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Antropología Forense M1 - M2
ANTROPOLOGÍA FORENSE
M1 - 1 LA ANTROPOLOGÍA FORENSE COMO DISCIPLINA
Introducción
“El hallazgo de un cadáver en circunstancias no claras y sobre todo la inhumación de éste en un
cementerio ilegal o clandestino configura siempre una situación que razonablemente hace a la muerte
“sospechosa” de un acto criminal” (Mayorga Claudio, 2014, p. 38). La situación se complejiza cuando el
cadáver se encuentra en condiciones que comprometen su integridad, tales como cadáveres en estado de
descomposición, quemados o esqueletizados. En estos casos se hace imperioso contar con el auxilio de
los especialistas adecuados para el tratamiento del cuerpo. La recuperación, descripción e identificación
de restos esqueletales humanos en el contexto de una investigación legal es la principal labor de los
antropólogos forenses.
“Los huesos son buenos testigos, aunque hablan en voz baja, nunca mienten y nunca olvidan”. Dr. Clyde
Snow (1928-2014)
1. ANTROPOLOGÍA
Conforme a la ley, en los casos en que las autoridades tienen conocimiento del hallazgo de un cadáver en
circunstancias poco claras y, más aún, ante la situación en que éste se encuentre inhumado en una fosa
irregular o clandestina, se deben aplicar los siguientes pasos:
El lunes 18 de mayo de 2021 a última hora de la tarde, unos albañiles trabajaban en tareas de refacciones
en un domicilio ubicado en la calle Libertad entre Susana Ledesma y Otogalli de la Ciudad de Santa Fe.
Durante las tareas de excavación en el terreno para realizar los cimientos de una futura construcción
divisaron huesos de naturaleza aparentemente humana.
Inmediatamente, Silvia Sandoval, dueña del terreno, llamó a la Policía para informar el hallazgo. Cerca de
las 21:45 efectivos de la Comisaría 12ª se acercaron al lugar donde vieron una fosa de 5 metros por 0.70
aproximadamente de profundidad. Personal policial resguardó la zona al tiempo que avisaron a la fiscalía.
La causa quedó en manos del fiscal Dr. De Marchi, quien dispuso una serie de medidas para preservar la
evidencia, su recuperación y el posterior análisis de los elementos encontrados. Se ordenó la restricción
del ingreso al lugar y la colocación de un vallado policial hasta las primeras horas del martes. Sin embargo,
cuando acudieron para continuar investigando, la lluvia provocó peligro de derrumbe en el lugar y sólo les
permitió extraer un resto óseo de 10 a 12 centímetros de largo y una cadena de material oxidado con un
dije con forma de mariposa. Se pronostica buen tiempo para el jueves cuando se podría reiniciar la
recuperación de los restos y búsqueda de pruebas en el lugar.
Las condiciones de hallazgo de restos óseos que se describen en nuestro caso dejan, al momento, más
interrogantes que certezas. En primer lugar, ¿estamos seguros de que se trata de restos humanos? ¿Se
trata de restos con data de muerte reciente o antigua? ¿Se trata de un hombre, una mujer? ¿De edad
adulta o joven? Todos ellos son interrogantes que se suman a los usuales cuando se trata del hallazgo de
un cadáver en circunstancias inciertas.
El fiscal, ante un hallazgo de esta naturaleza, debe evaluar su solicitud de auxiliares de justicia antes de
proseguir con la intervención en la escena. ¿A quiénes debería convocar para el tratamiento de la escena
de nuestro caso?
Veamos cómo prosigue el Dr. De Marchi con sus gestiones para avanzar con la investigación. En primer
lugar, contacta al médico legista del Cuerpo Médico Forense provincial y este lo instruye con relación a la
existencia de especialistas en análisis de restos óseos: los antropólogos/as. Para interiorizarse sobre esta
profesión y evaluar de qué manera puede contribuir a dilucidar su caso, investiga en manuales de buenas
prácticas en identificación de cadáveres en la práctica forense, en donde se indica lo siguiente:
La Antropología es la disciplina de las Ciencias Humanas que estudia la variabilidad de la especie humana
desde dos diferentes perspectivas: sociocultural y biológica o física. La primera analiza el comportamiento
y variabilidad sociocultural de poblaciones humanas contemporáneas —por ejemplo, poblaciones
indígenas, poblaciones campesinas, etc.—, y la segunda, los aspectos biológicos de la especie humana en
poblaciones vivas y a partir del análisis de cadáveres y restos humanos esqueletizados —incluso
fosilizados—, tanto pretéritos como actuales.
Dentro de los estudios que adelanta la antropología biológica se pueden mencionar: origen, evolución y
variabilidad física de la especie humana, entendiendo que esta última se da entre los integrantes de una
población, así como entre poblaciones diferentes. (Sanabria Medina, 2009, p. 67).
Frente a este conocimiento y ante un hallazgo de restos esqueletizados en fosa irregular, el Fiscal recurre
al Servicio de Antropología Forense (SAF) de la región, sección dependiente del Cuerpo Médico Forense
del Poder Judicial Provincial, a los fines de que peritos adscriptos a dicha área auxilien con las tareas de
levantamiento y posterior análisis de los restos.
