Está en la página 1de 8

Artículo especial

Leon Eisenberg Psiquiatría y derechos humanos:


la prioridad es el bien del paciente
Discurso de aceptación del Premio Juan José López Ibor*

Profesor en Medicina Social y Psiquiatría, Emérito


Department of Global Health and Social Medicine
Harvard Medical School

Me siento muy honrado al recibir el Premio Juan José Ló- La crítica de la psiquiatría contemporánea que voy a
pez Ibor de 2008 de la World Psychiatric Association. La plantear se refiere a la psiquiatría en Estados Unidos porque
Fundación López Ibor ha creado este Premio «en reconoci- éste es el país que mejor conozco. La historia difiere en im-
miento… de las contribuciones científicas que llevan a un portantes aspectos del devenir de otros países; por ejemplo,
mayor conocimiento de las enfermedades psiquiátricas, a la el psicoanálisis nunca ha alcanzado la hegemonía en el Rei-
par que se comprometen activamente en labores en pro de no Unido6; sin embargo, en agosto de 2008, nuestros cole-
la dignidad humana de los pacientes y sus familias». Quisie- gas británicos vieron la necesidad de llamar a una moviliza-
ra creer que estas son las características que describen mi ción conjunta en contra de lo que ellos consideran «la
propia carrera. Por ello, el tema central de este discurso será degradación de los aspectos médicos» de los cuidados. Criti-
la esencia del ser médico que reside en anteponer el bien del can a los servicios de salud mental que son «más idóneos
paciente. para ofrecer un apoyo psicosocial no específico que una
evaluación diagnóstica global de base amplia que lleva a
La medida en que la medicina se ha alejado de este prin- tratamientos específicos»7. Si vuelvo la mirada a la situación
cipio ya queda evidenciada en este único dato alarmante: actual, se evidenciará más una convergencia que una diver-
gencia entre la psiquiatría en Estados Unidos y los otros pa-
«Los pacientes con graves enfermedades mentales mue- íses representados en este Congreso Mundial.
ren 25 años antes que la población general1.»
En la primera mitad del siglo XX, la psiquiatría americana
Fallecen por abandono psiquiátrico, médico y social. En estaba prácticamente «descerebrada». ¿Exagero? Las dos pri-
cualquier caso, el problema se está agravando2. El abandono o meras ediciones de la American Psychiatric Association (APA),
la negligencia da lugar al no reconocimiento y a la falta de de Diagnostic and Statical Manual of Mental Diseases 8,9 enu-
tratamiento de enfermedades cardiovasculares y respiratorias, meraban la esquizofrenia y los trastornos maníaco-depresivos
de diabetes y sus complicaciones, de enfermedades infecciosas bajo el epígrafe de «psicosis psicogénicas». En la segunda mi-
inclusive el VIH y de otras enfermedades que afectan a perso- tad del siglo xx, la psiquiatría pasó prácticamente a «perder la
nas mal alojadas, mal alimentadas y a los abandonados3,4,5. El mente». ¿Exagero? La estadística más reciente del número de
cuidado de las personas con enfermedades mentales graves psiquiatras que ofrecen psicoterapia durante la atención al
debería haber sido objetivo central de nuestras carreras profe- paciente se ha reducido de alrededor de la mitad a menos de
sionales; la defensa de sus derechos debería haber sido nues- un tercio sólo en los últimos nueve años10. La psiquiatría uni-
tro papel como ciudadanos. En lugar de ello, nos hemos enzar- lateral despoja a los pacientes de su dignidad humana negán-
zado en debates solipsísticos sobre el cerebro frente a la doles una atención global11. Ahora, que ha llegado el siglo XXI,
mente —sobre la psicoterapia frente a los fármacos— sobre los nos acecha una amenaza mayor: el riesgo de ser captados por
genes frente al entorno. Tan preocupados por nuestras teorías la industria farmacéutica.
y nosotros mismos, que hemos abandonado a los pacientes
más enfermos.
«PSIQUIATRÍA DESCEREBRADA»

*Presentado en el Congreso Mundial de Psiquiatría de 2009 Cuando empecé mi formación en la década de 1950, el
psicoanálisis era la ideología dominante en la psiquiatría
Correspondencia: académica. ¿Cómo se había llegado a este punto? Los psi-
Leon Eisenberg
Harvard Medical School
quiatras descriptivos tenían poca consideración; en el me-
651 Huntington Avenue, FXB 711B jor de los casos, su diagnóstico no era fiable y tenía poca
Boston, MA 02115-6009 USA
E-Mail: Leon_Eisenberg@HMS.Harvard.edu
influencia en el tipo de tratamiento. En su mayoría, las in-
cipientes ciencias cerebrales carecían de relevancia para

