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SUPREMO CONSEJO DE ORDEN MASONICA MEXICANA

ORDO AB CHAO

LITURGIA
DEL
GRADO SEXTO

RITO ESCOCES ANTIGUO Y ACEPTADO

SECRETARIO ÍNTIMO
Maestre por Curiosidad o Maestre Inglés

-oOo-

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GRADO SEXTO

SECRETARIO ÍNTIMO

Maestre por Curiosidad o Maestre Inglés

——o——

DECORACIÓN

Cualquiera sala sirve para los trabajos comunes. Pero si se trata


de iniciación, se procura darle una forma circular con el cortinaje
rojo que cubra los muros. Habrá un solo trono en Oriente, con dos
espadas y dos asientos: el de la izquierda para el Doctísimo Maestro,
que representa a Salomón, con el título de SAPIENTÍSIMO
MAESTRO, y el de la derecha para el Gran Orador, que es Hiram II,
rey de Tiro, con el de PODEROSO REY. Debajo del solio (trono)
un cuadro con el símbolo del grado y en la mesa el Cetro de ébano,
la Espada, los Reglamentos, y tantos collares y mandiles del grado
como aspirantes.
En el Altar de los juramentos, vestido de rojo como todo lo
demás, estarán las Letras Capitulares o la Dispensa, que faculta para
los trabajos; sobre un cojín de lujo, y encima de ella, un triángulo de
oro y la espada flamígera.
En Occidente dos sillones: el que está a la derecha del Jefe, para el
Capitán de Guardias, que es el Primer Gran Vigilante, y el de la
izquierda para el Teniente de Guardias, que será el Segundo Gran
Vigilante. En los semicírculos, sillas para los concurrentes. En fin, el
Guarda de la Torre, que se llama Centinela, tendrá su asiento junto a
la cortina que separa la Audiencia de la Cámara de los Guardias de
Salomón.

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Esta antesala será en atrio cubierto de verde o azul, la
alumbrará una sola lámpara y no tendrá ningún asiento. La ocuparán
durante cierto tiempo de la ceremonia, los dignatarios y
concurrentes. El aspirante representa a Hohaben, el más fiel amigo
de Salomón, y cuyo nombre significa "Hijo de Dios".

Las insignias del Grado son: collarín carmesí que sostiene la


alhaja, o sea el triángulo de oro, y mandil blanco con orilla roja, en
cuya solapa se borda el pico, la palanca y la mandarria (mazo).

PRELIMINARES DE LA APERTURA

Cada uno ocupa el lugar que le corresponde, sentándose en


Oriente el Porta- Estandarte, junto al Muy Sabio Maestro, y los
demás como en Logia Simbólica, excepto los Grandes
Vigilantes, que estarán ambos en Occidente. El Sapientísimo
Maestro da un golpe con el cetro y dice:
Sap.∙.M.∙.—Trato, hermanos, de abrir la audiencia de los
Maestros, y os doy gracias por vuestra concurrencia.
¿Cual es vuestro deber en este caso, H.∙.Capitán de Guardias?
Cap.∙.de G.∙.—Ver si estamos libres de espionaje, Sa-
pientísimo Maestro.
Sap.∙.M.∙.— ¡Servíos hacedlo así, Q.∙.H.'.!
Cap.∙.de G.∙.— ¡Inquirid si estamos exteriormente cubiertos,
H.∙.Teniente de Guardias!
Ten.∙.de G.∙.— ¡Centinela! ¡Ved si estamos libres de es-
pionaje!

Este se levanta, se asegura de que no hay nadie en la Cámara


de los Guardias, que la puerta y la llave están corrientes; examina
el vestíbulo, ordena al Guarda exterior la vigilancia, cierra, da
seis golpes, a los que aquel responde, y luego da uno; saca la
espada, entra en la Audiencia y dice antes de sentarse:
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Cent.∙.—La Audiencia está a cubierto exteriormente, H.∙.Ten.',
de G.'.
Ten.∙.de G.∙.—Estamos libres de espionaje, H.∙.Cap.∙. de G.∙.
Cap.∙.de G.∙.—¡Podemos proceder, Sapientísimo Maestro!
Sap.∙.M.∙.— ¿Cuál es vuestro deber -ahora, H.∙.Teniente de
Guardias?
Ten.∙.de G.∙.—Reconocer con el Capitán a todos los presentes,
Sapientísimo Maestro.
Sap.∙.M.∙.— ¡Servíos, mi Cap.∙ y Ten.∙, de Guardias, pedir
cada uno en vuestro Valle el toque y palabras a todos los presentes,
y prended al curioso que trate de sorprender nuestros misterios!
Ten.∙.de G.∙.—¡No hay curiosos en mi Vallé, H.∙.Capitán de
Guardias!
Cap.∙.de G.∙.—¡Todos somos Secretarios íntimos, Sapien-
tísimo Maestro!
Sap.∙.M.∙.— ¡En ese caso, pongámonos las insignias!

(Todos lo ejecutan.) En seguida el Sapientísimo Maestro


preguntará sus deberes a los Dignatarios como en Logia, y estos
responderán de pie y al orden. Así que se convence de que están
bien instruidos, da un golpe con el cetro y procede a la
apertura de la Cámara.

APERTURA DE LA CÁMARA

Sap .∙.M.∙.— ¿Para qué nos reunimos, H.∙.Cap.', de Guardias?


Cap.∙.de G.∙.—Para reconocer las miserias del Pueblo y
penetrar sus causas.
Sap.∙.M.∙.— ¿Cuál es la más poderosa, H.∙.Ten.∙.de G.'.
Ten.∙.de G.∙.—La Ignorancia, Sapientísimo Maestro.
Sap.∙.M.∙.— ¿Y cuál es el sentimiento dado al hombre para
salir de ella, H.∙.Capitán de Guardias?
Cap.∙.de G.∙.—El deseo de saber o la CURIOSIDAD.
Sap.∙.M.∙.— ¿Cómo la excitaremos, H .'.Ten.∙.de G.'.

