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Voces: CONCURSO PREVENTIVO - RÉGIMEN DE MAYORÍAS - HOMOLOGACIÓN DE


ACUERDO PREVENTIVO - CÓMPUTO DE ACREEDORES VERIFICADOS - CESIÓN DE
CRÉDITOS - DERECHO A VOTO

Título: Una vez más sobre la cesión de créditos y el derecho de voto en los concursos
preventivos

Autor: Rubín, Miguel E.

Fecha: 15-mar-2010

Cita: MJ-DOC-4596-AR | MJD4596

Producto: SOC

Por Miguel E. Rubín

Nada es simple ni terminante en las crisis empresariales y, por lo tanto, tampoco lo es el


derecho concursal.

Esta rama del derecho constituye el marco legal para que el deudor y sus acreedores se
pongan de acuerdo en una alternativa que, ayudando a salir del brete a la empresa
comprometida, permita a los acreedores cobrar racionalmente lo antes posible y lo máximo
posible; y, cuando ello no es posible, para encontrar el mejor modo de liquidar los bienes y
repartir el producido entre esos acreedores (1).

Pero como hay algunos deudores y acreedores que, ante la crisis empresarial, los supera la
desesperación por salvarse y, en procura de ese objetivo, no les importa traspasar la frontera
de la legalidad, el derecho concursal también debe ocuparse de reprimir esos desbordes de
unos y otros.

En ese contexto (del lado bueno) han aparecido soluciones preventivas novedosas, distintas de
la quita y la espera, y (del lado malo) aumentó la imaginación de los tramposos. Por lo tanto,
las normas jurídicas de la materia son cada vez más sofisticadas: para abarcar esos nuevos
fenómenos.

Consecuentemente se ha hecho más difícil la labor del juez del concurso, pues (y en buena
hora) sigue siendo el magistrado a quien la ley le ha confiado la función de ser el eje de tan
complejo universo (2).

Sin duda, uno de los momentos más complicados para el magistrado es el de decidir si
homologa (o no) un acuerdo preventivo (3). Allí están las tensiones entre el deudor y los
acreedores, y, muchas veces, de los acreedores entre sí. En ocasiones, también tironean por
lo suyo los trabajadores, las empresas vinculadas, los competidores (4), etc.Desde lo poco que
se deja ver la realidad en los papeles del expediente, en ocasiones, los sujetos del proceso
lucen como imágenes borrosas, entre las que no es sencillo distinguir a los empresarios
honestos pero desventurados (según la bella semblanza del viejo derecho italiano) del lobo con
piel de cordero, a los acreedores que procuran un dividendo concursal sensato (teniendo en
cuenta que en el comercio nadie tiene cien por ciento de seguridad y que, muchas veces,
también hay culpa in eligendo) de quien usa el crédito como un arma ilegítima para sacarse de
encima un competidor.

Las urgencias que imponen los hechos y los plazos legales le agregan dramatismo a ese
momento en el cual el togado, en la soledad de su despacho, debe tomar una decisión.

Sin embargo, está visto que la labor de impartir justicia en estos casos manteniéndose firme
dentro de la ley es posible, y el fallo "Reino S.A." que me toca comentar es un excelente
ejemplo de ello.

Los hechos, tal como son descriptos en la sentencia de la Cámara Nacional en lo Comercial
lucen contundentes y, en tiempos en que todo es urgente (una publicidad televisiva dura
segundos, los títulos de los diarios permiten formar criterio antes de leer el contenido de la
nota que, tal vez, no sea leída nunca), es muy tentador tomar partido inmediatamente.

La concursada, Reino S.A., pertenecería a un grupo económico integrado por Laboratorios


Helvética S.A., Reino de la Miel S.A., Serfin Skin S.A. y Valle de la Luna S.A. La mayoría de
las acciones de esas sociedades, según nos informa el pronunciamiento judicial, pertenecía a
una sola familia.

Desde enero de 2003, Reino de la Miel S.A. era el único cliente de Reino S.A., o, dicho sea de
otro modo, toda la actividad de la concursada estaba dedicada a Reino de la Miel S.A., su
coequiper en el mencionado grupo empresario.Hubo una única impugnación al acuerdo, pero
tal reclamo desapareció de la escena inmediatamente después de que una sociedad uruguaya
adquirió el crédito del impugnante.

