más, las lesiones abarcadas
por el grupo serán las que reciba ese sujeto singular, puesto que las que reciba alguno de los
integrantes del grupo contrario serán necesariamente obra del sujeto.
El homicidio en riña se encuentra establecido en el art 95 del C.P, el cual establece que:
“Cuando en riña o agresión en que tomaren parte más de dos personas, resultare muerte o
lesiones de las determinadas en los artículos 90 y 91, sin que constare quiénes las causaron,
se tendrá por autores a todos los que ejercieron violencia sobre la persona del ofendido
y se aplicará reclusión o prisión de dos a seis años en caso de muerte y de uno a cuatro en
caso de lesión”.
(Art. 90. –lesión que produjere una debilitación permanente de la salud, de un sentido, de
un órgano, de un miembro o una dificultad permanente de la palabra o si hubiere puesto en
peligro la vida del ofendido, le hubiere inutilizado para el trabajo por más de un mes o le
hubiere causado una deformación permanente del rostro.
Art 91. –lesión que produjere una enfermedad mental o corporal, cierta o probablemente
incurable, la inutilidad permanente para el trabajo, la pérdida de un sentido, de un órgano,
de un miembro, del uso de un órgano o miembro, de la palabra o de la capacidad de
engendrar o concebir).
La acción típica del homicidio en riña: No es la de matar o causar lesiones, sino que es el
haber ejercido violencia sobre el sujeto pasivo, en el marco de una riña o agresión en la que
intervengan más de dos personas, resultando de este ejercicio de acción violenta (por los
ofensores) la muerte o lesiones del ofendido, desconociéndose quien fue el autor preciso del
resultado dañoso (la muerte o las lesiones).
Bien jurídico protegido: Es la vida humana independiente (en caso de homicidio) y la
integridad física y/o psíquica (en el caso de las lesiones).

Elementos del tipo objetivo


En nuestra legislación la participación en la riña o agresión no constituye delito en sí misma
en tanto no se configuren los elementos objetivos y subjetivos descriptos en el tipo penal;
de esta manera no existe un delito de riña en nuestro ordenamiento jurídico penal, aquella
conducta podría constituir tan sólo una contravención, pero no un delito. De la forma que el
hecho está previsto en el art. 95 del Código Penal Argentino, el delito es el homicidio o las
lesiones. La riña en sí misma no es punible; tampoco lo es participar en la riña o agresión
de la que no resultare muerte o lesiones, si el autor de estas es identificado, individualizado
el autor de las lesiones o de la muerte, la conducta de los demás que participan en la riña es
atípica, correspondiendo aplicar las reglas generales de la participación. La acción punible
en el tipo en estudio consiste en participar en una riña o agresión de dos o más personas, de
la que resulte muerte o lesiones, sin que se sepa quién es el autor, y ejercer violencia sobre
la persona de la víctima.
Según explica Soler, la disposición del art. 95 requiere en principio una condición negativa,
que no conste quiénes causaron la muerte o las lesiones; y como condiciones positivas la
norma exige que se haya ejercido violencia sobre la persona del ofendido y que la muerte o
las lesiones resulten de la riña o agresión.

Requisito para la configuración de los elementos del tipo objetivo:


* La existencia de una riña o agresión.
*Intervención de más de dos personas.
*Falta de determinación del autor de las lesiones o el homicidio.
* Ejercer violencia sobre la persona del ofendido.
*Resultado mortal o lesivo que provenga de las violencias ejercidas en esas circunstancias.

Es importante poder distinguir lo que es una agresión de lo que es la riña:


Agresión Riña
La “agresión” ha sido caracterizada como el La “riña” se caracteriza como el
acometimiento entre partes, en donde una de acometimiento de varios contra uno/varios,
estas se limita a defenderse pasivamente, o ni pero en este caso el o los atacados utilicen
siquiera, utiliza defensa alguna. defensa alguna.

La agresión puede darse entre una o más La diferencia sustancial entre la agresión y la
personas contra una o más personas, sin riña es la defensa activa de la parte atacada,
defensa activa. junto con la existencia cuantitativa de dos o
más atacantes.

