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ACTUALIZACIÓN 2021
6.- BIOMARCADORES
Cuando los contaminantes ingresan en el ambiente natural los organismos pueden estar
expuestos a ellos a través de múltiples vías. La exposición a sustancias químicas se pro-
duce a través de la inhalación, la ingestión y el contacto dérmico.
1 - La vía de inhalación incluye:
Inhalación de polvo, que se origina del suelo contaminado
Inhalación de vapor emanado del suelo
Inhalación de aire, que contiene productos químicos evaporados del agua durante la lluvia.
2 - La vía de ingestión incluye:
Ingestión diaria de líquidos
Ingestión directa del suelo
Absorción indirecta a través del consumo de organismos vivos contaminados (vía cadenas
o tramas tróficas).
3 - La vía dérmica incluye:
Absorción dérmica de contaminantes
Vías de ingreso, egreso y almacenamiento de tóxicos en los organismos
Tabla Resumen de las principales rutas de ingreso de los contaminantes en los or-
ganismos
Difusión
Poro
Las condiciones necesarias de una sustancia tóxica para atravesar la membrana celular
son:
Pequeño radio atómico o molecular: Los poros en general permiten el paso hasta 30-70
A (Angtrom, equivalente a la diez mil millonésima parte del metro (0.000 000 000 1 metros)
Aquellos contaminantes hidrofóbicos, liposolubles y con Kow altos, podrán atravesar libre-
mente las membranas biológicas (son bilipídica) en favor del gradiente de concentración
sin costo energético alguno por difusión simple. Los contaminantes hidrofílicos, hidrosolu-
bles de gran tamaño y con Kow bajos tendrán no podrán atravesar la membrana.
CAPA BILIPÍDICA
Si los contaminantes hidrofílicos son pequeños podrían atravesar la membrana por difu-
sión en favor del gradiente de concentración sin costo energético alguno
Por ejemplo , Kow (acido fórmico) = 0.39 y Kow (diclorobenceno) = 2344.23. El dicloro-
benceno se utiliza para fabricar herbicidas e insecticidas
Entre las respuestas que pueden evaluarse en los estudios de campo se encuentran: la re-
ducción en la productividad o generación de biomasa, la disminución de la abundancia y
distribución de especies, los cambios en la estructura trófica, etc.
En los estudios de campo se considera por lo tanto el efecto de todas las sustancias pre-
sentes y sus interacciones aditivas, sinérgicas o antagónicas, así como los efectos de los
factores climáticos y abióticos, tales como la temperatura, contenido de oxígeno, pH, hu-
medad, aireación, salinidad, radiación solar, etc.
Un ejemplo clásico del monitoreo biológico es la observación del descenso en las poblacio-
nes de aves predatorias que llevó al descubrimiento de la bioacumulación y biomagnifica-
ción del DDT en la cadena alimenticia y de sus efectos adversos sobre el comportamiento,
reproducción y formación del cascarón de los huevos de estas especies.
Pruebas de laboratorio
Usualmente las pruebas en el laboratorio (bioensayos) involucran la administración de un
compuesto tóxico a individuos de una especie particular en condiciones controladas. En
este tipo de ensayos la población en estudio es aislada de las interacciones con otros or-
ganismos, compuestos y factores ambientales, es decir, se utiliza un sistema simplificado
que permite conocer con mayor facilidad los efectos atribuibles a una sustancia. Las prue-
bas de laboratorio pueden incluir mezclas compuestos cuando se conoce o se sospecha
que puede existir algún tipo de interacción ya sea aditiva, sinérgica o antagónica entre
los compuestos. (Aditiva: Donde la magnitud del efecto o respuesta numéricamente igual a
la suma de los efectos o respuestas de los tóxicos individuales; Sinérgica: (Mayor que la
suma): la toxicidad de la mezcla es mayor que la suma de la toxicidad de los tóxicos indivi -
duales y Antagónica: (Menor que la suma): la toxicidad de la mezcla es menor que la suma
de los tóxicos individuales).
Sin embargo, no es sencillo extrapolar los resultados obtenidos a las condiciones que se
presentan en la naturaleza. Una mayor aproximación de estas pruebas a las condiciones
reales puede alcanzarse si los organismos son expuestos a muestras ambientales o ex-
tractos de las mismas.
