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2.1.1. Nacionales
Sobre las Pruebas en Derecho Penal, Hernández y Hernández (2004), presentan los
principios siguientes: a) Principio de Legalidad de la Prueba, b) Principio de Exclusión
Probatoria, c) Principio de Libertad Probatoria, d) Principio de Admisibilidad de la Prueba,
y e) Principio de Valoración de la Prueba.
Hall (2004) señala la prueba pericial (artículos 204, 207 Código Procesal Penal
Dominicano), el testimonio en el proceso penal (artículo 194 Código Procesal Penal
Dominicano), Inspección judicial y reconstrucción del hecho (artículo 173 del Código
Procesal Penal dominicano), como medios en los cuales se puede probar algún alegato en
el proceso judicial.
Para Martínez y Liriano (2005) estos medios de prueba han sido aceptables sobre la
veracidad de la misma. Es decir, los derechos registrados se pueden ver afectados o
favorecidos por las pruebas y, por tanto, el reclamante. La prueba testimonial se realiza
mediante testigos que con sus testimonios aclaran dudas sobre la verdad a la que se quiere
llegar, los testigos deben ser de mayor edad a la de los documentos al que se refiera. Esta
también se consideró bastante utilizada por el 87% de los encuestados en este tipo de litis.
Otra investigación realizada por Martínez (2009), con el título: la falsedad como
incidente de la prueba literal, concluyó que la prueba literal es la primera prueba a la que
recurre todo abogado en materia inmobiliaria, ya que se constituye en la más rápida de
conseguir y sus efectos, si el procedimiento es llevado de forma correcta, si está hecho
correctamente el acto y no se arguye la falsedad de la firma, son contundentes y rápidos.
Otra investigación realizada sobre este tema es la desarrollada por Ferrer, Gascón,
González y Taruffo (2008), sobre la Prueba. Los autores plantearon como objetivo general
determinar la valoración de la prueba y la verdad sobre los enunciados probatorios y
concluyeron diciendo que la certeza que se obtiene por medio de la inferencia probatoria es
una certeza lógica, ya que siempre hay un margen que puede ser mayor o menor para el
error.
Por una parte, la Corte ha hecho afirmaciones ambiguas en relación con el valor de
este medio de prueba, y ha probado algunos hechos con el solo testimonio de la presunta
víctima. Por otro lado, el Reglamento de la Corte exime del juramento a las presuntas
víctimas, lo que puede terminar eximiendo del juramento a un número importante de
intervinientes, pues la Corte tiene un concepto amplio de víctima, que incluye a los
familiares y otros cercanos de las víctimas iníciales.
2.1.2 Internacionales
Es necesario entonces que el testimonio de la víctima sea apreciado por los jueces
en su verdadero valor, que el ejercicio analítico de ponderación, realizado por ellos,
garantice a las víctimas la tutela efectiva de sus derechos, el acceso a la verdad judicial, de
manera que las resoluciones sean susceptibles a una auditoría social.
Por otra parte, Quintero y Santana (2020) realizaron una tesis de maestría titulada:
¨La prueba testimonial de la víctima de delitos de violencia contra la mujer, valorada desde
una perspectiva de género¨. En sus conclusiones los autores establecieron que la existencia
de parámetros sociológicos como indicadores de un contexto de violencia contra la mujer
obliga correlativamente al Juzgador a la aplicación de la normativa internacional y
nacional creada para su protección; resaltando que corresponde al órgano jurisdiccional el
cumplimiento del deber de garantía con debida diligencia.
Según lo planteado anteriormente se deduce que todo acto procesal deberá cumplir
con los requisitos estructurales que determine la ley, esto es que deberá ser compatible con
el ordenamiento jurídico, en caso contrario será irregular, y la categoría y característica de
dicha irregularidad estará regulada por la misma ley.
