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El conflicto en las sociedades de tierras bajas

W. Inti Medina M.

Introducción
El presente ensayo busca dilucidar y caracterizar los conflictos en la época misional
(principios y consolidación), entre las sociedades de tierras bajas ( Moxos,
Chiquitos, Pano Meridionales y Chiriguanos ), y el mundo europeo, conflictos dados
por la asimilación o resistencia al proyecto misional, como también conflictos de
carácter interétnico.

Debido a que he tomado como referencia cuatro textos distintos, con información
muy variada, sobre etnias también muy diferentes; es necesario ir una por una para
mostrar las situaciones de conflicto que pudieron estar sucediendo en aquellos
tiempos.

Desarrollo

En el caso de Chiquitos, las situaciones conflictivas se dieron en momentos


diferentes, desde el intento de colonización, hasta la desarticulación del modelo de
las reducciones. A mediados del siglo XVII, el intento de colonización por parte de
los españoles se encontró en una situación conflictiva que desembocó en el fallo del
modelo colonizador:
‘’[A]proximadamente 11.000 indígenas fueron sometidos al reclutamiento
para la mit’a en Potosí y el servicio personal - condujeron a que estas
poblaciones se retiraran de la influencia de los españoles, quienes perdieron
así la base de su modelo económico y, en consecuencia, trasladaron Santa
Cruz a su lugar actual’’ (Schwarz, 1994: 27).

Posteriormente se menciona que a finales del siglo XVII, se produjo un conflicto


más, dando lugar a dos motivos por los cuales se designó el papel colonizador a los
misioneros jesuitas pues ‘’Había que superar, sobre todo, dos problemas agudos: la
creciente retirada de los grupos étnicos y los ataques a los asentamientos criollos al
Oeste del Río Grande, realizados por los indígenas para compensar la
desarticulación de su sistema de intercambio y para recuperar el hierro’’ (Schwarz,
1994: 28).
Esta cita nos ayuda a conjeturar de qué no simplemente se dió una retirada pasiva
por parte de los chiquitos, sino también se produjo un conflicto que se tradujo en
ataques a los asentamientos criollos para compensar y castigar los agravios. Una
vez instauradas las reducciones en la chiquitanía, se sugiere que la nueva
configuración tuvo que afrontar nuevos conflictos:
‘’ A nivel demográfico, el nuevo patrón les protegía contra la mit’a colonial y, a
nivel espacial se consolidaba el territorio chiquitano, lo que permitía
defenderlo tanto contra los cazadores de esclavos [...] como contra la
penetración de la sociedad colonial, ya que en las reducciones la presencia
de blancos y mestizos no estaba permitida’’ (Schwarz, 1994: 34).

Por último, en la etapa de desarticulación de las reducciones se dió un conflicto que


causó que ‘’La población chiquitana, cada vez más, se retiró de las ex reducciones
hacia su ’hinterland’ fundando comunidades [...] escogieron sus propios santos
patronos y reprodujeron la lógica espacial de las reducciones a nivel micro: con
plaza, capilla y casas alargadas’’ (Schwarz, 1994: 37).
El conflicto para los chiquitos tuvo 3 etapas consistentes: Primero, el conflicto con
los españoles hizo que se decidiera la retirada de toda influencia española, que
posteriormente trajo consigo ataques a los asentamientos criollos, ya que la
presencia criolla y europea habían desarticulado su sistema de intercambio y su
acceso al hierro. Segundo, con la asimilación de la misión se produjo una nueva
organización, y un nuevo sentido de pertenencia, donde la defensa se daba ante
conflictos externos a la misión, ya sea con los cazadores de esclavos o los mestizos
y criollos. Tercero, en la etapa de expulsión a los jesuitas y desarticulación, los
chiquitos decidieron retirarse, en este caso, de la influencia republicana, llevando
consigo la herencia de la propuesta misional, una lógica espacial similar al de las
misiones, pero seguramente con una autonomía cultural con marcada influencia
misional. Por esos tres motivos caracterizamos el conflicto de los chiquitanos (sin
dejar el lado de las hostilidades y resistencias) como un conflicto donde se ha
optado mayormente por retirarse de toda influencia, asimilaron modelos y elementos
culturales, pero también decidieron alejarse antes que mantener el conflicto bélico
como resistencia.