Para nuestro análisis, únicamente interesa lo que ocurrió con una de las dos categorías
concordatarias propuestas: la de acreedores quirografarios, originariamente formada por
noventa y siete integrantes.

A ese grupo inicialmente se le ofreció pagarle en quince años de plazo (cinco años de gracia y
diez cuotas anuales), pero, luego de la audiencia informativa, la concursada cambió esa
propuesta por otra de capitalización: le entregaría a cada acreedor, y en proporción al monto de
su crédito, acciones nominativas, ordinarias, no endosables, clase "B" (nada se dice en el fallo
sobre qué ocurrió con las acciones de otras clases que, se infiere, evidentemente existían) de
la sociedad concursada. A tal fin, los socios de la cesante cederían sus derechos sobre el
100% de tales acciones.

Hay un dato clave, tanto para la fiscalía de cámara como para el tribunal de alzada: de los
noventa y siete acreedores quirografarios solo se presentó una persona (el Sr. Ortiz) dando su
conformidad al acuerdo.Lo hizo invocando su condición de cesionario de cincuenta acreedores
(es decir el 51,55% de ellos). El crédito así consolidado conformaba el 72,66% del capital
adeudado por la cesante.
De la lectura del fallo resulta que esa persona era:

- Hijo del presidente de Laboratorio Helvética S.A., firma que era la principal acreedora de la
concursada y -recordemos- cuyos accionistas mayoritarios eran, más o menos, los mismos
que los de la cesante.

- Vicepresidente de otra sociedad del mentado grupo (Reino de la Miel S.A.), se me perdonará
la insistencia, era la única clienta de la concursada.

Cabe destacar que tanto el fallo de primera instancia como el dictamen del Ministerio Fiscal y
la decisión de la cámara de apelaciones coincidieron en que el acuerdo no debía ser
homologado, solución que, a la luz de los hechos que acabo de sintetizar, parece acertada (5).

Sin embargo, las tres expresiones jurisdiccionales han tenido fundamentos total o parcialmente
distintos y es en esa divergencia donde creo que tiene interés este estudio del caso.

En primera instancia, de oficio, se rechazó el pedido de homologación del acuerdo por las
siguientes razones:

- Porque la conformidad prestada por el mentado cesionario de Laboratorios Helvética S.A.


(reitero: una compañía del mismo grupo formado por la concursada y su principal acreedora)
había sido declarada ineficaz en su propio proceso concursal.

- Porque se consideró abusiva la propuesta toda vez que la sociedad cuyas acciones serían
entregadas a los acreedores quirografarios pasaría a estar controlada por el mencionado grupo
empresario:la acreencia de Laboratorios Helvética S.A., por sí sola, superaba el 50% del pasivo
concursal; por lo tanto, el señor Ortiz, al transformarse en el nuevo dueño del crédito de esta
última sociedad, se convertiría en el accionista mayoritario de la cesante.

- Porque no se contaba con "elementos ciertos que permitan evaluar la marcha de la nueva
sociedad y particularmente, su rendimiento económico".

- Porque no se podía conocer el valor real de cada acción.

- Porque tampoco se tenía noticias «de las eventuales intenciones del acreedor mayoritario
(Laboratorios Helvética S.A.) de desviar el interés social».

- Porque la sindicatura había opinado que la propuesta concordataria podía ser mejorada.

- Porque, a criterio de la sindicatura, la concursada no había logrado su punto de equilibrio,


pues los gastos mensuales eran superiores a los ingresos.

Ninguno de esos argumentos parece convincente:

- La ineficacia de la cesión del crédito de Laboratorios Helvética S.A. a Ortiz, declarada en el


concurso Laboratorios Helvética S.A., solo tiene trascendencia para esa firma y sus
acreedores (6). No tiene efecto erga omnes (7) (y por lo tanto no tendría que haber sido
considerada legalmente inválida en el concurso de Reino S.A.), consecuencia que sí la hubiera
tenido si, bajo ciertas circunstancias que no son del caso desarrollar aquí, se la hubiera
declarado nula por sentencia pasada en autoridad de cosa juzgada.

