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Homicidio Calificado

1. Generalidades

El artículo 391 n° 1 castiga con una pena sensiblemente mayor que la del homicidio simple
(Presidio mayor en su grado máximo a presidio perpetuo), a quien mate a otro, concurriendo
alguna de las circunstancias que allí se señalan (alevosía, premio o promesa remuneratoria,
veneno, ensañamiento o premeditación conocida), figura conocida entre nosotros como homicidio
calificado o asesinato, aunque, en estricto rigor, la ley nacional no le otorga a esta figura un
nomen juris propio, como lo hace con el delito de parricidio (art. 390).

BJP: Vida humana independiente.

Se prefiere un concepto positivo de homicidio calificado, entendiéndolo como una especie


agravada de homicidio simple que, como tal, comprende todos sus elementos más las
circunstancias especializantes (alevosía, premio o promesa remuneratoria, etc.).

Definición: El que, no estando comprendido en el delito de parricidio o femicidio, mata a otro


concurriendo alguna de las circunstancias de alevosía, premio o promesa remuneratoria, veneno,
ensañamiento o premeditación conocida.

Las calificantes apuntan:

a. Al aumento del injusto del hecho realizado (disvalor de acción o de resultado: alevosía,
ensañamiento), o
b. Al aumento del reproche de la conducta y su mayor culpabilidad (premeditación; móvil
reprochable. Premio o promesa remuneratoria).

2. Tipicidad del homicidio calificado. Circunstancia calificante: Alevosía

Actúa con alevosía, según el artículo 12 n°1 quien “obra a traición o sobreseguro”, esto es, quien
oculta su intención, aprovechándose de la confianza que tal ocultamiento produce en la víctima,
sea porque:

 Se ha ganado confianza engañando a la víctima 1, o


 Que dicha confianza deriva de relaciones anteriores entre el SA y la víctima 2 (no vincular al
parentesco, éste acarrea parricidio).

O derechamente, ocultándose a sí mismo (el cuerpo) o los medios de que piensa valerse para
cometer el delito, de manera que, al momento de cometer el hecho, el autor se encuentre “sin
riesgo para sí mismo”3.
1
Supuesto de la SCA Arica 7.12.83, en que se aparentó comprar unas ropas para que la víctima se agachara y
así golpearla en la cabeza.
2
El acusado hiere inopinadamente a un contertuliano con el que camina, dejándolo herido sobre las vías del
ferrocarril, lugar en que fallece despedazado por éste.
Otra hipótesis es el ataque por la espalda como constitutivo de alevosía.
3
En nuestra jurisprudencia se entiende generalmente que sin riesgo para sí mismo actúa quien ataca a una
víctima vencida, p. ej.: golpeada por la espalda, aturdida y levantándose del suelo; a una víctima que se
encuentra “con los brazos en alto en señal de rendición”; a la realización del delito junto a varios otros
coautores contra una sola víctima; atacando a las víctimas mientras duermen o están acostadas.
En ambos casos, lo decisivo, lo central es el aprovechamiento o la creación de un estado de
indefensión en la víctima. Ánimo alevoso. Núcleo del elemento subjetivo especial (ESE).

Por ejemplo: Atacar a una víctima vencida, rendida, solitaria, dormida, acostada.

Así, aunque objetivamente pueda afirmarse la indefensión de un menor de edad, un ciego, un


enfermo impedido de valerse por sí mismo, etc. (circunstancias de indefensión favorables,
preexistentes y/o concomitantes), la apreciación de un homicidio calificado en su contra no
dependerá de ese hecho (lo que se encontraría prohibido por la regla de la inherencia del art. 63),
sino que el autor se haya aprovechado de esa situación de indefensión; que el autor ha buscado o
procurado con conocimiento, aprovecharse de estas circunstancias de indefensión, p. ej.:

 Esperando atacara al momento de encontrarse solo con la víctima indefensa.


 Alejando a quienes podrían socorrerla o ayudarla en caso de peligro;
 Creando la indefensión por sí mismo, por medio de asechanzas 4, emboscadas y otras
formas equivalentes.

2.2. Jurisprudencia alevosía

La alevosía, entendida en su acepción de obrar sobre seguro, importa ante todo que el agente
asegure las condiciones que le permitan consumar el delito perseguido sin riesgo propio y sin dar
oportunidad a la víctima de repeler o eludir la agresión. CS rol 672, 1997.

