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1. QUE ES ANTROPOLOGÍA FORENSE?

La antropología forense es una especialidad de la antropología que apoya el proceso


de investigación judicial de las muertes en sus diferentes etapas: (1) Investigación
Previa, (2) Instrucción y (3) Juicio (ver Cap. Nº II), iniciando desde el análisis-apoyo a
la solución de la problemática de las personas reportadas como desaparecidas,
participando en la búsqueda y recuperación de cadáveres abandonados a campo
abierto o inhumados en fosas clandestinas y finalmente realizando el diagnóstico
forense de los llamados casos complejos

Para el caso colombiano, la antropología forense se ha nutrido ampliamente de las


investigaciones de antropólogos y otros científicos “sociales” dedicados a analizar el
fenómeno de la violencia contemporánea, la problemática de la desaparición forzada,
y la incidencia de estos sobre la situación actual de los derechos humanos (DH) y del
derecho internacional humanitario (DIH). Dichas investigaciones permiten al
antropólogo forense contextualizar su especialidad con la áspera realidad social
colombiana y además interpretar la forma como actúan o pueden llegar a actuar los
diferentes agentes generadores de violencia; lo cual le permite planear fórmulas
preventivas de comportamientos criminales, facilitar la ubicación de enterramientos
clandestinos, y de otro lado brindar apoyo psicológico a los familiares de las
personas reportadas como desaparecidas, entre otras.

En el aspecto relacionado con la búsqueda de enterramientos humanos clandestinos,


la antropología forense utiliza los conocimientos de la arqueología tradicional, pero
esta vez dentro del contexto forense, acudiendo a novedosas técnicas, instrumentos
y procedimientos, y con un objetivo totalmente diferente; ya que el análisis de las

Cadáveres en avanzado estado de descomposición, desmembración, esqueletización, carbonización


y partes humanas aisladas del resto del cuerpo, este término será utilizado ampliamente a lo largo del
texto.
!
evidencias físicas rescatadas durante excavaciones arqueológicas de tipo histórico
constituyen un aporte para la ciencia, la academia, y en general para ampliar el
conocimiento sobre comportamientos culturales de poblaciones pretéritas; en cambio
la arqueología forense se enmarca dentro de una problemática social
contemporánea, por lo que los resultados de sus excavaciones y procedimientos de
campo constituyen un aporte para orientar la investigación judicial de las muertes.

En lo referente al estudio forense de los casos integrados por cadáveres complejos,


la antropología forense divide sus objetivos en dos grandes bloques: (1) aplicando
fundamentos de antropología física o biológica que le permiten diagnosticar el
cadáver en lo referente a factores ontogénicos, tales como la determinación de su
sexo, filiación racial, edad biológica, talla y características óseas particulares, entre
otros; datos orientados a confirmar, descartar u orientar la identificación del cadáver
a partir del estudio de sus estructuras óseas, (2) en el segundo bloque de objetivos el
antropólogo forense utiliza los conocimientos aprendidos de la anatomía humana,
medicina, patología, osteopatología, radiología, anatomía patológica ósea, ortopedia,
traumatología ósea, balística, histotecnología, tafonomía, demografía, entre otros, los
cuales están orientados a establecer factores relacionados con el deceso de la
persona: causa y manera de muerte, tiempo transcurrido desde la muerte, búsqueda
y documentación de lesiones, herramienta(s) con las que fueron infligidas las
lesiones y el momento en que fueron causadas (antes, durante o después de la
muerte), patologías óseas presentes en el cadáver, cotejo de lesiones patrón
presentes en el cadáver vs. características físicas del arma incautada a un sindicado
(con el fin de confirmar o descartar que dicha arma ocasionó las lesiones), estado de
salud-enfermedad, entre otras; esta información suministrada por las estructuras
óseas del cadáver al antropólogo forense pueden llegar a constituirse bien como
pistas para las autoridades durante el proceso de investigación judicial, o como
pruebas durante la etapa del Juicio a un sindicado.

Es claro que la antropología forense es una especialidad de la antropología, no


obstante, algunos antropólogos físicos han querido “encasillarla” como rama que
!
depende exclusivamente de la antropología física y minimizándola al extremo de
hacerla ver solamente como cuarteta básica de identificación y reconstrucción facial.

Como se mostró anteriormente, la antropología física contribuye desde nuestra


propia experiencia posiblemente al 50% del diagnóstico que realiza el antropólogo
forense a un cadáver, es decir, a aspectos puramente ontogénicos; afirmar lo
contrario es quizás desconocer radicalmente que el otro 50% de nuestra especialidad
se ha aprendido principalmente de la medicina, patología y otras disciplinas de
ciencias de la salud, las cuales indudablemente imprimen también el carácter forense
al diagnóstico de un cadáver en el contexto médico-legal.

Lo anterior se podría ejemplificar con la realidad científica mexicana, país que ha


sido pionero y que se encuentra indudablemente a la cabeza de los estudios
latinoamericanos en antropología física, pero que han adolecido de programas
académicos sólidos de antropología forense que complementen la formación
biológica (Chavarro P. 2002 y González T. Ph.D. (2004), comunicación personal).

Con lo anterior no pretendemos minimizar el gran aporte de la antropología biológica


a la antropología forense, hecho que tampoco nos hace coincidir con la tesis que
deja entrever a la antropología forense como “.........una especialidad de la Medicina
Forense......” (Prieto,2001:5).

Estas observaciones unilaterales de nuestra parte, naturalmente deben ser


discutidas en otro espacio, pero finalmente reafirman que el conocimiento de la
antropología forense, es de tipo holístico y de abordaje multidisciplinario, sin lo cual
sería prácticamente imposible apoyar la investigación judicial de las muertes, no
debemos olvidar que el término forense proviene del latín “forum”, término que
hace referencia al acto de discusión de varias personas -expertas- acerca de
una temática particular para obtener la búsqueda de la verdad y acuñado
inicialmente por la medicina para referir la discusión médicolegal que intenta aclarar

!
con la aplicación del método científico los hechos que rodearon la muerte de una
persona.

1.1 ALGUNAS INTERPRETACIONES SOBRE LA DEFINICIÓN DE


ANTROPOLOGÍA FORENSE

Como se vio anteriormente, la antropología forense es una disciplina que apoya


desde su conocimiento la investigación médicolegal de las muertes, iniciando desde
el adecuado manejo de la escena del crimen y rescate del cadáver, hasta realizar su
diagnóstico en el laboratorio de antropología o en la sala de necropsias, todo ello
orientado a “contribuir a la correcta administración de justicia para resolver los casos
de homicidio y garantizar la aplicación de la ley: castigar al culpable o responsable de
una muerte y proteger al inocente” (Morales, 2001:21).

Ya expuesta la participación de la antropología forense en el contexto forense, resta


por mencionar que una de las pretensiones de este modesto texto es lograr que el
lector de otras disciplinas y en especial las autoridades con funciones de policía
judicial comprendan que el objetivo de la antropología forense no está centrado
solamente en “identificar cadáveres NN”, pues como ya se comento, ello constituye
quizás solo el cincuenta por ciento de su trabajo; el porcentaje restante de sus
objetivos se centra en diagnosticar y documentar diferentes hallazgos en la escena
del crimen y en el mismo cadáver para aportar evidencias físicas (pistas y pruebas)
útiles para la etapa investigativa y probatoria de un Proceso.

Considerando la variabilidad biológica que por excelencia resalta nuestra disciplina,


mostramos algunos conceptos etimológicos expresados por colegas de diferentes
latitudes con respecto a los objetivos y bondades de la antropología forense :

“La identificación de restos esqueletizados sin identificar o en otras circunstancias es


importante por razones legales y humanitarias. La antropología Forense es la

Memorias 14th Annual Forensic Anthropology Course – Washington (2001).


!
aplicación de técnicas estandarizadas de la Antropología Física para llevar a cabo
tales identificaciones y para ayudar en la detección del crimen. El conocimiento del
esqueleto humano y la capacidad para reconstruir la naturaleza biológica de los
individuos vivos a partir del esqueleto, o aún de solo partes de este capacita al
antropólogo para trabajar con restos recientes, tanto como material arqueológico
prehistórico. Lo anterior involucra la acumulación objetiva, compleja y sofisticada de
datos físicos aceptables como evidencias en una corte de justicia" - Forensic
Sciences Foundation, Inc., 1978 -

“La Antropología Forense es esa rama de la Antropología Física, que para propósitos
forenses trabaja con restos mas o menos esqueletizados, que se conozca o que se
sospeche que son humanos”. - T.D. Stewart, 1979 -

“La Antropología Forense es la rama aplicada de la Antropología Física que tiene que
ver con la identificación de restos humanos en un contexto legal. La Antropología
Forense se centra en el análisis de restos irreconocibles, con miras a identificar los
decesos y formular opiniones respecto a las circunstancias que rodearon la muerte”.
K.J. Reichs, 1986

“En años recientes en tanto la investigación de la escena del crimen ha sido mas
compleja y sofisticada, así mismo la labor de los antropólogos forenses. Los
Antropólogos forenses asisten a los especialistas legales y médicos para identificar
restos humanos conocidos o que se cree que correspondan a humanos. La ciencia
de la antropología forense incluye excavación arqueológica, examen de cabello,
insectos, materiales vegetales y huellas, determinación de tiempo transcurrido de
muerte, reconstrucción facial, superposición fotográfica, detección de variantes
anatómicas y el análisis de tratamientos médicos y lesiones sufridas durante su vida”
- R.W. Mann and D.H. Ubelaker, 1991 -

1.2 ANTROPOLOGÍA BIOLÓGICA Y SU RELACION CON LA ANTROPOLOGÍA


FORENSE

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El interés del Hombre por conocer las características físicas internas y externas de
sus semejantes es casi innato y siempre ha estado allí. En su “Manual de
Antropología Física”, Juan Comas muestra un compendio histórico de personajes
famosos que realizaron descripciones acerca de la variabilidad física del ser humano
y su lugar en la naturaleza; por ejemplo menciona que Aristóteles representa un
avance de veinte siglos en este tipo de conocimiento, ya que dice que “el cerebro del
hombre es mucho mayor que el del resto de los animales, proporcionalmente a la
masa del cuerpo”, también que “el brazo de los monos es corto en relación con el
antebrazo, y lo mismo en el muslo respecto a la pierna”; esta última característica
diferencial, menciona Comas, fue reconocida como exacta dos mil años más tarde
por E. Tyson, Ch. White y Bufón (Comas, 1966:21).

La Antropología Biológica o Física (especialidad de la Antropología) fue aceptada


oficialmente como disciplina científica solo a mediados del siglo XIX y ha sido la
responsable de estudiar los orígenes, evolución y consecuente variabilidad biológica
(filogenética y ontogénica) de las poblaciones humanas a partir de la interpretación
de estructuras óseas humanas fosilizadas y esqueletizadas de nuestros antepasados
mas remotos y contemporáneos.

Los estudios y comparaciones a nivel poblacional que ha realizado la antropología


biológica desde sus inicios continúan actualmente en todo el mundo y mantienen
dentro de su objetivo principal interpretar la variabilidad física de la especie humana,
para ello acude al análisis métrico, morfológico y estadístico, tanto en cadáveres
esqueletizados, como en personas vivas.

Desde comienzos del siglo XIX gran cantidad de científicos y otras investigadores se
interesaron en realizar mediciones sobre cadáveres y personas vivas, también se
practicaron estudios de carácter morfométrico sobre cráneos y esqueletos
(craneometría y osteometría respectivamente). Algunos de estos estudios iniciales
estuvieron influenciados por tintes racistas y lamentablemente utilizados como

!
parámetros para establecer diferencias a nivel social , no obstante, cabe agregar que
dichos estudios constituyeron el punto de partida de las actuales mediciones
osteomorfométricas y somatométricas, las cuales han tenido importantes
aplicaciones en diferentes campos científicos y sociales del devenir humano
contemporáneo, un ejemplo claro de ello es su utilización en la antropología forense
y en el campo de la criminalística.

La variabilidad física humana que estudia la antropología biológica apoya en varios


aspectos los estudios que realiza la antropología forense; pues le permite interpretar
desde esa óptica aspectos de tipo ontogénico de una de las principales evidencias
biológicas cuestionadas durante el proceso de la investigación judicial de las
muertes: los cadáveres y restos humanos no identificados.

Para el caso de Colombia, desde el año 1999 el grupo de antropología forense del IN
MLCF ha venido realizando investigaciones en antropología física de tipo poblacional
a nivel osteométrico y odontométrico con muestras provenientes de población
colombiana de morgue; dichos estudios se unen a los trabajos reportados en este
campo en el país (impulsados en su mayoría por el laboratorio de antropología
biológica de la Universidad Nacional y Asociación Colombiana de Antropología
Forense) para construir los estándares métricos de nuestra población y para conocer
más acerca de nuestra variabilidad biológica.

La mayoría de las investigaciones mencionadas han recibido el apoyo por parte de


las Divisiones de Investigación Científica y Tanatología Forense del INMLCF y han
sido impulsadas tácitamente por los criterios científicos internacionales que
recomiendan que las fórmulas y estándares osteométricos y dentales utilizados para
estudiar un cadáver deben provenir de la misma población a la que este pertenece.

Para quienes deseen profundizar sobre el tema recomendamos leer la excelente obra del
recientemente fallecido Stephen Jay Gould, “La Falsa Medida del Hombre” Editorial Crítica, Colección
Drakontos, 1997, Barcelona - España
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1.3 HISTORIA DE LA ANTROPOLOGÍA FORENSE

1.3.1 ANTROPOLOGÍA FORENSE EN NORTEAMÉRICA

Thompson (1982) distinguió tres períodos en el desarrollo de la antropología forense:


antes de 1939, de 1939 a 1972 y después de 1972. La antropología forense tiene sus
raíces principalmente en las ciencias anatómicas.
Antes de 1939, los departamentos de anatomía eran los principales contribuyentes
enfocados a aplicar una metodología para entender la variación ósea humana
usando colecciones de cadáveres de edad, sexo, ancestro racial y estatura
conocidos. En esta época los antropólogos físicos y anatomistas fueron consultados
por las agencias gubernamentales para estudiar restos óseos. Thomas Dwight
(1843-1911) de la Universidad de Harvard, H. H. Wilder (1864-1928) del Colegio
Smith en Massachussets y George Dorsey (1869-1931) del museo Columbia en
Chicago, estaban entre aquellos antropólogos interesados en los aspectos forenses
de la antropología (Stewart 1979). Durante este período Ernest Hooton (1887-1954)
de la Universidad de Harvard y Alex Hrdlicka (1869-1943) expresaron su interés en
este campo.

Entre las contribuciones hechas por Hrdlicka estuvo la fundación de la Asociación


Americana de Antropólogos Físicos en 1930 y del American Journal of Physical
Anthropology en 1918. Hrdlicka también fue consultado por las agencias
gubernamentales, incluyendo el FBI, sobre un número amplio de casos de restos
óseos (Ubelaker, 1999 a, 1999 b). Hooton publicó después “Aspectos Medico
Legales de la Antropología Física” en el cual describe el prospecto de nuevos

Tomado de Grisbaum & Ubelaker (2001:2-4), traducción no literal


!
métodos en el campo de la antropología física en el contexto forense,
indudablemente por causa o debido a la falta de atención a este campo.

En 1939, Wilton Marion Krogman publicó “A Guide to the Identification of Human


Skeletal Material” en el Boletín Gubernamental del FBI, marcando el comienzo del
segundo período de la antropología forense. Esta publicación representó la mayor
contribución hecha por un antropólogo entrenado en la materia del área de la
identificación ósea humana con propósitos medicolegales. La publicación de
Krogman permitió a la comunidad forense, como a los antropólogos físicos utilizar
esta disciplina en contextos forenses (Stewart 1979).

Al concluir la Segunda Guerra Mundial, varios antropólogos físicos fueron


consultados en la identificación de casos de cadáveres resultantes de dicha guerra.
Entre los antropólogos que hicieron su aporte están L. Shapiro, del Museo de Historia
Natural Americana en New York, F.E. Randall de la Oficina del Cuartel General del
Ejercito de los Estados Unidos y Charles E. Snow, de la Universidad de Kentucky. La
guía de Krogman llegó a ser un manual utilizado por los antropólogos en los
procesos de identificación. En 1947 se estableció un laboratorio central para este
propósito en Hawai, el cual fue dirigido por Charles E. Snow. No mucho tiempo atrás,
a principio de 1940, T.D. Stewart comenzó consultorías rutinarias con el FBI para
casos forenses (Ubelaker, 1990). Esta relación iniciada por Hrdlicka, representó una
fase temprana de una larga relación de colaboración entre el FBI y el Instituto
Smithsoniano en antropología forense.

El conflicto coreano marcó la segunda mayor contribución en la identificación de


personas muertas durante la guerra, cuando Stewart, Ellis Kerley y Charles Warren
del Laboratorio de Identificación del Ejercito de los Estados Unidos participaron en
Kokura, Japón aportando su experiencia en este campo. Los antropólogos también
fueron “reclutados” para investigar cambios esqueletales indicativos de edad en los
casos de cadáveres americanos.

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En 1962, Krogman escribió The Human Skeleton in Forensic Medicine, el primer libro
sobre antropología forense (revisado y adaptado por Krogman & Iscan, 1986), este
texto es una compilación de técnicas e historias de caso de la identificación de restos
humanos, en el texto Krogman muestra métodos para determinar la edad, ancestro y
estatura, al igual que características individualizantes y técnicas de reconstrucción
facial sobre el cráneo; esta importante publicación fue el resultado de las
investigaciones de una gran cantidad de antropólogos físicos y otros científicos en el
campo forense. Este texto ha sido descrito como “el mejor, o uno de los mejores
textos sobre antropología forense” (Iscan,1988:205).

Un momento de transformación viene en 1972, en esta época, la Academia


Americana de Ciencias Forenses (AAFS) establece la Sección de Antropología
Forense. La academia en sí misma fue incorporada en 1950 “para promover la
educación y la investigación en ciencias forenses, mejorando el estudio, la práctica,
elevando los estándares y avances para la causa de las ciencias forenses;
promoviendo la comunicación interdisciplinaria...” (AAFS:xii).

La sección de antropología física de la AAFS comenzó con 14 miembros en 1972 y


creció tremendamente desde entonces, contando con 237 miembros en 1988
(Academia Americana de Ciencias Forenses, 1988). Con la formación de la nueva
sección, se le dio la oportunidad a los antropólogos forenses de presentar
documentos antropológicos y se les brindo un espacio para intercambiar ideas y
opiniones. El incremento en la comunicación entre los antropólogos forenses dio
como resultado un gran incremento de las investigaciones en esta área.

Coincidiendo con el desarrollo de la nueva sección de antropología física de la


AAFS, se dio un incremento en el numero de textos sobre antropología forense. En
1979, Stewart publico Essentials of Forensic Anthropology. El periodo después de
1972 marco un surgimiento de los escritos realizados por antropólogos para otros
antropólogos, e igualmente importantes, para otros científicos y miembros de la
Justicia.
!
La literatura actual en antropología forense tiene un amplio rango de temas y
problemas de investigación. Los antropólogos no solamente se limitan a realizar
investigaciones que implican estimación de la edad, sexo, estatura o ancestro racial,
que fue lo predominante durante el surgimiento de la disciplina. Aunque una gran
cantidad de investigadores aun conducen estos trabajos para mejorar y probar las
técnicas, la mayoría de los antropólogos han ido mucho mas lejos. (Galloway et al.,
1993)

Aunque el área de la antropología forense ha experimentado un tremendo


crecimiento durante las ultimas décadas, existe una limitada información respecto a
los cambios históricos y avances en el campo.

La universidad de Tennessee esta actualmente reuniendo información de casos en


una base de datos a lo largo de la nación; lo cual se esta llevando a cabo con la
cooperación de los antropólogos forenses locales, recolectando información sobre
esos casos, por ejemplo, rangos de edad, ancestro, sexo, manera de muerte, grado
de descomposición localización de los restos óseos descubiertos. (Moore-Jansen y
Jantz, 1989)

Marks (1995) condujo un estudio de 22 años de análisis en la Universidad de


Tennessee. Su trabajo discutió la distribución general de casos sobre el período de
tiempo revisado, haciendo énfasis en la distribución y demografía de dichos casos.

Gracias a la representación nacional de antropología forense, el número de


antropólogos forenses en los Estados Unidos se ha incrementado en los últimos
años, lo cual sugiere que muchas agencias gubernamentales están requiriendo su
experiencia en casos que impliquen restos óseos. Esto también sugiere sin embargo
que el uso de esos antropólogos a nivel regional podría reducir el número de casos
que están siendo enviados por el FBI al Instituto Smithsoniano.

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Como el número de antropólogos forenses se ha incrementado, así mismo sucede
con la vinculación de diversos científicos asociados a los casos forenses. La
estandarización de las colecciones ha recibido mucha atención (Moore-Jansen y
Jantz, 1990), dándole un especial énfasis un amplio número de factores que están
siendo registrados.

En general el desarrollo histórico de la antropología forense en los Estados Unidos


ha estado estrechamente vinculado a las actividades de antropología física y forense
del Instituto Smithsoniano en la ciudad de Washington.

Otros antropólogos que no se pueden dejar de mencionar son Lawrence Ángel y


Douglas Ubelaker, quienes han sido consultores del Instituto Smithsoniano para el
FBI y otras agencias gubernamentales norteamericanas, así mismo cabe resaltar que
D. Ubelaker ha continuado realizando investigaciones no solo en el campo de la
antropología forense, sino también en lo relacionado con las actividades
arqueológicas y de antropología física en poblaciones prehispánicas y coloniales,
especialmente en el Perú.

1.3.2 ANTROPOLOGÍA FORENSE EN LATINOAMÉRICA

Los orígenes de la antropología forense en Latinoamérica se encuentran


estrechamente ligados al conflicto generado por los excesos de algunos gobiernos y
dictaduras, los cuales generaron la tortura, desaparición y muerte de las personas
que se oponían a sus políticas; ejemplos recientes de esta situación lo constituyen
países como Argentina, Guatemala, Honduras y El Salvador, entre otros; en los
cuales se presentan cifras asombrosas de personas asesinadas y abandonadas en
fosas comunes clandestinas.

Entidades internacionales encargadas de proteger y hacer cumplir los Derechos


Humanos se interesaron por esta situación, lo que conllevo a que se crearan grupos
multidisciplinarios que lideraran investigaciones conducentes a rescatar y analizar los
!
cuerpos de las personas desaparecidas por algunos gobiernos; el propósito de estas
investigaciones no se enfocaba solamente a rescatar e identificar los cuerpos para
entregarlos a sus familiares, también se buscaba encontrar evidencias físicas en los
cuerpos para ser presentadas como pruebas que permitieran juzgar y castigar a los
autores de estos crímenes.

Durante el año 2003 se conformó la Asociación Latinoamericana de Antropología


Forense (ALAF), entidad de carácter internacional que busca unificar criterios
científicos propios de esta disciplina, adicionalmente esta organización se encuentra
diseñando los parámetros que permitirán acreditar a los antropólogos forenses de
Latinoamérica. En la primera reunión participaron reconocidos antropólogos forenses
de Argentina, México, Guatemala, Venezuela y Colombia.

1.3.3 ARGENTINA

A nivel latinoamericano el primer grupo de expertos conformado para realizar las


labores mencionadas anteriormente fue el Equipo Argentino de Antropología Forense
(EAAF), institución legalmente reconocida, no gubernamental e independiente, que
desde 1984 ha trabajado en la aplicación de las ciencias forenses, en especial la
Antropología Forense, en investigaciones sobre violaciones a los derechos humanos
cometidas en la Argentina y en otras partes del mundo.

Desde el punto de vista científico, la tarea principal del EAAF consiste en la


investigación, la exhumación arqueológica de restos óseos inhumados en fosas
comunes e individuales y el análisis del material recuperado tendiente a lograr
identificaciones positivas de las víctimas y determinar su causa y manera de muerte.
Al mismo tiempo, un aspecto central del trabajo es la relación con los familiares de
las victimas, así como con testigos de los hechos, que permiten incorporar la
temática de la Memoria y la Reconstrucción Histórica del pasado, dándole a una
tarea aparentemente solo científica un componente humanitario.

!
Desde 1986 los miembros del EAAF han realizado viajes a diferentes partes del
mundo para conducir investigaciones de casos, dictar seminarios y conferencias, con
el objeto de difundir la importancia de las ciencias forenses en la comprobación
científica de violaciones a los derechos humanos. Como parte de esta actividad un
énfasis muy grande ha sido dado a la tarea de formar equipos similares de expertos
en Antropología Forense en cada uno de los lugares visitados.

El incremento de actividades internacionales del EAAF es considerado esencial,


particularmente a nivel regional, donde la documentación científica de abusos a los
derechos humanos para propósitos legales e históricos es una creciente necesidad
en las nuevas democracias.

La información general sobre el Equipo Argentino de Antropología Forense fue


amablemente suministrada al autor del texto por el Dr. Luis Fondebrider, uno de los
miembros fundadores de este valioso equipo (comunicación personal vía e-mail,
2003).

1.3.4 GUATEMALA

Antecedentes

El número de desapariciones forzadas en Guatemala durante las últimas cuatro


décadas es mayor que en cualquier otro país Latinoamericano. Desde 1960, cuando
empezó el conflicto interno en Guatemala, se denunciaron aproximadamente 45.000
desapariciones en un país con una población actual de diez millones. La mayoría de
estas personas "desaparecieron" de aldeas campesinas entre 1978 y 1986, durante
la campaña de contrainsurgencia contra los grupos guerrilleros dirigida por los
gobiernos militares de los Generales Lucas García (1978-1982), Ríos Montt (1982-
1983) y Mejía Vítores (1983-1986).

En http:www.eaaf.org.ar/guatemala.htm
!
Estas desapariciones fueron un intento de eliminar cualquier apoyo que la guerrilla
pudiera encontrar en los campesinos indígenas y ladinos, así como terminar con
cualquier disidencia organizada o no. Por ejemplo: "en la llamada campaña Victoria
82, miles de campesinos guatemaltecos fueron asesinados, cientos de aldeas
destruidas y cerca de un millón de personas se refugiaron". (Americas Watch, 1986)
"Miles de guatemaltecos emigraron a México o fueron relocalizados forzosamente
por el Ejército en otras partes del país". (Amnesty International, 1981).

Las organizaciones denunciadas como principales responsables de estos asesinatos


y desapariciones incluyen al Ejército Guatemalteco, grupos paramilitares y a las
"patrullas de auto-defensa civil", conocidas como PACs. Las PACs se iniciaron en
1982 durante el gobierno del General Ríos Montt, quien intentó usarlas para
mantener el orden en el campo. Las PACs son organizaciones a nivel de las aldeas
de todas las áreas rurales de Guatemala, consisten en servicio obligatorio por parte
de los campesinos, sin paga o remuneración, bajo el control del oficial militar local.

Los miembros de las PACs patrullan sus propias aldeas y a veces participan de
secuestros y/o asesinatos. Están armados con machetes, palos y viejos rifles
provistos por el ejército. Las PACs son una parte importante de la estrategia de
contrainsurgencia. Quien se opone a participar en ellas pone su vida en riesgo, son
identificados como "subversivos" y a veces desaparecen o son asesinados. Según el
Ministro de Defensa de Guatemala, en 1993 537.000 aldeanos sirvieron en las PACs.

Guatemala ha tenido gobiernos democráticos desde 1986, aunque la situación de los


derechos humanos ha mejorado durante este período, sigue siendo crítica. En su
informe de 1993, Mónica Pinto, Relatora Especial de Naciones Unidas manifiesta que
el gobierno "debe exigirle al ejército que desarme a las PAC en las zonas donde el
Ombudsman para los Derechos Humanos y la justicia han probado abusos". En su
último informe sobre Guatemala, Human Rights Watch/América manifiesta: "El
Ombudsman para los Derechos Humanos ha llamado repetidamente al ejército para
que desarme a los abusivos patrulleros civiles. Es alarmante, por ejemplo, que el
!
General Miranda Trejo, (Comandante de la Zona Militar 22 de Playa Grande, en el
Departamento de El Quiché), no considera que las amenazas de muerte,
detenciones ilegales y otras violaciones a la ley y abusos serios, justifiquen
desarmar a las PACs, desestimó el tema diciendo que las patrullas civiles podrían
ser negociadas en el contexto de los acuerdos de paz...." (todavía en 1996), "los
patrulleros responsables por el crecimiento de la lista de violaciones a los derechos
humanos permanecen y mantienen su estatus como agentes armados bajo
responsabilidad sólo del ejército". (Americas Watch, 1996).

En 1990, el gobierno de Guatemala comenzó, con la mediación de Naciones Unidas,


negociaciones de paz con la URNG (Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca),
una coalición de grupos guerrilleros. El 23 de junio de 1994, en Oslo, las partes
acordaron, entre otros puntos, que una comisión especial investigadora sería
formada para investigar las violaciones a los derechos humanos ocurridas durante
los 30 años de guerra civil. Desde 1994, una Misión de observadores de derechos
humanos de Naciones Unidas (MINUGUA) se estableció en el país, distribuyendo
observadores de derechos humanos a lo largo de toda Guatemala. MINUGUA esta
formada por aproximadamente 400 personas provenientes de 37 países, de las
cuales 220 son personal civil, 47 policías y 17 militares. Hay 120 guatemaltecos
trabajando para MINUGUA en las áreas de soporte administrativo y logístico.

El 6 de mayo, el gobierno del Presidente Álvaro Arzú Irigoyen y la URNG firmaron un


acuerdo socioeconómico y agrario, resolviendo los temas discutidos durante todo el
año. La paz se firmó finalmente el 30 de diciembre de 1996, terminando con 36 años
de guerra civil. El 16 de diciembre con el acuerdo de ambos lados, La Asamblea
Nacional Guatemalteca aprobó una ley de amnistía que, según muchos grupos de
derechos humanos, eximiría a soldados y guerrilleros de acusaciones por asesinatos,
secuestros y torturas cometidas durante la guerra civil.

EL TRABAJO FORENSE EN GUATEMALA

!
Muchas de las personas que habían sido secuestradas o desaparecidas en
Guatemala fueron asesinadas y enterradas en fosas comunes clandestinas en el
campo. En muchas ocasiones, organizaciones de derechos humanos locales e
internacionales denunciaron la existencia de estas fosas clandestinas y pidieron la
investigación completa a través de una Comisión Especial Investigadora sobre la
desaparición de personas.

En 1991, el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) empezó a trabajar en


Guatemala a pedido de organizaciones de derechos humanos locales GAM y
CONAVIGUA. El EAAF participó en misiones forenses durante 1991, 1992 y 1993
exhumando restos de personas desaparecidas en Chontala, Quiché (1991) y San
José Pachoa Lemoa, Quiché (1992). Algunas de estas misiones fueron parcialmente
financiadas por la Asociación Americana para el Avance de la Ciencia (Washington
D.C., USA) y Médicos por los Derechos Humanos (Boston, USA). En cada misión, se
trabajó como expertos forenses para el juez local a cargo de la investigación del
caso.

Debido al gran número de casos que requieren investigación, las organizaciones de


derechos humanos han demandado repetidamente que se forme y entrene un equipo
forense local para realizar exhumaciones y análisis de restos humanos. Según
declararon en un comunicado conjunto en 1992: "La paz no llegará a Guatemala
mientras que los restos de nuestros familiares masacrados continúen enterrados en
cementerios clandestinos y no podamos darles cristiana sepultura. No queremos que
nuestros muertos sean abandonados en los barrancos.... por esta razón continuamos
demandando la formación de equipos forenses que continúen con las
exhumaciones." (Conclusiones de la Segunda Conferencia por la Paz y los Derechos
Humanos, 1992).

En 1992, el Instituto Interamericano de Derechos Humanos (IIDH) y la Asociación


Americana para el Avance de la Ciencia (AAAS) financiaron un seminario de
entrenamiento de seis semanas en Guatemala para antropólogos locales que
!
quisieran formar un equipo no gubernamental de antropología forense. Se dictó
también un seminario más corto para jueces, abogados, organizaciones
gubernamentales y no gubernamentales que pudieran aplicar la antropología forense
en la investigación de violaciones a los derechos humanos. Los miembros del EAAF
fueron invitados entre los expertos internacionales que condujeron este seminario.

Un miembro del EAAF, financiado por la AAAS, retornó en 1993 para intercambiar
experiencias con el equipo local recientemente formado, Equipo Guatemalteco de
Antropología Forense (EGAF). El EGAF es una organización no gubernamental
actualmente formada por 9 miembros, que conducen trabajos de antropología
forense en el campo de los derechos humanos en Guatemala y otros países

1.3.5 ANTROPOLOGÍA FORENSE EN COLOMBIA

Al hablar sobre los orígenes de la antropología forense en Colombia, no podemos


dejar de mencionar los trabajos pioneros en los que se acudió a la aplicación de la
técnica arqueológica y a la antropología biológica dentro de un contexto histórico.

La primera investigación que se pueda asociar en nuestro país a la antropología


forense estuvo realmente enmarcada dentro de un contexto histórico, este fue el
rescate de una gran cantidad cadáveres esqueletizados durante en el año 1957 en
Santa Fe de Bogotá; dicha excavación se llevó a cabo en el Convento de Santa Inés,
sector céntrico de la actual capital colombiana.

Esta investigación se realizó debido a la inminente ampliación de la actual carrera


décima (una de las principales arterias de la capital), la cual comprometía patrimonio
religioso, arquitectónico y biológico humano; pues fue la ultima morada de próceres y
científicos de la época, entre los que se contaba a Don José Celestino Mutis, Director
de la Real Expedición Botánica.

!
Gracias al interés de varios arqueólogos y al entonces director de la Academia
Colombiana de Historia, Gregorio Hernández de Alba, se diseñó un proyecto que
tenia como objetivo general rescatar los personajes que se encontraban en las
tumbas del convento, pues de no ser así se corría el riesgo de que este patrimonio
religioso, biológico y cultural desapareciera por siempre.

El objetivo principal de este proyecto se enfocaba a rescatar e identificar el cadáver


del Sabio Mutis, aplicando la técnica arqueológica (equivalente en nuestros días a un
adecuado manejo de la escena) y a un concienzudo estudio bioantropológico,
clasificando los individuos recuperados de acuerdo a marcadores biológicos tales
como: sexo, edad y estatura.

Las excavaciones iniciaron en febrero de 1957 y se extendieron por algunos meses,


se excavaron 141 fosas, algunas de ellas constituidas por osarios hasta con 20
personas, como fue el caso de la tumba N° 132. La mayor parte de esqueletos
estaba constituida por cuerpos de monjas, lo cual se dedujo a partir de la morfología
ósea de los cuerpos y a las prendas con que fueron inhumadas; también se
encontraron restos óseos correspondientes a personas que no tenían nada que ver
con la comunidad religiosa, especialmente niños, cuyos restos no se encontraron
muy bien conservados en razón a su fragilidad y a la acción de fenómenos
tafonómicos (especialmente agentes físicos, químicos y físicos que componen el
suelo del sitio).

Finalmente en la tumba Nº 21 se encontraron los restos de un individuo adulto, con


1.80 m. de estatura y con una edad aproximada de sesenta años, rasgos biológicos
que concordaban con las características físicas del Sabio Mutis, adicionalmente se
encontraron prendas y efectos personales que apoyaban esta hipótesis; finalmente el
Dr. Duque Gómez, coordinador de la excavación concluyó que los restos
correspondían a este ilustre personaje.

Esta investigación fue precedida por proyectos similares que se desarrollaron en


años siguientes, la mayoría con el objetivo de rescatar necrópolis prehispánicas en

!
territorio colombiano; a este respecto, posiblemente el grupo humano prehispánico
que mas ha sido estudiado en nuestro país desde la perspectiva de la antropología
biológica ha sido el Muisca, quienes habitaron especialmente el altiplano
cundiboyacense. Gracias a estos estudios se han propuesto diferentes hipótesis
sobre sus orígenes, pautas de asentamiento, patrones funerarios, patologías
predominantes, entre otras; las investigaciones en esta última población han sido
lideradas por los departamentos de antropología de la Universidad Nacional y
Universidad de Los Andes.

De otro lado se puede decir que el primer contacto que tuvo la antropología biológica
con el contexto forense en nuestro país fue hacia el año 1985, cuando se reportó el
hallazgo de unos cadáveres esqueletizados en la “Cueva de la Trementina”,
municipio de Becerril, departamento del Cesar (norte de Colombia).

Ante este hallazgo funerario, la Procuraduría General de la Nación solicito a la


Universidad Nacional concepto científico para determinar el origen de estos cuerpos,
su sexo, edad, talla y otros elementos que permitieran determinar su procedencia
étnica; además se requería determinar si dichos cuerpos eran de origen prehispánico
o actual.

El estudio de los cuerpos fue realizado por el Dr. Gonzalo Correal Urrego, experto
antropólogo físico y actualmente profesor emérito de la Universidad Nacional de
Colombia, también participaron en el informe final el Dr. Luis Alberto Pilonieta,
médico del Instituto Nacional de Medicina Legal y el Dr. José N. González, juez de
instrucción de Valledupar (Correal:1985:89)

El Dr. Correal concluyó en su estudio que “...los restos de la cueva de la Trementina,


muestran el carácter de entierro secundario de procedencia Yuko (Motilón). No se
excluye la posibilidad de que el lapso de los enterramientos se remonte a tiempos
precolombinos, dada la presencia de cráneos con deformación artificial...” (op.
cit:105-106).

!
El anterior fue el primer caso oficial en que las autoridades solicitaron un concepto
científico sobre unos cadáveres desde la óptica de la antropología biológica y que
dados sus resultados vendría a tratarse de un caso “no forense”, sin embargo, el
hecho de que los interrogantes fueran planteados dentro de un contexto judicial
hacen que ese dictamen de antropología biológica se convirtiera indudablemente en
el primer dictamen de antropología forense realizado en nuestro país.

Cabe resaltar que además del Dr. Correal, también existían en el país varios
antropólogos de la “vieja escuela”, expertos en el análisis de restos óseos humanos;
entre ellos no podemos dejar de mencionar al Dr. Jorge Eliécer Silva Célis, otro
pionero de los estudios de antropología física en nuestro país, fundador del Museo
Arqueológico de Sogamoso (Colombia), lugar que alberga una de las colecciones
óseas de referencia más importantes de la población prehispánica Muisca.
Otro antecedente que podríamos vincular a los inicios de la antropología forense,
fueron las clases impartidas por abogados en la facultad de Derecho de la
Universidad Nacional hacia la década de los cuarenta, donde se discutían a nivel
académico los planteamientos de la Escuela Lombrosiana sobre la relación existente
entre la morfología craneal - cerebral y algunas conductas delictivas, hipótesis por
cierto ya reevaluadas.

Hacia el año 1987 en el departamento de antropología de la Universidad Nacional se


comienza a impartir la cátedra de antropología biológica, la cual generó años más
tarde la creación de cátedras como Dieta Salud y Demografía, Osteología Humana y
más recientemente la cátedra de Antropología Forense, situación académica que se
presentó de manera simultánea con la Universidad de Los Andes en la ciudad de
Bogotá.

Desde comienzos de la década de los años noventa, varios expertos internacionales


(España, Inglaterra, Estados Unidos, Argentina) en el área de paleopatología,
reconstrucción facial tridimensional y antropología forense participaron en diferentes
!
eventos académicos cuyo objetivo era impartir sus conocimientos a los funcionarios
estatales responsables de la investigación de las muertes en nuestro país, con el
ánimo de mejorar los procedimientos en esta área.

En el año 1990 el Instituto Nacional de Medicina Legal, con sede en Bogotá D.C.
implementó el primer laboratorio de Antropología Forense en el país, cuyas funciones
eran atender el estudio de casos de su área a nivel nacional y con el fin de apoyar
las necropsias medico legales de casos complejos.

A raíz de la creación de la Fiscalía General de la Nación en 1991, se crearon dos


laboratorios de antropología forense en el país, los cuales se ubicaron en Cali y
Bogotá, cifra que fue creciendo con el pasar de los años y dadas las necesidades del
país en este ámbito.

En el año 1995 se crea la Especialización en Antropología Forense en la Universidad


Nacional en Bogotá, programa académico que acoge a abogados, odontólogos,
biólogos, psicólogos, médicos psiquiatras, entre otros; su objetivo ha sido mostrar la
participación de la antropología forense en la investigación de las muertes y su
metodología de trabajo interdisciplinario.

Actualmente es latente la necesidad de crear un programa académico en


antropología forense dirigido exclusivamente a antropólogos con alguna formación
en antropología biológica y especialmente con experiencia en el campo forense; los
objetivos de este programa estarían orientados a mejorar su perfil como
investigadores científicos en el área y tácitamente optimizar la calidad científico-
pericial del antropólogo forense en Colombia.

Otro antecedente importante de la antropología forense en Colombia se dio durante


el año 1998, cuando la Fiscalía General de la Nación con el apoyo del Equipo
Argentino de Antropología Forense (EAAF) y de la Universidad Nacional de
Colombia, realizaron una excavación arqueológica en la ciudad de Bogotá con el
!
objetivo de rescatar e identificar los cadáveres de algunas de las personas que
fueron asesinadas durante la toma a mano armada del Palacio de Justicia por parte
de un grupo de extrema izquierda a finales de 1985.

Esta excavación se dio debido a que una vez culminaron los fatídicos hechos en el
año 1985, los cadáveres y restos humanos (la mayoría carbonizados) necropsiados
no lograron ser identificados positivamente, por lo que fueron posteriormente
inhumados en una fosa común del Cementerio del Sur en la ciudad de Bogotá.

Casi 13 años después se realiza la mencionada excavación arqueológica, en la cual


se recuperaron 121 esqueletos, entre los que se contaban cerca de un centenar de
adultos y 31 fetos, también se encontraron restos de individuos neonatos, mortinatos
y partes humanas correspondientes a desechos hospitalarios (Rodríguez 2001:7), lo
cual indicaba que muchos de estos cadáveres no correspondían a los hechos del
año 1985. No obstante, a pesar de los diferentes estudios realizados a los cadáveres
por parte de la Fiscalía y del Laboratorio de Antropología Biológica de la Universidad
Nacional, solamente ha sido posible identificar una sola persona por cotejos de DNA
(op. cit.:7), actualmente estos restos se conservan bajo cadena de custodia en el
laboratorio de antropología biológica de la mencionada universidad y son utilizados
para practicas docentes.

Hacia el año 1998, uno de los antropólogos forenses del Instituto de Medicina Legal
fue el primer colombiano invitado por las Naciones Unidas a participar en las labores
de búsqueda, exhumación y análisis de los cientos de personas que fueron
asesinadas en la antigua Yugoslavia; posteriormente algunos antropólogos de la
Universidad Nacional, médicos, odontólogos y técnicos balísticos del Instituto de
Medicina Legal y de la Fiscalía han sido invitados a apoyar estas labores
humanitarias, que a su vez tienen como objetivo principal la búsqueda de evidencias
físicas y pruebas que permitan a tribunales internacionales juzgar a los criminales
responsables de violaciones al DIH en esa área del mundo.

!
De otro lado, a partir del año 1999 el laboratorio de antropología forense del Instituto
de Medicina Legal emprendió investigaciones a nivel poblacional en el campo de la
antropología física, especialmente a nivel osteométrico, odontométrico y
somatométrico con muestras extraídas de cadáveres ingresados a la sala de
necropsias. El objetivo de estos estudios ha estado enfocado a intentar establecer
los estándares osteométricos y odontométricos de la población colombiana,
necesarios para optimizar el proceso de identificación de cadáveres clasificados
como NN.

En el año 2000 se conforma la Asociación Colombiana de Antropología Forense


(ACAF), entidad no gubernamental de vocación científica y humanitaria, integrada
por antropólogos, médicos, odontólogos forenses, profesionales en morfología,
Derecho e Informática; también cuentan con la membresía de profesionales de las
mismas áreas en Europa, Norteamérica y Latinoamérica.

Esta entidad busca incrementar el estudio, investigación, desarrollo y actualización


de la antropología forense y demás disciplinas que apoyan la administración de
justicia; también se encuentran dentro de sus objetivos principales apoyar los
proyectos de investigación tendientes a establecer estándares métricos y
morfológicos de la población colombiana, lo cual se está llevando a cabo con la
conformación y análisis de una colección ósea de referencia integrada por individuos
esqueletizados identificados plenamente.

Desde la óptica humanitaria, la ACAF ofrece apoyo a la comunidad en el sentido de


atender solicitudes de búsqueda y rescate de cadáveres en cualquier sitio del país,
de igual manera cuenta con un equipo científico idóneo y con amplia experiencia
para llevar a cabo peritajes tendientes a lograr la identificación positiva de cadáveres
clasificados como NN cuando las autoridades o familiares de personas
desaparecidas así lo soliciten.

!
La ACAF es la única entidad no gubernamental que fue nombrada por el Consejo
Superior de la Judicatura durante el año 2002 como Perito Auxiliar de la Justicia en el
área de antropología forense y criminalística a nivel nacional.

En el año 2003 entidades estatales encomendaron a la ACAF la misión de encontrar


los cadáveres de las personas fallecidas e inhumadas en una fosa común durante los
hechos violentos del 9 de abril de 1948, más conocido como “El Bogotazo”; según
menciona Sosa (2003:142:21), “..será la excavación mas grande en su tipo que se
haya realizado en el país”.

A pesar de que la antropología forense es una especialidad reciente en Colombia, ha


logrado poco a poco darse a conocer con las demás disciplinas en un proceso
académico - científico que muestra el amplio apoyo que esta puede prestar a la
resolución de problemáticas como la desaparición forzada y la violación de los
Derechos Humanos.

La cátedra de antropología forense ha sido incorporada recientemente al pensum del


40% de las facultades de medicina y odontología del país, tanto a nivel de pregrado,
como de postgrado; eventualmente algunas facultades de Derecho solicitan
entrenamiento teórico en este campo; hecho que permite que muchos de estos
profesionales que se desempeñarán en un futuro como funcionarios judiciales
conozcan el apoyo que pueden obtener de ella en los diferentes Procesos, pues “...
aún cuando gran parte de los miembros de los organismos encargados de la
investigación criminal e identificación en nuestro país tienen conocimiento sobre la
existencia de laboratorios de antropología forense, son frecuentes las situaciones en
que los funcionarios judiciales no tienen claro el servicio que puede prestar un
antropólogo forense, o peor aún, que su participación sea tenida en cuenta como un
procedimiento más incluido en el Proceso.” (Patiño, 1998:118).

Actualmente (año 2004) laboran cuatro antropólogos forenses con la Fiscalía


General de la Nación y dos con el Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses,

!
estos últimos apoyados por una profesional médica, cifra de peritos por cierto mínima
si se tiene en cuenta la gran cantidad de cadáveres correspondientes a casos
complejos que son reportados a nivel nacional por las diferentes autoridades y que
no pueden ser apoyados en su totalidad por los actuales antropólogos forenses.
Lo anterior lamentablemente genera que gran cantidad de estos cuerpos sean
inhumados en fosas estatales sin lograr su identificación positiva, o por lo menos con
elementos que permitan orientarla; lo que tácitamente genera impunidad en estos
crímenes y lo cual va en detrimento de la investigación médico-legal de las muertes y
de la misma sociedad.

Lo planteado justifica la urgente necesidad de ampliar la planta de profesionales en


esta disciplina, como mínimo cuatro por cada capital de departamento; de no cambiar
esta situación, es posible que la investigación médico-legal de las muertes violentas
y las continuas infracciones a los derechos humanos en nuestro país en este
contexto continúen y que muchos de los victimarios continúen logrando sus objetivos:
torturar, asesinar y desaparecer a sus víctimas.

En Colombia los antropólogos forenses que se desempeñan como peritos estatales


en esta área del saber no han recibido un entrenamiento formal y acreditación que
permita su ejercicio; en lo referente a aspectos académicos del pregrado
universitario, solamente cuentan con dos o tres cátedras relacionadas con
antropología biológica que ofrecen los departamentos de antropología de la
Universidad de los Andes y la Universidad Nacional en Bogotá desde el año 1987.
Hasta el momento se han dedicado a laborar en el área forense pero su
entrenamiento como tal deriva principalmente de la propia experiencia, del desarrollo
de diferentes investigaciones científicas en población colombiana, participación en
cursos en el exterior, del aprendizaje autodidacta con la lectura de publicaciones
científicas extranjeras, del contacto permanente con médicos, patólogos y
odontólogos en la sala de necropsias y de las relaciones académicas con colegas en
el exterior.

!
De otro lado, vale la pena resaltar que es desde entidades estatales colombianas
que la antropología forense ha logrado alcanzar su actual grado de desarrollo, evento
que se dio de manera un tanto diferente en los países demás países
latinoamericanos.

!
2. LA INVESTIGACIÓN JUDICIAL DE LA MUERTE

2.1 ASPECTOS LEGALES Y SOCIALES FUNDAMENTALES EN RELACIÓN CON


LA TANATOLOGÍA FORENSE

Ya que la justicia no es un sentimiento innato en el ser humano, para poder vivir en


comunidad ésta se ve obligada a organizar un aparato judicial que desempeñe una
actividad reguladora de las acciones de cada persona en relación con sus
congéneres. Desde el punto de vista de la justicia, consiste en proteger al inocente y
castigar al culpable según una legislación predeterminada. En lo concerniente al
homicidio, el ejercicio de la justicia arraiga en principio sociales antiguos y
fundamentales como el mandamiento que dice “no matarás”, presente en las
religiones más importantes.

Si no hay una retribución simbólica del daño causado o si se acusa y juzga a alguien
por un delito que no ha cometido, aparece la justicia por mano propia y la usurpación
de esta función legítima del Estado, ambas de efecto deletéreo para la organización
social. Quizá en esto radica el mayor potencial político de la confianza en la justicia
como factor estabilizador de la vida en sociedad y todo el desarrollo cultural que ello
implica.

Nuestra legislación, acorde con estos principios, también consagra la protección de


la vida, honra, bienes, creencias y demás derechos y libertades de todas las
personas residentes en Colombia. La Constitución de 1991, en el título II, capítulo 1,
De los derechos fundamentales, artículo 11, dice textualmente: “El derecho a la vida
es inviolable. No habrá pena de muerte”, y en el artículo 12: “Nadie será sometido a
desaparición forzada, a torturas ni a tratos o penas crueles, inhumanos o
degradantes”.

Morales R. Mary Luz. En Manual para la Practica de Autopsias Médico-legales, 2001:11-12

!
Es necesario, entonces, que la administración de justicia sea realmente justa, que
haga aplicable la ley de manera objetiva y homogénea a todos los ciudadanos. Para
dar un factor de contraste objetivo a pruebas como la confesión o el testimonio, surge
la ciencia forense que aporta la prueba científica.

El médico, clínico y patólogo en un sistema de salud, consciente de los anteriores


aspectos y de su papel orientador de la comunidad, desempeña una importante
función en el proceso judicial. Él toma decisiones relacionadas con el proceso de
reporte de casos que requieren investigación, y con la racionalización del recurso
disponible. También la obtención de la información necesaria le compete, por haber
tenido acceso a ella en el momento de la consulta y durante el manejo inicial del
paciente, lo cual resulta importante para contextualizar los resultados del examen del
paciente aún vivo o del cuerpo durante la necropsia forense.

El aparato judicial es administrado por el Estado (en Colombia es un Estado de social


de derecho, que no debe confundirse con el gobierno) como forma de organización
social. A este Estado pertenecemos todos y, por eso, el médico que actúa como
forense reconoce el valor de su actuación, al contribuir con su saber al cumplimiento
de la responsabilidad de la comunidad de proteger la vida, honra y bienes de sus
asociados, tanto por su obligación legal como por su conciencia de miembro activo
de una sociedad para la cual es importante la justicia.

Los métodos y procedimientos empleados por la Tanatología forense provienen


fundamentalmente de la anatomía patológica y de la patología forense, además de la
practica médica y de otras disciplinas como la antropología y la odontología, para
producir pruebas útiles a la sociedad en general, a la administración de justicia, a la
salud y seguridad públicas, a fin de llevar a cabo, con bases científicas, la búsqueda
de la verdad para evitar que se cometa injusticia con algún miembro de la sociedad
en asuntos relacionados con muertes violentas o muertes no causadas por
enfermedad.

!
El hallazgo de un cadáver es el eslabón inicial de una cadena que debe permitir
discernir si se cometió o no un ilícito. La ocurrencia de una muerte no certificada por
un médico, o no natural, desencadena una secuencia en la que intervienen diferentes
autoridades judiciales, y el inicio de una investigación penal por la comisión de un
posible hecho punible (para nuestro caso en particular, una muerte que podría ser un
homicidio), que demanda represión por parte del Estado y sus agentes.

2.2 LEGISLACIÓN VIGENTE, INSTITUCIONES IMPLICADAS EN LA


INVESTIGACIÓN DE LAS MUERTES VIOLENTAS, ETAPAS DEL PROCESO
JUDICIAL (op. cit.:16-17)

La Constitución de 1991 y los Códigos Penal y de Procedimiento Penal determinaron


un proceso de transición del sistema judicial actualmente en curso, de inquisitivo a
acusatorio. Este último sistema hace énfasis en que la justicia es una guerra para
proteger los derechos fundamentales, con dos importantes batallas: en la calle, la de
recoger las posibles evidencias físicas; en los juzgados, la de sustentarla desde el
punto de vista probatorio.

En la actualidad, las etapas del proceso penal son tres, cada una con diferentes
funciones y objetivos:

2.2.1 INVESTIGACIÓN PREVIA: Tiene como finalidad establecer si existe o no el


hecho punible y si hay lugar o no para iniciar la acción penal y recaudar las
pruebas necesarias para lograr la individualización o identificación de los
autores o partícipes.
Aunque las decisiones son tomadas por los fiscales, en los casos de flagrancia
y en el lugar de los hechos, las unidades de Policía Judicial pueden ordenar y
practicar pruebas sin que se requiera providencia previa. Igualmente, la Policía
Judicial puede, antes del trámite judicial y bajo la dirección y control del jefe
inmediato, adelantar diligencias preliminares y labores previas de verificación

!
del hecho. Se podrían considerar en esta etapa las muertes naturales
investigadas por los médicos judiciales de la oficina antes mencionada.
2.2.2 INSTRUCCIÓN: Etapa en la cual se desarrolla de manera más amplia y
profunda la investigación, con el fin de esclarecer la verdad de los hechos
materia de investigación y sus autores o partícipes, con base en indicios,
pistas y pruebas.

El investigador (y no el fiscal), es responsable de descubrir los indicios, pistas


y posibles pruebas, y el fiscal, quien dirige la investigación, de llevar ante el
juez la prueba recaudada dentro del debido proceso. De esta manera,
mediante un trabajo en equipo, se acopia el acervo probatorio, se valora frente
al posible delito y, si hay suficiente evidencia para probar el ilícito y demostrar
la culpabilidad del procesado, el fiscal procede a acusar.

La principal institución autorizada para ejercer las funciones investigativas es


la Fiscalía General de la Nación, creada por la Constitución de 1991 como
ente acusador con capacidad para perseguir a los infractores de la ley penal y
dotada, además, de la facultad de dirigir y coordinar las funciones de Policía
Judicial, excepto las que cumple la Procuraduría General de la Nación
(artículo 227 de la Constitución Política de Colombia).

Tanto la inspección del lugar del hecho como la necropsia médico-legal tienen
lugar en cualquiera delas dos etapas mencionadas, y en las dos actividades
se debe tener en cuenta la metodología adecuada para que sean útiles en
todas las etapas del proceso judicial (cadena de custodia, debido proceso,
método científico).

2.2.3 JUICIO: Etapa en la que adquiere competencia el juez encargado del


juzgamiento, y el fiscal, la calidad de sujeto procesal. El juez puede decretar la
práctica de las pruebas que considere procedentes.

!
Para llevar a cabo la investigación, los fiscales y jueces cuentan con el auxilio
de la Policía Judicial, encargada de apoyarlos en la consecución,
aseguramiento y estudio técnico-científico, fundamentalmente criminalístico,
de algunas pruebas judiciales, que a la postre serán la base de un
pronunciamiento judicial definitivo.

El Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses, establecimiento


público adscrito a la Fiscalía, procesa pruebas periciales, médicas y de
laboratorios de referencia, científicas y técnicas, para proporcionar el
conocimiento necesario en el adecuado ejercicio de la justicia en Colombia.

2.3 PARTICIPACIÓN DE LA ANTROPOLOGÍA FORENSE EN LA INVESTIGACIÓN


DE LAS MUERTES

Ya visto el marco legal básico del proceso judicial en la investigación de las muertes,
reiteramos que la intención de este texto es mostrar las actividades científicas y
técnicas desarrolladas por la antropología forense como apoyo fundamental a dicha
investigación, pero especialmente enfocada a la solución de casos conformados por
cadáveres complejos, sin querer claro está, dar a entender en ningún momento que
un cadáver reciente no representa su propio nivel de complejidad.

Así las cosas, la investigación judicial de las muertes está orientada a la solución de
casos relacionados con el hallazgo de uno o varios cadáveres que proceden de un
hecho ocurrido en circunstancias violentas o que se presumen de serlo; la
complejidad de una investigación de esta magnitud requiere necesariamente la
intervención de diferentes disciplinas que apoyen con su conocimiento los diferentes
momentos de este extenso proceso, entre ellas, la antropología forense.

!
Una vez las autoridades reciben el reporte del hallazgo de un cadáver o la
información sobre el sitio donde probablemente se encuentra, se procede a oficializar
el caso y se da inicio a las actividades investigativas.

Desde la perspectiva de la antropología también podemos dividir la investigación


judicial de las muertes en tres grandes momentos o etapas, las cuales se encuentran
ampliamente ligadas a tres especialidades de esta disciplina: (1) antropología social,
(2) arqueología y (3) antropología forense, que de otro lado constituyen la columna
vertebral de este texto:

2.4 ETAPA 1: INVESTIGACIÓN PRELIMINAR

Se inicia en el momento en que (1) el hallazgo de un cadáver es reportado a las


autoridades, (2) cuando se obtiene información sobre la ubicación de una posible
fosa clandestina con uno o más cadáveres inhumados, o (3) cuando una persona es
reportada oficialmente como desaparecida.

En el caso (3) o reporte de la persona desaparecida, una de las tareas de esta


primera etapa de la investigación esta orientada a obtener información básica sobre
su perfil biológico, características físicas y las circunstancias en que se dio su
desaparición.

La utilidad de obtener los datos físicos de la persona desaparecida radica en que


esta podrá ser cotejada contra la información física de los cadáveres no identificados
que han ingresado al Instituto Nacional de Medicina Legal; dicho cotejo permitirá
confirmar o descartar que uno de estos cuerpos corresponde a la identidad de una
persona en particular.

La información física que se debe obtener sobre una persona desaparecida se


menciona a continuación, sin embargo, no se deben omitir la anotación de otros

!
datos o características que conozcan los familiares y que pueden ser agregadas en
hojas adicionales:

2.4.1 FORMATO BÁSICO PARA RECOLECTAR INFORMACIÓN FÍSICA Y


OTROS DATOS DE UNA PERSONA DESAPARECIDA

Los datos sugeridos aquí deben ser suministrados por personas de alta confiabilidad,
es decir, que la información debe ser precisa, ya que de suceder lo contrario se corre
el riesgo de que el procedimiento de búsqueda del cuerpo y los cotejos con fines de
identificación por parte de las entidades encargadas de ello sean negativos.

a. Sexo, Edad y Estatura: Se deben precisar especialmente los datos referentes a


la edad cronológica (fecha de nacimiento) y talla de la persona desaparecida, ya
que durante las entrevistas suelen encontrarse imprecisiones al respecto que
pueden dificultar y en muchos casos imposibilitar los cotejos.
b. Características particulares y su ubicación corporal: Color de piel, cabello
(textura, cantidad y color -natural o artificial-), lunares, cicatrices, malformaciones
congénitas, presencia de vello, barba, bigote, calvicie, etc.
c. Reporte de Historias clínicas médicas: Placas de Rayos X y TAC (Tomografía
Axial Computarizada) de cualquier parte del cuerpo, reporte médico de
intervenciones quirúrgicas, especialmente aquellas que comprometieron tejidos
óseos. En caso de que no existan datos clínicos emitidos por un médico, es
importante también documentar otras versiones del reportante, por ejemplo: “...la
persona desaparecida en su niñez se cayó y se partió la muñeca derecha, sin
embargo, no recibió asistencia médica, solamente lo sobaron y luego le
colocaron vendas y tablas alrededor de la herida”. En este ejemplo hipotético

Procedimiento muy popular utilizado en Colombia (especialmente en áreas rurales y sectores urbanos marginales) por
personas no médicas para brindar atención primaria en casos de golpes, magulladuras y otras lesiones por impactación;
consiste en la aplicación de masajes fuertes sobre el área afectada con la ayuda de ungüentos rubefacientes, su posterior
vendaje y ocasional entablillamiento. Este procedimiento pseudomédico poco recomendable, generalmente puede ocultar y/o
agravar una fractura.

!
existe la probabilidad que la persona desaparecida haya sufrido en su niñez algún
tipo de fractura a nivel de tercio distal de radio y/o cúbito con su consecuente
reparación, evento que constituye una característica individualizante útil durante
el proceso de identificación.
d. Historias clínicas dentales: Carta dental, radiografías (periapicales o
panorámicas, presencia de tratamientos). Si la anterior información no está
disponible, los familiares pueden referir en lenguaje no técnico datos acerca de
malformaciones, fracturas, características dentales, color o ubicación atípica de
una estructura dental. Este es un aspecto muy importante que el funcionario
entrevistador debe interpretar y documentar, ya que en la mayoría de los casos
los reportantes no poseen los conocimientos suficientes para describir
técnicamente uno de los eventos dentales mencionados; por ejemplo el
informante no dirá que su familiar desaparecido “...presentaba una vestíbulo-
versión del Nº 23”, en cambio dirá que el desaparecido “...tenía el colmillo
superior izquierdo torcido hacia determinado lado”
e. Fotografías del rostro en cualquier posición y tamaño, son de mayor utilidad las
más recientes, ojalá sonriendo y en la medida de lo posible que exista en la
fotografía algún elemento que permita calcular la escala real o tamaño original del
rostro en la fotografía, es decir, que dicho elemento nos sirva como testigo
métrico (ver numeral de superposición digital de imágenes cráneo-foto del
presente texto). Las fotografías también son útiles confines de identificación en la
medida que en ellas pueden estar presentes prendas que podrían ser cotejadas
con las encontradas con un cadáver no identificado.
f. Hábitos ocupacionales y laborales: Indagar si era fumador activo, actividad
física y/o deportiva que más practicaba.
g. Lateralidad: Indagar si era diestro, zurdo o ambidiestro
h. Prendas que portaba al momento de la desaparición: Describir detalladamente
el tipo de prenda, color, talla, marca, estado de conservación, reparaciones de
sastrería o alguna señal en particular (nombres o alias tejidos en algún área de
las prendas)

!
i. Circunstancias de La Desaparición: Esta información es de gran utilidad para
las pesquisas de las autoridades durante el proceso de búsqueda de la persona
desaparecida, debe ser suministrada por familiares o allegados de absoluta
confiabilidad, pues en caso de que esta sea imprecisa o falsa, la búsqueda e
investigación judicial se verá mal orientada:
j. Fecha, hora y lugar de la desaparición, última vez que fue visto con vida (por un
testigo confiable)
k. Nombre y ubicación de otros familiares, amigos y posibles enemigos
l. Lugares más frecuentados
m. Grupos sociales, políticos y religiosos a los que pertenecía

2.5 FASE 2: TRABAJO DE CAMPO (Aplicación de la Técnica Arqueológica)

Durante esta etapa los objetivos se enfocan a recuperar el cadáver, lo cual puede
suceder de dos formas: (1) porque el cuerpo fue descubierto en algún sitio por una
persona en particular, lo que conlleva a que las autoridades deben utilizar los
procedimientos y técnicas adecuados para el manejo de la escena y levantamiento
del cadáver (2) existe información confiable sobre la posible ubicación geográfica de
una fosa clandestina que contiene en su interior uno o más cadáveres, ante esta
situación se ejercerán actividades de búsqueda tendientes a encontrar el sitio, para
ello se procederá a utilizar la técnica arqueológica forense, la cual se encuentran
ampliamente referida en el Capítulo III de este texto.

2.6 FASE 3: ESTUDIO DEL CADÁVER EN SALA DE NECROPSIAS O EN


LABORATORIO DE ANTROPOLOGÍA FORENSE

Una vez recuperado el cadáver las autoridades deberán enviarlo bajo estricta cadena
de custodia al INMLCF del municipio o ciudad donde fue encontrado, allí será
examinado durante el procedimiento de necropsia o estudio en el laboratorio de
antropología forense.

!
Los procedimientos científicos desarrollados durante esta etapa son de carácter
multidisciplinario, allí se pretende obtener evidencias físicas que deberán
documentarse adecuadamente y que además permitirán establecer las
circunstancias en que se dio la muerte de la persona, al igual que datos para lograr
la identificación positiva del cuerpo, entre otras.

Cuando se trata de casos complejos el concepto del antropólogo forense será


especialmente útil; ya que el estado de preservación de estos cuerpos dificulta dar
respuesta a gran variedad de interrogantes útiles para la investigación de las
muertes.

En lo concerniente a la identificación de los cadáveres que ingresan sin ningún


nombre al INMLCF, se ve durante esta etapa la importancia de disponer de la
correcta información física de una persona desaparecida (Etapa 1), pues ello
permitirá realizar cotejos para confirmar o descartar que uno de estos cuerpos
corresponde a la identidad de una persona desaparecida en particular.

2.7 PORQUE SE ESTUDIAN ALGUNOS CADÁVERES EN EL INSTITUTO DE


MEDICINA LEGAL?

Las muertes investigadas en el contexto médico-legal son todas aquellas que no


ocurren de manera natural y por lo tanto requieren de una investigación científica que
permita informar a la sociedad (autoridades y familiares del fallecido) que fue lo que
ocurrió, cuales fueron las circunstancias en que se dio la muerte de la persona.

Las personas que fallecen de manera natural no son remitidas al Instituto Nacional
de Medicina Legal (en adelante IML) para que se realice necropsia médico-legal
debido a que su muerte era un evento que a nivel médico posiblemente ya estaba
diagnosticado. Si la muerte ocurre en un centro clínico, generalmente el médico
tratante se encargará de diligenciar el certificado de defunción; si ocurre en un sitio
diferente, p.e. en el hogar o en vía pública, existen para estos casos en nuestro país

!
un grupo de médicos especializados de la Fiscalía General de la Nación
denominados “Quincys”, cuya función es acudir a dichas escenas con el objeto de
evaluar el caso y determinar la pertinencia de una necropsia médico-legal.

Los cadáveres que generalmente son remitidos al IML, o sus equivalentes en otros
países, son aquellos que pueden tener una relación con las siguientes situaciones:
Cuando existe homicidio o sospecha de homicidio
Suicidio o sospecha de suicidio
Accidente o historia de accidente
Muertes súbitas e inesperadas

Lo cadáveres que se encuentran a campo abierto, sumergidos en corrientes de agua


o inhumados clandestinamente, son remitidos al IML sin excepción alguna, sin
embargo, suelen presentarse casos en que los cadáveres no necesariamente
deberían ser remitidos a necropsia médicolegal o para diagnóstico antropológico-
forense; nos referimos a los cuerpos que proceden de cementerios legales
abandonados y de enterramientos prehispánicos (para su adecuado abordaje leer las
recomendaciones del Capítulo III del presente texto, numeral de ”Restos Humanos
No Forenses”).

No todos los cadáveres remitidos al IML son resultado de las situaciones


mencionadas anteriormente, también ingresan algunos casos relacionados con la
“Actuación Profesional” (también conocida con el nombre de “Responsabilidad
Médica”), en los que se analiza si la actuación de un profesional de la salud se ajustó
a la “Lex artis” , bien sea con una persona fallecida durante tratamiento médico u
odontológico, durante una intervención quirúrgica o con algún tipo de secuela
después de ella.

Es la “excelencia” del ejercicio médico, con ella se puede evaluar o comparar si el acto médico
realizado se ajusta a lo que debe ser; dentro de un contexto que implica analizar los elementos
disponibles, la complejidad del acto médico y las circunstancias que rodearon la actuación profesional.

!
En Colombia los cadáveres que ingresan a las diferentes salas de necropsias del
IML , son recuperados de manera oficial por las autoridades con funciones
permanentes de Policía Judicial, entre las que podemos mencionar:

Cuerpo Técnico de Investigaciones de la Fiscalía (C.T.I.)


Departamento Administrativo de Seguridad (D.A.S.)
Policía Nacional
Procuraduría General de La Nación

En otras ocasiones y en especial en aquellas zonas donde la situación de orden


público imposibilita el acceso a las autoridades, los cadáveres son rescatados por
otras organizaciones como la Cruz Roja, Organizaciones no Gubernamentales
(ONGs), el Cuerpo de Bomberos, Defensa Civil, o incluso por los propios familiares y
por empleados de las funerarias.

2.8 OBJETIVOS DEL EXÁMEN MÉDICO-LEGAL A UN CADÁVER

Independientemente de que el estudio sea practicado por patólogo, médico o


antropólogo forense, los diferentes estudios científicos que se realizan al cadáver y a
las evidencias físicas que fueron encontradas con él constituyen aportes científicos y
técnicos que generan información veraz y oportuna para la investigación de su
muerte, bien sea para que obren como pistas durante las pesquisas de los
investigadores, o como medio de prueba dentro de un Proceso Judicial. Dentro de
los aportes que proporciona el estudio médicolegal a un cadáver podemos
mencionar:

Realmente se cometió un delito?

En otros países entidades equivalentes reciben nombres como Instituto Anatómico Forense y
Medical Examiner County

!
Cual es la identidad del victimario?
Cual es la identidad de la víctima?
Cuales fueron las circunstancias de tiempo, modo y lugar?
Hace cuanto tiempo falleció la persona?
Las lesiones que presenta el cadáver fueron infligidas por el victimario o por
factores diferentes luego que la víctima falleció?
Es posible confirmar o descartar que las lesiones de la víctima fueron causadas
con el arma decomisada a un sindicado en particular?
De otro lado, Di Maio (2003:2) clasifica los objetivos principales del examen médico-
legal de la siguiente manera:

Determinar la causa de muerte


Determinar el tipo de muerte (manera)
Documentar todos los hallazgos
Constatar o excluir otros factores que pueden haber contribuido a la muerte o a
como se clasificaría el tipo de muerte
Recoger indicios del cadáver en casos criminales
Identificar positivamente un cadáver

A los anteriores objetivos Téllez (2003:94-99) agrega los siguientes:

Establecer las patologías y condiciones fisiopatológicas asociadas


Para establecer particularidades individuales
Para establecer particularidades ambientales: Aspecto relacionado con la
patología ambiental por exposición laboral o por delitos contra el ambiente por
deposición de residuos tóxicos industriales contaminantes o por accidentes en los
procesos industriales o de transporte de materia prima
Para hacer el tanatocronodiagnóstico

!
Para establecer el tiempo probable de expectativa de vida del individuo fallecido
Para establecer el tiempo de sobrevida después de infligidas unas lesiones

2.9 QUE ES MANERA DE MUERTE?

Para decidir si es necesario adelantar un proceso investigativo, el sistema judicial


clasifica las muertes según su manera, lo que permite distinguir de las muertes
naturales que pueden ser certificadas por un médico, de las que requieren de una
investigación judicial.
La manera de muerte, un concepto complejo, involucra aspectos médicos, legales y
culturales y la intervención “intencional o no”, de un tercero o de la propia víctima; en
términos generales, hace referencia a las circunstancias en las que ocurre la
muerte de una persona. Establecer la manera de muerte en un caso constituye un
proceso dinámico en el que muchas veces la clasificación es, en sí misma, resultado
de una investigación (Morales, 2001:12-13).

La manera de muerte es una clasificación de los casos definida según la información


disponible sobre las circunstancias de la muerte y de todos los hallazgos acopiados
durante el curso de la investigación; por tanto, la apreciación inicial en la escena
puede ser modificada de acuerdo con una nueva información aportada y/o los
hallazgos de necropsia o del estudio realizado por el antropólogo forense a un
cadáver esqueletizado (negrillas agregadas por el autor). También una apreciación
en autopsia puede ser modificada por nuevos datos aparecidos durante la
investigación (Ibíd.:13)

La legislación contempla solamente cinco maneras de muerte:

Natural
Accidental
Suicida

!
Homicida
Indeterminada

La muerte se clasifica como indeterminada cuando después de la investigación de


las circunstancias que la rodean, del examen postmortem y de los análisis de
laboratorio apropiados, la información es insuficiente para clasificar la muerte como
natural, homicida, suicida o accidental (Di Maio, 2003:2)

A la anterior clasificación de maneras de muerte Di Maio (Op. cit.) agrega una sexta
denominada “sin clasificar”, que es cuando la muerte no puede incluirse en algunas
de las cinco maneras mencionadas anteriormente; para ello muestra un ejemplo:
”Cuando un individuo psicótico decide que puede volar y lo intenta en un acantilado
de 60 metros de altura. Dicha muerte no es, obviamente, ni natural, ni homicida, pero
¿es un suicidio o un accidente?.

En los casos estudiados por la antropología forense, especialmente los cadáveres


esqueletizados, la clasificación de la manera de muerte constituye un ejercicio
científico bastante complejo y en algunas ocasiones imposible de determinar
plenamente.

Un ejemplo de lo anterior es cuando estudiamos un cadáver esqueletizado no


identificado encontrado al interior de una cueva, articulado anatómicamente y vestido
con prendas que presentan avanzado estado de deterioro, adicionalmente junto al
cuerpo yace una pistola deteriorada y oxidada por el paso del tiempo, ésta no
presenta huellas digitales.

Al estudio del cadáver se observa que el cráneo presenta lesiones consistentes en


un orificio de entrada de proyectil de arma de fuego en hueso temporal derecho y un
orificio de salida en hueso temporal izquierdo; no se encontraron otras evidencias
físicas para análisis. En este caso, si se recuperará el proyectil que hizo impacto

!
sobre el cráneo del individuo es probable confirmar o descartar que la lesión fue
producida por el arma encontrada junto al cadáver, no obstante, las lesiones por
proyectil de arma de fuego no permitirían establecer si se trata de una manera de
muerte homicida, suicida o quizás accidental, pues es posible que fuera cualquiera
de las tres.

En casos como el mencionado en el anterior ejemplo se deben agotar todos los


recursos técnicos y científicos que permitan proponer una hipótesis acerca de la
manera de muerte, basados a su vez en las versiones disponibles sobre el caso, a
un minucioso examen de la escena, de las prendas y del mismo cadáver, este último
apoyado preferiblemente por un experto en balística y/o un experto en física; cuyo
diagnóstico debe ser estudiado en conjunto con las hipótesis que tengan las
autoridades.

Adicionalmente, si el cadáver logra ser identificado positivamente, las autoridades


podrán indagar con los familiares del occiso acerca del estado psicológico de la
persona (hipótesis sobre un posible suicidio), las relaciones que tenía con sus
amigos y en especial quienes eran sus enemigos, pues se ha comprobado en
muchas ocasiones que la identidad del occiso relaciona a la víctima con su agresor.

2.10 QUE ES CAUSA DE MUERTE?

La causa de muerte es la enfermedad o la lesión que produce el trastorno fisiológico


responsable de la muerte del individuo, por ejemplo, una herida por proyectil de arma
de fuego en la cabeza.

2.11 QUE ES MECANISMO DE MUERTE?

Es definida como la perturbación fisiológica originada por la causa de muerte, por


ejemplo, una hemorragia.

!
2.12 QUE ES EVIDENCIA FÍSICA?

En las escenas del crimen siempre se encuentran elementos que pueden llegar a
constituirse como pistas o como pruebas durante un Proceso Judicial, estos
elementos reciben el nombre de evidencia física.

EVIDENCIA: “Del inglés evidence, “evidencia” se refiere a “cualquier artículo


tangible, pequeño o grande, cuyo análisis produce información que tiende a probar o
a oponerse a una hipótesis sobre un punto en cuestión”. Se incluye específicamente
la palabra “pequeño” para recordar la llamada evidencia traza, elemento diminuto,
muchas veces invisible a simple vista y que requiere herramientas especiales para su
examen, por ejemplo, fibras textiles, huellas latentes, etc., elementos que nos hacen
pensar que tanto en el cuerpo como en el lugar del hecho estamos ante escenas
macro y microscópicas que obligan a tomar las precauciones necesarias para no
perder estas muestras (Morales, 2001:39).

Barry & Sherman muestran la utilidad de la evidencia física mediante algunos


ejemplos prácticos:

La evidencia física puede exonerar a un inocente:

Unos hermanos, niño y niña de 8 y 9 años, respectivamente, acusaron a un hombre


anciano de molestarlos. Dijeron que les había dado píldoras que los habían hecho
sentir somnolientos, y luego los había molestado. El investigador hizo que un médico
examinara a los niños y se practicaron exámenes toxicológicos de orina. Los
resultados fueron negativos. Cuando se confrontaron con esta información, los niños
confesaron que habían fabricado toda la historia porque el viejo les disgustaba.

Fisher Barry, Block Sherman. Techniques of Crime Scene Investigation. Fifth Edition, CRC Press,1993:9-13, en Morales et al.
(2001:40-41)

!
La evidencia física puede corroborar el testimonio de la víctima:

Una mujer fue recogida por un conductor. Ella dijo que él había empuñado un
cuchillo y había intentado violarla. Durante la lucha, el dedo pulgar de la mujer fue
cortado antes de que pudiera escapar manejando. Ella relató su historia a la policía y
el sospechoso fue arrestado. Durante el interrogatorio él se declaró insistentemente
como inocente. El investigador notó una pequeña mancha de sangre en la solapa
izquierda de la chaqueta del sospechoso. Este dijo que en la mañana se había
cortado al afeitarse. El investigador envió al laboratorio la chaqueta junto con
muestras de sangre del sospechoso y la víctima. Los resultados probaron que la
mancha era sangre de la víctima y que no podía ser del sospechoso. Esta evidencia
física ayudó a la condena por intento de acceso carnal violento.

Un sospechoso confrontado con evidencia física puede admitir hechos o


incluso confesar

El alto precio de la carne condujo a robos de ganado. Un sospechoso dijo que la


sangre encontrada en su camisa era de él pero se probó que era sangre bovina. Él
admitió plenamente su culpabilidad.

La evidencia física es más confiable y objetiva que los testigos oculares


de los crímenes

Los experimentos psicológicos han mostrado que las observaciones hechas por
sujetos sometidos a prueba, que observan crímenes violentos simulados, son
imprecisas, incluso en los periodos de tiempo inmediatamente posteriores al evento.
Los voluntarios en una prueba psicológica atestiguaron asaltos simulados y se les
pidió que detallaran sus observaciones por escrito. En un periodo de meses se les
repitió esta solicitud. El estudio mostró que la gente tendía a rellenar los vacíos de su
recuerdo con detalles no observados. Si una parte de un evento no fue vista o no
tenía sentido, los sujetos construyeron hechos que parecían razonables para explicar
el episodio. Este comportamiento de “rellenar” fue subconsciente y los sujetos ni

!
siquiera estaban conscientes de que ello había ocurrido. Ellos simplemente
reportaron lo que creían haber visto.

Las decisiones de los juzgados han hecho más importante la evidencia


física

Diversos casos han inclinado la atención a la evidencia como prueba en los juicios,
especialmente para no basar decisiones solo en declaraciones y confesiones de los
acusados.

Se espera evidencia física en casos criminales

Dos factores no relacionados, los programas de televisión y la orientación


tecnológica de nuestra sociedad, apoyan esto. Se espera en un juicio la evidencia
física, como lo hacen en televisión. Y si la ciencia y la tecnología son usadas para
escrutar la evidencia, mucho mejor.

La evidencia física negativa, esto es, la ausencia de evidencia física, puede


ser útil como información

En un caso de fraude a los seguros, la carencia de evidencia de robo en un hogar


pudo ser documentada y el fraude descubierto.
Actualmente y sin querer restarle importancia a las versiones testimoniales y otros
tipos de pruebas, la evidencia física goza de una mayor credibilidad en los procesos
judiciales.

Desde nuestra experiencia en la antropología forense mostramos un caso en que la


evidencia física ha sido útil para desvirtuar un testimonio:

Ingresa un cadáver parcialmente carbonizado con una supuesta identidad, sus


familiares argumentaban que se trataba de un hombre de 30 años, quien había
fallecido durante el incendio de su casa unas pocas horas antes de su ingreso al

!
laboratorio de antropología forense. Al estudio del cuerpo se confirmo que el cadáver
era efectivamente de sexo masculino, no obstante, los centros secundarios de
osificación de diferentes estructuras óseas y el grado de formación y erupción dental
indicaban que se trataba de un joven menor de 15 años. Adicionalmente, el cadáver
presentaba remanentes abundantes de pupas y fragmentos de piel momificada, lo
que demostraba que esta persona había fallecido varios meses atrás, y no unas
horas después de ser recuperado de la escena, como afirmaban sus familiares.

Meses después los investigadores descubrieron que la persona que se creía había
fallecido en la conflagración había adquirido recientemente un seguro de vida por
una cuantiosa suma y que el cadáver estudiado había sido robado de un cementerio
con el fin de suplantar la mencionada identidad para permitir que los familiares
cobraran el seguro.

2.13 PRINCIPIO DEL INTERCAMBIO DE LOCARD

En todo contacto entre un cuerpo y otro se intercambia evidencia física: un agresor al


atacar a su víctima deja en ella algo de él y toda víctima deja algo de ella en el
agresor. De la misma manera, un lugar deja elementos en quienes lo visitan y el
visitante deja elementos en el lugar (Morales, 2001:39).

Por lo anterior, es fácil determinar que una evidencia física puede estar constituida
desde una delgada y casi invisible fibra textil, hasta cualquier arma o elemento de
mayores dimensiones que se puedan encontrar con el cadáver, en la escena, o
quizás fuera de ella; esta es una de las razones por la cual se denominan “casos
complejos” a algunos cadáveres, pues en razón al estado físico y cambios
generalizados (causados por el victimario o por la acción de agentes tafonómicos)
que suelen presentar estos cuerpos, la labor de encontrar evidencias físicas se torna
mucho más difícil que en un cadáver reciente.

!
2.14 QUE ES CADENA DE CUSTODIA ?

La cadena de custodia es el procedimiento que permite establecer una relación


directa de la evidencia con la escena, garantizando que como esta fue hallada, será
presentada ante jueces y fiscales como elemento de prueba de un hecho en
particular.

"Cadena de custodia" es usada como sinónimo de "cadena de seguridad", "cadena


de evidencia" Fisher (1987)

Las evidencias físicas constituyen de por si elementos que permitirán confirmar o


descartar de manera científica las versiones y hechos relacionados con la muerte de
una persona, razón que amerita que estas reciban especial cuidado por parte de las
personas que tengan acceso a ellas.

Las evidencias físicas recuperadas en la escena del crimen pasan obligatoriamente


por las manos de muchas personas; inicialmente son los investigadores judiciales
los primeros que tienen acceso a ellas para llevar a cabo el proceso de registro,
documentación, embalaje, rotulado y transporte hasta el sitio donde serán
analizadas.

El actual Código de Procedimiento Penal Colombiano (CPP:2004) en su artículo N°


288 ordena que se debe aplicar una debida cadena de custodia a los elementos
físicos materia de prueba para asegurar su autenticidad. Esta norma ordena que los
funcionarios o personas que tengan contacto con un elemento materia de prueba
deben asegurar su indemnidad mediante una adecuada cadena de custodia, el
mencionado artículo ordena lo siguiente:

“Se debe aplicar la cadena de custodia a los elementos físicos materia de prueba,
para garantizar la autenticidad de los mismos, acreditando su identidad y estado

!
original, las condiciones y las personas que intervienen en la recolección, envío,
manejo, análisis y conservación de estos elementos, así mismo, los cambios hechos
en ella por cada custodio .La cadena de custodia se inicia en el lugar donde se
obtiene, encuentre o recaude el elemento físico de prueba y finaliza por orden de la
autoridad competente. Son responsables de la aplicación de la cadena de custodia
todos los servidores públicos y los particulares que tengan relación con estos
elementos, incluyendo al personal de servicios de salud, que dentro de sus funciones
tengan contacto con elementos físicos que puedan ser de utilidad en la investigación.
El Fiscal general de la Nación reglamentará lo relacionado con el diseño, aplicación y
control del sistema de cadena de custodia, conforme a los avances científicos y
técnicos”.
Las personas que manipulen las evidencias físicas deberán prever todas las
situaciones que puedan llegar a alterarlas, ya sean de tipo natural o antrópico ,
teniendo en cuenta eventos tales como su transporte, almacenamiento y la misma
manipulación en los casos en que se deban tomar muestras para su análisis.

De otro lado, el artículo N° 289 del mismo código previendo que las evidencias
pueden ser manipuladas o contactadas por múltiples personas y para asegurar aún
mas el cumplimiento de la cadena de custodia ordena lo siguiente:

“Los funcionarios o personas que intervengan en la cadena de custodia a que se


refiere el artículo anterior (Art. 288 CPP.), para los fines relacionados con la
determinación de responsabilidades, deberán dejar constancia escrita sobre:

1. La descripción completa y discriminada de los materiales y elementos


relacionados con el caso, incluido el cadáver, y
2. La identificación del funcionario o persona que asume la responsabilidad de la
custodia de dicho material, señalando la calidad en la cual actúa, e indicando el
lapso, circunstancias y características de la forma en que sea manejado.

De origen humano

!
Del cumplimiento a lo ordenado por las normas anteriores en lo referente al manejo
de la cadena de custodia de las evidencias físicas dependerá el éxito de la
investigación médico-legal de las muertes y en general cualquier investigación
relacionada con un hecho punible tenga, factor estrechamente relacionado con la
popular frase “No existen crímenes perfectos, sino investigaciones inadecuadas”; lo
cual se puede evitar no solamente con el manejo adecuado de las evidencias físicas,
sino también compartiendo oportunamente información a nivel interinstitucional y
evitando protagonismos personales e interinstitucionales.

2.15 LA CADENA DE CUSTODIA EN EL SISTEMA PENAL ACUSATORIO


COLOMBIANO

En razón al advenimiento del Sistema Penal Acusatorio en Colombia a partir del


primero de enero de 2005, mostramos a continuación apartes de las
recomendaciones publicadas por Fisher (1987) con respecto a la cadena de
custodia, de amplia utilidad y/o aplicabilidad en cualquier disciplina del contexto
forense, pero ejemplificada aquí desde el ámbito de la antropología forense.

Esperamos que estas recomendaciones incentiven y optimicen el actual desempeño,


interés y responsabilidad de las personas que cumplen un rol especial en la
manipulación de las evidencias físicas recuperadas en la escena del crimen, pues de
suceder lo contrario, seguramente muchos casos podrán quedar en la impunidad
ante las estrictas exigencias de la misma Ley a este respecto y a la minucia a la que
seguramente acudirán los abogados de la defensa cuando detecten un inadecuado
manejo de la cadena de custodia de las evidencias físicas en cualquier momento del
Proceso Judicial.

2.15.1 LA CADENA DE CUSTODIA DESDE EL CAMPO HASTA LA CORTE

Fisher 1987: Artículo traducido por la Dra. Mary Luz Morales, Patóloga, Jefe de la División de
Tanatología Forense del Instituto de Medicina Legal

!
El papel principal de los investigadores en la escena del crimen es recolectar toda la
evidencia disponible en la escena. Frecuentemente, en casos donde la muerte es
reciente, esto es menos problemático. Sin embargo, con el paso del tiempo la
evidencia puede dispersarse o ser alterada por una cantidad de agentes naturales y
artificiales; esta es la esencia de la tafonomía (Efremov 1940). Aunque la tafonomía
usualmente se enfoca sobre cambios en los restos biológicos, los materiales no
biológicos también sufren transporte, destrucción y modificación. Estos materiales
frecuentemente juegan un papel importante en la reconstrucción de la escena del
crimen o, en términos tafonómicos, el conjunto de muerte.

La antropología forense se ha nutrido fuertemente de los métodos típicos de la


arqueología de campo, sin embargo, hay una cantidad de adaptaciones propias (por
ejemplo el uso de detectores metálicos).

Una diferencia importante es el mantenimiento de una cadena de custodia. El


fundamento de la cadena de custodia es establecer que la evidencia, tal como fue
encontrada in situ , es registrada en una declaración al momento del descubrimiento
y que hay una cadena de custodia continua hasta su presentación en una corte de
ley. "Cadena de custodia" es usada como sinónimo de "cadena de seguridad",
"cadena de evidencia", y "continuidad de la evidencia". Obviamente, la defensa
puede recusar cualquier evidencia si la cadena de custodia está rota en
cualquier momento en el tiempo.

Típicamente, en la excavación común de artefactos prehistóricos, muestras de suelo,


desperdicios, etc., la evidencia se registra, se coloca en bolsas marcadas, y se
transporta a un laboratorio para análisis. Las bolsas pueden permanecer en el
laboratorio por semanas, con gente caminando, entrando y saliendo. El contenido de

En el sitio

!
las bolsas puede ser lavado, catalogado, clasificado y almacenado por muchas
diferentes personas en muchos momentos diferentes.

