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Sala Constitucional

Resolución Nº 01475 - 2013

Fecha de la Resolución: 30 de Enero del 2013 a las 2:30 p. m.


Expediente: 12-017181-0007-CO
Redactado por: Roxana Salazar Cambronero
Clase de asunto: Recurso de amparo
Analizado por: SALA CONSTITUCIONAL
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Sentencia relevante
Sentencia clave

Sentencia con datos protegidos, de conformidad con la normativa vigente

Contenido de Interés:
Tipo de contenido: Voto de mayoría
Rama del Derecho: 4. ASUNTOS DE GARANTÍA
Tema: PENSIÓN
Subtemas:
SUSPENSION.

01475-13. PENSIÓN. SE RECHAZA SOLICITUD DE SUSPENSIÓN DEL TRÁMITE PARA ACOGERSE A LA PENSIÓN. LA JUBILACIÓN
ES UN DERECHO, NO UNA OBLIGACIÓN.
“(…) En consecuencia, esta Sala Constitucional estima que en este amparo, es viable su intervención en aras de mantener indemne
la esfera de derechos fundamentales de la recurrente y por ende, el recurso debe ser estimado, anulándose el oficio [...] del 12 de
diciembre del 2012, mediante el cual el Director Financiero Contable de la Junta de Protección Social de San José, le comunicó a la
recurrente que no se acogía su solicitud de suspensión del trámite para acogerse a la pensión por cuanto ya se había gestionado
el preaviso y presupuestariamente ya se destinaron los recursos para el trámite de su renuncia. Lo anterior, por estimarse con
fundamento en los razonamientos señalados supra, que tal decisión es abiertamente arbitraria y lesiva de los derechos
fundamentales de la recurrente, quien podrá continuar desempeñándose en su puesto y en las labores acordes con su plaza,
durante el tiempo que ella estime pertinente. (…)” VCG12/2020
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Otras Referencias: Sentencia: 13685-06

Contenido de Interés:
Tipo de contenido: Voto de mayoría
Rama del Derecho: 1. CONSTITUCIÓN POLÍTICA CON JURISPRUDENCIA
Tema: 068- Prohibición de discriminación en materia laboral
Subtemas:
NO APLICA.

Artículo 68 de la Constitución Política


“(…) En este sentido, el trabajo no debe considerarse simplemente como uno más de los factores de producción que permite el
avance de la economía de un país; por el contrario, debe estimarse como parte fundamental del conjunto de elementos que
posibilitan la subsistencia digna y la realización de todo ser humano. En este sentido, considerando lo dispuesto por los artículos 33
y 68 de nuestra Carta Política y la regulación del Convenio número 111 de la Organización Internacional del Trabajo sobre la
discriminación en la ocupación y en el empleo, no es admisible alguna distinción, exclusión o preferencia fundamentada en razones
de edad, raza, color, sexo, religión, opinión política, ascendencia nacional y estatus social, tanto en la definición de las condiciones
de empleo, como en el acceso a determinados puestos y a los medios de formación profesional, en atención, precisamente, a la
idea básica de que el trabajo es la herramienta esencial para el crecimiento del individuo y garantía indiscutible para lograr una
mejor calidad de vida. (…)” VCG12/2020
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Contenido de Interés:
Tipo de contenido: Voto de mayoría
Rama del Derecho: 1. CONSTITUCIÓN POLÍTICA CON JURISPRUDENCIA
Tema: 056- Trabajo
Subtemas:
NO APLICA.

