Está en la página 1de 39

GRADO EN TURISMO

TRABAJO FIN DE GRADO

TURISMO CULTURAL Y BIENES


DE INTERÉS CULTURAL EN
PALMA DE MALLORCA

Bienes de Interés Cultural

24 de mayo de 2020

Autor: Keyla Amanda Martínez Melgares

Profesor/es: Antonio Perla Parras


65034010018_ Bienes de Interés Cultural

Contenido……………………………………………………………….Páginas
1-Resumen / Abstract....................................................................................3

2-Introducción................................................................................................4

3-Desarrollo...................................................................................................5

3.1 Patrimonio su importancia y desarrollo conceptual………………

3.1.1 ¿Cómo hemos llegado a lo que entendemos hoy por Patrimonio?............5

3.1.2 Origen y evolución de la protección patrimonial en España. Especial


mención a la figura del Bien de Interés Cultural…………………………………………...8

3.2 Turismo Cultural y Patrimonio. Realidades………………………

3.2.1 Globalización, turismo cultural y Patrimonio, interacciones complejas…..13

3.2.2 El centro histórico de Palma de Mallorca, Bienes de interés cultural y su


relación con el turismo.................................................................................................16

3.3 La catedral de Santa María de Palma de Mallorca. Un acercamiento a la


gestión turística del BIC más visitado de la ciudad……………………………...............20

4-Conclusiones............................................................................................................ 24

5-Bibliografía................................................................................................................26

6-Anexos......................................................................................................................33

7-Declaración Jurada de Autoría……………………………………………………………41

2
65034010018_ Bienes de Interés Cultural

1. Resumen / Abstract

Resumen
Turismo cultural y gestión patrimonial, son temáticas que confluyen generando
interesantes dinámicas sociales. El patrimonio como concepto y la atención que se le
da a su protección se han desarrollado durante siglos, colocándose, en la actualidad,
en el centro de la vida comunitaria, para promover valores mediante la asunción de
diversas funciones socioeconómicas y culturales. En Palma de Mallorca los gestores y
promotores de la industria turística, intentan reformular dicha actividad económica
mediante la implementación de formas más sostenibles. Los principales BIC de la urbe
constituyen armas estratégicas de esa lucha por la integración entre turismo, cultura y
población.

Abstract
Cultural tourism and heritage management are themes that come together generating
interesting social dynamics. Heritage as a concept and the attention given to its
protection have been developed for centuries, currently placing itself at the center of
community life, to promote values by assuming various socio-economic and cultural
functions. In Palma de Mallorca, the managers and promoters of the tourist industry try
to reformulate this economic activity by implementing more sustainable forms. The
main BIC of the city are strategic weapons of this fight for integration between tourism,
culture and population.

Palabras clave:
Patrimonio, turismo cultural, Bienes de Interés Cultural (BIC), globalización.
Key words:
Heritage, cultural tourism, Assets of Cultural Interest (BIC), globalization.

3
65034010018_ Bienes de Interés Cultural

2. Introducción

El Patrimonio es una construcción sociocultural que ha evolucionado con el tiempo.


Como concepto, constituye un reflejo de las inquietudes y contradicciones propias de
cada momento histórico. Nos interesa conocer el viaje que ha dado la definición de
patrimonio, desde el simple coleccionismo hedonista de la antigüedad hasta
convertirse en la herencia cultural que nos identifica y nos compromete con las
generaciones pasadas y venideras.

Seguir la estela de las medidas que se han tomado para protegerlo , también es muy
importante; porque conociendo las principales medidas jurídicas para su gestión,
actuales y antecesoras, nos haremos una idea del lugar que ocupa el patrimonio en
nuestro cuerpo legal, que es reverberación de nuestras prioridades como colectivo.

Este saber nos dará la perspectiva necesaria para analizar un fenómeno


contemporáneo, el turismo cultural. ¿Es el turismo cultural el salvavidas para una
comunidad, que basa su actividad económica en un modelo turístico decadente e
insostenible? ¿Cómo se interceptan el Patrimonio Histórico-Artístico y el turismo
cultural, enmarcados por la globalización? El escenario para investigar estas
dinámicas, en este caso, será la capital de las Islas baleares, Palma de Mallorca; una
urbe litoral con un riquísimo centro histórico, cuyas autoridades y gestores se han visto
inclinados, por una razón u otra, a desarrollar el turismo cultural. Para hacernos una
idea bastante precisa del carácter de las interacciones entre ciudadanos, visitantes,
patrimonio y actividades comerciales; partiremos de una visión general, a escala local,
para arribar al caso particular de alguno de los más destacados ejemplos de Bien de
Interés Cultural en la ciudad: la catedral de Santa María de Palma, la Seu.

El principal objetivo de este trabajo es determinar cómo pueden las políticas y


enfoques turísticos convivir con la gestión y conservación del patrimonio construido.

4
65034010018_ Bienes de Interés Cultural
3. Desarrollo

3.1 Patrimonio su importancia y desarrollo conceptual.

 3.1.1 ¿Cómo hemos llegado a lo que entendemos hoy por Patrimonio?

Los diccionarios definen Patrimonio como el objeto o conjunto de ellos que se


heredan de los ascendientes; ampliando este concepto a la perspectiva social actual,
entendemos por Patrimonio todos aquellos bienes y riquezas que conforman el legado
de nuestros antepasados y que reflejan la vida de la comunidad, su historia e
identidad. Es un regalo que hemos recibido del pasado, que vivimos y disfrutamos en
el presente, por lo que tenemos la responsabilidad de preservarlo para las
generaciones futuras.

El interés del hombre por conservar objetos a los cuales admira, ya sea por su
belleza o por su valor material, es tan antiguo como la propia humanidad. Esta
inclinación responde a diversos motivos dadas las distintas épocas históricas. El
concepto de patrimonio, en occidente, ha estado en constante evolución:

Partiendo de la Edad Antigua donde primaba el disfrute individual, el coleccionismo


de riquezas, rarezas y objetos extraordinarios, que en principio se valoraban más por
la calidad de sus materiales que por su elaboración o por sus características estéticas;
pues el Patrimonio, según se entendía en aquellos tiempos, era considerado algo
mensurable, cuyo atractivo se constituía del valor dinerario que se le pudiera atribuir:
eran frutos de botines de guerra, trofeos, ofrendas religiosas, elementos funerarios,
etc; en conclusión, lujo que podía indicar poder y prestigio, que se servía,
generalmente, del pillaje secundado por las victorias militares. Muchas de estas
piezas se exponían temporalmente en las metrópolis ganadoras o se ofrecían a los
dioses en sus respectivos templos; otras, en cambio, estaban destinadas a
permanecer ocultas en palacios o tumbas de personajes influyentes; en muchos casos
se destruían y fundían para obtener metales y piedras preciosas,algunos objetos de
uso cotidiano se reutilizaban y se comercializaba con ellos, cómo las telas o las armas.

Durante la Edad Media se voltea la vista sobre los vestigios de civilizaciones


anteriores, el patrimonio es sinónimo de valoración estética e interés cultural
pedagógico; es la época del gran aprecio a las reliquias de santos, de la exposición
pública con intención propagandística religiosa, del tráfico y la revaloración de obras

5
65034010018_ Bienes de Interés Cultural
de arte a favor del punto de vista religioso imperante. También era común el interés
por objetos singulares o exóticos que sustentaban leyendas y fábulas, que giraban en
torno a animales mitológicos y héroes comunitarios. La baja Edad Media vislumbró
grandes colecciones , auspiciadas por reyes, príncipes y aristócratas , que mediante
retablos, tapices, miniaturas, libros de horas, camafeos, etc. hablan de la devoción que
guiaba la utilidad religiosa conferida al arte.

Le siguen el Renacimiento y los inicios de la Edad Moderna, período clave, donde la


obra de arte se torna con valor documental, que permite reinterpretar el glorioso
pasado y proyectarlo a las formas futuras, surgen los estudios histórico artísticos con
cierto rigor académico, predominan el clasicismo y el elitismo cultural; hasta este
momento no había quedado clara la importancia del patrimonio histórico-artístico, a
partir de aquí la conservación intencionada del mismo le confiere un sentido, a la par
que surgen cuestionamientos esenciales: qué pasado y qué formas vale la pena
preservar para la posteridad; cuáles serán los valores determinantes en esta elección.
La creación de las Academias, la divulgación del patrimonio, la aparición del museo
público, son consecuencias del resurgir ideológico que supuso la Revolución
Francesa; hecho que marcaría, de allí en adelante, la noción que se tuvo en Europa
del Patrimonio. Valor político e interés nacional, son pensamientos que comenzaban a
moverse en torno al Patrimonio, y aunque ya una vez maduros llegaron a ser
determinantes en su protección, en principio pudieron ser malinterpretados y
vinculados a acciones vandálicas relacionadas a elementos que se entendían como
íconos de antiguo régimen (monarquía e iglesia).

A través del siglo XIX y principios del XX observamos cómo se asienta la noción de
monumento histórico artístico, se despliegan métodos y medidas para garantizar la
protección patrimonial, se acrecienta el interés científico; pues se arriba a la conclusión
de que a costa de ese conjunto de expresiones, materiales e inmateriales, se puede
explicar la historia y esclarecer la identidad sociocultural de una nación. El
nacionalismo se vuelve la causa primaria de que se legisle a favor de la salvaguarda
del patrimonio. Concibiéndose este con un carácter popular, se promueven las
investigaciones histórico artísticas, etnológicas y arqueológicas, proliferan los museos,
los archivos y bibliotecas estatales al servicio del público; toma protagonismo la
restauración monumental. El patrimonio adquiere valor político, ha seguido la vía
democratizadora que comienza en las revoluciones sociales de finales del siglo XVIII,
y culmina en la consolidación del concepto, Patrimonio igual a: símbolo del Estado y
propiedad de la Patria.