00 Actas Esp Psiquiatr 2009;37(1):1-8 1


L. Eisenberg Psiquiatría y derechos humanos: la prioridad es el bien del paciente

la práctica clínica. La farmacopea psiquiátrica se limitaba gía, quizás incluso de epidemiología. Las necesidades de
a hipnóticos y sedantes. Lo que se nos enseñaba estaba dotación de personal profesional impedía la prolongación
basado en opiniones y no en indicios. Dada la novedad y del período de formación. En la sesión plenaria de clausu-
el aire literario de las «explicaciones» psicoanalíticas, la ra, me levanté para llamar la atención sobre una supervi-
predisposición con la que las aceptaron los pacientes y el sión obvia: eran los planes de estudios existentes los que
hecho de que la mayoría de los pacientes ambulatorios debían acortarse para dar cabida a nuevos temas y nuevas
ansiosos y deprimidos mejorara, hizo que todo el mundo prácticas. Como nadie había propuesto elisiones, sugerí la
creyera en ellas, a excepción de los más escépticos. Era lo necesidad de una reducción drástica de las horas dedica-
que creíamos saber lo que nos nublaba la vista. En el libro das al psicoanálisis, no sólo porque este tiempo era nece-
de Berthold Brecht, La vida de Galileo, el astrónomo ad- sario, sino también porque el psicoanálisis ahoga la curio-
vierte a sus estudiantes: sidad científica ofreciendo respuestas irrebatibles y
desviando el camino de la carrera de la investigación y en-
«Una de las principales causas de pobreza en la ciencia es señanza a la práctica privada. Los estudiantes adquirían,
el bien imaginario. El objetivo de la ciencia no es abrir la con un enorme coste para su propio desarrollo, una «técni-
puerta a una sabiduría infinita, sino establecer los límites de ca» terapéutica que aseguraba un trabajo cotidiano inte-
una infinitud de errores12.» resante y un estilo de vida confortable, pero que en su
conjunto no se adecuaba a las necesidades públicas19.
Sin embargo, la psiquiatría no ha sido, en modo alguno,
la única especialidad médica con «bienes imaginarios»; la Nunca antes (ni tampoco nunca después) he ejercido un
mayor parte de las recomendaciones terapéuticas en medi- efecto tan electrificante en una audiencia. Antes de poder fi-
cina y cirugía se basaron en creencias y no en hechos; no nalizar mis comentarios, los líderes de la psiquiatría america-
empezaron a introducirse los ensayos controlados aleatori- na ya estaban haciendo cola en los micrófonos para rebatir
zados (ECA) en la investigación médica hasta finales de la mis opiniones. Insistían en que el psicoanálisis era «la ciencia
década de 194013,14,15. base de la psiquiatría». Sabían que el análisis era eficaz; al fin
y al cabo, ellos mismos habían completado uno y (evidente-
La investigación en psicoterapia era escasa. La que ha- mente) yo no. Reclamaban que sus estudiantes trabajaban en
bía, sugería mejores resultados entre los pacientes trata- el sector público y estaban investigando (sin especificar ni
dos que en los «controles» de la lista de espera, aunque ha- dónde ni el qué). Nadie en la audiencia secundó mi crítica.
bía muchas contradicciones en los «indicios». A pesar de Cuando se publicó el volumen de la conferencia, mi «opinión
las diferencias en las técnicas que empleaban los terapeu- disidente» fue relegada a una nota al pie de cinco frases18. Sin
tas, los resultados psicoterapéuticos eran considerable- embargo, una década después, cuando se convocó la siguien-
mente similares. Incluso más problemático resultaba el he- te Conference on Education de la APA, como el cambio más
cho de que los terapeutas con experiencia no parecían importante que se había producido en la formación se desta-
obtener mejores resultados que los novatos ¡a los que de- có la «desenfatización en la orientación psicoanalítica»20.
cían enseñar! Jerome Frank (1961)16 llegó a la conclusión
de que estos hallazgos se debían a procesos no específicos
comunes a todas las psicoterapias: relación de confianza ¿CÓMO LLEGAMOS A «PERDER LA MENTE»?
con el terapeuta; «explicaciones» provisionales del males-
tar del paciente; animar a encontrar soluciones nuevas a ¿Es que puedo atribuirme esta transformación? ¡Ni por
problemas viejos y la recuperación de la moral. Sus hallaz- un momento!, y no es porque no lo haya intentado. Desde
gos no fueron bienvenidos y su trabajo fue ignorado. Los los inicios de mi carrera, he cuestionado los dogmas freu-
jóvenes estudiantes siguieron viendo la terapia psicodiná- dianos en las reuniones profesionales21. Introduje los ensa-
mica a largo plazo como algo intelectualmente fascinante, yos clínicos aleatorizados en la psiquiatría infantil y recibí el
desconsiderando por completo el hecho de que el coste primer premio por un ECA en pediatría del Psicopharmaco-
anual de un psicoanálisis suponía más del 80 % del ingreso logy Service Branch of the National Institute of Mental He-
medio de un trabajador americano medio17. Los pacientes alth (NIMH)22. Nuestro grupo de investigación demostró que
psiquiátricos más gravemente enfermos fueron abandona- dos de los fármacos «tranquilizantes» (meprobamato y pro-
dos a un sector público con falta de personal y financia- clorperazina) eran significativamente peores que el placebo
ción. en el tratamiento de niños con trastornos de la conducta,
debido a su toxicidad23. Pasamos a demostrar que la dextro-
anfetamina24 y el metilfenidato25 eran eficaces en niños con
INTENTO DE ACEPTAR LOS INDICIOS trastornos hipercinéticos de la conducta, una patología por
la que, entonces, pocos recibían tratamiento, cuando ahora
En medio de este mundo al revés de la práctica, la APA es «epidémica»26. He dado mi opinión sobre la importancia
convocó su segunda Conference on Psychiatric Educa- capital de evaluar los resultados de las intervenciones psi-
tion18. Los participantes coincidieron en que el plan de es- quiátricas; las buenas intenciones no garantizan buenos re-
tudios debía incluir mucha más psicofarmacología y un sultados sin una investigación sistemática sobre la eficacia
mayor conocimiento de antropología, psicología y sociolo- de los programas nuevos27:

