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Livio Rossetti

El “drama filosófico”, invención del s. V a. C.


(Zenón y de los Sofistas)

Abstract. Most short, paradoxical, unilateral aquí se intenta buscar una respuesta a la pre-
texts, authored by Zeno and the Sophists show, I gunta sobre lo que hace su identidad particular
claim, an important common denominator. They frente a la tragedia ática, así como a la oferta
do not single out a cognitive content or doctrine, de doxai que, en la época de estos autores, ya
but rather try to make audience and readers era tradicional.
aware of a complexity suitable to be analysed in
various ways, none of them being able to reach Palabras clave: Zenón, sofistas, agon,
a final truth. Nor do they do show eagerness to doxai.
reach a definite conclusion. They form a sort of
dramatic agon no more plunged into a dramatic
action. In comparison with the traditional offer La bellezza di Moby Dick dovette aspettare
of doxai (in books entitled Peri Physeos), all that una grammatica mentale che sapesse decifrarla
seems strongly revolutionary. So, I try to answer A. Baricco, Tre scene da Moby Dick
the question, what makes the peculiar identity (Roma 2009), p. 10
of their writings in comparison with the Attic
tragedy as well as with the already traditional
offer of doxai?
Primera parte
Key words: Zeno, Sophists, agon, doxai. El punto de partida

Resumen. Muchos textos breves, intensos, Voy a suponer que sobre Zenón y los Sofistas
paradójicos, unilaterales que son obras de Zenón hay cosas importantes de las cuales normalmente
y de los Sofistas parecen tener un denominador uno no se da cuenta de ninguna manera porque
común importante. Esos no nos presentan un la tradición exegética nos ha acostumbrado a no
contenido cognitivo u doctrina, sino intentan reconocer su importancia. Se sabe que Zenón ha
hacer el público consciente de cierta compleji- sido tratado casi siempre como un lógico y los
dad que se puede analizar en varias maneras, Sofistas como intelectuales de calidad bastante
pero sin llegar a una verdad final. Esos forman dudosa pero, en el mismo tiempo, como autores
algo parecido del agon dramático, solo que esto de teorías filosóficas de cierto valor. Esta manera
no está enraizado en una acción dramática. Si de representarse el uno y los otros tiene como
comparamos estos textos con la tradicional ofer- consecuencia olvidar completamente varios ras-
ta de doxai (por medio de libros llamados Peri gos de su potencialidad filosófica (algo que no
Physeos), tenemos la impresión de que esos son se limita a ciertas doctrinas y teorías), y de la
del todo revolucionarios y, por consecuencia, creatividad de sus obras literarias.

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Una palabra para empezar sobre su valor a proponer una segunda paradoja, después una
filosófico: me parece que el uno y los otros tercera, una enésima, sin dar cuenta de su óptica,
idearon una manera muy radical de repensar sin detenerse sobre su manera de entender sus
la filosofia (nótese: repensarla ¡un día antes de propias paradojas, sin explicitar el sentido de
identificarla como filosofía!) por el hecho de dichas provocaciones. Era importante por él no
poner de lado toda idea de enseñanza o de saber explicarlas, si es que su objetivo era provocar un
como algo ya que está cerca de ser aprendido. En choque. Una vez argumentado que Aquiles no
efecto en estos libros era normal no encontrar llega anular la distancia de la tortuga, que la fle-
ninguna enseñanza bien definida (lo que nunca cha realmente no se mueve o no parte, que cada
había ocurrido, al menos en los textos en prosa), distancia es al mismo tiempo finita e infinita,
esos pretendían ser obras de sabiduría no inferio- etcétera, él podría pretender que su tarea estaba
res sino posiblemente superiores a las otras que cumplida y que el problema era un problema no
presentaban doctrinas inequivocablemente acre- para él, sino para los que no pudieran aceptar
ditadas como verdaderas o cuantos menos muy conclusiones tan extrañas. En efecto, parece que
verosímiles. Me parece que esta sería la punta de su tarea sería sorprender y instalar en los otros
un gran iceberg cuya existencia casi no se sospe- una fuerte perplejidad, no explicar. Por otro lado,
cha, y mi tarea sería ir a explorar la parte subte- ¿explicar qué? El sentido de sus paradojas no
rránea de esta familia o archipiélago, digámoslo estaba ni en la solución (por ej. en decir que “no,
así, de icebergs. Como se ve, voy a presentar una la flecha sigue adelantando hacia su blanco”, “no,
tesis bastante audaz, solo parcialmente anticipada Aquiles es capaz de llegar a cerrar toda distancia
en dos artículos anteriores(1). de la tortuga” etc.) ni en la opción a favor de Par-
Hacia mediados del siglo V a. de C., mientras ménides, ni siquiera en la tesis – demasiado tran-
los tratados Peri Physeos estaban en su apogeo, quilizante – según la cual la tarea de Zenón fue
hizo su aparición en la escena cultural griega otra simplemente dramatizar el descubrimiento de lo
invención comunicativa de primerísimo rango por infinitesimal, porque de esta manera muchísimo
mérito, se presume, de Zenón y de Protágoras. La habría quedado inexplicado, quizás, lo esencial
coexistencia de esta innovadora forma de comu- de sus invenciones y, particularmente, la parálisis
nicación con el máximo periodo de proliferación intelectual generada por sus paradojas, la lógica
de los Peri Physeos se explica precisamente por de un libro cuyo autor no pretendía enseñarnos
la ambición de disputar enérgicamente el pri­ “nada en serio” y donde, en efecto, ni enseñaba
mado a los prestigiosos intelectuales empeñados ni explicaba el sentido de sus paradojas. Esto
en el estudio de la naturaleza (cosmos y mundo significa que estamos en presencia de un libro y
de la vida) desarrollando un tipo completamente de una manera de hacer filosofia increíblemente
diferente de sabiduría, y conquistando así espa- novedosos, lo que implica la dificultad de indicar
cios de indudable relevancia. Se trata, como vere- en qué exactamente consiste su novedad y qué
mos, de la invención de textos, en general breves pudo significar.
y con un grado de creatividad alto o muy alto que, Tomemos ahora la famosa disputa entre
aún conservando algunos de los rasgos del trata- Protágoras y Evatlo (o, según otras fuentes, entre
do, alteraron radicalmente su estructura y dieron Córax y Tisias) a propósito de los honorarios.
vida a un tipo de escritura no sólo completamente Alguno, quizás Protágoras (pero no se le puede
diferen­te, sino incluso alternativa a la otra. afirmar con certidumbre), relató esta historia
Con el fin de pasar de lo genérico a lo concre- (3). El alumno es pobre y pide ser admitido a las
to, haré un rápido recorrido (2) sobre algunos de lecciones del gran sofista con el único compro-
estos escritos paradójicos, empezando por Zenón. miso de pagar los honorarios después, es decir
Un merecidamente famoso pasaje del Parméni- cuando, convertido a su vez en un hábil rétor y
des de Platón (128b7-d2) nos obliga a imaginar logógrafo, el alumno tendrá la satisfacción de
que Zenón, una vez presentada una paradoja, más ganar su primera causa en el tribunal. El maestro
que abundar en explicaciones, inferencias y otros accede, el curso se realiza, el alumno estudia con
elementos metacognitivos, pasaba de inmediato un provecho verosímil, pero luego no emprende la

