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DERECHOS HUMANOS:
Introducción al manejo de los estándares internacionales para la verdad,
justicia y reparación
JUNIO 2004
INDICE
PREFACIO
INTRODUCCIÓN
5. RESULTADOS DE LA INVESTIGACIÓN
2
6. UNA PROPUESTA PARA LA INVESTIGACIÓN EN EL PERÚ. QUÉ
HACER Y QUÉ NO HACER ANTE EL HALLAZGO DE FOSAS CON
RESTOS HUMANOS
6.1. El tema de los desaparecidos en el debate nacional e internacional. La
importancia de la opinión pública
6.2. Instancias judiciales. La corte especial para tratar las violaciones a los derechos
humanos
6.3 Logística y gestión financiera
6.4. Unidad de investigación y documentación. La base de datos
6.5. Definición de los casos
6.6. Devolución de los cuerpos a los familiares y la reparación social
6.7. Mecanismos Legales: Para una Intervención en el Perú. Elaborado por el Dr.
Carlos Rivera del Instituto de Defensa Legal.
6.7.1. Sobre el nombramiento del perito
6.7.2. El procesado y la parte civil pueden presentar peritos
6.7.3. La entrega y ratificación del informe pericial.
6.7.4. Las calificaciones o requisitos para ser perito
6.7.5. Proceso de evaluación y selección de peritos
6.7.6. Sobre los grupos o equipos de peritos
7. REFLEXIONES FINALES
BIBLIOGRAFÍA
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PREFACIO
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aquella oportunidad partíamos del hecho de que somos un equipo formado
principalmente con arqueólogos peruanos con experiencia en esta materia, quienes
hemos participado en los Programas de Investigación Forense, que incluyen las
exploraciones e inspecciones, las exhumaciones con procedimientos arqueológicos y
los exámenes postmortem de los restos humanos recuperados en diferentes zonas del
territorio de Bosnia i Hercegovina, entre 1997-1999, en Kósovo, en el 2000 y en
Croacia y Bosnia en el 2001, trabajando en calidad de expertos forenses para la
Fiscalía del Tribunal Penal Internacional que investiga las violaciones al derecho
internacional humanitario y los crímenes contra la humanidad cometidos en el
territorio de la ex Yugoslavia desde 1991 (ICTY).
Desde el 2002, miembros de nuestro equipo trabajan para la Oficina de
Personas Desaparecidas y Ciencias Forenses (OMPF) de la Misión de
Administración Interina de las Naciones Unidas en Kósovo (UNMIK).
La relación entre la arqueología y la antropología física para fines de la
investigación científica forense tiene al menos dos décadas. Equipos forenses como
los de Argentina y Guatemala, que incorporan entre sus miembros a arqueólogos y
antropólogos físicos, tienen menos de dos décadas de actividad, tanto en sus
respectivos países, como brindando su apoyo profesional en otras regiones, como
sucede más en el caso de los argentinos.
En el Perú y gracias al esfuerzo pionero de José Pablo Baraybar, quien fuera
durante varios años el experto científico en antropología forense del Tribunal Penal
Internacional para Ruanda y la ex Yugoslavia (ICTR y ICTY)∗, formamos un equipo
de investigadores forenses que provienen de las canteras profesionales de la
arqueología y de la antropología que se dedica al análisis del ser humano
(bioantropología o antropología física). Gracias a la iniciativa de José Pablo y del
Equipo Peruano de Antropología Forense, se logró introducir en el Perú la práctica
científica y técnico profesional de la antropología forense a partir del año 2001.
Así, los miembros del Epaf empezamos a prepararnos para sentar las bases
científicas y profesionales en el Perú, de una disciplina que por sus resultados ha ido
adquiriendo a nivel mundial un importante espacio de acción para apoyar la
investigación de crímenes contra la humanidad: la antropología forense.
Nuestra experiencia y contacto con especialistas de diferentes disciplinas
vinculadas a la investigación forense, en los escenarios bélicos en los que hemos
tenido la oportunidad de trabajar, se ha ido acrecentando. Esto nos permitió
incorporar una serie de conocimientos, sumamente valiosos, viéndonos obligados a
reformular algunas partes del perfil alcanzado a la Coordinadora Nacional de
Derechos Humanos a inicios del año 2000. Asimismo, hemos contado con el valioso
aporte del abogado Dr. Carlos Rivera Paz, del Instituto de Defensa Legal para el
desarrollo del punto referido a los Mecanismos legales para una intervención en el
Perú.
Este Protocolo es producto del estudio, del trabajo y las reflexiones de los
miembros del EPAF acerca de la situación de los desaparecidos en el Perú; es
también el resultado de las múltiples conversaciones, intercambio de ideas y
experiencias con colegas y amigos de otras partes del mundo enriqueciendo nuestra
∗
Actualmente se desempeña como Director del Departamento de Personas Desaparecidas y Forense
para la Misión de Administración Interina de las Naciones Unidas en Kósovo (UNMIK), cargo que
asumió desde la constitución de la oficina en el año 2002.
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búsqueda permanente de soluciones en la experiencia internacional, básica en el
tratamiento de estos problemas.
Con esta edición, el Epaf pone a disposición de aquellos que han sufrido las
consecuencias de la violencia política en nuestra patria, es decir, los desaparecidos,
sus familiares y seres queridos, así mismo, a la Coordinadora Nacional de Derechos
Humanos, a la Defensoría del Pueblo, a las organizaciones interesadas y
comprometidas con la defensa de los derechos humanos, a las autoridades del
Ministerio Público, un instrumento técnico de vital importancia para la verdad y la
justicia. Y a disposición de todos nosotros, de la Sociedad Peruana, con la esperanza
de que NUNCA MÁS se repitan estas violaciones a los derechos humanos en
nuestro país.
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INTRODUCCIÓN
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- identificación y registro de los eventos alrededor de la desaparición y la
muerte (lugares de confinamiento; escenario del crimen y de la inhumación;
exhumación/reinhumación intencional para desaparecer las evidencias; evidencias
materiales de maltratos y torturas; causa probable de muerte; identificación de
patrones de muerte y de presuntos responsables);
- identificación de los individuos (información Antemortem, sexo, edad,
estatura, lateralidad, traumatismos ante-mortem, establecimiento de identidad a
través de los procedimientos tradicionales de la antropología forense, pruebas de
ADN); estimación de las causas de muerte.
A un nivel básico, estos son los temas centrales a resolver, si tratamos de
realizar peritajes y protocolos forenses en escenarios de violencia política
conocidos.
Queremos demostrar que mediante la práctica científica aplicada a la
investigación forense en escenarios de violencia política, produciremos las
herramientas intelectuales y materiales que frenen o en última instancia impidan la
acción de agentes asociales activos en la sociedad y que perjudican las relaciones
civiles al interior a ella. Creemos que con este aporte, como profesionales,
contribuiremos a mejorar y apoyar sólidamente la estructura jurídica que nuestra
sociedad requiere, como estrategia no sólo para la paz, sino para garantizar la
armonía y la justicia real en nuestro país.
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1. EXPERIENCIA INTERNACIONAL DE LA INVESTIGACIÓN FORENSE
EN DERECHOS HUMANOS. IMPORTANCIA DE LA ARQUEOLOGÍA Y
ANTROPOLOGÍA FORENSE.
La Antropología forense aplicada a los Derechos Humanos ha sido desarrollada en
las últimas dos décadas en varios países. Ponemos aquí algunos ejemplos.
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Estas unidades paramilitares también fueron responsables de excesos cometidos
contra población civil indefensa y fueron parte activa de las masacres ocurridas.
En 1996 se firma un acuerdo de paz entre la guerrilla y el gobierno (en Oslo,
1994) y el país entra en un proceso de pacificación, sin intentos por encubrir los
hechos y a sus responsables.
Naciones Unidas patrocinó un claro Informe en el que se expresa la culpa de
los militares como los principales responsables de los crímenes de guerra.
Actualmente existe una Comisión Presidencial de Derechos Humanos (Copredeh) la
cual continúa las investigaciones.
El 9 de agosto del 2000, el gobierno guatemalteco reconoció la
responsabilidad del Estado en 10 casos, entre ellos dos matanzas de campesinos
indígenas a principios de la década de 1980 y el secuestro y asesinato de dos
estudiantes universitarios en 1989.
La Fundación de Antropología Forense de Guatemala, creada en 1987 ha
asistido a la Comisión, llevando adelante gran parte de los trabajos de exhumación
de fosas comunes e individuales, así como los peritajes forenses en sus laboratorios,
para reconocer causas de muerte y registros referidos a la identidad de las víctimas.
Es una entidad privada sin fines de lucro que trabaja en estrecha relación con la
Fiscalía de esta nación centroamericana.
1. 3. Haití.
Se estima que durante el régimen militar de Cedras (1991–1994), instaurado
luego del derrocamiento del presidente electo Aristide, desaparecieron entre tres a
cuatro mil personas. El año 1994, luego de la invasión del país por tropas
estadounidenses con la aprobación del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, el
gobierno de Cedras llegó a su fin y se reinstauró en el poder al presidente electo
Aristide. Si bien el nuevo gobierno dictó una ley de Amnistía, ésta no incluyó los
crímenes políticos.
En diciembre de 1994 se formó la Comisión de la Verdad y la Justicia,
encargada de esclarecer los hechos acontecidos desde el golpe contra Aristide. La
Misión Civil en Haiti (MICIVIH) organizada por las Naciones Unidas y la
Organización de Estados Americanos, a través de su departamento de Derechos
Humanos prestó apoyo técnico a la Comisión de Verdad y Reconciliación. El apoyo
se centró en la preparación de casos previamente investigados por la misión (durante
los años 1993 y 1994) que necesitaran la evidencia forense y en el apoyo forense
directo, esto es, en la exhumación y análisis de los restos recuperados. MICIVIH
prestó a su propio antropólogo forense y además financió al Equipo Argentino de
Antropología Forense para que contribuyera en esta misión.
Los resultados de las investigaciones fueron incluidos en el reporte final de
la Comisión de Verdad y Reconciliación.
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evidencia fue posteriormente presentada en los juicios contra Clement Kayishema y
George Anderson Rutaganda entre otros (Kayishema, Clement (ICTR-95-1), 21
May 1999 Judgment and sentence (www.ictr.org). Asimismo, las pericias a gran
escala continuaron ese mismo año en Bosnia y Croacia, investigándose los
crímenes cometidos por el Ejército Serbio de Bosnia después de la rendición del
enclave protegido (por las Naciones Unidas) de Srebrenica (Bosnia) y de la caída de
la ciudad de Vukovar (Croacia).
En ambos casos, el uso de las ciencias forenses en la recuperación y análisis
de los restos en el contexto de la Violación al Derecho Internacional Humanitario no
se tuvo como precedente en los Tribunales de Nuremberg y Tokio. Es más, la
naturaleza de la pericia forense incluyó técnicas aún no aceptadas en muchas otras
jurisdicciones, tales como los análisis de suelo para asociar los contenidos de fosas
comunes primarias y secundarias.
Entre 1996 y 2001 el Tribunal Penal Internacional para la ex Yugoslavia
trabajó con un equipo forense multinacional en la ubicación, identificación,
exhumación y análisis de los restos de víctimas de crímenes que violan el Derecho
Internacional Humanitario. El modo de operación del Tribunal fue estandarizado y
aplicado con éxito en las investigaciones realizadas en Bosnia, Croacia y Kósovo.
La evidencia forense recuperada en esos años fue presentada con éxito en
varios casos del Tribunal, uno de los cuales es el primer caso de Genocidio en el
cual la evidencia forense jugó un rol clave: es en el caso que se siguió contra el
General Radislav Kristic, jefe del Cuerpo Drina, una unidad militar que se encargó
de ejecutar las acciones de “limpieza étnica” del sector este de Bosnia, que incluyó
la rendición del enclave de Srebrenica en julio de 1995, y la posterior eliminación de
al menos 8,000 varones, de diferentes edades, que fueron apresados y confinados en
varios campos de concentración antes de ser eliminados. El general Kristic fue
declarado culpable por Genocidio en el año 20011.
1
Ver también Karadzic/Mladic “Srebrenica” IT-95-18; Mrksic, Radic, Sljivancanin and Dokmanovic
“Vukovar hospital” IT-95-13a, The Prosecutor vs. Radislav Kirstic, court transcripts 29/5/00
pp.3760-62, Kovacevic, Drljaca and Stankic (IT-97-24), Zeljko Raznjatovic (IT-97-27), Kvocka
et.al. (IT-98-30/1), Gotovina (IT-01-45), Ademi (IT-01-46), Blagojevic et.al. (IT-02-60), Milosevic
(IT-02-54), Deronic (IT-02-61), Bobetko (IT-02-62), Brdjanin, Talic and Zupljanin (IT-99-36).
Todos estos documentos pueden ser encontrados en www.icty.org.
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Forenses, división del Departamento de Justicia con el mandato de establecer la
suerte de las personas desaparecidas a través de todos los medios posibles. Esta
oficina asumió a su vez la reestructuración del sistema médico-legal en Kósovo
aproximándolo más a los estándares de Europa occidental.