En las pruebas en el laboratorio generalmente se emplean componentes subcelulares (en-
zimas, ácidos nucleicos, etc.), células aisladas, secciones de tejidos u organismos comple-
tos aislados para medir efectos sobre la viabilidad, la reproducción celular o la biosíntesis
de macromoléculas.
En términos generales, un bioensayo de toxicidad es una prueba para establecer la natura-
leza y la magnitud del efecto que producirá un agente dado cuando los organismos o siste-
mas biológicos son expuestos a él.
Estos ensayos, básicamente, consisten en la exposición de grupos de organismos, a deter-
minadas concentraciones del tóxico o mezcla de ellos por un tiempo determinado en condi-
ciones ambientales constantes. Los organismos deben estar en buenas condiciones de
salud, previamente aclimatados a las condiciones del ensayo. Además, se debe disponer
de grupo de control (que no se exponen al tóxico). Luego se miden y registran los efectos
biológicos observados en cada uno de los grupos control y tratados y, posteriormente, se
efectúa un análisis estadístico de los datos obtenidos.
Los efectos tóxicos a evaluar pueden ser: mortalidad, inmovilidad, inhibición del crecimien-
to de la población, alteración del comportamiento, malformaciones, etc.
Los organismos empleados para los ensayos deben tener alta sensibilidad a los tóxicos, ya
que al establecer las concentraciones seguras para ellos se espera proteger a todo el eco-
sistema. Es importante tener en cuenta que distintas especies tienen diferente sensibilidad
a distintas sustancias químicas.
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Los ensayos de toxicidad aguda son pruebas donde la exposición se realiza en un periodo
corto. Por lo general, el periodo corto es de 24 a 48 horas, no obstante, puede variar de-
pendiendo de la especie evaluada, puesto que para un vertebrado 72 horas siguen siendo
un tiempo mucho menor que el de su ciclo de vida normal, a diferencia de organismos
como bacterias, protistas, quienes pueden completar su ciclo de vida o reproducirse en
menos de 24 horas. Algunos autores proponen que los ensayos en organismos unicelula-
res, con exposiciones de 24 a 48 horas, estarían mejor clasificados como crónicos, ya que
abarcan gran parte del ciclo de vida, especialmente la fase reproductiva. Sin embargo, es
común categorizar un ensayo por su duración sin importar la especie modelo empleada.
Los ensayos de toxicidad crónica son pruebas que se realizan durante un periodo largo,
por un tiempo en el que la exposición es considerada continua o repetida. Este tipo de
bioensayo se lleva a cabo especialmente para determinar la dosis máxima que no presenta
efectos tóxicos fuertes a exposiciones constantes y para reconocer los mecanismos de to-
xicidad acumulativos, que complementan o contrastan, con los observados para ensayos
de toxicidad aguda. Estos bioensayos por lo general comprenden los periodos de gesta-
ción para hembras y de espermatogénesis para machos, así como tiempos pertinentes
para evaluar el crecimiento individual o el aumento en biomasa de las poblaciones de orga-
nismos.
Cuando los organismos no están expuestos a las sustancia no hay individuos muertos, a medida
que aumento la concentración del toxico las mortalidad incrementa. A concentraciones de 100 mg/l
todos los organismos expuestos mueren.
Dosis Letal 50 (DL50): Dosis individual de una sustancia que provoca la muerte del 50% de
la población animal/vegetal debido a la exposición a la sustancia por cualquier vía distinta
a la inhalación. Normalmente expresada como miligramos o gramos de material por kilo-
gramo de peso del animal.
Concentración letal 50 (CL50): Es la concentración, obtenida por estadística, de una sustan-
cia de la que puede esperarse que produzca la muerte, durante la exposición o en un plazo
definido después de ésta, del 50% de los animales expuestos a dicha sustancia durante un
periodo determinado. El valor de la CL 50 se expresa en peso de sustancia por unidad de
volumen de aire normal (miligramos por litro, mg/L).