- No se advierte por qué debe considerarse abusiva una propuesta por el mero hecho de
consistir en la entrega de acciones (8) que, en su mayoría, serían transferidas a una sociedad
integrante del grupo de la concursada, pues esa sociedad -no se ha dicho lo contrario en el
pronunciamiento que aquí analizo- era una acreedora legítima y su crédito equivalía a más de
la mitad del pasivo computable. Los acreedores pueden ver con buenos ojos canjear un crédito
de dudosa cobrabilidad por una parte del negocio que, tal vez, sea exitoso en el futuro, aunque
siga conducido por las mismas personas.En todo caso, si quienes manejan ese conglomerado
empresario llegan a hacer algo ilegal en el futuro, ahí estará la Ley de Sociedades (y otras)
para poner las cosas en su lugar.

- Si el juez del concurso no contaba con "elementos ciertos que permitan evaluar la marcha de
la nueva sociedad y particularmente, su rendimiento económico" ni conocía "el valor real de
cada acción", ¿por qué, ejerciendo la manda legal contenida en el art. 274 LCQ, no le ordenó
al síndico (o a un perito o a una institución de reconocido prestigio) que dictaminase
profesionalmente sobre el particular (9)? ¿Por qué el desconocimiento del juzgador sobre tales
tópicos debe transformarse en presunción de ilegalidad cuando, por ley, lo que debe
presumirse, precisamente, es la legalidad (10)?

- Si no se sabía cuáles eran las intenciones del acreedor mayoritario (Laboratorios Helvética
S.A.), ¿por qué no se le corrió traslado para que expresase, incluso a través de un compromiso
a favor de los restantes acreedores, cuáles eran sus planes? ¿Por qué especular (como
evidentemente lo hizo la sentenciante) que el acreedor mayoritario devenido en accionista
mayoritario se proponía desviar el interés social?

- Por último, y evocando, como lo hizo la cámara de apelaciones, el principio de legalidad


constitucional: ¿cuál es la norma de nuestro ordenamiento legal que establece que no debe
homologarse un acuerdo preventivo cuando el síndico opina que la propuesta se puede
mejorar o que la concursada no ha alcanzado el punto de equilibrio?

Por su parte, como sintetizó la sentencia de segunda instancia, la fiscalía de cámara propició el
rechazo de la homologación por los siguientes motivos:

- Porque las mayorías legales habían sido obtenidas de modo fraudulento, mediante la compra
de votos.

- Porque no se había obtenido la mayoría de personas, pues el voto del cesionario Ortiz debía
ser calculado como uno solo.

- Porque la conformidad de Laboratorio Helvética S.A. debía ser excluida por integrar, esta
sociedad, un grupo económico con la concursada.- Porque la propuesta de capitalización de
deuda era abusiva, «tanto por ser incierta la quita y espera que sufrirán los acreedores como
que la voluntad social quedará en poder de los señores Groppa».

Como acabamos de ver, la fiscalía de cámara puso en el tapete, entre otros, el tema de la
legalidad o ilegalidad de la transferencia de créditos concursales (y su consecuente cesión del
derecho de voto), cuestión que ha provocado un profundo debate entre los especialistas de
derecho concursal, sobre todo en el pasado reciente (11).
Ya en tiempos de la Ley 19.551 , la doctrina señalaba que las hipótesis de prohibición de voto,
como toda nómina de restricciones a los derechos, debían interpretarse taxativamente (12). No
obstante, esos mismos autores coincidían en su preocupación por algunas situaciones que, sin
estar previstas en aquella norma, clamaban por una alternativa de equidad que impidiera
negocios fraudulentos.

Algunos, con sólidos fundamentos, creyeron que la solución consistía en ampliar esos casos
por analogía (13). Otros pensaron que aun a quienes la ley les permitía votar la propuesta de
acuerdo podían quedar fuera de los cómputos si ejercían su derecho de manera abusiva (14).