6
65034010018_ Bienes de Interés Cultural
Alrededor de 1903 se data la partida de la teoría de los bienes culturales, el
monumento es considerado una suma de valores, aquí se distinguen dos grandes
categorías: los valores de tipo rememorativo, dígase el valor de lo antiguo, el histórico
y el rememorativo intencionado; y por otra parte los valores de contemporaneidad, que
incluye el valor de uso o instrumental y el valor artístico. Se preceden décadas de
progresiva toma de conciencia sobre los valores del patrimonio y su necesaria
preservación; ya en 1931, en la Conferencia de Atenas, se cristaliza la incipiente
preocupación internacional por establecer maneras adecuadas de gestionar la
salvaguarda del objeto patrimonial; se reconoce que este no está aislado, sino que
existe en una relación significativa con su entorno. La interpretación nacionalista y
reduccionista más propia del siglo XIX se va dejando atrás para arribar a una visión
supranacional, el patrimonio se empieza a entender como riqueza común de todos los
humanos.

El hilo evolutivo, que hasta el momento seguían los pensamientos y el actuar de la


sociedad con respecto al patrimonio se ve trágicamente interrumpido por la
abrumadora dimensión destructiva que conlleva la Segunda Guerra Mundial. Después
del conflicto bélico, nada vuelve a ser igual en ningún ámbito; el concepto de
patrimonio se amplía en la segunda mitad del siglo XX y como consecuencia, el
caduco binomio de valores que le estructuraba va resultando estrecho y limitante.
Aparece el bien cultural, término que contiene al anterior concepto, pero le añade
amplitud de miras al ir más allá de la belleza y la antigüedad, concediendo al
patrimonio el valor de civilización; este le permite abarcar todo tipo de manifestación
humana sin desdeñar género alguno. Todas las creencias, conocimientos, arte,
costumbres, etc.; son ahora cultura, son un testimonio de la evolución del hombre,
constituyen testigos elocuentes de la huella humana en el planeta y esto se convierte
en sinónimo de patrimonio.

“…el señalado valor de civilización es, por naturaleza un valor inmaterial. El objeto se
reconoce como el soporte material de un valor cultural, inmaterial e inherente a él. Por
eso el bien cultural es también, por naturaleza, un bien público. No en cuanto a
propiedad, sino en cuanto a bien de fruición.”(Giannini 1976, pág 9)

Los nuevos criterios que determinan el valor patrimonial despejan el camino para la
incorporación de otras disciplinas de las ciencias sociales a la tarea de identificar y
reconocer bienes culturales. En esa revulsiva segunda mitad del siglo XX, con sus
recién estrenadas organizaciones internacionales, imprescindibles para remendar los

7
65034010018_ Bienes de Interés Cultural
efectos del caos de las guerras; el concepto de Patrimonio se muestra más que nunca
cómo un organismo vivo en constante crecimiento y desarrollo. Sus formas se
multiplican al incluir a la naturaleza y al paisaje, soporte y resultado del desarrollo
cívico, también cómo bienes. En 1972 tiene lugar la convención de París sobre
Patrimonio Mundial en donde se reafirma que las maneras de gestión de los bienes,
ahora culturales y naturales, son un asunto de obligada incumbencia internacional; ya
que la pérdida o el deterioro de cualquier forma patrimonial es un terrible daño a la
colectividad mundial. La UNESCO, como reconocido y respetado organismo
internacional, ha dotado a los pueblos de herramientas y fuertes directrices que
garantizan la protección del patrimonio; y ha sido responsable de crear conciencia de
todos los peligros que le acechan: vandalismo, explotación comercial desmedida e
insensible, conflictos armados entre otras muchísimas amenazas.

Así arribamos a este siglo XXI, donde el concepto Patrimonio y su implicación social,
cultural, económica, están más que integrados en el subconsciente de la mayoría de
las naciones. Por supuesto, estas implicaciones no han sido nunca, ni serán, algo
estático; la visión contemporánea del Patrimonio está influenciada por nuestra realidad
tecnológica y contradicciones socioculturales, propias de los tiempos que corren.

El Patrimonio es nuestra herencia, material e inmaterial, constituye un pilar de esa


cultura que hoy en día defendemos como derecho fundamental e inalienable de todo
ser humano. Tenemos la mayúscula obligación de preservarlo y promoverlo para que
llegue a las próximas generaciones lo más vivo y completo posible; eso es un hecho
indiscutible, pero también lo son: los múltiples, y en varias ocasiones mutuamente
contradictorios, puntos de vista, que en la actualidad, determinan su manejo.

Como hemos podido apreciar, el Patrimonio es el objeto de una construcción cultural,


que muta a la par de nuestra percepción, dadas distintas motivaciones, a lo largo del
tiempo. Es un símbolo, con valor único y es insustituible. Sus formas de protección
también son camaleónicas respecto a los pensamientos e ideales imperantes, dados
determinados momentos históricos sociales; se hacen efectivas de acuerdo a las
demandas ideológicas de cada período.

 3.1.2 Origen y evolución de la protección patrimonial en España. Especial


mención a la figura del Bien de Interés Cultural.

La casa de Austria, reinante en la monarquía hispánica en los siglos XVI y XVII, fue
gran favorecedora del arte y la cultura, les suceden en esta labor los Borbones a partir

8
65034010018_ Bienes de Interés Cultural
del 1700; los bienes artísticos les conferían poder e influencia. Las enormes
colecciones de bienes muebles e inmuebles que fueron acumulando a lo largo de los
años, se entendían como reflejo de educación y elevado gusto; por tanto constituía
una prioridad para la Corona la correcta conservación de los mismos. Se puede
afirmar que en sus inicios del Patrimonio Histórico-Artístico español giraba en torno a
la realeza, porque ellos eran quienes, al acaparar el completo dominio del patrimonio
de la Nación, promovían y actuaban a favor de la protección de esta, su posesión.

El Siglo XVIII en España, se estrena con nueva casa reinante y nueva concepción
política. Además de engrandecer el legado artístico de sus antecesores, los Borbones
buscan impulsar la cultura y el aprecio a las artes; lo hacen mediante la creación de
organismos (Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, 1752) que promueven
el debate alrededor del saber y el arte. De la Academia emanan medidas protectoras,
y aunque todavía en este siglo no ejerce autoridad sobre la protección y conservación
del Patrimonio, se puede decir que sus acciones suponen un ligero cambio en la
percepción social del buen gusto y las artes. La Real Academia de la Historia, fundada
en 1738 para la investigación del pasado, pasa a jugar un papel fundamental en la
salvaguarda de los Bienes a inicios del siglo XIX, cuando la Real Cédula del 6 de junio
de 1803 le otorga la potestad legal para gestionar la protección de las antigüedades
habidas dentro de las fronteras del imperio; lo que implica una nueva y más completa
definición de los monumentos, y constituye una de las primeras medidas legislativas
que promueven el cambio del paradigma de la protección patrimonial en Europa.

A medida que nos adentramos en el siglo XIX vemos como el Estado va ganando
terreno en lo referente a la gestión patrimonial, lo hace mediante leyes
desamortizadoras que le van restando poder a la Iglesia y a los aparatos restantes del
Antiguo Régimen. Es en esta centuria donde nace la definición de monumento
Histórico- Artístico, y donde surge una conciencia general y un sentido de pertenencia
público. el Estado, en representación de los derechos sociales emanados de la
Revolución Francesa, se arroba el derecho y asume el deber, de defender y amparar
los Bienes heredados; que representaban, en aquel momento, a la Nación y habían de
convertirse en vínculo directo entre el pueblo y la cultura e ideología nacional.

Siguiendo esta estela nos adentramos en el siglo XX, donde el Real Decreto de 18 de
abril de 1900 da paso a la creación de un Ministerio de Instrucción Pública y Bellas
Artes para así profesionalizar la gestión en manos de funcionarios estatales. También
en este año el Real Decreto de 1 de junio, nos habla de la urgente necesidad de crear

9
65034010018_ Bienes de Interés Cultural
un “Catálogo monumental y artístico de la Nación”, que sea riguroso, completo y se
realice con criterios científicos. Lo anterior nos da una idea de que a pesar del interés
que suscitaban los Bienes, hasta ese momento, se carecía de una estructura política-
económica eficiente, que sostuviese el deseo de preservar y legar. Hasta llegar a este
punto en España se habían sucedido intentos infructuosos de inventariar la totalidad
de objetos del Patrimonio y esta inexactitud técnica da basa a demoliciones,
incumplimientos de lo legalmente establecido, contrabando de obras, entre otras
tristes acciones. Para mayor protección de las edificaciones consideradas elementos
fundamentales del Patrimonio Histórico-Artístico, se procede a la Declaración del
Monumento Nacional; mediante la cual se logra la objetivación de Bien lo que facilita el
blindaje legal alrededor del mismo y pretende garantizar su amparo. Derivado de este
proceder, también se propone la realización de listados complementarios con
monumentos municipales, provinciales y regionales, que han de ser protegidos
mediante sus correspondientes presupuestos.