Artículo 56 de la Constitución Política


“(…) Tomando como base lo descrito líneas arriba y en lo que al análisis del caso concreto se refiere, es importante destacar, en
primer lugar, que el derecho al trabajo no implica solamente la garantía de la ocupación pura y simple del individuo, sino también la
posibilidad de crecer y mejorar dentro de su ámbito laboral, implicando la eventualidad de tener acceso, sin discriminación alguna, a
los medios de formación profesional y lógicamente, a los mecanismos que la posibiliten, lo cual obviamente puede verse reflejado al
alargar el tiempo productivo de una persona más allá de lo legalmente establecido. Como se dijo supra, el derecho al trabajo no es
incompatible con el derecho a la jubilación. (…)” VCG12/2020
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Texto de la Resolución
Exp: 12-017181-0007-CO
Res. Nº 2013001475
SALA CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA. San José, a las catorce horas treinta minutos del treinta
de enero de dos mil trece.
Recurso de amparo interpuesto por [Nombre 001], mayor, viuda, portadora de la cédula de identidad [Valor 001]; contra el Director
Financiero de la Junta de Protección Social.
Resultando:
1.- Por escrito recibido en la Secretaría de la Sala a las nueve horas treinta y siete minutos del 17 de diciembre del 2012, la
recurrente interpone recurso de amparo contra el Director Financiero de la Junta de Protección Social y manifiesta que tiene 60
años de edad y 37 años de laborar para esa institución, pues ingresó el 14 de enero de 1975. Indica que, actualmente, se
desempeña como Jefa Interina del Departamento de Revisión y Control. Indica que por medio del oficio de 29 de noviembre del
2012, el Jefe de la Sucursal de la Caja Costarricense de Seguro Social le informó que ya había cumplido con los requisitos para
pensionarse. Manifiesta que por oficio DRC1688 del 30 de noviembre del 2012, dirigido al Lic. Rafael Ángel Oviedo Chacón,
Director Financiero de la Junta de Protección Social, le comunicó su renuncia para acogerse al beneficio de la pensión a partir del
31 de diciembre de 2012, y con fecha de rige a partir del 1 de enero de 2013. Indica que en oficio DRC1739 del 07 de diciembre de
2012, dirigido al Director Financiero, revocó su decisión de renunciar para acogerse a la pensión, y solicitó dejarla sin efecto hasta
nuevo aviso. Agrega que en oficio DFC-955 del 12 de diciembre de 2012, el recurrido le comunicó que no acogía su solicitud de
revocatoria de su renuncia para acogerse a la pensión por vejez, dejando dicho acto vigente aún en contra de su voluntad. Alega
que dicha situación lesiona sus derechos fundamentales y por ello pide que se declare con lugar el recurso, con sus
consecuencias.
2.- Informa bajo juramento Rafael Ángel Oviedo Chacón, en su calidad de Director Financiero Contable de la Junta de Protección
Social de San José, que es cierto que la recurrente ingresó a laborar para esa Junta el 14 de enero de 1975 y a la fecha cuenta
con 60 años de edad; sin embargo, no es cierto que a la fecha ostente el cargo de Jefatura interina del Departamento de Revisión y
Control, ya que su nombramiento interino en ese cargo terminó el 31 de diciembre del 2012. Agrega que es verdad que mediante
oficio DRC 1688 del 30 de noviembre del 2012, la recurrente de manera voluntaria y expresa, ejerce su derecho a acogerse a su
pensión y es ella quien decide presentar la renuncia para dar por rota la relación laboral que la unía con esa Junta. Añade que
mediante oficio DFC-923 del 3 de diciembre del 2012, le comunica al Subgerente Financiero Administrativo, la decisión de la
recurrente, indicándose que ya estaba corriendo el preaviso debido a que su gestión fue aceptada y tramitada; oficio que le fue
comunicado a la recurrente y del cual se envía copia al Departamento de Recursos Humanos y al Departamento de Revisión y
Control por cuanto a esa fecha, ahí estaba destacada la recurrente como jefe interina. Manifiesta que es cierto que la recurrente
posteriormente, decide revocar su renuncia y mediante oficio [...] del 12 de diciembre del 2012, se le indica que no se acepta la
revocatoria de su renuncia por cuanto había ejercido su derecho de forma voluntaria y libre al dar por rota la relación laboral y
además había dado el mes de preaviso al patrono con respecto a esa terminación, aunado al hecho de que presupuestariamente
se habían tomado las previsiones para dar cumplimiento a su solicitud expresa de terminar su contrato de trabajo. Considera que
no se violenta ningún derecho fundamental de la recurrente, siendo que su representada reaccionó ante la decisión de la