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profesión de logógrafo y, con base en el acuerdo, ¿cuál es el sentido de este simulacro de tí­pica
pretende aplazar indefinidamente el pago de los controversia judicial? Exactamente como Zenón
ho­norarios. Después de algún tiempo el maestro, y Protágoras, Antifonte no nos lo dice. El no gasta
sintiéndose burlado, amenaza con llevar a juicio ni una sola palabra en sugerirnos algún criterio
al alumno y le advierte: toma en cuenta que esta- que pueda servir como base para salir del callejón
rás obli­gado a pagarme los honorarios en cual- y para tomar posición en uno u otro sentido, y en
quier caso. En efecto, si te condenan, me tendrás este caso la ausencia de comen­tarios por parte de
que pagar en razón de la condena; si, por el con- Antifonte no tiene nada de conjetural. El cuidado
trario, fueras absuelto, entonces habrías ganado que el autor pone para evitar dar indicio alguno a
tu primera causa y, por consiguiente, estarías escuchas y lectores (los jueces virtuales de cada
obligado a pagarme en razón de nuestro pacto. proceso) nos da testimonio de que él no tuvo
Pero el sagaz alumno habría replicado: al in­tención alguna de abrir la puerta a una solución
contrario, no pagaría en ningún caso, pues de unívoca o a argumentos en favor de una u otra
hecho si fuera condenado tendría derecho a no parte. Esta postura no es solo un facto, sino un
pagar en razón de nuestro pacto; en cambio, si problema, algo sobre lo cual preguntarse.
fuera absuelto, ¡no pagaría en razón de la abso- Como muchos saben, el mismo Antifonte
lución! Tampoco en este caso se tiene noticia tuvo el mérito adicional de haber hecho una
de ningún comentario o metadiscurso (y mucho invención muy sonada: se atrevió a abrir en
menos del veredicto). Es verdad que algunos Corinto una especie de locutorio en el que recibía
estudiosos modernos intentaron producir un cri- a las personas tristes o deprimidas con la finali-
terio con el cual dar razón a uno u otro de los dad de vencer su humor gris (6). ¿Cómo le hacía?
disputantes (4), pero este esfuerzo me parece casi Les narraba historias de desgracias y sufrimien-
ridículo, porque el interés del autor era, sin duda, tos atroces, de forma que el hombre o la mujer
provocar en el público una perplejidad tenaz, que sufría entendiera que no estaba viviendo una
mientras que daba una idea de cómo se puede vol- situación propiamente extrema (pues hay situa-
car una situación difícil sin rendirse. En efecto, ciones todavía más dramáticas) y que siempre
independientemente de la eventualidad de que la hay la posibilidad, diríamos nosotros hoy en día,
historia de Evatlo formaba parte de las Antilogías de asimilar el sufrimiento de una u otra manera.
de Protágoras, estamos seguros de que esta obra Preguntémonos ahora: cuando un tratamiento
oponía tesis y antítesis sin ningún esfuerzo para como este terminaba porque el o la paciente se
desbloquear el conflicto en una dirección u otra, había sosegado, ¿acaso Antifonte habrá realizado
y que esto fue el patrón de todas las Antilogías. un elogio del arte oratoria o propuesto otro tipo
Como se ve, llegamos a individuar un punto de de metadiscurso? ¡Por supuesto que no! Una vez
contacto importante con Zenón, debido al efecto más, el resultado no fue de carácter cognitivo, no
que se quisiera provocar en el auditorio y en los hay una enseñanza que se pudiera identificar y
lectores. tratar como una doxa ‘normal’.
El modelo antilógico y la misma historia de Tomemos ahora el “discurso débil” de las
Evatlo tienen bastante que ver con las famosas Nubes de Aristófanes. Los dos logoi entablan
Tetralogías de Antifonte (5). En cada una de estas una competencia verbal, hay un ganador (es el
tres obras similares el gran rétor nos presenta, “discurso débil”) y, además del público, parece
como se sabe, primero el discurso del deman- haber un espectador sui generis, Estrepsiades.
dante en el tribunal, en seguida el discurso del Pero también en este caso la competencia ter-
acusado, luego una breve réplica del demandante mina sin mayor explicación. ¿Cuál es la lección
y finalmente una breve réplica del acusado. En que Estrepsiades tendría que aprender de dicha
los tres casos es tanta la maestría del autor que compe­tencia? Aristófanes no deja de proponer
el lector se ve tentado a dar razón primero al una solución inspirada en el sentido común (y que
demandante, después al acusado, luego de nuevo actualmente sí calificaría como “conciliadora”),
al demandante y finalmente de nuevo al acusado. pero no todo se resuelve tan sólo desaprobando
Pero, ¿quién tiene verdaderamente razón? O bien: la conducta de Fidípides exactamente como no

