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Diplomatura de Extensión en Educación Sexual Integral

Clase virtual 3.D:


La enseñanza de la ESI en el
aula de Historia

Módulo 3: Enseñanza de la ESI. Especificaciones


por nivel y/o por área curricular.
Karina Felitti
Sobre este material

Les damos la bienvenida al Módulo 3 de esta Diplomatura. En este Módulo trabajaremos en


torno a algunas preguntas: ¿Cómo traducir lo visto hasta aquí en el aula? ¿Cómo dialoga con la
especificidad de las distintas materias? La mirada que venimos construyendo en los módulos y
clases anteriores sobre las relaciones sociales y, más en particular, sobre las experiencias
educativas, nos ofrece nuevos interrogantes para indagar y pensar la enseñanza de los distintos
niveles y/o disciplinas escolares. Es así que aquí nos metemos más de lleno con la profunda
revisión curricular que requiere la introducción de la ESI, en particular, con su incitación a releer
los contenidos que enseñamos desde los aportes de los estudios de género.

En esta clase de Historia vamos a presentar algunas de las herramientas teóricas, conceptuales y
metodológicas que ofrecen los estudios de género, feministas y queer para el análisis histórico.
Proponemos reflexionar sobre las implicancias pedagógicas y políticas de estos aportes, a partir
de ejemplos concretos que refieren a los procesos de ampliación de derechos sexuales y
reproductivos que atraviesa la Argentina desde hace unas décadas y el rol de la investigación
académica y de los colectivos socio sexuales -movimientos de mujeres, feministas, LGBTTIQ,
de varones antipatriarcales- en estos procesos.

El objetivo principal de esta clase es facilitar el trabajo con los contenidos curriculares de
Ciencias Sociales para la Educación Sexual Integral, a partir de acercar conceptos, metodologías,
estudios, preguntas, que permitan dar cuenta de las transformaciones de las relaciones de género
y la organización social de la sexualidad en la historia Occidental y en la Argentina en particular.

Este material de lectura es una reedición de una clase virtual producida de forma original para el
Curso “Educación Sexual Integral para profesorados universitarios” dictado en 2018.

Para citar este material sugerimos la siguiente Cita:


● Felitti, Karina (2019) “Clase virtual 3.D: La enseñanza de la ESI en el aula de Historia”.
Módulo 3: Enseñanza de la ESI. Especificaciones por nivel y/o por área curricular. Diplomatura
de Extensión en Educación Sexual Integral. Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de
Buenos Aires.

Índice

Introducción 3
El enfoque de Género en la investigación y enseñanza de la Historia 4
La historia de las sexualidades 14
Pasado/presente: los contenidos clásicos del (campo disciplinar) y los Lineamientos de la ESI 18

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Introducción
Como ya hemos analizado en otras clases, la Ley 26.150 al momento de definir la educación sexual
integral sostiene que esta “articula aspectos biológicos, psicológicos, sociales, afectivos y éticos” (art.
1). Esta definición presenta a la sexualidad como una construcción histórica. De ahí que el trabajo
en Ciencias Sociales desde la perspectiva que proponen los lineamientos curriculares de la ESI
constituya un campo de acción fructífero, dado que resulta imposible pensar a los sujetos, las
instituciones, el sexo, los afectos, por fuera de la historia social, política, económica y cultural.
Además, la disciplina ha atravesado en los últimos 50 años una serie de transformaciones notables que
han impactado en la forma de investigar y enseñar. En esta clase vamos a sintetizar algunos de estos
aportes y facilitar materiales que permitan mayores profundizaciones.

Para pensar

Durante los años ‘90, cuando el enfoque de género fue incluyéndose más explícitamente en
la formación académica, solía proponerse como ejercicio de sensibilización escribir una
lista de mujeres destacadas de la Historia. Reconocer y nombrar era un primer desafío,
con la limitación que implicaba solo referirse a “grandes nombres” y no destacar
suficientemente la importancia de las protagonistas anónimas de la Historia. ¿Cómo
sería tu lista hoy? ¿Por qué esos nombres vienen a tu memoria? ¿Hay científicas, militares,
indígenas, lesbianas, trans en tu recuento? A pesar de las limitaciones antes señaladas, este
ejercicio parece seguir siendo útil, provocador, como puerta de entrada al tema en
espacios en donde es la primera vez que se problematiza.

Para cerrar esta introducción elegimos la


fotografía de este Monumento Nacional ubicado
frente al bar Stonewall Inn, en Greenwich
Village, Nueva York. En ese bar, el 28 de junio
de 1969, travestis, drag queens, trans, gays y
lesbianas enfrentaron el acoso de la policía e
impulsaron la organización LGBT en los
Estados Unidos. Estos sucesos trascendieron las
fronteras y generaron reacciones en otros países.
En conmemoración a esta historia el 28 de
junio es el Día Internacional del Orgullo
LGBT.

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¿Por qué elegimos este monumento? Porque en esta representación de las luchas de Stonewall solo
vemos a dos parejas del mismo sexo. Lxs travestis, trans, muchxs de ellxs latinxs, quienes fueron
lxs líderes de la revuelta, no están aquí representadas. Lohana Berkins (1965-2016), activista
travesti argentina, fundadora de las primeras organizaciones travestis e impulsora de la ley de
identidad de género, cuando visitó este monumento criticó este borramiento: “‘¿Y nosotras dónde
estamos?’, pegué un grito que hizo que una anciana que pasaba a mi lado me mirara asustada. Ahí
entendés por qué se le sigue llamando ‘la marcha gay’ en casi todo el mundo...” (Página 12,
2009).Este es tan solo un ejemplo de otros que vamos a proponer en esta clase, que tiene entre sus
objetivos ampliar la concepción sobre lxs sujetxs de la Historia, sus aportes y legados. A partir de
estos aportes, buscamos facilitar la implementación en el aula de los lineamientos curriculares de
ESI para Ciencias Sociales, ya que conocer la diversidad entre los seres humanos, en relación
con los modos de vida, sus creencias, intereses y particularidades culturales y étnicas, permite
asumir actitudes flexibles y respetuosas frente a los demás.

