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Un último apunte
Es importante mencionar que todas estas competencias emocionales pueden
ser aprendidas. Al contrario que la capacidad intelectual, que se supone que es
innata, las habilidades de la Inteligencia Emocional pueden desarrollarse mediante
el esfuerzo voluntario y personal.
Por lo tanto, incluso aunque consideres que no cuentas con un nivel muy alto de
inteligencia emocional, no hay razón para que desesperes: con el trabajo adecuado,
podrás desarrollar estas habilidades que están tan asociadas al éxito.
Artículo.
Alejandro Rodríguez
Graduado en Psicología por la Universidad Autónoma de Madrid (especialidad en
Psicología social). Master en Coaching Profesional.