2 Actas Esp Psiquiatr 2009;37(1):1-8 00


L. Eisenberg Psiquiatría y derechos humanos: la prioridad es el bien del paciente

«Asistiremos a una sucesión de “revoluciones” en psiquia- zado de la APA38. Conforme fueron incrementando los
tría, cada una de las cuales se basará en el redescubrimiento costes de la atención psiquiátrica, también incrementaba
del tratamiento moral, pero ninguna avanzará más allá del el mercado de la tercera edición del DSM y las siguien-
punto de partida de sus predecesoras.» tes39,40; las ventas ascendieron de 300.000 copias en 1973
a 1,5 millones de copias y los ingresos de la APA aumen-
Mi crítica fue inútil. La psicoterapia ha sido expulsada del taron de 500.000 dólares a 93 millones de dólares41. El
mercado de la atención médica por dos fuerzas: una, la efi- DSM pasó a ser indispensable en la codificación de servi-
cacia de los fármacos psicotrópicos y otra, el control de cos- cios de salud mental y para la legitimación de los reem-
te implantado por las organizaciones de mantenimiento de bolsos a instituciones y médicos. El DSM es importante
la salud en manos privadas (Health Maintenance Organiza- para los Big Pharma. Como el diagnóstico legitima el tra-
tionn, HMO) y las mutuas sanitarias. tamiento, las compañías farmacéuticas pretenden crite-
rios diagnósticos inclusivos. Los falsos positivos resultan
El descubrimiento de los fármacos psicoactivos ha cam- rentables; ¡los falsos negativos significan pérdida de dine-
biado enormemente la práctica clínica. Aclamamos la llega- ro! ¿Es que los laboratorios farmacéuticos desempeñaron
da de los fármacos como una segunda revolución psiquiátri- un papel en la creación del DSM-IV? Cosgrove et al.42 así
ca, de igual importancia que la primera que se produjo lo sugirieron. La mayoría (56%) de los 170 miembros del
cuando Pinel en Francia, Tuke en Inglaterra y Chiarugi en comité responsable de la revisión de DSM-IV tenía víncu-
Italia introdujeron el tratamiento moral de los enfermos los con la industria, incluyendo todos los miembros del
mentales28. Tan impresionada estaba la mayor parte de los comité para «Trastornos afectivos» y «Esquizofrenia y
psiquiatras que dieron pleno crédito a los fármacos como otros trastornos psicóticos». El hecho de recibir fondos de
para vaciar los abarrotados hospitales estatales de Estados compañías farmacéuticas no establece que, de por sí, los
Unidos. De hecho, la instauración de la desinstitucionaliza- conferenciantes con vínculos industriales votaran en fun-
ción precedió a la introducción de los fármacos en comuni- ción de sus carteras, sin embargo, tampoco pueden ce-
dades en donde las políticas de «hospital abierto» y «psiquia- rrarse las puertas a esta posibilidad.
tría comunitaria»29 se habían introducido en las postrimerías
de la Segunda Guerra Mundial30: los fármacos sólo fueron
decisivos en hospitales en los que los pacientes se encontra- FLORECIMIENTO DE LA NEUROCIENCIA
ban en «régimen de depósito»31. La «desinstitutionalización»
fue dirigida por las fuerzas económicas (desplazamiento del La psicofarmacología causó otros cambios. Ayudó a devol-
presupuesto estatal al federal), por la «transinstitutionaliza- ver el cerebro a la psiquiatría, y ¡bienvenido sea! Floreció la
ción» de los pacientes de edad avanzada (de hospitales esta- neurociencia. Cuando entré en la Society of Neuroscience en
tales a residencias) y por pacientes dados de alta a hoteles el momento de su fundación en 1969, me convertí en el
de transición sin atención de seguimiento32. La práctica psi- miembro nº 91; actualmente, ¡hay más de 38.000! Estas cifras
quiátrica pasó drásticamente de la terapia de la conversa- representan el crecimiento exponencial de la investigación en
ción a la farmacoterapia. Las ventas de fármacos de pres- neurociencias. Nuestros conocimientos sobre el sistema ner-
cripción en medicina aumentaron de 664 millones de US$ vioso central se han ampliado enormemente, pero a un coste
en 1970 a 23.500 millones de dólares en 2006, un incre- nada despreciable. La gran elegancia de las neurociencias ha
mento de casi 40 veces33. Los laboratorios farmacéuticos se reforzado la «tautología neurologizante»; es decir, la creencia
convirtieron en los principales actores del complejo médico de que «únicamente son científicos aquellos datos que pueden
industrial34. Sus inversiones para presionar políticamente al reducirse a términos de células nerviosas»43. No obstante, lo
Congreso de Estaos Unidos han aumentado vertiginosamen- que los farmacólogos menosprecian con el nombre de «efecto
te35. El dinero no tiene ideología; va a cualquier político que placebo» —sería más acertado hablar de «efecto del médico»—
se ponga a tiro. dota a sustancias inertes del poder de aliviar el dolor del cán-
cer, invierte los síntomas psicóticos e incluso reduce las tasas
de recurrencia de oclusión coronaria44.
PAPEL DE LA PSICOFARMACOLOGÍA
Me refiero a los hallazgos de un ensayo clínico aleatorizado
Como los nuevos fármacos parecían ser específicos de a doble ciego sobre el clofibrato, un fármaco administrado pa-
diagnóstico, la nueva fiabilidad de los diagnósticos psi- ra reducir la mortalidad de la cardiopatía coronaria tras un
quiátricos existentes se convirtió en un tema problemáti- ataque cardíaco previo45. Entre los 1.100 varones en el grupo
co36. Los estudios sobre las extrañas discrepancias entre los de estudio con clofibrato, aquellos que tomaron sus compri-
datos de Estados Unidos y el Reino Unido en la prevalencia midos durante más del 80 % del tiempo presentaron una mor-
de esquizofrenia y depresión revelaron que los hallazgos talidad significativamente inferior a los cinco años (15 %) que
se debieron más a diferencias en la práctica diagnóstica aquellos que lo tomaron con menor frecuencia (24,6 %). A pri-
que a diferencias en la prevalencia de las enfermedades37. mera vista, los datos sugieren que el clofibrato es un fármaco
Una vez estandarizados los criterios, disminuyeron las di- muy eficaz cuando se toma según indicación. Sin embargo,
ferencias. Este tipo de estudios dio ímpetu al desarrollo entre los 2.800 varones en el grupo de estudio con placebo,
del Diagnostic y Statistical Manual, DSM III operacionali- aquellos que tomaron su placebo durante el 80 % del tiempo