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se resuelve la paradoja de Zenón pretendiendo por esa misma razón no puede sino desplomar-
que Aquiles llegue a cerrar su atraso por res- se miserablemente (“te comunico exitosamente
pecto de la tortuga. Una vez más, el resultado no que ninguna comunicación puede ser exitosa”).
es de carácter cognitivo, no hay una enseñanza El argumento esconde apenas un dilema: si la
que se pueda identificar y tratar como una doxa demostración hecha por Gorgias es eficaz, enton-
‘normal’. Es más, la historia no nos habla ni de ces su tesis debería considerarse no demostrada,
modelo geométrico con puntos sobre una recta y sino refutada. Por otro lado, si su tesis se la consi-
velocidad constante de cada móvil, ni de infini- dera como demostrada, ¿qué pensar de la demos-
tesimales, pero nos lleva a producir ideas de este tración de su validez? ¿Es válida o inválida?
tipo (y no qualquiera otra), aunque se trate de ¿Acaso sería suficiente decir que se trata de una
ideas que no se encuentran en la paradoja. demostración autorreferencial? Por otro lado, nin-
Análoga a esta se presume que haya sido la guno podría tratar tal argumento como evidencia
situación representada por Pródico en el Heracles de una tesis filosófica que unos pueden aceptar y
en la encrucijada (del cual tenemos un cuidado otros rechazar, por ej. profesando un optimismo
epítome en los Memorables de Jenofonte, cap. II epistemológico igualmente radical. Sin duda la
1). Ante el joven Heracles se presentan dos her- tesis tiene que hacernos cuidar de un optimismo
mosas mujeres, personificaciones de la Virtud y epistemológico un poco superficial, pero no llega
del Vicio, que com­piten por presentarle los atrac- a ganar el estatus de teoría contrapuesta a teoría.
tivos de una y otro. La lógica del discurso im­plica Sería mejor decir que se trata de una máquina
que, aún en la hipótesis de una ligera superioridad para suscitar problemas, y cierto no de una llave
de las razones de la Virtud frente a las del Vicio, para solucionar problemas. Hemos visto la punta
la situación quedaría sustancialmente empatada y del iceberg, pero ¿quién no llega a sospechar que
que la elección de Heracles no sería representada detrás hay otro?
formalmente. Pasemos entonces a la demonstración prin-
Hay varios otros textos con características cipal. Las fuentes nos permiten entender clara-
análogas, como el diálogo de los Melios en Tucí- mente que Gorgias, con mano feliz, presentaba
dides, el Ajax y el Odiseo de Antístenes, y sobre una larga serie de argumentos para demostrar
todo las obras maestras de Gorgias: la Helena, que nada existe. Su argumentación tenía una tesis
el Palamedes, el Peri physeos hē peri tou mē explícita, un demonstrandum comprobado con
ontos. muchos argumentos, mediamente bien estruc-
Como todos saben, en esta última obra Gor- turados: que nada existe. Pero eso no significa
gias tuvo la pretensión de demostrar, primero, que tengamos una teoría de Gorgias de la misma
que nada existe; segundo, que si algo existiera, manera con que el atomismo es una teoría de
no se le podría conocer; y, tercero, que si algo Demócrito. En efecto, no podemos imaginar que
existiera y se pudiera conocer, al menos este algún contemporáneo pudiera tomar en serio tal
conocimiento no se podría comunicar de manera demostración, ni que Gorgias se convenció, aun-
eficaz. Empezaré con detenerme un poco sobre que solo por unos dos minutos, de que verdadera-
el tercer argumento. Gorgias pretende comunicar mente nada existe (o que ninguna comunicacion
exitosamente que cualquier intento de comuni- puede tener éxito).
car algo ha de fracasar de manera inexorable. Además, a nivel explícito suele tomar forma
Es más, él pretende hacer de esta demostración un discurso aparentemente impecable o incluso
el pilar de su discurso, puesto que declara estar irresistible, pero extraño, paradójico, por lo cual es
dis­puesto a admitir que quizá no logrará conven- inconcebible tomarlo en serio, dar fe a lo que aun
cernos ni de que nada existe, ni siquiera de que así se afirma y se asevera con toda determinación
es imposible conocer cosa algu­na, pero espera y con aparente éxito. Esto es suficiente para que
obtener nuestro asentimiento, por lo menos, para el auditorio o el lector entiendan inmediatamente
el tercer demonstrandum (7). Solo que se trata que el sentido más auténtico de ese discurso no
de un demonstrandum que, en el momento en está ahí. No sé donde, pero no ahí. En consecuen-
que viene apuntalado con buenos argumentos, cia, hay que preguntarse cuál era exactamente el