La figura del homicidio en riña se aplica cuando: en un hecho toman parte más de dos
personas y resulta imposible determinar quién, por ejemplo, dio un golpe mortal. De algún
modo, se reparten las culpas entre los participantes, para que ninguno cargue con una pena
comparable a la que puede recibir el autor de un homicidio simple, ya que la pena de este es
de 8 a 25 años, la pena para cada participante será de 2 a 6 años.
Si el artículo 95 pretendiera suplir la falta de prueba acerca de la autoría mediante la
atribución de responsabilidad a todos los participantes, la norma lesionaría la presunción de
inocencia. Mas a los fines de validar constitucionalmente la norma concluyen que su
interpretación debe constreñirse “a límites estrictos que eviten que su aplicación se
convierta en una atribución de responsabilidad objetiva y en un ‘delito de sospecha’ que
invierta el onus probandi”.
Explica Soler: si constaba quién o quiénes dieron muerte, éstos eran homicidas y “los que
estuvieron de su parte serán los cómplices”.
Si la muerte se producía por el número de heridas no mortales, todos los autores de las
heridas eran homicidas punibles con la pena mínima de 8 años.
Si no hubiera certeza de cuál de los integrantes del grupo causo las heridas, el art. 121
preveía el supuesto de lesiones en riña “sin que conste quién sea el autor” estableciendo una
pena mínima para “todos los que estuvieron en contra del herido”.
Sujetos: se diferencia el sujeto activo del sujeto pasivo.
El sujeto activo resulta de quien participó en una riña o agresión en conjunto con otras
personas, y ejerció violencia sobre la víctima sin poder diferenciar quien causó o fue el
autor directo de la muerte o las lesiones. Esta definición adelanta el contenido de la acción
típica que no resulta genéricamente la de matar o causar lesiones mediante el uso de
violencia en el marco de una riña o agresión, sino, que tipifica el hecho de haber
participado activamente en una riña o agresión en la cual no resulta posible determinar
quién fue el autor de la muerte o las lesiones.
Las vías de hecho o violencia ejercida deben tener cierta idoneidad causal general en
relación con el resultado. Ya que no resultaría imputable, por ejemplo, una persona que
participó de una agresión empleando golpes de puño, pero la muerte fue causada por un
disparo con arma de fuego, el cual el no realizo.
El sujeto pasivo es cualquier persona/s que se vean ofendidos al ser atacados por 2 o más
personas.
Critica de autores sobre el sujeto activo:
Donna establece que no se descarta la posibilidad de incriminar a una persona por
homicidio, cuando solo fue autor de lesiones o incluso solo ejerció violencia insignificante,
incapaz de producir la muerte. Pero esto es un riesgo de la condición esencial, que se refiere
a la imposibilidad de determinar quién fue el autor de las lesiones o de la muerte, ya que el
tipo objetivo resulta cuantitativo, por la intervención de 2 o más personas.
Si intervinieran dos personas, al resultar una la víctima, la otra parte sería necesariamente el
autor. Pero al ser varias personas es muy difícil comprobar quien o quienes son autores de
homicidio. Por lo cual, ante ese caso existe consenso en que ante dos o más atacantes se
aplica en el supuesto de la riña.
Por su lado Molinario analiza que, si intervinieran dos personas, al resultar una la víctima,
la otra parte sería necesariamente el autor. Pero al ser varias personas es muy difícil
comprobar quien o quienes son autores de homicidio. Por lo cual, ante ese caso existe
consenso en que ante dos o más atacantes se aplica en el supuesto de la riña.
Fernando J. Mateos sobre los artículos 95 y 96 del CP:
La figura de homicidio en agresión se configura cuando más de dos personas golpean a un
individuo que permanece inmóvil, sin resistir, por impasible o débil, con un dolo
indeterminado (no determinada la intención) en el que se confunden el designio (la
intención) de ofender y agredir con el de matar, pero en cuanto el efecto más sensible del
título, es decir cómo se caratula el delito, no pasa por determinar la intención, sino por la
incertidumbre existente sobre el autor del homicidio.
¿Qué pasa si se logra identificar al autor o autores del homicidio en un acometimiento
tumultuario? Si en el acometimiento tumultuario de varios contra uno, se logra saber con
certeza quién o quiénes han sido los autores del homicidio, los supuestos previstos en el
artículo 95 del Código Penal desaparecen y solo los autores o el autor de los hechos será
imputado, pero ya no por el artículo 95, sino que por el 79 del CP por homicidio. Ya que se
utiliza “el homicidio en riña” cuando no se puede determinar a los autores.