¡Comencemos entonces!

El enfoque de Género en la investigación y enseñanza de


la Historia
En la Argentina contemporánea contamos con una ley de matrimonio “igualitario” (2010) que
reconoce a las parejas del mismo sexo y desde 1987 está también garantizado el divorcio vincular. A
diferencia de los años sesenta en los que se hablaba aún de relaciones “pre-matrimoniales” hoy
solo se nombran como relaciones sexuales, que pueden ser ocasionales y arregladas casi
instantáneamente por medios digitales como aplicaciones de celular y páginas de Internet. La
virginidad femenina no se considera exigible y la experiencia sexual es un nuevo valor de
mercado en un contexto de sexualización de la cultura. La homosexualidad dejó de considerarse
una enfermedad mental en la década de 1970, los métodos anticonceptivos se facilitan
gratuitamente y su acceso es también expresado en términos de derecho. A su vez, las ideas
feministas circulan ampliamente y generan mayores apoyos que en el pasado como muestra la
masividad del movimiento Ni Una Menos iniciado en 2015 y también la circulación de productos
que combinan compromiso político con mercado, como las remeras con frases feministas. Los
debates en el Congreso Nacional sobre la legalización del aborto en 2018 y los de 2020 que
llevaron a la aprobación del proyecto pueden considerarse un hito en la historia del aborto en la
Argentina. La puesta en discusión de este tema en el espacio parlamentario pero también en
programas televisivos, radiales y en las redes sociales hizo que el aborto saliera del closet y pudiera
ser discutido en también en las escuelas. Estas transformaciones sociales son analizadas por la
Ciencias Sociales y a la vez impactan en la forma de investigar y enseñarlas.

Para pensar

¿Conoces qué dice el Código Penal sobre el aborto (artículo 86)? ¿Consideraste alguna vez
el contexto en el que se establecieron los casos no punibles? ¿Conoces el rol que tuvo en

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aquella discusión Enrique del Valle Iberlucea, primer senador socialista de América? ¿Has
pensando en las formas en que la aparición del ultrasonido a mediados del siglo XX
repercutió en las formas de considerar al aborto en las instituciones y también en cada
persona gestante? ¿Sabías que hasta 1869 con la encíclica Apostolica Sedis la Iglesia
Católica no tuvo una única posición respecto al aborto? Muchos estudios permiten
profundizar con datos y análisis históricos la situación del aborto en la Argentina del siglo
XX. Recomendamos algunos que a la vez invitan, con su propia lista de referencias, a
seguir profundizado en este debate: Burton (2017); Felitti (2011); Barrancos (2007);
Bellucci (2014).

Seguramente varixs de ustedes conocen libros y artículos que abordan la historia de las mujeres, de la
diversidad sexual y que presentan a varones y mujeres como construcciones sociales en relación y no
como identidades naturales, inmutables y aisladas. Congresos, jornadas y mesas temáticas se dedican
específicamente a estos temas y varios programas universitarios de grado y posgrado también lo
hacen aunque la inclusión del enfoque de género en la formación universitaria y del profesorado no
aún es transversal ni generalizada. Es aún más usual que la investigación y la enseñanza de la
Historia focalice en la clase social como categoría de análisis y menos en el género, la
raza/etnicidad, y la generación.

Veamos un ejemplo de esto que seguramente nos resultará conocido y cercano. Los actos escolares
que conmemoran el 25 de mayo de 1810 incluyen a la población afrodescendiente y también a
las mujeres, pero generalmente en lugares que no reflejan su participación social en los sucesos
revolucionarios. Son vendedorxs ambulantes, sin participación política, representados de modo
estereotipado, en una lectura acrítica del sistema de estratificación social y de su borramiento de
la historia nacional. Un vendedor de velas, una vendedora de empanadas, personajes que parecen
estar al margen de lo que sucede en la política rioplatense (Geler, 2016; Ocoró Loango, 2011;
Frigerio, 2008). A este relato se agrega la costumbre de pintar a lxs niñxs la cara de negro -
práctica conocida con el nombre de blackface- que es rechazada por las organizaciones de
africanas y afrodescendientes por considerarla racista, estigmatizante y humillante. Vemos
entonces de qué formas género, clase, raza/etnicidad pueden relacionarse para construir sistemas
de dominación y reproducir desigualdades y la necesidad de generar políticas de reconocimiento
de derechos (Ministerio de Justicia y Derechos Humanos (2014).

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Recursos web

Recomendamos esta presentación en


TedWomen 2016 de la académica
estadounidense Kimberlé Crenshaw sobre el
enfoque de la interseccionalidad
https://www.ted.com/talks/kimberle_crensha
w_the_urgency_of_intersectionality?languag
e=es

Para pensar...

¿Habías reparado en estas dinámicas de


representación del pasado (en los actos
escolares, en los relatos de los manuales y
libros de texto)? ¿Considerás que pueden
tener relación con las miradas
contemporáneas sobre la población
afrodescendiente en nuestro país? ¿Se
te ocurren representaciones alternativas
desde un enfoque interseccional?
Fuente: Criada en venta. La Gaceta Mercantil.
Buenos Aires, 10 de abril de 1835. Documentos Escritos. Sala VII. Legajo 217. Archivo General de la
Nación.