2. ANTROPOLOGÍA FORENSE
De la mano del relato anterior, más frecuente en la realidad de lo que se podría suponer, nos vamos a
introducir entonces en el campo de la antropología forense. Para ello, el primer elemento a destacar en
el relato es el hallazgo de restos esqueletizados y la solicitud de peritos auxiliares por parte del Fiscal.
¿Quiénes formarán parte de ese equipo? ¿Qué procedimientos realizan en la investigación del crimen?
¿Qué metodología utilizan para obtener resultados favorables para la investigación?
Para poder responder todos esos interrogantes es necesario, en primer lugar, tener conocimiento sobre lo
que trata el campo disciplinar de la antropología forense, cuándo surgió y cuáles son sus aportes
centrales.
Como menciona Roberto Parra (2003) en su artículo “Antropología Forense: un nuevo horizonte en el
Perú”, que los invito a leer, probablemente pocas personas hayan oído hablar de esta especialidad
científica. No obstante, esta ha incursionado fuertemente en las últimas décadas y, de hecho, ha sido
objeto de series televisivas de gran audiencia (BONES, CSI y otras). Tiene a su vez, una larga historia:
Su importancia radica en la identificación de restos humanos en un contexto legal. En sus "Essentials of
Forensic Anthropology" T. Dale Stewart (1979) definió la antropología forense como la rama de la
antropología física que con fines forenses trata la identificación de restos más o menos esqueletizados,
humanos o de posible pertenencia humana. En el folleto explicativo de las funciones y procedimientos de
la American Board of Forensic Anthropology (ABFA) de 1981, se le considera como "el estudio y práctica
de la aplicación de los métodos de la antropología física en los procesos legales". (Parra, 2003, p. 1).
El precursor de la antropología forense fue el norteamericano Thomas Dwight (1843-1911), quien en 1878
presentó el ensayo el “Esqueleto en Anatomía Médico Legal”, el cual fue seguido por el tratado: “La
Identificación del Esqueleto Humano. Un estudio médico legal” (1899).
Más cerca de nuestro tiempo, fue en el año 1939 que Wilton Marion Krogman presentó la “Guía para la
Identificación de Material Humano Esqueletizado” al Federal Bureau of Investigations [FBI] de Estados
Unidos, con lo que se institucionalizó el uso de la antropología forense en Estados Unidos.
Período Características
Según Parra:
En este contexto, la experiencia norteamericana se extendió a la Argentina, gracias a la colaboración
entusiasta y comprometida del Dr. Clyde C. Snow, quien fue auspiciado por la American Association for the
Advancement of Science Human Rights. Posteriormente en 1986 su iniciativa se materializa con la
conformación del primer equipo forense de antropología en Argentina, integrado por jóvenes antropólogos,
arqueólogos y médicos. Posteriormente la experiencia del equipo argentino de antropología forense se
extendió a otros países, como Guatemala, Brasil, Venezuela, Colombia y Perú…
El desarrollo de la Antropología Forense en la Argentina no se debió a una decisión meditada del ámbito
científico ni a una iniciativa de los cuerpos periciales que integran el sistema judicial en el país. Su
nacimiento y desarrollo, por el contrario, está totalmente ligado a los procesos políticos que sufrió el país
en la década de los sesenta y setenta y a sus consecuencias. (Salado y Fondebrider, 2008, p. 1).
Durante los años de la última dictadura militar en la Argentina (1976-1983), aproximadamente 10.000
personas fueron denunciadas como secuestradas en todo el país y pasaron a formar parte de lo que se
denominó “detenidos desaparecidos”. La mayoría de ellos eran personas jóvenes —obreros, estudiantes,
militantes, políticos y opositores al régimen en general— que luego de ser secuestrados eran llevados a
centros clandestinos de detención (CCDs), torturados y, en la mayoría de los casos, finalmente
asesinados.
En algunos casos, los cadáveres de estas personas se localizaban en la vía pública y eran inhumados sin
identificación, como NN, en cementerios municipales de todo el país. En otros, los secuestrados eran
subidos con vida en aviones militares y arrojados al mar. En ocasiones, sus cuerpos aparecieron luego,
sobre las costas argentinas y uruguayas, y fueron inhumados como NN en cementerios de distintas
localidades costeras.
Posteriormente, ya en contexto democrático, los jueces a cargo de las investigaciones para establecer el
destino de las personas desaparecidas se encontraron ante la necesidad de exhumar e identificar estos
cuerpos NN, ya que circulaban fuertes hipótesis que sostenían que, posiblemente, se correspondieran con
esas personas denunciadas como desaparecidas. Los cuerpos periciales, dependientes del poder judicial
y de las fuerzas de seguridad —policías—, presentaban una serie de factores que los hacían no aptos
para la tarea.