En el caso de los Pano Meridionales, el texto de Villar,Córdoba y Combés hace un


foco específico en las etnias de raíz lingüística pano (Chacobos y Pacaguaras) pero
las situaciones de conflicto, incluyen al proyecto colonizador como, de otras etnias
con las cuales coexistieron en ese espacio geográfico. Se ha suscitado una
situación de conflicto a mediados del siglo XVIII, de la que muchas fuentes no dieron
mucha importancia, pero que nuestros autores nos muestran que fué un hito crucial
para la población autóctona. Citando a Sans, los autores nos señalan que: ‘’El padre
Eusebio Mejía, prefecto de la reducción de Ixiamas, llega a cortar las orejas y a
matar a unos indios indóciles que no quieren obedecerle’’ (Villar,Córdoba y Combés
2009: 24).
Este accionar dió origen a diversos conflictos entre las etnias rebeldes y las
misiones, como nos muestran los autores citando a Avellá que ‘’Indignados por los
excesos de Mejía, los indígenas se rebelan y atacan a flechazos la misión de
Ixiamas’’ (Villar,Córdoba y Combés 2009: 24). Más fuentes nos dan a entender que
el conflicto siguió a finales del siglo XVIII ‘’[E]n 1790 don Diego Quint Fernández
Dávila sigue quejándose de que los bárbaros ‘se divierten’ atacando a las
reducciones del Beni: ‘los pueblos de Isiamas, Cavinas y Pacaguaras sufrían
continuos asaltos de las tribus salvajes confinantes’’’ (Villar,Córdoba y Combés
2009: 27).
También debemos tomar en cuenta que los conflictos eran interétnicos: ‘’Negrete
logra contactar a otros grupos de pacaguaras (’de la misma nación, opuestos a
estos’) que lo reciben bien a pesar de ser enemigos entre sí’’’ (Villar,Córdoba y
Combés 2009: 36).
Podemos concluir que las situaciones conflictivas con los panos meridionales
tuvieron diferentes dimensiones; Hubo un hito conflictivo crucial (el accionar de
Mejía), que dió origen una ruptura en las relaciones interétnicas, ataques por parte
de los indios rebeldes a las misiones y a las etnias que aceptaron formar parte de
las misiones, pero también por el carácter guerrero de los panos meridionales,
habían conflictos y rivalidades con otros pueblos, que se sugiere que eran parte de
las relaciones interétnicas anteriores, dejando de lado a la influencia europea.
Caracterizamos el conflicto de los pano meridionales como: conflictos interetnicos,
con rupturas de cooperación interétnica, debido a que algunos pueblos se ‘’aliaron’’
con los españoes, se dieron conflictos cargados de ataques e instigación. Motivados
por un hecho histórico que solo remarcó el rechazo hacia lo europeo, los pano
meridionales se resistieron a la misión, si bien algunos pacaguaras aceptaron la
reducción, en esencia los panos meridionales fueron grupos resistentes y
conflictivos.

En el texto trabajado por Barnadas sobre las poblaciones de Mojos, encontramos


que el conflicto de la guerra jugaba un papel central en las sociedades mojeñas. El
autor cita a varias fuentes que confirman eso. En una cita que hace de Orellana nos
dice que: ‘’Casi siempre están estas diferentes naciones en guerra las unas con las
otras’’ (Barnadas, 1984: 138). En otra fuente nos menciona los fines que solía tener
la guerra para estas sociedades: ‘’El fin que se proponían no era extender sus
dominios, sino robar, cautivar mujeres y muchachos por esclavos y defender sus
pescadores y parques’’ (Barnadas, 1984: 139). Concluyo que las guerras en las
sociedades de Mojos formaron parte importante de la cultura, jugando un papel
central con fines de conseguir esclavos, recursos y defender territorio, más no
expandirlo. Ya que el conflicto interétnico y la guerra fueron unos elementos
importantes: caracterizamos al conflicto de estas sociedades como, un eje central
de la cultura, interrelacionado e inserto en muchas dimensiones de la sociedad
mojeña.