Ningún arqueólogo considera la posibilidad de que alguna persona o personas


puedan cambiar los artefactos, falsificar las etiquetas, incluso robarlos; como
arqueólogos, nosotros somos confiados y probablemente eso es adecuado. Rara
vez tenemos que ver con robo o deshonestidad debido a que nuestra evidencia casi
no tiene valor monetario. Naturalmente, hay ejemplos ocasionales de robo de
especímenes arqueológicos, y los arqueólogos han empezado a reforzar la
seguridad. Sin embargo, ningún arqueólogo tiene que confirmar su evidencia en una
corte de ley, y la libertad de una persona no depende del desenlace del análisis.

Los antropólogos forenses deben asumir desde el comienzo que su evidencia


terminará en la corte. La evidencia perdida, mal marcada, mal manejada, o
deteriorada puede ser cuestionada. Es necesario tener una declaración en el reporte
que declare los procedimientos llevados a cabo para el mantenimiento de la cadena
de custodia. Si la evidencia física es cuestionada, es necesario ser absolutamente
veraz con respecto a una posible, probable, o positiva rotura en la cadena de
custodia. Nosotros debemos ser capaces de demostrar que no ha habido ninguna
oportunidad para la sustitución de evidencia (Galloway 1990). Las siguientes son
algunas guías básicas para el mantenimiento de la cadena de custodia:
1. Localización en el campo, in situ, de todos los ítems de evidencia física:
Esto incluirá el registro usual de entrada del artículo, junto con la localización
horizontal y vertical dentro del sitio.
2. Marcas de identificación de todos los ítems físicos: Esto incluirá recipientes
apropiados, con marcas o etiquetas de identificación, en las que se anota la
localización y el número de campo. El número de campo nunca debe ser
cambiado.

!
3. Un diario de campo de todas las características: Esto se refiere a
características que no pueden ser preservadas tales como la delimitación de una
fosa. La documentación debe incluir la localización y dibujos a escala.
4. Un diario de campo de todas las fotografías (incluyendo vídeo cintas): Las
fotografías son críticamente importantes para documentar tanto artículos físicos
como sus características. Se recomienda mantener tres cámaras: a color, blanco
y negro y Polaroid. Los procedimientos arqueológicos estandarizados de
documentación fotográfica son apropiados.
5. Una cadena de custodia: Toda persona que tome posesión de cualquier
evidencia debe hacer un registro de transferencia en el diario de campo. Además
mientras que la evidencia esté en custodia de una persona, se debe mantener
una seguridad razonable.
6. Libro de notas: Al recibir un caso forense, uno debe empezar una nueva libreta
para registrar en orden cronológico todos los eventos que empiezan con la
asignación inicial. ¿Quién ofreció u ordenó el trabajo? ¿Quién estaba presente?
¿Cuál es la naturaleza de la solicitud? ¿Cuál era la hora del día? Anote todo a
medida que vaya ocurriendo. Es aconsejable mantener un cuaderno, (no hojas
sueltas) para cada caso. Si se hace esto, no habrá duda con respecto a la
inserción o borramiento de información que pueda comprometer la cadena de
custodia.

2.15.2 DESCUBRIMIENTO DE LA EVIDENCIA

Si el descubrimiento es en la superficie o está enterrado y si se trata de un artefacto,


hueso humano, hueso animal, etc., la evidencia debe ser declarada dentro del
proceso legal. La mayoría de las agencias de policía tienen un especialista en
evidencia forense quien idealmente debe estar asignado al sitio. Es un importante
principio de la antropología forense que nosotros trabajemos como equipo con los
oficiales encargados de la investigación. Los especialistas en identificación forense
son un enlace natural entre la unidad de investigación y la unidad de antropología
forense. A medida que la evidencia es recuperada, el oficial actuará como testigo.

!
Aunque puede no ser crítico que todas las cosas sean declaradas, ciertamente es
aconsejable disminuirse la posibilidad de un cuestionamiento en las cortes.
Siguiendo las técnicas arqueológicas ya establecidas, se anota la evidencia en
cuanto a su localización horizontal y vertical, se fotografía, se registra en el diario de
campo, y se coloca en una bolsa marcada. Al final del día las bolsas con evidencias
son " retenidas", es decir, ellas son tomadas en custodia por el oficial y cerradas con
llave en un gabinete de evidencia cada noche.

El inventario de las bolsas de evidencia es registrado en las notas del antropólogo


forense y firmado por el oficial. El antropólogo forense también debe firmar las notas
del oficial para asegurar que hay correspondencia. El oficial debe entonces colocar
las bolsas en una caja con un sello de la policía, y anotar el número del sello en
ambos cuadernos. Típicamente, en el campo es imposible predeterminar que cosas
pueden constituir evidencia relevante. Prevalece la regla de la inconclusividad.
Swanson et al. (1988) establecieron que "... toda pieza de evidencia disponible debe
ser obtenida y donde hay duda de si un ítem en particular constituye o no evidencia
debe ser definido como tal".

Este proceso es repetido cada día mientras el antropólogo forense está en el campo,
esto asegurará que no haya contaminación de la evidencia. Además, antes de que el
antropólogo forense deje el sitio, deberá asegurarse de que hay guardias apostados
para vigilar el sitio hasta que él retorne el trabajo en la mañana. Este guardia de
turno es delegado por la institución de la policía, y esto debe ser acordado antes de
que empiece la excavación. Ahora es posible testificar inequívocamente que no ha
habido contaminación ni en el sitio, ni en la evidencia extraída del sitio.

2.15.3 ANÁLISIS DE LA EVIDENCIA FÍSICA

!
Bajo circunstancias normales, al final de una excavación la evidencia estará
guardada bajo llave y sellada en una estación de policía. Obviamente, puede haber
evidencia física que no está dentro del campo de pericia del antropólogo forense,
por ejemplo balas, ropa, cubiertas de insectos, efectos personales, etc. La evidencia
debe ser repartida para que vaya a diferentes expertos en diferentes laboratorios. Se
deduce que puede ahorrarse tiempo considerable embalando los materiales
separadamente ya en el campo, previendo con anticipación que serán transferidos a
estos diferentes especialistas.

Por ejemplo, uno puede excavar un par de blue jeans con contenido esqueletizado y
efectos personales en los bolsillos. En este caso, es conveniente sellar en recipientes
separados en el campo los huesos, los pantalones, y los efectos personales.
Posteriormente al final de la excavación, estas bolsas selladas pueden ser
transferidas sin romper los sellos.

Idealmente, la entrega dispersa de evidencias es realizada por oficiales de la policía


en consulta con el antropólogo forense y otras partes interesadas tales como el
medical examiner o coroner . La inferencia de dispersión tafonómica es una
consideración importante en este punto. La evidencia está siendo dispersada (¿un
nuevo problema tafonómico?) y debe haber retroalimentación al antropólogo forense.

En últimas, uno necesitará los reportes de los diferentes expertos con el fin de
interpretar la situación de campo. Si hay trabajo de equipo y una buena comprensión
con el grupo el antropólogo forense puede pedir los reportes a cualquier experto y
esperar mantenerse informado a medida que los datos fluyen. Esto es un camino de

A pesar que en Colombia existen procedimientos estandarizados para el manejo de la evidencia física desde la escena del
crimen, hasta su posterior entrega para análisis (la mayoría reglamentados en el CPP vigente, e incluso en el que regirá a partir
de 2005 Art. 217: “..Cuando en el lugar de la inspección se hallaren partes de un cuerpo humano, restos óseos o de otra índole
perteneciente a ser humano, se recogerán en el estado en que se encuentren y se embalarán técnicamente. Después se
trasladarán a la dependencia del Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses.... para los exámenes que
correspondan.), la experiencia ha mostrado que estas normas no se cumplen a cabalidad; p.e.: Hemos visto numerosos casos
de cadáveres putrefactos rescatados de fosas comunes a quienes les amputan los dedos (pulpejos dactilares) en la escena
para enviarlos a cotejo a entidades diferentes de donde se realizará su respectiva necropsia, ignorando que el IMLCF dispone
de este recurso, hecho que genera innecesariamente la dispersión de la evidencia física (nota del autor).

!
doble vía. Los hallazgos antropológicos deben ser rápida y libremente compartidos
con estos expertos. Esta aproximación multidisciplinaria aumenta la cantidad de
datos que pueden ser extraídos de la escena del crimen.

En este momento el antropólogo forense toma posesión formal de los huesos (y


ocasionalmente de los pedazos de tejidos blandos que aún prevalecen).
Dependiendo de las políticas forenses, los materiales pueden ser recibidos en la
morgue o directamente de la agencia de policía. Puede pedírsele que participe en
una autopsia formal con un patólogo forense. La responsabilidad final del patólogo
forense es identificar e interpretar la patología. Una buena relación de trabajo con el
patólogo forense es esencial. Independientemente de la costumbre local, el cuaderno
de notas del caso debe ser usado para registrar el número de sello, la fecha y hora
de ruptura de los sellos, las personas presentes, y una confirmación del contenido.

En el caso que se dé al antropólogo posesión de los huesos para llevarlos a su


laboratorio personal, esto también debe ser documentado en su cuaderno de notas.
Una vez que los huesos están en el laboratorio, es aconsejable no romper los sellos
hasta que uno esté listo para hacer el análisis. Además, los huesos deben ser
guardados en un gabinete con llave en todo momento en que no se esté trabajando
en ellos. El antropólogo debe tener la única llave.

Cuando el análisis empieza, los sellos se rompen y se documenta esto en el libro de


notas. El laboratorio debe estar cerrado con llave en todo momento, especialmente
cuando uno estará fuera aún por unos pocos minutos. El tráfico debe ser mantenido
al mínimo. Uno puede desear consultar con otros expertos u oficiales de la policía;
cuando esto ocurre, también debe ser anotado. En el caso que alguien más esté
tomando fotografías, el antropólogo debe estar presente.

La mayoría de los especialistas en identificación forense tienen una gran provisión de


sellos de la policía. Ellos estarán deseosos de aportarlos. Al final del análisis, los

!
huesos deben ser empaquetados en cajas y sellados. El mejor lugar para ellos es la
oficina forense local, pero también es posible un gabinete con llave en el laboratorio
personal.

Esto es considerablemente más engorroso que el análisis arqueológico rutinario de


especímenes prehistóricos. Pero es crítico si el caso va a la corte. Potencialmente,
es un desastre, que el antropólogo haya llevado a cabo un brillante análisis y luego
se cuestione todo su testimonio debido a una falla en la cadena de custodia.

2.16 EL ANTROPÓLOGO FORENSE COMO “TESTIGO EXPERTO” ANTE LA


CORTE EN EL SISTEMA PENAL ACUSATORIO COLOMBIANO

El advenimiento del sistema penal acusatorio en nuestro país hará que operen
algunos cambios en el actuar del perito forense colombiano, no obstante, como lo
menciona el doctor Mora (2004) , “el cambio de sistema penal en nuestro país es
más de tipo mental...”, de lo cual se puede colegir que la actuación del perito forense
no variará drásticamente los procedimientos técnico-científicos que venía aplicando a
las evidencias físicas en su laboratorio o en la sala de necropsias.

Los cambios que plantea el Sistema Penal Acusatorio son quizás más de forma, que
de fondo, lo que hará que el perito se enfrente a retos como la obligatoriedad de la
validación y perfeccionamiento de los métodos y técnicas que venía utilizando en el
Sistema Penal Mixto, de otro lado a optimizar sus destrezas en la comunicación para
estar en capacidad de “contar y convencer” al Juez durante el Juicio Oral de la
certeza de los resultados que obtuvo durante su pericia.
Uno de los cambios más llamativos que deberá asumir el perito colombiano
(especialmente teniendo en cuenta que su principal función es analizar la evidencia
física recuperada en la escena del crimen), es el que menciona el nuevo Código de
Procedimiento Penal en su Artículo 372. “Fines. Las pruebas tienen por fin llevar al
conocimiento del juez, más allá de duda razonable, los hechos y circunstancias

Notas del curso “El Testimonio Pericial en el Sistema Acusatorio Colombiano”, Bogotá, Julio de 2004

!
materia del juicio y los de la responsabilidad penal del acusado, como autor o
partícipe”.

En el antiguo sistema penal (mixto) colombiano, el perito se limitaba a aplicar el


método científico para analizar una evidencia física y documentar sus resultados en
un dictamen escrito, documento que generalmente era utilizado en la Corte por el
Fiscal a cargo del caso, de manera excepcional el perito era llamado a la audiencia
para exponer sus resultados. En el nuevo sistema penal el perito deberá mostrar
durante un juicio oral público ese mismo dictamen, pero con la diferencia de que en
esta ocasión deberá exponerlo verbalmente con el objetivo de lograr convencer al
Juez e incluso a la defensa; pues esta última tratará por todos los medios de
contradecir lo expuesto por el perito.

2.16.1. EL INFORME PERICIAL

Como ya habíamos anotado, las recomendaciones del presente numeral no están


diseñadas exclusivamente para el uso del antropólogo forense en la Corte, pues de
hecho se articulan genéricamente a la actividad de cualquier perito. En razón a lo
anterior y por considerarlo de utilidad para la generalidad de los peritos forenses,
hemos trascrito algunas recomendaciones para presentar el Informe Pericial ante la
Corte

El fin principal del informe pericial es el de comunicar en forma clara y objetiva los
resultados de los análisis u otras evaluaciones, además de las conclusiones
sustentadas por los datos. Al igual que con el testimonio, el contenido del informe
pericial debe ser adaptado a las necesidades del auditorio o lector y su capacidad
para comprender la información. Además, el informe, cuando es aceptado por el
tribunal, se convierte en parte integral del expediente judicial y se refleja positiva o

Alpizar R.V. Notas del curso “El Testimonio Pericial en el Sistema Acusatorio Colombiano -Informe Pericial-” Julio de 2004

!
negativamente en su autor -el testigo experto-. Por lo tanto, es importante ser muy
cuidadoso con la información, conclusiones y opiniones que allí se expresan.

2.16.2 CARACTERÍSTICAS GENERALES DEL INFORME PERICIAL

• Preciso, objetivo e informativo


• Descriptivo de la evidencia analizada
• Representativo del trabajo del perito
• Expresión clara y concisa de los hallazgos y conclusiones
• Buena gramática y ortografía
• Bien organizado y en formato fácil de leer

2.16.3 CONTENIDO RECOMENDADO PARA EL INFORME PERICIAL

A. Encabezamientos descriptivos del caso


• Número del caso, víctima, indiciado, demandante, sindicado, fecha del informe
• Contenido o tipo de informe: autopsia, ADN, grafología
B. Lista de Evidencia
• Descripción del empaque y contenido
• Cadena de Custodia: fecha de recibo, de quién, sellos
C. Lista de evidencia analizada y resultados del análisis
• Enunciado del tipo de análisis, instrumentos utilizados para cada elemento
• Lista clara y concisa de hallazgos / resultados: formato de tabular o
esquemático
D. Conclusiones
• Solamente las conclusiones sustentadas por los análisis / evaluaciones
enumerados en el informe
• Opiniones limitadas o ninguna; debe ser tan objetivo como sea posible
E. Disposición de la evidencia
• Cómo se guardo o como se devolvió, a quién, cuándo

!
• Remisión a otros laboratorios
• Retención de muestras o restos de muestras
F. Autoría
• Firma del perito; persona que hizo el análisis y obtuvo las conclusiones
• Firma o iniciales de los revisores técnicos o administrativos

2.16.4 INFORMES DE LABORATORIO Y OTROS INFORMES INSTITUCIONALES

A. Cumplimiento de las guías de Aseguramiento de la Calidad de la Institución


• Revisiones técnicas o administrativas
• El informe es consistente en formato, estilo y contenido con las guías para
informes de la institución
B. Debe mostrar el número del caso y los números de identificación de las
muestras
• Puesto que la evidencia puede ser manejada por varias disciplinas /
especialidades dentro del laboratorio, las cuales presentan sus propios informes,
es necesario establecer un sistema uniforme de identificación de evidencia
• Cada disciplina rotula su informe con el nombre de la especialidad, como Informe
de Balística, Informe de Grafología, etc.

2.17 OPORTUNIDAD DE LAS PRUEBAS

Los informes periciales tienen sus reglas en cuanto al momento en que se deben
presentar, al respecto el CPP que regirá a partir del año 2005 dice en su Artículo
374. Oportunidad de pruebas. “Toda prueba deberá ser solicitada o presentada en
la audiencia preparatoria, salvo lo dispuesto en el inciso final del artículo 357, y se
practicará en el momento correspondiente del juicio oral y público”; de otro lado, el
Artículo 415: Base de la opinión pericial. “Toda declaración de perito deberá estar
precedida de un informe resumido en donde se exprese la base de la opinión pedida
por la parte que propuso la práctica de la prueba. Dicho informe deberá ser puesto

!
en conocimiento de las demás partes al menos con cinco (5) días de anticipación a la
celebración de la audiencia pública en donde se recepcionará la peritación, sin
perjuicio de lo establecido en este código sobre el descubrimiento de la prueba. En
ningún caso, el informe de que trata este artículo será admisible como
evidencia, si el perito no declara oralmente en el juicio.

2.18 COMO EXPONER EL CASO ANTE LA CORTE??

Otra de las bondades del Sistema Penal Acusatorio y naturalmente de la actual


tecnología, es la existencia de gran cantidad de instrumentos durante el proceso de
investigación, como después de este; estas permitirán a los sujetos procesales
(fiscalía - defensoría) demostrar sus argumentos durante el Juicio Oral. Dichos
instrumentos reciben el nombre de “evidencias demostrativas”, cuyo objetivo es
mostrar, aclarar y tratar de que los asistentes al juicio oral comprendan los resultados
obtenidos durante la pericia, prácticamente equivale a desarrollar la prueba ante los
ojos de la Corte.

La evidencia demostrativa es ciertamente una evidencia física obtenida durante


algún momento de la investigación, o incluso al desarrollar la prueba pericial; pero
esta vez recreada por el perito durante el Juicio Oral a través de instrumentos tales
como fotografías, diapositivas, planos, simuladores virtuales, entre otros.

El nuevo CPP colombiano hace referencia al uso de los instrumentos mencionados


anteriormente en su Artículo 423. Presentación de la evidencia demostrativa.
“Será admisible la presentación de evidencias demostrativas siempre que resulten
pertinentes y relevantes para el esclarecimiento de los hechos o para ilustrar el
testimonio del experto”.

Alpizar (op. cit.) menciona que la investigación ha demostrado que recordamos


aproximadamente el 40% de lo que vemos, el 60% de lo que escuchamos y el 85%

!
de lo que vemos y escuchamos al mismo tiempo; por lo que al apelar
simultáneamente a los sentidos de la vista y el oído, comunicamos más información
a más personas, es decir, que una evidencia demostrativa adecuadamente
preparada, interesante y sin errores durante su presentación puede llegar a ser muy
persuasiva para los fines de quien la expone.

2.17 LA IDONEIDAD Y ACEPTACIÓN DEL PERITO EN EL SISTEMA PENAL


ACUSATORIO COLOMBIANO

“Al testigo pericial se le permite testificar no solamente acerca de los hechos sino de
las opiniones y conclusiones extraídas de los mismos, no obstante, para justificar un
testimonio de opinión, es necesario demostrar por prueba interpuesta que el testigo
está calificado, sobre la base de sus observaciones, estudios o experiencia para
hablar en calidad de perito. Antes de testificar, es necesario someter a prueba los
conocimientos y experiencia del perito, mediante preguntas que producen respuestas
que ayudan al juez de conocimiento a determinar la competencia del testigo”

La actuación, pertinencia, calidad científica e idoneidad del perito esta contemplada


en el CPP colombiano que regirá a partir del primero de enero de 2005 (Título IV,
Juicio Oral, Práctica de la Prueba, Parte III Prueba Pericial); los diferentes artículos
hacen referencia a quien puede ser perito y también los procedimientos que se
deben emplear durante el interrogatorio que hace la Fiscalía y al contrainterrogatorio
a que seguramente deberá someterse en diversas ocasiones por parte de la defensa.

En lo referente al perito en antropología forense colombiano, vale la pena anotar que


estas normas constituyen todo un desafío, especialmente por lo referente al estado
actual de los métodos y técnicas que se están utilizando en esta disciplina; pues no
es nada nuevo que apenas nos encontramos en la etapa de validación de muchos de
ellos (los métodos y técnicas validados hasta el momento se muestran en diferentes

Scientific Evidence in Criminal Cases, Moenssens, A.A, Inbau, F.E, y Starrs, J.E., Cap. I, Sec. 1.18:56, The Foundation Press,
Inc. 1986, en memorias del curso “Testimonio Pericial en el Sistema Acusatorio Colombiano”. Bogotá, 2004

!
capítulos del presente texto y se refieren como: “NOMBRE DE LA INVESTIGACIÓN
O VALIDACIÓN....en población colombiana”)

Otro aspecto que debe definirse de manera inmediata en Colombia es la acreditación


de los peritos estatales en antropología forense y de sus respectivos laboratorios, a
este respecto cabe anotar que la Asociación Latinoamericana de Antropología
Forense (ALAF) ya se encuentra diseñando el abordaje de dicha acreditación para la
generalidad de antropólogos forenses latinoamericanos, la cual seguramente
contemplará exámenes semestrales o anuales de pro-eficiencia, record de casos
abordados, demostración/calificación/calidad de casos, investigaciones que aporten
conocimiento y mejoramiento de la antropología forense y en general los criterios de
validación utilizados por diferentes asociaciones científicas a nivel internacional.

Por considerarlo de utilidad para los diferentes peritos forenses y estudiantes de


diferentes disciplinas que lo serán en algún momento de su vida profesional,
transcribimos algunos de los artículos del CPP que hacen referencia a la
participación de peritos durante el Juicio Oral

• Artículo 405. Procedencia. “La prueba pericial es procedente cuando sea


necesario efectuar valoraciones que requieran conocimientos científicos, técnicos,
artísticos o especializados”.
“Al perito le serán aplicables, en lo que corresponda, las reglas del testimonio”.

• Artículo 406. Prestación del servicio de peritos. “El servicio de peritos se


prestará por los expertos de la policía judicial, del Instituto Nacional de Medicina
Legal y Ciencias Forenses, entidades públicas o privadas, y particulares
especializados en la materia de que se trate.
Las investigaciones o los análisis se realizarán por el perito o los peritos, según el

Al momento de transcribir estos artículos (julio de 2004), el Código de Procedimiento Penal aún no ha sido firmado por el
Ejecutivo, por lo cual es posible que su numeración varíe ligeramente con respecto al Código que finalmente se apruebe

!
caso. El informe será firmado por quienes hubieren intervenido en la parte que les
corresponda.
Todos los peritos deberán rendir su dictamen bajo la gravedad del juramento”

• Artículo 407. Número de peritos. “A menos que se trate de prueba impertinente,


irrelevante o superflua, el juez no podrá limitar el número de testigos expertos o
peritos que sean llamados a declarar en la audiencia pública por las partes”.

• Artículo 408. Quiénes pueden ser peritos. Podrán ser peritos, los siguientes:

1. Las personas con título legalmente reconocido en la respectiva ciencia, técnica o


arte.
2. En circunstancias diferentes, podrán ser nombradas las personas de reconocido
entendimiento en la respectiva ciencia, técnica, arte, oficio o afición aunque se
carezca de título.

A los efectos de la cualificación podrán utilizarse todos los medios de prueba


admisibles, incluido el propio testimonio del declarante que se presenta como perito.

• Artículo 409. Quiénes no pueden ser nombrados. “No pueden ser nombrados,
en ningún caso:

1. Los menores de diez y ocho (18) años, los interdictos y los enfermos mentales.
2. Quienes hayan sido suspendidos en el ejercicio de la respectiva ciencia, técnica o
arte, mientras dure la suspensión.
3. Los que hayan sido condenados por algún delito, a menos que se encuentren
rehabilitados”.

!
• Artículo 410. Obligatoriedad del cargo de perito. “El nombramiento de perito,
tratándose de servidor público, es de forzosa aceptación y ejercicio. Para el
particular solo lo será ante falta absoluta de aquellos.

El nombrado sólo podrá excusarse por enfermedad que lo imposibilite para ejercerlo,
por carencia de medios adecuados para cumplir el encargo, o por grave perjuicio a
sus intereses.
El perito que, injustificadamente, se negare a cumplir con su deber será sancionado
con multa de diez (10) a cien (100) salarios mínimos legales mensuales vigentes,
equivalente en moneda legal colombiana”.

• Artículo 411. Impedimentos y recusaciones. “Respecto de los peritos serán


aplicables las mismas causales de impedimento y recusación señaladas para el
juez. El perito cuyo impedimento o recusación haya sido aceptada, será excluido
por el juez, en la audiencia preparatoria o, excepcionalmente, en la audiencia del
juicio oral y público”.

• Artículo 412. Comparecencia de los peritos a la audiencia. “Las partes


solicitarán al juez que haga comparecer a los peritos al juicio oral y público, para
ser interrogados y contrainterrogados en relación con los informes periciales que
hubiesen rendido, o para que los rindan en la audiencia”.

• Artículo 413. Presentación de informes. “Las partes podrán presentar informes


de peritos de su confianza y solicitar que éstos sean citados a interrogatorio en el
juicio oral y público, acompañando certificación que acredite la idoneidad del
perito”.

• Artículo 414. Admisibilidad del informe y citación del perito. “Si el juez admite
el informe presentado por la parte, en la audiencia preparatoria del juicio oral y

!
público, inmediatamente ordenará citar al perito o peritos que lo suscriben, para
que concurran a la audiencia con el fin de ser interrogados y contrainterrogados”.

• Artículo 416. Acceso a los elementos materiales. “Los peritos, tanto los que
hayan rendido informe, como los que sólo serán interrogados y
contrainterrogados en la audiencia del juicio oral y público, tendrán acceso a los
elementos materiales probatorios y evidencia física a que se refiere el informe
pericial o a los que se hará referencia en el interrogatorio”.

• Artículo 417. Instrucciones para interrogar al perito. “El perito deberá ser
interrogado en relación con los siguientes aspectos:

1. Sobre los antecedentes que acrediten su conocimiento teórico sobre la ciencia,


técnica o arte en que es experto.
2. Sobre los antecedentes que acrediten su conocimiento en el uso de instrumentos
o medios en los cuales es experto.
3. Sobre los antecedentes que acrediten su conocimiento práctico en la ciencia,
técnica, arte, oficio o afición aplicables.
4. Sobre los principios científicos, técnicos o artísticos en los que fundamenta sus
verificaciones o análisis y grado de aceptación.
5. Sobre los métodos empleados en las investigaciones y análisis relativos al caso.
6. Sobre si en sus exámenes o verificaciones utilizó técnicas de orientación, de
probabilidad o de certeza.
7. La corroboración o ratificación de la opinión pericial por otros expertos que
declaran también en el mismo juicio, y
8. Sobre temas similares a los anteriores.

El perito responderá de forma clara y precisa las preguntas que le formulen las
partes.

!
El perito tiene, en todo caso, derecho de consultar documentos, notas escritas y
publicaciones con la finalidad de fundamentar y aclarar su respuesta”.

• Artículo 418. Instrucciones para contrainterrogar al perito. “El


contrainterrogatorio del perito se cumplirá observando las siguientes
instrucciones:
1. La finalidad del contrainterrogatorio es refutar, en todo o en parte, lo que el perito
ha informado.
2. En el contrainterrogatorio se podrá utilizar cualquier argumento sustentado en
principios, técnicas, métodos o recursos acreditados en divulgaciones técnico
científicas calificadas, referentes a la materia de controversia”.

• Artículo 419. Perito impedido para concurrir. “Si el perito estuviera físicamente
impedido para concurrir a la audiencia pública donde se practicará la prueba, de
no hallarse disponible el sistema de audio video u otro sistema de reproducción a
distancia, ésta se cumplirá en el lugar en que se encuentre, en presencia del juez
y de las partes que habrán de interrogarlo”.

• Artículo 420. Apreciación de la prueba pericial. “Para apreciar la prueba


pericial, en el juicio oral y público, se tendrá en cuenta la idoneidad técnico
científica y moral del perito, la claridad y exactitud de sus respuestas, su
comportamiento al responder, el grado de aceptación de los principios científicos,
técnicos o artísticos en que se apoya el perito, los instrumentos utilizados y la
consistencia del conjunto de respuestas”.

• Artículo 421. Limitación a las opiniones del perito sobre insanidad mental.
“Las declaraciones de los peritos no podrán referirse a la inimputabilidad del
acusado. En consecuencia, no se admitirán preguntas para establecer si, a su
juicio, el acusado es imputable o inimputable”.

!
• Artículo 422. Admisibilidad de publicaciones científicas y de prueba novel.
“Para que una opinión pericial referida a aspectos noveles del conocimiento sea
admisible en el juicio, se exigirá como requisito que la base científica o técnica
satisfaga al menos uno de los siguientes criterios:

1. Que la teoría o técnica subyacente haya sido o pueda llegar a ser verificada;
2. Que la teoría o técnica subyacente haya sido publicada y haya recibido la critica
de la comunidad académica;
3. Que se haya acreditado el nivel de confiabilidad de la técnica científica utilizada
en la base de la opinión pericial;
4. Que goce de aceptabilidad en la comunidad académica.

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3. 1 ARQUEOLOGÍA FORENSE Y EL MANEJO DE LA ESCENA DEL CRIMEN

Los cadáveres y restos humanos NN hacen su entrada al ámbito médicolegal de


variadas formas, la más frecuente cuando son encontrados de forma accidental por
personas particulares, también cuando ocurren desastres masivos (explosiones e
incendios en edificaciones, accidentes aéreos, choque de trenes, terremotos, etc), en
tales casos se debe partir de varias hipótesis:

Estamos ante un cadáver o restos humanos no identificados, por lo tanto es


una persona potencialmente desaparecida y algún familiar o allegado lo está
buscando
Estamos ante una escena del crimen hasta que se demuestre lo contrario.
Se requiere abordar la escena, el cadáver y demás evidencias físicas con criterios
científicos y técnicos que proporcionen información útil a la investigación judicial
de la muerte.

El manejo de la escena del crimen con un cadáver reciente es un procedimiento de


hecho exige el cumplimiento de un sinnúmero de procedimientos, pero que requiere
ante todo que su abordaje este coordinado por una persona que tenga calidades de
líder, ya sea fiscal, investigador, oficial de policía u otro; se requiere que él sea capaz
de coordinar las actividades del equipo humano que intervendrá en la diligencia. La
experiencia ha mostrado que cuando la escena del crimen es manejada
inadecuadamente, los resultados durante la investigación judicial serán negativos.

Adicional a las recomendaciones que se realizarán a lo largo del presente capítulo, se


sugiere como mínimo tener en cuenta los siguientes aspectos:

!
Mantenga como constante el seguimiento a las normas vigentes para el manejo de
las evidencias físicas encontradas en la escena; desde el momento en que son
descubiertas, hasta que son registradas, recuperadas, embaladas y transportadas para
su estudio a la sala de necropsias o al laboratorio de antropología forense, en resumen
mantenga una estricta cadena de custodia.

3.2 RESTOS HUMANOS EXPUESTOS O SEPULTADOS

La investigación de la muerte es más compleja cuando un cadáver o partes del mismo


se encuentran sepultados ilegalmente o expuestos al medio ambiente, bien sea en la
superficie, inhumados, o en fuentes de agua (mar, ríos, lagunas, quebradas, pozos
naturales o artificiales). En estos casos los factores ambientales, biológicos y humanos
introducen modificaciones en los cadáveres y evidencias asociadas; factores que deben
ser considerados cuando se trabaja en la escena dentro de la investigación científico
criminalística de la muerte.

Las condiciones del hallazgo de los cuerpos, sumado en algunos casos a evidentes
modificaciones intencionales (calcinación, mutilación) permiten en múltiples ocasiones
inferir que se trata de muertes violentas, quizás homicidios, en los que el victimario
intenta ocultar el cuerpo, la identidad de su víctima o en general la evidencia, intentando
evitar que se de inicio a la investigación judicial.

Por la situación social y de orden público particulares en Colombia y algunos países


latinoamericanos, es importante que en este tipo de casos se considere la probabilidad
de que correspondan a delitos relacionados con violación de los Derechos Humanos o
del Derecho Internacional Humanitario (DIH).

Apartes del Capítulo Nº 19 con este nombre, escrito por la doctora Gloria Jiménez, el antropólogo Andrés Patiño y el autor del
presente texto (2001), adaptado por Sanabria (2004)

!
Generalmente las condiciones del hallazgo de cadáveres en contextos ilegales, limitan
las posibilidades de recuperar evidencias y de que la investigación sea exitosa, por
cuanto en muchos casos el cuerpo es retirado del sitio sin cumplir con la normatividad
que exige este delicado proceso.

Habitualmente los cuerpos o restos humanos son encontrados por particulares,


igualmente por razones de seguridad en zonas de conflicto armado o por dificultades
para el acceso al sitio del hallazgo, los cuerpos son recuperados por miembros del
Ejército, la Policía, la Defensa Civil, la Cruz Roja o los mismos particulares y
trasladados al lugar donde se realizará la diligencia de Inspección Judicial,
generalmente salas de necropsias de las Unidades Locales de Medicina Legal o
morgues de algunos cementerios, a las que asisten funcionarios judiciales e
investigadores. Por esto a veces la investigación se inicia fuera del entorno original en
que fue encontrado el cadáver.

De otro lado en nuestro medio es poco frecuente la asistencia de expertos forenses a la


diligencia de inspección, y esto es particularmente crítico cuando se trata de cadáveres
expuestos al medio ambiente. En exhumaciones programadas en cementerios es más
frecuente que las autoridades soliciten la participación en las diligencias de Inspección
de médicos, odontólogos y, recientemente antropólogos forenses.

El estudio técnico y sistemático de la escena de homicidio basado en una hipótesis que


oriente la recuperación de evidencia física está apenas en desarrollo en nuestro país, lo
que hace necesario que los peritos forenses tengan presente la importancia de este
cambio fundamental, considerando que en este momento el sistema penal se encuentra
en etapa de transición de mixto a acusatorio.

Esta situación, válida aún en la investigación con escenas en recintos cerrados y


cadáveres recientes o frescos, se refuerza cuando los cadáveres se encuentran

!
expuestos al medio ambiente, sepultados, o sumergidos en corrientes de agua, debido
a que la escena, el cuerpo y las evidencias se modifican fácilmente por factores
inherentes a la dinámica del sitio donde fueron depositados o desplazados y a la
intervención, intencional o no, de seres humanos. Adicionalmente la manipulación
inadecuada por autoridades, investigadores y forenses no entrenados puede ocasionar
alteraciones irreparables en los restos y/o evidencias relacionadas, lo cual va en
detrimento de la investigación de las muertes.
El estudio de la escena, la recuperación y traslado de los cuerpos y demás evidencias
físicas relacionadas en casos de cadáveres como los mencionados anteriormente,
exige una rigurosa investigación científico - criminalística de la muerte desde el mismo
momento de la diligencia de inspección para alcanzar el objetivo final de resolver el
caso.

El trabajo debe ser conjunto y coordinado entre las autoridades, los investigadores y los
peritos forenses, y estar orientado a la obtención, estudio y manejo adecuado de
evidencias físicas y muestras biológicas, a la identificación del cadáver y del
responsable si lo hay, la determinación de causa y manera de muerte, estimación del
intervalo postmortem, y a registrar y documentar los procedimientos criminalísticos y
forenses.

En este momento la experiencia de trabajo forense en otros países y la bibliografía


disponible, permiten sustentar que la aplicación de la metodología y conocimientos de
una especialidad de la antropología -la arqueología- y de otra derivada de la
paleoantropología -la tafonomía-, enriquecen la investigación científico criminalística de
la muerte, especialmente en escenas con cadáveres expuestos o sepultados.

La aplicación de la técnica arqueológica forense para el manejo de la escena mejora


sustancialmente los procedimientos investigativos criminalísticos en la escena,
encaminados a la búsqueda y recuperación de restos humanos en diferentes estados

!
de descomposición, expuestos o sepultados, y las evidencias relacionadas; tiene
aplicación también en casos de muertes relacionadas con fuego, en desastres naturales
y accidentes aéreos.

Adicionalmente la arqueología forense y su metodología de trabajo interdisciplinario con


otras ciencias permiten evaluar el medio ambiente (clima, suelo, sistemas biológicos) en
un área, importantes para el estudio de los fenómenos tafonómicos.

La tafonomía se desprende de la arqueología y de la paleoantropología, y su aplicación


a la investigación forense, aunque aparecida muy recientemente, se encuentra en pleno
desarrollo en Colombia. La tafonomía se define como el estudio de los procesos
postmortem que afectan la preservación, observación y recuperación de organismos
muertos, la reconstrucción de su biología y de las circunstancias de su muerte (Leer
Capítulo Nº 5 del presente texto -Tafonomía Forense-).

En contextos forenses el uso de modelos tafonómicos permite hacer estimaciones del


tiempo de muerte, aun en periodos recientes; por lo cual se incluye la descomposición
de los tejidos blandos; reconstrucción de las circunstancias antes y después de que los
cuerpos son depositados en un lugar y diferenciación de los productos del
comportamiento humano de aquellos creados por los sistemas biológicos, físicos
químicos y geológicos.

En nuestro medio contamos con pocos antropólogos forenses dedicados básicamente


al estudio de restos humanos (Antropología Biológica o Física), que hayan participado
en la recuperación de estos con cierta frecuencia. En las condiciones actuales no sería
posible contar con expertos para atender la demanda.

Es necesario entonces, que el patólogo forense que practica necropsias y el odontólogo


forense que realiza procedimientos a nivel oral con estos cuerpos, tengan

!
conocimientos básicos del tema, los cuales les serán útiles para realizar mejor su
trabajo forense, para recalcar su importancia y asistir a la autoridad y a los
investigadores en aspectos técnicos de la recuperación de cuerpos expuestos al medio
ambiente o inhumados ilegalmente. Por otra parte es ideal que al menos en casos de
cadáveres complejos el médico, patólogo o el antropólogo forense asistan a la diligencia
de inspección y para apoyar el manejo de la escena.

3.3 MANEJO MULTIDISCIPLINARIO DEL LUGAR DE LOS HECHOS Y EL CADÁVER

El sitio de hallazgo de un cadáver se considera la escena del crimen principal o


"primaria" a partir de la cual se inician y orientan las actividades investigativas. La
diligencia de Inspección y/o Levantamiento de Cadáver debe realizarse de manera
sistemática para recuperar de forma adecuada el cadáver y las evidencias físicas
asociadas, guardando las relaciones entre sí y con su entorno.

La cadena de custodia debe mantenerse teniendo en cuenta principios básicos como


son: el registro y documentación de la localización in situ de cada evidencia, la
preservación en recipientes debidamente rotulados, registro documental o en formatos
donde se identifiquen las personas responsables, tomar fotografías, videos y notas que
registren las modificaciones introducidas durante el proceso, tanto en el lugar como en
los restos humanos desde el inicio de la diligencia.

Se deben adoptar medidas de seguridad para proteger la escena, las evidencias y el


equipo que realiza la diligencia; se debe solicitar a la autoridad que delimite el área, a la
cual sólo tendrá acceso el personal especializado; en la medida de lo posible se debe
prohibir incluso el acceso a otras autoridades que no tienen nada que ver con el caso,
pues así sea de manera involuntaria, ellos también pueden alterar la escena.

En el sitio (original)

!
3.4 CADÁVERES SEPULTADOS Y EXPUESTOS AL MEDIO AMBIENTE

Cuando se trata del hallazgo de cuerpos expuestos al aire libre o sepultados, se debe
tener en cuenta para la búsqueda y obtención de evidencias físicas, que existe una
mayor probabilidad (comparada con casos de recintos cerrados y cadáveres frescos)
de que existan otras "escenas" o áreas relacionadas con el hecho, la mas importante
desde luego, el sitio donde ocurrió la muerte, especialmente si se trata de un homicidio.
También se deben considerar el medio de transporte utilizado para trasladar el cadáver
desde el sitio del hallazgo, los sitios de depósito transitorio del cuerpo, su adecuada
manipulación en caso de que presente fragmentación intencional por parte del
victimario o la causada por animales, etc.

Es importante revisar minuciosamente el sitio sobre el que se encontraba depositado el


cuerpo con el objeto de buscar evidencias, observar y registrar cambios de la
vegetación, manchas y huellas de impresión (pisadas, huellas de llantas), en la medida
de lo posible estos procedimientos se deben realizar sin estar bajo la presión del
tiempo, pues la experiencia muestra que los manejos inadecuados de la escena se
deben a la premura de los funcionarios judiciales al realizar la diligencia de
levantamiento.

Es ideal la participación de un topógrafo, un dibujante y un fotógrafo para que realicen


todo el proceso de registro gráfico sobre información espacial de la escena (plano
general del sector, sitio específico de hallazgo, ubicación de las evidencias).

Aunque no estén presentes expertos en la diligencia, es conveniente para la


interpretación de los hallazgos, particularmente de los cambios postmortem, registrar
las características físicas de la escena y sus alrededores: temperatura, tipo de suelo,
humedad, (si el hallazgo se hizo en un período seco o lluvioso), nivel freático de la

!
tumba, características de la vegetación circundante y eventualmente la toma de
muestras representativas.

Si el cuerpo presenta aún remanentes de tejidos blandos se debe hacer una


descripción general del mismo en el sitio del hallazgo (textura, proporción, color,
distribución corporal), tomar fotografías (no se deben escatimar esfuerzos en el número
de fotografías, más adelante serán de ayuda invaluable), elaborar esquemas además
del trabajo que realice el topógrafo; reiteramos que esta información debe ser remitida
al médico o al antropólogo forense que estudiarán el cuerpo.

No se recomienda hacer un examen exhaustivo del cuerpo o de los restos en el sitio del
hallazgo; se pueden mencionar en general los cambios observados, de putrefacción,
preservación o anomalías de la descomposición que ameriten un examen mas detallado
del área; describir si se encuentra el cadáver completo o solo se trata de partes
corporales, y modificaciones tales como carbonización - calcinación (parcial, total) o
mutilación.

Se deben buscar indicios de actividad de animales carroñeros e insectos, recuperar y


preservar larvas, pupas o insectos adultos (vivos y muertos) que se encuentren en el
lugar para eventual estudio entomológico, estas muestras deben ser preservadas en
recipientes con alcohol (Leer capítulo de Entomología Forense del presente texto).

En caso de fragmentación o dispersión de partes corporales se debe efectuar una


búsqueda exhaustiva en las zonas adyacentes, evaluando si se trata de la acción de
animales o intervención de seres humanos; se debe tener en cuenta el patrón de
desarticulación por carroñeros (ubique las áreas en donde aparezcan indicadores de
depósito de la cabeza, pelos, huesos faciales o craneanos). En estos casos no se debe
proceder al levantamiento de las partes hasta tanto no se haya realizado una
clasificación numérica y su respectiva ubicación en un gráfico.

!
Debido a la importancia de todas y cada una de las piezas dentales (una de ellas puede
tener el tratamiento odontológico que con cotejos posteriores permitirá identificar el
cuerpo) no se deben escatimar esfuerzos para su recuperación; en casos de cadáveres
inhumados se debe prestar mucha atención para detectarlas en el momento de cernir la
tierra de los diferentes niveles de la fosa y durante toda la exploración del terreno.

En caso de cuerpos o restos humanos expuestos se recomienda que una vez


realizados todos los registros gráficos y documentación del cuerpo in situ, se extienda
un plástico grande o una sábana blanca limpia para colocarlos cuidadosamente sobre
esa superficie y posteriormente proceder a embalarlos con mínima manipulación.
En los casos en que el médico forense es llamado a participar en la escena, éste
debería comunicarse antes de la diligencia con las autoridades e investigadores
buscando información del caso, hacer recomendaciones técnicas pertinentes y conocer
estudios forenses previos. Por otra parte informar a la autoridad judicial el lugar donde
se debe practicar el estudio del cuerpo y/o de los restos, ya que no es conveniente
desde ningún punto de vista realizar los procedimientos científicos y técnicos en el sitio
del hallazgo, lo cual hace necesario trasladar los cadáveres o los restos humanos a la
morgue de la localidad, a la Unidad Local o satélite del IML más cercana, o al
Laboratorio de Antropología Forense del IML en Bogotá D.C.

Reiteramos que es importante que un Médico o un Antropólogo Forense asistan a la


diligencia de inspección, especialmente si se trata del sitio del hallazgo de un cuerpo en
avanzado estado de descomposición o restos humanos expuestos al medio ambiente.
Se recomienda que ellos elaboren su propio informe técnico, aparte del acta de
inspección de la autoridad, consignando fecha, lugar, hora de iniciación y finalización de
la diligencia, nombre de los participantes, los procedimientos realizados (en forma
narrativa) y cualquier perturbación encontrada (que no haya sido causada durante la
labor). Es recomendable en lo posible agregar a la información fotografías, mapas y/o
esquemas gráficos de la escena.

!
3.5 CADÁVERES ENCONTRADOS EN CORRIENTES DE AGUA

En caso de hallazgo de un cadáver o restos humanos en un sitio con agua, se debe


registrar si se trata de mar, río, laguna, pozo de aguas estancadas, aljibes, tanques,
etc.; si es una quebrada o río anotar a que profundidad fue encontrado el cuerpo y si se
trata de corrientes de aguas rápidas o lentas.

Al igual que en todas las escenas, se deben documentar los cambios externos que
presente el cuerpo, tales como pérdidas de tejidos causadas por fauna acuática
depredadora, en estos casos es posible encontrar que los cuerpos presenten lesiones
de tipo postmortem causadas por las aspas o hélices de diferentes embarcaciones, por
lo cual es importante indagar si en el área realmente es utilizado este tipo de transporte.

La importancia de documentar todas las alteraciones del cadáver en la escena, radica


en que dicha información sea remitida al médico o antropólogo que estudiará el cuerpo,
pues de esta manera ellos podrán interpretar mejor los hallazgos durante la necropsia o
el diagnóstico antropológico-forense.

En los casos en que el cadáver es enviado de una ciudad a otra para que se realicen
los respectivos estudios por parte de un médico o un antropólogo forense, se debe
tener absoluta precisión y claridad en la documentación y descripción de los hallazgos
en el cuerpo, ya que de no ser así se puede prestar para interpretaciones erróneas; un
ejemplo de ello sucedió cuando en alguna oportunidad ingresó un caso a nuestro
laboratorio con información documental en la que se mencionaba que “...el cadáver
presentaba una cuerda de nylon alrededor del cuello...”, lo que podría interpretarse
inicialmente como ahorcamiento, no obstante, al momento del análisis no encontramos
ni la cuerda, ni lesiones o signos de trauma en cuello. Una vez establecida la
comunicación con la autoridad que remitió el cuerpo, esta nos explicó que la cuerda

!
había sido utilizada por el equipo de rescate para extraer el cuerpo del río donde se
encontraba sumergido.

3.6 ALGUNAS RECOMENDACIONES PARA LOS MÉDICOS Y PATÓLOGOS


DURANTE EL ABORDAJE DE CASOS COMPLEJOS EN SALA DE NECROPSIAS

Para la práctica de necropsias de casos complejos, los médicos forenses utilizan


fundamentalmente procedimientos adaptados de la patología quirúrgica y forense y de
la práctica médica; en estos casos debería formar parte del protocolo de trabajo la
participación de antropólogos forenses expertos en el análisis de restos óseos
humanos, también es importante el apoyo de odontólogos forenses con experiencia en
su área.

En el protocolo de necropsia, el perito debe registrar la información disponible, hacer


una descripción detallada de hallazgos del examen interno y externo, mencionar los
procedimientos, muestras obtenidas y estudios solicitados. Finalmente debe emitir una
opinión experta que incluya la caracterización física de la víctima, la causa y manera de
muerte y el intervalo postmortem; planteando consideraciones o inferencias basados en
hallazgos objetivos, en el conocimiento de la fisiopatología y de las ciencias forenses.

Durante el procedimiento de necropsia para casos de cuerpos en avanzado estado de


descomposición no se debe olvidar que los tejidos blandos pueden ocultar gran
cantidad de lesiones, lo que obliga a realizar el procedimiento de manera muy
cuidadosa y detallada (realice levantamiento facial, corte en X en tórax posterior, no
dude en levantar piel cuando hayan cicatrices o alteraciones superficiales, recuerde que
estas áreas pueden ocultar hemorragias asociadas a lesiones recientes con
compromiso óseo, también se pueden encontrar lesiones óseas antiguas)
especialmente en los casos de descomposición irregular (Leer Capítulo IV del presente
texto -Intervalo Postmortem- Descomposición Irregular-).

!
El examen exhaustivo del cuerpo, apoyado en lo posible de estudios radiológicos a la
totalidad del cuerpo, permite confirmar o descartar la presencia de lesiones; la
recomendación general para los médicos es que no se debe considerar causa y
manera de muerte “sin determinar” hasta tanto no se haya realizado un estudio
interdisciplinario completo del caso y concluido la investigación judicial.

El estado de descomposición o fragmentación que presentan algunos cadáveres


imposibilitan generalmente determinar durante la necropsia datos como el sexo, edad
biológica, talla, descripción y temporalidad de lesiones óseas, ello hace necesario que
estos cuerpos sean remitidos para estudio al antropólogo forense, quien se encargará
de responder los interrogantes anteriormente planteados a partir del análisis de
diferentes estructuras óseas.

Debido a que en nuestro medio se cuenta con pocos antropólogos forenses sería
imposible que estos apoyaran de manera presencial el estudio de casos complejos a
nivel nacional, por lo que se recomienda que cuando esta situación se presente, se
estudie la posibilidad de enviar al laboratorio de antropología forense las estructuras
óseas necesarias para responder interrogantes que surgen durante la necropsia.
La selección y embalaje de las piezas que serán enviadas para estudio deberán ser
coordinadas previamente entre el médico que realizó la necropsia y el antropólogo
forense que realizará el estudio, adicionalmente el médico deberá acompañar el
cadáver o las muestras para estudio con toda la información disponible (fotocopia del
acta de inspección judicial, fotocopia del protocolo de necropsia o un resumen detallado
donde documente sus hallazgos, fotografías de la escena, versiones de los hechos,
fotografías en original de la escena, cambios producidos en el cadáver durante la
necropsia). No obstante lo anterior, reiteramos que el procedimiento ideal es que el
antropólogo apoye directamente la necropsia de estos casos o que pueda disponer de
la totalidad del cuerpo para su estudio en el laboratorio.

!
Finalmente se debe tener en cuenta que en la mayoría de los casos en nuestro país, las
circunstancias del hallazgo (cuerpo inhumado en fosa ilegal, cuerpo flotando en el agua
con prendas y/o lesiones, cuerpos con ataduras, mordazas o bolsas plásticas
recubriendo la cabeza) orientan a un homicidio, o por lo menos a una manera de muerte
violenta, así el estado del cuerpo no permita confirmarlo con hallazgos objetivos.

3.7 MANEJO DE LA ESCENA BUSQUEDA Y RESCATE DE CUERPOS


INHUMADOS

Fotografía N° 1. Extracción de suelo que conforma el relleno al interior de la tumba, hasta tanto no se haya ubicado el cadáver se
recomienda no penetrar al interior de la fosa, pues se corre el riesgo de ocasionar lesiones postmortem a las estructuras óseas.

Localizar un cadáver inhumado de manera ilegal es una labor muy compleja y requiere
de trabajo en equipo, hecho que implica la participación de especialistas de diferentes
disciplinas. La labor de búsqueda debe realizarse de manera sistemática, con una

!
planeación previa y con la infraestructura adecuada, que incluye entre otros las
condiciones de seguridad y bienestar para el equipo humano.

Gracias a la información obtenida durante las diligencias previas de la investigación


judicial (Etapa 1 o Investigación Preliminar), en algunas ocasiones se requiere localizar
una fosa donde se presume se ha inhumado un cadáver de manera ilegal. En este caso
es necesario que la autoridad incluya dentro de su equipo de trabajo la asesoría de un
antropólogo forense con experiencia en arqueología y entrenado para reconocer
señales que indiquen la localización de un enterramiento.

La experiencia ha demostrado que cuando contamos con un equipo de búsqueda y


rescate de cadáveres inhumados dotado de las herramientas necesarias, coordinado y
entrenado adecuadamente, equivaldrá a un grupo que manejará adecuadamente la
escena, logrando recuperar la mayor cantidad de información y evidencias físicas que
serán útiles para la investigación de las muertes.

3.8 EQUIPO DE ESPECIALISTAS PARA EL MANEJO DE LA ESCENA

Es poco probable que para el manejo de escenas con casos complejos se cuente
siempre con el número ideal de especialistas de diferentes disciplinas, principalmente
en países en vías de desarrollo como el nuestro, donde el presupuesto no es distribuido
equitativamente, o no es suficiente para cubrir estas necesidades, no obstante,
presentamos aquí un lista básica del personal técnico - científico que debería conformar
un equipo de búsqueda y rescate de cadáveres:

Médico o Patólogo Forense


Odontólogo Forense
Antropólogo Forense con experiencia en Arqueología
Entomólogo Forense

!
Geólogo
Fotógrafo Forense
Dibujante
Topógrafo o Planimetrista
Auxiliares de excavación con experiencia en labores de arqueología
Persona responsable de custodiar las evidencias en la escena
Grupo de seguridad

3.9 KIT DE HERRAMIENTAS PARA RECUPERAR CADÁVERES INHUMADOS

Las herramientas recomendadas aquí son las básicas o necesarios para llevar a cabo
diligencias de rescate de cuerpos inhumados, las utilizadas en escenas de crimen más
especializadas no se muestran aquí; ejemplos de algunas de ellas serían detectores de
metales, luces ultravioleta, iluminación auxiliar extensa y dispositivos electrónicos para
levantamiento de planos tridimensionales, entre otros.

Cinta de seguridad para proteger la escena


Brújulas
Palustres de diferentes calibres
Palas cóncavas y planas
Picas
Instrumentos punzantes y cortantes de madera (se recomiendan en madera, ya
que los tradicionales instrumentos metálicos de odontología utilizados en
arqueología suelen ocasionar lesiones postmortem al cuerpo y otras evidencias).
Martillo de goma
Estacas de madera
Testigos métricos

!
Marcadores de tinta indeleble, bolígrafos, lápices de diferentes calibres y colores,
borradores, tajalápiz
Papel milimetrado
Reglas
Madejas de piola o cabuya
Niveles de cuerda y plomadas
Cernidores y lazos
Cepillos de dientes, brochas y pinceles de diferentes calibres
Tachuelas o chinches
Cámaras fotográficas y de vídeo, rollos fotográficos (papel y diapositivas) y
flash.
Linternas y baterías
Lupas y tijeras
Cintas adhesivas y cintas plásticas de diferentes colores
Tablas con sujetadores para apoyar papel
Guantes de algodón para trabajo pesado y guantes de látex
Mascarillas o tapabocas
Botiquín
Metros, decámetros y hectómetros metálicos
Bolsas de papel y de plástico con cierre a presión de diferentes tamaños
Rótulos adhesivos de papel
Rollos de papel aluminio
Recipientes plásticos de diferentes tamaños
Cajas plásticas de diferentes tamaños
Rollos de papel para envolver
Bolsas plásticas de diferentes tamaños

!
Bandejas metálicas para cuerpos enteros y en avanzados estados de
descomposición

La aplicación de la técnica arqueológica es de vital importancia en contextos forenses,


ya que durante ella se documentan adecuadamente los procedimientos realizados en
la escena, desde ubicación y posición precisa del cadáver en la escena, hasta la
disposición in situ de cada una de las evidencias; información que será pieza clave
para el médico o antropólogo forense que estudiará el cadáver, pues permitirá que ellos
correlacionen esta información con los hallazgos obtenidos durante el estudio al cuerpo
o a sus restos.

El objetivo de la aplicación de la técnica arqueológica se enfoca al rescate sistemático


de evidencias físicas que contienen información, no a la recuperación de
“simples objetos”, de otro lado es necesario tener en cuenta que los restos humanos
en contextos forenses, al igual que los restos humanos antiguos, históricos o
prehispánicos también representan un hecho histórico-social y real, razón de más para
recibir el manejo apropiado.

El proceso de búsqueda y rescate de cuerpos inhumados que contemple la aplicación


de la técnica arqueológica implica una fase de prospección, excavación,
exhumación, embalaje (adecuadamente documentados) y transporte del cadáver.

3.10 PROSPECCIÓN

El término Prospección equivale a reconocimiento, búsqueda, exploración. En el


contexto de la arqueología forense es el procedimiento de búsqueda del sitio donde
probablemente se encuentra inhumado un cadáver y se lleva a cabo sobre un terreno
en particular.

!
Existen diferentes técnicas para realizar una prospección, no obstante, en todas sus
variantes este se realiza a partir de la información recolectada previamente por los
funcionarios judiciales que están haciendo seguimiento al caso, o por declaraciones de
testigos (Fase 1 o Investigación Preliminar), sería imposible realizar una prospección
arqueológica sin contar con información previa de la posible ubicación del sitio.

Cuando se va a realizar una prospección arqueológica de carácter histórico o


prehispánico, la información preliminar está generalmente consignada en archivos
escritos históricos y la información suministra por estudios etnográficos o tradición oral.

Al iniciar la prospección en el contexto forense se deberán desarrollar las actividades de


manera sistemática y en un orden tácticamente planeado, lo que permitirá entre otras
reconstruir el contexto de la inhumación (las actividades del victimario durante la labor
de ocultamiento del cadáver), evitar causar daños postmortem al cadáver y recuperar
las evidencias de manera adecuada.

3.11 TÉCNICAS DE PROSPECCIÓN PARA LA UBICACIÓN DE ENTERRAMIENTOS


HUMANOS

3.11.1 RECONOCIMIENTO VISUAL DEL ÁREA

Es una de las técnicas más tradicionales para realizar una prospección arqueológica,
consiste en el recorrido y reconocimiento visual directo sobre un terreno en particular;
allí se realiza un detallado análisis de las características morfológicas de la superficie
del terreno para percibir alteraciones que indiquen la presencia de un sitio que pueda
albergar un cuerpo.

Las alteraciones morfológicas del suelo asociadas a un enterramiento humano pueden


expresarse de diferentes maneras, por ejemplo cambios de color en la superficie del
terreno y en la superficie de capa vegetal que lo cubre, ondulaciones, depresiones o

!
elevaciones del suelo. Estos cambios encuentran su origen en múltiples factores,
principalmente los intencionales o humanos, naturales y los producidos por animales.

3.11.2 CAMBIOS INTENCIONALES O HUMANOS

Son producidos por el victimario en el terreno seleccionado para inhumar el cadáver,


estos cambios se producen en el mismo momento que él ingresa al sitio seleccionado,
desde dejar huellas de sus pisadas, hasta abandonar accidentalmente algún elemento
personal (principio de Locard) en el sitio. Una vez el victimario selecciona el sitio de
enterramiento, procederá a extraer tierra para crear el espacio (fosa) donde abandonará
a su víctima, ya depositado el cuerpo en el sitio, regresará la tierra extraída a su sitio de
origen con el fin de que el cuerpo quede oculto; este proceso ocasionará la mezcla de
los diferentes estratos o capas que componen el suelo, haciendo que el relleno de la
tumba tome una coloración diferente con respecto a su color original; esta es una de las
características que permitirá al arqueólogo ubicar el sitio de enterramiento.

3.11.3 ELEVACIONES DEL TERRENO

Las elevaciones en el suelo son ocasionadas debido a que buena parte del espacio de
la fosa construida por el victimario será ocupada por el cuerpo o cuerpos inhumados,
consecuentemente quedará tierra sobrante al momento de rellenar el espacio creado.

3.11.4 DEPRESIONES EN EL TERRENO

Una vez el cadáver inhumado sufrirá cambios físicos debido a los fenómenos de la
descomposición, uno de ellos es que el cuerpo reducirá dramáticamente su volumen,
pues los gases que hinchan el cadáver desaparecerán paulatinamente, liberando así
un espacio considerable al interior de la fosa y generando de esta forma una depresión
u ondulación más o menos marcada sobre la superficie del terreno con respecto al nivel

!
del suelo que circunda la fosa. (Leer capítulo IV del presente texto: -Intervalo
Postmortem- Fenómenos Cadavéricos)

3.11.5 CAMBIOS EN LA VEGETACIÓN QUE RECUBRE EL ENTERRAMIENTO

La vegetación que cubre y circunda el sitio del enterramiento generalmente suele


presentar cambios de coloración por muerte de la capa vegetal superficial retirada por el
victimario para dar inicio a la apertura de la fosa. En momentos recientes a la apertura
de la fosa, la vegetación afectada se puede tornar de color amarillento oscuro o café
claro; una vez transcurrido algún tiempo es posible que esta vegetación retoñe
nuevamente y sus colores resalten sobre la superficie circundante, este cambio de
coloración es ocasionado por los abundantes nutrientes que la vegetación absorbe del
cadáver.

3.12 TÉCNICAS PARA DETECTAR CAMBIOS AL INTERIOR DEL ENTERRAMIENTO

Para confirmar o descartar la presencia de suelos mezclados, alterados y diferencias de


color se pueden aplicar varias técnicas, entre las que se pueden mencionar las
siguientes:
3.12.1 POZOS DE SONDEO

Son pequeños hoyos o huecos que abre el antropólogo en un terreno con el objetivo de
encontrar evidencias que orienten la ubicación de la tumba, el diámetro de cada pozo
diámetro puede ser igual o superior a 50 cm. x 50 cm. (Fotografía Nº 2 y 3); su
profundidad dependerá de la ubicación del cadáver o evidencias en el suelo. Esta
técnica es utilizada generalmente en terrenos amplios en los que se tiene la certeza de
que el enterramiento existe, pero no se cuenta con su ubicación exacta, para estos
casos el número de pozos requeridos puede variar.

!
Los pozos de sondeo tiene varios objetivos, uno de ellos es acceder al interior del
terreno para analizar sus características morfológicas, es decir, si se encuentra alterado
o mezclado, pero quizás su principal propósito es encontrar en su interior una parte del
cadáver; una vez descubierta esta, se procede a ampliar el pozo de tal forma que
permita exponer la totalidad del cuerpo para su posterior documentación, registro y
exhumación.

3.12.2 BARRENADOS

Es una de las técnicas más tradicionales en la búsqueda de cuerpos inhumados, la


herramienta utilizada suele ser un barreno metálico o eventualmente una sonda en el
mismo material, estos instrumentos se introducen de manera vertical en diferentes
sectores del sitio para extraer muestras o “columnas” de tierra del sitio a diferentes
profundidades. La morfología y contenido de estas muestras nos indicarán si los
estratos o capas del suelo examinado se encuentran mezclados o traen consigo
fragmentos de evidencias, señal indicadora de que probablemente nos encontramos
ante un enterramiento humano (Fotografía Nº 3, flecha).

Fotografía Nº 2 Fotografía Nº 3
Apertura de pozos de sondeo Vista superior de un pozo de sondeo, la
flecha señala un “cateo” realizado con
barreno metálico

!
3.12.3 PERROS ADIESTRADOS

Estos animales son entrenados para encontrar cadáveres, generalmente son utilizados
en casos de desastres naturales y desastres masivos, en los que algunos cuerpos e
incluso sobrevivientes quedan atrapados debajo de los escombros, lamentablemente en
nuestro país adolecemos hasta el momento de esta útil herramienta.

3.12.4 GEORADARES

Es una técnica no intrusiva constituida por dispositivos electrónicos, su principio se basa


en la exploración del interior del suelo a partir de la emisión de ondas electromagnéticas
que penetran el terreno a diferentes profundidades. Una vez estas han penetrado al
interior del suelo seleccionado, es posible que en algún momento choquen con
elementos sólidos, al suceder esto las ondas retornarán de manera inmediata a un
monitor para que sean interpretadas por el técnico que manipula el instrumento, quien a
su vez dictaminará si estas son compatibles con la presencia de un cuerpo; el uso de
este recurso en nuestro país es limitado debido a sus elevados costos.

3.12.5 FOTOINTERPRETACIÓN

Esta técnica utiliza como material de estudio aerofotografías del área donde se
sospecha existe una fosa clandestina, es ideal que las imágenes que se van a analizar
correspondan a momentos diferentes del mismo sitio; como mínimo es ideal disponer
de una o varias imágenes tomadas con anterioridad a la fecha en que se presume
ocurrieron los hechos y otras de fechas posteriores.

El instrumento apropiado para analizar las aerofotografías es el estereoscopio de


espejos, si éste no se encuentra disponible se puede utilizar también un par de gafas
estereoscópicas; ambos elementos proporcionan una imagen tridimensional de la

!
superficie del terreno estudiado, lo que permitirá observar cambios morfológicos que
puedan corresponder a remociones de tierra, cambios superficiales de la vegetación, o
elevaciones y depresiones del suelo que pueden estar asociadas a un enterramiento
humano (ver fotografía Nº 4, círculo punteado).

Fotografía Nº 4. Aerofotografía (IGAC) tomada en mayo de 1948, muestra el Globo “B” del Parque Cementerio Central de Bogotá
(círculo punteado), esta fue una de las imágenes utilizadas en el proceso de búsqueda de la fosa común donde se inhumaron los
cadáveres de las personas fallecidas en los hechos violentos del 9 de abril de 1948.

3.13 ARQUEOLOGÍA FORENSE - PROCESO DE EXCAVACIÓN

Se recomienda que las escenas del crimen que requieren de excavación sean dirigidas,
supervisadas, o como mínimo que cuenten con la presencia de un antropólogo con
experiencia en labores arqueológicas forenses, de lo contrario se corre el riesgo de que
se dejen de recuperar o se lleguen a alterar evidencias físicas por la falta de
entrenamiento de las personas que van a manejar la escena; cabe anotar que cada
escena criminal requiere de metodología, técnica y abordaje diferente.

!
RECOMENDACIÓN IMPORTANTE: Una vez iniciado el proceso de excavación este
debe ser culminado en lo posible el mismo día, pues se han presentado casos en
que las autoridades ingresan a la escena en horas cercanas a la noche, lo que obliga a
suspender la excavación por falta de buena luminosidad y planeando continuar al día
siguiente; un procedimiento realizado de esta manera permite que personas o grupos al
margen de la ley y seguramente relacionados con el crimen, sustraigan los cadáveres u
otras evidencias físicas.

Cuando la excavación deba suspenderse por el arribo de la noche o por cualquier otra
circunstancia, se debe designar un equipo de seguridad que custodie por turnos la
escena durante la noche, dejando constancia escrita de ello, de lo contrario, el
coordinador del equipo de rescate será el responsable inequívoco de la pérdida
de las evidencias físicas.

3.13.1 REGISTROS GRÁFICOS Y DOCUMENTACIÓN DE LA ESCENA

Se deben realizar registros fotográficos, gráficos y de video desde el arribo a la escena,


y antes de ingresar a ella, realizar tomas con vistas generales, medianas y de primer
plano, utilizando testigos o escalas métricas para todas las imágenes. Se deben
fotografiar la totalidad de las evidencias antes de removerlas de su sitio original (no
escatime en el número de fotografías, en el futuro ellas serán más útiles de lo que usted
se imagina).
3.13.2 FIJACIÓN Y PROTECCIÓN DEL LUGAR DE LOS HECHOS

Una vez ubicado el sitio donde se presume que un cuerpo está sepultado se debe
acordonar el área circundante utilizando cinta de seguridad de color llamativo, o en su
defecto un lazo para impedir el acceso de personas ajenas al rescate, esta cinta de
seguridad debe ser colocada a una distancia prudencial alrededor de la escena, de tal

!
manera que las personas autorizadas se puedan desplazar cómodamente en su
interior.

3.13.3 PROCESO DE EXCAVACIÓN

La excavación debe realizarse sin premura y de manera sistemática, pues ello permitirá
recuperar la totalidad de las evidencias, para lo cual se debe ir excavando el sitio por
capas o niveles hasta descubrir totalmente el cuerpo o el esqueleto, despejando la tierra
sobre este y a su alrededor y ubicando las paredes de la fosa.

Si se trata de una escena con varias tumbas se hace necesario clasificar cada una con
números o letras, ello evitará confusiones al momento de rotular y transportar las
evidencias encontradas en los diferentes sitios. Una vez ubicado el enterramiento y
realizados los procedimientos previos a la excavación, se recomienda seguir el
siguiente protocolo:

1. Establecer un punto de referencia o “punto cero” con respecto a la ubicación del sitio
de enterramiento, generalmente se recomienda tomar un punto geográfico o
topográfico definido con el uso de una brújula, también se puede tomar como
referencia un elemento fijo, p.e. un accidente del terreno que no sea móvil, p.e. una
montaña, un bosque, una edificación.

El punto de referencia permitirá dibujar el sitio en esquemas gráficos (generalmente


se realizan sobre papel milimetrado), ya sean planos, mapas o levantamientos
topográficos, su objetivo será ubicar y relacionar espacialmente escena - tumba -
cuerpo y evidencias con respecto a los cuatro puntos cardinales; tanto en
profundidad, como en área. Este punto de referencia debe ser visible y fácilmente
identificable por cualquier integrante del equipo de búsqueda, o quizás para un
equipo de rescate que requiera retomar la escena en un futuro.

!
2. En la excavación deben utilizarse herramientas manuales, tales como pala, azadón
y eventualmente picas metálicas, bajo ningún pretexto se deben utilizar
herramientas mecánicas como taladros o retroexcavadoras, ello iría en contra de un
adecuado manejo de escena, pues alteraría la ubicación original y preservación de
las evidencias.

El relleno de la tumba deberá ser excavado por niveles (ver dibujos Nº 1, 2, 3, 4, 5 y


6) ; el primero puede ser de 0 cm. a 30 cm de profundidad, utilizando una pala
pequeña y plana (en nuestro medio recibe el nombre de "palín"), esta debe penetrar
lenta y cuidadosamente para evitar daños a las evidencias y al cadáver,
especialmente cuando se pueda tratar de un enterramiento superficial.

Los siguientes niveles pueden excavarse con similar profundidad a la del primero, la
tierra que se vaya evacuando de cada nivel deberá ser amontonada de manera
independiente (un montón por nivel) y alejada de las demás por lo menos 2 metros y
lo más posiblemente alejado del enterramiento.

La tierra proveniente de todos los niveles o capas de la fosa deberá ser tamizada sin
excepción, pasándola por un cernidor o malla metálica, ello evitará la pérdida de
evidencias pequeñas como fragmentos óseos, estructuras dentales, joyas, y en
general objetos difíciles de percibir a simple vista (Fotografía Nº 5a), se debe tener
especial cuidado con las evidencias que estén ubicadas sobre o debajo del cuerpo.

Si la tumba es individual y el sitio es muy reducido, se recomienda que una sola


persona excave el relleno; en estos casos es aconsejable colocar tablas que sirvan
de apoyo para evitar que el peso de la persona que excava cause lesiones
postmortem al cadáver u otra evidencia física (Fotografía Nº 5a).

Dibujos tomados de la lectura presentada por Nicholas P. Herrmann, Universidad de Tennessee, durante el Curso Recuperación
de Restos Humanos para el Equipo de Agentes Responsables de la Evidencia, Knoxville, Tennessee, Febrero 29 de 2000

!
Dibujo Nº 1 Dibujo Nº 2

Dibujo Nº 3 Dibujo Nº 4

Dibujo Nº 5 Dibujo Nº 6

Dibujos Nº 1, 2, 3, 4, 5 y 6. Proceso de excavación sistemática

!
Fotografía Nº 5. Cuando el sitio de excavación es muy estrecho, se recomienda colocar tablas de apoyo para evitar
daños postmortem al cadáver y demás evidencias físicas

Fotografía 5a. La tierra proveniente de todos los niveles o capas de la fosa deberá ser tamizada sin excepción,
pasándola por un cernidor o malla metálica, ello evitará la pérdida de evidencias pequeñas como fragmentos óseos,
estructuras dentales, joyas, y en general objetos difíciles de percibir a simple vista, la tierra cernida de cada nivel deberá ir
agrupada en montículos diferentes, estos nunca deberán mezclarse, solamente se hará cuando se ha retirado el cadáver
y se ha comprobado que no existen más evidencias en el sitio, en ese momento se procederá a rellenar nuevamente la
tumba con la tierra extraída

!
Si se trata de un espacio amplio o un enterramiento colectivo de grandes dimensiones,
la delimitación y distribución del espacio utilizando el sistema de cuadrícula permitirá
que varias personas trabajen un sector eficientemente, este procedimiento evitará
confusiones y daños innecesarios.

Una vez ubicado el cuerpo, éste se debe exponer in situ, retirando residuos de
vegetación o de suelo que se encuentren sobre, debajo o al lado de éste; esta labor
puede realizarse utilizando brochas y cepillos de cerdas suaves y de diferentes
tamaños, no se recomienda el uso de instrumentos metálicos como los odontológicos.

No se debe retirar el cadáver del sitio hasta tanto este no haya sido expuesto en su
totalidad, de igual forma ninguna de sus partes deberá ser halada con fuerza, pues se
corre el riesgo de causar fracturas de tipo postmortem.

Antes de remover el cadáver o sus restos, se debe medir su longitud total (no son
mediciones osteométricas exactas), en caso que algunas partes del cuerpo se
encuentren esparcidas, se debe medir y dibujar el área aproximada de su distribución.
Si se trata de restos humanos muy deteriorados o degradados, se recomienda tomar las
medidas óseas necesarias in situ, previendo que durante la recuperación o transporte
los huesos se puedan alterar y dificulten su posterior medición. Una vez este expuesto
la totalidad del cadáver es necesarios tomarle fotografías generales y de detalle antes
de retirarlo del sitio.

Una vez removido el cuerpo del sitio en que yace, se recomienda continuar excavando,
hasta encontrar un nivel "estéril" o piso de la tumba (generalmente compuesto por suelo
arcilloso), este procedimiento permitirá confirmar que no existen otras evidencias debajo
del suelo donde reposaba el cadáver, finalmente se procede a rellenar nuevamente la
tumba, dejando constancia escrita de este procedimiento.

!
En el anexo Nº 1 de este capítulo se muestra la ficha de recolección de datos en la
escena recomendada por los doctores Manuel Polo Cerdá y Elisa Prósper, allí también
se encuentra la ficha de consignación de datos bioantropológicos, se cambiaron los
siguientes datos originales: Expediente por Acta de Inspección Nº ___ y Juzgado por
Fiscalía Nº ____o Nombre de la Autoridad

3.14 OTROS PROCEDIMIENTOS EN LA ESCENA

Generalmente es necesario tomar diferentes muestras de suelo de la escena para


responder algunos interrogantes que pueden surgir durante la excavación y que solo
podrán obtener respuesta sometiendo algunas evidencias físicas a análisis físicos,
químicos, micro y macroscópicos en los laboratorios forenses, a continuación referimos
algunas de las muestras que pueden suministrar información útil para la investigación:

3.14.1 MUESTRAS DE SUELO

Una de las preguntas que puede surgir es la referente a si el cuerpo siempre


permaneció en el sitio donde fue encontrado (escena primaria) o fue traído de otro lugar
(escena secundaria); para estos casos se deben tomar muestras representativas de los
diferentes niveles del enterramiento y de la tierra adherida al cadáver, se recomienda
que sean embaladas en bolsas de papel con recubrimiento plástico, deben ser
rotuladas indicando su procedencia y ubicación dentro de la tumba. Estas muestras se
deben enviar al laboratorio de Geología Forense, allí se confirmará o descartará que
proceden del mismo sitio, esta última situación orientaría a que el cuerpo fue traído de
otro lugar y que nos encontramos ante una escena secundaria. Se recomienda también
embalar muestras del suelo que se encuentra ubicado inmediatamente debajo del
cuerpo, pues es posible que allí se preserven remanentes de líquido de purga (fluidos

Ficha de autor: M. Polo Cerdá y E. García Prósper, Laboratorio de Antropología Forense y Paleopatología U.D. Medicina Legal -
Facultad de Medicina, Universidad de Valencia (España)

!
del cadáver) que pueden contener información sobre venenos o químicos asociados a
la causa de muerte de la persona; estas muestras pueden ser enviadas al laboratorio de
química y biología forense.

3.14.2 MUESTRAS DE MATERIAL VEGETAL

Otro tipo de muestras que se recomienda tomar está constituido por material vegetal,
especialmente raíces adheridas al cadáver o en su interior, su análisis por parte de un
biólogo experto en botánica permitirá orientar el intervalo postmortem basándose en el
ciclo vital de la respectiva planta, también puede llegar a determinar si algunos
fragmentos vegetales son originarios, o no del sitio de la inhumación.

3.14.3 MUESTRAS DE FAUNA CADAVÉRICA

Es importante preservar muestras representativas de la fauna cadavérica que se


encuentre alrededor, sobre y en el interior del cadáver, bien sean pupas, larvas o
insectos vivos y muertos. El embalaje de estos especimenes se recomienda llevarlo a
cabo ubicando estos especimenes dentro de recipientes de vidrio debidamente
rotulados que contengan alcohol, indicando el sitio exacto de donde fueron
recuperados. Estas muestras serán de gran utilidad para estimar el intervalo
postmortem del cuerpo y también para determinar si los insectos son originarios del sitio
del hallazgo o de otra escena; adicionalmente el contenido gástrico de las larvas vivas
puede orientar acerca de la presencia de diferentes sustancias químicas que pudiera
haber ingerido la persona antes de fallecer (Ver Capítulo 5a del presente texto -
Entomología Forense-).

!
3.15 EMBALAJE DEL CADÁVER (ESQUELETIZADO) Y EVIDENCIAS ASOCIADAS

Una vez realizados los registros de video, fotográficos y planimétricos de la escena del
crimen, cadáver y evidencias recuperadas se procede a retirarlos de su sitio, sin halar
los huesos ni ejercer presión sobre los mismos, para evitar daños y otras alteraciones.

Se recomienda que las bolsas destinadas para embalar las evidencias tengan un cierre
hermético de seguridad y que su interior esté revestido de papel; deberán llevar una
rotulación (en letra legible o de imprenta) que permita determinar fácilmente por
cualquier persona de que tumba proceden. Se recomienda embalar las estructuras
óseas en bolsas individuales, rotulando cada bolsa de acuerdo a su contenido, en caso
de encontrarse estructuras dentales fuera de sus alvéolos, se sugiere que estas sean
embaladas en los recipientes plásticos donde vienen los rollos de cámara fotográficas,
si no están disponibles se puede hacer en pequeñas bolsas plásticas con sello de
seguridad, consignando en un rótulo de que sitio provienen.

Las bolsas deben cerrarse para evitar que su contenido se mezcle o se extravíe durante
el transporte; por ningún motivo se deben mezclar en una caja o bolsa los restos de
varios individuos.

Cualquier otro tipo de evidencia diferente a material óseo relacionado con el caso se
deben embalar por separado. Las cajas donde serán embalados los restos deben ser
resistentes y preferiblemente de cartón anti-hongos; al empacar el material óseo se
recomienda que las estructuras más pesadas se ubiquen en el fondo de la caja.

La caja que contendrá el cuerpo durante el transporte debe ser rellenada con materiales
que amortigüen los huesos entre sí, p.e. fragmentos de icopor, pelotas de papel o
plástico o viruta de madera, si no se cuenta con este material se puede acudir a
material vegetal seco del sitio.

!
Cada bolsa y caja deberán rotularse idealmente así:
Número de Registro o número del Acta de Inspección.
Sitio de la excavación (ciudad, municipio o vereda)
Fecha de inicio y final de la excavación
Autoridad a cargo.
Nombre de quien embala la muestra.
Contenido
Dependencia del Instituto de Medicina Legal o laboratorio de Antropología Forense a
donde se envía el cadáver para estudio.

3.16 ALGUNAS RECOMENDACIONES PARA EL DEL LUGAR DE LOS HECHOS


CON CADÁVERES CARBONIZADOS O INCINERADOS

Los procedimientos que se deben llevar a cabo con un cuerpo que se encuentra
carbonizado o incinerado deben contemplar los principios básicos para el manejo de
escena que hemos mencionado en páginas anteriores, es decir, su fijación, protección,
embalaje, transporte y en general todos los procedimientos tendientes a un adecuado
registro y documentación.

Las características y cambios físicos externos e internos que presenta un cadáver


después de que ha sido expuesto a altas temperaturas requieren de una observación y
manipulación muy cuidadosa, pues en esta clase de escena tienden a dejarse de
recuperar muchas evidencias físicas, especialmente porque las características del
cadáver (coloración, textura) tienden a confundirse con la superficie del terreno donde
ha sido abandonado, ya que el fuego afecta de manera igual e indiscriminada la
superficie y materiales que circundan al cadáver. Las siguientes son algunos
procedimientos recomendados para seguir en una escena con un cadáver carbonizado
o incinerado.

!
• Las escenas con cadáveres incinerados requieren que el número de personas que
vayan a manipular el cadáver sea mínimo, especialmente porque se corre el riesgo
de que estas aplasten con su propio peso las evidencias, especialmente tejidos
óseos y elementos personales del cadáver, ya que se vuelven extremadamente
friables por el contacto con el fuego.

• Si se trata de una escena a campo abierto debe preverse la ubicación estratégica de


plásticos que eviten que el viento o la lluvia arrastren pequeñas evidencias lejos de
la escena.

• Cuando se encuentren varios cuerpos en la escena se debe evitar al máximo que


durante el levantamiento se lleguen a mezclar prendas y otras pertenencias
personales, pues ello puede ocasionar dificultades en el proceso de identificación en
la sala de necropsias.

• Los fragmentos carbonizados que se encuentren encima, debajo y alrededor del


cadáver deben ser recuperados y embalados de manera independiente en bolsas
plásticas debidamente rotuladas, informando su proveniencia exacta para que sean
analizados junto con el cadáver. No debe llegarse a la exageración de enviar
grandes cantidades de hierba, tierra quemada y otros elementos que suelen
encontrarse en la escena para que sean analizados; una buena evidencia no
depende de su tamaño, sino de la información que de ella se pueda extractar. Esta
recomendación no debe ser mal interpretada, pues podría ocasionar que se dejen
de recolectar evidencias físicas “claves” para resolver el caso, en este
procedimiento de recolección debemos hacer uso de la lógica y destreza forense.

• En lo posible se debe evitar remitir las mencionadas muestras recolectadas en la


escena directamente a los diferentes laboratorios forenses (Química, Física,
Biología, DNA, entre otros), es ideal que el médico o el antropólogo centralicen esta

!
información, lo cual permitirá una mejor interpretación y correlación con los
hallazgos en el cadáver, posteriormente estos profesionales procederán a realizar
las consultas a los respectivos laboratorios.

Adicional a las anteriores recomendaciones, sugerimos también tener en cuenta la


Ficha de Laboratorio para Restos Óseos Incinerados (Anexo Nº 2), la cual muy
amablemente fue autorizada para su publicación en este texto por sus autores.

3.17 RECUPERACIÓN DE CADÁVERES Y TOMA DE MUESTRAS BIOLÓGICAS EN


LUGARES DE LOS HECHOS “NO CRIMINALES”

Es común que se presenten otro tipo de exhumaciones, p.e. aquellas realizadas


directamente en los cementerios oficiales, y que a pesar de haberse practicado la
necropsia médico-legal, durante el curso de la investigación surge la necesidad de
realizar estudios complementarios u omitidos inicialmente, y/o para responder a las
diferentes instancias diferentes cuestionamientos a dictámenes forenses ya realizados.
Para estos casos generalmente asiste un grupo conformado por el Fiscal, médico o
antropólogo forense, fotógrafos y auxiliares del cementerio, quienes se encargarán de
exhumar el cadáver o urna que lo contenga.

Otra variante de exhumación es aquella originada en procesos civiles de filiación con el


objeto de atender demandas de paternidad o reclamación de herencias, el objetivo en
estas exhumaciones es obtener muestras biológicas del cadáver (generalmente tejidos
óseos) para confirmar o descartar por cotejos de DNA que realmente existe un vínculo
biológico con los demandantes. En estos casos no es indispensable la asistencia de
peritos forenses a las diligencias, ya que las muestras las puede tomar un auxiliar de
patología capacitado bajo la supervisión de la autoridad competente (Patiño et al.
2001:175)

!
Si el estudio genético lo va a realizar un laboratorio diferente al del Instituto de Medicina
Legal u otro estatal, la asistencia a la exhumación y la obtención de las muestras es
entonces responsabilidad del laboratorio contratado para tal fin.

3.18 CLASIFICACION DE FOSAS O ENTERRAMIENTOS HUMANOS

Dentro de los informes que se deben entregar a la autoridad competente debe


especificarse de que clase de enterramiento procede el cadáver; de igual forma se debe
tener en cuenta que dependiendo del tipo de enterramiento, el manejo de cada escena
debe tener una metodología diferente. A continuación se mencionan los diferentes tipos
de escena con cadáveres inhumados:
FOSA INDIVIDUAL: Es aquella que contiene en su interior un solo individuo.

FOSA COMUN: Contiene más de un individuo.

FOSA AISLADA O FOSA ADYACENTE: Cuando no se encuentra en contacto con


una fosa cercana.
FOSA PRIMARIA: La que ha contenido al cadáver desde su deceso, se puede
determinar si es primaria analizando la posición de los restos, su grado de articulación
anatómica, su posición anatómica y la ausencia de alteraciones en el terreno.

FOSA SECUNDARIA: El cuerpo fue removido del sitio original de enterramiento y


posteriormente inhumado en el sitio del hallazgo.

FOSA PERTURBADA: Son aquellas fosas primarias que pueden haber sido
alteradas por acción humana, animal o natural.

FOSAS SINCRONICAS: Cuando las fosas encontradas han sido construidas en

!
un mismo espacio temporal

FOSAS DIACRONICAS: Cuando las fosas encontradas han sido construidas en


espacios temporales diferentes

3.19 RESTOS HUMANOS “NO FORENSES”

Los restos óseos y otras estructuras biológicas clasificados como “no forenses”
constituyen una problemática muy particular, ya que su recuperación genera los
procedimientos técnicos y jurídicos vigentes para la recuperación de un cadáver
encontrado fuera de un contexto legal de inhumación y su posterior análisis por parte de
un médico o antropólogo forense, quienes se encargarán de confirmar o descartar que
se trata de restos humanos asociados a un evento criminal.

Los restos óseos “no forenses” están constituidos por una amplia gama de
especimenes entre los que podemos mencionar:

Esqueletos y estructuras óseas procedentes de cementerios prehispánicos


Cuerpos momificados procedentes de poblaciones prehispánicas
Esqueletos y estructuras óseas humanas contemporáneas utilizados
por estudiantes y docentes de Ciencias de la Salud y abandonados luego de su
uso
Cuerpos y estructuras humanas procedentes de museos
Cuerpos procedentes de cementerios actuales abandonados
Huesos de origen animal

Para determinar si una estructura ósea corresponde a un caso “no forense”, debemos
acudir al análisis e interpretación de diferentes elementos y situaciones:

!
3.19.1 ANÁLISIS DEL CONTEXTO EN QUE FUERON ENCONTRADOS LOS
RESTOS

Cuando se trata de cuerpos que son encontrados inhumados podemos analizar cual es
su disposición y/o ubicación al interior de la fosa.

3.19.1.1 ENTERRAMIENTOS HUMANOS PREHISPÁNICOS

Suelen encontrarse a profundidades superiores a 50 cm., generalmente se parte de la


hipótesis que los cuerpos fueron inhumados en el sitio dentro de un contexto funerario y
acompañado de un ritual mágico religioso, lo que implicaría que el cadáver fue colocado
en el sitio con todos los cuidados del caso y no arrojados de forma indiscriminada.
Generalmente estos cuerpos se encuentran en posición anatómica decúbito dorsal
extendido (boca arriba) y muy eventualmente decúbito ventral (boca abajo), no
obstante, se han reportado algunos casos a nivel arqueológico en que el cadáver ha
sido inhumado de pie o con la cabeza hacia abajo y pies arriba, en esta clase de
enterramientos los cuerpos generalmente se encuentran articulados anatómicamente,
sin embargo, movimientos naturales de tierra o corrientes subterráneas pueden llegar a
alterar esta posición. Estos cuerpos generalmente se encuentran acompañados de
material cultural (artefactos fabricados en cerámica, metal, madera y hueso),
ocasionalmente suelen encontrarse huesos de animales, elementos que generalmente
constituyen el ajuar funerario.

3.19.1.2 URNAS O VASIJAS DE BARRO

Se encuentran de diferentes formas y tamaños, algunas pueden presentar figuras


antropomorfas, zoomorfas o fitomorfas en la tapa que recubre la urna, se pueden
encontrar de diferentes formas, tamaños y colores; en estos recipientes generalmente
se encuentran restos óseos humanos desarticulados y en algunas oportunidades
pueden presentar algún grado de incineración o carbonización, este tipo de hallazgo se

!
encuentran asociado a un enterramiento prehispánico de tipo secundario, equivalen a
nuestros osarios contemporáneos. Estas urnas pueden encontrarse inhumadas o
abandonadas en cuevas, en algunos casos pueden estar muy fragmentadas
(Fotografía Nº 6 y 6a) y generalmente presentan algún tipo de decoración incisa o con
pintura

Fotografía Nº 6 y 6a. Fragmentos de cerámica prehispánica encontrados junto a un esqueleto humano durante una excavación en
el sector urbano de la ciudad de Bogotá D.C., al parecer están asociados a la llamada cultura “Herrera” o premuisca

3.19.1.3 FARDOS - ENVOLTORIOS Y MOMIAS

Asociados a poblaciones prehispánicas pretéritas, suelen encontrarse generalmente en


cuevas, en Colombia han sido reportados gran cantidad de casos, la mayoría se han
ubicado en el altiplano cundi-boyacense y algunas zonas del departamento de
Santander. Estos hallazgos consisten en “paquetes” o “bultos” (Fotografías Nº 7 y 8)
cuyo exterior es de tela de apariencia burda, su tamaño varía y generalmente contienen
cuerpos que recibieron un tratamiento pseudomédico por parte de especialistas o
chamanes que se encargaban de eviscerar y deshidratar el cadáver del difunto, para
luego envolverlo herméticamente en telas, someterlo a un ritual funerario y finalmente
abandonarlo en sitios de difícil acceso tanto para humanos, como para animales.