La Ley de excavaciones y antigüedades de 1911 fue la primera gran ley reguladora


del patrimonio histórico español, incorpora entre otras singularidades el pleno derecho
del Estado a hacer excavaciones, y regula la propiedad sobre los yacimientos y
hallazgos arqueológicos. Le sigue en importancia la Ley de Conservación de
Monumentos Histórico Artísticos de 1915, que viene a ampliar la acción protectora
sobre la totalidad de monumentos e introduce medidas interesantes, como por
ejemplo: la prohibición de derribo de un edificio declarado o el veto a la exportación de
monumentos al extranjero. Estas leyes van introduciendo elementos novedosos, pero
tímidamente. En su concepción presentan lagunas y no son muy firmes frente a las
competencias que se atribuye la propiedad privada con respecto al patrimonio.

En 1926 se da un enorme salto cualitativo con la elaboración del Real Decreto-Ley de


9 de agosto; mediante este, y su visión amplia y abarcadora, se superan muchas
limitaciones de las resoluciones anteriores. Aquí se hablaba ya de un valor cultural que
justifica la protección del bien, lo cual deja la puerta abierta a la diversidad tipológica
de los mismos.

La Constitución de 1931, al incluir un artículo preciso dedicado al Patrimonio, se


convierte en la primera Carta Magna española que reconoce su defensa y
conservación por parte del Estado. Esto ejemplifica los cambios de mentalidad se
venían cociendo desde finales del siglo XIX; poco a poco va tomando fuerza el
reclamo de una legislación más severa que garantice la preservación de los bienes

10
65034010018_ Bienes de Interés Cultural
culturales para las generaciones futuras. Durante este período se hacen muchos
progresos en el trabajo de lograr un, cada vez más universal, acceso a la cultura.

De vital importancia resulta la Ley del 13 de mayo de 1933, relativa al Patrimonio


Artístico Nacional. Cabe señalar que esta disposición es una de las más relevantes
del siglo XX, ya que no solo estuvo vigente durante más de cincuenta años; sino que,
también durante todo ese tiempo sentó las bases de un modelo de dirección llevado a
cabo desde el intervencionismo estatal, siempre protegiendo el interés público sobre
los bienes culturales. Por supuesto, la Ley no era perfecta; en algunos aspectos
conceptuales, implicó un retroceso con respecto al Real Decreto de 1926, tampoco
supo dar solución definitiva a la problemática decimonónica de la dispersión del
patrimonio, y desde luego no se puede pasar por alto su desconexión con las
realidades urbanísticas que se dan en el transcurso del siglo XX. Sin embargo fue un
instrumento útil para crear conciencia acerca de lo imprescindible del cuidado y
conservación de los objetos que dan relieve a la cultura, y que esta labor es
responsabilidad de todos los ciudadanos y del Estado en su representación.

La guerra civil y las décadas que le precedieron, suman un período obscuro en lo que
se refiere a la tarea de cuidar y valorar el patrimonio. Legislativamente, España pasó
de estar a la vanguardia de las corrientes intelectuales normativas, a sumirse en el
caos que resulta de la dejadez política y la negligencia administrativa. Con la llegada
de la democracia, se impone la necesidad de conformar un nuevo marco legal, al cual
terminamos dando forma a través de la Ley de Patrimonio Histórico Español de 1985.
Esta es la culminación del desarrollo normativo que se venía dando desde la
Constitución de 1978, la cual establece los derechos socio-culturales de los
ciudadanos y se compromete a facilitar el acceso a la cultura, siendo esta: vía al resto
de derechos constitucionales. La Ley 16/1985 es de enorme trascendencia en cuanto
a implicación civil, establece al Patrimonio como riqueza colectiva y preciado objeto
de regulación y protección, garantiza su acrecentamiento y transmisión a las futuras
generaciones; es más firme y clara, en comparación a normativas anteriores, a la hora
de supeditar los intereses individuales a los sociales. Se nota la influencia de las
corrientes internacionales en su elaboración, pues establece una definición de
patrimonio histórico que es más inclusiva y tiene un marcado matiz democrático;
aparece la figura jurídica del Bien de Interés Cultural, la cual materializa la
particularización de la protección. Los bienes relevantes, han de ser inventariados y
declarados de interés cultural, así quedan definidos y protegidos bienes muebles e
inmuebles, también el patrimonio arqueológico, el etnográfico, el documental y

11
65034010018_ Bienes de Interés Cultural
bibliográfico, los museos, archivos y bibliotecas de titularidad estatal. Esta Ley
pretende asegurar el fomento de la cultura, potenciando una política activa, por lo que
decreta estímulos, como el 1% de obras públicas destinado a la protección del
patrimonio y al impulso del arte; y los beneficios fiscales y facilidades para promover la
conservación, mantenimiento o rehabilitación de obras patrimoniales. El principal
objetivo de esta Ley es poner al patrimonio al completo al servicio de los ciudadanos y
facilitar el acceso público a los bienes culturales, esto supone un gran salto cualitativo
ya que es la evidencia de la superación de las ideas de la Ilustración que ubicaban a la
cultura cómo privilegio de una élite.

La Constitución de 1978, establece un modelo de gestión bastante descentralizado,


que confiere al Estado competencia limitadas y transfiere a la Comunidades
Autonómicas el mayor peso de la responsabilidad que conlleva la gestión del
Patrimonio Histórico Cultural; de esta forma también se ha facilitado la adecuación a
las diversas realidades históricas que competen a la protección patrimonial y que se
han ido manifestando desde los años ochenta hasta la actualidad. Las distintas leyes
autonómicas que versan sobre patrimonio, han desarrollado simultáneamente la Ley
16/1985, que se ha visto superada por aspectos teóricos y circunstancias político
sociales que sucedidas con el devenir de los tiempos. En sus textos, de forma general,
las leyes autonómicas referidas a gestión patrimonial, se basan en la estructura y
materias de la Ley de Patrimonio Histórico Español; quizá lo más relevante, es que
todas las leyes le confieren a la figura del BIC, la función de pilar alrededor del cual se
construyen los distintos sistemas de categorías de protección, y ordenan
procedimientos de declaración similares. Los bienes que son competencia del
Ministerio de Cultura y los que lo son de las Comunidades Autonómicas, quedan
claramente delimitados a partir de la sentencia del Tribunal Constitucional, al respecto
, en 1991: las Comunidades Autonómicas tienen plena jurisdicción sobre todos los
bienes culturales ubicados en su territorio, a excepción de los archivos, bibliotecas y
museos nacionales (estatales) y de los bienes que corresponden al Patrimonio
Nacional; dígase de aquellos definidos por la Ley 23/1982, conjunto de bienes de
dominio público pero afectados al uso de la Casa Real española.

En la actualidad, se podría afirmar que: la Ley 16/1985 se encuentra algo rezagada


con respecto a los nuevos tipos de patrimonio que han ido surgiendo y en su
adaptación a los distintos tratados internacionales que se han firmado. Tipologías
patrimoniales, como lo son: el patrimonio industrial, el patrimonio lingüístico, el
patrimonio marítimo y aeronáutico, entre otros; no se encuentran referenciados en la

12
65034010018_ Bienes de Interés Cultural
mencionada normativa general, sin embargo muchas disposiciones autonómicas si los
recogen en sus textos. Esto nos da un indicio de cómo debería existir mejor
articulación entre las distintas leyes autonómicas y la general, y que esto sea un
camino para mayor intercambio, cooperación y coordinación. La Ley 10/2015, de 26
de mayo, para la salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial, y la consecuente
incorporación de art 1.2 a la Ley 16/1985; es una muestra de la constante renovación
que debe sufrir una legislación que regula lo referente a Patrimonio, dado que el
Patrimonio cómo concepto es algo que está en continua evolución. Una ley estancada
en tiempos pasados deja paso a incongruencia, que pueden resultar, a largo plazo,
dañinas al objeto de protección.

Queda claro que hay mucho por hacer con respecto a la protección del Patrimonio,
no solo desde la legislación y las administraciones, también desde la difusión y en aras
de la sensibilización; queda por escalar la montaña de la conciencia ciudadana, se nos
debe meter debajo de la piel el sentido de pertenencia y responsabilidad para con el
Patrimonio. Pero también es una realidad que el mismo, hoy en día, está más vigilado
y protegido que nunca, y que los pasos que se han dado , tanto en el ámbito nacional
como en el internacional, para acercarlo a las mayorías, son firmes y están dando
resultados extraordinarios.

Es indiscutible la importancia de la figura jurídica del Bien de Interés Cultural en el


sistema de protección español, del cual es pieza estelar. Es la categoría Superior de
Protección del Patrimonio; por tanto los bienes más relevantes del mismo deben ser
inventariados y declarados “BIC”. La declaración obliga a una singular y constante
protección y tutela. El hecho de que todas las autonomías hayan coincidido en utilizar
dicha figura, o una asimilada a esta, en sus cuerpos legales sobre Patrimonio Cultural;
evidencia el éxito del modelo, y ratifica el compromiso, de varias regiones, para con la
totalidad del Patrimonio Cultural Español.

3.2 Turismo Cultural y Patrimonio. Realidades.

 3.2.1 Globalización, turismo cultural y Patrimonio, interacciones


complejas.