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demonstrandum de estas páginas. ¿Acaso es algo y muchas veces se les extrae a toda costa (y con
que se conoce? Yo diría que no, aunque se pueda investigaciones muy refinadas) de textos que no
afirmar, y con fundamento, que aquí se realiza pretenden exponer o defender doctrinas; mientras
una muy pesada parodia del Eleatismo. En efec- que no se suele manifestar interés por lo que no
to, la tesis que nada existe ¿genera una teoría? y deja individuar un punto de doctrina, ni siquiera
¿cuál? Por supuesto no se trata solamente de per- por lo que todos estos escritos indudablemente
plejidades frente a la ontología eleática, porque en tienen en común. Pero, ¿cómo negar que desin-
este esquema teórico hay más, mucho más. Por teresarse de estas provocaciones intelectuales
ejemplo, nos lleva a representarnos el universo de significaría desinteresarse de algunas de las ideas
los argumentos falsamente atendibles, la facilidad más fecundas y de algunos de las cumbres de
con la cual se cae víctimas de alguna confusión, agudeza y profundidad del siglo? No se puede.
los mecanismos de la persuasión que se encuen- Dejar aparte esta producción tan particular sería
tran activos aquí, su capacidad de sugestionarnos. absurdo para un historiador de la literatura, dada
Además, en cuanto a la nada y al ser, al menos su calidad mediamente alta; y sería absurdísimo
llegamos a sospechar de que no se trata solo de para un historiador de la filosofía griega no solo
aceptar o rechazar el Eleatismo, porque entre ser por la misma razón, sino además porque todo
y nada se establece una relación muy polivalente, eso esconde algo significativo en el ámbito de
y muy difícil de analizar. Desde este punto de la sabiduría de tipo filosófico del siglo V y, me
vista se ve que la primera tesis del Peri tou mē permito añadir, algo esencial para entender el
ontos, por un lado, no nos enseña nada particular desarrollo sucesivo de la filosofía griega hasta
(no nos transmite una teoría, no nos hace relajar Aristóteles (8).
frente al descubrimiento de que ahora hemos
llegado a entender algo que antes no se enten-
día), y, por otro lado, nos abre los ojos sobre una SEGUNDA PARTE
serie casi infinita de interrogaciones, dejándonos ¿Qué es lo que todos estos icebergs
un poco menos inconscientes y un poco menos
niños, en una palabra haciéndonos acrecentar,
nos esconden?
y todo eso sin dejarnos vislumbrar cuál sería o
cuáles serían los enunciados contrarios, y proba- De lo dicho anteriormente se debería con-
blemente verdaderos, que se deberían oponer a cluir que lo que resulta problemático es la “clave”
la tesis según la cual nada existe. Sigue que en el de estos logoi, una clave que nos falta porque, a
caso de estas otras invenciones comunicativas de todas luces, no radica en aquello que se declara y
Gorgias, el provecho no es cognitivo. Y si no es sería inútil buscarla entre los pliegues del mensaje
cognitivo, ¿cómo calificarlo? declarado. No se trata de un mensaje implícito,
He hablado de archipiélago. En efecto tene- de un objeto de ciertas alu­siones, de un subtexto
mos una larga lista de obras bastante homogé- escondido, sino de algo que en dichos textos sim-
neas, mediamente pequeñas, pero intensas y ple y sencillamente no se encuentra. En efecto,
paradójicas, todas concentradas en la segunda no se descubre ninguna forma de codificación
mitad del siglo V a. C., obras con poco contenido encubierta y parecería que dicha clave radica en
cognitivo y tantas provocaciones intelectuales, otra parte, en lo no dicho, es decir fuera del texto,
solo que sobre estas obras la literatura especia- a tal grado que se revela como algo estrictamente
lizada, sea de filosofía antigua sea de literatura virtual.
griega, pese a ser copiosa, no parece decir casi Estamos hablando, en efecto, de discursos
nada. Desafortunadamente los especialistas de sabiamente realizados con la intención de excluir
griego dejan la tarea de dar cuenta de estos escri- toda hipótesis de solución o respuesta o enseñan-
tos a los filósofos, y los filósofos están acostum- za unívoca, todo resultado o éxito fácil de identi-
brados a buscar doctrinas, y aquí no se ve aflorar ficar. Se sigue de ello que el criterio para zanjar
ninguna doctrina... Hay que añadir que de los la controversia o la paradoja no está in­cluido en
Sofistas se estudian con gran cuidado las teorías su representación, es distinto de ella y en cierto