!
Fotografía Nº 7. Fotografía Nº 8

Fotografía Nº 7 Momia prehispánica de individuo adulto


Fotografía Nº 8 Momia prehispánica enfardelada parcialmente, corresponde a un individuo infantil

3.20 CARACTERÍSTICAS Y MORFOLOGÍA DE ESTRUCTURAS ÓSEAS “NO


FORENSES”

Para determinar si un caso es, o no forense, se deben analizar en conjunto y de manera


interdisciplinaria las evidencias físicas recuperadas, la información de la escena donde
fueron encontrados y las versiones existentes sobre los hechos, a su vez en el
laboratorio se examinará la morfología de las estructuras óseas y sus características
particulares.

3.20.1 DEFORMACIÓN CRANEAL

Corresponde a una práctica cultural prehispánica que consistía en la deformación


intencional del cráneo, de uso frecuente en algunas comunidades prehispánicas del
área colombiana y también reportada ampliamente en el Viejo Mundo. Dicha práctica
estaba asociada generalmente a marcar diferencias sociales y económicas, no

!
obstante, algunos cronistas durante el período de la Conquista han referido que
también era utilizada con el fin de crear terror en las comunidades enemigas durante los
enfrentamientos bélicos.

3.20.2 INSCRIPCIONES EN EL MATERIAL ÓSEO

En algunas oportunidades se reporta el hallazgo de estructuras óseas humanas que


presentan inscripciones en su superficie, estas se pueden clasificar en dos grandes
categorías:
1. Formas geométricas en bajo o alto relieve: pueden ser compatibles con dibujos
diseñados por comunidades prehispánicas
2. Palabras o dibujos realizados con lápiz o bolígrafo: Pueden corresponder a dibujos y
nombres de algunos puntos anatómicos e inserciones musculares óseas (ver
fotografías Nº 9, 10 y 11 ), este material proviene generalmente de huesos
utilizados por estudiantes de Ciencias de la Salud durante prácticas de anatomía, los
cuales una vez utilizados durante un tiempo son abandonados de manera o
arrojados al cesto de basura. Estos huesos se encuentran generalmente secos,
limpios y sin presencia de olores propios de la putrefacción.

Fotografía Nº 9 Fotografía Nº 10 Fotografía Nº 11


Inscripciones en material óseo, corresponden a puntos anatómicos dibujados por estudiantes de Ciencias
de la Salud, casos “no forenses”

!
3.20.3 ALGUNAS CARACTERÍSTICAS DE ESTRUCTURAS DENTALES:

1. La presencia de tratamientos dentales (restauraciones, amalgamas, aparatos


ortodónticos, prótesis fijas o removibles) constituyen un indicio que orientaría a que
se trata de un caso reciente y posiblemente forense.
2. Modificaciones dentales expresadas en mutilaciones de tipo ornamental pueden
orientar a que se trata de un caso de origen prehispánico, no obstante, esta práctica
cultural no fue muy común en Colombia prehispánica, como sí lo fue para
comunidades indígenas en Mesoamérica.
3. El desgaste dental muy marcado o aplanamiento regular a nivel de región oclusal e
incisal de estructuras dentales puede orientar a que el individuo pertenece a una
comunidad prehispánica (Fotografía Nº 12), no obstante, este es un criterio que
debe ser manejado con mucho cuidado, ya que es posible ver este tipo de desgaste
también en individuos contemporáneos que presentan problemas de maloclusión
dental, bruxismo o que consumen dietas bastante duras.

Fotografía Nº 12. Desgaste dental asociado a la dieta en un individuo prehispánico muisca (caso “no forense”), se debe tener
mucho cuidado con este aspecto, ya que es posible encontrarlo en algunas comunidades indígenas actuales y en
individuos que presenten bruxismo, maloclusión o que tengan una dieta de alimentos muy duros.

!
3.21 OTROS ASPECTOS QUE SE DEBEN TENER EN CUENTA PARA
DETERMINAR SI UN CASO ES “NO FORENSE”

HISTORIA DEL SITIO DEL HALLAZGO

Es una herramienta muy útil, ya que si se tiene acceso a esta información es posible
realizar interpretaciones preliminares, a saber:

1. Territorios que son ampliamente conocidos porque la evidencia documental y


excavaciones arqueológicas previas han permitido confirmar que allí habitaron
comunidades indígenas prehispánicas (“no forense”).
2. Áreas geográficas en las que se han produjeron guerras o conflictos pretéritos
(históricos) que generaron cadáveres que fueron dejados en el mismo sitio (“no
forense”).
3. Áreas geográficas en los que se han reportado enfrentamientos armados recientes
entre el ejercito legalmente constituido y grupos subversivos, p.e. en zonas de
influencia guerrillera y paramilitar (caso forense)
4. Áreas correspondientes a cementerios actuales que han sido trasladados de sitio, o
simplemente abandonados (“no forense”)

El diagnóstico acerca de si un cadáver es o no forense, debe realizarse con suficientes


criterios técnicos y científicos, pues especialmente para el caso de Colombia, donde
hay una gran cantidad de personas reportadas como desaparecidas y se sabe de la
existencia de gran cantidad de fosas comunes producto de diferentes agentes
generadores de violencia, no se puede correr en los más mínimo el riesgo de calificar a
una de estas escenas como “no forense”, pues ello acarrearía graves consecuencias de
tipo jurídico, social y humanitario; ante cualquier duda que se pueda presentar durante
el análisis de un caso en particular, se debe acudir al apoyo de todos los medios
técnicos y expertos en la materia.

!
HUESO RECIENTE (caso forense) VS. HUESO ANTIGUO O HISTÓRICO (“no
forense”)

Una vez fallece la persona, los procesos biológicos cesan y el cuerpo sufre una serie de
cambios causados por la descomposición cadavérica y por la acción de diferentes
agentes tafonómicos, los cuales afectarán más o menos al cuerpo dependiendo del sitio
donde haya sido abandonado y la manipulación a la que haya sido sometido; razón por
la cual no necesariamente todos los huesos humanos recientes van a presentar las
mismas características, p.e. es posible que una estructura ósea humana abandonada a
campo abierto en una zona donde predomina el clima cálido, pierda en cuestión de dos
a tres meses los olores propios de la putrefacción.

3.21.2.1 CARACTERÍSTICAS DEL HUESO FRESCO O RECIENTE

• Puede presentar olores propios de la descomposición cadavérica


• En su interior se pueden encontrar remanentes hidratados o secos de médula ósea
• En su exterior puede presentar remanentes escasos de tejido blando, cartílago,
ligamentos y tendones deshidratados
• Puede presentar remanentes de fauna cadavérica, especialmente pupas vacías o
remanentes de insectos muertos

3.21.2.2 CARACTERÍSTICAS DEL HUESO ANTIGUO

• Puede presentar cambios externos de coloración y pérdidas de periostio por acción


de agentes químicos del suelo, agua, sol, etc.
• Pérdida de su peso normal (no confundir con osteoporosis)
• Ausencia de fauna cadavérica y olores propios de la putrefacción

!
• Puede presentar descascaramientos, desprendimientos parciales de periostio y
delgadas fisuras transversales y longitudinales (no confundir con las que suelen
observarse en estructuras óseas expuestas a altas temperaturas por fuego)

No obstante lo anterior, reiteramos que para determinar si una estructura ósea


corresponde a un caso forense o “no forense”, se debe acudir al análisis e
interpretación de la escena, evidencias físicas en conjunto y las versiones sobre los
hechos, pues como se comentó anteriormente, existen esqueletos humanos que se han
preservado intactos por miles de años.

3.22 PARTES ÓSEAS HUMANAS ASOCIADAS A BRUJERÍA O HECHICERÍA (casos


“no forenses”)

Un fenómeno que es relativamente común en nuestro medio es el saqueo de


cementerios contemporáneos con el fin de obtener piezas óseas y porciones de suelo
(tierra) con el objeto de realizar prácticas de brujería o hechicería dentro de un contexto
mágico-religioso actual. A primera vista se podría decir que material óseo de este tipo
no estaría relacionado con un caso forense, no obstante, nuestra legislación considera
esta practica como una conducta punible (C.P. Cap. IX -De los delitos contra el
sentimiento religioso y respeto a los difuntos-). El Art. 204 C.P. se refiere al Irrespeto a
Cadáveres: “El que sustraiga el cadáver de una persona o sus restos o ejecute sobre
ellos acto de irrespeto, incurrirá en multa. Si el agente persigue finalidad de lucro, la
pena se aumentará hasta en una tercera parte, sin sobrepasar las diez unidades
multa”).

En razón a que el manejo de las escenas y la recuperación de partes óseas humanas


mencionadas anteriormente, es generalmente realizada por profesionales que
desconocen los aspectos teórico - prácticos referentes a la morfología y funcionamiento
del cuerpo humano, se recomienda en todos los casos solicitar el apoyo de
antropólogos forenses del IMLCF o de la Fiscalía CTI, quienes a partir del análisis de

!
las evidencias y de las escenas podrán confirmar o descartar si se trata de un hecho
punible; en los casos de enterramientos humanos acompañados de evidencias que
hagan suponer que se trata de un enterramiento prehispánico, se recomienda dar aviso
a entidades como el Instituto Colombiano de Antropología e Historia (ICANH),
Asociación Colombiana de Arqueología y a la Asociación Colombiana de Antropología
Forense (ACAF) cuyo e-mail es jdirectiva@acafforense.org, entidades que se encargarán
de determinar su procedencia y coordinar su rescate.
ANEXO Nº 1
FICHA DE REGISTRO FECHA Nº FICHA
ANTROPOLOGÍA FORENSE
(ESQUELETO ADULTO)
CÓDIGO
Acta de Inspección a Cadáver Nº_________________ INVESTIGADORES:
Fiscalía Nº ____ o Nombre Entidad con funciones de Policía
Judicial:
Localidad:
DATOS ARQUEOLÓGICOS FORENSES
UNIDAD ESTRATIGRÁFICA: U.U.E.E. relacionadas:

!
ESQUELETO
Tipo inhumación: Cabeza:
Primario Izquierda
Secundario Derecha
Individual Frente
Colectivo Sobre el torax
Posición: Boca abajo
Decúbito prono Brazos:
Decúbito supino Pegados al cuerpo
Decúbito lateral derecho izquierdo Cruzados pelvis
Fetal Otras Cruzados abdomen
Orientación: Altura cabeza
N-S S-N E-O O-E Otras Bajo del cuerpo
Grados: Otros Describir:
Descomposición: Piernas:
En medio colmatado Extendidas
En medio vacío Semi-flexionadas
Flexionadas
FOSA-RECEPTÁCULO
En superficie
Ataúd. Características:
Sin fosa
Fosa simple
Fosa simple con cubierta
Fosa simple de otro tipo. Especificar:
Fosa común
Tumba de ladrillos
Tumba con cámara o nicho
Otros:
OBSERVACIONES PERIMUNDO

Conservación general:
Completo
Incompleto
Algunos restos fragmentarios

!
INVENTARIO ÓSEO ESTADO DE CONSERVACIÓN

Bueno Regular Malo Muy malo


CRÁNEO
TORAX Indice Conservación (nº huesosx100/200)=
PELVIS
RELLENO DE PELVIS Grado 0 Axial (ax) y apendicular (ap)
MIEMBRO SUPERIOR DERECHO Grado 1 ap / cráneo(c)+ h.larg / c+>2ap.
MIEMBRO SUPERIOR IZQUIERDO Grado 2 c / h.larg / >2ap / 1ax (no costillas) + 1ap
MIEMBRO INFERIOR DERECHO Grado 3 1 ax (no cráneo) / 1ap
MIEMBRO INFERIOR IZQUIERDO Grado 4 Nada de lo anterior. Alguna medida.
Grado 5 Fragmentación total. No medidas.

OBSERVACIONES EN EL LEVANTAMIENTO - RESUMEN GENERAL

Sexo:
Edad:
Estatura:

!
INVENTARIO ÓSEO

!
ANTROPOMETRÍA CRANEAL
NEUROCRÁNEO
MEDIDAS VALOR ÍNDICES VALOR
Longitud máxima I. Cefálico (1)
Anchura máxima I. Altura-anchura (3)
Anchura bizigomática I. Altura-longitud (2)
Altura basio-bregma I. Medio de altura
Longitud de la base del cráneo I. Fronto-parietal (4)
Longitud basion-prostion Volumen craneal
Anchura biauricular
Anchura frontal mínima 1.Cráneo estrecho, medio o ancho
Anchura frontal máxima 2.Cráneo bajo, medio o alto (lateral)
Anchura biastérica 3.Cráneo bajo, medio o alto (anterior)
Altura auricular 4.Frente estrecha, media o ancha
Altura de la calota
Longitud apófisis mastoides
Longitud porion-asterior 1. Dolicocéfalo, meso y braquicéfalo
Circunferencia horizontal máxima 2. Camecráneo, orto e hipsicráneo
Arco sagital frontal 3.Tapeinocráneo, metrio y acrocráneo
4. Estenometope, metrio y eurimetope
Arco sagital parietal
Arco sagital occipital
Arco de la escama occipital
Cuerda sagital frontal
Cuerda sagital parietal
Cuerda sagital occipital
Cuerda sagital de la escama
Perímetro máximo
Arco transversal
Anchura agujero magno
Longitud agujero magno Agujero magno estrecho (microsema),
mediano (mesosema) y ancho
(megasema)
ESPLACNOCRÁNEO
MEDIDAS VALOR ÍNDICES VALOR
Altura total de la cara Facial total
Altura superior de la cara Facial superior (5)
Longitud de la cara Orbitario (6)
Anchura de la cara Nasal (7)
Anchura de la órbita Frontal transverso
Altura de la órbita Palatino
Anchura inter-orbitaria 5.Cara ancha, media o estrecha
Anchura bi-orbitaria 5.Eurieno, meseno y lepteno
6.Orbitas bajas, medianas o altas
Anchura nasal 6.Cameconco, meso e hipsiconco
Altura nasal 7.Nariz estrecha, mediana o ancha
7.Leptorrino, mesorrino y camerrino

!
ANTROPOMETRÍA MAXILAR
MEDIDAS VALOR ÍNDICES VALOR
Longitud máxilo-alveolar I. Arcada alveolar superior (8)
Anchura máxilo-alveolar I. del paladar
Altura del paladar Palatino
Longitud del paladar I. Gnático Flower (9)
Anchura del paladar en M2 Prognatismo facial superior
Prognatismo
Alveolo-subnasal
ANTROPOMETRÍA MANDIBULAR
MEDIDAS VALOR ÍNDICES VALOR ÍNDICE
Longitud total mandibular I. gonio-condíleo
Longitud del cuerpo mandibular D/I I. mandibular (10)
Altura máximade la rama mandibular D/I I. robustez mandíbula
Anchura máxima de la rama D/I I. de la rama
Anchura mínima de la rama D/I
Anchura bi-condílea
Altura mentoniana 8. Arcada sup estrecha, mediana y ancha
Anchura bi-goniaca 8. Dolicouranico, meso y braquiuranico
Ángulo mandibular 9. Maxilar sup no, poco y muy prominente
Espesor del cuerpo mandibular P1-P2 9. Ortognato, mesognato y prognato
Espesor del cuerpo mandibular M1-M2 10. Mandíbula corta, mediana y estrecha
Altura del cuerpo mandíbula 10. Braquignata, mesognata y dolicognata
Angulo mentoniano
ANTROPOMETRÍA POSTCRANEAL
HUESO MEDIDA DER IZQ ÍNDICES
Clavícula Longitud máxima
Diámetro sagital-ap- Terry
Diámetro vertical
Anchura externa Cleido-humeral
Perimetro en centro
Omóplato Altura máxima
Anchura máxima Escapular
Longitud espina
Ángulo áxilo-espinal Glenoideo
Cavidad glenoidea (diámetros)
Húmero Longitud máxima
Anchura epicondilar
Longitud fisiológica Robustez
Diámetro vertical máx. cabeza
Diámetro a-p parte media
Diámetro transv parte media Diafisario
Perímetro mínimo
Perímetro centro

!
Radio Longitud máxima
Diámetro sagital parte media Robustez
Diámetro transv parte media
Perimetro Braquial
Diámetro cabeza
Cúbito Longitud máxima
Diámetro dorsopalmar Robustez
Diámetro transversal
Circunferencia mínima Platolenia
Sacro Número de segmentos
Longitud anterior Hierico
Anchura superior anterior
Diámetro transv máximo base
Coxal Altura ilion
Anchura ilíaca Isquiopúbico
Longitud del pubis
Longitud del isquion
Fémur Longitud máxima
Longitud máxima fisiológica
Anchura epicondilar
Diámetro subtrocantereo sagital Mérico
Diámetro subtrocantereo transv
Diámetro sagital parte media
Diámetro transv parte media
Diámetro vertical de la cabeza
Diámetro transv cabeza
Circunferencia parte media
Tibia Longitud máxima
Diámetro máx. foramen nutricio Cnemico
Diámetro transv en foramen
Circunferencia en el foramen
Rótula Altura
Anchura
Espesor máximo
Peroné Longitud máxima
Diámetro máx. parte media Robustez
Perímetro
Astrágalo Longitud
Anchura Anchura
Altura Altura
Calcáneo Longitud máxima
Anchura Anchura
Altura

Otras medidas de interés:

ODONTOMETRÍA
PIEZA DIAMETRO DIAMETRO INDICE MODULO INDICE
DENTAL MD VL ROBUSTEZ CORONA CORONA
11
12

!
13
14
15
16
17
18
21
22
23
24
25
26
27
28
31
32
33
34
35
36
37
38
41
42
43
44
45
46
47
48

!
superior derecha superior izquierda
18 17 16 15 14 13 12 11 21 22 23 24 25 26 27 28
48 47 46 45 44 43 42 41 31 32 33 34 35 36 37 38
inferior derecha inferior izquierda
* PAM x PPM / Destrucción

ESTIMACIONES ANTROPOLOGICAS

ESTIMACIONES DE CAMPO

Sexo: varón mujer indeterminado alofiso

Edad: infantil I infantil II Adolescente Adulto joven Adulto maduro Senil

(A) ESTIMACIÓN DE LA EDAD:

Categorías: Resumen:

!
Fetal
Neonato
Infantil I (< 6 años)
Infantil II (6-12 años)
Juvenil (12-20 años)
Adulto joven (20-40 años)
Adulto maduro (40-50 años)
Senil (>50 años)

6-7 meses I1 inferiores 6 años M1


8 meses I1superiores 7-9 años I
Erupción dentaria 11meses I2 10-11 años PM1
12-13 meses PM inferiores 12 años PM2 y C
13-15 meses PM superiores 13-14 años M2
18 meses C 19-25 años M3
24-30 meses M

Esfeno-basilar Cresta ilíaca


Cierre de epífisis Clavícula y esterno-clavicular Húmero
Atlas y axis Radio
0 No unión Vértebras Cúbito
1 Unión parcial Sacro Fémur
2 Unión completa Coxal Tibia
Tuberosidad isquiática
Varones caucásicos Mujeres caucásicas

0 (<16) 0 (<13)
Unión costoesternal 1 (17-19) 1 (14-15)
(Fase 4ª costilla) 2 (20-23) 2 (16-19)
3 (24-28) 3 (20-24)
4 (28-32) 4 (24-32)
5 (33-42) 5 (33-46)
6(43-54) 6(43-58)
7 (55-64) 7 (59-71)
8 (>65) 8 (>70)

Fase 1 (18-20 años) Fases I-1/I-2= 20 años


Fase 2 (21-25 años) Fases II-1/II-2= 25 años
Sínfisis del pubis Fase 3 (26-30 años) Fases III-1/III-2= 30 años
Fase 4 (hasta 30 años) Fases IV-1/IV-2= 35 años
Fase 5 (>30 años) Fases V-1/V-2= 40-50 años
Fase 6 (>40 años) Fases VI-1/VI-2 >60 años

!
Bóveda craneal Endocraneal
Medio-lambdoidea
Lambda SAGITAL =
Cierre suturas craneales Obelion LAMBDOIDEA =
Sagital anterior CORONAL =
X, No se puede observar Bregma
0, Abierta Medio coronal 1. Abierta
1, <50 % cerrada Pterion 2. Parcialmente abierta
2, >50 % cerrada Anterolateral izquierda 3. Cerrada
3, cierre completo Mediocoronal
Pterion
Esfenofrontal Esfeno-occipital
Esfenotemporal inferior
Esfenotemporal superior

Puntos:
Húmero Fémur Costilla

1 40-42años 1 18-20 años 1 18-24 años


2 50-55años 2 20-30 años 2 25-29 años
Estudio radiográfico del 3 55-60años 3 30-40 años 3 30-34 años
hueso esponjoso 4 60-65años 4 40-45 años 4 35-39 años
5 65-70años 5 50-60 años 5 40-44 años
6 >70 años 6 60-70 años 6 45-49 años
7 >70 años 7 50-54 años
8 >55años
Superficie auricular: Cambios degenerativos: SI NO
Otros métodos
FASE 1 (20) Localización:
FASE 2 (25-28)
FASE 3 (30-34) Altura agujero mentoniano:
FASE 4 (35-38)
FASE 5 (40-44)
FASE 6 (45-47)
FASE 7 (50-55)
FASE 8 (>60)

Fosa púbica dorsal:


Cartílago tiroides:
Cartílago hioides:

!
(B) DETERMINACIÓN DEL SEXO:

VARÓN
MUJER
INDETERMINADO
ALOFISO

DIAGNÓSTICO CIERTO (PELVICO)


DIAGNÓSTICO PROBABLE (CRANEAL)
DIÁGNÓSTICO POSIBLE
POSTCRANEAL Y/O MÉTRICO)

Aspecto general del esqueleto: Antropometría y


• Huesos gráciles funciones discriminantes:
• Huesos robustos

Morfoscopía postcraneal:
• Robustez:
• Inserciones musculares:
• Arco compuesto:
• Índice isquiopúbico:
• Escotadura ciática:
• Agujero obturador:
• Rama isquiopúbica:
• Superficie auricular:
• Surco preauricular:
• Angulo subpúbico:
• Acetábulo:
• Superficie ilion:
• Sacro:

Morfoscopía craneal:
• Hueso frontal: vertical huidizo e inclinado
• Glabela: marcada no marcada Grado:
• Arcos superciliares: marcados no marcados
• Órbitas: altas y redondas bajas y cuadradas borde cortante borde romo
• Apertura nasal: alta y estrecha baja y ancha bordes cortantes y redondeados
• Huesos malares y arco cigomático: robusto grácil
• Mandíbula: alta baja
• Mentón: cuadrangular protuyente
• Morfología del paladar:
• Apófisis mastoides: desarrollada no desarrollada
• Cresta supramastoidea: marcada no desarrollada
• Protuberancia occipital externa: marcada no marcada Grado:
• Líneas nucales: marcadas no marcadas
• Otros:

!
(C) CÁLCULO DE LA ESTATURA:

HUESO LONG (mm) TABLA o FORMULA TALLA (mm)

Cálculo de la talla por fragmentos:

(D) TIPOLOGÍA Y DESCRIPCIÓN CRANEAL:

Forma craneal:

Ultradolicocráneo
Hiperdolicocráneo
Dolicocráneo
Mesocráneo
Braquicráneo
Hiperbraquicráneo
Ultrabraquicráneo

Descripción craneal:

NORMA FRONTAL

NORMA SUPERIOR

NORMA BASAL

NORMA LATERAL

NORMA POSTERIOR

Tipología racial:

!
INDICADORES OCUPACIONALES

PIEZA DESCRIPCIÓN

VARIANTES ANATÓMICAS EPIGENÉTICAS

Cráneo y mandíbula:

Miembros superiores: Miembros inferiores:

Tórax: costillas y raquis Pelvis y sacro:

!
PATOLOGÍA DENTAL E INDICADORES NUTRICIONALES

(A) INDICADORES BUCODENTALES

PIEZA CARIES SARRO EPO ABSCESO FÍSTULA PAM DESGASTE


11
12
13
14
15
16
17
18
21
22
23
24
25
26
27
28
31
32
33
34
35
36
37
38
41
42
43
44
45
46
47
48

(B) DEFECTOS DEL ESMALTE-HIPOPLASIAS

PIEZA CLASE Y SEVERIDAD-GRADO ALTURA LAC (mm) EDAD


DESCRIPCIÓN ESTIMADA

!
! " " "

#
$ #
"

(C) FENÓMENOS POROSOS

Presencia Lado
Ausencia Der Izq Tipología Métrica
Cribra orbitalia

Cribra femoral

Cribra humeral

Presencia
Ausencia Localización Tipología Dimensiones
Hiperostosis porótica

(D) LÍNEAS DE HARRIS

Presencia Ausencia

Hueso Número Localización Longitudes

MALFORMACIONES DENTARIAS
TIPO Nº PIEZAS
PERLA DEL ESMALTE
RAÍCES SUPERNUMERARIAS
FUSIÓN DE RAÍCES
DIENTE EN PALA
INVAGINACIÓN PARACINGULAR

!
TUBERCULO PARAMOLAR DE BOLK
TUBERCULO PARAMOLAR DE ZUCKERKANDL
TUBERCULO DE CARABELLI
TUBERCULO DISTOMOLAR
TUBERCULO LINGUAL
HIPERCEMENTOSIS
MALPOSICIÓN DENTARIA
AGENESIA
DIENTE SUPERNUMERARIO
EXTENSIÓN RADICULAR DEL ESMALTE

HALLAZGOS PATOLOGICOS E IDENTIFICATIVOS

CRÁNEO

TÓRAX

MMSS

PELVIS

MMII

DESCRIPCIONES PATOLÓGICAS, PROTESIS, OTROS ELEMENTOS IDENTIFICATIVOS

MUESTRAS

!
HISTOPATOLOGÍA

GENÉTICA

TOXICOLÓGIA

DIAPOSITIVAS-FOTOGRAFÍAS
1 17
2 18
3 19
4 20
5 21
6 22
7 23
8 24
9 25
10 26
11 27
12 28
13 29
14 30
15 31
16 32

ANÁLISIS QUÍMICO

MUESTRAS:

Humanas:
N Hueso Lado Localización Peso (gr)
1 Fémur
2 Tíbia
3 Costilla

Tierra:
N Origen Peso (gr)
1 Contenido de pelvis
2 Indeterminado
3

RESULTADOS:

ESQUELETO TIERRA
PARAMETRO 1 2 3 1 2 3

!
Ca
P
Sr
Zn
Ba
Fe
Cu
V
Mg
INDICES
Ca/P
Sr/Ca
Zn/Ca
Ba/Sr

VALORACIÓN DIAGENÉTICA:

OBSERVACIONES:

Anexo Nº 2
FICHA DE LABORATORIO PARA ESTUDIO DE RESTOS ÓSEOS INCINERADOS

JUZGADO O FISCALÍA FECHA LOCALIZACIÓN INVESTIGADORES

Ficha de autor: M. Polo Cerdá y E. García Prósper, Laboratorio de Antropología Forense y Paleopatología U.D. Medicina Legal -
Facultad de Medicina, Universidad de Valencia (España)

!
INVENTARIO ÓSEO REGISTRO ÓSEO COMBUSTIÓN
REFERENCIA:
MATERIAL PESO (gr) REGIÓN COLOR Tª PES %
O del
total

NEUROCRÁNEO (1)

ESPLACNOCRÁNEO (2)

CINTURA ESCAPULAR Y
PELVIANA (3)

COSTILLAS Y ESTERNÓN
(4)

VÉRTEBRAS (5)

HUESOS LARGOS (6)

MANOS Y PIES (7)

RESTOS NO
IDENTIFICABLES (8)

RESTOS ÓSEOS DE
ANIMALES
(9)

HUESO ESPONJOSO LIBRE


(10)
UNIDAD ESTRATIGRÁFICA (U.E.):
RESTOS VEGETALES
U.E. RELACIONADAS: (CARBONES)

OTROS (PIEDRAS,
CUETAS, ETC...)

PESO TOTAL
EFECTOS DEL FUEGO
0 (ausencia), 1 (leve), 2 (moderado), 3 (intenso) Tª (ºC) COLORACIÓN
EFECTO GRADO EFECTO GRADO
Acción del fuego con partes blandas <100 SIN CAMBIOS
SI NO L S 100-250 OCRE-MARFIL
T LD 250-300 MARRÓN
Acción del fuego sobre hueso seco I V 300-400 NEGRO
SI NO U DI 400-600 GRISES
O >600 BLANCO
BIOANTROPOLOGÍA OBSERVACIONES PATOLÓGICAS E Tª MÁXIMA ALCANZADA =
IDENTIFICATIVAS
NÚMERO MÍNIMO INDIVIDUOS: % CARBONIZACIÓN =
% INCINERACIÓN =
EDAD:
Infantil I (0-6 años) ANALISIS POSTDEPOSICIONAL:
Infantil II (7-12 años) Superficial Media Cuidadosa
Juvenil (13-20 años)
Adulto joven (20-40 años) CALIDAD:
Adulto maduro (41-60 años) Intensa Media Débil
Senil (>60 años)
SEXO: REGISTRO GRÁFICO
• VARÓN:
• MUJER: Fotografías: SI NO
• ALOFISO: Croquis: SI NO
Dibujo excavación: SI NO
TALLA: Plano: SI NO

!
DESCRIPCIÓN DEL MATERIAL ÓSEO
REGIÓN ANATÓMICA OBSERVACIONES

INFORMACIÓN ARQUEOLÓGICA FORENSE

NOTAS

!
4. TANATOCRONODIAGNOSTICO O INTERVALO POSTMORTEM
TRANSCURRIDO DESDE LA MUERTE

El tanato-cronodiagnóstico o "intervalo postmortem" (en adelante IPM) se define


como el tiempo en horas, días, semanas, meses o años transcurridos desde el
fallecimiento de una persona, hasta el momento de su hallazgo; hace referencia a los
indicios sobre fecha y hora aproximada en que se produjo su muerte; en este cálculo
de tiempo intervienen diferentes disciplinas científicas y se puede llevar a cabo
interpretando evidencias físicas que pueden encontrarse sobre, alrededor o al interior
del cadáver, evidentemente el estudio de la escena donde este fue encontrado es
indispensable para correlacionar los hallazgos, es decir, sin excepción alguna se
debe remitir copia del acta de inspección a cadáver al profesional que estudiará el
cadáver.

La determinación del IPM puede llevarse a cabo desde la perspectiva de diferentes


disciplinas científicas, tales como la tafonomía, entomología, biología, arqueología,
medicina, química, paleontología y edafología, entre otras. Es indispensable en la
medida de lo posible apoyar el dictamen final del IPM con el análisis de todas las
evidencias físicas disponibles, pues de lo contrario se corre el riesgo de sesgar los
resultados, lo cual va en detrimento de la investigación judicial.

En este texto hemos dedicado dos capítulos a la participación de la Entomología y


Tafonomía forense, que quizás se constituyen como las disciplinas que cuentan con
un mayor número de elementos para la interpretación del intervalo postmortem,
especialmente en casos de cadáveres no recientes y en los cuales es mucho más
complejo establecer el tiempo transcurrido desde la muerte debido a los cambios
físicos causados por la putrefacción y más aún cuando han logrado su completa
esqueletización, “ya que una vez esqueletizado un cuerpo, éste puede perdurar casi

!
intacto durante varios millares de años, como lo evidencian los restos óseos
localizados en los abrigos rocosos del Tequendama, Soacha, Cundinamarca, cuya
datación oscila entre 7500-5000 años A.P. (Correal, Vander Hammen, 1977, en
Rodríguez, 1994, p.55); aunque la anterior cifra de tiempo parezca bastante amplia,
existe otro ejemplo mundial de conservación de un esqueleto, se trata de “Lucy”, que
“corresponde al nombre que el Dr. Donald Johanson, le asignó en 1974 a un
esqueleto muy bien preservado de una hembra de homínido que vivió en lo que hoy
es Etiopía hace 3,2 millones de años” (Arsuaga, 1998)

El IPM permite orientar diferentes aspectos de la investigación de las muertes, p.e.


apoyar la identificación de víctimas clasificadas como NN, confirmar o descartar el
testimonio de una persona sindicada de haber cometido un crimen, entre otras. Para
calcular el IPM se puede acudir al análisis e interpretación de diversas evidencias
físicas, las cuales dependerán básicamente de las siguientes situaciones, las cuales
deberán ser analizadas en conjunto para obtener resultados más aproximados a la
realidad:

ESTADO DEL CADÁVER: p.e. reciente, en avanzado estado de descomposición


o esqueletización.

CARACTERÍSTICAS DE TIEMPO, MODO Y LUGAR DEL HALLAZGO: Hace


referencia a la documentación sobre el contexto en que fue encontrado el cadáver,
inhumado (profundidad y clase de terreno), expuesto al medio ambiente (con o sin
prendas de vestir, a la sombra, al interior de un bosque), al interior de una vivienda,
flotando sobre una corriente de agua, etc. Adicionalmente se deberán tener en
cuenta las características climáticas del sitio, la temperatura predominante, tipo de
fauna necrófaga que predomina en la zona, entre otras.

4.1 ALGUNAS VARIABLES A TENER EN CUENTA EN LA INTERPRETACIÓN


DEL INTERVALO POSTMORTEM

!
4.1.1 CADÁVERES RECIENTES

Análisis del contenido gástrico


Toma de temperatura corporal
Nivel de deshidratación del cuerpo
Evaluación del fenómeno cadavérico presente en el cuerpo al momento del
hallazgo y su correlación con el contexto en que fue encontrado.
Correlación de los hallazgos del cuerpo con las versiones existentes sobre su
hora de muerte

4.1.2 CADÁVERES EN AVANZADO ESTADO DE DESCOMPOSICIÓN:

Evaluación del fenómeno cadavérico destructor o conservador que presente el


cuerpo al momento del hallazgo y su correlación con el contexto en que fue
encontrado
Evaluación del estado de preservación o deterioro de las prendas de vestir
Evaluación de la fauna cadavérica presente en el exterior e interior del cuerpo
Presencia o ausencia de traumas

4.1.3 CADÁVERES ESQUELETIZADOS:

Valoración de la presencia o ausencia de olores propios de la putrefacción


Valoración de la presencia o ausencia de remanentes externos de tejido blando,
ligamentos, tendones y cartílago, médula ósea y material orgánico al interior del
hueso.
Valoración de la presencia o ausencia de lesiones (pre y postmortem).
Valoración del estado de preservación o deterioro de prendas de vestir.

!
Valoración del estado de conservación o deterioro de los tejidos óseos y su
correlación con las características del sitio donde fueron encontrados y con las
prendas de vestir.
Valoración de la presencia o ausencia de hongos en el cadáver o sus prendas y
su correlación con el sitio donde fue encontrado (ante esta situación se debe indagar
sobre los procedimientos de embalaje del cuerpo, clase de recipiente y el tiempo
transcurrido hasta su llegada al laboratorio donde será estudiado, pues en muchas
ocasiones los hongos se generan durante el transporte del cuerpo o por haber sido
embalados inadecuadamente, generalmente húmedos).

4.2 FENOMENOS CADAVÉRICOS

Son los cambios físicos que sufre el cuerpo de una persona una vez esta fallece, se
producen de manera más o menos cíclica y constituyen una de las principales
herramientas para calcular el IPM especialmente en cadáveres recientes, su
aplicabilidad para cuerpos esqueletizados y en avanzada descomposición es
altamente relativa, como veremos más adelante.

Los fenómenos cadavéricos se presentan debido a que todos los procesos


metabólicos cesan y consecuentemente ocasionan la pérdida del sistema
inmunológico. Los fenómenos cadavéricos son de dos clases: TEMPRANOS y
TARDÍOS, estos últimos se subdividen en DESTRUCTORES y CONSERVADORES.

Los fenómenos cadavéricos han sido descritos en la literatura médica como una
secuencia de cambios físicos que se dan de manera sucesiva en el cuerpo de una
persona una vez esta fallece, no obstante, la experiencia ha demostrado que dicha
secuencia constituye tan sólo un elemento orientador del IPM, ya que estos cambios
se dan de manera más o menos rápida dependiendo de factores biológicos,

!
ambientales y antrópicos . Un ejemplo de esta variabilidad en la velocidad de la
descomposición se puede observar cuando se menciona que un cadáver logra su
total esqueletización en un promedio de cinco años, no obstante, hemos tenido la
oportunidad de estudiar casos de cadáveres que han logrado esqueletizarse en
períodos inferiores a tres meses; allí es latente la intervención de agentes biológicos
y fenómenos externos que aceleran dramáticamente el proceso de descomposición -
esqueletización, entre ellos podemos nombrar los producidos por la fauna
depredadora (aves carroñeras, perros, ratas, insectos), efectos climáticos, acidez y
humedad del terreno, entre otras.

Así como existen fenómenos que aceleran la descomposición, podemos encontrar


casos en que ocurre todo lo contrario, tal como sucede en cadáveres que aún
conservan hasta el 70% de sus tejidos blandos después de haber permanecido por
un lapso de cuatro a cinco años en bóvedas de cementerios, p.e. en el Cementerio
Central de Bogotá - Colombia, allí tuvimos la oportunidad de observar un cuerpo que
presentaba su bloque visceral perfectamente preservado (posiblemente durante su
embalsamamiento se aplicó una excesiva cantidad de formol o las condiciones
ambientales o el microambiente que se creó al interior de la bóveda ayudo a su
preservación).

Por todo lo anterior, reiteramos que al momento de evaluar los fenómenos


cadavéricos y en general los cambios físicos presentes en un cuerpo para calcular el
IPM, debe tenerse en cuenta el contexto donde fue encontrado el cadáver y los
elementos que pudieron acelerar o retardar la descomposición.

4.3 FENOMENOS CADAVERICOS TEMPRANOS

4.3.1 ENFRIAMIENTO

Producidos por el hombre

!
Con el advenimiento de la muerte, la producción de calor se detiene y la temperatura
desciende buscando igualar la del medio ambiente donde ha sido abandonado el
cuerpo, esto suele ocurrir entre 15 y 20 horas en promedio. Se inicia en las partes
generalmente expuestas del cuerpo (región facial y manos), luego en los miembros,
tórax ventral, tórax dorsal, vientre, cuello, axilas y finalmente vísceras abdominales.
En las primeras doce horas la pérdida de calor es de 0.8 a 1 grado centígrado por
hora y a razón de 0.3 grados centígrados por cada hora en las siguientes doce horas.

4.3.2 DESHIDRATACIÓN CADAVÉRICA

Se debe a la pérdida de agua por evaporación, los principales signos se encuentran


en los ojos y son:

Hundimiento del globo ocular, pérdida de la transparencia de la córnea,


formación de arrugas en la cornea, depósito de polvo de aspecto arenoso.
En el ojo abierto estos signos aparecen a los 45 minutos y en el cerrado a las
24 horas.

Otros signos de deshidratación son la desecación de los labios, el glande y la vulva,


en áreas de la piel expuestas al medio ambiente se pueden formar zonas
apergaminadas.

4.3.3 LIVIDECES CADAVÉRICAS

También denominadas livor mortis, son las manchas rojo vinosas que se ven en la
superficie de la piel, a causa del asentamiento de la sangre en partes corporales que
se encuentran en contacto con el suelo u otra superficie sólida. “El color de la zona
en declive dependerá de la pigmentación de la piel y de cualquier compuesto
adicional presente en la sangre que pueda afectar su color, por ejemplo el monóxido
de carbono” (Manual de Autopsias INMLCF 2001:93), son visibles a partir de las 3

!
horas de la muerte y aparecen en las primeras doce horas (su localización varía de
acuerdo a la posición del cuerpo). En las segundas 12 horas ya no desaparecen las
livideces formadas, tampoco pierden su forma, ni ubicación original, de igual manera
pueden formarse nuevas livideces con los cambios de posición del cadáver, pero
estas desaparecen con facilidad, después de 24 horas ya no se forman más
livideces.

La forma de las livideces varía, inician como punteado, luego son manchas que al
unirse forman placas que se extienden, lo que depende a su vez del tiempo
transcurrido. La coloración también varía con el tiempo, inician de color rosado, luego
rojo claro, el cual va oscureciéndose hasta tornarse azul oscuro, que es el tono
máximo alcanzado entre las 12 a 15 horas del inicio. La descripción de las livideces
permite determinar como estaba ubicado el cuerpo antes de las 24 horas de
fallecido.

4.3.4 RIGIDEZ CADAVÉRICA

Suele recibir el nombre de rigor mortis, es el estado de endurecimiento del sistema


muscular. Es evidente a partir de las tres horas de la muerte, todos los músculos se
ven afectados en la misma proporción, pero el rigor es más evidente en la
musculatura corta, de menor tamaño, más temprano que en las masas musculares
más largas y pesadas. Suele ser completa entre las 12 a 15 horas, tiempo en el cual
desaparece en el mismo orden. Cuando ha transcurrido un lapso aproximado de 36
horas, la rigidez cadavérica desaparece y la putrefacción comienza a ser evidente.

4.3.4 ESPASMO CADAVÉRICO

Persistencia en el cadáver de la postura o actitud que tenía el cuerpo en el momento


de la muerte, se ve en muerte por traumas o afecciones del sistema nervioso central

!
o del aparato circulatorio. Puede ser localizada en un segmento corporal (p.e. mano
del suicida) o generalizada a todo el cuerpo.

4.4 FENÓMENOS CADAVÉRICOS TARDIOS

Se clasifican en dos grupos, los DESTRUCTORES y los CONSERVADORES

4.4.1 FENOMENOS CADAVÉRICOS DESTRUCTORES

4.4.2 AUTÓLISIS

Es el conjunto de procesos anaeróbicos de fermentación producido por enzimas


propias del cuerpo, sin intervención de las bacterias, p.e. la hemólisis (destrucción
de la sangre) comienza a las 2 o 3 horas.

4.4.3 PUTREFACCIÓN

Es la descomposición de las materias orgánicas del cadáver por acción de las


bacterias, después de la muerte estas migran desde el intestino o desde las heridas
e invaden todo el organismo a través de los vasos sanguíneos (arterias y venas).
Comienza entre las 24 y las 30 horas, en el feto y recién nacidos inicia por las fosas
nasales y los ojos, en el niño y el adulto por el abdomen. La putrefacción consta de
varias fases o períodos que son el cromático, enfisematoso, colicuativo y de
reducción esquelética:

4.4.4 FASE CROMÁTICA

Representada por la mancha verde abdominal, seguida por la visualización de la red


venosa abdominal o veteado venoso debido a la infiltración bacteriana (Fotografía
N° 1)

!
4.4.5 FASE ENFISEMATOSA

Es el resultado de la acción de gérmenes anaerobios ubicados principalmente en el


intestino, los cuales son productores de gas, lo cual genera vesículas oscuras, hasta
ampollas de gran tamaño en la piel. Es característico el hinchamiento del abdomen
(Fotografía N° 2), la región facial, el escroto, hay protuberancia del recto, los ojos y
la lengua. La epidermis se desprende de las palmas de las manos y de la planta de
los pies, Si se trata de una mujer embarazada generalmente se produce expulsión
del feto (Fotografía Nº 3)
4.4.6 FASE COLICUATIVA

Consiste en la licuefacción (ablandamiento y destrucción) de los tejidos blandos, en


algunos textos se menciona que se puede dar en un período que varía entre tres a
cuatro meses, no obstante, este tiempo puede verse acelerado si el cadáver se
encuentra abandonado a campo abierto y en clima cálido. (Fotografía N° 4)

4.4.7 FASE DE REDUCCIÓN ESQUELÉTICA

Desaparición total de los tejidos blandos, con la consecuente exposición del tejido
óseo. Como ya se mencionó, en algunos textos de medicina se ha planteado que se
alcanza a los cinco años, pero como veremos más adelante este lapso de tiempo
puede verse dramáticamente acelerado (Fotografía N° 5). También es posible
encontrar cadáveres que presentan remanentes más o menos abundantes de tejidos
blandos deshidratados, especialmente ligamentos y tendones, eventualmente puede
haber presencia de músculos deshidratados; a esta fase suele llamarse semi-
esqueletización

!
Fotografía Nº 1. Fase Cromática, obsérvese el veteado venoso en miembro superior izquierdo y tórax superior izquierdo,
mancha verde en abdomen y tórax izquierdo (Fotografía del Dr. Jairo Vivas - Instituto Nacional de Medicina Legal - Bogotá)

Fotografía N° 2. Fase enfisematosa, obsérvese el hinchamiento de tórax, región abdominal y abotagamiento de la cara

!
Fotografía Nº 3. Cadáver de individuo femenino que fue inhumado en estado de embarazo, durante la fase enfisematosa los
gases expulsaron parcialmente el esqueleto del feto, la flecha señala remanentes óseos fetales que aún permanecen en
cavidad pélvica

Fotografía Nº 4. Fase Colicuativa incipiente

!
Fotografía N° 5. Fase de reducción esquelética, los tejidos blandos han desaparecido completamente

4.5 FENOMENOS CADAVÉRICOS CONSERVADORES


Hacen parte del segundo grupo de los fenómenos cadavéricos tardíos y son la
MOMIFICACIÓN, ADIPOCIRA, CORIFICACIÓN, son de gran utilidad durante el
examen que realiza el antropólogo forense, ya que en estos fenómenos suelen
conservarse también características físicas particulares del individuo (tatuajes,
cicatrices, etc) y diferentes tipos de lesiones.

4.5.1 MOMIFICACIÓN
Es la desecación del cadáver por deshidratación o evaporación del agua de los
tejidos, ocurre en medios que reúnan condiciones tales como un ambiente seco y
poca circulación de aire. Sus principales características son piel de aspecto
extremadamente seco, retraída, oscura (Fotografía Nº 6, 7 y 8) y adherida al
esqueleto; existen dos clases de momificación:

4.5.1.1 MOMIFICACIÓN ARTIFICIAL


Cuando es realizada por personas que manipulan el cadáver inyectando sustancias o
realizando procedimientos que conlleven a su preservación. En algunas poblaciones
del pasado se practicó la momificación artificial, la cual estaba enmarcaba dentro de
un contexto mágico-religioso y también para marcar diferencias sociales, es decir, no
se momificaba a todos la población fallecida, sino a las personas que pertenecían a
estratos sociales altos o al círculo religioso (chamanes, sacerdotes, etc). Dentro de
las poblaciones que realizaban este tipo de practica podemos mencionar a los
antiguos egipcios, la población Muisca (altiplano cundiboyacense - Colombia), los
Incas del Perú, entre otras.

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4.5.1.2 MOMIFICACIÓN NATURAL

Se da sin la intervención de seres humanos sobre el cadáver, se produce


especialmente en ambientes secos y ventilados.

En contextos forenses la momificación es generalmente de tipo natural, p.e. en la


ciudad de Bogotá (clima frío), tuvimos la oportunidad de observar el caso de un
cadáver que fue encontrado momificado en su habitación luego de permanecer
encerrado allí durante un lapso de seis meses; en este caso la momificación se dio
porque el espacio reunía las condiciones ambientales necesarias para ello, en
primera medida al estar el cuarto cerrado se creó un microambiente (sequedad y
temperatura levemente superior a la del medio ambiente exterior), adicionalmente, el
hecho de que puertas y ventanas estuvieran cerradas herméticamente impidieron el
acceso de insectos como las moscas, las cuales hubieran colocado sus huevos
sobre el cadáver y ocasionando que a la eclosión, las larvas consumieran los tejidos
blandos del cuerpo.

En el cementerio del municipio de San Bernardo, Cundinamarca (Colombia) se


presenta el fenómeno de la momificación natural en muchos de los cuerpos que son
exhumados una vez han transcurrido cuatro años de su inhumación. Sobre este caso
existen diferentes hipótesis, algunas asocian la momificación a la dieta que
consumían estas personas; otras afirman que se debe a un microambiente que
existe al interior de las bóvedas; no obstante, hasta el momento no se ha realizado
un estudio científico que permita determinar las verdaderas causas de este
fenómeno en dicho sitio.

4.5.2 ADIPOCIRA

Es la transformación jabonosa o saponificación de la grasa subcutánea del cadáver.


Se da principalmente en cuerpos sumergidos en corrientes de agua y también en

!
medio ambientes húmedos con obstáculos al acceso del aire. Las características de
la piel de los cadáveres en estado de adipocira son el aspecto ceroso, olor rancio y
textura blanda, la presencia de este fenómeno tiende a conservar los tejidos blandos
del cadáver. En los cadáveres recuperados sumergidos, flotando en corrientes de
agua y en fosas que ubicadas cerca de corrientes de agua subterráneas hemos
podido observar que los tejidos presentan una textura blanda húmeda y resbalosa
(Fotografía N° 9), en cambio en cadáveres recuperados a campo abierto p.e.
bosques húmedos, la textura del tejido es de consistencia dura, muy seca,
ocasionalmente con presencia de hongos, musgo y con pequeñas pérdidas de tejido
blando externo por la acción de insectos depredadores, especialmente coleópteros
(Fotografía Nº 10 y 11). A las dos clases de adipocira referidas podríamos llamarlas
“adipocira húmeda” y “adipocira seca” respectivamente. Este fenómeno puede
aparecer desde tres a seis meses después de la muerte, se han reportado casos de
cadáveres sumergidos en el mar que se han preservado por muchos años a grandes
profundidades.

4.5.3 CORIFICACIÓN

Se puede definir como una momificación incompleta, es decir, la piel del cadáver
corificado presenta un ligero nivel de hidratación, su aspecto exterior tiende a ser
brillante, de apariencia aceitosa-grasosa y de color generalmente amarillento claro,
ocasionalmente se pueden observar pequeñas zonas de color rojo suave que
corresponden a sangre desecada debajo de la epidermis (Fotografía Nº 12). La
corificación es la transformación de la piel del cadáver en un tejido que se asemeja al
cuero, implica la deshidratación del cadáver en menor proporción que la
momificación (Fotografía Nº 13). Puede ocurrir en cadáveres inhumados en cajas
metálicas herméticamente cerradas y en cuerpos expuestos a condiciones
ambientales similares a las de la momificación. Puede aparecer desde tres a cuatro
meses en adelante.

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4.5.4 CONGELACIÓN

No debe asumirse como un fenómeno cadavérico, sino más bien como una
“situación cadavérica”, estos casos se presentan cuando el cuerpo es abandonado
en sitios donde la temperatura ambiental oscilante es menor a 0º C, tales ambientes
pueden ser naturales (como picos nevados) o artificiales (congeladores o neveras
para preservar alimentos). En estos casos la interpretación del IPM es muy difícil, ya
que un cadáver se puede conservar por cientos de años sin sufrir mayores cambios;
tal y como ha sucedido en sitios europeos y asiáticos, donde se han encontrado
cuerpos muy bien preservados que datan de hace 2000 y 3000 años.

A pesar que la secuencia de fenómenos cadavéricos se muestra en la literatura


médica como una secuencia de tiempo muy definida, el médico y el antropólogo
forense deberán tomar los lineamientos mostrados anteriormente tan sólo como
factor de referencia para interpretar el IPM, especialmente en aquellos casos en que
el cadáver se encuentra en avanzado estado de descomposición y/o esqueletización;
pues como se vio, existen factores endógenos y exógenos al cadáver que alteran
dicha secuencia (Tabla Nº 1 y 2).

La descomposición o conservación de un cuerpo varía dependiendo de los factores


ambientales en que éste permanezca (temperatura, lluvias, nivel freático, etc.), así
como de las especies animales que tengan acceso al sitio donde este se encuentre.

En muchas ocasiones, en las regiones con temperaturas altas, el cuerpo es


consumido rápidamente por cánidos (perros, lobos) y aves de rapiña (chulos,
cuervos, cóndores). Putman en 1978 encontró que durante el verano en Inglaterra,
las larvas de moscas consumen el 80% de la carne de mamíferos muertos, mientras
que en el invierno la gran mayoría del consumo esta hecho por procesos
microbianos.

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Fotografía Nº 6. Cabeza momificada Fotografía Nº 7. Mano momificada que presenta pérdida
de individuo masculino postmortem de algunas áreas en región palmar

Fotografía N° 8. Cadáver que presenta momificación a nivel de tórax, abdomen y rodillas, fue encontrado en un sótano de la
ciudad de Bogotá - Colombia (clima frío)

Fotografía N° 9. Cadáver con presencia de adipocira “húmeda” (el cráneo se encuentra sin tejidos blandos debido a que
realizamos levantamiento facial en búsqueda de lesiones), permaneció inhumado en una fosa que coincidía con una corriente
subterránea de agua a 2.50 m de profundidad (clima frío).

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Fotografía Nº 10 Fotografía Nº 11
Presencia de adipocira “seca” y hongos en cintura pélvica, miembros inferiores y genitales, los pequeños orificios que se
observan en región supragenital corresponden a artificios causados por larvas de mosca; el cadáver fue encontrado suspendido
de la rama de un árbol en un bosque húmedo (clima frío)

Fotografía Nº 12. Manos en estado de corificación (similar al cuero recién curtido), su apariencia externa es aceitosa, las
flechas señalan áreas de color rojo pálido correspondientes a sangre desecada debajo de epidermis, este fenómeno se
caracteriza por presentar un menor grado de deshidratación al que suele observarse en la momificación.

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Fotografía Nº 13. Las flechas señalan áreas corificadas, las cuales se produjeron por haber quedado expuestas a la intemperie,
especialmente al efecto de los rayos solares que se encargaron de deshidratar irregularmente la piel (clima frío)

4.6 OTROS FACTORES RELACIONADOS CON LA DESCOMPOSICIÓN

• Cadáveres abandonados a campo abierto (quedan expuestos a la fauna depredadora),


ESCENA especialmente en climas cálidos
• Cadáveres inhumados superficialmente (depredadores como los cánidos, roedores y felinos
detectan rápidamente el olor de los cuerpos y posteriormente los extraen para consumirlos,
adicionalmente exponen partes del cadáver dejándolas a disposición de los insectos
necrófagos)
• Cadáveres inhumados en terrenos muy ácidos y húmedos (aceleran la descomposición de la
materia orgánica)
• Cadáveres en escenas interiores cerradas con presencia de mascotas, especialmente perros
o gatos (el cadáver se convertirá en su fuente de alimento ante la ausencia de la persona que
los alimentaba)
CADÁVER • Cadáveres de personas con constitución obesa
• Cadáveres con presencia de lesiones que exponen tejidos blandos y fluidos internos (atraen
más a los insectos)
• Cadáveres con antecedentes de procesos infecciosos previos a la muerte (infecciones de
cavidad abdominal)
Tabla Nº 1. Factores que aceleran de la descomposición

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• Escenas interiores cerradas (casas, edificios, sótanos)
ESCENA • Cadáveres sumergidos en corrientes de agua (mares, ríos, lagunas, quebradas, aljibes,
tanques de agua), se han reportado casos de cadáveres que se han preservado por
varios años en el fondo del mar
• Cadáveres abandonados a campo abierto en escenas en las que predominan las bajas
temperaturas
• Cadáveres inhumados en terrenos compactos a profundidades mayores a 1.50 metros
• Escenas a campo abierto donde los cadáveres quedan protegidos por vegetación
abundante
• Escenas con ausencia de fauna carroñera (p.e. páramos y nevados)
• Cadáveres sumergidos en concreto (hormigón)
CADÁVER • Cadáveres de personas que hayan sido sometidos a prolongados tratamientos con
antibióticos
• Cadáveres de personas con contextura delgada
• Cadáveres vestidos con prendas
• Cadáveres con ausencia de lesiones
• Cadáveres fumigados con químicos venenosos y con líquidos combustibles
• Cadáveres rociados con cal, cemento y otros minerales corrosivos
• Cadáveres de neonatos
Tabla Nº 2. Factores que Retardan La Descomposición

Existen otros elementos que deben ser tenidos en cuenta para la interpretación del
IPM, ya que unidos a todos los factores enunciados anteriormente, permiten que la
evaluación de este interrogante tenga una respuesta más certera, más aproximada a
la realidad:

ESCENA • Estadio de desarrollo de sembradíos (se debe indagar con el cultivador


acerca de la fecha de siembra y el tiempo que falta para cosechar), se
parte de la hipótesis de que al momento de la siembra el cadáver no
estaba en el sitio
CADAVER • Billetes y monedas encontradas en las prendas que portaba el
cadáver, se debe indagar sobre su fecha de acuñación, fecha de
circulación y cantidad de monedas presentes con el cadáver, esto
último para no confundirse con las monedas que utilizan algunas
personas como amuleto
• Prótesis dentales o aparatos ortopédicos; ocasionalmente los
fabricantes pueden reconocer el año de fabricación de acuerdo a sus
características
• Fechas de recibos de servicios públicos y facturas de compras, con
estas últimas se pueden realizar indagaciones con el personal del
almacén o tienda donde fueron emitidas
Tabla N° 3. Otros elementos orientadores del IPM

4.7 DESCOMPOSICION IRREGULAR

La descomposición irregular es un fenómeno que se presenta en algunos cadáveres


y que ha sido recientemente estudiado, podemos decir que “se sale” de los

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parámetros conocidos en lo que se refiere a los procesos “estandarizados” de
descomposición de un cadáver, ya que cuando esta se presenta es posible observar
en un mismo cuerpo la presencia de varios fenómenos cadavéricos.

Hemos querido transcribir el artículo titulado “Descomposición de Cuerpos


Sepultados y Sumergidos, Anomalías de la Descomposición (Descomposición
Irregular y Preservación Artificial), Alteraciones Postmortem Debidas a Insectos y
Vida Animal Acuática o Terrestre”, escrito por el Dr. William Rodríguez III , uno de los
científicos contemporáneos que mas ha estudiado este fenómeno en Norteamérica y
quien amablemente nos autorizó para publicarlo en este texto.

El artículo fue traducido por la Dra. Mary Luz Morales y posteriormente publicado
por la División de Tanatología del Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses en
el Manual de Autopsias durante el año 2001, “por considerar de utilidad para la
práctica forense el conocimiento de las diversas posibilidades de alteración o
preservación de un cuerpo, según las condiciones climáticas y geográficas del sitio
de hallazgo del cadáver” (Morales 2001).

El contenido del artículo nos permite recordar y ampliar algunos conocimientos


básicos, pero especialmente reitera la necesidad de solicitar mayor información
respecto a la escena y las circunstancias de hallazgo del cuerpo; nos orienta en la
observación e interpretación de los fenómenos cadavéricos, y hace énfasis en que
se puede obtener amplia información a partir de los cadáveres en putrefacción,
incompletos o de restos óseos, mediante un estudio interdisciplinario sistemático,
que involucra disciplinas tales como la Patología, la Antropología, la Entomología, la
Tafonomía y la Botánica (ibid p:98).

PhD. Antropólogo Forense, jefe de la oficina del Examinador Médico de las Fuerzas Armadas, Instituto de Patología de las
Fuerzas Armadas Bethesda - Maryland - EEUU)
Patóloga Forense, Jefe Nacional de la División de Tanatología Forense del Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias
Forenses, Bogotá - Colombia

!
4.8 DESCOMPOSICIÓN DE CUERPOS SEPULTADOS Y SUMERGIDOS

La velocidad reducida de descomposición del cuerpo enterrado, que en general es


ocho veces menor que sobre el suelo, puede ser atribuida a dos factores básicos; el
primero, es la limitación de la actividad de insectos y animales carroñeros. El entierro
de un cadáver limita o restringe totalmente el acceso al cuerpo de animales e insectos
carroñeros, por lo cual, la degradación de los tejidos es básicamente resultado de la
autólisis y putrefacción bacterial.

El grado de acceso de la fauna está directamente relacionado con la profundidad de la


tumba y el nivel de compactación del suelo. Estudios y numerosas observaciones de
campo conducidas por los autores, han mostrado que la depredación por carroñeros
está básicamente restringida a tumbas con profundidad de un pie o menos. A
profundidades de enterramiento a un pie, los olores de descomposición producidos por
el cuerpo fácilmente penetran el suelo alcanzando la superficie, atrayendo así,
insectos y otros animales. Los mamíferos que frecuentan la carroña, principalmente
carnívoros, excavarán y expondrán porciones, o todo el cuerpo, sepultado a
profundidades menores de un pie, con el fin de alimentarse de los tejidos blandos y
grasos.

Los insectos carroñeros, como las moscas azules (blowflies) adultas, podrán ganar
acceso a tumbas de poca profundidad, migrando a través de pequeñas grietas y
hendiduras creadas en el suelo por el hinchamiento del cadáver en la etapa
enfisematosa; una vez alcanzado el cuerpo las hembras adultas desovarán sobre los
tejidos. También se ha observado que después de un período de lluvia o en presencia
de condiciones de humedad en el suelo y olores de descomposición concentrados, las
hembras adultas desovarán sobre la superficie. Tras emerger de los huevos, las larvas
migran hacia el cadáver para alimentarse y desarrollarse.

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En sepulturas con profundidades mayores a un pie, la depredación animal e insectaria
se ve enormemente inhibida, ya que los olores de descomposición que llegan a la
superficie disminuyen y la profundidad del suelo impide el acceso al cuerpo.

El segundo factor de importancia en la reducción de la velocidad de descomposición


bajo tierra, es la configuración ambiental del terreno. El suelo provee una eficiente
barrera de aislamiento contra la radiación solar y por eso, las temperaturas y su
fluctuación disminuyen con la profundidad. Así como la temperatura disminuye con la
profundidad, disminuye también la tasa de descomposición por el enfriamiento del
cuerpo. A profundidades menores a un pie puede esperarse que las temperaturas se
acerquen a las de la superficie y fluctúen diariamente.

En general, sin fluctuaciones de temperatura significativas diferentes a las de las


estaciones, la estabilización térmica del suelo ocurre a profundidades mayores a dos
pies. Las sepulturas profundas, de aproximadamente cuatro pies o más, al mantener
las temperaturas bajas e inhibir la depredación animal e insectaria, se caracterizan por
una velocidad de descomposición extremadamente reducida. Un cuerpo sepultado a
tales profundidades se descompondrá muy lentamente, permaneciendo virtualmente
intacto y con pérdida mínima de tejido por un período de al menos un año.

Otros dos aspectos del efecto de la configuración ambiental del terreno sobre la tasa
de descomposición, son el contenido de humedad y la presencia de organismos del
suelo, tanto animal como vegetal. La presencia de agua subterránea o suelos
arcillosos que retienen humedad, producen en la mayoría de los casos, un ambiente
que conduce a la formación de adipocira. Un cuerpo, recuperado de una sepultura que
contenga cantidades significativas de suelos arcillosos, suele exhibir formación
avanzada de adipocira, mientras que un cuerpo recuperado de un suelo seco o bien
drenado, carece de formación significativa de adipocira. Los entierros profundos están
comúnmente asociados con ambientes de suelo húmedo y por ende, los cuerpos
recuperados de tales lugares, exhiben formación de adipocira en la mayoría de la
superficie corporal.

!
Los entierros superficiales, aproximadamente un pie o dos, permiten que la
descomposición ocurra a una velocidad considerablemente mayor que la observada a
más profundidad. A poca profundidad, un cuerpo enterrado está sujeto a una
temperatura similar a la de la superficie, y es atacado y degradado por las plantas y
diferentes organismos del suelo. Las plantas, cuyas raíces penetran a poca
profundidad, crecen hacia el cuerpo en putrefacción buscando los ricos nutrientes
orgánicos producidos por la descomposición. En muchos casos de entierros
superficiales, la liberación de nutrientes orgánicos por la descomposición causa un
crecimiento vegetal incrementado y diferenciable sobre el sitio de sepultura. Esta
observación puede ser útil al permitir la rápida localización de un cuerpo sepultado en
campos amplios, en los cuales los sitios de compactación del suelo pueden ser
difíciles de ver.

Una vez en contacto con el cuerpo, las raíces comenzarán a degradar la ropa y,
finalmente, los restos esqueléticos durante la fase avanzada de la descomposición. La
mayoría de los restos esqueléticos recuperados de tumbas a ras del suelo exhiben
daño evidente producido por raíces. Este daño aparece en forma de surcos
irregulares, acanalados, múltiples, en la corteza externa del hueso. En muchos casos,
el material esquelético se recuperará con raíces adheridas que han crecido entre la
trabécula ósea o completamente a través del hueso. Los restos esqueléticos o de ropa
que han sido penetrados por las raíces, deben ser manejados con cuidado para no
perturbar el contexto de éstas raíces.

El crecimiento de raíces en éstos restos puede ser útil en la determinación del intervalo
postmortem, especialmente en casos que involucran restos enterrados, desde
aproximadamente un año hasta pocos años antes. Tal material debe ser remitido a un
botánico experto para la identificación de la especie vegetal y determinación del tiempo
requerido para el estado actual de crecimiento de la raíz.
Los insectos y bacterias habitantes del suelo, al igual que las raíces de las plantas, son
más prolíficos a poca profundidad debido al enriquecido suelo superior y, por lo tanto,

!
contribuyen al proceso de descomposición más acelerada que se asocia con entierros
superficiales.

El acto criminal de deshacerse de un cadáver en una tumba profunda, tiende a


producir retardo del crecimiento de plantas en la superficie, ya que las estructuras
primarias de la raíz se destruyen y la tierra no nutritiva se reubica en la superficie
debido a la excavación. La carencia de plantas o la interrupción de su crecimiento en
un sitio de entierro, es un signo que afortunadamente provee evidencia de una tumba.

También por fortuna, sin importar con cuanto cuidado se rellene una tumba, ocurrirá un
el re-asentamiento del suelo, produciendo una depresión marcada del sitio donde se
encuentra la tumba, la cual puede ser llamada “depresión primaria de la tumba”. Con el
paso del tiempo, la profundidad de la depresión primaria se incrementará, hasta que se
termine de asentar el suelo. Como regla general, la presencia de una depresión
primaria profunda, usualmente indica un entierro profundo.

Un cuerpo enterrado durante una temporada de clima cálido y a profundidades de dos


pies o menos, en general, sufre un proceso de descomposición con hinchamiento
significativo del pecho y el abdomen por los gases liberados en la etapa enfisematosa.
A medida que ocurre el hinchamiento, el suelo que recubre el cuerpo es empujado
hacia arriba y posteriormente re-acomodado en la cavidad torácica, cuando esta se
colapsa en la etapa final de la descomposición. Este llenado del área del tórax por
material del suelo, crea la llamada “depresión secundaria de la tumba”.

En países con estaciones bien definidas, la momificación de un cadáver es


comúnmente encontrada en casos que involucran el entierro de un cuerpo en una
sepultura poco profunda durante los meses de invierno, tras lo cual, el cuerpo es
recuperado a finales de la primavera o en el verano. Las bajas temperaturas retardan
enormemente, o prácticamente detienen, el proceso de descomposición. A medida
que la temperatura ambiental sube lentamente en la primavera el cuerpo comienza a

!
desecarse, un efecto similar al secado por congelación, produciéndose así la
momificación del cadáver.

Estudios experimentales efectuados sobre la velocidad de descomposición de


cadáveres sepultados, así como la observación de casos, han mostrado que, en
general, la esqueletización de un cuerpo enterrado a profundidades de dos pies o más
toma aproximadamente de dos a tres años. La esqueletización total de un cuerpo
sepultado a poca profundidad, aproximadamente a un pie, toma entre seis meses y un
poco más de un año.

El tiempo requerido para la degradación completa de los restos esqueléticos y


dentales es extremadamente largo; la degradación tiene lugar entre varios años y
varios cientos de años, como se ha demostrado con la supervivencia de especimenes
arqueológicos. Al igual que con los tejidos blandos, la velocidad de degradación de
hueso y dientes depende de un buen número de factores ambientales. Los dos
factores más significativos responsables de la degradación de restos esqueléticos son
la humedad y el pH del suelo. Los restos esqueléticos sujetos a ambientes de
sepultura muy húmedos pueden degradarse rápidamente y ser destruidos en pocos
años. Esto mismo es válido para restos esqueléticos en un suelo con un pH
demasiado ácido o alcalino.

La descomposición de un cuerpo sumergido en un ambiente acuático (río. Mar, laguna,


etc.) ocurre a una velocidad de apenas la mitad de la de la descomposición en el aire.

La reducción de la tasa de descomposición en el agua, como la de los cuerpos


enterrados, resulta básicamente de las temperaturas más bajas e inhibición de
actividad insectaria. Como en el caso de la sumersión, la víctima procederá a hundirse
en el agua a medida que el aire escapa de los pulmones; la profundidad y velocidad a
la cual la víctima desciende resultan bastante variables y dependen de un buen
número de factores. Con la expulsión de la mayoría del aire de los pulmones, el occiso
se hundirá hasta el fondo del lago, río u otro cuerpo acuático.

!
Una vez que ha alcanzado el fondo, ocurren los primeros cambios asociados con la
muerte, seguidos por descomposición activa. Con la acumulación de gases de
descomposición en el tracto gastrointestinal y los pulmones, el cuerpo comenzará a
ascender hacia la superficie. Una vez en la superficie, el cuerpo flotará con la cabeza y
las extremidades colgando hacia abajo, sumergidas. Esta posición en el agua hará que
la cabeza y las extremidades exhiban mayor lividez que la que se observa en el tronco.
En la superficie, el cuerpo continúa descomponiéndose y atrayendo, por esto, insectos
carroñeros como la moscarda coronida, la cual se alimenta y reproduce en los tejidos
expuestos sobre la superficie. El análisis entomológico de las larvas de mosca que se
desarrollan en un cuerpo que ha emergido nuevamente, puede resultar útil para la
determinación del momento en que el cuerpo re-emergió.

El tiempo requerido por el cuerpo para re-emerger, depende básicamente de la


temperatura del agua, la cual normalmente disminuye con la profundidad. En agua
apenas tibia, se puede esperar que un cuerpo emerja en unos pocos días, mientras
que en agua fría o cerca al punto de congelación, la re-emersión del cuerpo puede
retrasarse de varias semanas a varios meses. Otros factores que afectan la velocidad
de descomposición en el agua incluyen el contenido bacterial y la salinidad. Un cuerpo
sumergido, por ejemplo, en un pantano estancado o una fuente de agua contaminada
con desperdicios orgánicos, se descompondrá, comparativamente, mucho más rápido
que un cuerpo que se encuentre en un lago relativamente limpio, el cual tiene un
contenido bacterial más bajo.

La descomposición de un cuerpo en el océano u otra fuente de agua salada ocurre a


menor velocidad que la que sucedería en un cuerpo sumergido en agua dulce, debido
a la reducción de la acción bacterial por la concentración salina. La presencia de vida
animal acuática puede también alterar la tasa de descomposición y el tiempo que
demora el cuerpo en emerger, mediante la remoción de tejidos, proporcionando así,
puertas adicionales de entrada de bacterias, o reduciendo la masa corporal del torso.

!
La formación de adipocira es típicamente observada en cuerpos sumergidos por largos
períodos de tiempo. La formación avanzada de adipocira en cuerpos sumergidos
proporcionará alguna conservación de tejidos. Hay muchos casos documentados de
cuerpos recuperados en condiciones relativamente buenas, después de haber estado
sumergidos por meses o por unos pocos años. Un caso particularmente llamativo fue
el de un hombre anciano que se suicidó saltando a un río desde un puente alto. Los
restos del occiso no se recuperaron sino hasta aproximadamente 10 años después,
cuando fueron vistos sobre el margen del río, en una época en la que el nivel del
agua había bajado considerablemente debido a una sequía.

El examen de los restos, que consistían en la parte inferior del torso, piernas y pies,
mostró que habían sufrido formación avanzada de adipocira seguida por desecamiento
total. El sujeto hizo su salto fatal durante una temporada de clima frío, en un lugar
donde su cuerpo quedó enredado, permanentemente, en las ramas de un gran árbol
que estaba profundamente sumergido. En la época en la cual fue recuperado, el nivel
del río había llegado bastante por debajo del árbol, permitiéndole a los restos
recubiertos por la adipocira, momificarse en lo alto de las ramas del árbol. La
identificación positiva del occiso se logró mediante comparación radiográfica con una
radiografía pélvica antemortem.

4.9 ANOMALIAS DE LA DESCOMPOSICIÓN (Descomposición Irregular y


Preservación Artificial)

Con la multitud de factores que afectan la velocidad de descomposición, parece


apenas razonable que existan anomalías tales como las que se presentan en aquellos
casos que involucran preservación extensa o descomposición irregular. El
reconocimiento de variaciones en la secuencia de descomposición es de extrema
importancia para el científico forense y el investigador de las muertes, ya que puede
proporcionar indicios sobre las circunstancias de la muerte.

!
La primera anomalía que debe ser discutida es la que he llamado “descomposición
irregular o desproporcionada”. La descomposición irregular puede ser definida como la
descomposición prematura o desproporcionada de tejidos, en una o varias áreas de un
cuerpo. Existen tres mecanismos responsables de la descomposición irregular y son
los siguientes:

1. LESIONES ANTEMORTEM O POSTMORTEM: Producen la exposición de sangre


y tejido internos en un área del cuerpo, proporcionando así, una puerta de entrada
para bacterias e insectos carroñeros

2. EXPOSICIÓN DE UN ÁREA ESPECÍFICA DEL CUERPO a agentes físicos o


químicos tales como calor o ácidos corrosivos

3. INFECCIÓN BACTERIAL PREVIA: Tal como un absceso o celulitis.

De estos tres mecanismos responsables de la descomposición irregular, el primero,


lesión antemortem o postmortem, es el más común.

Los casos en los que hay descomposición irregular deben ser sometidos a una
investigación detallada, ya que muchos de ellos son homicidios. Un excelente caso
que demuestra la “descomposición irregular”, es el de la muerte de una joven adulta de
raza blanca, cuyo cuerpo fue descubierto aproximadamente doce días después de su
desaparición. La occisa fue reportada como desaparecida, pasadas varias horas de
una caminata vespertina en su vecindario, de la que nunca regresó. Los oficiales de la
ley, junto con algunos vecinos, efectuaron varias búsquedas exhaustivas de la
muchacha desaparecida. Doce días más tarde, su cuerpo fue descubierto en un
campo parcialmente arborizado cerca a la vía interestatal.

En la escena se encontró que el cuerpo estaba en un estado bastante avanzado de


descomposición y extensamente infestado por larvas de mosca azul (blowfly). Se

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realizó la autopsia, a pesar de que no quedaba material significativo de los órganos.
Los hallazgos de la autopsia y de la poca toxicología que se pudo realizar, no
proporcionaron ninguna respuesta sobre la causa o la manera de muerte.

Aproximadamente dos años y medio después, el caso fue revisado por un detective de
la policía quien dudaba si la occisa había podido ser, raptada y retenida por algún
periodo de tiempo, y más tarde asesinada. Un antropólogo forense fue consultado por
el detective del caso, sobre el tiempo estimado transcurrido desde la muerte de la
joven. Al revisar las fotografías de la escena y los datos ambientales, se encontró que
el periodo de tiempo durante el cual había estado desaparecida la joven, parecía
consistente con el estado de descomposición; además, se notó que parecían existir
“irregularidades” en la descomposición, las cuales indicaban evidencia de lesión
antemortem o postmortem del cuerpo.

La irregularidad más notable observada en las fotografías, consistía en una


destrucción extensa de los tejidos en el pecho y el área abdominal superior, junto con
una infestación masiva de gusanos. También era visible en las fotografías la gran
cantidad de tejido remanente en el cráneo y la descomposición e infestación por
gusanos en las palmas de ambas manos. Otras áreas del cuerpo de la occisa se
hallaban relativamente en buen estado. El grado de descomposición del pecho y el
abdomen, marcadamente avanzado frente al de otras áreas del cuerpo , al principio
pareció ser el resultado de depredación carnívora. Una inspección más detallada de
las fotos de la escena reveló que tanto las costillas como los cartílagos costales
estaban intactos, por lo cual era poco probable que los animales depredadores fueran
responsables. En lo que respecta a la superficie palmar de las manos, la depredación
animal fue también descartada, pues la mayoría de los tendones no estaban dañados.

En vista de estos hallazgos, se concluyó que existía una enorme posibilidad de que la
víctima hubiera sido apuñalada en el pecho y hubiera sufrido cortadas de defensa en
las manos. Las heridas en el pecho y las manos proporcionaron una puerta de entrada
para bacterias e insectos, a consecuencia de lo cual, se produjeron áreas de

!
descomposición prematura. En este punto, se sugirió que el cadáver fuera exhumado
para hacer una inspección detallada de los elementos esqueléticos de las áreas con
descomposición notable.

Aproximadamente un año después, el cuerpo fue exhumado y se practicó un examen


detallado de los elementos esqueléticos en cuestión. Cada uno de ellos fue
cuidadosamente removido a mano, pues fue poca la disección con escalpelo que se
requirió, debido al estado de descomposición de los tejidos circundantes. Los
elementos esqueléticos removidos fueron entonces envueltos en tela de lona, y
cuidadosamente limpiados con agua hirviendo para retirar los tejidos blandos
adheridos. La inspección de los huesos limpios reveló la presencia de varias marcas
de cortadas, congruentes con las producidas por un cuchillo, en el manubrio y
esternebras, así como marcas de cortes en la superficie palmar de algunos de los
metacarpianos de ambas manos. También se descubrió una marca de corte en el
borde inferior de la segunda costilla derecha. Se observaron manchas oscuras a lo
largo de las cortadas, sugestivas de que las lesiones habían ocurrido en el periodo
peri-mortem. En vista de estos hallazgos, la causa de muerte fue cambiada de
“desconocida”, a “muerte por múltiples heridas de arma cortopunzante en el pecho”, y
la manera de muerte a “homicidio”.

Los casos que involucran un cuerpo fuertemente descompuesto tienden a no ser


cuidadosamente examinados debido a la carencia de tejidos blandos reconocibles, la
presencia de masas de gusanos y los olores desagradables y ofensivos de la
descomposición. Muchas lesiones, como las del caso anteriormente discutido, pueden
no ser fácilmente visibles en un examen directo o radiográfico, puesto que son
enmascaradas por los desechos de descomposición y las estructuras esqueléticas
reposicionadas. Aún así, el reconocimiento de la “descomposición irregular”, junto con
un examen cuidadoso y detallado de los tejidos y huesos restantes, proporcionará
muchas veces más respuestas de las que uno podría pensar.

!
4.10 PRESERVACIÓN ARTIFICIAL

La segunda anomalía de descomposición a discutir es la denominada “preservación


artificial”, la cual hace referencia a la conservación de un cuerpo o tejido corporal por
substancias químicas, o por destrucción de las bacterias que causan la
descomposición. El problema que se presenta con los casos en los que hay
preservación artificial, es que esta proporciona un impresión falsa de un intervalo
postmortem relativamente corto, cuando en realidad fue bastante largo. Un ejemplo de
preservación artificial es el curtido de tejidos corporales por ácidos tánicos, como en el
caso de los cuerpos notablemente preservados en los antiguos pantanos de
Dinamarca.

Casos similares de preservación de cuerpos y tejidos han sido documentados en la


literatura forense como el resultado de poner el cuerpo en contacto con materiales
vegetales tales como las agujas de pino, cortezas de árboles, hojas en
descomposición, o cuero que contenga compuestos preservativos. El material vegetal
en condiciones de humedad libera taninos de forma natural y estos, en suficiente
concentración, curten y preservan los tejidos corporales. La liberación de compuestos
preservativos por parte de artículos de cuero en contacto con el cuerpo después de la
muerte, tales como botas apretadas o una chaqueta de cuero, pueden producir
preservación de los tejidos.

Otros ejemplos de preservación artificial incluyen cadáveres colocados en ambientes


que inhiben la acción bacteriana. Un caso particularmente notorio fue el de una víctima
de homicidio cuyo cuerpo había sido envuelto en múltiples capas de tapete y plástico
laminado. El cuerpo había sido escondido en un garaje de concreto, arrendado, y no
fue descubierto por la autoridades hasta unos tres años después. Al desenvolver el
cuerpo, se encontró muy bien preservado, tan sólo con moderado recogimiento y
decoloración de la piel. No sólo la preservación externa era notable, sino también la de
los órganos internos, incluyendo los pulmones. Otros científicos forenses han
encontrado casos similares con preservación notable del cuerpo o porciones de este,

!
que han sido cubiertas apretadamente, por plásticos o telas sintéticas finamente
tejidas.

Con el fin de entender mejor este fenómeno, se llevó a cabo un experimento que
consistente en envolver partes del cuerpo, en bolsas plásticas. Dos cadáveres íntegros
y sin embalsamar, utilizados en este experimento, fueron sepultados con sus
envolturas, en tumbas de poca profundidad. Uno de ellos tenía el pie izquierdo
envuelto apretadamente en dos bolsas plásticas, y el otro tenía su cabeza, antebrazo y
pierna derechos, envueltos en bolsas plásticas dobles. Después de un período
específico de tiempo, los cadáveres fueron exhumados y examinados en busca de
cambios importantes por descomposición. Se observó que el plástico apretadamente
envuelto, producía marcada preservación de los tejidos recubiertos, en comparación
con las áreas sin cubrir. Otras observaciones de campo y de casos, llevaron a la
conclusión de que la preservación observada resultaba de la acumulación de
productos secundarios bacteriales en un sistema cerrado. Inicialmente, las bacterias
que degradan los tejidos se multiplican rápidamente; sin embargo, a medida que sus
productos catabólicos como el amoniaco y el alcohol, junto con el pH, aumentan en el
sistema cerrado, se suprime la acción bacterial.

Otro tipo de preservación artificial por supresión de la acción bacterial es aquella que
ha sido reportada en la recuperación de cuerpos embalsamados, en particular aquellos
sepultados en sarcófagos de tipo histórico, hechos en plomo o hierro. En casos de
restos históricos se cree, que en adición a los compuestos embalsamantes, el
sellamiento a prueba de aire de los sarcófagos mediante soldadura con la
consecuente liberación de metales oxidados en forma gaseosa, puede producir un
ambiente altamente bacteriostático.

Un ejemplo clásico que ilustra éste tipo de preservación, es el de un Coronel del


ejército de la Guerra Civil, en los Estados Unidos, cuyos restos estuvieron involucrados
en una investigación forense actual. El descubrimiento de los restos parciales del

!
Coronel en un área boscosa, desencadenó una investigación policial por un posible
homicidio. En el examen, los restos se encontraron en su mayor parte esqueletizados,
pero con algo de tejido rosado adherido. El estado de descomposición observado
sugería un intervalo postmortem de varios meses. Una búsqueda adicional de restos,
condujo al descubrimiento del cráneo el cual al ser examinado reveló la presencia de
una herida de bala y un proyectil esférico pequeño del tipo “mini-bola” utilizado en la
Guerra Civil. A medida que la investigación continuó, se descubrió que los restos
venían de un cementerio cercano, de la Guerra Civil, el cual aparentemente había
sido saqueado en busca de artefactos históricos. El saber de las tumbas profanadas,
junto con la recuperación del cráneo, produjeron un momento algo vergonzoso para
los investigadores que trabajaban en el caso, ya que el intervalo postmortem estimado
presentaba una inexactitud de más de cien años. Si bien resultó embarazoso, el caso
demostró a la perfección las trampas que se presentan por la preservación artificial.

4.11 LESIONES DEBIDAS A INSECTOS Y VIDA ANIMAL, TERRESTRE O


ACUATICA

Un cuerpo expuesto que no es descubierto inmediatamente después de la muerte, se


ve sujeto, en mayor medida, a la depredación animal, la cual va aumentando con la
progresión del período postmortem. La depredación del cadáver por diversos animales
produce una amplia gama de lesiones postmortem, las cuales pueden ser fácilmente
mal interpretadas por el investigador de la muerte poco experimentado, como lesiones
antemortem resultantes de acciones humanas. Hay cinco grupos primarios de
animales que han sido asociados con la depredación postmortem de un cadáver
humano. Estos son:

1. Insectos
2. Aves
3. Roedores
4. Animales acuáticos
5. Mamíferos carnívoros

!
Los insectos comúnmente responsables de las lesiones postmortem incluyen a las
moscas azules (blowflies), cucarachas y hormigas. Como se discutió en los textos de
entomología forense, las moscas son los primeros insectos en llegar al cadáver. Las
larvas de mosca azul que salen de los huevos comienzan su frenética alimentación
con los tejidos del cadáver, y en gran número, son capaces de causar un daño
tremendo a los tejidos. El daño producido por las larvas se exhibe como pequeños
orificios cilíndricos que varían en tamaño, de uno a varios milímetros, y se asemejan a
los producidos por un picahielo o una herida por proyectil de bajo calibre. Una lesión
antemortem, por ejemplo una herida de bala o cuchillo, en muchos casos se verá
distorsionada, agrandada o inclusive totalmente irreconocible, debido a la alimentación
de las larvas en el sitio de lesión.

Las cucarachas y las hormigas, al igual que las moscas, pueden ser encontradas
comúnmente tanto en interiores como en exteriores. La depredación por hormigas y
cucarachas aparece como pequeñas erosiones en la piel que pueden dar la impresión
de abrasiones antemortem. La desecación de estas mordeduras postmortem puede
dar la impresión de excoriaciones por arrastre. En la mayoría de los casos es posible
distinguir las mordeduras de hormiga de las de cucaracha, ya que el patrón de
alimentación de las hormigas es menos limitado, con pequeños trazos lineales que
bordean los puntos principales de erosión.

Un cadáver expuesto en exteriores está sujeto a la depredación por varios tipos de


aves, comúnmente buitres y cuervos. Tanto buitres como cuervos se alimentan
usualmente del cadáver en las etapas finales de descomposición. Las lesiones
ocasionadas por los cuervos aparecen en el tejido como pequeñas punciones
triangulares, resultado de su picotear. El picoteo y la acción desgarradora utilizada en
su alimentación por los buitres y buharros, produce pequeñas tiras con tejido adherido
de apariencia sinuosa. Los pájaros más pequeños, como el gorrión común o el mirlo,
removerán cabellos de la cabeza una vez que éstos se han desprendido del cuerpo,
para utilizarlos como material de construcción y de aislamiento para sus nidos. Esta
práctica de remoción de cabello muchas veces explica que falte este en las escenas

!
que involucran un cadáver en descomposición, y ha sido útil para obtener pelo de la
víctima mediante la búsqueda y localización de nidos de aves cerca a la escena de la
muerte.

Los roedores son otro grupo de animales responsables de la depredación postmortem.


Los cuerpos expuestos en lugares interiores con condiciones de habitabilidad por
debajo de lo normal, están sujetos al ataque de roedores tales como ratones y ratas.
Se sabe que ambos se alimentan de un cuerpo en los primeros días siguientes a la
muerte, produciendo heridas que se asemejan a lesiones antemortem ulceradas de la
piel. Las áreas del cuerpo típicamente atacadas incluyen la cara, el cuero cabelludo y
las yemas de los dedos. En casos que involucran restos esqueléticos, los roedores
tales como ratones, ratas, ardillas y conejos, mordisquearán los huesos por su
contenido mineral. Los sitios comunes para roer incluyen el foramen mágnum, las
órbitas oculares, los maxilares superior e inferior, y los huesos largos. Las marcas de
roedura en el hueso son muy semejantes a las cortadas de cuchillo u otro instrumento
cortopunzante afilado, y pueden parecer inicialmente sospechosas cuando se
observan en las vértebras cervicales. Sin embargo, las marcas de mordisqueo de los
roedores pueden ser distinguidas de las marcas de corte, por los surcos de doble
canal producidos por los dientes incisivos del roedor.

Los ratones de campo, en particular, son conocidos con desagrado por su hábito de
remover huesos pequeños de manos y pies, dientes y joyería pequeña, los cuales
llevan a sus madrigueras. En el caso de pérdida de pequeños elementos esqueléticos
o dientes en la escena de muerte, vale la pena invertir algo de tiempo y trabajo en
localizar madrigueras de roedores cercanas y revisarlas en busca de restos
desaparecidos. Además de la destrucción debida a su mordisqueo, se sabe que los
ratones construyen madrigueras entre los restos momificados o el cráneo de un
cadáver.

Los animales acuáticos, incluidos peces, tortugas y cangrejos, son comúnmente


responsables de lesiones postmortem en cadáveres recuperados de estanques, ríos,

!
lagos y el océano. La depredación por peces pequeños es observada principalmente
en los dedos de las manos y los pies, así como alrededor de los labios y las orejas, y
aparece como pequeñas erosiones del tejido. Por otro lado, las tortugas y los
cangrejos producen un daño significativo a los tejidos mientras se alimentan del
cadáver. La mayoría de las lesiones producidas por las tortugas, lucen como grandes
hoyos recortados sobre áreas expuestas del cuerpo. La dimensión del hoyo variará,
según el tamaño de la tortuga. Las especies grandes de tortugas, como la «Gran
Tortuga Caimán», son capaces de producir lesiones aplastantes en los huesos de la
cara y el cráneo.

Los cangrejos, que pueden ser encontrados en agua salada o dulce, se alimentan de
la mayoría de las zonas expuestas del cuerpo. La depredación por cangrejos puede
ser en algunos casos confundida con lesiones cortantes, debido a la apariencia de
“borde limpio” alrededor del área «desnuda» de alimentación. Dependiendo del área
de alimentación, uno puede ver pequeñas hendiduras en el tejido adyacente al área
«desnuda», resultado de las tenazas utilizadas para agarrarse y moverse sobre el sitio
de alimentación.