“El turismo cultural se puede considerar como una forma más de Turismo que se caracteriza
porque la mirada de los visitantes se centra en las manifestaciones culturales. La cultura se
puede considerar como el conjunto de los rasgos distintivos espirituales y materiales,
intelectuales y afectivos, que caracterizan a una sociedad o a un grupo social. Incluye las artes
y las letras, las formas de vida, las tradiciones y las creencias”

13
65034010018_ Bienes de Interés Cultural
(Declaración de México, 1982, UNESCO)

Vivimos en una actualidad en la que las distancias geográficas son suprimidas,


gracias a los avances en transporte, y las barreras comunicativas son casi inexistente,
debido a las telecomunicaciones; la información, las ciencias, la economía y la cultura,
forman un todo común: cosa que debería repercutir en el desarrollo de los pueblos, en
un más justo reparto de los recursos, en un enriquecimiento cultural compartido y una
mayor difusión y aplicación de los derechos humanos; sin embargo estos procesos,
paradójicamente, a la par de acarrear beneficios socioculturales y económicos,
constituyen peligrosos generadores de sociedades excluyentes, conductores hacia la
banalización cultural, la pérdida de identidad nacional, la desigualdad global y a
nocivas dinámicas de interdependencia económica que favorecen la concentración de
capitales. Este fenómeno dual llamado globalización, es el trasfondo de nuestra
sociedad contemporánea, y como tal la condiciona; una de sus expresiones más
visibles es el turismo. El patrimonio se encuentra indisolublemente relacionado al
turismo, y en consecuencia a como sea entendida esta compleja relación entre turismo
y cultura, el patrimonio puede verse beneficiado o gravemente amenazado.

El turismo y la sociedad mantienen una conexión equiparable a la que se establece


entre un antibiótico y un organismo humano; bien utilizado y en las dosis correctas un
antibiótico es un salvador de la vida humana, pero un uso irresponsable y
descontrolado de este puede acarrear graves consecuencias o incluso llegar a ser
fatal para el organismo. Esto es el turismo a las sociedades, a la cultura y al
patrimonio. De la misma manera que actúa como cohesionador social, como
catalizador económico o como fuerza inhibidora del efecto homogeneizador de la
globalización; si su gestión no es llevada con cierta empatía sociocultural, y solo
persigue réditos: el turismo se convierte en un monstruo que devora el encanto de los
lugares y puede provocar distorsiones en la economía local.

A menudo se nos presenta al turismo cultural, como la alternativa cualitativamente


superior al turismo de masas. Otras perspectivas lo enfocan como una oferta no tan
trivial, que ha de concluir con el reforzamiento de una estrecha relación entre visitante
y anfitrión debido al enriquecimiento intelectual y al intercambio intercultural que
promueve. Muchos destinos maduros han encontrado en el turismo cultural la
solución a la estacionalidad y una oportunidad de reinventarse en el mercado; otros
destinos emergentes lo ven como la vía para posicionarse en el mapa turístico y así
revitalizar económicamente ciudades y regiones que no cuentan con otras ofertas de

14
65034010018_ Bienes de Interés Cultural
entretenimiento. Lo cierto es que el turismo cultural apela al interés que puede
despertar determinado entorno y sus componentes histórico artísticos, en el espíritu de
los viajeros; es un tipo de turismo que ha de establecer, desde el primer contacto del
visitante con el destino, un diálogo, un intercambio que va más allá del simple ocio y
descanso; también recurre a la memoria, a las características de las personas que han
dado y dan forma a las culturas anfitrionas, a sus costumbres y tradiciones. Por regla
general es aclamado por individuos de más alto nivel adquisitivo, que están
mínimamente informados y exigen calidad, veracidad y exactitud; que demuestran
mayor sensibilidad y suelen estar muy implicados en la preparación y las decisiones
tomadas con respecto a su viaje.

El turismo cultural necesita de la implicación de los factores administrativos locales


para evitar que se convierta en una invasión, y con esto eludir el que los habitantes de
los destinos lo sientan como una amenaza a su intimidad y sus derechos. Los agentes
que gestionan la oferta turística: empresarios, hoteleros, turoperadores,
administraciones locales, etc.; no deben perder de vista el hecho de que, en el caso
del turismo cultural: el producto, es también el depositario, material o inmaterial, de la
memoria colectiva de un pueblo. Por ejemplo: si una Catedral, dejara de ser un sitio de
recogimiento espiritual, un punto de encuentro comunitario, para convertirse en un
espacio de bullicio y flashes de fotografías, donde se proyectan imágenes de una
historia reinventada a escala de la imaginación del visitante; no solo perdería su
esencia, sino que con el tiempo se devaluaría, incluso, como parte de un producto
turístico.

La turismofobia es el más triste resultado que puede tener una actividad económica
que se supone que debía contribuir al florecimiento de un determinado lugar y de sus
habitantes; a esto se llega pasando por el desplazamiento involuntario de un estrato
social, empujado por nuevas condiciones socioeconómicas impuestas
(gentrificación), la estereotipación de una cultura (Disneylización) y la funcionalización
desmedida e insensible de espacios patrimoniales. Estos son, en resumen, los efectos
más negativos que puede tener un turismo cultural mal entendido; el mismo, visto
solamente desde el frío ojo del mercado, se convierte en todo lo que no deseamos que
esté en contacto con nuestro patrimonio; porque en lugar de revalorizarlo y atraer
fondos que permitan conservarlo y restaurarlo, puede ser la clave de su destrucción.

15
65034010018_ Bienes de Interés Cultural
 3.2.2 El centro histórico de Palma de Mallorca, Bienes de interés cultural
y su relación con el turismo.

“… un enclave que, antes de llegar a ser ciudad, ya recogía la riquezas y herencias de quienes
por aquí pasaban, con afán de conquista o simplemente por casualidad, dejando huella en lo
que hoy, para todos los ciudadanos, es Palma.”

Catalina Cirer Adrover, Alcaldesa de Palma.(García-Delgado, C. 2000)

La ciudad de Palma de Mallorca es la capital de las Islas Baleares, archipiélago


ubicado en medio de la cuenca occidental del mar Mediterráneo. La urbe se sitúa en la
zona suroriental de la isla de Mallorca, posee una extensión de 208,63 Km² y la
ocupan 416 065 habitantes (INE 2019). Fue fundada por los romanos en el año 123
A.C ; se presume que su asentamiento actual aún se corresponde con las ruinas
romanas de la primera ciudad, que se encuentran bajo su casco histórico. Fue
conquistada por los vándalos, por los árabes, y finalmente por el rey Jaime I de Aragón
convirtiéndose en la próspera Ciutat de Mallorca, capital de su propio reino hasta 1279
cuando se incorpora a la Corona de Aragón. Fruto de sus devenires históricos, su
casco antiguo guarda una riqueza y diversidad patrimonial, invaluables.

El centro histórico de Palma es uno de los más grandes de Europa, el mismo


corresponde a la zona de intramuros de la antigua muralla renacentista. No es una
unidad espacial homogénea, en ella conviven diferencias formales y funcionales. Lo
conforman barrios que surgen en la época romana y musulmana, que con el paso del
tiempo han ido tomando matices propios de los estilos cristianos. Perderse en sus
estrechas calles, mezcla del urbanismo musulmán y arquitectura hispana, descubrir
las sorpresas que esconden las perspectivas de sus edificios más representativos; es
una experiencia que despierta emociones y sensibilidades. En un intento de medir su
potencial, para elaborar una estrategia con respecto al turismo cultural, se ha
inventariado su patrimonio tangible, el resultado:

Se cuentan 412 recursos patrimoniales de interés, entre los cuales: 357 obras
arquitectónicas ,123 obras del gótico y 129 del barroco, y 55 obras plásticas, 33
esculturas y 22 pinturas,(Arron Munar, Picornell Cladera, Ramis Cirer,2011)

Para garantizar la protección del Patrimonio, en la comunidad autónoma, se


promulga la Ley 12/1998, de 21 de diciembre de, del Patrimonio Histórico de las Illes
Balears; la misma se encuentra basada y aprovecha, eficientemente, las técnicas
jurídicas creadas por la Ley 16/1985. Los bienes más relevantes y merecedores de

16
65034010018_ Bienes de Interés Cultural
protección se encuentran amparados bajo la figura del Bien de Interés Cultural; y los
que despiertan algún interés pero aún no han sido declarados BIC, se les abre un
expediente de estudio y se catalogan como Bienes Catalogados, lo cual les confiere
un cierto grado de protección. En Palma de Mallorca se contabilizan exactamente 130
bienes declarados BIC. Específicamente en el centro histórico y sus alrededores
encontramos 45(Anexo 2), de gran valor para desarrollar una estrategia turística en
torno a ellos.

Como se puede observar en el Anexo 2 y Anexo 3, en el casco antiguo de Palma, y


aledaños, existe una importante concentración de bienes patrimoniales catalogados y
amparados bajo la máxima protección jurídica. Esta distinción también resulta una
puesta en valor para el bien que se convierte en atractivo turístico. En la práctica se
observa que: por regla general los objetos patrimoniales, tangibles e intangibles, que
ostentan alguna categoría de protección reconocida, pasan al foco de los promotores y
consumidores turísticos. Exponiéndose, muchas veces, dicho grado patrimonial como
sello de calidad, por ejemplo sucede con los bienes nombrados Patrimonio de la
Humanidad que automáticamente se convierten en reclamos turísticos, y su
promoción hace especial hincapié en el elevado nivel de protección, malentendiéndolo
como sinónimo de pedigrí.