00 Actas Esp Psiquiatr 2009;37(1):1-8 3


L. Eisenberg Psiquiatría y derechos humanos: la prioridad es el bien del paciente

también experimentaron una mortalidad significativamente ¡Aquellos mismos aspectos de la atención psiquiátrica
inferior a los cinco años (15,1 %) en comparación con los que que más preocupaban (o más deberían haber preocupado)
no cumplieron (28,3 %). El fármaco como tal no tuvo efecto a los psiquiatras eran buenas noticias para los inverso-
en la mortalidad, pero el cumplimiento sí la tuvo, ¡a un valor p res48!
con 16 decimales! Los investigadores respondieron lamentan-
do que «estos hallazgos… demuestran las serias dificultades… Cuando las HMO empezaron a dominar el mercado de la
en evaluar la eficacia en subgrupos determinados por respues- medicina en Estados Unidos, John McKinlay y John Arches49
tas de pacientes…». ¡Cuán extraordinariamente estrecha es la redactaron un artículo profético sobre la «proletarización»
mira de esta respuesta! Si la reducción de la mortalidad se hu- del médico norteamericano. Conforme los médicos perdían
biera asociado al fármaco, ¡las acciones de la compañía se ha- el control de los «medios de producción» en pro de mana-
brían disparado! ¿Por qué no nos tomamos los correlatos de la gers corporados del sistema de salud, pasaron a ser los «asa-
conducta de cumplimiento en serio? ¿Es que reflejaba cambios lariados», a los que aludía Marx (que, evidentemente, ¡se
en los hábitos de tabaquismo y consumo de alcohol, en la die- consideraban mejor pagados!), sometidos al control y a los
ta, en el ejercicio, en otras conductas relacionadas con la salud incentivos establecidos por los propietarios del sistema de
o es que el cumplimiento representaba diferencias genéticas? salud mercantilizado. Conforme fueron creciendo las HMO,
Nunca lo sabremos: el cumplimiento fue la única conducta la centralización organizativa se hizo más y más predomi-
medida. nante, alejando cada vez más la toma de decisiones de los
lugares en donde los médicos atienden a sus pacientes. Los
El más potente de los fármacos es inútil si no se toma. Un médicos se convirtieron en los ejecutivos de los nuevos sis-
determinante importante para que se tome un medicamen- temas y subieron en la jerarquía, desviada del comporta-
to y se haga en los intervalos concordantes con su farmaco- miento como médicos a una actuación más parecida a la de
cinética es la relación del paciente con el médico46. Es pro- los directivos de empresa.
bable que el efecto del médico favorezca (o reduzca) el
impacto de un medicamento farmacológicamente activo.
Los pacientes necesitan que se les escuche y atienda, tener INFLUENCIA DE LA INDUSTRIA FARMACÉUTICA EN
la oportunidad de explicar su historia y tener la posibilidad LOS MÉDICOS
de revisar sus opciones terapéuticas. Desterrar la «psique» de
la psicofarmacoterapia es dar de menos al paciente, tanto Los laboratorios farmacéuticos blanden sus enormes re-
como lo es desterrar la «farmacología». cursos financieros para moldear la práctica médica. No nos
resulta sorprendente que la investigación patrocinada por
la industria favorezca con mayor frecuencia el fármaco del
LOS MOTIVOS ECONÓMICOS HACEN SU ENTRADA patrocinador que la investigación independientemente pa-
EN LA ATENCIÓN DE SALUD trocinada. Turner et al.50 observaron que se habían publi-
cado 37 de los 38 estudios positivos sobre antidepresivos,
La atención de salud ha sido una industria casera, ineficaz, mientras que 33 de los 36 estudios negativos o no fueron
mal dirigida y poco organizada. Ofrecía una oportunidad ide- publicados o se publicaron con un cariz tal que parecían
al para inversiones rentables. Los inversores comparaban y positivos. Merck ha retenido sistemáticamente parte de los
creaban mutuas de salud, HMO, cadenas hospitalarias, com- informes sobre la mortalidad de su fármaco, rofecoxib, al
pañías de equipos médicos, grupos de prácticas y centros que se atribuye un efecto de ralentización de avance de la
diagnósticos basados en tecnología. La medicina se comercia- enfermedad de Alzheimer51; Merck ha creado artículos clí-
lizó47. Los hospitales psiquiátricos se convirtieron un artículo nicos de ghost-authored y guest-authored redactados por
atractivo. ¿Por qué? Solomon Brothers, una compañía de bro- empleados de la compañía, pero publicados bajo el nom-
kers de Wall Street, lo explicaba así a sus clientes en una ase- bre de académicos52. Warner-Lambert53,54 pagaron millones
soría de 1984: de dólares a los «líderes de opinión» para promover el uso
fuera de indicación de la gabapentina en el tratamiento de
«El hospital psiquiátrico es un subsegmento atractivo de trastorno bipolar en directa violación de las normas de la
la industria hospitalaria. La atención hospitalaria… tiene Food and Drug Administration (FDA). Fueron multados, pe-
una incidencia previsible y creciente y es lo suficientemente ro, lamentablemente, la multa fue una minucia en compa-
compleja para hacer que la labor de control de costes sea ración con el incremento en ventas. Los psiquiatras han si-
complicada (cursiva añadida)...» do lentos en considerar el coste a largo plazo de los
fármacos psicotrópicos. En breve, se publicarán los datos
La compañía describía las barreras del control de costes de un estudio longitudinal que demuestra que los pacien-
como: tes con esquizofrenia pierden tejido cerebral a una tasa
superior a la de los controles y que la exposición a fárma-
«Imprecisión en el diagnóstico...» «falta de tratamientos cos psicotrópicos incrementa esta tasa de pérdida55. El pla-
estandarizados» e «incapacidad de medir el período de recu- zo para reevaluar la relación de coste/beneficio está más
peración». que vencido.