La alevosía, como calificante, se asocia, ante todo, a la indefensión de la víctima, derivada del
obrar a traición o sobre seguro. CS rol 1778, 1996.

“La alevosía, se confirma sólo si el SA se procura seguridad para la ejecución del delito y para su
propia persona, buscando de propósito la indefensión de la víctima y actuando con prevalimiento
de esa condición. No es suficiente, en consecuencia, la existencia meramente objetiva de
circunstancias favorables de desvalimiento o indefensión, no buscadas o procuradas de propósito.
CA San Miguel, rol 2949, 1998.

“Concurre alevosía cuando el homicidio se realiza con la debida cautela, en tal forma que asegure
la falta de riesgo por parte del hechor y que la víctima no esté en situación de defenderse,
previendo la acción del agente. Desprendiéndose de los antecedentes que el disparo del
encausado sobre su víctima se produjo de forma inmediata apenas lo enfrentó, sin que aparezca
que tal obrar haya sido precedido de una debida cautela y reflexión respecto de los riesgos que
asumía con el acto que iba a cometer, se entiende que no hubo alevosía en el acto de matar”. CA
Valparaíso, rol 4117, 2004.

“Se obra sobre seguro, dada la forma de comisión del crimen y el hecho de que el occiso se
encontraba ebrio. Sea que la ebriedad la provocaran intencionalmente las agresoras o sea que la
aprovecharan para actuar”. CA Rancagua, rol 1024, 2005. Lo que da a entender esta sentencia, es
que, frente a una víctima drogada, se puede constituir la agravante. Si el SA proporcionó las
sustancias, es más evidente la alevosía.

4
Como sería el caso del ataque por la espalda.
“La única circunstancia que fue considerada por los jueces del TOP para estimar existente la
alevosía o el actuar sobre seguro, fue el hecho que el acusado atacó a su víctima por la espalda.
Empero, no basta con esa sola circunstancia para tenerla probada, porque aun cuando en
determinados casos tal ataque puede ser suficiente calificación, es preciso analizar el contexto de
la agresión. En la especie, no se dan las circunstancias que permitan calificar la indefensión”. CS rol
2051, 2010.

3. Tipicidad del homicidio calificado. Circunstancia calificante: Veneno.

El homicidio por medio de veneno (circunstancia tercera del artículo 391 N° 1) es el homicidio
alevoso por antonomasia, se dice que es un delito “insidioso y traicionero”, pues su característica
esencial consiste en la desprevención, desconocimiento de la víctima que recibe de otro una
sustancia que le causa la muerte, sin saberlo ni poderlo prever.

Se actúa a traición y sobre seguro (con alevosía). Se recibe el veneno sin saber ni poder prever de
qué se trata. Se aprovecha la confianza.

Actúa también alevosamente quien procura la indefensión de la víctima al verter en la comida una
sustancia mortal insípida o la recubre con otro sabor. El veneno es una circunstancia alevosa por
antonomasia (en códigos modernos se considera dentro de la alevosía).

Para el CP español hay una anulación de defensas de la víctima. No se tipifica el veneno como
calificante, es expresión concreta de alevosía.

Concepto: No es el medio estragoso del artículo 12 n°3. Tampoco hay una definición objetiva del
veneno, como “sustancia (sólida, líquida o gaseosa) que incorporada al cuerpo en poca cantidad
cause la muerte o serios daños a la salud.

Hay una definición subjetiva: toda sustancia que suministrada a la víctima pueda ocasionarle la
muerte, es veneno, si se ha hecho de forma insidiosa y/o alevosa, cualquiera sea la vía de
introducción al cuerpo (inyección, respiración, absorción, etc.).

 No hay envenenamiento:

 Si se fuerza a la víctima a tomar una sustancia legal;


 Si se le inyecta contra su voluntad una fuerte dosis de droga (cocaína, morfina, etc.).

En dichos casos, le falta el elemento insidioso. Obrando a traición.

Según Garrido Montt, en estos casos en nada se distingue dicha conducta matadora, de un disparo
o de un estrangulamiento. Habrían circunstancias matadoras del HS.

En definitiva, aunque no todo homicidio alevoso deba cometerse por medio de veneno, lo cierto
es que todo envenenamiento es también un homicidio alevoso y, por tanto, todo lo dicho al
respecto de éste, se aplica también en este caso.