Esta situación, hizo que fuera necesario recurrir a especialistas forenses extranjeros, específicamente
estadounidenses, quienes a principios de 1984 llegaron al país para colaborar en la tarea, en respuesta a
la solicitud de Abuelas de Plaza de Mayo. La llegada del Dr. Clyde C. Snow, antropólogo forense
estadounidense y uno de los fundadores de la disciplina, marca el origen de la aplicación y desarrollo de la
Antropología Forense en la Argentina.
Para ampliar el alcance y desarrollo de la Antropología Forense en la Argentina los invito a leer la siguiente
publicación:
4. PAUTAS Y RECOMENDACIONES QUE SE REFIEREN DIRECTA O INDIRECTAMENTE A LAS
INVESTIGACIONES ANTROPOLÓGICO-FORENSES
En el ámbito internacional existen pautas y recomendaciones que se refieren directa o indirectamente a las
investigaciones antropológico-forenses. En el sistema de Naciones Unidas, existen los “Principios
Relativos a una Eficaz Prevención e Investigación de las Ejecuciones Extralegales, Arbitrarias o Sumarias”,
recomendados por el Comité de Prevención del Delito y Lucha contra la Delincuencia. En su décimo
período de sesiones celebrado en Viena en 1988 y aprobado por el Consejo Económico y Social de las
Naciones Unidas según resolución 1989/65 del 24 de mayo de 1989, se elaboran los procedimientos
mínimos de investigación de ejecuciones extralegales y en su numeral 12 establece que “en caso de que
se descubran restos óseos, deberá procederse a desenterrarlos con las precauciones necesarias y a
estudiarlos conforme a técnicas antropológicas sistemáticas”. (Ministerio Público de Guatemala, 2003, p.
6).
Luego de la publicación mencionada en la cita, se elaboraron otros documentos complementarios
vinculados a las buenas prácticas en las investigaciones de personas desaparecidas y restos no
identificados, principalmente en contextos de violencia generalizada o procesos complejos masivos. Entre
estos, encontramos la herramienta publicada por Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) en el año
2003: “The Missing, Acciones para resolver los problemas de personas desaparecidas como resultado de
conflictos armados o violencia interna y la angustia de sus familiares”. “En esta actividad participaron 56
delegados de diferentes partes del mundo, en donde se reafirma el compromiso de parte de las
autoridades responsables de resolver los problemas de los desaparecidos” (Ministerio Público de
Guatemala, 2003, p. 6). Asimismo, se ponen a disposición formularios de registro y cuestiones
metodológicas centrales que involucran el correcto desarrollo de una investigación.
A modo de síntesis de la presente lectura, podemos indicar que un contexto de hallazgo de restos
esqueletizados tal como el que ocurrió durante los trabajos de construcción en el terreno de un domicilio
particular en la ciudad de Santa Fe debe ser abordado por especialistas en su recuperación, análisis y
tratamiento. En este sentido, la antropología forense, entre otras, se convierte en la herramienta
fundamental para aportar información científica a la causa bajo investigación del Fiscal De Marchi sobre
los restos en cuestión. La participación de peritos antropólogos/as forenses se realiza a los fines de una
correcta recuperación de los restos y evidencia asociada para su identificación y el esclarecimiento de la
causa de muerte.
ROL DEL ANTROPÓLOGO/A FORENSE EN LA CONSTRUCCIÓN DE LA INVESTIGACIÓN
M1 – 2
Introducción
apoyan a la justicia, a través de peritajes, a determinar si existe delito y a reunir información que determine
la identidad del fallecido, circunstancias, posibles causas de muerte, etcétera. El campo de acción de los
dos difiere en cuanto al material a investigar: el médico analiza un cadáver con tejido blando y el
antropólogo, un esqueleto. (Ministerio Público de Guatemala, 2003, p. 4).
Asimismo, el antropólogo/a forense participa en la obtención de información documental y testimonial
sobre personas desaparecidas que puedan corresponder a estos restos.
1. Tratamiento de escena con restos esqueletizados: el aporte del antropólogo/a forense
Las escenas de crimen más usuales en las que tienen que intervenir los fiscales se dan con el cuerpo de
la víctima en condiciones de cadáver y muy posiblemente con una identidad, en principio, conocida. No
obstante, no es inusual tener que afrontar otros contextos de investigación en donde el cuerpo de la
víctima se encuentra en condiciones que no permiten su identificación visual o en los que su integridad
está comprometida. En particular, se pueden dar casos en los que el cadáver se encuentre en estado de
putrefacción avanzada, esqueletizado, quemado, desmembrado u otras condiciones similares. En estos
casos se requieren procedimientos específicos tanto para el levantamiento del cuerpo y evidencia
asociada, así como para la identificación precisa de la persona y, llegado el caso, la correcta reasociación
de distintas secciones anatómicas. También se requerirán, muy posiblemente, evaluaciones específicas
para el esclarecimiento de las circunstancias de la muerte de la persona hallada en estas condiciones. En
estos casos es importante que las autoridades de investigación soliciten la intervención de un equipo
especializado e interdisciplinario de antropólogas/os, genetistas y médicas/os forenses (Morales y Niño
Córdoba, 2009).