Con excepción de los insectos carroñeros, los mamíferos carnívoros son responsables
en la mayoría de los casos de las lesiones post-mortem por depredación. Carnívoros
pequeños como los mapaches, zorrillos y comadrejas, suelen frecuentar un cadáver
expuesto durante la etapa temprana del período postmortem. Las áreas del cuerpo
más comúnmente atacadas son las manos, los pies y la parte superior del pecho. Las
lesiones producidas por su alimentación son las típicas de la mayoría de los
carnívoros, incluyendo desgarro de los tejidos con múltiples marcas de punción
producidas por los caninos, y arañazos y rasgaduras lineales producidas por las
garras.

Un cadáver expuesto, en un lugar cerrado, está sujeto a la depredación por gatos y


perros domésticos. Tales casos de depredación por mascotas son comúnmente vistos
en personas de la tercera edad que viven solas. Un caso de interés particular fue el de

!
una anciana que había sido consumida, prácticamente en su totalidad, por sus cinco
perros. La identificación positiva de la mujer se estableció a través de comparación
odontológica de piezas dentales recuperadas de los restos fecales de los perros. La
presencia de orina o materia fecal en el occiso, como en el caso de un individuo que
murió mientras defecaba, es comúnmente responsable de lesiones específicas en los
genitales y los glúteos, producidos por caninos domésticos.

Los carnívoros de mayor tamaño, principalmente lobos, coyotes y perros domésticos,


son conocidos por atacar al cadáver durante todo el periodo postmortem, incluyendo la
esqueletización. Las lesiones postmortem producidas por estos grandes carnívoros, en
la mayoría de los casos son bastante extensas.

Los carnívoros cánidos son también, en gran parte, responsables de la dispersión y


remoción de huesos comúnmente encontrada en casos que involucran restos
esqueléticos. La dispersión y remoción de restos esqueléticos por coyotes y lobos
tiende a ocurrir en un grado mucho menor que por perros domésticos. Se sabe que los
perros domésticos esparcen restos esqueléticos sobre áreas enormes y llevan
porciones de los restos a distancias considerables del sitio de muerte.

Recientemente se han llevado a cabo un buen número de estudios concernientes a la


depredación y carroñeo canino de restos humanos, los cuales han proporcionado
información valiosa sobre los tipos de lesión ósea y patrones de dispersión. Uno de
estos estudios reportaba lesiones comúnmente observadas alrededor de las órbitas
oculares, el maxilar superior y el área occipital del cráneo. Estas lesiones postmortem,
que aparecen como fracturas y marcas de punción, pueden ser malinterpretadas como
el resultado de la utilización de un instrumento puntiagudo tal como un picahielo. La
ocurrencia específica de estas lesiones en el área facial del cráneo, resultó ser
producto de su transporte entre las mandíbulas de los cánidos.

!
Fotografía Nº 14. Descomposición irregular en cadáver con intervalo postmortem de trece días, fue encontrado en cercanías a
Bogotá - Colombia (clima frío). El tórax presenta avanzada descomposición debido a que sufrió lesiones por proyectil de arma
de fuego de carga múltiple que expusieron tejidos blandos y fluidos internos (haciendo que las moscas colocaran sus huevos
principalmente en esta área, con la consecuente infestación de larvas y aceleración de la descomposición), adicionalmente el
cadáver portaba pantalones jeans y botas de caucho, lo que ayudo a la preservación de cintura pélvica y miembros inferiores.

El único método preciso para determinar el intervalo postmortem es estar ahí cuando esta sucede: e incluso así se tiene un
pequeño margen de error.
En realidad no existe ningún marcador preciso, por sí sólo, para determinar el intervalo postmortem.
Mientras más cerca se esté del momento real de la muerte, es posible dar una opinión más precisa a partir de la escena y
los marcadores de la muerte.
La experiencia y precaución del investigador, combinadas con los marcadores clásicos de muerte y una ventana de muerte
bien establecida, pueden conducir a un IPM razonable.
Para determinar el IPM probable, primero establezca “una ventana o intervalo de muerte” . ¿Cuándo pudo haber ocurrido la
muerte? ¿Cuándo se supo por última vez del occiso en vida y cuando fue encontrado el cuerpo? Esta diferencia es el intervalo
de tiempo durante el cual la muerte pudo haber ocurrido.
A continuación, utilice aquellos marcadores de la escena que permitan ubicar la muerte de alguna manera en esta ventana –
un periódico de la mañana leído, llamadas telefónicas realizadas, tipo de alimento consumido, lugar y estado de las vestiduras.
Posteriormente ajuste esta opinión preliminar con cualquier dato adicional; por ejemplo, ese ejemplar del periódico pudo
haber estado disponible a la madrugada de la noche anterior - el hombre trabaja de noche y duerme de día -.
Considere los factores ambientales y aquellos que puedan haber cambiado con el tiempo: por ejemplo, el resplandor del sol
incidiendo directamente sobre la víctima; o aire acondicionado soplando sobre el cuerpo.
Utilice observaciones del grado de rigidez, cantidad y posición de las livideces, temperatura del cuerpo, presencia de huevos
o larvas de mosca, etc., para refinar aún más su opinión.
Utilice la temperatura y concentración de potasio en el humor vítreo u otras pruebas para refinar aún más su opinión.
En resumen, sea considerablemente precavido con la determinación del intervalo postmortem, ya que pueden existir
factores que producen una marcada aceleración o retraso de la química de la muerte y sus alteraciones.
Haga énfasis en que lo que se ofrece es un rango o intervalo de muerte y en los fundamentos para su determinación.
Nunca intente emitir opiniones más precisas de lo que los datos le permiten.
Asegúrese de especificar si su opinión se refiere a los hallazgos preliminares o si se trata de su opinión final, según sea el
caso.
Tabla Nº 3. Otros factores a tener en cuenta para orientar el IPM en cadáveres frescos o recientes

Fecha en que la persona desaparecida fue vista con vida por última vez por un testigo confiable y el momento en que es
hallado el cadáver.
Patricia Mc Feeley, Estándares Normalmente Aplicados En La Determinación Del Tiempo De Muerte, en Boletín de Patología
Nº 5, Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses (1999)

!
5A 1 LA ENTOMOLOGIA FORENSE EN LA INTERPRETACION DEL TIEMPO DE
MUERTE
LIC. GINNA PAOLA CAMACHO CORTÉS

En términos generales, la entomología tiene dentro de sus objetivos principales


estudiar el ciclo vital, variabilidad biológica y comportamiento de los insectos (dieta,
hábitos, distribución geográfica, entre otras). Esta rama de la zoología aplicada a la
criminalística es de gran utilidad en contextos forenses, es decir, como apoyo a la
investigación de las muertes, especialmente por el amplio potencial de información
que se puede extraer de los insectos encontrados sobre, alrededor y al interior del
cadáver al momento de su hallazgo.

Existen varias definiciones de entomología forense, pero las más aceptadas


coinciden en el uso de los insectos y otros artrópodos como herramienta y evidencia
en asuntos legales [1, 2, 3].

En 1986, Lord y Stevenson identificaron tres categorías de entomología forense:


urbana, de productos almacenados, y médico legal o médico forense, que es
conocida como entomología médico criminal [4]. Sin embargo, esta última es la que
reviste mayor interés porque tiene una valiosa aplicación médico forense,
principalmente, en la estimación del tiempo de muerte dentro de la investigación de
homicidio, suicidio, accidentes y delitos sexuales asociados a homicidio, así como en
casos que involucran tóxicos y traslado de cadáveres de un lugar a otro, indicando
así, si se trata de una escena primaria o secundaria. De cualquier forma la
entomología forense está indisolublemente unida con los campos científicos más
amplios de entomología médica, antropología, taxonomía y patología forense [5, 6].

Coordinadora Laboratorio de Entomología Forense - Dirección Regional Bogotá, Instituto Nacional de


Medicina Legal y Ciencias Forenses. E-mail ginnascoli@hotmail.com

!
Sus objetivos principales son identificar los insectos atraídos por el cadáver y
analizar los datos entomológicos obtenidos para integrarlos con otros hallazgos de
escena, investigación y necropsia médico legal, para la determinación del tiempo,
causa, manera, mecanismo y lugar de la muerte, lo cual es de suma importancia
para la resolución de casos criminales.

El cuerpo progresa a través de una secuencia reconocida de estados de


descomposición, desde el momento inicial, en fresco, hasta su esqueletización,
durante la cual ocurren cambios físicos, biológicos y químicos. Cada uno de los
estados de descomposición es atractivo para diferentes grupos de artrópodos,
principalmente insectos, que son usualmente los primeros organismos en detectar un
cadáver después de la muerte, frecuentemente a los pocos minutos, colonizando en
una secuencia predecible [7, 8]. Algunos son atraídos directamente por el cuerpo, el
cual es usado como alimento o medio de ovoposición, mientras que otras especies
son atraídas por la gran agregación de otros insectos que usan como recurso de
comida [3].

Si bien la secuencia básica de descomposición es predecible, la velocidad de


descomposición también varía con la temperatura, época del año, microclima y otros
factores ambientales o regionales, tanto como si el cadáver está a la luz o a la
sombra. La recolección cuidadosa de datos en el terreno, acompañada por
conocimientos biológicos de los insectos colectados, permite tanto la reconstrucción
de los hechos a ser incluidos durante la investigación, como la estimación del tiempo
de muerte [9, 10].

Mientras una extensa variedad de especies de insectos son atraídas y juegan un


papel activo en el proceso de descomposición, dos grupos, Diptera y Coleoptera, son
los más importantes y útiles en la mayoría de las circunstancias, específicamente, las
familias Calliphoridae y Sarcophagidae [2]. La razón básica para utilizar estos

!
insectos durante las investigaciones criminales reside en el hecho de que son unos
de los primeros grupos en detectar y encontrar un cadáver, están presentes en todos
los estados de descomposición y algunas especies son específicas para ciertas
áreas y estaciones [11].

5A 2 EVOLUCIÓN DE LA ENTOMOLOGÍA FORENSE

La ubicuidad de las moscas está documentada en escritos tempranos como la “Tabla


14”, de las series Harra-Hubulla, que es una lista sistemática de los animales
salvajes terrestres de la época de Hammurabi, hace unos 3.600 años, y está basada
en listas sumerias aún más antiguas, en escritura cuneiforme sobre tabletas de
arcilla; es el libro de zoología más antiguo conocido. Aquí se mencionan por primera
vez la “mosca verde” (Phaenicia) y la “mosca azul” (Calliphora), tan comunes en
casos forenses [12].

En las civilizaciones antiguas, las moscas y escarabajos aparecen como amuletos


(Babilonia, Egipto), en sellos cilíndricos (Mesopotamia), como un dios (Belcebú, rey
de las moscas), y como una de las plagas de la bíblica historia del Éxodo. Pero este
conocimiento giraba en torno al orden religioso y económico, hasta que Aristóteles
(384-322 A.C.) aportó datos anatómicos y biológicos que describió y clasificó dentro
del orden científico; posteriormente le siguieron los naturalistas de la antigüedad,
como Cayo Cecilio Plinio (siglo II D.C.), Claudio Eliano (siglo III D.C.) y San Alberto
Magno (siglo XIII) [9].

Probablemente el nacimiento de la entomología médico criminal se dio en siglo XIII,


en China, cuando en 1235, Sung Tz’u, escribió un libro titulado Instrucciones a los
Jueces en el que se detalla la ciencia forense conocida hasta el momento y la
resolución de un asesinato en la comunidad campesina [2, 3, 8, 9, 12].

Titulo original: Hsi Yüan Lu. Versión 1843, compilado por Tung Lien

!
Se dieron otros aportes del jesuita José de Acosta, en el siglo XVI, del naturalista
suizo Conrado Gesner, de los italianos Marcelo Malphigi y Francesco Redi (1668)
quienes no sólo demostraron el método científico sino que contribuyeron a la
entomología, refutando la hipótesis de la “generación espontánea” de la vida. Más
tarde Linneo en su Sistema natural (1758) determinó las bases fundamentales de la
clasificación zoológica, estableciendo las clases de insectos en 7 órdenes, pero fue
hasta mediados del siglo XIX, en Francia cuando la ciencia surgió como tal. Orfila
(1848), patólogo, listó 30 insectos y otros artrópodos que colonizaron un cuerpo, sus
observaciones pueden ser las primeras en sistematizar el conocimiento de la
sucesión de artrópodos; aunque a Bergeret (1855) se le da el crédito de aplicar este
conocimiento a un caso criminal, por evaluación de la fauna de insectos, determinó
(quizás incorrectamente) el intervalo post mortem [12]. A pesar de esos errores, este
caso representa la primera aplicación de sucesión de insectos en entomología
forense y abrió el camino para otros estudios como los de Keh (1985) [13], Smith
(1986), Catts y Goff (1992), entre otros. Por otro lado, J.P. Mégnin amplió y
sistematizó los estudios publicando la fauna de las tumbas (1887) y la fauna de los
cadáveres (1894), identificando ocho etapas de descomposición humana. Aunque su
obra ha sido objeto de críticas porque la duración del ciclo de vida de los insectos
está sujeta, entre otras a las condiciones meteorológicas del lugar, los estados de
descomposición descritos fueron seguidos por Leclercq (1969), Easton y Smith
(1970) [3].

La ecología y el comportamiento general de las moscas de importancia forense


fueron tratados extensamente por Greenberg (1973), Putman (1983) y Hanski y
Rautatiekatu (1987) y la sucesión de fauna fue estudiada en varias regiones en
cadáveres no humanos, desde lagartos hasta cerdos, entregando información en la
estructura de la comunidad, orden de colonización, estacionalidad y preferencias de
ovoposición de moscas de carroña [9].

!
Pero, como concluyen correctamente Schoenly y Reid (1987) hay excesivo énfasis
en separar las etapas de putrefacción en modelos de representación gráfica de los
cambios de especies, puesto que el número y los límites de las etapas pueden variar
con el investigador, tipo de estructura corporal y tamaño, estación, microclima, sol y
sombra, clase de sustrato, y complejidad y abundancia de la fauna local [9].

Con estudios diversos se concluyó que la aplicación de la temperatura al desarrollo


de los insectos, especialmente, moscas, es determinante en la estimación del
intervalo post mortem. En el laboratorio se empezaron a criar especies de
importancia forense a temperatura constante (Kamal, 1958) [3], pero Greenberg
(1991) demostró que existen algunos fenómenos que pueden alterar el régimen de
temperatura, como los efectos de las masas larvales.

Por otro lado, los resultados no pueden extrapolarse de uno a otro experimento ni en
relación con los casos humanos de investigación criminal dado que los cadáveres de
animales pequeños tales como lagartos, sapos, ratones y otros roedores se
caracterizan por su descomposición rápida; así que el tipo de cuerpo y su tamaño
pueden tener un efecto en la tasa de descomposición y en la sucesión de insectos.

El modelo animal más aproximado para la investigación forense relacionada con los
fenómenos de descomposición cadavérica y la entomofauna relacionada con éstos,
es el cerdo blanco desnudo (Sus scrofa); éste modelo es adecuado para este tipo de
estudio porque se asemeja al ser humano en cantidad de vello, tamaño del torso,
fauna intestinal, hábitos alimenticios y procesos de descomposición [7, 14, 15]. En
cuanto al tamaño, los cerdos de 22-23 Kg. han sido recomendados como modelos
convenientes para la descomposición [4, 7, 16] porque son aproximadamente
equivalentes al torso de un humano adulto (Figura 1).

!
Figura 1. Cerdo blanco adulto (Sus scrofa) de 22 Kg.

Aunque una variedad amplia de sustratos de comida ha sido utilizada para esta clase
de investigaciones, especialmente carne o hígado de cerdo o pequeños animales, la
última aplicación médico criminal es el tejido humano. En el estudio realizado por los
antropólogos forenses norteamericanos Rodríguez y Bass (1983) se investigó la
colonización de insectos y la sucesión en cuerpos humanos, y se validó el uso de
cadáveres de cerdo como sustitutos en otras áreas, donde la investigación en
cuerpos humanos es ilegal [3].

La entomología médico criminal entró en una fase de rápido crecimiento y desarrollo


a partir de las reseñas de Leclercq (1978), Nourteva (1977) y Smith (1986), y se
convirtió en una disciplina exacta referida a la teoría y práctica forenses. Los
precursores han sabido conjugar entomología y ciencia forense, y los criminólogos
han rescatado muchos detalles hasta obtener conclusiones útiles y una visión
holística del tema [9].

5A 3 ENTOMOLOGÍA FORENSE EN COLOMBIA

El primer trabajo de entomología forense en Colombia se registra en Cali con un


estudio sucesional en dos cánidos [17, 18]. Posteriormente en Bogotá, se desarrolló

!
un estudio que indicó la presencia de Lucilia sericata como primera especie
colonizadora de hígado humano [19]. Así mismo en Medellín se realizó un trabajo de
sucesión de insectos carroñeros en cerdo blanco (Sus scrofa) [20].

Otros trabajos desarrollados en Cali, Medellín y Bogotá indican la predominancia de


las familias de los ordenes Diptera y Coleoptera tanto en cadáveres humanos [21,
22] como en cerdo blanco Sus scrofa [23, 24, 25] y en hígado humano [19, 26].

Por otro lado, en el municipio de Tunja [27] se realizó un trabajo de sucesión de


entomofauna asociada a la descomposición cadavérica empleando cerdo Sus scrofa
y en la ciudad de Medellín se realizó un estudio toxicológico para detectar Parathion
en insectos de importancia legal [28].

El grupo de entomología forense de la División de Investigación Científica del


Instituto Nacional de Medicina Legal y CF - Universidad Distrital, realizó diversos
estudios en: sucesión de fauna cadavérica y ciclo de vida de las primeras especies
colonizadoras en cerdo blanco Sus scrofa [29], efecto de cianuro y barbitúricos en
dípteros colonizadores de hígado humano [30] e incidencia de sol y sombra en dos
cuerpos de cerdo blanco Sus scrofa en descomposición [31].

Durante los estudios adelantados en la Sabana de Bogotá, se ha utilizado el cerdo


blanco (Sus scrofa) y se han caracterizado diferentes estados de descomposición, en
cuanto a la duración de cada uno de ellos y en cuanto a las especies de insectos
representativas que han aparecido en los cadáveres; luego, se han elaborado
gráficas de abundancia de las familias de importancia forense para observar su
comportamiento a lo largo del tiempo y tablas de probabilidad de aparición de los
principales grupos de insectos durante la sucesión, en condiciones naturales de
temperatura y humedad [29] y en condiciones de sol y sombra [31].

!
En otras experiencias, se han elaborado curvas de crecimiento y desarrollo de
dípteros colonizadores (Figuras 2 y 3) utilizando como biomodelo el hígado humano
mantenido bajo condiciones naturales dentro de la sede Bogotá del Instituto Nacional
de Medicina Legal y Ciencias Forenses [19] e hígado contaminado con cianuro y
barbitúricos [30]. Estas estimas se realizaron por medio de un diseño experimental
de medidas repetidas, según Potthoff y Roy (1964) [32] basado en una
generalización del análisis multivariado de varianza [26]. Además, se construyó un
modelo ajustado para el crecimiento larval, utilizando un análisis multivariado de
varianza y procedimientos de cómputos máximos de probabilidad con medidas
repetidas, aplicando el algoritmo EM [33].

Curva de crecimiento para la variable largo en Lucilia sericata

10

6
Longitud (mm)

0
0 2 4 6 8 10 12 14 16 18 20 22 24 26 28 30 32 34 36 38
Tiempo (Dias)

Largo Menor Mayor

Figura 2. Curva de crecimiento y desarrollo para la variable largo en Lucilia sericata.


Tomado de Usaquén y Camacho, 2000

!
Curva de crecimiento para la variable ancho en Lucilia sericata

4.00

3.50

3.00

Ancho (mm) 2.50

2.00

1.50

1.00

0.50

0.00
0 2 4 6 8 10 12 14 16 18 20 22 24 26 28 30 32 34 36 38

Tiempo (Dias)

ancho Menor Mayor

Figura 3. Curva de crecimiento y desarrollo para la variable ancho en Lucilia sericata


Tomado de Usaquén y Camacho, 2000

Todos estos estudios constituyen un gran avance para la aplicación pericial de la


entomología forense, específicamente en la aproximación al cálculo del tiempo de
muerte en Bogotá y como modelo en el resto del país.

Actualmente se está implementando el Laboratorio de Entomología Forense de la


División de Investigación Científica del INML y CF , y se adelantan otros proyectos de
investigación.

Dentro de la línea de investigación “Sistemática Molecular” se destaca el estudio


“Análisis de los genes COI, COII y tRNA Leu, del ADN Mitocondrial en insectos de la
Familia Calliphoridae de la Región Central Andina Colombiana y su aplicación

http://asp.medicinalegal.gov.co/medicina

!
forense”, el cual permitirá construir bases de datos con las secuencias de ADN Mt de
poblaciones de insectos de importancia forense en diferentes zonas del país útiles
para la definición de especie. Este tipo de análisis se apoya en herramientas
bioinformáticas que generarán mayores niveles de certeza con respecto al estudio
taxonómico tradicional. Así mismo, se obtendrán árboles filogenéticos con alto nivel
de significancia que contribuirán a enriquecer el conocimiento de la sistemática
molecular de especies neotropicales.

5A 4 CATEGORÍAS ECOLÓGICAS DE ARTRÓPODOS EN LA DESCOMPOSICIÓN


CADAVÉRICA

Un cadáver puede ser colonizado por un número variable de artrópodos


pertenecientes a diferentes taxa que proporcionan elementos útiles durante la
investigación forense. Sin embargo, es importante recordar que no todos los insectos
se alimentan realmente de tejidos en descomposición. Solo unas pocas especies
participan activamente acelerando la velocidad de descomposición del cadáver [8].
Hay esencialmente dos órdenes de insectos de estricto interés forense: Diptera y
Coleoptera. Otros artrópodos, tales como Lepidoptera, Hymenoptera, Arachnida y
Nematoda, pueden ser incidentales o depredadores de especies necrófagas. De
cualquier forma, todas las especies asociadas con restos humanos deben ser
colectadas, identificadas y preservadas de acuerdo con su tiempo de colonización
[16].

El estudio de la microfauna cadavérica permite distinguir ecológicamente 4


categorías principales [4, 8, 9,16]:

Especies necrófagas: se alimentan sólo de tejido en descomposición y constituyen


la categoría más importante en establecer el tiempo de muerte. Diptera: Calliphoridae
(Figura 4) y Sarcophagidae (Figura 5) son dominantes en este grupo seguidas por

!
Coleoptera: Silphidae (en parte) y Dermestidae. Los insectos necrófagos aparecen
después de comenzada la autólisis y la putrefacción, dependiendo de la época del
año y del estado del cadáver, su actividad acelera la putrefacción y la desintegración
de ésta.

Figura 4. Adulto de la Familia Calliphoridae (Calliphora).

Figura 5. Adulto de la Familia Sarcophagidae


Predadores y parásitos de las especies necrófagas: es la segunda categoría
forense más importante. Incluye esencialmente Coleoptera: Silphidae (Figura 6) (en
parte) y Staphylinidae (Figura 7), Diptera: Calliphoridae y Stratiomyidae, e
Hymenoptera como parásitos de larvas y pupas de Diptera. Algunas larvas de
Diptera se vuelven depredadoras en las últimas fases de su desarrollo, como
Chrysomya (Calliphoridae), Ophyra e Hydrotaea (Muscidae).

!
Figura 6. Larva de la Familia Silphidae. Predadoras de las larvas de Diptera

Figura 7. Adulto de la Familia Staphylinidae

Especies omnívoras: avispas, hormigas y algunos escarabajos se pueden


alimentar tanto del cuerpo como de los artrópodos asociados. Las poblaciones
grandes de esos insectos pueden retardar la velocidad de descomposición del
cadáver por agotar las poblaciones de especies necrófagas.

Especies incidentales: usan el cuerpo como una extensión de su hábitat y parte de


su ambiente. Se encuentran algunos ácaros, arañas, ciempiés, colémbolos,
pseudoescorpiones (Figura 8) y mariposas. Pueden ocasionalmente volverse
predadoras de especies necrófagas.

!
Figura 8. Adulto de la Familia Cheliferidae (Orden: Pseudoescorpiones)

Otras especies pueden llegar accidentalmente, buscando la humedad o simplemente


un lugar de descanso [8].

5A 5 LA ENTOMOLOGIA FORENSE Y LA ESTIMACIÓN DEL TIEMPO DE


MUERTE

La mayor contribución hecha por los entomólogos forenses en la investigación de la


muerte es una estimación de la duración del intervalo post mortem. Existen varias
definiciones, las más aceptadas coinciden en el período transcurrido desde la muerte
hasta el hallazgo del cadáver [2,3].

Sin embargo, desde el punto de vista médico forense, en la estimación del tiempo de
muerte, juega papel importante la “ventana de muerte”, que es el concepto que
permite definir los límites de tiempo en los cuales debió ocurrir la muerte de un
sujeto, y se define como el tiempo transcurrido entre el momento último en el cual el
sujeto fue visto con vida y el momento en el que el cadáver es encontrado, así que la
muerte solo puede haber ocurrido en ese lapso [34]. Este rango en ocasiones es muy

!
grande, así que la entomología forense es utilizada como una de las herramientas
que permite obtener intervalos más cortos y aproximados a la realidad.

Determinar el tiempo de muerte es importante desde el punto de vista legal, para


establecer culpabilidad o para identificar a la persona desaparecida [35]. Uno de los
métodos para determinarlo es la observación externa del cadáver, que incluye
factores como temperatura corporal, livideces cadavéricas, rigidez, signos de
deshidratación, lesiones externas, acción por animales e invasión de insectos [36].
En cadáveres humanos es estimado por varios métodos: histológico, químico y
zoológico [8]. Sin embargo, transcurridas 72 horas, la entomología forense es
usualmente el mejor método y en muchos casos el único para establecer el tiempo
de muerte [7, 36].

Desde el punto de vista de la entomología forense, existen dos aproximaciones para


determinar el tiempo transcurrido desde la muerte usando la evidencia entomológica.
La primera se basa en la estimación de la edad de las larvas y la tasa de desarrollo.
La segunda utiliza la sucesión de insectos en la descomposición de un cadáver.
Ambas aproximaciones se pueden utilizar por separado o conjuntamente,
dependiendo del tipo de restos encontrados. En general, en las primeras fases de la
descomposición, las estimaciones se basan en el estudio del crecimiento de una o
dos especies de insectos, particularmente dípteros, mientras que en las fases más
avanzadas de la descomposición, se utiliza la composición y grado de crecimiento de
la comunidad de artrópodos encontrada en el cadáver y se compara con patrones
conocidos de sucesión de fauna para el hábitat y las condiciones más próximas [36].

Los cambios post mortem presentes en un cadáver dependen de múltiples factores y


el tiempo de muerte puede ser altamente complejo de determinar [3]. Dependiendo
de las especies de insectos y las condiciones en la escena, el grado de desarrollo
puede indicar un tiempo de muerte de menos de un día o más de un mes [8]. Frente

!
a la necesidad de estimar el tiempo de muerte a partir de datos entomológicos, el
investigador puede seleccionar un modelo de desarrollo de insectos o sucesión. Esto
puede incluir una comparación con otras investigaciones, o datos experimentales
pueden ser generados posteriormente para igualar un caso [4], pero son más
frecuentes los datos experimentales consultados.

5A 5.1 ESTIMACIÓN DEL TIEMPO DE MUERTE UTILIZANDO CURVAS DE


CRECIMIENTO Y DESARROLLO DE DÍPTEROS COLONIZADORES

En casi todos los casos, una muestra de los insectos colectados es sacrificada y
preservada antes de comenzar a utilizarla en la estimación del tiempo de muerte,
mientras otros de la muestra son criados hasta el estado adulto para su
identificación. El momento de la preservación es el punto en el tiempo a partir del
cual se calcula el tiempo de muerte.

Las circunstancias de cada investigación son únicas, y las condiciones en la escena


junto con la calidad de los datos entomológicos varían ampliamente. Si el modelo de
referencia para el desarrollo de especies es una curva de crecimiento, la mejor
estimación de edad para una larva es el valor correspondiente a su tamaño en la
curva. Las curvas de crecimiento larval pueden tener la forma de una “S”, con un
lento crecimiento durante los primeros dos instares larvales y una lenta disminución
en tamaño entre los estadios de prepupa y pupa [3].

Aunque muchos estudios desarrollados emplearon constantes de temperatura, las


condiciones térmicas en la escena ciertamente fluctúan en alguna magnitud. Los
datos de crecimiento en temperatura constantes pueden ser utilizados, en algunas
situaciones, para dividir el período de tiempo bajo consideración en intervalos cortos,
y luego aplicar un modelo de desarrollo, que sea más cercano a la temperatura
media durante cada período (Williams, 1984). Sin embargo, esto no es un efecto

!
universal y el desarrollo de las temperaturas fluctuando puede ser acelerado o
retardado [3].

Algunos estudios de desarrollo han incluido fluctuaciones de temperatura diseñadas


para imitar un ciclo diurno típico [37, 38, 39]. Otras aproximaciones consisten en un
modelo de desarrollo en términos de grado horas y grado días acumulados, proceso
conocido como sumación térmica y método empleado para crear modelos
computacionales de crecimiento de insectos [3].

Así mismo, Oman y Wax (1984) dice que se pueden realizar intervalos de confianza
y utilizar datos de desarrollo multivariado para construir un intervalo de la predicción
de la edad.

5A 5.2 ESTIMACIÓN DEL TIEMPO DE MUERTE UTILIZANDO ESTADOS DE


SUCESIÓN DE INSECTOS

Utilizando la sucesión de insectos, es necesario tener en cuenta que la muerte de un


ser vivo lleva consigo una serie de cambios y transformaciones físico químicas que
hacen de este cuerpo sin vida un ecosistema dinámico y único al que van asociados
una serie de organismos necrófagos, depredadores, omnívoros y oportunistas que se
van sucediendo en el tiempo dependiendo del estado de descomposición del
cadáver.

El número de especies de artrópodos colectadas en un cuerpo pueden llegar a


centenares y el número de individuos de las especies más comunes puede llegar
fácilmente a diez mil. Además, muchas de ellas pueden ser ecológicamente
incidentales, y otras pueden visitar y salir del cuerpo muchas veces, siendo
considerados indicadores, relativamente pobres, del tiempo de muerte [40].

!
Schoenly (1992) introdujo el concepto de “matriz de ocurrencia”, en este sistema
unas especies o estados se conocen por estar presentes o ausentes en un punto
dado del tiempo de muerte. Utilizando este sistema, la reunión de especies
colectadas de la víctima es comparada con la matriz de ocurrencia, y esas
estimaciones de intervalos post mortem para las cuales se encontraría la reunión son
identificadas.
La sucesión de carroña es un asunto clásico en ecología y muchos de los recientes
trabajos han tenido un objetivo forense. La mayoría de la información publicada que
involucra insectos en descomposición humana, viene del estudio de casos [5, 8]. Por
consiguiente, las investigaciones normalmente utilizan cadáveres no humanos para
realizar réplicas y estudios de sucesión [7, 15, 20, 22, 23, 29, 31, 36, 41, 42].

5A 6 CONSIDERACIONES ESTADÍSTICAS

Los problemas técnicos envueltos en la estimación del tiempo de muerte y la


construcción de intervalos de confianza son diferentes al tratar con datos de
desarrollo y sucesión. Dentro de los estados de vida, el desarrollo sucede fácil y
continuamente con la edad, mientras el conjunto de especies presentes es
categórico y cambia discretamente con el tiempo. Esas diferencias corresponden a
conjuntos diferentes de procedimientos estadísticos, medidas cuantitativas, continuas
y categóricas. A pesar de esas diferencias fundamentales, la razón subyacente es la
misma en ambos casos [3].

5A 7 PROCEDIMIENTO PARA LA RECOLECCION, PRESERVACION Y


EMBALAJE DE MUESTRAS ENTOMOLOGICAS EN CASOS FORENSES

Teniendo en cuenta que las ciencias criminalísticas deben tener protocolos de


trabajo, manuales de procedimiento y cadena de custodia para su aplicación y
validez en las investigaciones criminales, en especial ante el advenimiento en

!
Colombia del Sistema Penal Acusatorio a partir del 1 de enero de 2005, donde la
prueba pericial adquiere un enorme valor probatorio; dado que la entomofauna
cadavérica en sus diferentes estados de desarrollo constituye un elemento material
de prueba, que no existen manuales de procedimiento para ser utilizados por la
policía judicial en el lugar de los hechos ni por el médico forense durante la
realización de la necropsia al momento de hallar material entomológico, se ha
propuesto la elaboración de un manual para el manejo de muestras entomológicas
de interés forense, el cual se constituye en un aporte técnico - científico al Sistema
de Justicia.

Este manual de procedimiento es un punto indispensable para la validación de


métodos entomológicos forenses y estandarización de procesos y procedimientos en
el Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses y en otras instituciones
interesadas en la implementación de esta ciencia.

Para obtener información valiosa a partir de muestras entomológicas se debe realizar


una recolección, preservación y embalaje adecuados en el lugar de los hechos y
durante la necropsia. Las muestras deben ser representativas, cualitativa y
cuantitativamente [43], deben ser mantenidas en condiciones óptimas para su
estudio, pues la determinación taxonómica de los ejemplares requiere la integridad
de sus caracteres morfológicos.

Manejo de muestras entomológicas en el lugar de los hechos

Desde el mismo momento en que se protege y preserva el lugar de los hechos se


deben asegurar todos los elementos materiales de prueba (EMP), en forma íntegra
para garantizar el buen manejo de la información durante la investigación criminal.
Las muestras entomológicas no son la excepción, la manipulación de las mismas
comienza durante la inspección al lugar de los hechos y al cadáver y debe hacerse

!
adecuadamente para evitar su deterioro y por ende la pérdida de datos valiosos.

Cuando se realiza la inspección judicial son muy importantes las observaciones


iniciales con respecto a las condiciones biogeográficas del lugar en donde se
encuentra el cadáver, así como la fijación fotográfica y topográfica del lugar de los
hechos, del cadáver y de las muestras entomológicas presentes. También es
necesario describir: la posición y orientación del cadáver, las prendas de vestir, los
fenómenos cadavéricos, los signos de violencia y cualquier otro acontecimiento que
pueda alterar la descomposición, como la intervención de otros animales carroñeros,
como perros, gatos, ratas, aves, entre otros.

Así mismo es necesario documentar las zonas y lugares en el cadáver donde se


hallan la mayoría de muestras entomológicas, especificando su estado de desarrollo,
como son: huevos, larvas, pupas y adultos (Figuras 9, 10, 11 y 12)

Figura 9. Huevos de la familia Calliphoridae (Lucilia sericata). A las 24 horas de la ovoposición


eclosionan los primeros huevos de esta especie en condiciones ambientales de Bogotá.

!
Figura 10. Larvas de diferentes edades de la familia Calliphoridae (Calliphora). Durante los
estudios realizados en Bogotá, a una temperatura ambiental promedio de 18.2 C, el ciclo larval de
esta especie tiene una duración promedio de 8 días. Las larvas pasan por 3 estados diferentes de
desarrollo, conocidos como ínstar 1, ínstar 2 e ínstar 3. Durante este período las larvas se encuentran
en un período de gran alimentación.

a. b.
Figura 11. Pupas de la familia Calliphoridae. a. Lucilia sericata, b. Calliphora. Este periodo se
caracteriza por la quietud de las pupas, pero en realidad es un periodo de mucha actividad porque se
completan todos los sistemas del adulto. La duración promedio en este estadio para Lucilia sericata es
de 13 días.

!
Figura 12. Adultos de la familia Calliphoridae (Lucilia sericata). En promedio el ciclo completo
desde huevo hasta adulto para esta especie en las condiciones ambientales de Bogotá, a 18.2 C es
de 35 días.

Materiales

Equipo de Bioseguridad
Jama o red entomológica
Termómetro
Higrómetro
Pinzas de punta fina
Pinceles
Frascos pequeños con etanol al 70% (o en su defecto alcohol antiséptico)
Frascos de compota para cultivo
Sustrato alimenticio
Pala para muestras de suelo y hojarasca
Rótulos de papel

!
Lápiz de grafito
Nevera de icopor

Metodología

Registro de datos ambientales: de ser posible se tomarán los siguientes datos:

Temperatura ambiente y humedad relativa, siempre en las inmediaciones donde


se encuentra el cadáver.
Temperatura de la superficie (suelo, agua) donde se encuentra el cadáver.
Temperatura de la superficie del cadáver.
Temperatura bajo el cadáver.
Temperaturas interiores, en caso de lugares cerrados

Recolección de muestras en ambientes abiertos

Básicamente se pueden colectar tres tipos de muestras entomológicas, estas son:


insectos voladores, insectos caminadores y estados inmaduros (huevos, larvas,
prepupas, pupas).

Inicialmente, antes de la remoción del cadáver, se colectan los insectos que se vean
con facilidad y que estén sobrevolando el cuerpo o se encuentren posados sobre él,
para lo cual se utiliza una jama o red entomológica (Figura 13). Los insectos
caminadores y los estados inmaduros que se encuentran alrededor del cadáver,
sobre él y en las cavidades naturales del cuerpo se colectan con pinzas o pinceles
humedecidos.

!
Figura 13. Recolección de insectos mediante jama entomológica

Una vez realizado el levantamiento del cadáver se toman muestras de suelo, tanto
debajo del cadáver como de los alrededores y se remiten debidamente embaladas,
según los procedimientos técnicos y de cadena de custodia.

Recolección de muestras en ambientes cerrados

Si el cadáver se encuentra en un lugar cerrado (edificación, vehículo) es necesario


realizar una búsqueda exhaustiva para no dejar de colectar evidencia importante.
Inicialmente se realiza la recolección habitual de insectos alrededor del lugar y en
seguida se procede a la recolección de muestras alrededor, sobre y debajo del
cadáver.

Si se trata de una habitación cerrada es conveniente buscar en los bordes y esquinas


de las paredes, debajo de las alfombras, en los armarios, registros eléctricos y
calefacción. Si es un automóvil que se encuentra cerrado es posible encontrar
muestras entomológicas en las tapicerías, debajo de los asientos, en el motor y en el
baúl, principalmente.

!
Recolección de muestras en ambientes acuáticos

Los ecosistemas acuáticos continentales están habitados por varios grupos de


macroinvertebrados, incluyendo insectos, éstos viven sobre el fondo de ríos y lagos,
o enterrados en el fango y la arena; adheridos a los troncos, vegetación sumergida y
rocas; o nadando activamente dentro del agua o sobre la superficie de la misma [44].
Aunque en Colombia aún no hay publicaciones de estudios realizados que indiquen
la entomofauna asociada a cadáveres sumergidos, es necesario colectar todos los
insectos visibles cuando se encuentra un cadáver sumergido total o parcialmente,
puesto que estas muestras pueden corresponder al ambiente acuático en el que se
encuentra o ser de un ambiente terrestre.

Recolección de muestras de restos enterrados

Cuando se encuentren restos enterrados es necesario recolectar muestras de suelo,


a diferentes profundidades, según vayan apareciendo insectos en sus distintos
estados de desarrollo (Figura 14). Estos se pueden colectar con un embudo Berlese,
con pinceles empapados en alcohol antiséptico y con pinzas delgadas.

Figura 14. Pupas y puparios presentes en cráneo.


Fotografía de César Sanabria Medina (Antropólogo Forense INMLCF).

!
Recolección de muestras entomológicas durante la necropsia

Hay que tener en cuenta que la mayoría de muestras entomológicas es colectada


durante el procedimiento de necropsia, por lo cual es de suma importancia contar
con la colaboración del médico forense.

En primer lugar se debe revisar la bolsa en la que ha sido transportado el cadáver


porque la superficie externa e interna puede contener insectos en diferentes estados
de desarrollo (huevos, larvas, prepupas, pupas, adultos). Así mismo se debe revisar
la ropa del cadáver, en especial en las costuras y zonas humedecidas por fluidos
corporales (Figura 15).

Figura 15. Lugares donde se debe buscar fauna cadavérica antes del procedimiento de
necropsia. Bolsa plástica que envuelve la cabeza y el cuerpo, cobija y prendas humedecidas por la
sangre. Fotografía de Yolanda Clavijo (Fotógrafa INMLCF)

Ya durante el procedimiento de necropsia se debe buscar la entomofauna cadavérica


en: pelo, cráneo, orificios naturales, tracto respiratorio y digestivo, axilas, área genital
y anal, lesiones y/o heridas presentes.

!
Figura 16. Larvas presentes en pelo, cuello y espalda. Fotografía de Yolanda Clavijo (Laboratorio
Fotografía del INMLCF)
Se fotografían las zonas corporales que presentan mayor actividad de insectos y se
colectan las muestras con pinceles o pinzas delgadas.
Preservación de muestras entomológicas

Adultos. Todas las muestras de insectos adultos se preservan en frascos pequeños


con etanol al 70% (Figura 17)

Figura 17. Larvas preservadas en frasco pequeño de vidrio con etanol al 70% (o en su defecto alcohol antiséptico)

Huevos y larvas. Una parte de los huevos y larvas recolectadas se colocan en agua

!
hirviendo por 3 minutos y luego se pasan a un frasco con etanol al 70%. La otra parte
de las muestras se mantiene viva y se remite al laboratorio con sustrato alimenticio
(hígado humano, carne de cerdo, carne de res) para que puedan ser cultivadas.

Cultivo de huevos y larvas

Se toma una parte de los huevos o larvas vivas (sin haberlas pasado por alcohol), se
colocan en un trozo de sustrato alimenticio (aprox. 4cm. x 4cm. x 2cm.) y se
envuelven en papel aluminio para evitar la deshidratación del tejido; de esta manera
se introduce en un frasco de vidrio de boca ancha que contiene 2 cm. de arena en el
fondo, se tapa con muselina y una banda de caucho o con un tapón de algodón
envuelto en gasa (Figura 18).

Figura 18. Frasco de cultivo de larvas. Las larvas se encuentran en el hígado que está envuelto en
papel aluminio. Los frascos están tapados con muselina y bandas de caucho.

Nota:
En todos los casos, una parte de las muestras debería ser fijada en etanol al 70% y
la otra parte debería ser cultivada hasta el estado adulto, con el fin de realizar una
determinación taxonómica adecuada y una aproximación al tiempo de muerte más
precisa.

!
Embalaje de muestras entomológicas

Cada una de las muestras recolectadas y preservadas, ya sea en etanol al 70% o en


frasco para cultivo deben ser debidamente etiquetadas mediante un rótulo de papel,
el cual se escribirá con lápiz de grafito (nunca con esfero, micro punta o marcador
porque se puede correr la tinta y dañar los datos). El rótulo se introducirá en el frasco
con alcohol o se colocará en el exterior del frasco de cultivo y el duplicado irá en la
bolsa de embalaje con los siguientes datos u otros más que sean relevantes para la
investigación del caso:

Fecha y hora de recolección


No. Acta de Levantamiento o Inspección Judicial
Localidad y lugar de la recolección
No. del EMP ó muestra entomológica
Sitio del cadáver de donde se tomó la muestra
Descripción de la muestra
Nombre del colector con su número de identificación

Todas las muestras se transportan en una nevera de icopor y deben hacerse llegar al
Laboratorio de Entomología Forense del INMLCF lo más pronto posible para evitar
su deterioro y garantizar un óptimo diagnóstico.

5A 8 FESTÍN DE PRUEBAS - INSECTOS AL SERVICIO FORENSE -

Por considerarlo de utilidad y como complemento al presente capítulo, se transcribe


el artículo “Festín de Pruebas - Insectos al Servicio Forense”, escrito por el Profesor
M. Lee Goff. Consideramos que el estilo de su contenido y la presentación de

Por M. Lee Goff (conferencia), publicado en las Memorias del Taller de la Academia Americana de
Ciencias Forenses, Reunión Anual de la AAFS, 16 de febrero de 1993, Boston, Massachussets,
traducido al español por la Dra. Mary Luz Morales Rodríguez, Jefe Nacional de la División de
Tanatología del INMLCF, Bogotá - Colombia y posteriormente publicado en el Informe Científico
Patología Forense, Boletín Nº 4, 2001

!
situaciones reales permitirán al lector comprender de manera sencilla, ejemplificada y
en lenguaje muy claro el aporte de la entomología a la investigación médico-legal de
las muertes.

La búsqueda, emprendida por amigos y familiares de la mujer asesinada, terminó a


finales de una mañana cuando su cuerpo, envuelto en sábanas, fue descubierto en la
playa norte de la isla de Oahu. La policía de Honolulu fue notificada, y al poco tiempo
se presentaron varios detectives de homicidios, en compañía del forense y alguien
más, no asociado tradicionalmente con asuntos tan desagradables: un entomólogo.

A medida que los detectives se ocupaban en rastrear la escena en busca de pistas,


el entomólogo medía la temperatura ambiental y, fiel a su nombre, recolectaba
insectos del área. A medida que el cadáver era desenvuelto, el iba recuperando
moscas, con diferentes grados de madurez, primero de las superficies externas de
las sabanas, después de las capas internas y finalmente del cuerpo en sí: adultos;
gusanos o larvas; y pupas, los insectos de madurez intermedia, cada uno alojado en
cubiertas rígidas de protección.

Una vez capturados, los insectos fueron clasificados por especies y llevados al
Laboratorio De Entomología Forense de la Universidad de Hawai en Manoa. Allí
cada colección fue subdividida - parte con el fin de almacenarla para referencias
futuras y parte, los insectos inmaduros, para ser criados a la temperatura constante,
óptima para su crecimiento-. Mientras tanto, se solicitaron datos de temperatura y
pluviosidad del mes anterior, a una estación climatológica de la región costera donde
el cuerpo de la mujer había sido encontrado. A la temperatura constante de 26 ºC, en
el laboratorio, les tomó a las moscas inmaduras 8.9 días para alcanzar el mismo
estadio de desarrollo que las pupas tomadas del cadáver (las mediciones se
detuvieron en el estado pupal, ya que no había forma de saber si las moscas adultas

!
encontradas en el cuerpo habían madurado allí o venido de algún otro lugar). Luego,
un modelo computarizado hizo ajustes para las condiciones del lugar del
descubrimiento, lo que modificó el resultado a un mínimo de diez días y medio.

Posteriormente los entomólogos y sus colegas llegaron a la conclusión de que, ya


que el cuerpo había estado envuelto en sábanas y no expuesto directamente al aire,
la llegada de las moscas podía haberse retrasado. Para probar su corazonada, los
investigadores envolvieron un cerdo muerto en sábanas y lo dejaron en el exterior,
en condiciones similares a las que prevalecían en el lugar donde el cuerpo había sido
recuperado. Resultó que pasaron dos días y medio antes de que las moscas
pudieran penetrar las envolturas y desovar en la carroña de cerdo. Este hallazgo,
sumado al intervalo ya calculado, indicaba que habían pasado al menos 13 días
entre el asesinato de la mujer y la aparición de pupas en el cadáver.

Esta aproximación final tenía mucho sentido: la víctima había sido vista con vida por
última vez una tarde, 14 días antes de que su cuerpo fuera descubierto. Finalmente,
los resultados de este y otros experimentos alternativos, tediosos y desagradables,
hechos en la universidad, fueron presentados como evidencia durante el juicio
llevado a cabo en Honolulu en el otoño de 1989. Cuando el veredicto fue
pronunciado, el acusado, el enajenado esposo de la víctima, fue declarado culpable
de asesinato.

La entomología forense - el análisis de insectos como evidencia en la investigación


criminal -, está adquiriendo cada vez mayor reconocimiento por su poder como
herramienta de los detectives. Los insectos, particularmente las blowflies, suelen ser
los primeros “testigos” en llegar a la escena de un asesinato. Las moscas descienden
sobre el cadáver para alimentarse de la sangre, moco, orina, heces líquidas y otros
fluidos, y allí ponen sus huevos. A medida que la descomposición continúa, otras
clases de insectos, tales como los escarabajos, visitan el cuerpo, también para
alimentarse y desovar. Para un lugar y época del año dados, las especies de

!
insectos y otros artrópodos-, tales como arañas, ácaros y ciempiés - que explotan un
cadáver en descomposición, son relativamente constantes y sus patrones de
desarrollo son predecibles. Entendiendo estos patrones, el entomólogo forense
puede, tal como en el caso de Oahu, dar al forense y a los oficiales de la ley un
tiempo de muerte aproximado.

Pero hacer la estimación de intervalos post mortem no es de ninguna manera la


única aplicación de la evidencia entomológica en la corte. Investigaciones recientes
han sido útiles en casos de abuso infantil y negligencia con personas de la tercera
edad, en la detección de drogas y toxinas, en demostrar que los cuerpos fueron
transportados después de la muerte y en documentar movimientos de personas de
una región a otra. Todas estas aplicaciones requieren un conocimiento extenso de la
taxonomía, fisiología y ciclos vitales de un grupo especializado de artrópodos, y
prueban que los coleccionistas de insectos, a pesar de su imagen folklórica, pueden
ser algo más que singulares excéntricos con redecillas.

Si bien ha habido un resurgimiento del interés en la entomología forense durante la


última década, el campo difícilmente podría ser considerado nuevo. Un registro
temprano de la aplicación de la entomología en el cumplimiento de la ley puede ser
encontrado en los escritos del magistrado Sung Tz’us, en la China del siglo XIII.

Según nos cuenta Sung, un pueblerino había sido asesinado en un verano, en una
comunidad granjera; la apariencia de las heridas sugería que el arma homicida era
una hoz. El magistrado local ordenó a las personas del pueblo reunirse y colocar sus
hoces en el suelo, frente a ellos. Bajo el ardiente sol veraniego las moscas
comenzaron a congregarse sobre el instrumento que todavía tenía trazas de sangre
de la víctima. Al ser confrontado con la evidencia, el propietario del implemento
ofensor confesó ser el asesino.

!
Menos dramáticos, pero tal vez más fáciles de evaluar científicamente, son los
hechos registrados en la literatura científica europea de mediados del siglo XIX. Uno
de los primeros casos en que la evidencia entomológica fue admitida en una Corte
Legislativa occidental fue juzgado en Francia, en 1850. Un hombre y su esposa
fueron acusados del asesinato de un infante cuyos restos momificados habían sido
descubiertos detrás de una repisa en la chimenea de su hogar. Sin embargo, tras
examinar los ácaros y cascarones pupales vacíos de las moscas presentes en el
cadáver, un entomólogo de nombre M. Bergeret, concluyó que el cuerpo había sido
escondido tiempo antes de que los acusados se mudaran a la vivienda. Así pues, la
sospecha recayó sobre los ocupantes anteriores.

El uso de insectos y otros artrópodos en la determinación de intervalos post mortem


se basa en el concepto ecológico de sucesión. El concepto fue promovido por
primera vez, con propósitos forenses, por el entomólogo francés Pierre Megnin en
1894. Los insectos invasores que se alimentan de un cadáver expuesto, vienen en
una secuencia de olas. La primera ola de carroñeros trae cambios al cadáver al
remover tejidos suaves, haciéndolo a su vez más atractivo para la siguiente ola de
invasores, que prefieren piel seca y cartílago. Las sucesivas llegadas y salidas de los
insectos son predecibles y, al ser comprendidas, permiten estimar el intervalo entre
el tiempo de muerte y el descubrimiento del cuerpo.

Pero hay más en la sucesión que el simple devorar un cuerpo. Junto a estos insectos
que se alimentan directamente del cadáver, vienen insectos que explotan la carroña
en otras formas: algunos son depredadores de los insectos que ya se alimentan en el
cadáver; otros son parásitos; y algunos son omnívoros: se alimentan
indiscriminadamente tanto del cadáver como de los otros insectos. Los insectos de
cada uno de los tres grupos llegan con precisión cronométrica de otros lugares,
específicamente para interactuar con el cadáver y los insectos a su alrededor.

!
Finalmente, otro conjunto de insectos toma su lugar en el tráfico: los que
inadvertidamente resultan deambulando sobre el cadáver. Puesto que tales especies
no tienen relación con el cadáver (usualmente son comedores de plantas, que no se
alimentan con el cadáver ni con los otros insectos presentes) y no siguen un patrón
de llegada y salida, carecen de utilidad en la estimación del intervalo post mortem
pero proveen información valiosa en otros sentidos. Por ejemplo, si un insecto
normalmente presente sólo en ambientes urbanos fuera encontrado en un cuerpo
descubierto en un maizal, los investigadores criminalistas harían bien en considerar
la posibilidad de que el cuerpo fue transportado después de su muerte. En conjunto,
el número total de insectos en un cadáver puede ser bastante alto.

En el curso de sus estudios clásicos sobre descomposición porcina realizados en el


sur de Carolina, en los años 60, el entomólogo Jerry A. Payne, en ese momento
estudiante de la Universidad de Clemson, quien ahora trabaja con el Departamento
de Agricultura de los Estados Unidos, en Byron, Georgia-, recuperó más de 500
especies animales asociadas de alguna manera con la descomposición. De estas,
más de un 85% eran insectos.

En su estudio de 1894, Megnin distinguió ocho olas de artrópodos que


sucesivamente invadían el cadáver en un período de tres años. Desde la época de
Megnin, sin embargo, el número de fases reconocidas en el proceso de
descomposición ha variado según la localidad estudiada, las especies animales
observadas y, lo que resulta poco sorprendente, los investigadores encargados de la
observación. De hecho, las fases identificadas son en su mayor parte artificiales: la
descomposición, claro está, es un proceso continuo, y ningún conjunto individual de
insectos y circunstancias físicas existe en la naturaleza. Pero las divisiones sirven
como puntos de referencia convenientes, ayudando a simplificar y definir lo que de
otras formas sería una serie bastante compleja de interrelaciones.

!
Para nuestro trabajo en Hawai mis colegas y yo hemos definido una secuencia de
cinco etapas de descomposición, la cual parece aplicarse también en otras áreas
geográficas. La primera, etapa en fresco, comienza en el momento de la muerte y
finaliza cuando se empieza a observar hinchazón del cadáver; en Hawai ese período
es generalmente de sólo un día o dos. Los primeros organismos en visitar el cuerpo
son las moscas azules y moscas de la carne, que pueden llegar en los 10 minutos
siguientes a la muerte, cuando el cuerpo está expuesto al aire. Las moscas
depositan huevos o larvas alrededor de las aberturas naturales del cuerpo,
principalmente aquellas de la cabeza - ojos, oídos, nariz y boca-. Las heridas y la
sangre son de interés secundario para las especies de mosca azul en Hawai, aunque
en otros lugares del mundo y para otras especies de mosca, las heridas son la
atracción principal.

Al segundo estadío de la descomposición lo llamamos estado enfisematoso o


“hinchado”. Los gases generados por la actividad metabólica de las bacterias que
viven en el ambiente poco oxigenado del cuerpo hacen que este se dilate y pueden
eventualmente darle al cuerpo una apariencia distendida, como de globo. La
temperatura interna del cadáver se eleva, pues se produce calor tanto por los
procesos de putrefacción -degeneración asociada básicamente con bacterias-, como
por las actividades metabólicas y físicas de los gusanos. Durante esta fase los
gusanos o larvas y las moscas adultas son los organismos asociados con el cadáver
de manera predominante.

La tercera, o fase de reducción, es la única cuyo comienzo está marcado por un


evento físico: la piel del cadáver se rompe a medida que los gusanos se alimentan,
permitiendo que los gases acumulados se escapen y el cadáver se deshinche. La
reducción está acompañada de fuertes, distintivos y desagradables olores - y
probablemente no es una coincidencia que haya una alta correlación entre el
comienzo de la putrefacción y el aumento de solicitudes de vacaciones por parte de

!
nuestros asistentes de pregrado -.

Los gusanos son la característica más obvia de esta etapa pues forman grandes
núcleos de masas de alimentación dentro del cadáver, al igual que en su superficie.
Para cuando termina el periodo de putrefacción, dichos insectos han completado su
desarrollo larval y han dejado el cadáver para desarrollarse como pupas en el suelo.

Al mismo tiempo, varias especies de escarabajos comienzan a llegar. Algunos de


ellos se alimentan directamente del cuerpo, mientras otros, actúan como
depredadores de las larvas y otros insectos disponibles. Para cuando se completa la
fase de putrefacción, virtualmente toda la carne ha sido removida del cadáver y solo
permanecen piel, cartílago y hueso.

En la cuarta etapa de la descomposición, que hemos llamado post - reducción, las


moscas y larvas son superadas en número por los escarabajos que se incrementan
tanto en número como en diversidad. La piel restante y el cartílago son consumidos,
alcanzando así la etapa final, la de restos. En este punto el cuerpo se halla reducido
a huesos y cabello y los insectos generalmente asociados con la carroña, están
ausentes.

Si bien la secuencia básica de la descomposición es predecible, la duración de cada


etapa y las especies exactas que se hallan presentes varían según el lugar y la
época del año. Por esto, el entomólogo forense debe determinar una secuencia
básica, a partir de datos empíricos, para cada lugar y temporada de relevancia
potencial en la investigación de un crimen.

En Hawai nuestra primera tarea fue determinar, con la invaluable ayuda de los
agentes de la ley, el tipo de ambientes - playas, bosques, pantanos y demás -,
donde históricamente se habían hallado restos humanos en descomposición. Para
cada ambiente, experimentamos con un cerdo muerto, cronometrando las etapas de

!
descomposición y caracterizando los insectos asociados con cada etapa. A partir de
estos estudios construimos una base de datos que, desde entonces, nos ha ayudado
a estimar intervalos post mortem en varias circunstancias sospechosas. Incluso
variaciones menores en la localización de un cadáver pueden provocar diferencias
significativas en las poblaciones de insectos encontradas sobre y adentro del cuerpo.

Uno de nuestros primeros casos ilustra bien el por qué cada investigación es única.
Nueve especies de insectos en diferentes estados de desarrollo, desde huevos hasta
adultos, fueron recolectados del cuerpo de una mujer encontrado en un área
industrial de Honolulu. Los especímenes de insectos tomados parecerían indicar,
considerados aisladamente, la presencia no de uno sino de dos cuerpos - uno
muerto hacía 9 días y el otro hacía 19 -. Mientras revisábamos el asunto con más
detalle, pusimos especial atención a la posición del cuerpo en el sitio de
descubrimiento: el cadáver yacía sobre una zanja y la espalda estaba parcialmente
sumergida en agua; el frente del cuerpo, que había permanecido sobre el agua, se
hallaba totalmente seco. La inmersión parcial de la espalda había mantenido la carne
húmeda y suave permitiendo a los gusanos continuar alimentándose allí por un
periodo mayor de lo usual (los gusanos o larvas no se pueden alimentar de tejidos
secos). Así pudimos entonces conciliar nuestros datos entomológicos con la
presencia de un cuerpo muerto aproximadamente 19 días antes. Ese estimado
encajaba bastante bien en las circunstancias del crimen: la víctima había sido vista
con vida por última vez, 20 días antes del descubrimiento de su cuerpo. Un
sospechoso, visto con la mujer en esa época, fue posteriormente condenado por su
asesinato.

¿Cómo operan en la práctica las etapas de nuestro esquema de clasificación? En los


estadios tempranos de la descomposición frecuentemente se puede estimar el
intervalo post mortem a partir del ciclo vital de los primeros insectos en la escena: las
enormes moscas azules (moscarda coronida). Aproximadamente doce horas

!
después de que las moscas desovan sobre el cadáver, nacen las larvas. Al poco
tiempo dichos gusanos se agrupan en masas de alimentación y migran a través del
cuerpo.

Al alcanzar su tamaño completo, el comportamiento de los gusanos cambia: cesan


de alimentarse, vacían sus buches (el extremo anterior de su sistema digestivo) y
abandonan el cadáver. Una vez se encuentran solos, usualmente en el suelo, se
vuelven inactivos y entran en estado pupal: un duro cascarón se forma alrededor de
cada insecto, protegiéndolo mientras sufre un proceso de reorganización para
emerger como mosca adulta.

El análisis de las características físicas de larvas de moscas recuperadas de un


cadáver, combinado con un conocimiento de la biología, ecología y distribución de
los especímenes de mosca y un entendimiento de las condiciones ambientales a las
que los gusanos han estado sometidos, permiten al entomólogo forense estimar el
intervalo post mortem.

Los ciclos vitales de la mosca azul fueron la clave para nuestra investigación de la
muerte de un hombre de 37 años encontrado por un grupo de deportistas que
trotaban en un pantano, en el lodo de barlovento de la isla Oahu. El cuerpo estaba
infestado con gusanos de dos especies de mosca azul (blowfly). Nuestro análisis de
las larvas, comparado con los datos de crecimiento obtenidos en el laboratorio y el
resultado de los estudios de descomposición, sugerían que la víctima había muerto
aproximadamente 120 horas antes. Dicha conclusión fue corroborada por
información obtenida independientemente por la policía de Honolulu: la víctima había
sido vista por última vez 123 horas antes del descubrimiento del cadáver, y había
dejado de reportarse a su trabajo 121 horas antes de que su cuerpo fuera
encontrado. Nuestra estimación ayudó a ubicar a la víctima en compañía de un
sospechoso, que fue posteriormente condenado por el asesinato.

!
Una vez que las moscas azules dejan un cuerpo, los entomólogos forenses deben
recurrir a una sucesión de organismos diferentes. El cuerpo de un hombre,
aparentemente en el estado post - reducción de la descomposición fue encontrado
en un pajar cerca a la costa norte de Oahu. Diez especies de insectos,
representantes de tres familias de escarabajos y cuatro familias de moscas, fueron
recolectadas del cuerpo; los especímenes se encontraban en diferentes niveles de
desarrollo, desde larvas hasta pupas y adultos. Una comparación de las especies y
sus estados de desarrollo con los resultados de otros estudios acerca de la
descomposición llevados a cabo en hábitats similares, mostró que tal combinación de
insectos solamente podría ocurrir entre 34 y 36 días después de la muerte. Resultó
que la víctima había sido vista con vida por última vez 37 días antes del
descubrimiento del cadáver.

Los dos casos citados ilustran una restricción básica de tipo práctico de la evidencia
entomológica: Entre más largo sea al tiempo que ha pasado desde la muerte, menos
precisa podemos hacer la estimación del intervalo post mortem. Pero parece ser
posible ir más allá de los límites de la entomología forense investigando los cambios
en la composición de la fauna del suelo asociada con las etapas tardías de
descomposición. Dicha fauna fue útil en el estudio de los restos, prácticamente
reducidos a esqueleto, de un niño de 30 meses encontrado en una tumba a ras de
tierra cerca a Koko Head, en la punta sudeste de Oahu.

En un estudio preliminar de los restos el médico forense recolectó los cascarones


pupales vacíos de una especie de mosca azul. Posteriormente un entomólogo
examinó el cadáver y muestras de suelo de la tumba y descubrió las larvas de una
mosca scenopínidae y escarabajos histéridos y cléridos adultos, provenientes del
cadáver; pieles larvales abandonadas de un escarabajo derméstido y representantes
de cinco familias de ácaros, provenientes del suelo. La longitud de las larvas
scenopínidas, la condición de las pieles larvales vacías y la densidad de población de

!
los ácaros, en conjunto, sugerían que el infante había fallecido aproximadamente 52
días antes, de que sus restos fueran desenterrados. El padre de la víctima finalmente
se confesó culpable del asesinato, que según él tuvo lugar en la mañana, 53 días
antes del descubrimiento del cuerpo. El fue condenado por una corte de Honolulu.

Aunque tales casos demuestran como la entomología forense puede ser


exitosamente aplicada a la investigación de un crimen, la relación entre la ciencia y la
solución de crímenes no es siempre tan clara. Un gran número de variables puede
complicar la situación. Por ejemplo, en algunas ocasiones una especie de insectos
típicamente asociada con un área geográfica o hábitat es encontrada sobre los
restos descubiertos en una localidad diferente.

Pero esa complicación puede de hecho dar información bastante útil sobre la historia
del cuerpo. En un intrigante caso, el entomólogo finlandés Pekka O. Nourteba, de la
Universidad de Helsinki, fue confrontado con el cuerpo extensamente descompuesto
de la víctima de un homicidio, una mujer no identificada. Es un hecho conocido por
todos que el área donde el cuerpo fue encontrado es una región altamente
contaminada por mercurio. Sin embargo, cuando Nourteba analizó las moscas
tomadas del cadáver de la mujer, determinó que los insectos se habían desarrollado
en tejidos libres de mercurio. El conocimiento de este dato ayudó a los
investigadores a determinar que la mujer había vivido en otro lugar del país donde la
influencia del mercurio es mínima.

Otros factores que complican la entomología forense son las substancias extrañas -
usualmente drogas y toxinas-, presentes en el tejido en descomposición, que pueden
afectar a los insectos que se alimentan del cadáver. Pero nuevamente la evidencia
entomológica puede revelar más de lo que oculta.

El entomólogo italiano Francesco Introna, de la Universidad de Parma, ha


demostrado que la heroína puede ser detectada en cuerpos descompuestos

!
analizando los gusanos que se alimentan de sus tejidos. En nuestro laboratorio de la
Universidad de Hawai, hemos duplicado los resultados de Introna, tanto para heroína
como para cocaína. También hemos mostrado que la presencia de estas substancias
y sus metabolitos en tejidos en descomposición, afecta la tasa de desarrollo de los
gusanos que allí se alimentan. Ese efecto, claro está, es crucial al realizar una
estimación precisa del intervalo post mortem.

Si bien la entomología forense se ha preocupado en la mayoría de ocasiones por las


circunstancias de la muerte, también ha sido aplicada a los vivos. En su revisión de
la entomología forense, publicada hace dos años por The Prosecutor, periódico de la
Asociación Nacional de Fiscales de Distrito, Wayne D. Lord, un agente especial de
FBI, y William D. Rodríguez III, antropólogo forense del Instituto de Patología de las
Fuerzas Armadas en Washington -AFIP-, describieron un caso en que la evidencia
entomológica ayudó a probar negligencia hacia un infante. Un niño pequeño fue
llevado a la sala de emergencia de un hospital sufriendo de extenso salpullido y
desnutrición. El examen físico halló gusanos en las áreas anal y genital del niño; el
análisis entomológico indicó que habían estado presentes por 4 a 5 días - el período
mínimo transcurrido desde el último cambio de pañales -.

Investigamos un caso relativamente parecido en Oahu. Un menor fue descubierto, al


borde de la muerte, en un dique sobre el lago Wilson. Había larvas de mosca azul
presentes en el pañal del niño, alimentándose de tejidos del área anal y genital. Esa
especie de mosca es comúnmente encontrada en cadáveres en Hawai; también ha
sido implicada en una condición llamada miasis, la alimentación de larvas de mosca
con tejido vivo. Las moscas adultas que habían sido atraídas por las heces del pañal
le habían colocado sus huevos sobre los pantalones. Las larvas se alimentaron
inicialmente de heces y después se movieron al recto y los genitales. Con base en el
estado de desarrollo de los gusanos, se calculó que el niño había estado expuesto
por lo menos durante 27 horas en la orilla del lago. Su madre fue condenada por

!
intento de homicidio.

En ciertos casos las actividades del sospechoso, y no sólo las de la víctima, pueden
ser deducidas de la evidencia entomológica. James P. Webb, un entomólogo forense
de Distrito de Control de Vectores del Condado de Orange, en California, y sus
asociados, tuvieron gran parte de la responsabilidad de ubicar a un sospechoso en la
escena de un homicidio. El cadáver de una mujer de 24 años fue descubierto en un
camino destapado en un área rural en las afueras de Thousand Oaks, un pueblo
cercano a los Ángeles. Durante la investigación del sitio, 20 de 23 voluntarios del
equipo local de búsqueda de rescate y un sargento de policía fueron atacados por
niguas (trombicula alfred dugesi). Subsecuentemente, al ver fotos del cateo de los
sospechosos desnudos, el sargento vio lo que parecían ser lesiones similares en uno
de ellos.

Cuando Webb estudió la situación, encontró que los ataques de este ácaro eran
inusuales en el área donde el cuerpo de la mujer fue descubierto. Una mirada más
de cerca al sitio del descubrimiento mostró que el punto donde se había encontrado
el cadáver era virtualmente el único lugar en la vecindad donde había la posibilidad
de localizar la especie de nigua en cuestión. El fiscal presentó esta evidencia ante la
corte y el sospechoso fue declarado culpable de homicidio.

Como los casos presentados han hecho claro, la entomología forense ofrece un buen
número de herramientas valiosas para el cumplimiento de la ley. Aún así, su
potencial no ha sido de ninguna manera explotado a cabalidad: para todos los
propósitos prácticos esta joven ciencia está aún lejos de ser adecuadamente
incorporada a las disciplinas forenses. La mayoría de la gente en este campo - y tan
sólo unos 15 lo practican en los Estados Unidos -, trabajan principalmente en otras
áreas de la entomología, haciendo trabajo forense únicamente cuando, según el
juicio de los investigadores, parece haber suficiente evidencia entomológica para

!
llamarlos a participar en un caso.

Desdichadamente, en muchos casos la presencia de tal evidencia puede no ser


obvia para el inexperto. Una aproximación más práctica sería insistir en que la
entomología sea rutinariamente incorporada en las investigaciones forenses y
entrenar a los científicos forenses, en técnicas entomológicas básicas. Otro plan de
acción puede ser incrementar la participación de entomólogos en la investigación de
la escena del crimen. Ciertamente el interés existe.

En reuniones recientes de la Academia Americana de Ciencias Forenses y la


Sociedad Entomológica de América, las presentaciones que resaltan las ventajas de
la entomología forense han sido extremadamente populares. Cuando ofrezco talleres
a profesionales en el cumplimiento de la ley, una de mis sugerencias más comunes
es que, tan pronto como sea posible dentro sus investigaciones, visiten una
universidad en el área y contacten un entomólogo.

Si bien los ejemplos que he citado aquí provienen de casos en que mi campo de
pericia fue utilizado para establecer la culpabilidad, es importante recordar que la
entomología forense es una ciencia, no un ardid para la corte. Sus técnicas pueden
reivindicar al inocente al igual que incriminar al culpable. Tales técnicas deben ser
aplicadas con enorme cuidado y sin ningún fin en mente diferente de la verdad.

Agradecimientos

Al doctor César Sanabria Medina, Antropólogo Forense del INMLCF y de la


Asociación Colombiana de Antropología Forense (ACAF), autor del presente libro,
por invitarme a escribir el presente capítulo.

A William Usaquén Martínez, Biólogo Especialista en Estadística, por ser el impulsor

!
del laboratorio de entomología forense de la División de Investigación Científica del
Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses y por sus generosos
aportes académicos y personales.

A la Dra. María Dolores García, Entomóloga Forense de la Universidad de Murcia,


España y al Dr. Nelson Téllez, Patólogo Forense del INMLCF en Bogotá, Colombia,
por los valiosos apuntes y recomendaciones académicas.

NOTA: La bibliografía referenciada en el presente capítulo se encuentra


anotada de manera independiente en el capítulo de referencias bibliográficas.

!
6. PROCEDIMIENTOS CONSECUTIVOS A SEGUIR CON EL CADÁVER QUE
INGRESA AL LABORATORIO DE ANTROPOLOGÍA FORENSE

La fase de laboratorio es de crucial importancia para el proceso de investigación de


las muertes, pues es aquí donde se procederá a explorar el cadáver y las evidencias
que este portaba, luego los resultados obtenidos deberán ser interpretados con las
versiones existentes sobre el caso; finalmente las conclusiones de estos estudios
permitirán al patólogo o al antropólogo forense emitir un concepto científico que
apoyará las actividades investigativas de las autoridades.

Una vez ingresados los restos humanos al laboratorio de Antropología Forense son
varios los procedimientos que se deben llevar a cabo, el primer paso es continuar
conservando la cadena de custodia del cadáver y demás evidencias recuperadas.

6.1 RECEPCIÓN DEL CADÁVER

Se debe llevar a cabo contemplando las normas vigentes de la cadena de custodia,


haciendo énfasis en las condiciones que ingresa el cadáver, en caso de que se trate
de un cadáver esqueletizado se debe realizar un detallado inventario de cada
estructura ósea, describiendo en primera medida la fecha y hora de la entrega del
material, nombre e identificación de quien hace la entrega y nombre de quien recibe.

Posteriormente se deberá realizar una detallada descripción escrita sobre la cantidad


de estructuras óseas recibidas y su estado de conservación; un procedimiento similar
se deberá llevar a cabo con las demás evidencias que fueron encontradas con el
cuerpo (prendas de vestir, joyas, documentos, etc.)

Cada cadáver, independientemente del estado de conservación en que se encuentre


(reciente, en avanzada descomposición, carbonizado o esqueletizado) debe venir

!
acompañado de diferentes documentos que ordena nuestra legislación, Téllez
(2003:107) refiere los siguientes para el caso colombiano, los cuales no difieren
mayormente de los demás países:

1. Diligencia de Levantamiento del Cadáver y acta suscrita por la autoridad


competente, la cual debe ser allegada al perito (en una copia legible)
2. Historia Clínica (cuando sea el caso y cuando haya mediado atención médica
por las lesiones que causaron la muerte). Es obligación del director del
hospital guardar bajo cadena de custodia la historia como evidencia de la
investigación
3. Orden escrita de la autoridad (generalmente implícita en el acta)

Para el caso de los cadáveres que estudia el antropólogo forense, la anterior


documentación es imprescindible, adicionalmente es necesario que se remita una
completa información anexa sobre el contexto en que fue hallado el cuerpo
(características climáticas, tipo de suelo, flora, profundidad del hallazgo, entre otras),
las versiones existentes sobre los hechos y las evidencias asociadas al cadáver.

Actualmente recibe el nombre de Acta de Inspección a Cadáver (agregado al texto de Téllez)


La fotografías y documentos mal fotocopiados o ilegibles carecen de utilidad (agregado al texto de
Téllez)
Decreto 786 de abril 16 de 1990, capítulo III, artículo 8º, parágrafo primero

!
Fotografía Nº 1 Los restos deben ingresar al laboratorio embalados en bolsas selladas y debidamente
rotuladas

Fotografía Nº 2 Los restos deben colocarse sobre una mesa para verificar su contenido y estado
físico, posteriormente se llevará a cabo el inventario

!
Fotografía Nº 3 Una vez verificado el inventario (cadena de custodia) se debe articular
anatómicamente el cadáver para realizar los registros fotográficos necesarios

6.2 REGISTRO FOTOGRÁFICO

Una vez verificado e inventariado el material que se recibe se debe realizar registro
fotográfico, con una imagen general del cadáver o restos óseos, estas fotografías
deben ser tomadas con testigo métrico y un rótulo que identifique la fecha del registro
y el número asignado al caso (Fotografía Nº 4); también deben ser tomadas otras
fotografías que muestren detalles de posibles traumas, pérdidas de sustancia ósea,
osteopatologías y en general cualquier alteración ósea, igual registro gráfico debe
llevarse a cabo con prendas y demás evidencias recepcionadas.

!
Fotografía Nº 4 Rotulado de las fotografías, debe incluir testigo métrico (flecha), el número del caso y
la persona responsable (pueden ser las iniciales o código del perito responsable del caso, flecha
punteada)

6.3 RADIOGRAFIADO DE LOS RESTOS

Todos los cadáveres recepcionados en el laboratorio de antropología forense deben


ser radiografiados, independientemente de que se trate de cadáver incinerado,
momificado, en avanzado estado de descomposición, esqueletizado o fragmentado.
Estas imágenes diagnósticas permitirán explorar el cuerpo con fin de encontrar
evidencias que puedan orientar la causa de muerte de una persona (Fotografía N° 5,
flechas) o mostrar evidencias que orienten su identificación (patologías óseas,
traumas antiguos o reparados), de igual forma puede mostrar detalles que se puedan
pasar por alto durante el examen macroscópico. Es importante también realizar
tomas particulares de las estructuras dentales y de acuerdo a las necesidades
específicas de cada caso (estimación de edad, búsqueda de traumas, patologías,
entre otras)

Cuando el cadáver presente alteraciones macroscópicas que sugieran eventos de


tipo traumático o patológico (antemortem o postmortem) se recomienda realizar
tomas de Rayos x particulares a estas áreas. Respecto al cráneo se recomienda

!
realizar tomas laterales (L) y antero-posteriores (a.p.) de maxilar y mandíbula, las
cuales serán útiles también para estimar la edad biológica del individuo, pues
permitirán evaluar criterios de formación y erupción dental con técnicas planteadas
por diferentes autores.

Fotografía N° 5 Placa de Rx tomada a fragmento momificado de tejido blando


mostrando dos proyectiles de arma de fuego alojados (flechas)

6.4 TOMA Y PRESERVACIÓN DE MUESTRAS DEL CADÁVER

Antes de proceder a retirar muestras de tejido blando se debe realizar una


descripción detallada de su estado y características (proporción, bordes, color,
textura y ubicación topográfica).

En casos de cadáveres esqueletizados que aún presenten remanentes abundantes


de tejidos blandos, se pueden llevar a cabo varios procedimientos para retirarlo que
mencionaremos más adelante, reiteramos que antes de proceder a retirar muestras
de tejidos al cadáver se deben haber realizado suficientes registros fotográficos y
especialmente se deben preservar piezas óseas o musculares aptas y
suficientes para eventuales estudios genéticos. Para preservar muestras de tejido
óseo se recomienda tomar dos estructuras óseas diferentes del mismo cuerpo que
contengan bastante hueso compacto, por ejemplo diáfisis de tibia y fémur, en ellos se
recomienda realizar corte sagital de 8 cm x 3 cm de fragmento diafisial de tercio

!
medio, se puede utilizar sierra eléctrica previamente descontaminada (Fotografía Nº
6).

No se recomiendan los típicos cortes en forma de rodete debido a que puede evitar
futuras mediciones de longitud del hueso para estimar estatura, tampoco es
aconsejable tomar muestras óseas donde el hueso compacto sea escaso.

También se pueden preservar estructuras dentales para futuros cotejos de DNA,


puede ser especialmente útil un molar o premolar, el requisito que debe cumplir es
que se encuentre perfectamente conservada, no debe presentar ningún tipo de
caries, fractura u obturación.

Las muestras óseas tomadas del cadáver deberán ser debidamente rotuladas,
embaladas y depositadas en un sitio que reúna condiciones climáticas que
conserven su integridad, preferentemente deben utilizarse depósitos refrigerados y
guardando las normas de cadena de custodia.

Fotografía Nº 6 Área diafisial de huesos largos de donde se debe tomar la muestra ósea para
eventuales cotejos de DNA, el tercio medio diafisial es ideal debido a que esta es el área con mayor
cantidad de hueso compacto

!
6.5 PROCEDIMIENTOS PARA LA LIMPIEZA DE RESTOS HUMANOS CON
TEJIDO BLANDO ADHERIDO

6.5.1 RECOMENDACIONES PREVIAS A LA LIMPIEZA

Los restos humanos que presentan remanentes de tejido blando, ligamentos o


cartílago pueden suministrar información relevante en cuanto a heridas infligidas por
el victimario, o acerca del intervalo postmortem transcurrido; se recomienda
preservar muestras de estos tejidos para realizar futuros análisis, p.e. química,
biología, toxicología, histotecnología. Para la toma de muestras de tejido blando se
puede utilizar bisturí o cuchillos de disección, se debe evitar en la medida de lo
posible no ocasionar nuevas lesiones a tejidos blandos u óseos, sin embargo cuando
estas se lleguen a dar accidentalmente, deben ser referidas en el protocolo de
necropsia o en el dictamen de antropología, pues es posible que más adelante el
caso sea revisado nuevamente, bien sea por el mismo perito o por otro diferente, lo
cual haría que se encontraran “nuevas lesiones” que realmente nunca fueron
causadas por el victimario.

En algunas ocasiones ingresan cadáveres esqueletizados que presentan altos


niveles de humedad, estos deberán secarse en un sitio aireado y a la sombra, su
exposición directa a los rayos solares no es conveniente debido a que puede
tornarlos mas frágiles y quebradizos
Si se sospecha de lesiones en algún área del esqueleto no se debe realizar
limpieza sobre el área comprometida hasta no haber realizado tomas de Rayos x.
NUNCA realice proceso de limpieza con más de un esqueleto, pues las
estructuras óseas pueden mezclarse, ocasionando seguramente un dictamen final
equivocado.
El cadáver esqueletizado se debe lavar con agua a temperatura ambiente
( Fotografía Nº 7).

!
El proceso de lavado deberá realizarse dentro de una poceta, cuidando que el
piso de esta se encuentre protegido por una malla plástica o metálica, cuya función
será retener pequeños fragmentos de estructuras óseas o dentales, evitando que
estas caigan por el sifón o conducto que comunica con el alcantarillado.
Si no hay disponibilidad de una poceta, se puede utilizar un recipiente plástico de
tamaño adecuado.
Las herramientas utilizadas para realizar la limpieza pueden ser cepillos de
dientes y pequeños instrumentos de madera, no deben utilizarse herramientas
metálicas, estas pueden ocasionar lesiones postmortem a las estructuras óseas.
No se recomienda el uso de químicos o jabones para el lavado de los restos.
Una vez lavados los restos óseos, deberán ser sometidos a proceso de secado
natural a la sombra, no se recomienda utilizar secadores de cabello, los restos
también pueden ser colocados en cámaras o campanas extractoras de aire.
Durante el proceso de lavado y de secado, se debe ser muy riguroso con el
mantenimiento de la cadena de custodia.

Fotografía Nº 7 Las estructuras óseas deben ser lavadas con agua a temperatura ambiente

!
Antes de realizar los siguientes procedimientos para retirar el tejido blando del
cadáver, reiteramos que sumergirlo en líquidos a altas temperaturas o
exponerlo al contacto con químicos abrasivos no es conveniente, pues ello
conlleva a que el contenido genético de este se altere o se destruya, impidiendo
practicar futuros estudios de DNA con fines de identificación; por lo tanto antes de
proceder a manipular el cuerpo con el objeto de retirar los remanentes de tejido
blando se deben preservar muestras suficientes tanto de este, como de tejidos
óseos y dentales.

Teniendo en cuenta lo anterior, el procedimiento ideal para retirar el tejido blando del
material óseo consistiría simplemente en inhumar los restos y esperar que
transcurran varios meses hasta que este se desprenda de manera natural, es decir,
consumido por fauna cadavérica, también se pueden diseñar criaderos o cultivos de
dermestidos (insectos necrófagos que se alimentan de tejidos blandos en
descomposición), no obstante, sería contraproducente para la investigación de las
muertes esperar tanto tiempo para que el cadáver estuviese limpio y preparado para
su estudio.

Otra forma de retirar el tejido blando del cadáver es hacerlo de forma manual con la
ayuda de un bisturí y cuchillos de disección, sin embargo este es un procedimiento
complejo que requiere de bastante tiempo y cuidados.

6.5.2 HERVIDO DEL CADAVER

Los restos pueden ser hervidos en un recipiente de tamaño adecuado, fabricado en


acero inoxidable o aluminio que contenga solamente agua. El cuerpo o partes óseas
deberá permanecer en cocción como mínimo durante 6 horas consecutivas a una
temperatura constante de 80º C a 100º C. Una vez hayan ablandado los tejidos se
procederá a retirarlos limpiando los huesos con una tela seca, de superficie áspera o
con un costal fabricado en fique.

!
6.5.3 INMERSIÓN DEL CADÁVER EN QUÍMICOS ABRASIVOS

Se debe sumergir el cuerpo en recipientes plásticos de tamaño adecuado que


contengan hipoclorito de sodio al 14% o acetona, se recomienda llevar a cabo este
procedimiento en sitios aireados y renovar los químicos cada 8 horas, hasta lograr el
ablandamiento total de tejidos blandos, se debe revisar constantemente el estado del
material sumergido, ya que el no realizar este procedimiento de manera controlada
puede ocasionar que los tejidos óseos se degraden, o incluso que lleguen a
destruirse en su totalidad

Una vez retirados los tejidos blandos, las estructuras óseas deben someterse a
secado natural a la sombra.

Otro procedimiento consiste en preparar una solución que contenga agua mezclada
con soda cáustica en escamas, esta se debe agregar al agua una vez este hirviendo,
posteriormente se deben sumergir los restos que se vayan a limpiar.

6.6 ROTULADO DE LAS PIEZAS ÓSEAS

Una vez las piezas óseas se encuentren totalmente secas se procederá a asignarles
un número único a las que correspondan a un solo cadáver, permitiendo que
cualquier persona diferente a la que rotula pueda saber de forma inequívoca a que
caso corresponde, dicho rótulo deberá coincidir con el número de archivo del caso;
todas las estructuras óseas deberán ser rotuladas sin excepción. El procedimiento es
muy sencillo y similar a como se rotula la cerámica en arqueología:
Seleccione un área ósea visible y en la medida de lo posible plana, en cráneo
puede ser hueso frontal o cualquiera de los parietales, en huesos largos las áreas
diafisiales en su tercio medio, en vértebras se puede llevar a cabo sobre el cuerpo de
estas.
Aplique una capa de esmalte transparente y deje secar (Fotografía Nº 8)

!
Una vez seca el área proceda a rotular utilizando tinta china y una plumilla, el
rótulo debe contener el número asignado al caso y el año, si es posible coloque las
iniciales del antropólogo responsable del caso, deje secar durante dos o tres minutos
(Fotografía Nº 9).
Aplique sobre el rótulo una capa de esmalte transparente y deje secar durante
dos o tres minutos.

Fotografía Nº 8 Rotulado: (1) Seleccione un área Fotografía Nº 9 Rotulado (2) Sobre la capa seca
ósea adecuada y aplique una capa de escriba el número asignado (3) Una vez seca la
esmalte, deje secar por tres minutos tinta, aplique nuevamente una capa de esmalte

6.7 ANÁLISIS DE CADÁVERES Y ESTRUCTURAS HUMANAS


ESQUELETIZADAS EN EL LABORATORIO DE ANTROPOLOGÍA FORENSE

Una vez realizados los procedimientos de recepción de las evidencias, registro


fotográfico, toma de Rayos x, proceso de lavado, secado y rotulado, se dará
comienzo como tal al diagnóstico de antropología forense, aquí se llevarán a cabo
estudios que permitirán confirmar, descartar u orientar la identidad de esta persona,
adicionalmente se podrá determinar cual fue su causa de muerte y en que
circunstancias se dieron los hechos, entre otras

El primer interrogante que se debe determinar es la cantidad de cadáveres que


integran el caso, pues usualmente pueden encontrarse estructuras humanas

!
pertenecientes a más de un individuo, una vez respondido este interrogante
procederemos a explicar paso a paso y en diferentes capítulos, la manera como el
antropólogo forense interpreta cada pieza ósea, cada evidencia, para apoyar y
orientar con su conocimiento el proceso de investigación judicial de las muertes.

6.8 DETERMINACIÓN DEL NUMERO MÍNIMO DE INDIVIDUOS (N.M.I.)

Esta es una de las preguntas que debe responder el antropólogo forense una vez
recibe casos para estudio en el laboratorio, ya que en algunas oportunidades las
evidencias recuperadas en la escena son remitidas sin tener en cuenta criterios
adecuados de recolección, clasificación y embalaje, adicionalmente existen escenas
del crimen en las que pueden encontrarse cadáveres mezclados o restos humanos
desarticulados de manera caótica.

Para determinar el número mínimo de individuos que integran un caso se puede


acudir a diferentes variables de clasificación e individualización:

• Clasificación por especie: Separe las estructuras óseas humanas de las


animales
• Clasificación por morfología: Clasifique de manera separada los huesos de
cráneo, tórax, cintura pélvica y miembros superiores e inferiores.
• Clasificación por sexo: Los huesos deben ser clasificados de acuerdo al sexo al
que pertenezcan, aquí se pueden utilizar criterios cuantitativos (fórmulas
discriminantes) y cualitativos (osteomorfológicos) basados en el grado de
dimorfismo sexual (diferencia de forma y tamaño) existente entre un individuo
masculino y uno femenino.
• Clasificación por edad biológica: Se pueden utilizar criterios tanto de tamaño y
longitud, como los referentes al estado de los centro secundarios de osificación,
evento que finaliza en promedio hacia los 18-20 años, sin embargo, existen otros
criterios orientadores que permitirían diferenciar si unos huesos largos pertenecen

!
a un individuo adulto joven o a uno senil, por ejemplo evaluando el estado que
presenten las regiones articulares, característica se debe valorar con sumo
cuidado, especialmente si se tiene en cuenta que los procesos articulares
degenerativos pueden tener su origen en edades avanzadas o en los hábitos
ocupacionales que la persona haya tenido durante su vida. Otro marcador útil
sería determinar el peso del hueso, ya que en algunos individuos seniles el peso
y densidad de sus estructuras óseas tiende a ser menor que en una persona
joven. Enfermedades como la osteoporosis también hacen que los huesos
pierdan peso y densidad, lo cual orientaría tentativamente a una edad madura, ya
que esta ha sido reportada generalmente en individuos seniles y mujeres que
posmenopáusicas. A este respecto también se debe tener mucho cautela, pues
como se pudo observar en anteriores capítulos, factores externos relacionados
con la calidad del suelo y del medio ambiente donde se haya abandonado el
cadáver, pueden ocasionar una importante degradación del material óseo.

• Clasificación de acuerdo al lado al que pertenezcan: Los huesos pares deben


se clasificados dependiendo si provienen del lado izquierdo o lado derecho del
cuerpo.
• Clasificación por longitud: Los huesos largos deberán ser clasificados por
longitudes, especialmente en huesos largos.
• Clasificación por artropatías: Se deben aprovechar las enfermedades
articulares degenerativas óseas que puedan estar presentes en huesos, pues
permiten realizar asociaciones que reforzarán criterios como la edad.