Culpabilidad:
En el ámbito de la culpabilidad hay que considerar una forma de homicidio llamada
“preterintencional”: cuando una conducta inicialmente dolosa produce una muerte no
querida (se quiere lesionar, pero se acaba matando).
¿Se castiga como homicidio o como lesiones? La solución más aceptada es la de un
concurso real o ideal (la mayoría) entre las lesiones dolosas consumadas y el homicidio
imprudente. No habrá homicidio preterintencional si respecto de la muerte existiera un dolo
eventual o si las lesiones fueran inicialmente imprudentes.
Alevosía: Exige una selección de medios o formas de matar que cumplan dos condiciones:
asegurar el resultado, por una parte, y evitar la defensa de la víctima, por otra.

Los problemas de error que se suscitan son los siguientes:


a) dolus generalis (dolo general): cuando la muerte se produce no a consecuencia de la
acción de matar realizada por el autor, sino de una acción que tiende a ocultar el delito.
Ejemplo: A estrangula a B, y creyendo que está muerto -cuando en realidad sólo está
inconsciente, lo arroja al río, dónde muere ahogado. Para algunos autores este error es
irrelevante, y debe castigarse como homicidio doloso, para otros hay un error en el curso
causal que puede ser relevante según cuál sea la intencionalidad de la segunda actuación del
sujeto: asegurar la muerte (error irrelevante: homicidio doloso) o buscar el
autoencubrimiento (error relevante: concurso de delitos entre tentativa de homicidio doloso
y homicidio imprudente).
b) Error en la persona: dar muerte a persona distinta de la que se había representado. Es
irrelevante. Se castiga como homicidio.
c) Error en el golpe: se da muerte a persona distinta de la que se había representado, pero
no por confusión de su identidad, sino porque el ataque dirigido contra la persona a la que
se quiere alcanzar falla y matándose a otra persona que está próxima. Se sanciona como
concurso ideal de tentativa de homicidio con homicidio imprudente.