Las actuaciones solo pueden ser examinadas por las partes, directamente o por
medio de sus representantes. Se encuentra como principio orgánico de todos los procesos
en varias disposiciones legales en nuestro país y tiene su apreciación más directa en el
derecho que tienen las partes de comparecer a audiencia y de litigar su causa ante un Juez.
Ahora bien, este no es un derecho absoluto e irracional consagrado a los actores del
proceso, ya que el Juez solo debe responder los medios formulados de manera clara y
precisa, apoyados en medios de prueba y que no ostenten un grado marcado de
impertinencia. La motivación debe ser expresa, pero podría ser implícita cuando se pueda
desprender del contexto general de la misma, así como sucede en los casos en que los
Tribunales de Segundo grado hacen suyas las motivaciones de la sentencia impugnada.
Celeridad, y sus complementos del derecho a obtener una sentencia sobre el fondo
de la contestación en un plazo razonable, el concepto de dilaciones indebidas y economía
procesal.
Una Justicia Tardía es una Injusticia: dice la máxima. Persigue varios aspectos:
1) La duración máxima de todo proceso es de tres años, contados a partir del inicio
de la investigación. Este plazo sólo se puede extender por seis meses en caso de sentencia
condenatoria, a los fines de permitir la tramitación de los recursos. La fuga o rebeldía del
imputado interrumpe el plazo de duración del proceso, el cual se reinicia cuando éste
comparezca o sea arrestado (Art. 148, CPP).
Estos plazos se aplican aun cuando las medidas de coerción hayan sido revocadas.
Si no ha transcurrido el plazo máximo del procedimiento preparatorio y el ministerio
público justifica la necesidad de una prórroga para presentar la acusación, puede solicitarla
por única vez al juez, quien resuelve, después de dar al imputado la oportunidad de
manifestarse al respecto. La prórroga no puede superar los dos meses, sin que ello
signifique una ampliación del plazo máximo de duración del proceso. (Art. 150, C.P.P).
Vencido el plazo de la investigación, si el ministerio público no acusa, no dispone
el archivo ni presenta otro requerimiento conclusivo, el juez, de oficio o a solicitud de
parte, intima al superior inmediato y notifica a la víctima, para que formulen su
requerimiento en el plazo común de diez días. Si ninguno de ellos presenta requerimiento
alguno, el juez declara extinguida la acción penal. (Art. 151, C.P.P).
Según expresa Solino (2014), aunque los antecedentes de este sistema pueden
localizarse en la antigua Atenas, o en la “acusatio o quaestio” romana, y aún en el régimen
acusatorio del derecho germano antiguo, pareciera que es el sistema acusatorio inglés o
anglosajón el que mayor influencia ejerció, en especial durante el siglo XVIII y
posteriormente, al resaltar sus virtudes frente al sistema inquisitivo decadente de la Europa
Continental. Las características fundamentales de este sistema son las siguientes:
Ese estado de cosas, que puede consistir en un sujeto que confiesa, otro que rinde
testimonio, un experto que analiza, un documento que dice algo o un objeto que indica o
sugiere algo, resulta claro entonces que ese estado de cosas en el proceso al que llamamos
prueba es introducido a este a través de los llamados medios de prueba o medios
probatorios.
Partiendo de esta idea, de modo general, se puede definir la prueba como el proceso
racional del conocimiento que permite demostrar la verdad o falsedad relativa a una
categoría existencial o ente. Desde el punto de vista del Derecho, esa definición general y
tomando algunas definiciones que han sido dadas sobre el concepto de lo que es la prueba
por algunos autores; así tenemos que para Carnelutti (1997), la prueba es el medio que
"Sirve para comprobar el juicio por medio de la ley" (p. 83)
En estas culturas jurídicas se encuentran las fuentes forenses más relevantes, que
han inspirado y han arrojado luz a los actuales. Se puede afirmar que tanto en Grecia como
en Roma se idearon bastantes procedimientos acusatorios, fundados en los principios de
publicidad, oralidad e inmediatez y, consecuentemente, con ellos, imperó la libertad de
apreciación de las pruebas.