interesada de dar por terminado su contrato de trabajo para ejercer el disfrute de su derecho de pensión. Añade que no existe
ninguna norma que faculte al patrono para rechazar la renuncia formulada por un trabajador o bien, no aceptarla, ya que ese es un
acto unilateral y voluntario de su parte, que surte efectos jurídicos desde el momento en que se comunica; máxime que en este
caso, la renuncia es planteada para el disfrute del derecho a pensionarse y en este caso, su representada no podría cuestionar tal
decisión, postergarla o no aceptarla. Considera que no se ha violentado ningún derecho de la recurrente y por ello pide que se
declare sin lugar el recurso.
3.- En los procedimientos seguidos se ha observado las prescripciones legales.
Redacta la Magistrada Salazar Cambronero; y,
Considerando:
I.- Hechos probados. De importancia para la decisión de este asunto, se estiman como debidamente demostrados los siguientes
hechos: a) que mediante oficio del 29 de noviembre del 2012, notificado al día siguiente, el Jefe de la Sucursal del Seguro Social
de Paraíso de Cartago, le comunicó a la recurrente que se había aprobado su derecho a la pensión, la cual regiría a partir del
momento en que el patrono hiciera el aviso correspondiente (ver prueba aportada al expediente electrónico); b) que mediante oficio
DRC 1688 del 30 de noviembre del 2012, la recurrente comunicó al Director Financiero Contable de la Junta de Protección Social
que se acogería a su pensión a partir del 31 de diciembre del 2012, solicitando que se tomara el mes de diciembre del 2012 como
preaviso y que se comunicara al Departamento de Recursos Humanos para lo de su cargo (ver informe rendido bajo juramento y
prueba aportada al expediente electrónico); c) que mediante oficio DRC 1739 del 7 de diciembre del 2012, la recurrente comunicó
al Director Financiero Contable de la Junta de Protección Social que había decidido dejar sin efecto su renuncia, pidiendo que se
suspendiera el trámite de su pensión hasta nuevo aviso (ver informe rendido bajo juramento y prueba aportada al expediente
electrónico); d) que mediante oficio DFC-955 del 12 de diciembre del 2012, el Director Financiero Contable de la Junta de
Protección Social de San José, le comunica a la recurrente que no se acogía su solicitud de suspensión del trámite para acogerse a
la pensión por cuanto ya se había gestionado el preaviso y presupuestariamente ya se destinaron los recursos para el trámite de
su renuncia (ver informe rendido bajo juramento y prueba aportada al expediente electrónico).
II.- Sobre el derecho a la jubilación y el derecho al trabajo. Previo a estudiar el caso concreto, es menester examinar las
aristas de estos derechos fundamentales con el propósito de analizar las afirmaciones de la autoridad demandada. Nuestra
Constitución Política, en su artículo 56 dispone:
“El trabajo es un derecho del individuo y una obligación con la sociedad. El Estado debe procurar que todos tengan ocupación
honesta y útil, debidamente remunerada, e impedir que por causa de ella se establezcan condiciones que en alguna forma
menoscaben la libertad o la dignidad del hombre o degraden su trabajo a la condición de simple mercancía. El estado garantiza el
derecho de libre elección de trabajo.”
En este sentido, el trabajo no debe considerarse simplemente como uno más de los factores de producción que permite el avance
de la economía de un país; por el contrario, debe estimarse como parte fundamental del conjunto de elementos que posibilitan la
subsistencia digna y la realización de todo ser humano. En este sentido, considerando lo dispuesto por los artículos 33 y 68 de
nuestra Carta Política y la regulación del Convenio número 111 de la Organización Internacional del Trabajo sobre la
discriminación en la ocupación y en el empleo, no es admisible alguna distinción, exclusión o preferencia fundamentada en razones
de edad, raza, color, sexo, religión, opinión política, ascendencia nacional y estatus social, tanto en la definición de las condiciones
de empleo, como en el acceso a determinados puestos y a los medios de formación profesional, en atención, precisamente, a la
idea básica de que el trabajo es la herramienta esencial para el crecimiento del individuo y garantía indiscutible para lograr una
mejor calidad de vida. Paralelamente, este Tribunal Constitucional, en la sentencia número 13685-2006 de las diecisiete horas con
catorce minutos del 13 de septiembre del 2006, delimitó el derecho a la jubilación como:
“aquella prestación económica que se deriva del régimen de seguridad social; se trata de una obligación de naturaleza social a