La DL50/ CL50 no nos dice nada sobre la toxicidad subletal. Cualquier clasificación basada
en la DL50/ CL50 será estrictamente válida sólo para la población bajo prueba y la vía de ex-
posición que sirvieron de base.
La DL50/ CL50 no nos informa sobre la forma de la curva de dosis-respuesta en que está ba-
sada. Por lo tanto, dos productos químicos podrán ser en apariencia igualmente tóxicos
por tener la misma DL50/ CL50, pero uno podrá tener un umbral letal mucho más bajo y oca-
sionar la muerte de miembros de la población expuesta, mientras que el otro no tendrá nin-
gún efecto.
En la mayoría de los estudios, las pruebas DL 50 se realizan utilizando una forma pura del
químico, la utilización de mezclas hetrotóxicas son menos frecuentes.
El químico se puede dar a los animales por la boca (oral); aplicándolo en la piel (dermal);
por inyección en sitios como venas arteriales (intravenosa), en los músculos (intramuscu-
lar) o en la cavidad abdominal (intraperitoneal).
El valor DL50 obtenido al final del experimento se identifica como el DL 50 (oral), DL50 (piel),
DL50 etc., según corresponda.
El valor DL50 se expresa como el peso del químico administrado por kilogramo de peso
corporal al animal y establece la prueba animal utilizada y la ruta de exposición o adminis-
tración; LD50 (oral, rata) - 5 mg/kg, LD50 (piel, conejo) - 5 g/kg.
Por lo tanto, el ejemplo, "DL 50 (oral, rata) 5mg/kg significa que 5 miligramos de ese químico
por cada kilogramo de peso corporal de la rata, cuando se administra en una dosis bucal,
provoca la muerte del 50% del grupo de ensayo.
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Si se está probando los efectos letales por respirar un compuesto, el químico (usualmente
un gas o vapor) se mezcla primero en una concentración conocida en una cámara de aire
especial en donde se colocan los animales de prueba.
CL50 se expresa como partes por millón (ppm) o miligramos por metro cúbico (mg/m3).
La concentración que mata el 50% de los animales se llama un LC 50 (Concentración Letal
50). Cuando se reporta un valor LC50, también se debe establecer el tipo de prueba animal
estudiado y la duración de la exposición, ejemplo, LC50 (rata) - 1000 ppm/4 hr o LC 50 (ratón)
- 5mg/m3/ 2hr.
Un estudio retrospectivo sobre valores de DL50 reveló que entre 80% y 90% de los com-
puestos que producían signos de toxicidad subletales.
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Un estudio retrospectivo sobre valores de DL50 reveló que entre 80% y 90% de los com-
puestos que producían signos de toxicidad subletales.
Ejemplo de Bioensayo
Herkovits y Perez Coll (Herkovits. J, Pérez. Coll. C. Bioensayos para test de toxicidad con
embriones de anfibio (ANFITOX). basado en Bufo arenarum. Test agudo (ANFIAGU).
Crónico corto (ANFICOR). Crónico (ANFICRO) y de Estadíos Tempranos del Desarrollo
(ANFIEMB). Ingeniería Sanitaria y Ambiental (AIDIS);1999. 42:24-30; 43:50-55)
desarrollaron un bioensayo multipropósito, denominado AMPHITOX, que permite informar
además de letalidad, efectos teratogénicos y otras alteraciones como por ejemplo
neurotoxicidad en embriones y larvas de anfibio; Se eligió este grupo taxonómico debido a
que son considerados buenos indicadores de contaminación de agua dulce.
Efectos del insecticida Malathion sobre embriones y larvas de Bufo arenarum (Anura: Bufo-
nidae). Sandoval, M. T. - Perez-Coll, C. - Herkovits, J. UNIVERSIDAD NACIONAL DEL
NORDESTE Comunicaciones Científicas y Tecnológicas 2003.
El Malathion es un insecticida órgano fósforado que presenta toxicidad aguda en numero-
sos organismos interfiriendo en la función del sistema nervioso afectado la actividad de la
enzima Acetilcolinesterasa (AChE). Cuando la inhibición de esta enzima es excesiva, el
neurotransmisor Acetilcolina (ACh) se acumula dando como resultado hiperactividad, es-
pasmos musculares y eventualmente parálisis, además esta enzima está estrechamente
vinculada con la formación de órganos.