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Ten.∙.de G.∙.—Demostrando que a ella se deben todos los
progresos de las Ciencias y las Artes, y el grado de civilización que
Hoy alcanza el linaje humano.
Sap.∙.M.∙.— ¿Cuánto tiempo destinamos a tan útil ocupación,
H.∙.Capitán de Guardias?
Cap.∙, de G.∙.—Desde la hora séptima a la nona, pues
empleamos las demás en la práctica de los principios que es-
tablecemos.
Sap.∙.M.∙.—Qué hora es, H.∙.Teniente de Guardias.
Ten.∙, de G.∙.—Las siete en punto.
Sap.∙.M.∙.— ¡Servíos, HH.∙.Cap.∙.y Ten.∙. de Guardias,
anunciar en vuestros Valles respectivos, como yo en Oriente, que
para cumplir nuestros fines voy a abrir la Audiencia de Maestros!
Cap.∙.de G.∙.— ¡HH.∙.Ten.', de Guardias y demás que decoráis
mi Valle, de orden de nuestro Sap.∙.M.∙.os anuncio que va a abrir la
Audiencia de los Maestros!
Ten.∙, de G.∙.—HH.∙.que decoráis mi Valle, de orden de
nuestro Sap.∙.M.∙.os comunico que va a abrir la Audiencia de
Maestros.
¡Anunciado, H.∙.Capitán de Guardias!

Da un golpe con el puño de su espada. Cap.', de G.∙.— ¡Anunciado,


Sapientísimo Maestro!

Da seis con el cetro en su trono, que repiten el Cap .∙.y el Ten.∙. de


Guardias, y dice el

Sap.∙.M.∙.— ¡En pie y al orden, hermanos! Todos lo ejecutan.


Sap.∙.M.∙.— AL.˙.G.˙.D.˙.G.˙.A.˙.D.˙.U.∙, en su nombre, por la
Confraternidad Universal, bajo los auspicios del Sup.˙. Cons.˙. de
GG.˙. IInsp.˙. GG.˙. del Gr.˙. 33 para la jurisdicción de los Estados
Unidos Mexicanos, y en virtud de los poderes que se me han
conferido, declaro abiertos los trabajos de la Audiencia de esta
Sub.∙. Log.∙. Cap.∙. de Perf.∙. ………………..No……en el Grado 6º,
de Secretario Intimo.
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¡declaro abiertos los trabajos de la Audiencia de los Maestros! ¡A mí
hermanos!
¡Por el signo! Todos hacen el de saludo.
Por la batería ¡La dan!
Todos. — ¡Hoshea, Hoshea, Hoshea! (Significa, "Salvador".)

En seguida se ordena sentarse; se anuncia, lee y sanciona la


columna grabada de la sesión precedente, se despachan los
negocios de familia, se recibe a los Visitadores, y si hay
iniciación se proponen los candidatos. Para proceder a ella, el
Sapientísimo sentará al Gr .∙.Orador a su derecha y todos los demás
pasarán a la Cámara de los Guardias.

INICIACIÓN DE LOS CANDIDATOS

El Gran Maestro de Ceremonias despoja a los candidatos de


todas las insignias y armas, colocará a uno de ellos en la puerta de
la Audiencia, que queda entreabierta o reemplazada por la cortina,
con las manos cruzadas en la actitud de un hombre que escucha
y observa lo que hacen Salomón e Hiram, que estarán conversando.
Poco tiempo después los Guardias hacen ruido, lo que obliga
a Hiram a mirar hacia la puerta, y al ver al curioso exclama:.

Pod.∙.Rey. — ¡Cielos, nos escuchan!


Sap .∙. M.∙.— ¡Imposible; los Guardias cuidan de la puerta!

El poderoso Rey se lanza a ella, se apodera del curioso y le


arrastra diciendo:

Pod.∙.Rey. — ¡Aquí le tenéis; mirad quién es!


Sap.∙. M.∙.— ¡Oh Señor, Dios mío; mi amigo Johaben! ¿Qué
haremos de él?
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El Poderoso Rey toma la espada que está en el trono, y
haciendo el ademán de atravesarle el corazón, responde:

Pod.∙.Rey. — ¡Su indiscreción merece la muerte! Le detiene y


dice el
Sap.∙.M.∙.— ¡Suspended un momento vuestra justa cólera,
Poderoso Rey! No le condenéis sin oírle. ¿Qué hacíais ahí, Johaben?

El Gr.∙. M.∙.de Cer.∙., que habrá entrado sin ruido, responde


por Johaben:

Gr.∙. M.∙.de Cer.∙., —Temía por vuestra vida al veros con un


extranjero tan irascible, y vigilaba mientras los Guardias se
divertían.

Si hay más de un candidato, le hace la pregunta siguiente :

Sap.∙.M.∙.— ¿Venís solo?


Gr.∙.M.∙. de Cer.∙.—Tantos……amigos fieles le
acompañan.

El S.∙.M .∙.da un golpe con el cetro; el Cap.∙. de G.∙. entra y


saluda.

Sap.∙.M.∙.— ¡Prended a los curiosos que están en el atrio, y


conducidlos a nuestra presencia para juzgarlos!

Se ejecuta y todos los guardias entran con los aspirantes, los


colocan entre el Oriente y el Altar y se alinean detrás de ellos. Pero
si no hay más que un aspirante, todo esto se suprime; al decir el
Gr.∙. M.∙. de C.∙.“vigilaba, mientras los guardias se divertían”, el
Sap .∙.M.∙. da un golpe con el cetro, los GG.∙. entran, saludan y se
alinean detrás del candidato.