Palma, ciudad evidentemente rica en patrimonio, tanto material como inmaterial, se


mantuvo mucho tiempo desplazada del centro de interés de la industria turística que
desde los años 60 se desarrolla en la isla; la misma se basó en ofrecer Sol y mar
Mediterráneo como productos estrella. El turismo de Sol y playa, que en su momento
fue la gallina de los huevos de oro, hace mucho tiempo que va dando síntomas de
cansancio. Según la teoría del Ciclo de Vida de los Destinos Turísticos (Butler, R.
1989), gráfico del anexo 4; donde se expone que los destinos turísticos tienen un ciclo
evolutivo similar al de los productos, el cual comprende 6 etapas principales:
exploración, implicación de las autoridades locales, desarrollo, consolidación,
estancamiento y declive o rejuvenecimiento; el mal gestionado turismo heliotrópico
masivo, ha colocado al litoral mediterráneo en la fase de estancamiento. Ese punto en
el cual el turista que ya conoce de sobra el destino, al no encontrar nuevos alicientes,
sino degradación, elige otro; como consecuencia el destino deja de “estar de moda”,
los problemas para mantener los anteriores niveles de ocupación son cada vez
mayores, y comienzan a aplicarse fórmulas de dudosa eficacia cortoplacista como: los
todo incluidos, la promoción del turismo de alcohol y borrachera, etc., que buscan
competir en precios y no en calidad. A la vista de este triste panorama a las

17
65034010018_ Bienes de Interés Cultural
autoridades implicadas no les ha quedado de otra, que reconducir la gestión de la
industria hacia el sendero de la sostenibilidad y es cuando sale a relucir la alternativa
del turismo cultural, que en principio, en Baleares, fue visto como el complemento al
turismo tradicional, pero que poco a poco ha ido ganando importancia y atención. La
capital de las Baleares, geográficamente situada entre dos focos de turismo masivo:
LLucmajor ( El arenal) y Calviá (Palmanova , Magaluf, Santa Ponça) ,con su rico
centro histórico, su puerto y su privilegiado paseo marítimo; ha devenido la joya de la
corona de la oferta turística cultural de Mallorca. Es que esta tipología turística y su
fomento se ha convertido en pieza clave, no solo para lograr la reconversión del
destino, sino también para contribuir a la tan ansiada desestacionalización, lo que
significa que existiese mayor equilibrio entre oferta y demanda en todo el año y no sólo
en una temporada.

Hemos de tener muy presente que en un destino turístico existen tres fuerzas
protagónicas: las autoridades gestoras, los habitantes y los visitantes. De la sinergia
que exista entre estos 3 grupos depende el éxito o fracaso de cualquier estrategia
turística que se quiera emprender. En el caso particular de Palma de Mallorca, las
autoridades gestoras, han diseñado y puesto en marcha varios planes de actuación y
marketing, que en las últimas décadas han ido perfilando la idea de turismo cultural
que se pretende consolidar. Entre estos planes podemos señalar por ejemplo el Plan
de Marketing Turístico de la Isla de Mallorca (2009-2012), de la Conselleria de Turisme
del Govern de les Illes Balears, que marcaba la continuidad del predominio del turismo
de Sol y Playa y la necesidad de desarrollar, complementario a este, el turismo de
Cultural. Sin embargo, años después, el Plan Integral de Turismo de las Illes Balears,
elaborado por la agencia AETIB para el mismo organismo, da un salto cualitativo al
señalar la importancia, en los mercados actuales, que alcanzan las ciudades con alto
contenido cultural; de ahí la vital importancia de dotar a Palma de herramientas para
posicionarla en el ranking de turismo urbano y cultural. Un reflejo de los esfuerzos de
las autoridades locales por promocionar un turismo diferente en la ciudad, son las
distintas campañas de publicidad que se han dirigido desde la Fundación Turismo
Palma365: la primera de ellas, más tímida y menos clara, fue Passion for
Palma(2013); de esta a la actual This is Palma(2019) se nota una clara evolución en
los objetivos que ubican al turismo cultural cada vez más al centro de la diana de
intereses de la industria. En palabras de la concejala de Turismo, Comercio y Trabajo,
Joana María Adrover, con motivo de estreno de la actual campaña, "Con esta
iniciativa, Palma se potencia, se pone en valor y se muestra como lo que es: una

18
65034010018_ Bienes de Interés Cultural
ciudad rica en patrimonio, con historia, auténtica, cosmopolita y llena de cultura, que
apuesta por lo que la convierte en un destino singular y alejada de las ciudades
franquicia”(Hosteltur 2019)

Por otra parte, esta nueva centralidad turística que adopta la ciudad, tiene su
expresión directa sobre el espacio físico y el resultado son fenómenos urbanísticos y
demográficos que amenazan el frágil equilibrio de la convivencia entre turismo y
ciudad. Por ejemplo: la proliferación de hoteles boutique en los barrios más
significativos del centro histórico, lo cual indica una refuncionalización del patrimonio e
incurre en un proceso de elitización de la ciudad, lo cual no sólo puede resultar una
amenaza para el patrimonio edilicio, sino también para el inmaterial, para la identidad
del lugar. Debemos citar también el hecho de la presión humana en el centro de
Palma, que en días de verano puede duplicar el límite de capacidad del sitio; según un
estudio llevado a cabo por Palma XXI, dirigido por la arquitecta y urbanista María
Gómez “… la carga del centro de Palma un mes de julio se sitúa en las 90.000
personas de las cuales 53.000 son residentes y otras 37.000 son turistas. Se trata de
una presión turística muy elevada que se sitúa en el doble del resto de la
ciudad.”(Economía de Mallorca 2018). Otro efecto indeseado, es la gentrificación, el
desplazamiento de la población propia del sitio, por no poder afrontar el elevado nivel
de vida que importa el extranjero, y es que hay que tener en cuenta que el porcentaje
de aumento de habitantes foráneos, en el centro es cada vez mayor, llegando incluso
cambiar la connotación popular de barrios que han adoptado nuevos apelativos: como
el antiguo barrio pesquero que hoy se conoce como barrio “sueco”. Todas estas
circunstancias provocan la desconfianza del ciudadano, que empieza a ver en el
turismo una amenaza en lugar de un puente para conectar con el mundo, por esto es
imprescindible mayor consenso entre autoridades y residentes.

La otra arista del turismo la constituyen los visitantes. El modelo Mckersher y du Cros
(2002) señala varios tipos de turista cultural, que están determinado por factores como
la experiencia, actividades culturales, motivaciones, intereses, etc. Esto significa que
no todo el visitante del sitio tiene una marcada motivación cultural, no todos viven la
experiencia a igual profundidad o están dispuestos a integrar la cultura en un alto
grado. Los turista culturales promedio de Palma : son personas, en su mayoría
extranjeras, con un alto nivel educativo y social, pues ocupan puestos de trabajo y
tienen un nivel de rentas alto. El propósito primordial de su visita son las vacaciones,
con las motivaciones de “experimentar el ambiente” y “aprender más sobre la cultura”

19
65034010018_ Bienes de Interés Cultural
( García Hernández.L. 2015). Por lo que según Mckersher y du Cros (2002) clasifican
como :

- Turista cultural intencionado: la cultura es el motivo principal de su visita y tiene una


experiencia cultural muy profunda.
- Turista cultural de lugares de interés: la cultura es una razón principal para visitar una
destinación, pero la experiencia es más superficial.
Las condiciones en las que encuentran el destino influyen en su experiencia y
opinión en general; determina que repitan y recomienden la visita. Por supuesto que
encontrar una ciudad saturada nubla un poco el esplendor de su patrimonio y da
impresión de desorden. El turista cultural, por regla general, exige un producto más
elaborado y siente mayor sensibilidad hacia el entorno.
En medio de este triunvirato, se encuentra el Patrimonio, que necesita de la diligencia
de los gestores, de la vida que le confieren los pobladores de las ciudades, y de la
admiración e interés del turista; lo cual se traduce en beneficios económicos que
permiten su conservación y rehabilitación, para que los bienes culturales puedan
seguir latiendo al ritmo de la humanidad.

3.3 La catedral de Santa María de Palma de Mallorca. Un acercamiento al BIC


más visitado de la ciudad.

El arte ha sido un reclamo turístico de primer orden, arte y viaje siempre han
caminado de la mano. En el presente, se puede afirmar que la industrialización del
turismo se ha apoyado en la creación artística para atraer a nuevos turistas que
persiguen una imagen de los lugares, idealizada en mayor o menor medida. Pero la
atracción que ejercen las catedrales sobre el viajero, es un fenómeno tan remoto como
el viajar.

La catedral de Palma de Mallorca, cuyas obras dieron comienzo alrededor del año
1300, es un edificio sublime, que se erigió en el mismo lugar donde antes se había
levantado una mezquita musulmana y es colindante con la muralla romana, lo que le
convertía, no sólo en un lugar de culto, sino que también, en una fortaleza
inexpugnable. Este magnífico ejemplo del gótico mediterráneo, cuya nave principal es
una de las de mayor altura de la Cristiandad, posee el mayor rosetón de este tipo de
construcciones góticas europeas y es la única Catedral que se puede ver a si misma
reflejada a orillas de un espejo de mar.