Tal es el caso de investigación a cargo del Dr. De Marchi en relación con el hallazgo fortuito de restos
esqueletizados en el terreno de un domicilio particular que presentamos en la Lectura 1. Gracias a sus
consultas previas a la intervención pericial de la escena, se decanta por emitir la siguiente solicitud de
peritos:
Por el proceso de descomposición del cuerpo humano, existen muchos casos en los cuales médicos y
antropólogos forenses deben coordinarse y cooperar, porque sólo entre las dos profesiones se puede
obtener una conclusión completa de lo que pasó alrededor de la muerte de la persona y/o de su identidad.
En el caso de los restos en estado esqueletizado, el material para el proceso de análisis es reducido. En el
lugar (fosas, pozos con agua, cuevas, superficie, etc.) se concluye sobre la situación arqueológica
(circunstancias del entierro), y en el laboratorio sobre la caracterización biológica de las víctimas a través
del material óseo encontrado (sexo, edad, traumas ante y circumortem, etcétera). (Ministerio Público de
Guatemala, 2003, p. 4).
Durante el transcurso de los siguientes módulos, abordaremos las especificidades de estas dos instancias
de exploración: trabajo de campo y relevamiento y análisis post mortem de los restos recuperados.
Búsqueda en el terreno y
ARQUEOLOGÍA recuperación de los restos
humanos y cualquier evidencia
asociada.
Determinación de la causa de
MEDICINA muerte.
En la etapa de investigación previa del caso, es decir, el contexto en que se dieron los hechos y para
responder al quién, cuándo, cómo, dónde, qué y por qué, los recursos a utilizar y las fuentes de
información son ilimitadas; desde a documentos oficiales a llamadas telefónicas y redes sociales.
Finalmente, no debemos olvidar que, en este tipo de investigaciones, en especial cuando se relacionen
con casos de violaciones a los derechos humanos y al derecho internacional humanitario, los familiares de
las víctimas cumplen un rol fundamental, no sólo como proveedores de información básica sobre sus seres
queridos, sino también como actores centrales del proceso, consagrados en el derecho a saber. En tal
sentido, el rol de las diferentes áreas de la psicología es fundamental a lo largo de los trabajos de
investigación. (Fondebrider, 2020, p. 10).
Si recordamos nuestro relato sobre el hallazgo de restos óseos durante las tareas de excavación por obra
por parte de los albañiles, allí, el Fiscal convoca a antropólogos/as forenses del Servicio de Antropología
Forense del Cuerpo Médico Provincial. Ellos intervienen una vez que los restos se encontraban expuestos
y posiblemente removidos. No obstante, se logra la recuperación de la evidencia de forma científica y
contextualizada para su traslado al laboratorio. Veamos a continuación el relato de estas actividades:
Se prosiguen con las investigaciones sobre los hallazgos de restos óseos en un domicilio de la
Ciudad de Santa Fe
Luego de que las condiciones climáticas imposibilitaran proseguir con las tareas de recuperación de los
hallazgos el día 18 de mayo en un domicilio ubicado en la calle Libertad entre Susana Ledesma y Otogalli
de la Ciudad de Santa Fe se reinician las actividades el jueves 21 de mayo a primera hora de la mañana.
Ya se encontraban en el lugar los peritos solicitados por el Dr. Marchi: criminalistas y antropólogos/as
forenses entre otros. Se inician con las tareas de excavación de forma sistemática estableciendo un área
rectangular de exhumación a través de estacas y cordeles y despejando el sedimento con cucharines,
pinceles y estecas de madera. Se registran fotográfica y planimétricamente los hallazgos. Estos consisten
en un esqueleto de naturaleza humana aparentemente completo, depositado de cubito dorsal y con
vestimenta y efectos personales asociados. Entre estos últimos, una cadena con un dije con forma de
mariposa. La vestimenta se encuentra deteriorada, pero es factible reconocer una falda, blusa, ropa
interior femenina y sandalias de mujer de talla 37. Se embalan cada una de las evidencias con rótulos
indicando localización del hallazgo y descripción. Se labra acta de los hallazgos y actividades y se
completan las cadenas de custodia correspondientes. Todo el procedimiento es llevado adelante por dos
antropólogos forenses y el criminalista con el auxilio de dos operarios.
Habíamos mencionado que el rol del antropólogo/a en la investigación también involucra lo que se
denomina, en el ámbito de la antropología forense, “investigación preliminar” o trabajo de investigación
vinculado. Puede consistir en la localización de una fosa clandestina y, principalmente, en la obtención de
información respecto de la posible identidad de la víctima, que en estas condiciones se encuentra más allá
del reconocimiento visual.
A partir del relato de la recuperación de los restos localizados en nuestro caso, te invito a realizar la
siguiente actividad de encastre a los fines de repasar el contenido desarrollado en la presente lectura.
M1 – 3 INVESTIGACIÓN PRELIMINAR
Introducción
“En diferentes oportunidades en que se recuperan cuerpos con una probable identidad, los familiares o
autoridades realizan una identificación indiciaria cuando se reconocen prendas o se encuentran en la
escena documentos asociados al cadáver” (Morales y Niño Córdoba, 2003, p. 89). En otras oportunidades,
no es posible arribar a ninguna hipótesis de identificación inicial siendo los restos completamente no
identificados.
