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PROBLEMAS SOCIOEMOCIONALES EN LOS ESTUDIANTES DURANTE LA PANDEMIA

En las circunstancias actuales, puede ser frecuente que, en la mayoría de la población


universitaria, se manifieste ansiedad, miedo, tristeza, enfado y/o impaciencia. Así, Ozamiz,
Dosil, Picaza e Idoiaga (2020) sostienen que el confinamiento acarrea problemas psicológicos
como estrés, ansiedad y depresión, siendo la ansiedad la que más incidencia ha tenido en la
población en general y en aquellos actores prescindibles para la lucha del COVID-19. Señalan
además que la crisis social se ha venido expresando indiscutiblemente en una alteración social
de los niveles de ansiedad, donde están los que, por un lado, asumen su posición de altamente
vulnerables y que ya han vivido la sensación de ansiedad en otras circunstancias; y por otro, los
que producto del confinamiento y la incertidumbre, recién experimentan la ansiedad.

El 33% de niños y adolescentes tiene problemas de salud mental asociados a la pandemia

Un estudio realizado por el Ministerio de Salud y Unicef revela que 3 de cada 10 niños y
adolescentes de entre 6 y 17 años presentaron algún problema de salud mental en el
contexto de la pandemia por Covid-19. Estas manifestaciones fueron más frecuentes en
aquellos menores cuyos padres presentaron depresión y poca capacidad de sobreponerse a
situaciones traumáticas.

EDUCACIÓN. Cuatro de cada 10 menores no han logrado adaptarse a las clases virtuales, y
son más propensos a desarrollar problemas de salud mental.

Durante las últimas semanas uno de los temas que más preocupa a los padres y familias es
qué efecto está teniendo la enseñanza remota en los niños y adolescentes. Sin embargo,
este no es el único aspecto del desarrollo de los menores que se ha visto perjudicado con la
pandemia. Además de restricciones de movilidad más severas que las experimentadas por
los adultos (en los primeros meses de emergencia solo los mayores de 14 años podían salir
por 30 minutos), esta población ha tenido que enfrentar cambios radicales en su estilo de
vida, como la pérdida de lazos emocionales con familiares, amistades y compañeros de
estudios. 

Todas estas condiciones han afectado su salud mental y la de sus cuidadores, revela el
informe técnico de un nuevo estudio, realizado por el Ministerio de Salud (Minsa) y Unicef .
De acuerdo a esta investigación, en la que participaron más de 12 mil padres y cuidadores de
Lima y regiones, en promedio, 3 de cada 10 menores evaluados presentaron algún un
problema vinculado a la salud mental, en el contexto de la pandemia de Covid-19.  Los
indicadores son aún más preocupantes cuando sus cuidadores presentan depresión: en este
caso, la cifra se eleva a 7 de cada 10 niños y adolescentes.

 El impacto de la cuarentena

Los resultados de la investigación indican que el 26,6% de las niñas y niños de entre 1 y 18
meses presentaron, por lo menos, un tipo de problema conductual o emocional, como llanto
excesivo, dificultad para calmarse o irritabilidad; inconvenientes para conciliar el sueño o
para mantener horarios (dificultad con las rutinas); y resistencia a los cambios
(inflexibilidad).
En el caso de los niños de entre 18 meses y 5 años, la investigación indica que el 36,5%
estuvo en la categoría de riesgo para presentar al menos un problema de salud mental de
tipo emocional, conductual o atencional. Estos se manifiestan con actitudes externalizantes
(romper cosas o pelear con otros niños, por ejemplo), internalizantes (lucir nerviosos,
asustados, pesimistas, preocupados o tristes) o atencionales (dificultades para
concentrarse).

SEGÚN EL ESTUDIO, 7 DE CADA 10 MENORES  CON  PADRES CON DEPRESIÓN,


PRESENTARON UN PROBLEMA DE SALUD MENTAL.