20
65034010018_ Bienes de Interés Cultural
Desde los inicios del desarrollo de esta era turística en Mallorca (1905), y pudiera
decirse que en España, la imagen de este edificio es buque insignia del Patrimonio
Histórico -Artístico visitable; lo demuestran las múltiples postales y folletos turísticos
que le han referenciado. También de esa época data la decisión de crear un museo
en la Catedral, hecho que quizá por coincidencia, va de la mano a una serie de
acciones relacionadas con el turismo y con el interés y la necesidad de acomodar los
principales monumentos artísticos a las expectativas del visitante extranjero. Pero es
en la década del 30, cuando realmente la cantidad de turistas visitantes empieza a
crecer de forma exponencial, y es entonces que se fueron tomando distintas medidas
organizativas que regulasen el tráfico dentro del templo y vieran por la seguridad del
mismo, de cara a evitar accidentes. Se impusieron horarios de visita, aunque los
domingos y festivos continuaban destinados al oficio; la concepción de espacio de
recogimiento se mantuvo, invitando a los visitantes a mantener una actitud respetuosa
dentro del centro. Así vemos como poco a poco se van mezclando los usos del
edificio, no se deja de lado el cometido para el cual fue concebido, pero se adapta a
nuevas funcionalidades. Esto demuestra la plasticidad funcional que pueden llegar a
tener los elementos que conforman el Patrimonio, y esta cualidad es una ventaja que
tiene que ser aprovechada a favor de preservación de los mismos.

La vocación hacia la reforma que posee esta obra, es una curiosidad histórica, se
dice que no ha parado de modificarse desde el inicio de su construcción. Su continua
renovación ha contado con la intervención de arquitectos de renombre: como Juan
Bautista Peyronnet, quien fue encargado de la restauración monumental de la Catedral
y del conjunto de la fachada principal (1854). A principios del siglo XX, las exigencias
litúrgicas y pastorales se renuevan, y en consecuencia debe hacerlo el edificio que las
acoge, en esta ocasión es Antonio Gaudí, quien con el apoyo del obispo Pere Joan
Campins, entre 1904 y 1915, modificó el espacio interior de la Catedral, y en su actuar
devolvió la luz mediterránea al “espacio-salón”. La última intervención ha tenido lugar
entre los años 2001 y 2006, se trata de la obra escultórica de Miquel Barceló en la
Capilla del Santísimo; con el auspicio de la fundación Art a La Seu, integrada por el
Obispado, varias administraciones públicas y empresarios de las Islas Baleares.
Consiste de una pared cerámica policromada que cubre aproximadamente 300m², la
casi totalidad de los muros de la capilla gótica, antes capilla de San Pedro, situada a la
cabecera de la Catedral. Esta reciente obra, que empalma con la práctica tradicional
de modificación mobiliaria, ha abierto el debate alrededor de ella; por tratarse de una
intervención artística con lenguaje contemporáneo en una capilla gótica en perfecto

21
65034010018_ Bienes de Interés Cultural
estado de conservación. Fruto de este debate surgen dudas sobre la justificación de
esta intervención, sobre la concepción actual de lo que se considera una obra de arte,
y si esto es un apelativo que se le ha de conferir a intervenciones para justificar su
existencia o como resultado de la valoración de la misma. El debate se intensifica,
destapa otras cuestiones respecto al carácter mutante del Patrimonio, y la
supeditación del valor artístico al nivel de atracción que demuestre una obra para con
las masas, los medios, y la industria del souvenir. Pero lo que más importa a nuestro
análisis, es que con esta última operación artística, en clave moderna, el templo gótico
se ha convertido en espacio de experimentación; con el tiempo se demostrará, o no, la
idoneidad del arte contemporáneo como forma de conservación-revalorización del
Patrimonio. De esta forma se vuelve a colocar a La Seu a la vanguardia de la
controversia relacionada con los usos del Patrimonio, su significado, y sus valores;
otro aspecto a señalar es que ya sea de forma intencionada, o no, estas disputas
desatadas alrededor del edificio también funcionan como propaganda, herramienta de
marketing turístico.

Según el portal Turismo de España, la Catedral de Mallorca es uno de los diez


monumentos más visitados en nuestro país; respecto a este dato el Cabildo de la
Catedral asegura que los visitantes son unos 600.000 cada año (Terrassa .M 2017).
Pero estos son datos aleatorios, porque la Catedral, no cuenta con un censo objetivo
del número de visitantes, y sin este es imposible crear un sistema de gestión turístico
efectivo. La ausencia de datos estadísticos precisos impide establecer un parámetro
tan importante a determinar en el caso de los Monumentos que funcionan como
recurso turísticos; el límite de visitantes simultáneos que puede soportar un lugar
concreto, índice conocido como Capacidad de Carga Turística, el que es un
instrumento fundamental para hacer operativo el concepto de sostenibilidad de la
gestión turística del Patrimonio. Este hecho demuestra que a pesar de todo el interés
que despierta este Bien de Interés Cultural, aún queda mucho por hacer a favor de su
cuidado, y esto funciona como muestra de la población que conforma el conjunto de
bienes culturales que sustentan la oferta turística cultural de la ciudad. Así como se ha
invertido en dotar al conjunto de un punto de contemporaneidad, con la creación de
Barceló, se debe invertir más en medios para establecer un observatorio de la práctica
turística, lo que ayudará a estudiar los efectos que pueda tener la afluencia masiva en
la construcción y así trazar estrategias para su correcta gestión. Esta es una
recomendación que se puede extender al resto del centro histórico.

22
65034010018_ Bienes de Interés Cultural
Además de las visitas ordinarias, desde hace unos años se promueven visitas
guiadas a las terrazas de la edificación, y estas para los residentes son gratuitas, es
una manera de acercar el monumento a la población; mostrando al mismo desde un
nuevo ángulo y develando alguno de sus misterios, se consigue de forma integradora
fortalecer vínculos entre los residentes y su patrimonio. Otras actividades de corte
formativo tienen lugar en el templo, como conferencias y seminarios, así como eventos
de participación masiva con cariz cultural, por ejemplo: el Festival Internacional de
Órgano de la Catedral de Mallorca, o el fenómeno de la luz, mejor conocido como “El
Ocho” que reúne a cientos de espectadores en el interior del edificio. Esto sin dejar de
lado la celebración semanal de oficio religioso. Todos estos puntos suman para
mantener la vigencia social y la función identitaria del monumento en la comunidad; y
dejan entrever otra importante función que ha conquistado el Patrimonio hoy en día, la
educativa.

El aflujo masivo hacia este monumento, sobre todo en meses de verano y producto
de la llegada de cruceros a la ciudad, es una de las causas que ha movido a la
Autoridad Portuaria de Baleares (ATB) en colaboración con la Fundación Turismo
Palma 365 y la Universitat de Les Illes Balears (UIB), a crear la aplicación turística,
Welcome Palma (2020); que ofrece a los usuarios datos en tiempo real, con el objetivo
de evitar aglomeraciones. Esta es una interesante iniciativa que marca el camino hacia
un uso más concienciado del Patrimonio. Porque así como ha sido este monumento
pionero en términos de integrar usos propios del turismo cultural a la histórica función
religiosa, así como la propaganda a su alrededor a crecido a la par de su actividad
turística, en esa misma medida su gestión ha adaptarse a los tiempos corrientes, y
encabezar la lucha social por lograr que la interacción turismo-patrimonio resulte un
éxito a largo plazo.

23
65034010018_ Bienes de Interés Cultural
4. Conclusiones .

Para poder entender la magnitud del concepto Patrimonio, hoy en día, tenemos que
ampliar nuestra perspectiva, y más allá de los acostumbrados términos de asociación:
tradición, historia, identidad, nacionalismo, etc., debemos analizarlo como un elemento
más dentro de nuevas corrientes y problemáticas sociales, por ejemplo: la
turistificación, el desarrollo urbano, la mercantilización cultural, entre otros. Mantener
los ojos abiertos respecto al papel que jueguen los bienes en estas dinámicas, es la
única manera de garantizar su protección. Se trata de ser justos y repensar el
Patrimonio, y sus usos a largo plazo; por eso debemos aprovechar los beneficios
socieconómicos que acarrean las nuevas funciones que asume y sopesar los
perjuicios que estas mismas puedan conllevar, así establecer una gestión en la que
prime el equilibrio entre ventajas y desventajas, inmediatas y futuras.

El turismo cultural crea oportunidades de empleo para profesionales relacionados con


el Patrimonio; es un medio para la educación y acercamiento de la población al arte y
la historia; contribuye a procesos de paz porque tiende puentes entre pueblos, y estos
solo son algunos de los múltiples efectos positivos que genera. Pero estos resultados
se ponen en peligro si el mismo no es entendido y promovido correctamente en las
distintas comunidades donde se pone en marcha. Si un bien patrimonial es entendido
como recurso cultural, y de allí muta automáticamente a producto turístico, sin que
este nuevo producto haya sido conceptualizado, confeccionado y gestionado
adecuadamente; entonces es un producto incompleto, fuente de problemas de
accesibilidad, falta de oferta complementaria, organización; etc. Estos productos
segregados que se insertan dentro de una determinada oferta turística, con el tiempo
causan dificultades más graves y a mayor escala; de esta manera los beneficios
comunitarios, sociales, económicos, culturales; que en un principio corrían
abanderados por el turismo cultural, a la larga se revierten, y derivan en desigualdad
socioeconómica, pérdida de valores culturales, entre otros males que acaban por
ahogar a las comunidades y a sus habitantes. Debemos pensar que “morir de éxito” en
la industria turística es una posibilidad muy real, y no prever que pasaría entonces con
los bienes culturales que ahora nos sirven para sostener una oferta, es temerario y un
tanto irresponsable.