Este bioensayo se realizó en condiciones del laboratorio para evaluar los efectos a corto y
mediano plazo de este insecticida sobre embriones y larvas de Bufo arenarum. Para ello
se utilizó Malathion al 98,7% y se realizaron diferentes diluciones.
Los test de toxicidad incluyeron 4 condiciones estandarizadas; anfiagu, anficor, anficro, an-
fiemb. Cada test consistió en exponer a 10 organismos a diferentes concentraciones de
malathion, por triplicado, en condiciones constantes y contraladas, siendo la única variable
las diferentes concentraciones y por supuestos teniendo larvas y embriones de control que
no fueron sometidos al insecticida para establecer con los mismos puntos de comparación.
Recordemos que, en el método científico, como hemos aprendido, todos estos elementos
son claves.
Finalmente, mediante la recogida de datos se arribó a la conclusión de que el insecticida
malathion provoca, sobre larvas de Bufo arenarum, primeramente, un estado de narcosis
reversible (falta de reacción ante un estímulo), que dura aproximadamente 24 horas. La
exposición prolongada al tóxico interfiere con los movimientos normales de natación de los
renacuajos, pudiendo esto disminuir las posibilidades de escape ante depredadores o la
búsqueda de alimento. El retraso en el desarrollo observado en embriones de B. arenarum
podría estar relacionado con la interferencia debido a la inhibición de la acetilcolinesterasa
provocada por el insecticida, dicha enzima ha sido muy importante en los primeros esta-
dios de la embriogénesis.
Muchos bioensayos se han desarrollado para el monitoreo ambiental y entre sus aplicacio-
nes más importantes encontramos las siguientes:
El establecimiento de niveles permisibles de los contaminantes que son liberados al
ambiente.
El establecimiento de sitios prioritarios que requieran acciones de limpieza.
La determinación de impactos ambientales mediante el uso de organismos biomarca-
dores.
La evaluación y predicción del efecto de nuevos productos químicos en el ambiente.
Los estudios de biodisponibilidad y bioconcentración de contaminantes. (Bioconcentra-
ción: es el proceso que conduce a que un producto químico tenga una mayor concen-
tración en un organismo que en su ambiente. Biodisponibilidad: es la cantidad de una
sustancia química a la que se expone el organismo, por ingestión, inhalación y dérmi-
ca, que alcanza la circulación sistémica y tasa a la cual esto ocurre).
La comparación de la sensibilidad de varias especies de organismos a un compuesto
dado.
La evaluación de la efectividad de los sistemas de tratamiento de agua y el estableci-
miento de las condiciones óptimas de operación de las plantas tratadoras.
La evaluación de la eficiencia de los métodos de remediación de suelos.
Es importante tener en cuenta que los organismos en condiciones naturales están expues-
tos a más de un contaminante. Por esta razón, las evaluaciones por bioensayos de los
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EJEMPLOS DE BIOMAGNIFICACION
1.- Metilmercurio (Enfermedad de Minamata)
Minimata (Prefectura de Kumamoto) es un pueblo tradicionalmente pesquero y además po-
see una importante actividad industrial. En la década del ´50/´60 una sola empresa la Chis-
so Corporation empleaba al 60% de la población económicamente activa y fabricaba varios
productos químicos.
En la década el ´50 comenzó a hacerse evidente una enfermedad neurológica (denomina-
da la enfermedad de Minimata), generó una preocupación en el mundo entero por ser la
primea enfermedad cuya causa documentada se atribuida a la contaminación industrial del
agua de mar.
La Enfermedad de Minamata es un desorden neurotóxico causado por la ingesta de pro-
ductos marinos contaminados con compuestos de metilmercurio. Los síntomas se caracte-
rizaban por ataxia, alteraciones sensoriales, deterioro de los sentidos, debilidad, parálisis y
muerte afectando a las personas, además de la fauna marítima, los animales domésticos y
las aves.
