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Michel Vinaver, nacido en el 13 de enero de 1927, murió ayer, 1 de mayo de 2022 en París.
Con él desaparece uno de los dramaturgos fundamentales de finales del siglo XX y comienzos
del XXI, quizá el más destacado y respetado autor dramático francés de estos tiempos. Sus
libros han tenido traducción en español a través de Publicaciones de la ADE y de Teatro del
Astillero, que asumió la edición de su teatro completo. Entre sus obras, podemos citar El
programa de televisión, King, Los trabajos y los días, Bettercourt Boulevard o una hostoria
de Francia, Lo normal, Ifigenia Hotel, 11 de septiembre 2001, etc. Han sido puestas en
escena por directores tan importantes directores como Roger Planchon, Antoine Vitez, Alain
Françon, Jacques Lassalle o Christian Schiaretti.
Además, Vinaver suma una importante labor como estudioso de la dramaturgia. Esto se ve
reflejado en el voluminoso Escritos dramáticos. Ensayos de análisis de textos teatrales. Un
texto en el que Vinaver dirige a catorce comentaristas que analizan 28 textos que recorren la
historia del teatro: Shakespeare, Racine, Marivaux, Beaumarchais, Musset, Maeterlinck,
Strindberg, Chejov, Claudel, Horvath, Barnes, Fleisser, Dùrrenmatt, Beckett, Genet, Sarraute,
Bernhard, Miller, Duras, Kroetz, Muller, Fassbinder, Strauss, Koltès,Prin, Copi, Novarina y
Michel Tremblay.
Publicamos este capítulo metodológico, que es un resumen de puntos fundamentales de la
dramaturgia, esperando que pronto este libro encuentre pronto traducción en nuestro idioma.
I. INTRODUCCIÓN AL MÉTODO
2. Al mismo tiempo vincula la escritura teatral a toda escritura, a la escritura en general; por
lo tanto, la inserta en el campo de la literatura, mientras afirma constantemente su
singularidad.
3. Te pone en contacto directo e inmediato con la vida misma del texto, sin necesidad de
conocimientos previos: históricos, lingüísticos, semiológicos, por ejemplo; teatral o literario;
o la cultura en general.
5. No es menos dramático que textual. Está dirigido tanto al simple lector que desea ampliar
sus vías de acceso a la obra como al practicante (director, actor) que se dedica a la obra
dramatúrgica. Sin abordar nunca cuestiones de puesta en escena, nos permite comprender
cómo funciona el texto como objeto teatral. A lo que se suma el hecho de que es
“económico”, para quien quiera pasar a una etapa productiva, consistente principalmente en el
examen detallado de un fragmento (ver “Instrucciones de uso”, más abajo).
7. Proporciona un conjunto de herramientas para situar una obra en el universo de las obras
dramáticas de todos los géneros, épocas, países… o en relación con alguna obra dramática en
particular.
8. El uso de estas herramientas también tiene el efecto de acercar las obras teatrales
contemporáneas al repertorio del pasado, en particular a los “clásicos”. Abre la escritura
dramática de hoy.
9. No conduce a una “tipología” de los textos teatrales, pero permite trazar una “topografía”,
dentro de la cual una obra encontrará su posición singular.
11. Pide ser utilizada, no con un espíritu científico, sino con un espíritu creativo. Las
herramientas que ofrece son lo suficientemente imprecisas como para disuadir de la
construcción de un sistema. Sin embargo, pedagógicamente, ejerce precisión y rigor en el
trabajo. No autoriza el lanzamiento prematuro de ideas generales. Estos se forman con el
tiempo.
12. Sigue la estela de la afirmación de Proust: "Es en la cumbre de lo particular donde florece
lo general...", o de Goethe: "Que no se busque nada detrás de las superficies, éstas son las que
son el secreto".»
3. La "lectura lenta" se hace deteniéndonos en cada línea, y comienza con la pregunta: ¿cuál
es la situación de partida? Definido esto, anotamos, a medida que avanzamos: a) los eventos,
b) la información, c) los temas (ver "Palabras-clave" más abajo), para aislar, en el texto, cuál
es propiamente la acción.
4. La esencia de la “lectura lenta” consiste en señalar acciones de una línea a otra o incluso
dentro de una línea, es decir, a nivel molecular del texto. Son las microacciones producidas
por el habla (y, en su caso, por las direcciones escénicas).
