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TEMA
II SEMESTRE 2020
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En primer lugar, es importante, desarrollar lo que entiende Lacan, no solo por unheimliche,
sino, el lugar que este le da, en su relación topológica con otros términos de su teoría. Hay
que resaltar que, Lacan utiliza la obra freudiana de “Lo siniestro” (1919) en gran parte para
demostrar su propuesta sobre La Angustia en su Seminario 10, (2013) y esta le permite
develar el mecanismo estructural de la misma. De modo que, más que centrarse en la
dimensión etimológica del término (camino usualmente elaborado a partir de lo que Freud
desarrolla), Lacan parte del ya camino recorrido y sugerente idea freudiana de la etimología
de das unheimliche, para mostrar que entre una y otra (etimología y teoría) hay un punto de
convergencia importante que vale la pena puntuar.
A partir de aquí, se puede señalar que, la casa (¿Tomada?) del sujeto, se encuentra en el
Otro, esto es: el heim del sujeto está en el Otro (A). O lo que es lo mismo: el punto
topológico más íntimo del sujeto (lógico1), se encuentra en un punto exterior a la vez de su
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El sujeto lacaniano, es un sujeto que, en términos lógicos surge, o es un efecto del lenguaje, no
habría forma de pensar el sujeto lacaniano sin su referencia específica y determinada con el
lenguaje.
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propia subjetividad, lo más íntimo y cercano está ubicado en un punto de exterioridad de sí,
esto es lo que se ha denominado como espacio éxtimo2, y este espacio éxtimo estaría (en el
álgebra lacaniana) representado por el menos-phi (–φ).
Lacan toma el caso de lo unheimlich para mostrar qué se produce en el momento en el cual
aparece algo a nivel imaginario que viene a colocarse en el lugar de –φ, en ese momento,
su estatuto cambiaría, ya no estaría determinado por el orden de lo imaginario, sino que
estaría ocupando el lugar de lo real. Se entiende con esto, porqué Freud (2011) afirmaba
que lo siniestro emergería en el momento en el cual el símbolo coincidiría con lo
simbolizado, es decir, lo que Lacan planteó como significante en lo Real.
Pero además, con dicha cita, Lacan puntúa que ese espacio (–φ) no es otra cosa que el lugar
en el cual se manifiesta lo que ya se conoce como deseo del sujeto como deseo del Otro,
ese punto en el cual el sujeto se encuentra dividido (punto central para generar el efecto de
lo siniestro).
Por lo tanto, si lo siniestro (das unheimliche) es una experiencia que evoca la emergencia
de la angustia, lo es porque justamente “algo” vendría a ocupar (aparecer) ese lugar (heim)
íntimo del sujeto que lo exiliaría de sí mismo, pero ese lugar, no lo sería cualquiera, sino
uno ubicado topológicamente en el Otro (externo/unheimliche), ajeno, extraño, inquietante,
en dicha ambigüedad límite es donde se encuentra el espacio de lo siniestro.
Razón tenía Schelling, citado por Freud (2011) cuando afirmaba que lo siniestro sería todo
aquello que, debiendo permanecer oculto, aparece. ¿Pero esa presencia/aparición de qué
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Éxtimo, es un conocido neologismo de Lacan proveniente de hacer coincidir las palabras
“externo” e “íntimo” = “éxtimo”.
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estatuto sería? O mejor aún, lo importante, no es “¿qué?”, sino el lugar de dicha aparición
que debería permanecer oculta. Dicho lugar, sería (ocurriría), en términos lacanianos en un
espacio topológico, no cualquiera, sino ese que él mismo definió con la letra (–φ), menos
phi, como el espacio de la función lógica llamada castración, o lugar de la falta…
¿Qué es Tyche? Esta es la figura mitológica a partir de la cual Lacan trabaja el encuentro
con lo Real en su Seminario XI “Los Cuatro Conceptos Fundamentales del Psicoanálisis”
(2012), Tyche es el encuentro siempre fallido con lo Real. Tyche es un encuentro.
En relación con esto, es importante resaltar que, hay una diferencia central entre automatón
y tyche, por eso, no es suficiente mencionar que, Freud en “Lo siniestro” (2011) hace
alusión a que, lo siniestro sería aquello que pudiera evocar aquella compulsión a la
repetición (emparentada a la pulsión de muerte), haciendo clara alusión a su trabajo de
“Más allá del principio del placer” (2011), pues tanto automatón como tyche suponen una
repetición, pero Lacan insiste diversas ocasiones en su seminario, sobre dicha distinción y
diferenciación de la repetición que, se considera vale la pena esclarecer conceptualmente,
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A propósito del trauma, discursos elípticos, repetitivos que no se reducen a un punto, siempre
orbitan sobre un círculo irreductible.