La Oficina de Personas Desaparecidas, en el plano forense, adapta el sistema
creado en los Tribunales Internacionales, garantizando así la eventual utilización de
la evidencia por el sistema judicial local e internacional. La Oficina asimismo
implementa una sección dedicada a informar las familias de los desaparecidos del
estado de cada uno de los casos. En el momento de una identificación esta sección
es asimismo encargada de comunicar a la familia la noticia de muerte y hacer los
arreglos necesarios para la preparación del funeral. La Oficina cuenta asimismo con
una sección de informática responsable del diseño y desarrollo de bases de datos en
las cuales se integra la información proveniente de las investigaciones del evento de
desaparición, los resultados de la exhumación, la información ante-mortem, los
resultados de la autopsia y los pasos seguidos en la identificación del individuo, sea
esta mediante técnicas tradicionales de la antropología forense o análisis de ADN.
La Oficina es igualmente responsable de conducir todas las investigaciones
médico-legales en la provincia, sean estas en casos recientes o en casos de personas
desaparecidas. La Oficina dependiendo de sus necesidades y del estado de sus
investigaciones conduce exhumaciones y exámenes post-mortem de los restos que
recupera. Desde su creación la Oficina de Personas Desaparecidas y Ciencias
Forenses ha conducido más de 1000 exhumaciones, más de 2000 autopsias y ha
identificado más de 600 personas.
1. 6. El caso peruano.
Miles de personas desaparecieron en el Perú como resultado de la violencia
política que asoló nuestra patria desde 1980, como consta en la publicación de la
Defensoría del Pueblo, La desaparición forzada de personas en el Perú (1980-
1996), de enero del 2002, trabajo que constituye una enorme acumulación,
organización y depuración de información sobre los desaparecidos en nuestra patria.
En diciembre de 2003, la Comisión de Entrega de la Comisión de la Verdad y
Reconciliación publicó Los peruanos que faltan: lista preliminar de personas
desaparecidas por la violencia (1980-2000).
Si hacemos un análisis de las informaciones acerca de las circunstancias en
que sucedieron las desapariciones, los móviles, las modalidades, los involucrados de
uno y otro lado (es decir, perpetradores y víctimas), los escenarios, el tiempo en que
esto sucedió y otras informaciones, sabremos que muchas de las víctimas debieron
ser ajusticiadas e inhumadas clandestinamente en fosas (colectivas o individuales).
Según importantes testimonios y hallazgos ocurridos inmediatamente a los
hechos mencionados, o al paso del tiempo, conocemos que la intención sistemática
de los perpetradores de agredir, atacar y eliminar población civil indefensa, se
convirtió en una “norma” durante la guerra sucia llevada adelante por ellos. Y que
entre otras cosas, buscaban además borrar las “huellas” de sus acciones y de sus
víctimas, de diversas maneras: Realizando explosiones en las fosas (con granadas o
dinamita) antes de cubrirlas permanentemente; quemando los cuerpos con diferentes
combustibles, hasta reducirlos a fragmentos (así como las pertenencias personales);
enterrándolos en un determinado lugar y desenterrándolos luego de un tiempo, para
cambiarlos de ubicación, con la finalidad de que se perdiese su rastro;
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desnudándolos completamente y luego mutilándolos hasta volverlos irreconocibles,
escondiendo los restos o dejándolos simplemente arrojados a merced de animales de
rapiña o del medioambiente; arrojando los cadáveres a ríos o lagunas.
Estas modalidades y otras más, que de seguro se conocerán con el avance de
la investigación, tienen objetivos claros y demuestran una actuación más bien
“corporativa” que individualizada de los agentes involucrados, en tanto se movilizó
gente, equipo bélico, vehículos y vituallas, como parte de las necesidades materiales
del operativo en acción.
Sabemos por las investigaciones que han hecho las autoridades del
Ministerio Público, la Defensoría del Pueblo, organizaciones de derechos humanos y
la Comisión de la Verdad y Reconciliación, que estas acciones u operativos,
sucedieron de manera sistemática y por un tiempo prolongado en nuestra patria.
Toda acción realizada en torno a las detenciones-desapariciones forzadas ha
dejado diferentes formas de “testimonio”, desde los materiales, resguardados en
gran medida en los cuerpos de las víctimas y en los contextos de los crímenes
cometidos, hasta los no materiales y que corresponden a la supervivencia de
información fundamental para la investigación, en posesión de los testigos, de los
propios perpetradores o todo aquel que de alguna manera haya tenido conocimiento
de determinado aspecto del crimen cometido.
Nuestro país posee una peculiar y muy difícil geografía. Muchos de los
crímenes cometidos contra la población civil, sucedieron en la sierra, en parajes
alejados de caminos principales, carreteras u otras vías de comunicación, facilitando
la acción de los perpetradores. Ubicar e identificar en dónde fueron depositados los
restos de los miles de desaparecidos en el Perú, es una tarea fundamental, compleja
y básica para los fines que persigue un equipo de investigación en violaciones a los
derechos humanos.
Entre 1997 al 2001 han ocurrido hallazgos, en algunos casos, “casuales”, de
fosas o entierros clandestinos, que con mayor o menor publicidad, de acuerdo a las
condiciones del contexto político en que se dieron, han sido de dominio público.
Casos como el de quebrada Ullta, Ocros, o el de Huancavelica en el 2000, grafican
los problemas que presentan las investigaciones que se han realizado.
En el período de la CVR, la Unidad de Investigación Antropológica Forense
ha reunido información relativa a la existencia de 4,644 sitios de entierro, además de
haber realizado dos exhumaciones referidas a personas desaparecidas y una tercera
de personas asesinadas por Sendero Luminoso que fueron enterradas en la época por
los pobladores y familiares de las víctimas.
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En Quebrada Ullta, a la altura del kilómetro 50 de la carretera Carhuaz-
Chacas, dos cazadores de vizcachas hallaron restos humanos de presumiblemente
unas veinte personas, depositados al interior de una cueva a 200 metros de altura de
dicha carretera.
Quienes se acercaron al lugar de los hallazgos a realizar las primeras
indagaciones fueron las autoridades del Ministerio Público (representado por el
fiscal provincial Jorge Luis Alcántara), la Policía Nacional (que en este caso estuvo
representada por el jefe de la IV Región PNP, general Ricardo Alfaro Febres y una
dotación de efectivos policiales), congresistas de la Comisión de Derechos Humanos
del Congreso y un representante de la Defensoría del Pueblo.
Aquí se encontraron siete (7) cráneos completos y cinco (5) fragmentados,
unos sesentiséis (66) huesos húmeros, sententitrés (73) costillas, cinco (5)
omóplatos, veintidós (22) tibias, así como una importante cantidad de vértebras y
otros fragmentos de huesos. Todo lo recuperado por los peritos fue depositado en
cuatro bolsas de polietileno, sin tratar de preservar, en lo posible, las partes
anatómicas correspondientes a los mismos individuos. El periodista Espinoza
Maguiña se apropió, para luego devolver, de tres (3) cráneos adicionales a los
enumerados. Los restos humanos fueron enviados a Lima para ser analizados en el
Laboratorio de Criminalística de la Policía Nacional del Perú, con la finalidad de
determinar sexo, raza y estatura de las víctimas.
En una primera y rápida afirmación, el general Febres aseguraba que los
restos no pertenecían a personas ajusticiadas extrajudicialmente y que podría
tratarse de un cementerio de los comuneros del lugar. Según el presidente de la
Comisión de Derechos Humanos del Congreso, Anselmo Revilla, se tratarían de
restos humanos antiguos y de ninguna manera provenientes de ninguna matanza. En
opinión de la congresista ancashina María Jesús Espinoza, quien se apersonó por su
cuenta al lugar de los hechos, se podría tratar del ajusticiamiento de abigeos,
perpetrado por los comuneros de la zona.
Sin embargo, en medios de información locales trascendió que quizá los
restos humanos pertenecerían a diez comuneros que desaparecieron en el valle del
Santa, asesinados por agentes del Servicio de Inteligencia.
Como vemos, las opiniones expuestas, que no necesariamente se
corresponden con resultados claros y certeros de peritajes objetivos, son bastante
diferentes entre sí. Debido a las manipulaciones a las que fueron sometidos los
restos humanos encontrados y a los problemas creados por su deficiente y
descuidada exhumación y embalaje, será difícil la tarea de conocer la verdad acerca
de los hechos evidenciados por los hallazgos.
Un segundo hallazgo fue realizado en Punta Chonta, a veinte metros de la
carretera que une Ocros con Conococha, y a 80 kilómetros al oeste de Huaraz.
Restos de al menos dos (2) personas, ambos adultos, estaban ocultos con arbustos
secos. Según las descripciones, eran un conjunto de huesos largos, muy
fragmentados, lo que dificultaba su identificación anatómica. Cerca a ellos se
encontraron restos de ropa de hombre y de mujer (una falda y un pantalón); algunos
de los huesos presentaban aún manchas de sangre.
Según las investigaciones realizadas por los médicos legistas del Instituto de
Medicina Legal del Ministerio Público y de la División de Criminalística de la
Policía Nacional del Perú, los restos hallados en la quebrada de Punta Chonta
tendrían entre cinco, diez y veinte años de antigüedad, y corresponderían a dos
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hombres y una mujer, de edades entre 32 y 40 años. Sin embargo, los peritos no han
podido determinar causas de muerte (o número mínimo de lesiones al menos), ni
identidades.
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Los trabajos de exhumación fueron realizados por un equipo de la Policía
Nacional de Pampas, en presencia del fiscal adjunto Carlos Leiva Alvarado.
Inicialmente trataron de desenterrar los restos humanos y las vestimentas asociadas
para determinar el número de cuerpos depositados en la fosa. La fosa, de unos
cuatro metros cuadrados de área y uno de profundidad, alojaría los cuerpos y
vestimentas de unas ocho personas, según las primeras evidencias definidas en la
exhumación. Se encontraron ocho (8) sacros, cráneos, huesos de las extremidades y
maxilares, según consta en las informaciones periodísticas. Según los encargados de
las pericias, los restos humanos y las vestimentas serían enviados a Lima para su
análisis.
Otros restos óseos diseminados alrededor de la fosa, serían indicadores de la
posible presencia de otros entierros clandestinos, o simplemente producto de la
remoción de los restos de la misma fosa, efectuada por diferentes agentes
perturbadores.
Según las mismas informaciones, esta fosa ya era conocida desde hace años
por los pobladores de la comunidad de Buenos Aires, del centro poblado de
Carpapata y del distrito de Colcabamba, a unos 30 kilómetros, pero que por temor
nunca realizaron denuncia alguna. El diario “El Comercio” publicó fotografías en
las que aparecen alumnos del colegio César Vallejo, quienes recogieron huesos
humanos diseminados en el lugar y armaron un esqueleto que utilizaban como
material didáctico en el plantel, mostrando un cráneo, que en su parte posterior tiene
dos orificios de bala. Dicho esqueleto, pese a las informaciones de los pobladores,
que en todo caso, al menos merecen ser tomadas en cuenta en cualquier proceso de
investigación, no se incluyó como parte de las investigaciones.
Campesinos de Buenos Aires aseguran que hace unos diez años vieron un
camión que arrojaba los cadáveres, pero que por el temor antes mencionado, nunca
dijeron nada sobre esto. Igualmente existen testimonios importantes de los
campesinos de la comunidad de San Vicente de Yanayaco, la más cercana a la fosa
común encontrada, con respecto a su origen y conocimiento previo.
Meses después de iniciadas las investigaciones, los resultados obtenidos no
ayudan a conocer la verdad de los acontecimientos sobre los hallazgos de restos
humanos en el Paso de Danubio.
En efecto, al inicio de las mismas, se especuló sobre la existencia de treinta
cuerpos, que luego se convirtieron en ocho, en doce y al final en sesenta, cantidades
sumamente variables para cualquier experto. No hubo preocupación por hacer un
seguimiento atento y estrecho de los estudios, análisis y pruebas documentales y
testimoniales reunidas por los diferentes peritos o expertos que intervinieron en el
proceso. Es decir, una preocupación que llevara a conocer la verdad de los hechos y
arribar a conclusiones confiables.
Solamente la Defensoría del Pueblo y representantes de las organizaciones
de derechos humanos, estuvieron realizando gestiones y averiguaciones, que
permitieron conocer los resultados parciales de los análisis de los restos óseos. Por
informaciones periodísticas de fines de noviembre del 2000, sabemos que unas
sesenta personas fueron enterradas en cinco fosas comunes.
La Unidad de Criminalística de la Policía Nacional del Perú, afirmó
posteriormente que los resultados de los análisis realizados a los huesos recuperados
en las exhumaciones corresponderían en su mayoría a camélidos sudamericanos,
muertos a balazos, enterrados en la misma tumba colectiva junto a dos pastores.