Así se conocen los primeros medios probatorios que vinieron a mutilar la libertad
que en los tiempos primigenios poseían los órganos jurisdiccionales. En materia de prueba,
de testigos, en que aparece con nitidez el aforismo, de que un solo testigo, es ningún
testigo, regla que también se halla consagrada en las Sagradas Escrituras. El propio
Montesquieu sentenció que las leyes que condenan a un hombre por la declaración de un
solo testigo, son funestas para la libertad. Todavía existen legislaciones que contienen tal
expresión.
Por lo que en la Edad Media se fusionó la cultura jurídica romana influenciada por
el derecho germánico, el derecho canónico, se genera y sistematiza lo que denominamos
sistema de prueba legal o tasada. Ello coincide lógicamente con el proceso de instauración
del sistema inquisitivo.
Por una parte la necesidad de combatir aquí en la tierra mediante el derecho, el mal
o la maldad humana, y en segundo lugar, consecuentemente con ello, pretende descubrir la
verdad, siempre, respecto de todo hecho delictual, pues el delito representa el pecado
social, que incumbe a todos; y a la colectividad perseguir (oficialidad) y para ello se debe
de dotar al encargado de cumplir estas labores (juez inquisidor) de importantes poderes. En
este sistema el legislador establece una lista de medios probatorios con sus
correspondientes valores.
En un principio influenciado por las matemáticas, prueba plena era igual al valor de
un entero; prueba semiplena equivale al valor de un medio entero, este sistema tiende a
anular el arbitrio judicial, dato que hace patente la desconfianza del legislador hacia el
juzgador.
Para Carrara (1985), la prueba es “todo lo que sirve para dar certeza acerca de la
verdad de una proposición”(p. 900).
Señala también que en los siglos bárbaros se creía que la prueba no era esencial
para el juicio, pues en esos tiempos se pensaba que sólo la acusación bastaba para obligar
al reo a justificarse, pero el progreso de la civilización hizo que se rectificará ese absurdo
concepto.
Para Ascencio (1989), prueba es “toda actividad procesal cuyo objetivo consiste en
lograr la convicción del juez o tribunal, acerca de la exactitud de las afirmaciones de
hechos expuestas por las partes en el proceso”(p. 15). La prueba es el estado de espíritu
producido en el Juez por elementos de juicio que procuran la convicción o la certeza sobre
los hechos en que ha de recaer su enjuiciamiento, siendo instrumento de verificación del
hecho ocurrido.
En efecto, probar significa hacer conocer a otros una verdad conocida por nosotros;
y los medios de prueba son, precisamente, los recursos que nos suministran el
conocimiento verdadero de los hechos. El hombre conoce la verdad por un acto inmediato
de la observación, o bien procediendo de lo conocido a lo desconocido, por medio de la
inducción o de la deducción.
Las normas de procedimiento constituyen la base de las otras verdades que se
prueban con la deducción, o bien con la inducción, la cual se ejercita especialmente sobre
las verdades de hechos, procediendo de un fenómeno conocido al descubrimiento de un
fenómeno desconocido, proceso que se hace posible por la relación de causalidad que liga
y reúne los fenómenos de la naturaleza.
Es necesario, por eso dar la definición de la prueba, definición que, para ser exacta
debe contener los dos elementos genéricos y el especifico en los cuales se resuelve la idea
de prueba. Una definición de la prueba judicial, no puramente nominal, sino real, debe
proporcionar un concepto no sólo del resultado, sino también de la íntima naturaleza de
este medio del conocimiento humano.
El mismo se halla contenido en el artículo 166 CPP, y se basa en que los elementos
de la prueba sólo se aceptarán como válidos cuando se obtengan a través de medios lícitos,
y sin que haya contradicción con los principios constitucionales fundamentales inherentes
al individuo. El incumplimiento de esta norma puede ser invocado en cualquier estado de
la causa, pudiéndose derivar, en consecuencia, la nulidad del acto, sin perjuicio de las
sanciones previstas por la ley a los autores del hecho.
