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Universidad Nacional de La Plata

Facultad de Ingeniería - Departamento de Ingeniería Química


(Q1850) FUNDAMENTOS DE INGENIERIA AMBIENTAL

UNIDAD 2 (Primera Parte)

CONTAMINACION AMBIENTAL

Un informe presentado por la Organización Mundial de la salud (OMS) calcula


que el 23 % de las muertes en el mundo son producto de vivir o trabajar en
ambientes poco saludables, siendo los niños y las personas mayores los más
afectados por la mala calidad ambiental. Entre los factores de riesgo ambiental se
cuentan la contaminación de aire, del agua y del suelo, la exposición a los productos
químicos, el cambio climático y la radiación ultravioleta. Estas causas contribuyen al
origen de más de cien enfermedades o traumatismos.

1.- Contaminación Ambiental

Toda alteración del equilibrio existente, genérica y globalmente, en el medio ambiente, en la


composición, características y propiedades de cada uno de los sectores que lo integran, y
de sus interacciones recíprocas, cualquiera sea la causa u origen de la misma y el sector
afectado, puede considerarse como una forma de contaminación. Tal amplitud de factores y
efectos involucran agentes de diferente naturaleza y acciones, continuas o discontinuas,
espontáneas o provocadas. (Cattogio, 1992)

La contaminación puede definirse entonces como la alteración del ambiente


(cambio indeseable en las características físicas, químicas o biológicas) a niveles
que llevan a la pérdida del uso benéfico de un recurso, a la degradación de la salud
o a la afectación adversa de la supervivencia de los seres humanos, la vida silvestre,
los organismos vivos o los ecosistemas.

La contaminación ambiental, causada por agentes biológicos (microorganismos,


cultivos celulares, parásitos humanos, que pueden ser causantes de diferentes
enfermedades), físicos (muy bajas y muy altas temperaturas y sus cambios bruscos,
ruido, radiaciones, vibraciones), químicos (elementos y compuestos inorgánicos y
orgánicos) y acciones que pueden producirse espontáneamente o ser provocadas
por la actividad del hombre (en especial cuando se concentra en grandes
comunidades que consumen recursos y transforman materias primas a través de
procesos industriales), es un problema generalizado en el planeta y es una de las
principales causas de la degradación de los diferentes componentes ambientales y
del deterioro actual de la calidad de vida y de la salud. Mientras que la
contaminación biológica se puede evitar porque, en general, es viable identificar el
origen, así como ponerle remedio en un plazo razonable, el crecimiento de las
ciudades y de las actividades industriales y agropecuarias ha puesto en primer plano
los agentes físicos y químicos como responsables de problemas de salud pública, ya
sea por el modo inadecuado de producción, de almacenamiento y/o disposición final
de los residuos. Entre los agentes físicos, las radiaciones ionizantes y no ionizantes
se diferencian por la energía contenida en ellas, capaz o no de dañar las
membranas celulares y el interior celular, y aunque existen muchas controversias,
hasta hoy no hay comprobación científica suficiente que asegure que las no
ionizantes sean perjudiciales para la salud, en las concentraciones o niveles
permitidos para su exposición.

UNIDAD 2 - Contaminación ambiental 1


Todos los agentes ambientales nocivos presentan ciertos comportamientos
dentro de los ecosistemas. La dinámica o cinética de los contaminantes en el ambiente
analiza su movilidad, interacciones y degradaciones en él. Habitualmente, una
sustancia que ingresa al ambiente, se dispersa en el medio e interactúa con los
elementos propios de éste, se distribuye hasta cierto grado y puede ser transferida a
otros componentes ambientales.

Los elementos y compuestos inorgánicos, están representados por los metales y


sus compuestos, que, según sus propiedades y estados físicos (gases, vapores,
líquidos o sólidos) y dependiendo de su reactividad, su estabilidad ambiental y su
toxicidad, pueden afectar la salud individual y/o colectiva. Entre los primeros agentes
inorgánicos utilizados por el ser humano, desde hace siglos, se encuentran el
arsénico, el mercurio y el plomo, para distintas actividades productivas. Ciertos
elementos o iones, aparentemente inocuos, han demostrado ser partícipes en
afecciones graves, ya sea por predisposición o susceptibilidad de las personas, o
por sobredosis en ciertas etapas del desarrollo. Tal es el caso del aluminio, que se lo
consideró inerte pero hoy se sabe que bloquea ciertos grupos funcionales proteicos
que caracterizan enfermedades neurodegenerativas. Otro caso son los nitratos en
agua de consumo, que, al oxidar el hierro de la hemoglobina, la vuelve incapaz de
transportar el oxígeno, produciendo metahemoglobinemia, especialmente grave en
lactantes (síndrome del niño azul).

Los compuestos orgánicos son los de mayor abundancia y variedad como


consecuencia del crecimiento inmenso del número de mezclas sintéticas y de sus
múltiples aplicaciones. Son los que tienen mayores posibilidades de interferir con los
procesos biológicos normales por diferentes motivos, entre ellos: su mayor facilidad
para trasponer las membranas celulares y modificar su permeabilidad, su efecto
sobre enzimas y/o recombinación con funciones activas, y su acción sobre sistemas
de defensa e inhibición de procesos vitales (respiración, fotosíntesis). De acuerdo
con su estructura, propiedades generales y usos potenciales, existe una amplia
gama que va desde los hidrocarburos (asociaciones de C y H con todas sus
variantes: cadenas abiertas, lineales, ramificadas o anillos, ciclos con un
heteroátomo o más –N, O, S–), hasta las moléculas más complejas, pluriatómicas,
con distintos tipos de enlaces, configurando distribuciones espaciales longitudinales
y/o en retículos o armando macroanillos.

Dentro de esta categoría se ubican los solventes (hidrocarburos, derivados


clorados, éteres, ésteres, compuestos heterocíclicos) y los biocidas (organoclorados,
organofosforados, carbamatos, piretroides), que inhiben procesos enzimáticos
esenciales e impiden la formación de individuos adultos de especies indeseables. Es
por demás extensa la lista de compuestos orgánicos que tienen acción tóxica,
mutagénica, teratogénica o carcinogénica conocida. Además de los hidrocarburos,
revisten importancia sus derivados halogenados, usados como plaguicidas o
solventes en pinturas o en la limpieza a seco.

Lo cierto es que la gran mayoría de los compuestos, tanto orgánicos como


inorgánicos, tienen alguna contraindicación o son, en mayor o menor medida,
tóxicos. Tanto en unos como en otros, se debe dejar claro que el criterio de toxicidad
es función de las circunstancias y que en general tiene umbrales mínimo y máximo,
es decir que hay una cantidad del elemento que en bajas concentraciones es
esencial y que por sobre ciertos valores, a veces dentro de márgenes estrechos,
actúa desfavorablemente sobre el mismo organismo. Un caso típico es el flúor,
UNIDAD 2 - Contaminación ambiental 2
necesario para preservar el esmalte dental y evitar las caries, pero que en exceso
produce fluorosis y manchas en los dientes.

Los agentes ambientales, especialmente los químicos, presentan ciertos


comportamientos más o menos definidos dentro de los ecosistemas que permiten
estimar cuál es su destino final y de qué modo pueden afectar a la salud humana.
Habitualmente, el agente que ingresa a un componente ambiental (aire, suelo, agua,
alimentos) se dispersa en el medio e interactúa con sus componentes bajo diversas
modalidades físicas (líquidos, gases, vapores, humos, aerosoles o polvos y sólidos,
en el caso de los agentes químicos por ejemplo). Sólo para unos pocos
contaminantes se conocen sus ciclos completos de vida en los ecosistemas. Ello
implica que no se pueden advertir los cambios que la mayoría de ellos sufren desde
su generación hasta su disposición final y las posibles consecuencias que pudieran
tener para los organismos, incluyendo al ser humano.