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Definitivamente investigaciones como ésta no debieron realizarse de esta
manera, y en el mejor de los casos, merecieron ser rehechas bajo la jurisdicción de
entidades que actúen eficazmente con una metodología científica, clara, ordenada,
con transparencia y libertad suficiente para llegar a conocer, al menos, la realidad
sobre los hechos evidenciados por los hallazgos de restos humanos enterrados
clandestinamente.
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Miembros del EPAF tomando los datos antemortem a un familiar en Sillacsasa, Caso
Chuschi, con el apoyo de la Defensoría del Pueblo(Foto: Alain Wittmann)
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El fémur presenta una prótesis de Thompson, es un rasgo individualizante. (Foto: Alain
Wittmann)
Miembros del EPAF en una exhumación en los Balcanes (Fotos: Alain Wittmann)
19
Fosa en un cementerio de los Balcanes. Se aprecia que fue excavada por especialistas lo que permitió
recuperar el 100% de los restos y sus artefactos asociados (Fotos: Alain Wittmann)
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La elaboración del Informe correspondiente a las diferentes etapas de la
investigación. En caso que las autoridades requieran el apoyo de expertos
independientes, como el EPAF, y sean nombrados ellos o algún experto forense
independiente como Peritos del Ministerio Público, se les hace entrega única y
exclusivamente a dichas autoridades del Informe Técnico. En caso que los expertos
independientes sean nombrados por las organizaciones de familiares u
organizaciones de derechos humanos que los representan, como Peritos de Parte, el
Informe es entregado a ellos. Adicionalmente se entrega un Informe Narrativo de las
acciones realizadas, aspectos organizacionales y operativos, etc., a la institución (o
instituciones) que financian a los expertos independientes, en el cual no se consigna
ninguna información referida estrictamente a los contenidos de la pericia realizada
por los expertos.
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fosa con restos humanos, sino de llevar a cabo un procedimiento de investigación
que más bien nos acerque o dirija a los lugares de inhumación.
Atender una investigación criminal cuando el móvil fue el delito común, es
diferente de aquella cuyo móvil es mas bien el político, que involucra a una
población civil determinada, que fue agredida y enterrada, y que probablemente
dicha situación sea la expresión de algún tipo de violación a los derechos humanos o
crimen contra la humanidad que hay que ocultar. Hay que tener en claro que éste, al
parecer, simple hecho hace la diferencia.
3. 1. El equipo de investigación.
Sus funciones básicas son las siguientes: analizar y organizar toda la
información testimonial de cada caso, para desarrollar una estrategia que determine
el tipo de intervención forense a realizar, diseñando un plan general de
intervenciones. No necesariamente todos los casos en los cuáles se han violado los
derechos humanos serán resueltos mediante una aproximación forense.
Establecida la estrategia de intervención se debe tener una idea del tipo de
evidencia que será recuperada, así como de los medios que conduzcan a la posterior
identificación de las víctimas, con la finalidad de entregarlas a sus familiares. Para
esta tarea el Equipo de Investigación cuenta con las Fichas Antemortem (las
características físicas, ropa, objetos personales y atributos relevantes de las víctimas
que permitan individualizarlas), para luego contrastar esta información con la que se
recupere durante el examen postmortem.
Es también tarea del Equipo de Investigación crear un cuerpo de
informaciones que sirvan para la reconstrucción de la memoria histórica.
El Equipo de Investigación está conformado por especialistas de diversas
disciplinas en el que pueden intervenir investigadores policiales, abogados,
sicólogos, médicos legistas, patólogos, odontólogos, así como arqueólogos y
antropólogos forenses, y otros científicos sociales.
El Equipo de Investigación deberá tener acceso a todas las fuentes de
información que el Estado y las organizaciones no-gubernamentales dispongan y
deberá también contar con el apoyo logístico necesario en las áreas de transporte,
comunicaciones, seguridad e intérpretes de lenguas nativas que se requieran.
3. 2. El equipo legal.
Se encarga de la organización de los expedientes y de la información
procesal que los casos requieren, ocupándose también de los testimonios, las
pericias y los aspectos legales que sean requeridos para el desarrollo del debido
proceso.
Están encargados de brindar asesoría profesional a los integrantes del equipo
de investigación, para el correcto desenvolvimiento de las investigaciones, a los
testigos, sean estos familiares o amigos de las víctimas y también, si fuese el caso, a
los propios perpetradores que voluntariamente y por un compromiso moral y ético
con la sociedad, quieran rendir su testimonio y aportar de esta manera al
esclarecimiento de los hechos materia de investigación. No hay que descartar la
participación de estos últimos y más bien hay que tratar de apelar a la fuerza ética y
moral de la sociedad que reclama justicia y reparación.
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El equipo legal debe estar conformado por abogados especializados o
preparados en los temas que involucran la defensa de los derechos humanos, e
informados, igualmente, de los alcances y avances de la ley internacional a este
respecto. Asimismo, pueden colaborar con las instancias judiciales correspondientes
y nombradas para este fin, como es el caso de las fiscalías especializadas que se
puedan crear para la investigación de las violaciones a los derechos humanos y los
crímenes contra la humanidad.
3. 3. El equipo de psicólogos.
Para realizar un trabajo integral en el campo de la investigación forense, es
necesario abarcar varios aspectos, siendo uno de ellos y muy importante a tener en
cuenta, el tema emocional.
Como tal, el trabajo forense es muy difícil y frecuentemente se observan
problemas emocionales, de tensión, estrés o miedo, entre los involucrados. Ésta es
una de las razones por las que es imprescindible contar con un equipo de psicólogos
para dar, por un lado, soporte emocional a los familiares, a los allegados de las
víctimas y a la comunidad, así como para mantener una vinculación profesional
estrecha con el equipo forense y proporcionarle el apoyo necesario.
El apoyo terapéutico psicosocial es fundamental, como parte de la estrategia
integral que hay que desarrollar en el Perú.
Podemos considerar, al plantear la intervención de este equipo de
especialistas, cuatro modalidades interdependientes.
Para empezar, ellos son los que tienen el contacto profesional, personal e
íntimo y cercano, con aquellas personas que sobreviven como deudos de los
desaparecidos y con la comunidad. Es decir, aquellos que por esto mismo, también
han sido victimizados, debido a la pérdida de un ser querido y cercano, sea familiar
o amigo.
En este contexto, el equipo de psicólogos puede trabajar evaluando la
situación emocional en la que se encuentra el familiar, allegado y/o testigo, para
vencer el miedo a veces producto del shock emocional, de las amenazas, etcétera, y
poder hablar del episodio trágico, proporcionando información, datos, indicios o
evidencia que ayuden a orientar, inclusive, diferentes aspectos del trabajo pericial
forense. Es decir, informaciones que, por ejemplo, pueden ayudar a los
investigadores a aproximarse a la identificación certera y fehaciente de determinada
víctima y a las circunstancias de su detención-desaparición.
Esta información convenientemente documentada, organizada y registrada
dentro del expediente de cada caso investigado, que incluye una descripción
pormenorizada de la víctima en vida, es decir antes de desaparecer (descripción
antemortem), constituye un material muy valioso para los fines de la investigación
pericial forense, en sus varios aspectos y momentos. Desde aquellos que tienen que
ver con el problema de precisar la identidad de la víctima, como los referidos a los
procesos criminales que estén propuestos.
Otra modalidad se define cuando se decide el momento de la intervención
con fines de recuperación de evidencia forense, es decir, cuando se inicia la fase de
la exhumación.
23
Probablemente la exhumación se tenga que realizar cerca a un caserío,
anexo, o a las viviendas aisladas de campesinos, en los cuales algunos de sus
miembros y en diferentes momentos, fueron víctimas de los ataques de las fuerzas
del orden, de los grupos de autodefensa asociados a ellos, de los subversivos,
narcotraficantes, etcétera, ocasionando su desaparición.
Siendo así, como ocurrió en las intervenciones que realizó la CVR, los
pobladores del lugar, familiares o vecinos, quieren estar presentes durante el proceso
de exhumación de las víctimas, con la finalidad de tratar de reconocer algún
elemento material, anatómico (como puede ser el reconocimiento de algún arreglo o
prótesis dental, traumas anteriores a la muerte, patologías congénitas morfológicas,
etc.) o artefactual (ropas, chompas, fajas tejidas, ponchos, chullos, correas, efectos
personales, etc.) que contribuya a la investigación de la identidad de la víctima
recuperada.
Entonces sucede que tenemos la presencia importante de pobladores locales
observando el trabajo de exhumación, con la expectativa de identificar a las víctimas
enterradas. Ésta es una de las etapas emocionalmente más difíciles para los deudos
y/o testigos, siendo importante que el equipo mantenga una estrategia de trabajo con
los involucrados, para prepararlos emocionalmente y atenderlos durante todo el
proceso.
Una tercera modalidad y como correlato de las anteriores, la tendremos
luego que el equipo forense haya logrado mediante su trabajo resultados positivos en
la identificación de las víctimas buscadas. El conocer que se ha identificado a tal o
cual ciudadano, poblador rural, etcétera, con nombres, apellidos y filiaciones
familiares, obliga a un nuevo contacto con el grupo parenteral y lúdico, para
proceder además a la comunicación de que el estatuto de "desaparecido" de la
víctima ha cambiado, y que además de eso, ha fallecido por las causas que los
estudios periciales determinen y se le declara DIFUNTO.
Consideramos que este momento del trabajo es uno de los más cruciales y
dramáticos, siendo aquí donde posiblemente se procesan temas que tienen que ver
con los principios de verdad y justicia, que serían el soporte para la posterior
reconciliación.
Un aspecto más a considerar para la actuación de un equipo de psicólogos, es
aquél que se refiere a la atención y asistencia profesional a los equipos que estén
trabajando esta problemática. Es muy importante hacer un seguimiento de los
participantes, desde el punto de vista humano y profesional, para asegurar su
estabilidad y salud emocional.
3. 4. El equipo forense.
Es un equipo multidisciplinario, conformado por técnicos y profesionales
que trabajan la escena del crimen y sus contenidos, arqueólogos y antropólogos
forenses, médicos legistas y/o patólogos y otros especialistas cuyo desenvolvimiento
profesional está mencionado en los siguientes puntos que trata este documento.
Los técnicos y profesionales que trabajan la escena del crimen, evalúan los
diferentes aspectos involucrados desde el inicio de la investigación forense en la
búsqueda de “información de campo” y de elementos diagnósticos. Pueden ser
policías-investigadores en criminalística, los arqueólogos y antropólogos forenses,
los que observan, identifican, organizan, informan y atestiguan in situ la serie de
24
evidencias físicas, materiales y rasgos que hay asociados en un espacio determinado
y en un tiempo específicos.
Esta serie de elementos contextuales constituyen el cuerpo material y
documental básico y fundamental en toda investigación criminal. Sobre esta base de
investigación e intervención bien consolidada, se puede proceder con el desarrollo
eficaz de las demás etapas de trabajo.
25
total o parcial, de algún “componente” o evidencia, su destrucción parcial, o su
contaminación aleatoria, esto no justifica en ningún aspecto ni medida un
tratamiento descuidado, inconveniente, acientífico, desorganizado y desordenado de
aquello que aún queda y permanece como evidencia.
El ser humano es el centro de atención de la investigación. Es decir, aquella
o aquellas personas que son encontradas juntas, asociadas físicamente en un mismo
contexto, que para este caso, se trataría de fosas comunes o enterramientos
múltiples. No está de más recordar que cada persona es de por sí importante para su
familia, para la sociedad y por ende, para el Estado. Con derechos y obligaciones
reconocidos por la ley, simplemente por el hecho de existir. Cada persona tiene una
historia de vida, susceptible de conocerse, documentarse e incorporarse como
evidencia y como información que nos permita acercarnos a ella y de acuerdo al
caso, sacarla de su anonimato.
Por lo tanto, podemos afirmar que en cierta manera cada persona lleva a su
enterramiento una serie de “informaciones” acerca de sí mismo, que con un trabajo
sistemático, científico, ordenado y coherente se logra llegar a niveles de
identificación muy claros y útiles para los fines que la investigación persigue. De ahí
que sea importante y fundamental mantener y garantizar la integridad y asociación
de las evidencias, es decir del cuerpo en sí y sus elementos asociados (ropas, objetos
personales, artefactos incluidos, etcétera).
26
código asignado a dicha área. Luego se procede a la inspección minuciosa del área,
determinando así sus características y el tipo de intervención que se requiere en ella.
Se debe considerar que un área puede al menos contener uno de un número
indeterminado de sitios.
Un sitio representa un evento determinado en un área dada, por lo cual el
área es susceptible de ser dividida en varios sitios. Si se presume la existencia de
relaciones entre uno o más de los distintos sitios identificados en un área, se deben
anotar estas observaciones en las fichas y registros existentes (por ejemplo: el sitio
01, una fosa común, puede relacionarse con la casa quemada y derruida, que es el
sitio 02).