“Prácticamente cualquier sustancia extraña al cuerpo humano puede obrar con efectos letales”,
todo depende de la dosis y forma de administración”.
4. Tipicidad del homicidio calificante, circunstancia calificante: Premeditación Conocida

Por su definición, desde su origen ha sido objeto de críticas: pensar previamente (dolo directo, iter
criminis, derecho penal de autor). Implica una mezcla de elementos objetivos y subjetivos.

La premeditación debiera ser una decisión voluntaria, con conocimiento de matar a un sujeto, esa
decisión debiera mantenerse en el tiempo. Eliminamos la PrC cuando hay elementos pasionales,
por ejemplo, o en el accidente de tránsito matando al otro conductor por ira, etc. En este caso no
habría PrC. Distinto es el buscar al SP para matarlo, persistiendo en la acción matadora.

Es dominante entre nosotros el entendimiento de esta circunstancia como una combinación de


criterios:

a. Un criterio cronológico: esto es, la persistencia en el ánimo del autor de la decisión de


cometer el delito. Persistencia en el tiempo por parte del SA, y
b. Un criterio psicológico: Basado en el ánimo frío y calculador del sujeto activo.

Supone que no hará publicidad, no estará nervioso, perfeccionará sus medios, etc.

Esto se traduce en nuestros tribunales en la acreditación de cuatro requisitos:

a) La resolución de cometer el delito;


b) Un intervalo de tiempo entre tal resolución y la ejecución del hecho o delito;
c) Persistencia de la voluntad de delinquir durante dicho intervalo.
d) La frialdad y tranquilidad del ánimo.

Además, debe ser conocido. Que sea una premeditación conocida significa que debe ser
susceptible de apreciarse por actos objetivos, por actos externalizados del SA; impone su prueba
por vía distinta de la confesión del autor. Aunque la jurisprudencia no parece siempre aceptar
dicho criterio, por ende, es ambigua. Por ejemplo: un arma, artículos de diario, tener una foto, un
diario, un plan, etc. (elementos objetivos). Y que existan amenazas, funas, hostigamiento, etc.

“En la especie no concurre premeditación conocida, puesto que esta circunstancia debe ser
conocida, esto es, debe estar probada, y tal no ocurre en el proceso, como no sea por los propios
dichos de la procesada y dado que se trata de un elemento común del delito, no puede en este
sistema inquisitivo probarse con la confesión” CA Rancagua, rol 1024, 2005.

Entre nosotros, la premeditación conocida no supone alevosía y viceversa:

 El aprovechamiento de la situación de indefensión de la víctima puede ser un


descubrimiento casual.

Es absurdo castigar por homicidio calificado a quien sólo persiste en su delito sin agregar
objetivamente una mayor indefensión a la víctima.

 Aunque esté bien planeado y premeditado un hecho, ello no asegura la indefensión de la


víctima.
Sólo tiene sentido lo contrario, esto es, que se califique el homicidio cuando justamente haya un
mayor reproche o injusto, lo que ocurre sólo cuando exista alevosía.

Críticas a la calificante premeditación conocida:

1. No distingue del dolo de matar o animus necandi.


2. Sólo castiga la persistencia en el tiempo del ánimo subjetivo del sujeto activo.
3. Es superflua, se encuentra implícita en la alevosía, el veneno o en el premio o promesa.
4. No tiene respaldo en el D° comparado; fue suprimida en el CPA (1941) y en el CPE (1995).
5. Está en vías de desaparecer de nuestro C.P.
6. Hoy se aplica el móvil adyecto, bajo o despreciable.

5. Tipicidad del homicidio calificado. Circunstancia calificante: Premio o promesa


remuneratoria

Este es el supuesto que primero recibió el nombre de asesinato, encontrando precedentes


antiguos en el derecho romano, donde se conocía como crimen sicarii. El abyecto móvil del autor
(el lucro) también llevó a denominarlo latrocinio.

Así, se castiga, sobretodo:

 Por el móvil del autor: el lucro.


 Por su carácter vil.

Supone en general cierta alevosía en el ejecutor que quiera cobrar su precio y también en el
mandante, ajeno al peligro de la ejecución “impunidad del mandante”.

 Dificultades en su persecución penal.