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sentido está fuera de ella. Se podría imaginar que “Si bueyes, caballos y leones tuvieran manos
se trata de algo parecido a la metáfora, al sentido o pudieran dibujar etc.”, se trata de un simple
escondido, a la alusión, a la antífrasis, al sub-tex- recurso analógico que amplifica las diferencias
to, pero no creo que sea así, porque en todas estas entre varios modos de representar a los dioses.
hipótesis se llega fácilmente a identificar lo que Igualmente la historia de Outis implica la inven-
el hablante quiere significar, y se le identifica de ción de un apellido capaz de hacer confundir a
manera no equívoca. Igualmente se podrían bus- los otros aprovechando del uso de dicha palabra
car antecedentes, por ejemplo en el fragmento de como indicador de un enunciado negativo. Yo
Jenófanes, anterior por aproximadamente me­dio puedo no llegar inmediatamente a descubrir la
siglo, en el que el poeta-filósofo observa: clave en este caso, así como frente la pregunta de
la Esfinge, pero es claro que hay una clave inequí-
si los bueyes, <caballos> y leones tuvieran voca. Igualmente ciertas preguntas socráticas
manos que sin duda implican una y una sola respuesta,
o pudieran dibujar con ellas y realizar obras como cuando él pregunta a Agatón: “el padre ¿es
como los hombres, padre de alguien? Y ¿la madre? Y ¿el hermano?
dibujarían los aspectos de los dioses y harían Y ¿el amante?” Siempre hay un segundo término
sus cuerpos, de la relación, y Agatón no puede negar que para
los caballos semejantes a caballos, los bue- ser padre necesitas tener hijos (así como para
yes a bueyes, ser abuelo necesitas tener nietos, etcétera: Symp.
tal como si tuvieran la figura correspondien-
199de). Una vez más, el sentido implícito se le
te <a cada uno>
esconde con el fin de hacerlo descubrir, por el
placer de dar el placer de descubrir o el placer de
o en la historia de Outis contada por Home-
ver que alguno no llega tan fácilmente a descu-
ro, cuando el Cíclope se explicó tan mal que sus
brir. Pero eso es todo: cuál sea el sentido implí-
compañeros no llegaron a entender correcta- cito se le sabe porque cada vez la respuesta está
mente su mensaje y nosotros detectamos la raíz inequivocablemente inscrita en la pregunta.
del malentendido, nos imaginamos la situación Bueno, eso es exactamente lo que no ocurre
y después, reflexivamente, la genialidad de la con las paradojas o las antilogías. En la mayoría
idea de Ulises, es decir, la genialidad de la idea o totalidad de las antilogías ni los escuchas o
del poeta. Una vez más, la analogía no es buena lectores ni el autor tienen un argumento peren-
porque al final sabemos qué es lo que Jenófanes torio para establecer quién es el que tiene razón,
y Homero quieren enseñarnos. En este sentido si el acusador o el acusado: una buena antilogía
el texto de Jenófanes y la historia de Outis son pretende dejarnos perplejos. La tipología es
comparables a los enigmas, donde la clave existe diferente, su lógica peculiar es diferente, la clave
y se puede llegar a identificarla con certidumbre. está mucho más seriamente escondida y quizás
En efecto, la ideación de un enigma consiste, el autor mismo no sabe dónde se encuentre, o no
como se sabe, en la alteración de un entero grupo le interesa buscar exactamente la clave, porque
de indicadores y después en el desafío de llevar a le interesa algo diferente. Igualmente Zenón
cabo la decodificación correcta a pesar de las dis- podría no tener un argumento perentorio sobre
torsiones introducidas intencionalmente al hablar la paradoja de Aquiles, ni por argumentar que en
— tomaré como ejemplo el enigma propuesto por realidad el héroe sabe perfectamente cumplir su
la Esfinge — de animal en lugar de hombre, de tarea, ni por enunciar lo que esta paradoja preten-
alba en lugar de infancia, de ocaso en lugar de de enseñarnos.
vejez. En esta cla­se de situaciones, la clave está Ahora intentemos pasar a la pars construens.
solo escondida y la impresión de extravagan­cia Primero, estamos hablando de algo como un
del discurso depende únicamente de las distorsio- teatro filosófico. Estos intelectuales nos presen-
nes introducidas. Por lo demás, todo está en regla tan con historias, situaciones, o competiciones
y el objeto del enigma podría ser, por sí mismo, que tienen algo de agónico o agonístico y que
trivial. Y en cuanto al enunciado hipotético nos recuerdan el agón trágico y cómico. Hay