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Sap.∙.M.∙.—Vuestra imprudencia ha sido grande y mi amigo el
Poderoso Rey Hiram Segundo pide contra vos pena de la vida; poro
él es justo, y como ninguna Autoridad debe condenar a otro por las
apariencias, y menos aún sin oírlo, responded Johaben. ¿Por qué
habéis permanecido aquí al ver que no se necesitaba de vuestros
servicios?
G.∙.M.∙.de C.∙.—Porque al oír que se trataba de las Miserias
del pueblo, se excitó su curiosidad y le hizo olvidar que no se le
había llamado a está Audiencia.
Sap.∙.M.∙.—La intención constituye la culpa, cuando no es
dañada no hay delito. Vinisteis para defenderme y sin querer
sorprendisteis nuestro secreto, lo que cambia la naturaleza del acto.
Más confesáis que la curiosidad os detuvo, bien que no tuviera fines
maliciosos. Antes de sentenciaros, decid:

Sap.∙.M.∙.— ¿Qué entendéis por curiosidad?

Pregunta sucesivamente a cada aspirante

Así que han respondido, dirigiéndose a los Guardias les dirá:

Sap.∙.M.∙.—Cap.∙.y Ten.∙.de Guardias, apoderaos de esos


curiosos, sacadlos de la Cámara, y traedlos cuando se os llame para
que oigan su sentencia.

Todos salen y dejan la puerta abierta.

Después de un corto rato de hablar con Hiram en voz baja,


Salomón da un golpe, y entran de nuevo, se acomodan como antes y
al levantar aquél el cetro los GG.∙.bajan las espadas, dejan a los
candidatos entre los Valles con el Gr.∙. M.∙. de Cer .∙. y ellos ocupan
sus asientos respectivos.

Sap.∙.M.∙.—HH.∙. míos: el Rey de Tiro, mi aliado, ofendido de que


hubieseis entrado en esta Audiencia sin que se os llamara, quería
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castigaros de un modo ejemplar: su resentimiento era justo, porque
espiar a otro para sorprender su secreto es robarle su propiedad y
atacar uno de los derechos naturales del hombre; pero considerando
ya que no ha sido esa la causa que os ha excitado a tan atrevida
acción, sino que temías por mi vida, que sólo para estar prontos a
defender no oísteis, y que graduados de Maestros Perfectos cono-
cíais nuestro Círculo y el fin de nuestra discusión lo que excusa
vuestra permanencia y la curiosidad que os impidió retiraros, he
intercedido por vosotros; y como hemos hecho una nueva alianza y
dándonos recíprocas promesas, además de perdonaros, he
conseguido que seáis los Secretarios íntimos de la nueva
negociación y de los acuerdos que .habéis sorprendido y tenemos
que llevar a cabo. Seréis enviados a investigar hasta dónde llega la
miseria que, según informes de mi amigo Hiram, reina en alguna de
mis provincias, así como sus causas y la manera de remediarlas.
¿Os sentís capaces de guardar inviolables los secretos que es
necesario se os confíen?
Johaben. —Sí, Sapientísimo Maestro.
Sap.∙.M.∙.—En ese caso, H.∙.Maest.∙.de Cer.'., dadle asiento.

Lo ejecuta sentando en el centro a los aspirantes.

Sap.∙.M.∙.—HH.∙.míos: si habéis meditado el orden ascendente de la


instrucción masónica, comprenderéis que tres son los puntos
fundamentales que nos proponemos alcanzar: conocimiento del
Hombre, conocimiento de sus deberes y derechos, conocimientos del
modo de hacerlos efectivos. El primero se adquiere en las Logias
simbólicas. El segundo en las Cámaras Capitulares. El tercero en las
Concejiles. Tal es el significado del triángulo, y por eso le veis en
nuestro Altar en vez de la escuadra y el compás de las Logias azules.
No hay ciencia ni principio moral, filosófico, social o político, ex-
traño a nuestras investigaciones. Cuanto se ha hecho en adelanto y
beneficio de la civilización, se revisa, se acrisola y se formula en
nuestras Cámaras, para que nuestros HH.∙.lo estudien, desenvuelvan
y perfeccionen. Así, cada grado es más interesante, más instructivo y
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satisfactorio que su precedente; y como no hay progreso alguno que
no se deba a la curiosidad, fundamos esta Audiencia, elevando
Maestros Perfectos a Maestros por Curiosidad, y para excitarla les
mostramos prácticamente que deben arriesgar la vida para aumentar
sus conocimientos pues, según la tradición, esto fue lo que premió el
Monarca Israelita en Johaben su favorito.
Voy a leeros la historia compuesta para este grado. Antes de la
fabricación del Templo, el Rey de Tiro, Hiram Segundo y Salomón,
hicieron un trato, cuyas estipulaciones secretas sólo ellos conocían.
Hiram se comprometió a dar el dinero que faltaba, las piedras de
Tiro y los cedros de Líbano, así como los mejores operarios y más
célebres arquitectos de su país, y Salomón a cederle veinte ciudades
de Galilea en cuanto la obra se concluyese. Cumplió el primero las
condiciones, y acabada aquella pasó a visitar una por una las
ciudades que debía recibir entonces. El estado de degradación en
que las halló, su territorio inculto y la miseria de sus habitantes,
debida al abandono en que Salomón las tenía desde que hizo el
convenio, limitándose a cumplir la letra y no el espíritu de la cesión,
asombraron a Hiram, para quien sería una carga en vez de un pago;
y sin prevenir al Monarca Israelita se dirigió de incógnito a
Jerusalem, y penetró en el cuarto en que él se hallaba. Los guardias
al ver que Salomón le recibía con los brazos abiertos, se alejaron por
prudencia y siguieron sus diversiones. Pasados los saludos, Hiram
hizo sus relaciones, afeó al Rey su comportamiento con toda la
violencia de su corazón, y Johaben, que apercibió de lejos los ex-
traños ademanes del desconocido, se acercó pausadamente, abrió
más la puerta, se preparó a lanzarse en defensa de su Soberano y
escuchó lo que decían, para obrar como lo requiriesen las
circunstancias.
Apercibiólo Hiram, y admirado de aquel atrevimiento sacó su
espada para castigar tan audaz curiosidad. Felizmente Salomón le
detuvo y le calmó diciéndole que Johaben era el hermano que más
estimaba en la corte por su fidelidad, instrucción y deseo de saber;
que era su confidente particular y el que poseía todos los secretos de