En algunos casos, la jurisprudencia -con fundamentos que comparto- ha establecido que

«no es viable sostener el carácter no taxativo de la enumeración prevista por el art. 45 Ley
24.522 ni efectuar aplicaciones analógicas, ya que por vía de la analogía se establecerían
nuevas prohibiciones no previstas por el legislador, lo que es inadmisible desde la perspectiva
de una correcta hermenéutica (conf. FORNIELES, S.: "La interpretación de las excepciones",
Cuestiones de derecho civil, Buenos Aires, 1944, p.33); al par que se llegaría a un resultado
axiológicamente disvalioso pues se privaría a acreedores cuyo voto no aparece prohibido
expresamente, del derecho de emitirlo para concurrir o no a la formación de la voluntad
colectiva de la masa, lo cual implicaría la abrogación de un derecho fundado en ley sin norma
positiva que establezca ese resultado» (15).

Coincido con esa tesis. Desde 1996 vengo sosteniendo que la manera de evitar los desbordes
en esta materia consiste en recurrir a los principios de legitimación procesal y abuso del
derecho (16), abuso del derecho que tiene expresiones singulares en el ámbito del derecho
procesal (17).

Ahora bien, el tercero que adquiere un crédito contra el deudor convocatario después de la
apertura del concurso preventivo ¿puede votar? A esta pregunta, siguiendo a TRUFFAT (18),
se le han dado tres respuestas bien distintas:

I. Están quienes consideran que la cesión es un contrato perfectamente lícito, que no está
prohibido por la ley y que, por lo tanto, mal podría excluirse al cesionario de los cómputos
concursales (19).

II. En la vereda de enfrente se ubican quienes entienden que la cesión encubre siempre y en
todo momento una vulneración del régimen de mayorías y que, en consecuencia, nunca
pueden votar el acuerdo.

La gran dificultad de esta tesis radica en la falta de respaldo normativo.Para poder sortear este
inconveniente, RICHARD, el más entusiasta de esta postura, encontró un párrafo de la gran
obra de cámara que daría pábulo a su razonamiento (20), aunque esta opinión fue
acertadamente rebatida por TRUFFAT sosteniendo que ese pasaje de la obra del siempre
recordado profesor cordobés de ningún modo permite arribar a esa conclusión (21). Además,
no parece que la exclusión de voto del cesionario haya formado parte del ideario de cámara
(22).

A la hora de justificar su postura concretamente en el derecho, RICHARD nos advierte que,


para impedir que los cesionarios voten el acuerdo, ni siquiera es necesario presumir la
existencia de dolo ni ampliar las restricciones legales. Según su parecer, los cesionarios deben
ser excluidos «por inoponibilidad a terceros de los efectos de los contratos para perjudicarlos»
(arts. 1195 in fine, 1198 y 1199 CCiv) (23), extrapolación de las normas del derecho común
que tiene el inconveniente de presumir, a contramano del principio constitucional de legalidad,
que en todos los casos, la cesión de créditos concursales se sustenta en el dolo o el fraude.

En la misma línea, MÁRMOL especuló que, como el art. 32 LCQ solamente se refiere a los
"acreedores por causa o título anterior a la presentación y sus garantes", y como los arts. 39
inc. 3 y 41 LCQ también traen referencias similares, hay que inferir que quienes no son
acreedores "anteriores" (léase: los cesionarios) no pueden votar (24).

Francamente me parece una interpretación forzada de las normas: ninguno de esos


dispositivos legales se refiere a quienes pueden votar la propuesta concordataria sino,
respectivamente, a quienes están habilitados para pedir la verificación de sus créditos (art. 32),
o qué acreedores deben ser computados en el informe general (art. 39) o quiénes integran
cada categoría (art. 41).

III.Finalmente encontramos a quienes entienden que la cesión es un contrato lícito, que todo lo
que no está prohibido está permitido (art. 19 CN), que no procede crear restricciones por
voluntad de los jueces o de los doctrinarios, pero que, de todos modos, puede considerarse a
la cesión como un motivo de alarma. Por lo tanto, si en un caso concreto se comprueba un uso
abusivo del derecho a votar, corresponderá que tal acreedor (y su crédito) sean eliminados de
los cómputos, pero no por el hecho mecánico de la cesión (25).

De estas tres posturas, en el caso "Reino" , el tribunal optó por tercera, que -a mi juicio- es la
adecuada. En primer lugar, el pronunciamiento señaló que

«la mera existencia de un pago por subrogación o una cesión de crédito no predican
necesariamente una ilicitud»,

pues ni el art. 45 LCQ ni ninguna otra norma de nuestro ordenamiento legal los prohíben.