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diferencias. Por ejemplo, aquí no ocurre nada, tiende a presentarse como la simple constatación
no hay eventos inesperados que modifican las de un hecho (como “Kant nació en Koenigsberg,
condiciones de partida de la situacion inicial y es decir Kaliningrad”) del cual se da exposicion.
dan lugar a un cualquier desarrollo. La situación Igualmente los antiguos Peri Physeos tendían
es la que es, solo que encierra un problema, y la a lanzar mensajes tranquilizadores: “gracias a
atención no se pone en la situación y su posible estos sophoi hemos entendido la dinámica de los
desarrollo, sino en el problema. Ademas, siendo eclipses, la forma del cosmos, el ciclo del agua,
que no hay ni desarrollo ni hexodos, todo se resu- la dinámica de la respiración, etcétera”. Pretende
me en el problema, sus complicaciones irresuel- Meyer que en eso haya algo que no marcha bien,
tas, sus trampas casi inextricables y de las cuales porque toda respuesta surge como respuesta a una
es tan dificil liberarnos. pregunta. Bueno, pero ¿qué cabe pensar de estas
Por eso sigue que lo de Zenón y de los Sofis- historias – o preguntas – pensadas con el fin de
tas es teatro, y teatro eminentemente filosófico. dejarnos sin respuesta? Me repito: la diferencia
Y ya se delinea una sorpresa, algo inesperado, a es tipológica y el esquema de Meyer nos ayuda a
saber, la falta de dicha categoría en nuestra cul- marcar la diferencia.
tura (9). En efecto el sintagma “teatro filosófico” Adelantamos. Estas historias sin clave y
me parece capturar algo esencial en esta historia sin respuesta tienen la ulterior característica de
de historias, porque estamos hablando de relatos llevarnos a pensar mucho y, a veces, a entender
ricos en theoresis, relatos que nos hacen pensar cosas que nunca habían sido objeto de atención.
cosas impensadas, caer en trampas y quizás gus- La historia de Protágoras y Evatlo, por ej., nos
tar de sentirnos perdidos en complicaciones casi permite concentrarnos sobre las equivocaciones
infinitas y en deudas insolubles. Teatro filosófico que se pueden esconder en los acuerdos y contra-
que es una verdadera fábrica de dificultades, de tos y la unilateralidad con la cual se llega a veces
situaciones aporéticas. a afirmar o negar la misma cosa según el interés
En efecto, si los Peri Physeos tienen el pri- del momento. Igualmente la primera tetralogía de
vilegio de la invención de una idea de filosofia, Antifonte nos permite entender un poco la lógica
pero ¿como no pensar que Zenón y los Sofistas no fácil de los logoi hamarturoi y de reflexionar
tienen el privilegio de ser inventores de una sobre la fuerza probatoria de argumentos fun-
segunda idea de filosofia? dados sobre la contradicción (del adversario), el
Pasamos ahora a otro aspecto. Ya se ha dicho alibi y el testimonio de los esclavos. Si tomamos
que estamos hablando de historias sin clave, sin la Helena de Gorgias, descubrimos el universo
enseñanza positiva, sin conclusión doxástica: el de los vicios de la voluntad, como si hubiera
autor no nos transmite una enseñanza particular un determinismo total, solo se descubre que
y nosotros no podríamos decir que con una u varios de estos vicios del querer dependen de la
otra pequeña historia el autor pretende afirmar iniciativa, de la voluntad y de la inteligencia de
esta cosa particular (afirmar que p). Diría Michel personas como nosotros, de manera que seríamos
Meyer en su tratado de problematología (10): aquí a veces víctimas y responsables de varios tipos
el diferencial problematológico no está solo afir- de violencia. Si tomamos la paradoja zenoniana
mado, sino enfatizado, porque llegamos al exceso de la flecha inmóvil en el espacio, llegamos rápi-
de preguntas sin respuestas, mientras que toda damente a entender que el problema no es lo que
su batalla fue contra las respuestas que tantas se indica (el presunto hecho de que la flecha se
veces quedan sin pregunta correspondiente. Dice queda inmóvil en cierto punto del espacio) sino
Meyer que ya la ciencia platónica de las ideas que la flecha estaría inmóvil en todo instante de
pretende ser independiente de nuestro mundo su trayectoria y mientras fuera en vuelo, lo que es
terrestre, anterior, arquetipo, paradigma. Igual- mucho más complicado.
mente las categorías de Kant subsisten de manera Como se ve, cada uno de estos escritos nos
independiente antes de cualquier experiencia. enfrenta con situaciones problemáticas extrañas,
Igualmente el saber, lo que se puede enseñar, cosas casi impensables como el fracaso de Aqui-
lo que se aprende a través Google o Wikipedia les, la flecha que se mueve pero no se mueve,