En relación al lugar que ocupan específicamente las mujeres en la Historia, la historiadora y periodista
española Amparo Moreno Sardá (1987) explicó el androcentrismo en la Historia como resultado
de la marginación de las mujeres del pensamiento científico. El hombre se vuelve medida de todas
las cosas; el enfoque de un estudio, análisis o investigación se realiza desde la perspectiva masculina
únicamente, y los resultados se presentan como válidos para la generalidad de lxs individuos, hombres
y mujeres. Esta autora propone examinar a “ese «hombre» que aparece como «protagonista de la
historia», por su universo mental y su sistema de valores: un Arquetipo Viril que corresponde a un

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modelo humano particular de varón adulto que forma parte de las clases y los pueblos dominantes.
Efectivamente, la “Historia del Hombre” propuso una reconstrucción del pasado que prescindió
de las mujeres e ignoró tanto a los varones que no encajaban en el modelo de virilidad
hegemónico como a las identidades sexuales que escapaban a la categorización binaria de lo
femenino y lo masculino.

En 1986 la historiadora estadounidense Joan W. Scott publicó un artículo


que es hoy una referencia ineludible en este campo. En él, no sólo defendía
las potencialidades del enfoque de género para la investigación
histórica, sino que instrumentalizaba una definición. El género se concebía
como un elemento constitutivo de las relaciones sociales basadas en las
diferencias que distinguen los sexos y como una forma primaria de
relaciones significantes de poder. Para Scott, las relaciones de género se
expresaban en cuatro dimensiones que quienes escribían sobre el pasado no
podían dejar de tener en cuenta: las representaciones simbólicas, los
conceptos normativos (doctrinas religiosas, educativas, científicas, legales
y políticas), las instituciones sociales y las identidades subjetivas (Scott,
1996).

Debemos destacar que estas propuestas académicas se fueron entrelazando con las acciones
políticas del movimiento de mujeres y de los feminismos en las principales ciudades europeas y en
los Estados Unidos.

La “segunda ola feminista” incluyó en su agenda la demanda por el


acceso a la anticoncepción y al aborto, el reconocimiento de la
libertad sexual y la denuncia de la opresión patriarcal. A la derecha
vemos una foto tomada a Shelly Drake en San Francisco el 8 de
marzo de 1969, que condensa la crítica a un modelo de feminidad
que demanda nuevas perspectivas de abordaje (Ergas, 1993: 154).

A la izquierda vemos a la
feminista argentina María
Elena Oddone en la
conmemoración del 8 de
marzo de 1984 en la Plaza de
los Dos Congresos denunciando la obligación de
maternidad para las mujeres como una herramienta de
dominación. El diario La Nación daba cuenta de otros
carteles con consignas como “Legalización del aborto”
y “El cuerpo es mío”, además de la presencia de un
grupo que se auto definía como trabajadoras del sexo,
cuyo cartel afirmaba “El placer es revolución” (Felitti,
2010).

Es importante señalar que muchas feministas eran también académicas y proponían


nuevas teorías de análisis social. A nivel local encontramos en las organizaciones socio
sexuales de esos años una producción intelectual propia así como un compromiso con la

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difusión y traducción de los debates internacionales, como puede verse en el texto Sexo y
Revolución, escrito por el Grupo de Política Sexual, y los contenidos de la revista Somos,
producida por el Frente de Liberación Homosexual de la Argentina entre 1971 y 1976, o las
revistas Persona y Alfonsina, material accesible en el archivo digital del Centro de
Documentación e Investigación de la Cultura de las Izquierdas (CeDInCI) y su Programa de
Memorias Políticas Feministas y Sexo-Genéricas.

Recursos web

Compartimos esta presentación del


historiador Patricio Simonetto sobre su
libro Entre la injuria y la revolución. El
Frente de Liberación Homosexual.
Argentina, 1967-1976 (UNQ, 2017, link
de descarga en la bibliografía). En este
video el autor propone líneas de análisis
que vinculan al FLH con los movimientos
feministas y la situación política de
aquellos años, y también invita a
considerar las relaciones de ese pasado
reciente con la agenda política actual.
https://www.youtube.com/watch?v=NBrI

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5nwZmeU

Fuente: Portada del primer número de Somos (1973) del FLH

Volviendo a Scott y el uso de la categoría de género en el análisis histórico, más recientemente ella
advirtió que el uso extendido del término “género” sin un sentido crítico puede vaciarlo de
contenido. Retomamos esta cita: “Los libros que supuestamente practican un ‘análisis de género’ a
menudo no son más que estudios, bastante predecibles sobre las mujeres o sobre las diferencias de
estatus, de experiencia, y de las posibilidades que se ofrecen a las mujeres y a los hombres (como el
Programa de Acción de la Conferencia de Beijing).1 Sin embargo, tales estudios rara vez analizan
cómo se han fijado los significados de “mujeres” y “hombres” en el discurso, cuáles son las
contradicciones inherentes a ellos, cuál es el término que resulta excluido, que variantes de la
‘feminidad’, vivenciadas subjetivamente, han sido evidentes en diversos ‘ regímenes de verdad’”
(Scott, 2008:15).

Recursos web

En 2004 la revista El rey desnudo dedicó un dossier especial a la obra de Juan W. Scott,
con comentarios críticos a varios de sus libros y una entrevista en donde aborda distintos
temas.

En un sentido similar la filósofa estadounidense Judith Butler también plantea una crítica al modo
en que se utiliza el género en muchos proyectos de investigación: “quienes trabajan en pedagogía
pueden decir que están interesados en estudiar sobre las niñas, su relación con la emergente
sexualidad, los medios, las relaciones raciales, y más. Pero pueden emprender este proyecto
pensando que ya saben quiénes son las “niñas”, que la categoría en sí misma se da por sentado, sin
nunca preguntar cómo se establece el género -si se establece y cuándo se establece-. La categoría
misma por la cual identificamos un cierto grupo de sujetos es normativa -restrictiva y posibilitadora-
y tiene que ser parte de cualquier proyecto de feminismo crítico (…)” (Butler, 2004:44).