cargo del Estado. Así, hoy por hoy en nuestro ordenamiento jurídico, el derecho a la jubilación encuentra fundamento jurídico
en la interpretación armónica de los artículos 50, 73 y 74 de la Constitución Política, así como de los artículos 25, 28, 29 y 30 del
Convenio 102 de la O.I.T., artículos 11 y 16 de la Declaración de los Derechos y Deberes del Hombre; 22 y 25 de la Declaración
Universal de los Derechos Humanos; 31 de la Carta Internacional Americana de Garantías Sociales; 5 del Convenio 118 de la
O.I.T y artículo 9 del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (…)”.
Definitivamente se trata de un derecho fundamental de todo trabajador, derivado de la prestación de trabajo y constituido
parcialmente con sus aportes; si bien es cierto está sometido a una serie de limitaciones, éstas deben ser las necesarias y
razonables para su ejercicio, vinculadas a su naturaleza y al fin del derecho. Asimismo, en la citada resolución se explicó que el
derecho de jubilación
"(...) deja de ser una simple expectativa y se adquiere desde que se ingresa al régimen jubilatorio, al menos como derecho general
de pertenencia al mismo, y desde el instante en que el beneficiario se encuentra en las condiciones de hecho previstas para
recibir el beneficio, como derecho a la prestación actual, sin que sea necesario que la haya reclamado, ni mucho menos declarado
el reconocimiento o comenzado a percibirla”.
De ninguna manera debe presumirse que el derecho a la jubilación excluye o es incompatible con el derecho al trabajo. Una
persona puede haber cumplido con las exigencias legales y reglamentarias, imprescindibles para poder acogerse a su pensión, sin
que esto conlleve que indefectiblemente deba ejercitarla. Estamos ante un derecho a jubilarse, no una obligación,
consecuentemente será el titular quien decida, según una evaluación que él haga sobre el ritmo y tipo de vida que desea
experimentar, así como de su condición física y mental que posea, para a partir de esos criterios ejercer su derecho a la jubilación,
o bien continuar por más tiempo en el empleo, por ser esta opción la que resulta más conveniente y apropiada para su desarrollo
psicosomático:
“la jubilación ha sido considerada siempre como un derecho del trabajador que, al alcanzar la edad prefijada, puede libremente
cesar en el trabajo para pasar a percibir la pensión, sin hacer de la jubilación una obligación para el trabajador.” (sentencia de la
Sala Constitucional número 1146-1990 de las catorce horas con treinta minutos del veintiún de septiembre de mil novecientos
noventa; ver en igual sentido sentencia 2007-16000 de las nueve horas cuatro minutos del 7 de noviembre del 2007).
III.- Sobre el caso concreto. Tomando como base lo descrito líneas arriba y en lo que al análisis del caso concreto se refiere, es
importante destacar, en primer lugar, que el derecho al trabajo no implica solamente la garantía de la ocupación pura y simple del
individuo, sino también la posibilidad de crecer y mejorar dentro de su ámbito laboral, implicando la eventualidad de tener
acceso, sin discriminación alguna, a los medios de formación profesional y lógicamente, a los mecanismos que la posibiliten, lo cual
obviamente puede verse reflejado al alargar el tiempo productivo de una persona más allá de lo legalmente establecido. Como se
dijo supra, el derecho al trabajo no es incompatible con el derecho a la jubilación. En el caso concreto, las autoridades de la Junta
de Protección Social, denegaron a la recurrente su derecho a retractarse de su decisión inicial de acogerse a la pensión y aunque
de autos no se desprende, probablemente, esa decisión se debió a una consideración oculta de que la recurrente, por su edad,
tenía la obligación de jubilarse, lo cual se disfrazó con una sucinta comunicación que se le hizo, según la cual, debía pensionarse
porque ya se había gestionado el preaviso y presupuestariamente ya se habían destinado los recursos para el trámite de su
renuncia. En criterio de este Tribunal, esa decisión comunicada y la que eventualmente pudiere existir detrás de bastidores,
resultan abiertamente discriminatorias y lesivas de los derechos fundamentales de la recurrente, pues como se ha venido
señalando por este Tribunal, la jubilación ha sido considerada siempre como un derecho del trabajador que, al alcanzar las
condiciones prefijadas, puede libremente cesar en el trabajo para pasar a percibir la pensión, sin hacer de la jubilación una
obligación para el trabajador, ya que es éste quien, en definitiva, decide cuando retirarse. En ese sentido, en el caso concreto, no
consta en autos que exista normativa o acuerdo interno alguno que impida a un funcionario de la Junta de Protección Social,
