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Juan Andrés Triana, Yamid Andrés Diz De Hoyos & William Polo.
Junio 2018.
Universidad de Cartagena.
Facultad de Derecho y ciencias políticas.
Teoría y técnicas de investigación social
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Para muchos Alfred Kinsey fue uno de los hombres más brillantes y controvertidos de los
años 50, un hombre con una ideología bastante excéntrica dentro de una sociedad
conservadora oprimida y extremadamente censurada en lo que a conducta sexual se
refería, ineluctablemente una ideología como esta sumada a un espíritu de lucha crearía
toda una revolución en aquel entonces. Kinsey pudo notar que esta cultura tan hermética
causaba un comportamiento irregular en la sociedad y de la que el mismo había sido
víctima.
Según lo que se plantea Kinsey trato a toda costa romper o cambiar la cultura tradicional
por la cual pasaba la sociedad estadounidense, una visión sobre la sexualidad llena de
muchos prejuicios morales y que restringía las libertades sexuales de las personas, esto
parecía indicar uno de los aspectos que más indignaba Kinsey, el desconocimiento de una
conducta que le incumbe al propio hombre solo por el hecho de ser inherente a él.
Según Foucault (1976) la sociedad consideraba que la sexualidad debe ubicarse
exclusivamente dentro de la pareja matrimonial con el fin de reproducir la vida humana.
Del mismo modo, en la actualidad, existen sectores de la sociedad que pretenden
permanecer con el velo sobre el sexo que en ultimas genera mayor temor y culpa en las
personas. Además, la sociedad del siglo XX veía en los niños seres carentes de sexo, y
por lo tanto deben ser sus ojos cegados ante la sexualidad. Por lo tanto, la educación
sexual se impartía sólo a parejas matrimoniales.
Por otra parte, el teórico social francés considera que, si el sexo está reprimido, es decir,
destinado a la prohibición, a la inexistencia, hablar de él, así sea escasamente representa
un paso hacia la posterior liberación sexual. Durante mucho tiempo se ha asociado sexo y
pecado (Foucault, 1976). Por esta razón, el modelo de pensamiento del estadounidense
promedio de mediados del siglo XX estaba impregnado de un conservadurismo religioso
basado en el respeto y el temor de Dios. Evidentemente, en los hogares de la mayoría de
los países del mundo se ha mantenido desde hace mucho tiempo un exacerbado
hermetismo respecto al sexo, pues solo se considera necesario en la procreación.
Este particular pensamiento se refleja en el hogar de niñez del zoólogo Alfred Kinsey. Él
desarrolló su vida en una sociedad demasiado conservadora, que junto a su orientación
sexual lo llevó a estudiar a fondo las conductas sexuales de niños, hombres y mujeres, a
través de métodos cuestionables, pero a un tiempo efectivos para lograr los objetivos de
su investigación que desde el momento en que fueron publicados los resultados de su
estudio las sociedades sufrieron un volqué inesperado que para muchos fueron
satisfactorios y para otros no tanto ,sin embargo, los alcances de estas publicaciones
( Comportamiento sexual del hombre (1948) y el Comportamiento sexual de la
mujer (1953) que pusieron al descubierto aspectos que estaban censurados de manera
muy estricta, no terminaban allí y quizás de algún manera Kinsey no pensó en la inmensa
brecha (cultural y social) que había producido a causa de sus investigaciones abriendo
paso a una época de transición en la que la sociedad se ve sometida a romper sus propios
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Hoy día la sexualidad y todo lo que ella implica goza de una gran libertad en la mayoría
de las sociedades, y es descrita como una conducta totalmente normal en el ser humano
que si bien es un tema que tiene aspectos de intimidad y censura por su naturaleza ya no
es visto como algo de lo que ‘no se puede hablar’.
Estas dificultades también pueden ser atribuidas al estado por no poner a disposición las
herramientas necesarias en el ámbito educativo en función de educación sexual, a nuestra
manera de ver este contexto, concluimos que ambas caras de las monedas parecen
trabajar en conjunto de una u otra forma como aspectos que hacen parte de un todo como
lo es el de la ‘conducta sexual humana’.
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Lista de referencias
López, E. (2001). Simbolismo de la sexualidad humana: criterios para una ética sexual.
Bilbao: Editorial Sal Terrae.