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su reino. Después de una corta discusión le elevaron a Secretario
Intimo de su nueva alianza. (Archivo del Templo).
Tres personajes simbólicos, el amado, el elevado y el hijo de Dios, o
Salomón, Hiram y Johaben, se reúnen para investigar las causas y
estudiar el modo de destruir la miseria de los pueblos, y constituyen
la Junta civilizadora de la AUDIENCIA DE'LOS MAESTROS. Son
Osiris, Isis y Horus, divinidades que personificaban en el antiguo
Egipto los fenómenos de la naturaleza: Creación, Combinación y
Regeneración; y los problemas sociales origen., pasión y
renacimiento de las naciones.
Los que se afiliaban, y la gran mayoría de los que hoy se
afilian en nuestra Institución, son iniciados en el nombre, a quienes
se dice en los necios rituales que corren por el mundo, que Salomón
hacía construir una bóveda subterránea con la mandarria(mazo), el
pico y la palanca, símbolos del grado, para depositar el tesoro
inestimable de la Masonería, y que en ella se entregaba con Hiram
Segundo al estudio de las relaciones del alma con Dios, por lo que
condenaban a muerte al que los oía.
Aquellos instrumentos simbolizan el Trabajo que remedia las
miserias, crea las ciencias, sublima la virtud, y sacará al hombre de
la ignorancia y del oprobio en que permanece; y si la verdad y la
razón no lo consiguen, esos mismos instrumentos que sirvieron para
abrir la tierra, levantar ciudades y construir el Templo de la
Sabiduría, lograrán su salvación, pues con la mandarria pulverizará
los ídolos de la Ignorancia, con el pico destruirá la Hipocresía,
aunque se guarezca en las rocas; y nuevo Arquímedes, con la
palanca desplomará los palacios de la Ambición para que no vuelvan
a fabricarse.

No ha faltado quien, para explicar los tres instrumentos del


símbolo, en la creencia de que este grado perteneció a la Logia,
agregara un ataúd de su invención, y supiese que contenía el cadáver
de Hiram Abif, diciendo que la mandarria servía para clavar el
féretro, el pico para abrir la fosa, y la palanca para echarle en ella.