Asimismo, no pueden ser valorados los actos cumplidos con inobservancia de las
formas que impidan el ejercicio del derecho a la tutela judicial de la víctima o impidan el
ejercicio de los deberes del Ministerio Público, salvo que el defecto haya sido convalidado.
Dicho principio establece, que no se puede utilizar como fundamento de una sentencia, una
prueba que haya sido recogida al margen de las reglas y formas correspondientes.
Esto se halla contenido en el artículo 167 de dicho código, lo cual constituye una
garantía para el individuo de que no se violarán sus derechos constitucionales, así como
tampoco las garantías previstas en los Tratados Internacionales ratificados por la República
Dominicana sobre derechos fundamentales de la persona.
- Principio de la libertad probatoria
Esto es, por supuesto, sin perjuicio de los poderes de Policía del Proceso que tiene
el juez para desechar las pruebas inconducentes, impertinentes, dilatorias, así como las
potestades disciplinarias y ordenadoras del juicio, que deben ser usada con toda cautela, y
que son objeto de recurso intra-sistemático, en el sentido de que permiten en definitiva la
resolución del asunto ante una instancia superior.
El artículo 171 del CPP establece que la admisibilidad de la prueba, está sujeta a su
referencia directa o indirecta con el objeto del hecho investigado y a su utilidad para
descubrir la verdad. El juez o el tribunal pueden restringir los medios de prueba ofrecidos
que resulten manifiestamente sobreabundantes. El juez o tribunal puede prescindir de la
prueba cuando esta sea ofrecida para acreditar un hecho notorio”.
El juez o tribunal valorará cada uno de los elementos de prueba, conforme a las reglas de
la lógica, los conocimientos científicos y las máximas de experiencias, y está en la
obligación de explicar las razones por las cuales le otorga determinado valor, con base a
la apreciación conjunta y armónica de todas las pruebas. Las actas que tienen por objeto
la comprobación de contravenciones hacen fe de su contenido hasta prueba en contrario.
Hernández y Hernández (2004) plantea que las pruebas directas son aquellas que
son coincidentes con el hecho mismo, ejemplo, el arma homicida, la sangre del occiso; en
fin, cualquier hallazgo encontrado directamente en la persona, objeto o lugar del hecho, así
como los casos de flagrante delito, que se supone, la aprehensión del sujeto, en el momento
mismo de ejecutar la acción o el acto.
Las indirectas, que pautan regla general, por cuanto más allá de los hallazgos
físicos, o materiales, dejados en el lugar del hecho, en general, el tribunal debe formarse su
convicción en base a los aportes probatorios que ofrecen otras personas, como los testigos
que han estado en el lugar del hecho, y que describen lo acontecido de forma creíble
prevaliéndose del recuerdo de los hechos acontecidos para formarse así una opinión del
hecho ocurrido o de la verdad ocurrida. Según la función que cumplen en el proceso se
puede distinguir, entre prueba representaría y prueba crítica.
-Prueba indiciaria
La prueba indiciaria por sí sola no se fundamenta, sino que este indicio debe ser
corroborado, de igual modo este debe de estar basado en las reglas de la lógica, que
implica disponer formas de razonamiento y los criterios de deducción y de inducción,
aclarar que la deducción pasa de lo general a lo particular. La prueba indiciaria exige que
se proceda a varias selecciones de elementos indispensables para que funcione: selección
de datos que se consideran relevantes, selección de hipótesis, selección de teorías que se
piensa que deben ser confrontadas con los hechos, selección de los elementos mismos que
constituyen los hechos. Cada una de estas selecciones implica decidir a su vez sobre
criterios para hacer la selección. En consecuencia, la construcción de la certeza final está
basada en múltiples elementos subjetivos o cuando menos altamente controvertibles.