continuar trabajando si cumple con las cuotas y la edad requerida para jubilarse. En segundo lugar, es importante aclarar a la
Junta accionada que los controles impuestos por el constituyente para el manejo de los fondos públicos, y desarrollados por el
legislador ordinario dentro de ese marco, fueron estatuidos substancialmente para impedir el despilfarro irresponsable de los
recursos y garantizar su utilización para cumplir con los fines primordiales delineados por los parámetros constitucionales y la
legislación aplicable. De ninguna forma pueden emplearse esos principios como justificante para denegar a una persona su
derecho de continuar trabajando y por ende, de seguir realizándose como persona útil a la sociedad. Ahora bien, con lo anterior no
quiere decirse que este Tribunal Constitucional esté admitiendo la existencia de un derecho irrestricto a favor de los trabajadores,
sino que, simple y sencillamente se trata de garantizar que las decisiones que impliquen el otorgamiento o el rechazo de esas
gestiones se efectúen a partir de criterios técnicos, unívocos y objetivos y no partiendo de la mera expectativa de que una persona,
por tener cierta edad y cantidad de cuotas por las cuales tenga la obligación a acogerse a la jubilación o a la pensión, pues
recuérdese que, como se indicó, es una mera expectativa. Aunado a ello no puede perderse de vista que, precisamente, el interés
de la recurrente en seguir laborando por un tiempo más, va en función de su trabajo y de su responsabilidad con su patrono, con lo
cual no se trata simplemente de un deseo de satisfacer una necesidad personal, sino más bien de llenar un vacío por carencia de
personal especializado que, al final, va a redundar en beneficios para la propia Administración en la que presta sus servicios. En
tercer lugar, las autoridades de la Junta de Protección Social no deben perder de vista, como ya se señaló, que la jubilación es un
derecho, no una obligación, por lo que una vez que el servidor cumple con las exigencias legales y reglamentarias imprescindibles
para acceder a su pensión, perfectamente podrá resolver en qué instante la hará efectiva, sin que esto conlleve una violación al
numeral 74 de nuestra Constitución Política que preceptúa la irrenunciabilidad de los derechos y garantías sociales, pues no se
trata de una limitación, ni mucho menos de una supresión, es una cuestión de legítimo ejercicio de una facultad, toda vez que ese
derecho está sujeto únicamente a las limitaciones necesarias y razonables para su ejercicio, vinculadas a su naturaleza y al fin del
derecho, no así a criterios como los que se han querido imponer a la recurrente con la decisión impugnada. En consecuencia, esta
Sala Constitucional estima que en este amparo, es viable su intervención en aras de mantener indemne la esfera de derechos
fundamentales de la recurrente y por ende, el recurso debe ser estimado, anulándose el oficio [...] del 12 de diciembre del 2012,
mediante el cual el Director Financiero Contable de la Junta de Protección Social de San José, le comunicó a la recurrente que no
se acogía su solicitud de suspensión del trámite para acogerse a la pensión por cuanto ya se había gestionado el preaviso y
presupuestariamente ya se destinaron los recursos para el trámite de su renuncia. Lo anterior, por estimarse con fundamento en
los razonamientos señalados supra, que tal decisión es abiertamente arbitraria y lesiva de los derechos fundamentales de la
recurrente, quien podrá continuar desempeñándose en su puesto y en las labores acordes con su plaza, durante el tiempo que
ella estime pertinente.
Por tanto:
Se declara con lugar el recurso. Se ordena reinstalar a la recurrente en el pleno goce de sus derechos conculcados, por lo que, en
consecuencia, se anula el oficio [...] del 12 de diciembre del 2012, mediante el cual el Director Financiero Contable de la Junta de
Protección Social de San José, le comunicó que no se acogía su solicitud de suspensión del trámite para acogerse a la pensión. Se
condena a la Junta de Protección Social de San José al pago de las costas, daños y perjuicios causados con los hechos que sirven
de base a esta declaratoria, los que se liquidarán en ejecución de sentencia de lo contencioso administrativo.

Gilbert Armijo S.
Presidente a.i

Fernando Cruz C. Fernando Castillo V.

Paul Rueda L. Roxana Salazar C.

Teresita Rodríguez A. José Paulino Hernández G.

Clasificación elaborada por SALA CONSTITUCIONAL del Poder Judicial. Prohibida su reproducción y/o distribución en forma
onerosa.
Es copia fiel del original - Tomado del Nexus PJ el: 17-06-2022 16:46:28.

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