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tanto más para este trabajo cuanto más cristaliza la dimensión específica de la emergencia
de das unheimliche.
Automatón, se podría ubicar, tal y como lo considera el planteamiento lacaniano, dentro del
orden simbólico, es decir, como una repetición de signos. Esa repetición, muchas veces
asociada a los procesos identificatorios, puntos de goce fálico, o goce lenguajero tal como
lo determina Braunstein (2009). Tal y como sería un punto de referencia, no cualquiera,
sino significante, a eso apuntaría Automatón dentro de la lógica del sujeto lacaniano.
Por otro lado, tyche, no sería el producto de cualquier repetición, ya no es aquello que sería
causado o generado dentro de la red significante, si bien es cierto que los efectos de su
inserción son percibidos dentro del campo de la realidad, y dentro del marco simbólico que
le constituye (A), tyche sería ese mal encuentro con algo que se escapa de dicho orden y no
logra constituirse como tal (como un signo/significante), estructura esta que, en su
especificación se torna paralela con la del trauma, por ello es que Lacan afirmará:
Con lo cual, queda establecida (emparentada) la noción de tyche con la repetición dentro de
una lógica que supone siempre un resto no asimilable visto dentro del campo de la realidad
(como en la estructura del trauma). tyche, en tanto que encuentro, uno tal que presupone la
generación lógica de una imposibilidad que no sería posible si no se la intentara inscribir
(dentro de la lógica de la letra) al campo del Otro, y solo desde el campo del Otro. Esta
“mala fortuna” llamada Tyche, de encontrarse con una imposibilidad, con la emergencia de
algo que, si bien es cierto no tiene representación, si genera sus efectos dentro de la
realidad, y das unheimliche es su muestra, aspecto que se trabajará en la siguiente entrega
del presente escrito.
Si bien esta cita es importante por varios sentidos, el principal de ellos es que el estatuto
ontológico de la experiencia de das unheimliche ocurre en ese mismo orden del que habla
Žižek en relación con los acontecimientos-de-sentido de Deleuze o las Ideas de Platón, con
su correspondiente valor inmaterial, o como lo especifica Deleuze en su Lógica del Sentido
(2011): incorpóreo.
De modo tal que, el punto donde emergería el carácter angustioso/siniestro devendría justo
donde se detiene el devenir discursivo mismo, cuando se percibe el lugar del
acontecimiento de sentido en tanto eso que él es (Deleuze, 2011). O por otro lado: cuando
se produce ese movimiento lógico a partir del cual surge la identidad de la percepción
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Esta apariencia pura es uno de los nombres con que podría catalogarse curiosamente
también la experiencia das unheimliche. El espacio dentro del cual ocurriría este fenómeno
no ha sido abordado o discutido plenamente dentro de psicoanálisis, y son otros autores de
otras disciplinas los cuales (también interesados en el psicoanálisis) han brindado alguna
pista sobre su lugar específico.
Por ello se mencionó anteriormente que, lo importante no es el ¿qué aparece?, sino el lugar
en el cual se produce la aparición (unheimliche), este lugar es el del acontecimiento-de-
sentido de Deleuze, el cual tendría como consecuencia final que la apariencia emerja en
cuanto eso que ella es en esencia, es decir: en cuanto apariencia, sin esconder aquello (la
nada literalmente) que se le presupone, sino que se le percibe a la apariencia como eso que
ella es constitutivamente, como una máscara, sin el velo imaginario de la metáfora y la
metonimia. Se la percibe en tanto apariencia.
Ese lugar, que no es otro más que el lugar de lo Real definido como apariencia en tanto
apariencia (identidad de la percepción), es el que Deleuze define como un efecto, no es el
lugar de la causa, sino el del resultado, el del acontecimiento inmaterial:
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Este vapor incorporal que determina la dimensión inmaterial del acontecimiento es así el
lugar de la relación entre tyche y das unheimliche. El punto de encuentro entre lo que de
esa mala sorpresa del encuentro con lo Real que se denomina tyche, y la experiencia de lo
siniestro como das unheimliche, en el punto que heim es el (a la vez) punto íntimo y punto
externo del sujeto del inconsciente que se encuentra posibilitado (solamente) y articulado
por medio y a partir del Otro (A).