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una suerte de filosofía de la nada, una suerte de de tantas nuevas tecnologías en nuestro tiempo,
determinismo que surge no del atomismo sino, cuando cada tecnología nos obliga a tomar con-
de manera inesperada, de la historia de Helena de fianza con una nueva forma de complejidad y con
Troya, la im­posibilidad de zanjar una controversia reglas nuevas? Igualmente aquí estos autores nos
y otros contextos que nos “obligan” a empeñarnos conducen a explorar territorios nuevos, cada vez
en ejercicios intelectuales totalmente nuevos, con problemas y niveles de complejidad que no
nos conducen en territorios inexplora­dos (donde se imaginaban.
después se nos deja), nos fuerzan a abrirnos hacia Por eso pienso que no sería suficiente hablar
horizontes más o menos inusitados, y todo eso de un desplazamiento de la “clave” del discurso
sin convertirse en una enseñanza. Si intentamos fuera del perímetro del discur­so mismo, o del
comparar la Helena de Gorgias con el determi- opúsculo sofístico como un cofre bien cerrado,
nismo atomístico, vemos que este determinismo bien protegido, casi inaccesible, como si el autor
es una teoría objetivada, algo que un cierto inte- hubiese cerrado su logos con llave, arrojándola
lectual pretende tratar como verdad comprobada, después a un río. O como si el autor estuviese
algo de lo cual deberíamos discutir a partir del dedi­cando todas sus mejores energías para con-
atomismo en cuanto asunción previa, pues en un ducir a los escuchas y a los lectores a perderse, a
contexto muy enrarecido. También la Helena nos ya no entender nada, a perder el hilo de la made-
presenta algo parecido a una teoría (otra versión ja o, para usar otra imagen, a descarrilarse. El
del determinismo), pero el contexto nos invita griego tiene un término para indicar este tipo de
a tomar en cuenta los varios detallamientos de situaciones, aporía, pero evidentemente la evoca-
nuestra cotidiana vida de relación, mientras que ción del término no es de gran ayuda para enten-
el todo no puede no resultar sutilmente con- der la especificidad de la aporía en la que muchos
tradictorio, porque se habla, como ya decía, de sofistas sabían encerrar tan bien a los escuchas y
condicionamientos inducidos por personas nor- lectores. Esta manera de explicar el fenómeno,
males, lo que implica que cada uno de nosotros aunque correcta, no me parece satisfactoria, por-
somos tanto responsables cuanto víctimas de que no nos dice nada sobre la complejidad que se
varios vicios de la voluntad. Por consiguiente, descubre, ni sobre la fecundacion intelectual que
no se delinea un esquema teórico unívoco; todo casi siempre se sigue de estos textos paradójicos.
lo contrario, se delinea una duda, una perpleji- Pero, ¿hay una manera mejor de dar cuenta de
dad, y una gran dificultad de llegar a un criterio este pequeño universo tan complicado?
con el cual distinguir entre aspectos voluntarios La sugerencia que me parece más o menos
y aspectos involuntarios del comportamiento, adecuada sería hablar de procesos metacognitivos
entre libertad y vicios de la voluntad. Mejor, el (11). No es un concepto tan fácil, porque normal-
conjunto funciona como un impedimento contra mente con este término se entiende el conoci-
toda hipótesis de esquema teórico unívoco. Por miento de segundo grado, el saber de saber, como
consiguiente, nos hace más prudentes en el tratar por ejemplo cuando la diosa de Parménides afir-
un tema como esto o quizás nos enseña a guar- ma: “ahora termino el discurso verídico. Después,
darnos de enunciados sin modulación, como si se hay que escuchar opiniones humanas, precarias”.
pudiera afirmar o negar sencillamente la libertad Aquí la diosa enuncia una diferencia de valor (de
del agente. “cociente epistémico”, diríamos) entre el logos
De esta manera llegamos a darnos cuenta sobre lo ser y el logos sobre el mundo, y por lo
de que, cada vez que nos enfrentamos con una tanto presenta un saber sobre dos saberes, un
u otra historia paradójica, nuestra mente resul- meta-saber. Igualmente, cuando un niño conoce
ta obligada a abrirse a horizontes desconoci- las multiplicaciones y ahora ya no necesita hacer
dos, quizás sin conseguir resultados particulares, un esfuerzo memorístico para establecer cuánto
pero tomando conciencia de tipos diferentes es 6 veces 7, hay control metacognitivo sobre las
de complejidad. Haciendo las proporciones, de multiplicaciones que se aprenden en la escuela
una paradoja de este género, ¿no se podría decir primaria. Bueno, este es un tipo de metacogniti-
que cumplió con funciones comparables a las vidad, pero quizás que no existe solo este tipo. En

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El “Drama filosófico”, invención del s. V. a. C. (Zenón y de los Sofistas) 37

efecto, si reflexionamos sobre la competencia del o judicial llega el médico y respectivamente el


doctor o del abogado, vemos que, al comienzo, abogado a estudiarse ciertos textos pertinentes, a
esos admiten no saber cómo tratar nuestro caso explorar ciertas hipótesis de intervención, etc.
(sanitario o legal), aunque sabemos que esos tie- Por lo tanto, decir que estos textos, por el
nen una gran competencia y tenemos confianza hecho de llevar a pensar algo complejo que no
en ellos. Pero no pretendemos que sepan de inme- se podría traducir en enunciados simples, genera
diato cómo tratar nuestro caso; solo les pedimos una competencia incoativa de tipo metacognitivo,
que vayan a estudiarlo para ver qué sería mejor me parece pertinente y ayuda a comprender lo
hacer. Entonces, su competencia no se manifiesta que pasa. En efecto su valor reside, en mi sentido,
en lo que pueden afirmar de inmediato, sino en en su función provocativa, en lo que de creativo
una competencia global, en un rico repertorio se activa en la cabeza de oyentes y lectores, anti-
de medios conocidos entre los cuales piensa guos y modernos, no tanto diversamente de lo
buscar lo que es apropiado y adecuado. Este tipo que pasa con los diálogos aporéticos de Platón,
de competencia es igualmente metacognitiva donde no es importante concluir de algún modo,
(en general, metacognitividad = competencia, sino empezar a analizar de manera no superficial
dominio de un entero sistema de conocimientos), una u otra noción. En conclusión, diría que esta
pero diferente de la otra, porque, en un caso, la literatura paradojal esconde su gran virtualidad
competencia metacognitiva permite la emisión de metacognitiva, así como su actitud de privilegiar
afirmaciones particulares (por ejemplo, soy capaz la pregunta sobre la respuesta.
de establecer cuánto es 6 veces 7 y, igualmente,
el resultado de muchas otras multiplicaciones),
mientras que, en el otro caso, se acepta que este TERCERA PARTE
no se pueda lograr. Preguntas y corolarios
En cierto sentido, el doctor y el abogado
no saben y saben del no saber, pero están más
El paso sucesivo –y final– sería abrir la
o menos a la altura del problema y presumen
puerta a algunas preguntas, como por ejemplo las
estarlo, mientras que el niño sabe y es consciente
que siguen:
de saber, e igualmente la diosa de Parménides.
No es un detalle lo que marca esta diferencia. 1. Todo eso ¿nació y se terminó sin contexto,
Ahora bien, muchas de las paradojas de las cuales sin consecuencias, sin efectos, y también sin
estamos hablando tienen una actitud propedéutica maestros y sin anticipaciones, sin nada de
para la formación de una competencia, porque nada de prodrómico, como una metéora?
nos abren los ojos frente a algo complejo, mejor,
frente a una compleja red de relaciones que no se 2. ¿Cómo colocar esta producción tan particular
podría describir en detalle. Ergo, una analogía de en el contexto de la Sofística? ¿Acaso debe-
base subsiste. Y podemos preguntarnos si solo ríamos re-escribir completamente el capítulo
muchas paradojas tienen esta característica o sobre los Sofistas? Y, si acaso, ¿cómo?
todas. Yo diría todas, porque también en el caso
de las paradojas de Zenón ocurre algo similar.
3. Paradojas de Zenón y paradojas sofísticas,
Como dije, en el caso del Aquiles, la historia no
¿son verdaderamente comparables?
nos habla ni de modelo geométrico con puntos
sobre una recta y velocidad constante de cada
móvil, ni de cálculos infinitesimales. Estas ideas 4. ¿Acaso Sócrates tiene algo que ver con este
no se encuentran en la historia, pero la historia es tipo de provocación intelectual?
tal que nos lleva a producir ideas de este tipo, y
no cualquiera otra. Esta como otras historias de 5. ¿Acaso la metacognitividad tiene una
Zenón nos constriñen a buscar un poco de com- conexión especial con la filosofía en tanto
petencia en analizarla. Igualmente el caso clínico que tal?