En Palma de Mallorca, como hemos analizado, la riqueza patrimonial empuja a una


sólida propuesta de desarrollo de turismo cultural, pero este desarrollo debe de ir de la
mano de medios para su control y orden. El crecimiento per se, no es un puerto seguro

24
65034010018_ Bienes de Interés Cultural
para ninguna actividad económica, y el turismo no es una excepción. Invertir en
promoción, en novedades artísticas, en crear una marca propia, etc., es muy
provechoso para la ciudad y sus habitantes; pero solo si a la par se invierte en
mecanismos que avalen la calidad de la gestión del turismo.

Actualmente encontramos Bienes de Interés Cultural, dentro del Centro Histórico de


Palma, que se ofrecen como producto turístico y están mal señalizados, o su historia y
características pobremente referenciadas, de cara al turista, como por ejemplo: Los
baños árabes de Can Serra nº7, uno de los pocos restos arqueológicos de la época de
dominación musulmana. También bienes inmuebles de alto valor patrimonial, que
podrían funcionar como producto complementario de forma que se diversifique la
oferta y se mitigue el impacto en las edificaciones más demandadas, como el caso la
iglesia de Santa Eulalia, primera parroquia de Palma, cuya visita guiada se podría
definir mejor, hacer más accesible y completa. Estos son solo pequeños pasos pero
que contribuyen a estructurar la experiencia turística en el Centro Histórico, y lo más
importante, confieren un valor homogéneo a los bienes que lo compone, lo que evita
las aglomeraciones, los usos excesivos y demás practicas que dañan al Patrimonio.
No darle la suficiente importancia a índices como la Presión Humana en un territorio o
la Capacidad de Carga Turística de un monumento, es un error; y realidades como la
falta de un observatorio turístico, en una ciudad tan turística, o la disgregación de
datos estadísticos acerca de los visitantes reales de la Catedral, por citar un ejemplo;
nos habla de un modelo de gestión turístico, que aún debe crecer mucho en la senda
de la calidad.

El conocimiento y la difusión del mismo, por parte de los pobladores y de los poderes
administrativos, acerca de la figura del Bien de Interés Cultural, de sus antecedentes,
de su vigencia, de su significación; es una puerta abierta al entendimiento del papel del
Patrimonio en nuestro día a día. Necesitamos conocer, para proteger; y el turismo
puede ser un buen aliado del saber, por eso hay que batallar por dirigirnos hacia una
industria amable e inclusiva, donde la participación ciudadana y la voz del Patrimonio
sean también protagonistas.

25
65034010018_ Bienes de Interés Cultural
5. Bibliografía

 Aguilar Cabrera, R. A. (2017).”Por amor al arte.” Análisis comparado y


evolución del marco normativo para la protección del patrimonio histórico de
España, Tesis de Máster, Universidad de las Palmas de Gran Canaria.
Recuperado
de:<https://scholar.google.com/scholar_url?url=https://accedacris.ulpgc.es/bitstr
eam/10553/68175/1/299325.pdf&hl=es&sa=T&oi=gsb-
gga&ct=res&cd=0&d=13562517924765007264&ei=x1a9Xp2yKeSsmgGHloSY
BQ&scisig=AAGBfm0MVrRdaEM_G9owZjZpC6r2NpXXJA>

 Alfonso, M. J. P. (2003). “El patrimonio cultural como opción


turística”. Horizontes antropológicos, UFRGS - Instituto de Filosofia e Ciências
Humanas Porto Alegre, 9(20), pp.97-115.

 Arrom Munar, J. M. (2010). “El turismo cultural en Mallorca: recursos, productos


y potencialidades”. Memoria de investigación. Universidad de las Islas
Baleares.

 Arrom Munar, J. M., Picornell Cladera, M., & Ramis Cirer, C. I. (2011).
“Aptitudes de Palma (Mallorca) como ciudad de turismo urbano y cultural”.
Espacios y destinos turísticos en tiempos de globalización y crisis,1.
Universidad Carlos III: Asociación Española de Geografía. pp.13-31.

 Ashworth, G. J. (2003). “Historicidad, turismo y política urbana: exploración de


la relación entre los tres factores”. Revista PH, Instituto Andaluz del Patrimonio
Histórico, 42, pp. 57-73.

 Barreiro, D., & Parga-Dans, E. (2013). “El valor económico del patrimonio
cultural: estrategias y medidas posibles para estimular la innovación social y los
emprendimientos”. Trabajo presentado en el Seminario Internacional El
Patrimonio Cultural: un aporte al desarrollo endógeno, Universidad Andina
Simón Bolívar, Quito, Ecuador. Recuperado de:
<http://hdl.handle.net/10261/90238>.
 Baudrihaye, J. A. R. (1997). “El turismo cultural: luces y sombras”. Estudios
turísticos, Instituto de estudios turísticos Secretaría de Estado de Comercio,
Turismo y PYMES, 134, pp.43-54.

26
65034010018_ Bienes de Interés Cultural
 Carreño, A. M. (2018). “Políticas comparadas de turismo cultural en tiempos de
crisis”. Turismo y Patrimonio, Universidad San Martín de Porres, (12), pp.101-
116.
 Castelló Patiño, I. (2017). “El perfil del turista cultural en Palma”. Tesis de
Grado. Universitat de Illes Balears.

 Choay, F. Alegoría del Patrimonio. Traducción: Barcelona, Ed. Gustavo Gili,


2007.

 Coll Coll, M. (2017). “La desestacionalización turística en Mallorca. Análisis de


estrategias comerciales”. Tesis de Grado. Universitat de Illes Balears.
 De la Calle Vaquero, M., & Hernández, M. G. (1998).”Ciudades históricas:
patrimonio cultural y recurso turístico”. Ería: Revista cuatrimestral de geografía,
Univeridad de Oviedo (47), pp. 249-266
 Debreczeni, E. (2003). “Gestión del turismo sostenible y patrimonio cultural”.
En: Actas del Congreso de Turismo Cultural del Colegio de Arquitectos de
Bolivia. Sucre: Colegio de Arquitectos de Bolivia, pp. 1-10. Recuperado
de:<http://www.ucipfg.com/Repositorio/MGTS/MGTS15/MGTSV15-
04/semana3/lecturas/1_1316770834_EDebreczenit_GestionTuristica.pdf>
 Economía de Mallorca (2018).”RADIOGRAFIA TURÍSTICA La capacidad
turística del centro histórico de Palma está desbordada”.[en línea]. Disponible
en web:<http://economiademallorca.com/art/18719/la-capacidad-turistica-del-
centro-historico-de-palma-esta-desbordada >[Consulta: 04 de abril 2020].

 Folgoso, F. J. F (2019). “El patrimonio histórico artístico ante el turismo Cultural:


una aproximación crítica desde la historiografía del arte”. Anales de historia del
Arte. Ediciones Complutense, (29), pp.443-458

 Galeano Naranjo, D. (2018). “El turismo de bienestar o como desestacionalizar


la oferta en Baleares”. Tesis de Grado. Universitat de Illes Balears.

 García Canclini, N. (1999). “Los usos sociales del patrimonio cultural.


Consejería de Cultura”. Patrimonio Etnológico. Nuevas perspectivas de estudio.
Junta de Andalucía, pp.16-33.

 García Hernández, L. (2015). “El Perfil del turista cultural en Palma”. Tesis de
Grado. Universitat de Illes Balears.

27
65034010018_ Bienes de Interés Cultural
 García-Delgado, C. (2000). Las raíces de Palma. Los mil primeros años de la
construcción de una ciudad. De la colonia romana a la medina musulmana.
Olañeta. Palma de Mallorca, España.

 García, J. L. G. (1998). “De la cultura como patrimonio al patrimonio


cultural”. Política y sociedad, Universidad Complutense, Madrid, 27. pp.9-20

 GIANNINI;M.S. (1976). “I beni culturali” , Rivista trimestrale di diritto pubblico,


vol I, XXVI, pp. 9
 Hosteltur 2019. “Palma lanza una nueva estrategia orientada a turistas y
residente”.[en línea]. Disponible en
web:<https://www.hosteltur.com/129386_palma-lanza-una-nueva-estrategia-
orientada-a-turistas-y-residentes.html >[Consulta: 02 de abril 2020 ].

 i Modernització, C. D. A. P. Plan Integral de Turismo de las Islas Baleares 2015-


2025. Acceso, 15.[en línea]. Disponible en
web:<http://www.caib.es/govern/sac/fitxa.do?codi=2225484&coduo=475&lang=
es>[Consulta: 02 de abril 2020].

 INE (2019).Cifras oficiales de población resultantes de la revisión del Padrón


municipal a 1 de enero.Balears, Illes: Población por municipios y sexo.[en
línea]. Disponible en web:<https://www.ine.es/jaxiT3/Datos.htm?t=2860#!tabs-
tabla > [Consulta: 05 de abril 2020].

 Izquierdo, J. C. P. (2018). “El patrimonio cultural desde la perspectiva de la


Organización Mundial del Turismo”. Turismo y Patrimonio, Universidad de San
Maertín de Porres,(12), pp.91-99.
 Luna Buades, M. (2012). “El turismo de cruceros en el mediterráneo. Una
aproximación a las Illes Balears”. Trabajo Fin de Máster. Universidad Illes
Balears.

 Malvárez, M. N. (2018). “CLOISTERED CONVENTS IN PALMA: LEGAL


PROTECTION OF A TANGIBLE AND INTANGIBLE CULTURAL HERITAGE IN
RISK OF LOSS Los conventos de clausura de Palma: régimen de protección
de un patrimonio material e inmaterial en riesgo de desaparición”.Trabajo
presentado en la 3º International Conference on Best Practices in World
Heritage: Integral Actions, Menorca, España.