4 Actas Esp Psiquiatr 2009;37(1):1-8 00


L. Eisenberg Psiquiatría y derechos humanos: la prioridad es el bien del paciente

Desde que, en 1985, la FDA abolió la limitación de la pu- cantes de «antipsicóticos atípicos» recetaron tres veces más
blicidad directa al consumidor (direct-to-consumer [DTC]), este tipo de prescripciones que los psiquiatras que habían re-
Estados Unidos se ha convertido en uno de los dos únicos cibido importes inferiores64,65. ¿Causa o coincidencia? La in-
países industrializados que lo permite (Nueva Zelanda es el dustria se basa en evidencias cuando computa la rentabilidad,
otro). La publicidad DTC ha crecido exponencialmente de 12 incluso aunque los médicos no lo hagan a la hora de prescri-
millones de dólares en 1989 a 3.450 millones de dólares en bir. La conciencia pública de las influencias de la industria
200456. Los pacientes llegan a la consulta del médico con un farmacológica en las prácticas de prescripción de los médicos
diagnóstico ya preparado, derivado de lo visto en la televi- ha hecho disminuir el cumplimiento, cuando los pacientes
sión y que genera la solicitud de fármacos específicos. ¡Al sospechan que las recomendaciones de los médicos son para
médico le resulta más sencillo coincidir, que tomarse el el bien del médico y no para su propio bien66.
tiempo de explicarle porqué no es así! Esto ya lo sabía Kafka
que, en su cuento Médico rural escribe: «redactar recetas es
sencillo, pero llegar a entenderse con la gente resulta com- INICIATIVAS PARA LA REFORMA
plicado57.
En la actualidad, se está alzando una clara oposición
La publicidad DTC de los tratamientos de la enfermedad contra los vínculos económicos entre médicos e industria,
bipolar (EBP) es cada vez más habitual. Las compañías far- representada por las principales eminencias en medicina,
macéuticas hacen circular prospectos de «formación del pa- las revistas médicas y las organizaciones médicas. Marcia
ciente» con listas de síntomas y animan al uso de «diarios Angell67, antigua editora de New England Journal of Me-
del humor» para evidenciar el «riesgo» de EBP. Las compañí- dicine, destaca que «evidentemente es absurdo» esperar
as subvencionan a grupos legos que presionan para más ser- que las compañías de inversores presenten una evaluación
vicios. En 2003, la Child and Adolescent Bipolar Foundation no sesgada de sus propios productos. Susan Fletcher68,
convocó una reunión para elaborar «directrices de trata- Presidente de una Macy Conference on Continuing Edu-
miento». La reunión fue patrocinada por «becas de forma- cation, documenta la unanimidad de los participantes en
ción» de Abbott-AstraZeneca, Eli Lilly, Forrest, Janssen, No- la conferencia en cuanto a que la FMC, si ha de estar
vartis, y Pfizer58. ¿Quién está utilizando a quién? En las acreditada, no debe estar patrocinada comercialmente
convenciones de psiquiatría, los laboratorios farmacéuticos debido al riesgo de que el contenido esté distorsionado.
pagan los «simposios satélite» acreditados para la formación Murad Khan69, Catedrático de Psiquiatría en la Universi-
médica continuada (FMC) en los que académicos prominen- dad Aga Khan en Karachi, recalca con alarma la enorme
tes reciben honorarios considerables por sus conferencias dadivosidad que prodigan las compañías farmacológicas
sobre diagnóstico y tratamiento. ¡Una tercera parte de los entre los psiquiatras en países con escasos recursos como
simposios patrocinados por compañías farmacéuticas en la Pakistán, para promover fármacos a precios prohibitivos
reunión de la APA en 2003 trataba del trastorno bipolar!59 para la amplia mayoría de los pacientes paquistaníes. Al-
La subvención de sociedades médicas especializadas se ha fredo Pisacane70 de la Universidad de Nápoles y Arnold
convertido en algo universal. En respuesta a la encuesta de Relma71 de la Universidad de Harvard objetaron contra las
Grassley, un senador norteamericano, el Director Médico de subvenciones de la industria para la FMC que debe estar
la APA refirió que «los ingresos farmacéuticos supusieron exclusivamente en manos de la profesión. Nature Neuros-
14 millones de dólares o el 28% del presupuesto de la APA cience ha publicado un editorial sobre la crisis de credibi-
de 2007...»60. lidad de la psiquiatría infantil debido a las grandes sumas
que los investigadores clínicos han recibido de la industria
farmacéutica72. La American Association of Medical Colle-
REMUNERACIÓN DIRECTA A MÉDICOS ges (AAMC) representa todas las facultades de medicina
acreditadas en Estados Unidos y los principales clínicos
Sin embargo, las compañías farmacéuticas no se limitan a universitarios. El Consejo de la AAMC73 adoptó de forma
lo que eufemísticamente denominan FMC. Remuneran direc- no unánime una propuesta de fuerza de trabajo para que
ta y descaradamente a los médicos. Los fabricantes de próte- los patrocinios de la industria fueran canalizados a través
sis de cadera y rodilla han llegado a pagar a 51 ortopedas más de una oficina central en cada facultad médica más que
de 1 millón de dólares, respectivamente, para que implanta- ofrecida individualmente a los departamentos. La facultad
ran sus dispositivos61. La mayoría de los médicos de Estados no debe participar en las «plantillas de conferenciantes»
Unidos tiene relaciones económicas con la industria que pue- de la industria. Las facultades y los hospitales no deben
den ir desde aceptar comidas, muestras y honorarios modes- permitir que los representantes accedan a estudiantes de
tos a sumas muy elevadas de consultoría o conferencias62,63. medicina o internos en el campus. El American Medical
En Minnesota, el único estado que exige informes públicos Association’s (AMA) Council on Ethical and Judicial Af-
sobre todos los pagos comerciales a médicos, las remunera- fairs (CEJA)74 planteó una propuesta incluso más estricta.
ciones aumentaron más de seis veces entre 2000 y 2005. Du- Recomendó que ni los médicos individuales ni las institu-
rante ese intervalo, las prescripciones de antipsicóticos a ni- ciones médicas debían aceptar fondos de compañías far-
ños aumentaron nueve veces. ¿Causa o coincidencia? Los macéuticas para la formación médica. Las propuestas del
psiquiatras que recibieron 5.000 dólares o más de los fabri- CEJA fueron discutidas por el Comité de Referencia de la