 Peligro objetivo que representa en la comunidad esta suerte de “profesionalización del
crimen”.

Permiten justificar la agravación del hecho, contra la crítica de que no puede fundamentarse
dicha agravación únicamente (se critica su castigo):

1. Por basarse en la actitud moral del delincuente (D° penal de autor).


2. Por su escasa posibilidad de persecución penal.

Los requisitos de esta circunstancia son:

a. Deben concurrir a lo menos dos sujetos (tesis y jurisprudencia mayoritaria de ser una
suerte de delito de participación necesaria):
- Un inductor: el que paga el premio o realiza la promesa.
- Un inducido: el que ejecuta el delito.

Ambos responden al mismo título, de homicidio calificado, pero en calidad de coautores, no de


partícipes. Ya que tanto ambos tienen el dominio del hecho y pueden decidir sobre su realización o
no (por ser delito de participación necesaria).

b. Debe existir un pacto o acuerdo previo para la realización del delito de homicidio.
c. Resulta irrelevante la recepción efectiva de lo pactado.
d. La naturaleza del premio o promesa debe ser remuneratoria o patrimonial, esto es:
avaluable en dinero.

No debe ser afectiva, de carácter sexual, nobiliaria u honorífica.

La tesis de Etcheberry – Kunsemuller:

Sólo el sicario actúa por precio y no el mandante, el mandante lo haría mediante precio y por eso
el mandante sólo sería autor de HS con la agravante genérica del artículo 12 N° 2.

Sin embargo, ese fundamento basado en la actitud del autor no sólo es insuficiente para la grave
alteración penológica que supone el HC, sino que olvida la realidad criminológica del mayor peligro
que importa objetivamente para la comunidad la profesionalización del crimen a que da lugar el
mandante.

6. Tipicidad del homicidio calificado. Circunstancia calificante: Ensañamiento

Conforme dispone la circunstancia cuarta del artículo 391 n° 1, el ensañamiento consiste en


aumentar inhumana y deliberadamente el dolor del ofendido, diferenciándose de este modo del
“lujo de males” a que hace referencia el art. 12 N° 4, puesto que aquí es sólo un mal el que
interesa: el aumento del dolor del ofendido.

- Elementos

Elemento Objetivo:

 Es distinto del lujo de males del 12 n° 4 (agregar males o sufrimientos innecesarios a la


víctima; no tienen relación directa con el delito a que va asociado).

Por ejemplo: asaltar una casa y ensucian la casa, matan al perro, queman la casa, etc. O en el caso
de VIF no sólo lesiona a la víctima, sino que la insulta, la amenaza, etc.

 Todo homicidio lleva generalmente asociado una cuota importante de dolor en la víctima,
pero existe un mayor reproche/injusto, un mayor disvalor de acción, cuando se producen
sufrimientos innecesarios en la víctima.

Por lo mismo, se excluye el ensañamiento del cadáver (descuartizamientos) o la producción de


otros males diferentes al dolor (deshonra) o al dolor propio de la ejecución del delito. Lo anterior,
no es propio del homicidio calificado. Es clave probar si el sujeto estaba vivo al momento del
ensañamiento: de las 20 puñaladas, el desangramiento, el descuartizamiento, etc. Si se hace post
muerte del sujeto, no se puede calificar como ensañamiento.

Elemento Subjetivo:

La ley no exige sólo el componente objetivo del aumento innecesario del dolor, sino una
disposición subjetiva: actuar aumentando inhumana y deliberadamente el dolor del ofendido.

Politoff, Bustos y Grisolía señalan que deliberadamente significa actuar “con dolo directo”, esto
es: con conocimiento del innecesario sufrimiento que se causa y con la voluntad de su realización.

Si este sufrimiento o dolor se produce:


 Por impericia/negligencia en la ejecución del delito, o
 Por desconocimiento de la naturaleza de las heridas que se infligen, o
 Si el aumento del dolor no es inhumano, esto es: si no importa crueldad, afán de hacer
sufrir a la víctima innecesariamente o de deleitarse con sus sufrimientos.

Esta valoración le corresponde hacerla al tribunal apreciando las circunstancias y modalidades del
delito.

En estos casos, el autor no actúa “deliberadamente” y, por tanto, no habría ensañamiento.

