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¿CÓMO ABORDAR LA SALUD MENTAL CON LA JUVENTUD?

Tristeza, soledad, vergüenza, aburrimiento, ira, derrota… son términos que en


muchas ocasiones los jóvenes utilizan para referirse a sus problemas de salud
mental. Palabras no clínicas con las que describen y comunican sus sentimientos,
pero sin relacionarlos con enfermedades. Es una de las conclusiones extraídas del
informe de UNICEF ‘En mi mente. Cómo experimentan y perciben los
adolescentes la salud mental en todo el mundo’. En este trabajo, publicado en
fechas recientes, han participado 71 grupos de niños, niñas y adolescentes, de 10
a 19 años, provenientes de 13 países, a través de distintas sesiones grupales en
las que hablaron sobre sus mayores retos emocionales, cómo los abordan y cómo
les influyen. Estas son otras conclusiones y el apoyo que reciben estos jóvenes.

Más apoyo a familias y colegios


Si bien las familias pueden ser una enorme fuente de apoyo, también pueden
plantear riesgos significativos para su bienestar a través de la falta general de
apoyo, el abuso y la negligencia, la presión y el control, o la inestabilidad
económica. Según se concluye en el estudio, la adolescencia desearía tener más
apoyo y validación por parte de sus progenitores.

Por otro lado, a pesar de los muchos beneficios que les aportan los centros
educativos, los y las adolescentes hablan más de los riesgos que existen en torno
a los colegios, como la alta presión académica o el profesorado abusivo e
insolidario.

Por lo tanto, se identifica a familia y escuelas como dos contextos prioritarios con
los que hay que trabajar en torno a la salud mental, para que la juventud los vea
como dos entornos cómodos y seguros en los que hablar sobre ello. Y es que los
adolescentes afirman en el informe que ocultan con frecuencia sus problemas de
salud mental, en parte porque les preocupa que sus sentimientos y experiencias
sean desacreditados por sus amistades y familiares.
Qué factores afectan a la salud mental del adolescente
La pandemia de la covid-19 ha tenido un impacto negativo en el bienestar de
muchos adolescentes, sobre todo al aislarlos de sus vínculos sociales durante
muchos meses.

 Salud mental: presta atención a los niños, niñas y adolescentes que te


rodean

En ese sentido, las tecnologías digitales han tenido en estos dos últimos años un


papel fundamental, pero también se han convertido en arma de doble filo para la
salud mental: aumentan la capacidad de los adolescentes para conectarse pero, al
mismo tiempo, los exponen a riesgos que pueden dañar su bienestar. De hecho, la
juventud indica en el estudio citado que la violencia, tanto experimentada como
amenazada, es algo habitual para muchos, con graves repercusiones en la salud
mental.

En las sesiones de trabajo con la juventud también se ha tratado la relación entre


las arraigadas normas de género y la salud mental: de ellos se espera que sean
duros y que nunca expresen sus sentimientos, y ellas están sujetas a normas no
equitativas que devalúan sus vidas, coartan sus libertades y las presionan hacia
ideales de belleza perjudiciales.

Salvaguardar su salud mental y bienestar psicosocial


Los datos son aterradores: se calcula que más de 1 de cada 7 adolescentes de 10
a 19 años en todo el mundo tiene un problema de salud mental diagnosticado;
y cada año casi 46.000 adolescentes se suicidan, una de las cinco principales
causas de muerte para este grupo de edad.

Para intentar mejorar estas cifras y acabar con el estigma que hay en torno a la
salud mental, sobre todo en niños, niñas y adolescentes, tenemos que trabajar
para garantizar una atención adecuada y especializada a la salud mental de la
infancia y adolescencia.
El estigma disuade a los adolescentes de buscar ayuda para sus problemas de
salud mental. Como resultado, muchos de ellos se enfrentan a la situación sin
apoyo, a menudo utilizando estrategias inadecuadas. Y a pesar de que están
empezando a hablar cada vez más abiertamente de cómo se sienten y de sus
necesidades, aún queda mucho camino por recorrer.

Desde UNICEF se trabaja en ello, ayudando a salvaguardar la salud mental y el


bienestar psicosocial en algunos de los entornos más difíciles del mundo. Así, en
2020, por ejemplo, se atendió a más de 47 millones de niños, niñas y cuidadores
con apoyo psicosocial y de salud mental basado en la comunidad y a través de
campañas de concienciación.

Sin embargo, aún quedan muchos pasos que dar. Muchos silencios y tabúes que
romper. La salud mental de la infancia y la adolescencia es inherente a su derecho
a la salud, y debe ser reconocido siempre.

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