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RESEÑAS

to~. e n t odo~ sus actos. Esto e xige E ntre abierta del Institut o Caro y ninguno se le arrodilla a orro. ni
que e l traductor sea tambié n pvera . Cue rvo. de Bogotá. es una magnífi- fa sus semejanres que vivieron
por o tra parte. e implica. in duda ca opción para repasar la prese ncia {hace miles de mios:
a lguna . que si é l tambié n escribe no de l animal e n la lite ra tura universa l: ninguno es respetable o
podrá mantene r se pa rada su traduc- o mejo r. en la vida de los seres hu- {laborioso sobre la tierra enrera.
ción de las conTingencias de su pro- manos. En su apre tada como fund a- Walt Whitman
pia vida . Es de ntro de una re lación me ntal introducció n, e l antólogo lo- [pág. 59]
<..le destino a destin o ~o ntin ge n c ia gra ilustrar al lector de manera clara
a co n t in gc ncit~ - . en suma. y no de y ame na sobre las distintas prese n-
un a frase ingl esa a una espa ñola . cias de los animales e n la histo ria li-
donde se e labora n las traducciones. te ra ria y sus connotacio nes esencia-
¿En qué condiciones esta sue rte de les. Casi aJ modo de una operación
1raducción. esta traducción de la poe- rastrillo da cuenta - y e llo demues-
sía. se nos presenta como una empre- tra la seriedad de la investigació n-
sa inse nsata? El propio Philip Lark.in de cuanto aspecto existe acerca del
lo expresó ~on su tono sombrío- te ma. A sí. no escapa n a su sondeo
e n declaracion es concedidas a la pu- ni los animales de las re ligiones (el
blicación París R eview en 1982: animal expia torio o e l simbólico) ;
ni los de la mitología (las serpie n-
Yo no veo cóm o se puede llegar a tes de l cad uceo de H e rmes o Me r-
conocer un idioma extranjero lo
~
curio , las palomas de Venus. e l bui -
s uficienTemenTe bien com o para tre de Prome teo , las s irenas. los
que val~?a la pena leer poesía es- faun os y los sátiros, los grifos ... ): --~----\
crita en ese idioma. Los extranje- tampoco los de las piezas poéticas
ros 1ienen unas ideas bastante in- satírico-b urlescas que relatan lu -
cultas respecto a la "buena " poesía chas de a nimales asimilá ndolas a las Sin lugar a dudas, los animales cons-
inglesa: Poe, Byron. etc. A los ru- humanas (la Batracomi omaquia. la tituyen por sí solos unas perfectas
sos les gusta Burns. Pero en el fon- Gatomaqu ia , la Mosquea, la Pe rro- piezas de arte. En e llos están las con-
do yo creo que los idiomas extran- maquia, ... ) ; ni los bestiarios e uro- quistas formales posibles, e l ritmo y
jeros no tienen nada que ver con peos de la Edad Me dia (bestiarios e l movimie nto en sus variados tiem-
la poesía. Si esta cosa ahí de vidrio semiteológ icos, bestiarios de amor) ; pos, y están las complejida des de la
se llama "ventana ", entonces no se ni los animales míticos (centa uro , comunicac ió n, el mensaje. Cuando
puede llamar "fenster" o "fenétre" dragón , unicornio , águilas de dos un animal nos capta, aquel para el
o cualquier o tra co s a. Haut es cabeza s , ser es o combi n aciones cual somos perceptible s, no nos dice
.fenétres. ¡Dios m ío! Un escritor n.o mixtas ... ): ni mucho me nos los de nada comple to con sus ojos o ante-
puede rener m ás que un solo idio- las tradiciones indígenas de Amé- nas; simplemen te nos exige ejercer
ma, si el lenguaje va a significar rica y de otros continente s (los la imaginació n . Como auténticas
algo en él. guaca m ayos mui sca s, el jag u a r piezas artísticas , los animales nos
am azónico ... ). Animales y más a ni- exponen con frialdad su interroga-
J ORGE H . CADAVID ma les vistos por los ojos, la razón y ción, que es por cierto entre todas la
e l corazón de un nutrido como se- más preocupan te, la única que im-
lecto grupo de poe tas. porta realmente en arte: nos esgri-
men con estoicismo e l misterio de la
ANIMALE S vida. Los animales nos hacen pen-
Un zoo poético Pienso que me p odía volver un sar que también están enjaulados
[animal y vivir con ellos, pues como los humanos. Que igual a los
f son tan plácidos y mesurados; Monos de D escartes (citados por
Faunétka. Antología poética zoológica m e detengo y los miro fijamente, Borges en su Libro de los seres ima-
panamericana y europea ellos no sudan ni se quejan a ginarios) no hablan para que no los
Víctor Manu el Patiño (compilador) fcausa de su condición; pongan a trabajar. Sin embargo, un
Instituto Caro y Cuervo, Bogotá, 1999, no viven desvelados en La animal no es un hombre. Pienso aho-
845 págs. f oscuridad lamentando sus ra en el poeta alemán Frank Monz,
[pecados; e n su bello poema experimen tal ti-
no me enferman discutiendo sus tulado Un animal no es un animal.
Esta Antología poética zoológica [deberes para Dios; Dice e l poe ta en sus versos que un
panameric ana y europea , acopiada y ni uno se siente insatisfecho animal no es un animal, que un ani-
o rdenada por Víctor Manuel Patiño ( -ninguno está enloquecid o mal es una mosca, un ganso, una ce-
y publicada e n la serie La Granada f con la manía de poseer cosas; bra, una rata ...