Lo que Scott y Butler proponen es incorporar la categoría de género al análisis social sin dejar
de lado que la propia categoría surge en un momento histórico específico y que la propia noción
de diferencia sexual va variando con la Historia.

1
Desde 1975 la Organización de las Naciones Unidas (ONU) celebró cuatro conferencias mundiales sobre la mujer, en
México (1975), Copenhague (1980), Nairobi (1985) y Beijing (1995) que tuvieron como objetivo analizar la situación
social de las mujeres y proponer medidas para lograr su avance.

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Pero no solo el concepto de género nos ha permitido conocer más sobre la sexualidad en la Historia.
También ha sido importante en el análisis social lo que se llamó el “giro afectivo”, que se
manifiesta en una nueva agenda temática que da cuenta de cambios sociales, culturales y políticos de
envergadura. Como afirma la doctora en Letras e investigadora argentina Leonor Arfuch, la
“sociedad afectiva” se expresa en el auge de talk shows, realities, auge de auto/biográfico, lo íntimo,
lo subjetivo, las confesiones y exposición en las redes sociales, la inteligencia emocional, el carisma y
el liderazgo como valores prioritarios (Arfuch, 2016). De ahí que analizar históricamente los
sentimientos, los afectos es también una manera de abordar integralmente la sexualidad ya que
el amor, la amistad, la felicidad, la vergüenza, el orgullo, el respeto, el odio, son construcciones socio
culturales también (Abramowski y Canevaro, 2017).

Algunxs autorxs de que pueden ubicarse en este “giro afectivo” han sido claves para comprender de
manera generizada la construcción y circulación de sentimientos. Una es la académica feminista
británica Sara Ahmed (2015) y también la socióloga estadounidense Arlie Russell Hoschschild,
quien ofrece herramientas para analizar las negociaciones de las mujeres ante las demandas de amor y
cuidado en el capitalismo global (Hoschschild, 2003).

Para pensar...

“A diferencia de lo ocurrido en otras latitudes, en América Latina el servicio doméstico


representó la principal ocupación femenina a lo largo de todo el siglo XX. De acuerdo a la
Organización Internacional del Trabajo, en 2005 el servicio doméstico empleaba más de
doce millones de mujeres y niñas en la región, lo que representa más del 15% de la
población femenina económicamente activa (...) A pesar de ser la ocupación que más
mujeres concentra dentro del mercado de trabajo en la región, estudios recientes aún hablan
de la invisibilidad de este sector para las Ciencias Sociales, y en particular para la Historia”
(Pérez, 2013).

¿Habías reflexionado sobre esta escasez de estudios sobre este tema? ¿conocés los alcances
de la ley N°26.844 (2013) que regula el trabajo del personal para casas particulares? ¿De
qué formas podría vincularse esta parte de la historia de las mujeres con los procesos de
ampliación de la ciudadanía?

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Un aporte destacado en los estudios sobre emociones es el de la socióloga marroquí Eva Illouz. Uno
de sus libros aborda históricamente la construcción de un modelo de “amor romántico y la
dependencia que genera este ideal en las mujeres (Illouz, 2012). En una entrevista Illouz explica:
“(…) habría que analizar por qué el amor, en esos términos, es tan importante para las mujeres. La
razón, creo yo, es porque las mujeres no tienen establecido un rol social con una posición de poder.
Por eso es que las mujeres encuentran en el amor esa posición, ese lugar social que les permite ser
alguien. Por otra parte, las mujeres son quienes ejercen el rol social de cuidar de otros, sea hijos,
padres, ancianos, enfermos; toda tarea de "cuidar", que implica una cantidad de trabajo enorme, le
queda a las mujeres. Por eso es más fácil ejercer ese rol de cuidado dentro del marco del amor.
Entonces, es en el amor donde encuentran el reconocimiento social que buscan tan desesperadamente
y del que carecen en otros ámbitos” (Larrea, 2017).

La investigadora argentina Mariana Palumbo analizó los nuevos modos de emparejamiento entre
personas heterosexuales y el lugar que tienen las nuevas tecnologías en estos encuentros y
desencuentros. Con otros colegas se preguntó: ¿qué significa “clavar el visto”? como parte de un
estudio sociológico sobre las esperas (Marentes, Palumbo y Boy, 2016). Un tema tan presente en la
cultura que hasta un tema musical de la cantante argentina Miss Bolivia (Cagón) lo incluye: “sigo,
sigo esperándote que me llames, hoy te dejé un mensaje por el whatsapp…”.

Para pensar

¿Han pensando alguna vez los modos en que se vinculan nuestras historias eróticas y
afectivas con la política, el mercado y las nuevas tecnologías? Si el modelo del “amor
romántico” tiene efectos negativos para la vida de las mujeres heterosexuales, ¿cómo
podemos construir otros modelos que den cuenta de la multiplicidad de posibilidades que
ofrece el amor y el sexo? ¿De qué formas pedagógicas podríamos incluir estos temas en el
aula?

Recomendamos el siguiente video con una entrevista a Eva


Illouz en donde explica el valor del estudio sociológico sobre
el amor de pareja para comprender el pasado y también nuestro
presente.

Por último, destacamos el trabajo de la doctora en Filosofía Mariela Solana (2016) quien vincula
estos estudios sobre afectividades con las sexualidades no heteronormativas. A partir de la lectura
de autorxs como Elizabeth Freeman, Solana nos explica que: “Esta forma de pensar la relación con el
pasado ve los afectos como insumos indispensables para formular performances históricas
alternativas (…). Las emociones, en este sentido, son más que un condimento que se le agrega al

11
estudio histórico, son aquello que permite construir un objeto de estudio/deseo y que movilizan
aproximaciones al pasado cuya potencia radica en ser simultáneamente conscientes de los deseos de
conexión y de la imposibilidad radical de restaurar lo que ha sido” (s/p).