No obstante todo lo anterior, existen casos en que la labor de determinar el número


mínimo de individuos es compleja y a veces imposible, un ejemplo de ello es el
siguiente:

Ingresa un caso integrado por dos cráneos de sexo masculino con un rango de edad
biológica entre 35-45 años y dos fémures del lado derecho, de sexo masculino,

!
pertenecientes a individuos adultos, ambos fémures presentan dimensiones
métricas, coloración y peso similares.

En el mencionado caso es claro (gracias a las características morfológicas y métricas


de los dos cráneos) que estamos ante dos individuos de sexo masculino, con una
edad biológica entre 35 y 45 años, sin embargo el problema radica en que a pesar de
que demostramos por criterios métricos y morfológicos que los dos fémures derechos
también son de sexo masculino y pertenecientes a personas mayores de 20 años, no
poseemos criterios científicos o técnicos para afirmar de manera fehaciente cual
fémur corresponde a cada cráneo, o quizás para determinar que corresponden a un
tercero y cuarto individuo respectivamente. En este caso hipotético quizás el único
criterio científico que podríamos utilizar para determinar con certeza a que cráneo
pertenece cada fémur, es acudir a cotejos de ADN entre las estructuras óseas
presentes, no obstante, estos análisis conllevan a realizar una inversión de recurso
económico y de tiempo importantes.

Para evitar que ocurran casos de mezcla de individuos procedentes de un mismo


enterramiento, se debe aplicar la técnica arqueológica para su rescate, realizar un
adecuado registro de las evidencias y documentar de manera sistemática los
procedimientos realizados para recuperarlas, adicionalmente se debe conservar la
cadena de custodia (embalaje correcto de las evidencias físicas con su respectivo
rótulo, utilización de medios adecuados de transporte y finalmente una correcta
recepción del material en laboratorio de antropología o sala de necropsias); también
se debe procurar que una vez recuperados los restos óseos y otras evidencias sean
enviados inmediatamente para su respectivo estudio, pues la experiencia ha
demostrado que cuando estos permanecen almacenados por largo tiempo, se corre
el riesgo de que se extravíen o se mezclen accidentalmente.

!
7. DETERMINACION DE SEXO A PARTIR DE RESTOS OSEOS HUMANOS

Determinar el sexo de un cadáver NN esqueletizado o en avanzado estado de


descomposición es el primer interrogante que se debe resolver cuando se inicia su
estudio en sala de necropsias o en laboratorio de antropología forense, constituye
además el primer elemento de la cuarteta básica de identificación: “sexo, filiación
ancestral, edad biológica y estatura”.

Las condiciones que presentan los cadáveres complejos (avanzado estado de


descomposición, incineración, desmembración o esqueletización) dificultan
determinar su filiación sexual a partir de un examen tan sencillo como sería por
ejemplo observar sus órganos sexuales externos o internos.

Para establecer la pertinencia sexual de un cadáver en las condiciones


mencionadas, el antropólogo forense acude a valorar la totalidad de estructuras
óseas que se hayan recuperado en la escena, especialmente observando su
morfología (forma y tamaño) o aplicando algunas fórmulas matemáticas que
discriminan numéricamente los dos sexos.

!
El sexo es el rasgo fenotípico que más varía en la especie humana y se expresa
tanto genética como morfológicamente en una distribución bimodal, es decir, que es
dimórfica y posee solo dos posibles expresiones: masculino y femenino. "El
dimorfismo sexual entre hombres y mujeres, es determinado, mantenido y fijado por
el mecanismo genético – reproductivo inherente a la naturaleza humana, dado que
esta es una cualidad transmitida explícita y directamente por los cromosoma
sexuales X y Y (Thieme et al.; 1957:242-273).

Las divergencias sexuales más importantes han sido descritas desde finales del siglo
XIX en diferentes huesos y emplean variables no métricas para diagnosticar el sexo
de un individuo, estos métodos emplean rasgos cualitativos muy precisos,
rigurosamente descritos y estandarizados, con el fin de que el observador pueda
correlacionar directamente los hallazgos con el método. Posteriormente, a nivel
mundial se han realizado diversos estudios de carácter cuantitativo para
determinar el sexo de individuos adultos a partir de sus restos óseos utilizando
variables tanto a nivel craneal, como postcraneal, con las cuales se han
obtenido fórmulas discriminantes que permiten realizar el respectivo
diagnóstico sexual del individuo. No obstante, en nuestro medio se debe mantener
cierta cautela al aplicar dichas fórmulas, pues estas han sido extraídas de muestras
poblacionales europeas y norteamericanas, quienes poseen un fenotipo, dieta y se
desarrollan en un medio ambiente relativamente diferente al del hombre colombiano;
de hecho los investigadores del tema siempre han recomendado que preferiblemente
la aplicación de fórmulas discriminantes deben provenir de la misma población a la
que pertenece el cadáver estudiado.

Para determinar el sexo de un cadáver no identificado es necesario acudir a todos


los marcadores sexuales diferenciadores que presente el esqueleto humano, pues de
no ser así se corre el riesgo de llevar a cabo una interpretación errónea, lo cual va en
detrimento de la investigación judicial de las muertes; como señala el Dr. Reverte
Coma (1999:555 ) "nunca se insistirá lo suficiente en el hecho de que todas las

!
características y rasgos que señalamos en cada hueso y que son determinantes, son
nada más que relativos y no absolutos".

En la medida que el cadáver recuperado se encuentre más completo, el diagnóstico


del sexo será aún más preciso, ya que el procedimiento correcto para evaluarlo
consiste en analizar todas y cada una de las piezas que lo conforman, pues es
posible que un mismo individuo presente estructuras óseas de apariencia masculina
y femenina a la vez, lo que conlleva a que si analizamos tan solo una pieza ósea
podemos caer en errores.

No obstante lo anterior, es usual que ingresen al laboratorio de antropología forense


cadáveres en los cuales se recupera tan solo una de sus estructuras óseas, por
ejemplo el cráneo. Ante esta situación nos veremos en la necesidad de estimar el
sexo (y los demás interrogantes biológicos del individuo) con esa sola pieza, pero de
igual forma para evitar sesgos se debe analizar la totalidad de las variables que
presente ese cráneo, es decir, se deben realizar las mediciones necesarias para
poder aplicar fórmulas discriminantes, evaluar su morfología, tamaño, peso, medición
y morfología - odontometría de estructuras dentales, entre otras.

El término "dimorfismo sexual" se refiere a la diferencia de forma y tamaño que


existe entre individuos masculinos y femeninos; diferencia que se expresa en un
mayor tamaño corporal en los individuos machos de la mayoría de las especies, p.e.
entre un Gibón macho y uno hembra no existe diferencia a nivel dimórfico, es decir,
ambos son de igual tamaño; en el chimpancé esta diferencia es del 11%, en el gorila
del 50% y en la especie humana el 5.7 % en promedio.

Son múltiples las razones que hacen que los individuos machos de la especie
humana se caractericen generalmente por presentar mayor tamaño que las hembras;
una de estas razones obedece a factores relacionados con la producción de
testosterona, hormona masculina que incrementa el desarrollo de la masa muscular.

!
En segunda medida influyen los factores filogenéticos, evolutivos; donde los machos
corrientemente desde los albores de la humanidad han desarrollado labores
cotidianas que implican un mayor uso de la fuerza física, lo cual ha acarreado un
incremento en el desarrollo y masa muscular, que se expresa en unas estructuras
óseas de mayores proporciones e inserciones musculares óseas más marcadas que
en los individuos de sexo femenino.

Podríamos designar en términos elementales al anterior proceso, como un “gimnasio


evolutivo", en el cual los individuos masculinos, además de las leyes de la genética,
han obtenido a escala evolutiva mayores proporciones corporales; algo similar a los
resultados que logra un individuo contemporáneo que frecuenta un gimnasio para
levantar pesas.

7.1 ASPECTOS A TENER EN CUENTA EN LA ESTIMACIÓN DEL SEXO

En el proceso de identificación de restos humanos la correcta determinación del sexo


depende en gran medida de varios factores:

La variabilidad racial, la dieta, hábitos ocupacionales y en general las condiciones


de vida de las poblaciones humanas pueden producir modificaciones que afectan en
mayor o menor grado el dimorfismo sexual, tanto a nivel grupal, como intragrupal.
Que el esqueleto este completo y pertenezca a un mismo individuo
Que los restos esqueléticos presenten un buen índice de conservación
Que el proceso de desarrollo óseo haya finalizado
El grado de dimorfismo sexual que muestren los restos óseos

!
7.2 ALGUNAS DIFICULTADES PARA ESTIMAR EL SEXO A PARTIR DE RESTOS
ÓSEOS

Durante el proceso de determinación del sexo a partir de restos óseos se encuentran


múltiples dificultades, una de ellas es que el individuo estudiado puede no haber
alcanzado su madurez biológica, es decir cuando es menor de 18 años. Esta
dificultad se acentúa especialmente cuando el esqueleto corresponde a un individuo
fetal, infantil o adolescente.

El anterior problema se presenta debido a que en individuos sub-adultos no se


observan claramente rasgos óseos diferenciadores, como si ocurre con individuos
adultos; un ejemplo de ello son las inserciones musculares óseas más o menos
marcadas que suelen encontrarse en individuos masculinos adultos. Estas
inserciones se encuentran asociadas a los hábitos laborales o actividades cotidianas
que requieren de esfuerzos y actividades físicas más o menos continuas que realiza
una persona durante su vida; por lo tanto en individuos infantiles y adolescente es
muy poco probable encontrar huesos con inserciones óseas muy marcadas, ya que
durante esta etapa de la vida este tipo de actividades físicas no es una constante.

Una dificultad más en la estimación del sexo de un individuo esqueletizado se


presenta cuando se realiza en individuos adultos con marcadores óseos de
dimorfismo sexual no tan marcados, pues es usual encontrar individuos masculinos
adultos de escasa robustez, de estructuras óseas pequeñas e inserciones
musculares óseas no muy marcadas, un caso de estas características haría pensar
inicialmente que trata de un individuo femenino, cuestión que se puede resolver
acudiendo a la evaluación de la totalidad de las piezas óseas recuperadas, tanto a
nivel cualitativo, como cuantitativo

7.3 DIAGNOSTICO DEL SEXO EN RESTOS OSEOS DE INDIVIDUOS ADULTOS

!
A nivel internacional se han desarrollado múltiples métodos para establecer el sexo
de restos humanos a partir de las características métricas y morfológicas que
presenten diferentes estructuras óseas; los criterios más confiables se centran en la
evaluación de cintura pélvica y cráneo, ya que estos son los segmentos corporales
que desde finales de la adolescencia e inicios de la edad adulta evidencian las
mayores divergencias morfológicas, mientras que el resto de las piezas óseas ofrece
niveles de variación sexual menores.

Como complemento a los resultados de algunas investigaciones realizadas en torno


a la estimación de sexo en restos óseos a nivel internacional que se muestran en
este capítulo, se presentan también algunas realizadas con muestras óseas de
población colombiana.
7.3.1 ESQUELETO CRANEAL

El cráneo constituye una de las piezas que exhibe excelentes marcadores óseos
para determinar el sexo del individuo estudiado, ocupa quizás el segundo lugar
después de la cintura pélvica. La estimación de sexo a partir de esta pieza ósea
parte del principio de que el cráneo masculino es de mayor tamaño, más robusto, y
con inserciones óseas musculares más marcadas que el cráneo femenino. No
obstante, se debe agregar que existen poblaciones que no exhiben un marcado
dimorfismo sexual, es decir, que se puede encontrar individuos femeninos tan
robustos como los masculinos. A continuación se refieren algunas características que
permiten establecer el sexo de un individuo a partir de su morfología craneal:

7.3.1.1 ESQUELETO FACIAL (CARA)

Arcos superciliares: Más prominentes en individuos masculinos, que femeninos


Borde supraorbital: En individuos masculinos se presenta más romo, en
individuos femeninos es agudo, afilado; se puede percibir pasando la yema de los
dedos sobre esta región

!
Paladar: Suele ser alargado en individuos masculinos
Estructuras Dentales: Son de mayor tamaño en individuos masculinos con
respecto a los femeninos, especialmente los caninos maxilares (arcada superior).
Huesos malares: Son más altos y robustos

7.3.1.2 MANDIBULA

Mentón: Es más prominente y cuadrangular en individuos masculinos,


redondeado o agudo en los femeninos.
Sínfisis Mandibular: Más robusta, proyectada y marcada en individuos
masculinos, que en femeninos
7.3.1.3 BOVEDA CRANEAL

Líneas Nucales: Muy marcadas en individuos masculinos, en general la base


craneal en individuos masculinos es bastante rugosa.
Protuberancia Occipital Externa (POE): En individuos femeninos es casi
imperceptible, en los masculinos generalmente es de gran tamaño, en ocasiones
puede parecer una verdadera exostosis.
Procesos Mastoideos: Más alargados, masivos y robustos en individuos
masculinos.
Proceso Cigomático: Su raíz posterior se extiende como una cresta adicional
en individuos masculinos, llegando en algunas ocasiones a sobrepasar el punto
medio superior del meato auditivo

CARACTERISTICA MUJERES HOMBRES


GENERAL Inserciones musculares menos marcadas y Inserciones musculares óseas muy
lisas, la tabla craneal tiende a ser más marcadas, tabla craneal gruesa, mayor
delgada, generando un menor peso peso
CRANEO De rasgos suaves, forma redondeada, tamaño De rasgos fuertes, bruscos, generalmente
pequeño es muy pesado y grande
FRENTE Tendencia a la verticalidad Inclinada
ESQUELETO FACIAL Estrecho y pequeño Amplio
CIGOMATICO Bajo, pequeño, mas arqueado Alto y grueso
BORDE ORBITAL SUPERIOR Agudo, afilado, delgado Romo, liso, grueso
REGION GLABELAR Aplanada Prominente

!
PALADAR Corto, mas redondeado y mas plano Amplio, largo y abovedado
BASE CRANEAL Mas aplanada y menos marcada Mas rugosa, mas redondeada, las
inserciones musculares óseas son muy
marcadas
HUESO OCCIPITAL Relieve suave, las líneas nucales son casi Relieve áspero, las líneas nucales son muy
imperceptibles marcadas
PROCESO MASTOIDEO Son pequeños Generalmente mas masivos y amplios,
robustos
PROTUBERANCIA No muy marcada, casi inobservable Marcada a masiva, puede llegar a
OCCIPITAL EXTERNA parecerse a una exostosis ósea
MANDIBULA Corta, estrecha, baja y grácil, poco pesada Larga, amplia, alta, robusta, pesada y
cuadrangular en el arco dental anterior
ANGULO MANDIBULAR Obtuso (> 125°) y redondeado Agudo (< 125°) y rectangular
GONIÓN Superficie lisa Superficie rugosa
CONDILO MANDIBULAR Pequeños, bajos Grandes, altos
Tabla N° 1. Algunas diferencias sexuales en cráneo

!
Fotografía Nº 1 Sistema de puntaje para evaluar algunas características de dimorfismo sexual en el
1
cráneo, Walker, en White & Arend (2000) . La línea que aparece en las fotografías señala el área que
se va a evaluar, si se califica como 1 y 2 corresponderá a sexo femenino, 3 a indeterminado, 4 y 5 a
sexo masculino.

1
Los dibujos fueron tomados de The Human Osteology (2000:364), las fotografías de los cráneos que aparecen al lado
izquierdo fueron tomadas y diagramadas por César Sanabria Medina (2003)

!
Fotografía Nº 2. Izquierda cráneo femenino, más pequeño, grácil, pesado y de características faciales
menos fuertes que las del cráneo masculino del lado derecho

Fotografía Nº 3. A la izquierda cráneo femenino y a la derecha cráneo masculino. Las flechas señalan
algunos puntos craneales de comparación, en los que se puede ver claramente el dimorfismo sexual
humano a nivel óseo. En el individuo masculino las áreas señaladas son de mayor tamaño, más altas
o más sobresalientes que en el individuo femenino.

!
Fotografía Nº 4 Base craneal femenina, de Fotografía Nº 5 Base craneal masculina, de
superficie lisa, suave. superficie rugosa debido a inserciones
musculares más marcadas

Protuberancia Occipital Externa (POE)

Es otra área ósea que muestra un marcado dimorfismo sexual, consiste en una
protuberancia ósea que se ubica en el tercio medio de hueso occipital, su ocurrencia
en individuos femeninos no es muy común, en cambio en los individuos masculinos
aparece más o menos marcada y en algunos casos puede llegar a parecer una
exostosis. En la fotografía Nº 6 se puede observar la mencionada región en un
individuo femenino, en las fotografías Nº 7, 8 y 9 se aprecian tres variantes de la
POE masculina.

Fotografía Nº 6 Fotografía Nº 7 Fotografía Nº 8 Fotografía Nº 9

!
7.4 ESTIMACIÓN DE SEXO A PARTIR DE ANÁLISIS DE FUNCION
DISCRIMINANTE

Las fórmulas utilizadas en el análisis de función discriminante se derivan del análisis


de grupos o muestras de sexo, estatura y patrón ancestral conocido, a su vez se
basan en el principio de que las medidas tomadas a un hueso presentan unos
valores que discriminan o establecen diferencias de carácter numérico entre un
individuo de sexo masculino y uno femenino. Para utilizarlas se multiplican las
medidas del hueso evaluado por los coeficientes apropiados de la función; se suman
los totales y este valor se compara con los puntos de corte conocidos. Siempre se
deben utilizar las funciones mas precisas para las medidas que dispongamos.

7.4.1 FUNCIONES DISCRIMINANTES PARA ASIGNAR SEXO POR MEDIDAS


CRANEALES

VARIABLE NEGROS BLANCOS


Anchura máxima - 0.23287 - 0.10646
Anchura bicigomática 0.40358 0.40376
Basion - bregma 0.15754 ---------
Nasion - prosthion 0.20526 --------
Altura nasal ---------- 0.37828
Altura orbital ---------- - 0.29159
Cuerda frontal ---------- 0.19283
Cuerda parietal 0.26434 0.08209
Constante - 84.6585 - 76.2942
2
Tabla N° 2 Funciones discriminantes de sexo para blancos y negros utilizando medidas craneales
Marcador > 0 = Masculino Marcador < 0 = Femenino

MEDIDA 1 2 3 4 5 6
1 3.107 3.400 1.800 ------ 1.236 9.875
2 - 4.643 - 3.833 - 1.783 ------ - 1.000 ------
3 5.786 5.433 2.767 ------ ------ ------
4 ------ - 0.167 - 0.100 10.714 ------ 7.062
5 14.821 12.200 6.300 16.381 3.291 19.062
6 1.000 - 0.100 -------- - 1.000 ------ - 1.000
7 2.714 2.200 -------- 4.333 ------ 4.375
8 - 5.179 ------- -------- - 6.571 ------ ------
9 6.071 5.367 2.822 14.810 1.528 ------
PUNTAJE DE 2676.39 2592.32 1296.20 3348.27 536.93 5066.69
CORTE
PORCENTAJE 86.6 % 86.4 % 86.4 % 84.5 % 85.5 % 84.9 %
CORRECTO
3
Tabla N° 3 Individuos blancos americanos

2
En Jantz, RL y PH Moore-Jansen, 1988

!
MEDIDA 1 2 3 4 5 6
1 9.222 3.895 3.533 ------ 2.111 2.867
2 7.000 3.632 1.667 ------ 1.000 ------
3 1.000 1.000 0.867 ------ ------ ------
4 ------- - 2.053 0.100 1.000 ------ - 0.100
5 31.111 12.947 8.700 19.389 4.963 12.367
6 5.889 1.368 ------ 2.778 ------ - 0.233
7 20.222 8.158 ------ 11.778 ------ 6.900
8 - 30.556 ------ ------ - 14.333 ------ ------
9 47.111 19.947 14.367 23.667 8.037 -----
PUNTAJE DE 8171.53 4079.12 2515.91 3461.46 1387.72 2568.97
CORTE
PORCENTAJE 87.6 % 86.6 % 86.5 % 87.5 % 85.3 % 85.0 %
CORRECTO
4
Tabla Nº 4. Individuos negros americanos

MEDIDAS:
1- Longitud craneal máxima
2- Anchura máxima craneal
3- Altura Basion - bregma
4- Basion - nasion
5- Diámetro bicigomático máximo
6- Basion - prosthion
7- Prosthion - nasion
8- Amplitud palatal externa
9- Longitud del proceso mastoideo

7.5 TÉCNICAS PARA DETERMINAR SEXO UTILIZANDO ALGUNAS MEDIDAS Y


MORFOLOGÍA DEL ESQUELETO POSTCRANEAL

7.5.1 HUESOS LARGOS

Señalamos aquí los segmentos óseos que muestran mayores valores morfológicos y
métricos para determinar el sexo de un individuo, no obstante, obviamos aquellas
investigaciones que proponen la longitud total de huesos largos como criterio

3
Giles, E. and O. Elliot 1963
4
op. cit:53-68

!
diferenciador sexual, debido a que es un rasgo no muy confiable por la amplia
variabilidad estatural presente en las poblaciones humanas.

7.5.2 FÉMUR

El fémur es uno de los huesos del esqueleto postcraneal que presenta amplias
diferencias sexuales tanto a nivel cualitativo, como cuantitativo; adicionalmente, una
serie de variables métricas y morfológicas de esta estructura ósea permite calcular
con gran efectividad la talla que tenía el individuo en vida y permite también realizar
una aproximación a su patrón ancestral.

Como rasgos morfológicos característicos del fémur masculino generalmente


encontramos inserciones musculares óseas más marcadas, destacándose la línea
áspera, que se encuentra en la región posterior de la diáfisis, a nivel cuantitativo
vemos que el diámetro de la cabeza femoral muestra valores superiores con
respecto al femenino. Pearson (1917) citado por Reverte (1999:582) propone las
siguientes medidas para determinar el sexo de un individuo a partir de su fémur.

Femenino Femenino? Sexo? Masculino? Masculino


mm mm Mm mm
Diámetro vertical de la 41.5 41.5 - 43.5 43.5 –44.5 44.5 –45.5 + 45.5
cabeza
Longitud poplítea 106 106 - 114.5 114.5 –132 132 –145 + 145
Anchura bicondilar 72 72 - 74 74 -76 76 –78 + 78
Longitud Trocantérea 390 390 - 405 405 –430 430 –450 + 450
oblicua
Tabla N° 5 Algunas medidas de fémur para estimar el sexo

!
Fotografía Nº 10 Diámetro vertical cabeza femoral Fotografía Nº 11 Diámetro vertical cabeza femoral
sexo femenino < 43 mm sexo masculino > 43 mm

Trancho et. al. (1997:181-185) realizaron una investigación en la que se analizó el


dimorfismo sexual en una muestra de 132 fémures (72 mujeres 60 hombres) de una
población española contemporánea perteneciente a la Universidad Complutense de
Madrid - España. Se analizaron 5 dimensiones óseas: diámetro vertical de la cabeza,
diámetro horizontal de la cabeza, diámetro antero-posterior, diámetro transverso y
ancho epicondilar. Los resultados del trabajo mostraron que la superficie articular del
fémur permite una determinación confiable del sexo de alrededor del 90%.

Las diez fórmulas discriminantes que se generaron están entre un rango del 84% al
99% de confiabilidad. Las funciones que tuvieron una mayor correspondencia entre
el sexo real y el sexo estimado fueron aquellas que incluyeron dimensiones de las
epífisis, particularmente de la sección distal. Los autores plantean limitaciones en el
uso de las fórmulas, entre las que se cuenta la edad de los individuos y la efectividad
de las mismas sobre muestras poblacionales diferentes a las que les dieron origen.
Los resultados de este trabajo permiten también determinar el sexo en huesos
fragmentados.

!
Los individuos con un puntaje discriminante mayor que el puntaje de corte son
clasificados como masculinos, los menores como femeninos y los que son iguales
indeterminados
FUNCIONES FUNCIONES DISCRIMINANTES PUNTAJE DE
CORTE
FUNCIÓN 1 0.4572 x Diámetro vertical - 20.1776 0
FUNCIÓN 2 0.4681 x Diámetro horizontal - 20.3496 0
FUNCION 3 0.4792 x Diámetro antero-posterior subtrocanterico -12.3172 0
FUNCION 4 0.5017 x Diámetro transverso subtrocanterico- 14.7629 0
FUNCION 5 0.3757 x Ancho epifisial - 28.4475 0
FUNCION 6 0.1395 x Diámetro vertical de la cabeza + 0.3341 x ancho epifisial - 31.4207 0
FUNCION 7 0.1847 x Diámetro horizontal de la cabeza + 0.3004 x ancho epifisial - 30.7075 0
FUNCION 8 0.1186 x Diámetro antero-posterior subtrocanterico + 0.3356 x ancho epifisial - 0
28.4691
FUNCION 9 0.3652 x Diámetro vertical de la cabeza + 0.2161 x diámetro antero-posterior 0
subtrocanterico - 21.6439
FUNCION 10 0.2186 x diámetro transverso subtrocanterico + 0.3890 x diámetro antero-posterior 0
subtrocanterico - 16.4310
Tabla N° 6 Funciones discriminantes para determinar sexo a partir de medidas de fémur

7.5.3 RADIO: No es un hueso que presente características muy marcadas de


dimorfismo sexual, no obstante, a nivel métrico se pueden encontrar algunas
diferencias orientadoras del sexo.

7.5.4 DIÁMETRO CABEZA RADIAL

BLANCOS NEGROS
MASCULINO > 23 mm > 22 mm
FEMENINO < 22 mm < 21 mm
Tabla N° 7 Medidas del radio para estimar sexo

7.5.5 HÚMERO

En la literatura de antropología física y forense se encuentran múltiples fórmulas y


variantes anatómicas que permiten estimar el sexo de un individuo estudiando las
diferentes partes que conforman un húmero, la mayoría de estas investigaciones
indican que los valores diferenciadores sexuales se expresan en proporciones
métricas mayores para los individuos masculinos y menores para los femeninos.

Trancho et al, 1997:42(2):181-185


Singh, G. SP Singh and SP Singh, 1974:10-16

!
Los resultados a nivel general indican que el diámetro vertical de la cabeza humeral,
la anchura epicondilar y el perímetro de la diáfisis alcanzan valores y proporciones
mayores en los individuos masculinos, como se puede observar en las siguientes
tablas.

MEDIDA SEXO MEDIA D.S. RANGO PUNTO DE CORTE


LONGITUD DEL HUMERO MASCULINO 311,3 19,4 255,1 - > 325,6
369,5
ANCHURA EPICONDILAR MASCULINO 60,4 3,7 49,3 -71,5 >64,7
PERÍMETRO DIAFISIS MASCULINO 58,5 4,8 44,1 -72,9 >60,5
7
Tabla N° 8 Fórmulas discriminantes para estimar el sexo a partir de medidas de húmero

MEDIDA SEXO MEDIA D.S. RANGO PUNTO DE


CORTE
LONGITUD DEL HUMERO FEMENINO 279,7 15,3 233,8 -325,6 < 253,1
ANCHURA EPICONDILAR FEMENINO 52,4 4,1 40,1 -64,7 < 49,3
PERÍMETRO DIAFISIS FEMENINO 49,1 3,8 37,7 –60,5 < 44,1
8
Tabla N° 9 Fórmulas discriminantes para estimar sexo a partir de medidas de húmero

Alemán y col. (1997), citado por Villalaín y Puchalt (2000:168) proponen que con tan
sólo dos medidas (anchura de la epífisis distal y diámetro vertical de la cabeza
humeral) se puede determinar sexo con un 96,72% de certeza. Para llevar a cabo el
procedimiento se toman las medidas, se multiplican por las funciones
correspondientes, se suman y se añade la constante. Si se obtiene un valor inferior al
punto de corte, se trata de un húmero femenino y si dicho valor es superior, de un
húmero masculino (op. cit.:169)

MEDIDAS EN HUMERO IZQUIERDO FUNCION DISCRIMINANTE PORCENTAJE DE


CONFIABILIDAD
ANCHURA EPÍFISIS DISTAL 0,1942838 96,72
DIÁMETRO VERTICAL DE LA CABEZA 0,2553405 96,72
CONSTANTE - 21,4663382 96,72
Punto de corte - 0066495 96,72
9
Tabla N° 10 Fórmulas discriminantes para estimar sexo a partir de medidas de húmero

Durante el año 2000 y 2001 la Dra. Diana Díaz (Díaz, 2001) analizó una muestra de
108 húmeros masculinos y 78 femeninos extraída de cadáveres de sexo conocido
de una población bogotana contemporánea de morgue del Instituto de Medicina

7
Sing Sing, citado por Krogman e Iscan, 1986, tabla 6.20
8
op. cit. tabla 6.20
9
Alemán et. al. citado por Villalaín y Puchalt (2000, p: 168)

!
Legal en Bogotá D.C. – Colombia, con el objeto de generar fórmulas de función
discriminante que permitieran establecer de manera cuantitativa el sexo en esta
población. Aquí se utilizaron seis medidas óseas de húmero:

MEDIDAS DE HÚMERO:

1. Largo máximo = LM
2. Diámetro vertical de la cabeza = DV
3. Diámetro antero-posterior = DAP
4. Diámetro transverso = DT
5. Circunferencia mínima de la diáfisis = CMD
6. Amplitud epicondilar = AE

Las mencionadas dimensiones fueron analizadas utilizando los métodos Stepwise y


directo del análisis de función discriminante. En el estudio se determinó que las
funciones mas dimórficas del húmero son la amplitud epicondilar, el diámetro vertical
de la cabeza y la circunferencia mínima de la diáfisis; se estableció además que las
dimensiones más adecuadas para diagnosticar el sexo se encuentran en la porción
distal del húmero, siendo las dimensiones de amplitud y circunferencia las mas
efectivas.

A partir del análisis se generaron siete fórmulas combinadas e individuales, útiles


para determinar el sexo en un húmero completo o fragmentado. Todas las fórmulas
del estudio ofrecen un nivel de confianza que se encuentra entre el 96.7% al 90.4%,
la precisión mas alta fue la producida con el método Stepwise con el 96.7% y la
dimensión individual mas efectiva utilizando el método directo fue la amplitud
epicondilar con el 94.4%.

Dependiendo del grado de preservación del húmero pueden utilizarse las siguientes
fórmulas multiplicando la medida que se requiera por el factor correspondiente, luego

!
se suman junto con la constante. Si el puntaje discriminante es mayor que el puntaje
de corte, el hueso se clasifica como masculino, si es menor como femenino.

(0.173 x AE) + (0.136 x DV) + (0.093 x CMD) + (– 21.528) Puntaje de corte: - 0.216
(0.226 x AE) + (0.174 x DV) + (-20.650) Puntaje de corte: - 0.2056
(0.148 x CMD) + (0.254 x DV) + (-20.004) Puntaje de corte: - 0.1985
(0.237 x AE) + (0.113 x CMD) + (-20.504) Puntaje de corte: - 0.208
(0.30 x AE) + (-19.068) Puntaje de corte: - 0.1935
(0.404 x DV) + (- 17.693) Puntaje de corte - 0.172
(0.267 x CMD) + (- 16.112) Puntaje de corte - 0.1635
Tabla N° 11 Fórmulas discriminantes para establecer sexo a partir de medidas de húmero en
población colombiana

Finalmente, otra de las medidas más aceptadas a nivel mundial para determinar sexo
a partir del húmero es la longitud o diámetro vertical de la cabeza humeral que
mostramos a continuación:

FEMENINO = <43 mm INDETERMINADO = 44 - 46 mm MASCULINO = >47 mm


Tabla N° 12 Diámetro vertical cabeza humeral

7.5.6 TIBIA

Diferentes estudios sobre huesos largos como la tibia indican que el dimorfismo
sexual puede ser determinado a partir de las medidas de su circunferencia y
amplitud, más que por las medidas de longitud y diámetro.

La principal premisa en esta variación sexual puede ser justificada en las diferencias
asociadas a características como tamaño, robustez y proporciones de los huesos
entre sexos (Iscan, 1995:1087-1093); de igual forma la tibia se ve regularmente
afectada por una gran tensión a lo largo de la vida del individuo, de esta manera la
presión presente en la tibia puede tener un componente sexual y por lo tanto, esta

Díaz G. (2001)

!
puede ser una parte útil para la determinación del sexo (Schwartz, 1995:360).
Reverte (1999:584) menciona que las tibias menores de 320 mm de longitud son
femeninas y las superiores de 380 mm masculinas; la zona comprendida entre 320
mm. y 380 mm son de sexo dudoso.

Durante el año 2001 la Dra. Sara Correa (Correa 2001) analizó una muestra de 105
tibias izquierdas, procedentes de 53 hombres y 52 mujeres colombianos identificados
que ingresaron a la sala de necropsias del Instituto de Medicina Legal y Ciencias
Forenses. Los objetivos de esta investigación consistieron en seleccionar las
medidas sexuales más dimórficas en las tibias que integraban la muestra y
proporcionar fórmulas matemáticas que permitieran determinar el sexo a partir de
este hueso en población colombiana, ya que hasta el momento no se han reportado
estudios similares.

Para desarrollar el cálculo propuesto por Correa, se multiplica cada dimensión por
su respectivo coeficiente sin estandarizar y finalmente se suman junto con la
constante. El resultado de este cálculo se compara entonces con el puntaje de corte
para establecer a que sexo pertenece la tibia que se analiza.

Las variables que se deben utilizar para determinar sexo del estudio de Correa a
partir de medidas de tibia en población colombiana se pueden observar en la
tabla Nº 13 y las fórmulas discriminantes en la tabla Nº 14
• Longitud Máxima (L.M):Tomada desde la superficie más alta del cóndilo lateral a la extensión más distal del
maléolo medial.
• Circunferencia Epifisial Proximal (C.E.P.): Distancia máxima obtenida alrededor de los cóndilos.
• Circunferencia Epifisial Distal (C.E.D.): Distancia máxima obtenida alrededor del cóndilo lateral.
• Diámetro Anteroposterior (D.A.P.): Máxima medida anteroposterior, tomada a la altura del agujero nutricio.
• Circunferencia a Nivel del Agujero Nutricio (C.A.N.): Circunferencia máxima obtenida a la altura del agujero
nutricio.
• Circunferencia Mínima (C.M.): Usualmente se localiza en la porción distal de la diáfisis y se localiza en el punto
mínimo.
• Diámetro Medio Lateral Máximo (D.M.L.M): Medida máxima medio lateral, obtenida al nivel del agujero nutricio,
perpendicular al eje del hueso
Tabla Nº 13 Variables utilizadas para determinar sexo a partir de tibia en población colombiana

Sara Correa N. (2001)

!
SEXO= (CEP x 0.57)+(CED x 0.61)+ (-20.124) P.C= -0.00135
SEXO= (CEP x 0.043)+(CAN x 0.119)+ (-19.458) P.C= -0.0155
SEXO= (CED x 0.64)+(CAN x 0.135)+ (-21.054) P.C= -0.0165
SEXO= (CEP x 0.79)+ (-16.251) P.C= -0.0115
SEXO= (CED x 0.110)+ (-19.458) P.C= -0.0100
SEXO= (CAN x 0.168)+ (-15.154) P.C= -0.0135
Tabla 14. Fórmulas discriminantes para determinar sexo a partir de tibia en población colombiana .

Para facilitar la aplicación de las fórmulas de Correa, se muestran dos ejemplos: Si a


una tibia se le han tomado las siguientes medidas en milímetros:

1. C.A.N = 88; C.E.D = 130, el siguiente calculo puede hacerse a partir de la formula
discriminante 3, cuyos coeficientes se encuentran en la tabla Nº 3.
(88*0.135) + (130*0.64) + (-21.054) = 74.026
Como el puntaje discriminante resulta mayor al puntaje de corte establecido para
esta función que es -0.0165, la tibia evaluada es clasificada como masculino
2. (C.A.N. = 77), el siguiente calculo puede hacerse a partir de la formula
discriminante numero 6, cuyos coeficientes se pueden observar en la tabla Nº 3.
(77*0.168) + ( -15.154) = -2.218

En este caso el puntaje discriminante resulta menor que el puntaje de corte


establecido para esta función que es de – 0.0135, la tibia clasifico como femenina.
Finalmente, en este estudio se encontró que la circunferencia a la altura del agujero
nutricio y la circunferencia epifisial distal, son en su orden las dimensiones óseas que
permiten una mejor predicción del sexo utilizando la tibia. En la combinación de la
circunferencia epifisial distal (C.E.D.) y la circunferencia a la altura del agujero
nutricio (C.A.N.) se obtienen excelentes resultados de clasificación, con un valor del
96.2%, lo cual constituye un excelente nivel de confianza.

Ibid.

!
Para esta investigación al igual que para trabajos similares en otros países, se
observó que las dimensiones de circunferencia y anchura, a diferencia de las
longitudes y diámetros diafisiales, son las dimensiones más adecuadas para
determinar el sexo de un individuo adulto a partir de sus huesos largos.

7.5.7 DETERMINACIÓN DE SEXO A PARTIR DE HUESOS METACARPIANOS

En 1995 Anthony B. Falsetti en su trabajo “Sex assessment from metacarpals of the


human hand” (1995:774-776) utilizó una muestra de 202 individuos de la colección
Terry, analizó cinco dimensiones de los metacarpos I al V: Longitud Articular L.A.,
Amplitud A-P, Amplitud M-L, Amplitud Próximal A.P., Amplitud Distal A.D., para
determinar el sexo utilizando el análisis de función discriminante. Las fórmulas
generadas para los dígitos II, IV y V mostraron un porcentaje de clasificaciones
correctas que va desde 92.0 a 84.3%.

Los resultados muestran que el metacarpo del segundo dígito es el que mejor
discrimina entre los sexos, con el 92.0% de confiabilidad, sin embargo la
comparación con los resultados del trabajo de Elkington y Scheuler (1993) en el que
para el metacarpo I se reporta un porcentaje del 94% en el diagnóstico correcto del
sexo sugieren que las funciones deben aplicarse con precaución en otras
poblaciones.

VARIABLES DIGITO II DIGITO IV DIGITO V


Longitud articular L.A. - 0.183 - 0.0418 - 0.004
Amplitud A-P 1.423 1.464 0.848
Amplitud M-L 0.573 - 0.416 0.17
Amplitud Próximal A.P. 1.84 0.981 1.22
Amplitud Distal A.D. 0.631 1.038 0.787
Constante - 41.481 - 31.342 - 30.68
Porcentaje Correcto 92.0 86.26 84.37
Tabla N° 15 Funciones discriminantes para determinar el sexo a partir de huesos metacarpianos
Punto de corte = 0 Los valores mayores que cero indican pertenencia al sexo masculino y los
menores que cero indican pertenencia al sexo femenino

Falsetti A. B. (1995:774-776)

!
Richard A. Lazenby en su trabajo “Identification of Sex from Metacarpals: Effect of
Side Asymmetry” (1994:1188-1194), utilizando una muestra total de 351 metacarpos
realizó un estudio de prueba para establecer si la asimetría bilateral de seis
dimensiones osteométricas del segundo metacarpo tenía algún efecto sobre la
correcta predicción del sexo, utilizando el modelo desarrollado por Scheuler y
Elkington (1993). Lazenby encontró que la asimetría bilateral producto de la
dominancia de uno de los lados tenía efecto sobre la correcta predicción del sexo
cuando se utilizaba el segundo metacarpo.

En hombres el uso del metacarpo derecho permitió una mejor predicción del sexo,
mientras que en mujeres los niveles fueron más altos utilizando los del lado
izquierdo. No obstante, debe tenerse en cuenta que en este estudio solo se probó
uno de los cinco metacarpos utilizados por Scheuler y Elkington para derivar la
fórmula.

7.6 MARCADORES DE DIMORFISMO SEXUAL EN EL ESTERNON (Población


Colombiana)

En el año 2000 la Dra. Carolina Puerto V. (2001) recolectó una muestra de


esternones extraída de cadáveres identificados de la sala de necropsias del Instituto
de Medicina Legal en Bogotá D.C.- Colombia, este estudio concluyó que existe una
variabilidad métrica estadísticamente significativa entre las proporciones de los
esternones femeninos y masculinos de la muestra recolectada, la cual permite definir
reglas de clasificación y funciones lineales discriminantes para los individuos del
conjunto de estudio. Se analizaron diez dimensiones óseas (ver Tabla Nº 16)

!
DIMENSIÓN DESCRIPCIÓN VALOR
Ancho del manubrio Ancho máximo del manubrio entre el centro aproximado de la
X1
(AM) articulación esterno-clavicular de ambos lados.
Longitud máxima tomada desde al punto más proximal del
margen superior del cuerpo, hasta el punto más distal de su
Longitud del cuerpo (C) margen inferior. Si hay fusión significante entre el apéndice X2
xifoides y el cuerpo, la medida se toma hasta el punto más
distal de la línea estimada que divide estos dos segmentos.

Ancho del cuerpo en Ancho mínimo del cuerpo esternal tomado entre el centro
X3
primera esternebra (E1) estimado de la primera esternebra de ambos lados.

Ancho del cuerpo en Ancho mínimo del cuerpo esternal medido entre el centro
X4
tercera esternebra (E3) estimado de la tercera esternebra de ambos lados.

Índice de ancho relativo


Razón matemática que enfrenta los valores: E1 x 100 / E3 X5
entre esternebras (IE)
Índice manubrio –
Razón matemática que enfrenta los valores: M x 100 / C X6
cuerpo (IMC)
Longitud del manubrio Longitud máxima tomada desde el centro aproximado de la
X7
(M) incisura yugular hasta el punto más distal del manubrio.
Longitud máxima tomada desde el centro aproximado de la
incisura yugular, hasta el punto más distal del margen inferior
Longitud manubrio –
del cuerpo. Si hay fusión significante entre el apéndice xifoides X8
cuerpo (M-C)
y el cuerpo, la medida se toma hasta el punto más distal de la
línea estimada que divide estos dos segmentos.
Longitud máxima, medida desde el centro aproximado de la
Longitud manubrio –
incisura yugular hasta, el punto más distal del margen inferior X9
xifoides (M-X)
del xifoides.
Longitud combinada Suma de los valores de las longitudes del manubrio y del
X 10
Σ)
manubrio y cuerpo (Σ cuerpo. (M+C).

Tabla N° 16 Dimensiones de esternón para aplicar fórmulas discriminantes de sexo en población


colombiana
Las fórmulas generadas a partir del análisis discriminante de Puerto se pueden
observar en las tablas Nº 17, 18 y 19

Z = (0.032) X1 + (-0.034) X2 + (0.119) X3 + (-0.015) X4 + (-0.23) X5 + (-0.010) X6 + (0.094) X7 +


(0.079) X8 + (0.002) X9 + 14.250 Puntaje de corte: 0
Tabla º 17 Fórmula discriminante para aplicar en esternones radiografiados del plastrón
esterno-costal, Puerto V. (2001)

Puerto V. C. (2001)

!
Z = (0.119) X1 + (0.060) X5 + (0.064) X8 + (-15.841) Puntaje de corte: 0
Tabla º 18 Fórmula discriminante para aplicar en esternones radiografiados del plastrón
esterno-costal (Ibid)

Z = (0.064) X1 + (0.040) X2 + (0.182) X7 + (- 15.360) Puntaje de corte: 0


Tabla Nº 19 Fórmula Discriminante, para aplicar con base en las medidas efectuadas directamente
sobre esternones esqueletizados (Ibid)

Si el puntaje discriminante es mayor que el puntaje de corte, el hueso se clasifica


como masculino, si es menor como femenino.

Durante esta investigación se pudo concluir que a pesar de que la variabilidad


métrica de los esternones masculinos y femeninos no es significativamente diferente,
como lo demuestran las pruebas Box´s realizadas, el análisis de función
discriminante puede clasificar correctamente los individuos dentro del sexo al que
pertenecen.

7.7 ALGUNAS DIFERENCIAS SEXUALES EN CINTURA PELVICA

La cintura pélvica de un adulto se encuentra conformada por tres huesos: un coxal


izquierdo, uno derecho un sacro, este último se encuentra localizado en la región
posterior de la cintura. En un individuo sub-adulto cada coxal se encuentra
conformado a su vez por tres huesos separados por cartílago: el ilion, el isquion y el
pubis. Estos tres huesos se van fusionando progresivamente durante la adolescencia
(Fotografía Nº 12), hasta convertirse en una sola pieza llamada coxal al llegar a la
edad adulta.

!
Fotografía Nº 12 Coxal de individuo adolescente masculino que no ha completado el proceso de
fusión de ilion, isquion y pubis

La cintura pélvica es quizás el mejor indicador del sexo en un individuo


esqueletizado, de hecho, allí se encuentran las únicas áreas que orientan con mayor
certeza el sexo en fetos e infantes, que como se mencionó anteriormente, es una
labor muy difícil debido a que estos no exhiben un marcado dimorfismo sexual.

La predisposición existente en las hembras humanas para gestar un feto durante


varios meses al interior de su cavidad pélvica, es quizás una de las razones que
conllevan a que a nivel óseo esta región se haya adaptado filogenéticamente para tal
evento, adoptando una proporción y morfología particular con respecto a los hombres
y haciendo que su estructura marque diferencias anatómicas que permiten un
adecuado desarrollo fetal. La evaluación de estas diferencias permite determinar con
cierta facilidad la pertenencia de un individuo al sexo masculino o femenino más que
en otras áreas del esqueleto.

7.7.1 CAVIDAD PÉLVICA

En razón a las necesidades exigidas por la mujer para alojar un feto, esta área es de
mayores dimensiones en un individuo femenino, que en uno masculino (Fotografía
Nº 13)

!
Fotografía Nº 13 Cavidad pélvica femenina (izquierda), Cavidad pélvica masculina (derecha)

7.7.2 ÁNGULO SUBPÚBICO

En individuos masculinos es más cerrado y agudo, en los individuos femeninos es


mas abierto, conforma un arco (Fotografías 14 y 15)

Fotografía Nº 14 Área subpúbica femenina, Fotografía Nº 15 Área subpúbica masculina,


conforma un ángulo arqueado conforma un ángulo agudo, triangular,
abierto cerrado

7.7.3 ESCOTADURA CIÁTICA

La escotadura ciática en individuos femeninos es amplia y poco profunda (Fotografía


Nº 16), en masculinos es angosta y más profunda (Fotografía Nº 17), en los. Si

!
trazamos sobre un plano una línea vertical imaginaria que divida en dos partes la
escotadura ciática, veremos que en los individuos femeninos los dos segmentos en
la división serán simétricos, en cambio en los masculinos serán asimétricos (
Fotografías N° 18 y 19)

Fotografía N° 16 Escotadura ciática masculina Fotografía N° 17 Escotadura ciática femenina

Fotografía Nº 18 Al dividir verticalmente la Fotografía Nº 19 Al dividir verticalmente la


escotadura ciática femenina resultarán escotadura ciática masculina resultarán
dos lados simétricos dos lados asimétricos

Para determinar el sexo de un cadáver a partir de la morfología de la escotadura


ciática, también se puede realizar la llamada "prueba del pulgar", introduciendo este

!
dedo al interior de la escotadura; en los individuos femeninos el espacio existente
permitirá que el dedo se desplace libremente hacia los lados, en los individuos
masculinos no habrá mayor posibilidad de movimiento (Fotografías N° 20 y 21)

Fotografía N° 20 “Prueba del pulgar” en Fotografía N° 21 “Prueba del pulgar” en


escotadura ciática femenina, nótese el amplio escotadura ciática masculina, no queda
espacio para que el pulgar se pueda desplazar espacio libre para que el pulgar se pueda
hacia los lados desplazar hacia los lados

7.7.4 SURCO PREAURICULAR

Es una pequeña cavidad de forma alargada o pequeño canal (Fotografías Nº 22 y


23) tiene una estrecha relación con el momento en que se produce el parto en la
mujer, según algunos investigadores, este se va profundizando en la medida que se
produzcan más partos, en las mujeres seniles este surco tiende a desaparecer
debido a que los procesos articulares degenerativos hacen que se formen
labiaciones óseas que van rellenando este espacio.

!
Fotografía Nº 22. Ubicación del surco Fotografía Nº 23. Detalle surco preauricular
preauricular en el hueso coxal

7.7.5 DETERMINACION DE SEXO A PARTIR DE LA MORFOLOGIA DEL ARCO


VENTRAL

Shuterland y Suchey en su trabajo "Use of the Ventral Arc in Pubic Sex


Determination" (1991:501-511), utilizando una muestra de 1284 huesos púbicos para
determinar el sexo reportaron que el arco ventral utilizado individualmente daba una
precisión del 96% al hacer el diagnóstico. Ellos reportan la aparición de un arco
precursor definido como una tenue línea que se encuentra sobre la superficie ventral
y que toma el mismo curso que el arco ventral, la cual aparece en la extremidad baja
como un relleno de fino hueso denso, antes de que el aro sinfisial llegue a definirse
completamente. Este arco precursor aparece a la edad de 14 años y es bastante
frecuente a la edad de los veinte.

7.7.6 DETERMINACION DE SEXO A PARTIR DE LA PORCIÓN MEDIAL DE RAMA


ISQUIOPÚBICA

Esta área presenta un marcado dimorfismo sexual que permite determinar el sexo
del cadáver, en los individuos femeninos se presenta de forma más delgada y en los
masculinos más gruesa (Fotografías Nº 24 y 25)

!
Fotografía Nº 24 Fotografía Nº 25
Las flechas señalan las diferencias morfológicas entre la rama isquiopúbica femenina y masculina

7.7.8 CICATRICES DE PARTO

Durante las labores de parto generalmente se producen lesiones óseas en la cara


interna del pubis, estas se dan debido a que durante las contracciones se producen
desgarros o desprendimientos de periostio en esta área, causados por el
jalonamiento que ejercen los ligamentos ante la presión ejercida por la salida del feto,
es decir, como si pareciese que las carillas articulares de sínfisis púbica se fueran a
separar.

Al producirse el jalonamiento de los ligamentos sobre la región ósea interna del


pubis, se desprenden pequeñas porciones de periostio (tabla ósea externa), lo que
genera pequeñas hemorragias sub-periosteales, es decir, se producen lesiones
óseas y consecuentemente se dará un proceso de remodelación y cicatrización ósea
observable macroscópicamente (Fotografías Nº 26 y 27)

El tamaño de estas cicatrices es diferente de una mujer a otra, incluso en el coxal


izquierdo y derecho de una misma mujer las cavitaciones pueden ser de diferente
tamaño. La morfología de las cicatrices también varía, se pueden encontrar

!
cavitaciones de forma circular, semicircular y rectangular con extremos superiores e
inferiores ovalados, el diámetro máximo varía entre 2 mm. hasta 8 mm.

En los partos no siempre se presentarán estas lesiones, pues algunas mujeres a


pesar de sus repetidos partos, pueden no haber sufrido los mencionados desgarros y
por lo tanto en su esqueleto pélvico no se encontrarán estas cicatrices, las mujeres
que han tenido partos por cesárea tampoco presentarán estas cicatrices.

Por todo lo anterior, cuando nos encontremos estudiando un hueso coxal que
presente pequeñas lesiones cavitadas y cicatrizadas en región posterior de sínfisis
púbica, estaremos ante el fragmento de cintura pélvica de una mujer que tuvo un
parto a término.

Fotografía Nº 26 Panorámica de la Fotografía Nº 27 Detalle cicatrices de parto


ubicación topográfica de cicatrices de parto.

7.7.9 DETERMINACION DE SEXO A PARTIR DE LA MORFOLOGÍA DEL


AGUJERO OBTURADOR

Generalmente en los individuos femeninos es de bordes agudos, forma triangular,


bajo y ancho; en los individuos masculinos es de bordes romos, alto y angosto
(Fotografía Nº 28)

!
Fotografía Nº 28 Panorámica de agujero obturador femenino y masculino

CARACTERISTICA MUJERES HOMBRES


PELVIS COMPLETA Con inserciones musculares óseas menos Robusta, con inserciones musculares
marcadas, la pelvis es mas pequeña y óseas más marcadas
liviana
CAVIDAD PÉLVICA Amplia Estrecha
ANGULO SUBPÚBICO Mas obtuso (> 80° - 85°), redondeado y en Mas agudo (50° - 60°) estrecho y en
forma de "U" invertida forma de "V" invertida
RAMA ISQUIO-PÚBICA Mas grácil, borde evertido Mas profunda y plana en la superficie
anterior
SACRO (forma) Amplio, triangular (mas amplio En forma de triángulo estrecho,
superiormente y mas cónico en su parte aparece mas elongado
inferior) aparece mas corto
SACRO (curvatura) La curvatura menos pronunciada, intrusiva Mas pronunciado e intrusivo en la
dentro de la cintura pélvica apertura
ILION (aleta) Mas ensanchada lateralmente, amplia y Mas vertical, alta y estrecha
baja
ILION (cresta) Menos rugosa Mas rugosa y con una trayectoria mas
sinuosa
SUPERFICIE ARTICULAR ILIACA Elevada y estrecha Amplia y baja
SURCO PREAURICULAR Presente Ausente o casi imperceptible en
hombres
AREA POST-AURICULAR Delgada y lisa Gruesa y rugosa
ESCOTADURA CIATICA Amplia y poco profunda Angosta y profunda, en forma de "V"
invertida, presenta un ángulo muy
agudo
ESPINA ISQUIAL Mas corta, menos intrusiva en la apertura Mas prominente e intrusiva en la cintura
pélvica pélvica
ACETABULO De pequeñas dimensiones Dimensiones amplias
AGUJERO OBTURADOR De bordes agudos, forma triangular, bajo y De bordes romos, alto y angosto
ancho
Tabla N° 20. Rasgos óseos cualitativos en cintura pélvica

!
INDIVIDUOS MASCULINOS INDIVIDUOS FEMENINOS
El ángulo de la escotadura ciática tiende a ser agudo, El ángulo de la escotadura ciática tiende a los 90°, es un
cerrado (presenta forma de "V") ángulo recto o mayor
Angulo subpúbico agudo, 65° - 70° Angulo subpúbico abierto 90° y más
Agujero obturador más ancho y ovalado Agujero obturador más estrecho y triangular
Sínfisis púbica alta Sínfisis púbica baja
Superficie auricular del ilion cóncava Superficie auricular convexa, abombada
Surco preauricular ausente Surco preauricular presente
Curvatura del sacro más pronunciada Curva del sacro menos pronunciada
Cresta iliaca en forma de "S" Cresta iliaca más aplanada, conforma una "S" atenuada
Tabla N° 21. Algunas diferencias morfológicas en cintura pélvica

RASGO MASCULINOS FEMENINOS


ARCO VENTRAL Ausente Presente
CONCAVIDAD SUBPUBICA Ausente Presente
ASPECTO MEDIAL DE RAMA Ancho y aplanado Angosto
ISQUIOPUBICA
Tabla N° 22. Determinación de sexo en cintura pélvica

POBLACION N MEDIA DESVIACION RANGO


ESTÁNDAR
HOMBRES BLANCOS 100 73.8 4.1 65 - 83
MUJERES BLANCAS 100 77.9 4.4 69 - 95
HOMBRES NEGROS 50 69.2 4.7 60 - 88
MUJERES NEGRAS 50 73.5 4.4 63 - 86
Tabla N° 23. Longitud del pubis

POBLACION N MEDIA DESVIACION RANGO


ESTÁNDAR
HOMBRES BLANCOS 100 88.4 4.3 75 - 98
MUJERES BLANCAS 100 78.3 3.8 69 - 93
HOMBRES NEGROS 50 86.6 3.6 79 - 96
MUJERES NEGRAS 50 77.5 4.4 67 - 86
Tabla N° 24. Longitud del isquion

POBLACION N MEDIA DESVIACION RANGO


ESTÁNDAR
HOMBRES BLANCOS 100 83.6 4.0 73 - 94
MUJERES BLANCAS 100 99.5 5.1 91 - 115
HOMBRES NEGROS 50 79.9 4.0 71 - 88
MUJERES NEGRAS 50 95.0 4.6 84 - 106
18
Tabla N° 25. Índice isquiopúbico

Phenice, TW 1969 p. 297


Modificado de Washburn, 1948, Tabla 1 en Krogman - Iscan 1986 p. 222
Ibid p. 222
Ibid

!
HUESO MEDIDA SEXO
HOMBRE MUJER
CLAVÍCULA Longitud máxima Desde 150 mm Hasta 138 mm
Perímetro centro Desde 36 mm Hasta 32 mm
ESCÁPULA Altura Desde 157 mm Hasta 149 mm
Anchura Desde 29 mm Hasta 26 mm
Longitud Desde 141 mm Hasta 128 mm
HÚMERO Longitud máxima. Desde 330 mm Hasta 280 mm
RADIO Longitud. fisiológica. Desde 235 mm Hasta 200 mm
Longitud máxima. Desde 250 mm Hasta 215 mm
CÚBITO Longitud máxima Desde 265 mm Hasta 230 mm
Longitud fisiológica. Desde 240 mm Hasta 205 mm
COXAL Anchura del ileon 64-65 mm 57-58 mm
Long. superf. articular con sacro 55-60 mm 45-50 mm
Índice isquio-púbico 83 Hasta 99,5
PELVIS Índice altura 79 Hasta 74
FÉMUR Longitud. Desde 460 mm Hasta 390 mm
Diámetro vertical cabeza Desde 44,5 mm Hasta 43,5 mm
Anchura epífisis inf. Desde 76 mm Hasta 74 mm
TIBIA Longitud máxima. > 380 mm < 320 mm
Tabla Nº 26. Algunas diferencias métricas sexuales postcraneales

7.8 DIAGNOSTICO DEL SEXO EN SUBADULTOS


Asignar un determinado sexo a unos restos humanos cuyo desarrollo óseo no se ha
completado, no es una tarea sencilla en la medida que el dimorfismo sexual de
dichos individuos no ha alcanzado su máxima expresión y por tanto las diferencias
osteomorfológicas entre los individuos masculinos y femeninos no son muy
evidentes.

Las diferencias sexuales son en esencia el resultado de una especifica combinación


cromosómica (XX ó XY) y de la influencia hormonal (testosterona vs. progesterona)
dentro del organismo de una persona.

“...En los mamíferos, los ovarios no parecen ser necesarios para el desarrollo de
muchos caracteres femeninos; el fenotipo femenino es el único en el cual se
desarrollara el feto a menos que sea re-direccionado por las hormonas
masculinas20..”

Polo C.M. (2003) En Memorias Curso Internacional de Antropología Forense 2003


En: Human Osteology, In Archaeology And Forensic Sciences, 2000:117

!
La producción de hormonas en el cuerpo esta regulada de acuerdo a la edad del
individuo. Durante el proceso de gestación, desarrollo, y crecimiento de los seres
humanos, el nivel hormonal y su correspondiente expresión ósea, parece
incrementarse en dos etapas básicas de la vida: durante el periodo de formación
fetal y posteriormente durante la pubertad.

“...El nivel de testosterona, en fetos masculinos, comienza a elevarse alrededor de la


octava semana de gestación y se mantiene relativamente alto hasta el nacimiento.
Inmediatamente después del nacimiento, los niveles de testosterona caen y se
mantienen bajos hasta la pubertad ..”

Las técnicas utilizadas para establecer el sexo de individuos subadultos, se


restringen básicamente al análisis de ciertas áreas óseas y dentales del esqueleto
craneal y postcraneal. En la pelvis los criterios morfológicos de referencia son la
escotadura ciática mayor y la superficie auricular, en el cráneo son los bordes
orbitales y en la mandíbula el mentón y las áreas goniales.

Los principios óseos utilizados son los mismos que se manejan cuando se hace el
diagnostico en adultos, es decir:

• Una escotadura ciática amplia y baja corresponde a un individuo femenino


mientras una estrecha y alta es masculina.
• Una superficie auricular deprimida es una característica masculina mientras una
elevada, es característica de los individuos femeninos.
• En la mandíbula, un mentón cuadrangular es típicamente masculino, mientras
uno triangular es femenino.
• Las áreas goniales mandibulares tienen una forma evertida en individuos
masculinos y no evertida en femeninos.

En: The Archaeology Of Human Bones, 2000:38

!
• Un borde orbital romo es característico de individuos masculinos y uno agudo de
individuos femeninos.

7.8.1 DETERMINACIÓN DEL SEXO EN FETOS Y RECIÉN NACIDOS

La mayoría de estudios que se han realizado en esta área del conocimiento se han
efectuado con muestras óseas de individuos fetales, en razón a que es muy difícil
obtener esqueletos completos de niños con edades superiores. No debe olvidarse
que culturalmente existe una gran reticencia por parte de las personas a donar los
cadáveres de seres queridos para estudio, máxime si se trata de niños. A esto
debe sumarse, el hecho de que se asume que el dimorfismo sexual no es fácilmente
observable en muestras infantiles antes que se inicie la etapa de la pubertad y por lo
tanto, esta no seria la muestra mas adecuada.

Una de las regiones óseas más estudiadas en fetos y recién nacidos es la


escotadura ciática mayor. La mayoría de estos estudios se han enfocado al análisis
de la expresión métrica de sus características (profundidad vs. amplitud),
generalmente con resultados positivos, que indican que si existe un dimorfismo
sexual lo suficientemente marcado para hacer un correcto diagnostico en individuos
de estas edades.

A continuación se muestra la síntesis de algunos de los estudios que se han llevado


a cabo utilizando como referente de análisis la escotadura ciática mayor, la
superficie auricular del ilion y algunas características craneales

Los datos han sido tomados de: Human Osteology, In Archaeology And Forensic Sciences, 2000:121-123

!
ESTUDIO Nº MUESTRA TIPO DE ESTUDIO RESULTADOS PARA
ESCOTADURA CIATICA
FAZEKAS Y • 104 fetos Húngaros Métrico • Existe dimorfismo sexual
KÓSA, 1978
BOUCHER,1957 • 107 fetos caucasoides Británicos Métrico • Existe dimorfismo sexual
• 96 fetos negroides
norteamericanos

WEAVER,1980 --------- Métrico • No existe dimorfismo


HOLCOMB Y • 122 fetos Norte americanos Técnica de análisis de • Existe dimorfismo sexual
KONIGSBERG, imagen
1995
Tabla Nº 27. Investigaciones internacionales para determinar el sexo en individuos fetales a partir de la morfología de
escotadura ciática

ESTUDIO Nº MUESTRA TIPO DE RESULTADOS PARA


ESTUDIO SUPERFICIE AURICULAR DEL ILION
Weaver,1980 • 153 pelvis de fetos e Morfológico • 85% de los individuos masculinos mostraron
individuos infantiles una superficie auricular no elevada
• 58% de los individuos femeninos mostraron una
superficie auricular elevada

Hunt, 1990 • 275 individuos Morfológico • La elevación de la superficie esta más asociada
(prueba del subadultos a edad que a sexo
método de norteamericanos
Weaver) (mayores de los 6
años)

Mittler y Sheridan, • 58 individuos juveniles Morfológico • 85% de los individuos masculinos mostraron
1992 (prueba del de una muestra una superficie auricular no elevada
método de arqueológica sudanesa • 58% de los individuos femeninos mostraron
Weaver) Nubia una superficie auricular elevada
Tabla Nº 28. Investigaciones internacionales para determinar el sexo en individuos subadultos a partir de la morfología de
superficie auricular del ilion

ESTUDIO Nº MUESTRA TIPO DE RESULTADOS PARA


ESTUDIO CRANEO
Schutkowski, • 44 individuos Morfológico • Existe dimorfismo sexual en la mandíbula
1993 juveniles
procedentes
Spitalfields
Molleson et. al. ---------------- Morfológico •
Existe dimorfismo sexual en la mandíbula.
1998 •
El análisis del mentón, áreas goniales y bode
orbital, permitieron determinar el sexo
correctamente en el 78% de la muestra.
Tabla Nº 29 Investigaciones internacionales para determinar el sexo en individuos subadultos a partir de la morfología craneal

7.8.2 DIAGNOSTICO DEL SEXO A PARTIR DE PIEZAS DENTALES EN


INDIVIDUOS SUBADULTOS

Los seres humanos presentan una serie de características a nivel óseo y dental que
suelen en mayor o menor medida, distintivas de uno u otro sexo, dependiendo del
grado de dimorfismo exhibido por la población a la que pertenezca el individuo.
Como norma general, se asume que las dimensiones óseas y dentales en un
esqueleto masculino suelen ser mayores que las de uno femenino.

!
Basados en este principio se han realizado diversos estudios que han tratando de
hacer este diagnostico sobre la base de observaciones métricas (la mayoría de
estudios se basan en la generación y aplicación de formulas discriminantes) en las
piezas dentales deciduas y permanentes de individuos subadultos.

Dentro del análisis dental existen ciertas premisas:

• El método de diagnostico por odontometría de dientes permanentes es bastante


adecuado en niños mayores de 6 años, periodo de tiempo para el cual la corona
ya se ha formado por completo.
• El análisis se basa en la idea que el dimorfismo sexual de la dentición
permanente de un niño es similar a la que debe tener un individuo adulto.
• El análisis métrico es más confiable para hacer el diagnostico que la observación
morfológica.
• El diente permanente mas dimórfico es el canino mandibular.
• El tamaño de la corona de los dientes de individuos masculinos tiende a ser más
grande en los hombres que en las mujeres.
• Factores nutricionales, patologías dentales, trastornos hormonales etc, pueden
afectar el normal desarrollo del tamaño de la corona.
• Las dimensiones mas utilizadas son la amplitud buco-lingual y mesio-distal.

7.8.3 ESTIMACIÓN DEL SEXO EN FETOS E INDIVIDUOS INFANTILES A PARTIR


DE LA MORFOLOGÍA DE MANDÍBULA Y HUESO COXAL

Weaver en 1980 , estudió el ilion de restos óseos fetales e infantiles (procedentes de


la colección ósea del Instituto Smithsoniano), de sexo, raza y edad conocidos. Este
investigador plantea que la determinación del sexo en restos infantiles se puede

Citado por Polo C. M. en Memorias Curso Internacional de Antropología Forense (2003)

!
llevar a cabo teniendo en cuenta criterios similares a los utilizados en individuos
adultos
Para el estudio tomó las siguientes medidas: anchura de la escotadura ciática,
profundidad de la escotadura ciática, longitud anterior del ilion, longitud posterior del
ilion, altura del ilion, anchura ilíaca. Además observó que existían diferencias en la
superficie auricular.

A partir de las medidas calculó los siguientes índices:

= ×
Tabla Nº 30. Índice apertura isquiática de Weaver (1980)

= ×
Tabla Nº 31. Índice Chilotico de Weaver (1980)

= ×
Tabla Nº 32. Índice Anchura Iliaca de Weaver (1980)

Los valores de los anteriores índices se muestran en las tablas Nº 33 y Nº 34:

Índice Apertura Índice Índice Anchura


ciática Chilotico ilíaca
Rangos de edad n media D.S. Media D.S. media D.S.
Fetos Femenino 24 31,20 6,14 55,65 9,42 116,4 5,46
(6-8 meses) Masculino 24 32,94 9,54 60,03 13,14 116,5 6,60
Recién nacidos Femenino 24 31,63 7,88 50,47 12,17 116,8 4,26
(0-1 mes) Masculino 26 31,32 5,49 55,49 11,40 117,0 4,46
Femenino 23 32,72 6,82 48,98 10,96 114,7 3,27
3-6 meses
Masculino 32 32,20 5,73 53,43 8,80 117,7 4,67
Tabla Nº 33. Valores Índices de Weaver (1980)

Ibid
Ibid
Ibid
Ibid

!
Grupos de edad n Elevada No elevada % acierto
Fetos Femenino 24 18 6 75,0
(6-8 meses) Masculino 24 2 22 91,7
Recién nacidos Femenino 24 13 11 54,2
(0-1 mes) Masculino 24 7 19 73,1
Femenino 23 10 13 43,5
3-6 meses
Masculino 32 3 29 90,6
Tabla Nº 34 Determinación del sexo a partir de la superficie auricular Weaver (1980)

Weaver (1980) citado por Polo C (2003) , sometió los resultados a un análisis
estadístico, que reveló que el índice de anchura ilíaca era un buen discriminante
sexual para el grupo de edad de tres a seis meses. La elevación de la superficie
auricular también resultó ser un parámetro válido para diagnosticar el sexo en el
mismo grupo de edad (con una fiabilidad del 90,6% en el sexo masculino). En el
grupo de fetos, la forma de la superficie auricular también sirve para establecer el
sexo masculino.

Schutkowsky (1993), citado por Polo C. (2003) realizó estudios en restos óseos
fetales e infantiles, utilizando como criterios principales la morfología de mandíbula
(inferior) y coxal, los rangos de confianza obtenidos estuvieron entre 70% a 90% de
acierto.

7.8.4 MORFOLOGÍA MANDIBULAR

1. PRONUNCIAMIENTO DEL MENTÓN (Fotografía Nº 29 A)

En las niñas la región mentoniana presenta una superficie lisa; además no sobresale
al mirarla de perfil. En cuanto a la forma no es cuadrangular y vista desde arriba es
estrecha y, a veces, aguda.

Ibid
Ibid

!
En los niños, sin embargo, se aprecian características contrarias, es decir, un mentón
cuadrado, más prominente, con la superficie rugosa. Al mirarlo desde arriba se ve
que es más ancho.

1. FORMA DEL ARCO DENTAL ANTERIOR (Fotografía Nº 29 B)

En las niñas los alvéolos para los dientes centrales forman un arco redondeado, sin
que sobresalgan los caninos. El arco alveolar es de forma parabólica. En los niños el
arco de los dientes anteriores es más ancho y en él se observa cómo sobresalen los
caninos respecto a los primeros molares. Por ello se describe un arco alveolar en
forma de U.

2. EVERSIÓN DEL GONION

En los niños se observa cierta eversión del gonion respecto al cuerpo mandibular, sin
embargo, en las niñas, gonion y cuerpo se hallan en la misma línea.

Fotografía Nº 29. (A) Pronunciamiento del mentón: es más pronunciado en niños, que en niñas
(B) La forma del mentón vista desde arriba es más amplia y cuadrangular en niños, que en niñas

!
7.8.4 MORFOLOGÍA DE HUESO COXAL
1. ÁNGULO DE LA ESCOTADURA CIÁTICA
En las niñas el ángulo es mayor de 90º, bastante amplio, mientras que en los niños
es un ángulo cerrado (Fotografía Nº 30 y 31)

Fotografía Nº 30. Fotografía Nº 31.

2. PROFUNDIDAD DE LA ESCOTADURA CIÁTICA MAYOR


Si trazamos una línea vertical sobre un plano imaginario, en el centro de la
escotadura ciática, podremos ver que esta es mas profunda en los individuos
masculinos que en los femeninos, esta línea también nos permitirá observar que los
dos lados resultantes son simétricos en el individuo femenino y asimétricos en el
masculino (Fotografías Nº 32 y Nº 33, flechas punteadas)

!
Fotografía Nº 32 Fotografía Nº 33

3. CRITERIO DEL ARCO

Dibuje una línea (con lápiz) que continúe el margen anterior de la escotadura ciática;
esta línea pasará sobre la superficie auricular en los individuos femeninos, en los
masculinos pasará por el borde superior de la superficie auricular (Fotografía Nº 34
y Nº 35)

Fotografía Nº 34 Fotografía Nº 35

!
4. CURVATURA DE LA CRESTA ILÍACA

Si observamos el ilion desde arriba, la cresta ilíaca tiene una marcada forma de S en
los niños, mientras que en las niñas, la forma es más suave. Esta característica no
siempre es tan definitoria, puesto que para algunos rangos de edad la muestra que
describió este criterio fue muy pequeña.

!
8. ESTIMACION DE PATRON ANCESTRAL

El concepto raza, patrón racial, filiación racial, ancestros o patrón ancestral esta
enmarcado dentro de las más complejas problemáticas estudiadas no solamente por la
antropología física, sino también por disciplinas como la genética y la historia.

Los primeros intentos por lograr una clasificación taxonómica se vieron influenciados
por tendencias racistas y xenofóbicas, y tácitamente con el ánimo de marcar diferencias
de tipo social basadas en las diferentes características físicas externas que presentase
un individuo o su grupo.

8.1 QUE ES RAZA?

Según Cavalli - Sforza (1994:246) parece que el origen de la palabra “raza” data del
siglo XV o antes, pero no está muy claro. Se discute si procede del latín generatio o de
ratio en el sentido de naturaleza, cualidad. El término raza se refiere a caracteres
fenotípicos y genotípicos constantes presentes en un individuo, los cuales son
transmitidos a sus descendientes gracias a factores hereditarios o genéticos, estos
rasgos a su vez permanecerán hasta tanto se den mutaciones o nuevas adaptaciones
en los individuos y han sido determinados en parte por las adaptaciones humanas al
medio ambiente en donde se han desarrollado.

De acuerdo a Cartmill, existen diferencias hereditarias entre los seres humanos,


algunas de esas diferencias tienen una correlación geográfica. Algunas variantes
genéticas que producen déficit físicos o de comportamiento ocurren significativamente
mas frecuentemente en algunas áreas, o en algunos grupos étnicos, que en otros; sin
embargo ninguno de esos hechos proveen un soporte intelectual para el concepto de

!
raza, para las clasificaciones raciales o para herencias sociales basadas en la
pertenencia a un grupo étnico. El elemento geográfico del concepto raza es importante
en teoría mientras es ampliamente ignorado en la práctica, ya que no concuerda con la
realidad de la distribución fenotípica actual humana. Mucha de la literatura que asume
las diferencias raciales involucra tal importancia geográfica como parte del estudio de
las diferencias entre razas, basados especialmente en la subdivisión de una muestra
de norteamericanos. Si las razas son definidas como poblaciones co-específicas,
delimitadas geográficamente y caracterizadas por distintivos fenotipos regionales,
entonces las razas humanas no existen ahora y no han existido por siglos.

De otro lado, actualmente tiende a asociarse el término genérico raza, cuya etimología
es más de tipo biológico, con factores ligados a eventos socio-culturales, p.e. “soy de la
raza negra” o “soy de la raza colombiana”, etc., adicionalmente en el contexto forense
es usual encontrar en los datos que aparecen en los encabezados de los protocolos de
necropsia el ítem RAZA, interrogante que ha venido siendo llenado de manera
indiscriminada y sin tener en cuenta criterios técnicos o científicos, pues suelen
encontrarse respuestas al respecto tales como “mestizo” o llegar a ser confundida con
el color de la piel “blanco o negro”.

8.2 LA VARIACIÓN CRANEOFACIAL ENTRE LOS GRUPOS HUMANOS

Entre los primeros científicos que realizaron análisis osteológicos para establecer
diferencias métricas y morfológicas podemos mencionar a Morton (1839) y Blumenbach
(1776, 1786), siendo este último quien realizó la primera clasificación racial de los
grupos humanos.

Una serie de estudios han examinado los patrones de variación craneal a nivel
internacional, p.e. Corrucini (1972), Droessler (1981), Heathcote (1986); Howells (1973-
89); Jantz et al. (1978), Key (1983), Key & Jantz (1981-90); Owsley et al. (1981-82),

!
Pietrusewsky (1990), Rightmire (1970); Rothhammer & Silva (1990), Sciulli (1990), entre
otros.

Morfológicamente existen algunas características que nos permiten distinguir a un


individuo de un grupo poblacional de otro. Por ejemplo el cráneo de indígena
colombiano contemporáneo (rostro amplio y aplanado) es difícil de confundir con el
cráneo de un individuo estadounidense blanco (cara angosta, mentón pronunciado,
huesos nasales angostos y pronunciados). Sin embargo, en todas las poblaciones se
encuentran cráneos que exhiben características neutrales o características mezcladas o
pertenecientes a todas las categorías raciales. Estos últimos individuos no pueden
situarse en cualquiera de las grandes categorías poblacionales o ancestrales, tal como
sucede en la mayoría de la población colombiana actual, en la que a nivel
craneométrico y morfológico general encontramos rasgos de distintos grupos raciales.

También se encuentran cráneos que muestran una extrema varianza de la norma de la


población, por ejemplo las características nasales de un caucasoide pueden
encontrarse en un cráneo mongoloide. Esto es especialmente palpable en la población
moderna latinoamericana, como resultado del proceso de mestizaje que se ha venido
dando desde comienzos del siglo XVI, con la llegada de europeos y africanos al
continente de "indígenas" y el consecuente cruce biológico de las tres poblaciones,
dando origen a una serie de individuos con características morfológicas y métricas de
los tres grupos ancestrales básicos (caucásico, mongoloide y negroide), estos reciben
el nombre de “mestizos”, término que etimológicamente equivale a mezcla o mixtura.

A pesar de lo anterior, en países como Guatemala, México, Perú y Bolivia, el grado de


mestizaje ha sido menor que en el resto de Latinoamérica, razón por la cual predomina
el contenido osteomorfológico mongoloide. De manera contraria, países como la
Argentina se destacan por la presencia de población predominantemente caucásica; de
igual forma en Colombia los reportes estadísticos del grupo de antropología forense del

!
INMLCF para el año 1993 muestran que la población de cadáveres ingresada a este
laboratorio es predominantemente mestiza a nivel craneométrico, pero con una alta
frecuencia de rasgos caucásicos; datos similares se reportan en las estadísticas del
mismo laboratorio para el año 2002.

Por lo anterior podemos decir que en la población colombiana predomina el contenido


caucasoide, especialmente para el área andina (centro del país) y departamentos como
Antioquia y Santanderes; apreciación que es coincidente con los resultados del estudio
del antropólogo Diego Escobar en el año 1999 , quien luego de medir una muestra de
62 individuos (31 mestizos forenses y 31 indígenas prehispánicos muiscas) concluye
que en los índices medidos la muestra se aproxima más a la población caucásica.

En razón a que fuera del ámbito de la antropología forense y biológica el término raza o
patrón racial puede resultar complejo o difuso, aclaramos para los lectores que no son
expertos en el tema, que esta frecuencia de valores caucásicos presentes en la
población colombiana no significa que seamos personas blancas, de cabello rubio y de
ojos azules, pues precisamente estos valores hacen referencia a rasgos especialmente
de tipo óseo y en ningún momento describen color o textura de cabello, ni color de piel
u ojos.

8.3 LOS GRUPOS ANCESTRALES HUMANOS

En disciplinas como la antropología física y antropología forense se consideran tres


grandes grupos poblacionales o ancestrales básicos:

Caucasoides: Europeos, asiáticos occidentales, mediterráneos y norteamericanos


de ancestro similar.
Mongoloides: Asiáticos y nativos americanos.

Citado por Rodríguez, 2004:61

!
Negroides: Africanos y afro americanos

Los métodos morfológicos y métricos son utilizados para asignar el patrón racial o
ancestral a un espécimen esquelético. La evaluación morfológica requiere de la
observación de ciertos rasgos del esqueleto, en los que se observa la presencia,
ausencia o grado de desarrollo de un rasgo óseo en particular.

Durante el análisis métrico se toman medidas para ser utilizadas por sí mismas o para
aplicarlas en funciones discriminantes. Las medidas tomadas en cráneo para estimar el
patrón ancestral reciben el nombre de "craneometría" y las tomadas en otros huesos del
esqueleto (postcraneal) reciben el nombre de "osteometría", que a su vez son útiles
para determinar sexo, estatura y eventualmente edad biológica en individuos
preadolescentes, infantiles y fetales.

Los datos osteométricos disponibles a nivel internacional hasta el momento son mas
numerosos en hombres que en mujeres, como lo son los datos de americanos blancos
y negros comparados con la muestra de caucásicos europeos y africanos nativos. Las
colecciones mas comúnmente utilizadas para obtener estos datos han sido la colección
ósea de referencia Hanmman-Todd y la Terry, ubicadas en los Estados Unidos, las
cuales están conformadas principalmente por individuos blancos y negros procedentes
de estratos económicos bajos de áreas metropolitanas.

Las muestras óseas estudiadas de mongoloides y americanos nativos a nivel mundial


son básicamente de origen arqueológico o histórico. Con estas colecciones se han
realizado la mayoría de investigaciones científicas relacionadas con la estimación de
ancestros aplicadas hasta el momento en antropología forense.

En Colombia no se cuenta con una colección ósea humana contemporánea que pueda
ser examinada bajo criterios estadísticos, es decir, que sea representativa de la

!
población colombiana o que permita establecer la media y frecuencia de sus
características raciales, solamente se han llevado a cabo estudios con pequeñas
muestras de población prehispánica, especialmente las que se ubicaron en el altiplano
cundiboyacense.

De otro lado, desde el año 1999 el grupo de antropología forense del INML, junto con
estudiantes de pregrado y postgrado de disciplinas como antropología, odontología y
biología de diferentes universidades han venido realizando investigaciones en este
campo con muestras óseas de cadáveres identificados de morgue, lo que ha permitido
realizar estudios de tipo poblacional y a la vez ir conformando una colección ósea de
referencia.

El laboratorio de antropología biológica de la Universidad Nacional de Colombia cuenta


también con una pequeña muestra de esqueletos prehispánicos que han venido siendo
analizados en diferentes investigaciones en el campo de la antropología biológica,
odontología y auxología . Otra colección ósea prehispánica que también ha sido
estudiada desde la perspectiva de la antropología física es la existente en el Museo
Arqueológico de Sogamoso (Boyacá).

La evaluación morfológica para estimar el patrón ancestral de un individuo es


relativamente rápida y acertada (90%), sin embargo, los métodos son difíciles de probar
científicamente debido a la naturaleza subjetiva de algunos rasgos. Los métodos
métricos para realizar una aproximación de la pertinencia racial de un individuo pueden
dar de 77% a 95% de correctas asignaciones dependiendo de las medidas y métodos
utilizados.

Para mas información acerca de estas investigaciones se recomienda consultar el texto "Introducción a
la Antropología Forense" J.V. Rodríguez, 1994.

!
La importancia de “ubicar” racialmente un cadáver a partir de sus rasgos métricos y
morfológicos es de utilidad de los aspectos que tienen que ver con la identificación del
cadáver, pues podremos en primera medida realizar una aproximación de su
procedencia biogeográfica y de la morfología facial que éste presentaba en vida, sin
embargo se debe resaltar que estas no constituyen características exclusivas de una
población en particular, sino particularidades en la repetición de caracteres morfológicos
óseos.

El proceso de mestizaje actual dificulta de manera particular responder al interrogante


de raza a la que pertenece el individuo estudiado, especialmente a nivel
latinoamericano, pues como es bien sabido es una parte del continente que ha estado
en proceso de mestizaje desde el siglo XVI, adicionalmente es claro que no existen
poblaciones humanas contemporáneas que se puedan clasificar como puras o que
conserven innatas las características osteomorfométricas de sus antepasados, sino que
son producto de una constante hibridación que se ha dado durante más de quinientos
años .

8.4 EL CONCEPTO RAZA O PATRÓN RACIAL EN ANTROPOLOGÍA FORENSE

Partiendo del presupuesto que el patrón racial equivale a una serie de características o
rasgos morfológicos (especialmente óseos) expresados de manera más o menos
continua en los integrantes de una población determinada, podemos decir que dar
respuesta a este interrogante dentro del contexto de la antropología forense equivale a
orientar la fisonomía que tuvo el rostro de una persona durante su vida, lo que se
establece evaluando métrica y morfológicamente las estructuras óseas de un cuerpo en
particular, especialmente las características craneales; por lo tanto el diagnóstico
resultante permitirá establecer formas, tamaños e índices de las diferentes áreas
evaluadas, por ejemplo: podemos establecer a partir de mediciones y fórmulas
matemáticas si un cráneo es alto, bajo, ancho, angosto, o si la nariz es leptorrina
(angosta), mesorrina (media) o platirrina (ancha) o hipercamerrina (muy ancha) etc.

!
De otro lado, si logramos interpretar adecuadamente los diferentes rasgos de filiación
racial en el cráneo de un cadáver en particular, será posible reconstruir la fisonomía
facial que este tenía en vida, lo que sumado a la información sobre su sexo, edad
biológica, talla y características individualizantes, permitirá esbozar prácticamente un
retrato de dicho individuo, constituyéndose en orientador de su identificación, lo que
será de gran importancia para las autoridades que investigan la muerte de una persona,
pues un cadáver que no es identificado no permite que los investigadores orienten el
rumbo de sus pesquisas.

La clasificación del patrón ancestral a partir del cráneo de un individuo en particular


equivale a determinar una serie de características óseas morfométricas a nivel craneal,
las cuales deberán ser interpretadas por el antropólogo forense de manera adecuada
para extrapolarlas o traducirlas exclusivamente a la descripción de las formas que pudo
haber tenido el rostro de la persona durante su vida.

8.5 ALGUNAS FUNCIONES DISCRIMINANTES PARA ESTIMAR PATRON


ANCESTRAL APARTIR DE MEDICIONES CRANEALES

VARIABLES NATIVOS AMERICANOS NEGROS BLANCOS


Largo máximo 1.682986 1.826423 1.874624
Anchura máxima 1.777722 1.675669 1.804534
Anchura bicigomática 1.439432 1.052482 1.052710
Basion - bregma 3.283161 3.354513 3.447845
Basion-nasion - 1.543010 - 1.637977 - 1.340275
Basion- prosthion 1.513848 1.620762 1.222749
Anchura mínima frontal 0.537152 0.770186 0.625030
Amplitud nasal 3.072740 0.394405 3.030031
Altura orbital 6.525769 6.725626 6.252479
CONSTANTE - 774.355581 - 781.921834 -774.484822
Tabla N° 1 Funciones discriminantes para hombres blancos, negros y nativos americanos

Amplitud palatal 0.38106


Basion-bregma - 0.35947

Universidad de Knoxville Tennessee - Banco de datos de Antropología Forense, en Forensic


Anthropology Course AFIP, 1996, pp. 63-66

!
Altura orbital 0.55804
Longitud del paladar 0.38304
Longitud del forámen magno - 0.481160
CONSTANTE 2.03457
Tabla N° 2 Funciones discriminantes para hombres blancos y negros
Amplitud palatal 0.30988
Altura nasal - 0.70059
Altura orbital 0.93434
Longitud del paladar 0.61496
Amplitud nasal 0.62338
Biasterion - 0.36744
CONSTANTE - 25.05490
Tabla N° 3 Funciones discriminantes para mujeres blancas y negras

Puntajes positivos indican pertenencia al grupo ancestral negroide y negativos al grupo


ancestral caucásico.

ECUACIONES Y MEDIDAS 1 2 3 4 5
Longitud del cóndilo occipital - 0.0224 ------- - 0.095 - 0.0420 ---------
Amplitud del cóndilo occipital ---------- ------- -------- 0.0806 ---------
Distancia mínima entre los cóndilos 0.0345 0.338 0.0347 ---------- 0.0239
Distancia máxima entre los cóndilos - 0.0236 - 0.0329 - 0.063 ---------- -----------
Distancia interior máxima entre los cóndilos - 0.0161 - 0.0159 - 0.0428 ---------- - 0.0536
Longitud del forámen magno ------- ------- --------- 0.0284 ---------
Amplitud del forámen magno - 0.0185 - 0.0200 - 0.0201 - 0.0650 ---------
Longitud del proceso basilar 0.0777 0.0756 ---------- --------- 0.0712
Constante 0.669 0.706 2.87 1.48 0.425
Punto de corte 0.5 0.5 0.5 0.5 0.5
Porcentaje de precisión 86.0 82.0 72.0 70.0 80.0
N = 100
Tabla N° 4 Ecuaciones de regresión múltiple para predecir la raza de cráneos fragmentados e incompletos

Los puntos de corte menores a 0.5 clasifican como individuos blancos, puntajes
mayores a 0.5 clasifican como negros.

RASGO SEXO CAUCASOIDE NEGROIDE MONGOLOIDE


Anchura Bicigomática M 126-136 126-136 137-150
F 110-127 110-127 128-140
Anchura cigomaxilar M 82-94 82-94 100-112
F 78-89 78-89 95-106
Altura facial superior M 64-68 58-65 68-84
F 59-64 54-63 64-78
Anchura nasal M 20-26 26-31 24-27
F 19-24 25-30 23-26
Anchura simótica M/F 2,5-9,5 10-14 7,5-11,5

Altura orbitaria M 32-35 28-34 33-40


F 30-34 28-33 32-40
Angulo nasofrontal M/F 136-141 138-143 141-150
Angulo cigomaxilar M/F 125-130 116-127 130-150
Angulo facionasal M/F 25-40 0-18 15-28
Angulo rama ascendente M 125-140 100-118 112-124

Ibid
Ibid
T.D Holland, 1986 Journal of Forensic Sciences Vol. 31 N° 2 Abril de 1986:718-724

!
F 129-146 104-121 116-128
Angulo del mentón M/F 49-66 74-91 66-80
Índice nasal M/F Leptorrino Platirrino Mesorrino
Índice de prognatismo M/F Ortognato Prognato Mesognato
Borde inferior apertura piriforme M/F Agudo-romo Surco prenasal Agudo-romo
Spina nasalis anterior M/F Muy prominente Deprimida Prominente
Tabla N° 5 Variación craneométrica en los tres grandes grupos raciales

8.6 IDENTIFICACIÒN DE SEXO Y RAZA A PARTIR DE LAS DIMENSIONES


PALATALES

En 1998 Borris y Harris utilizando una muestra de 332 personas adultas vivas llevaron
a cabo un estudio con el objeto de generar formulas matemáticas que permitieran
predecir la raza y el sexo de un individuo. El estudio se realizo a partir del análisis se
estudiaron 13 medidas de amplitud y profundidad que incluyeron estructuras óseas y
dentales.