Prueba pericial
El Código Procesal Penal incluye una nueva responsabilidad a cargo del juez, la
cual consiste en que, previo a que el perito preste su declaración, debe ser informado por el
presidente sobre la participación que ha de tener en la audiencia, y su obligación y la
responsabilidad que se deriva de su incumplimiento. Aun cuando parecería obvio que esta
advertencia se le hiciera, la misma no ocurría, por lo que ahora, con el hecho de que el
juzgador tenga la responsabilidad de hacer el señalamiento, de manera directa, se llena un
vacío procedimental, que va a redundar en beneficio de la buena marcha del proceso.
El Código Procesal Penal, sobre el peritaje, que este puede ordenarse un peritaje
cuando, para descubrir, o valorar un elemento de prueba, sea necesario poseer
conocimientos especiales, en alguna ciencia, arte o técnica. La prueba pericial debe ser
practicada por expertos imparciales, objetivos e independientes. Los peritos, deben ser
expertos y tener título, expedido en el país, o en el extranjero, habilitante en la materia
relativa al punto sobre el cual, son llamados a dictaminar, siempre que la ciencia, arte o
técnica, estén reglamentadas. En caso contrario debe designarse a personas de idoneidad
manifiesta.
No rigen, las reglas de la prueba pericial para quien declare sobre hechos o
circunstancias que conoció directamente, aunque utilice para informar las aptitudes
especiales que posee en una ciencia, arte o técnica. En este caso se aplican las reglas de la
prueba testimonial.
El juez o tribunal valora cada uno de los elementos de prueba, conforme las reglas
de la lógica, los conocimientos científicos y las máximas de experiencia y está en la
obligación de explicar las razones por las cuales se les otorga determinado valor, con base
a la apreciación conjunta y armónica de toda la prueba. (Art. 172, CPP)
No puede ser apreciada para fundar una decisión judicial, ni utilizada como
presupuesto de ella, la prueba recogida con inobservancia de las formas y condiciones que
impliquen violación de derechos y garantías del imputado, previstos en la Constitución de
la República, los tratados internacionales y este código. Tampoco pueden ser apreciadas
aquellas pruebas que sean la consecuencia directa de ellas, salvo si se ha podido obtener
otra información lícita que arroje el mismo resultado. (Art. 167, CPP)
Asumir esa actitud significa para el juez, asumir como función determinante, la
forma, los criterios y los principios que debe observar como operador de la prueba, así él
debe tener en cuenta qué, no es solo el juez de la causa, sino que es también juez de la
prueba, a nuestro entender, los siguientes son los criterios o principios que el juez debe
tomar en cuenta para desempeñar correctamente su rol.
Este sistema consiste en dejar en libertad a los jueces, tanto para determinar cuáles
son los medios de prueba con respecto a la eficacia probatoria de los mismos. Para Ferretti
(2001): ¨Este método es característico del juicio por jurado y por la ausencia total de un
orden normativo sobre la forma de otorgarle valor a un determinado medio probatorio”
(p.48).
Según este sistema, el valor de cada elemento probatorio o las condiciones que
para ciertos hechos se tengan por probados, se encuentran predeterminados en la
ley. La evaluación la hace el legislador de antemano recogido y plasmando de
este modo la experiencia colectiva acumulada durante largo tiempo sobre la
eficacia que debe de otorgársele a cada prueba.(p. 51)
Lo que según Cortes (2005) consideran que así, la ley, establece en algunos casos
los modos en que algunos extremos deben probarse para tenerlos por acreditados. En otros
supuestos, la misma ley predeterminará el valor que a cada elemento deberá otorgarle el
juez si el mismo reúne ciertas condiciones que en ella se prevén.
En relación a la inspección del lugar del hecho, los funcionarios del ministerio
público o de la policía deben custodiar el lugar del hecho y comprobar, mediante la
inspección del lugar y de las cosas, los rastros y otros efectos materiales que sean el
resultado del hecho punible.