También apuntó que la exclusión de voto, en tanto importa restringir un derecho, no puede ser
interpretada extensivamente (26).

Asimismo puntualizó que el art. 1446 CCiv, justamente referido a la cesión de créditos,
reconoce en cabeza del cesionario los derechos y acciones que pertenecían al cedente, y, en
caso de concurso, el derecho a percibir el dividendo concordatario.

Por ende, para votar la propuesta concordataria todo lo que tiene que hacer el cesionario es
contar con la conformidad expresa del deudor concursado (art. 44 CPCCN, aplicable atento lo
dispuesto por el art. 278 LCQ).

Llegado a este punto, el tribunal concluyó que no existe base legal para excluir del concurso a
los cesionarios o subrogantes, ni siquiera cuando los créditos han sido transferidos
masivamente y que, si por esa vía, se llega a aprobar un acuerdo abusivo o fraudulento,
siempre le queda al juez la herramienta del art. 52 inc.4 LCQ para impedirlo (27).

Concuerdo totalmente con la aguda elaboración que, por otra parte, viene a armonizar con
otras expresiones jurisprudenciales cercanas en el tiempo, tanto de diversas salas del mismo
tribunal capitalino (28), como de la muy prestigiosa Corte Suprema de Mendoza que ha
sentenciado que, a partir de los principios rectores del pago por subrogación (arts. 767 a 772
CCiv), es lícito que un tercero deposite el 100% del crédito verificado de un acreedor del
deudor insolvente (incluso en contra de la voluntad de aquel) y, de ese modo, vote la propuesta
de acuerdo (29).

Tan lícita es la cesión de créditos concursales que, como nos recuerda LORENTE (30), en
algunas latitudes, dan pie a un muy rentable mercado secundario de deuda.

Breve apostilla sobre el delito de colusión (tráfico de voto en el concurso) del art. 180 CPen
que, de tanto en tanto, aparece en los estudios de quienes preconizan que la cesión de votos
siempre es ilegal en los concursos aduciendo que toda transferencia de créditos puede ser
vista como delictiva.

No parece ser esa la visión de la doctrina y jurisprudencia penal, donde se advierten las
enormes dificultades técnicas en la aplicación de esa figura a los casos de la vida real (31).

Nos queda por revisar la causal que encontró la cámara de apelaciones para rechazar la
homologación del acuerdo.

Quien se presentó a dar conformidad al acuerdo, si bien había adquirido cincuenta créditos,
era, al momento de expresar su voluntad de adherir a la propuesta de acuerdo, un solo
acreedor, no cincuenta, aunque cincuenta hubieran sido los cesionarios de tales créditos. Por
lo tanto, en este caso, no se reunió la mayoría de personas del art. 45 LCQ, ya que, de 48
acreedores, sólo votó favorablemente uno (32). Así se simple.

Advierte el tribunal que ese es el sentido que el legislador le quiso dar a la mayoría por
personas.

Imposible no coincidir con este criterio.

Por último:¿qué hubiera pasado en esta hipótesis si, en lugar de un solo cesionario, hubieran
aparecido cincuenta? Astutamente la Cámara de Apelaciones nos dio la pista: antes de
resolver, el juez tendría que haber ahondado la investigación. Para comenzar, allí estarían los
cincuenta cedentes y los cincuenta cesionarios para llamarlos a explicarse.

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(1) Varios autores y algunas sentencias judiciales nos advierten, con razón, que no está bien
llamar "voto" a la conformidad o disconformidad expresada por los acreedores respecto de la
propuesta concordataria. Estoy de acuerdo, pero, po r simple comodidad literaria (todos, hace
mucho, llamamos "voto" al "voto") seguiré usando el vocablo con la disculpas del caso.

(2) RUBÍN, Miguel E.: "El juez del concurso entre el pasado y el futuro", LL 1989-A-491.

(3) ROUILLON, Adolfo A. N.: "El rol del juez a la hora de homologar el acuerdo preventivo.
(¿Vuelta al pasado o anticipo del futuro?)", LL Litoral, marzo de 2005, p. 101, comentando el
fallo CCivyCom Rosario, Sala II, "Cooperativa Agrícola Federal Limitada de San José de la
Esquina", 7/11/2002.