Como podemos ver, en los últimos años se han dado importantes transformaciones en las formas de
analizar el pasado con enfoques que priorizan el género, las sexualidades, las emociones, los
afectos. La historia de las mujeres, pionera en la renovación del campo historiográfico con enfoque de
género, también ha ido actualizándose. Michelle Perrot, una de sus fundadoras en Francia – creadora
de la colección de Historia de las mujeres junto con el medievalista George Duby-, escribió en 2006:
“La historia de las mujeres cambio. En sus objetos de estudio, en sus puntos de vista. Empezó por una
historia del cuerpo y de los roles privados para llegar a una historia de las mujeres en el espacio
público, de la ciudad, del trabajo, de la política, de la guerra, de la creación. Empezó por una
historia de las mujeres víctimas para llegar a una historia de las mujeres activas, en las múltiples
interacciones que originan los cambios” (Perrot, 2008:17).

Para pensar

Los movimientos de mujeres trabajadoras y las


movilizaciones y demandas feministas de fines
del siglo XIX y principios del siglo XX son
temas de interés de la Historia y antecedentes
ineludibles para comprender movimientos
contemporáneos. En esta entrevista radial la
historiadora argentina Valeria Pita (FM La
Tecno, 6 de marzo de 2018) explica el rol
central de las mujeres en las luchas de
principios del siglo XX, trazando paralelos con
el Paro Mundial de Mujeres que se realizó el 8
de marzo de 2018.
H
uelga de inquilinos, Colección Caras y Caretas
Buenos Aires, 1907, Archivo General de la
Nación

¿Dónde y cómo vivieron el paro del 8 de marzo pasado? ¿Escucharon comentarios sobre lo
que sucedió en Argentina y otros países? ¿Qué valoraciones circulaban? ¿Conocen el
origen del Día Internacional de la Mujer? ¿De qué formas podríamos contraponer la
historia de mujeres luchadoras con la reconstrucción comercial del 8 de marzo en el que se
regalan flores y se ofrece a las mujeres descuentos en centros comerciales? ¿Cómo tratarías
este tema en clase como contenido de ESI?

Más allá de las diferentes entradas que podamos dar a estos temas, nos parece importante resaltar esta
reflexión de la investigadora argentina Dora Barrancos: “Lo que no puede ocurrirle a la Historia de
las Mujeres es que el enunciado género sea sólo una apelación, un marco que se dispone

12
ceremonialmente, que fija la escena, pero con el que no se interactúa (...) más allá del nombre con
que amparamos nuestro quehacer -Historia Generizada, Historia de las Mujeres, Historia Feminista-
lo esencial es la clave de interrogación, las tramas categoriales, los enredos conceptuales que,
aunque recatados y modestos, constituyen los auténticos retos al desciframiento de la diferencia que
rinde la acción humana sexualizada” (2005:55).

Video

Recomendamos este fragmento de una conferencia dictada por Dora Barrancos -organizada
por el Instituto Nacional de las Mujeres en 2016- en la cual explica el rol de las mujeres en
la Revolución Francesa y el modo en que la modernidad estableció una división de esferas
entre lo público y lo privado, el orden de lo masculino y de lo femenino que sentó las bases
de la desigualdad de derechos.

Fuente: A Versalles. Marcha a Versalles de las mujeres del pueblo el 5 de octubre de 1789. Grabado. París,
Museo Carnavalet.

En síntesis...

Desde las primeras preguntas por el lugar de las mujeres en la historia, el objetivo de
visibilización y la denuncia de un modelo androcéntrico, otras líneas de análisis como el

13
que propuso el “giro afectivo” aportaron nuevas preguntas, lo mismo que la historiografía
queer. En estos trayectos resulta inescindible del quehacer historiográfico el activismo de
colectivos socio sexuales que también escribieron y actuaron su propia historia en revistas,
libros y en sus performances públicas.

Un ejemplo significativo de estas relaciones entre academia y política se manifestó durante el


debate previo a la sanción de la ley de “matrimonio igualitario” (2010). El investigador y docente
argentino Carlos Figari (2010) elaboró, en colaboración con otros investigadores del Consejo
Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas de la Argentina (CONICET), un documento para
el debate con referencias al Código napoleónico, el apartheid, la historia de las mujeres, la historia del
matrimonio, y la historia de la homexualidad y la homofobia, para refutar la idea de que existía una
“ley natural” en relación a las parejas, el matrimonio y la procreación. Las investigaciones históricas
–y también la antropología y la sociología- mostraban la existencia de diferentes organizaciones
sexuales, matrimoniales y relaciones de parentesco y organización familiar. Este texto fue citado
en los debates en el Congreso y fue un importante insumo para el matrimonio igualitario.

Continuemos con este recorrido por la historia de la sexualidad y sus aportes académicos, políticos y
educativos.

Material de lectura obligatorio

Para profundizar lo presentado en esta primera parte proponemos como lectura obligatoria:
Felitti, Karina y Queirolo, Graciela (2009). “Cuerpos, género y sexualidades a través del
tiempo (Historia)”. En Silvia Elizalde, Karina Felitti y Graciela Queirolo (coords), Género
y sexualidades en las tramas del saber. Revisiones y propuestas. Buenos Aires: Libros del
Zorzal, p. 27-58.