Los resultados mostraron que los individuos de raza negra presentaban un paladar
mucho más cuadrado, amplitud interpremolar mas amplia, y mayor profundidad del
premolar 1 (P1) a Molar 2 (M2) con respecto a los individuos de raza blanca. Las
formulas para predecir simultáneamente la raza y el sexo alcanzaron 48 % de
clasificaciones correctas, lo cual resulto ser el doble de lo que se esperaba. La mezcla
de los dos sexos incremento el porcentaje de correctas clasificaciones a un 83 %.

HOMBRES MUJERES
VARIABLE COEFICIENTE VARIABLE COEFICIENTE
4- 4 amplitud -0.221 4-4 amplitud -0.283
P1-M2 profundidad -0.443 P1-M2 profundidad -0.271
Constante 19.584 Constante 17.797
Tamaño de la muestra 132 Tamaño de la muestra 149
Porcentaje † 80% Porcentaje 83%
Tabla Nº 6. Ecuaciones canónicas para estimar la raza cuando el sexo es conocido.
*Valores positivos serán clasificados como blancos y valores negativos como negros
† Porcentaje de clasificaciones correctas utilizando la validación cruzada.

VARIABLE COEFICIENTE
4-4 amplitud -0.236
P1-M2 profundidad -0.350
Constante 18.056

Diferentes fuentes, citadas por Rodríguez, 1994:169

!
Tamaño de la muestra 281
Porcentaje † 80%
Tabla Nº 7. Ecuaciones para estimar la raza (sexos mezclados) *
*Valores positivos serán clasificados como blancos y valores negativos como negros
† Porcentaje de clasificaciones correctas utilizando la validación cruzada.

8.7 DETERMINACION DE LA RAZA POR EL CONTORNO DE LA RAIZ NASAL

La apariencia del contorno horizontal de la base de los huesos nasales (donde los
huesos nasales se unen con el hueso frontal) ha sido utilizada para asignar la raza o
patrón ancestral. Tres tipos de apariencia de la raíz han sido identificados de acuerdo a
Bruce (1990). Esos tipos, una descripción, y su preponderancia racial se muestran en la
Tabla Nº 8

TIPO DESCRIPCION PATRON ANCESTRAL


ASOCIADO
Pronunciada Alta; la sutura de la raíz nasal es quebrada y el Caucasoide
contorno es estrecho cerca de la sutura naso-
maxilar, son los huesos nasales mas angostos
Intermedia Altura que va de moderada a baja, recto en los lados Mongoloide
Amplia Contorno bajo y redondeado Negroide
Tabla N° 8. Estimación de la raza por el contorno de la raíz nasal

8.8 RASGO DENTAL PLIEGUE ACODADO EN EL GRUPO ÉTNICO WAYUU,


PENÍNSULA DE LA GUAJIRA-NORTE DE COLOMBIA

Luis Alberto Valbuena Guairiyu realizo el trabajo “Rasgo Dental Pliegue Acodado en el
grupo étnico Wayuu, Península de La Guajira-Norte De Colombia” donde analiza el
pliegue acodado de una muestra de 53 primeros molares inferiores permanentes de
indígenas Wayuu, producto de la exodoncia o impresiones en alginato o mercaptano,
tomados a pacientes del consultorio de Salinas - Manaure (Guajira - Colombia); entre
enero de 1992 y julio de 1994. Los resultados del estudio mostraron 10 tipos de
variaciones en el pliegue acodado (el cual es característico de las poblaciones
mongoloides), el tipo 1 fue el más común con el de 67.92 % para el total de la muestra

!
analizada. Guairiyu menciona entre otras que las variaciones del pliegue podrían estar
indicando diferencias de ascendencia familiar o mestizaje con otros grupos.

8.9 DIFERENCIAS MÉTRICAS RACIALES A NIVEL POSTCRANEAL

HUESO MEDIDA-ÍNDICE RAZA


CAUCASOIDES MONGOLOIDES NEGROIDES
CLAVÍCULA Índice cleido-humeral de Broca 47 48 45
OMÓPLATO Índice escapular 64-66,9 variable desde 67
Índice glenoideo 78,6 variable menor 78,6
HÚMERO Índice de robustez 19-20 mayor
Índice diafisario hasta 82 menos de 75 hasta 83
RADIO Índice de robustez 19 20,5 16,5
Índice braquial o húmero-radial 74 77 78
CÚBITO Índice de robustez 14,5 14,5 12
SACRO Índice hiérico hasta 100 100 90-95
PELVIS Anchura 260-280 mm 250-270 mm 230-250 mm
Tabla Nº 13. Diferencias métricas raciales en esqueleto postcraneal

CARACTERÍSTICA MONGOLOIDES CAUCASOIDES NEGROIDES


FORMA DEL CRÁNEO Ancho Medio Largo
CONTORNO SAGITAL Alto, globular Alto, redondeado Depresión postbregmática
AMPLITUD DE NARIZ Media Angosta Amplia
TAMAÑO DE LOS
Pequeños Grandes Medianos - Pequeños
HUESOS NASALES
PERFIL NASAL Cóncavo Recto Recto - Cóncavo
ESPINA NASAL Mediana Proyectada Deprimida o casi inexistente
Romo, plano, casi
BORDE NASAL INFERIOR Agudo Agudo, afilado
imperceptible
CARA LINGUAL DE Con cavitación o en
Plana Plana
INCISIVOS forma de pala
PROGNATISMO FACIAL Leve Reducido Marcado
PROGNATISMO
Leve Reducido Marcado
ALVEOLAR
FORMA DE LOS
Proyectados Reducido Reducido
MALARES
FORMA DEL PALADAR Parabólico - Elíptico Parabólica Hiperbólica
FORMA DE LA ÓRBITA Redondeada Romboidal Redondeada
MANDÍBULA Robusta Media Suave, grácil
PROYECCIÓN DEL
Leve Marcado Leve
MENTÓN
FORMA DEL MENTÓN Medio Bilateral Medio
Tabla Nº 14. Algunas variaciones craneofaciales entre los grupos humanos

Polo C. M. En Memorias Curso Internacional de Antropología Forense Bogotá, 2003

Gill, 1986.

!
8.10 ALGUNAS CONSIDERACIONES SOBRE LA FILIACIÓN ANCESTRAL

Los diferentes índices y medidas craneométricas que se han establecido para ubicar
racialmente a un individuo muestran a nivel estadístico la media o tendencia del grupo o
población a la que pueden pertenecer, es decir, muestran las características
morfológicas que sobresalen en esa población según el estudio estadístico y variables
que se hayan valorado, por lo tanto, las mediciones que suelen aplicarse en un cadáver
contemporáneo pueden “salirse” de esa generalidad estadística y conllevar a
clasificaciones erróneas, especialmente para individuos latinoamericanos, por lo que es
importante acudir a todas las herramientas matemáticas y morfológicas que permitan
realizar una adecuada interpretación de este interrogante.

La doctora Inmaculada Alemán Aguilera recopila diferentes consideraciones


relacionadas con el patrón ancestral que citamos por considerarlas útiles para el tema
tratado en este capítulo:

Los rasgos que tradicionalmente se han utilizado para caracterizar a los distintos grupos
poblacionales solo definen, en nuestra opinión, los extremos de la variabilidad humana.

Es necesario puntualizar que las clasificaciones que se recogen a lo largo de este tema
expresan tendencias; es decir, la presencia o ausencia o el grado de desarrollo de cada
uno de los rasgos suele aparecer más o menos en un grupo determinado, pero no
significa que todos deban de estar presentes en la misma medida.

Para ilustrar esta idea solo hay que pensar en las diferencias y similitudes que existen
entre un mediterráneo y un nórdico o entre un indígena del área maya y uno de las
praderas norteamericanas. En el primer caso ambos son caucasoides, en el segundo
mongoloides. Si las características observables en un sujeto vivo son tan distintas y
diversas, sería ilógico pretender que en el esqueleto hubiera una diferenciación por lo
menos tan clara.

Inmaculada Alemán Aguilera, Web Site Universidad de Granada (España), 2003

!
Según lo expuesto y tomando todas las precauciones posibles, en Antropología se han
establecido tres grandes grupos poblacionales: Xantodermos Melanodermos y
Leucodermos, las diferencias entre ellos se basan fundamentalmente en características
morfológicas del cráneo. Se han intentado establecer diferencias en el esqueleto
postcraneal, pero la única que tiene algo de validez es la morfología del fémur para
caucasoides y subsaharianos.

• En los caucasoides, la diáfisis presenta una curvatura anterior mientras que en los
subsaharianos es recta.

• Si se coloca el fémur con la parte posterior sobre una superficie horizontal, el grado
de torsión de la cabeza y del cuello es mayor en caucasoides que en negroides.

• Según Hooton (1947), los huesos del esqueleto postcraneal en negroides se


caracterizan por ser gráciles, con inserciones musculares poco marcadas y caras
articulares pequeñas, al contrario que en caucasoides que son más robustos.

• En los primeros, las pelvis suelen ser altas y estrechas, con una ensilladura lumbar
marcada y en los segundos son anchas, con una curvatura lumbar poco
pronunciada.

• Los subsaharianos se caracterizan por tener el cráneo largo, meso o dolicocráneo,


con relieves supraorbitarios poco marcados, margen superior de las órbitas agudo,
glabela redondeada, articulación frontonasal plana y anchura interorbitaria grande.
Las órbitas tienden a ser rectangulares. En norma lateral, el contorno frontal suele
ser redondeado y el parietal es aplanado, frecuentemente con depresión
postbregmática; el contorno occipital es completamente redondeado. Lo más
característico es la presencia de un fuerte prognatismo alveolar.

Las mandíbulas son bajas, anchas, con la rama mandibular verticalizada y la arcada
dental larga, hiperbólica, que tiende a la forma de U. El mentón es poco saliente con
tubérculos mentonianos pequeños y colocados en posición medial (Schultz, 1933).

• En los caucasoides, las órbitas suelen ser subcuadrangulares, con márgenes


superiores redondeados y relieves supraorbitarios desarrollados; la glabela tiende a
ser deprimida, la articulación frontonasal saliente y la distancia inteorbitaria estrecha.
En norma lateral, la curvatura frontal es oblicua, no suelen tener aplanamiento
parietal y el contorno del occipital es variable, con abombamiento de la escama en
los mediterráneos.

!
• Las mandíbulas son paraboloides, anchas, con la rama alta y estrecha y el ángulo
goniaco más abierto. Los cóndilos mandibulares se colocan de manera paralela al
plano medio sagital. El mentón es saliente, con tubérculos mentonianos
desarrollados y colocados en posición lateral. El cuerpo suele ser alto y corto en
relación a la anchura bigoniaca (Schultz, 1933).

• El cráneo mongoloide es redondeado frecuentemente, con suturas muy complejas


en su recorrido. La cara es ancha y puede mostrar algún prognatismo alveolar pero
no tan marcado como el de los negroides; es plana, con los malares salientes con
respecto al borde superior de la órbita. Las órbitas son redondeadas y el paladar
parabólico. La presencia de huesos wormianos es muy frecuente. Una característica
típica de este grupo es el alto porcentaje de aparición de incisivos en pala.

De todas las regiones anatómicas craneales, la nariz es la que presenta características


más útiles para establecer el grupo poblacional. Las diferencias se establecen en base
a las siguientes estructuras (1) sutura frontonasal, (2) dorso de la nariz, (3) espina, (4)
borde inferior y (5) apertura nasal, las tres primeras deben ser evaluadas en norma
sagital y las dos últimas en norma frontal.

Si se pone en relación con el borde inferior de la órbita, la sutura frontonasal es más


saliente en los caucasoides que en los otros dos grupos. En norma anterior, esta zona
es estrecha en los caucasoides, ancha en los negroides e intermedia en los
mongoloides. El dorso de la nariz es alto en los primeros y bajo en los dos últimos.

La espina nasal también varía entre los grupos, ya que está muy desarrollada en
caucasoides mientras que en asiáticos es bastante más pequeña e inexistente en
negroides. En estos, el borde inferior de la nariz presenta un pequeño surco o
acanaladura a ambos lados de la línea media que se conoce como escotadura símica.
Este rasgo no está presente en caucasoides en los que el borde inferior está muy

!
marcado, mientras que en los asiáticos es intermedio pero nunca aparece la
escotadura.

La apertura nasal es ancha, como un triángulo equilátero en negroides y estrecha,


como un triángulo isósceles en caucasoides. Los mongoloides suelen tener una
abertura nasal en triángulo isósceles, más ancho que el de los caucasoides.

Para facilitar la diferenciación del grupo poblacional según las características del
cráneo, Rhine (1990) recogió los siguientes rasgos en norteamericanos. Hay que tener
cuidado y no considerar los rasgos encontrados por este autor como categorías
aplicables a todos los tipos humanos.

Caucasoides americanos:

• Inion marcado
• Longitud de la base larga
• Ángulo de la base bajo
• Trazado simple de las principales suturas
• Puede quedar huella de la sutura metopica
• Inclinación lateral de la órbita
• Nasion hundido
• Espina nasal grande (muy proyectada)
• Borde nasal inferior agudo
• Malares retraídos
• Existencia de fosa canina
• No hay prognatismo
• A veces aparecen tubérculos de Carabelli
• Arcada dental parabólica
• Mentón prominente y bilobulado
• La rama ascendente de la mandíbula presenta un estrechamiento
• El borde posterior de la rama es casi vertical

!
• Región goniaca evertida
• Orificio auditivo externo redondeado
• Ventana oval en el orificio auditivo visible
• Sutura palatina abultada
• Sutura cigomático-maxilar curva, en forma de S.

Mongoloides del Suroeste:

• Cráneo con quilla sagital


• Longitud de la base corta
• Trazado complejo de las principales suturas
• Presencia de huesos wormianos
• Presencia de otros osículos en el asterion, bregma, etc.
• Órbitas redondeadas
• Abertura nasal ensanchada en la base
• Ligera depresión nasal
• Espina nasal pequeña
• Borde nasal inferior romo
• Malares proyectados
• Presencia de tubérculo malar
• Presencia de tubérculo cigomático posterior
• Prognatismo moderado
• Incisivos en pala
• Presencia de extensiones del esmalte
• Presencia de pequeños agujeros en las caras labiales de los molares inferiores
• Arcada dental elíptica
• Mentón redondeado, poco saliente y vertical
• Rama ascendente de la mandíbula ancha y vertical
• Región goniaca evertida
• Orificio auditivo externo elíptico

!
• Ventana oval a través del conducto auditivo externo no visible
• Sutura palatina plana
• Sutura cigomático-maxilar angulada

Negroides americanos

• Depresión postbregmática
• Longitud de la base larga
• Trazado simple de las principales suturas
• Órbitas rectangulares
• Abertura nasal ensanchada
• Ligera depresión nasal en norma lateral
• Huesos nasales en forma de tejado (domiformes)
• Espina nasal pequeña o inexistente
• Presencia de una acanaladura o surco prenasal en el borde inferior de la
apertura nasal (escotadura sínica)
• Malares verticales
• Gran prognatismo
• Molares con aspecto rugoso
• Arcada dental hiperboloide
• Mentón redondeado y vertical
• Borde mandibular recto
• Presencia de un estrechamiento en la rama ascendente de la mandíbula
• Borde posterior de la rama casi vertical
• Región goniaca recta
• Orificio auditivo externo redondeado
• Ventana oval desde el conducto auditivo externo visible
• Sutura palatina saliente
• Sutura cigomático-maxilar curva, en forma de S.

!
Fotografía Nº 1 Fotografía Nº 2 Fotografía Nº 3

Fotografía Nº 4

Fotografía Nº 1 y 2: Cráneo de individuo masculino, mestizo con rasgos predominantemente caucasoides (apertura nasal estrecha,
espina nasal inferior proyectada, rostro angosto, mentón prominente)

Fotografía Nº 3: Corresponde al paladar del individuo caucasoide de fotografías Nº 1 y 2, nótese el paladar parabólico. En razón a
que es un individuo mestizo presenta además un rasgo mongoloide (superficie palatina de incisivos superiores centrales en forma
de pala)

Fotografía Nº 4: Rostro típico de individuo caucásico (cráneo alto, rostro angosto, nariz angosta y proyectada)

Las fotografías Nº 1, 2, 3, 4, 5, 7, 9, 10, 11 y 13 pertenecen a la colección del Dr. Andrés Patiño Urraña, las fotografías Nº 6 y 12
pertenecen al calendario UNESCO 2002, la fotografía Nº 8 pertenece a la colección del autor del presente texto.

!
Fotografía Nº 5 Fotografía Nº 6

Fotografía Nº 7 Fotografía Nº 8

Fotografía Nº 5: Cráneo de individuo colombiano prehispánico, masculino, de rasgos típicamente mongoloides (rostro ancho,
pómulos sobresalientes, órbitas anchas y altas, apertura nasal de anchura media, aunque la espina nasal no es muy visible en la
fotografía, esta es de longitud mediana)

Fotografía Nº 6: Corresponde al rostro de un individuo latinoamericano, femenino, indígena contemporáneo, con características
morfológicas típicas de la población mongoloide (pómulos sobresalientes, nariz de anchura media, ojos “almendrados” u “orientales”
, con presencia de pliegue epicántico -interno- .y superposición del párpado superior, características que son consecuencia de
órbitas anchas y altas.

Fotografía Nº 7 y 8: Incisivos con la superficie lingual en forma de pala (shovel-shaped), aunque esta característica es típica de la
población mongoloide, no es exclusiva, pues también se ha reportado en individuos caucasoides y negroides, aunque con una
frecuencia más baja.

!
Fotografía Nº 9 Fotografía Nº 10 Fotografía Nº 11

Fotografía Nº 12 Fotografía Nº 13

Fotografía Nº 9 y 10: Cráneo en norma frontal y lateral izquierda respectivamente de individuo masculino colombiano actual,
mestizo, de rasgos predominantemente negroides (marcado prognatismo alveolar, apertura nasal ancha (> de 27 mm.), ligera
depresión nasal en norma lateral, órbitas rectangulares, espina nasal casi inexistente, borde inferior de apertura nasal romo)

Fotografía Nº 11: Corresponde al paladar del individuo de las fotografías Nº 12 y 13, arcada dental hiperboloide, sutura palatina
saliente, simulando torus palatino incipiente

Fotografía Nº 12 y 13: Corresponde a los rostros de un individuo femenino y masculino actuales, latinoamericanos
afrodescendientes, con características morfológicas típicas de la población negroide (base de la nariz muy ancha > de 36 mm.,
pómulos no muy salientes, rostro de anchura media, región bucal con marcado prognatismo)

!
9. ESTIMACION DE LA EDAD

9.1 QUE ES EDAD?

La edad se puede definir como el intervalo de tiempo transcurrido desde la


concepción de un individuo en el vientre materno (edad biológica) o desde su
nacimiento (edad cronológica), hasta el momento en que se lleve a cabo la
evaluación para determinar dicho intervalo.

Para evaluar la edad de una persona se acude al análisis y evaluación de diferentes


estructuras del cuerpo, ya sean tejidos duros (óseos y dentales), tejidos blandos
(desarrollo de mamas, órganos sexuales) u otros elementos tales como el desarrollo
del vello facial, axilar, entre otros. El mayor o menor desarrollo de las anteriores
estructuras humanas estará estrechamente ligado a situaciones como la dieta y el
medio ambiente donde se desarrolle el individuo.

Son múltiples las definiciones utilizadas para establecer en que etapa bio-cronológica
se encuentra una persona (viva o muerta), entre ellas podemos mencionar la fetal,
neonato, infantil, preadolescente, adolescente, adulto joven, sub-adulto, adulto
maduro, senil, entre otras; p.e. la Organización Mundial de la Salud define que son
ancianos (viejo, senil, geronte o adulto mayor, según otros) todos aquellos mayores
de 65 años en países desarrollados y los mayores de 60 años en países en vías de

!
desarrollo como Colombia (López Ramírez, 1998:1). La terminología para estimar la
edad tiende a variar especialmente dependiendo de la disciplina desde donde se
este evaluando, incluso puede variar de un país a otro.

Es posible estimar la edad en cualquier persona, para ello se han implementado


diferentes técnicas, cuya aplicación dependerá si se trata de una persona viva o de
un cadáver. Como se mencionó anteriormente, es variada la terminología utilizada
para nombrar las edades de los seres humanos, no obstante, para evitar confusiones
de tipo etimológico existe una clasificación muy sencilla de dos tipos, edad biológica
y edad cronológica. i observamos detenidamente, en esta categorización quedaría
incluida toda la terminología mencionada anteriormente.

9.1.1 EDAD CRONOLÓGICA

Es el intervalo de tiempo transcurrido desde el momento del nacimiento del individuo,


hasta el momento en que se lleva a cabo la evaluación de la edad. Generalmente la
edad cronológica es evaluada en personas vivas, razón por la cual no se utilizan
técnicas intrusivas, por lo que este diagnóstico se lleva a cabo acudiendo a la
evaluación de diferentes marcadores físicos externos que presente el individuo.

Estos pueden ser referentes al grado de desarrollo dental, estatural y el desarrollo


que presenten órganos genitales externos; también se pueden utilizar técnicas no
intrusivas como la técnica radiográfica, la cual permite observar en una placa de
rayos x el grado de desarrollo óseo o dental de la persona, quizás la más popular sea
el carpograma, que consiste en una radiografía tomada a la mano para estimar el
grado de desarrollo óseo que presentan los huesos del carpo.

La edad cronológica constituye tan solo una aproximación y por lo tanto se expresa
en rangos etarios. Generalmente la edad cronológica se encuentra consignada en

!
documentos legales de identificación suministrados por el Estado, tales como el
registro civil, tarjeta de identidad, cédula de ciudadanía, pasaporte, entre otros.

9.1.2 EDAD BIOLÓGICA

Es el intervalo de tiempo transcurrido desde el mismo momento en que el individuo


es concebido, hasta el momento en que se realiza la estimación de la edad. En los
cadáveres se estima la edad biológica, la cual se expresa en rangos de años, p.e. 5-
8 años, 30-40 o 50-60 años, es decir, que la edad cronológica del individuo
tácitamente se encuentra dentro del rango de edad biológica estimado.

Para estimar la edad biológica de un cadáver se pueden utilizar casi la totalidad de


criterios utilizados en personas vivas, sin embargo en este caso y dada la situación,
es posible aplicar técnicas intrusivas, es decir, que podemos observar y evaluar
directamente estructuras internas del cuerpo. Entre los criterios tenidos en cuenta
para evaluar la edad biológica de un cadáver se pueden mencionar el grado de
consolidación y evolución de sus tejidos óseos y dentales.

Hasta el momento no se ha reportado una técnica que nos permita establecer la


edad exacta de una persona, bien sea viva o en un cadáver, siempre se estimará en
rangos; al respecto menciona Reverte (1999:458) ”La estabilidad es la excepción en
Biología; la variabilidad es la regla”, por lo que el antropólogo forense al hacer un
análisis de restos óseos es determinar una tendencia, en torno a la cual hay un
margen de variabilidad, por lo que cuando se estima la edad de un cadáver lo
hacemos en rangos de cinco o diez años para adultos, en rangos desde uno a tres
años para sub adultos y en rangos de meses para fetos, p.e. se trata de un individuo
de sexo masculino de 30-40 años o una mujer de 30-40 años.

Cabe anotar que en individuos subadultos es posible reducir el rango o el número de


años calculados debido a que su desarrollo óseo y dental aún no ha culminado, lo

!
que permite una mejor interpretación de los cambios físicos presentes, en cambio,
como se vio en los individuos adultos, el rango de error en la estimación de la edad
es un poco más amplio en razón a que estos ya han completado su desarrollo óseo,
lo que nos obliga acudir a otros criterios morfológicos que hacen sensiblemente más
compleja la evaluación de la edad.

9.2 ESTIMACIÓN DE LA EDAD EN EL CONTEXTO FORENSE

En el campo forense se manejan diversas técnicas para estimar la edad de un


individuo, su aplicación dependerá de que este se encuentre vivo o muerto, dicha
estimación puede llevarse a cabo desde la perspectiva de diferentes disciplinas,
específicamente la medicina, la odontología y la antropología forense.

9.3 ESTIMACIÓN DE LA EDAD EN INDIVIDUOS VIVOS

En el área de Clínica Forense las autoridades competentes suelen solicitar al


Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses peritajes para determinar la edad de
una persona viva; especialmente con el objeto de establecer sanciones de carácter
penal a un sindicado. Lo anterior debido a que la normatividad del Código de
Procedimiento Penal colombiano contempla diferentes sanciones a quien infringe la
ley, estas penas pueden variar dependiendo si el sindicado es mayor o menor de
edad, el límite entre estas dos lo constituyen los18 años.

En los peritajes clínicos para determinar la edad, el médico, odontólogo o radiólogo


forense practican al paciente un examen físico externo para evaluar en que etapa del
desarrollo de la vida se encuentra la persona con el fin de calcular la edad, para ello
acuden a evaluar los criterios mencionados anteriormente en la definición de edad
cronológica.

!
9.4 ESTIMACIÓN DE LA EDAD EN CADÁVERES

Estimar la edad biológica de un cadáver es el tercer paso que se realiza cuando se


pretende establecer la identidad de un cadáver desde la perspectiva de la
antropología forense, este es un procedimiento complejo y de mucho cuidado.

Cuando se trata de estimar la edad en cadáveres recientes, es posible valorar


algunos rasgos morfológicos utilizados también en clínica, lo cual se lleva a cabo
durante el examen externo del cadáver, esta valoración debe ser realizada de
manera conjunta por el médico, odontólogo o radiólogo forense.

En los casos complejos (como son los cadáveres en avanzado estado de


descomposición, desmembración, carbonización o incineración) la valoración de la
edad es llevada a cabo por el antropólogo forense, quien a partir de observaciones
macroscópicas, microscópicas y radiológicas de las estructuras óseas, realiza un
cálculo aproximado de la edad biológica del individuo, que como ya se menciono se
expresa en rangos o grupos de edad. Esta valoración debe ser complementada con
el análisis que realiza el odontólogo forense a las estructuras dentales, lo que
permitirá obtener rangos de edad más precisos.

9.5 ESTIMACIÓN DE LA EDAD BIOLÓGICA EN ANTROPOLOGÍA FORENSE

Para la estimación de la edad biológica en antropología forense se acude a una


amplia variedad de cambios que son observables en las estructuras óseas del
esqueleto humano, incluyendo la génesis, formación, erupción y desgaste de
estructuras dentales.

A continuación se mostrarán los resultados de algunas investigaciones que han


tenido como objetivo observar el comportamiento y cambio de algunas regiones

!
óseas humanas desde el estado fetal, hasta la senilidad. Esta “metamorfosis” ha sido
clasificada por rangos de edad que se expresan en años; pues hasta el momento no
ha sido posible descubrir un método o técnica que nos permita determinar la edad
exacta en un cadáver esqueletizado, putrefacto o carbonizado, no obstante, la edad
biológica que proporcionan las estructuras óseas, nos permite realizar una gran
aproximación.

En la mayoría de las investigaciones realizadas en antropología biológica para


estimar la edad a partir de los cambios óseos humanos, se ha reportado que estos
se encuentran estrechamente relacionados con el sexo, patrón ancestral, dieta y
medio ambiente en que se haya desarrollado la persona.

En antropología forense se utilizan métodos macroscópicos y microscópicos para


determinar la edad biológica de un individuo, ello se lleva a cabo evaluando sus
estructuras óseas y dentales.

9.5.1 MÉTODOS MACROSCÓPICOS

Se realizan a partir de la interpretación o valoración directa de la morfología que


presenten diferentes áreas óseas y dentales, entre ellas tenemos el grado de
sinostosis y obliteración de los centros secundarios de osificación, el mayor o menor
desgaste de las articulaciones, la longitud de los huesos largos, entre otras. Por su
parte las estructuras dentales también proporcionan una información muy útil para
estimar la edad biológica, lo cual se logra valorando la formación, erupción y
desgaste de los dientes.

9.5.2 MÉTODOS MICROSCÓPICOS

Quizás el método microscópico más aplicado en contextos forenses para estimar la


edad biológica de un cadáver es el realizado a partir del conteo de osteones, se lleva

!
a cabo tomando un pequeño fragmento de hueso compacto, preferiblemente de
diáfisis femoral o tibial, el cual es procesado en el laboratorio de histotecnología para
obtener una sección muy delgada de hueso que será observada en el microscopio.

El método de Singh y Gunberg (1970), citado por Polo C. (2003) permite realizar un
cálculo aproximado de la edad con buena precisión y exactitud, es válido para ambos
sexos, pero presenta limitaciones: útil solamente para edades superiores a los 40
años y aplicable sobre muestras óseas obtenidas de mandíbula, fémur y tibia.

El método de Singh y Gunberg (op. cit. 2003) es como sigue: La laminilla ósea se
obtiene mediante el uso de un microscopio de abrasión, dejando una preparación
histológica de 10-25 micras de espesor y sin teñir. Posteriormente, en un microscopio
con retícula y empleando un campo de visual de 1.62 mm., se contabilizan en al
menos dos campos los siguientes parámetros: número de osteonas, número
promedio de laminillas por osteona y diámetro de los canales de Havers. Este
método se basa en cuantificar el diámetro de los conductos de Havers en una
preparación microscópica, dado que esta medida aumenta con la edad.

EDAD DIÁMETRO
Recién nacido 27.5-30 micras
20 años 30 micras
50 años 40 micras
anciano 45 micras
Tabla Nº 1 Conteo de osteones en diferentes etapas de la vida

Las áreas óseas que recomendamos preservar del cadáver para realizar el conteo de
osteones se pueden tomar de tercio medio diafisial de huesos largos, especialmente
fémur y tibia, que son las áreas conformadas mayormente por hueso compacto; se
recomienda retirar una sección longitudinal de 2 cm de ancho x 2 cm de largo,
utilizando sierra eléctrica descontaminada. En caso de contar solamente con cráneo,
se puede cortar una pequeña sección ósea de región occipital.

!
9.6 ESTIMACIÓN DE LA EDAD A PARTIR DEL GRADO DE SINOSTOSIS Y
OBLITERACIÓN DE LAS SUTURAS CRANEALES

El cráneo humano esta compuesto por varios huesos que desde comienzos de la
vida uterina se encuentran separados por placas de cartílago (Fotografía Nº 1) , una
vez el feto se va desarrollando, estas placas cartilaginosas paulatinamente se van
transformando en hueso y a la vez incrementan su tamaño hasta que llegan a formar
los diferentes huesos del cráneo (parietales, temporales, occipital, etc.), los cuales se
encuentran unidos parcialmente entre sí por sus bordes dentados (suturas) y
manteniendo durante la juventud y madurez temprana la apariencia de una
“cremallera ósea”, la cual comienza su proceso de fusión total a comienzos de la
madurez, para desaparecer usualmente en edades seniles.

La morfología de casi todos los bordes de huesos craneales en individuos infantiles y


adolescentes está constituidas por pequeñas puntas óseas con espacios entre sí, las
cuales constituyen de hecho límites que separan los diferentes huesos del cráneo.

!
Fotografía Nº 1 Huesos craneales en un feto a término, nótese la placa de cartílago que los une , las
flechas señalan la direccionalidad del cierre, de afuera hacia adentro.

Las suturas craneales han sido estudiadas y descritas por diferentes investigadores
como útiles para realizar una aproximación de la edad biológica, dependiendo del
mayor o menor grado de cierre que estas presenten.
En 1924 Todd y Lyon citados por Reverte (1999:515-516), intentaron cuantificar los
cambios que tienen lugar en las suturas craneales cuando se produce su sinostosis;
el cierre de las suturas craneales inicia en la tabla interna o endocraneal entre los 20-
22 años y continúa progresivamente hasta tabla externa o exocraneal (op. cit).

Meindl y Lovejoy (1985), citado por Rodríguez (1994:112) consideran la utilidad de


este método como indicador independiente de edad siempre y cuando se utilice con
otros métodos. Más adelante se explica el procedimiento para valorar el grado de
sinostosis de las suturas craneales y se muestra la ubicación anatómica de los
puntos que se deben evaluar.

9.6.1 PROCEDIMIENTO

Para realizar la valoración Meindl y Lovejoy (1985) dividen el cráneo en dos áreas:
Sistema de Caja Craneal, incluye áreas de las suturas lambdoidea, sagital, coronal
y parietoesfenoidal y el Sistema Lateral Anterior, que comprende las suturas
esfenofrontal, esfenotemporal inferior, esfenotemporal superior (este sistema incluye
dos puntos del sistema de caja craneal, el midcoronal y el pterion, los cuales deben
ser tenidos en cuenta al sumar el total obtenido con este sistema.)

1. Seleccione una región específica de 1 cm de diámetro alrededor del punto a


valorar, de acuerdo al grado de cierre o apertura asigne a cada punto uno de los
valores que aparecen en la tabla Nº 2

Imagen (modificada) tomada de Gran Atlas McMinn de Anatomía Humana (1998:14)

!
2. Sume la totalidad de los puntos obtenidos de acuerdo a cada sistema (caja
craneal o lateral anterior) de manera independiente, luego compare el resultado con
las tablas Nº 3 y 4

GRADO 0 ABIERTO No hay evidencia de cierre ectocraneal (tabla externa)


GRADO 1 SINOSTOSIS MINIMA Formación de puente óseo mínimo sobre la sutura, el cual puede alcanzar
hasta el 50% de la sinostosis del sitio valorado.
GRADO 2 SINOSTOSIS SIGNIFICATIVA Grado marcado de obliteración que no alcanza a cerrar la sutura.
GRADO 3 OBLITERACIÓN COMPLETA El punto valorado se ha fusionado en su totalidad, es prácticamente
inobservable la sutura.
Tabla Nº 2 Grados de cierre y apertura de suturas craneales

VALOR EDAD MEDIA DESVIACIÓN ESTANDAR RANGO


0 (abierto) ---------- ---------- X < 35
1a2 30.5 9.6 19 – 44
3a6 34.7 7.8 23 – 45
7 a 11 39.4 9.1 28 – 44
12 a 15 45.2 12.6 31 – 65
16 a 18 48.8 10.5 35 – 60
19 a 20 51.5 12.6 34 – 63
21 (cerrado) ---------- ---------- 43 < x
Tabla N° 3 Valores Sistema de Caja Craneal en suturas ectocraneales. Modificadas de Meindl y
Lovejoy (1985), Tablas 6 y 7

VALOR EDAD MEDIA DESVIACION ESTANDAR RANGO


0 (abierto) --------- ---------- X < 43
1 32.0 8.3 21 – 42
2 36.2 6.2 29 – 44
3a5 41.1 10.0 28 – 52
6 43.4 10.7 30 – 54
7, 8 45.5 8.9 35 – 57
9, 10 51.9 12.5 39 – 69
11 a 14 56.2 8.5 49 – 65
15 (cerrado) ------- ------- --------
Tabla N° 4 Valores Sistema Lateral Anterior. Modificadas de Meindl y Lovejoy (1985, Tablas 6 y 7)

SISTEMA DE CAJA CRANEAL

La ubicación anatómica de los puntos puede observarse en las fotografías Nº 3 y 4

1. MIDLAMBDOIDEO: Punto medio de cada mitad de la sutura lambdoidea, en su


región media

En Krogman & Iscan (1986:124)


Ibid

!
2. LAMBDA: Punto donde se unen las suturas lambdoidea y sagital
3. OBELION: Región de la sutura sagital en donde se unen los dos agujeros
parietales
4. SAGITAL ANTERIOR: Punto ubicado en el tercio anterior de la sutura sagital.
5. BREGMA: Punto donde se unen la sutura coronal y la sagital
6. MIDCORONAL: Punto medio de cada mitad de la sutura coronal
7. PTERION: Punto donde se unen la sutura parietoesfenoidal con la coronal.
SISTEMA LATERAL ANTERIOR

La ubicación anatómica de los puntos puede observarse en las fotografías Nº 2 y 5

8. ESFENOFRONTAL: Punto medio en la sutura esfenofrontal.


9. ESFENOTEMPORAL INFERIOR: Punto de la sutura esfenotemporal que se forma
en la intersección con la línea que une ambos tubérculos articulares de la unión
temporomandibular.
10. ESFENOTEMPORAL INFERIOR: Punto en la sutura esfenotemporal que se
ubica a dos cm. debajo de su articulación con el hueso parietal

La ubicación anatómica de todos los puntos puede observarse en las fotografías Nº


2y5

9.6.2 RECOMENDACIONES EN LA VALORACIÓN DE LAS SUTURAS


CRANEALES

• Se debe tener prudencia al utilizar este método en individuos que han sufrido
impactos de proyectil de arma de fuego en cráneo, ya que los efectos de la
energía cinética generalmente tienden a afectar la morfología de las suturas, es
decir, hace pueden hacer que estas se separen en mayor o menor grado, por lo
tanto se recomienda no aplicar esta técnica en cráneos que presenten este tipo
de lesión.

!
• Este método no goza de buena aceptación a nivel internacional debido a que
algunos autores consideran que existe gran variabilidad en el proceso de
obliteración de las suturas craneales, el cual depende a su vez de factores como
el sexo y la filiación ancestral del cadáver estudiado, lo que requiere que se valide
la técnica en cada población. No obstante, resulta de gran utilidad cuando se
presentan casos forenses en los que se ha recuperado solamente el cráneo del
cadáver.
• Este método no es aplicable en individuos menores de 25- 30 años, pues las
suturas aún presentan un notable grado de apertura y consecuentemente los
valores de cada punto observado serán iguales a 0 en las tablas de valores, lo
que dará como resultado que estas lo clasifiquen solamente como un individuo
menor de 50 años.

7
8

Fotografía Nº 2 Puntos de evaluación Sistema Lateral Anterior

!
3

Fotografía Nº 3 Puntos de evaluación Sistema Caja Craneal (cráneo norma posterior)

5
4

Fotografía Nº 4 Puntos de evaluación Sistema Caja Craneal (cráneo norma superior)

!
9

Fotografía Nº 5 Puntos de evaluación Sistema Lateral Anterior (cráneo vista inferior)

9.7 OBLITERACIÓN DE LA SUTURA BASILAR O SINCONDROSIS ESFENO-


OCCIPITAL

La sutura basilar, también llamada la sincondrosis esfeno-occipital suele cerrarse en


la juventud temprana, a los catorce - quince años de edad en individuos femeninos y
a los diez y seis en individuos masculinos. Por lo tanto, si la sutura basilar se
encuentra obliterada en un esqueleto de sexo desconocido se puede considerar que
es mayor de 15 años, si presenta algún grado de apertura podemos inferir que se
trata de un individuo menor de 18 años; para disminuir el rango de edad en estos
casos se debe acudir a otros indicadores de edad, en especial al estado de
formación y erupción dental. Este marcador óseo es muy importante, pues
dependiendo de su apertura o cierre nos permite establecer un límite entre
adolescentes y adultos jóvenes; en especial cuando se está analizando un caso
forense o prehispánico del que se ha recuperado solamente el cráneo o su base.

!
Fotografía Nº 6 Fotografía Nº 7 Detalle de sutura basilar abierta en una
Ubicación anatómica sutura basilar niña de 9 años de edad

Fotografía Nº 8 Detalle de sutura basilar cerrada, corresponde a un individuo adulto, luego de que
esta sutura se ha cerrado no es útil como criterio para estimar edad biológica

9.8 FUSION DE LA CLAVICULA MEDIAL O ARTICULACION CLAVICULO-


ESTERNAL

La superficie de la articulación clavículo-esternal es el último hueso del cuerpo que


completa la unión epifisial. Aquí se muestra la secuencia de estos cambios y también
los diagramas para ilustrar su evolución.

!
A) No hay unión con las distintas crestas y surcos (Fotografía Nº 9)

B) Unión parcial con parte de la "corona" o "tapa". Una línea nítida se observa entre
la epífisis y la diáfisis (Fotografía Nº 10).

C) Se muestra una unión epifisial completa con una terminación lisa o suave y no hay
indicaciones de la epífisis (Fotografía Nº 11).

ESTADO DE FUSION INDIVIDUOS INDIVIDUOS FEMENINOS


MASCULINOS
Sin fusión o sin presentar las epífisis 25 años o mas jóvenes 23 años o mas jóvenes
separadas
Fusión parcial 17 a 30 años 16 a 33 años
Fusión completa 21 años o mas viejos 20 años o mas viejos
Tabla Nº 5 Estimación de la edad ósea utilizando fusión epifisial de la clavícula media o articulación
clavículo-esternal

Fotografía Nº 9 Región esternal clavicular: Fotografía Nº 10 Región esternal clavicular:


no hay unión con las distintas Unión parcial con parte de la "corona" o
crestas y surcos "tapa". Una línea nítida se observa entre
la epífisis y la diáfisis

Webb y Suchey,1985:124

!
Fotografía Nº 11 Se muestra una unión epifisial completa con una terminación lisa o suave, no hay
indicaciones de la epífisis. La porción ósea de esta fotografía corresponde aun individuo masculino de
32 años

9.9 ESTIMACIÓN DE LA EDAD BIOLÓGICA A PARTIR DEL PROCESO DE


OSIFICACIÓN DE CARTÍLAGO TIROIDES

El cartílago tiroideo es una estructura que debido a su fragilidad y tamaño pocas


veces se recupera en contextos arqueológicos o forenses. Estudios como,
Yoshikawa (1958), Zeligman (1959), Leopold y Jagow (1961) y Vlcek (1974/80),
resaltan la importancia forense de esta estructura (Krogman & Iscan,1986:127).

Cerný (1983), citado por Krogman & Iscan (op. cit.), propone la metamorfosis del
cartílago tiroides en nueve fases, las cuales abarcan individuos con edades entre los
15 y 68 años; este autor propone que solamente las fases 1 y 2 son válidas para
estimar la edad biológica en ambos sexos, las restantes siete fases se podrán utilizar
solamente en individuos masculinos, además advierte que después de los setenta
años el proceso de resorción ósea continúa dramáticamente, lo que puede conllevar
a que una persona inexperta pueda confundir esto con un individuo de menor edad

FASE 1 (15-17 años): El primer centro de osificación hace su aparición en la porción más baja de la
futura rama lateral.

FASE 2 (18-21años): Los centros de osificación en la base del cuerno inferior y aquellos en el área
del tubérculo tiroideo inferior se funden para formar el llamado triángulo posterior.

!
FASE 3 (21 - 26 años): Osificación del cuerno o asta inferior.

FASE 4 (25 - 31 años): Osificación del cuerno o asta superior.

FASE 5 (28 - 39 años): Osificación de la rama inferior. Se presenta en la cuarta década de la vida, el
lado derecho y el lado izquierdo de la rama inferior se fusionan por la línea media

FASE 6 (37 - 45 años): Osificación del proceso paramedial y desarrollo de la rama paramedial.

FASE 7 (48 - 53 años): Desarrollo de la ventana posterior y formación del proceso medio.

FASE 8 (51 - 58 años): Osificación de la rama superior y crecimiento del proceso medial fusionándose
con la rama superior.

FASE 9 (57 - 68 años): Formación de la ventana anterior y terminación de la osificación de la lámina


derecha e izquierda.
Tabla Nº 6 Fases de osificación del cartílago tiroides de Cerný (1983)

Fotografía Nº 12 Anatomía del cartílago tiroides: (1) triángulo posterior (2) caudal inferior (3) rama
superior (4) proceso paramedial (5) proceso medio (6) rama lateral (7) rama paramedial
(8) barra medial (9) ventana posterior (10) ventana anterior (Cerný, 1983, Figura 1)

En Krogman & Iscan (1986:128)


Ibid

!
Fotografía Nº 13 Fases de osificación del cartílago tiroides (Cerný, 1983, Figura 2)

Fotografía Nº 14 Cartílago tiroides osificado de un individuo masculino de 58 años.

Ibid

!
9.10 CAMBIOS ARTICULARES DEGENERATIVOS EN ESTRUCTURAS ÓSEAS
HUMANAS

El gran número de articulaciones que tiene el esqueleto humano sufre a lo largo de la


vida procesos degenerativos que se encuentran asociados a su continuo uso, bien
sea por razones laborales cotidianas o las dadas por los movimientos propios de la
locomoción. Estos procesos degenerativos van a la par con el proceso de
envejecimiento; en algunos individuos estos eventos pueden ser más visibles que en
otros. En algunas oportunidades dichos procesos se pueden llegar a tornar en
situaciones de tipo patológico relacionadas con el metabolismo de algunos minerales
que contienen los tejidos óseos; en la literatura médica esta alteración ósea suele ser
descrita en la literatura médica como EAD (enfermedad articular degenerativa).

En razón a que los cambios mencionados anteriormente se ven expresados en las


articulaciones óseas, es posible asociar algunos casos con la edad de la persona; lo
que en el contexto forense, especialmente desde la óptica de la antropología forense,
constituye una excelente herramienta para realizar la estimación de la edad biológica
de un cadáver esqueletizado. No obstante lo anterior, hemos tenido la oportunidad
de observar gran cantidad de casos de individuos menores de cuarenta años que ya
presentan procesos articulares degenerativos, lo que generalmente se debe a malos
hábitos corporales, por lo que se debe mantener cierta cautela cuando se utilice este
criterio para estimar la edad biológica.

Según Reverte (1999:526), una vez comienza la década de los cuarenta años
sobrevienen alteraciones del metabolismo del calcio, el cual se va depositando poco
a poco en algunas áreas del esqueleto humano, especialmente las regiones
articulares, siendo más evidente en las inserciones tendinosas de los huesos y los
bordes articulares, donde se generan neoformaciones de hueso, osteofitos,
labiaciones o bordes óseos evertidos. En la fotografía Nº 15 se puede observar la
vértebra de individuo de 52 años que presenta un osteofito en borde de cuerpo

!
vertebral, evento que puede ser considerado “normal” en esta etapa de la vida; en la
fotografía Nº 16 se observan las vértebras de un individuo sub-adulto, las cuales
como es de esperarse, presentan bordes de cuerpos vertebrales libres de
excrecencias óseas.

Fotografía Nº 15 Osteofitos en borde de Fotografía Nº 16 Vértebras de un individuo sub-adulto,


cuerpo vertebral. Asociados generalmente obsérvese que los bordes de cuerpos vertebrales son
a edades mayores de cuarenta años lisos, regulares y libres de excrecencias óseas,
adicionalmente se observa la presencia de crestas y
surcos en la superficie de ambos cuerpos vertebrales,
los cuales desaparecerán al aproximarse a la
edad adulta.

9.11 ARTICULACIÓN COSTOCONDRAL DE CUARTO ARCO COSTAL

La articulación esternal o costocondral de cuarto arco costal es el área distal de la


costilla que se une al esternón por un cartílago sólido, de forma aplanada (cartílago
costal). Esta región es uno de los marcadores óseos mas importantes y precisos
para estimar la edad biológica de un cadáver esqueletizado, aunque también se
puede utilizar en cadáveres putrefactos, desmembrados, incinerados, entre otros. La
importancia de su aplicabilidad radica en que esta área ósea se encuentra ubicada
anatómicamente en una posición muy estratégica que no se ve mayormente afectada
por cambios de actividad articular. Esta técnica es aplicable en cadáveres desde los

!
16 años, hasta individuos seniles; aún no se han reportado estudios donde se hayan
encontrado cambios en esta área en individuos menores de 16 años.

La articulación costocondral es una región que se ve afectada por cambios


articulares degenerativos asociados con la edad, los cuales van modificando
progresivamente su morfología y se expresan básicamente en una pérdida
progresiva de sustancia ósea, se ha descartado plenamente que estos cambios se
encuentren asociados a un evento de tipo patológico.

En el año 1984 Loth e Iscan presentan los resultados de un análisis realizado a una
muestra de cuartas costillas pertenecientes a 208 individuos masculinos y femeninos,
caucásicos, de origen norteamericano con diferentes edades, observando cambios
morfológicos degenerativos en la superficie costocondral de cada muestra, los cuales
se mostrarán más adelante.

Con base en dichos análisis los autores propusieron un método para estimar la edad
biológica, compuesto por 9 fases numeradas desde la # 0 hasta la # 8; cada una con
un rango determinado de edad y en dependencia de la morfología y características
presentes en este segmento óseo. De igual manera propusieron nueve fases para
estimar edad biológica en población femenina caucásica, utilizando el mismo método
que en la población masculina.
Esta técnica desarrollada fundamentalmente por Iscan et al. (1984 y 1985) e Iscan &
Loth (1986 y 1989), se basa en el análisis de las características morfológicas de la
extremidad distal o esternal de las cuatro primeras costillas, las cuales varían con la
edad. De este modo establecieron nueve fases o estadios atendiendo a los
siguientes criterios:

Presencia o ausencia de fosita articular


Profundidad de la fosita articular
Morfología del piso de la fosita articular

!
Borde y grosor de las paredes de la fosita articular
Presencia o ausencia de ventanas y proyecciones óseas en las paredes de la
fosa

En diferentes partes del mundo, incluido nuestro país, se han realizado


investigaciones para verificar o validar esta técnica de estimación de edad en
poblaciones diferentes a la caucásica.

Katherine Rusell y colaboradores (1993:53-62) realizaron una revisión del método


aplicado por Loth e Iscan para estimar la edad al morir, pero esta vez sólo en
individuos adultos, que sobrepasaban los 20 años. La muestra utilizada por Rusell
fue extraída de la colección Hamann – Todd, del Museo de Historia Natural de
Cleveland. La muestra original fue de 23 individuos masculinos entre los 20 y 65
años, de origen norteamericano. La segunda muestra fue de 80 individuos, de los
cuales 41 eran masculinos caucásicos y 39 individuos negroides, todos de origen
norteamericano. Esta investigación concluyó que los cambios presentados en la
morfología de la superficie articular de la cuarta costilla pueden ser utilizados para
estimar la edad al morir en individuos blancos caucásicos y que en los individuos
negroides los cambios se presentan de una manera más acelerada, es decir, que las
fases asignadas para individuos blancos no son muy confiables en individuos
negroides.

En el año 1998 la Dra. María V. Pérez recolectó y analizó una muestra de 100
costillas contemporáneas, masculinas, con edades que variaban de los 10 a los 80
años en una población de morgue de la ciudad de Medellín - Antioquia (Colombia).
Pérez concluyó que las fases propuestas por Loth e Iscan son totalmente aplicables
a dicha población, debido a que esta presenta rasgos caucásicos marcados, fuera de
ello no encontró diferencias que ameritaran proponer cambios a la técnica original.

!
El Dr. Germán Martínez (1998) igualmente recolectó una muestra de 35 costillas
contemporáneas masculinas, en una población de la de necropsias del Instituto de
Medicina Legal en Pasto - Nariño (Colombia), concluyendo con los resultados
obtenidos que la técnica de Loth e Iscan es aplicable a esa población.

En el año 1997 y 1998 César Sanabria recolectó y analizó una muestra de 280
cuartas costillas procedentes de individuos masculinos mestizos identificados que
ingresaron a la sala de necropsias del INMLCF en Bogotá - Colombia. Él sometió la
muestra a análisis cualitativo aplicando la técnica de Loth & Iscan, adicionalmente
aplicó un análisis cuantitativo asignando valores numéricos a las estimaciones
realizadas. Los resultados de Sanabria indican que a nivel general el método sí es
aplicable a población mestiza colombiana, sin embargo, los resultados del análisis
estadístico muestran una ligera divergencia con respecto al estudio de Loth & Iscan
en las Fases 3 (24-28) y 4 (26-32).

Las conclusiones generales de las investigaciones mencionadas anteriormente


indican la confiabilidad del método de Loth & Iscan para poblaciones diferentes a la
caucásica. Solamente uno de estos estudios reportó una diferencia marcada que
indicaba que las fases deberían sufrir una modificación para aplicarlas en población
negroide .

9.11.1 ESTIMACIÓN DE LA EDAD A PARTIR DE LA MORFOLOGÍA DE PORCIÓN


ESTERNAL DE CUARTA COSTILLA EN INDIVIDUOS MASCULINOS
CAUCÁSICOS

Notas tomadas de la investigación realizada por César Sanabria Medina para validar el método de
Loth & Iscan en población colombiana, Bogotá - Colombia 1998
Loth & Iscan (1984) en Krogman & Iscan (1986:134-143)

!
FASE 0 (0 – 16 años): La superficie esternal se presenta con una morfología
aplanada u ondulada, de bordes redondeados y aro regular. El hueso es suave, firme
y sólido.

FASE 1 (17 – 19 años): Continua el ondulado sobre la superficie articular, comienza


a aparecer en la superficie articular una ligera indentación. Los bordes siguen siendo
redondeados; en algunos casos pueden aparecer festones en los bordes. El hueso
sigue con las mismas características de solidez y peso.

FASE 2 (20 – 23 años): La fosa articular se torna profunda y configura una forma en
V entre las paredes anteriores y posteriores; estas son espesas, suaves y aplanan
con un festoneo o margen ligeramente ondulado. El hueso es firme y sólido.

FASE 3 (24-28 años): La fosita articular ha asumido una forma moderada de U. Las
paredes todavía son bastante espesas, con los bordes redondeados. Aún persiste el
festoneado, pero el margen del borde se torna mas irregular. El hueso todavía es
bastante sólido

FASE 4 (26 – 32 años): Se profundiza la fosa articular, continua la forma en U


angosta o moderadamente ancha, las paredes se adelgazan y los bordes continúan
siendo redondos. El reborde es más irregular, con muestras de festoneado no
uniforme. La calidad la calidad global del hueso todavía es buena.

FASE 5 (33 – 42 años): No hay mayores cambios en la profundidad de la fosa


articular, la forma entre pared anterior y posterior es de una U de anchura moderada.
Las paredes siguen adelgazándose y sus bordes comienzan a ser más agudos. Se
incrementan las irregularidades en el reborde; desaparece el patrón de festoneado y
empiezan a aparecer proyecciones óseas irregulares. La calidad del hueso continúa
siendo buena, sin embargo, se evidencia porosidad y pérdida general de densidad.

!
FASE 6 (43 – 55 años): Se incrementa la profundidad de la fosa articular, continua
su forma de U ancha entre las paredes. El borde es irregular y se observan
proyecciones óseas largas que frecuentemente más pronunciadas en el borde
superior e inferior. Es más notoria la pérdida de peso, se observa más porosidad al
interior de las paredes y en el piso de la fosa articular.

FASE 7 (54 – 64 años): La fosa articular es profunda y conforma una U muy ancha
entre pared anterior y posterior; las paredes son delgadas, de bordes agudos e
irregulares, además presentan proyecciones óseas. El hueso es ligero en peso,
frágil, con un significante deterioro de su calidad y obvia porosidad que afecta
paredes y piso de la fosa.

FASE 8 (> 65 años): En esta fase final la fosa articular es muy profunda y conforma
una amplia U entre las paredes. En algunos casos el piso de la fosa articular está
ausente. El hueso se observa muy deteriorado, de paredes delgadas y friables, en
algunos casos se forman “ventanas” óseas en las paredes. Los bordes de la fosa
articular son muy irregulares y en la mayoría de las ocasiones se perciben grandes
picos o proyecciones óseas en borde superior e inferior. En algunos casos se
observa solo un gran pico óseo en uno de los extremos de la fosa.

IMÁGENES ARTICULACIÓN COSTOCONDRAL DE CUARTO ARCO COSTAL EN


INDIVIDUOS MASCULINOS

Las fotografías de cada fase corresponden al modelo estándar de la investigación de Sanabria (1998) para población
masculina mestiza colombiana. Las tres fotografías de cada fase corresponden a un mismo individuo, a excepción de las
fotografías de la Fase 8, las cuales corresponden a individuos diferentes.

!
Fotografía Nº 17 Fotografía Nº 18 Fotografía Nº 19
Fase 0 Individuos Masculinos

Fotografía Nº 20 Fotografía Nº 21 Fotografía Nº 22


Fase 1 Individuos Masculinos

Fotografía Nº 23 Fotografía Nº 24 Fotografía Nº 25


Fase 2 Individuos Masculinos

!
Fotografía Nº 26 Fotografía Nº 27 Fotografía Nº 28
Fase 3 Individuos Masculinos

Fotografía Nº 29 Fotografía Nº 30 Fotografía Nº 31


Fase 4 Individuos Masculinos

Fotografía Nº 32 Fotografía Nº 33 Fotografía Nº 34


Fase 5 Individuos Masculinos

!
Fotografía Nº 35 Fotografía Nº 36 Fotografía Nº 37
Fase 6 Individuos Masculinos

Fotografía Nº 38 Fotografía Nº 39 Fotografía Nº 40


Fase 7 Individuos Masculinos

Fotografía Nº 41 Fotografía Nº 42 Fotografía Nº 43


Fase 8 Individuos Masculinos

!
9.11.2 ESTIMACIÓN DE LA EDAD A PARTIR DE LA MORFOLOGÍA DE PORCIÓN
ESTERNAL DE CUARTA COSTILLA EN INDIVIDUOS CAUCÁSICOS
FEMENINOS

FASE 0 (< 13 años): La superficie articular es casi plana, con presencia de crestas y
ondulado. La superficie externa de la articulación costocondral presenta en el borde
algo similar a una capa de hueso. Los bordes son redondeados y en general el
hueso es firme y sólido

FASE 1 (14 – 15 años): Se aprecia el inicio de una indentación amorfa en la


superficie articular, pueden prevalecer las crestas y el ondulado. Los bordes
continúan siendo redondeados y puede prevalecer la presencia de crestas y
ondulado.

FASE 2 (16 – 19 años): Se comienza a percibir la aparición de una fosa en forma de


V entre las paredes anteriores y posteriores. Puede permanecer el patrón de crestas
y ondulado aunque es casi imperceptible. El reborde es ondulado con algún inicio de
festoneado hasta formar un borde redondeado. El hueso continúa siendo fuerte y
sólido.

FASE 3 (20 – 24 años): No hay mayor incremento en la profundidad de la fosa


articular, su forma es la de una V más ancha y ocasionalmente una U muy angosta.
Los bordes anteriormente redondeados evidencian ahora un patrón de festones. En
esta fase las paredes anteriores y posteriores pueden empezar a exhibir un arco
óseo central y semicircular. La calidad del hueso continúa siendo firme y sólida

FASE 4 (24 – 32 años): Hay un notable incremento en la profundidad de la fosita que


adquiere una amplia V o una angosta U, algunas veces con bordes acampanados.
Las paredes son más delgadas, pero el reborde permanece redondeado. Aún se

Loth & Iscan (1984) en Krogman & Iscan (1986:134-143)

!
aprecia algo de festoneado a lo largo del arco central; sin embargo, los festones no
están muy definidos. La calidad del hueso es buena pero decrece en densidad.

FASE 5 (33 – 46 años): La profundidad de la fosa articular permanece estable y va


adquiriendo la forma de una amplia V o una U. En algunos casos se observa que
parte de la fosa articular es revestida por un depósito en forma de placa, suave y
duro. No se evidencia festoneado regular y el borde empieza a angularse. El borde
se hace más irregular, pero el arco central es aún la proyección más prominente. El
hueso es notablemente más ligero en peso, densidad y firmeza; la textura es algo
quebradiza.

FASE 6 (43 – 58 años):Se nota un incremento en la profundidad de la fosita y su


forma en V o U. El depósito en forma de placa puede estar presente pero es rugoso y
más poroso. Las paredes son totalmente delgadas, con bordes agudos y aro
irregular. El arco central es menos visible y en muchos casos se proyectan puntos
agudos en el borde de la extremidad esternal. El hueso es completamente delgado y
frágil, con algunos signos de deterioro.

FASE 7 (59 – 71 años): En esta fase la profundidad de la predominante forma en U


acampanada de la fosa articular no solamente no muestra incremento sino que
decrece ligeramente. Se observan irregularidades óseas al interior de la fosa
articular. El arco central aun permanece en algunos casos, pero está acompañado de
puntos proyectados, frecuentemente en los bordes superior e inferior. Las paredes
son muy delgadas y sus bordes agudos. El hueso es muy liviano, delgado,
quebradizo y frágil.

FASE 8 (> 70 años): El fondo de la fosa articular en forma de U amplia es


relativamente poco profundo, deteriorado o completamente erodado; algunas veces
está relleno de excrecencias óseas. El arco central es poco reconocible. Las paredes
son extremadamente delgadas, frágiles, con bordes irregulares y agudos y

!
frecuentemente con proyecciones óseas en los bordes superior e inferior.
Ocasionalmente se forman oquedades en las paredes. El hueso presenta
condiciones muy pobres, es extremadamente delgado, frágil, liviano y quebradizo.

IMÁGENES ARTICULACIÓN COSTOCONDRAL DE CUARTO ARCO COSTAL EN


INDIVIDUOS FEMENINOS CAUCASICOS

Fotografía Nº 44 Fotografía Nº 45 Fotografía Nº 46


Fase 0 Individuos Femeninos

Fotografía Nº 47 Fotografía Nº 48 Fotografía Nº 49


Fase 1 Individuos Femeninos

Las fotografías para individuos femeninos fueron tomadas de The Human Osteology - A Laboratory and Field Manual, Fourth
Edition (1995:144-145)

!
Fotografía Nº 50 Fotografía Nº 51
Fase 2 Individuos Femeninos

Fotografía Nº 52 Fotografía Nº 53 Fotografía Nº 54


Fase 3 Individuos Femeninos

Fotografía Nº 55 Fotografía Nº 56 Fotografía Nº 57


Fase 4 Individuos Femeninos

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Fotografía Nº 58 Fotografía Nº 59 Fotografía Nº 60
Fase 5 Individuos Femeninos

Fotografía Nº 61 Fotografía Nº 62 Fotografía Nº 63


Fase 6 Individuos Femeninos

Fotografía Nº 64 Fotografía Nº 65 Fotografía Nº 66


Fase 7 Individuos Femeninos

!
Fotografía Nº 67 Fotografía Nº 68 Fotografía Nº 69
Fase 8 Individuos Femeninos

9.12 DIFERENCIAS DE EDAD EN LA SINFISIS PUBICA MASCULINA

Las carillas articulares de la sínfisis púbica constituyen un excelente indicador de la


edad biológica en el ser humano, pues una vez el individuo llega a los 18 años, estas
van sufriendo cambios morfológicos externos, que al igual que otras articulaciones
óseas se encuentran asociadas a procesos degenerativos relacionados con la edad.

El análisis de los componentes de la sínfisis púbica fue publicado por T. W. Todd en


1920, allí describe diferencias morfológicas que encontró en diferentes edades en
esta área ósea, clasificándola en diez fases que se describen a continuación.

9.12.1 METODO DE TODD PARA CALCULAR LA EDAD A PARTIR DE SINFISIS


PUBICA (1920)

FASE 1 (18-19 años): Las carillas articulares presentan una superficie bastante
rugosa, con crestas transversales que dan origen a surcos, aquí no son observables
componentes tales como los bordes de las carillas y nódulos de osificación, entre
otros.

!
FASE 2 (20- 21 años): Las carillas continúan presentando una superficie similar a la
anterior fase, se observa leve relleno de los surcos en el área dorsal. Se inicia el
biselamiento ventral.
FASE 3 (22-24 años): Debido al proceso de relleno las crestas y surcos se hacen
menos evidentes, el biselamiento ventral es más nítido y comienza la formación del
plano dorsal, las extremidades superior e inferior no están delimitadas.

FASE 4 (25-26 años): El borde posterior ya se ha definido debido a la terminación


del plano y reborde dorsal. Comienza la definición de la extremidad inferior.
Continúan disminuyendo las crestas y surcos.

FASE 5 (27-30 años): Se inicia la formación de la extremidad superior, la cual se


puede presentar con formación de nódulos epifisiales. La extremidad inferior y el
margen dorsal se van haciendo más visibles.

FASE 6 (30-35 años): Se aprecia una mejor definición de las extremidades superior
e inferior. La rampa ventral esta casi totalmente definida. Las crestas y surcos son
casi imperceptibles, en cambio se observa una superficie granulosa.

FASE 7 (35-39 años): La superficie granulosa vista en la fase anterior se torna más
sutil. En los bordes de lo sitios de inserción de tendones y ligamentos se pueden
llegar a apreciar leves exostosis.

FASE 8 (39-44 años): Las carillas sinfisiales están completamente lisas. El borde de
las carillas sinfisiales está completo y presenta forma ovalada, las extremidades
están completamente definidas.

FASE 9 (45-50 años): Se observa formación de un aro alrededor de carillas


articulares de sínfisis. En el borde dorsal de la sínfisis aparecen labiaciones
irregulares.

!
FASE 10 (> 50 años): La superficie de las carillas articulares presentan cavitaciones,
continúan apareciendo labiaciones en los bordes. A partir de esta edad la superficie
sinfisial se presenta muy distorsionada.

IMÁGENES DE SÍNFISIS PÚBICA PARA CALCULAR LA EDAD (Todd 1920)

Fotografía Nº 70 Fotografía Nº 71 Fotografía Nº 72


Fase I (18 - 19 años) Fase II (20 - 21 años) Fase III (22 - 24 años)

Fotografía Nº 73 Fotografía Nº 74 Fotografía Nº 75


Fase IV (25 - 26 años) Fase V (27 - 30 años) Fase VI (30 - 35 años)

Imágenes tomadas de Human Osteology (2000:352-353)

!
Fotografía Nº 76 Fotografía Nº 77 Fotografía Nº 78
Fase VII (35 - 39 años) Fase VIII (39 - 44 años) Fase IX (44 - 50 años)

Fotografía Nº 79
Fase X (> 50 años)

9.12.2 METODO DE MCKERN Y STEWART PARA CALCULAR LA EDAD A


PARTIR DE SINFISIS PUBICA (1957)

Estos autores realizan una investigación y llevan a cabo algunas modificaciones del
método utilizado por Todd (1920), con su método se valoran tres componentes
sinfisiales que se deben analizar de forma independiente, asignándole a cada uno un
valor numérico de 0 a 5, dependiendo de su morfología; una vez obtenidos los
valores, estos deben ser sumados y el total alcanzado. El total obtenido de la
sumatoria equivale a un rango de edad, el cual se compara con una tabla establecida
por los investigadores a partir del análisis que ellos realizaron con una muestra de
individuos de edad conocida. A continuación mostramos los componentes sinfisiales,

!
sus características y el respectivo valor, luego aparece la tabla de valores con la que
se compararán los resultados (en Krogman & Iscan 1986 pp. 156-158).

Componente 1: Faceta Dorsal


Componente 2: Faceta Ventral
Componente 3: Aro Sinfisial

COMPONENTE 1:
0. Ausencia de borde dorsal
1. Ligero margen en el tercio medio del borde dorsal
2. Margen dorsal completo
3. Crestas rellenas y reabsorción de surcos
4. Vestigios de ondulado
5. Desaparición del ondulado, cara aplanada y contextura ligeramente granular

COMPONENTE 2:
0. Ausencia de biselado ventral
1. Biselado ventral aparece en borde ventral superior
2. El biselado inferior se observa a lo largo del borde ventral
3. La rampa ventral comienza desde las extensiones óseas de una o ambas
extremidades
4. El aplanamiento se extiende a lo largo del borde ventral en el que aún se
observan surcos, los cuales se hacen mas evidentes en los dos tercios
superiores.
5. Se completa la faceta ventral

COMPONENTE 3:
0. El borde o aro sinfisial esta ausente
1. El borde o aro sinfisial aparece en el margen dorsal

!
2. El borde dorsal se completa y el aro ventral esta comenzando. No hay sitio
particular de inicio
3. Se completa el borde o aro sinfisial. La superficie sinfisial es de textura granulada
suave, irregular u ondulada en su apariencia.
4. El aro sinfisial comienza a romperse, la carilla articular se vuelve aplanada y lisa,
el aro no es completamente redondeado. Hay alguna evidencia de labiación sobre
el borde ventral.
5. El aro sinfisial continua su rompimiento, especialmente a lo largo del borde ventral
superior. La carilla sinfisial se enrarece. Hay una desintegración y osificación
errática a lo largo del borde ventral.

Para estimar el rango de edad del individuo estudiado se coteja la carilla articular con
los componentes enunciados y de acuerdo a cada una de las características
morfológicas que presente se le asigna un valor que va de 0 a 5, por último se suman
los valores de cada componente y se asigna un rango de edad de acuerdo a la tabla
de valores de la tabla Nº 7 para individuos masculinos.

PUNTAJE N RANGO DE EDAD MEDIA DESVIACION ESTANDAR


OBTENIDO
0 7 < 17 17.3 0.49
1-2 76 17 - 20 19.0 0.79
3 43 18 - 21 19.8 0.85
4-5 51 18 - 23 20.8 1.13
6-7 26 20 - 24 22.4 0.99
8-9 36 22 - 28 24.1 1.93
10 19 23 - 28 26.1 1.87
11 - 13 56 23 - 39 29.2 3.33
14 31 > 29 35.8 3.89
15 4 > 36 41.0 6.22
Total 349
Tabla Nº 7 Tabla de valores de edad media calculada para los puntajes totales de la formula sinfisial
en individuos masculinos (Modificada de McKern y Stewart 1957)

En Krogman & Iscan (1986:160)

!
9.12.3 METODO DE GILBERT & MCKERN PARA CALCULAR LA EDAD A
PARTIR DE SINFISIS PUBICA EN INDIVIDUOS FEMENINOS(1973)

Gilbert y McKern, citados por Krogman & Iscan (1986:161) encontraron que el
método de Todd para estimar edad biológica por morfología de sínfisis púbica no era
aplicable a ambos sexos en razón a las obvias diferencias de dimorfismo sexual
presentes en esta área. Estos dos investigadores establecieron los estándares para
individuos femeninos basados en los tres componentes de McKern y Stewart (1957)
introducido para individuos masculinos. La descripción y valor de los componentes se
muestra a continuación, en la Tabla Nº 35 se encuentran las edades asignadas, las
cuales dependerán del valor de la sumatoria de los tres componentes.

COMPONENTE I. Semicara Dorsal


0. Las crestas y surcos son bien evidentes; las primeras están onduladas y el borde
dorsal es indefinido.
1. Las crestas empiezan a aplanarse, los surcos a rellenarse; se inicia un borde
dorsal aplanado en el tercio medio de la semicara.
2. La semicara dorsal se extiende ventralmente, se hace ancha y continúa el
aplanamiento; el margen dorsal se extiende en sentido supero inferior
3. La semicara dorsal es bastante suave; el margen puede ser angosto o no
diferenciarse de la cara.
4. La semicara es completa y continua; es ancha y de un grano fino, aún se pueden
observar remanentes de ondulado
5. La semicara presenta pequeñas cavidades y su superficie es irregular.

COMPONENTE II. Rampa Ventral


0. Las crestas y surcos están presentes. La semicara se encuentra angulada hacia la
semicara dorsal.
1. Los surcos de la semicara ventral empiezan a rellenarse en sentido inferior,
formando una rampa angulada expandida, cuyo borde lateral es distinguible. La línea
curva se extiende a lo largo de la sínfisis.

!
2. Los surcos se siguen rellenando, la semicara de la extremidad superior e inferior
se siguen expandiendo. La rampa ventral se extiende lateralmente a lo largo del
borde ventral.
3. La semicara ventral es rellenada en su mayor área por tejido óseo granular
4. La superficie de la rampa ventral es granulosa completamente, desde la cresta
púbica, hasta la rama inferior.
5. Se inicia la destrucción de la superficie de la rampa ventral, esta se observa casi
cóncava y de aspecto esponjoso.

COMPONENTE III. Aro Sinfisial

0. El aro no está presente


1. El aro comienza en el tercio medio de la superficie dorsal
2. Se completa la parte dorsal del aro sinfisial
3. El aro se extiende desde la extremidad superior e inferior de la sínfisis,
excepto un tercio del aspecto ventral.
4. El aro sinfisial está completado
5. El margen ventral de la semicara dorsal puede romperse y aparecer huecos en el
margen puede desaparecer la línea divisoria entre la semicara dorsal y la rampa
ventral.

PUNTAJE N RANGO DE EDAD MEDIA DESVIACION ESTANDAR


OBTENIDO
0 2 14 - 18 16.0 2.82
1 12 13 -24 19.8 2.62
2 13 16 -25 20.2 2.19
3 4 18 - 25 21.5 3.10
4-5 7 22 - 29 26.0 2.61
6 8 25 - 36 29.6 4.43
7 -8 14 23 - 39 32.0 4.55
9 5 22 - 40 33.0 7.75
10 - 11 11 30 - 47 36.9 4.94
12 12 32 - 52 39.0 6.09
13 8 44 - 54 47.8 3.59
14 - 15 7 52 - 59 55.7 3.24
Total 103
Tabla N° 8 Tabla de valores de edad media calculada para los puntajes totales de la formula sinfisial en individuos
femeninos (Modificada de Gilbert y McKern 1973)

Ibid

!
9.12.4 METODO DE SUCHEY & BROOKS PARA CALCULAR LA EDAD A PARTIR
DE SINFISIS PUBICA EN INDIVIDUOS FEMENINOS Y MASCULINOS (1990)

Las fases que se presentan a continuación fueron diseñadas inicialmente por S.


Brooks en 1955 y modificadas posteriormente por J. M. Suchey a partir de los
resultados obtenidos de un estudio a 1225 huesos púbicos de individuos autopsiados
en Los Ángeles - California (739 masculinos y 273 femeninos, con una edad entre
14 a 99 años de filiación racial y estratos variados (Brooks and Suchey, 1990:228
citados por Rodríguez 1994:98).

En calidad de características morfológicas orientadoras Brooks y Suchey mencionan


los siguientes rasgos (op. cit.:98)

1. La existencia de crestas y surcos profundos expresa una edad para masculinos y


femeninos de 24 años ó menos.
2. La aparición de nódulos de osificación sin desarrollo del reborde ventral sugiere
30 ó menos años de edad.
3. La ausencia de la rampa ventral acabada indica generalmente que el individuo
tiene 40 ó menos años de edad.

ESTADIOS DE LA SÍNFISIS PÚBICA SEGÚN SUCHEY - BROOKS

Fase 1. La superficie de la cara sinfisial es ondulada, cubierta de crestas y surcos


que se extienden hasta incluir el tubérculo púbico. Las crestas horizontales están
bien definidas y comienza a formarse el biselado (ángulo oblicuo) ventral. Aunque
pueden presentarse nódulos de osificación en la extremidad superior, la clave para
diferenciar esta fase es la ausencia de delimitación en ambos extremos (superior e
inferior).

(op. cit.:96-97)

!
Fase 2. La cara sinfisial aún puede presentar desarrollo de crestas. Comienza la
delimitación de ambas extremidades que ocurre con o sin nódulos de osificación.
La rampa ventral puede estar en sus fases iniciales como parte de la extensión de la
actividad ósea en una o ambas extremidades.

Fase 3. El borde inferior de la cara sinfisial y la rampa ventral se encuentran en


proceso de acabado. Puede continuarse la fusión de los nódulos de osificación que
forman el borde superior y a lo largo del ventral. La cara sinfisial es suave o puede
continuar exhibiendo crestas definidas. Se completa el plano dorsal, no se observa
labiación del borde dorsal sinfisial ni excrecencias ligamentosas óseas.

Fase 4. La cara sinfisial presenta habitualmente una granulosidad fina aunque


persisten residuos de antiguas crestas y surcos. En este estadio usualmente se
completa el contorno oval pero puede observarse una discontinuidad a nivel del
borde ventral superior.
El tubérculo púbico está completamente separado de la carea sinfisial por la
definición del extremo superior; la superficie puede tener un borde definido.
Ventralmente las excrecencias ligamentosas óseas pueden aparecer en la porción
inferior del hueso púbico adyacente a la cara sinfisial. Si se llegase a presentar
indicios de labiación este será ligero y localizado en el borde dorsal.

Fase 5. Mayor de 30 años. El borde de la cara sinfisial se completa con la existencia


de algunas ligeras depresiones de la misma superficie, relacionadas con el reborde.
La labiación es moderada y generalmente se localiza en el borde dorsal con
excrecencias ligamentosas más prominentes sobre el borde ventral.

Fase 6. Mayor de 40 años. La cara sinfisial puede exhibir depresiones en la medida


que se erosiona el reborde. Las inserciones ligamentosas ventrales son marcadas.
En muchos individuos el tubérculo púbico aparece como una protuberancia ósea
independiente. La cara puede cavitarse o tornarse porosa, brindando una apariencia

!
desfigurada con procesos de osificación errática. El aspecto de la superficie es con
frecuencia irregular.

Fotografía Nº 80 Aspectos de la sínfisis púbica por fases, según Suchey & Brooks (1990), dibujo
original de P. Walker (1990) tomado de White y Arend (2000:356)

!
FEMENINOS MASCULINOS
FASE MEDIA D.S. MEDIA D.S.
I 19,4 2,6 18,5 2,1
II 25,0 4,9 23,4 3,6
III 30,7 8,1 28,7 6,5
IV 38,2 10,9 35,2 9,4
V 48,1 14,6 45,6 10,4
VI 60,0 12,4 61,2 12,2
Tabla Nº 9 Asignación de edades para individuos masculinos y femeninos de acuerdo a la fase
asignada por la técnica de Suchey & Brooks (1990)

9.13 METODO DE LOVEJOY ET. AL. (1985) PARA ESTIMAR LA EDAD A PARTIR
DE LA SUPERFICIE AURICULAR DEL ILION

En el año de 1985 Lovejoy y colaboradores estudiaron la superficie auricular del ilion


(ubicada en cada hueso coxal) como un posible sitio de cambios regulares
relacionados con la edad, ellos utilizaron la colección Hamann - Todd en E.U.

El uso de esta superficie para estimar la edad biológica de un individuo es un buen


indicador, dado que es una de las áreas óseas que más se conserva mientras está
articulada con el sacro, pues tiende a estar protegida por este, lo que permite su uso
también en individuos prehistóricos. Los autores describen los cambios relativos a la
edad en esta superficie evaluando la presencia o ausencia de granulosidad,
microporosidad, macroporosidad, organización trasversa y estriaciones, rasgos
morfológicos similares a los evaluados en la sínfisis púbica, sin embargo este método
es un poco más complejo que el de la sínfisis púbica.

Para estimar la edad biológica a partir de la morfología de la superficie auricular del


ilion, los autores dividieron sus características en fases que a su vez representan un
rango de edad. A continuación se muestran las diferentes fases y posteriormente se
encuentran las imágenes de cada una.

Ibid (1994:99)
Citadas por Buikstra & Ubelaker (1994:25)
Ibid

!
Fase 1: El aspecto de la superficie es granuloso y presenta organización trasversa.
La actividad retroauricular, apical y porosidad no están presentes. La superficie es
ondulada y dispuesta transversalmente (Edad = 20 – 24 años).

Fase 2: No se observan cambios sustanciales con relación a la fase anterior. El


ondulado empieza a perderse y es reemplazado por estrías. No hay actividad apical,
retroauricular o porosidad. El granulado es ligeramente más tosco. La superficie
continúa siendo joven en apariencia (Edad = 25 – 29 años).

Fase 3: Ambas semicaras continúan inactivas, con alguna pérdida de la organización


trasversa. Se reduce el ondulado y se reemplaza por estrías, la superficie se torna un
poco más áspera y granulosa que en las fases anteriores, no se aprecian cambios
significativos en el ápice. Pueden aparecer pequeñas áreas de microporosidad y
ligera actividad retroauricular; el granulado áspero reemplaza al ondulado (Edad 30 –
34 años)

Fase 4: Ambas semicaras se vuelven ásperas y granuladas, el ondulado y las estrías


se han reducido. Es posible observar todavía la organización trasversa, pero no muy
bien definida. Se observa alguna actividad retroauricular, pero usualmente es ligera.
Los cambios en el ápice son mínimos, la microporosidad es ligera, no se observa
macroporosidad. (Edad = 35 – 39 años)

Fase 5: El ondulado ha desaparecido, las estrías pueden conservarse débilmente. La


superficie conserva su aspecto granulado, hay una marcada pérdida de la
organización trasversa. Se presentan zonas densas a manera de islotes debido a la
pérdida de granulosidad. Se observa una leve actividad retroauricular con
macroporosidad eventual, esta última no es típica. Se observan leves cambios en el
ápice; aumenta la microporosidad dependiendo del grado de densificación. El rasgo
característico de esta fase es el cambio de una superficie granular a densa (Edad =
40 – 44 años).

!
Fase 6: Se incrementa la pérdida de granulosidad y va siendo reemplazada por tejido
denso, no se observa la más mínima señal de ondulado, estrías u organización
trasversa. Los cambios en el ápice son leves, sin embargo son observables. La
microporosidad se pierde total o parcialmente. La irregularidad de los bordes
aumenta y se observa poca actividad retroauricular y poca o ninguna
macroporosidad (Edad = 45 – 49 años)

Fase 7: Como rasgo distintivo resalta la irregularidad de la superficie, la semicara


inferior presenta labiación en su porción detrás del cuerpo del coxal. Los cambios
apicales son invariables o marcados, los bordes aumentan su irregularidad; es
posible observar macroporosidad ocasionalmente. (Edad = 50 - 59 años)

Fase 8: La totalidad de la superficie se vuelve irregular, no se evidencia ninguna de


las características de fases jóvenes. La macroporosidad se observa en casi la tercera
parte de los casos, en los bordes es posible ver labiaciones óseas, en la superficie
retroauricular es posible observar pequeños osteofitos (Edad = Mayor de 60 años)

Fotografía Nº 81 Superficie auricular del ilion, ubicación anatómica de puntos de evaluación

Imagen (modificada) tomada de White & Arend (2000:358)

!
Fotografía Nº 82 Fotografía Nº 83 Fotografía Nº 84
Fase 1 Fase 2 Fase 2
Femenino 20 años Masculino 25 años Femenino 28 años

Fotografía Nº 85 Fotografía Nº 86 Fotografía Nº 87


Fase 3 Fase 3 Fase 3
Masculino 30 años Masculino 32 años Masculino 34 años

!
Fotografía Nº 88 Fotografía Nº 89 Fotografía Nº 90
Fase 4 Fase 4 Fase 4
Femenino 35 años Femenino 36 años Masculino 38 años

Fotografía Nº 91 Fotografía Nº 92 Fotografía Nº 93


Fase 5 Fase 5 Fase 5
Masculino 40 años Masculino 41 años Masculino 42 años

!
Fotografía Nº 94 Fotografía Nº 95 Fotografía Nº 96
Fase 5 Fase 6 Fase 6
Masculino 44 años Masculino 45 años Masculino 47 años

Fotografía Nº 97 Fotografía Nº 98 Fotografía Nº 99


Fase 7 Fase 7 Fase 7
Masculino 50 años Femenino 55 años Femenino 55 años

!
Fotografía Nº 100
Fase 8
Femenino 60 y más años

9.14 ESTIMACION DE EDAD EN ESQUELETOS SUBADULTOS

La estimación de la edad biológica en cadáveres de individuos fetales, infantiles y


adolescentes es llevada a cabo utilizando como fuente de información el grado de
desarrollo que presenten los tejidos óseos, su longitud y estado de osificación. Las
estructuras dentales constituyen también una importante fuente de información de la
edad, estos estudios se basan en el grado de formación de los gérmenes dentales,
su erupción y finalmente su desgaste.

En individuos menores de 18 años es quizás menos complejo estimar la edad que en


individuos adultos, ya que los cambios que se dan tanto en tejidos óseos y dentales
tienen que ver con la longitud y tamaño generalizado de estas estructuras.

!
Desde la época fetal, la evolución del organismo humano no se sucede
aceleradamente, sino que está marcada por una serie de factores fisiológicos del
crecimiento de acuerdo con la edad, este proceso de cambios en el sistema óseo ha
venido siendo observado desde hace muchas décadas en diferentes poblaciones, lo
cual ha permitido estandarizar dichos cambios, permitiendo así que desde diferentes
ópticas disciplinarias puedan ser reconocidos. El hueso es un elemento que no cesa
de sufrir transformaciones a lo largo de toda la vida, deteniéndose solamente en lo
referente a su longitud alrededor de los 24 años.

CENTROS DE OSIFICACION RANGO DE EDAD


ESCAPULA:
Acromion 18,0 - 19,0
Margen vertebral 20,0 - 21,0
Angulo Inferior 20,0 - 21,0
CLAVICULA:
Terminación Esternal 25,0 - 28,0
Terminación Acromial 19,0 - 20,0
HUMERO:
Cabeza 19,5 - 20,5
Epífisis distal 14,0 - 15,0
Epicóndilo medial 15,0 - 16,0
RADIO:
Epífisis proximal 14,5 - 15,5
Epífisis distal 18,0 - 19,0
CUBITO:
Epífisis proximal 14,5 - 15,5
Epífisis distal 18,0 - 19,0
MANO:
Metacarpianos 15,5 - 16,5
Falange 1 15,0 - 16,0
Falange 2 15,0 - 16,0
Falange 3 14,5 - 15,5
PELVIS:
Elementos primarios 13,0 - 15,0
Cresta ilíaca 18,0 - 19,0
Tuberosidad isquiática 19,0 - 20,0
FEMUR: 17,0 - 18,0
Cabeza 17,0 - 18,0
Trocánter mayor 17,0 - 18,0
Trocánter menor
TIBIA:
Epífisis proximal 17,5 - 18,5
Epífisis distal 15,5 - 16,5
PIE:
Metatarsianos 15,0 - 16,0
Falange 1 14,5 - 15,5
Falange 2 14,0 - 15,0
Falange 3 14,0 - 15,0
Tabla N° 10 Unión postnatal de centros secundarios de osificación (años: meses)

Modificado de Krogman, 1955, Tabla 4, en Krogman & Iscan 1986:65

!
HUESO EPIFISIS APARICION DEL FUSION COMPLETA
CENTRO DE (años)
OSIFICACION (años)
CLAVICULA Esternal 16 - 20 21 - 25
HUMERO Proximal 1 18 - 22
Distal 1-2 14 - 15
RADIO Proximal 4-7 14 - 18
Distal 1-2 21 - 23
CUBITO Proximal (olécranon) 10 - 12 15 - 17
Distal 4-6 18 - 20
FEMUR Distal 1 17 - 20
Trocánter mayor --------- 17 - 20
Trocánter menor --------- 16 - 20
ROTULA ---------- 3-5 ----------
TIBIA Proximal --------- 17 - 20
Distal 2 16 - 19
PERONE Proximal 3-5 17 - 20
Distal 2 16 - 19

Tabla N° 11 Cronología de osificación y fusión de algunas epífisis en una muestra ósea europea

9.14.1 RANGOS DE EDAD POR LA APARIENCIA DE LOS CENTROS DE


OSIFICACION, COMIENZO DE LA FUSION Y FUSION COMPLETADA

Todos los números se encuentran en años a menos que se indique lo contrario. Los
rangos de variación son amplios e incluyen reporte individual de sexo y diferencias
poblacionales. Dentro de los rangos dados se asume que las mujeres presentan una
fusión dos años por encima de los hombres.