(4) MONTI, José L.: "Los competidores en el concurso preventivo", JA 2006-IV-1069.


(5) Cabe, en este punto, coincidir con la advertencia muchas veces efectuada por TRUFFAT al
comentar fallos: el comentarista tiene por universo de su investigación el texto de una o más
decisiones judiciales. No es un estudioso de la causa y, en realidad, no procura volver a juzgar,
desde la tribuna doctrinaria, al caso ya fallado, sino analizar cómo opera el sistema legal en
nuestro medio.

(6) CNCom, Sala E, "Rottari S.A. s/ quiebra", 22/3/2006, MJJ7393.

(7) CNCom, Sala C, "Agrocintra S.R.L. s/ quiebra", 5/12/2000, MJJ6413.

(8) La capitalización de la deuda es una opción que se da con cierta frecuencia en nuestro
medio, incluso antes de ser incorporada en el art. 43 LCQ por parte de la Ley 25.563:así ha
ocurrido, con todo o parte de los acreedores, en los casos Constructora Américo Victorio
Gualtieri, Alpargatas S.A., Frigorífico Yaguané S.A., entre muchos otros.

(9) BLANCO, Diego y TRÁPANI, Gastón: "El abuso del proceso concursal. Intento de
combatirlo a partir de la correcta interpretación del plexo normativo vigente", LNBA 2007-1-1.
PRONO, Ricardo y PRONO, Mariano R.: "La novísima legislación de concursos y quiebras.
Algunas consideraciones sobre la Ley 25.589", Reformas a la Ley de Concursos (Ley 25.589),
Número especial del Suplemento de Concursos y Quiebras, LL, junio de 2002, p. 37.

(10) MOLINA SANDOVAL, Carlos A.: Sobre la vía procesal idónea para incoar la propuesta
abusiva en el marco del concurso preventivo [en línea], Microjuris, MJD2977.

(11) ALEGRÍA, Héctor: "La relación fisco-concurso (Con especial referencia a la exclusión de
voto del Fisco en el acuerdo preventivo)", LL 2002-E-648. ARDUINO, Augusto H. L.:
"Prohibición y exclusión del voto en la formación del acuerdo preventivo", ED, 227-870;
BARREIRO, Marcelo G.: "¿Están todos los que son o son todos los que están? (Sobre la
exclusión de voto)", DSC, 210 (2005), p. 516. CÁMARA, Héctor: El concurso preventivo y la
quiebra, Depalma, 1978, t. II, p. 987 y ss. COLL, Osvaldo W.: "Un fallo ejemplar frente a una
propuesta abusiva en el concurso preventivo", LL, 5 de diciembre de 2007, comentando el
fallo: CNCom, Sala B, 10/9/2007, "Apartime S.A. s/ conc. prev.". DASSO, Ariel: "Exclusión de
voto. Vínculos familiares y societarios. Relaciones de dominación-subordinación", DSC, 194
(2004), p. 416. DASSO, Ariel A. y DASSO, Javier A.: "El novedoso debate sobre la exclusión
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de la exclusión del acreedor para el cómputo de las mayorías previstas por el art.45 de la Ley
24.522 ante la violación de normas y/o principios de carácter imperativo previstos por el
derecho positivo vigente", ponencia presentada en el V Congreso Argentino de Derecho
Concursal y el III Congreso Iberoamericano sobre la Insolvencia, t. II, p. 575. TRUFFAT,
Edgardo D.: "Despedida a la taxatividad del art. 45 de la LCyQ ma non troppo", ED, 213-111 ;
"Un apabullante obiter dictum", Lexis Nº 0003/70045296-1, comentario a fallo CCivCom
Córdoba, Sala II, "Banco Suquía S.A.", 22/11/2007; "El mito del 'interés contrario' de los
acreedores al manifestar su voluntad respecto de una propuesta concordataria", ED, 10 de
setiembre de 2007; "La cesión de créditos en los concursos preventivos", Jurisconcursal, N° 5,
p. 7; "Otra vez sobre la exclusión del mal llamado 'voto hostil' en los concursos", comentari o a
fallo CNCom, Sala C, "Juan C. Guzmán y Cía. S.A. s/ concurso preventivo", 10/11/2008, ED,
12.278 (2009); "Un caso particular de sustitución procesal en incidente de verificación en
función de los arts. 3410 y 3414 CCiv", JA 2008-III-70, comentario a fallo CNCom, Sala A,
"Federación de Asociaciones Católicas de Empleadas s/ concurso preventivo", 25/9/2007.
VAISER, Lidia: "Un juez en pugna", ED, 13 de diciembre de 2005; "Sobre la exclusión de voto
de los acreedores concursales. Una mirada en busca de consenso", LL 2004-F-183.
VILLANUEVA, Julia: "Concurso preventivo", Rubinzal-Culzoni, 1997, p. 423. VÁZQUEZ, G. y
VILLOLDO, M.: "Sobre los sujetos impedidos de pronunciarse con respecto a una propuesta
concursal (con especial consideración de quién, cómo y dónde articular la cuestión)", El voto
en las sociedades comerciales y los concursos, Instituto Argentino de Derecho Comercial,
2007, p. 251. VILLOLDO, J. Marcelo: "El voto del fisco en el concurso preventivo: una
exclusión razonable", DSC, N° 197, p. 392. VÍTOLO, Daniel R.: "La no exclusión del voto del
competidor en un concurso preventivo. Un fallo desafortunado", Revista Doctrina Societaria y
Concursal, N° 189, agosto de 2000, p.793; "El pago por subrogación y la cesión de créditos no
necesariamente habilitan la sustitución concursal", ponencia presentada en las XIII Jornadas
Nacionales de Institutos de Derecho Comercial, Bahía Blanca 26 y 27 de octubre de 2006,
Problemas y cuestiones sobre los concursos, Dirs. Daniel R. Vítolo y Marta Pardini, Buenos
Aires, Ad-Hoc, 2006, p. 329; "Transferencia de créditos en el concurso y sustitución
concursal", LL, 27 de noviembre de 2006, pp. 1 y ss.