Al final del capítulo encontrarán propuestas para introducir en el aula algunos de los temas
que abordamos en esta clase

La historia de las sexualidades


Hablar de la historia de la sexualidad requiere siempre volver al trabajo del filósofo francés Michael
Foucault, quien en los tres tomos de su Historia de la sexualidad (1996) analizó las distintas
configuraciones del sexo y de la sexualidad, y mostró cómo las identidades sexuales se entretejen
con relaciones de poder. Foucault sostiene que las regulaciones producen la sexualidad, no hay
nada “natural” que la antecede. La sexualidad es más bien un dispositivo histórico creado por las

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sociedades modernas a partir del siglo XVIII. Mientras algunas culturas plantearon un ars erotica,
como las sociedades árabes musulmanas, China, Japón e India, la civilización occidental desarrolló
una scientia sexualis. La medicina y el psicoanálisis se erigieron en Occidente como las ciencias
del sexo y establecieron un valor de verdad. Subrayamos estas conclusiones de Foucault porque nos
ayudan a explicar la persistencia de un discurso que incita a delegar la responsabilidad de enseñar
sobre sexualidad en la escuela a docentes de Biología y Ciencias Naturales, y/o medicxs y/o
psicólogxs en virtud de su saber “experto”.

Video

Recomendamos esta entrevista que realizó el filósofo


francés Alan Badiou a Foucault en 1965, en la cual
repasa algunas de sus ideas en torno al poder y la
sexualidad.

Para pensar

Una breve introducción sobre la obra de Foucault puede verse en este micro del canal
Encuentro, en el programa Mentira la verdad.IV (2016). En la presentación el filósofo
argentino Darío Sztajnszajber retoma también aportes de Paul (Beatriz) Preciado y de la
investigadora, docente y activista Virginia Cano para abordar la biopolítica y retoma el
ejemplo de la distribución de género en los baños públicos.

¿Habías pensando en la normalización que implican los baños diferenciados por sexo? ¿la
distribución del espacio en el interior -con o sin puertas-? ¿Cuál es la biopolítica que
aparece allí? ¿En qué medida reconstruyen estas dinámicas los baños neutros?

Según Foucault las prohibiciones sexuales están relacionadas con la necesidad de decir la verdad
sobre unx mismx, una incitación al discurso, no se trata de no hacer sino de hacer y ser de
determinada manera. El sexo es algo que debe ser dicho y en ese decir se va construyendo una
idea de sexualidad normal, correcta. De hecho la sexualidad “en la actualidad es considerada un

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indicador fundamental en la evaluación de la pareja y ha adquirido un rol cada vez más relevante
tanto en la formación como en la perduración de la pareja, así como en la construcción de la identidad
personal” (Tenorio Tovar: 2012:12).

Cuando el investigador y activista británico Jeffrey Weeks comenzó a estudiar la historia de la


sexualidad solía decir que ese era un “campo virgen” para destacar la falta de estudios y de interés de
la disciplina por estos temas (1998:25). Durante las últimas décadas esta situación ha cambiado y
muchos temas ignorados comenzaron a estudiarse –como la historia del orgasmo, la
masturbación, la menstruación, la virginidad, la homosexualidad, el lesbianismo y la
homofobia- y otros se han revisitado con nuevas preguntas y otros enfoques, como la historia del
matrimonio, del control de la natalidad, del amor, entre otros.

Profundicemos en algunos ejemplos de estos temas que aparecen tematizados en la historia de las
sexualidades. Por ejemplo, el orgasmo femenino. El historiador y sexólogo estadounidense Thomas
Laqueur (1994) demostró que para los padres fundadores de la medicina había un único cuerpo
aunque reconocían dos géneros con características diferenciales. En este modelo el orgasmo
femenino se consideraba necesario para lograr la fecundación y por eso varios textos médicos
incluían detallados consejos para lograr la excitación y eyaculación femenina. Para el siglo XVIII, los
cambios políticos, económicos y culturales crearon las condiciones para establecer la invención de
los dos sexos con cuerpos bien diferenciados y echar así por tierra la idea de que el placer femenino
era necesario para concebir. Esto también se apoyaba en el discurso de la modernidad que enfatiza
más la diferencia y la división que la similitud y la complementariedad, como explica Dora
Barrancos en el video antes sugerido.

Ya en el siglo XX, los estudios de Alfred Kinsey en los 50s, de William Masters y Virginia
Johnson y de Shere Hite poco más adelante, colocaron al orgasmo femenino en el debate público y
terminaron de superar la lectura freudiana que consideraba inmaduro el orgasmo por estimulación del
clítoris y postulaba el orgasmo vaginal como el ideal. El movimiento de la salud de las mujeres
profundizó estos análisis y el feminismo de la Segunda Ola, como parte de su propuesta de politizar
lo personal, reclamó el derecho al placer sexual y no solo la separación del coito heterosexual de
la reproducción. De algún modo, hay una historia que liga esos escritos pre modernos que describen
técnicas para la eyaculación femenina y los actuales tutoriales de Internet que explican detalladamente
cómo lograrlo. En el medio, siglos de silencio (AgenciaCyT, 2018; Felitti, 2017).

16
Fuente: A la izquierda, los órganos femeninos de la generación en forma de pene, según Georg Bartisch, "Kunstbuche"
(1575). A la derecha, un corte frontal de útero revela su contenido (Laqueur, 1994: 160)

George Vigarello (2011), historiador cultural francés, autor de varios libros sobre el cuerpo, escribió
sobre la historia de la obesidad. Su análisis demuestra que la estigmatización de la gordura domina
esta historia aunque las razones cambian con el tiempo y presenta efectos diferentes sobre varones y
mujeres. Su estudio remarca la ruptura que produce el pasaje de la obesidad como algo subjetivo, a
la construcción estadística que habla de una epidemia y de un problema de salud pública. Laura
Contrera y Nicolás Cuello (2016) trabajan también en esta temática pero desde una perspectiva
feminista y queer, y un posicionamiento político de “activismo gordo”. En una entrevista Contrera
planteaba "La opresión estética, es una presión que pesa sobre todo en las feminidades. Esta
vigilancia de género tan estricta, de cómo tiene que ser ese cuerpo femenino, sucede en todos lados,
es un entramado, desde la industria de la moda hasta la millonaria industria médica de la dieta”.
Esta lectura muestra el cruce entre las dinámicas de género, la sociedad de consumo capitalista, la
hegemonía médica en el manejo de la salud, y lo que proponen los feminismos y el activismo gordo
en cuanto a una nueva ética del cuidado: “Aunque no estemos a dieta, el vivirse ´cuidando´ se aleja
del verdadero cuidado, que tiene que ver con la sabiduría e idioma del propio cuerpo en cuanto a la
elección con los alimentos" (Gimenez, 2017).