00 Actas Esp Psiquiatr 2009;37(1):1-8 5


L. Eisenberg Psiquiatría y derechos humanos: la prioridad es el bien del paciente

AMA; la discusión se vio dominada por la preocupación 3. Brown S, Birtwistle J, Roe L, Thompson C. The unhealthy lifestyle
ante la posibilidad de perder los fondos industriales. Ese of people with schizophrenia. Psycholog Med 1999; 29:697-701.
Comité volvió a remitir el informe al CEJA para su «poste- 4. Brown S, Inskip H, Barraclough B. Causes of the excess mortality
rior revisión». No obstante, en mi opinión, ya es un signo of schizophrenia. Br J Psychiatry 2000; 177:212-217.
bastante remarcable de estos tiempos que se llegase a 5. Osborn DPJ, Levy G, Nazareth I, Petersen I, Islam A, King H. Rela-
permitir la entrada de una declaración tan espléndida a la tive risk of cardiovascular and cancer mortality in people with
casa de la AMA. severe mental illness from the United Kingdom’s General Practi-
ce Research Database. Arch Gen Psychiatry 2007; 64:242-249.
Insto a que nos unamos en la cruzada para volver a la 6. Lewis A. Letter from Britain. Am J Psychiatry 1953; 110:404-
medicina con sus valores fundamentales. En el primer libro 405.
de la República de Platón, Sócrates afirma: 7. Craddock N, Antebi D, Attenburrow M J, Bailey A, Carson A, Co-
wen P, et al. Wake-up call for British psychiatry. Br J Psychiatry
«La medicina no considera los intereses de la medicina, 2008; 193:6-9.
sino los intereses del paciente… Ningún médico, en tanto 8. American Psychiatric Association. Diagnostic and Statistical
que sea médico, considera su propio bien en lo que practica, Manual of Mental Diseases, First edition. Washington, DC: Ame-
sino el bien de su paciente…» rican Psychiatric Association; 1952.
9. American Psychiatric Association. Diagnostic and Statistical
Evidentemente, Sócrates sabía que los médicos debían ser Manual of Mental Diseases, Second edition. Washington, DC:
recompensados. Decía que el arte de la medicina se acom- American Psychiatric Association; 1968.
pañaba del «arte de pagar», pero añadió que la medicina no 10. Mojtabai R, Olfson M. National trends in psychotherapy by offi-
es «el arte de recibir pagos simplemente porque una persona ce-based psychiatrists. Arch Gen Psychiatry 2008;65:962-970.
cobre honorarios cuando se dedica a la curación.» 11. Eisenberg L. The right to health care: for patients or for profits?
Am J Psychiatry 1986a;143:1015-1019.
Contrastemos ese ideal con el objetivo egocéntrico de la 12. Brecht B. Life of Galileo. En J Willet, R Manheim (Eds.). New
atención médica orientada en el beneficio de los inversores York: Arcade Publishing;1940, 1994.
propietarios. En las palabras del galardonado con el Nóbel 13. Medical Research Council. Streptomycin treatment of tubercu-
en Economía, el Profesor Milton Friedman de la Universidad lous meningitis. Lancet 1948;1:582-596.
de Chicago75: 14. Medical Research Council. Streptomycin treatment for pulmo-
nary tuberculosis. Br Med J 1948;11:769-782.
«Existen pocas tendencias que puedan socavar tan pro- 15. Beeson PB. Changes in medical therapy during the past half-
fundamente los propios fundamentos de nuestra sociedad century. Medicine 1980;59:79-99.
libre como el que los directores ejecutivos acepten una res- 16. Frank JD. Persuasion and Healing. Baltimore: The Johns Hopkins
ponsabilidad social distinta a la de hacer ganar el máximo Press; 1961.
dinero posible a sus accionistas.» 17. Rogow A. The Psychiatrists. New York: Putnam; 1970.
18. Barton W, Malamud W. Training the psychiatrist to meet chan-
No existen dos objetivos que pudieran ser más opuestos: ging needs. Washington, DC: American Psychiatric Associa-
el bien del paciente; el bien del accionista. Ninguna elección tion;1963. p. 8.
podría ser más clara. Algunos colegas han pasado a referirse 19. Eisenberg L. Discussion. En: PH Hoch, J Zubin (Eds). The Future
con tanta facilidad a «vidas cubiertas», «clientes» y «provee- of Psychiatry. New York: Grune and Stratton; 1962a. p. 251-
dores» como en mi generación utilizábamos el curioso voca- 255.
bulario de «pacientes» y médicos» Las palabras son impor- 20. Rosenfield AH. Psychiatric Education: Prologue to the 1980s.
tantes; las palabras encarnan los valores. Washington, DC: American Psychiatric Association; 1976.
21. Eisenberg L. If not now, when? Am J Orthopsychiatr 1962b;
Los médicos son adeptos al arte de la medicina; los pa- 32:781-93.
cientes deben ser capaces de confiar en sus médicos. Los 22. Conners CK. Clinical Use of Stimulant Drugs in Children: Proce-
proveedores son adeptos al arte de pagar; los clientes harán edings of a Symposium held at Key Biscayne, Florida, 5-8
bien en tener cuidado con los proveedores. El suministro de March, 1972. New York: American Elsevier Publishing Co., Inc;
la atención médica no es un acontecimiento primariamente 1974.
legal o fiscal; es una transacción moral. 23. Cytryn L, Gilbert A, Eisenberg L. The effectiveness of tranquili-
zing drugs plus supportive psychotherapy in treating behavior
disorders of children. Am J Orthopsychiatry 1960; 30:113-129.
BIBLIOGRAFÍA
24. Eisenberg L, Lachman R, Molling P, Lockner A, Mizelle J, Con-
1. Parks, J, Svendsend D, Singer P, Foti ME. Morbidity and Morta- ners K. A psychopharmacologic study in a training school for
lity in People with Serious Mental Illness. Morbidity and Morta- delinquent boys. Am J Orthopsychiatry 1963; 33:431-447.
lity Weekly Report (October, 2006). www.NASMHPD.org. 25. Eisenberg L. The role of drugs in treating psychiatric disorders in
2. Saha S, Chant D, McGrath J. A systematic review of mortality in children. Children 1964;11:167-173.
schizophrenia: is the differential mortality gap worsening over 26. Eisenberg L. When «ADHD» was «the Brain-Damaged Child».
time? Arch Gen Psychiatry 2007; 64(10):1123-1131. J Child Adolesc Psychopharmacol 2007;17(3):279-283.