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Notaréis que en todas las leyendas de este grado se sublima la
Curiosidad, que fue la que excitó a Hiram Segundo a recorrer
Galilea, y la que se excusó en Johaben. Por eso os pregunté lo que
entendíais por ella, cuando se os sorprendió en la Audiencia. Bien
diferente del espionaje, vicio propio de almas viles, la curiosidad es
el excitador vivificante, la pasión divina que ha creado las artes,
simplificando su procedimiento y multiplicando sus beneficios. Por
ella distinguimos la causa de los efectos, salimos victoriosos de los
males físicos y acallamos los sufrimientos morales. Aquí nos re-
unimos para emplearla estudiando las miserias del pueblo, como
lo hacían Salomón, Hiram y Johaben. ¿Podríais a semejanza de él
llamaros Secretario Intimo, si para investigarlas no os estimulara el
ansia de comprender lo que sufre el pueblo?
Revisad la historia del progreso humano, y veréis que, como se
os ha dicho otras veces, no es el error su más terrible enemigo, es la
APATÍA, y contra ésta, la CURIOSIDAD es el único sentimiento.
El error puede cegar al ignorante, que de nada duda pero como cada
error tiene una realidad por objeto, a los amantes del saber los
inducirá a buscar pruebas y sus trabados los elevarán al
conocimiento de lo cierto. Apatía y Curiosidad son términos
contradictorios, y el que busca hace siempre descubrimientos que le
indemnizan con usura de sus penas y extravíos anteriores. Para
convencernos de lo uno y de lo otro, decid, ¿qué error se vio nunca
más generalizado que el de los inteligentes de la Edad Media, que
creían posible hacer oro descomponiendo y combinando distinto
cuerpo? Pues a él se debe la Química, esa ciencia tan exacta
como ilimitada en útiles aplicaciones. Y tan lejos está el error unido
a la curiosidad de ser la causa de nuestros males, que sin desviarme
de ejemplo os probaré que la civilización moderna trae su origen del
descubrimiento de la pólvora, como lo aseguró hace cinco siglos su
inventor el célebre alquimista Berthold Schawartz, monje
franciscano de Friburg, en Alemania, que la extrajo de su alambique
en vez del oro que buscaba.
El pueblo dio a su celda el nombre de "Arca de Satanás", y se
le tuvo por mal compañero y mal fraile. Castigado un día tras otro
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por su curiosidad científica en descubrir la piedra filosofal, sufría la
corrección y quedaba incorregible.
— ¡Eureka, Reverendo Padre! dijo un día altivamente a su
prior: vengo a pediros dos cosas: mi libertad y mi secularización.
El prior dio un salto como si le hubiera mordido una serpiente.
¿Vuestra libertad? ¿Olvidáis sin duda vuestros votos? ¿Vuestra
secularización? ¡Pedidla al Papa!
—No. dijo Berthold, Dios me ha llamado a cambiar la faz del
mundo, a modificar, transformar o destruir todas las leyes existentes,
toda la política, toda la institución humana. Yo acabaré con el es-
píritu guerrero de las naciones, y la Ciencia y la Verdad reinarán en
el Universo. Y al ver que su prior le tomaba por un loco, señaló con
el dedo el reloj de arena próximo a vaciarse y dijo: Ese instante que
queda, le consagro por última vez a cumplir mi voto de obediencia.
¿Me concedéis mi solicitud? ¡No! fue la respuesta. Cayó el último
grano de arena, y más rápido que el rayo, Schwartz saca de su
manga un cartón embreado con una mecha en la punta, le aproxima
a la lámpara que ardía perpetuamente sobre la imagen de San Fran-
cisco, se oye una horrible detonación, los muebles de la celda
bambolean, los vidrios se deshacen en polvo refulgente, el piso se
estremece, y un humo negro, denso y sulfuroso como si saliera del
infierno eclipsa los rayos del día. El viejo prior, espantado del
prodigio, cayó de rodillas, y apretando con su boca la cruz de su
rosario: —¡Vete! ¡Vete! ¡Vete! ¡hermano Berthold! —exclamó con
terror y convulsivo—. ¡Vete; la casa del Señor no puede ser la tuya!
Y Berthold fue a Italia, y cargado de oro y dignidades, Venecia lo
envió a sus ejércitos. Un griego de Corinto, Perdiceas, aplicó la
pólvora a la culebrina (cañon, obuz), y desde 1380 se inventó la
artillería.
Todo el mundo era antes militar; ¿quién lo es ahora? Las
guerras eran incesantes en todos los pueblos y naciones; ¿quiénes
son los que hoy pelean? Sabéis que los dos azotes más terribles son
la Guerra y la superstición, esos hijos primogénitos de la Ignorancia.
Todos los pueblos no educados han tenido siempre el Valor por la
mayor de las virtudes; no
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el valor moral digno de aplauso, sino el valor material que poseemos
como el bruto. Los poetas divinizaron en Vulcano al primero que
fabricó instrumentos de guerra, y Homero sólo canta el valor y la
astucia de sus héroes. Ser el más diestro en el manejo de las armas
que conocían: o el más valiente, era el colmo de la ambición. El
hombre de talento o de esperanzas cifraba su orgullo en ser militar, y
todo el que se tenía por libre era soldado. El clero mismo empuñaba
la lanza, y los obispos y abades dirigían legiones de guerreros. Nin-
guno se dedicaba a las ciencias: leer y escribir eran oficios que
abrían a la plebe las puertas del Santuario o de los banquetes, para
gloria a Dios o cantar las hazañas del guerrero. La imaginación se
enaltecía y la razón se anonadaba, y el más sabio del sacerdocio era
un controversista que agotaba su inteligencia en necias
especulaciones. Pero la pólvora hizo de un hombre mil, anuló el
valor del adalid, su energía y su destreza. El más débil y cobarde
podía matar al más fuerte y más valiente; y como eran tan costosas
la pólvora y las nuevas armas, y tan difícil el manejo del arcabuz y
la artillería, para no perder los hombres amaestrados y el dinero in-
vertido, se crearon los ejércitos permanentes. El militar dejó de ser
un héroe en cuanto fue asalariado, y el más grande, el más fuerte de
los príncipes era el que tenía más dinero para comprar más soldados.
¿Qué hicieron entonces los nobles, los ricos, los ambiciosos y la
gran masa del paisanaje, que se avergonzaba de vivir a expensa
ajena? La curiosidad que prestigió con la pólvora la arrogancia
militar, los excitó al estudio, a las artes, a todas las industrias; se
cultivó la inteligencia y comenzó la civilización que Smith, Foulton
y Morse han sublimado. ¡Decidme si la Pólvora, la Economía Po-
lítica, el Vapor y el Telégrafo se conocerían sin la curiosidad! Como
ella constituye el carácter general de la nación inglesa, que no
perdona medios de hallar los secretos artísticos y científicos, se da
moderadamente al grado el nombre de Maestro Inglés. ¿Qué hubiera
sido Newton sin la curiosidad, o sin esa pasión de saber la Verdad
que nos guía en el camino del progreso? ¿Qué Locke. ni Bacon? El
país que ha producido personajes tan incomparables, es digno de dar
su nombro a esta Cámara de la Masonería Escocesa. Alcanzó la
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cumbre de la gloria con Adam Smith, espíritu investigador, su cu-
riosidad infatigable le indujo a estudiar el origen de la riqueza de las
naciones, y a su obra publicada en 1776, debe el mundo la paz y el
grado de civilización en que hoy le vemos. Nadie en la tierra ha
hecho tanto bien a la Humanidad como aquel sublime escritor; y
nosotros, discípulos suyos, nos vanagloriamos en llamarle Maestro y
en proclamar sus doctrinas y generalizarlas. Pero no olvidéis que
Adam Smith no hubiera podido jamás elevarse a tal altura, si otro
hombre no le hubiera preparado el camino cuatro siglos antes.
Imitémosle nosotros, ocupémonos de aplicar atentamente nuestra
curiosidad a los misterios de este grado.

INTERROGATORIO

Sap .∙.M.∙.—Decid, H.∙. ………………... ¿Qué entendéis por


MISERIAS DEL PUEBLO?