De igual manera, al menos 3 de cada 10 niñas, niños y adolescentes de entre 6 y 17 años


(33.2%) se encontraron en un riesgo similar. En este grupo, los problemas más frecuentes
fueron los de tipo internalizante (hasta 43,9%), pero también se identificaron problemas
externalizantes (peleas con otros integrantes de la familia, incumplimiento de reglas,
incapacidad para comprender los sentimiento de los demás y burlas), en un 9,8%; así como
dificultades atencionales, hasta en un 25,2%.

Si bien la pandemia puede afectar la salud mental de la población en general, los niños y
adolescentes son una de las poblaciones más vulnerables. “Estuvieron más tiempo en
cuarentena que el resto de la población [peruana] y todavía no regresan a la escuela, donde
fortalecen sus habilidades sociales, tienen interacción y son acompañados por sus pares”,
explica la psiquiatra infantil e integrante del equipo de investigación del Minsa, July
Caballero Peralta.

De acuerdo a los cuidadores, se estima que cuatro de cada 10 menores no han logrado
adaptarse con comodidad a las nuevas modalidades educativas y, de estos, un 10% tiene
dificultades académicas. Según la investigación, el riesgo de desarrollar problemas de salud
mental es mayor cuando ambas situaciones coinciden.

Para realizar esta investigación se convocó virtualmente a padres, madres o cuidadores, que
tenían a su cargo al menos a una niña, niño o adolescente, residentes en Perú. Más de 20 mil
personas completaron el consentimiento informado, y de ese total, 12.593 respondieron a
una encuesta a través de redes sociales.

EL 36,5% DE NIÑOS ENTRE 1,5 Y 5 AÑOS MANIFESTARON  AL MENOS UN PROBLEMA DE


SALUD MENTAL, DE TIPO EMOCIONAL, CONDUCTUAL O ATENCIONAL.

El estudio se realizó entre octubre y noviembre de 2020, en un contexto de mayores


restricciones, cuando los menores de 12 años podían salir, como máximo, durante una hora
para dar un paseo diario, acompañados de adultos y a una distancia máxima de 500 metros
de su casa. Recién a partir de diciembre, a través del Decreto Supremo 184-2020 , los niños
fueron autorizados para acudir a espacios públicos, en compañía de mayores.

“Por eso, en ese momento, otra pregunta que se hizo a los padres fue cómo percibían que la
cuarentena había impactado en sus hijos. Notamos que en los casos donde los padres
indicaban que [la inmovilización social] había afectado mucho a sus hijos, coincidían con un
mayor riesgo [de los menores] de presentar problemas [de salud mental]”, detalló Caballero
Peralta a OjoPúblico.

Así, un 28,6% de los cuidadores encuestados respondió que la cuarentena afectó mucho o de
forma regular la salud mental de sus hijos, mientras que un 49,4% indicó que los afectó poco
y solo un 22,1 % manifestó que las medidas no tuvieron ningún efecto en los menores.

Un anterior estudio epidemiológico  de salud mental de niños y adolescentes peruanos,


publicado por el Instituto Nacional de Salud Mental (INSM) en 2007, sostenía que la
prevalencia de presentar algún problema de salud mental, en Lima y Callao, variaba entre
20,3%, 18,7% y 14,7% en los grupos de edad 1,6 a 5 años, 6 a 10 años y 11 a 17 años,
respectivamente.

Caballero Peralta explica que no es posible comparar directamente ambos resultados,


debido a que se emplearon diferentes metodologías (la investigación de 2007 se realizó a
través de un censo casa por casa, y la más reciente con una encuesta, de manera virtual). Sin
embargo, la especialista sostiene que “sí se ha evidenciado una mayor presencia de
problemas de salud mental [durante la pandemia de Covid-19]. Y, además, los reportes más
actuales son consistentes con otros estudios internacionales”.

Por ejemplo, un artículo publicado en 2013 estimó que aproximadamente el 30% de niños
sujetos a medidas de contención de enfermedades como la cuarentena, desarrollaron
síntomas del Trastorno de Estrés Postraumático. En la misma línea, una  revisión
sistemática  de 63 estudios, publicada en 2020, indicó que un tercio de los niños sometidos al
aislamiento social ante una epidemia, requirieron atención en servicios de salud mental.  