Buscamos determinar:
a. ¿“Qué pasa” de una réplica a otra y dentro de la réplica? ¿Qué movimiento se hizo
para operar un pasaje entre una posición y la siguiente posicion?
b. "Con qué medio sucede" (¿a través de qué figura textual?)
c. ¿Qué vínculos funcionales operan entre la microacción por un lado y los eventos,
información y temas por el otro?
5. La “lectura lenta” implica pausas. Llegado al final de cada segmento, luego del fragmento,
nos detenemos y tomamos perspectiva para considerar brevemente cómo la sucesión de
microacciones analizadas contribuye al progreso de la acción a nivel de detalle y de conjunto.
Porque es necesario, para captar la acción en una obra teatral en todos sus aspectos desde el
punto de vista de su funcionamiento, distinguir los tres niveles a través de los que se puede
observar:
a. ¿“Qué pasó” entre el principio y el final del segmento, luego de todo el fragmento?
¿Qué movimiento se produjo entre la situación inicial y la situación actual?
b. "¿De qué manera sucedió?": ¿qué uso se hace de qué combinación de figuras
textuales?
c. ¿Qué vínculos funcionales se pueden observar entre la acción, por un lado; los
eventos, la información y los temas por el otro?
6. A partir de los descubrimientos realizados durante la "lectura lenta" del fragmento, queda
por hacer una panorámica del modo de funcionamiento de la obra en su conjunto. Para ello,
ubicamos la posición del texto analizado en un cierto número de ejes dramatúrgicos (ver más
abajo). El resultado es un perfil general de la obra que no sólo arroja luz sobre su singular
modo de operar, sino que permite medir sus convergencias y sus desviaciones (su "posición")
en relación con cualquier otra obra dramática en particular, y en relación con el mundo de las
obras teatrales.
8. Hasta esta etapa, el examen de la obra se hizo obviando todo contexto. En definitiva, ahora
se tienen en cuenta los principales datos históricos, socioeconómicos, culturales y biográficos
que permiten situar la obra en su entorno y apreciar algunos de sus aspectos distintos a los
textuales y dramatúrgicos.
9. Nada prohíbe, en definitiva, hacer un juicio de "valor" sobre la pieza, midiéndose el valor
por la potencia del efecto que tiene sobre nosotros (lo que nos hace sentir, percibir,
comprender), el placer que nos produce, hasta la intensidad del interés que despierta en
nosotros; y de los medios que pone en práctica para lograrlo: pensamiento, emoción, carga
poética, risa, seducción...
Inicio
Es el punto (el estado de inercia) en el momento en que comienza el fragmento que nos
ocupa.
Información
Se designa así todo dato fáctico que nos llega a través del contenido de las palabras
pronunciadas.
La información puede ser verdadera, como puede ser falsa o dudosa. La información puede
ser captada como verdadera por el receptor en el momento de su emisión, mientras que el
espectador sabe que es falsa o dudosa (entonces se encuentra en una posición sobresaliente).
Pero también, la información puede ser captada como verdadera por el espectador en el
momento de su enunciación, para luego revelarle dudosa o falsa siguiendo el desarrollo de la
acción detallada o global.
Evento
ya sea por una dirección escénica (ejemplo: X reconoce a Y y se arroja a sus brazos);
ya sea por información que su destinatario tiene por cierta (ejemplo: Z le dice a X:
"Esta persona no es otra que tu hermano", por lo que X se lanza a los brazos de Y);
o por un momento crítico en el desarrollo del discurso cuando, gracias a la sola acción
de éste, la situación cambia (ejemplos: un reconocimiento, un malentendido, una
confesión).
A no ser que tengamos una información diferente, un evento es, por definición, cierto.
El flujo de palabras emitidas en un texto dramático saca a relucir temas, ya sea dispersos u
organizados en redes. Los temas no son, por sí mismos, activos, sino que constituyen la base
sobre la que se genera la acción y encuentra su tensión. La presencia de un tema muchas
veces exige la aparición de su opuesto (ejemplos: vivir/morir, quedarse/salir, malo/bueno), de
ahí la frecuencia de ejes bipolares en el tejido temático. Pero esto puede incluir temas
aislados, generalmente concretos, objetuales (ejemplos: la mesa, el tulipán, el río) que
colindan con temas abstractos, universales.
