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1. ORIGEN HISTÓRICO.
2. DEFINICIÓN.
3. ORIGEN ETIMOLÓGICO.
4. PRINCIPIO DE LEGALIDAD EN EL PLAZO DE CADUCIDAD.
5. CONTINUIDAD DE LA CADUCIDAD.
5.1 Jurisprudencia.
"En la caducidad los plazos los fija la ley; no admite pacto en contrario ni
interrupción. De manera que el simple transcurso del tiempo desde que se
produce el evento que la ley considera como inicio del plazo de caducidad hasta
que se interpone la demanda, trae como consecuencia inevitable la extinción del
derecho y la acción. La comunicación respecto a la opción de resolución
contractual no es forma admitida por la ley para evitar la caducidad, ni menos
permite su interrupción". (Exp. N° 169098. Explorador Jurisprudencial. Gaceta
Jurídica).
6. DECLARACIÓN DE LA CADUCIDAD.
6.1 Jurisprudencia.
La caducidad se produce transcurrida el último día del plazo, aunque éste sea
Inhábil. Los plazos de caducidad, como ya se ha indicado, tienen la duración que
les fija la ley a partir del nacimiento del derecho cuando es un derecho caducable,
el que se caracteriza, precisamente, porque la ley le fija el plazo para su ejercicio.
7.1Jurisprudencia.
"Los derechos nacidos según la legislación civil de 1936 se rigen por ella. Opera el
plazo de caducidad si la demanda de filiación ilegitima, hoy filiación
extramatrimonial, se interpone con posterioridad a los tres años". (Exp. N° 445294.
Explorador Jurisprudencia/. Gaceta Jurídica).
El día que hay que tener en cuenta para computar dicho plazo, en principio
será desde “la firmeza de la sentencia“. Por tanto en los supuestos de que la
resolución haya sido recurrida, será desde la firmeza de la sentencia dictada en
segunda instancia. El Tribunal Supremo consideró que el cómputo del plazo
comienza desde la notificación a las partes de la providencia declarando la firmeza
de la resolución. Al ser un plazo de caducidad, a diferencia de la prescripción, no
admite interrupción, por lo que será inexcusable que dentro de los cinco años
siguientes a la firmeza se solicite la ejecución de la sentencia.
El plazo para ejecutar la sentencia, que repetimos es de caducidad, operará al
margen de cuál sea el plazo de prescripción de la acción ejecutada. Es decir, no
será de aplicación el art. 1971(no hay responsabilidad en los siguientes casos: a)
en el ejercicio regular de un derecho, b) en legítima defensa de la propia persona
o de otra en su salvaguardia de un bien propio o ajeno, c) en la perdida,
destrucción o deterioro de un bien) del Código Civil en relación con el art. 1964 ( la
revocación de que trata el articulo 12963 no tiene valides en los siguientes casos:
a) si no se ha hecho pública en la misma forma de la promesa b) si ya se hubiera
verificado la situación prevista en la promesa o ya se hubiera ejecutado el acto
contemplado en ella) Código Civil, pues con independencia de que la acción que
se ejecute sea personal o real, el plazo para el ejercicio de la acción ejecutiva
siempre será de cinco años.
8.1. EJEMPLO:
Una acción personal (salvo que tenga un plazo especial) prescribe a los quince
años y una real sobre inmuebles a los treinta años. Es decir, un señor tiene esos
plazos para demandar ante el Juzgado el cumplimiento de esas obligaciones.
Ahora bien, si ya tenemos una sentencia firme de condena se haya fundamentado
en una obligación personal o real, el plazo para ejecutar la sentencia será de cinco
años. Hay que hacer algunas salvedades en relación con el plazo de caducidad
del art. 518 De la Ley de Ejecución Civil (L.E.C.):