La influencia de los cuidadores

 Jessica Cornejo Cuzzi, psicóloga infantil y magíster en Educación, explica que el impacto de
la pandemia se ve determinado, principalmente, por dos factores: el desarrollo (físico y
neurológico) y el ambiente. Sobre este último, sostiene que “si el menor pertenece a una
familia con vínculos afectivos saludables y existe un ambiente propicio para el desarrollo de
sus habilidades emocionales, los efectos de la cuarentena se pueden mitigar”.

Por el contrario, si los adultos están ausentes o se encuentran vulnerables, y no se genera


una contención emocional y psicológica para el menor, se producirán complicaciones en su
salud mental. “Si llegamos a cuadros de ansiedad y depresión en niños y adolescentes es
porque, ante los síntomas, no se han dado las valoraciones adecuadas por parte de los
padres, ni la atención oportuna [de profesionales]. La pandemia ha sido un detonante de
otros problemas psicológicos, los ha externalizado”, advirtió Cornejo Cuzzi a OjoPúblico.

EN UNA FAMILIA CON VÍNCULOS AFECTIVOS SALUDABLES, LOS EFECTOS DE LA


CUARENTENA SE PUEDEN MITIGAR",  INDICA LA PSICÓLOGA INFANTIL JESSICA CORNEJO.

Precisamente, el estudio del Minsa y Unicef determinó que el riesgo de presentar problemas
de salud mental en niñas, niños y adolescentes fue más frecuente en aquellos cuyos
cuidadores se sintieron afectados por la pandemia (70%), tienen síntomas depresivos  
(69,4%) o baja resiliencia (46,9%), es decir, poca capacidad para sobreponerse a situaciones
traumáticas como la pérdida de un ser querido. 

Del total de adultos, aproximadamente uno de cada cinco cumplió criterios para presentar
riesgo de episodio depresivo y el 6,4% manifestó signos de angustia. Asimismo, casi la mitad
de los cuidadores informaron que durante la pandemia necesitaron ayuda por problemas de
salud mental o emocional, pero apenas un tercio de ellos recibió la ayuda necesaria.

“Las personas que respondieron la encuesta fueron predominantemente mayores de 35


años (61%), peruanos (97%), mujeres (86%), y madres biológicas (80%), residentes en Lima
(45%) y con un grado educativo de secundaria completa o algún grado menor (53%)”, indica
el informe técnico de la investigación.

Recomendaciones para la contención emocional y psicológica

 El potencial riesgo de afectación de la emergencia sanitaria y las medidas de restricción,


sobre niños y adolescentes, va depender en gran medida de la actuación de los adultos. "Hay
cosas que podemos hacer que pueden ayudar, por ejemplo, la comunicación, escuchar y dar
información apropiada; y el afecto" sostiene July Caballero. 

La psiquiatra infantil recomienda establecer pautas para la convivencia, a partir del diálogo
entre adultos y menores. Por ejemplo, se pueden establecer horarios para actividades
escolares y recreativas o regular el uso de internet. Además, es muy importante estar
atentos a los cambios de comportamientos abruptos y duraderos. 

TENEMOS QUE ADAPTARNOS A ESTAS CIRCUNSTANCIAS PORQUE HAY UN VALOR


FUNDAMENTAL, LA SALUD", SOSTIENE CORNEJO.

"Si se muestran irritables, tristes o miedosos; presentan cambios en el apetito y sueño;


abandonan actividades que antes disfrutaban o disminuyen su rendimiento en el colegio, es
importante pedir asesoramiento [de un profesional]", indicó. 

Para Jessica Cornejo, los adultos deben destinar un tiempo de calidad para los niños. "No
significa que seamos omnipresentes, pero sí que en el tiempo que podamos tener con ellos,
brindarles espacios de comunicación, en un ambiente de respeto", sostuvo.

Finalmente, Cornejo Cuzzi explica que, si bien las interacciones sociales son importantes en
esta etapa del desarrollo, en este momento se debe priorizar las medidas de prevención de
la Covid-19: “tenemos que adaptarnos a estas circunstancias porque hay un valor
fundamental, la salud [física]. Debemos crear un ambiente que permita a los niños y
adolescentes sobrellevar esta situación y, cuando esto termine, retomar los contactos como
antes”.