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38 Livio rossetti

No voy a tratar ahora de estos temas ulte- 9. De acuerdo que de “teatro filosofico” se hablo
riores porque me parece necesario detenernos, por un grupo de existencialistas franceses pero, al
primeramente, sobre la calificación de lo que meno que yo sepa, nunca referiendose a la antigua
es lo específico de la literatura paradojal del Grecia y particularmente al siglo V.
10. Meyer 1986.
siglo V a. C. En efecto, cada una de estas pre-
11. Ya lo hizo en Rossetti 2006a y 2008a.
guntas abren perspectivas ulteriores de cierta
importancia, pero su discusión está totalmente
condicionada por la respuesta a la pregunta Bibliografia
básica formulada en el segundo párrafo de este
artículo, que no se puede abordar su discusión Capizzi, A. Protagora: testimonianze e frammenti.
sin antes llegar a cierto consenso sobre la mane- Firenze, 1955.
ra de calificar a la literatura paradojal de la cual Decleva Caizzi, F.. Antiphontis Tetralogiae. Milano,
se hablo en estas páginas. Por consecuencia, se 1968.
hará, pero no ahora. Meyer, M. De la problématologie. Bruxelles, 1986,
32008.

Rossetti, L. (1985) “Lo scambio simpliciter/secundum


Notas quid nel Peri tou me ontos” in Gorgia e la Sofis-
tica. Atti del convegno internazionale (Lentini-
Catania 1985) a cura di F. Romano e L. Montoneri
1. Se trata de Rossetti 2006a y Rossetti 2008c.
= Siculorum Gymnasium n.s. 38 (1985), 107-118.
2. En este recorrido utilizaré, de vez en cuando, Rossetti, L. (2006a), “Oltre il demonstrandum. La
pasajes de Rossetti 2008c. dimensione metacognitiva dei testi paradossali
3. Las fuentes – basicamente Apuleio y Gelio – no nell’età dei Sofisti”, Méthexis 19 (2006), 125-138.
se encuentran en el Diels-Kranz, sino sobre todo Rossetti, L. (2006b), “O diálogo socrático ‘aberto’ e
en Capizzi 1955, 164-168. sua temporada mágica”. Hypnos 16 (2006), 1-16.
4. De algunas de estas interpretaciones doy cuenta Rossetti, L.2008a, “La componente metacognitiva
en Rossetti 2006a, p. 130 (nota 5). della filosofia e del filosofare”. Giornale di Meta-
5. Las tetralogias fueron editadas, traducidas y fisica n.s. 30 (2008), 3-30.
comentadas por Decleva Caizzi en 1968. Rossetti, L.2008b, “I Socratici della prima genera-
6. Lo refieren el pseudo-Plutarco y Filóstrato (= 87 zione: fare filosofia con i dialoghi anziché con
A 6 D.-K.). La autenticidad de lo que se narra esta trattati o testi paradossali”, in SOCRATICA 2005.
asegurada por la excepcionalidad de la noticia Studi sulla letteratura socratica antica presentati
ademas que por la convergencias de los dos auto- alle Giornate di studio di Senigallia, a cura di L.
res antiguos. Rossetti e A. Stavru (Bari 2008), 39-75.
7. Traté de este esquema concesivo en Rossetti Rossetti, L. (2008c), “El panfleto sofístico, o la comuni-
1985. cación en dos niveles” in O. D. Alvarez Salas (ed.),
8. Intenté esbozar estas ideas en Rossetti 2006b y Cultura clásica y su tradición. Balance y perspec-
después en Rossetti 2008b. tivas actuales (México DF 2008), 293-309.

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