Los agentes químicos que tienen un alto valor en la constante de la ley de


Henry y un bajo coeficiente de partición octanol-aire suelen presentarse en la
atmósfera principalmente en equilibrio. Se les llama aviadores porque, de acuerdo
con sus propiedades, se transportaran por el globo a través de la atmósfera. Los que
tienen un bajo valor en la constante de la ley de Henry y un bajo coeficiente de
partición octanol-aire suelen existir en principio en las aguas superficiales y se les
conoce como nadadores porque se transportan en las superficies del agua. Debido a
que el agua no viaja tan rápido como el aire (la velocidad de un rio normalmente es
menos de 5 m/s, en tanto que la velocidad del viento se encuentra en el rango de
1-30 m/s), los nadadores no se transportan tan velozmente como los aviadores. Los
químicos que tienen un valor intermedio en la constante de la ley de Henry y en su
coeficiente octanol-aire, suelen presentarse en sedimentos y suelos (saltadores
únicos) o en múltiples fases (saltadores múltiples).

Los principales factores que influyen en la dinámica de las sustancias en el


medio son:

 Cantidad de la sustancia.
 Frecuencia en la emisión.
 Características físico-químicas de las sustancias y del medio en el que ingresan.
 Presencia y naturaleza de los organismos vivos dentro de los ecosistemas.
 Grado y tipo de interacción entre los organismos vivos y las sustancias.

Entre los procesos que más influyen sobre el destino y transporte de las
sustancias químicas en el ambiente, respecto de los riesgos para la salud, se
encuentran la adsorción a las partículas del suelo y sedimentos, que impiden su
movilización y la degradación química, microbiológica o por radiación solar. La
capacidad nociva de un agente puede reducirse o eliminarse por rotura de enlaces
moleculares por la acción de la luz (fotólisis), descomponerse por la acción del agua
(hidrólisis) y transformarse por la acción del oxígeno (oxidación), entre otros
mecanismos.

UNIDAD 2 - Contaminación ambiental 3


2.- Contaminación atmosférica

De todos los recursos naturales de la Tierra, el aire es el más compartido, y


se mueve a través de la atmósfera (que se considera un bien común) conectando
fuentes de contaminación a puntos de impacto, ubicados muchas veces a grandes
distancias, pues el aire no obedece a las fronteras geopolíticas, por lo que los
problemas de contaminación del aire transfronterizo son comunes y en especial
difíciles de resolver. El aire ambiental contaminado no se puede remediar con
tecnología, ya que si bien existen algunos procesos de limpieza naturales para la
atmósfera, son frecuentemente insuficientes para regresar a la atmósfera las
condiciones deseables dentro de marcos de tiempo razonables de interés para la
sociedad y el ambiente.

Desde tiempos remotos, la atmósfera ha sido contaminada de modo natural,


por ejemplo, a causa de las erupciones volcánicas, los efectos del polen, los
incendios de bosques, etc., y con el advenimiento de la era industrial, el problema de
la contaminación atmosférica adquirió gran magnitud, cometiéndose grandes
excesos por parte de los emisores de contaminantes.

La contaminación del aire es la presencia de sustancias extrañas o la variación


de sus constituyentes que pueden producir daños al ser humano y al ambiente (que
implique molestias o riesgos para la salud de las personas y de los demás seres
vivos, así como que puedan atacar a distintos materiales, reducir visibilidad o
producir olores desagradables). Las sustancias extrañas son los agentes
contaminantes, líquidos, gases y sólidos, o combinaciones de ellos, que provienen
de distintas fuentes (móviles y fijas), concentrándose en la atmósfera.(Ver Fig. 1, 2 y 3).

Para la Organización Mundial de la Salud, “el aire está contaminado cuando


en su composición aparecen una o varias sustancias extrañas en cantidades
considerables y permanecen durante un periodo de tiempo determinado, pudiendo
resultar nocivas para el hombre, los animales, las plantas o la tierra”.

La contaminación atmosférica depende de las fuentes contaminantes, de la


densidad de población, de la circulación atmosférica y de las condiciones
geográficas (la geomorfología de llanura por ejemplo favorece la dispersión de los
contaminantes por no presentar barreras para los vientos). Afecta a toda la
población, aunque los grupos de riesgo son aquellos que se ubican principalmente
en zonas vecinas a instalaciones industriales que generan emisiones que pueden
tener efectos sobre la salud agudos (irritaciones de las mucosas, aumento de
infecciones en las vías respiratorias, enfisemas pulmonares, crisis asmáticas, etc.),
crónicos (bronquitis, asma y EPOC) y diferidos (modificaciones del material genético
y efectos cancerígenos).

La contaminación del aire adquiere magnitudes diversas dependiendo de la


concentración y la calidad de los agentes contaminantes que se emiten y de las
condiciones meteorológicas que influyen sobre las mismas. Puede tener carácter
local o regional cuando los efectos ligados al foco se sufren en las inmediaciones del
mismo o a cierta distancia de él, pero puede llegar a ser global (planetaria) cuando,
por las características del contaminante, se ve afectado el equilibrio general del
planeta y zonas alejadas a las que contienen los focos emisores, como sucede con
el “cambio climático”.

UNIDAD 2 - Contaminación ambiental 4


A escala regional, podemos identificar tres tipos de problemas: el transporte de
contaminantes urbanos, la emisión de contaminantes con velocidades de reacción
lentas en la atmósfera (que generan contaminantes secundarios a grandes
distancias, como por ejemplo SO3), y la pérdida de visibilidad debida a las emisiones
de determinados penachos de contaminantes con niveles de partículas significativos.
Los sistemas de alta y baja presión (procesos de transporte regional), son creados
por la interacción de masas de aire caliente y masas de aire frío cerca de la
superficie, originándose sistemas de baja presión cuando el aire que es calentado
por el calentamiento de la superficie comienza a elevarse, y sistemas de alta presión
cuando el aire está descendiendo hacia la tierra. Por lo tanto, los sistemas de
presión tienen tendencias de transporte vertical únicas: hacia arriba para la presión
baja y hacia abajo para la presión alta, pero sin embargo, existen más fuerzas que la
elevación o caída del aire, ya que con los cambios de presión a puntos diferentes en
la atmósfera, el aire también se empieza a mover lateralmente de sectores de alta
presión a sectores de baja presión.

A escala local, las ubicaciones costeras son propensas a patrones adicionales


de transporte creados por la interfaz tierra-mar y las diferencias de temperatura
resultantes que se desarrollan debido al calentamiento diferencial que ocurre. Esto
resulta en brisas de mar-tierra, ya que por la mañana, la tierra se calienta más
rápido que el agua, el aire sobre la tierra consecuentemente se calienta más rápido y
se eleva a través de convección, y a medida que el aire se eleva sobre la tierra, se
mueve aire sobre el agua para reemplazarlo (brisa de mar, un viento persistente del
océano o lagos extremadamente grandes, hacia la tierra). En el final de la tarde y
temprano por la noche, el sol es menos intenso, y debido a menos calentamiento
radiactivo, la superficie de la Tierra se comienza a enfriar más rápido, enfriando en
consecuencia de forma más rápida el aire que se encuentra sobre ésta, el cual se
vuelve más denso y desciende hacia la superficie. Finalmente, una celda de
circulación opuesta a la de la mañana resulta en una brisa persistente conocida
como brisa de tierra, soplando de la tierra hacia el océano. Estos patrones de
circulación pueden influenciar fuertemente la calidad del aire durante el curso de un
día, en particular en los medioambientes costeros urbanos, ya que por la mañana, el
aire relativamente limpio es transportado del mar hacia la tierra, siendo rápidamente
contaminado por las actividades humanas a medida que el aire se mueve
lentamente hacia el interior y enviado hacia el mar por la tarde, reduciendo la
contaminación del aire urbano pero con impactando potencialmente sobre el
ecosistema acuático. Dentro de una ciudad, este patrón diurno de brisa de mar y de
tierra asegura que los lados opuestos de la ciudad tomen turnos en la dirección del
viento a lo largo del día, pero sin embargo, si las emisiones se concentran en una
parte particular del día, entonces la gente que se encuentra en la dirección del viento
durante ese tiempo puede estar expuesta a una cantidad significativa de
contaminantes.