Este lugar es topológico, por eso, Deleuze (2011) plantea que el psicoanálisis debería ser un
psicoanálisis geográfico, que trate sobre los lugares y relaciones, definiendo el estatuto
específico de la virtualización de la imagen y la fantasía, no en tanto tal, sino dentro de su
orden Real para sopesar sus alcances verdaderos.
En este lugar (superficie / acontecimiento), subyace el lugar de los Estados de Cosas, lugar
de lo reposos, descansos, del Ser… La emergencia de lo siniestro tendría una íntima
relación con la caracterización que hace Deleuze de la identidad de esos dos lugares
descritos por él:
Dentro de este mismo estatuto que se ha definido hasta el momento como la apariencia en
tanto apariencia (cuando se quiebra la superficie del acontecimiento), tyche vendría a
funcionar como el nombre específico para definir dicha operación lógica, a partir de la cual
ese lugar (–φ) / heim, vendría a ser ocupado, para dar paso a la emergencia de das
unheimliche. O como lo plantearía Deleuze, el continente y el contenido no precisan un
límite específico entre el uno y el otro. Hundirse en la profundidad de lo universal
implicaría la emergencia de lo siniestro4.
Pfaller (2010) ha sabido percatarse bien de este fenómeno (de lo siniestro) y su orden
meramente virtual más allá de lo simbólico y lo imaginario, al empalmar, precisamente lo
siniestro con el concepto de experimento mental:
En este sentido, Pfaller capta bien el movimiento lógico de das unheimliche, pero se le
dificulta percibir que, esa condición que él plantea (que el carácter irreal y ficticio debe
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En otro lugar ya se ha abordado este punto, donde esta experiencia es más frecuente y supone incluso una
característica inherente a su espacio, esto es: el habitáculo onírico y la experiencia de las pesadillas. Léase
“Avatares de lo siniestro en el país de las pesadillas” en Revista Inscribir el Psicoanálisis (2018).
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permanecer), no es otra cosa más que percibir la apariencia como tal, no escondiendo nada
detrás, solamente a ella “en sí” como Cosa. Es decir, la Cosa como el momento en que el
símbolo asumiría el lugar de lo simbolizado. De ahí que se la vea como una ficción.
Comentarios finales
La propuesta final del presente escrito es que, si tyche es el encuentro siempre fallido con lo
Real, este Real es el de lo incorpóreo deleuziano, lugar del acontecimiento inmaterial que
hace aparecer algo ahí, donde se supone debería haber permanecido oculto (función lógica
de la falta / castración / lugar que se sostendría como menos phi). Lugar de coincidencia
entre dos órdenes distintos del sentido/sin sentido, y lo que quizás implique el lugar más
fecundo de la obra de Artaud: el infrasentido. Ese algo que debió permanecer oculto no es
un objeto concreto de la realidad, y esta fue la enseñanza de Lacan, sino la emergencia de
esa operación lógica de hacer aparecer algo ahí en ese lugar de menos phi, donde la falta no
debería faltar, pues de lo contrario, emergería la angustia.
Con todo ello se quiere decir que, y la argumentación de todo el escrito apunta en esta
línea: la lógica de das unheimliche tendría como efecto central un cambio de estatuto del
significante, ya no desde lo simbólico, sino desde lo Real. Pero además, que en ese espacio
(éxtimo) topo (lógico) es donde se produce lo que no logra inscribirse como
acontecimiento-de-sentido. En esa articulación conceptual, tyche vendría a representar el
proceso mediante el cual, como repetición, se buscaría tramitar el desencuentro de
inscripción de lo que se presupone buscaría insertarse como acontecimiento, bajo la
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Referencias bibliográficas
Deleuze, G. (2011). Lógica del sentido. (Trad. Miguel Morey). Madrid: Paidós.
Freud, S. (2011). Lo siniestro. En Obras Completas. Tomo III. (Trad. Luis López –
Ballesteros y De Torres). Buenos Aires: El Ateneo.
_____. (2011). Más allá del principio del placer. En Obras Completas. Tomo III. (Trad.
Luis López – Ballesteros y De Torres). Buenos Aires: El Ateneo.
Lacan, J. (2012). Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis (1964). Seminario
11. (Trad. Juan Luis Delmont – Mauri y Julieta Sucre). Buenos Aires: Paidós.
Žižek, S. (2014). El sublime objeto de la ideología. (Trad. Isabel Vericat Núñez). Buenos
Aires: Siglo Veintiuno.