(12) QUINTANA FERREYRA, Francisco: Concursos Ley 19.551, t. I, p. 576.

(13) MONTI, José L.: "Los competidores en el concurso preventivo", JA 2006-IV-1069.


GRAZIABILE, Darío J.: "El final del período de exclusividad y consideraciones sobre el
computo de las mayorías", comentario a fallo "Artes Gráficas Melfa S.A. en j° 8.093 Artes
Gráficas Melfa S.A. p/ conc. prev. s/Cas", Suplemento de Concursos y Quiebras, LL, 12 de
octubre de 2005, p. 46.

(14) ARDUINO, Augusto H. L.: "Prohibición y exclusión del voto en la formación del acuerdo
preventivo", ED 227-870.

(15) CNCom, Sala D, "Farjat Carlos s/ conc. prev.", 14/11/2007, donde se invocan los
precedentes: CNCom, Sala A, "Supercanal Holding S.A. s/ conc. prev.", 18/3/2002. Íd., Sala A,
"Instituto Médico Modelo S.A. s/ concurso preventivo", 27/6/2005. Íd., Sala C, "Zunino Marcelo
A.", 7/3/1983, LL 1983-C-397 y ED 105-163. Id., Sala D, "Kenny María", 18/9/1992, en LL
1994-B-21. GARCÍA MARTÍNEZ, R. y FERNÁNDEZ MADRID, J.: Concursos y quiebras,
Buenos Aires, 1976, t. I, p. 527. ZAVALA RODRÍGUEZ, C.: Código de Comercio y leyes
complementarias, Buenos Aires, 1980, t. VII, p. 527. FASSI, S. y GEBHARDT, M.: Concursos
y quiebras, Buenos Aires, 1997, p. 151, Nº 4. QUINTANA FERREYRA, F.: "Concursos",
Buenos Aires, 1985, t. I, p. 576. VILLANUEVA, J.: Concurso preventivo, Buenos Aires, 2003,
p. 423. HEREDIA, P.: Tratado exegético de derecho concursal, Buenos Aires, 2000, t. II, p.
109.

(16) RUBÍN, Miguel E.: op. cit.nota 11.