Existen dos tipos de problemas de contaminación atmosférica en las zonas


urbanas: la emisión de contaminantes primarios (directamente emitidos por los focos
emisores), y la formación de contaminantes secundarios (formados por reacción
química de los contaminantes primarios). Los primeros pueden ser causados por
focos individuales, generalmente pequeños y en gran número, dado que los grandes
focos industriales se están alejando cada vez más de las ciudades. Entre los
problemas causados por contaminantes secundarios, se ha identificado la formación
de O3 por reacción fotoquímica de óxidos de nitrógeno y diversas especies de
hidrocarburos.
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La atmósfera ha sido siempre un receptor de contaminantes, pero también
dispone de fuertes mecanismos para dispersar y eliminar la contaminación. Una vez
que el contaminante ha sido emitido a la atmósfera, está actúa como medio de
transporte, dilución y transformación, sin control posible. La atmósfera no es una
masa de gases en reposo, sino una capa gaseosa fluida y turbulenta, que se mueve
en el espacio y en el tiempo. Hay muchos procesos que eliminan contaminantes
como la absorción por el suelo y el agua, la precipitación, el arrastre de los mismos
por la lluvia y nieve y numerosas reacciones químicas que se desarrollan en el
ambiente y que dan origen a la modificación de distintos compuestos.

2.1.- Comportamiento de la atmósfera

La atmósfera de la Tierra está compuesta por diversas capas distintas, pero


sólo las dos capas más cercanas a la superficie de la Tierra (troposfera y
estratósfera) son las de interés primario para el estudio de la contaminación
atmosférica. La capa de aire más cercana a la superficie y que se extiende unos 10
a 15 km en altitud es típicamente una capa turbulenta de la atmósfera, debido al
calentamiento de la superficie y a los procesos de enfriamiento del alba y la puesta
del sol. Debido a esta turbulencia, o mezcla, esta capa es denominada troposfera
(tropos es mezcla en latín). Por arriba de la troposfera (a una altitud de 15 a 50 km)
hay una capa con muy poca mezcla, denominada estratósfera (estratos es capa o
estratificado en latín). La contaminación de actividades humanas y naturales se
emite primero a la troposfera, para que luego el proceso de transporte y
transformación comience a influenciar el destino final de los contaminantes. La
estratósfera tiene menos atmósfera encima, por lo que tiene radiación más intensa
que la troposfera y esta radiación (en gran parte ultravioleta), da origen a reacciones
fotoquímicas como la conversión de oxígeno molecular (O2) a ozono (O3), razón por
la que existe la capa de ozono en la estratósfera. El ozono atrapa efectivamente el
calor, por lo que la temperatura de la estratósfera se incrementa con la altitud, y esto
provoca que ocurra muy poca mezcla en esta capa.

En cuanto al comportamiento general de la atmósfera, desde el punto de vista


químico, el aire troposférico es una mezcla de gases esencialmente oxidante,
fundamentalmente debido a la presencia de O2 y al aporte de energía solar y esto
marcará la mayoría de las reacciones que tienen lugar en la atmósfera.

Desde el punto de vista físico, el aire se comporta como un fluido en régimen


turbulento, en lo que se denomina flujo libre (no encerrado por paredes sólidas). Los
factores que condicionan este flujo generando una gran complejidad de fenómenos
son: el movimiento de la Tierra, la orografía y rugosidad de la superficie terrestre, las
características del aire (densidad media, viscosidad cinemática) y los fenómenos de
intercambio de energía que se desarrollan en su seno, como los cambios de fase del
agua, el aporte de energía solar y de la superficie terrestre y los océanos.

Para el estudio de la contaminación atmosférica y su comportamiento será


necesario conocer algunos conceptos meteorológicos que la afectan directamente.
La mayoría de estos fenómenos se desarrollan en la denominada capa límite
atmosférica, definida como la capa más baja de la troposfera directamente afectada
en su flujo por la superficie terrestre, por lo que su altura es muy variable.

Se denomina "transporte" al mecanismo por el cual los contaminantes


atmosféricos se desplazan desde su foco emisor hasta un receptor. Si suponemos
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que, para una determinada masa de contaminante, tenemos un único foco emisor y
un único receptor, el viento es el principal fenómeno atmosférico mediante el cual el
contaminante se traslada o transporta hasta el receptor, siendo módulo y dirección
de la velocidad del viento, fundamentales para conocer los procesos de transporte.
Sin embargo, además de este desplazamiento, la masa de contaminante crece a lo
ancho y a lo alto, debido al proceso de mezcla que experimenta en la atmósfera
turbulenta, denominado difusión turbulenta, y puede serpentear debido a cambios en
la dirección y velocidad del viento. La suma de estos procesos se denomina
"dispersión", y es el mecanismo gracias al que la concentración de contaminantes en
los receptores (inmisión) es menor que su concentración en los focos emisores
(emisión). Por otro lado el estado físico y químico de la atmósfera junto con la
radiación solar son fundamentales para los procesos de transformación de los gases
que se transporta. En determinadas condiciones atmosféricas, un penacho puede
ser transportado a lo largo de cientos de kilómetros antes de impactar sobre
receptores en el suelo (proceso que se denomina transporte a larga distancia).

La difusión de contaminantes en la atmósfera por transporte y dilución en el


aire es causada por el movimiento de las diferentes capas de aire que la conforman.
Este movimiento es controlado por las variables meteorológicas como la dirección y
velocidad del viento, presencia de inversiones de temperatura, presión, temperatura,
humedad y radiación solar. Las distintas situaciones meteorológicas tienen una gran
incidencia en los procesos de dispersión de los contaminantes atmosféricos. La
importancia de las condiciones meteorológicas en el grado de contaminación
atmosférica se reconoce observando las variaciones de la calidad del aire en una
zona determinada de unos días a otros, aun cuando las emisiones permanecen
prácticamente constantes. Por ello, se puede decir que la distribución de
contaminantes en la atmósfera está directamente relacionada con los fenómenos
meteorológicos que en ella ocurren.

El control de la contaminación no sólo requiere el conocimiento de cómo se


comportan las capas inferiores de la atmósfera, sino que, como algunos
contaminantes se dispersan en toda ella, también es preciso estudiar las capas
superiores, además de conocer los hechos referentes al tiempo meteorológico y al
clima mundial, que son además de máxima utilidad al momento de diseñar proyectos
(obras públicas como sistemas de drenaje, represas y centros de depósito y
aprovisionamiento de agua, estructuras, sistemas de calefacción y
acondicionamiento de aire, sistemas de aislamiento, etc.).

2.1.1.- Fenómenos climáticos - Inversión térmica

La contaminación ambiental, dentro de ciertos límites, es corregida por la


lluvia y los vientos. El gradiente normal de temperatura de la atmósfera permite
visualizar que el aire inferior y contaminado es más caliente y menos denso que el
de las capas superiores. De esta forma, el primero tiende a ascender y desplaza el
aire frío hacia abajo. Así, durante el día, el aire que está sobre el suelo se calienta y
se eleva, más tarde, el aire frío y denso de alta presión desciende por sobre la zona
de baja presión que queda por el ascenso del aire caliente. Este movimiento eleva
también los contaminantes y los dispersa en la atmósfera.

Normalmente, la temperatura del aire disminuye con la altura, de tal manera


que en una atmósfera normal hay una disminución con la altura de 0,64 a 1 ºC cada
100 metros (-6.5 ºC/km) en la zona más próxima a la superficie de la tierra
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(troposfera); por encima de ella la temperatura disminuye más rápidamente. Este
sería el gradiente térmico normal, pero bajo determinadas condiciones orográficas y
climatológicas este gradiente puede alterarse de tal manera que a una determinada
altura la temperatura del aire es superior a la de una altura inferior. El problema que
esto crea es impedir la dispersión vertical de los humos y de otros contaminantes
enviados a la atmósfera por las industrias, calefacciones, motores de explosión,
actividades urbanas etc.