Por otra parte, el habla es un instrumento (o vehículo) de acción cuando se utiliza para
transmitir información necesaria para el desarrollo de la acción en su conjunto o en detalle.
La palabra puede, en ciertos casos, ser a la vez acción e instrumento de acción: alcanza un
estatus mixto. También puede haber una alternancia, en un texto dramático, de palabras-
acciones y palabras instrumentales.
Pieza-máquina, pieza-paisaje
El discurso teatral está compuesto por un número limitado de figuras textuales, que se
enumeran a continuación. Hacemos un uso particular de la expresión “figura textual”,
vinculado a las necesidades específicas del análisis del diálogo teatral. Por lo que no
deberíamos intentar conectar este uso con todos aquellos que se podrían haber hecho de esta
misma expresión. Las figuras textuales se dividen en cuatro categorías:
Figuras textuales fundamentales que se aplican a una respuesta o parte de una respuesta
Esquivar: El hecho de evadir el ataque, de buscar escapar de él, de evadir el golpe; huir o
alejarse.
Entre estos, hay dos que se destacan, tanto por la importancia de su función dramatúrgica
como por su frecuencia:
Figuras textuales relacionales, en los que existe relación con materiales textuales previos
V. EJES DRAMATÚRGICOS
El análisis del fragmento se completa con la identificación de la posición que ocupa el texto
en cada uno de los quince ejes definidos a continuación, o en algunos de ellos a elegir entre
los que mejor nos permiten definir la obra, desde el punto de vista de su modo de
funcionamiento. La tabla de ejes tiene un doble uso: 1. es la herramienta que permite resumir
los resultados obtenidos por el análisis; 2. es una herramienta comparativa, que permite medir
las convergencias y desviaciones de la obra en relación con cualquier otra; lo que también
permite señalar su situación en todo el universo de las obras dramáticas, como se hace de la
posición de un barco en el océano.
O, en el otro polo:
Es unitaria y centrada; existe un problema que pide resolución, un nudo que pide desenlace,
un enigma que pide aclaración, una trama que desentrañar, una expectativa que satisfacer, un
conflicto que busca salida.
O, en el otro polo:
O, en el otro polo:
Situación
La situación de partida (de la obra, de la escena, del fragmento) es de gran interés (ver
“Palabras-clave”, n ° 1).
O, en el otro polo:
Información, eventos
El texto contiene una alta densidad de información y/o eventos (ver “Palabras-clave” n °2 y
3).
O, en el otro polo:
Son los tensores de la acción; forman una red que participa en el sistema de generación de
tensión de la pieza; su función es esencial (ver “Palabras-clave”, n ° 4).
O, en el otro polo:
Son los que conducen todo; constituyen el resorte de la acción, y su oposición funda la acción.
O, en el otro polo:
Su estatus es similar al de los temas; son elementos del paisaje (o también: están ausentes).
Personajes
O, en el otro polo:
El espacio entre personajes es más significativo, más interesante que los personajes tomados
individualmente.
Hay una superioridad del espectador sobre los personajes; éstos saben menos que el
espectador sobre sí mismos, sobre lo que les espera.
O, en el otro polo:
Hay igualdad de estatus entre el espectador y los personajes. En algunos casos: puede haber
una superioridad del espectador y uno o más personajes sobre otro personaje o grupo de
personajes.
Es el punto de encuentro del pasado y el futuro que forman un tiempo continuo en el que se
integra.
O, en el otro polo:
Es la única realidad; mantiene una relación libre, azarosa, desarticulada con elementos del
pasado y del futuro. La acción global es una sucesión de momentos discontinuos, que se
juntan de manera contingente.
Error, trampa
Sorpresa
Resulta de una expectativa que se acumula, rebota, para conducir a un resultado que desbarata
los pronósticos. La sorpresa en perspectiva engendra tensión dramática.
O, en el otro polo:
Déficit
Al postular que todo texto dramático parte de un déficit, de una carencia por llenar, el déficit
se identifica, se expone, como un elemento de la fábula.
O, en el otro polo:
El ritmo
O, en el otro polo:
Ficción teatral
Hay una ficción teatral inquebrantable; el personaje tiene su propia identidad; su alteridad no
está en duda en relación a los demás personajes, en relación al actor que lo representa, en
relación al autor, en relación al espectador; hay ilusión teatral, dentro de la propia convención
teatral.