El funcionario a cargo de la inspección levanta acta en la cual describe
detalladamente el estado de los lugares y de las cosas, recoge y conserva los elementos
probatorios útiles, dejando constancia de ello en el acta. El acta debe ser firmada por el
funcionario o agente responsable y, de ser posible, por uno o más testigos. Bajo esas
formalidades puede ser incorporada al juicio por su lectura, sin perjuicio de que el
funcionario y el testigo instrumental puedan ser citados para prestar su testimonio. (Código
Procesal Penal, 2007, Art. 173)
El referido artículo, exigía prueba documental de todas las cosas cuya suma o valor exceda
de treinta pesos. Independientemente de que es absurdo interpretar literalmente un texto
rancio, redactado hace poco menos de dos siglos, el máximo tribunal judicial aclaró que la
Ley No. 834, del 1978, derogó de forma implícita esa exigencia probatoria. Asimismo, fijó
el criterio de que el sistema de la prueba legal o tasada colapsó para darle paso al de la
libre valoración, que en la actualidad es norma fundamental que rige la decisión sobre los
hechos en los países con sistemas de civil law.
Tal como lo estipula el CPP en su artículo 166 cuando establece: “Los elementos de
prueba sólo pueden ser valorados si han sido obtenidos por un medio lícito y conforme a
las disposiciones de este Código.” Esta es la regla por excelencia, toda prueba presentada
durante el proceso debe ser lícita y además la obtención de esta prueba debió de haber sido
por medios lícitos.
La cuestión de la denominada "prueba ilícita" se ubica, jurídicamente, en la
investigación respecto de la relación entre lo ilícito y lo inadmisible en el procedimiento
probatorio y, desde el punto de vista de la política legislativa , en la encrucijada entre la
búsqueda de la verdad en defensa de la sociedad y el respeto a derechos fundamentales que
pueden verse afectados por esta investigación.
Otra situación que puede darse durante el proceso es la llamada convalidación. Los
defectos formales que afectan al Ministerio Público o a la víctima son convalidados:
1. Cuando estos no solicitan su saneamiento mientras se realiza el acto o dentro de
las veinticuatro horas de practicado, cuando quien lo solicita no haya estado
presente. Si por las circunstancias del acto ha sido imposible advertir
oportunamente el defecto, el interesado debe reclamarlo dentro de las
veinticuatro horas después de advertirlo;
2. Cuando estos aceptan, expresa o tácitamente, los efectos del acto. Como se
puede advertir de la interpretación del presente texto, en lo que respecta a los
errores formales que puedan afectar las actuaciones del Ministerio Público o de
la víctima, siempre serán convalidados, son validados, es decir que son
admitido como válidos; siempre que sea bajo los presupuestos señalados por el
texto, y que se trate de defectos formales, por faltas no cumplidas en la
confección de los actos.
Ambos artículos, mantienen una muy estrecha relación con el principio contenido
en el arts. 26 y 166 del CPP, de la legalidad de las pruebas, ya que no importan los medios
que se utilicen para probar un hecho, si estos no cumplen con las formalidades de lo que
exige la admisibilidad de la prueba en el Art. 171 CPP.
Por último les corresponde a los jueces ponderar y valorar las pruebas que son
introducidas al proceso. La valoración es la apreciación que le dan los jueces a los medios
probatorios en determinados casos y circunstancias, lo cual le sirve para motivar
fehacientemente por qué a su juicio basado en la ciencia, la lógica y la máxima de
experiencia le dan ese valor de certeza más allá de toda duda razonable. El resultado de la
prueba debe considerarse como la contribución que de un objeto de prueba o de un medio
de prueba puede surgir a favor o en contra de la demostración de una verdad de hecho o
jurídica, que pertenece al proceso o que influye en él. Este resultado implica, por
consiguiente, un ejercicio de valoración. Ya que los medios de pruebas surgen como
resultado de la comprobación de la veracidad o no de un hecho.
