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Fecha 12/05/2022
Introducción
El hígado es la más voluminosa de las vísceras de nuestro organismo y uno de los órganos más
importantes del cuerpo humano. Se sitúa en la parte superior derecha de la cavidad abdominal y
su peso en una persona adulta suele ser de 1.400 a 1.500 gramos.
El hígado está situado en la parte superior derecha de la cavidad abdominal, debajo del
diafragma y por encima del estómago, el riñón derecho y los intestinos. El hígado es un órgano
de color marrón rojizo que tiene múltiples funciones.
El hígado consta de dos lóbulos principales, los cuales están formados por 8 segmentos. Los
segmentos están formados por miles de lobulillos (lóbulos pequeños). Los lobulillos están
conectados a conductos pequeños (tubos), que a su vez se conectan a conductos más grandes,
para formar, en última instancia, el conducto hepático común. El conducto hepático común
transporta la bilis producida por las células hepáticas hacia la vesícula biliar y el duodeno (la
primera parte del intestino delgado). La bilis es un líquido de color amarillo claro o naranja que
ayuda a digerir los alimentos.
En su cara inferior derecha se encuentra la vesícula biliar, destinada a recibir y almacenar la bilis
producida por el hígado para ayudar en la digestión.
Histológicamente, el hígado está constituido principalmente por dos tipos de células: los
hepatocitos y las células de Kupffer, las cuales se disponen de una forma particular junto con el
sistema arterial y venoso constituyendo el “ácido hepático”, que representa la unidad estructural
y funcional de la fisiología hepática.
Los hepatocitos realizan todas las funciones clásicas del hígado (síntesis, metabolización, etc.),
mientras que las células de Kupffer tienen una función inmunológica y de defensa.
Almacenar vitaminas, minerales, hierro y azúcares que nuestro organismo necesita para
funcionar correctamente.
Procesar los alimentos y convertirlos en sustancias y energía que son esenciales para nuestra
correcta nutrición y para realizar nuestras actividades diarias.
Descomponer las sustancias químicas que entran o se producen en nuestro organismo y son
perjudiciales.
Producir proteínas esenciales que nos ayudan a combatir infecciones y a coagular la sangre.
Controlar los niveles de hormonas y sustancias químicas que circulan en nuestro torrente
sanguíneo.
El hígado puede realizar sus tareas porque millones de células trabajan en equipo
constantemente. Todo lo que entra en el cuerpo se digiere en el estómago y en los intestinos.
Estas materias absorbidas pasan a la sangre y luego a la “fábrica” del hígado donde sus células
las degradan y purifican, sintetizando productos necesarios y desechando los productos nocivos.
El hígado regula la mayor parte de los niveles químicos de la sangre y excreta un producto
llamado bilis, que ayuda a descomponer las grasas y las prepara para su posterior digestión y
absorción. Toda la sangre que sale del estómago y de los intestinos atraviesa el hígado. El hígado
procesa esta sangre y separa sus componentes, los equilibra y crea los nutrientes para que el
cuerpo los utilice. También metaboliza los medicamentos presentes en la sangre para que sean
más fáciles de utilizar por el cuerpo. