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ORDO AB CHAO
LITURGIA
DEL
GRADO SEXTO
SECRETARIO ÍNTIMO
Maestre por Curiosidad o Maestre Inglés
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GRADO SEXTO
SECRETARIO ÍNTIMO
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DECORACIÓN
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Esta antesala será en atrio cubierto de verde o azul, la
alumbrará una sola lámpara y no tendrá ningún asiento. La ocuparán
durante cierto tiempo de la ceremonia, los dignatarios y
concurrentes. El aspirante representa a Hohaben, el más fiel amigo
de Salomón, y cuyo nombre significa "Hijo de Dios".
PRELIMINARES DE LA APERTURA
APERTURA DE LA CÁMARA
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Ten.∙.de G.∙.—Demostrando que a ella se deben todos los
progresos de las Ciencias y las Artes, y el grado de civilización que
Hoy alcanza el linaje humano.
Sap.∙.M.∙.— ¿Cuánto tiempo destinamos a tan útil ocupación,
H.∙.Capitán de Guardias?
Cap.∙, de G.∙.—Desde la hora séptima a la nona, pues
empleamos las demás en la práctica de los principios que es-
tablecemos.
Sap.∙.M.∙.—Qué hora es, H.∙.Teniente de Guardias.
Ten.∙, de G.∙.—Las siete en punto.
Sap.∙.M.∙.— ¡Servíos, HH.∙.Cap.∙.y Ten.∙. de Guardias,
anunciar en vuestros Valles respectivos, como yo en Oriente, que
para cumplir nuestros fines voy a abrir la Audiencia de Maestros!
Cap.∙.de G.∙.— ¡HH.∙.Ten.', de Guardias y demás que decoráis
mi Valle, de orden de nuestro Sap.∙.M.∙.os anuncio que va a abrir la
Audiencia de los Maestros!
Ten.∙, de G.∙.—HH.∙.que decoráis mi Valle, de orden de
nuestro Sap.∙.M.∙.os comunico que va a abrir la Audiencia de
Maestros.
¡Anunciado, H.∙.Capitán de Guardias!
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Sap.∙.M.∙.—Vuestra imprudencia ha sido grande y mi amigo el
Poderoso Rey Hiram Segundo pide contra vos pena de la vida; poro
él es justo, y como ninguna Autoridad debe condenar a otro por las
apariencias, y menos aún sin oírlo, responded Johaben. ¿Por qué
habéis permanecido aquí al ver que no se necesitaba de vuestros
servicios?
G.∙.M.∙.de C.∙.—Porque al oír que se trataba de las Miserias
del pueblo, se excitó su curiosidad y le hizo olvidar que no se le
había llamado a está Audiencia.
Sap.∙.M.∙.—La intención constituye la culpa, cuando no es
dañada no hay delito. Vinisteis para defenderme y sin querer
sorprendisteis nuestro secreto, lo que cambia la naturaleza del acto.
Más confesáis que la curiosidad os detuvo, bien que no tuviera fines
maliciosos. Antes de sentenciaros, decid:
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su reino. Después de una corta discusión le elevaron a Secretario
Intimo de su nueva alianza. (Archivo del Templo).
Tres personajes simbólicos, el amado, el elevado y el hijo de Dios, o
Salomón, Hiram y Johaben, se reúnen para investigar las causas y
estudiar el modo de destruir la miseria de los pueblos, y constituyen
la Junta civilizadora de la AUDIENCIA DE'LOS MAESTROS. Son
Osiris, Isis y Horus, divinidades que personificaban en el antiguo
Egipto los fenómenos de la naturaleza: Creación, Combinación y
Regeneración; y los problemas sociales origen., pasión y
renacimiento de las naciones.
Los que se afiliaban, y la gran mayoría de los que hoy se
afilian en nuestra Institución, son iniciados en el nombre, a quienes
se dice en los necios rituales que corren por el mundo, que Salomón
hacía construir una bóveda subterránea con la mandarria(mazo), el
pico y la palanca, símbolos del grado, para depositar el tesoro
inestimable de la Masonería, y que en ella se entregaba con Hiram
Segundo al estudio de las relaciones del alma con Dios, por lo que
condenaban a muerte al que los oía.
Aquellos instrumentos simbolizan el Trabajo que remedia las
miserias, crea las ciencias, sublima la virtud, y sacará al hombre de
la ignorancia y del oprobio en que permanece; y si la verdad y la
razón no lo consiguen, esos mismos instrumentos que sirvieron para
abrir la tierra, levantar ciudades y construir el Templo de la
Sabiduría, lograrán su salvación, pues con la mandarria pulverizará
los ídolos de la Ignorancia, con el pico destruirá la Hipocresía,
aunque se guarezca en las rocas; y nuevo Arquímedes, con la
palanca desplomará los palacios de la Ambición para que no vuelvan
a fabricarse.