Esta posible identidad constituye una útil e importante pista, que requiere practicar estudios técnico-
científicos para confirmar o descartar la identificación mediante cotejos entre la información física del
cadáver y la información física disponible de la persona a quien se cree corresponde el cuerpo. (Morales y
Niño Córdoba, 2003, p. 89).
Asimismo, cuando se trata de localizar fosas clandestinas, se realizan investigaciones sobre distintas
fuentes —orales y escritas— a los fines de arribar a la hipótesis de localización de estas fosas. Toda esta
información sobre fuentes orales y escritas a los fines de la identificación o localización de los restos se
considera usualmente, en el ámbito forense, parte de la instancia de investigación preliminar.
En el caso del relato de hallazgo fortuito de restos óseos en una obra en construcción a cargo del Fiscal
De Marchi, el levantamiento ha sido concluido y los restos se analizaron en el Servicio de Antropología
Forense regional. Antropólogos y médicos forenses coinciden en las siguientes conclusiones:
Se trata de restos humanos, de sexo femenino, de un rango de edad de entre 22 y 30 años al momento de
su muerte, de entre 155 y 165 cm de estatura, de lateralidad indeterminada, con dentición blanquecina,
pareja y con ausencia ante mortem de dos piezas molares [primer molar inferior derecho y segundo molar
superior izquierdo]. En términos de perfil traumático ante mortem se observó fractura consolidada en
diáfisis de húmero derecho y en relación con trauma vinculado a la circunstancia de la muerte, lesión
contusa en base posterior del cráneo. El médico forense determinó que la causa de la muerte se debió a
traumatismo craneoencefálico por lesión contusa.
Una vez recibida esta información, como primera medida, los investigadores recurren al Sistema Provincial
de Búsqueda de Personas Desaparecidas y Extraviadas a los fines de constatar si entre las personas
denunciadas como desaparecidas se encuentran mujeres de entre 22 y 30 años de edad denunciadas
como desaparecidas con anterioridad al 18 de mayo de 2021 [fecha de hallazgo del cuerpo] en la
Provincia de Santa Fe.
La siguiente imagen es una captura de pantalla del Registro provincial de personas desaparecidas de la
provincia de Santa Fe, donde ocurrió el relato que nos ocupa. Dentro del sitio encontrarás enlaces a
documentos y normativas vinculadas a la desaparición de menores.
Figura 2. Página web sobre personas desaparecidas en Santa fe
Específicamente en relación con el registro de Personas Desaparecidas en la Provincia de Córdoba, te
recomendamos consultar lo siguiente:
Procedimiento ante la Desaparición de Personas
Efectivamente, una primera búsqueda registra como resultados dos mujeres reportadas como
desaparecidas con anterioridad a esta fecha. Los investigadores proceden a profundizar sobre ellas.
Entre estas denuncias de desaparición localizan la de la Sra. Josefina Rodríguez madre de la Sra.
Gabriela Balbuena, denuncia radicada originalmente en la Comisaria V, Seccional III de la Ciudad de Santa
Fe. Entre otros datos, se relevan los siguientes:
Historia de Gabriela B.
Gabriela, una joven de 25 años y madre de dos niños de cuatro y dos años al momento de su
desaparición, procedente del poblado de Monte Vera en la Provincia de Santa Fe, se encontraba
trabajando en la ciudad de Santa Fe atendiendo tareas domésticas en un domicilio particular. Su trabajo
era sin retiro, por lo que pernoctaba en dicho domicilio de lunes a domingo. En el domicilio convivían un
matrimonio mayor y sus dos jóvenes hijos varones. Periódicamente enviaba dinero y novedades a su
familia a través de una vecina del pueblo [Sra. Marina] que viajaba regularmente a la ciudad desde Monte
Vera. Asimismo, se comunicaba telefónicamente de forma regular, desde el teléfono de la familia donde
trabajaba.
En noviembre del año 2000 la Sra. Josefina dejó de recibir la visita de Gabriela para enviarle dinero y
novedades a su familia de Monte Vera. Le resultó extraño, pero esperó al mes siguiente. Finalmente, ante
la llegada de las fiestas de fin de año, la familia se alarmó. No pudieron contactar a la familia donde se
tenía entendido que trabajaba Gabriela. Ni tuvieron noticias de ella. Preguntaron en hospitales y por
domicilios del barrio de su trabajo sin lograr información. Presentaron la denuncia de desaparición en la
comisaría de la ciudad de Santa Fe, dando los datos de filiación de Gabriela. Informan que Gabriela
siempre llevaba consigo una cadenita con un dije con forma de mariposa y un tatuaje de mariposa en su
omóplato derecho. Medía aproximadamente entre 160 y 170 cm [estatura media], color de cabello negro
lacio, largo y abundante. Ojos marrones. Aún esperan sus noticias.