Hay dolor “inhumano” cuando hay crueldad, un afán de hacer sufrir a la víctima innecesariamente
o de deleitarse con su sufrimiento (Razonamiento de la Corte Suprema).

“El ensañamiento consiste en causar un dolor o sufrimiento excesivo o innecesario a la víctima


del homicidio” CA Valdivia, rol 114, 2001.

“Al causar un todo de lesiones a un menor indefenso, con el agotamiento de toda luz de vida y un
liberador shock neurogénico por dolor extremo, no se ve ni un solo atisbo de imprudencia o
negligencia que le darían el amparo de una penalidad menor como autor de cuasidelito” CS rol
4912, 2003.

“El acusado ocasionó a la víctima múltiples heridas a raíz de los puntapiés que le propinó mientras
estaba tendida en el piso, las cuales se centraron, en un 90%, según el médico legista, en la
cabeza; forma de actuar que, según el testigo protegido, fue brutal e inhumana, atendida la
violencia ejercida sobre la víctima, la que ya ni siquiera reaccionaba y, no obstante ello, el acusado
le seguía pegando, incluso después de terminar de hablar por celular con su mamá, le dio dos
patadas más en la cabeza a su víctima. En el actuar del acusado hubo un aumento del mal en
forma deliberada, existiendo incluso un momento de reflexión, contrariando los naturales
sentimientos de compasión por un ser humano que sufre, y por ello se trata de un ensañamiento
inhumano, propio de sujetos que obran de forma bestial y que repugnan con su actuar los más
claros valores y sentimientos de la sociedad; ya no se mata sino que se añade voluntariamente un
sufrimiento adicional e innecesario a quien ya está agónico y que, de todos modos, en forma
irrebatible iba a fallecer por las serias heridas que tenía”. CA Copiapó, rol 148, 2007.

Hay ensañamiento según la jurisprudencia:

 Si se lanza a la víctima agonizante a un matorral de zarzas; a cables de alta tensión, etc.


 Si se hiere a una mujer en las extremidades, el tórax, cabeza y el cuello y luego lanzarla
todavía agonizante a un río.
 En arrastrar a una persona desde un vehículo en movimiento.
 Si se golpea todo el cuerpo de un menor o si se le infligen heridas cortantes en las
extremidades, abdomen y tórax.

Del número de heridas causadas no puede deducirse ensañamiento si con ellas no se producen
sufrimientos innecesarios.

7. Homicidio calificado. Tipo subjetivo o culpabilidad.

Dolo directo.
Todas las circunstancias del homicidio calificado exigen elementos subjetivos especiales: una
disposición moral especial, una ejecución material o medios para realizarlo. Dolo directo.

Se excluye el dolo eventual y la culpa, siendo ello evidente en las circunstancias primera,
segunda, cuarta y quinta, podría suscitarse alguna duda o discusión en la tercera (veneno).

Elemento subjetivo del homicidio calificado y veneno:

Podría plantearse el caso de quien negligentemente vierte veneno en el alimento de otro, que
muere producto de la ingestión de dicha sustancia. Sin embargo, por más nociva sea la sustancia
ingerida no hay envenenamiento en el actuar negligente, pues no hay alevosía, insidia ni
premeditación. ¿Hay culpa?

Más complicado, en principio, es la posibilidad del homicidio con veneno y dolo eventual: el sujeto
se da cuenta que ha vertido veneno en un alimento en cantidad suficiente para producir la
muerte, pero lo sirve supuestamente con total indiferencia hacia el resultado. Si se mira bien la
cuestión, el envenenamiento aquí es con dolo directo: el autor sabe que está suministrando
insidiosamente a otro una sustancia que le producirá la muerte y es lo que quiere hacer; su
aparente indiferencia moral frente al resultado no es tal, sino una simple excusa lógicamente
inadmisible.

Error en el golpe y veneno

No cabe respecto de estar circunstancias ofrecer soluciones diferenciadas en orden a los


problemas del error y las restantes cuestiones derivadas del principio de culpabilidad, que hemos
visto con relación al HS.

Sin embargo, atendida su importancia práctica, haremos aquí una breve mención al problema del
error en el golpe en el HC por veneno: se envía a la víctima una bebida o un alimento envenenado
que es consumido por ésta y/o por otras personas.