Bajo determinadas condiciones ambientales, entonces, se puede atrapar una


capa de aire frío debajo de una capa intermedia de aire caliente, menos denso, la
temperatura del aire aumenta con la altura (se invierte el perfil de temperatura de la
troposfera), esto hace cesar la circulación ascendente, produciendo el fenómeno de
inversión térmica. La inversión térmica es un fenómeno natural que, en principio, se
puede presentar cualquier día del año y a cualquier hora del día y que debido a su
carácter natural, por si misma no representa ningún riesgo para la salud humana;
solamente se vuelve peligrosa cuando, en la capa atmosférica en la que se
encuentre inmersa, existan altas concentraciones de contaminantes, puesto que
éstos no podrán dispersarse y por tanto diluirse a causa de la gran fuerza
estabilizadora de la atmósfera, pues una inversión térmica es sinónimo de
estabilidad atmosférica (es una categoría especial de aire fuertemente estable), al
menos temporal. La inversión térmica puede producirse a partir del suelo, se dice
entonces que es una inversión en superficie. Cuando la inversión se produce en una
capa situada a una altura cualquiera se denomina inversión en altura. Este
fenómeno produce una fuerte acción limitadora en la dispersión de contaminantes.

En consecuencia, la calidad del aire será peor en presencia de una inversión


térmica, cuya probabilidad de ocurrencia se verá incrementada por diversos factores
(principalmente geográficos). Ubicaciones comúnmente propensas a la inversión
incluyen los establecimientos costeros con colinas o montañas cercanas, planicies
en la dirección del viento de las montañas y valles. En los valles, al tiempo que llega
la noche, el aire se enfría y se vuelve más denso, acumulándose en el fondo del
valle. Sólo con calentamiento fuerte del sol durante el día el aire de la superficie se
entibiará, comenzará a elevarse y luego romperá la inversión, permitiendo que los
contaminantes que estaban atrapados puedan ser alejados por el viento. En estas
inversiones de superficie en valles no es inusual que la inversión se extienda hasta
la cima del valle.

La inversión de la temperatura del aire se puede producir como consecuencia


del enfriamiento del suelo, por la gran irradiación de calor que se produce en las
noches despejadas (inversión por radiación). El aire se va enfriando
progresivamente desde el suelo hacia arriba, produciendo una fuerte estabilidad
atmosférica que impide la difusión vertical de los contaminantes. La inversión
térmica se forma durante la noche y suele desaparecer progresivamente durante la
mañana, cuando la radiación solar calienta de nuevo el suelo y éste a las capas de
aire que están en contacto con él. Cuando el mismo perdura durante períodos de
tiempo considerables, se acumulan contaminantes que tienen efectos negativos
sobre el ambiente y la salud. (Ver Figuras 4, 5 y 6).

Existen otros tipos de inversiones que, generalmente, se producen a más


altura y que actúan como una capa que limita la dispersión de contaminantes en
sentido vertical, incrementando notablemente las concentraciones de contaminantes
en los estratos de aire que quedan bajo ellos. Estos tipos de inversiones son las
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llamadas de subsidencia (o subsistencia), que tienden a formarse en las áreas
anticiclónicas, las inversiones frontales, producidas por la superposición de una
masa de aire cálido sobre una de aire más frío (este tipo de inversión suele tener por
lo general una permanencia escasa) y las inversiones por advección, relacionadas
con el flujo horizontal del aire cálido cuando este se mueve sobre una superficie fría
(los procesos de conducción y convección enfrían el aire más cercano a la superficie
y conducen a una inversión basada en la superficie). (Ver Figuras 7, 8 y 9).

Las inversiones de subsidencia surgen de las masas de aire descendentes.


Los sistemas de alta presión pueden crear estas condiciones mediante el
movimiento hacia abajo. El aire que también se está moviendo de elevaciones altas
a bajas (por ejemplo, que han pasado a través de las montañas y ahora están
descendiendo hacia planicies) también pueden crear esta clase de inversión. A
medida que el aire desciende, encuentra alta presión atmosférica, se comprime y se
entibia, resultando en un aire tibio en lo más alto del aire de superficie más frío.
Debido a estos mecanismos, la inversión de subsidencia puede encontrarse muy
arriba del nivel de tierra, creando esencialmente un tope en el aire sobre un área.
Las emisiones de contaminantes por debajo de la inversión también se pueden
mezclar, pero no a través de la inversión.

Una diferencia crítica entre las inversiones de superficie y las inversiones de


subsidencia es su persistencia. Las inversiones de superficie frecuentemente se
deben al calentamiento y enfriamiento diarios (pueden ser ocurrencias comunes
para ciertas ubicaciones de valles), pero se reparan con la elevación del sol y el
calentamiento de superficie que le sigue. Las inversiones de subsidencia, en cambio,
son típicamente menos frecuentes para muchas ubicaciones, y pueden ser de larga
vida, permitiendo que la calidad del aire empeore durante varios días.

Generalmente, la inversión térmica se termina (rompe) cuando, por


calentamiento del aire que está en contacto con el suelo, se restablece la circulación
normal en la tropósfera. Esto puede ser cuestión de horas, pero en condiciones
meteorológicas desfavorables la inversión puede persistir durante días. Es un
fenómeno peligroso para la vida cuando se produce en áreas con contaminación
atmosférica, ya que se comprimen los contaminantes contra el suelo por la capa de
aire frío, aumentando su concentración por sobre los niveles permitidos.

Movimiento vertical del aire

Este fenómeno es más frecuente en invierno, permitiendo que una capa de


aire frío pueda ubicarse por debajo de capas más calientes. El aire caliente y
contaminado atraviesa la capa fría, pero rebota en la superior y se estanca. Se

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producen así episodios de contaminación atmosférica en grandes ciudades
industriales, sobre todo si se ubican en valles o áreas poco influidas por el viento.

Son conocidos muchos centros urbanos en los cuales se produce este


fenómeno bajo determinadas condiciones atmosféricas: Atenas, Tokio, Houston, Sao
Paulo, Nueva York, París, Bombay, Beijing, Singapur, Kuala Lumpur, Los Ángeles,
Londres, Santiago de Chile y la Ciudad de México son los más representativos. La
mala calidad del aire a que están sometidas estas ciudades da lugar al aumento de
la tasa de incidencia de asma y otras afecciones respiratorias, e incluso eleva la
mortalidad.

Un aspecto interesante de la contaminación atmosférica es el de la


micrometeorología urbana. Las grandes ciudades crean a su alrededor un
microclima propio, el efecto “isla urbana de calor”, produciendo un penacho térmico
que tiene gran incidencia en la capacidad de difusión de los contaminantes urbanos.
A menudo, da lugar a la circulación de vientos locales que elevan el aire caliente del
centro de la ciudad, creando una corriente compensada de aire frío de la zona rural
circundante que penetra en la zona urbana a niveles bajos. Las grandes ciudades
alteran el clima urbano de muchas formas, ya que por lo general, en las ciudades, la
temperatura es superior, hay menos viento, menos precipitaciones en forma de
nieve (aunque las precipitaciones totales son ligeramente superiores en la ciudad
que en las zonas rurales circundantes), y la radiación solar es más reducida
(especialmente la radiación ultravioleta) como consecuencia del efecto pantalla
producido por la contaminación urbana. (Ver Figura 10).

2.1.2.- Estabilidad Atmosférica - Tipos de estabilidades - Transporte convectivo

Relacionada tanto con la turbulencia atmosférica como con el gradiente


vertical de temperatura (perfil de temperatura) y las situaciones de inversión térmica,
aparece el concepto de estabilidad atmosférica. El grado de estabilidad atmosférica se
determina a partir de la diferencia de temperatura entre una porción de aire y el aire
circundante y permite obtener diferentes clases de estabilidad que pueden facilitar o
dificultar la capacidad de dispersión de los contaminantes en la atmósfera.

La variación de temperatura de la atmósfera puede causar el movimiento


vertical de la porción de aire (esto es, su elevación o caída). Este movimiento se
caracteriza por tres condiciones básicas que describen la estabilidad general de la
atmósfera:

a) En condiciones estables, el movimiento vertical se inhibe. Cuando las condiciones


son extremadamente estables, el aire frío cercano a la superficie es "entrampado"
por una capa de aire cálido sobre este. Esta condición, denominada inversión,
prácticamente impide la circulación vertical del aire. Estas condiciones están
directamente relacionadas con las concentraciones de contaminantes en el aire
ambiental. La contaminación atmosférica está altamente influida por estos
procesos de inversión térmica. (Ver Figura 11).

b) En condiciones inestables la porción de aire tiende a moverse continuamente hacia


arriba o hacia abajo. (Ver Figura 12).

c) Las condiciones neutrales no propician ni inhiben el movimiento del aire después del
gradiente de calentamiento o enfriamiento adiabático. (Ver Figura 13).
UNIDAD 2 - Contaminación ambiental 10
Por lo tanto, las principales variables meteorológicas a considerar por su
influencia sobre la difusión de contaminantes en la atmósfera son: el transporte
convectivo vertical, que depende de la estabilidad atmosférica y del fenómeno de la
inversión térmica de las capas de la atmósfera, y el transporte convectivo horizontal,
que depende de las velocidades y direcciones del viento.

Transporte convectivo vertical:

El principal factor que determina el grado de difusión vertical de


contaminantes es la variación vertical de temperaturas en la atmósfera, pudiéndose
determinar la capacidad de difusión vertical de contaminantes comparando la
variación vertical de temperaturas de un estrato de aire atmosférico con el gradiente
vertical adiabático del aire, que corresponde a una variación de -1° C por cada 100
metros de altura; y según que la variación de la temperatura con la altura sea mayor,
igual o inferior que la correspondiente al gradiente vertical adiabático, se obtienen
tres clases diferentes de estabilidad atmosférica en el estrato:

a) Si en la capa de aire la temperatura desciende con la altura bastante menos de un


grado cada 100 metros, los movimientos verticales del aire están muy limitados
por lo que hay poca o nula dispersión vertical de contaminantes, y en estas
condiciones se dice que la clase de estabilidad atmosférica es del tipo estable.

b) Cuando la temperatura del estrato desciende con la altura más de un grado cada
100 metros de altura, los movimientos verticales del aire están muy favorecidos,
difundiéndose los contaminantes verticalmente hasta donde alcance la
inestabilidad, y la estabilidad atmosférica será del tipo inestable.

c) Cuando coinciden la variación de temperatura del estrato con el gradiente vertical


adiabático, en estas condiciones la dispersión vertical de contaminantes no está
limitada, y tenemos el caso de la estratificación indiferente o nula.

Transporte convectivo horizontal:

El viento, al transportar los contaminantes, produce su dispersión horizontal y


determina la zona que va a estar expuesta a los mismos. Por lo general, una mayor
velocidad del viento reducirá las concentraciones de contaminantes al nivel del
suelo, ya que se producirá una mayor dilución y mezcla. No obstante, pueden
producirse circulaciones cerradas de viento, como en el caso de las brisas del mar y
las de valle y montaña, en las que los contaminantes lanzados a la atmósfera se
incorporan a la circulación del viento con lo que se produce una acumulación
progresiva de contaminantes, que da lugar a un aumento de la concentración de los
mismos en las zonas barridas por este tipo de vientos. Efectos similares se producen
cuando los vientos fuertes inciden perpendicularmente a las crestas montañosas, a
un valle o sobre los edificios altos; en estas condiciones, los efectos aerodinámicos
de estos obstáculos pueden tener consecuencias negativas para la dispersión de
contaminantes, acumulándolos en determinadas zonas.

2.2.- Deposición seca y húmeda

UNIDAD 2 - Contaminación ambiental 11


Pueden identificarse dos maneras mediante las cuales los contaminantes que
se encuentran en la atmósfera retornan a la superficie terrestre y afectan a los seres
vivos y a los minerales:

 Deposición seca: es la transferencia por gravedad y arrastre del viento, de


contaminantes gaseosos, aerosoles o material particulado hacia la superficie de la
Tierra, incluyendo suelo, agua y vegetación como medios de remoción.
 Deposición húmeda: corresponde a la absorción de contaminantes (partículas y
gases) en gotas, seguida de la remoción de estas gotas por precipitación,
identificándose dos procesos: Washout (se aplica a la eliminación de
contaminantes dentro de las nubes) y Rainout (se aplica a la eliminación de
contaminantes de la atmósfera, por debajo de las nubes, por la caída de lluvia,
nieve o granizo).

2.3.- Efecto invernadero

El efecto invernadero es un fenómeno natural y necesario producido por ciertos


gases de la atmósfera (vapor de agua, CO2, CH4, N2O, O3) que retienen parte de la
energía que el suelo emite luego de haber sido calentado por la radiación solar,
impidiendo que la radiación infrarroja (de longitud de onda larga) escape hacia el
espacio exterior, favoreciendo el calentamiento de la atmósfera. Estos gases de
efecto invernadero absorben la energía que emite la Tierra como luz infrarroja (muy
importante en la comprensión del efecto invernadero), mientras que la mayoría de
los componentes de la atmosfera (N2, O2, Ar) son incapaces de absorber la luz
infrarroja. (Ver Figura 14).

Es un factor esencial del clima de la Tierra y bajo condiciones de equilibrio, la


cantidad total de energía que entra en el sistema por la radiación solar se
compensará exactamente con la cantidad de energía radiada al espacio, permitiendo
a la Tierra mantener una temperatura media constante en el tiempo. Una parte de la
radiación que llega al planeta, principalmente en forma de luz visible, es devuelta al
espacio (reflejada) inmediatamente (fracción de energía que se llama albedo). Otra
porción es primero absorbida y luego emitida hacia el exterior, lo cual constituye el
efecto invernadero. Si esto no ocurriera, la temperatura de la Tierra sería de -18ºC.
Este efecto natural hace que la temperatura media sea entre 13,5 ºC y 15ºC. Al
retener buena parte de las ondas infrarrojas, permite que la temperatura en la
superficie del planeta se equilibre y sostenga la vida.

El rango de longitudes de onda que la atmósfera deja pasar hacia el espacio


se denomina “ventana de radiación” y permite que el calentamiento de la superficie
se modere. Desde hace varias décadas, el aumento de las emisiones generadas por
fenómenos naturales (vulcanismo, gases resultantes de la deposición de materia
orgánica por parte de los rumiantes, etc.) y de las emisiones antropogénicas
(actividad industrial, transporte, combustión energética, deforestación, actividad
agroganadera, etc.) están produciendo un aumento de los gases de efecto
invernadero, que han incrementado la cantidad de energía liberada por la Tierra que
es absorbida por la atmósfera, que ofrece mayor resistencia al flujo de regreso
necesario de la radiación hacia el espacio, y, de esta manera, retiene más calor y
devuelve a la Tierra aún más energía, contribuyendo, en parte, al calentamiento de
la superficie del planeta, causando un desequilibrio del balance radiactivo y un
calentamiento global.
UNIDAD 2 - Contaminación ambiental 12
Por otro lado, el ozono (O3) filtra (absorbe) en la estratósfera, todos los rayos
ultravioletas en el rango de 220-290 nm que penetran en la atmósfera de la Tierra
con un poco de ayuda de las moléculas de O2. Las moléculas de O2 localizadas
sobre la estratosfera filtran la mayoría de los rayos UV que llegan en un rango de
120-220 nm, y otros gases como el N2 filtran la luz UV de longitud de onda por
debajo de 220 nm a fin de que no alcance la superficie de la Tierra. Sin embargo, tan
solo el O3 por sí mismo filtra una fracción de la luz UV en el rango de 290-320 nm, y
el resto logra llegar a la superficie de nuestro planeta. La sobreexposición a esta
porción del espectro de luz resulta en cáncer de la piel maligno y benigno, así como
daños en el sistema inmunológico de los seres humanos e inhiben el crecimiento de
plantas y animales. La mayor parte de la luz UV que oscila entre 320-400 nm logra
llegar a la superficie de la Tierra, pero por fortuna este tipo de luz UV es el menos
dañino para los sistemas biológicos del planeta. Las reacciones fotoquímicas que
implican rayos UV son causas fundamentales del agujero de ozono y de la formación
del smog urbano. (Ver Figura 15).