Luego se procede a definir el Tipo de Área y el Tipo de Evento que se
desarrolló en el lugar. Para ello se puede contar con una lista existente de la cual se
escogerá la descripción más cercana posible al sitio y área investigada. El uso de
estas descripciones, no excluirá cualquier otro hallazgo hecho en el sitio, para lo
cual y en aras de contar con una descripción lo más especifica posible, se pueden
combinar las categorías existentes o utilizar una nueva, según sea el caso.
Tipo de Eventos:
Incendio.
Lugares de detención o confinamiento.
Explosión(es).
Fosa común.
Tumba individual.
Tumba múltiple.
Restos humanos en superficie.
Otros.
Bombardeos.
Sitios de ejecución.
Pozos.
Reentierros.
Entierros secundarios.
Tipos de Áreas:
Granjas, graneros, establos.
Cuevas.
Cementerios.
Fábricas.
Campos.
Chacras, haciendas.
Planicies.
Cerros.
Casas aisladas.
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Áreas Militares, policiales.
Cuarteles militares, policiales.
Edificios públicos.
Tierras públicas o comunales.
Tierras privadas.
Edificios religiosos.
Caminos.
Tiendas.
Casas en poblados.
Terrenos baldíos.
Pozos.
Bosques.
Estos son algunos de los escenarios potenciales que ayudan a definir la
escena del crimen. La escena del crimen es el lugar o lugares donde sucedieron los
acontecimientos que llevaron a la desaparición física, temporal o permanente, de
determinadas personas. Como tales, son escenarios plenamente identificables,
medibles, describibles y analizables, susceptibles de ser registrados por diferentes
medios, sean estos físico-químicos (muestras diversas y sus respectivos análisis),
gráficos y fotográficos, descriptivos, documentales, testimoniales, etcétera.
De lo que se trata es de recuperar y salvaguardar toda la información
correspondiente al o los espacios físicos en que sucedieron los acontecimientos que
motivan la investigación, así como de los elementos que se incluyen y componen
dicho espacio físico. Teniendo en cuenta desde el más mínimo detalle, en un
escenario determinado puede existir evidencia física de un evento concreto, que,
primero debe ser recuperado como tal (como evidencia física) y luego, analizado y
estudiado buscando las explicaciones relevantes acerca de su origen.
Un terreno removido, o la modificación parcial o total de una parte del
paisaje, puede deberse tanto a causas naturales (geológicas, tectónicas,
intemperismo, etcétera), como a eventos antrópicos o humanos, es decir debido a la
intervención y actuación concreta de personas. Sea el caso que sea, debe estudiarse
en cuanto a sus componentes materiales y sus asociaciones específicas, con el fin de
identificar las causas que lo originan, con la mayor precisión que la ciencia y la
experiencia permiten.
28
confeccione y aquellos elementos componentes, muebles e inmuebles (como es el
caso, p. e. del hoyo en sí o de la fosa-artefacto) que aparecen en el sitio.
Es recomendable tener en cuenta algún nombre significativo que permita
identificar rápidamente el lugar, y establecer un código alfabético correlativo
compuesto de dos letras que distingan el sitio; p. e. de tratarse de un sitio a trabajar
en el área de Rupayccasa, se tendrá como denominación las siglas XX, si se tiene la
fosa número uno sería XX01; para el caso de cuerpos completos o casi completos, se
agrega a lo anterior un número correlativo, además de una C (de Cuerpo; p. e.
XX01/001C), si se trata de partes de cuerpo, o porciones anatómicas aisladas se
puede agregar al número una PC (Parte de Cuerpo; p. e. XX01/002PC) y para el
caso de artefactos encontrados se utilizará la letra A que los identifique (p. e.
XX01/003A).
Si existiesen dos o más fosas en una misma área, se numerarán
correlativamente cada una de ellas manteniéndose las siglas iniciales así: XX01,
XX02, XX03, así las siglas y números organizarán la serie de evidencias, datos y
documentos que se obtengan con la investigación en el terreno. Si como producto
del trabajo resulta que alguna no es una fosa, o fue removida, podemos controlar con
el rótulo de cuál se trata y en qué consistía, sin motivar mayores problemas o
confusiones al respecto.
Mapeo y documentación gráfica. Sectorización. Apoyados por la
cartografía existente, debe realizarse el levantamiento planimétrico con instrumentos
(utilizando desde los más simples, como brújula, cintas métricas de diferentes
extensiones, niveles aéreos, o en el mejor de los casos, plancheta, nivel, teodolito u
otro equipo afín) tanto del escenario, de sus elementos paisajísticos componentes y
relevantes (p. e. caminos de herradura, afirmados, construcciones cercanas, etcétera)
y de todos los restos humanos y las evidencias, durante el proceso de trabajo en el
sitio, convenientemente rotulados y registrados en una base de datos o lista, siempre
encabezada por el rótulo y la numeración asignada.
Esto permite una ubicación espacial y geográfica concreta del escenario en
general y de toda evidencia en particular, con el fin de documentar gráficamente y
con precisión los hallazgos, sus relaciones y asociaciones espaciales, convirtiéndose
por ende esta información en testimonios gráficos relevantes para el caso o proceso
en curso, suceptibles de ser presentados ante una corte nacional o internacional.
Todo rasgo o elemento que implique una modificación específica de la
topografía, del relieve, del paisaje natural y que involucre, según su
presencia/ausencia, la adecuación del terreno con fines de enterramiento (p. e. la
presencia de una fosa intacta, semi o totalmente removida) debe ser considerado
como información a incorporarse en el mapeo, así como debe ser numerado y
rotulado, además de ingresado en una base de datos, que permita la organización,
sistematización y manejo de la información recuperada.
Evidencias anatómicas asociadas, como son los cuerpos completos o partes
de cuerpo deben ser mapeadas y registradas para los fines de la restitución gráfica de
esta evidencia y la confección de los planos correspondientes y dibujos ilustrativos
que sean necesarios.
Evidencias anatómicas aisladas, estén ubicadas en la superficie o no, como
producto de remociones o intervenciones diferentes al evento principal que dio
como origen la fosa (como pueden ser huesos humanos de diverso tipo y sin
asociación concreta) deben ser también rotulados, mapeados y registrados.
29
Igualmente, todos los objetos y artefactos, asociados o aislados, deben ser
rotulados y mapeados. En caso de pertenecer claramente a tal o cual cuerpo
asociado, debe conservarse (mediante el mapeo, la fotografía, filmación y embalaje)
dicha asociación para mantener la unidad e integridad de la evidencia.
Cobertura fotográfica y audiovisual. Se realiza desde el primer momento
de la intervención pericial y durante todo el proceso, con la finalidad de documentar
gráfica y visualmente, además con el apoyo del vídeo, todo el proceso de
recuperación de las evidencias. Estos documentos de apoyo gráfico se utilizan
frecuentemente en los diferentes momentos del proceso de investigación, y a su vez
se constituyen en testimonios y pruebas concretas para el caso.
Se debe rotular y mantener un registro pormenorizado del material fílmico y
fotográfico, que permita manejar una base de información gráfica organizada.
Las siglas que identifican el sitio y los números asignados a los contextos
mortuorios y a todo resto anatómico encontrado, así como a los artefactos u otros
especímenes asociados, deben estar siempre presentes en el rótulo que acompaña al
registro gráfico, así como las escalas o indicadores gráficos que ayuden a preservar
las proporciones, relaciones volumétricas y espaciales entre los componentes
fotografiados.
Se debe fotografiar todo el proceso de exhumación, de inicio a fin, tratando
de que las fotos reflejen claramente en qué consiste lo fotografiado. Para eso se
recurre a cintas de colores, reglas o marcadores métricos-gráficos (como reglas
milimetradas), que delimiten los cuerpos (o parte de ellos) a fotografiar, y que
ayuden a visualizarlos mejor cuando se examinan las fotos desarrolladas.
Siempre, además del rótulo correspondiente, debe acompañar a la fotografía
una flecha de orientación norte-sur y escalas gráficas, para poder compararlas entre
sí y mantener la proporcionalidad en la documentación gráfica. Lo mismo se aplica
a los objetos encontrados.
Descripción del paisaje, del entorno geográfico y geomorfológico. El
medioambiente y el paisaje, la identificación de las vías de acceso y de centros
poblados y productivos, de toda instalación humana (estancias, aldeas, caseríos,
unidades familiares aisladas, campamentos mineros, militares, etcétera) o cualquier
alteración del paisaje, deben formar parte de las descripciones in situ, completando
esta información con la búsqueda de datos complementarios.
Normalmente, una parte de este trabajo se hace en el sitio y otra se realiza
con el apoyo de documentos de las oficinas e instituciones, públicas y privadas,
encargadas de investigar y trabajar estos temas.
Diario de campo. Documentos y descripciones. Se conocen como Notas de
Campo y consiste en un diario de los trabajos, operaciones a realizar, problemas
suscitados y detalles alrededor del proceso de investigación, en este caso el de
campo y que tienen importancia, relevancia e incidencia en el desarrollo de la
investigación.
Dichas notas, apuntes o diario deben ser llevados por la misma persona y
serán la base documental que ayudará a la producción del Informe Técnico,
correspondiente a los trabajos directamente relacionados con la excavación o
exhumación. Es decir, dichas notas, junto a los demás documentos producidos
(fotos, videos, mapas, bases de datos, etcétera) ayudan fundamentalmente a la
reconstrucción de los eventos y a la explicación coherente de los acontecimientos
30
relacionados, en este caso, con la inhumación. No está demás recordar que el Diario
de Campo se abre desde el primer momento que se toma contacto con la
investigación y se arriba al terreno de los hechos.
Es recomendable la utilización de fichas de trabajo para el levantamiento de
la información durante la exhumación. Ahí se describen las condiciones en que
aparecen los restos anatómicos y objetos asociados, con la descripción
pormenorizada del cuerpo identificado o partes de él, posición, componentes,
elementos relevantes, medidas mapeadas, etcétera, cuyo modelo se adjunta al
presente documento.
Quién esté legalmente acreditado a llevar las notas de campo, es también
quien dirige y ejecuta el trabajo de exhumación. Por lo tanto, su idoneidad
profesional y pericial, debe estar garantizada, para a su vez salvaguardar el
desarrollo de una estrategia de exhumación coherente, modalidades tácticas
adoptadas durante el proceso, debido a los problemas particulares y diversos que se
puedan presentar, para una recuperación ordenada y científica de las evidencias
(humanas o artefactuales) y para un registro de todos los pormenores relacionados
con esta importante tarea. De su ejecución ordenada, sistemática y científica,
dependen las explicaciones que se obtengan en esta parte primaria e inicial del
proceso de investigación pericial forense. De ahí la responsabilidad en la eficiencia
de quien realiza esta tarea.
Embalaje. Cadena de Custodia. Todo lo que se recupera como evidencia
durante el proceso de investigación debe ser convenientemente embalado y rotulado,
manteniendo y garantizando la seguridad de las asociaciones físicas definidas
durante el proceso de trabajo. Es importante preservar la unidad de las asociaciones,
tanto de los restos encontrados, como de los artefactos y objetos identificados en
asociación directa o aleatoria.
Bolsas de plástico o de papel de diverso tamaño, así como cajas de plástico y
cartón, u otro tipo de envases, claramente rotulados para el control de los materiales
a embalar, serán utilizados para el traslado de las evidencias. Una lista de todo lo
embalado debe acompañar a los materiales para su control y tratamiento posterior.
El fiscal especializado o juez designado se responsabilizan por la Cadena de
Custodia, que incluye el traslado y preservación de todas las evidencias.
4. 1. 3. El proceso de exhumación.
Una vez identificadas las áreas y sitios a intervenir, considerando que las
áreas se dividen en sitios y los sitios generan casos, que se pueden definir a partir de
los artefactos, los cuerpos o partes de cuerpos (que pueden incluso tener múltiples
artefactos asociados a ellos), se procede a iniciar el proceso de exhumación, el
mismo que deberá cumplir con los siguientes procedimientos de rigor:
I. Establecer la inexistencia de elementos que puedan considerarse como
factores de riesgo y peligro para el normal desarrollo del proceso (esto puede incluir
la extracción de explosivos, granadas o desminaje del área si fuera el caso) y tomar
las medidas de seguridad, control y vigilancia apropiadas para evitar complicaciones
de cualquier tipo.
II. Proceder al llenado de las fichas y documentos de registro, asegurándose
de anotar el Tipo de Área, Tipo de Evento, Fecha y Hora de inicio de los trabajos,
Integrantes del Equipo.
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III. Efectuar el levantamiento topográfico del área. El que deberá contener
todos los sitios ubicados en el área y al cual se añadirán todos los códigos de los
casos que se recuperen durante el proceso de exhumación.
IV. Efectuar el registro fotográfico y fílmico del proceso de exhumación
(antes, durante y al finalizar el mismo).
V. Realizar el llenado de las fichas de registro correspondientes (registro de
sitio, registro fotográfico, otros).
VI. Al finalizar los trabajos en un área deberá anotarse la fecha y hora en que
concluyeron los trabajos, revisando toda la documentación existente para las
evidencias recuperadas.