O, en el otro polo:
Hay atenuación, abolición de la línea divisoria entre lo imaginario y lo real, entre el relato
representado y la representación, entre el personaje y el actor – el autor – el espectador, entre
el lugar de la acción y la escena. Hay interferencia, interpenetración, mezcla, confusión de los
planos donde se pronuncia el habla. La ficción teatral es atravesada o puesta en abismo. El
drama se desvanece para dar paso al espectáculo de una subjetividad (la del autor) o a la
celebración de una ceremonia de despedida (al teatro, al sentido, a toda posible identidad).
En ciertos casos:
1. En algunos casos, un texto estará cerca de ambos polos de uno o más ejes.
2. La línea punteada ondulante delimita dos “familias” de polos. Un texto a menudo
tenderá a posicionarse más del lado de los polos superiores, o más bien del lado de los
polos inferiores. Pero un texto que agrupe todas las posiciones de arriba y no toque
ninguna de las de abajo (o viceversa) constituiría un caso límite.
Este «Méthode d’approche du texte théâtral » est tirée du livre de Michel VINAVER, Écritures
dramatiques. Essais d’analyse de textes de théâtre (p. 893-911) © Actes Sud, 1993.
I. Introduction à la méthode
11. Elle part du caractère spécifique de l’écriture théâtrale.
22. En même temps, elle relie l’écriture théâtrale à toute écriture quelle qu’elle soit, à
l’écriture en général ; elle l’insère donc dans le champ de la littérature, tout en affirmant sans
cesse sa singularité.
33. Elle met en contact directement et immédiatement avec la vie même du texte, sans exiger
un savoir préalable : historique, linguistique, sémiologique par exemple ; théâtral ou
littéraire ; ou culturel en général.
44. Elle ne présuppose pas l’adhésion à une « théorie », ni l’acquisition d’un « métalangage ».
55. Elle n’est pas moins dramaturgique que textuelle. Elle s’adresse tant au simple lecteur qui
souhaite accroître ses voies d’accès dans l’œuvre qu’au praticien (metteur en scène, acteur)
qui s’engage dans un travail dramaturgique. Sans jamais aborder les questions de mise en
scène, elle permet de saisir comment le texte fonctionne en tant qu’objet théâtral. À quoi
s’ajoute le fait qu’elle est « économique », pour qui voudrait passer à un stade de réalisation,
consistant principalement dans l’examen détaillé d’un fragment (voir « Mode d’emploi », plus
loin).
77. Elle fournit un ensemble d’outils permettant de situer une œuvre dans l’univers des
œuvres dramatiques de tous les genres, temps, pays… ou par rapport à toute œuvre
dramatique en particulier.
88. L’usage de ces outils a aussi pour effet de rapprocher les œuvres théâtrales
contemporaines du répertoire du passé, notamment des « classiques ». Elle désenclave
l’écriture dramatique d’aujourd’hui.
99. Elle n’aboutit pas à une « typologie » des textes de théâtre, mais permet de dresser une
« topographie », à l’intérieur de laquelle une œuvre trouvera sa position singulière.
1010. Elle procure un sentiment d’aventure, parce que son chemin n’est pas tracé à l’avance.
Elle n’est pas autoritaire. Elle propose un équipement destiné à partir « à la découverte ».
1111. Elle demande à être utilisée, non dans un esprit scientifique, mais plutôt dans un esprit
de bricolage. Les outils qu’elle propose sont suffisamment imprécis pour que soit découragée
la construction d’un système. Néanmoins, pédagogiquement, elle exerce à la précision et à la
rigueur dans le travail. Elle n’autorise pas le lancer prématuré d’idées générales. Celles-ci se
forment au fur et à mesure.
1212. Elle s’inscrit dans le sillage du propos de Proust : « C’est à la cime du particulier
qu’éclôt le général… », ou de celui de Goethe : « Qu’on ne cherche rien derrière les surfaces,
ce sont elles qui sont le secret. »
1313. Elle se fonde sur un postulat qui se décompose dans les trois propositions suivantes :
14La troisième proposition peut surprendre. Elle se fonde sur un postulat plus en amont, à
savoir : l’œuvre est tout entière dans son écriture même, et l’écriture n’est pas quelque chose
qui change en cours de route. Mais elle se fonde aussi, comme tout postulat, après coup, sur la
vérification des résultats de l’expérience.