6 Actas Esp Psiquiatr 2009;37(1):1-8 00


L. Eisenberg Psiquiatría y derechos humanos: la prioridad es el bien del paciente

27. Eisenberg L. The need for evaluation. Am J Psychiatry 1968; ce on apparent efficacy. New Eng J Med 2008; 358(3):
124:1700-1701. 252-280.
28. Eisenberg L. Psychiatric intervention. Scientific American 1973; 51. Psaty BM, Kronmal RA. Reporting mortality findings in trials of
229:116-127. rofecoxib for Alzheimer disease or cognitive impairment. J Am
29. Jones M. The Therapeutic Community. New York: Basic Books; Med Association 2008;299(15):1813-1817.
1952. 52. Ross JS, Hill KP, Egilman DS, Krumholz HM. Guest authorship
30. Shepherd M, Goodman N, Watt DC. The application of hospital and ghostwriting in publications related to rofecoxib. J Am Med
statistics in the evaluation of pharmacotherapy in a psychiatric Assoc 2008;299(15):1800-1812.
population. Comprehens Psychiatry 1961; 2:11-19. 53. Harris G. Pfizer to pay $430 million over promoting drug to
31. Odegaard O. Patterns of discharge from Norwegian psychiatric doctors. New York Times, 14 May, 2004.
hospitals before and after the introduction of psychotropic 54. Melvin CL, Carey TS, Oldham JM. Introduction: Antiepileptic
drugs. Am J Psychiatry 1964;120:772-8. medications for bipolar disorder. J Psychiatric Practice 2008;
32. Grob GN. The Mad Among Us. Cambridge, MA: Harvard Univer- 14(Suppl.1):7-8.
sity Press; 1994. 55. Dreifus C. Using imaging to look at changes in the brain: A con-
33. Catlin A, Cowan C, Hartman M, Hartman M, Heffer S, et al. Na- versation with Nancy C. Andreasen. New York Times (September
tional health spending in 2006: a year of change for prescrip- 16, 2008).
tion drugs. Health Affairs 2008;27(1):14-29. 56. Montoya ID, Lee-Dukes G, Shah D. Direct-to-consumer adverti-
34. Relman A. The new medical-industrial complex. New Eng J Med sing: its effects on stakeholders. J Allied Health Health 2008;
1980; 303(17):963-970. 37(2),116-120.
35. Mundy A. Drug industry boosts lobbying. The Wall Street Jour- 57. Kafka F. A country doctor. The Basic Franz Kafka. New York:
nal, 25 June 2008. Pocket Books; 1979.
36. Klerman, GL. The Contemporary American Scene: Diagnosis and 58. Kowatch RA, Fristad M, Birmaher B, Wagner KD, Findling RL,
Classification of Mental Disorders, Alcoholism, and Drug Abuse. Mellander M, et al. Treatment guidelines for children and ado-
En: N Sartorius, A Jablensky, DA Regier, JD Burke, et al. (Eds). lescents with bipolar disorder. J Am Acad Child Adolesc
Sources and Traditions of Classification in Psychiatry. Bern: Hu- Psychiatry 2005;44:213-235.
ber; 1990. pp. 93-157. 59. Healy D, LeNoury J. Pediatric bipolar disorder: An object of
37. Kramer M. Cross-national study of diagnosis of the mental di- study in the creation of an illness. Internat J Risk Safety Med
sorders. Am J Psychiatry 1969;125(Suppl.I-II). 2007;19(4):209–221.
38. American Psychiatric Association. Diagnostic and Statistical 60. Scully JH. Quoted in Headlines (a daily news briefing on
Manual of Mental Diseases. Third edition. Washington: Ameri- psychiatry and mental health). 2008. p. 5.
can Psychiatric Association; 1980. 61. Steinbrook R. Disclosure of industry payments to physicians.
39. American Psychiatric Association. Diagnostic and Statistical New Eng J Med 2008;359:557-559.
Manual of Mental Disorders, Fourth edition. Washington, DC: 62. Campbell EG, Gruen RL, Mountford J, Miller LG, Cleary PH, Blu-