RETORNO A CLASES PRESENCIALES SI O NO ¿POR QUÉ?


“La pandemia ha puesto a prueba nuestro sistema educativo. Estudiantes,
familias y docentes han seguido con su proceso de aprendizaje a través de
Aprendo en Casa y otros medios, pero esto no ha sido suficiente. Necesitamos
priorizar la educación, así como contar con mayores y mejores recursos”,
comentó.

El titular de Educación señaló que el retorno a las aulas debe ser un proceso
seguro, gradual, flexible y voluntario, en diálogo con todos, si las condiciones lo
permiten, comenzar con la semipresencialidad y con actividades culturales y
artísticas en espacios abiertos en el marco de Aprendo en Comunidad.

Con ese objetivo, destacó que 354.849 docentes, auxiliares y trabajadores del
sector Educación ya han sido vacunados con la primera dosis de la vacuna
contra la COVID -19, mientras que otros 138.260 completaron su esquema de
inmunización.

Asimismo, indicó que Ministerio de Educación, en coordinación con el


Ministerio de Salud, espera culminar la vacunación de 675.022 peruanos que se
dedican a la docencia y actividades educativas.

El Ministerio de Educación (Minedu) modificó la


norma técnica que permite habilitar colegios y
programas de Educación Básica para prestar el
servicio educativo con algún grado de presencialidad,
ante los avances en el proceso de vacunación contra el
COVID-19 a los maestros y la mejora de los indicadores
epidemiológicos.
La norma técnica modificada Resolución Ministerial 273-2021-
MINEDU, denominada “Disposiciones para la prestación del
servicio en las instituciones y programas educativos públicos y
privados de la educación básica de los ámbitos urbanos y
rurales, en el marco de la emergencia sanitaria de la COVID–
19”, fue aprobada mediante la R.M. 21-2021- MINEDU, el
pasado 9 de marzo.
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En un comunicado, el Minedu indica que el dispositivo legal


dispuso cambios en el numeral 6.2.1 de dicha norma, referido a
las condiciones de contexto, y ajustó los periodos de
cumplimiento de las condiciones epidemiológicas
hasta 15 días, tanto para distritos rurales como urbanos.
Asimismo, estableció umbrales diferenciados para los 5
indicadores epidemiológicos de la norma, según el
avance de vacunación de personal de colegios en ámbitos
rurales y de personal de escuelas y de personas con al menos 40
años en ámbitos urbanos. La inmunización de docentes es
un factor que no existía cuando se publicó la norma, en marzo
de este año.
¿Cuáles son los cambios?
 En la zonas rurales se considerarán umbrales de niveles
de transmisión bajo para los 5 indicadores epidemiológicos si
el distrito cuenta con un avance de vacunación de personal de
instituciones educativas inferior a 40 % y umbrales de niveles
de transmisión moderado si tiene un avance de vacunación de
personal superior o igual a 40 %.
 En las zonas urbanas se considerarán umbrales de niveles
de transmisión bajo si el distrito cuenta con un avance de
vacunación de personal de instituciones educativas y de
personas con al menos 40 años inferior a 50 % y umbrales de
niveles de transmisión moderado si tiene un avance de
vacunación de personal y de personas con al menos 40 años
superior o igual a 50 %.
 El Minedu también estableció en las disposiciones
complementarias de la norma que, de manera excepcional,
la UGEL podrá autorizar la prestación del servicio educativo
con algún grado de presencialidad en colegios o programas
educativos de distritos urbanos, exceptuándolos del
cumplimiento de las condiciones epidemiológicas referidas en
el numeral 6.2.1 de la norma, siempre que no se encuentren
ubicados en un distrito en cuya provincia o departamento se
haya dispuesto el aislamiento social obligatorio (cuarentena) o
que haya sido considerado en el nivel de alerta extremo.

De esta manera, el retorno a las aulas será seguro y


consensuado con la comunidad educativa y sobre la base de
evidencias que toman en cuenta los reportes epidemiológicos
del Ministerio de Salud y las recomendaciones de la
Organización Mundial de la Salud.

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