Cada gas tiene una capacidad diferente para absorber el calor de la


atmosfera (el forzante radiactivo), por lo que sus efectos en el calentamiento global
difieren. El índice de potencial de calentamiento global (GWP) es un multiplicador
que se usa para comparar las emisiones de diferentes gases de efecto invernadero
con un constituyente común, en este caso el dióxido de carbono. Se determina el
GWP con base en un periodo establecido, típicamente 100 años, de los cuales
resulta el forzante radiactivo de cada gas especifico. El GWP permite comparar las
emisiones y la reducción de gases específicos. Los equivalentes de dióxido de
carbono son una medida métrica que se usa para comparar las emisiones masivas
de gases de efecto invernadero con base en un constituyente común, de acuerdo
con el potencial de calentamiento global específico de cada gas. Sus unidades
tienen a la masa como base y típicamente contienen millones de toneladas métricas
de equivalentes de dióxido de carbono. En ocasiones se reportan las emisiones de
gases de efecto invernadero como equivalentes de carbono. En este caso, la masa
de los equivalentes de dióxido de carbono se multiplica por 12/44 para obtener los
equivalentes de carbono. El multiplicador 12/44 es el peso molecular del carbono (C)
dividido por el peso molecular del dióxido de carbono (CO2).

Las emisiones de masa equivalentes de dos gases de efecto invernadero,


entonces, no tienen el mismo impacto en el calentamiento global. Por ejemplo, la
emisión de 1 tn de metano (GWP=25) es igual a la emisión de 25 tn de dióxido de
carbono (GWP=1) y la emisión de 1 tn de óxido nitroso (GWP=298) es igual a la
emisión de 298 tn de dióxido de carbono. Para el caso de los Hidrofluorocarbonos
(HFC) el GWP varía entre 124 y 14.800 (dependiendo del HFC específico), para los
Perfluorocarbonos (PFC), varía entre 7.390 y 12.200 (dependiendo del PFC
específico) y para el Hexafluoruro de azufre (SF6), el GWP=22.800 (Fuente: Valores
del Panel Intergubernamental del Cambio Climático).

Uno de los cambios ambientales más importantes que se están produciendo


en la actualidad es la acumulación de CO2 atmosférico. Sin duda, el CO2 adicional
proviene de la quema de combustibles fósiles, la tala de bosques y el desgaste del
humus del suelo. La actividad industrial desde 1850 viene descargando CO 2 a la
atmósfera. El siglo XX ha sido el más caluroso de los últimos seiscientos años por el
uso de combustibles fósiles (Banco Mundial, 2000). Los motores, los incendios
forestales y la ganadería intensiva, que produce metano (CH 4), aumentan la energía
rebotada sobre la Tierra. Además, existe el agravante de que otras actividades
UNIDAD 2 - Contaminación ambiental 13
humanas, como la deforestación, han limitado la capacidad regenerativa de la
atmósfera para eliminar el dióxido de carbono, uno de los principales responsables
del efecto invernadero. Es probable que el resultado final de esta acumulación sea
un cambio en al clima, redundando especialmente en temperaturas más altas,
pudiéndose afectar en consecuencia la economía mundial.

Los gases de efecto invernadero (GEI), algunos de los cuales son vapor de agua
que forma las nubes, dióxido de carbono (CO2), ozono (O3), metano (CH4), óxido
nitroso (N2O) , compuestos clorofluorocarbonados (CFCs) y el hexafluoruro de
azufre (SF6), absorben y retienen las radiaciones comprendidas en la “ventana de
radiación” y consecuentemente aumentan el efecto invernadero.

Todos los GEI aumentan sus concentraciones atmosféricas con el incremento


de las actividades humanas. La quema de combustibles fósiles y la quema
intencional de bosques aumentan la liberación de CO2. La explotación agraria y/o la
ganadería intensiva, como los rellenos sanitarios de residuos o su acumulación a
cielo abierto, producen excesos de CH4. La fertilización de suelos y los desechos de
la agricultura y la ganadería también liberan N2O. Los clorofluorocarbonos (CFC) son
gases sintéticos (compuestos de carbono, cloro y flúor) considerados GEI muy
potentes (además de agotadores de la capa de ozono de la estratósfera), que han
sido muy utilizados en refrigeración, como espumas sólidas y aerosoles (propelentes
en latas de aspersión y para expandir espumas plásticas), y ya han comenzado a
ser reemplazados por otros compuestos con propiedades semejantes, para reducir
el efecto invernadero.

Las advertencias de la comunidad científica impulsaron acuerdos


internacionales como el Protocolo de Montreal (Canadá, 1987) para el reemplazo de
los CFC, en relación con la protección de la capa de ozono, que se ha ido
cumpliendo progresivamente. Por otra parte, son muy fuertes los intereses en torno
al uso de procesos que aumentan los GEI, como por ejemplo el predominio de los
combustibles fósiles en la producción creciente de energía. Estos intereses
involucran aspectos científicos y tecnológicos, por un lado, así como políticos y
económicos, por el otro.

El calentamiento de la superficie de la Tierra por el efecto invernadero artificial


ya se ha constatado: 1995 fue el año más caluroso desde 1850, mientras que en
1998 el promedio de la temperatura fue el superior de 118 años. La hipótesis de
máxima estima que para 2100 la temperatura media de la Tierra aumentará a 20ºC,
la de mínima la ubica en 15,5ºC. Ello podría ocasionar la elevación del nivel del mar
en un metro, con lo cual se inundarían regiones enteras, incluyendo ciudades
populosas, y exigiría el éxodo de alrededor de 150 millones de personas
progresivamente hasta 2050.

La prevención de la aceleración del proceso “invernadero” tiene diversos


mecanismos posibles (Martino, 2000):

 Estabilización del consumo de combustibles fósiles. Es el primero y más resistido,


en especial por los países más desarrollados.
 Sustitución de petróleo y derivados por gas natural, que, por unidad de energía,
produce un tercio menos de emisión carbonada.

UNIDAD 2 - Contaminación ambiental 14


 Reducción de la emisión de metano por kilogramo de carne producida, mediante
innovaciones tecnológicas.

 Difusión de sumideros, que son sistemas de secuestro o mantención del carbono


en la biomasa vegetal mediante extensión de pasturas, introducción de bosques
nuevos (forestación), conservación de los bosques nativos, reducción de la
deforestación y ampliación de la agricultura de siembra directa.

 Desarrollo de fuentes de energía renovables e innovadoras.

Los efectos en la salud, son condicionados por la evolución del aumento de la


temperatura media del aire, que determina el grado de alteración de los
ecosistemas, la pérdida de biodiversidad y disponibilidad de recursos alimentarios,
así como la destrucción de hábitats naturales. El derretimiento de los casquetes
polares y la consecuente subida del nivel del mar podrían promover migraciones
humanas y aumento de enfermedades transmitidas por vectores, por la elevación de
los índices de humedad.

2.4.- Cambio climático

El tiempo meteorológico es el estado de la atmósfera en un lugar y momento


determinados, cambiando en períodos de días y horas. El clima es el conjunto de
condiciones atmosféricas medias o normales que se presentan en un lugar y
perduran a lo largo del tiempo, variando de acuerdo con las diferentes estaciones.
Las variables interdependientes que determinan ambos fenómenos son la
temperatura, la presión atmosférica, la humedad, la altura y velocidad de las nubes,
las precipitaciones en forma de lluvia, nevadas o heladas, la dirección y fuerza de los
vientos y de las corrientes marinas, las trayectorias y los frentes de masas de aire,
las descargas eléctricas y otros fenómenos habituales o extremos. La dinámica de
estas variables se produce entre los distintos subsistemas que soportan el clima (la
atmósfera, la hidrósfera, la criósfera, la litósfera y la biósfera), y se relaciona con la
radiación electromagnética proveniente del sol. El subsistema de mayor variabilidad,
por su baja densidad y reducida capacidad calorífica, es la atmósfera.

Por “cambio climático” se entiende un cambio de clima atribuido directa o


indirectamente a la actividad humana, que altera la composición de la atmósfera
mundial y que se suma a la variabilidad natural del clima observada durante
períodos de tiempo comparables. Es un fenómeno de muy alta extensión que se da
en un mismo tiempo, afecta a todos los ecosistemas por igual y tiene además un
fuerte componente natural (por ejemplo: periodos glaciares e interglaciares, periodos
secos y húmedos).