Así que han respondido sucesivamente los aspirantes, les


dirá la

RESPUESTA.—Llamamos miserias del pueblo a sus


padecimientos físicos y morales, sin barbarie, que se opone a que
utilice los recursos que están a su alcance, o su envilecimiento, que
es la más fatal de todas, puesto que pierde por él los derechos. Un
pueblo inteligente sufre y tiene conciencia de sus males; el bárbaro
los ignora, y el envilecido hace gala de su sambenito (deshonra), se
sumerge cada día más y más en la degradación, y como loco que,
cubierto de jirones se cree rico, omnipotente, mueve a lástima a los
qué le observan El hombre; HH.∙.míos es semejante al bruto como
materia y a Dios como ser inteligente, y si abjura de su dignidad
goza como aquél viviendo su vida animal, explotando y siendo
explotado; mas si prefiere el honor, muere antes que sufrir el yugo.
Esto lo sabían y expresaban los antiguos en su alegórico lenguaje.
Dígalo la encantadora Circe convirtiendo en cerdos a los
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compañeros de Ulises, y la apoteosis que elevaba a Héroes o
semidioses a los que seguían los principios opuestos.
Sap.∙.M.∙.— ¿Cuáles son las causas más poderosas de estos
males?

Contestan de igual modo los candidatos.

RESPUESTA.—La educación defectuosa, y los vicios del


poder constituido.
Sap.∙.M .∙.— ¿Qué diferencia halláis entre CIVILIZACIÓN y
EDUCACIÓN, H.∙.…………………………….. .?
RESPUESTA. —La primera es el medio, la segunda es el fin.
La civilización pasa por diversas fases según los pobladores van
adquiriendo nociones exactas de los deberes de cada uno; no
alcanzan la educación sino cuando saben el modo de hacerlos
efectivos. Así una nación puede estar civilizada y no educada.
Para comprender la evolución del entendimiento, es
indispensable no separar su estudio del Universo. El amor a lo
infinito, lo maravilloso, lo sintético y lo deductivo, se enlaza con los
peligros físicos de la civilización, y crece con el sentimiento de la
impotencia de nuestros esfuerzos para destruirlos; mientras que el
amor a lo infinito, lo escéptico, lo analítico y lo inductivo se deriva
de la convicción del poder de nuestros recursos para dominar la
naturaleza. En la India, el Brasil y el Anáhuac, todo conspiró a
deprimir la dignidad humana, el terror hizo monstruos a los dioses.
En Grecia y Roma todo tendía a sublimarla, y Dios fue el hombre
poetizado.
Sap.∙.M.∙.—Decís bien, hermano, y nos felicitamos por
hallarnos en época positiva. Hoy las escuelas teológicas y
metafísicas ofrecen al sabio el cuadro lastimoso de religiones contra
religiones, filosofías contra filosofías, sin que ninguno de sus
maestros convenza a sus antagonistas a pesar del esfuerzo que le
inflama. Por fortuna, ha mucho tiempo que renunciaron al dominio
de las ciencias físicas o materiales, como indignas de su
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consideración, o porque no se doblegaban a sus fantásticas hipótesis;
libres éstas de su yugo, entraron en el camino del progreso; mas
dejaron torpemente fuera de su área el fenómeno tan complexo,
gigantesco y espinoso de las asociaciones humanas, y vemos
naciones que culminan en las ciencias y artes que ignoran los
elementos de la primera, de todas, la que asegura el cumplimiento
del deber y el ejercicio del derecho.
La Masonería escocesa ha procurado llenar este vacío, y su
estudio compendioso del mundo inorgánico y del orgánico y vivo,
no acudiendo jamás al dato de una intervención sobrenatural, hace
de las ciencias materiales y sociales una filosofía positiva y saca de
ellas el arte maravilloso de garantizar el deber y afirmar el derecho.
¿De qué dependen los grados de civilización de los distintos
países que brillan en el mundo y los cambios de modificaciones que
aquella experimenta?
RESPUESTA. —De tres causas: primera, la suma de co-
nocimientos que poseen sus hombres más hábiles; segunda, la
dirección que dará a sus estudios, o la materia a que se refieren sus
conocimientos; y tercera, su generalización en las masas y la libertad
con que se difunden en ellas.
Sap.∙.M.∙.— ¿Y qué entendéis por Orden, H.∙.
…………………………….......?
RESPUESTA. —Lo que asegura la tranquilidad pública,
garantizando a todos el ejercicio de sus derechos y él cumplimiento
de sus deberes.
Sap.∙.M.∙.— ¿Puede haber deberes sin derechos?
RESPUESTA. —Eso es un contrasentido, porque el deber
supone la existencia de un derecho y viceversa, y como los unos y
los otros nacen de la Naturaleza, son recíprocos los deberes y
derechos.
Sap.∙.M.∙.—Decid, H.∙. …………………………... ¿cómo
influyen la fertilidad del suelo, el clima y los fenómenos naturales
que amenazan sin cesar la vida, en la civilización de las naciones?
RESPUESTA.—La fertilidad del suelo, siendo excesiva,
satisface las necesidades con poco trabajo, y como éste es el que
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desarrolla las facultades del hombre, según se demostró en el grado
de Compañero, la gran masa vegeta y vive al arbitrio de los que
saben explotarla, como sucedió en la India, en Egipto y en el antiguo
México, Brasil y Perú. Un clima demasiado riguroso obliga a
ocuparse únicamente de la existencia material, lo que se opone a
todo progreso. Mientras el templado, cuyo suelo requiere la industria
humana para la producción, estimula nuestras facultades, despierta
nuestros deseos, nos da a conocer lo que somos, o lo que podemos, y
nos encamina al Progreso y a la Libertad. Finalmente, en los lugares
sembrados de volcanes, sacudidos por terremotos, rodeados de
montañas inaccesibles, y donde el hombre no vé más que su
pequeñez en todas partes, la imaginación se desarrolla en la misma
proporción que la razón se desvanece; y los pueblos serán fanáticos
y serán poetas, pero no serán jamás libres si se abandonan a sí
mismos. Este influjo local preside igualmente en sus creencias
religiosas, en su literatura, preocupaciones y supersticiones, de una
manera tan marcada, que un hombre de talento puede describir los
rasgos principales de la historia de una nación por el lugar que ocupa
y su relación con las vecinas, seguro de que lo que diga se verá
confirmado por la tradición o por los descubrimientos sucesivos.
Sap.∙.M.∙.— ¿Cuándo principia la verdadera CIVILIZACIÓN
de un país, H.∙.…………………………………………… . .?
Responden lo que saben.