(17) CONDORELLI, Epifanio: "Visión sintética del abuso del derecho en el ámbito del proceso
civil", JA 1981-IV-674. VARGAS, Abraham: "El ejercicio abusivo del proceso", JA 1995-III-931.
MORELLO, Augusto y VALLEFÍN, Carlos: "El abuso del proceso y de los recursos en materia
civil", JA 1992-II-697. PEYRANO, Jorge: "Otro principio procesal: la proscripción del abuso del
derecho en el campo del proceso civil", ED, 159-925.

Ya Eduardo COUTURE sostenía que «la acción pertenece al litigante sincero y al insincero;
solo ocurre que este último no se sirve de la acción dentro de sus límites legítimos, sino fuera
de ellos, en esfera ilegítima; no usa su derecho, sino que abusa de él». Fundamentos del
Derecho Procesal Civil, pp. 71-72.

(18) TRUFFAT, Edgardo D.: "Un apabullante obiter dictum", o. cit. nota 11.

(19) En esta línea, TRUFFAT detecta a la Dra. Aída KEMELMAJER DE CARLUCCI en su voto
en el caso SCJ Mendoza, 27/7/2005, ED 217-529, y a LORENTE, Javier A.: "La cesión de
créditos concursales. . .", o. cit. nota 11.

(20) RICHARD, Efraín H.: "¿Santifiquemos la cesión . . .?", o. cit. nota 11.

(21) TRUFFAT, Edgardo D.: "La cesión de créditos en los concursos preventivos",
Jurisconcursal, N° 5, p. 7.

(22) Tema que ha motivado mis reflexiones en: RUBÍN, Miguel E.: "Las ideas de cámara y el
proceso de reformas a la Ley de Concursos", Derecho y Empresa, Número Especial,
Universidad Austral, 1995.

(23) RICHARD, Efraín H.: "¿Santifiquemos la cesión . . .?", o. cit. nota 11. Para quienes
disfrutan -como el autor de estas líneas- del debate jurídico de gran nivel técnico, resulta
sumamente atractivo el contrapunto que protagonizaron (imagino que seguirán
protagonizando) RICHARD y TRUFFAT. Hasta donde sé (no descarto que haya otros), el
último capítulo de la discusión llegó con el aporte de TRUFFAT "Otra vez sobre la exclusión. .
.", op. cit. nota 11.

(24) MÁRMOL: op. cit.nota 11.

(25) El propio TRUFFAT, entre muchos otros.

(26) En la misma orientación, entre otros precedentes: CNCom, Sala A, "Doso S.R.L. s/
concurso preventivo", 13/6/2006, en iProfesional.com >> Abogados.

(27) Coincidiendo con esa tesis: RUBÍN, Miguel E.: "La nueva reforma al régimen concursal
que trajo la Ley 25.589", LL 2002-C-1368; "Las nuevas atribuciones del juez del concurso
respecto del acuerdo preventivo según la Ley 25.589"; "Un hito en la evolución del derecho
concursal argentino", ED 198-964.

(28) CNCom, Sala C, "Pascale y Laquis (S. H.) de Laquis Luis María y Pascale, Antonio s/
concurso preventivo", 4/3/2008, en http://www.justiciaymercado.org/Jurisprudencia; Id., Sala
D, "Cruccitta S.A. s/ concurso preventivo", 14/9/2005, Lexis Nº 70021318.

(29) SCJ Mendoza, Sala I, 27/7/2005, "Torres Luis Oscar y otros" en jº 8186/28.535 "Abdala,
Miguel E. p/ conc. prev. s/ inc. cas.", con comentario de SILVEYRA, Miguel M.: "Pago por
subrogación al concurso", ED, 217-541.

(30) LORENTE, Javier: "La cesión de créditos concursales. . .", o. cit. nota 11.

(31) V. en ese sentido: CRISTOFANI, Gustavo E.: "La sustitución del acreedor en el concurso
preventivo y el delito de colusión", ED 13/11/2008, N° 12.132.

(32) Sobre el particular, MORO, Carlos E.: "El derecho de voto se atribuye al acreedor y no a
los créditos", ponencia presentada en el IV Congreso Iberoamericano de la Insolvencia, Libro
de Ponencias, p. 45.

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