El cambio climático que alerta a la humanidad de hoy ha comenzado a llamar


la atención de científicos mundiales desde la segunda mitad del siglo pasado. Se
tienden a descartar como causales algunos factores provenientes de la naturaleza,
mientras que son los factores antrópicos los que actúan con mayor severidad
acelerando o potenciando los procesos naturales, lo cual permite visualizar dichos
cambios en períodos cortos de tiempo, de sólo pocas décadas.

La atmósfera se comporta como un objeto casi transparente a la radiación de


onda corta, pero absorbe la mayor parte de la radiación de onda larga (rayos

UNIDAD 2 - Contaminación ambiental 15


infrarrojos) que se irradia desde la superficie terrestre. Los gases de invernadero
absorben y reemiten la radiación de onda larga, devolviéndola a la superficie
terrestre y causando el aumento de temperatura, lo cual produce el fenómeno del
efecto invernadero. Es así como el cambio climático actual se acelera en cortos
períodos históricos y por acción antrópica se generan mayores y más graves riesgos
ecológicos, que repercuten en toda la humanidad. Los efectos son diversos y
dispersos en el planeta, de compleja interpretación y difícil comprensión. Muchos
fenómenos externos, como las olas de calor y frío, las grandes inundaciones y
huracanes, se presentan con mayor frecuencia e intensidad, aunque no siempre se
comprende el posible factor común a todos ellos: el cambio climático acelerado.

Frente al problema de la generación excesiva de GEI por emisiones de


combustibles fósiles, las Naciones Unidas firmaron la Convención Marco sobre el
Cambio Climático, vigente desde 1994. La propuesta fue apoyada por una gran
cantidad de países que acordaron la disminución de los gases invernadero para el
año 2000, llevando dichos valores a los del año 1990, quedando finalmente librada a
la adhesión voluntaria de las partes. Tres años después, se firmó el Protocolo de
Kyoto (Japón, 1997), que regula los seis gases de efecto invernadero más
importantes y establece objetivos y obligaciones vinculantes para que 37 países
industrializados del mundo y la Unión Europea reduzcan progresivamente sus
emisiones de gases de efecto invernadero (entró en vigor en el año 2005).

2.5.- Disminución y/o agotamiento de la capa de ozono estratosférico

El ozono (O3) es un estado alotrópico del oxígeno, de color azul pálido, olor
algo picante y de fuerte capacidad oxidante, vital para los seres vivos, ya que sirve
como protección contra las radiaciones ultravioletas procedentes del sol. Está
continuamente formándose y destruyéndose en la estratósfera (en capas que se
encuentran entre 15 km y 40 km de altura sobre el nivel del suelo), en una serie de
reacciones llamadas “reacciones de Chapman”. Este proceso impide la llegada a la
superficie de un exceso de rayos ultravioletas, que afectarían la vida y la salud.

Las reacciones de Chapman se pueden simplificar de la siguiente manera:


1. O2 + hν (< 240 nm) ––––> O + O
2. O + O2 ––––––––––––––> O3
Formación del ozono
3. O3 + hν (< 320 nm) ––––> O + O2
4. O + O3 ––––––––––––––> O2 + O2
Destrucción del ozono (hν: fotón de radiación ultravioleta)
Como se observa en la reacción 1, los enlaces de la molécula de oxígeno se pueden romper al
absorber la energía de un fotón de radiación ultravioleta de longitud de onda menor de 240 nm,
formando dos átomos de oxígeno libre. En la reacción 2, un átomo de oxígeno libre reacciona con
una molécula de oxígeno formando una de ozono. En la reacción 3 se observa que las moléculas de
ozono absorben radiaciones ultravioletas de menos de 320 nm, rompiéndose en que son precursores
del ozono. Por acción de la luz solar, estas sustancias químicas reaccionan y provocan la formación
de éste. Esto suele ocurrir, principalmente, en las grandes ciudades, sitios de altas concentraciones
de contaminantes en el aire. El uso a gran escala de motores eléctricos, automotores, fotocopiadoras,
purificadores de aire, quemadores iónicos y otros equipos, aumentan los niveles de O 3 en el aire de
las ciudades, especialmente por la tarde, después de muchas horas de luz solar intensa, hacia finales
de primavera y principios de otoño. Las altas concentraciones de O3 troposférico suelen producir
reducción de la función pulmonar en las personas sanas, fácilmente recuperable en veinticuatro
horas. Pueden asimismo generar irritación nasal y episodios de disnea, dolor toráxico, tos y
sibilancias transitorias. Los episodios agudos de asma tienden a aumentar.
Los átomos de oxígeno libre reaccionan con más moléculas de ozono, formándose oxígeno
molecular. La reacción 4 es bastante lenta en sí misma, pero diversas sustancias como el óxido

UNIDAD 2 - Contaminación ambiental 16


nitroso (N2O) que emana del suelo y de ciertos procesos industriales, y se oxida rápidamente en la
estratósfera a NO, el hidrógeno y sus óxidos (H, OH y HO 2) y el cloro y sus óxidos (Cl, ClO y ClO 2)
actúan como catalizadores acelerando la destrucción del ozono. En esta reacción es donde inciden
en forma relevante las sustancias de origen humano que destruyen la capa de ozono. En conjunto, en
condiciones normales, se forma un sistema en equilibrio en el que tantas moléculas de ozono se
forman por unidad de tiempo como las que se destruyen, por lo que su concentración permanece
constante. La mejor manera de describir estas reacciones fotoquímicas es con el uso del enfoque
cinético, ya que ocurren a través de la reacción directa o indirecta de las moléculas ante la luz, y se
catalizan con agentes químicos que se dan de manera natural en el ambiente o por sustancias
químicas emitidas por actividades humanas (ejemplos de fotoquímica en nuestra vida diaria son la
decoloración de los tintes de las telas expuestas a la luz solar y la fotosíntesis).

En la tropósfera, el O3 está presente de forma natural. Una parte proviene de


la estratósfera y es transportado hacia las capas de aire próximas a la superficie
terrestre, y otra parte resulta de procesos naturales de la biósfera que dan lugar a la
formación de ozono a partir de emisiones de óxidos de nitrógeno, que tienen su
origen en procesos biológicos y en la emisión de compuestos orgánicos volátiles
procedentes de la vegetación, como así también de procesos de fermentación o de
los volcanes. En la tropósfera, constituye sólo alrededor de 0,02 mg/m3 del aire
(Duval, 1965). Muchas actividades de las que realiza el hombre en la actualidad
emiten contaminantes a la atmósfera En la década de 1980 se detectó una
reducción (adelgazamiento) de la capa de ozono estratosférico que se relacionó con
la contaminación atmosférica producida por los compuestos clorofluorocarbonados
(CFCs), que son gases muy volátiles y químicamente estables, de extendido uso en
aparatos de refrigeración, de aire acondicionado, como pesticidas, como aerosoles y
espumas, como propelentes de aerosoles en spray (un ejemplo es el freón
-diclorofluorometano-, un CFC también muy utilizado en refrigeración). Estas
sustancias presentan un comportamiento principalmente derivado de su estabilidad y
persistencia, que las hace inocuas en la tropósfera, pero en la estratósfera, por
acción de los rayos ultravioletas se descomponen liberando átomos de cloro y flúor
que reaccionan con el O3 destruyéndolo y transformándolo en O2 y originando como
subproducto del proceso dióxido de cloro, que se disocia y repite el ciclo mediante
un proceso catalítico.