Lecturas complementarias

Para profundizar proponemos como lectura complementaria el capítulo 2 de: Weeks,


Jeffrey (1998). Sexualidad. México: Paidos/PUEG-UNAM.

En síntesis...

17
La historia de las sexualidades es una historia de las relaciones de poder. En el ejemplo del
orgasmo vimos como una sensación tan personal está atravesada por discursos médicos,
psicológicos, mediáticos, políticos, religiosos, espirituales. No es casual que la inclusión
del placer en la educación sexual haya sido dejada de lado salvo en los momentos en que se
pensó que la eyaculación femenina era necesaria para la reproducción humana. La dieta
como promesa de cuidado y como realidad de sujeción es otro ejemplo de control de los
cuerpo y de los placeres que las perspectivas de análisis que en esta clase presentamos
permiten revelar y analizar.

Pasado/presente: los contenidos clásicos del (campo


disciplinar) y los Lineamientos de la ESI
Tal como se afirma en los lineamientos curriculares de ESI para Ciencias Sociales , ¨La
comprensión y evaluación de los problemas de la sociedad actual requieren de actitudes críticas,
flexibles y creativas. Para promover estas actitudes, las problemáticas del presente deben
enmarcarse en un contexto más amplio, que rescate las experiencias sociales del pasado y de grupos
y personas de otros ámbitos sociales y culturales” (p.33).

Sabemos que adentrarse en estos temas puede no resultar sencillo al inicio. Requiere de lecturas sobre
contenidos específicos, generalmente ignorados por la historia enciclopédica y también un
replanteo de nuestras clases. El gran desafío es incorporar nuevos contenidos y también pensar los
temas que damos habitualmente desde otros lugares, cambiar el punto de vista.

Por otra parte, abordar la historia de las sexualidades constituye un desafío porque hablar de ellas
interpela nuestra intimidad como sujetxs sexuadxs. El ejercicio de pensar el modo en que se
configuraron ciertas creencias y pensamientos sobre el amor, el sexo, la pareja, el matrimonio, las
relaciones familiares, las identidades de género, nos permite ver los diferentes momentos en que se
condensaron las premisas que rigen nuestras propias vidas. Tampoco el alumnado es ajeno a esa
sensación de curiosidad, pudor y sorpresa que trae hablar de lo íntimo en el espacio público del aula,
de leer en clave social, económica, cultural y política aquello que aparentemente sólo es el
resultado de la decisión personal.

Como hemos tratado de explicitar en esta clase, el conocimiento histórico nos permite ir develando
situaciones y experiencias antes invisibles y cuestionar la naturalidad con la que ciertos hechos
son observados y vividos. Como se afirma en los lineamientos ya citados: “Las ciencias sociales
aportan particularmente conceptos e información relevantes para la construcción de una visión
integral de los modos en que las diferentes sociedades en los diversos contextos y tiempos han ido
definiendo las posibilidades y limitaciones de la sexualidad humana, tanto en el ámbito de las
relaciones humanas como en relación a los roles en el mundo público” (p.40).

Para encarar un análisis con estas premisas es necesario revisar nuestra manera de acercarnos al
pasado y de transmitirlo. A continuación retomamos y ampliamos una propuesta que se incluye en el
texto que indicamos como bibliografía obligatoria de la clase (Felitti y Queirolo, 2009):

18
✓ Trabajar desde lo interdisciplinario: tender puentes con otras especialidades que pueden
aportarnos conceptos, recursos, explicaciones, como la Literatura, la Sociología, la
Antropología, la Historia del arte, etc.
✓ Evitar la fragmentación: la historia de las mujeres, de las masculinidades, y de cualquier
identidad/grupo socio sexual no debe ser un tema especial o un capítulo aparte desligado de la
historia general.
✓ Combinar categorías de análisis: relacionar el enfoque de género con otras variables como
la clase, la edad, la raza/etnia, la nacionalidad y todo aquello que consideremos pertinente para
el tema que nos ocupa.

Para pensar

¿Quienes protagonizan esta portada de la revista


Time (enero 1960)? ¿Por qué ilustran un número
dedicado a analizar la “explosión poblacional”?
¿Qué representaciones de género, clase,
raza/etnicidad aparecen? La historia de la
anticoncepción hormonal es un ejemplo de lo
imprescindible que resulta el enfoque interseccional
para comprender la situación de las mujeres en su
diversidad. Es necesario recordar que las
investigaciones sobre la píldora anticonceptiva y su
lanzamiento en el mercado se ubicaron en la
intersección de las demandas feministas y las
necesidades geopolíticas, en un contexto de Guerra
Fría, contestación social y política y temores por la
“explosión demográfica”. La activista y académica
feminista Angela Davis denunció las políticas de
control demográfico y el modo en que afectaba a
las mujeres negras quienes eran obligadas a no ser
madres por medio de programas de esterilización forzada. A su vez, muchas
afroamericanas aun reconociendo esta situación, reivindicaban su derecho a la
anticoncepción.