Jurisprudencia
Fallo Antiñir (4/7/2006)
Hechos:
La defensa de Omar Antiñir, Miguel Sanchez (condenados como coautoras del delito de
homicidio en riña en concurso real con lesiones leves en riña) y de Nestor Antiñir
(condenado por homicidio en riña) dedujeron recurso de casación/extraordinario,
introduciendo el planteo de inconstitucionalidad de los arts. 95 y 96 del Cód. Penal. El
Tribunal Superior de Justicia de la provincia de Neuquén rechazó los recursos de casación
interpuesto por la defensa de los imputados. El tribunal afirmo que se los condeno por
"haber ejercido violencia “, siendo este la acción típica, sobre la persona del ofendido. Lo
cual permite concluir que los sujetos que hubiera participado en un tumulto y ejercido esa
violencia son los autores de las lesiones.
La defensa también planteo la inconstitucionalidad del “principio de responsabilidad
personal” en el art 95 al implicar la presunción de autoría. A lo cual el tribunal lo rechazo
ya que se los identifico como las personas que ejercieron violencia sobre la víctima, cuya
violencia establece la relación de causalidad con el resultado (muerte o lesiones).
Concluyó que no cabe aceptar ningún reparo constitucional contra una norma que requiere
entre sus exigencias típicas que los autores intervengan directamente en la riña, ejerciendo
violencia sobre la persona del ofendido y que esas vías de hecho, en alguna medida, hayan
tenido cierta idoneidad causal general en relación con el resultado.
La defensa afirmó que las normas citadas vulneran el “principio de culpabilidad” al crear
una ficción de autoría bajo la estructura de un delito de sospecha y la falta de prueba que
debería llevar a una absolución en lugar de una condena menor.
Agrega que al no contemplar el precepto legal que la duda debe imperar a favor del reo en
caso de no poderse determinar quién de los que intervinieron en el hecho propinó el golpe
mortal, se vulnera también el “principio de inocencia”.
Los jueces Petracchi, Highton de Nolasco y Lorenzetti confirmaron la sentencia recurrida
por entender que los artículos 95 y 96 encierran una figura preterintencional: el tipo tiene
por autor a aquel que ejerció en la riña/violencia contra el ofendido, aunque el resultado
final no le sea imputable por dolo, sino por culpa (imprudencia). Por su parte, los jueces
Zaffaroni y Argibay consideraron que las normas aquí analizadas sancionan a todos los que
incurren en una conducta peligrosa cuando ese peligro se concreta en un resultado, por lo
que dicen, no establecen ninguna ficción de autoría.
Por su parte el juez Fayt en su disidencia hace ver que en los arts. 95 y 96 una verdadera
ficción de autoría: “La norma contiene un elemento que niega la posibilidad en sí misma de
imputar el resultado: la falta de individualización de aquellos que lo causaron, y la
imposibilidad, consiguientemente, de referirse a su aspecto subjetivo, ya sea bajo la forma
de coautoría dolosa, imprudencia o preterintencionalidad. Ello deja al descubierto un
evidente contraste entre la previsión legal y nuestra Ley Fundamental.
El derecho comparado reconoce dos sistemas de punición de este delito. Un sistema
castiga la mera participación en la riña, sea penándola con independencia del resultado
(sistema español), sea condicionando su punibilidad a la ocurrencia de muerte o lesiones
(como en Alemania), sea agravando la pena cuando acaecieren esos resultados (como en
Italia). Por su parte Donna dice que “No hay duda de que la participación en una riña lleva
a que los actuantes no midan la proporción de los actos y entren en un ámbito de excesos.
En base a ello, la sola participación en la riña es ya un factor de peligrosidad que se
relaciona con el desvalor del acto, ya que en ella la vida y la integridad corporal corren
riesgos”.