Dichos procesos pueden resumirse en las siguientes reacciones:


X + O3 ––––––– XO + O2 [e]
O3 + hν ––––––– O + O2 [f]
XO + O ––––––– X + O2 [g]
2 O3 + hν ––––––– 3 O2 [reacción neta]

(X: especies químicas, fundamentalmente radicales libres)


Las especies químicas mencionadas son capaces de catalizar la destrucción del ozono. Entre ellas
podemos encontrar algunas que proceden de fenómenos naturales, como el óxido nítrico (NO) o los
--
radicales hidroxilos (HO ), pero otras tienen un origen claramente antropogénico, como el bromuro de
metilo (BrCH3), el tetracloruro de carbono (CCl4), los halones y los ya mencionados CFCs. Para
comprender la magnitud del problema, este último grupo de sustancias alcanza la tropósfera y, por
acción de la radiación ultravioleta más energética, sus moléculas sufren procesos fotolíticos de
ruptura radicalaria, liberándose átomos de cloro altamente reactivos que inician el ciclo de destrucción
de ozono de acuerdo con las reacciones mencionadas. Un solo átomo de cloro puede llegar a destruir
más de 100.000 moléculas de ozono.
Asimismo, algunos autores alertan sobre una nueva amenaza: el óxido nitroso (N 2O). Este gas se
forma de manera natural en los procesos de desnitrificación bacteriana de los nitratos. Sin embargo,
el exceso de abonos en suelos agrícolas está contribuyendo a un acelerado crecimiento de las
emisiones a la atmósfera de N2O, que, debido a su estabilidad química, puede alcanzar la
estratósfera y en presencia de luz ultravioleta formar moléculas de NO que destruyen el ozono
siguiendo el proceso de reacciones ya mencionado, lo que produciría un desequilibrio perjudicial para
todos los seres vivos.

UNIDAD 2 - Contaminación ambiental 17


El Protocolo de Montreal (Canadá, 1987) entró en vigor el 1 de enero de
1989. En el mismo, se asume el compromiso de las partes firmantes respecto de la
progresiva reducción de los niveles de emisión de sustancias que agotan la capa de
ozono. Dichas sustancias se enumeran en anexo al Protocolo, a fin de poder llevar a
cabo la evaluación y el control de emisión de las mismas. En ese protocolo se aplicó
el llamado “Principio de Precaución”, según el cual “la falta de certeza científica no
debe demorar la respuesta normativa internacional si la demora puede tener como
resultado un daño irreversible” (Banco Mundial, 2000). El consenso sobre la
eliminación progresiva de los CFCs involucró en primera instancia ocho productos,
luego se extendió hasta alcanzar noventa y siete. Esto fue posible porque ya se
estaban estudiando sustancias sucedáneas no cloradas y con alto costo-beneficio.
La disminución del ozono estratosférico se relaciona con el aumento de incidencia
de carcinomas en de piel, melanomas, cataratas e inhibición del sistema inmunitario.
Los perjuicios y riesgos para la salud han aumentado significativamente en las
últimas décadas debido a la disminución de la capa de ozono. Según un informe de
la OMS, se presentan entre dos y tres millones de casos nuevos de cáncer de piel
por año en todo el mundo (OMS, 2005).

El principal factor de riesgo para esta dolencia se estima que es la radiación


ultravioleta (UV), que el sol emite de tres tipos: UVA, UVB y UVC. La primera
penetra profundamente en la piel y produce arrugas y decoloraciones. Los UVB
causan las quemaduras del sol con inflamación, dolor, enrojecimiento, pérdida de
líquidos y pueden dejar lesiones permanentes. Los rayos UV en dosis normales
tienen una influencia benéfica sobre la salud, ejerciendo un rol importante en la
formación de la vitamina D10. Sin embargo, la exposición acumulativa a estas
radiaciones, en especial durante la infancia, aumenta el riesgo de padecer cáncer de
piel, también cataratas y podría reducir la respuesta inmune. La exposición es
máxima cuando el sol está en el cenit, mayor en las regiones ecuatoriales y en las
zonas de mayor altura sobre el nivel del mar. La reflexión de radiación UV es menor
del 10% desde el suelo, pasto y agua, de 15% desde la arena, de 25% desde la
espuma del mar y de 80% desde la nieve fresca. Las nubes la reducen, pero hay
exposición aun debajo de ellas (WHO, 2002). La capa protectora de ozono, al
reducirse, aumenta la exposición (WHO, 2002). Se estima que la reducción del 10%
de la capa de ozono produciría 300.000 cánceres de piel y 4.500 melanomas
adicionales (WHO, 2002). Sin embargo, la exposición no se percibe correctamente.
De allí que los servicios meteorológicos elaboren diariamente un pronóstico de la
intensidad de la radiación ultravioleta: es el UV Índice (UVI). Toma en consideración
distintas variantes, haciendo una estimación de la intensidad máxima a mediodía y
asumiendo un cielo libre de nubes; luego se corrigen los valores a través de la
aplicación de un factor relacionado con estas últimas.

Al igual que el efecto invernadero, el problema del agotamiento del ozono es


mundial y puede atacarse sólo por medio de una acción planetaria. Si bien la
atmósfera es un eficiente difusor de contaminantes, esto puede ser útil para
dispersar la contaminación local del aire pero también garantiza la dispersión de los
gases insolubles, creando desequilibrios químicos no previstos.

En la Conferencia sobre Ambiente y Desarrollo de la ONU, celebrada en Río


de Janeiro en 1992, las naciones presentes adoptaron el Convenio para el cambio
del clima, que confirmó la severidad de los problemas de calentamiento global y de
agotamiento del ozono e hizo un llamado a la acción para combatir la amenaza,
identificando acciones nacionales a emprender para estabilizar las emisiones de
UNIDAD 2 - Contaminación ambiental 18
gases de efecto invernadero y para controlar el problema de agotamiento del ozono.
Este último es un problema tecnológicamente manejable, puesto que ya han sido
identificados los gases que atacan la capa de ozono y se pueden controlar desde la
fuente (en plantas de fabricación), pero el control de las emisiones de GEI se torna
más difícil pues todo el mundo contribuye a que se agrave el problema debido al
consumo de combustibles fósiles (vital para el trabajo y la comodidad del ser
humano), por lo que los ingenieros enfrentan la necesidad urgente de avanzar hacia
una mayor eficiencia energética y de alejarse de los combustibles del carbón.

UNIDAD 2 - Contaminación ambiental 19


Fig. 1: Contaminación Atmosférica.

Fig. 2: Contaminación Atmosférica.

UNIDAD 2 - Contaminación ambiental 20


Fig. 3: Contaminación Atmosférica.

Fig. 4: Inversión por radiación

Evolución diaria de Z vs. T

Z
La temperatura de la superficie terrestre
disminuye pero en las alturas todavía
conserva el calor transmitido durante las
últimas horas del día produciéndose una
inversión

Noche

Fig.5: Inversión por radiación

UNIDAD 2 - Contaminación ambiental 21


Evolución diaria de Z vs. T

Z La capa de inversión crece


hasta su mayor valor y a
partir de entonces comienza
a calentarse nuevamente la
Tierra

Amanecer

Fig. 6: Inversión por radiación

Fig. 7: Inversión por subsidencia

Fig. 8: Inversión frontal Fig. 9: Inversión por advección

Fig. 10: Areas urbanas - Isla de calor

UNIDAD 2 - Contaminación ambiental 22


Fig. 11

Fig. 12

Fig. 13

UNIDAD 2 - Contaminación ambiental 23


Fig. 14: Efecto Invernadero. Fig. 15: Longitudes de onda en las que el sol irradia su energía.

Bibliografía

1 - Desarrollo, salud humana y amenazas ambientales - H. barragán - edulp - 2010.

2 - Ingeniería Ambiental (Fundamentos, sustentabilidad, diseño) - Mihelcic/Zimmerman - Ed.


Alfaomega - 2011.

3 - Ingeniería Ambiental - J. Glynn Henry y Gary W. Heinke - Ed.Prentice Hall - 1999.

4 - Atmósfera, introducción a la contaminación atmosférica, comportamiento de la atmósfera, difusión


de contaminantes en la atmósfera - Dr. Jaime A. Moragues.

5 - Contaminación ambiental - Orozco/Delgado/alfayate Blanco/Pérez Serrano/Rodriguez Vidal -


Thomson Editores - 2008.

6 - https://www.ecologiahoy.com/

7 - https://istas.net/

UNIDAD 2 - Contaminación ambiental 24

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