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Jonathan Rodríguez
Psicología Grupo 4
Augusto Comte
Tesis: La superioridad de espíritu positivo sobre el antiguo teológico-metafísico, en
cuanto al desarrollo propio y activo del instinto social. (Pag36)
3. El destino directo de las leyes que descubre sobre los diversos fenómenos, y de la
previsión racional que es inseparable de ellas. (Pag11)
3.1 Respecto a cada orden de acontecimientos, estas leyes deben distinguirse,
desde este punto de vista en dos clases: semejanza y filiación, de donde
resulta, en toda ciencia real, una fundamental diferencia entre la apreciación
estática y la apreciación dinámica. (Pag11)
3.2 Los dos géneros de relaciones contribuyen igualmente a explicar los
fenómenos, y conducen de la misma manera a preverlos, aunque las leyes de
la armonía parecen al pronto destinadas sobre todo a la explicación, y las leyes
de sucesión a la previsión. (Pag11)
4. Aunque las necesidades puramente mentales sean, sin duda, las menos enérgicas
de todas las que son inherente a nuestra naturaleza, es incontestable, sin embargo,
que existen en toda inteligencia. (Pag10)
4.1 Todas nuestras necesidades lógicas convergen hacia consolidar cuanto es
posible, por nuestras especulaciones sistemáticas, la espontánea unidad de
nuestro entendimiento, constituyendo la continuidad y homogeneidad de
nuestras diversas concepciones. (Pag11)
4.2 Estas necesidades se refieren esencialmente a dos condiciones
fundamentales, una espiritual, otra temporal. (Pag44)
5. La filosofía positiva procura, en los espíritus bien preparados, una aptitud muy
superior a la que nunca pudo ofrecer la filosofía teológico-metafísica. (Pag11)
5.1 Bajo el régimen positivo la armonía de nuestras concepciones se encuentra
necesariamente limitada, hasta cierto punto, por la obligación fundamental de
su realidad. (Pag12)
5.2 El verdadero espíritu positivo consiste, ante todo, en ver para prever, en
estudiar lo que es, a fin de concluir de ello lo que será, según el dogma general
de la invariabilidad de las leyes naturales. (Pag9)
5.2.1 El verdadero espíritu positivo no está menos lejos, en el fondo, del
empirismo que del misticismo. (Pag9)
6.2.2 El espíritu positivo indica en él el verdadero fundamento filosófico
de la sociabilidad humana, al menos en tanto que ésta dependa de la
inteligencia. (Pag13)
5.2.3 La tendencia espontánea a constituir directamente una armonía
entera entre la vida especulativa y la vida activa debe mirarse al fin
como el más feliz privilegio del espíritu positivo. (Pag15)
5.2.4 El espíritu positivo no podía formular de manera conveniente sus
propias tendencias filosóficas. De aquí resultaba la necesidad de la
intervención de la metafísica, que ella sola podía sistematizar la
oposición espontánea de la ciencia naciente a la antigua teología.
(Pag18)
5.2.5 El espíritu positivo no pudo manifestar de un modo suficiente su
propia tendencia filosófica hasta que se vio llevado finalmente a luchar
especialmente contra el espíritu metafísico, con quien se había tenido
que parecer confundido mucho tiempo. (Pag23)
5.2.6 La aptitud fundamental del espíritu positivo para sistematizar
espontáneamente las sanas nociones simultáneas del orden y del
progreso basta aquí para señalar someramente la alta eficacia social
propia de la nueva filosofía. (Pag29)
5.2.7 El espíritu positivo es directamente social; para él, el hombre
propiamente dicho no existe, no puede existir más que en Humanidad,
puesto que todo nuestro desarrollo se debe a la sociedad. (Pag35)
6. La ciencia real entre los dos puntos de vista: objetivo y subjetivo; es considerada
como representación exacta del mundo real. (Pag12)
6.1 Nuestros conocimientos reales tienden a una sistematización completa,
tanto científica como lógica. (Pag12)
6.2 El principal carácter de la verdadera ciencia; pues la pura erudición, en que
los conocimientos, reales, pero incoherentes, consisten en hechos y no en
leyes. (Pag14)
6.3 Proceso de ciencia Método filosófico: Las sanas especulaciones
filosóficas deben tomar siempre de la razón sus nociones iniciales, para
hacerles adquirir, por una elaboración sistemática, un grado de generalidad y
de consistencia que no podían obtener espontáneamente. (Pag22)