El otro sistema tipifica el delito de homicidio o lesiones en riña estableciendo una
presunción de autoría que se aplica a quienes hubieran participado en contra del muerto o
lesionado. Como lo reconocieron los autores del proyecto de Código Penal de 1891, cuya
figura del homicidio en riña terminó siendo receptada por el Código Penal de 1921, el
precepto adscribía a este segundo sistema: en la exposición de motivos, se explicaba que la
nueva formulación típica constituía un progreso en comparación con la del Código Penal de
1887, por cuanto ésta imponía pena a todos los que hubieran participado en la riña,
mientras que aquella la establecía únicamente para los que, además, ejercieron “violencia”
sobre el ofendido, sosteniéndose: “Es por otra parte injusto que en este caso en que se
aplica pena según una mera presunción iuris, sean reprimidos todos los que tomaren parte
en la riña. Bastará presumir autores de la lesión o de la muerte a los que ejercieron
violencia o estuvieron en contra del ofendido”.
La doctrina generalizadamente entiende que este es el sistema que adoptó nuestro Código
Penal.
“Para nuestra ley, señala Núñez, no basta tomar parte en la riña o agresión para ser punible,
sino que, fundando la punibilidad en una presunción de autoría, la limita a los que obraron
sobre la persona del que resultó muerto o lesionado”.
El tribunal responde que la responsabilidad por las lesiones u homicidio será atribuida de
acuerdo con las reglas de participación, es decir, a quienes participaron en el ejercicio de
violencia.
La Corte Suprema de Justicia de la Nación, por mayoría, confirma la sentencia.
La pena especial prevista en los artículos 95 y 96 del Código Penal: No resulta, como en
otros casos, de las condiciones del autor o del sujeto pasivo, o del medio empleado, sino de
algo extraño al delito y a sus circunstancias subjetivas y objetivas. Tal disminución de la
pena se sustenta con la imposibilidad de determinar con certeza cuál de los que ha reñido es
el autor material y directo de la muerte o lesión. Es por tal motivo que, para no dejarlo
impune, el legislador ha optado por sancionar a quienes tuvieron una determinada
participación en la riña con una pena menor. No es cualquier violencia la tenida
en cuenta por el legislador, sino aquélla idónea para causar la muerte o las lesiones. Ello no
implica que se deba saber quién las causó, sino que es necesario y suficiente que exista un
nexo causal entre la violencia y el resultado, extremo que se consideró acreditado en autos
con los informes médicos y los testimonios acumulados en la causa.
Conclusiones a partir del fallo Antiñir:
*Los delitos de homicidio y lesiones en riña ponen en crisis el principio de legalidad, de
materialidad de la acción, culpabilidad e inocencia, cuyas raíces se encuentran por demás
arraigadas en nuestra legislación. Ya que toda persona se presume como inocente hasta que
se tenga la certeza y prueba de que fue el autor del delito. En este caso se lo imputa por no
tener certeza de quien fue el que causó la muerte, ya que fueron varios participantes para
ocasionar lesiones o la muerte de un 3ro. Pero a la vez, el articulo expresa que se pena por
la violencia ejercida y no por el fin.
* La doctrina adoptada por la mayoría de los jueces de la Corte Suprema refleja el
desperdicio de una oportunidad histórica de invalidar una norma que, como el art. 95 del
Código Penal, constituye un resabio jurídico del siglo XIX que claramente no satisface los
estándares propios de un derecho penal democrático. Esta norma es controversial ya que se
entiende que pena por una presunción de culpabilidad. Pero en realidad con este fallo se
intentó dejar en claro que se pena por la participación, no por el resultado
*Si bien la pena es por la participación, la cual debe tener un nexo causal con el resultado,
esta aumenta según el tipo de resultado.