Las partes del proceso penal son los sujetos procesales definidos por el Código
Procesal Penal quienes por un acto voluntario (querellante o partes civiles) o por mandato
de la ley (Ministerio Público) o en representación (defensa técnica) o en virtud de una
imputación o acusación de la autoridad competente (imputado/acusado) ejercen los
derechos y facultades que le otorga la ley y participan en el proceso penal en defensa de su
propio interés, sea como derecho a la justicia ( querellante), sea buscando la reparación
civil (actor civil) o de su derecho de defensa (imputado) o el interés de la sociedad
(Ministerio Público).
Es decir, cuando el Código Procesal Penal le reconoce derechos a la víctima
incluyendo el derecho de recurrir, no por ello la convierte, en sentido estricto, en una parte
del proceso, sino que más bien, lo que hace es ampliar el derecho de impugnación de las
decisiones a personas o sujetos que no son partes en el proceso. Es el derecho de
impugnación el que se amplia y no el concepto de partes.
En otras palabras el artículo 84 del CPPD indica que la víctima tiene derecho a
expresarse en cualquier momento, a testificar lo ocurrido, y a que se le valore como parte
del proceso, hecho que es cuestionado en la presente investigación, recalcando, hay
abogados que no aceptan que la víctima forma parte del proceso y por ende su testimonio
no debe ser tomado en cuenta.
Según dispone el párrafo tercero del art. 319, después del interrogatorio sobre las
generales de la ley y del de identidad, el juez interrogará al testigo sobre el hecho ocurrido
y en un todo de acuerdo con lo prescripto por el art. 201, debiéndose labrar un acta para
cada declaración, de conformidad con lo que especifican los arts. 138 y 139 del CPP.
El art. 325 dispone en su primer párrafo que quien deba declarar no debe
comunicarse con otro testigo ni ver, oír o ser informado de lo que ocurra en los debates. el
último párrafo establece que el testigo no puede leer ningún proyecto, borrador o apunte,
salvo que el tribunal lo autorice y si así lo exigiere la naturaleza de los hechos.
Hay que tener en cuenta que tales requisitos no han de concurrir necesariamente
todos unidos para que la sala de instancia pudiera dar crédito a la declaración testifical de
la víctima como prueba de cargo. Son pautas orientativas, sin vocación excluyente de otras.
Pero incluso en el caso de que alguno de estos tres elementos no fuere, en todo o en parte,
favorable a la credibilidad del testimonio de la víctima, puede el órgano judicial concederle
validez como prueba de cargo siempre, eso sí, que motive suficientemente las razones de
su proceder.
5. Seriedad expositiva.
11. Debe contar tanto lo que a ella y su posición beneficia y como lo que le perjudica.
Además, también habrán de tenerse en cuenta factores como las dificultades que
pueda expresar la víctima al recordar hechos que ha vivido, temor al acusado o a la familia
del mismo ante las posibles represalias, deseo de terminar cuanto antes la declaración o a
olvidar los hechos e incluso presiones de su propio entorno.
5. Cuando es la única prueba de cargo exige una cuidada y prudente valoración por el
Tribunal sentenciador.
Capos, J (2003) ¨Cadena de custodia de la prueba: su relevancia ene l proceso penal. Costa
Rica, ¨ Jurídica continental.
Cury, J. (2004). Los recursos. Santo Domingo, República Dominicana: Ediciones Jurídicas
Trajano Potentini.
Hall, L. (2004). La prueba ilegal en el proceso penal. Argentina, Marcos Lerner Editora.
Ley No. 166-12 del Sistema dominicano para la Calidad (SIDOCAL). G. O. No. 10681 del
13 de julio de 2012.
República Dominicana. Suprema Corte de Justicia (2007) Resolución No. 1029 – 2007.