Tras una investigación gubernamental se determinó que la causa era la ingesta de marisco
y pescado contaminado con metilmercurio que fue vertido al mar proveniente de la empre-
sa petroquímica Chisso Corporation instalada en dicha localidad desde 1908. Esta empre-
sa tras la guerra se dedicó a la producción de acetaldehído, un intermediario muy utilizado
en la producción de pinturas, lacas, cauchos, plástico, papel. Dicha sustancia necesitaba
de sulfato de mercurio para poder dar lugar a otros compuestos.
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Además del metilmercurio, otros compuestos de mercurio vertidos por la empresa se con-
virtieron en metilmercurio, por acción bacteriana en el lecho marino, un compuesto de ma-
yor toxicidad que el mercurio en sí mismo. Además de metilmercurio por acción bacteriana
se forman otros como el dimetilmercurio o fenilmercurio
Una vez en el medio ambiente, el metilmercurio se bioacumula y biomagnifica a medida
que los organismos más grandes se comen a los más pequeños. A diferencia del mercurio
metálico, cuando una persona ingiere alimentos contaminados con metilmercurio, el estó-
mago y los intestinos lo absorbe y transporta rápidamente hasta el torrente sanguíneo.
Desde allí entra de inmediato en el cerebro de un adulto, de un niño o de un feto en desa -
rrollo. El metilmercurio se acumula en el cerebro y se va convirtiendo lentamente en mer-
curio inorgánico.
La Enfermedad de Minamata fue reconocida en abril 1956. En 1959 el Ministerio de Co-
mercio e Industria Internacional ordenó a Chisso instalar un sistema de tratamiento de
afluentes. Chisso completó la instalación de un sistema de coagulación y sedimentación el
19 diciembre del mismo año. En mayo de 1968 Chisso dejó de usar mercurio como catali-
zador del proceso frente a cambios tecnológicos. Se estima que aproximadamente la em-
presa vertió 81 toneladas de compuestos de mercurio y metilmercurio.
La Enfermedad de Minamata apareció en otras Prefecturas de Japón. Hasta finales de
mayo del 2013, el número total de pacientes certificados era de 2.977 (1.784 en la Prefec-
tura de Kumamoto, 491 en la Prefectura de Kagoshima y 702 en la Prefectura de Niigata),
de los cuales 646 (330 en la Prefectura de Kumamoto, 130 en la Prefectura de Kagoshima,
y 186 en la Prefectura de Niigata) siguen con vida. El estado japonés obligó a las empre-
sas a pagar las indemnizaciones correspondientes y la remoción de los sedimentos conta-
minados y sanciona varias leyes ambientales protectoras
2.- DDT
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3.- PCB
El PCB (policlorobifenilos) es un compuesto organoclorado muy soluble en grasas y en di-
solventes orgánicos y ligeramente insoluble en agua. Fue usado como intercambiadores
de calor y fluidos dieléctricos en sistemas eléctricos, como transformadores o estaciones
rectificadoras. Los bifenilos policlorados son compuestos muy, resistentes al calor y difícil-
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mente combustibles han sido utilizados como buenos aislantes eléctricos. Su uso se ha ex-
tendido por todo el mundo.
La exposición a los PCB aumenta el riesgo de cáncer del aparato digestivo, hígado, piel y
del sistema linfático. En 2013, la IARC (Agencia Internacional para la investigación del cán-
cer- Naciones Unidad) clasifico al PBC dentro del Grupo 1 (carcinógeno para el ser huma-
no). La normativa internacional establece una concentración máxima de 50 ppm de PCB
en equipos eléctricos.
La exposición a los PCB puede afectar a la reproducción humana y se ha relacionado con
una menor fecundidad en las mujeres y una disminución del número de espermatozoides
móviles en los hombres. La exposición a los PCB durante el embarazo y la lactancia se ha
relacionado con un retraso en el crecimiento y el desarrollo durante la infancia. La exposi-
ción a los PCB se ha vinculado también con efectos neurológicos, como entumecimiento,
dolores de cabeza, infecciones más frecuentes y cambios en la piel, sobre todo sarpullidos
y cloracné
nía al menos 100.000 sustancias; de las cuales aproximadamente 10.000 eran producidas
en cantidades superiores a las 10 toneladas por año y 3.000 de ellas representaban el
90% del total de compuestos producidos en todo el mundo por la industria química.