Se debe tener especial cuidado en la manipulación, almacenaje, transporte,
vigilancia y seguridad de los cuerpos, partes de cuerpos y artefactos recuperados, así
como de la documentación escrita, gráfica y fotográfica de la misma, de tal forma
que la integridad de la evidencia y la documentación en torno a ella se mantenga
inalterada, bajo responsabilidad de aquellos que intervengan en la cadena de
custodia; considerando que es a partir de estas evidencias e información, que se
procederá a la identificación de los individuos y los eventos relacionados con su
desaparición y muerte.
Con estas consideraciones se desarrollará el proceso de exhumación en sí.
Las exhumaciones pueden referirse tanto al caso de entierros individuales
(fosas individuales), como a entierros colectivos (fosas comunes). Este último tipo
de enterramientos, de acuerdo a la información existente, constituye la forma más
común y numerosa para el caso peruano; pero no puede descartarse la existencia de
fosas individuales.
La ubicación física de cualquiera de las fosas se realizará a partir de las
informaciones y testimonios existentes para los distintos casos, y de las
observaciones in situ que el equipo de investigación efectuará.
Las investigaciones buscarán establecer si los enterramientos corresponden a
entierros individuales o colectivos, si se trata de entierros primarios o secundarios, si
dichos contextos se encuentran inalterados o disturbados (parcial o totalmente
removidos).
La excavación de las fosas se realizará de acuerdo a los métodos y
procedimientos de la arqueología y en concordancia con los criterios
internacionalmente sancionados para la investigación forense, poniendo especial
cuidado en los sistemas de registro documental, topográfico, gráfico, fotográfico y
fílmico, que deberán aplicarse durante todo el proceso de exhumación, desde antes
del inicio de la intervención.
A través de la excavación arqueológica se delimitará la forma, contorno y
dimensiones de la fosa, su naturaleza y características, si fue elaborada manual o
mecánicamente, si sufrió o no alteraciones de cualquier índole que pudieran
comprometer su integridad y la de la evidencia asociada, si se trata de una o más
fosas existentes en la misma área, es decir absolutamente todo lo relacionado a ella.
La remoción de tierras, piedras y/u otros elementos que constituyen la
cobertura y/o relleno de la fosa, se realizará meticulosamente, tratando de registrar
además de sus características, aquellos elementos que puedan proporcionar
evidencia alguna sobre los eventos que allí tuvieron lugar. Además se tendrá
32
especial cuidado en que la remoción mencionada no altere, mezcle o
descontextualize los entierros y asociaciones que contenga la fosa. Asimismo, es
necesario cernir sistemática y meticulosamente la tierra que se remueve
constantemente y que está en contacto directo con el cuerpo, procurando el análisis
macroscópico de su contenido.
Se pondrá especial empeño en la identificación e individualización de los
cuerpos existentes y el establecimiento claro de las asociaciones (directas o
aleatorias) de los artefactos encontrados en la fosa, si pertenecen o se relacionan con
alguno de los individuos registrados, considerándose el tipo de información que
pueda aportar al proceso de investigación, y procediéndose a efectuar el respectivo
registro de cada uno de los individuos y artefactos, disponiéndose para ello de sus
respectivos códigos o rótulos identificatorios, los que se mantendrán hasta el final de
las investigaciones y permitirán distinguir un caso de otro.
Una vez identificados e individualizados los cuerpos y efectuado el debido
registro, se procederá a su levantamiento, embalándose cuidadosamente cada uno de
ellos. Para evitar perdidas involuntarias de ciertos huesos, como en el caso de
fragmentos de cráneo, huesos de pies y manos, u otros huesos fragmentados, es
recomendable embalar todas las partes anatómicas en bolsas separadas. Además
todos los elementos asociados recuperados en el cuerpo deben mantenerse junto a
este, con sus respectivos rótulos.
Los artefactos localizados o encontrados cerca del cuerpo, pero que no
puedan asociarse físicamente a él, deberán ser aislados y registrados aparte,
indicando en las observaciones información precisa acerca de su proveniencia.
Una vez finalizada la excavación de una fosa, se procederá a describir sus
características y naturaleza, considerando la información relevante registrada
durante el proceso mismo, sus dimensiones, levantamiento topográfico, registros
fotográficos y fílmicos, toma de muestras diversas (inclusive de suelos y
componentes exóticos), etcétera. Como paso final se procederá a rellenar la fosa con
aquellos materiales procedentes de su excavación y que no constituyen tipo alguno
de evidencia (piedras, tierra, etcétera).
La evidencia recuperada, debidamente aislada e individualizada en bolsas,
deberá ser almacenada por la autoridad responsable de salvaguardar su integridad,
hasta que sea entregada para sus análisis y estudios respectivos. La documentación
generada compuesta por los documentos de trabajo, se utilizará para la producción
del Informe Técnico correspondiente a esta etapa de la investigación forense. (Ver
Anexo: Fichas de Trabajo).
33
1.- Fosa Luego de la excavación los cuerpos han sido expuestos para ser recuperados. (Foto: Alain
Wittmann)
2.- Mapa de la fosa en donde se representa la ubicación de los cuerpos, esto sirve para ilustrar a los
Jueces, Fiscales y abogados durante un juicio.
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3.- Fosa vacía, luego que se recuperó todos los cuerpos y artefactos asociados, se limpia hasta llegar a
la capa estéril. (Foto: Alain Wittman)
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en Kósovo (Provincia Serbia de la ex Yugoslavia) donde se transformó una antigua
cafetería de una fábrica en una morgue.
Para realizar un trabajo de autopsia en óptimas condiciones se necesita
especialistas en las siguientes áreas, cada uno con sus respectivas responsabilidades,
las que son descritas más adelante.
4.1.4.1. Patología o Medicina Legal. Examen del cuerpo con tejido blando y/o
esqueletizado.
El objetivo del examen preliminar post-mortem es el de averiguar la causa
de muerte de la víctima, a fin de corroborar dicha información con los testimonios
de los testigos y otras evidencias circunstanciales.
En el caso de víctimas identificadas, la apreciación independiente de los
restos mortales hechos por el médico legista y el antropólogo pueden ser suficientes
para sostener o contradecir la presunta identificación.
En aquellos casos en que las víctimas no han sido identificadas, hay muchos
medios que permiten su identificación, entre los cuales tenemos la determinación de
la edad, de la estatura, del sexo, patologías que alteran la fisonomía, heridas, el uso
de los Rayos X, etcétera.
Para realizar ordenadamente el proceso de autopsia, se trabajará cada sitio
(sitio entendido como: lugar, fosa, evento, etcétera), hasta terminar totalmente con
cada uno de ellos. El Médico Legista en Jefe se encarga de empezar los exámenes
postmortem de un sitio, con el apoyo del Equipo de Morgue. En circunstancias
excepcionales o por razones de seguridad, la autoridad fiscal del Ministerio Público
peruano, puede priorizar la realización de las autopsias o exámenes postmortem de
determinado sitio.
Cada cuerpo se asigna a un médico legista, con su correspondiente número
de caso y éste es anotado por el responsable (OEEC) del manejo y movimiento de
cuerpos, desde el lugar de su almacenamiento hasta la sala de autopsia; él anotará en
una pizarra los siguientes datos: fecha, mesa, número de caso, iniciales del médico
legista, antropólogo forense, técnico de autopsia, OEEC, radiólogo y fotógrafo.
Adicionalmente, se especifica si la víctima tiene identificación previa o no y cuál es
el estatus del caso.
Los cuerpos serán examinados con la ayuda de un fluoroscopio por el
radiólogo y un médico legista, quienes escribirán un informe corto de lo observado:
objetos personales, como llaves, encendedores, lapiceros, etcétera, posibles objetos
peligrosos como agujas, alfileres, hojas de afeitar, así como también balas,
casquillos de balas, fragmentos de metal (de mortero, granada, etcétera).
El informe y las radiografías impresas del fluoroscopio serán entregados al
médico-legista o patólogo para la ejecución de la autopsia correspondiente.
Es recomendable que el día anterior al examen del cuerpo, éste sea pasado
por el fluoroscopio, para tenerlo listo al día siguiente; al momento de empezar con
los exámenes postmortem, es mejor disponer de un cuerpo por cada mesa de trabajo.
Es decir, si hay cuatro mesas, serán previamente pasados cuatro cuerpos por el
fluroscopio, lo que permite comenzar los casos en el más corto plazo.
El cuerpo será colocado en la mesa por el técnico de autopsia, quien abrirá la
bolsa del cadáver, las cajas o los envases utilizados para el embalaje de los cuerpos
36
esqueletizados recuperados en las exhumaciones. Luego se tomará la foto
correspondiente, antes de realizar la autopsia.
Después de la foto general, será el médico legista quien conduzca la
autopsia, apoyado por el antropólogo forense y el técnico de autopsia.
Después del examen externo, el cuerpo será desvestido por el legista y el
técnico. La ropa será chequeada a fondo para ubicar los efectos personales en los
bolsillos, e identificar los rastros de agujeros que puedan avizorarse, ya sea de
disparos de bala (si es posible definir) u hechos con otro tipo de artefactos. La
presencia o ausencia de vendas en los ojos, ligaduras o amarres, vendajes y artículos
similares, deberán ser anotadas, y si están presentes, ellos deberán ser fotografiados
in situ. Una vez que toda la ropa y los efectos personales son removidos del cuerpo,
serán entregados al oficial responsable de la evidencia con una comunicación oral.
Si la víctima está identificada, la ropa y los efectos personales serán transferidos a la
bolsa del cadáver, para ser entregados ulteriormente a los familiares.
El siguiente paso es el examen externo del cuerpo desnudo. El cuerpo será
lavado para observar si no hay otras heridas; se palpará la cabeza, torso y miembros,
siendo recomendable determinar la existencia de posibles fracturas. El cuerpo será
examinado en ambos lados: anterior y posterior.
Serán anotadas todas aquellas características que se puedan definir con
mediana claridad, tales como: el color del cabello, si éste es largo/corto, los bigotes,
la barba, posibles escaras o tatuajes, presencia de genitales externos y otros rasgos
fisonómicos significativos. Si es posible, se debe tomar la estatura del cadáver en la
mesa.
La autopsia será completada incluyendo el examen exhaustivo del tórax,
abdomen, miembros y cabeza. Todos los órganos serán removidos.
En caso de dificultad para encontrar un proyectil o un fragmento de metal
(p.e. esquirlas), el legista puede volver a pasar el cuerpo y/o la bolsa que contiene la
ropa, por la pantalla del fluoroscopio. Esto puede hacerse durante el tiempo que dure
la autopsia.
Cuerpos esqueletizados. En los casos de cuerpos esqueletizados o
fuertemente descompuestos, se estimará el Número Mínimo de Lesiones y la causa
de muerte será determinada en función al examen de las lesiones que en vida hayan
producido daños irreversibles. A fin de que el examen sea exhaustivo, la
reconstrucción de las partes anatómicas fracturadas será indispensable.
Si el cuerpo está totalmente esqueletizado, todos los huesos serán lavados y
colocados sobre la mesa en posición anatómica, para que el antropólogo forense
pueda realizar el inventario del esqueleto y proceder junto con el legista al análisis
del caso.
Si el cuerpo está parcialmente esqueletizado y los miembros están unidos por
tejido blando, ellos serán enjuagados y puestos en la mesa tal cual están; si los
huesos de los pies están dentro de una media o zapato, éstos deberán ser lavados
separadamente. En casos en los cuales los miembros y pedazos de cuerpo están
frescos y muestran en los huesos un trauma, es recomendable consultar con el
antropólogo forense, para que determine si puede realizar una reconstrucción in situ,
que pueda permitir un diagnóstico objetivo que ayude a identificar la causalidad del
trauma o fractura. Si ésta no puede realizarse, el “espécimen” deberá ser hervido y
37
luego reconstruido. El resultado de la reconstrucción será discutido entre el
antropólogo y el legista, encargados del caso.
Todos los objetos relacionados al diagnóstico de la causa de muerte (balas,
fragmentos de metal, etcétera), son recuperados por el Médico Legista y entregados
al oficial responsable. El legista es el responsable de determinar que objetos se
entregan, y éste los recepciona (como parte de la cadena de custodia) para su
organización, clasificación, fotografiado, inventariado y almacenamiento.
Una vez que la autopsia está terminada y todos los especímenes
reconstruidos, se toma la foto. El legista es el responsable que determina las fotos
que se deben tomar. Alguna herida encontrada en el curso de la autopsia será
fotografiada antes de que una nueva intervención, por cualquier motivo, altere su
morfología.
Toda la información forense sobre el caso será entregada al Jefe de Médicos
Legistas al final de cada autopsia. Él puede aclarar con los otros colegas, algún
punto de vista discutible en términos forense de los casos más interesantes o
difíciles de definir.
El médico legista a cargo de cada caso, tiene la responsabilidad de asegurar
la obtención de una muestra de ADN del fémur izquierdo (si está dañado se tomará
el del lado derecho). Si ambos están dañados se tomará una muestra generosa de
otros huesos largos, con las correspondientes instrucciones al técnico para que tome
la muestra.
El legista tiene que tener mucho cuidado durante la apertura del tórax para
evitar dañar la muestra biológica-antropológica (particularmente la 1ra. costilla y el
externo final de las 3ra., 4ta. y 5ta. usadas para determinar la edad del individuo).
El odontólogo forense, es el responsable de hacer un odontograma por cada
cuerpo.
Es responsabilidad del legista preguntar al antropólogo forense y al
odontólogo, si ellos han terminado de realizar todos los exámenes antes de
retornarlo al depósito.
Especímenes seleccionados para su reconstrucción o, como sucede en el caso
de la sínfisis púbica, que necesitan ser hervidos para su examen (determinación de
la edad, por ejemplo), pueden ser devueltos al final del día, o en su defecto,
regresarlos a la bolsa para cadáveres al día siguiente.
El legista debe completar sus notas preliminares después de cada autopsia.
Especialmente en lo que compete al resumen, la conclusión y los detalles que
involucran a las descripciones antropológicas.
El legista completara una ficha de resumen de autopsia, al mismo tiempo que
el informe correspondiente.
Responsabilidades del Médico Legista.
* Supervisar que el cuerpo sea desvestido por el técnico de autopsia.
* Examinar los contenidos de todos los bolsillos y de los efectos personales para
entregarlos al OEEC responsable.
* Conducir el examen externo.
* Solicitar las fotos de detalle al fotógrafo forense.
* Conducción de la autopsia.
38
* Pedirle al antropólogo forense, cuando sea necesario, que reconstruya algún
traumatismo o fractura del esqueleto.
* Verificar que las muestras de ADN, sean adecuadamente obtenidas y almacenadas.
* Si la víctima no está identificada, elaborará un inventario con el oficial
responsable de la ropa; la lista será hecha antes que la ropa sea lavada.
*Coordinara con el antropólogo forense la entrega del inventario del esqueleto, así
como las correspondientes fichas antropológicas que forman parte del informe de
autopsia.
* Completará el informe de autopsia y el resumen del caso y someterá el caso al
Médico Legista en Jefe.
Hasta el momento hemos discutido el formato que se debe de seguir en el
caso de una autopsia modelo. Es posible que en muchos casos, restos totalmente
esqueletizados no sean examinados en presencia permanente de un médico legista.
Si éste fuera el caso, el antropólogo forense será el coordinador del examen de los
restos.
El informe antropológico deberá seguir el mismo formato que el del médico legista;
esto es, incluir el Número Mínimo de Lesiones y las estructuras anatómicas que
habrían sido afectadas. La información reunida podrá permitir al legista formular las
debidas conclusiones.
Patólogo o Medico Legal discutiendo con el Antropólogo Forense las lesiones que presenta la victima.
39
IV. En los casos de individuos subadultos, es importante tomar una radiografía para
corroborar la edad de la víctima ya identificada. En los casos de víctimas no
identificadas; dicha radiografía sirve para calcular un rango de edad.
Maxilar superior e inferior, el odontólogo deberá elaborar el odontograma (Foto: Alain Wittmann)
40
Adicionalmente, se tomarán medidas del fémur izquierdo para calcular la
edad (si el fémur izquierdo está dañado se utilizará el derecho, tanto para la
determinación de la estatura, como para tomar la muestra de ADN).
El antropólogo forense es responsable de colectar las muestras y entregarlas
al Antropólogo Forense Asistente para su preparación antes de ser almacenada.
El antropólogo forense también es responsable de informar adecuadamente
al patólogo y al oficial responsable de la obtención de las muestras que ha colectado,
para que ellos a su vez lo incluyan en su informe. En el caso de la muestra de ADN,
ésta será entregada al oficial responsable, inmediatamente después de ser cortada y
colocada en el embalaje correspondiente para su almacenamiento, como parte de la
evidencia que integra la cadena de custodia.
Las muestra que se toman se las denomina muestras biológicas o
biomuestras y deben tratar de tomarse consistentemente de un mismo lado, en la
medida en que esto sea posible.
Si los restos encontrados en la bolsa del cadáver, o envases de embalaje
pertenecen a más de una persona, es decir que los restos corresponden a dos o más
individuos, el antropólogo forense tendrá que individualizar las partes, para armar
un individuo; una vez terminada esta tarea, al grupo extra de restos óseos se le
asignará un número diferente de caso.
El antropólogo forense notificará al médico legista el número de individuos
encontrados y esta información será dada a conocer al oficial encargado de los
casos, para que cada uno de ellos sea tratado como un caso individual y para que los
informes que se elaboren y las muestras que se preparen, sean hechas también por
separado.
Sumario de biomuestras. Se recomienda recolectar, hasta donde sea posible,
las muestras biológicas del mismo lado.
1. Ambas sínfisis púbicas (edad / sexo).
2. Clavícula derecha o izquierda si la derecha esta dañada * (edad).
3. Primera costilla derecha (ídem *) (edad).
4. Cuarta costilla, o tercera, o quinta, si la cuarta está dañada (ídem*) (edad).
5. Algún diente 1 y 5 (maxilar o mandibular), para la técnica de Lamendin*; los
dientes serán extraídos solamente después de que el odontograma este completo
(edad).
Nota: Se tomará siempre las muestras del lado derecho. En caso de estar dañadas
y/o inexistentes, se tomará las del lado izquierdo.
Las biomuestras o muestras biológicas, son recolectadas con el fin de realizar
un examen que consiste en el conteo de osteones, para la determinación de la edad
de la víctima.
La técnica de Lamendin, consiste en tomar las medidas de la transparencia de
los dientes (de 1 al 5), tanto en su parte exterior como interior, para obtener un
rango de comparación para calcular la edad de la víctima.
Principalmente, para determinar la edad de las víctimas se recurre a la
anatomía comparada, que consiste en la observación y lectura de las diversas fases
de crecimiento. Por ejemplo para las costillas, se utiliza las fotos o los moldes, tanto
para hombres como mujeres, de Isçan-Loth, y para la sínfisis púbica, se utiliza los
moldes o fotos de Suchey-Brooks, para ambos sexos. La posible limitación para las
poblaciones andinas consistiría en que estos moldes han sido hecho para
41
poblaciones blancas y negras de Norteamérica, pero para efectos netamente
comparativos, estos pueden ser de mucha ayuda como elemento referencial.
Foto: Antropólogo Forense del EPAF explicando las lesiones al Patólogo o Medico Legal (Foto
Alain Wittmann).
42
Foto : Miembro del EPAf preparando los moldes de las sínfisis púbica en Bosnia (Foto Alain
Wittmann).
43
luego se lo colocará en un lugar especial, al que se puede denominar “especímenes
para retornar al cuerpo”. De la misma manera, los lugares de almacenamiento
deben estar clasificados y mantener un orden.
Al final del día, el técnico es responsable de limpiar el área que corresponde
a la sala de autopsia y dejar limpio el instrumental quirúrgico para el día siguiente.
Los técnicos de autopsias trabajando en las mesas del fondo (Foto Alain Wittmann).
44
Luego que el fotógrafo toma la foto general antes de la autopsia, el médico
legista y el técnico en autopsia proceden a desvestir a la víctima, quienes harán
entrega de todo lo que encuentran en la ropa (como artefactos personales y/o balas,
fragmentos de metal, etcétera); luego el técnico en autopsia, colocará en cada pieza
reunida (incluidos en los zapatos) etiquetas con el número de registro y del caso.
La ropa y zapatos serán colocados en una bolsa para dársela al oficial, para
que éste a su vez, entregue la bolsa al personal que se encargará de lavar y secar las
prendas.
Cuando la víctima está identificada una vez terminada la serie de exámenes y
tareas alrededor del cuerpo, se incluye y vincula la bolsa de ropa con aquella que
contiene el cuerpo de la víctima, luego de la autopsia de rigor, conforme al
protocolo para efectos judiciales. La misma ropa será descrita en el informe del
legista.
Cuando la víctima no está identificada, se hace más complejo todo el
proceso. Una vez que la ropa está limpia y seca, se la describe para documentarla en
las fichas y se procede a tomar una foto normal o digital de las ropas de manera
“anatómicamente ordenada”, es decir ordenando la posición de las prendas desde la
cabeza a los pies.
Artefactos.
Cuando el oficial responsable de una mesa recibe los artefactos, el deberá
registrarlos, limpiarlos y luego entregárselos al fotógrafo con su respectiva ficha.
Almacenamiento.
Después de que las fotos de los artefactos han sido tomadas, el Jefe de los
Oficiales debe controlar el almacenaje de las evidencias; luego procederá a cerrarlas
con una cinta especial, para evitar ser manipuladas y finalmente las guardará en un
lugar cerrado con llave, considerando en todo momento que el procedimiento
asegura su preservación e integridad como prueba susceptible de llevarse a juicio.
Foto de Evidencia : 2 granadas que se encontraron en la ropa de la victima (Foto: Alain Wittmann)
45
Foto de evidencia : zapato en donde se aprecia las trayectorias de las balas, lo que corroborara las
lesiones en los huesos del pie. (Foto: Alain Wittmann)
46
Las evidencias deben llegar al fotógrafo limpias y registradas por el oficial
encargado. La ficha que las acompaña, deberá contener las características de la
evidencia y cada una deberá estar numerada. Hay que tener en cuenta que:
1. Cada rollo de película deberá tener un número y deberá hacerse una ficha
en donde se registra cada foto de dicho rollo.
2. Cada foto deberá tener el número de caso y la escala gráfica.
3. Las fotos serán tomadas a pedido del legista, antropólogo y el odontólogo.
4. Las fotos digitales actualmente son válidas para los casos judiciales en la
mayoría de las jurisdicciones internacionales.
La foto es una prueba durante un juicio, se aprecia las trayectorias de las balas y el orden en
el que impactaron el cráneo. (Foto: Alain Wittmann)
47
Trayectorias de las balas y el orden con el que impactaron en el cráneo. (Foto: Alain
Wittmann)
Foto que prueba que la victima era un infante, según la Convención de Ginebra y otras instrumentos
internacionales, durante la guerra o violencia interna no se debe matar ancianos, mujeres y niños.
(Foto: Alain Wittmann)
48
Foto: Fotógrafo forense trabajando en la morgue de Bosnia
4.1.4.8. Radiólogo.
Antes de realizar una autopsia, el cuerpo deberá pasar por un fluoroscopio o
fuente similar de Rayos X, para observar todo elemento metálico, (p.e. proyectiles,
fragmentos de metal de diverso origen, esquirlas, fragmentos de cuchillos, etc.),
implantes y artefactos personales de diverso origen. Ésta es también una manera de
controlar la manipulación de una bolsa de cadáver sin conocer su contenido.
Este examen deberá hacerse de manera rutinaria en cualquier tipo de caso.
Si los restos estuvieran totalmente esqueletizados y de ser necesario, será menester
examinarlos de esta manera antes de lavar los huesos.
1. El radiólogo es responsable, de manera conjunta con el legista, de
examinar el cuerpo, el contenido de la bolsa y de escribir un informe corto de los
resultados. Las imágenes radiográficas serán impresas, si es que la máquina así lo
permite, y serán puestas a disposición del legista antes de iniciar la autopsia.
2. El radiólogo es responsable de pasar nuevamente por el fluoroscopio el
cuerpo o la bolsa con la ropa, si el legista o el antropólogo así lo solicita.
3. El radiólogo deberá tomar radiografías tanto de la mandíbula como de la
maxila, en caso que lo solicite el antropólogo forense y/o el odontólogo.
4. El Jefe de Radiólogos es el responsable de armar los aparatos e instalarlos
en sus respectivos ambientes.
5. El radiólogo de turno deberá encargarse de limpiar los aparatos al final de
cada día y para el buen funcionamiento de las máquinas las debe revisar con cierta
regularidad.
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La radióloga esta pasando el fluoroscopio sobre el cuerpo que se encuentra al interior de la bolsa para
cadáver, el segundo radiólogo esta observando las imágenes en el ecram, para luego imprimir y
entregarle al Patólogo o Medico Legal.. (Foto: Alain Wittmann)
Foto de la impresión del Fluoroscopio en donde se observa las balas y su ubicación. (Foto: Alain
Wittmann)
5. RESULTADOS DE LA INVESTIGACIÓN.
La investigación forense que se plantea propone dos momentos o etapas
claramente diferenciadas (el desarrollo de las exhumaciones y el análisis de las
evidencias acumuladas en el laboratorio y la morgue), los resultados de la misma
deben conformar parte de un Informe que integre la información obtenida en cada
etapa.
Cada Informe tratará sobre un caso específico investigado, pudiendo
agruparse con otros en la medida que éstos se encuentren relacionados y arrojen
datos pertinentes para esclarecer la ocurrencia de determinados eventos, así como
aporten luces para la identificación de las personas desaparecidas y establecimiento
de responsables en torno a estos hechos.