[ 104] 8 0LET( ,_ CULTU R-' L Y 818 LIOO RÁf iCO, VOL . 41, N IÍ N . 66, 2004

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RESEÑAS POESIA

LA GARZA ¿Cómo hizo el antólogo para reunir- cuales, por obvias razones, apenas
En su abstracto candor, el los? Pues bien: estas 788 piezas poé- nombro aquí a los autores de los poe-
{tiempo vano ticas , que cantan, describen , nom- mas que apoyan este comentario.
inmoviliza eterno, hondo, bran, exaltan, vanaglorian, endiosan,
[distante, consuelan, etc., a los elementos del SAPO
la soledad oscura del pantano reino animal , fueron recopiladas en Parece la sombrilla,
y una línea de tiza una tarea que supone una conside- este hongo policromo,
[interrogante ... rable inversión de tiempo y un labo- de un sapo japonista.
Leopoldo Lugones rioso como cuidadoso tratamiento José Juan Tablada
[pág. 364] (en la búsqueda, selección y traduc- [pág. 256]
ción del material) por parte del se-
Esos inocentes animales y los demás, leccionador, Víctor Manuel Patiño,
reales o imaginados, están en este quien hizo la colección teniendo en
generoso libro, habitando campan- cuenta el punto de vista cronológico
tes sus más de ochocientas páginas (que comprende textos escritos des-
y ejerciendo a plenitud sus virtudes de antes de la era cristiana, pasando
y vicisitudes como escasa y difícil- por el Renacimiento, hasta nuestros
mente se puede en la realidad de días) y el geográfico (que compren-
nuestro aciago planeta tierra. de todos los países americanos, des-
de Canadá hasta Argentina y Chile,
EL ALBATROS y los de Europa occidental, dando
Se divierten a veces los rudos prioridad a las poblaciones de habla
[marineros española o a las de los países de len-
cazando los albatros, grandes guas romances).
[aves del mar, ¿Y los poemas? Piezas de corta o
que siguen a las naves LA PULGA mediana extensión (en su mayoría
[-errantes compañeros- Picó atrevido un átomo viviente haikús o poemas breves), al parecer
sobre el amargo abismo los blancos pechos de Leonor seleccionados en rigor por el condi-
[volando sin cesar. [hermosa cionamiento temático, mas no por su
granate en perlas, arador en rosa, nivel de emoción e inteligencia poé-
Torpes y avergonzados, breve lunar del invisible diente. tica , pues tal empresa sin duda cons-
[tendidos en el puente, tituiría una suerte de misión titánica.
los reyes, antes libres, de la azul Ella dos puntas de marfil No en vano el antólogo aclara sin
[extensión [luciente ocultamientos que "en general, la
sus grandes alas blancas con súbita inquietud bañó tesitura poética de la presente co-
[arrastran tristemente [quejosa, lección es modesta. No abundan las
como dos remos rotos sobre la y torciendo su vida bulliciosa, piezas de verdadera entonación lí-
[embarcación. en un castigo dos venganzas rica " , y eso, valga decirlo , que
[siente. Víctor Manuel Patiño no incluyó
¡Aquel viajero alado, cuán triste poesía popular (porque a su juicio
[y vacilante! Al respirar la pulga, dijo: "¡Ay estas son " por lo general de tenden-
¡Él, antes tan hermoso, cuán [triste, cia utilitaria") ni tampoco fábulas
[grotesco y vulgar! por tan pequeño mal dolor tan ("porque las consideraciones de ín-
Uno el pico le quema con su [fuerte!" dole moral o de edificación han sido
[pipa humeante, "¡Oh pulga, dije yo, dichosa ajenas a este trabajo").
otro imita, arrastrándose, su {fuiste;
[manera de andar. detén el alma, y a Leonor HORMIGA SOLA
[advierte Grande, negra, la hormiga
Se asemeja el poeta a este rey de que me deje picar donde Se para, bulto inerme
[la altura {estuviste, Que de pronto se arroja con sus
que reta al arco y vence las y trocaré mi vida con tu [prisas
[tormentas del mar: [muerte ". A un curso que ya nunca se
desterrado en la tierra, burlado Félix Lope de Vega Carpio [detiene,
[en su amargura, [pág. 134] Y como acolondrada zigzaguea,
¡sus alas de gigante le impiden Corre más regresando y sin
[caminar! ¿Y los autores? Cuatrocientos cua- [oriente,
Charles Baudelaire tro poetas de todo el mundo (ent re Por el camino que ninguno
[pág. 345] consagrados y desconocidos), de los [busca,