American Psychiatric Association; 1994. menthal D. A national survey of physician-industry relations-
40. American Psychiatric Association. Diagnostic and Statistical hips. New Eng J Med 2007;356:1742-1750.
Manual of Mental Disorders, Fourth Edition Revised. Washing- 63. Campbell EG, Weissman JS, Ehringhaus S, et al. Institutional
ton, DC: American Psychiatric Association; 2000. academic-industry relationships. J Am Med Assoc 2007;
41. Pursell B. APA staff (personal communication); 2008. 298:1779-1786.
42. Cosgrove L, Krimsky S, Vijayaraghavan M, Schneider L. Financial 64. Harris G, Carey B, Roberts J. Psychiatric children and drug in-
Ties between DSM-IV Panel Members and the Pharmaceutical dustry’s role. New York Times, 10 May, 2007.
Industry. Psychother Psychosom 2006;75:154–160. 65. Ross JS, Lacker JE, Lurie P, Gross CP, Wolfe S, Krumholz HM.
43. Meyer A. Conditions for a home of psychology in the medical Pharmaceutical company payments to physicians: early expe-
curriculum. J Abnorm Psychol 1912;7:313-325. riences with disclosure laws in Vermont and Minnesota. J Am
44. E isenberg L. Psychiatry and society: a sociobiological synthesis. Med Assoc 2007; 297(13):1218-1223.
New Eng J Med 1977; 296:903-910. 66. Goff SL, Mazor KM, Meterko BS, Dodd K, Sabin J. Patients’ be-
45. Coronary Drug Research Project Research Group. Influence of ad- liefs and preferences regarding doctors’ medication recommen-
herence to treatment and response of cholesterol on mortality in dations. J Gen Intern Med 2008; 23(3):236-241.
the Coronary Drug Project. New Eng J Med 1980; 303:1038–1041. 67. Angell M. Industry-sponsored clinical research: a broken
46. Jameson KR. An Unquiet Mind: A Memoir of Moods and Mad- system. J Am Med Assoc 2008; 300(9):1069-1071.
ness. New York: Alfred A. Knopf; 1995. 68. Fletcher SW. Continuing medical education. Br Med J 2008;
47. Ginzburg E. The monetarization of medical care. New Eng J Med 337:a1023.
1984;310:1162-1165. 69. Khan MM. Murky waters: the pharmaceutical industry and
48. Eisenberg L. Mindlessness and brainlessness in psychiatry. Br psychiatrists in developing countries. Psychiatric Bull 2006; 30:85-
J Psychiatry 1986b;148:497 508. 88.
49. McKinlay JB, Arches J. Towards the proletarianization of physi- 70. Pisacane A. Rethinking continuing medical education. Br Med J
cians. Internat J Health Serv 1985;15:161-195. 2008; 337:a973.
50. Turner EH, Matthews AM, Linardatos E, Tell RA, Rosenthal R. 71. Relman A. Industry support of medical education. J Am Med As-
Selective publication of antidepressant trials and its influen- soc 2008; 300:107-113.

00 Actas Esp Psiquiatr 2009;37(1):1-8 7


L. Eisenberg Psiquiatría y derechos humanos: la prioridad es el bien del paciente

72. Editorial. Credibility crisis in pediatric psychiatry. Nature Neu- 74. American Medical Association Council on Ethical and Ju-
roscience 2008;11:983. dicial Affairs. Industry support of professional education
73. Association of American Medical Colleges 2008 Industry funding in medicine. http://www.AMA-Assn.org/ama1/pub/upload
of medical education: report of an AAMC task force. https://servi- /mm/471/ceja1-2.doc. Accessibility verified September 13,
ces.aamc.org/Publications/index.cfm?fuseaction=Product.display- 2008.
Form&prd_id=232&cfid=1&cftoken=AB8BBD70-8212-4F9F- 75. Friedman M. Capitalism and Freedom. Chicago: University of
8A9A3EB31698232E. Accessibility verified September 13, 2008. Chicago Press; 1982.

8 Actas Esp Psiquiatr 2009;37(1):1-8 00

También podría gustarte