50
Como parte de los Informes se considerará, entre otras informaciones
relevantes, los siguientes aspectos:
1. Antecedentes del Caso: Que comprenderá la información existente con
anterioridad en fuentes documentales y testimoniales sobre el caso en particular y
aquella recuperada en el área misma. Contemplará aquello relacionado con los
eventos y circunstancias que produjeron la desaparición de personas en dicha área,
cantidades e identidades, como también aquella información conducente a la
identificación de las víctimas.
2. Las Exhumaciones: Aquí se describirá los métodos, técnicas y
procedimientos utilizados en el desarrollo de las exhumaciones, características de
los eventos registrados, la naturaleza de las evidencias recuperadas y conclusiones
en torno a ellas.
3. Los Análisis: Consistirá en la descripción de los trabajos efectuados en
laboratorio y morgue, los procedimientos seguidos con las evidencias y
conclusiones en torno a cada caso analizado. Así como la existencia o no de
identificaciones positivas o presuntas en torno a las víctimas y la propuesta de
ulteriores análisis y estudios para lograr las identificaciones.
Estos informes estarán a cargo de aquellas personas designadas como
responsables para cada una de las etapas y deberán estar calificadas para representar
y exponer las conclusiones a las que la investigación arribe.
Dentro del informe se mencionará además, todo el personal participante en
cada una de sus etapas y sus respectivas especialidades y calificaciones
profesionales, el marco jurídico en el cual se desarrollaron los trabajos, entidades
patrocinadoras y financistas.
Toda esta información tendrá un sustento documental no sólo en las
informaciones proporcionadas por los responsables, sino también en aquella
información generada a manera de diarios, fichas y protocolos, como parte de la
investigación, que constituirán los expedientes que se organicen para cada una de las
víctimas y en la información preexistente.
Toda esta información deberá ser entregada a las instancias involucradas en
el esclarecimiento de la verdad, en relación a la desaparición de estas personas y
será considerada como evidencia, no sólo para la identificación de las víctimas, sino
también para aquellos procesos judiciales que se abran en torno a estas
desapariciones.
51
El Equipo Peruano de Antropología Forense apoyado por la Coordinadora Nacional
de DDHH desde 1997, la Defensoría del Pueblo y los Fiscales encargados de la
investigación de los casos de denuncias de graves violaciones de DDHH vienen
realizando esfuerzos para incorporar los estándares internacionales que utilizan las
ciencias forenses en la investigación de graves violaciones a los derechos humanos.
El Fiscal debe iniciar una investigación de oficio. Luego, con el apoyo de expertos
forenses, verificará la veracidad de las informaciones, procediendo a la visita e
inspección del lugar, tomando las declaraciones de los denunciantes y, en tanto
existan indicios relativos a personas desaparecidas, deberá procederse con la toma
de información antemortem (datos del perfil biológico de las posibles víctimas). Con
la información recogida en esta intervención se podrá establecer si el hallazgo se
relaciona con:
52
El lugar debe ser cercado, resguardado y protegido en su integridad, por la Policía
Nacional. Si esta tiene posibilidad de llegar al sitio, o no tiene personal suficiente, la
comunidad debe colaborar con las autoridades locales en esta tarea de protección de
la escena del crimen.
¿Quiénes deben y pueden ingresar al lugar y/o estudiar los restos encontrados?
Primera etapa.
La Investigación Preliminar del caso, consiste en la obtención de la
información sobre los hechos (testimonios, publicaciones, documentos, fotos etc.
), las circunstancias, las personas involucradas: las posibles víctimas probables
autores y/o testigos; el circuito de detención-desaparición y la muerte y de todos
los elementos y hechos y circunstancias relacionados al caso. Parte sustancial de
esta etapa es la recolección de los datos antemortem de las víctimas, esta
información esta relacionada a su perfil biológico y social, por lo que es
necesario tomar contacto con los familiares más cercanos, como son los padres,
esposos, etc.
Segunda etapa.
La Exhumación debe contemplar que los restos y la fosa o el lugar donde se
encuentran contienen una serie de “informaciones” acerca de los hechos
ocurridos y la identidad de las víctimas. Esta información solo puede ser
recuperada por especialistas forenses.
La exhumación consiste en recuperar la “escena del crimen” para lo cual se
recurre a las técnicas de la arqueología forense, determinando si el contexto se
trata de un lugar de detención, sitio de ejecución y/o de enterramiento de las
víctimas. Son considerados artefactos todo aquel objeto que se encuentre
relacionado a la fosa y a los restos: como puede ser armas, balas, instrumentos,
ropa, documentos, etc. Es decir, todo aquello que permite conocer los eventos
alrededor de la muerte y que ayuda a la identificación de patrones de muerte e
identificar a los presuntos responsables.
53
Se pone énfasis en la individualización de los restos de las víctimas y su relación
con los artefactos encontrados, los que son adecuadamente registrados y
codificados para la identificación hasta el final de la investigación. Luego el
levantamiento de los restos se realiza de manera minuciosa, manteniendo la
integridad de cada individuo y la dignidad propia del respeto a las personas
fallecidas.
Todo lo recuperado y los documentos producidos son evidencia que debe ser
estrictamente protegida de robos o alteraciones mediante una Cadena de
Custodia, bajo responsabilidad de quienes conducen la investigación del caso,
es decir el Fiscal Titular o Provisional y aquellos que estén legalmente
acreditados.
Tercera etapa.
Los Exámenes Post Mortem y la identificación de los individuos busca
establecer el patrón biológico de las víctimas mediante los análisis que se deben
hacer en una morgue o en un espacio adecuadamente acondicionado para este
fin. El examen de los restos óseos permite estimar la edad, sexo, estatura,
patrones raciales, rasgos individuales, patologías como dolencias,
malformaciones o enfermedades, accidentes, lesiones anteriores, cercanas y
posteriores a la muerte que hayan dejado huella en el sistema óseo. En esta etapa
se determina la causa y modo de muerte, lo que es fundamental si el caso se
judicializa.
54
En nuestro país se acepto la identificación con los métodos tradicionales de la
antropología forense en los casos de Chuschi y Totos (2002)
Las prendas de vestir, los objetos personales y todos los artefactos encontrados
en relación a la víctima también contribuyen a su identificación.
55
responsabilidad criminal durante el desarrollo de la violencia política en nuestra
patria, ejerciéndola directamente o encubriéndola. Sin temor a exagerar, las acciones
a investigar podemos situarlas a partir de 1980.
El debate se puede ver impulsado de varias maneras. Por el testimonio de los
sobrevivientes y familiares de detenidos-desaparecidos, por el conocimiento y
hallazgo, “descubrimiento” o “redescubrimiento” de fosas comunes y de entierros
clandestinos. Y por la presencia de un equipo forense que puede organizarse para
trabajar científica y ordenadamente en el Perú. Dicho debate involucra a todos los
sectores de la sociedad, cada cual opinando y ocupando el espacio democrático que
le corresponde en la discusión.
La presencia de uno o varios equipos forenses, para las operaciones de
exhumación y estudios en la morgue, o de varios equipos, demanda la aceptación y
el apoyo de la población, de la sociedad y principalmente del Estado. Los equipos de
peritos sufren la presión de la población y de los medios de comunicación para
obtener información que debe ser procesada y organizada con criterio y seriedad, y
que en muchos casos, es estrictamente confidencial.
Por esta razón es necesario sensibilizar y educar al conjunto de la sociedad,
inclusive desde antes de iniciar la intervención forense. En el Perú podría instaurarse
una instancia al estilo de Tribunales de Opinión para los casos sucedidos a partir de
1980. Se trabaja con un corresponsal de prensa, con cobertura permanente para
garantizar, no sólo la transparencia, sino para limitar la posibilidad de presiones o
amenazas a los investigadores.
6.2. Instancias judiciales. La corte especial para tratar las violaciones a los
derechos humanos.
Estas se definen y establecen previamente al inicio de la operación forense,
según un mandato claro y definido por las normas jurídicas nacionales e
internacionales que tratan este tipo de problemas en diferentes sociedades en el
mundo, permitiendo que los casos investigados y documentados sean admitidos en
un proceso judicial.
Debe establecerse el carácter de estas instancias judiciales, si se trata de
“cortes especiales”, nacionales o internacionales, o si se desprenden de los juzgados
“regulares”. Sea cual fuere quien juzgue, la instancia nacional o internacional a
cargo del proceso de la investigación, deberá ejercer supervisión y vigilancia sobre
aquellos junto a la sociedad civil. Los informes de los investigadores de los equipos
de peritos forenses y de todos aquellos que participan en la investigación, se
convierten en testimonios que alimentan los expedientes judiciales, de una calidad
tal, que pueden ser llevados a juicio en una corte nacional o internacional. Para ello
todos los miembros de los equipos de investigación y el equipo legal trabajan en
forma coordinada y permanente.
Se puede trabajar casos no denunciados y otros que tienen proceso abierto en
la las instancias judiciales nacionales o internacionales (como es la Corte
Interamericana de Derechos Humanos).
56
Una vez elaborado el plan de acciones a realizar, se debe gestionar el
presupuesto que asegure la continuidad de la totalidad de acciones, para garantizar
el normal desarrollo de las mismas y el llegar a metas concretas. Se trabaja con
presupuestos anuales y con una Unidad Administrativa independiente y creada para
este fin. Igualmente sucede con la Unidad de Logística, que debe contar con el
presupuesto necesario para asegurar todos los insumos materiales necesarios para
todas las partes comprometidas de la operación.
La gestión financiera requiere esencialmente la gestión de fondos y la
negociación de contrapartes. Los trabajos de exhumación y de análisis de morgue
requieren de un soporte logístico, de equipamiento e instrumental muy onerosos
para cualquier institución aislada. Se debe asegurar también que las instituciones
financieras donantes o participantes de la financiación del presupuesto deban estar
libres de cualquier sesgo político que invalide el trabajo de los equipos de
investigación.
57
Hay también casos en los que no será necesaria la búsqueda de los restos,
pues fueron ejecutados extrajudicialmente y enterrados por los mismos pobladores,
vecinos o familiares, en lugares conocidos. De asumirse casos de este tipo, habría
que gestionar la autorización de los familiares o personas allegadas para la
recuperación (exhumación) de los cuerpos con fines de investigación pericial en la
morgue, pues si bien se sabe que fueron victimados, se requiere el “testimonio”
físico de la prueba forense como argumento concreto del crimen cometido.
La selección de algunos casos requerirá de la reconstrucción de las campañas
de enfrentamientos de ambos bandos y por lo tanto, poder contar con la información
acerca de los tipos de operativos armados, de inteligencia, de control, la lista de
desaparecidos así como de la ubicación de posibles fosas comunes, su concentración
y dispersión en relación a los operativos.
Las coincidencias de fechas, testimonios entre operativos, desapariciones
forzadas y ejecuciones extrajudiciales, los registros y diarios de control interno de
los comandos en operación, registros administrativos, de logística y de movimiento
de tropas, patrullas y de insumos de los almacenes de las bases militares implicadas
en tales o cuales acciones materia de investigación.
Muchos de los centros de detención fueron en bases militares improvisadas
en locales públicos y comunales (colegios, municipios, estadios) a los cuáles
llegaron los detenidos y donde fueron vistos vivos por última vez. El argumento
utilizado oficialmente va desde que nunca estuvieron ahí recluidos, hasta aquél que
indica que fueron liberados y que sus captores no son responsables de lo que sucedió
después de esto. Así como fueron llevados a la fuerza en presencia de testigos, no
hay un testimonio fuera del proporcionado por los captores que asegure su
liberación. No está demás imaginar que de ser exterminados en los lugares de
detención, algunos pudieron ser inhumados allí, protegiéndose los perpetradores en
la jurisdicción militar territorial extra civil que dichos lugares ostentan con mucha
rigidez.
Los sitios seleccionados se visitan para su verificación y evaluación, luego
de la cual se realiza la selección de en cuáles iniciar los trabajos. Las campañas de
identificación, descubrimiento y exhumaciones deben ser sistemáticas, constantes y
permanentes, para asegurar la evaluación e investigación, en lo posible, del total del
universo en cuestión.
Es necesario retomar casos cuya investigación se encuentra detenida o
archivada, e iniciar otros aún no documentados y que sean de importancia para el
país, tales como, “Cayara” fosa común 1988, Ocros, 1997, Paso del Danubio,
1999, etc y los casos pendientes en la Corte Interamericana de Derechos Humanos
como es el caso del “Frontón” 1986.
58
6.6 La Devolución de los cuerpos a los familiares y su reparación social.
Esta parte, que se realiza única y exclusivamente cuando se ha logrado
identificar fehacientemente a las víctimas recuperadas, incluye varias acciones. En
primer lugar, se trata de la devolución a los familiares y seres cercanos, los restos
materiales de las víctimas y sus propiedades personales.
Una vez realizado este primer paso, se tiene que haber considerado la
necesidad de las reparaciones civiles y el apoyo y asistencia del Estado a las
familias ante la pérdida de uno de sus miembros, el reconocimiento y las disculpas
públicas del Estado a los afectados por la violencia y la seguridad de no recibir
presiones o “revanchas” posteriores.