El texto trabajado por Saignes sobre los Chiriguanos nos muestra que estos grupos
también tenían un temperamento guerrero, dando origen a conflictos interétnicos,
también con los jesuitas y los franciscanos. Menciona el autor que:
‘’En 1690 se funda, gracias a la generosidad de un rico encomendero, el
colegio jesuita. Su primer superior viaja al Pilcomayo, donde consigue que
cese una guerra entre dos facciones rivales, atraviesa la Cordillera de sur a
norte y llega a Santa Cruz, donde obtiene la liberación de un jefe que había
sido encarcelado’’(Saignes, 2007 :235).
Si bien no hay más referencias a otros conflictos interétnicos, con esta cita y otra
información que posteriormente citaré, podemos entender que los conflictos
interétnicos pudieron ser un patrón común y cultural de los chiriguanos. Tratando el
tema de los monjes Jesuitas, señala que años más tarde se retoma el último
proyecto de misión ‘’Pero, en septiembre de 1727, una coalición indigena destruye
todas las misiones del sur y el puesto de avanzada de Sauces en el oeste’’
(Saignes, 2007 :235).
En el caso de los Franciscanos, ellos tuvieron mayor éxito que los jesuitas debido a
su mayor flexibilidad, lograron durante casi 20 años el intento de evangelización.
Pero ‘’En 1816, la mayor parte de las misiones son incendiadas y los frailes de
Tarija parten al exilio o son tomados prisioneros’’ (Saignes, 2007 :236). Es
importante señalar que gracias a una cita que hace Saignes de Lozano, sobre el
comentario que hace un líder chiriguano; se puede ver cómo el conflicto, la
venganza o la guerra forma parte esencial de estas sociedades Chiriguanas: ‘’El
perdón de las ofensas se opone a ‘nuestra primera ley’, la venganza de los
agravios,; ’nadie nos temerá ni respetará’’’ (Saignes, 2007 :240-241).
Podemos concluir que las sociedades chiriguanas se resistieron a los dos intentos
de evangelización, tanto de jesuitas como de franciscanos, sin importar cual tuvo
más éxito o más duración, según la estrategia utilizada o la rigidez o flexibilidad
aplicada en la política misional. Como los Chiriguanos tarde o temprano terminaron
destruyendo las misiones, pues no aceptaron del todo la misión o simplemente ya
no les convenía. Y que la guerra y la venganza contra los agravios eran parte
indivisible de su cultura, podemos caracterizar que conflictivamente eran sociedades
con mucha resistencia al mundo europeo, y supieron sacar provecho a la misión el
tiempo necesario, también que eran sociedades en constantes conflictos
interétnicos con un enraizamiento cultural de la guerra muy fuerte.

Conclusiones

El estudio del conflicto en las cuatro sociedades de tierras bajas ( Moxos, Pano
Meridionales, Chiriguanos, y Chiquitanos) nos ha mostrado cómo el conflicto
siempre estuvo en las cuatro sociedades, se entiende que el conflicto interétnico, la
enemistad y la guerra formaron parte de estas sociedades, pero no en la misma
medida o con el mismo raigambre cultural. En el caso de los chiquitos ellos tuvieron
mayor conflicto con el mundo europeo, los misioneros, los esclavistas y la república.
Si bien asimilaron la misión, terminaron alejándose de ella, con la llegada de la
república, sin irse por el camino de la guerra y los conflictos bélicos. En las demás
sociedades estudiadas existieron conflictos y guerras interétnicas como parte de la
dinámica social y cultural de esas regiones, y que con la llegada de los
colonizadores trayendo consigo el proyecto de misión, se dió una suerte de
resistencia y conflicto de lo más heterogéneo, en algunos casos conflictos y rupturas
de cooperación interétnica gracias a que algunos pueblos aceptaron la misión,
mientras otros la aceptaron y la desecharon cuando ya no les convenía, y otros
directamente la combatieron.
Bibliografía

Bardanas, Josep, Las reducciones jesuíticas de Moxos, Cochabamba, Rev.


Historia Boliviana IV-2, 1984.

Saignes, Thierry, Historia del pueblo chiriguano, IFEA/IRD/Plural editores, La


Paz, 2007. (Jesuitas y franciscanos frente a los chiriguanos: las ambigüedades
de la reducción misional 233-247)

Schwarz, Burkhard, Yabaicürr-Yabaitucürr-chiyabaiturrüp: estrategias


neocoloniales de “desarrollo” versus territorialidad chiquitana,
FIA/Semilla/CEBIAE, Santa Cruz, 1994. (Consolidación y desarticulación del
espacio chiquitano 25-36)

Villar, Diego, Córdoba Lorena, Combès, Isabelle, La reducción imposible:


expediciones hacia los pacaguaras, Instituto de Misionología, Cochabamba,
2009. (Hacia una etnohistoria de los pano meridionales pag. 17-49)

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