80LETIN C ULT U RAL Y BIOLIOGRÁ F I CO . V OL . •¡1 . N Ú M . 6 6 . 200 ~ [ros]

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RES EÑ AS

L o.w s com¡uisra y pierde. en carga do de la persecució n y por sus orígenes judíos pe ro conver-
Aumento .\ll negror con su veloz castigo de los hebreos conFertidos tido aho ra e n soplón e informa nte
/ tamai'l o. al cristian ism o que consen·aba n de he rejes y judaizantes . se rá el hilo
·velo::.. ¡·l'fo::.. a solas con su en secrero sus tradiciones. conductor del recuento. Su protec-
fsuerre. 1... ) los Reyes Católicos sorp ren- tor, fray G il de Santillana. lo ha invi-
Jorge Guillén den a la comun idad hebraica en tado. pe ro e n público parece e rigir
[pá g. 204] 1492 al decretar la expulsión de una caute losa muralla de distancias.
los judíos hispanos o su con ver- Toda la novela se ve pa ut ada así por
Co n un excele nte texto in troduc- sión forzosa al cristianismo. Si- la forma como los variados pe rsona-
tori o. singularme nte tanto erudito guiendo el ejemplo de A braham jes e m bozan sus inte ncio nes. H ay
como didáctico. Faunélica es un tra- Señor, rabino mayor de Castilla. algo sote rrado que no se a treve a
bajo digno de nuestro modesto re- una gran parte de la clase dirigen- decir su nombre.
conocim ie nto. pues. fi nalme nte, lo- re elegiría el bamism o como ta- Don Alonso de Tordesillas. secre-
gra tran smitir la magia. o la fan tasía. bla de salvación. aunque muchos ta rio del Consej o de Castilla. y el
que hay e n cada uno de nuestros otros tomarían la senda del des- hombre al cual N uño más odiaba.
miste riosos cohabitante s . tierro. La salida de Sefarad de un quizá por ser su reflejo agigantado
notable grupo humano --cerca de en la casa de espejos del pode r. ta m-
GLJILL E RMO cien to cincuenta mil castellano bié n está presente. Te me ocultar sus
L l!'IERO MONTES aragonese s- desangrará duran - raíces judías. a unque un he rmano
te algún tiempo la dem ografía y suyo, José. relapso. será conde nado
los recursos de las ciudades. Los a arder en la hogue ra en ese ánimo
judíos españoles encontrarí an así: '·Po r esos días el me ro hecho de
acogida en las urbes m us ulm anas levantar suspicacia equivalía a la más
La sugerente astucia del norte de Africa, el Imperio a troz de las conde nas" (pág. 41).
O tom ano, Portugal e Italia, nue-
de un autor v as sedes de las comunida d es
Veintiún relajados serán que ma-
dos esa misma noche , y la luz de las
sefa rditas que han conser vado hogueras, con sus sombras espe-
Liturgia de difuntos vivo el castellano de la época. jeantes, incidirán a ún más e n la con-
Fernando Toledo Zamora (pág. 244] ciencia de esos dos hombres, que se
Alfag uara. Bogotá. 2002 . 222 págs. sabe n judíos o que vie ron, como e n