RESPUESTA. —Cuando se ha acumulado la riqueza; esto es,


cuando están cubiertas las necesidades materiales.
Sap.∙.M.∙. — Resumid las causas más poderosas de las
Miserias del Pueblo, hermanos . . !
RESPUESTA. — La educación defectuosa, los vicios del
poder constituido y las condiciones materiales del país son las que
prolongan la ignorancia y se oponen al Progreso.
Sap.∙. M.∙.— ¿Y qué entendéis por Progreso, H. '.
……………………….....?
RESPUESTA. — El adelanto de los conocimientos de la
naturaleza de las cosas. Ese adelanto aumenta según nuestra razón se
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desarrolla; y así, cada idea, cada ciencia, cada rama del saber
humano ha sufrido tres metamorfosis: la primera fue
necesariamente ficticia o teológica, porque hallándose en sus
albores, sólo nos guiaba el sentido íntimo de la Conciencia en el
mundo que desconocíamos, y sin otro maestro para distinguir lo
bueno de lo malo, lo justo de lo injusto; la inteligencia, a concebir la
Causa de las causas, atribuyó al Creador, no sólo los primordiales
hechos, sino también los privados y finitos: y personificando hasta
las abstracciones (meditaciones) de la mente, todo fue Dios, excepto
Dios mismo. La segunda metamorfosis se debió a los esfuerzos de la
Razón para comprender el '"Yo" en el caos de la Inteligencia y la
Intuición, así como las verdades materiales y contingentes; fue meta-
física y abstracta (imprecisa). La tercera, hija de la duda, para hallar
la Verdad, revisó los hechos y produjo la evidencia que trajo la
certidumbre, y la Razón en su energía pudo apreciar al hombre y al
mundo como son en sí; y es la científica o positiva. La edad
teológica alcanzó la perfección al proclamar un solo Dios y la
inmortalidad del alma; la metafísica al fundir las entidades
primitivas en la gran entidad, la Naturaleza; la positiva no llegará a
su apogeo hasta que consiga la demostración irrecusable de lo cierto
en todo lo que interese a la especie humana.
Sap.∙.M.∙.— ¿Por qué se miran a veces como antípodas el
Orden y el progreso H.∙.………………………..…..., cuando deben
ser inseparables?
RESPUESTA. —Porque se ha definido simplemente al pri-
mero "el conservador de la tranquilidad pública", y como todo orden
se modela por una idea, y la de poder o Autoridad que somete a los
pueblos a la obediencia pasiva afianza en el gobierno a los tiranos,
se ha creído desorden cuanto se hacía para librar a las masas del
envilecimiento.

Acabado el interrogatorio, dirá dirigiéndose al poderoso Rey:

Sap.∙.M.∙.— ¿Qué opináis, amigo mío, acerca de estos


candidatos?
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Pod.∙.Rey. —Que han respondido satisfactoriamente, y me uno
a vos para que sus méritos sean recompensados.
Sap.∙.M.∙.—Pues si es así, acompañadme para que presten su
juramento sobre esta espada. HH.∙.Cap .∙.y Ten.∙.de Guardias,
conducid a los candidatos.

Salomón e Hiram bajan del trono, acercan al Altar: ponen los


candidatos la mano derecha sobre el triángulo y la espada de
Salomón, quien dice.

Sap.∙.M.∙.—Repetid conmigo.

JURAMENTO

Yo……………….. juro por mi honor y prometo en presencia del


G.∙.A.∙.D.∙.U.∙, y de esta Respetable Audiencia de Maestros, no
revelar jamás directa ni indirectamente a nadie en el mundo los
secretos de este grado de SECRETARIO INTIMO; no hablar de
ellos con ningún H.∙.que sea inferior a él; no mostrar, sino al que de
derecho corresponde, los libros, papeles y documentos que se me
confíen; obedecer estrictamente las leyes que nos rigen, someterme
a los acuerdos de la mayoría de esta Audiencia o del Soberano
Capítulo Rosa Cruz a que pertenece, y utilizar mi curiosidad para
comprender las causas que producen las Miserias del Pueblo y la
manera de remediarlas. ¡Y antes que faltar a este juramento,
quisiera que mi cuerpo fuera dividido oblicuamente, y mis entrañas
arrancadas para servir de pasto a las bestias! ¡ Que Dios me libre
de ello!

¡Asi sea!

El Sapientísimo Maestro levanta la espada sobre la cabeza de


los graduandos y dice:

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Sap.∙.M.∙.— AL.˙.G.˙.D.˙.G.˙.A.˙.D.˙.U.˙. en su nombre, por la
Confraternidad Universal, bajo los auspicios del Sup.˙. Cons.˙. de
GG.˙. IInsp.˙. GG.˙. del Gr.˙. 33 para la jurisdicción de los Estados
Unidos Mexicanos, y en virtud de los poderes que se me han
conferido, os creo, nombro y constituyo SECRETARIO INTIMO,
MAESTRO POR CURIOSIDAD o MAESTRO INGLES y miembro
de la Audiencia de esta Sub.∙. Log.∙. Cap.∙. de Perf.∙.
………………..No……

Da seis golpes con el cetro sobre la hoja de la espada.