184. L’essentiel de la « lecture au ralenti » consiste dans le pointage des actions d’une
réplique à l’autre ou même à l’intérieur d’une réplique, c’est-à-dire au niveau moléculaire du
texte. Il s’agit des micro-actions produites par la parole (et, le cas échéant, par les
didascalies).
19On cherche à déterminer :
205. La « lecture au ralenti » comporte des haltes. Parvenu au terme de chaque segment, puis
du fragment, on s’arrête et on prend de la hauteur, pour considérer récapitulativement en quoi
la succession des micro-actions analysées contribue à l’avancement de l’action aux niveaux
de détail et d’ensemble. Car il y a lieu, pour saisir l’action dans une œuvre théâtrale sous tous
ses aspects du point de vue de son fonctionnement, de distinguer les trois niveaux où l’on peut
l’observer :
d. « Qu’est-ce qui s’est passé » entre le début et la fin du segment, puis du fragment
entier ? Quel mouvement s’est opéré entre la situation de départ et la situation
présente ?
e. « Par quels moyens est-ce que ça s’est passé » : quel usage est fait de quelle
combinaison de figures textuelles ?
f. Quelles liaisons fonctionnelles s’observent entre l’action d’une part, les événements,
les informations, les thèmes d’autre part ?
226. Partant des découvertes faites au cours de la « lecture au ralenti » du fragment, il reste à
prendre une vue d’ensemble du mode de fonctionnement de l’œuvre dans son entier. Pour ce
faire, on repère la position du texte analysé sur un certain nombre d’axes dramaturgiques
(voir plus loin). Il en résulte un profil général de l’œuvre qui non seulement éclaire son mode
de fonctionnement singulier, mais encore permet de mesurer ses convergences et ses écarts
(sa « position ») par rapport à toute autre œuvre dramatique en particulier, et par rapport à
l’univers des œuvres de théâtre.
237. Lecture « à vitesse normale » de l’œuvre entière. On vérifie, on complète, on ajuste, on
corrige s’il le faut les résultats de l’analyse du fragment.
248. À ce stade, l’examen de l’œuvre s’est fait en suspension de tout contexte. In fine, on
prend en compte les principales données historiques, socio-économiques, culturelles et
biographiques permettant de situer l’œuvre dans son environnement et d’apprécier certains de
ses aspects autres que textuels et dramaturgiques.
259. Rien n’interdit, en bout de course, de porter un jugement de « valeur » sur la pièce, la
valeur se mesurant à la puissance de l’effet qu’elle a sur nous (ce qu’elle nous donne à
ressentir, à percevoir, à comprendre), au plaisir qu’elle nous apporte, à l’intensité d’intérêt
qu’elle suscite en nous ; et sur les moyens qu’elle met en œuvre pour y parvenir : la pensée,
l’émotion, la charge poétique, le rire, la séduction…
III. Mots-outils
Situation de départ
26C’est le point (l’état d’inertie) au moment où commence le fragment dont on s’occupe.
Information
27Est ainsi désignée toute donnée factuelle qui nous parvient par le contenu des paroles
prononcées.
28L’information peut être vraie, comme elle peut être fausse ou douteuse. Une information
peut être saisie comme vraie par le destinataire au moment de son énonciation alors que le
spectateur la sait fausse ou douteuse (il est alors en position de surplomb). Mais aussi, une
information peut être saisie comme vraie par le spectateur au moment de son énonciation, puis
se révéler à lui douteuse ou fausse par la suite du déroulement de l’action de détail ou
d’ensemble.
Événement
29Il s’agit d’un renversement majeur de situation, amené
soit par une didascalie (exemple : X reconnaît Y et se jette dans ses bras) ;
soit par une information tenue pour vraie par son destinataire (exemple : Z dit à X :
« Cette personne n’est autre que votre frère », à partir de quoi X se jette dans les bras
de Y) ;
soit par un moment critique dans le déroulement de la parole où, moyennant la seule
action de celle-ci, la situation bascule (exemples : une reconnaissance, une méprise, un
aveu).
33À l’opposé, la parole est instrument (ou véhicule) de l’action quand elle sert à transmettre
des informations nécessaires à la progression de l’action d’ensemble ou de détail.
34La parole peut, dans certains cas, être à la fois action et instrument de l’action : elle accède
à un statut mixte. Il peut y avoir, aussi, alternance, dans un texte dramatique, de paroles-
actions et de paroles instrumentales.