Por lo anterior, en muchos países se ha aceptado la necesidad de conocer y estudiar los
efectos que producen las sustancias en los organismos y ecosistemas.
Es necesario mejorar las pruebas estándares de toxicidad de manera que se puedan simu-
lar adecuadamente las condiciones ambientales reales y poder desarrollar modelos que
utilicen la información proveniente de estas pruebas para predecir la respuesta de los re-
ceptores ambientales.
Así mismo, es importante integrar los aspectos químicos y fisiológicos que provean conoci-
miento científico adecuado para el desarrollo de herramientas de regulación que permitan
predecir en el mediano y largo plazo la biodisponibilidad y toxicidad de los contaminantes
en condiciones ambientales.
Otro aspecto importante es mejorar las metodologías existentes para evaluar y predecir los
efectos ambientales y a la salud de nuevas sustancias químicas, así como de mezclas de
éstas.
La preocupación sobre los posibles efectos ecológicos de los contaminantes comenzó a
expandirse entre los años 50's y 60's. Dado que los plaguicidas son sustancias tóxicas ge-
neralmente no específicas y que se liberan intencionalmente al ambiente, sus posibles
efectos eran algo medianamente esperado; sin embargo, una vez que se comenzaron a
documentar sus impactos y efectos tóxicos, así como la existencia de muchos otros conta-
minantes en el ambiente, los hallazgos fueron totalmente sorprendentes para la comunidad
científica dedicada a estos temas.
Un ejemplo que ilustra lo anterior, es el caso del cultivo de tomates en invernaderos de
Essex, Inglaterra, durante 1973. Sin aparente razón, las plantas mostraron síntomas de da-
ño.
Al analizar el agua que se utilizaba para irrigar estos cultivos, proveniente de los ríos y ria-
chuelos de la región, se encontró la presencia de un herbicida, el 2,3,6- TBA.
La fuente del plaguicida era una industria cercana a Cambridge, poblado del cual partía un
río con una longitud de 130-170 kilómetros y que durante más de 15 años estuvo acarrean-
do pequeñas cantidades del plaguicida.
Para entonces no se contaba con información previa de daños a los cultivos y los tomates
resultaron ser especialmente sensibles a las pequeñas concentraciones de 2,3,6-TBA.
(ácido tricloro benceno). Este ejemplo ilustra que tanto la ruta de exposición, como la per-
sistencia de los contaminantes y la sensibilidad de las especies, eran aspectos que no se
consideraban para el manejo de las sustancias. Los estudios toxicológicos revelaron su im-
portancia.
Por último, quiero hacer referencia a dos personas, Carson y Robín, que a través de sus
trabajos de divulgación científica han contribuido a poner en conocimiento de la sociedad
los entretelones de la industria química y la contaminación ambiental y a la Red Universita-
ria de Ambiente y Salud – Médicos de Pueblos Fumigados de la Argentina
Rachel Carson
La publicación en 1962 del libro Silent Spring de Rachel Carson catalizó la separación de
la toxicología ambiental -y posteriormente, la ecotoxicología - de la toxicología clásica. El
elemento revolucionario en el trabajo de Carson fue su extrapolación del efecto de los con-
taminantes en un organismo individual a los efectos en un ecosistema completo y en el ba-
lance de la naturaleza.
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M.M. Robin
En parte la labor iniciada por Carson fue continuada por Marie- Monique Robin, abocada a
la divulgación científica de los problemas de contaminación por productos químicos. Nació
en Francia en 1960. Estudió Ciencias Políticas en la Universidad de Saarbrücken y es li-
cenciada en periodismo por el Centro Universitario de la Universidad de Estrasburgo. Des-
de 2004 se centró en estudiar las amenazas a la biodiversidad y la apropiación de la vida
por parte de los gigantes de la biotecnología. Entre sus libros podemos mencionar: Piratas
de la vida, Trigo: Crónica de una muerte anunciada, 2005, El mundo según Monsanto,
2008, El veneno nuestro de cada día 2013 y Las cosechas del fututo 2013).