Al respecto, la jurisprudencia dominante afirma que, en tales casos, es aplicable la regla del art. 1
inc. 3°, esto es:

 Se comete el delito de homicidio calificado, aunque el mal recaiga en persona distinta de


la que se pretendió ofender.
 Existiría dolo eventual respecto de la muerte por veneno de todas las personas que comen
una torta envenenada enviada a la víctima por motivo de su cumpleaños.

Sin hacerse cargo aquí de las sutiles diferencias dogmáticas entre los posibles medios de solución,
es forzoso convenir en que quien envía un pastel envenenado a una fiesta acepta el
envenenamiento de todos los invitados que potencial y desprevenidamente lo comerán, aunque
desconozca sus nombres y aunque sólo desee determinadamente la muerte de uno de ellos.

8. Iter criminis del homicidio calificado

Rigen las reglas generales del artículo 7 del Código Penal.

Sin embargo, es interesante destacar que, atendido el riesgo sufrido por el bien jurídico protegido,
ha tenido nuestra jurisprudencia ocasión para pronunciarse acerca del delito imposible de
envenenamiento, por absoluta inidoneidad del medio empleado, como en el supuesto de quien
pretende “envenenar” a otro poniendo en su rostro una prenda impregnada en virutilla líquida y
aguarrás, cuya inhalación provoca cefalea, vómitos, pérdida de conciencia, pero no es idónea para
producir la muerte de una persona. “Impunidad del delito imposible de envenenamiento por
absoluta inidoneidad del medio empleado”.

9. Participación en el HC: el problema de la comunicabilidad de las circunstancias

La doctrina mayoritaria estima que, respecto de las circunstancias calificantes en este delito, han
de aplicarse directa o analógicamente las reglas previstas en el artículo 64 del Código Penal.

- Disposición moral del delincuente (intelectual, espiritual, de dolo directo; no se suelen


calificar);
- Ejecución material o medios empleados, conocidos (estos medios sí se comunican).

Si no se aprecia la calificante en algún partícipe, o si ésta no se comunica al mismo, hay homicidio


simple.

Ejemplo: Quien sólo mantiene en depósito el premio del sicario, no participa en el convenio
criminal y, por tanto, no mata ni encarga matar por o mediante premio o promesa y ha de ser
considerado simplemente como partícipe de HS. Intra neus.

10. Homicidio calificado. Concursos de circunstancias calificantes.

Dos son los problemas que aquí se presentan:

1. Concurrencia de calificantes del homicidio (391 n° 1) con circunstancias genéricas del art.
12 n° 1 a 5.

Se suele responder recurriendo al artículo 63 CP, el que recogiendo el principio de non bis in ídem
dispone la imposibilidad de considerar como circunstancias agravantes genéricas las que el
legislador ha expresado al describir y penar un delito. De esta manera, si los hechos que
constituyen la circunstancia agravante genérica sirven para constituir cualquiera de las calificantes
del art. 391 N° 1, no podrá configurarse a partir de esos mismos hechos la calificante y la
agravante, debiendo preferirse la primera, cuyo mayor disvalor, absorberá al de la segunda.

La regla es de especialidad, cuando concurren calificantes y agravantes la idea es crear un HC. Si


aun persisten otras califacantes, pueden “sumarse”. Con una califico, con otra agravo. Pero no se
pueden usar las mismas calificantes y agravantes, por non bis in ídem.

Principios non bis in ídem y de absorción.

2. Concurrencia de varias calificantes.

Descartadas las agravantes comunes cuyos presupuestos permiten configurar las calificantes del
art. 391 n°1, subsiste el problema de cómo considerar la concurrencia de varias de éstas. Sin
embargo, deben aquí aplicarse los mismos principios anteriores: no es posible tomar en cuenta
dos veces las circunstancias que la ley ha considerado equivalentes para la configuración del hecho
punible.
De allí que se entienda al HC como un tipo con pluralidad de hipótesis. Si concurre una o varias de
las calificantes, sólo se cometerá un homicidio calificado; debiendo tomarse en cuenta el mayor
disvalor de la conducta al momento de la concreta aplicación de la pena, conforme al art. 69 CP.

Al momento de la determinación judicial de la pena, se debe tener presente el mayor disvalor de


acción.

Para la doctrina y la jurisprudencia minoritaria, siempre que no sean compatibles las


circunstancias, una califica y otra agrava.

Por ejemplo: el veneno y la premeditación suponen alevosía.

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