Sap.∙.M.∙.— ¡Sentaos, HH.∙.míos! y vos Gr.∙.M.∙.de Cer.∙.,


servios traer a Oriente a los neófitos para instruirlos!

Todos lo ejecutan y hecho esto dirá el

Sap.∙.M.∙.—HH.∙.míos, el juramento sagrado que se os ha


exigido, es el que prestó Johaben y han de hacer todos los
Secretarios de los distintos grados de la Masonería; y la pena que se
impone es la que deben sufrir cuantos den comunicación de los
libros que encierran las actas y documentos, las columnas grabadas
o los balaustres que se confíen, las decisiones secretas de las Logias,
Capítulos y Consejos.

EL SIGNO DE ORDEN de este grado se hace cruzando los


brazos delante del pecho; en seguida se dejan caer las manos sobre
la espada, y se levantan los ojos al cielo.

EL SIGNO DE SALUDO se ejecuta llevando la mano de-


recha al hombro izquierdo y haciéndola bajar oblicuamente a la
cadera derecha, en recuerdo del juramento.

EL TOQUE consiste en darse recíprocamente la mano


derecha. El primero la vuelve hacia fuera y dice la Primera Palabra
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de Pase, el segundo la vuelve hacia dentro y dice la segunda palabra
de Pase, aquel torna a volverla, y se dan silabeando la Palabra
Sagrada.

LA BATERÍA consta de seis golpes iguales.

LA EDAD, veintiún años.

LAS PALABRAS DE PASE son NEBAHOJ — LABREZ


LA PALABRA SAGRADA es HAVI
Las palabras unidas significan "voto de alianza indisoluble".
¡H.∙.Gr.∙.M.∙.de Cer.∙., conducidlos al Capitán y Teniente de
Guardias para que los examinen!

Después de hecho esto dice el

Cap.∙.de G.∙.—¡Sap.∙.M.∙.los signos, toques y palabras son justos y


perfectos!
Sap.∙.M.∙.—¡H.∙.G.∙. M.∙.de Cer.∙. , proclamad en el círculo de esta
Audiencia de Maestros Secretarios íntimos, Maestros por Curiosidad
o Maestros Ingleses y miembros de ella, a los hermanos…………...!

El G.∙. M.∙. de Cer.∙.hace la proclamación El


Sap.∙.M .∙.cumplimenta a los neófitos, aplaude y
luego dice:

Sap.∙.M.∙.—¡H.∙.Gr.∙.M.∙.de Cer.∙., conducid a Oriente a los


neófitos para hacerles honor!
¡H.∙.Gr.∙.Orador, tenéis la palabra!

Este pronuncia su columna grabada; se le dan las gracias


y se aplaude, se despachan los negocios pendiente;. se ofrece la
palabra; se dan las gracias a los visitadores y se circula la caja de
asistencia.

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CLAUSURA DE LA AUDIENCIA

Salomón da un golpe con el cetro, que repiten el Cap .∙.y el Ten.∙. de


GG.'.

Sap.∙.M.∙.— ¿Qué edad tenéis, H.∙.Capitán de Guardias?


Cap.∙. de G.∙.—Veintiún años, Sapientísimo Maestro.
Sap.∙.M.∙.— ¿Por qué esa edad, H.∙.Ten.∙, de Guardias?
Ten.∙.de G.∙.—Por ser aquella en que, conociendo los principios que
deben regir nuestras acciones y sus resultados, somos
completamente responsables del ejercicio de los derechos y del
cumplimiento de los deberes que nos ligan con los demás hombres.
Sap.∙.M.∙.— ¿A qué hora debemos proceder a la clausura de
los trabajos, H.∙.Cap., de Guardias?
Cap.', de G.∙.—A las nueve de la mañana, Sapientísimo
Maestro.
Sap.∙.M.∙.— ¿Qué hora es, Teniente de Guardias?
Ten.∙.de G.∙.—Las nueve en punto, Sapientísimo Maestro
Sap.∙.M.∙.—HH.∙.Cap.∙. y Ten.∙. de GG.∙. servíos anunciar que
ha llegado la hora de cerrar nuestros trabajos, y que es mi intención
ejecutarlo.

Se hace el anuncio, el Sapientísimo Maestro da seis


golpes con el cetro, que repiten el Capitán y el Teniente
de Guardias, y dice:

Sap.∙.M.∙.— ¡En pie y al orden, hermanos míos!

Todos lo ejecutan.

Sap.∙.M.∙.— AL.˙.G.˙.D.˙.G.˙.A.˙.D.˙.U.˙. en su nombre, por la


Confraternidad Universal, bajo los auspicios del Sup.˙. Cons.˙. de
GG.˙. IInsp.˙. GG.˙. del Gr.˙. 33 para la jurisdicción de los Estados
Unidos Mexicanos, y en virtud de los poderes que se me han
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conferido, declaro cerrados los trabajos de esta Audiencia de
SECRETARIO INTIMO, MAESTRO POR CURIOSIDAD o
MAESTRO INGLES de la Sub.∙. Log.∙. Cap.∙. de Perf.∙.
………………..No……

¡Por el signo!

Todos saludan.

¡Por la batería!

La dan diciendo

Todos.—¡Hoshea, Hoshea, Hoshea!

Sap.∙.M.∙.— ¡Id en paz hermanos; pero antes jurad guardar


silencio acerca de todo lo ocurrido en la presente sesión!
¿Lo juráis?
Todos. — ¡Lo juro!

Y se retiran en silencio.

FIN

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