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Notaréis que en todas las leyendas de este grado se sublima la
Curiosidad, que fue la que excitó a Hiram Segundo a recorrer
Galilea, y la que se excusó en Johaben. Por eso os pregunté lo que
entendíais por ella, cuando se os sorprendió en la Audiencia. Bien
diferente del espionaje, vicio propio de almas viles, la curiosidad es
el excitador vivificante, la pasión divina que ha creado las artes,
simplificando su procedimiento y multiplicando sus beneficios. Por
ella distinguimos la causa de los efectos, salimos victoriosos de los
males físicos y acallamos los sufrimientos morales. Aquí nos re-
unimos para emplearla estudiando las miserias del pueblo, como
lo hacían Salomón, Hiram y Johaben. ¿Podríais a semejanza de él
llamaros Secretario Intimo, si para investigarlas no os estimulara el
ansia de comprender lo que sufre el pueblo?
Revisad la historia del progreso humano, y veréis que, como se
os ha dicho otras veces, no es el error su más terrible enemigo, es la
APATÍA, y contra ésta, la CURIOSIDAD es el único sentimiento.
El error puede cegar al ignorante, que de nada duda pero como cada
error tiene una realidad por objeto, a los amantes del saber los
inducirá a buscar pruebas y sus trabados los elevarán al
conocimiento de lo cierto. Apatía y Curiosidad son términos
contradictorios, y el que busca hace siempre descubrimientos que le
indemnizan con usura de sus penas y extravíos anteriores. Para
convencernos de lo uno y de lo otro, decid, ¿qué error se vio nunca
más generalizado que el de los inteligentes de la Edad Media, que
creían posible hacer oro descomponiendo y combinando distinto
cuerpo? Pues a él se debe la Química, esa ciencia tan exacta
como ilimitada en útiles aplicaciones. Y tan lejos está el error unido
a la curiosidad de ser la causa de nuestros males, que sin desviarme
de ejemplo os probaré que la civilización moderna trae su origen del
descubrimiento de la pólvora, como lo aseguró hace cinco siglos su
inventor el célebre alquimista Berthold Schawartz, monje
franciscano de Friburg, en Alemania, que la extrajo de su alambique
en vez del oro que buscaba.
El pueblo dio a su celda el nombre de "Arca de Satanás", y se
le tuvo por mal compañero y mal fraile. Castigado un día tras otro
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por su curiosidad científica en descubrir la piedra filosofal, sufría la
corrección y quedaba incorregible.
— ¡Eureka, Reverendo Padre! dijo un día altivamente a su
prior: vengo a pediros dos cosas: mi libertad y mi secularización.
El prior dio un salto como si le hubiera mordido una serpiente.
¿Vuestra libertad? ¿Olvidáis sin duda vuestros votos? ¿Vuestra
secularización? ¡Pedidla al Papa!
—No. dijo Berthold, Dios me ha llamado a cambiar la faz del
mundo, a modificar, transformar o destruir todas las leyes existentes,
toda la política, toda la institución humana. Yo acabaré con el es-
píritu guerrero de las naciones, y la Ciencia y la Verdad reinarán en
el Universo. Y al ver que su prior le tomaba por un loco, señaló con
el dedo el reloj de arena próximo a vaciarse y dijo: Ese instante que
queda, le consagro por última vez a cumplir mi voto de obediencia.
¿Me concedéis mi solicitud? ¡No! fue la respuesta. Cayó el último
grano de arena, y más rápido que el rayo, Schwartz saca de su
manga un cartón embreado con una mecha en la punta, le aproxima
a la lámpara que ardía perpetuamente sobre la imagen de San Fran-
cisco, se oye una horrible detonación, los muebles de la celda
bambolean, los vidrios se deshacen en polvo refulgente, el piso se
estremece, y un humo negro, denso y sulfuroso como si saliera del
infierno eclipsa los rayos del día. El viejo prior, espantado del
prodigio, cayó de rodillas, y apretando con su boca la cruz de su
rosario: —¡Vete! ¡Vete! ¡Vete! ¡hermano Berthold! —exclamó con
terror y convulsivo—. ¡Vete; la casa del Señor no puede ser la tuya!
Y Berthold fue a Italia, y cargado de oro y dignidades, Venecia lo
envió a sus ejércitos. Un griego de Corinto, Perdiceas, aplicó la
pólvora a la culebrina (cañon, obuz), y desde 1380 se inventó la
artillería.