SUTURA / HUESO OSIFICACION INICIO FUSION FINAL FUSION


Fontanela anterior ------------- -------------- 1-2
Sutura metópica 8 semanas in útero -------------- 1-2
Sínfisis mandibular ---------- ---------- 1-2
Fontanela occipital ---------- ---------- 1
Hueso occipital completo ---------- ---------- 5-7
Sutura esfenobasilar ----------- ----------- 16 - 19
Tabla N° 12 Cráneo

Modificado de Vallois (1960: 186-204)


Modificado de Francis, CC 1940

!
EPÍFISIS / HUESO OSIFICACION INICIO FUSION FUSION FINAL
C1 arco posterior ----------- 3 ---------------
C1 arco anterior ----------- ----------- 6
C2 superficie inferior ----------- 19 - 20 ------------
C3 - C7
Arco a cuerpo 3 6 -----------
Epífisis secundaria ------------ 17 25
Torácica
Arco a cuerpo ----------- 4-5 --------------
Epífisis secundaria ----------- Pubertad 18
Anillos epifisiales ------------ 17 25
Lumbar
Arco a cuerpo ------------- 6 -------------
Epífisis secundaria ------------ Pubertad 18
Anillos epifisiales ------------- Pubertad Adulto
Tabla N° 13 Columna vertebral

9.14.2 CORRELACIONES ENTRE LA EDAD CRONOLÓGICA ESTIMADA Y LA


LONGITUD MÁXIMA DIAFISIAL

PROMEDIO LONGITUD DEL CUERPO (cm.) EDAD EN MESES LUNARES


9.5 3.0
12.3 3.5
17.3 4.0
22.0 4.5
25.6 5.0
27.3 5.5
30.6 6.0
32.6 6.5
35.4 7.0
37.5 7.5
40.0 8.0
42.4 8.5
45.6 9.0
48.0 9.5
51.5 10.0
Tabla N° 14 Correlaciones entre el promedio de la longitud del cuerpo fetal y la edad en meses
lunares

24
Fazekas y Kósa (1978) Ubelaker (1989), en Forensic Anthropology Course (2001:109)

!
EDAD ESTIMADA N LONGITUD MEDIA D.S RANGO
(años) (mm)
HUMERO
NB - 05 49 70.5 5.2 63.5 - 89.0
0.5 - 1.5 37 102.3 8.9 84.0 - 119.0
1.5 - 2.5 11 129.5 5.9 121.0 - 138.0
2.5 - 3.5 10 139.5 12.8 118.0 - 157.0
3.5 - 4.5 2 156.5 3.5 154.0 - 159.0
4.5 - 5.5 4 167.6 8.8 161.0 - 179.5
5.5 - 6.5 7 180.1 6.5 172.5 - 192.0
6.5 - 7.5 4 192.1 7.9 187.5 - 204.0
7.5 - 8.5 2 211.8 7.4 206.5 - 217.0
8.5 - 9.5 0 ----- ------ ----------
9.5 - 10.5 5 228.6 4.2 225.0 - 235.0
10.5 - 11.5 1 245.0 ------ --------
11.5 - 12.5 2 254.5 5.0 251.0 - 258.0
RADIO
NB - 0.5 47 57.4 4.9 49.0 - 73.5
0.5 - 1.5 31 81.0 6.1 67.0 - 92.0
1.5 - 2.5 14 97.1 5.5 84.0 - 104.0
2.5 - 3.5 9 106.3 9.8 93.5 - 119.0
3.5 - 4.5 2 118.3 3.2 116.0 - 120.5
4.5 - 5.5. 4 128.1 3.4 125.0 - 132.5
5.5 - 6.5 5 140.6 5.4 134.5 - 149.0
6.5 - 7.5 3 149.5 3.5 146.0 - 153.0
7.5 - 8.5 1 168.0 ------ ----------
8.5 - 9.5 0 ------- ------ ----------
9.5 - 10.5 3 185.7 9.3 178.0 - 196.0
10.5 - 11.5 1 189.0 ------ ---------
11.5 - 12.5 4 190.9 14.3 169.5 - 200.0
CUBITO
NB - 0.5 47 66.1 5.0 60.0 - 82.5
0.5 - 1.5 22 92.1 7.7 74.5 - 103.0
1.5 - 2.5 13 108.5 6.8 94.0 - 116.0
2.5 - 3.5 9 117.9 10.9 100.0 - 129.5
3.5 - 4.5 2 129.8 4.6 126.5 - 133.0
4.5 - 5.5 4 142.8 2.9 140.0 - 145.5
5.5 - 6.5 6 153.8 7.9 145.0 - 166.0
6.5 - 7.5 4 167.1 6.1 161.0 - 175.0
7.5 - 8.5 2 180.0 5.7 176.0 - 184.0
8.5 - 9.5 0 ------ ------ -------
9.5 - 10.5 3 201.5 10.0 194.5 - 213.0
10.5 – 11.5 0 ------- ------ --------
11.5 - 12.5 2 217.5 2.1 216.0 - 219.0
FÉMUR
NB - 05 51 82.2 8.7 62.5 - 106.0
05 - 1.5 37 126.9 14.6 92.5 - 161.0
1.5 - 2.5 14 167.1 12.2 141.0 - 186.0
2.5 - 3.5 9 185.1 20.7 155.0 - 215.0
3.5 - 4.5 2 213.0 7.1 208.0 - 218.0
4.5 - 5.5 3 234.3 9.0 225.0 - 243.0
5.5. - 6.5 8 248.6 14.5 236.0 - 277.0
6.5 - 7.5 4 262.0 9.2 252.0 - 247.0
7.5 - 8.5 2 292.8 11.0 285.0 - 300.5
8.5 - 9.5 0 ------ ------- ---------
9.5 - 10.5 2 321.0 1.4 320.0 - 322.0
10.5 - 11.5 1 342.0 ------ ---------
11.5 - 12.5 4 344.5 5.8 339.0 - 350.0

!
TIBIA
NB - 05 47 71.6 7.2 59.5 - 94.0
05 - 1.5 30 104.8 11.3 81.0 - 131.5
1.5 - 2.5 11 138.6 7.8 125.0 - 151.0
2.5 - 3.5 9 153.8 18.8 127.0 - 184.0
3.5 - 4.5 2 170.5 7.8 165.0 - 176.0
4.5 - 5.5 3 190.8 10.3 181.0 - 201.5
5.5. - 6.5 8 201.6 10.1 191.0 - 222.0
6.5 - 7.5 4 221.4 7.2 212.0 - 229.5
7.5 - 8.5 2 242.5 21.9 227.0 - 258.0
8.5 - 9.5 0 -------- --------- ---------
9.5 - 10.5 3 272.3 11.6 261.5 - 284.5
10.5 - 11.5 1 285.0 ------- ---------
11.5 - 12.5 4 287.5 8.3 279.0 - 296.0
PERONE
NB - 05 37 68.9 6.6 60.0 - 88.0
05 - 1.5 27 103.0 11.7 75.0 - 122.0
1.5 - 2.5 13 133.2 9.1 111.5 - 142. 5
2.5 - 3.5 7 152.3 19.9 124.0 - 182.0
3.5 - 4.5 2 168.5 7.8 163.0 - 174. 0
4.5 - 5.5 3 185.8 7.8 178.0 - 193.5
5.5. - 6.5 6 194.4 5.3 188.0 - 201.0
6.5 - 7.5 4 216.9 7.9 209.0 - 227.0
7.5 - 8.5 1 246.0 ------- ----------
8.5 - 9.5 0 ------- ------- ---------
9.5 - 10.5 3 264.0 10.5 255.0 - 275.5
10.5 - 11.5 1 280.0 ------- ----------
11.5 - 12.5 3 285.5 10.4 273.0 - 292.0
Tabla N° 15 Correlaciones entre la edad cronológica estimada y la longitud máxima diafisial

CENTRO MASCULINOS FEMENINOS


Húmero, epicóndilo medial 5:2 ----------
Cúbito, distal 5:6 ----------
Epífisis calcaneal (tuberosidad) 6:2 -----------
Epífisis Talar 8:0 6:1
Tróclea del húmero 8:4 7:2
Olécranon 8:8 6:8
Fémur, trocánter menor 9:4 7:7
Pisiforme 9:10 7:1
Sesamoideo 10:4 8:2
Húmero, epicóndilo lateral 10:5 8:3
Tubérculo tibial 10:10 9:0
Metatarso 5, proximal 11:0 8:7
Arco costal # 1, tubérculo 13:3 10:0
Ilion, espina antero-superior 13:4 9:3
Vértebra torácica, proceso transverso 13:4 11:4
Acromion 13:5 11:4
Cresta iliaca 13:5 12:0
Angulo coracoides 13:10 11:3
Tuberosidad isquiática 15:0 13:2
Clavícula, medial 15:0 + 14:6
Tabla N° 16 Edad según orden de aparición de centros secundarios de osificación en individuos blancos después de los cinco
años

Ubelaker (1989), en Forensic Anthropology Course (2001:108)


Modificado de Francis, 1940; citado como Tabla 3 en Krogman, 1955, en Krogman & Iscan 1986:57

!
9.14.3 HÚMERO

EDAD (en semanas) LONGITUD (mm.)* AMPLITUD DISTAL (en mm.)**


12 8.8 1.9
14 12.4 2.2
16 19.5 4.7
18 25.8 6.1
20 31.8 7.8
22 34.5 8.3
24 37.6 9.3
26 39.9 9.9
28 44.2 10.9
30 45.8 11.9
32 50.4 12.5
34 53.1 13.6
36 55.5 14.4
38 61.3 15.7
40 64.9 16.8
Tabla Nº 17 Longitud y amplitud de la diáfisis humeral fetal
* Longitud: Máxima longitud
**Amplitud: máxima amplitud medio lateral en el extremo distal

HOMBRES MUJERES
EDAD (en N MEDIA D. S. N MEDIA D.S
años)
LONGITUD DIAFISIAL
0.125 59 72.4 4.5 69 71.8 3.6
0.25 59 80.6 4.8 65 80.2 3.8
0.50 67 88.4 5.0 78 86.8 4.6
1.00 72 105.5 5.2 81 103.6 4.8
1.5 68 118.8 5.4 84 117.0 5.1
2.0 68 130.0 5.5 84 127.7 5.8
2.5 72 139.0 5.9 82 136.9 6.1
3.0 71 147.5 6.7 79 145.3 6.7
3.5 73 155.0 7.8 78 153.4 7.1
4.0 72 162.7 6.9 80 160.9 7.7
4.5 71 169.8 7.4 78 169.1 8.3
5.0 77 177.4 8.2 80 176.3 8.7
5.5 78 184.6 8.1 74 182.6 9.0
6.0 71 190.9 7.6 75 190.0 9.6
6.5 72 197.3 8.1 81 196.7 9.7
7.0 71 203.6 8.7 86 202.6 10.0
7.5 76 210.4 8.9 83 209.3 10.5
8.0 70 217.3 9.8 85 216.3 10.4
8.5 72 222.5 9.2 82 221.3 11.2
9.0 76 228.7 9.6 83 228.0 11.8
9.5 78 235.1 10.7 83 234.2 12.9
10.0 77 241.0 10.3 84 239.8 13.2

!
10.5 76 245.8 11.0 75 245.9 14.6
11.0 75 251.7 10.7 76 251.9 14.7
11.5 76 257.4 11.9 75 259.1 15.3
12.0 73 263.0 12.8 71 265.6 15.6
LONGITUD TOTAL INCLUYENDO EPÍFISIS
10.0 76 258.3 12.2 83 256.1 14.6
10.5 76 263.7 11.6 75 262.9 16.1
11.0 75 270.0 11.5 76 269.6 16.4
11.5 77 276.3 12.7 75 278.5 17.3
12.0 76 282.0 13.8 75 287.5 18.2
12.5 67 289.2 13.1 65 294.0 17.7
13.0 69 296.6 15.3 69 301.0 17.5
13.5 69 305.0 16.6 62 305.7 17.4
14.0 69 313.3 16.8 64 311.7 16.1
14.5 64 321.4 17.6 42 314.9 17.1
15.0 60 329.0 16.7 57 315.6 17.0
15.5 52 336.5 16.5 12 323.2 19.6
16.0 60 341.0 14.5 40 316.5 18.5
16.5 38 343.4 15.3 3 -------- ------
17.0 50 347.1 14.6 18 315.4 17.3
18.0 28 350.6 15.6 4 -------- -------
Tabla Nº 18 Longitud humeral (mm.) de 2 meses a 18 años

9.14.4 RADIO

EDAD (en semanas) LONGITUD (en mm.)*


12 6.7
14 10.1
16 17.2
18 21.5
20 26.2
22 28.9
24 39.6
26 33.4
28 35.6
30 38.1
32 40.8
34 43.3
36 45.7
38 45.8
40 51.8
Tabla Nº 19 Longitud de la diáfisis radial fetal
* Longitud máxima

Adaptada de Maresh (1970) en Scheuer & Black (2000:289)


Fazekas y Kósa en Scheuer & Black (2000:297)

!
HOMBRES MUJERES
EDAD (en N MEDIA D.S. N MEDIA D.S
años)
LONGITUD DIAFISIAL
0.125 59 59.7 3.3 69 57.8 2.8
0.25 59 66.0 3.3 65 63.4 2.8
0.50 67 70.8 3.5 78 67.6 3.4
1.00 72 82.6 4.0 81 78.9 3.4
1.5 68 91.4 4.4 83 87.5 4.0
2.0 68 98.6 4.7 84 95.0 4.5
2.5 71 105.2 4.8 82 101.4 5.0
3.0 71 11.6 5.3 79 107.7 5.2
3.5 73 116.9 6.2 78 113.8 5.5
4.0 72 123.1 5.6 80 119.2 5.7
4.5 71 128.2 5.6 78 125.2 6.6
5.0 77 133.8 6.1 80 130.2 6.9
5.5 73 138.9 6.4 74 134.6 7.2
6.0 71 143.8 5.9 75 140.0 7.4
6.5 72 148.3 6.4 81 144.7 7.8
7.0 71 153.0 6.7 86 149.3 8.0
7.5 76 157.9 6.9 83 154.3 8.4
8.0 70 162.9 7.1 85 158.9 8.7
8.5 72 166.8 6.6 82 162.8 8.8
9.0 76 171.3 7.4 83 167.6 9.3
9.5 78 176.1 7.7 83 172.2 10.2
10.0 77 180.5 7.9 84 176.8 10.4
10.5 76 184.4 8.4 75 181.8 11.8
11.0 75 188.7 8.5 76 186.0 11.7
11.5 76 193.0 9.2 75 192.0 12.1
12.0 74 197.4 9.6 71 196.9 12.7
LONGITUD TOTAL (incluyendo epífisis)
10.0 76 193.0 8.1 83 189.3 11.4
10.5 76 197.7 8.9 75 195.0 13.0
11.0 75 202.6 8.9 76 200.0 13.0
11.5 77 207.3 9.7 75 206.7 13.5
12.0 77 212.3 10.3 75 213.5 14.2
12.5 71 218.0 10.2 67 218.8 14.2
13.0 73 223.7 11.8 70 223.6 13.1
13.5 73 230.2 12.9 63 227.8 12.7
14.0 75 236.9 13.5 64 231.4 11.8
14.5 69 242.8 14.1 42 233.5 11.7
15.0 61 248.7 13.4 57 234.5 11.7
15.5 52 255.0 12.8 12 237.4 15.2
16.0 61 257.7 11.7 40 235.0 11.8
16.5 38 259.8 11.3 3 ------ -----
17.0 50 261.8 11.2 18 233.8 11.8
18.0 28 263.2 12.8 4 ------ -------
Tabla Nº 20 Longitud radial (en mm) desde los dos meses hasta los 18 años

Adaptado de Maresh (1970) en Scheuer & Black (2000:299)

!
9.14.5 CUBITO

EDAD (en semanas) LONGITUD (en mm.)*


12 7.2
14 11.2
16 19.0
18 23.9
20 29.4
22 31.6
24 35.1
26 37.1
28 40.2
30 42.8
32 46.7
34 49.1
36 51.0
38 55.9
40 59.3
Tabla Nº 21 Longitud de la diáfisis cubital fetal
* Longitud máxima

HOMBRES MUJERES
EDAD (en N MEDIA D.S. N MEDIA D.S
años)
LONGITUD DIAFISIAL
0.125 59 67.0 3.5 69 65.3 3.1
0.25 59 73.8 3.4 65 71.2 3.1
0.50 67 79.1 3.7 78 75.7 3.8
1.00 71 92.6 4.4 81 89.0 4.0
1.5 68 102.3 4.6 83 98.9 4.4
2.0 68 109.7 4.9 84 107.1 4.8
2.5 71 116.6 5.2 82 113.8 5.2
3.0 71 123.4 5.6 79 120.6 5.4
3.5 73 129.1 6.4 78 127.2 5.7
4.0 72 135.6 5.6 80 133.1 5.8
4.5 71 141.0 5.6 78 139.3 6.6
5.0 77 147.0 6.1 80 144.6 7.1
5.5 73 152.6 6.7 74 149.1 7.2
6.0 71 157.5 6.2 75 154.9 7.4
6.5 72 162.2 6.8 81 159.9 7.9
7.0 71 167.3 7.0 86 164.8 8.3
7.5 76 172.2 7.4 83 170.1 8.5
8.0 70 177.3 7.4 85 174.9 8.7
8.5 72 181.6 7.1 82 179.1 8.8
9.0 76 186.4 7.9 83 184.3 9.5
9.5 78 191.7 8.3 83 189.7 10.4

Fazekas y Kósa en Scheuer & Black (2000:307)

!
10.0 77 196.2 8.5 84 194.7 10.6
10.5 76 200.4 8.8 75 200.0 12.4
11.0 75 205.1 9.2 76 204.7 12.0
11.5 76 209.8 9.9 75 211.3 13.1
12.0 74 214.5 10.2 70 216.4 13.3
LONGITUD TOTAL (incluyendo epífisis)
10.0 76 202.2 9.0 83 203.8 12.3
10.5 76 208.0 9.7 75 210.2 13.8
11.0 75 213.3 10.2 76 215.5 13.3
11.5 77 219.5 11.3 75 222.6 13.8
12.0 77 224.9 11.7 75 229.7 14.7
12.5 71 231.5 11.8 67 235.4 14.4
13.0 73 237.9 13.2 70 240.0 13.3
13.5 73 245.1 13.9 63 244.4 13.1
14.0 75 252.3 14.6 65 248.1 12.1
14.5 69 259.0 14.7 42 250.2 11.8
15.0 61 265.1 14.0 57 251.0 12.2
15.5 52 271.9 13.1 12 255.0 15.1
16.0 61 274.8 12.2 40 252.3 12.0
16.5 38 277.3 12.1 3 ------ ------
17.0 50 279.4 11.7 17 250.2 12.3
18.0 28 281.6 13.5 4 ------ ------
Tabla Nº 22 Longitud del cúbito (en mm.) desde los dos meses hasta los 18 años

9.14.6 FÉMUR

EDAD (en semanas) LONGITUD (mm.)* AMPLITUD DISTAL (en mm.)**


12 8.5 1.9
14 12.4 2.2
16 20.7 4.7
18 26.4 6.2
20 32.6 8.0
22 35.7 8.8
24 40.3 9.8
26 41.9 10.6
28 47.1 11.7
30 48.7 12.3
32 55.5 14.3
34 59.8 15.3
36 62.5 16.4
38 69.0 18.7
40 74.4 19.9
Tabla Nº 23 Longitud y amplitud de la diáfisis femoral fetal
* Longitud: Máxima longitud
**Amplitud: máxima amplitud medio lateral en el extremo distal

Adaptada de Maresh (1970) en Scheuer & Black (2000:308)


Fazekas & Kósa (1978) en Scheuer & Black (2000:393)

!
HOMBRES MUJERES
EDAD (en N MEDIA D.S. N MEDIA D.S
años)
LONGITUD DIAFISIAL
0.125 59 86.0 5.4 68 87.2 4.3
0.25 59 100.7 4.8 65 100.8 3.6
0.50 67 112.2 5.0 78 111.1 4.6
1.00 72 136.6 5.8 81 134.6 4.9
1.5 68 155.4 6.8 84 153.9 6.4
2.0 68 172.4 7.3 84 170.8 7.1
2.5 72 187.2 7.8 82 185.2 7.7
3.0 71 200.3 8.5 79 198.4 8.7
3.5 73 212.1 11.4 78 211.1 10.0
4.0 72 224.1 9.9 80 223.2 10.1
4.5 71 235.7 10.5 78 235.5 11.4
5.0 77 247.5 11.1 80 247.0 11.5
5.5 73 258.2 11.7 74 257.0 12.2
6.0 71 269.7 12.0 75 268.9 13.5
6.5 72 280.3 12.6 81 279.0 13.8
7.0 71 291.1 13.3 86 288.8 13.6
7.5 76 301.2 13.5 83 299.8 15.2
8.0 70 312.1 14.6 85 309.8 15.6
8.5 72 321.0 14.6 82 318.9 15.8
9.0 76 330.4 14.6 83 328.7 16.8
9.5 78 340.0 15.8 83 338.8 18.6
10.0 77 349.3 15.7 84 347.9 19.1
10.5 76 357.4 16.2 75 356.5 21.4
11.0 75 367.0 16.5 76 367.0 22.4
11.5 76 375.8 18.1 75 378.0 23.4
12.0 74 386.1 19.0 71 387.6 22.9
LONGITUD TOTAL (incluyendo epífisis)
10.0 76 385.1 17.0 83 382.8 21.1
10.5 76 394.2 17.9 75 392.6 23.7
11.0 75 405.2 17.9 76 403.5 24.8
11.5 77 414.8 19.4 75 415.4 25.2
12.0 77 425.6 20.6 74 427.9 25.2
12.5 71 437.1 19.6 67 437.9 23.9
13.0 73 447.4 21.5 69 447.2 24.1
13.5 73 458.4 24.0 63 453.1 22.0
14.0 75 470.8 24.1 64 459.9 22.5
14.5 69 478.9 25.2 41 464.5 20.8
15.0 61 489.0 23.5 57 464.4 21.4
15.5 52 498.5 23.4 12 471.5 26.0
16.0 60 502.8 22.8 40 466.7 24.0
16.5 38 504.5 24.9 3 ------ ------
17.0 50 508.9 23.2 18 462.9 26.2
18.0 28 511.7 24.4 4 ------ -----
Tabla Nº 24 Longitud de fémur (en mm.) desde los dos meses hasta los 18 años

Adaptada de Maresh (1970) en Scheuer & Black (2000:394)

!
9.14.7 TIBIA

EDAD (en semanas) LONGITUD (mm.)*


12 6.0
14 10.2
16 17.4
18 23.4
20 28.5
22 32.6
24 35.8
26 38.0
28 42.0
30 43.9
32 48.6
34 52.7
36 54.7
38 60.1
40 65.2
Tabla Nº 25 Longitud de la diáfisis tibial fetal
* Longitud: Máxima longitud

HOMBRES MUJERES
EDAD (en N MEDIA D.S. N MEDIA D.S
años)
LONGITUD DIAFISIAL
0.125 59 70.8 5.4 69 70.3 4.6
0.25 58 81.9 5.3 65 80.8 4.6
0.50 67 91.0 5.2 78 88.9 5.3
1.00 72 110.3 5.2 81 108.5 4.8
1.5 68 126.1 6.0 84 124.0 5.6
2.0 68 140.1 6.5 84 138.2 6.5
2.5 72 152.5 6.8 82 150.1 7.0
3.0 72 163.5 7.7 79 161.1 8.2
3.5 73 172.8 9.8 78 171.2 8.7
4.0 72 182.8 9.0 80 180.8 9.5
4.5 71 191.8 9.2 78 190.9 10.5
5.0 77 201.4 9.9 80 199.9 11.4
5.5 73 210.3 10.7 74 207.9 12.5
6.0 71 218.9 10.0 75 217.4 12.6
6.5 72 227.8 11.6 81 226.3 13.6
7.0 71 236.2 11.8 86 234.1 14.1
7.5 76 244.2 12.4 83 243.2 15.0
8.0 70 253.3 12.9 85 251.7 15.6
8.5 72 260.6 12.3 82 259.1 15.6
9.0 76 268.7 13.4 83 265.5 17.1
9.5 78 276.9 14.4 83 276.6 18.7
10.0 77 284.9 14.2 84 284.3 19.3
10.5 76 292.0 15.1 75 292.4 21.4

Fazekas & Kósa (1978) en Scheuer & Black (2000:414)

!
11.0 75 298.8 15.0 76 300.8 21.2
11.5 76 306.8 16.5 75 310.5 21.4
12.0 73 315.9 17.0 71 318.2 21.7
LONGITUD TOTAL (incluyendo epífisis)
10.0 76 320.0 15.7 83 321.1 21.7
10.5 76 328.9 17.0 75 330.9 23.7
11.0 75 338.6 17.1 76 340.1 23.1
11.5 77 347.4 18.5 75 350.4 23.2
12.0 76 357.3 19.1 75 360.9 23.8
12.5 67 367.5 18.6 65 367.3 23.0
13.0 69 376.7 20.6 69 374.5 22.2
13.5 69 388.2 22.0 62 379.0 21.8
14.0 69 397.4 21.9 64 384.3 21.4
14.5 64 406.0 23.1 42 386.9 20.5
15.0 60 412.2 21.5 57 385.7 20.8
15.5 52 420.5 22.3 12 390.5 28.5
16.0 60 422.6 21.8 40 386.8 22.6
16.5 38 425.1 24.2 3 ----- -----
17.0 50 426.5 23.2 18 380.7 23.6
18.0 28 429.5 25.6 4 ----- -----
Tabla Nº 26 Longitud de tibia (en mm.) desde los dos meses hasta los 18 años

9.14.8 PERONE

EDAD (en semanas) LONGITUD (en mm.)*


12 6.0
14 9.9
16 16.7
18 22.6
20 27.8
22 31.1
24 34.3
26 36.5
28 40.0
30 42.8
32 46.8
34 50.5
36 51.6
38 57.6
40 62.0
Tabla Nº 27 Longitud de la diáfisis de peroné fetal
* Longitud: Máxima longitud

Adaptado de Maresh (1970) en Scheuer & Black (2000:416)


Adaptado de Fazekas & Kósa (1978) en Scheuer & Black (2000:425)

!
HOMBRES MUJERES
EDAD (en N MEDIA D.S. N MEDIA D.S
años)
LONGITUD DIAFISIAL
0.125 59 68.1 5.3 69 66.8 4.4
0.25 58 78.6 4.9 65 77.1 4.1
0.50 67 87.2 4.8 78 84.9 5.2
1.00 72 107.1 5.5 81 105.0 5.1
1.5 68 123.9 6.2 84 121.3 5.9
2.0 68 138.1 6.7 84 136.0 6.8
2.5 72 150.7 7.1 82 147.9 7.1
3.0 72 162.1 7.7 79 159.4 7.9
3.5 73 171.6 9.6 78 169.6 8.3
4.0 72 181.8 8.7 80 179.5 9.1
4.5 71 190.8 8.8 78 189.4 10.2
5.0 77 200.4 9.6 80 198.6 11.1
5.5 73 209.0 10.2 74 206.5 11.7
6.0 71 217.5 9.6 75 216.0 12.2
6.5 72 226.0 10.5 81 224.3 13.4
7.0 71 234.2 11.3 86 232.1 13.4
7.5 76 242.1 11.8 83 240.8 14.5
8.0 70 251.0 12.4 85 248.8 14.8
8.5 72 257.7 11.8 82 256.1 15.2
9.0 76 265.6 13.0 83 263.7 16.3
9.5 78 273.8 13.8 83 272.2 17.6
10.0 77 281.3 13.9 84 279.4 18.3
10.5 76 287.8 14.6 75 287.2 20.4
11.0 75 294.9 14.6 76 294.4 19.8
11.5 76 301.7 16.0 75 303.8 20.7
12.0 73 310.1 16.4 71 311.1 20.8
LONGITUD TOTAL (incluyendo epífisis)
10.0 76 310.4 15.2 83 307.9 19.5
10.5 76 318.0 16.2 75 316.7 21.8
11.0 75 326.2 15.9 76 324.7 21.5
11.5 77 334.0 17.6 75 334.6 22.1
12.0 76 342.8 18.0 75 344.6 22.7
12.5 67 351.9 16.8 65 351.0 22.2
13.0 69 360.2 19.8 69 358.5 21.9
13.5 69 371.1 21.4 62 363.4 21.4
14.0 69 380.3 21.3 64 367.9 20.6
14.5 64 388.5 22.5 42 368.9 21.5
15.0 60 395.3 21.5 57 370.2 20.0
15.5 52 404.4 22.1 12 375.7 25.8
16.0 60 406.3 21.7 40 372.4 21.5
16.5 38 408.6 22.8 3 -------- ------
17.0 50 410.4 22.6 18 366.8 24.2
18.0 28 412.8 24.2 4 -------- ------
Tabla Nº 28 Longitud de peroné (en mm.) desde los dos meses hasta los 18 años

Adaptado de Maresh (1970) en Scheuer & Black (2000:426)

!
9.15 ESTIMACIÓN DE LA EDAD BIOLÓGICA A PARTIR DE ESTRUCTURAS
DENTALES

Las estructuras dentales humanas conforman uno de los principales elementos que
brindan información acerca de la edad biológica de una persona, su uso se extiende
incluso para estimar la edad biológica de cadáveres clasificados como NN que
conserven piezas dentales.

La actividad biológica en un ser humano se presenta en dos etapas, incluidos los


tejidos blandos, óseos y dentales:

Etapa de Crecimiento y Desarrollo: Tiene lugar durante toda la vida fetal, la


infancia y la adolescencia

Etapa de Cambios Degenerativos: Dura aproximadamente desde la tercera década


de vida hasta la muerte del individuo.

Los modelos para la estimación de la edad se basan en alguna de estas dos etapas,
pero aquellos que lo hacen tomando en cuenta los niveles de crecimiento y
desarrollo ofrecen estimaciones más precisas, ya que dicho fenómeno sigue un
patrón menos variable que el de los cambios degenerativos.

La estimación de la edad a partir de estructuras dentales es muy utilizada, ya que el


desarrollo dental se ve menos alterado que el de otros tejidos por endocrinopatías y
otras alteraciones del desarrollo, además la maduración de los tejidos duros del
diente ocurren en forma paralela al proceso de envejecimiento, gracias a ello ha sido
posible evaluarlos de forma cuantitativa en todas las poblaciones a nivel mundial.

Los métodos dentales para la estimación de la edad se pueden clasificar en cuatro


grandes grupos:

!
1. Técnicas Morfológicas: Se basan en medidas odontométricas y en la
observación macroscópica y microscópica de estructuras dentales.

2. Técnicas Físico-químicas: Se basan en el análisis de la composición mineral de


estructuras dentales y sus propiedades físicas, dentro de estos podemos
mencionar la racemización del ácido aspártico.

3. Técnicas epidemiológicas: Están basados en la evaluación estadística de la


variabilidad de los cambios en los dientes, los cuales tienen una relación directa o
indirecta con la edad del individuo.

4. Técnicas y Métodos Combinados: Aquí se utilizan apartes de los métodos


morfológicos y epidemiológicos para la estimación de la edad. Dentro de estos se
encuentra el método de Gustafson, Kilian y Lamendin y se pueden incluir las
diferentes técnicas de estimación de edad a partir del desgaste dental.

9.16 CRONOLOGIA DE ERUPCIÓN DENTAL HUMANA Y SU RELACION CON LA


EDAD BIOLOGICA

9.16.1 FORMACIÓN Y ERUPCIÓN DENTAL

Debido a la existencia de dos tipos de denticiones en el ser humano, la temporal y la


permanente y que el cambio de una a otra tiene una secuencia cronológica; con el
conocimiento de la secuencia de formación y erupción es posible diagnosticar la
edad aproximada en un individuo, bien sea en una persona viva o en un cadáver, no
obstante, la edad de erupción no es un parámetro que deba aplicarse como único en
odontología forense ya que se encuentra en estrecha dependencia con variables
como el sexo, la filiación racial, dieta de la madre durante el periodo de gestación,
medio ambiente donde se desarrolle y enfermedades de origen congénito como el
síndrome de Down; mientras que los procesos de formación y calcificación dental

!
son procesos mas constantes y la influencia de los factores mencionados
anteriormente es relativamente menor.

Por lo anterior, para calcular la edad se debe valorar de manera conjunta el estado
de desarrollo dental, calcificación de coronas y raíces y la edad de aparición de los
dientes (tanto en la dentición temporal como en la permanente) teniendo en cuenta
los criterios óseos que se mencionaron en páginas anteriores.

Los estudios sobre cronología y formación de los dientes generalmente se basan en


análisis radiográficos de tipo estadístico a muestras poblacionales de individuos
vivos, en estudios de muestras procedentes de cadáveres los análisis son
especialmente de tipo macroscópico (cuantitativo y cualitativo), sin exceptuar los
estudios microscópicos.

9.16.2 PERIODO DE ERUPCION DE DIENTES DECIDUALES

DIENTE HOMBRE MUJER


I1 9.1 +/- 1.5 9.6 +/- 2.0
I2 10.4 +/- 2.4 11.9 +/- 2.7
C 18.9 +/- 2.7 20.1 +/- 3.2
M1 16.0 +/- 2.3 15.7 +/- 2.3
M2 27.6 +/- 4.4 28.4 +/. 4.3
Tabla N° 29 Dientes maxilares (en meses +/- desviación estándar)

I1 7.3 +/- 1.6 7.8 +/- 2.1


I2 13.0 +/- 2.8 13.8 +/- 3.6
C 19.3 +/- 2.9 20.2 +/- 3.4
M1 16.2 +/- 1.9 15.6 +/- 2.2
M2 25.9 +/- 3.8 27.1 +/- 4.2
Tabla N° 30 Dientes mandibulares

Incisivo Deciduo 1 - 0.653 + 0.144 x longitud = +/- 0.19


Incisivo Deciduo 2 - 0.581 + 0.153 x longitud = +/- 0.17
Canino Deciduo - 0.648 + 0.209 x longitud = +/- 0.22
Molar Deciduo 1 - 0.814 + 0.222 x longitud = +/- 0.25
Molar Deciduo 2 - 0.904 + 0.292 x longitud = +/- 0.26
Tabla Nº 31 Estimación De La Edad (años) a partir de la longitud de la dentición decidual
Longitud del diente (mm.) = distancia a partir del extremo de la cúspide o borde mid-incisal de la corona en desarrollo o raíz en
la línea media; únicamente es apropiado si la raíz está incompleta (dientes en desarrollo)

Ibid
Ibid
Liversidge et al. (1998) en Scheuer & Black (2000:160)

!
Fotografía Nº 101 Desarrollo dental desde los cinco meses in útero hasta los 35 años en indígenas
americanos

9.16.3 PERIODO DE ERUPCION DE DIENTES PERMANENTES

DIENTE HOMBRES MUJERES


I1 7.4 +/- 1.2 7.2 +/- 1.1
I2 8.6 +/- 1.4 8.2 +/- 1.2
C 11.7 +/- 2.0 10.9 +/- 1.8
P1 10.4 +/- 0.9 10.3 +/- 1.8
P2 11.3 +/- 1.8 10.9 +/- 1.6
M1 6.4 +/- 1.0 6.2 +/- 1.0
M2 12.6 +/- 2.2 12.2 +/- 2.1
M3 21.8 +/- 2.4 21.8 +/- 2.3
Tabla N° 32 Periodo de erupción de dientes maxilares permanentes (en años +/- desviación estándar)

I1 6.5 +/- 1.0 6.2 +/- 1.1


I2 7.7 +/- 1.2 7.3 +/- 1.1
C 10.8 +/- 1.8 9.85 +/- 1.0
P1 10.8 +/- 1.6 9.8 +/- 1.0
P2 11.4 +/- 1.7 10.8 +/. 1.4
M1 6.2 +/- 0.9 5.9 +/- 0.8
M2 12.1 +/- 2.1 11.6 +/- 2.0
M3 21.8 +/- 2.4 21.8 +/- 2.4
Tabla N° 33 Mandíbula

Ubelaker (1978) en Scheuer & Black (2000:161)


En Forensic Anthropology Course May (2001:104-106)
Tomado de Forensic Anthropology Course May 1996:104-106

!
Max t/l
I1 0.237 – 0.118 x longitud + 0.042 x (longitud x longitud) = +/- 0.21 < 11.3
I2 -0.173 + 0.538 x longitud + 0.003 x (longitud x longitud) = +/- 0.14 < 9.9
I2 0.921 – 0.281 x longitud + 0.075 x (longitud x longitud) = +/- 0.12 < 9.8
C - 0.163 + 0.294 x longitud + 0.128 x (longitud x longitud) = +/- 0.25 < 9.8
M1 - 0.942 + 0.441 x longitud + 0.010 x (longitud x longitud) = +/- 0.25 < 11.5
Tabla Nº 34 Estimación de la edad (años) a partir de la longitud de algunos dientes permanentes
Longitud = máxima longitud del diente en mm
Max t/l = máxima longitud del diente sobre la cual los datos están basados

9.16.4 ESTIMACIÓN DE EDAD POR LOS TERCEROS MOLARES:

Esta estructura dental es la última que se forma, calcifica y erupciona,


constituyéndose como características que permiten obtener información sobre el
periodo de maduración dental de un individuo aproximadamente a partir de los 15
años. Estimar la edad biológica a partir de esta estructura dental presenta algunos
inconvenientes, especialmente lo relativo a su formación y erupción, pues presenta
gran variabilidad entre a nivel poblacional, es decir, puede formarse totalmente y no
erupcionar o quedarse incluido en el alvéolo, también se presentan abundantes
casos en que simplemente el germen dental de esta pieza no se forma,
presentándose en este último caso una agenesia.

No obstante todo lo anterior, si un individuo presenta esta pieza dental formada, bien
sea incluida en su alveolo o fuera de él, se puede inferir que se trata de una persona
mayor de 20 años. Si la erupción es completa pero la formación de la raíz no se ha
completado, se estima una edad entre 22 y 24 años. Los últimos estudios se centran
en la calcificación de la raíz pero son necesarios mas investigaciones, especialmente
por la necesidad de conocer la variabilidad de las poblaciones en este aspecto y por
los requerimientos en contextos forenses.

La variabilidad que se puede observar en la formación-erupción y ocasional agenesia


de esta estructura dental, es una muestra más de que la especie humana continúa

Liversidge et al. (1998) en Scheuer & Black (2000:160)

!
su proceso de evolución, sugiriendo que quizás esta pieza va a desaparecer en
generaciones futuras, bien sea debido a fallas en la lectura genética de poblaciones
recientes o simplemente como una adaptación cultural al dramático cambio que se
ha dado en la dieta de las actuales poblaciones, es decir, de dietas o alimentos duros
en el pasado, a las blandas dietas contemporáneas preparadas y listas para su
consumo sin que se requieran mayores esfuerzos por el sistema estomatognático.

9.17 ESTIMACIÓN DE LA EDAD BIOLÓGICA POR DESGASTE DE


ESTRUCTURAS DENTALES

El desgaste presente en la región oclusal e incisal de las estructuras dentales


humanas ha sido de gran utilidad para estimar la edad biológica, especialmente en
cadáveres clasificados como NN y poblaciones históricas.

El proceso de desgaste dental tiene dos componentes:

La Atrición: Es el resultado del contacto directo diente contra diente y depende en


gran medida del grado de robustez del aparato masticatorio, la intensidad y duración
del contacto.

La Abrasión: Generada por el roce de las estructuras dentales con materiales más
duros, depende especialmente del grado de abrasividad de los alimentos. Lo anterior
significa que además de los factores genéticos que condicionan el grado de dureza
del esmalte, el desgaste dental se ve influenciado por el bruxismo, tipo de dieta,
adaptaciones y costumbres de tipo cultural como mascar tabaco, fumar pipa,
destapar botellas con los dientes, preparar materiales o sostener objetos mientras se
pesca, caza o trabaja. A pesar de que el desgaste dental es un proceso degenerativo
que ocurre durante la vida del individuo, su variación a nivel poblacional ha
dificultado su estandarización y correlación con la edad del individuo.

!
9.17.1 METODOS DE GUSTAFSON, KILIAN Y LAMENDIN PARA ESTIMAR LA
EDAD BIOLÓGICA EN CADÁVERES NO IDENTIFICADOS

El método de Gustafson es uno de los más conocidos, formula la observación


histológica de las modificaciones estructurales del diente basados en seis cambios:
Atrición: Se define como la pérdida gradual del esmalte de la superficie incisal y
oclusal de los dientes
Periodontósis: Considerada como la irregularidad en la forma del cemento y la
dentina radicular causada por la continua reposición del ligamento periodontal
Aposición de Dentina Secundaria: Descrita como la acumulación de dentina
sobre las paredes de la cámara pulpar
Aposición de cemento: Fenómeno causado por la continua reposición del diente
en el hueso alveolar ocasionando la formación de capas adicionales de cemento
Reabsorción Radicular: Perdida de material dental en el ápice de la raíz y que
es poco comprendido en términos de biología oral
Transparencia Radicular: Se origina en la aposición de cristales de
hidroxiapatita en los canalículos dentinales, permitiendo una mayor transmisión de la
luz a través de esta.

Gustafson idea un sistema matemático regresivo que combina los parámetros


anteriores. Por medio de la observación de los cambios degenerativos en cortes
sagitales de diente de 0.25 mm de grosor a través del microscopio da una valoración
de 0 a 3 (0, 1, 2, 3) a cada uno según la intensidad de la alteración, la puntuación es
totalizada y es trasladada a la siguiente fórmula:

EDAD ESTIMADA = 11.43 + 4,56 x puntuación total.

Una variación a éste método fue propuesta por Kilian, quien introduce valores
intermedios definidos a los ya mencionados por Gustafson en la evaluación de cada
uno de los cambios degenerativos del diente (0, 0.5, 1, 1.5, 2, 2.5 y 3),

!
adicionalmente diseña una tabla para hombres y mujeres a partir de una gráfica de
regresión lineal que relaciona la edad y la sumatoria de puntos obtenidos después de
la observación histológica.

La predicción de la edad aplicando el modelo de Kilian se define totalizando los


valores obtenidos en cada una de las seis características, éste valor es llevado a la
tabla preestablecida para cada género y allí se determina a que edad promedio
corresponde el valor calculado.

Varios autores proponen significantes mejorías a la técnica original de Gustafson,


incluyendo una reducción en el número de variables y el uso de múltiples análisis de
regresión; Johanson (1971), citado por Kilian, realizó un análisis multivariado con el
que logró disminuir la desviación estándar, mientras que Falter (1974) y Hiemer
(1975), midieron solo la traslucidez radicular y la longitud de la cámara pulpar;
Maples (1978) excluyó la reabsorción radicular y ordenó las variables en cuanto a la
relación que tiene cada una de ellas con el incremento de la edad y reportó que la
traslucidez radicular está mas fuertemente relacionada con la edad seguida de la
aposición de dentina secundaria, la atrición, periodontósis, y por último la aparición
de cemento secundario, a su vez, no encontró diferencias entre hombres y mujeres
con respecto a la determinación de edad.

Dentro de las desventajas de estos métodos están la amplia experiencia requerida


para el examen microscópico de los cortes longitudinales y la imposibilidad de
realizar exámenes adicionales al destruirse el diente en el proceso de preparación de
la muestra.

Lamendin por otra parte se centra en dos características: la traslucidez de la raíz y la


periodontosis las cuales pueden ser fácilmente observadas y medidas en el diente y
expresadas como un valor constante sin necesidad de un corte histológico.

!
Para realizar la estimación de edad Lamendin en 1992 define la periodontosis como
la pérdida de tejido blando alrededor del diente, la cual progresa desde el cuello o
línea amelocementaria hacia el ápice de la raíz, aparece como un área amarillenta
reblandecida por debajo del esmalte, la cual se puede diferenciar del resto de la raíz.
Todas las medidas se deben tomar sobre la superficie vestibular del diente con un
calibrador milimetrado y es la máxima distancia entre la unión amelocementaria y la
línea de unión de los tejidos blandos.

La transparencia de la raíz es una característica fisiológica que no aparece antes de


los veinte y seis años y según algunos autores se origina en el depósito de cristales
de hidroxiapatita en los túbulos dentinales, esta puede observarse colocando el
diente completo sobre una fuente de luz (p.e. un negatoscopio) y medirse con un
calibrador milimetrado. El otro parámetro que se tiene en cuenta es la altura
radicular, que es la distancia entre el ápice de la raíz y la línea amelocementaria.

La fórmula obtenida por Lamendin para estimar la edad biológica es como sigue:

Edad = (0.18 x P) + (0.42 x T) + 25.53

P= Periodontósis x 100
altura radicular

T = Transparencia radicular x 100


altura radicular

9.17.2 VALIDACIÓN DEL MÉTODO LAMENDIN PARA ESTIMAR LA EDAD


BIOLÓGICA EN POBLACIÓN COLOMBIANA

En razón a que las fórmulas que se utilizan parta estimar la edad biológica
(estructuras dentales y óseas) de un cadáver en contextos forenses deben proceder
de investigaciones realizadas en la misma población del individuo, en el año 2002 las
doctoras Cristina Rodríguez y Diana Estupiñán realizaron una investigación con una

!
muestra de dientes uniradiculares con el fin de validar el método Lamendin y verificar
su aplicabilidad en población colombiana.

La técnica de Lamendin fue aplicada con la misma metodología propuesta


inicialmente por el autor sobre una muestra de 120 incisivos laterales inferiores
sanos, obtenidos mediante procedimiento de exodoncia simple realizada a 25
cadáveres de sexo femenino y 95 de sexo masculino ingresados a la morgue del
Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses de Bogotá durante el año
2001 y 2002, no se tuvo en cuenta la igualdad del número en lo referente al sexo de
los individuos debido a que Lamendin no encontró diferencias a este respecto.

La edad cronológica de los individuos que componían la muestra era conocida y


oscilaba entre 18 - 70 años. El error del método de Lamendin fue calculado en esta
población y adicionalmente se construyó un nuevo modelo de regresión en el que se
considera la existencia de una relación logarítmica entre la variable periodontosis y la
edad.

Para el análisis estadístico de los resultados se empleó el programa estadístico SAS


(Statistical Analysis Sistem), se aplicaron la pruebas de signos y rangos, T´student,
Kolmogorov-Smirnov y Anderson-Darling para controlar el error.

Los resultados del estudio confirman que las variables traslucidez radicular y
periodontosis están relacionadas con el incremento de la edad. Al aplicar el método
de Lamendin se encontró un error promedio de -13.11 años en la población de
estudio, mientras que al aplicar el nuevo modelo de regresión construido, se logro la
disminución del error a 1.48 años. No obstante, es necesario desarrollar estudios
adicionales a nivel regional (colombiano) en los que el modelo resultante sea
aplicado, permitiendo así su validación como método de estimación de edad para
población colombiana; a este respecto ya se realizó una investigación en el INMLCF
de la ciudad de Bucaramanga, aplicando la misma metodología en dichos cadáveres,

!
los resultados fueron similares a los obtenidos en la muestra bogotana, lo que orienta
a que el modelo o fórmula matemático propuesto por Estupiñán y Rodríguez será
aplicable en nuestro país.

El nuevo modelo de regresión propuesto en el estudio para el cálculo de la edad


biológica es:

Edad : 3.57344(T) + 23.20721(P)1/2 - 0.89451(LR)

T (translucidez): medida en milímetros de la longitud de la trasparencia apical


radicular vista al negatoscopio
P: medida en milímetros de la distancia entre la línea amelocementaria y la línea de
unión de los tejidos blandos
LR: medida en milímetros de la distancia entre la línea amelocementaria y el ápice
del diente

Las medidas de T, P y LR se deben tomar sobre la superficie vestibular del diente


con ayuda de un odontómetro o de un buen calibrador electrónico .

9.17.3 PROTOCOLO LAMENDIN PARA ESTIMACION DE EDAD

PROCEDIMIENTO:

Extraer un diente anterior, preferiblemente un canino o un incisivo (maxilar o


mandibular).
Evite dañar la raíz o la unión periodontal durante la exodoncia.
Excluya cualquier diente cariado u obturado en los cuales la corona o raíz se
vean afectados
Tome las siguientes medidas en el diente seleccionado:

!
1. Altura de la raíz (AR): Mida la altura de la raíz a un punto central desde el ápice
hasta un punto central en la línea amelocementaria sobre la superficie lingual y
vestibular del diente. La medida debe reflejar la longitud total de la raíz.

2. Altura del periodonto (AP): Se mide desde la línea amelocementaria (inferior),


hasta el nivel de la unión periodontal (superior). La medida debe ser tomada sobre
las superficie vestibular.
3. Altura de la translucidez de la raíz (AT): Esta medida debe ser tomada desde el
ápice de la raíz, hasta el punto de división entre la translucidez y no translucidez de
la raíz. La medida debe tomarse sobre las superficies vestibular y lingual.

Utilice solamente la medida vestibular para los siguientes cálculos:

P = Altura del periodonto / altura de la raíz x 100 ( AP/AR x 100)


T = Altura de la translucidez / Altura de la raíz x 100 (AT/AR x 100)

Entonces calcule la edad utilizando la siguiente fórmula:

Edad = (0.18 x P) + (0.42 x T) + 25.53

Utilice los siguientes rangos cuando obtenga la edad final estimada:

EDADES 26 - 29 30 - 39 40 - 49 50 - 59 60 - 69 70 - 79 80 - 89
ERROR +/- 24.8 15.5 9.9 7.3 6.3 11.6 18.9
Tabla N° 35

!
10. CALCULO DE LA ESTATURA A PARTIR DE RESTOS OSEOS

La estatura, o talla de pie, se define como la altura desde el vértex al suelo cuando el
sujeto, con la cabeza orientada según el plano de Francfort, se sitúa en posición
anatómica (Valls 1985:277)

La determinación de la talla de un individuo a partir de la longitud de uno o varios


huesos largos se basa en el principio de la proporcionalidad o correlación que existe
entre cada uno de sus segmentos corporales y la estatura, esto se debe a que el
cuerpo humano es el resultado de todo un proceso de ingeniería biológica a nivel
filogenético en el que es fácil ver que esta proporcionalidad desencadena en una
funcionalidad anatómica perfecta. En el momento en que esa proporcionalidad se
pierde debido a factores genéticos (malformaciones congénitas o adquiridas) o
externos (eventos traumáticos), el individuo presentará disfunciones, p.e. en el caso
que exista una marcada asimetría entre los dos fémures de una persona, esta se
expresara en problemas en la locomoción del individuo por acortamiento o
alargamiento de uno de sus miembros inferiores. No obstante, en contextos forenses
esta asimetría no constituirá un problema en la reconstrucción de la estatura de un
cadáver NN, contrariamente, se constituirá en una característica individualizante que
permitirá orientar la identificación del cadáver NN.

!
Factores tales como la edad, el sexo, la filiación ancestral, la dieta y las
características ambientales donde se haya desarrollado el individuo, tendrán que ver
en que este al final de su adolescencia presente una mayor o menor estatura con
respecto a la media de la población a la que pertenezca.

Según Valls (Op. cit.:278) la estatura se puede considerar como una dimensión
exclusiva del hombre, ya que los restantes primates no tienen un postura erguida
habitual, fisiológica: el hombre es el único organismo ortógrado y, en consecuencia,
solo él tiene estatura. Por ello es incorrecto hablar de evolución de la estatura fuera
de los Hominidae, lo mismo que resulta inapropiado decir estatura antes de la
aparición ontogénica de la marcha erguida hasta un año y medio aproximadamente.

Otra importante anotación acerca de la estatura mencionada por Valls (op. cit.:276)
es que a partir de los cuarenta a cuarenta y cinco años la estatura disminuye lenta y
progresivamente, y a los setenta y cinco años se ha perdido un promedio de 5 cm; a
partir de esta edad la estatura declina aún más rápidamente. Esta pérdida se
encuentra estrechamente relacionada con la pérdida de altura de los discos
intervertebrales y el aumento de las curvaturas raquídeas, mientras que los cambios
en miembros inferiores y sus articulaciones producen menor efecto.

La estatura de un individuo puede variar de 1 cm. hasta 2.5 cm. dependiendo de la


hora en que se mida, pues durante el transcurso del día se presenta una pérdida de
tonicidad en discos intervertebrales debido al peso del cuerpo que estos deben
soportar durante la locomoción y a la fuerza de gravedad que tiende a atraer las
masas hacia abajo, ejerciendo una constante presión. Durante la noche la posición
que adopta el individuo generalmente es horizontal, de total relajación y el peso del
cuerpo no será soportado por columna vertebral y huesos largos, lo que hace que los
discos intervertebrales recuperen su tamaño original, por lo anterior es recomendable
que cuando se desee obtener la estatura real de una persona se lleve a cabo la
medición en horas de la mañana.

!
Son diferentes los procedimientos existentes para determinar la estatura que tuvo un
cadáver durante su vida, la mayoría se basan en la correlación matemática entre
diferentes huesos largos y la estatura real de un individuo, otro es el método
anatómico, el cual implica tener mas del 80% de huesos del cadáver, incluyendo
cráneo y columna vertebral (Fully, 1956: 36:266-273, citado por Krogman & Iscan
1986:326) lo que lo convierte a este último en una herramienta de poca aplicabilidad
en contextos forenses, especialmente el colombiano; ya que la experiencia ha
demostrado que la mayoría de los cadáveres no identificados que ingresan al
laboratorio de antropología forense en nuestro país son recuperados incompletos o
consisten solamente en segmentos corporales, lo cual se debe principalmente al
modus operandi de los victimarios, quienes suelen descuartizar a sus víctimas y
abandonar sus partes en diferentes lugares, o también porque las partes del cadáver
pueden ser llevadas a cientos de kilómetros por la fauna carroñera; de igual forma
diferentes fenómenos tafonómicos pueden causar el mismo efecto, dificultando así la
recuperación completa de un cadáver.

Martín y Saller (1957:748-1004) realizaron una clasificación de las estaturas de


hombres y mujeres en tres grandes grupos, Camesomos, Mesosomos e Hipsisomos,
clasificaciones que a su vez incluyen otros subgrupos (Tabla N° 1)

CLASES DENOMINACIÓN HOMBRES MUJERES


CAMESOMOS Enanos Menos de 1.30 m. menos de 1.21 m.
Muy bajos 1.30 m. a 1.49,9 m. 1.21 m. a 1.39.9 m.
Bajos 1.50 m. a 1.59,9 m. 1.40 m. a 1.48,9 m.
MESOSOMOS Submedianos 1.60 m. a 1.63,9 m. 1.49 m. a 1.52,9 m.
Medianos 1.64 m. a 1.66,9 m. 1.53 m. a 1.55,9 m.
Supermedianos 1.67 m. a 1.69,9 m. 1.56 m a 1.58,9 m.
HIPSISOMOS Altos 1.70 m. a 1.79,9 m. 1.59 m. a 1.67,9 m.
Muy altos 1.80 m. a 1.99.9 m. 1.68 m a 1.86.9 m.
Gigantes Más de 2 m. más de 1.87 m.
Tabla N° 1 Clasificación estatural en hombres y mujeres

Martín & Saller 1.957, citado por Valls, 1985

!
A nivel internacional son múltiples las investigaciones realizadas con muestras
poblacionales que proporcionan fórmulas matemáticas (generalmente ecuaciones
lineales de regresión) que permiten establecer la estatura en vida de un cadáver a
partir de la medición de sus huesos largos. Dentro de estas investigaciones podemos
mencionar las de Trotter & Gleser (1958), Jacobs K. (1992) Ousley S. (1995), Jantz
et al. (1995), Genovés, S. (1967).

En el ámbito de la antropología física y forense se recomienda que las fórmulas


matemáticas para estimar la estatura de cadáveres incompletos o segmentos óseos
humanos deben proceder de investigaciones realizadas con muestras de la misma
población a la que pertenece el individuo fallecido; no obstante, en nuestro país
habíamos venido utilizando fórmulas matemáticas que proceden de muestras
europeas y norteamericanas. Tratando de seguir esta importante recomendación,
desde finales de 1998 hemos venido realizando algunas investigaciones en este
ámbito; en este apartado presentaremos algunas fórmulas resultantes de esos
estudios, que si bien están constituidas por muestras no muy amplias como
hubiésemos deseado, han obtenido excelentes niveles de confianza al momento de
ser probadas en cadáveres recientes completos ingresados a la sala de necropsias
del Instituto de Medicina Legal en Bogotá – Colombia; dichas investigaciones se
continúan realizando con diferentes huesos largos y próximamente se reportarán
resultados.

Determinar la estatura que presentaba durante su vida un cadáver en un contexto


forense permitirá dar respuesta a uno de los interrogantes que se plantea el patólogo
o antropólogo forense durante la necropsia o estudio de un cadáver clasificado como
NN: 1. sexo, 2. filiación ancestral, 3. edad y 4. estatura, que constituyen la cuarteta
básica de identificación o criterios básicos para confirmar, descartar u orientar la
identidad de un cadáver.

!
Cuando se trata de reconstruir la estatura en cadáveres esqueletizados, incompletos
en avanzado estado de descomposición o partes humanas, la técnica empleada es
diferente a la que se utiliza en una persona viva. Para ello debemos acudir a la
información que nos proporcionen los huesos largos, utilizando como variable
numérica la longitud total del hueso seleccionado, el cual puede ser el fémur, tibia,
húmero, radio, cúbito o algunos huesos largos de la mano.

El instrumento que se utiliza para llevar a cabo la medición recibe el nombre de tabla
osteométrica (Fotografía Nº 1), en caso de que no haya disponibilidad de la tabla
osteométrica se pueden tomar las longitudes requeridas con una cinta métrica
común, ubicando el hueso largo de acuerdo a las normas internacionales de
osteometría; la longitud resultante se puede expresar en centímetros o en milímetros.

Fotografía N° 1 Tabla Osteométrica

10.1 ALGUNOS CRITERIOS QUE SE DEBEN TENER EN CUENTA PARA LA


ESTIMACION DE ESTATURA EN INDIVIDUOS ESQUELETIZADOS

!
La estatura de los seres humanos es principalmente hereditaria en un mayor
porcentaje, seguida por el comportamiento cultural, e influenciada por hábitos
dietéticos y el medio ambiente donde se desarrolle la persona hasta que logra su
adultez.
La estatura que aparece en los documentos de identidad no son la mejor fuente
de información, ya que no son tomadas teniendo en cuenta los criterios de medición
aceptados a nivel internacional.
A nivel internacional la estatura media para individuos femeninos es menor que la
de masculinos.
La talla aumenta hasta que el individuo logra la edad adulta y se disminuye
relativamente con la vejez.
Al interior de los grupos humanos se encuentra variabilidad estatural.

10.2 FORMULAS MATEMÁTICAS DE REGRESIÓN Y RECONSTRUCCIÓN DE LA


ESTATURA

Las fórmulas de regresión constituyen una de las principales herramientas utilizadas


por los antropólogos físicos y forenses para calcular la estatura en individuos
esqueletizados, estas se basan en la correlación de la longitud del miembro con la
estatura real. La mayoría de las fórmulas han sido desarrolladas sobre varias
poblaciones de cadáveres identificados y con estatura conocida en vida.

Debido a que el radio de la longitud del miembro varia respecto a la altura del cuerpo
entre los sexos y las razas, se han desarrollado fórmulas teniendo en cuenta estos
criterios. Recientes análisis extraídos del banco de datos de antropología forense en
la Universidad de Knoxville - Tennessee en EEUU han permitido actualizar las
fórmulas de regresión para reconstruir estatura, las cuales se muestran en este
capítulo.

!
10.3 COMO CALCULAR LA ESTATURA A PARTIR DE HUESOS LARGOS
COMPLETOS

Mida la longitud total de los huesos largos preferiblemente utilizando la Tabla


Osteométrica
Seleccione el grupo apropiado de fórmulas de regresión teniendo en cuenta el
sexo y patrón ancestral del esqueleto
Seleccione las fórmulas de regresión con los errores estándar mas bajos para los
huesos utilizados
El cálculo de la estatura debe ajustarse a la edad del individuo. Si un individuo es
mayor de 48 años de edad se le debe restar la cifra apropiada de acuerdo a la edad
(ya sea la cifra individual o el promedio) para la estatura estimada.
Se deben retirar la totalidad de remanentes de cartílago o tejido blando que aún
estén adheridas a epífisis distal o próximal del hueso seleccionado.

Presente en los resultados del dictamen antropológico - forense o del protocolo


de necropsia la cifra resultante con su respectiva desviación estándar, cite el autor y
año de la fórmula.
En razón a que la talla se encuentra influenciada también por el sexo
(generalmente mayor en masculinos, menor en femeninos), antes de realizar el
cálculo de la estatura se debe determinar cual es el sexo del individuo estudiado,
también es importante saber previamente su filiación racial o ancestral.
Las mediciones que se realicen al hueso seleccionado deben llevarse a cabo de
manera similar a como las planteó el autor que está utilizando.

10.4 FORMULA PARA CALCULAR LA ESTATURA DE INDIVIDUOS


MASCULINOS MESTIZOS COLOMBIANOS A PARTIR DE LA LONGITUD TOTAL
DE HUMERO

Chavarro G., C.P. 2000


!
Durante el año 2000 la Dra. Paola Chavarro presentó los resultados de su
investigación "Fórmula para calcular estatura en población masculina colombiana a
partir de húmero izquierdo", en la cual analizó el valor de dicho hueso para
reconstruir la estatura. La muestra utilizada constó de 50 cadáveres de individuos
mestizos masculinos adultos con edades entre los 25-45 años, de sexo, estatura y
edad conocida. Ella encontró una correlación de 0.71 entre la estatura conocida y la
longitud del húmero. La ecuación de regresión simple obtenida tuvo un error estándar
para la estatura estimada de 6.02 cm. Ya que la correlación obtenida no fue muy alta
y los errores estándar son mayores que los obtenidos para otros huesos largos como
el fémur y la tibia, la autora sugiere que el uso de la fórmula debe ser de uso
complementario, la fórmula puede observarse en la Tabla Nº 2

ESTATURA = (longitud total de húmero x 3,63) + 53,7 = +/- 6.02 cm.


Tabla Nº 2 Fórmula para estimar la estatura en individuos masculinos mestizos colombianos a partir
del húmero (La longitud total del húmero debe ser expresada en centímetros)

10.5 FORMULA PARA CALCULAR LA ESTATURA DE INDIVIDUOS EN


POBLACIÓN COLOMBIANA A PARTIR DE LA LONGITUD TOTAL DE TIBIA

En el año 2001 César Sanabria M. analizó una muestra de tibias con el objeto de
establecer fórmulas para calcular la estatura en individuos esqueletizados de
población colombiana. La muestra estuvo conformada por tibias izquierdas
provenientes de 118 cadáveres de individuos mestizos adultos, masculinos y
femeninos entre los 18-60 años de edad cronológica; la estatura de cada cadáver fue
medida durante la necropsia (de vértex a plantar), 60 tibias eran de sexo masculino y
58 de sexo femenino.

Sanabria M. C. (2001) inédito


!
La medición de la muestra se realizó luego de haber sometido a proceso de limpieza
y secado de cada una de las tibias, retirando en su totalidad los remanentes de
cartílago y tejidos blandos.

Durante el análisis de la muestra se utilizaron las medidas de tibia que sugiere el


Standards For Data Collection From Human Skeletal Remains (1944) (en adelante
SFDC) que se muestran a continuación:

LTS = LONGITUD TOTAL STANDARD (equivale a la medida número 69 del SFDC):


Es la distancia comprendida desde la superficie articular superior del cóndilo lateral a
la superficie más distal del maléolo interno, se utiliza la tabla osteométrica.
AEP = ANCHURA EPIFISIAL PROXIMAL (equivale a la medida N° 70 del SFDC):
Es la máxima distancia entre los dos puntos que se proyectan mas lateralmente
sobre los cóndilos medial y lateral de la región articular proximal, se utiliza un
calibrador o pie de rey.
AED = ANCHURA EPIFISIAL DISTAL (equivale a la medida N° 71 del SFDC):
Comprende la máxima distancia entre los dos puntos que se proyectan mas
lateralmente sobre el maléolo medial y la superficie lateral de la región articular distal,
se utiliza un calibrador o pie de rey.
DMF = DIAMETRO MAXIMO FORAMEN NUTRIENTE (equivale a la medida N° 72
del SFDC): Es la distancia entre la cresta anterior y la superficie posterior al nivel del
foramen nutriente, se utiliza un calibrador o pie de rey.
DTF = DIAMETRO TRANSVERSO FORAMEN (equivale a la medida N° 73 del
SFDC): Es la distancia en línea recta del margen medial de la cresta inter-ósea a
nivel del foramen nutriente, se utiliza el calibrador o pie de rey.

En la investigación de Sanabria, el objeto de utilizar las anteriores medidas fue el de


establecer estadísticamente cuales son las que guardan mayor correlación con la
estatura real de cada cadáver estudiado, adicionalmente se utilizó una medida que
hasta el momento no ha sido aplicada en anteriores investigaciones para estimar

!
estatura con la tibia completa, pues encontramos que solamente Steele - McKern
(1969:31:215-228, citado por Krogman & Iscan 1986:351) la utilizan como referente
para calcular la estatura con segmentos de tibias fragmentadas, denominándola T2 o
el punto más próximal de la eminencia intercondilar. La mencionada medida en el
estudio de Sanabria es denominada LEM (Longitud Máxima Espina – Maléolo), la
cual debe ser tomada desde el extremo superior del tubérculo más alto de la espina
tibial (conformada por dos tubérculos, uno interno y otro externo), para esta medición
se debe utilizar la tabla osteométrica.

Los resultados de esta investigación mostraron un grado un intervalo de confianza


óptimo, 3.6 cm para individuos femeninos y 3.59 cm. – 3.8 cm. con las dos fórmulas
para individuos masculinos; valores que coincidieron con las pruebas realizadas con
treinta cadáveres masculinos y femeninos ingresados a la sala de necropsias del
INMLCF en Bogotá - Colombia. Las fórmulas matemáticas resultantes del estudio de
Sanabria se pueden observar en la tabla Nº 3 y 4, las medidas óseas para aplicar las
fórmulas deben ser tomadas en milímetros y la pieza debe estar completamente libre
de tejido blando.

Estatura = (0.14 x LEM) + (0.80 x AED) + 74.9 = +/- 3.6 cm


Tabla Nº 3 Fórmulas para determinar la estatura en individuos femeninos colombianos a partir de
tibia

Estatura = (0.19 x LTS) + (0.25 x AEP) + 77.08 = +/- 3.8 cm


Estatura = (0.21 x LTS) + 90.03 = +/- 3.59 cm
Tabla Nº 4 Fórmulas para determinar la estatura en individuos masculinos colombianos a
partir de tibia

Sanabria (2001)
Ibid
!
10.6 FORMULAS DE REGRESION PARA CALCULAR ESTATURA A PARTIR DE
LA LONGITUD DE HUESOS LARGOS COMPLETOS

Telkkä y Trotter-Gleser publican en sus trabajos unas tablas análogas a las de


Manouvrier, para facilitar la determinación de la estatura conociendo la longitud de
los huesos largos; el primer autor citado trabajó con material de Finlandia y los dos
segundos con blancos y negros norteamericanos; por otra parte, la técnica de la
medición de los huesos largos varía, ya que Telkkä toma la longitud total para
húmero, fémur, tibia, peroné y la longitud fisiológica para radio y cúbito; en cambio,
Trotter-Gleser calculan la longitud total en húmero, radio, cúbito, tibia y peroné, y la
longitud fisiológica o bicondílea para el fémur (Telkkä 1950, citado por Comas
1966:410-411). Según Comas (Ibid:411) si se aplica cualquiera de las fórmulas
propuestas a nuevos materiales de los mismos grupos humanos en que se hizo la
investigación previa, y si además se cuenta con distintos huesos largos que permitan
el control, el método parece eficaz.

A continuación presentamos las fórmulas matemáticas para llevar a cabo el cálculo


de la estatura a partir de la medición de huesos largos propuestas por Trotter y
Gleser (1952, modificadas y corregidas por Trotter & Gleser (1958, 1977), citados por
Krogman & Iscan, 1986:308-310)

3.36 x HUMERO + 57.97 = +/- 4.45 cm.


4.74 x RADIO + 54.93 = +/- 4.24 cm.
4.27 x CUBITO + 57.76 = +/- 4.30 cm.
2.47 x FEMUR + 54.10 = +/- 3.72 cm.
2.90 x TIBIA + 61.53 = +/- 3.66 cm.
2.93 x PERONE + 59.61 = +/- 3.57 cm.
1.39 (FÉMUR + TIBIA) + 53.20 = +/- 3.55 cm.
1.48 X FÉMUR + 1.28 X TIBIA + 53.07 = +/- 3.55
0.68 X HÚMERO + 1.17 X FÉMUR +
1.15 X TIBIA + 50.122 = +/- 3.51

!
Tabla N° 5 Caucasoides Femeninos

3.08 x HUMERO + 70.45 +/- 4.05 cm.


3.78 x RADIO + 79.01 = +/- 4.32 cm.
3.70 x CUBITO + 74.05 = +/- 4.32 cm.
2.38 x FEMUR + 61.41 = +/- 3.27 cm.
2.52 x TIBIA + 78.62 = +/- 3.37 cm.
2.68 x PERONE + 71.78 = +/- 3.29 cm.
1.30 (FEMUR + TIBIA) + 63.29 = +/- 2.99 cm.
1.42 x FÉMUR + 1.24 x TIBIA + 59.88 = +/- 2.99 cm.
0.93 x HUMERO + 1.94 x TBIA + 69.30 = +/- 3.26 cm.
0.27 x HÚMERO + 1.32 x FÉMUR +
1.16 x TIBIA + 58.57 = +/- 2.99 cm.
Tabla N° 6 Caucasoides Masculinos

3.26 x HUMERO + 62.10 = +/- 4.43 cm.


3.42 x RADIO + 81.56 = +/- 4.30 cm.
3.26 x CUBITO + 79.29 = +/- 4.42 cm.
2.11 x FEMUR + 70.35 = +/- 3.94 cm.
2.19 x TIBIA + 86.02 = +/- 3.78 cm.
2.19 x PERONE + 85.65 = +/- 4.08
1.15 (FÉMUR + TIBIA) + 71.04 = +/- 3.53 cm.
0.66 x FÉMUR + 1.62 x TIBIA + 76.13 = +/- 3.49 cm.
0.90 x HÚMERO + 1.78 x TIBIA + 71.29 = +/- 3.49 cm.
0.89 x HÚMERO – 1.01 x RADIO +
0.38 x FÉMUR + 1.92 x TIBIA + 74.56 = +/- 3.38 cm.
Tabla N° 7 Negroides Masculinos

3.08 x (HÚMERO) + 64,67 = +/- 4,25 cm.


3,67 x (RADIO) + 71,79 = +/- 4,59 cm.
3,31 x (CÚBITO) + 75,38 = +/- 4,83 cm.
2,28 x (FÉMUR) + 59,76 = +/- 3,41 cm.
2,45 x (TIBIA) + 72,65 = +/- 3,70 cm.
2,49 x (PERONÉ) + 70,90 = +/- 3,80 cm.
1,26 x (FÉMUR + TIBIA) + 59,72 = +/- 3,28 cm.
1.53 x FÉMUR + 0.96 x TIBIA + 58.54 = +/- 3.23 cm.

!
1.08 x HÚMERO + 1.79 x TIBIA = +/- 3.58 cm.
0.44 x HÚMERO – 0.20 x RADIO +
1.46 x FÉMUR + 0.86 x TIBIA + 56.33 = +/- 3.22 cm.
Tabla N° 8 Negroides Femeninos

1.22 (FÉMUR + PERONÉ) + 70.24 = +/- 3.18 cm.


1.22 (FÉMUR + TIBIA) + 70.37 = +/- 3.24 cm.
2.40 x PERONE + 80.56 = +/- 3.24 cm.
2.39 x TIBIA + 81.45 = +/- 3.27 cm.
2.15 x FEMUR + 72.57 = +/- 3.80 cm.
1.68 (HÚMERO + CÚBITO) + 71.18 = +/- 4.14 cm.
1.67 (HÚMERO + RADIO) + 74.83 = +/- 4.16 cm.
2.68 x HUMERO + 83.19 = +/- 4.25 cm.
3.54 x RADIO + 82.00 = +/- 4.60 cm.
3.48 x CUBITO + 77.45 = +/- 4.66 cm.
Tabla N° 9 Mongoloides Masculinos

2.40 x FÉMUR + 58.67 = +/- 2.99 cm.


2.50 x PERONE + 75.44 +/- 3.52 cm.
2.34 x TIBIA + 80.07 = +/- 3.73 cm.
3.55 x RADIO + 80.71 = +/- 4.04 cm.
3.56 x CUBITO + 74.56 +/- 4.05 cm.
2.92 x HUMERO + 73.94 +/- 4.24 cm.
Tabla N° 10 Mexicanos Masculinos

NOTA: Todas las medidas de las formulas están dadas en centímetros

10.7 ESTIMACION DE ESTATURA EN ADULTOS A PARTIR DE METATARSOS

En 1989 Byers et al. (1989:79:275-279) presentaron los resultados de su trabajo


"Determination of adult stature from metatarsal length", en el que a partir del análisis
de los 10 metatarsos de una muestra de 130 individuos adultos de la colección Terry,

!
generaron fórmulas para calcular la estatura utilizando la longitud total de estos
huesos.

Los autores encontraron una significativa correlación entre la estatura y la longitud de


los huesos del pie, que esta en un rango del 0.58 al 0.89; se generaron varias
fórmulas de regresión simple y múltiple, cuyos errores estándar son similares a los
obtenidos en otros trabajos con metacarpos y huesos largos fragmentados. La mejor
estimación de la estatura se obtuvo de las ecuaciones de regresión múltiple.

Las fórmulas generadas se muestran a continuación, adicionalmente el cálculo debe


ajustarse a la edad (edad - 30 x 6)

METATARSO/GRUPO FORMULA ERROR ESTANDAR


PRIMERO
Datos combinados Estatura = 634 + 16.8 (Met. 1) 65.4
Todos los masculinos Estatura = 815 + 14.3 (Met.1) 64.2
Todos los femeninos Estatura = 783 + 13.9 (Met. 1) 56.1
Euro-americanos masculinos Estatura = 768 + 15.2 (Met. 1) 63.2
Euro-americanos femeninos Estatura = 656 + 16.3 (Met. 1) 49.6
Afro-americanos masculinos Estatura = 556 + 17.6 (Met. 1) 51.1
Afro-americanos femeninos Estatura = 796 + 12.8 (Met. 1) 50.8
Tabla N° 11

METATARSO/GRUPO FORMULA ERROR ESTANDAR


SEGUNDO
Datos combinados Estatura = 675 + 13.4 (Met. 2) 65.4
Todos los masculinos Estatura = 873 + 11.1 (Met.2) 69.8
Todos los femeninos Estatura = 791 + 11.5 (Met. 2) 54.8
Euro-americanos masculinos Estatura = 868 + 11.3 (Met. 2) 70.1
Euro-americanos femeninos Estatura = 712 + 12.8 (Met. 2) 52.0
Afro-americanos masculinos Estatura = 605 + 14.0 (Met. 2) 56.8
Afro-americanos femeninos Estatura = 783 + 10.9 (Met. 2) 39.9
Tabla N° 12

METATARSO/GRUPO FORMULA ERROR ESTANDAR


TERCERO
Datos combinados Estatura = 720 + 13.6 (Met. 3) 67.6
Todos los masculinos Estatura = 909 + 11.2 (Met. 3) 68.1
Todos los femeninos Estatura = 836 + 11.6 (Met. 3) 59.7
Euro-americanos masculinos Estatura = 862 + 12.0 (Met. 3) 68.9

!
Euro-americanos femeninos Estatura = 732 + 13.3 (Met. 3) 57.5
Afro-americanos masculinos Estatura = 706 + 13.3 (Met. 3) 42.2
Afro-americanos femeninos Estatura = 904 + 9.9 (Met. 3) 44.9
Tabla N° 13

METATARSO/GRUPO FORMULA ERROR ESTANDAR


CUARTO
Datos combinados Estatura = 715 + 14.0 (Met. 4) 68.5
Todos los masculinos Estatura = 910 + 11.6 (Met. 4) 68.0
Todos los femeninos Estatura = 835 + 11.9 (Met. 4) 59.9
Euro-americanos masculinos Estatura = 863 + 12.3 (Met. 4) 68.5
Euro-americanos femeninos Estatura = 719 + 13.8 (Met. 4) 57.5
Afro-americanos masculinos Estatura = 759 + 13.0 (Met. 4) 46.5
Afro-americanos femeninos Estatura = 961 + 9.3 (Met. 4) 46.5
Tabla N° 14
METATARSO/GRUPO FORMULA ERROR ESTANDAR
QUINTO
Datos combinados Estatura = 768 + 12.8 (Met. 5) 71.2
Todos los masculinos Estatura = 952 + 10.6 (Met. 5) 70.9
Todos los femeninos Estatura = 922 + 10.2 (Met. 5) 63.6
Euro-americanos masculinos Estatura = 912 + 11.2 (Met. 5) 70.3
Euro-americanos femeninos Estatura = 905 + 10.6 (Met. 5) 64.9
Afro-americanos masculinos Estatura = 846 + 11.5 (Met. 5) 64.2
Afro-americanos femeninos Estatura = 891 + 10.2 (Met. 5) 45.2
Tabla N° 15

De acuerdo a las pruebas y estadísticas de los autores, las fórmulas que arrojaron
mejores resultados fueron las aplicadas con el Metatarso 1 y 2.

10.8 CÁLCULO DE LA ESTATURA A PARTIR DE FÉMUR Y HÚMERO EN


POBLACIÓN PORTUGUESA

La Dra. Cristina Mendonça (1998) realizó una investigación para calcular la estatura
en individuos más o menos esqueletizados utilizando la longitud total de fémur y
húmero, las fórmulas regresivas y las tablas de consulta obtenidas en su estudio
están basadas en población portuguesa actual. Ella plantea que debido a la
proximidad geográfica y eventuales similitudes raciales entre las poblaciones
portuguesa y española, es posible utilizar las fórmulas en población española actual.

!
Al parecer en este estudio, los huesos utilizados presentaban el cartílago de las
articulaciones próximal y distal, por lo que es aconsejable que al utilizar las fórmulas
en cadáveres esqueletizados, se resten uno o dos milímetros de la talla obtenida, los
cuales equivaldrán a la medida promedio del grosor del mencionado cartílago.

Las fórmulas regresivas y las tablas del estudio de Mendonça fueron realizadas
según los criterios que en su momento plantearon Trotter y Gleser, a partir de las
tallas medidas directamente en los cadáveres, por lo anterior la autora plantea que
los valores de la estimación de la talla obtenidos a partir de la aplicación de estos
métodos son valores de talla en el vivo y no valores de talla cadavérica.

Adicionalmente en este estudio se proporcionan una tablas de consulta (Tabla Nº 24


y Nº 25) que facilitan calcular la estatura del cadáver de forma rápida, es decir, sin
acudir a las fórmulas referenciadas, la autora plantea que en caso de contar con el
fémur no es necesario aplicar las fórmulas con húmero; tal parece que esta
recomendación se basa en que el intervalo de confianza es más amplio con este
último hueso. En las fotografías Nº 2, 3 y 4 se puede observar de manera gráfica
como se deben tomar las medidas en húmero y fémur que utilizó la Dra. Mendonça.

Tuvimos la oportunidad de aplicar las fórmulas del mencionado estudio en población


colombiana actual, tanto en individuos femeninos, como masculinos, de quienes
conocíamos previamente su talla. Las pruebas fueron llevadas a cabo con un número
no significativo (estadísticamente) de individuos (20 masculinos y 10 femeninos), a
manera de prueba piloto y con el objeto de ver su comportamiento en población
colombiana. Los resultados obtenidos mostraron que los intervalos de confianza
mostrados en el estudio portugués no tuvieron mayor variación en los individuos
colombianos estudiados, especialmente los masculinos. A continuación se muestran
los resultados del estudio de Mendonça y la forma como se deben medir las
estructuras óseas.

!
Fotografía Nº 2 Fotografía Nº 3 Fotografía Nº 4

TALLA = [64.26 + 0.3065 LTH] = ± 7.70 cm.


TALLA = [55.63 + 0.2428 LFF] = ± 5.92 cm.
TALLA = [57.86 + 0.2359 LPF] = ± 5.96 cm.
Tabla Nº 16 Fórmulas regresivas para calcular la estatura a partir de longitud total de fémur (F) y
húmero (H) en individuos femeninos

TALLA = [59.41 + 0.3269 LTH] = ± 8.44 cm.


TALLA = [47.18 + 0.2663 LFF] = ± 6.90 cm.
TALLA = [46.89 + 0.2657 LPF] = ± 6.96 cm.
Tabla Nº 17 Fórmulas regresiva para calcular la estatura a partir de longitud total de fémur (F) y
húmero (H) en individuos masculinos

TALLA = Cálculo que se va a llevar a cabo (cm)


LTH = longitud total del húmero (mm)
LFF = longitud fisiológica del fémur (mm)
LPF = longitud perpendicular del fémur (mm)
Tabla Nº 18 Abreviaturas fórmulas regresivas estudio de Mendonça (1998)

HÚMERO TALLA MEDIA FÉMUR


Longitud total (mm) (cm) Longitud fisiológica (mm) Longitud perpendicular (mm)
247 140 347 348

!
250 141 352 352
254 142 356 357
257 143 360 361
260 144 364 365
263 145 368 369
267 146 372 374
270 147 376 378
273 148 380 382
276 149 385 386
280 150 389 391
283 151 393 395
286 152 397 399
290 153 401 403
293 154 405 408
296 155 409 412
299 156 413 416
303 157 418 420
306 158 422 425
309 159 426 429
312 160 430 433
316 161 434 437
319 162 438 441
322 163 442 446
325 164 446 450
329 165 450 454
332 166 455 458
335 167 459 463
338 168 463 467
342 169 467 471
345 170 471 475
348 171 475 480
352 172 479 484
355 173 483 488
358 174 488 492
361 175 492 497
365 176 496 501
368 177 500 505
371 178 504 509
374 179 508 514
378 180 512 518
Tabla Nº 19 Tabla de consulta para calcular la estatura a partir de huesos largos en individuos
femeninos

HÚMERO TALLA MEDIA FÉMUR


Longitud total (mm) (cm) Longitud fisiológica (mm) Longitud perpendicular (mm)

!
277 150 386 388
280 151 390 392
283 152 394 396
286 153 397 399
289 154 401 403
292 155 405 407
295 156 409 411
299 157 412 414
302 158 416 418
305 159 420 422
308 160 424 426
311 161 427 429
314 162 431 433
317 163 435 437
320 164 439 441
323 165 442 445
326 166 446 448
329 167 450 452
332 168 454 456
335 169 457 460
338 170 461 463
341 171 465 467
344 172 469 471
347 173 472 475
351 174 476 478
354 175 480 482
357 176 484 486
360 177 487 490
363 178 491 493
366 179 495 497
369 180 499 501
372 181 503 505
375 182 506 509
378 183 510 512
381 184 514 516
384 185 518 520
387 186 521 524
390 187 525 527
393 188 529 531
396 189 533 535
399 190 536 539
Tabla Nº 20 Tabla de consulta para calcular la estatura a partir de huesos largos en individuos
masculinos

!
10.9 COMO ESTIMAR LA ESTATURA A PARTIR DE HUESOS LARGOS
FRAGMENTADOS?

Es usual que ingresen al laboratorio de antropología forense o a la sala de


necropsias cadáveres que por diversas circunstancias presentan sus miembros
superiores e inferiores fragmentados o incompletos, es decir, presentan alteraciones
de tamaño más o menos importantes en sus huesos largos, útiles para calcular la
estatura que tenía un individuo durante su vida. Las situaciones en las que se
fragmentan estos huesos pueden ser de tipo antemortem o postmortem; dentro de
las primeras se pueden mencionar especialmente los desastres aéreos y algunos
accidentes terrestres (choque de trenes, transporte terrestre masivo, etc.), en cuanto
a eventos de tipo postmortem tenemos la actividad de animales carroñeros (perros,
lobos, ratas, fauna acuática, entre otros) y la acción de victimarios que suelen
descuartizar los cuerpos de sus víctimas.

En razón a que en estos casos no es posible utilizar las fórmulas que hemos
mencionado en numerales anteriores, el procedimiento para reconstruir la estatura
con fragmentos de huesos largos será similar a que si los tuviéramos completos, es
decir, aplicaremos fórmulas regresivas utilizando solo algunos fragmentos óseos;
partiendo del principio de que sí existe una proporcionalidad anatómica entre los
componentes óseos del cuerpo humano. Las fórmulas nos darán un valor muy
aproximado de la talla que tenía el individuo durante su vida, con su respectivo
intervalo de confianza.

El éxito de la utilización de las fórmulas regresivas en huesos fragmentados exige


que se aplique la misma metodología del autor que las propuso, que las longitudes
de los fragmentos sean correctamente tomadas y que se lleve a cabo una correcta
interpretación de los intervalos de confianza

Steele (1970:85-109) plantea que esta técnica sea utilizada sólo para discriminar
individuos de diferencias extremas en su estatura, especialmente por el elevado

!
grado de error asociado a las fórmulas regresivas en fragmentos de huesos largos y
la dificultad para localizar las marcas o secciones óseas necesarias para tomar las
medidas.

En las fotografías Nº 5, 6 y 7 se muestran las secciones que deben ser tenidas en


cuenta para calcular la estatura a partir de fragmentos de húmero, fémur y tibia, se
debe tener en cuenta una correcta selección de cada uno de las secciones que exige
cada fórmula; en caso de no contar con el fragmento adecuado, no utilice la fórmula,
pues si se realizan cálculos acerca de cuanto podría medir un determinado
fragmento incompleto, tendrá como resultado una interpretación errónea. A
continuación se muestran las fórmulas propuestas por Steele-McKern para calcular
la estatura a partir de la medición de fragmentos de fémur, tibia y húmero.

10.10 CÁLCULO DE LA ESTATURA A PARTIR DE FRAGMENTOS DE FÉMUR

2,71 (F2) + 3,06 (F3) + 73.00 = +/- 4,41 cm.


2,89 (F1) + 2,31 (F2) + 2,62 (F3) + 63,88 = +/3,93 cm
2,35 (F2) + 2,65 (F3) + 7,92 (F4) + 54,97 = +/- 3,95 cm
Tabla Nº 21 Caucásicos masculinos

2,59 (F2) + 2,91 (F3) + 75,74 = +/- 3,72 cm.


1,20 (F1) + 2,48 (F2) + 2,78 (F3) + 69,94 = +/- 3,71 cm
2,53 (F2) + 2,84 (F3) + 2,40 (F4) + 68,32 = + 3,72 cm
Tabla Nº 22 Negroides masculinos

0,7 (F2) + 26,20 = +/- 1,31 cm

Steele-McKern, 1969, Steele, 1970, citados por Krogman & Iscan 1986:331-335
!
1,2 (F2) + 1,1 (F3) + 5,89 = +/- 0,75 cm
1,1 (F1) + 1,0 (F2) + 1,0 (F3) + 1,36 = +/- 0,33 cm
Tabla Nº 23 Amerindios masculinos
2,80 (F2) + 1,46 (F3) + 76,67 = +/- 4,91 cm
2,16 (F1) + 2,50 (F2) + 1,45 (F3) + 68,86 = 4,81 cm
2,57 (F2) + 1,21 (F3) + 5,03 (F4) + 66,05 = +/- 4,72 cm
Tabla Nº 24 Caucásicos femeninos

2,12 (F2) + 1,68 (F3) + 93,29 = +/- 6,17 cm


3,63 (F1) + 1,86 (F2) + 1,27 (F3) + 77,15 = +/- 5,80 cm
2,00 (F2) + 1,08 (F3) + 6,32 (F4) + 77,71 = +/- 6,01 cm
Tabla Nº 25 Negroides femeninos

0,6 (F2) + 28,46 = +/- 1,02 cm


1,0 (F2) + 1,0 (F3) + 10,52 = +/- 0,51 mm
1,0 (F1) + 1,0 (F2) + 0,9 (F3) + 3,64 = +/- 0,28 mm
0,9 (F2) + 1,1 (F3) + 1,1 (F4) + 7,53 = +/- 0,44 mm
Tabla Nº 26 Amerindios femeninos

!
F1

F2

F3

F4

F5

Fotografía Nº 5 Secciones óseas para reconstruir la estatura a partir de fragmentos de fémur

!
10.11 CÁLCULO DE LA ESTATURA A PARTIR DE FRAGMENTOS DE TIBIA

3,52 (T2) + 2,89 (T3) + 2,23 (T4) + 74,55 = +/- 4,56 cm


2,87 (T3) + 2,96 (T4) – 0,96 (T5) – 92,36 = +/- 5,45 cm
4,19 (T1) + 3,63 (T2) + 2,69 (T3) + 2,10 (T4) + 64,95 = +/- 4,22 cm
3,54 (T2) + 2,96 (T3) + 2,18 (T4) – 1,56 (T5) + 75,98 = +/- 4,60 cm
Tabla Nº 27 Caucásicos masculinos

2,26 (T2) + 2,22 (T3) + 3,17 (T4) + 5,86 = 3,88 cm


2,23 (T3) + 3,51 (T4) – 0,51 (T5) + 91,70 = +/- 4,49 cm
1,79 (T1) + 2,18 (T2) + 2,25 (T3) + 3,10 (T4) + 75,87 = +/- 3,88 cm
2,32 (T2) + 2,23 (T3) + 3,19 (T4) – 1,60 (T5) + 82,50 = +/- 3,92 cm
Tabla Nº 28 Negroides masculinos

0,6 (T3) + 26,73 = +/- 1,38 cm


0,6 (T4) + 31,40 = +/- 1,58 cm
1,0 (T2) + 0,9 (T3) + 15,48 = +/- 0,96 cm
0,8 (T3) + 1,1 (T4) + 13,57 = 1,07 cm
Tabla Nº 29 Amerindios masculinos

4,17 (T2) + 2,96 (T3) + 2,16 (T4) + 66,09 = +/- 4,69 cm


2,75 (T3) + 3,65 (T4) + 1,17 (T5) + 79,92 = +/- 5,69 cm
1,51 (T1) + 4,03 (T2) + 2,97 (T3) + 2,12 (T4) + 62,89 = +/- 4,71 cm
4,31 (T2) + 3,05 (T3) + 2,20 (T4) – 2,34 (T5) + 66,60 = +/- 4,72 cm
Tabla Nº 30 Caucásicos femeninos

2,56 (T2) + 2,21 (T3) + 1,56 (T4) + 91,91 = +/- 4,59 cm


2,11 (T3) + 2,61 (T4) + 3,58 (T5) + 94,57 = +/- 5,04 cm
3,60 (T1) + 2,15 (T2) + 2,26 (T3) + 1,84 (T4) + 81,11 = +/- 4,46 cm
2,58 (T2) + 2,17 (T3) – 1,63 (T4) + 3,80 (T5) + 86,64 = +/- 4,59 cm
Tabla Nº 31 Negroides femeninos

0,5 (T3) + 25,73 = +/- 0,74 mm


- 0,3 (T4) + 36,41 = +/- 1,13 cm

!
0,8 (T2) + 0,8 (T3) + 16,08 = +/- 0,64 mm
0,8 (T3) + 0,9 (T4) + 12,88 = +/- 0,51 mm
Tabla Nº 32 Amerindios femeninos

T1

T2

T3

T4

T5

T6

Fotografía Nº 6 Secciones óseas para reconstruir la estatura a partir de fragmentos de tibia

!
10.12 CÁLCULO DE LA ESTATURA A PARTIR DE FRAGMENTOS DE HÚMERO

3,42 (H 2) + 80.94 = +/- 5.31 cm.