el caso de Tordesillas , vo lve r a su
padre a la fe judía, e n el mome nto
En la Colombia de nuestros días. un de morir. Pe ro e llos está n vivos y
melómano y conducto r de progra- tie mblan a nte el brazo de masiado
mas culturales e n televisión publica largo de la Inquisición.
su prime ra nove la sobre la Espa ña 1492. Un judío, en el cigarral de
de los Reyes Cató licos, o más con- To ledo, descifra el albedrío de las
cre tame nt e sob re aq ue ll o que los plantas. Aho nda e n sus virtudes cu-
historiador es españoles Fe rna nd o rativas y se remonta, desde esa ca-
Ga rcía de Cortázar y J osé M anuel D esde este 1492 hasta 1928, la no- baña aislada, a sus milenarios oríge-
González Vesga. en su Breve histo- vela se sustenta en seis fechas corres- n es. A su expulsió n d e la tie rra
ria de España (Madrid , Alianza Edi- po ndie ntes a seis escenas. En la pri- sagrada y a su exilio, por el mundo.
to ria l. r994), han sintetizado así: mera, 168o, que actúa como obertura Mosé be n Abera tel tie ne dos hijos,
panorámica , la Inquisició n, teatral, Isaac y R e uben , y sus largos diálo-
En este contexto de imposición de aparatosa , ya barroca, despliega sus gos con plantas como la albahaca le
su voluntad, la monarquía católi- magias escénicas e n la plaza m ayor han dado prestigio de médico herbo-
ca renueva el valor de la religión de Madrid . U n auto de fe , e n pro de lista, de ntro de una tradición reco-
como fermento de la unión p oli- la pureza de la sangre y la fe, presi- nocida y respe tada. La propia reina
rica. El credo ún ico, h eredero dido por Carlos II, rey de E spaña , Isabel , e n su momento, había man-
también del fin de la guerra gra- su esposa María L uisa de Orleáns y dado por un remedio suyo contra el
na dina y de las tension es anti- la re ina m adre , d o ña M a ria n a de do lo r del vie ntre.
semitas de los siglos X IV y XV, Austria. E stamos e n Toledo, e n el momen-
acentúa los rigores contra la mi- N uño de la Cueva, niño en Ciu- to cenital en que tres culturas convi-
noría hebraica castellana, la más d ad R eal , soldado re tirado del ejé r- ven, enriquecié ndose y fecundánd o-
n umerosa después de los asaltos cito de Italia, ahora casi pobre d e se mutua m e nte. Judíos, á rabes y
a las j uderías aragonesas . A tal o fi cio , con dos trajes y poco más , cristianos traducen al mundo a su
fin, en I 468 se establece el moder- asiste a dicho despliegue de rigor y le nguaje y cr ean puentes invalo -
no Tribunal de la Inquisició n, crue ldad , inquieto, d esasosegad o r ables e ntre Orie nte y O ccidente.

[ro6] B OLETf l' C ULTU RA L Y BIBU OO .ÁFI CO, VOL . 41. I' Ú M . 66, 2004

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