Situaciones similares se vivieron en las organizaciones feministas argentinas de comienzos


de los años ´70, cuyas demandas por el acceso a la anticoncepción y el aborto eran
criticadas por los grupos nacionalistas que temían los efectos de la baja natalidad, la Iglesia
Católica que rechazaba los método anticonceptivos no naturales -en especial desde la
publicación de la encíclica Humanae Vitae en 1968- y también la militancia de izquierda
que denunciaba a la píldora como arma del “imperialismo yanqui” (Felitti, 2012).

19
✓ Comprender el género en su complejidad: recordar que género no es un sinónimo de mujer.
Todas las relaciones sociales pueden ser vistas desde esta mirada que habla sobre la diferencia
sexual y las relaciones de poder.
✓ Ampliar nuestros archivos: utilizar una amplia variedad de fuentes de análisis como textos
literarios, imágenes, canciones, fotografías, relatos orales, entrevistas, cartas, diarios íntimos,
historietas, películas, programas de televisión, sitios de Internet, video juegos, etc.
✓ Revisar nuestra metodología y prácticas: reflexionar sobre lo que enseñamos, lo que no,
cómo lo hacemos. Volver a mirar las fuentes más tradicionales, aquellas que por ejemplo
silenciaban la presencia de mujeres y formularles nuevas preguntas. Recordar que los
documentos no hablan solos, quien hace historia los interroga y por eso el cambio de punto de
vista puede resultar fundamental.

Para pensar

Martha Nussbaum (1998) reconstruyó prácticas homoeróticas en la Antigua Grecia a


partir del análisis de vasijas pintadas, fragmentos de obras literarias y filosóficas que
parecían representar mejor un pensamiento popular y no solamente el de los filósofos. Su
trabajo, como el de David Halperin, confirma que en la Grecia antigua, no se dividía a
la gente sobre un eje “homosexual” o “heterosexual”, sino sobre uno de dominación y
sumisión.

Las relaciones románticas entre un hombre mayor y


un hombre joven eran una parte extremadamente
importante de la educación cívica, de la preparación
de los jóvenes para la ciudadanía, de la expresión
amorosa y amistosa. La “homosexualidad” tal
como se la conoce hoy surge recién en el siglo XIX
en un proceso de industrialización, consolidación de
la Medicina y de las ideas de la Modernidad. La
imagen corresponde a Pompeya, Imperio Romano,
para el que se dan interpretaciones historiográficas
similares.

Fuente: Ánfora con escena erótica (VI A.C.), Pompei Eros,


Roma, 2017

✓ Repensar las grandes periodizaciones y sus características: muchas fechas que utilizamos
como apertura y cierre de un período historiográfico corresponden a la historia política y no
han afectado de igual manera a los distintos géneros. Por ejemplo, la historiadora Kelly Gadol

20
(1990) señaló que el Renacimiento no había sido un período de esplendor para las mujeres
sino lo contrario. ¿Qué otras cronologías podríamos someter a debate?
✓ Fomentar la participación y el pensamiento crítico: formular preguntas que motiven y
acerquen a lxs jóvenes a este enfoque, invitarlxs a crear sus propios archivos y proponer temas
de reflexion, valorar sus opiniones, comprender sus silencios.

Para encarar un programa que incluya el estudio de las sexualidades, sus cambios y permanencias a lo
largo del tiempo les proponemos:

✓ Relevar la abundante bibliografía existente

Propusimos aquí algunas lecturas y estas seguramente llevarán a otras con solo mirar las referencias
de cada texto. Una red de saberes y disciplinas que gracias a los buscadores de Internet están a
nuestro alcance. No se trata de saber todos los temas ni de cambiar radicalmente los programas con
los que venimos trabajando, sino de habilitar otras preguntas incluso a los mismos materiales.

✓ Evitar reducir estos temas a la anécdota o presentarlos como notas de color en medio de
temas concebidos como más “serios” o “importantes”.

Es muy importante tener en cuenta esto a la hora de organizar las tareas para lxs estudiantes y las
evaluaciones. Es en esos espacios en donde se confirma el lugar que le damos a estos contenidos. Si
tuviéramos que completar el afiche de efemérides para trabajar ESI, ¿qué fechas podríamos agregar?
¿Damos la misma importancia a la aprobación de la Ley Sáenz Peña en 1912 que legisla el voto
secreto y obligatorio o para los varones que a la ley de sufragio femenino de 1947?

✓ Articular la sexualidad con las estructuras económicas, políticas y sociales de cada


momento para entenderla como construcción histórica.

En esta clase hablamos del amor y de las relaciones erótico-afectivas en relación al capitalismo y
las nuevas tecnologías. Otra posibilidad es pensar la diversidad sexual en perspectiva, su aceptación
bajo ciertas normas en la Antigua Grecia, su persecución en el siglo XIX al categorizarla como
enfermedad y delito en el mismo momento en que se consolida el capitalismo y la necesidad de
recambio obrero, su celebración como opción libre en cada Marcha del Orgullo LGBTTIQ.

✓ Comprender la relación que se establece entre sexo y poder, con el fin de indagar sobre la
importancia que tiene la sexualidad en nuestras sociedades.

En tanto regula la cantidad de habitantes, el sexo es una fuerza poderosa que construye una
biopolítica, en los términos de Foucault que ya repasamos. Esta centralidad de la sexualidad en la
modernidad, en el capitalismo, es un factor importante para comprender las resistencias que
generan muchas políticas sexuales, entre ellas la educación sexual integral.

✓ Preguntarse por la posibilidad de cambiar los patrones normativos que rigen la sexualidad
y condicionan las opciones de elección individual.

Una de las lecciones más importantes de la Historia es la capacidad humana de transformar la


realidad. Volviendo al inicio de la clase, a esa breve enumeración de regulaciones y representaciones
socio-culturales que cambiaron radicalmente en el último siglo, podemos revisar nuestro propio
papel en este escenario de cambios y los compromisos que asumimos y podemos asumir con la
equidad de género, la justicia social y la democracia.

21
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