7.17 (H 1) + 3.04 (H 2) + 63.94 = +/- 5.31 cm.
3.19 (H 2) + 5.97 (H 3) + 74.82 = +/- 5.15 cm.
7.84 (H 1) + 2.73 (H 2) + 6.74 (H 3) + 55.45 = +/- 4.86 cm.
2.94 (H 2) + 6.34 (H 3) + 4.60 (H 4) + 72.54 = +/- 5.14 cm.
Tabla Nº 33 Caucásicos masculinos

3.87 (H 2) + 66.14 = +/- 5.40 cm.


8.84 (H 1) + 3.65 (H 2) + 42.43 = +/- 5.40 cm.
3.77 (H2) + 3.35 (H 3) + 62.59 = +/- 5.14 cm
8.55 (H 1) + 3.60 (H 2) + 1.93 (H 3) + 41.16 = +/- 5.18 cm.
3.44 (H 2) + 2.92 (H 3) + 10.84 (H 4) + 54.91 = +/- 5.16 cm.
Tabla Nº 34 Caucásicos femeninos

3.80 (H 2) + 70.68 = +/- 4.94 cm.


8.13 (H 1) + 3.34 (H 2) + 51.98 = +/- 4.56 cm.
3.79 (H 2) + 0.69 (H 3) + 69.53 = +/- 5.00 cm.
8.12 (H 1) + 3.33 (H 2) + 0.56 (H 3) + 51.08 = +/- 4.62 cm.
3.76 (H 2) + 1.19 (H 3) + 4.54 (H 4) + 61.58 = +/- 5.00 cm.
Tabla Nº 35 Negroides masculinos

2.95 (H 2) + 89.15 = +/- 4.88 cm.


5.05 (H 1) + 2.64 (H 2) + 80.13 = +/- 4.83 cm.
2.75 (H 2) + 3.76 (H 3) + 87.08 = +/- 4.85 cm
4.54 (H 1) + 2.50 (H 2) + 3.19 (H3) + 79.29 = +/- 4.82 cm.
2.66 (H 2) + 4.03 (H 3) + 2.83 (H 4) + 84.25 = +/- 4.87 cm.
Tabla Nº 36 Negroides femeninos

!
H1

H2

H3

H4

H5

Fotografía Nº 7 Secciones óseas para reconstruir la estatura a partir de fragmentos de húmero

!
10.13 ESTIMACION DE ESTATURA DE INDIVIDUOS ADULTOS A PARTIR DE
TIBIAS FRAGMENTADAS

En 1992 Thomas D.H. presenta los resultados de su trabajo "Estimation of adult


stature from fragmentary tibias", en el que se reporta la existencia de una estrecha
relación entre la longitud de la tibia y el tamaño de los cóndilos de la misma, lo cual
permite estimar la estatura de individuos blancos y negros norteamericanos
utilizando dimensiones de la epífisis proximal de la tibia.

Para realizar el estudio se utilizaron 100 individuos de la colección Hamann Todd, a


quienes se les tomaron cinco dimensiones óseas:

1. Amplitud bi-articular (BB)


2. Amplitud articular del cóndilo medial (MCW)
3. Longitud articular del cóndilo medial (MCL)
4. Amplitud articular del cóndilo medial (LCW)
5. Longitud articular del cóndilo lateral (LCL)

La aplicación de las mencionadas dimensiones permitieron generar ecuaciones de


regresión lineal simple y múltiple. Todas las ecuaciones tienen un nivel de confianza
comparable al alcanzado por otras técnicas para calcular la estatura.

El autor considera que la aplicación de las fórmulas debe ser cuidadosa, ya que
fueron generadas a partir de una muestra pequeña que se restringe a individuos
norteamericanos blancos y negros, por lo cual son específicas para esa población,
igualmente recomienda que la técnica desarrollada sea utilizada como un método
complementario, es decir utilizando otros huesos largos. A continuación se
mencionan las fórmulas planteadas por el mencionado autor:

ECUACIÓN ERROR ESTÁNDAR


1.031 (LCL) + 122.38 5.24
1.149 (MCW) + 0.992 (MCL) + 85.87 4.51

!
0.867 (MCL) + 0.606 (LCL) + 104.56 4.88
0.947 (MCW) + 0.911 (MCL) + 0.325 (LCL) + 82.73 4.48
Tabla N° 37 Individuos masculinos blancos
ECUACION ERROR ESTÁNDAR
1.313 (BB) 75.36 4.88
1.115 (MCL) + 122.80 5.11
1.14 (LCL) + 128.26 5.11
0.836 (MCL) + 0.853 (LCL) + 99.79 4.62
Tabla N° 38 Individuos Masculinos Negros

ECUACIÓN ERROR ESTÁNDAR


1.64 (MCL) + 91.77 4.29
1.642 (LCL) + 101.89 4.62
1.66 (BB) + 50.27 4.71
1.062 (MCL) + 0.854 (LCL) + 85.19 3.86
1.032 (LCW) + 1.149 (LCL) + 89.22 4.41
0.950 (MCL) + 0.578 (LCW) + 0.661 (LCL) + 79.84 3.84
Tabla N° 39 Individuos Femeninos Blancos

ECUACION ERROR ESTÁNDAR


1.318 (MCL) + 105.82 4.35
0.905 (LCL) + 129.05 4.62
1.142 (MCW) + 128.78 4.64
1.374 (MCL) + 0.962 (LCL) + 68.44 3.77
0.742 (MCW) + 1.089 (MCL) + 94.02 4.24
0.613 (MCW) + 1.182 (MCL) + 0.916(LCL) + 60.50 3.69
Tabla N° 40 Individuos Femeninos Negros

10.14 CÁLCULO DE LA TALLA EN FETOS Y ADOLESCENTES

Calcular la estatura que tenía un individuo sub-adulto es una tarea bastante


complicada por diferentes razones, la primera radica en que hasta finales de la
adolescencia los huesos largos (necesarios para calcular la estatura) aún no han
completado su total desarrollo óseo, es decir, aún no se han fusionado
completamente sus centros secundarios de osificación (para el caso de
adolescentes) o aún se encuentran en estado cartilaginoso (fetos, individuos
infantiles, o de la primera infancia), lo que conlleva a que no es usual que en las
escenas del crimen se logre su total recuperación.

!
Por lo anterior, los huesos largos de individuos subadultos generalmente ingresan al
laboratorio de antropología forense incompletos, razón que hace que se deban
aplicar técnicas de medición apropiadas para estos casos. Los anteriores
inconvenientes se ven magnificados en la medida que para población colombiana
aún no se han reportado estudios sobre estatura en individuos infantiles, lo que
conlleva a utilizar fórmulas matemáticas provenientes de poblaciones extranjeras.

Una de las razones por las cuales en nuestro medio, y en general a nivel
internacional no abundan este tipo de estudios, es que idealmente estos deben
llevarse a cabo aplicando estudios longitudinales, lo que requiere que la población o
muestra estudiada, sea idealmente medida de forma continua, quizás semana tras
semana o como mínimo cada mes, hasta que culminen su período de crecimiento.

Balthazard y Dervieux (1921), citados por Reverte (1999:621) proponen las


siguientes fórmulas para calcular la talla (en mm) en individuos fetales a partir de la
longitud máxima de diáfisis de fémur (F), húmero (H) y tibia (T)

Talla = 6,5 H + 8 cm
Talla = 5,6 F + 8 cm
Talla = 6,5 T + 8 cm
Tabla Nº 41 Fórmulas para calcular la estatura en fetos

En 1958 y 1960 Olivier y Pineau (Citados por Krogman & Iscan, 1986) realizan un
estudio en el que replantean las fórmulas propuestas por Balthazard y Dervieux, ya
que los datos originales eran aplicables en fetos a termino, pero demasiado bajos
para fetos de menor edad. En la tabla Nº 42 se encuentran las fórmulas modificadas
de Olivier & Pineau, las medidas deben ser tomadas en mm.

Estatura = 7.92 x longitud humeral – 0.32 = +/- 1.80 k


Estatura = 1.38 x longitud radial – 2.85 = +/- 1.82 k

Balthazard & Dervieux, citados por Reverte 1999:621


!
Estatura = 8.73 x longitud cubital – 1.07 +/- 1.59 k
Estatura = 6.29 x longitud femoral + 4.42 +/- 1.82 k
Estatura = 7.85 x longitud peroneal + 2.78 = +/- 1.65 k
Estatura = 7.39 x longitud tibial + 3.55 = +/- 1.92 k
Tabla Nº 42 Fórmulas para calcular la estatura (en cm) en fetos
En 1966 – 1978 Fazekas y Kósa (Citados por Krogman & Iscan 1986) analizan una
serie de 138 esqueletos fetales, 71 masculinos y 67 femeninos de sexo, edad y
estatura conocidos procedentes de la Facultad de Medicina Forense de la
Universidad Médica (Szeged – Hungría). En su estudio se desarrollaron fórmulas y
ecuaciones lineales de regresión para relacionar talla del cuerpo fetal y dimensiones
óseas, más exactamente con la longitud total de diáfisis de huesos largos de
miembros superiores e inferiores, las fórmulas resultantes se pueden observar en la
tabla Nº 43.

Talla corporal = 1.33 x longitud humeral – 3.29 cm


Talla corporal = 0.94 x longitud radial – 1.99 cm
Talla corporal = 1.22 x longitud cubital – 2.90 cm
Talla corporal = 1.55 x longitud femoral – 7.00 cm
Talla corporal = 1.38 x longitud tibial – 6.78 cm
Talla corporal = 1.32 x longitud peroneal – 6.17 cm
Tabla Nº 43 Estimación de la estatura en fetos a partir de longitud total de diáfisis de huesos largos

Olivier (1969) realizó una investigación para calcular la estatura en individuos desde
el nacimiento, hasta la adolescencia a parir de la longitud total diáfisis femoral, como
afirman Krogman & Iscan (1986:338), se debe tener cierta cautela al aplicar estas
fórmulas, ya que al momento de presentar de resultados no se tuvieron en cuenta
criterios como el sexo y la pertinencia racial de los individuos estudiados;
adicionalmente, Iscan (Op cit.:338) menciona que encontró una diferencia de 15 cm.
entre la estatura reportada de niños desaparecidos y la estatura estimada con los
resultados de la investigación de Olivier. No obstante, en razón a que en nuestro

Olivier 1969, citado por Krogman & Iscan 1986:336


Fazekas & Kósa, 1966, 1978, citados por Krogman & Iscan 1986:336-337
Citado por Krogman & Iscan (1986:338-339)
!
medio no se han reportado investigaciones para calcular la estatura en niños a partir
de diáfisis de huesos largos, consideramos que estas ecuaciones son muy útiles
para casos de cadáveres clasificados como NN en los que se requiera determinar su
estatura, debiéndose tener en cuenta la desviación estándar encontrada por el
mencionado autor.

LONGITUD MÁXIMA DIÁFISIS FEMORAL ESTATURA ESTIMADA


80 mm. 50.0 cm.
85 mm. 55.0 cm.
90 mm. 58.5 cm.
95 mm. 61.5 cm.
100 mm. 64.5 cm.
105 mm. 67.5 cm.
110 mm. 70.0 cm.
115 mm. 73.0 cm.
120 mm. 76.5 cm.
125 mm. 79.0 cm.
130 mm. 81.5 cm.
135 mm. 84.5 cm.
140 mm. 87.0 cm.
145 mm. 89.5 cm.
150 mm. 93.0 cm.
155 mm. 94.5 cm.
160 mm. 96.8 cm.
165 mm. 99.3 cm.
170 mm. 101.5 cm.
175 mm. 103.5 cm.
180 mm. 105.5 cm.
185 mm. 107.5 cm.
190 mm. 109.5 cm.
195 mm. 110.0 cm.
200 mm. 114.0 cm.
210 mm. 116.0 cm.
220 mm. 119.0 cm.
230 mm. 122.0 cm.
240 mm. 125.0 cm.
250 mm. 127.5 cm.
260 mm. 130.3 cm.
270 mm. 133.3 cm.
280 mm. 135.8 cm.
290 mm. 138.5 cm.
300 mm. 141.0 cm.
310 mm. 143.5 cm.
320 mm. 146.0 cm.
330 mm. 148.8 cm.
340 mm. 151.0 cm.
350 mm. 153.8 cm.
360 mm. 156.0 cm.
370 mm. 158.8 cm.

!
380 mm. 161.8 cm.
390 mm. 165.0 cm.
400 mm. 170.0 cm.
Tabla Nº 44 Estimación de estatura a partir de longitud máxima de diáfisis femoral

!
5. INTRODUCCIÓN A LA TAFONOMÍA FORENSE. ANÁLISIS DEL DEPÓSITO
FUNERARIO Y GÉNESIS DE FENÓMENOS PSEUDOPATOLÓGICOS. ∗
MANUEL POLO-CERDÁ , JOSÉ D. VILLALAÍN-BLANCO ELISA GARCÍA-PRÓSPER

5.1 CONCEPTOS DE TAFONOMÍA. EXTENSIÓN Y LÍMITES DE LA TAFONOMÍA


ARQUEOLÓGICA Y FORENSE

En Medicina Legal y Forense se tratan con frecuencia los problemas tanatológicos,


pero todavía son escasos los estudios orientados hacia la tafonomía en el contexto
propio de la investigación antropológica forense (Etxeberria, 1990b).

En España algunos autores se han encargado de abordar el tema desde las


diferentes ciencias encargadas de la recuperación e investigación de los restos
óseos humanos. Entre estos trabajos, podemos citar los siguientes: en el ámbito de
la Antropología Forense (Serrano, 1982; Reverte, 1991; Villalaín, 1992; Etxeberria,
1992, 1996a; Polo y cols., 1996; Polo, 1997; Etxeberria y Carnicero,1998; Polo y
Villalaín, 2000, etc.), en la Paleopatología (Campillo, 1977, 1994; Pérez-Pérez, 1990;
Etxeberria, 1990-1991a, 1990b, 1994, 1996b; Chiarri y cols., 1997; Rodes y cols.,
1997 y 1999; Botella y Alemán, 1998; Gil y cols., 1999; etc.), en la
Paleoestomatología y la Odontoantropología (Cloquell, 1996; Etxeberria y Rojo,
1994; etc.) y en la Arqueología (Diez, 1985; Pumarejo y Bernaldo, 1990a, 1990b;
Bernáldez, 1999; etc.)

Más recientemente, en el ámbito anglosajón, han visto la luz trabajos y monografías


específicas sobre el tema (Hanglund y Sorg, 1997 y 2002), que ponen de manifiesto
el interés creciente por esta materia en sus aplicaciones arqueológicas y forenses.


Texto revisado y ampliado de: Polo Cerdá, M. y Villalaín Blanco, J.D. (2000): Tafonomía forense y
policial. En: Identificación Antropológica Policial y Forense. J.D. Villalaín Blanco y F.J. Puchalt Fortea
(directores) Editorial Tirant lo Blanch, Valencia, pp. 305-340. España. ISBN 84-8442-158-9.

Médico especialista en Antropología Forense - e-mail: Manuel.Polo@uv.es


Catedrático de Medicina Legal. Especialista en Medicinal Legal y Forense
Arqueóloga especialista en Arqueología Funeraria

!
Con el objeto de ubicar el tema, recordemos que etimológicamente la palabra
”tafonomía” es un neologismo formado a partir de dos palabras griegas: taphos,
enterramiento o tumba y nomos, ley. Una primera definición de tafonomía, podría ser:
ciencia que tiene por objeto el estudio del enterramiento y de los fenómenos que le
acompañan.

Cada autor define desde su área de conocimiento esta disciplina, que no olvidemos,
constituye por sí misma una ciencia interdisciplinaria que interesa a paleontólogos,
arqueólogos, antropólogos, geólogos, químicos, biólogos, edafólogos, botánicos,
especialistas en medicina legal y forense, médicos forenses, etc. Sirvan de ejemplo,
las definiciones de Gaycor (cit. Villalaín, 1992), “ciencia que se ocupa de las
circunstancias y procesos que sufre un organismo desde su muerte al enterramiento,
así como de los avatares por los que pasa hasta la fosilización o hasta que se
encuentra”), y Turek y colaboradores (1988), “ciencia que se encarga del estudio de
todo lo que acontece a los organismos después de su muerte hasta que afloran a la
superficie como fósiles”).

El término tafonomía fue propuesto, al parecer, por Efremov en 1940 (Villalaín,


1992), como una rama de la Paleontología que estudia la formación de los
yacimientos fósiles, es decir, de las leyes que rigen el paso de restos orgánicos
desde la Biosfera a la Litosfera.

En el campo de la Tanatología es donde se produce el encuentro entre la Medicina


Legal y Forense y la Tafonomía. Ambas, son ciencias que pueden aclarar
recíprocamente cuestiones aún no resueltas en relación a los procesos de evolución
postmortem. Luego, partiendo de este punto, podría hablarse de una Tafonomía
Forense o de una Medicina Legal Tafonómica, que se ocuparía de los procesos y
relaciones que se establecen entre el cadáver y su lugar de enterramiento.

El campo que abarca la tafonomía es complejo y extenso, comprendiendo el estudio


de las secuencias postmortem, la etiología y las modificaciones mecánicas y

!
químicas que afectan a los restos humanos. Excluiría, por tanto, los fenómenos que
se originan en el cadáver en otros medios que no sean propiamente un
enterramiento. Estudiaría los restos humanos, incluso sus huellas, sean restos
aislados o conservaciones completas o incompletas, originadas por uno u otro
fenómeno transformativo, moldes o impresiones corporales, de manos o pies, huellas
de actividad humana (fenómenos antrópicos), coprolitos, restos alimenticios y
rastros químicos de origen humano.

La Tafonomía Forense, el tema que nos ocupa, se puede definir, siguiendo la


definición de Efremov, como “aquella parte de la Medicina Legal, y concretamente de
la Tanatología, que se ocupa de los procesos y relaciones que se establecen entre el
cadáver y su lugar de enterramiento”.

De una forma más sintética, la Tafonomía aplicada a la Antropología Forense se


encarga del análisis de aquellos procesos que experimentan los restos humanos
como consecuencia de la influencia de los factores del ambiente y del lugar del
enterramiento en el que han permanecido durante más o menos tiempo. El estudio
tafonómico constituye, sin lugar a dudas, un capítulo fundamental en toda
investigación antropológica y arqueológica forenses.

Es evidente, pues, que la Medicina Legal y Forense puede completar sus


conocimientos si se aprovecha la fuente de información que genera la tafonomía y, al
mismo tiempo, los especialistas en Medicina Legal y Forense, por sus propios
conocimientos y experiencia, están en condiciones de intervenir como técnicos
cualificados en la propia recuperación y estudio de los restos óseos en su tránsito
desde la Biosfera a la Litosfera (Etxeberria, 1996a).

Desde un punto de vista historiográfico, Hill (1975) y Behrensmeyer (1978) le dieron


naturaleza, y desde entonces ha ido creciendo y aplicándose en multitud de
disciplinas. Como ya se ha comentado, en España no ha existido una tradición clara
en este campo, si bien en la primera mitad de la década de los noventa se realizaron

!
dos reuniones científicas monográficas sobre Tafonomía y Fosilización, la primera en
Madrid (1990) y la segunda en Zaragoza (1995), en las cuales se desarrollaron
problemas tafonómicos desde las diferentes disciplinas afines a la Tafonomía
(Paleontología, Paleoantropología, Antropología Forense, Paleopatología,
Arqueología, Medicina Legal y Forense, Geología, Biología, etc.) Recientemente, en
Valencia, tuvo lugar el Tercer Congreso Internacional de Tafonomía (2002).

5.2 LA TAFONOMÍA Y LOS PROCESOS DE EVOLUCIÓN POSTMORTEM

De particular importancia para las investigaciones arqueológicas y policiales son los


estudios tafonómicos sobre las secuencias de desarticulación de los esqueletos, el
análisis de la descomposición y el medio en que esta tuvo lugar, el análisis de las
alteraciones postmortem originadas por la actividad animal (por ejemplo, la
dispersión de restos por animales o por el medio ambiente), vegetal o antrópica, el
estudio del envejecimiento de los huesos y supervivencia de las diferentes partes del
esqueleto, en relación con agentes ecológicos y procesos sedimentarios que llevan
en ocasiones a originar falsas patologías óseas, etc.

Así pues, con el objeto de pormenorizar de una forma didáctica las cuestiones más
generales sobre tafonomía aplicada a la Antropología Arqueológica y Forense
seguiremos el siguiente esquema metodológico:

a. Interacción suelo-cadáver y evolución postmortem:


Edafología.
La evolución cadavérica.
Fenómenos tafonómicos. Concepto y definición. Implicaciones
pseudopatológicas.
b. El depósito funerario:
Tipos de enterramiento
Gestos funerarios que evidencian el proceso de destrucción cadavérica.

!
5.3 INTERACCIÓN SUELO-CADÁVER Y EVOLUCIÓN POSTMORTEM

5.3.1 EDAFOGÉNESIS

El conocimiento del suelo, su formación y biología, es una cuestión primordial desde


el punto de vista tafonómico, y de su estudio se encarga la Edafología, ciencia que
estudia las modificaciones o alteraciones en composición y/o estructura que las
características físico-químicas de un suelo en particular pueden producir sobre los
restos óseos.

Cuando un material biológico como un cadáver se encuentra en superficie, total o


parcialmente enterrado, es colonizado progresivamente por la vegetación herbácea,
luego arbustiva y, por último, arborescente. Al mismo tiempo que esto sucede, el
suelo se forma y evoluciona, tanto en su parte mineral como en la incorporación de
materia orgánica. Se forma el “humus”, primero conformando un nivel superficial y
posteriormente, un horizonte debajo de este, que aumenta poco a poco de grosor.

Este medio es muy complejo y comprende constituyentes minerales, orgánicos y


orgánico-minerales. Existe, por lo tanto, un paralelismo entre la sucesión de niveles
edáficos, cada vez más desarrollados, y la sucesión vegetal y animal. Esta doble
evolución conduce a un equilibrio estable que caracteriza tanto a la vegetación de un
lugar como al suelo del mismo, y que en definitiva es susceptible de afectar en mayor
o menor medida a un cadáver. En consecuencia, el suelo es el primer factor que
debe tenerse en cuenta para determinar la fenomenología tafonómica.

La materia orgánica del cadáver se incorpora al medio, a través de un proceso


multiforme de transformación. En dicho proceso, parte de los componentes se
mineralizan hasta ácido carbónico, agua y amoníaco entre otros; otra parte se
transforma en compuestos orgánicos como son los ácidos orgánicos de bajo peso
molecular, aminoácidos, etc. y, al mismo tiempo, este fenómeno transformativo se
acompaña de la neoformación de sustancias de peculiar naturaleza denominadas

!
sustancias húmicas.

La transformación cadavérica varía mucho anualmente según las asociaciones


cadáver-suelo, los lugares y sus condiciones climáticas. Esa interacción de factores
múltiples, siempre cambiantes, plantea un cuadro sumamente complejo que siempre
ha de estar presente en todo análisis tafonómico forense o arqueológico.

El suelo ya no se considera un medio inerte, sino un elemento dinámico de procesos


complejos interactivos. Cada nivel de suelo va a caracterizarse por una actividad
distinta, destructiva, reconstructiva, conservadora o transformadora, siempre distinto,
y sujeto a la acción de los procesos climáticos, físicos, físico-químicos y biológicos
particulares.

El hallazgo de restos humanos enterrados o superficie obliga, como primera medida,


para un correcto estudio, a diferenciar las características y niveles de enterramiento,
la fracción mineral, la fracción orgánica y valorar los fenómenos de alteración,
transporte y dinámica del suelo.

Consecuentemente a la desaparición de la materia orgánica, los huesos se hacen


porosos y absorben soluciones minerales y se rellenan huecos. A menudo tienen
lugar recristalizaciones; así el aragonito se transforma en calcita y otras veces,
tras la disolución de la pieza ósea, esta se reproduce como un molde mineralizado.
Otras veces la sustitución se reemplaza por nuevos cristales o se origina una
incrustación que recubre al hueso con una capa de carbonato cálcico.

Las sustancias fosilizantes habitualmente suelen ser tres: el carbonato cálcico, la


sílice y el sulfuro de carbono. Menos frecuentemente intervienen el fosfato cálcico, el
sulfato cálcico o algún silicato, ya que la fosilización puede realizarse por
carbonatación, silificación, fosilización piritosa, carbonosa y por fosfato cálcico.

De todo lo expuesto, pese a que muy raramente va a enfrentarse el investigador

!
policial o forense a formas fosilíferas, estos conocimientos nos permiten plantear
los ciclos y elementos que debemos estudiar en los suelos de enterramiento, desde
el punto de vista conservador: solubilización, carbono, calcio, sílice, hierro, fosfatos,
sulfatos y sulfuros.

Así pues, se deduce que Tafonomía y Edafología, son ciencias afines de especial
importancia en el contexto de toda investigación antropológica y arqueológica
forenses, y que van ayudar a conocer los procesos y relaciones que se establecen
entre el cadáver y el lugar de enterramiento, todo ello analizado desde una
concepción dinámico-reconstructiva de unos hechos (la evolución postmortem) tan
variables según cada caso.

En este trabajo, nos centraremos fundamentalmente, en el desarrollo de los


fenómenos tafonómicos y edáficos que pueden alterar los restos óseos, mediante
diversos mecanismos de acción, y consecuentemente dar lugar a lesiones
pseudopatológicas que pueden plantear dudas diagnósticas.

5.3.2 LA EVOLUCIÓN CADAVÉRICA

En el ámbito de la Antropología Forense, más que el estudio del hueso fosilizado,


que es ocasional, nos interesan todos los fenómenos que han originado la
transformación del cadáver hasta el estadio esquelético. Evolutivamente hay que
considerar dos fases distintas:

1. FASE CADAVÉRICA

El propio cadáver y los fenómenos bióticos y abióticos la caracterizan. Va a


evolucionar por las vías tradicionales de la putrefacción o transformación
(momificación, saponificación, corificación, etc...), en función, primero, de las
características del cadáver y, secundariamente, del medio ambiente.
2. FASE MEDIÁTICA

!
El proceso de degradación o conservación corporal va a determinarse básicamente,
en función de la biología del medio de enterramiento. Los restos pasan a ser objeto
de fenómenos físicos de meteorización, arrastre y caída, de procesos químicos de
oxidación y disolución, recristalización y diagénesis y pasa a ser soporte y fuente de
nutrición de otras especies. En superficie van a actuar los procesos bioquímicos, en
profundidad los procesos físico-químicos.

5.3.3 LA FASE CADAVÉRICA

La Medicina Legal ha estudiado muy detenidamente tanto la muerte, como los


procesos subsiguientes que se originan en las primeras fases del enterramiento,
tomando como modelo la especie humana que, desde un punto de vista biológico,
vendría a corresponder a un mamífero de un tamaño mediano.

La destrucción del cadáver se inicia (como se comentó más ampliamente en el


capítulo de Intervalo Postmortem del presente texto) por las partes blandas, a través
de un proceso muy complejo de autólisis, acción directa de los microorganismos,
flora y fauna, que en muchas de sus fases está aún por concretar.

Cualquier cuerpo, total o parcialmente conservado, tiene, necesariamente que haber


sufrido alguna alteración determinada por los fenómenos cadavéricos; la tendencia
natural es la destrucción progresiva y la conservación es un proceso complejo y
excepcional en el que estos fenómenos, normales y habituales se interrumpen y
modifican, unas veces por causas del propio cuerpo; la mayor parte de las veces,
debido a intervenciones naturales o artificiales extrañas al mismo; de ahí que no se
produzcan dos casos exactamente iguales; cada uno vendrá determinado por las
circunstancias específicas que concurren en cada proceso.

En Medicina Legal se denominan fenómenos cadavéricos, a la serie de signos,


señales y procesos que aparecen como consecuencia de la muerte.

!
Esquemáticamente, este amplio capítulo de la Tanatología comprende dos grandes
grupos de fenómenos según Muñoz Tuero:

1. Negativos, demostrativos de la falta de vida:

a) Inmediatos, esto es, los signos que aparecen en los períodos más cercanos y nos
permiten afirmar la muerte como entidad.
b) Consecutivos, los que aparecen poco después y que se utilizan
fundamentalmente para determinar la cronología de la muerte (enfriamiento, rigidez,
hipóstasis cadavérica y signos de deshidratación cadavérica).

2. Positivos o transformativos, consecuencia de la gran actividad biológica


sobreañadida que se desarrolla sobre el cadáver:

a) Inmediatos o destructivos: putrefacción y fermentación cadavérica.


b) Consecutivos o transformativos: maceración, saponificación, corificación,
momificación, y fosilización.

Todos ellos, como es sabido, evolucionan, según determinadas pautas, en función


de toda la gama de factores endógenos y exógenos, con un claro predominio de los
primeros sobre los segundos cuanto más cerca de la muerte nos encontremos; de
ahí la relativa mayor fijeza de los primeros sobre los últimos en que, las reglas
evolutivas son mucho más aleatorias.
Los fenómenos abióticos inmediatos y consecutivos han sido estudiados de modo
amplio, aunque no exhaustivo, por los médicos legistas. La literatura científica dedica
amplios capítulos a su consideración porque constituyen la base del
tanatocronodiagnóstico o Intervalo Postmortem (IPM).

Mucha más importancia tafonómica tienen los fenómenos destructivos que se


instauran progresivamente, primero un proceso autolítico y después la putrefacción y

!
fermentación cadavérica que escinde las moléculas orgánicas en otras más sencillas
hasta que se origine una teórica mineralización del cuerpo.

El proceso es debido a todo un acúmulo de agentes que actúan sucesiva y


simultáneamente y que podríamos clasificar en varios grupos:

1. Autodigestión y autólisis.
2. Microorganismos (bacterias, hongos, etc.)
3. Actividad vegetal, especialmente de las raíces.
4. Actividad de la fauna necrófaga, inferior y superior.
5. Acción integradora del suelo.

La autodigestión y autólisis es un proceso, como es sabido, que consiste en la


demolición molecular de los elementos constitutivos de la célula, originada por la
intervención de los sistemas enzimáticos propios. Al cabo de un cierto tiempo, las
enzimas actúan sobre sí mismas destruyéndose y con ellas, las estructuras
celulares.

En consecuencia, el hallazgo de protoplasmas conservados en sílex, o bacterias


paleozoicas incluidas en cristales de sal, hablan de la interrupción casi instantánea a
la muerte, del proceso de degradación por los sistemas tafoconservadores.

Las revisiones hechas, pueden aportar considerables datos complementarios, pese a


que han sido realizadas, preferentemente en sangre, L.C.R., líquido pericárdico y
humor vítreo, con vistas a una determinación de la data de la muerte y al diagnóstico
retrospectivo de las enfermedades y causas de la muerte.

Obviamente, este proceso se modifica en función de toda una constelación de


circunstancias que ha sistematizado Borri en cuatro grupos:
1. Circunstancias enzimoplasmáticas: ácidos diluidos que transforman al
prefermento en fermento activo.

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2. Circunstancias dinamógenas o zimoexcitadores: como es la temperatura que
favorece la acción enzimática.
3. Circunstancias enzimoinhibidoras: como el frío y los álcalis, que frenan la
acción de las enzimas autolíticas.
4. Circunstancias enzimolíticas: como temperatura alta, ácidos fuertes o
microorganismos, que destruyen las enzimas.

En consecuencia, y debido a esa intensa actividad bioquímica, las alteraciones


humorales e histomorfológicas son de tal grado que hacen en la práctica imposible la
conservación de finas estructuras celulares en los especímenes fósiles. Solamente
fenómenos como los de congelación de los mamuts siberianos y las bacterias
árticas, o de inclusión, sea en asfalto - como el célebre rinoceronte de los Cárpatos -,
en petróleo, resinas o turba, permiten una conservación de partes blandas suficiente.

La putrefacción consiste en un proceso fermentativo bacteriano. También ha sido


motivo de consideración por los médicos legistas desde que esta especialidad se
conformó como tal. Insensiblemente, los fenómenos autolíticos se imbrican con los
propiamente bacterianos: putrefacción y fermentación cadavéricos.

a) En medio aerobio, se origina la putrefacción, caracterizada por una oxidación


progresiva del medio que se transforma en gas.
b) En un medio anaerobio, se originan fermentaciones, a través de un proceso
predominantemente reductor, originándose como productos finales gases y
compuestos orgánicos del tipo de los alcoholes, ácidos aminados, péptidos, etc.
c) Habitualmente el proceso es mixto, con predominio de uno u otro, según las
circunstancias endógenas y exógenas de todo tipo y con interferencias diversas
entre uno u otro mecanismo. Por eso es imposible encontrar dos cadáveres en
una fase idéntica de destrucción.

La materia orgánica se transforma así en una sustancia pastosa, rica en


carbono que cuando procede del hombre se denomina "sanies"; cuando es de

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animales se denomina "sapropeles" y evoluciona a formar petróleos, con el tiempo;
cuando es vegetal, se llama "humus", que evoluciona a formar carbones como
productos finales.

Este proceso bacteriano va a manifestarse morfológicamente en una serie gradual de


cambios que han dado lugar a los llamados períodos de la putrefacción: cromático,
enfisematoso, colicuativo, pre-esquelético y esquelético, atendiendo al color,
infiltración gaseosa, reblandecimiento o estado de los restos cadavéricos. Un análisis
del cadáver conservado, en función de estas fases, permite concretar el momento
tafo-cronológico y alguno de los factores concurrentes a la conservación.

La putrefacción va dando paso progresivamente a una intensa fermentación


anaerobia. Una y otra producen gases diversos que al combinarse con distintos
pigmentos orgánicos originan cambios de coloración, formando metahemoglobina,
coleglobina y sulfohemoglobina.

FACTORES FAVORECEDORES DE LA FACTORES INHIBIDORES DE LA PUTREFACCIÓN


PUTREFACCIÓN

a) Factores intrínsecos: a)Factores intrínsecos:


Recién nacido (carece de gérmenes intestinales)
Volumen del cadáver, infecciones, Enterramiento de miembros aislados.
septicemias, gangrenas, mutilaciones, b) Factores exógenos:
heridas. • Intoxicaciones (alcohol, Co, arsénico, ác.
cianhídrico).
b) Factores extrínsecos múltiples: • Impregnación corporal por antibióticos,
especialmente tetraciclinas.
Aireación y temperatura (óptimo 20-30 ºC.) • Radiaciones ionizantes (de ahí la magnífica
conservación de los cuerpos en Esquivias,
Toledo). Terrenos compactos. Terrenos ricos en
compuestos arsenicales o de plomo.
• Sequedad intensa.
• Indumentaria.
• pH. (conservación en las turberas
centroeuropeas). Carencia de oxígeno (caso de
las momias Chiu-Chiu Bolivianas, gracias a la
acción combinada de la altitud, sequedad. Frío y
carencia de oxígeno).
Tabla Nº 1. Factores favorecedores e inhibidores de la putrefacción.

5.3.4 LA FASE MEDIÁTICA

!
Como resultado de la putrefacción y de la fermentación cadavérica el cuerpo se
transforma progresivamente en productos químicos simples. Productos que van a
pasar al medio que rodea al cadáver y que van a interaccionar o a sumarse a los
propios de éste.

La identificación de productos de esta naturaleza informa sobre el momento


destructivo o sobre la fase en que se produjo la interrupción del proceso. La
demostración en fósiles de glúcidos (glucosa y galactosa), el reconocimiento de
proteínas o de aminoácidos evidencian que la putrefacción se interrumpió en estos
casos, en una fase relativamente temprana.

En los suelos, por otra parte, se han identificado otra serie de sustancias simples,
secundarias a la propia putrefacción.

Todos estos compuestos orgánicos simples, descubiertos por la moderna


investigación permiten suponer su participación en los procesos del suelo (erosión,
disgregación de minerales, geoquímica, formación de estructuras) que tanta
importancia tafonómica poseen.

En líneas generales, los esqueletos se modifican progresivamente y a ritmos distintos


por varias vías. El proceso de demolición habitualmente continúa con el hueso
desnudo. En cadáveres expuestos al aire, la putrefacción se completa a los 3 a 5
años; pero en ocasiones, cuando hay una fauna activa, este período no pasa de 3 a
4 meses o incluso días.

La propia putrefacción colabora a la resistencia ósea. Es posible que sea Tirelli quien
haya estudiado primero el proceso putrefactivo en los huesos, en 1910, y las
modificaciones que experimenta con el tiempo la médula ósea (1911), aunque antes,
Carnot, en 1906, había descrito las variaciones que experimenta el hueso en cuanto
a su peso. Los primeros trabajos sobre la evolución del hueso, si bien de carácter

!
parcial fueron realizados por Mende, Reinhard, Kratter, Toldt, Neckermann, Muller y
Dervieux, Bayle, Amy y Rodeau du Noyes, Beuman y otros. Estos trabajos
plantearon el problema dinámico evolutivo que demostraba el empobrecimiento
progresivo en la materia orgánica y mineral, cuantitativa y cualitativamente. La
primera revisión y estudio de conjunto fue desarrollada por Walcher y luego por Berg
y Specht, realizada para fijar estos cambios en el tiempo.

En España se han hecho numerosos trabajos al respecto. Mata dedica un amplio


espacio al estudio de los restos óseos; Maestre y Piga Pascual estudiaron en 1912
las modificaciones que experimenta la médula ósea; el mismo PIGA estudió la
putrefacción en la cámara pulpar del diente, estudio que completará Calatayud, en
1944. En 1917, Lecha-Marzo estudió el contenido en grasa del hueso y sus
caracteres histológicos, encontrándola hasta 8-10 años tras la muerte; en 1942,
Maestre valoró el comportamiento del hueso ante el ácido ósmico; poco después,
Aznar estudió la pérdida de peso en relación a la antigüedad del hueso (1945) y la
conservación de los elementos formes sanguíneos en los canales de Havers, hasta
20 años después de la muerte. Castellano dedicó su tesis doctoral al tema (1976).
Por lo general, todos estos son trabajos ignorados en la literatura anglosajona.

En 1940, Müller resumía lo que se conocía hasta entonces en el siguiente cuadro:

1. Formación de una capa de moho en los sepultados en tierra, más de 2 a 4 años


postmortem.
2. Desaparición de las partes blandas en los enterrados en fosas: de 3 a 4 años
antes.
3. Desaparición de ligamentos y cartílagos en los sepultados en tierra, después de 5
a 10 años.
4. Desaparición de la grasa de los huesos, después de 10 a 15 años.
5. Empieza la destrucción de los huesos, después de 10 a 15 años.
6. Estado quebradizo, frágil y superficie porosa: más de cincuenta años.
Tafonómicamente los procesos que puede sufrir un hueso son:

!
1. Se va haciendo más poroso, debido a la destrucción de la materia orgánica y a
la disolución del sustrato mineral que desaparece en un medio ácido.
2. Sufre transformaciones debidas a la acción química de la misma descomposición
o por acciones químicas del medio en que se encuentra.
3. O sufre un proceso de fosilización conservadora, por la impregnación de sales
minerales.

Según Berg, se producen tres modelos básicos de destrucción:

a. En medios ácidos

Máxima decalcificación con conservación de la matriz fundamental. Paralelamente se


expone el tejido conectivo, que pierde su protección. El hueso se hace flexible y se
deforma con facilidad.
Si se produce una impregnación por sales de hierro o manganeso, esto no se
produce pero se acelera la desintegración de la matriz ósea, originándose fragilidad
del hueso y su fragmentación, de modo que en pocas centurias un hueso queda
reducido a meras trazas.

Macroscópicamente se producen defectos superficiales, exfoliación y fisurización,


deterioro de los cóndilos, perdiéndose progresivamente la epífisis entera,
conservándose mejor el hueso compacto.

Microscópicamente se observa una desintegración pastosa de las laminillas


intersticiales, acompañada de una buena conservación de las láminas centrales de
los conductos de Havers.

b. En suelos arenosos, pedregosos y secos o con limo

!
La sustancia mineral se transforma progresivamente en carbonato; el tejido fibroso
se contrae, la estructura exterior de hueso aparece lisa y la estructura esponjosa
epifisiaria se conserva durante décadas. Macroscópicamente el aspecto externo
parece intacto. Microscópicamente, la erosión micromorfológica se produce en un
período de 2 a 3 mil años. El interior del hueso parece desorganizado, semejante a
hueso calcinado, frágil, quebradizo, poroso, inactivo ópticamente, decalcificado que
se desmorona fácilmente y que produce una intensa reacción carbonatada.

c. Otros modelos

En otros casos se produce una remineralización y endurecimiento, produciéndose


fosilización o petrificación. En estos restos es posible demostrar fibras colágenas,
incluso en huesos muy remineralizados (Race y cols. Wyckoff y Dodereuz).

Los aminoácidos procedentes de la matriz ósea, son estables en el tejido óseo


durante mucho tiempo (Abelson), de tal modo que incluso en fragmentos óseos
anteriores al neolítico es posible su determinación (Ascenzi), en proporciones
variables según el lugar de origen.

La determinación, por tanto, de nitrógeno total, es otro elemento útil a efectos de


datación del hueso (Heizer y Cook), de tal modo que ha llegado a ser aplicado a los
fragmentos del cráneo de Piltdown Weiner, Oakley y Clark) junto con otros
procedimientos como el carbono-14, que como es sabido, se ha generalizado como
datador cronológico para grandes períodos de tiempo (De Vries y Oakley, Barker y
Mackey, Brothwell y Burleigh y tantos otros) junto con el estudio del flúor (Oakey y
Montagu, Oakey, Bergmean y Karsten, etc.).

La determinación de otros minerales está adquiriendo un interés creciente, sobre


todo para estudiar determinadas características de la vida del sujeto: investigación de
plomo en posibles intoxicaciones clínicas o subclínicas (Grandjean y Holma;

!
Waldron, Mackie y Townshend, Waldron y otros), etc.

Desde el punto de vista medico-forense hay que tener en cuenta también que
huesos y dientes presentan cambios de coloración por precipitación de calcita
o sílice (SiO2), haciéndose duros y resistentes al mineralizarse con el paso del
tiempo.

Por todo lo expuesto, el análisis de huesos humanos desde el punto de vista policial
y forense exige considerar, previo al análisis lesional vital propiamente dicho, las
posibles acciones por los agentes naturales de alteración y fragmentación:

a. Meteorización en superficie y erosión eólica antes del enterramiento:

1. Alteraciones y corrosiones atribuibles a la acción biológica de, por ejemplo, raíces


vegetales.
2. Erosiones debidas a agentes sedimentarios: agua, barro, solifluxiones.
3. Erosiones debidas a mordisqueo, especialmente por roedores.
4. Señales de mordisco en el hueso, sobre todo en relación a las fracturas.
5. Otras fracturas debidas a termoclastia o por pisoteo, por presión o por esfuerzos
tectónicos, consecuencia de la extracción o trabajos de laboratorio.

b. Factores modificadores:

Todo este proceso de destrucción-conservación, supone una acción dinámica en la


que intervienen multitud de factores que actúan mediante una suma o una
potenciación algebraica.

Los procesos modificadores y de alteración en superficie, son producidos en general


por agentes atmosféricos o biológicos; las alteraciones superficiales, fracturación,
dispersión selectiva son efecto de las cadenas tróficas y de condiciones climáticas
precisas.

!
Las mismas fracturas de los huesos son indicativas de traumatismos en vida, pero
también hay que tener en cuenta la acción mecánica de los animales, de los
arrastres y transportes postmortem, fenómenos de reasentamiento de masas o
aposición de láminas de sedimentación.

Al revés que en el caso anterior, las características de los restos actuarán de modo
secundario; así, los restos óseos que tienen una determinada morfología, deformidad
o textura son objeto de una diversidad de alteraciones y modificaciones,
absolutamente desconocidas en los detritos rocosos.

Normalmente, en cadáveres y restos abandonados, el enterramiento natural sigue a


las alteraciones superficiales y el despojo pasa a formar parte del suelo o del
depósito sedimentario. Este depósito, tampoco tiene por qué ser sencillo ya que
puede suponer, un arrastre y varias deposiciones en el suelo, una primaria, otras
secundarias y otra definitiva. La intensidad de las corrientes, los movimientos de las
aguas lacustres, la proximidad o lejanía de las orillas, los regímenes pluviales, etc.
son variables que dejan sus señales en los huesos y que se sabe actúan creando un
modo de cribado en el proceso de destrucción o de fosilización.

Por estas vías, la acción tafonómica va a oscilar entre la descomposición y


reducción mineral, y la fosilización con todas las gradaciones posibles entre uno y
otro extremo.

La maduración y estabilización de la materia orgánica se produce por varias vías y


se modula tanto en función del ambiente como de la misma materia orgánica que se
integra.

5.4 FENÓMENOS TAFONÓMICOS Y EDÁFICOS. CLASIFICACIÓN Y


PSEUDOPATOLOGÍA

!
Antes de comentar cuales van a ser los principales agentes tafonómicos y edáficos
que pueden incidir sobre los restos óseos, tiene que quedar claro que, cualquier
interpretación tafonómica debe tener una justificación individual y específica ante el
número de variables que intervienen en el proceso postmortal. Se puede decir, que
no existen dos modelos de evolución postmortem iguales.

Con el fin de poder desarrollar este epígrafe de una forma lo más didáctica posible,
se hace necesario exponer una clasificación de las variables o fenómenos tafo-
edáficos. Entre las clasificaciones propuestas por otros autores citamos la de
Etxeberria (1996), que distingue tres grupos de fenómenos:

1. Agentes físicos y mecánicos: con capacidad de producir alteraciones


morfológicas.
2. Agentes químicos: con capacidad de alterar la composición de los restos.
3. Agentes biológicos: que alteran la morfología y la composición.

Nosotros proponemos y desarrollaremos la siguiente clasificación, de inspiración


hipocrática, que divide los fenómenos tafonómicos en dos grandes grupos (Tabla Nº
2):

ACCIÓN DE LOS ELEMENTOS ACCIÓN DE LOS SERES VIVOS


Tierra: composición y presión. El hombre: acción directa e indirecta.
Agua. Los animales.
Fuego. Los vegetales.
Clima, aireación, temperatura y humedad Los microorganismos.
Radiactividad natural.
Tabla Nº 2. Clasificación de los fenómenos tafonómicos

Todos estos fenómenos tafonómicos actúan independientemente, aunque es muy


frecuente la acción conjunta de varios de ellos. De ahí, que desde el punto de vista
del mecanismo de acción, los efectos que nos vamos a encontrar sobre la superficie
de los huesos van a ser mixtos por acción física, química, mecánica y biológica, con

!
más o menos preponderancia de uno o más mecanismos según la acción de uno o
varios elementos o seres vivos.

Como ya comentamos anteriormente, nos centraremos en el desarrollo de los


fenómenos tafonómicos y edáficos que pueden alterar los restos óseos, mediante
diversos mecanismos de acción, y consecuentemente dar lugar a lesiones
pseudopatológicas que pueden plantear dudas diagnósticas. Para ello repasaremos
algunos de los fenómenos ya explicados.

5.4.1 ACCIÓN DE LOS ELEMENTOS

EFECTOS DE LA TIERRA

Las características del suelo influyen enormemente en los procesos de


neoformación, descomposición de las sustancias orgánicas y en los mismos
procesos de conservación húmica.

Los procesos de superficie y subsuperficiales como la meteorización, oxidación,


desecación, gelifracción y fenómenos térmicos; la caída gravitacional, la acumulación
de restos por deflección, los procesos edáficos, todo tipo de erosiones, digestión por
organismos, el pisoteo o la manipulación, son circunstancias que van a influir en el
estado y caracterización de los restos cadavéricos. Pero fundamentalmente son la
composición y la presión del suelo los principales mecanismos tafonómicos.

COMPOSICIÓN DE LA TIERRA

La forma de conservación de los huesos varía considerablemente no solo de un


suelo a otro, sino también de una zona de enterramiento a otra, debido a pequeñas
diferencias en su composición.

Por ejemplo, el hueso que se encuentra en las turberas tiende a mineralizarse y

!
adquirir la consistencia del plástico, sin embargo, si se seca, su estructura y forma
pueden ser alteradas, lo que puede hacer pensar en una patología deformante que
no existe.

Conocer el terreno previamente permite deducir a veces a priori, la forma de


conservación de los huesos, así como deducir cual va a ser el método más
apropiado para limpiar y conservar los huesos.

Así, por ejemplo, las gravas no descalcificadas dan lugar a una buena conservación
mientras que las decalcificadas por acidez todo lo contrario.

La tierra de caverna, con frecuencia se trata de piedra caliza cementada con arcilla y
carbonato cálcico que precipita sobre los huesos formando láminas estalagmíticas
que mineralizan y petrifican el hueso.

La tierra arcillosa suele producir una corrosión ósea por la acidez del suelo.

Las arenas calcáreas y de pH elevado conservan el hueso, mientras que si el pH es


ácido la conservación es deficiente. Asimismo, arenas calientes como las de Egipto
permiten la conservación de tejidos como la piel y el cabello por las condiciones de
desecación.

PRESIÓN DE LA TIERRA

La deformación que produce la presión del suelo sobre los restos óseos puede variar
considerablemente dependiendo de la composición así como del tipo de clima
existente en la zona. El cráneo ofrece una posibilidad de deformación mucho mayor
que el resto de los huesos, los cuales, a excepción del peroné, no suelen deformarse
de forma perceptible.

Cuando nos encontramos con un cráneo con deformidad se debe establecer un

!
diagnóstico diferencial entre una plagiocefalia o una alteración de la forma de origen
tafonómico. Asimismo, se debe también diferenciar las fracturas producto de la
presión de las producidas por otra etiología postmortal tafonómica (Tabla Nº 3).

FRACTURAS FRACTURAS PERIMORTEM FRACTURAS


PREMORTEM POSTMORTEM
(TAFONÓMICAS)
DESPLAZAMIENTO +++ ++ +
(observación “in situ”)
CICATRIZACIÓN +++ - -
Signos de osteolísis +++ - -
Formación de hueso perióstico +++ - -
ASPECTO MACROSCÓPICO
Oblicuidad
Transversalidad +++ ++ +
Borde redondeado + ++ +++
Borde cortante +++ --- ---
Superficie ondulante +++ +++ +
Superficie rugosa +++ - -
- + +++
Tabla Nº 3. Estudio macroscópico de las fracturas premortem, perimortem y postmortem de etiología
tafonómica. Diagnóstico diferencial. (Tomado de Etxeberria y Carnicero, 1998)

EFECTOS DEL AGUA

El agua constituye un elemento tafonómico importante, dado que sus propiedades


físico-químicas alteran en gran medida la estructura ósea, simulando imágenes
patológicas de periostitis, cribra orbitalia, osteoporosis, etc.

Entre sus acciones destaca la decalcificación del hueso, que se produce en primer
lugar, por la acidez de las aguas (también de la tierra) que interacciona con el
carbonato cálcico óseo, que pasa a bicarbonato, el cual es hidrosoluble, por lo que
tenderá progresivamente a desaparecer el hueso.

Por otra parte, la acción física del agua sobre los restos produce una serie de
estriaciones, fisuras y ondulaciones de tipo paralelo, semejantes a las ocasionadas
en patologías óseas inflamatorias y traumáticas.

Por último, la composición química del agua da lugar a depósitos de metales,

!
florescencias salinas, etc.

EFECTOS DEL FUEGO

La forma en que se fragmentan los huesos con partes blandas adheridas por efecto
del calor es un proceso siempre constante que sigue las líneas de fuerza que les
ofrecen las trabéculas óseas, las cuales tienen siempre una dirección y disposición
constante. Estas líneas de fractura constantes se producen en los puntos de menos
resistencia.

Sin embargo, no ocurre lo mismo si los huesos han sido quemados accidental o
criminalmente sin partes blandas, secos. Se establecen diferencias notables en el
aspecto de la superficie, la forma de fracturarse y hasta el color varía (Tabla Nº 4 y
fotografías Nº 1, 2 y 3), de donde podemos deducir como se quemaron aquellos
huesos.

TEMPERATURA (ºC) COLOR


<200 Sin alteración
200-250 Ocre-azulado
250-300 Marrón
300-350 Negro, CARBONIZACIÓN
550-600 Gris
>650 Blanco, INCINERACIÓN
Tabla Nº 4. Coloración del hueso en función de la temperatura alcanzada

Fotografía Nº 1. <200º C Fotografía Nº 2. 300-500º C

!
Fotografía Nº 3. >600º C

Fotografías Nº 1, 2 y 3. Cambios externos de coloración y textura producidos por la exposición


de tejidos óseos a diferentes temperaturas (Imágenes del Dr. Francisco Etxeberria Gabilondo, MD.
Universidad del País Vasco)

Autores como Reverte, Etxeberria, Guillon y Ubelaker llegan a conclusiones


semejantes. Los huesos frescos sometidos a la acción del fuego se fragmentan más
y con predominio de las formas transversales, mientras que los huesos secos lo
hacen longitudinalmente (Fotografía Nº 4).

Fotografía Nº 4. “A” Fracturas transversales en hueso fresco, “B” Fracturas longitudinales en hueso
seco (Gráfico del Dr. Francisco Etxeberria Gabilondo, MD. Universidad del País Vasco)

EFECTOS DEL CLIMA

Los huesos inhumados y expuestos a los diversos efectos climatológicos, sufren


procesos alterativos debidos a la humedad, frío, calor, lluvia, viento, aireación, etc.,
ocasionando una meteorización ósea que se manifiesta en forma de fisuras y
resquebrajamientos especialmente a nivel diafisiario que no debemos confundir con

!
patología traumática.

La aireación es un efecto de gran importancia. El oxígeno es indispensable para la


respiración de la mayoría de los organismos y de las raíces. Por la misma razón
influye considerablemente en la destrucción del hueso (Rentoul y Smith). El oxígeno
atmosférico estimula los microorganismos aerobios, especialmente los nitrificantes;
por debajo de un 8 %, aparecen los procesos anaerobios. A una concentración
inferior al 10 %, el CO2 estimula la actividad de los hongos.

El clima ejerce su influencia directamente, a través del edafo-clima que genera


cambios indirectamente a través de la vegetación.

La acción combinada del clima y de la vegetación permite definir zonas


bioclimáticas con efectos sobre la putrefacción y/o conservación de los cadáveres o
de sus partes, muy variadas. Se produce así, un proceso de transformación lento y
progresivo de “envejecimiento”.

La temperatura es otro factor esencial en la vida de los suelos, en la actividad de la


microflora, actividad y desarrollo de las raíces, germinación de semillas y
tubérculos, que sólo se realiza por encima de una temperatura propia para cada
especie (0 grados Cº para el trigo; 9 grados para el maíz; 8 grados para la patata,
etc.)

Müller, Deharain y Demoussi, Fodor, Wolny, Kostichev y otros han comprobado


que cerca de 0 grados se produce una descomposición ligera; con el aumento de
temperatura hasta 35 grados, la intensidad del proceso crece, para disminuir, luego,
si continuamos el incremento. A temperaturas por encima de 50 Cº, se observa
desprendimiento intenso de CO2, debido a la simple desintegración química de las
sustancias orgánicas .

La relación de la actividad microbiana y la temperatura se rige por la ley de Van

!
Hoff, propuesta para las reacciones monomoleculares. Según esta ley, al elevarse
la temperatura 10 grados, la velocidad de la reacción se duplica o triplica, según la
fórmula:
t
v=Cxa

donde v es la velocidad de reacción; C temperatura; a, coeficiente próximo a


la unidad y t, el coeficiente de elevación de la temperatura.

No obstante esta ley no es exacta, porque a bajas temperatura el coeficiente de


intensidad es superior y a temperaturas altas, es inferior, de tal modo que sólo
entre 15 y 20 grados puede considerarse constante.

La humedad es un factor climático esencial en la destrucción tafonómica porque


facilita la hidrólisis y la solubilización del hueso (ORTNE y cols.).
El crecimiento de algunos microorganismos (hongos, actinomicetos, algunas
especies de algas) se observa a humedad que se aproxima a la hidroscopía máxima.
Conviene señalar que las células de muchos microorganismos, en especial hongos
y actinomicetos, la presión osmótica es muy alta, del orden de 200-250 atm. y, por
consiguiente, sobrepasa considerablemente la de la solución del suelo. Semejantes
diferencias en la presión osmótica permite la asimilación de la humedad, poco
asequible a las plantas superiores.

Los suelos hidromorfos se caracterizan por la saturación temporal o permanente


de los poros por el agua, lo que provoca un déficit prolongado de oxígeno. En este
caso, el régimen hídrico particular orienta los procesos evolutivos a través de dos
posibles mecanismo: reducen y movilizan los óxidos de hierro, de diverso modo en
función del pH se suelen acompañar de un enlentecimiento de la descomposición de
la materia orgánica y de los procesos de humificación. Un suelo deficitario en
oxígeno, con un pH inferior a 5 y acompañado de un descenso del pH, ralentiza la
humificación y provoca una evolución turbiforme de la materia orgánica.

!
Al combinarse el frío con la humedad, la materia orgánica se descompone
lentamente y forma un primer nivel de gran espesor; los componentes hidrosolubles
agresivos y reductores, que se biodegradan lentamente, provocan la reducción y
movilización masiva del hierro, acompañadas, casi siempre de la degradación de las
arcillas por hidrólisis. Pese a las diferencias bioquímicas que se originan en la
evolución bioquímica de estos suelos existe un paralelismo entre ellos más o menos
acentuados, de tal modo que se pueden distinguir tres fases fundamentales: una
fase inicial en que la capa de agua es menos reductora, el medio poco ácido, la
movilización y segregación del hierro poco intensa y su reducción no es total. Se
sigue de una fase modal en que la acidificación es más acusada y el humus
comienza a deteriorarse produciéndose una segregación muy intensa del hierro; la
diferenciación del nivel superficial y el intermedio es muy acusada. Por último se
describe la fase de pseudopolsolización con degradación por hidrólisis y
complexolisis de las arcillas con liberación de aluminio, evolución turbosa y
acumulación de los óxidos de hierro en bandas horizontales más o menos
endurecidas.

Las combinaciones de temperatura y humedad también influyen sobre los restos


óseos. Los resultados de las experiencias realizadas por Kostichev, Wollny,
Waksman y Guerretsen, permiten concretar:

1. La intensidad más alta del proceso de descomposición de las sustancias


orgánicas se observa a ciertos valores medios de temperatura (cerca de 30
grados) y humedad del suelo, próxima al 60-80 % de la capacidad hídrica total.
2. La evolución simultánea de la temperatura y humedad, al igual que su reducción
simultánea, en relación al punto óptimo, debilita la energía de descomposición
de las sustancias orgánicas.
3. A valor creciente de uno de los factores y la disminución simultánea del otro,
la intensidad de la descomposición de las sustancias orgánicas, lo mismo que
de cualquier proceso fisiológico, se somete al factor que se encuentra en el
mismo.

!
LA RADIOACTIVIDAD

Aunque no produce pseudopatología tafonómica si que permite una mejor


conservación de los restos óseos.

5.5 ACCIÓN TAFONÓMICA DE LOS SERES VIVOS

5.5.1 ACCIÓN DEL HOMBRE

La acción humana se manifiesta, directa o indirectamente por el cultivo y su acción


sobre la vegetación, abonado, riegos, drenaje, etc. que debe valorarse
cuidadosamente. Son característicos los fragmentos óseos abandonados como
restos de comida, utilización de huesos como materia prima para la fabricación de
utensilios (Guilda y cols, 1962; Potts y Shipan, 1981; COOK, 1988). Debe
considerarse también, la misma acción directa por pisoteado o debido a una mala
extracción de los restos.

5.5.2 ACCIÓN DIRECTA DEL HOMBRE

Durante el proceso de excavación se producen lesiones de carácter traumático,


como picoletazos, que no deben de confundirse con trepanaciones o lesiones por
instrumentos corto-contundentes.

5.5.3 ACCIÓN INDIRECTA DEL HOMBRE

El ajuar funerario (brazaletes, anillos, collares, monedas, etc.) origina pigmentaciones


en la superficie ósea a causa del depósito de estos metales (por ejemplo, el típico
cardenillo)

Los huesos en contacto con objetos de hierro, mediante la acción del óxido de hierro,

!
se tiñen de un color rojizo y además se endurecen. Por otra parte, la acción corrosiva
de las sales ferrosas pueden producir verdaderos orificios circulares, que se pueden
confundir con trepanaciones.

5.5.4 ACCIÓN DE LOS ANIMALES

La fauna propia de los suelos es también numerosa y compleja. Está compuesta


por muy diversos tipos de protozoos. Se encuentran abundantemente amebas,
ciliados, flagelados. Su papel aún está mal determinado. Las amebas se sabe que
consumen un gran número de bacterias, y, en cantidades enormes. Heal ha
contabilizado varias decenas de miles de tecamebas por gramo de suelo.

La presencia de gran número de protozoos muestran relaciones antagonistas con


las bacterias y una estrecha dependencia con las condiciones del medio. Sus
fermentos colaboran en la transformación orgánica (Tracey). Recientes
investigaciones mediante microscopía capilar han demostrado la existencia de una
numerosa población de invertebrados y protozoos (amebas, nematodos, ácaros y
otros) en compleja interacción con los microorganismos del suelo. Los principales
metazoos del suelo son:

1 Nematodos, tipo Nematelmintos.


2 Oligoquetos, tipo Anelido.
3 Gasterópodos, tipo Molusco.
4 Crustáceos, tipo Artrópodos.
5 Miriápodos, tipo Artrópodos.
6 Arácnidos, tipo Artrópodos.
7 Insectos, tipo Artrópodos.

El papel de los insectos en la trituración del material está perfectamente


determinado: los invertebrados participan en la maduración del estiércol,

!
especialmente a partir de desperdicios, fragmentan los restos gruesos en una
masa porosa movediza. Forman sustancias humíficas en el propio intestino animal,
así la mezcla de restos orgánicos con elementos minerales en el intestino de los
animales con sustancias mucilaginosas permite formar agregados estructurales que
tienen una solidez excepcional, hidro-resistentes, incluso la formación de nuevas
formaciones, como ocurre con la calcita en el intestino de las lombrices de tierra.

Los vertebrados también colaboran en el proceso de formación del suelo, mecánica


y fisicoquímicamente, especialmente todas las variedades de roedores, y topos.

La acción de la fauna de todo tipo es bien conocida en Medicina Forense. Toda la


gama de carroñeros primarios y secundarios colaboran en la destrucción del cadáver
y pueden dejar su huella en los huesos o en el material tafoconservado, La
destrucción originada por roedores de todo tipo, ratas, ratones, puercoespines dejan
habitualmente su impronta en los huesos, sobre todo planos.

La acción de los pequeños carnívoros ha sido analizada por Nadrews y Evans


(1983), las huellas de grandes carnívoros por Haynes (1983), la acción de
predadores aéreos por Dodson y Wexlar (1979), la predación por pequeños
mamíferos (Korth, 1979; Andrews, 1990), grandes mamíferos (Sutcliffe, 1970; Brain,
1981; Haynes, 1982, Id. 1983), que no solo destruyen las piezas, según los distintos
tipos y preferencias predatorias (Dodson y Wexlar, 1979; Andrews y Evans, 1983),
sino que las transportan, incluso a grandes distancias (Voorhies, 1969; Dodson,
1973; Behrensmeyer, 1975, Id. 1982) o dejan en ellas las huellas del proceso
digestivo, sean mamíferos (Andrews y Eans, 1983; Andrews, 1990), sean reptiles
(Fisher, 1981), según puede apreciarse al microscopio electrónico de barrido. Así se
distinguen acciones comprendidas desde 1 a 5, desde pequeñas manifestaciones
superficiales a acciones intensamente dañosas.

!
A modo de resumen práctico podemos decir que:

• Los insectos y artrópodos tienen una acción osteolítica que da lugar a orificios
que penetran en la cavidad diafisiaria.
• Los animales carnívoros mediante la acción de sus caninos producen surcos
estriados y con los molares fisuran y trituran los huesos.
• Los herbívoros fundamentalmente dispersan los huesos, aunque con sus dientes
posteriores pueden fragmentar levemente los restos.
• Las aves remueven y cambian de lugar los huesos haciendo que en muchas
ocasiones buena parte de los restos se pierdan fácilmente. Además producen
pequeñas lesiones por el golpeteo repetitivo de su pico, que pueden hacer pensar
en patologías de origen infeccioso (orificios fistulosos...) o tumoral.

5.5.5 ACCIÓN DE LOS VEGETALES (LA FLORA)

Se conoce la acción erosiva sobre la piedra de los monumentos (Krumbein,


1972), la de las algas Cianoficeas (procariotas) y algas propiamente dichas
(eucariotas). Otras veces forman costras protectoras contra la erosión y
evaporación. Las diatomeas colaboran a la inmovilización de la sílice en sus
esqueletos.

Las raíces son otro elemento muy activo en la dinámica de los suelos. La
exploración radicular varía mucho según las especies vegetales, su naturaleza,
profundidad de los suelos y condiciones del mismo (Fotografías Nº 5, 6, 7 y 8).
Las raíces absorben iones y los iones que alcanzan estas raíces ponen en juego, a
su vez, los caracteres de los suelos, los de las especies iónicas, según su grado
de absorción y coeficiente de difusión y, como los movimientos de los iones se
efectúan en fase líquida, los parámetros hídricos, estado de humedad y movimiento
del agua.

La absorción rápida del agua y de los iones nutritivos establece gradientes en

!
estos contenidos en torno a las raíces. La difusión de los iones se manifiesta en
función del coeficiente de difusión de la especie iónica. En general, los cationes
alcalinos (sodio, potasio) difunden bien en el suelo; los iones fosfóricos difunden
poco. Por otro lado, la difusión se altera considerablemente la sequedad del suelo.

La transpiración vegetal induce el transporte de iones y así el flujo hídrico en torno


a las raíces aporta los aniones no retenidos por el complejo absorbente (nitratos,
cloruros, bicarbonatos y una parte de los sulfatos) así como cationes retenidos,
entre los que predomina el calcio. Este transporte, sobre todo en suelos cultivados
es sobreabundante en calcio.

Deben tenerse en cuenta también los casos de trituración mecánica de rocas


por raíces de plantas superiores y la disolución mineral por las secreciones
radiculares ya que en el contenido de estas secreciones entran una serie de
componentes que tienen propiedades quelatizantes (aminoácidos, ácidos orgánicos,
aminas y otros).

Las raíces también penetran por los orificios naturales de nervios y vasos,
aumentando progresivamente de diámetro hasta hacer estallar el hueso. Corroen la
capa superficial mediante la liberación de sustancias químicas con propiedades
osteolíticas (auxinas, cinetinas y ácido indolacético).

Fotografía Nº 5 Fotografía Nº 6
Fotografía Nº 5. Raíz vegetal que ha invadido un arco costal

!
Fotografía Nº 6. Musgo y pequeñas plantas cubriendo la articulación de epífisis próximal de cúbito
(Fotografías del Dr. César Sanabria Medina)

Fotografía Nº 7. Fotografía Nº 8.
Fotografías Nº 7 y 8 respectivamente. Órbita y apertura piriforme de un cráneo encontrado a campo
abierto, se puede observar la invasión de líquenes, musgo y pequeñas plantas (Fotografías del Dr.
César Sanabria Medina)

5.5.6 ACCIÓN DE LOS MICROORGANISMOS

En los suelos, la presencia bacteriana necesariamente tiene que intercambiarse con


la propia del cadáver. Van a detectarse grandes cantidades de bacterias y
actinomicetos.

Renault ha demostrado la penetración bacteriana en el hueso y su colaboración a la


destrucción mediante un mecanismo semejante al de la caries dental. Esta
destrucción ha sido demostrada experimentalmente (Stoklosa, Pochon y Debarjac),
encontrándose Scheridia, Pseudomonas y Proteus y numerosas especies de Bacillus

Esta acción bacteriana directa va a caracterizarse, macroscópicamente por una


modificación de la coloración, que se hace blanquecina, modificando la dureza,
resistencia y estructura del hueso. Ofrece una imagen característica, formando
cavidades concéntricas en torno a los canalículos de Havers (BAUD); es el llamado
aspecto “tarlato” de Dell´erba o “careto” o de “cacinosis focal” de Thurner, Angeletti y
Feci, de “cuerpos granulares” de Salomón y Haas y de “focos” de Hackett, que se

!
pueden comprobar histopatológicamente.

Se sabe que la proporción de ácidos aminados, se modifica en función de la


actividad bacteriana y que la presencia de alananina y glutamina en el hueso tiene
una causalidad bacteriana, de tal modo que el cociente D/L que había sido utilizado
para el crono-tanatodiagnóstico, debe considerarse con recelo por cuanto los D-
aminoácidos se asocian a esta presencia (Keddeñ y Dungwoth).

Por otro lado, las bacterias ambientales incorporan al hueso carbonatos exógenos
que modifican las dataciones mediante radiocarbono (Hassan, Termine y Hayes) e
interfieren otras valoraciones en relación a la posible dieta alimenticia del sujeto
(Schoeninger y Deniro), enriquecen el hueso en uranio, que se acumula en las zonas
porosas bacterianas (Baud, Durif y Morgenthaler, Shumate, Strandberg y Parrot), lo
mismo que en torio (Brierley y Bierley).

Un posible enriquecimiento en flúor por acción bacteriana ha sido demostrado por


Baas-Becking, Jenkihns, Edgar y Ferguson, Luoma y Tuompo, tanto directamente
como a través del aumento de la porosidad del hueso (Wetherell, Deuntsch,
Robinson y Hallsworth), con lo cual, la datación por el flúor se hace también poco
fiable.

Los hongos heterótrofos eucariotas, pueden encontrarse tanto en forma unicelular


como filamentosa. Unos son celulolíticos a través de sus complejos enzimáticos.
Otros tienen carácter lignolítico, otros son pectinolíticos. Igualmente se han descrito
hongos en los huesos humanos por Morgenthaler y Baud, Locquin y Baud.

Desde un punto de vista tafonómico, Guillon describe tres grupos atendiendo a su


origen: contaminadores, sedimentarios y propios de hueso, ya que en un 20 % pudo
excluirse la contaminación ambiental. Se ha comprobado que colaboran en la
destrucción del hueso (Kolliker, Wedl, Roux) mediante un efecto lítico-enzimático que
degrada la materia orgánica (Metha y Bhide), incluso son capaces de producir

!
perforaciones que se ha conseguido reproducir experimentalmente (Marchiafava,
Bonucci y Ascenzi), radiográficamente se demuestran con gran facilidad

Peor conocida es la micología cadavérica, aunque Heim, en 1893, detectó ya la


existencia de hongos en los cadáveres.

Recientes estudios histológicos de restos óseos antiguos han demostrado la


presencia de levaduras en el interior de los canales de Havers, las cuales liberan
ácido acético y enzimas que dan lugar a una destrucción progresiva y en sentido
longitudinal de dichos canales.

Por otra parte, el hecho de encontrar bacterias fosilizadas en los restos es bastante
común, como consecuencia de los fenómenos putrefactivos. Estas pueden producir
una serie de alteraciones, como tunelizaciones paralelas semejantes a las que
existen en las periostitis.

Finalmente, los hongos ya comentados pueden contaminar el tejido óseo cuando


éste se expone a condiciones de humedad y producen pequeñas cavidades
semejantes a las producidas por tumores osteolíticos.

Pero también la acción propia de la materia orgánica constituye un efecto tafonómico


sobre los restos óseos que cabe reseñar.

Los pioneros en este proceso son los microorganismos cuya intervención en el


ciclo del hierro, azufre, calcio, silicio, fósforo y otros elementos es esencial. En
las complejas condiciones de la acción bioquímica de los organismos y el agua con
el oxígeno, ácido carbónico y sustancias orgánicas, se produce la descomposición
de los silicatos y alumosilicatos, la liberación de hidróxidos de hierro de los
compuestos ricos en protóxido de hierro, la formación de sales carbónicas alcalinas
y alcalino-térreas, en su mayor parte solubles en agua, la precipitación de coloides
de sílice, arcillas caolínicas y la destrucción de la unión de la sílice y alúmina con

!
los metales.

En las publicaciones encontramos multitud de ejemplos que ilustran la posibilidad


de disolución de los minerales y sales por los productos de la actividad vital de los
microorganismos, incluso minerales y rocas muy resistentes, caolín, feldespato,
silicatos, con obtención de sales de potasio solubles.

Contribuyen a este proceso, no solo las bacterias sino también las algas, los
líquenes, capaces de erosionar rocas cristalinas y los minerales aislados que las
constituyen.

Se conoce la gran capacidad aglutinante de las secreciones mucilaginosas de


estos microorganismos. Después de secarse la mucosidad sólo puede producirse
la ruptura aplicando una fuerza mecánica muy intensa. Se conoce también el
desprendimiento en forma de escamas de porciones minerales por acción de los
líquenes.

Las propiedades quelantes de las secreciones microbiológicas constituyen uno de


los mecanismos más efectivos, desconocidos hasta hace poco. Forman compuestos
complejos e intracomplejos con metales y metaloides. A este grupo pertenecen
muchos ácidos orgánicos procedentes de los líquenes, derivados de los ácidos
urónicos, algunos pigmentos, aminoazúcares, aminas, etc. Estas sustancias pueden
proceder de la misma descomposición, sin embargo mayoritariamente proceden del
metabolismo y resíntesis de líquenes, hongos y muchos grupos bacterianos.

Entre estos posibles efectos, intervienen las sustancias húmicas propiamente dichas.
Sprengel señal” la capacidad de descomposición de los silicatos por el ácido
húmico, con formación de ácido silícico; la acción destructora de los ácidos
crénico y apocrénico fueron demostradas por Berzelius, etc. Parece que el papel
más activo en la descomposición mineral pertenece a los fulvoácidos.

!
Los bosques de frondosas de cualquier tipo climático se caracterizan por la
fuerte actividad biológica del humus de tipo mull. Va a caracterizarse por la
movilización de los cationes que, en el caso del calcio y del manganeso
origina un considerable enriquecimiento de los humus de superficie; la
movilización química se reduce al mínimo.

Si se modifica la vegetación por influencia del hombre, los ciclos biológicos


pierden eficacia y se origina un mull superficial poco activo; en estos
ambientes la movilización química predomina sobre la biológica y la parte
superior se empobrece en todos los elementos.

!
5.6 EFECTOS TAFONÓMICOS Y GÉNESIS DE PSEUDOPATOLOGÍA ÓSEA

Los fenómenos tafonómicos, como ya hemos visto, influyen sobre los restos óseos
originando procesos pseudopatológicos. En la Tabla Nº 5 se recoge el diagnóstico
diferencial de las lesiones más frecuentes verdaderamente patológicas y las
pseudopatológicas de origen tafonómico.

PSEUDOPATOLOGÍA FENÓMENOS
PATOLOGÍA ÓSEA
TAFONÓMICOS

M: evolucionan como tumoración o R: ausencia de reacción ósea. Tierra, fuego, calor,


FRACTURAS Y callosidad. hombre, carnívoros,
TRAUMATISMOS R: marcada reacción ósea (aumenta la herbívoros, aves y
densidad). cangrejos.

M: únicos o pocos. M: numerosas por toda la superficie ósea. Tierra, agua, fuego,
FISURAS Y GRIETAS R: discreta reacción ósea. R: ausencia de reacción ósea. calor, clima, hombre,
carnívoros y vegetales.
M: bordes regulares y lisos de etiología M: generalmente bordes irregulares y Insectos, artrópodos,
SURCOS,
fistulosa; trayecto abierto o cerrado. rugosos. carnívoros, vegetales,
TUNELIZACIONES,
R: reacción ósea en la zona periférica R: ausencia de reacción ósea. bacterias y hongos.
CAVERNAS Y
del orificio, surco o tunelización. H: posible presencia de bacterias y
ORIFICIOS
levaduras fosilizadas.

M: neoformación ósea con M: adelgazamiento del periostio y Agua.


engrosamiento del periostio y surcos formación de surcos paralelos.
OSTEÍTIS
corticales. R: disminución de la densidad calcio.
R: aumento de la densidad hueso.

M: imágenes osteolíticas de bordes M: igual a la patología. Tierra, metales,


irregulares. H: posible presencia de levaduras y vegetales, bacterias,
OSTEOLISIS
bacterias fosilizadas. hongos y levaduras.

OSTEOPOROSIS Y R: mayor afectación del tejido óseo R: mayor afectación del hueso cortical. Tierra y agua.
DESCALCIFICACIÓN esponjoso con disminución de la
densidad hueso.
M: deformidades y alteraciones
M: imágenes típicas y características de Tierra y hombre.
morfológicas que no guardan relación con
cada entidad nosológica: la supuesta patología.
* traumática: callo de fractura con
ALTERACIONES
deformidad,..
MORFOLÓGICAS
* endocrina: enfermedad de Cushing,
Y DEFORMACIONES
etc.
* congénita: hidrocefalia, sífilis, etc.
*genética: cráneosinostosis.

M: no visible. Localización en zona del M: no apreciables y de localización Tierra y pequeñas


hueso esponjoso con vascularización independiente de la vascularización y de la piedras.
terminal y sometida a una carga carga. Presencia de tierra y piedras en el
NECROSIS ÓSEA importante. hueso esponjoso.
R: Se ven sus consecuencias o las R: aumento homogéneo de la densidad en
alteraciones de su regeneración. una zona bien delimitada.

M: cambios de color dental y ausencia M: marcados cambios de color tanto de las Metales.
de pigmentación ósea: piezas dentales como de los huesos.
* fluorosis: variable entre blanco, marrón
PIGMENTACIONES y negro.
* tabaco: marrón ocre.
* plomo: ribete de Burton.

!
M: visión macroscópica R: imagen radiológica H: visión microscópica
Tabla Nº 5. Diagnóstico diferencial: patología y pseudopatología tafonómica

5.7 VALORACIÓN DEL DEPÓSITO FUNERARIO IN SITU

Con el objeto de que la valoración de fenómenos tafonómicos tenga un buen


rendimiento científico y pericial, estos deben estudiarse desde el mismo momento de
la excavación y para ello es fundamental contar con técnicas que si bien son
empleadas en la arqueología tradicional, su aplicación es de vital importancia en
contextos forenses, permitiendo así obtener información vital para la investigación
de las muertes.

El principal propósito que todo arqueólogo y antropólogo forense debe tener en


cuenta para desempeñar un buen trabajo de campo, consiste en: reconocer el
terreno, la excavación del esqueleto y su entorno inmediato, la correcta recogida de
datos, la identificación de la deposición y tipo de enterramiento, hasta llegar a la
consolidación, extracción y traslado de los restos al laboratorio.

Como síntesis de lo anotado, se refleja en la Tabla Nº 6 las principales pautas


empleadas en la arqueología convencional y muy útiles en el ámbito forense.

!
TECNICAS ARQUEOLÓGICAS DE EXCAVACIÓN

RECOGIDA DE DATOS EXTRACCIÓN RESTOS TRASLADO AL LABORATORIO

OBSERVACIÓN DEL CAMPO

EL LUGAR DE LA EXCAVACIÓN DELIMITACIÓN DEL ÁREA

LA EXCAVACIÓN

CONSOLIDACIÓN RESTOS

DOCUMENTACIÓN
ficha arqueológica
ficha antropológica

FOTOGRAFÍA
PLANIMETRÍA: general y detalle

Tabla Nº 6. Pautas generales en el registro antropológico de campo

5.8 TIPOS DE ENTERRAMIENTO

En arqueología, la sepultura primaria se define como la colocación de un cadáver


“fresco” en el lugar de la deposición definitiva, donde se lleva a cabo la
descomposición del cuerpo, de modo que los huesos permanecen en conexión
anatómica (Mallegni y Rubini, 1994). Las cremaciones primarias son aquellas donde
el lugar de enterramiento coincide con el de la cremación, bustum.

Por el contrario, la sepultura secundaria, consiste en colecciones de huesos no


articulados cuyo resultado puede deberse a varios procedimientos:

1. Como consecuencia de una remoción de la carne por medio de herramientas, o


por la descomposición natural fuera de la fosa.
2. Debido a una desintegración de los huesos por un tiempo reducido o tras escasos
años.
3. Como consecuencia de una reinhumación de los restos en otra fosa de forma
individual o colectiva (Ubelaker, 1989).

!
Como es de suponer en general la apariencia de los restos es un amasijo de huesos
sin conexión anatómica.

En el caso de las cremaciones éstas se llevan a cabo en un ustrinum o pira funeraria,


siendo trasladados los restos a un lugar diferente denominado loculus.

Las sepulturas múltiples y colectivas suponen un nuevo reto en la excavación e


identificación de los restos óseos. Durante la excavación de una fosa común la
mayoría de los restos están dislocados y muy fragmentados; las conexiones, cuando
existen, se observan en un número muy reducido de huesos, hecho que complica la
identificación en comparación con los otros tipos de sepulturas.

Para comprender la dinámica de formación de la fosa es fundamental reconocer los


diferentes huesos de un mismo sujeto de modo que podamos individualizar en un
“conjunto cerrado” aquellos que pudieran pertenecer a un mismo individuo (Mallegni
y Rubini, 1994). Para facilitar esta tarea en el campo se llevan a cabo relaciones de
segundo orden: Por ejemplo, si observamos varios fragmentos de un mismo hueso y
los pegamos con cola reversible, podemos individualizarlo e identificarlo con un
mismo individuo. Por otro lado, la identificación de patologías articulares pueden
ayudar a individualizar los restos dentro de una fosa común. De la misma forma, si
hay individuos de diferentes edades es posible identificar los esqueletos gracias al
nivel de maduración de los restos óseos. En definitiva, la observación de estas
coincidencias durante el proceso de excavación, supone una ayuda inestimable para
la recuperación de la máxima información.

Con posterioridad, y formando parte del estudio antropológico de laboratorio, se


deducirá el número mínimo de individuos que consiste en la identificación del
segmento esquelético mayormente representado en la tumba y si se trata de un
hueso par se tendrá en cuenta la simetría para relacionarla con un mismo objetivo.

Al igual que las sepulturas colectivas o fosas comunes se encuentran los osarios,

!
sin embargo en estos casos la complejidad del trabajo dependerá sobre todo del
tamaño del osario. En este caso y al igual que en las tumbas colectivas se actuará de
la misma forma haciendo especial hincapié en la determinación del NMI (Número
Mínimo de Individuos) en el laboratorio.

5.9 GESTOS FUNERARIOS EN EL LUGAR DEL ENTERRAMIENTO

Cuando se excava un esqueleto en el interior de una tumba, con toda probabilidad lo


hallaremos cubierto de tierra, en este contexto y con la observación detenida de los
restos óseos, podremos averiguar el medio físico en el que se descompusieron las
partes blandas durante el proceso de putrefacción del individuo.

5.9.1 DESCOMPOSICIÓN EN MEDIO VACÍO

Cuando el cadáver se ha descompuesto de forma natural dentro de un receptáculo


funerario, en una cista, o en un espacio vacío como una cueva, la destrucción de los
ligamentos articulares han liberado progresivamente los elementos óseos
convirtiéndose en móviles, pudiéndose algunos huesos dislocarse bien por efecto de
la gravedad, bien por otros factores que bien cabría anotar.

Por efecto de la gravedad los signos más evidentes son visibles en: dislocación del
cráneo, caída de la mandíbula generalmente sobre el tórax, dislocación de la
articulación del húmero, apertura de coxales, caída de ambas rótulas o al menos
alguna de ellas, dislocación de la articulación cúbito-radio, etc (Fotografía Nº 9)

Estos signos son patentes cuando el esqueleto está en posición de decúbito supino,
en cambio cuando está de decúbito lateral es posible al menos observar la caída de
la escápula y un coxal pudiéndose ocultar detrás del tronco (Mallegni y Rubini, 1994).

Tal y como se ha mencionado al inicio de este apartado, la alteración o dislocación


de los huesos a veces puede producirse de forma intencionada por la acción

!
antrópica. Este “saqueo”, se detecta en forma de túneles, fosas o agujeros realizados
sobre la tumba.

Fotografía Nº 9 Ejemplo de descomposición en medio vacío

5.9.2 DESCOMPOSICIÓN EN MEDIO COLMATADO

Por el contrario, si la descomposición se produjo en un medio colmatado, es decir el


cuerpo se introduce en la tumba y directamente se le arroja tierra encima, no se
producirán ninguno de estos efectos, al no haber espacios vacíos, no se producirá un
desplazamiento de los huesos, quedando en la misma posición que cuando se
enterraron. Este fenómeno es lo que se llama “efecto pared” (Mallegni y Rubini,
1994) y ésta puede tratarse del límite natural de la fosa, de la cámara funeraria o la
pared lateral del sarcófago, impidiendo la caída de que cualquier material ya sea
hueso, cerámica u objeto metálico.

!
Por otro lado cuando nos encontramos con esqueletos en posiciones muy contraídas
y de máxima flexión no necesariamente significa que el individuo hubiese estado
amortajado con fuerza aprisionándole los miembros, o encerrado en un saco. En
ocasiones estas posiciones se deben a fenómenos de compresión transversal que se
dan cuando el cuerpo yace en decúbito supino en un contenedor estrecho (sudario,
fosa o receptáculo demasiado ajustado) (Fotografías Nº 10 y 11)

Fotografía Nº 10

!
Fotografía Nº 11

Fotografías Nº 10 y 11. Ejemplos de descomposición en medio colmatado

5.10 DEPOSICIÓN Y POSICIÓN DEL ESQUELETO

Al iniciar este apartado conviene matizar algunas diferencias entre posición y


deposición, en ocasiones no muy claras debido al uso-abuso de dichos términos
empleados casi siempre para explicar aspectos idénticos.

!
En este sentido, se denomina deposición a la disposición del individuo en el interior
de la tumba. Las más habituales son: decúbito supino, decúbito prono, decúbito
lateral (derecho-izquierdo), fetal, reclinado y sentado entre otras.

En cambio, la posición hace referencia a la colocación de la anatomía del esqueleto


en función de brazos, piernas y cráneo. Para las extremidades se emplearán los
términos de extendido semiflexionado y flexionado, principalmente.

1. Extendido: cuando las piernas están rectas, juntas describiendo un ángulo de


180º con respecto del tronco.
2. Semiflexionado: se aplica cuando el ángulo entre el eje del tronco y el eje del
fémur está entre 90 y 180º.
3. Flexionado: cuando el ángulo es de 90 o menos de 90º entre el eje del tronco y
el del fémur (Ubelaker, 1989).

Las posiciones de los brazos principalmente son las siguientes:

1. Extendidas junto al tronco.


2. Cruzadas a la altura de la pelvis.
3. Cruzadas a la altura del pecho.
4. Dispuestas por debajo de la cabeza.

Por último, para describir la posición de la cabeza se emplean los términos “mirando
u orientado” a la derecha, a la izquierda, y de frente (Sprague, 1968).

La posición que adoptan las extremidades también viene condicionada por la


mortaja que aunque no suele conservarse, puede intuirse a través de la posición del
esqueleto: las clavículas en forma de “V” indican que el individuo fue amortajado a la
altura de los brazos; las rodillas juntas señalan que pudieron haber estado juntas por
ligaduras y al igual ocurre con los tobillos que en muchas ocasiones aparecen juntos
a la altura de los tobillos o cruzados uno encima del otro.

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5.11 CONCLUSIONES

De todo lo expuesto podemos formular las siguientes conclusiones:

1. Es una realidad que entre el cadáver y el medio se establecen intensas relaciones


de reciprocidad, que las investigaciones modernas están estableciendo y que
deberán tenerse en cuenta, tanto desde el punto de vista médico-forense, como
antropológico y paleopatológico para conseguir buenas y correctas interpretaciones
en el estudio de los restos humanos.

2. El análisis de huesos humanos desde el punto de vista forense exige considerar,


previa al análisis lesional vital propiamente dicho, las posibles acciones por los
agentes naturales de alteración y fragmentación. Por lo que, además de las normas
habituales para la recogida de restos se exige que al patólogo o antropólogo forense
que van a analizar el cadáver en la sala de necropsias se le envíe como mínimo la
siguiente información:

a) Determinar los niveles y características edáficas de ese terreno.


b) Posible meteorización en superficie y erosión eólica antes del enterramiento.
c) Características bioantropológicas del hueso.
d) Clima regional, grado de aireación, temperatura, pH y eH y humedad.
e) Posible actividad enzimática del suelo, y características de la materia orgánica del
suelo.
f) Estudio de la flora y la fauna del suelo.

3. Han de estudiarse las características propias del hueso afectado


tafonómicamente:

a) Alteraciones y corrosiones atribuibles a acción biológica tales, por ejemplo raíces


vegetales.

!
b) Erosiones debidas a agentes sedimentarios: agua, barro, etc.
c) Erosiones debidas a mordisqueo, especialmente por roedores.
d) Señales de mordisco en el hueso, sobre todo en relación a las fracturas.
e) Otras fracturas debidas a termoclastia o por pisoteo, por presión o por esfuerzos
tectónicos, consecuencia de la extracción o trabajos de laboratorio.
f) Posibles acciones humanas sobre el hueso.

4. Deben valorarse los indicios según criterios cronológicos, reconstructivos y de


diagnóstico diferencial. Los fenómenos tafonómicos inciden sobre los restos óseos
originando múltiples alteraciones en la estructura y composición, dando lugar, en
ocasiones, a falsas imágenes patológicas, que pueden llevar a interpretaciones
diagnósticas erróneas. Luego se hace necesario hacer un diagnóstico diferencial
entre lo verdaderamente patológico y la pseudopatología tafonómica, para lo cual
han de emplearse todos los estudios complementarios que estén alcance y al nivel
de la ciencia en el momento.

5. No obstante, cualquier interpretación tafonómica debe tener una justificación


individual y específica ante el número de variables que intervienen en el proceso
postmortal.

NOTA: La literatura referida en este capítulo se cita de manera independiente en el


capítulo Nº 16, Referencias Bibliográficas de este texto.

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