Pièce-machine, pièce-paysage
36On distingue deux modes de progression dramatique ; l’avancement de l’action se fait :
38On observe, dans certaines œuvres, la coexistence des deux modes de progression.
47Plaidoyer : Dans une situation conflictuelle, argumentation en faveur d’un point de vue,
d’une thèse, d’une position.
49Profession de foi : Hors de toute situation de conflit, présentation d’une croyance, d’une
conviction.
50Annonce : La chose annoncée peut être une décision ou une intention. L’annonce ne se
rapporte qu’au présent ou à l’avenir.
60Effet-miroir (ou écho) : Effet produit par un renvoi qui se fait, à l’intérieur d’une réplique, à
un élément textuel passé, proche ou éloigné, le contenu sémantique pouvant être soit
homogène, soit hétérogène.
61Répétition-variation : C’est la réitération d’un élément textuel passé, mais avec une
différence qui peut être dans la forme, ou dans le sens, ou les deux.
V. Axes dramaturgiques
63On complète l’analyse du fragment en repérant la position qu’occupe le texte sur chacun
des quinze axes définis ci-après, ou sur quelques-uns de ceux-ci choisis comme paraissant
devoir le mieux permettre de définir l’œuvre, du point de vue de son mode de fonctionnement.
Le tableau des axes a un double usage : 1. c’est l’outil qui permet de faire la synthèse des
résultats obtenus par l’analyse ; 2. c’est un outil comparatif, qui permet de mesurer les
convergences et les écarts de l’œuvre par rapport à toute autre ; qui permet aussi de pointer sa
situation dans l’univers entier des œuvres dramatiques, comme on le fait d’un navire dans
l’océan.
Statut de la parole
64La parole est action (voir « Mots-outils », no°5).
Situation
73L’intérêt de la situation de départ (de la pièce, de la scène, du fragment) est fort (voir
« Mots-outils », no°1).
84Leur statut s’apparente à celui des thèmes ; elles sont des éléments du paysage (ou encore :
elles sont absentes).
Personnages
85Ils sont fortement dessinés, cernés, caractérisés ; ils sont intéressants pour euxmêmes et en
eux-mêmes.
87L’espace inter-personnages est plus prégnant, intéresse davantage que les personnages pris
individuellement.
Statut du spectateur
88Il y a surplomb du spectateur sur les personnages ; ceux-ci en savent moins que le
spectateur sur leur propre compte, sur ce qui les attend.
Statut du présent
91Il est le point de jonction du passé et de l’avenir qui forment un temps continu dans lequel
il s’intègre.
93Il est la seule réalité ; il entretient un rapport lâche, hasardeux, disjoint, avec des éléments
du passé et de l’avenir. L’action d’ensemble est une succession d’instants discontinus,
s’assemblant de façon contingente.
Méprise, piège
94Il y a la mise en œuvre d’un dispositif de méprise (malentendu, quiproquo) ou
d’empiègement. C’est le ressort, ou la source majeure d’intérêt, de l’action d’ensemble
(suspense).
Surprise
97Elle résulte d’une attente qui s’accumule, rebondit, pour aboutir à un résultat déjouant les
prévisions. La surprise en perspective engendre la tension dramatique.
99La surprise ne cesse d’advenir au niveau moléculaire du texte. La mise sous tension se
renouvelle d’instant en instant, au fur et à mesure de la succession des paroles-actions. Dans
certains cas : il y a surprise à la fois en perspective et au niveau moléculaire.
Déficit
100En postulant que tout texte dramatique est à base d’un déficit, d’un manque à remplir…
Le déficit est identifié, exposé, en tant qu’élément de la fable.
Fiction théâtrale
106Il y a une fiction théâtrale infrangible ; le personnage a une identité propre ; son altérité ne
fait pas de doute par rapport aux autres personnages, par rapport à l’acteur qui le représente,
par rapport à l’auteur, par rapport au spectateur ; il y a illusion théâtrale, à l’intérieur même de
la convention théâtrale.
110La confusion des plans n’intervient que de façon fugace (aparté d’un personnage à
l’adresse du public) ; l’effet peut n’être pas de dissoudre l’illusion théâtrale, mais de la
suspendre momentanément pour renouer avec elle aussitôt.