Antecedentes legislativos
En el Proyecto de Tejedor, en caso de riña que provoque una o más muertes, debían
seguirse las siguientes prescripciones:
1) si fuere notorio quien fue el autor de la herida mortal, él solamente será considerado
como homicida; 2) si el muerto hubiere recibido de varios partícipes heridas mortales, serán
castigados como homicidas todos los autores de las heridas; 3) si las heridas provocadas por
los diferentes cómplices son mortales no intrínsecamente sino en razón de una reunión, se
procurará en lo posible proporcionar el tiempo de condena a la gravedad e importancia de
las heridas inferidas por cada uno de ellos; 4) si entre las heridas que se verifiquen en la
víctima unas resultan mortales y otras no, los autores de estas últimas serán castigados
según la naturaleza o gravedad de las heridas causadas por ellos, conforme a las
disposiciones especiales relativas a las lesiones; si no existe certidumbre completa a este
respecto, todos serán sancionados según las mismas disposiciones, absolviéndolos de la
instancia en lo que concierne a las heridas que dieron la muerte. Este mismo criterio fue
adoptado también por el Código de 1886 en su artículo 98.
Las disposiciones de la ley vigente fueron tomadas del Proyecto de 1906, el que a su vez la
reprodujo del Proyecto de 1891, si bien éste contenía todas las previsiones en un sólo
artículo, bajo el título disposiciones comunes a los dos capítulos anteriores. Fue la Ley de
Reformas 4189 la que introdujo en el derecho positivo la previsión independiente y
conjunta del homicidio y las lesiones causadas en riña. La innovación del Proyecto de 1891
fue importante, ya que suprimió los dos primeros supuestos de homicidio en riña
contenidos en el Código de 1886, e introdujo una nueva fórmula que limita la punición a
los que ejercieron violencia sobre la persona del ofendido, fijando, además, una escala
penal independiente.
*Proyectos detallados:
Proyecto Tejedor de 1867: Nuestra legislación penal recepta la tipificación de la riña en el
art. 9 de dicho proyecto, que estableció que “si entre las heridas que se verifiquen en la
víctima unas resultan mortales y otras no, los autores de estas últimas serán castigados
según la naturaleza y gravedad de las heridas causadas por ellos, conforme a las
disposiciones especiales relativas a las lesiones. Si no existe certidumbre completa a este
respecto, todos serán sancionados según las mismas disposiciones, absolviéndolos de la
instancia en lo que concierne a las heridas que dieron la muerte”.
Proyecto de 1881: Este proyecto propuso en su art. 200 que: “Cuando en una riña en que
toman parte más de dos personas resultasen uno o más muertos o heridos, se aplicará a los
autores conocidos la pena que corresponda al hecho propio que les fuera probado, siempre
que esa pena sea mayor que la designada para la complicidad de los hechos cometidos, y en
cuyo carácter quedan todos los que hubiesen constituido la agresión colectiva…”.
Código Penal de 1886: En su artículo 98, siguiendo los lineamientos del Proyecto Tejedor,
estableció que “cuando en riña o pelea resultaren uno o más muertos, se observarán
las disposiciones siguientes: 1. Si constase quien o quienes dieron la muerte, sólo él o ellos
serán castigados como homicidas; y como cómplices los otros que estuvieren de su parte; 2.
Si la muerte se produjese por el número de las heridas no siendo mortal alguna de ellas,
todos los autores de las heridas serán castigados como homicidas con el mínimo de la pena
señalada para este delito; 3. Si no constase quién o quiénes infirieron las heridas, todos
serán castigados con prisión de uno a tres años”.
La ley 4189 introdujo modificaciones en tanto dispuso que “cuando en riña, pelea o
agresión en que tomaren parte más de dos personas, resultare muerte, o lesiones, sin que
constare quiénes las causaron, se tendrá por autores a todos los que ejercieron violencia
sobre la persona del ofendido…”.
Proyecto de 1891: Criticó el art. 98 del C.P. vigente, considerando que: “es injusto que, en
este caso, en que se aplica pena según una mera presunción juris, sean reprimidos todos los
que tomaron parte en la riña. Bastará presumir autores de la lesión o muerte a los que
ejercieron violencias o estuvieron en contra del ofendido…”. A su vez, trató la cuestión en
el art. 125, en cuanto estableció: “Cuando en riña, pelea o agresión en que tomaren parte
más de dos personas, resultare muerte o lesiones de las determinadas en los arts. 121 y 122,
sin que constaren quiénes las causaron, se tendrá por autores a todos los que ejercieron
violencia sobre la persona del ofendido, y se les aplicará la pena de uno a cuatro años de
penitenciaría. Si las lesiones fueren las del art. 120, la pena aplicable será de cuatro a ciento
veinte días de penitenciaría”.
Proyecto de 1906: Su redacción se asimila a la actual; sólo modificó la penalidad,
imponiendo prisión en vez de penitenciaría y separó en el art. 96 el caso de las lesiones
leves.
Proyecto de 1941: Tomó como modelo al español y en su art. 116 estableció que se
sancionara con privación de libertad de uno a seis años a los que hubiesen causado lesiones
graves en el marco de la riña o agresión si resultare la muerte, y con la misma pena, a
aquellos que hubiesen ejercido violencia sobre la víctima si no constare quiénes le causaron
dichas lesiones.
Proyecto de 1951: Se inspiró en el modelo italiano, concibiendo a la riña como figura
autónoma y con pena de multa, salvo en los casos de muerte o heridas en que se sancionaba
con pena de prisión.
Proyecto de 1960: Definió a la riña como un acontecimiento recíproco y tumultuario en que
intervienen tres o más personas, tipificando así, a la participación en riña como un delito de
peligro
Anteproyecto de reforma del C.P. de 2004: Trató la cuestión en el art. 108 con idéntica
redacción a la actual, con una única diferencia que reside en la pena, estableciendo días
multa para el caso que resulten de la riña lesiones leves.