28
65034010018_ Bienes de Interés Cultural
 Malvárez, M. N. (2019) “La nueva centralidad turística de Palma (Mallorca). La
transformación de conventos en hoteles”. PATRIMONIO: ECONOMÍA
CULTURAL Y EDUCACIÓN PARA LA PAZ (MEC-EDUPAZ), Universidad
Nacional Autónoma de México, 1(15), pp.27-63.

 Malvárez, M. N. (2019). “Los nuevos usos del patrimonio: la expansión de


hoteles boutique en Palma (Mallorca)”. Estoa. Revista de la Facultad de
Arquitectura y Urbanismo de la Universidad de Cuenca, 8(16), pp.155-178.

 Martín de la Rosa, B. (2003). “Nuevos turistas en busca de un nuevo producto:


el patrimonio cultural”. Pasos revista de turismo y patrimonio cultural. 1(2), pp.
155-160.
 Martín, L. N. (2018). “La protección del patrimonio histórico-artístico durante la
Segunda República: Análisis de documentación legal”. Revista General de
Información y Documentación, Ediciones Complutense, 28(1), pp. 213.

 McKercher, B. y Du Cros, H. (2002).Turismo cultural: la asociación entre el


turismo y la gestión del patrimonio cultural. Routledge.

 Mínguez, C., Piñeira, M. J., & Fernández-Tabales, A. (2019). “Social


Vulnerability and Touristification of Historic Centers”. Sustainability, Society for
Urban Ecology (SURE) and Canadian Urban Transit Research & Innovation
Consortium (CUTRIC), 11(16), pp.4478.

 Oliver, M. F. (2015). “La Catedral en las guías turísticas de Mallorca después de


la intervención de Gaudí ,1”. En Campins i Gaudí: la reforma de la Seu de
Mallorca i la seva implementació en el monument (1903-1947). Capítol
Catedral de Mallorca. pp. 253-274.
 Oliver, M. F. (2015). “Los orígenes del turismo cultural en la Catedral de
Mallorca (1905-1936)”. www. pasosonline. Org , 13, pp.601.

 Organización Mundial del Turismo (OMT); Centre of Expertise Leisure, Tourism


& Hospitality; NHTV Breda University of Applied Sciences y NHL Stenden
University of Applied Sciences, (2018). “Overtourism? – Understanding and
Managing Urban Tourism Growth beyond Perceptions, Executive Summary”,
OMT. Madrid.

29
65034010018_ Bienes de Interés Cultural
 Padrón López, M. J. (2018).”Turismo y patrimonio. Instrumentos de gestión.”
Tesis de Grado. Universidad Politécnica de Madrid Escuela Técnica Superior
de Arquitectura.

 Peñalba, J. L. (2005). “Evolución del concepto y de la significación social del


patrimonio cultural”. Arte, individuo y sociedad, Universidad Complutense de
Madrid, 17, pp.177-206.
 Ponferrada, M. L. V. (2015). “Evolución del turismo en España: el turismo
cultural”. International journal of scientific management and tourism,
iManagement&Tourism, 1(4), pp.75-95.

 Santana Talavera, A. (2003). “Patrimonios culturales y turistas: unos leen lo


que otros miran”. Pasos. Revista de Turismo y Patrimonio Cultural, v I, nº 1,
2003, pp. 1-12.
 Toselli, C. (2006). “Algunas reflexiones sobre el turismo cultural”. Pasos revista
de turismo y patrimonio cultural, 4(2), pp.175-182.

 Valecillo, Z. G. (2009). “¿Cómo acercar los bienes patrimoniales a los


ciudadanos? Educación Patrimonial, un campo emergente en la gestión del
patrimonio cultural”. Pasos, Revista de turismo y patrimonio cultural, 7(2), pp.
271-280.

 Vinuesa, M. Á. T. (1998). “Turismo y desarrollo sostenible en ciudades


históricas”. Ería: Revista cuatrimestral de geografía, Universidad de Oviedo,
(47), pp. 211-227.

30
65034010018_ Bienes de Interés Cultural
6. Anexos

Anexo 1. Tabla A: Turismo Cultural luces y sombras


Algunos beneficios y perjuicios que puede ocasionar el turismo cultural sobre
el patrimonio.
Ventajas Desventajas
-Beneficios económicos relacionados -Daños materiales en sitios de
a la posibilidad de conseguir ingresos patrimonio gracias a las visitas
a partir de los recursos culturales. masivas mal gestionadas.
-Nuevas funcionalidades para -Banalización de las producciones
edificaciones en desuso culturales que se convierten en
- Al generar empleo y recursos se teatros, espectáculos que responden
facilita el desarrollo local y este a su a las expectativas del turista.
vez se ha de ver reflejado en la -Afectación a la cultura receptora,
salvaguarda y protección del pues esta, inevitablemente, con el
patrimonio. También crea la necesidad paso del tiempo tiende a mutar para
de crear empleo cualificado que lleve satisfacer las demandas del visitante.
a cabo las labores relacionadas al
patrimonio.
-La correcta difusión de las
características del patrimonio y la
cultura contribuye a su revaloración
ya que incrementa el conocimiento
acerca del mismo, y esto a su vez
ayuda a sensibilizar al público a
través de la educación.
- Puede cumplir un papel estimulador
al reafirmar la valía de elementos
distintivos de la cultura, lo cual ayuda
a autodefinirse a una comunidad
frente a un mundo globalizado.
-Sirve de puente intercultural que
genera una corriente de intercambios
de conocimientos que debe repercutir
en las labores de conservación y
restauración.
Elaboración propia

31
65034010018_ Bienes de Interés Cultural

Anexo 2. Tabla B: Listado de principales Bienes de Interés Cultural, declarados, que


encontramos en el centro de Palma y sus alrededores

32
65034010018_ Bienes de Interés Cultural

33
65034010018_ Bienes de Interés Cultural

34
65034010018_ Bienes de Interés Cultural

Elaboración propia a partir de datos obtenidos de la página de Patrimonio del Ministerio de


Cultura. Sección "bienes culturales protegidos"-"consulta de bienes inmuebles".

35
65034010018_ Bienes de Interés Cultural

Anexo 3. Mapa A: Concentración de Bienes de Interés Cultural en centro histórico de


Palma de Mallorca

Tomado de : https://tools.wmflabs.org/osm4wiki/cgi-bin/wiki/wiki-
osm.pl?project=es&article=Anexo%3ABienes_de_inter%25C3%25A9s_cultural_de_Pa
lma_de_Mallorca

Anexo 4. Gráfico A: Ciclo de Vida de los Destinos Turísticos

Tomado de https://www.entornoturistico.com/la-teoria-del-ciclo-vida-los-destinos-
turisticos-richard-butler/

36
65034010018_ Bienes de Interés Cultural
Anexo 5. Imagen A. Imágenes promocionales, parte de la nueva campaña(2019) de
márketing turístico, más enfocada en los valores culturales del centro histórico de
Palma.

Anexo 6. Imagen B. Centro histórico Palma de Mallorca, colapsado un día de verano.

a-) Colas para entrada a la Catedral b-) Zona comercial Calle San Miguel

c-) Mercadillo de souvenirs, Plaza Mayor.


-Tomado de Diario de Mallorca (2018)

37
65034010018_ Bienes de Interés Cultural
Anexo 7. Imagen C. La catedral de Santa María de Palma de Mallorca.

a-) La Catedral del Mar, es uno de su apelativos y se debe al espectáculo de su reflejo.

b-) La Capilla del Santísimo, Miguel Barceló. c-) Visitas guiadas a las terrazas

d-)El fenómeno lumínico del “Ocho”, congrega a cientos de personas dentro del templo, dos
veces al año.
Tomado de :https://theobjective.com/cientos-de-personas-presencian-un-fenomeno-luminico-
unico-en-la-catedral-de-mallorca/

38
65034010018_ Bienes de Interés Cultural

7. DECLARACIÓN JURADA DE AUTORÍA DEL TRABAJO CIENTÍFICO,


PARA LA DEFENSA DEL TRABAJO FIN DE GRADO

Fecha: 24/05/2020
Quién se suscribe:

Autor(a):Keyla Amanda Martínez Melgares


D.N.I/N.I.E/Pasaporte.: NIE Y2933570A

Hace constar que es el(la) autor(a) del trabajo:


Título completo del trabajo:
TURISMO CULTURAL Y BIENES DE INTERÉS CULTURAL EN PALMA DE MALLORCA

En tal sentido, manifiesto la originalidad de la conceptualización del trabajo,


interpretación de datos y la elaboración de las conclusiones, dejando establecido que
aquellos aportes intelectuales de otros autores, se han referenciado debidamente en el
texto de dicho trabajo.

DECLARACIÓN:
 Garantizo que el trabajo que remito es un documento original y no ha sido
publicado, total ni parcialmente por otros autores, en soporte papel ni en
formato digital.
 Certifico que he contribuido directamente al contenido intelectual de este
manuscrito, a la génesis y análisis de sus datos, por lo cual estoy en
condiciones de hacerme públicamente responsable de él.
 No he incurrido en fraude científico, plagio o vicios de autoría; en caso
contrario, aceptaré las medidas disciplinarias sancionadoras que correspondan.

Firma:

2020.

39

También podría gustarte