Todo el mundo era antes militar; ¿quién lo es ahora? Las
guerras eran incesantes en todos los pueblos y naciones; ¿quiénes
son los que hoy pelean? Sabéis que los dos azotes más terribles son
la Guerra y la superstición, esos hijos primogénitos de la Ignorancia.
Todos los pueblos no educados han tenido siempre el Valor por la
mayor de las virtudes; no
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el valor moral digno de aplauso, sino el valor material que poseemos
como el bruto. Los poetas divinizaron en Vulcano al primero que
fabricó instrumentos de guerra, y Homero sólo canta el valor y la
astucia de sus héroes. Ser el más diestro en el manejo de las armas
que conocían: o el más valiente, era el colmo de la ambición. El
hombre de talento o de esperanzas cifraba su orgullo en ser militar, y
todo el que se tenía por libre era soldado. El clero mismo empuñaba
la lanza, y los obispos y abades dirigían legiones de guerreros. Nin-
guno se dedicaba a las ciencias: leer y escribir eran oficios que
abrían a la plebe las puertas del Santuario o de los banquetes, para
gloria a Dios o cantar las hazañas del guerrero. La imaginación se
enaltecía y la razón se anonadaba, y el más sabio del sacerdocio era
un controversista que agotaba su inteligencia en necias
especulaciones. Pero la pólvora hizo de un hombre mil, anuló el
valor del adalid, su energía y su destreza. El más débil y cobarde
podía matar al más fuerte y más valiente; y como eran tan costosas
la pólvora y las nuevas armas, y tan difícil el manejo del arcabuz y
la artillería, para no perder los hombres amaestrados y el dinero in-
vertido, se crearon los ejércitos permanentes. El militar dejó de ser
un héroe en cuanto fue asalariado, y el más grande, el más fuerte de
los príncipes era el que tenía más dinero para comprar más soldados.
¿Qué hicieron entonces los nobles, los ricos, los ambiciosos y la
gran masa del paisanaje, que se avergonzaba de vivir a expensa
ajena? La curiosidad que prestigió con la pólvora la arrogancia
militar, los excitó al estudio, a las artes, a todas las industrias; se
cultivó la inteligencia y comenzó la civilización que Smith, Foulton
y Morse han sublimado. ¡Decidme si la Pólvora, la Economía Po-
lítica, el Vapor y el Telégrafo se conocerían sin la curiosidad! Como
ella constituye el carácter general de la nación inglesa, que no
perdona medios de hallar los secretos artísticos y científicos, se da
moderadamente al grado el nombre de Maestro Inglés. ¿Qué hubiera
sido Newton sin la curiosidad, o sin esa pasión de saber la Verdad
que nos guía en el camino del progreso? ¿Qué Locke. ni Bacon? El
país que ha producido personajes tan incomparables, es digno de dar
su nombro a esta Cámara de la Masonería Escocesa. Alcanzó la
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cumbre de la gloria con Adam Smith, espíritu investigador, su cu-
riosidad infatigable le indujo a estudiar el origen de la riqueza de las
naciones, y a su obra publicada en 1776, debe el mundo la paz y el
grado de civilización en que hoy le vemos. Nadie en la tierra ha
hecho tanto bien a la Humanidad como aquel sublime escritor; y
nosotros, discípulos suyos, nos vanagloriamos en llamarle Maestro y
en proclamar sus doctrinas y generalizarlas. Pero no olvidéis que
Adam Smith no hubiera podido jamás elevarse a tal altura, si otro
hombre no le hubiera preparado el camino cuatro siglos antes.
Imitémosle nosotros, ocupémonos de aplicar atentamente nuestra
curiosidad a los misterios de este grado.
INTERROGATORIO
Sap.∙.M.∙.—Repetid conmigo.
JURAMENTO
¡Asi sea!
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Sap.∙.M.∙.— AL.˙.G.˙.D.˙.G.˙.A.˙.D.˙.U.˙. en su nombre, por la
Confraternidad Universal, bajo los auspicios del Sup.˙. Cons.˙. de
GG.˙. IInsp.˙. GG.˙. del Gr.˙. 33 para la jurisdicción de los Estados
Unidos Mexicanos, y en virtud de los poderes que se me han
conferido, os creo, nombro y constituyo SECRETARIO INTIMO,
MAESTRO POR CURIOSIDAD o MAESTRO INGLES y miembro
de la Audiencia de esta Sub.∙. Log.∙. Cap.∙. de Perf.∙.
………………..No……
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CLAUSURA DE LA AUDIENCIA
Todos lo ejecutan.
¡Por el signo!
Todos saludan.
¡Por la batería!
La dan diciendo
Y se retiran en silencio.
FIN
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