Distintos criterios legislativos


La dificultad de esta materia deriva, entre otros motivos, de la diversidad de criterios con
que el tema es planteado y resuelto. Para el tratamiento de los delitos de homicidio y
lesiones en riña se han utilizado fundamentalmente tres criterios legislativos, a saber:
a) Los códigos suecos y uruguayo se encaminan a sancionar una responsabilidad penal sin
distinciones. La doctrina italiana llama a esta modalidad como “complicidad
correspectiva”; suele desembocar en una penalidad atenuada.
b) Los códigos italiano y alemán establecen la participación en la riña como una figura
autónoma, resultando el delito de riña como un delito de peligro presunto.
c) El último supuesto, seguido por la metodología de la ley argentina, se caracteriza por
castigar a todos los intervinientes siempre que hayan ejercido violencia sobre la víctima y
mientras no se compruebe quién provocó la muerte o produjo las lesiones.

*Caso – “Seis afiliados del Sindicato de Camioneros, a juicio por una muerte en el
camping de Pérez” 6 de noviembre (https://www.lacapital.com.ar/policiales/seis-afiliados-
del-sindicato-camioneros-juicio-una-muerte-el-camping-perez-n2698796.html)

Seis afiliados del Sindicato de Camioneros de Rosario irán a juicio acusados de ser
responsables del asesinato de Nicolás Esteban Savani, en el marco del tiroteo del 12 de
abril de 2014, en dirección al predio donde los camioneros llevaban adelante la asamblea de
su sindicato. Según testigos, los disparos vinieron en forma cruzada. Tras los disparos
Savani resultó gravemente herido, por lo que ingresó en terapia intensiva por una herida de
arma de fuego en el cuello, lesión neurológica a nivel medular, en pulmón con
taponamiento en tórax, en la zona hepática y en el esófago. Murió ese mismo día. Quienes
se sentarán en el banquillo enfrentan cargos como coautores de “homicidio en riña
agravado por el uso de arma de juego, lesiones en riña y portación ilegal de arma de fuego
de uso civil”.

*Caso – “Asesinaron a puñaladas a un hombre en plena Alameda durante una riña”


Las cámaras de seguridad de la Ciudad lograron captar una riña de la que participaron al
menos cuatro personas que, tras atacar a García, escaparon de lugar. Uno de los sujetos era
rengo, por lo cual se lo pudo detener con más facilidad que al resto.
La policía encontró a la víctima sentada en un banco con la ropa mancha de sangre y sin
vida. A simple vista los uniformados, notaron que tenía dos heridas de arma blanca, una en
el cuello y otra en el pecho, por lo que se solicitó el apoyo de Criminalística para que
trabajara en el lugar.
Si bien las cámaras de seguridad lo habían registrado, dos datos llevaron a confirmarían la
participación del detenido en el hecho: lesiones en la mano propia de las personas que
utilizan un arma blanca en situaciones de máxima violencia y un cuchillo con una hoja de
20 centímetros que fue confiscado y remitido al Cuerpo Médico Forense para analizar si,
efectivamente, se trata de arma homicida. El sospechoso fue trasladado en calidad de
detenido a la guardia del hospital Central, donde los médicos constataron una herida en la
mano derecha. Habrá que esperar a las próximas horas para ver si la Fiscalía de Homicidios
define el caso como un homicidio en situación de riña o bien como homicidio simple. Por
otra parte, se estaría buscando a las otras personas que participaron del hecho.
Los límites al ius puniendi (facultad sancionadora) del Estado de Derecho
El derecho penal, en un estado democrático de derecho, debe garantizar la protección de los
ciudadanos. La función de prevención que debe cumplir el derecho penal está conectada en
la medida y “sólo en la medida” en que resulte necesaria para aquella protección.
El delito de homicidio y lesiones en riña ha generado, desde su consagración, innumerables
debates no sólo en el plano doctrinario sino también en la jurisprudencia, por cuanto se
caracteriza por un contexto en donde las acciones se desarrollan de manera confusa.
El análisis de los tipos penales en el ordenamiento vigente y por imperativo constitucional,
debe partir de la premisa de que sólo hay tipos de lesión y tipos de peligro, y que en estos
últimos siempre debe haber existido una situación de riesgo de lesión en el mundo real. El
recurso de entender por peligro abstracto el que sólo existió juzgado ex ante, y por peligro
concreto el que existió valorado ex post, no es satisfactorio, dado que en cierto sentido todo
peligro es abstracto ex ante y es concreto ex post. Por ello, todos los peligros deben ser
valorados ex ante, a condición de que no se trate de una pura imaginación sin sustento real
alguno en el mundo o de una falta de tipo por inexistencia del bien jurídico.

Videos de riñas:
https://www.youtube.com/watch?v=uN5gkidY6Nw
https://www.youtube.com/watch?v=41aGDnN9nTU

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