Para llevar adelante estas acciones se requiere la conformación de equipos de
trabajo especializados, como se ha mencionado en otros puntos de este Documento.
Miembros del EPAF acompañado a los familiares en el momento que se les entregó a sus seres queridos
en el poblando de Sillacsasa (Ayacucho). Caso Chuschi/CVR. 2002. (Foto: Alain Wittmann)
6.7. Mecanismos legales para una intervención en el Perú. (elaborado por Dr.
Carlos Rivera, Instituto de Defensa Legal)
La complejidad de los hechos que son materia de una investigación judicial
hace que normalmente se requiera de personas con conocimientos especializados
para ayudar a esclarecer algún hecho. Por ello los peritos tienen actualmente una
importancia relevante en el ámbito de la administración de justicia penal.
El marco legal sobre el que los peritos actúan es el establecido en las
siguientes normas legales:
Código de Procedimientos Penal (1940), del artículo 160° al 169°;
Ley Orgánica del Poder Judicial (Decreto Supremo N° 017-93-JUS), del
artículo 273° al 280°;
Reglamento de Peritos Judiciales (Resolución Administrativa N° 351- 98 de
la Comisión Ejecutiva del Poder Judicial).
A estas normas se debe agregar las disposiciones correspondientes del
Código Procesal Penal (1991), el mismo que si bien no se encuentran vigentes,
regula la actividad de los peritos en los artículos 215° al 229°.
59
6.7.1. Sobre el nombramiento del perito.
El Código de Procedimientos Penales señala que el juez instructor (penal)
nombrará peritos “...cuando en la instrucción sea necesario conocer o apreciar algún
hecho importante que requiera conocimientos especiales...” (art. 160°)
Según la norma procesal el juez deberá designar siempre a dos peritos y de
preferencia a aquellos especialistas donde los hubiere y entre éstos a aquellos que
sirven al Estado.
En caso de que en determinada jurisdicción no existieran profesionales o
especialistas, se dispone que el juez debe nombrar a personas de “reconocida
honorabilidad y competencia en la materia” (art. 161°).
Debemos tomar en consideración que las disposiciones de este código fueron
redactadas a inicios de la década de los años 40’. Actualmente los recursos y las
posibilidades de actuación de las instancias jurisdiccionales penales son muy
superiores a las de esa época, teniendo cualquier juzgado de cualquier ciudad del
país la posibilidad de acceder a una pericia sobre hechos que son materia de
juzgamiento.
Por ello en la actualidad resulta exigible el requisito de la especialización
profesional de quienes serán nombrados como peritos.
En caso de que el procesado tenga fundadas dudas sobre la imparcialidad de
los peritos que ha sido designados por el Juzgado, éste puede presentar una tacha
con las razones que la motivan. En estos casos el juez tiene la obligación de
investigar tales razones. En caso de que al final de la investigación las compruebe,
entonces el juzgado deberá nombrar nuevos peritos.
60
Para el caso de los peritos de parte, la ley procesal no exige ningún requisito,
razón por la cual no puede ser tachado u objetado. Es obvio que cuanto mayor
objetividad ofrezca el dictamen y mayor argumento científico presente el perito de
parte, tal dictamen deberá tener más peso en la decisión final del proceso.
La norma procesal solo dice que el peritaje de parte se agregará al
expediente judicial, pero resulta evidente que este informe debe ser apreciado
obligatoriamente por el juez, tal como debe ocurrir con todas las pruebas que tanto
el representante del Ministerio Público y las partes del proceso presentan a éste.
El momento de presentar el informe pericial de parte es durante la
investigación, es decir, la primera etapa del proceso,2 para que el perito pueda
concurrir a la diligencia de entrega y ratificación.
Finalmente cabe señalar que la misma norma procesal señala los alcances del
concepto de parte civil. Esta no solo comprende al agraviado directo de los hechos
criminales, sino a los ascendientes, descendientes, cónyuges, parientes colaterales y
afines dentro del segundo grado, además de padres e hijos adoptivos, tutores y
curadores del agraviado.
Todos ellos tienen el derecho de designar un perito de parte en el curso de un
proceso judicial.
2
Los delitos graves como el asesinato, desaparición forzada, tortura, terrorismo, secuestro,
violación sexual y otros se desarrollan en dos etapas: la instrucción, dirigida por el Juez
Penal, y el juicio oral, que se realiza ante una Sala Penal, que es la que emite sentencia.
61
6.7.4. Las calificaciones o requisitos para ser perito.
La Ley Orgánica del Poder Judicial establece que los peritos judiciales
“...deben reunir los requisitos que las leyes procesales exigen, tener conducta
intachable y figurar en la nómina que remitan las instituciones representativas de
cada profesión.” (Art. 273°).
Respecto de la llamada nómina de peritos la referida ley determina que los
Colegios Profesionales y las instituciones representativas de cada actividad u oficio
debidamente reconocidas, remiten anualmente a la Corte Superior del Distrito
Judicial Correspondiente, la nómina de sus miembros que consideren idóneos para
el desempeño del cargo de perito judicial.
Por su parte el Reglamento de Peritos Judiciales establece que el profesional
aspirante a Perito Judicial presentará una solicitud dirigida al Decano del Colegio
Profesional respectivo, adjuntando la documentación respectiva (art. 8°).
En el caso de las normas del Código de Procedimientos Penales, estas no
señalan ningún requisito más allá de limitarse a decir que el juez designará “de
preferencia a especialistas, donde los hubiere”.
3
a) solicitud dirigida al Presidente de la Corte Superior de Justicia; b) curriculum vitae; c)
copia autenticada del título profesional; d) constancia de colegiatura; e) declaración jurada
de no tener antecedentes penales, ni impedimento legal para el ejercicio profesional, y f)
recibo de pago de los derechos correspondientes. (artículo 8° del Reglamento de Peritos)
62
Luego de cumplidas estas cuatro etapas serán los Presidentes de las Cortes
Superiores de Justicia, quienes por resolución administrativa aprobarán la nómina de
profesionales y especialistas que serán inscritos en el Registro de Peritos Judiciales.
7. REFLEXIONES FINALES.
En este documento hemos querido presentar un esquema de trabajo que tome
en cuenta los estándares más altos en la investigación eficaz de las violaciones al
Derecho Humanitario Internacional y Derechos Humanos. Es menester, sin
embargo, entender que si bien este planteamiento se produce para el caso peruano,
es también aplicable a otros casos y en la misma medida deberá ser adaptado a las
circunstancias, siempre cambiantes en las que los países se encuentren.
De igual manera los roles de los especialistas y los medios materiales que en
condiciones óptimas debieran participar y ser usados en operaciones de este tipo,
podrán ser adecuados a las condiciones y necesidades imperantes. Las ventajas de
los proyectos multidisciplinarios es que sus participantes son imbuidos igualmente
de tal disciplina y en diversas condiciones son capaces de desarrollar no una sino
muchas tareas.
Quizás el desafío más grande en el Perú sea adecuar el marco legal existente
a la necesidad de actuación de un grupo, que por su experiencia e independencia,
pueda ofrecer de manera objetiva e imparcial la información requerida por los
familiares de las víctimas y por extensión a los poderes del Estado responsables de
la punición de los crímenes cometidos por algunos de sus ciudadanos.
En el contexto post-CVR creemos necesario aportar algunos alcances para ayudar a
la viabilidad del El Plan de Intervenciones Antropológico Forenses (PNIAF)
4
Los cuerpos especializados en criminalística de la PNP; el Instituto de Medicina Legal; el
Sistema Nacional de Control y todos los organismos del Estado que por la naturaleza de sus
actividades puedan aportar medios útiles al mayor esclarecimiento de los hechos (artículo
91° del Código Procesal Penal)
63
propuesto por la Unidad de Investigación Forense de la CVR, el cual se incluye
como parte de las recomendaciones dadas por esta.
Sus aportes puede resumirse en los siguientes aspectos principales:
Esta Oficina (OPD) estaría integrada por peritos independientes que se encargan de
la realización de múltiples tareas, como son la investigación preliminar, la
evaluación análisis, exhumación y recuperación de las víctimas, los análisis
postmortem e identificación de las víctimas.
Asimismo la OPD estaría dotada de un área Legal y una unidad de Informática, que
permita el orden, organización y seguimiento de cada tarea realizada.
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Son varios los aspectos positivos que se pueden rescatar y que es por donde
comenzaremos esta serie de reflexiones acerca del PNIAF
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para el trabajo antropológico forense hasta que esta entre en funcionamiento? El
Congreso debería crear esta instancia consultiva, para una mayor seguridad y
continuidad.
La creación de una Oficina para Desaparecidos (OPD) encierra también una serie
de preguntas:
En primer lugar y al igual que en el caso de la CNPD, ¿Cuáles son los mecanismos
y los plazos para su creación?
¿Cuáles son los requerimientos mínimos de personal que deberá tener la OPD para
llevar adelante sus tareas de forma rápida y eficaz, especialmente ante la cifra de
4644 lugares de entierro? El PNIAF de la CVR propone que al menos la OPD
desarrolle una intervención al mes. ¿Deberá la OPD apoyarse en la existencia de
equipos independientes para cumplir lo antes posible el hallazgo de los
desaparecidos ante tantos sitios de entierro?
66
investigarse a sí mismo”, y se pueda incluir en el Código Procesal Penal,
Reglamento de Peritajes, entre otros instrumentos jurídicos.
Acerca del Registro Nacional de Sitios de Entierro nos hacemos las siguientes
preguntas, que nos permitan establecer un balance de la investigación antropológica
forense realizada por la CVR y de lo queda aun pendiente por realizar:
¿Cuál es la estimación del tiempo necesario para inspeccionar los 4644 sitios? y
¿Cuánto tiempo se necesitaría para revisitar aquellos no inspeccionados por personal
no especializado?, ¿Cuál es la distribución territorial de los lugares de entierro y
cómo se vinculan estos a los procesos de violencia?
¿Cuales son los datos de un “mapa inteligente”? Sabemos que hay información
sensible que no se puede publicar por razones obvias, sin embargo el dato
inteligente, es conocer a través de la inspección preliminar el tipo de sitios de
entierro “clandestino”, en que lugares hubo recurrencia de eventos y en que periodos
de tiempo, para reconocer las estrategias y la cadena de mando, tipo de población,
presuntas víctimas, posibles familiares, etc. Toda esta información falta para
establecer y planificar una estrategia optima para un Plan Nacional de Intervención
Antropológica Forense.
Finalmente, por ahora, nos preguntamos, de los más de 7000 desaparecidos citados
por la CVR (lista “Para que no te Olvides”), según los testimonios ya sistematizados
en las bases de datos de la CVR, ¿Cuántos tienen lugar de entierro conocido?,
¿Cuántos faltan aún por ubicar?
Estos datos son básicos para establecer estimaciones de tiempo (años de trabajo) y
para, justamente, “planear” la realización de las acciones de reconocimiento y
evaluación que deberán se incluidas en el PNIAF.
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que sucedieron en el país. ¿Cómo podemos obtener esa información que debería ser
pública?
¿Cuántas personas con lugar de entierro conocido cuentan con Ficha Antemortem?
Y por lo tanto, ¿De cuántos desaparecidos debemos buscar sus datos Antemortem a
fin de asegurar su identificación en caso de eventual hallazgo de sus restos?, ¿Cuál
es el mapa de la información Antemortem, que nos permita entender las tareas
pendientes a este respecto?
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El EPAF se encuentra discutiendo las posibles respuestas a estas preguntas y a
muchas de las tareas que serán necesarias de realizar. Sin embargo, consideramos
que es necesario que todos las organizaciones y personas interesadas en el tema de
la desaparición forzada y las ejecuciones extrajudiciales en el Perú iniciemos un
proceso de discusión al respecto para lo cual esperamos convocar una reunión al
respecto.
Objetivo Principal:
1.-Encontrar a las personas desaparecidas
Objetivos Secundarios:
1.- Judicializar la mayor cantidad de casos
2.- Devolver los restos mortales a sus familiares
3.- Partidas de defunción para resolver problemas legales y de reparación
4.- Traslado a cementerios públicos de víctimas en fosas individuales.
Hay un gran número de desaparecidos que no se van a encontrar. Pero sí podemos
saber cuántos son aproximadamente.
Recomendamos: Estandarizar todos los protocolos, registros, etc. de tal manera que
al trabajar los diferentes equipos forenses, se obtendrá los mismos resultados.
Estrategias:
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1.- Organización intergrupal centralizada, de apoyo a las recomendaciones forenses
(equipos forenses, ONGs. de DDHH, Asociaciones de Familiares de desaparecidos,
organizaciones humanitarias, etc.)
2.- Delegación de peritajes a los equipos forenses independientes (para casos en
donde el Estado es el presunto autor).
3.- Capacitación y Promoción de Equipos
4.- Apertura de la reserva del Registro Nacional de Sitios de Entierro de la CVR.
5.- Financiamiento: Mesa de Donantes y gestiones independientes de equipos.
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