Ante esta información los investigadores deciden localizar e ir a entrevistar a la Sra. Josefina
Rodríguez madre de la Sra. Gabriela Balbuena. Estos investigadores, ¿qué deberían lograr obtener a
través de una entrevista con el familiar cercano de una persona desaparecida una década atrás?
Según la Guía forense para la investigación, recuperación y análisis de restos óseos, la investigación
preliminar consiste en recuperar dos tipos de información:
1. Recuperación de toda la información —escrita, oral, fotos, videos, telefonía, redes sociales— sobre
el caso que se investiga, desde la desaparición hasta el lugar de disposición final del cuerpo (quién,
cuándo, cómo, dónde, qué, por qué).
2. Recuperación de información biológica y asociada sobre la persona que se está buscando.
Comúnmente denominada información ante mortem (AM), que incluye muestras biológicas para
posteriores análisis genéticos, descripción de vestimenta y efectos personales.
3. Información del grupo familiar, a través de un árbol genealógico o genograma en donde quede
representada la familia —con nombres completos— indicando a quiénes se busca en el grupo
familiar, quiénes son los donantes de muestras referenciales genéticas, y quiénes han fallecido o
no están dispuestos a donar muestras. (Fondebrider, 2020, p. 11).
3. Entrevista forense
Datos referentes a la desaparición: fecha, lugar, prendas que vestía y otros elementos que
portaba al momento de la desaparición.
Perfil físico básico: sexo, edad, talla, cabello (longitud, textura, color natural o tinturado).
Fotocopia legible de historias clínicas: generalmente disponible en la entidad de salud que
atendía a la persona desaparecida (EPS), en caso que no se disponga de este documento, se
puede solicitar a los familiares información sobre el estado de salud/enfermedad de la persona
desaparecida, malformaciones y enfermedades óseas congénitas o adquiridas, fracturas o lesiones
antiguas con su ubicación topográfica, tratamiento terapéutico recibido; injertos óseos, presencia
de prótesis o tratamientos ortopédicos, ausencia de alguna estructura ósea o miembro del cuerpo,
asimetrías faciales o corporales.
Radiografías ante mortem de cualquier parte del cuerpo: son útiles en la medida que al cadáver
se le tomarán placas en similar posición para cotejar similitudes o divergencias en la morfología de
la región radiografiada.
Hábitos físicos: actividades ocupacionales cotidianas del desaparecido, si era zurdo o diestro.
Fotocopia de historia clínica dental: es muy importante obtener la historia odontológica legible,
radiografías panorámicas o periapicales de la persona desaparecida, prótesis dentales que haya
utilizado. Sin embargo, si la información no está disponible, se debe indagar con los familiares
acerca de las características dentales del desaparecido, sin que necesariamente se espere a
obtener los términos técnicos que utiliza generalmente un odontólogo, por ejemplo, un familiar
nunca utilizará el término —diastema—, dirá en cambio que su familiar tenía un espacio entre
determinados dientes, o que un determinado diente se partió; durante estas entrevistas se debe
acudir al ingenio y sutileza del entrevistador. (Sanabria Medina, 2009, p. 90).
A modo de cierre, los invito a leer el siguiente capítulo III del manual Estándares forenses mínimos para la
búsqueda de personas desaparecidas y la recuperación e identificación de cadáveres. Este capítulo nos
permitirá conocer los puntos centrales a considerar en la instancia de recolección de información ante
mortem y biológica a los fines identificatorios en Colombia. No obstante, las particularidades en relación
con las normas y leyes del contenido son extensibles a cualquier legislación.
Recolección de información.
Fuentes.
Fuentes testimoniales.
Fuentes documentales.
Recolección de información ante mortem con fines de identificación.
Sobre la toma de muestras para estudios genéticos.
Sobre la información sobre las circunstancias de la desaparición.
Toma de información sobre sitios de disposición de cadáveres.
Sistematización y registro de la información.
Para concluir:
La búsqueda y ubicación de personas dadas por desaparecidas deben ser comprendidas como un
proceso científico, sistemático e interrelacionado de acciones investigativas interinstitucionales que pasa
por una serie de fases que, de manera preferencial, deben llevarse a cabo secuencialmente. Por tal razón,
se orienta hacia la recolección de información sobre el perfil biológico de los desaparecidos, así como los
hechos y circunstancias de la desaparición y los eventos posteriores que involucran el ocultamiento o
disposición del cadáver. Igualmente, durante esta etapa se indaga sobre la existencia de familiares que
aporten a la investigación con fines de identificación. (AA.VV., 2016, p. 34).
Como fuimos desarrollando a lo largo de las lecturas anteriores, uno de los aspectos fundamentales de las
investigaciones con restos esqueletizados es lograr la identificación del cuerpo recuperado. Este es un
proceso complejo, que implica un abordaje multidisciplinario del caso que utilice toda la información
disponible.
Identificar es comparar y, para ello, es necesario contar con toda la información sobre cómo era la persona
buscada cuando fue vista por última vez, las circunstancias de su desaparición y disponer de los perfiles
genéticos de los familiares. Abordaremos aquí las características de este proceso comparativo ante
mortem / post mortem a los fines identificatorios con foco en lo que refiere al aporte de la antropología
forense.
La identificación de restos humanos es un proceso importante por razones tanto jurídicas como
humanitarias. En esta lectura desarrollaremos los aspectos vinculados a la antropología forense dentro del
proceso científico que se aplica en la identificación de restos humanos.
La identificación forense de restos humanos es una verificación legal (ratificada por la autoridad
competente mediante la firma del certificado de defunción), basada en la comprobación científica de la
concordancia entre la información relativa a una persona desaparecida y determinados restos humanos no
identificados. (CICR, 2014, p. 2.)
Como desarrollamos en lecturas anteriores, “la identificación exige la aplicación de un enfoque integral que
tome en cuenta todas las pruebas científicas y contextuales disponibles” (CICR, 2014, p. 2), que deben ser
ponderadas. Se ponen en consideración aquí, las tres instancias centrales de la investigación
antropológica forense: investigación preliminar o de antecedentes, recuperación de restos y análisis de
laboratorio.
En la presente lectura abordaremos los aspectos metodológicos de este proceso según se desarrolla en la
siguiente publicación de la Cruz Roja Internacional que invitamos a leer:
La identificación forense de restos humanos
Esta publicación aborda el proceso metodológico que conduce a la identificación forense de restos
humanos considerando sus tres instancias elementales: investigación de antecedentes, recuperación de
restos y análisis de laboratorio y conciliación de datos.
1. Investigación de antecedentes o investigación preliminar
es necesario realizar investigaciones preliminares para localizar, evaluar, cotejar y organizar toda la
información disponible sobre las personas desaparecidas y la ubicación de los restos humanos.
Esta información puede coadyuvar al proceso de identificación de varias maneras, por ejemplo:
corroborando los testimonios acerca del lugar y el momento en que la persona desaparecida fue
vista por última vez;
proporcionando detalles específicos que se cotejarán con las características observadas en los
restos recuperados;
ayudando a los investigadores a localizar posibles fosas. (CICR, 2014, p. 3).
En cuanto a los datos ante mortem de una persona desaparecida, estos consisten en el siguiente tipo de
información:
información general personal y social: nombre, edad, domicilio, lugar de trabajo, estado civil y otros;
aspecto físico: estatura, peso, color de ojos, color del cabello y otros;
historia médica y odontológica: fracturas, enfermedades, piezas dentales faltantes, coronas
dentales, amalgamas y otras; rasgos distintivos: hábitos [por ejemplo, fumar en pipa],
características particulares como cicatrices, marcas de nacimiento o tatuajes;
prendas de vestir y otros artículos personales que la persona desaparecida vestía o llevaba
consigo cuando fue vista por última vez;
las circunstancias relacionadas con la desaparición.
Asimismo, pueden obtenerse muestras biológicas de los familiares de la persona desaparecida (y/o
muestras de la persona desaparecida adquiridas antes de su desaparición), que se utilizarán durante el
proceso de identificación para el análisis genético…
Las fuentes de información de antecedentes más valiosas suelen ser los familiares y amigos de la persona
desaparecida. Normalmente, los familiares ya habrán realizado numerosas averiguaciones por su propia
cuenta para descubrir toda la información posible sobre la persona desaparecida, sobre todo si han
pasado varios años desde su desaparición. Al realizar esas gestiones, a veces descubren información
acerca de otros desaparecidos (no vincula- dos con ellos), la ubicación de fosas, etc.
Todos los que han estado en contacto con una persona desaparecida son posibles fuentes de información
vital. Si bien la investigación de antecedentes generalmente se considera el primer paso de la
investigación forense, esa actividad puede iniciarse en cualquier momento (pero, cuanto antes se inicie,
mejor) y debe continuar hasta que la persona desaparecida sea encontrada o hasta que sus restos sean
identificados y devueltos a su familia. (CICR, 2014, p. 4).
De acuerdo con este manual,
la investigación de antecedentes puede nutrirse de una variedad de fuentes, como entrevistas, registros
escritos, testimonios, periciales previas sobre el cuerpo y otros. Toda la información debe documentarse
minuciosamente y los documentos deben conservarse en un registro central contemplando los recaudos
de confidencialidad. (CICR, 2014, p. 3).
• Informes de prensa
• Informes de ONG
• Otros
Para llevar a cabo la identificación forense, es esencial que la recuperación y gestión de los restos
humanos y de los elementos vinculados con el caso (por ejemplo, prendas de vestir, artículos personales y
otros objetos) se lleven a cabo correctamente, ya que pueden ayudar a esclarecer lo que sucedió con la
persona buscada. Lo ideal es que este proceso sea conducido por arqueólogos o antropólogos forenses,
sobre todo cuando las circunstancias de la recuperación son complejas (enterramientos clandestinos,
fosas comunes, dispersión de restos sobre una superficie amplia como sucede en los accidentes de
aviación, etc.). Sus conocimientos teóricos y prácticos especializados ayudan a garantizar que la
recuperación de restos se efectúe correctamente y que se reúna toda la información adicional posible para
utilizarla en la identificación y demás actividades del caso. La recuperación incorrecta y el tratamiento
irrespetuoso de los restos pueden causar la pérdida de información importante y provocar una situación
sumamente traumática para los familiares, en grave detrimento de los objetivos humanitarios de las
investigaciones forenses...
Pueden hallarse restos humanos en cualquier entorno, tanto en espacios interiores (por ejemplo, dentro de
edificios o entre los escombros de estructuras destruidas), como en espacios exteriores (por ejemplo, en
sitios de inhumación, en la tierra, en medios acuosos, en pozos o en cavernas). Hay muchos métodos y
herramientas que permiten encontrarlos. Sin embargo, aún no existe un dispositivo para la detección de
huesos. A menudo, la mejor información acerca de la ubicación de restos humanos proviene de
declaraciones de testigos. La realización idónea de las tareas de mapeo y documentación permite recrear
el sitio, por si fuese necesario regresar a él por alguna razón y facilita la elaboración de un mapa físico (en
papel y/o electrónico). (CICR, 2014, pp. 5-6).
Análisis de laboratorio y conciliación de datos
Una vez correctamente efectuada la recuperación de los restos, éstos deben enviarse a un laboratorio que
realizará el examen y la conciliación de los datos. Este trabajo brinda respuestas a las siguientes
preguntas principales:
El primer paso del análisis de laboratorio y de la conciliación de datos consiste en preparar y examinar los
restos. Esta tarea debe ser realizada por expertos especializados en la materia (patólogos forenses,
antropólogos forenses, odontólogos forenses, etc.), que reúnen información (datos post mortem) sobre los
propios restos y sobre los elementos contextuales.
Los datos post mortem pueden incluir los siguientes tipos de información:
Información general sobre los restos: grupo etario, sexo, estatura, etc.
Datos médicos y odontológicos, que incluyen características particulares de los restos: señales de
antiguas fracturas o cirugías, estado de los dientes y presencia de trabajos odontológicos como
amalgamas, etc.
Traumas y daños post mortem a los restos: intencionales y accidentales.
A continuación, los datos post mortem se deben cotejar con los datos ante mortem de la persona
desaparecida (cotejo AM-PM), tarea que también debe ser desempeñada por expertos calificados. (CICR,
2014, pp. 7-8).
Figura 1. Cuadro comparativo entre datos ante mortem y post mortem
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Fuente: elaboración propia.
Veamos entonces nuestro caso de la ciudad de Santa Fe:
Cuanto mayor sea el número de concordancias entre los datos ante mortem y los datos post mortem, tanto
mayor será la probabilidad de que los restos efectivamente correspondan a la persona buscada. Si las
únicas concordancias entre los datos ante mortem y los datos post mortem corresponden a información
general, como la que figura en el listado precedente, es muy probable que numerosos desaparecidos
“concuerden” con los restos humanos no identificados. Pero, lógicamente, sólo puede haber una única
concordancia auténtica. Las concordancias fortuitas son muy comunes…
Normalmente, la identificación se logra cuando la concordancia entre los datos ante mortem y los
datos post mortem es lo suficientemente detallada como para concluir que se trata de la misma persona,
excluyendo toda otra posibilidad razonable. Los medios de identificación científicos que permiten un alto
nivel de discriminación y que también forman parte del proceso de cotejo ante mortem y post mortem
pueden ser concluyentes hasta un grado que, en la mayoría de los contextos jurídicos, se consideraría
fuera de toda duda razonable.
Los profesionales forenses tienen la obligación de mantener a las partes interesadas informadas sobre los
avances en el proceso de identificación. Las conclusiones alcanzadas mediante los análisis se deben
comunicar de manera clara e inteligible. (CICR, 2014, pp. 10-11).
4. Conclusiones
Para finalizar y a modo de ejemplo de una investigación forense integrada a los fines identificatorios,
presentamos aquí dos artículos periodísticos:
Uno de ellos “La segunda muerte de Josef Mengele, el sanguinario médico nazi que se ocultó en Brasil”
relata los desafíos y limitaciones a lo largo del tiempo del proceso de identificación científica de los restos
de Josef Mengele en Brasil, en el año 1992. El cotejo de información ante mortem – post mortem pasa por
distintas etapas inconcluyentes hasta se dirime finalmente una vez que se incorporan los resultados de los
análisis genéticos.
El segundo artículo que proponemos trata de una entrevista al pionero de la antropología forense aplicada
a los derechos humanos, el Dr. Clyde Snow. En este artículo, titulado “Clyde Snow: traducimos lo que nos
dicen los esqueletos”, se recorren los aspectos desarrollados a lo largo de las cuatro lecturas propuestas
para este Módulo específicamente aplicados a la experiencia del Dr. Snow en Argentina y Latinoamérica,
entre otros.
También es importante recordar que las distintas instancias de trabajo y disciplinas que involucran el
proceso de investigación con restos esqueletizados o de integridad corporal comprometida se pueden dar
tanto de manera lineal, así como alternada. Lo importante es que, para llegar a una identificación positiva,
todas las fuentes de información concuerden en forma concluyente de que se trata de los restos de una
persona desaparecida determinada.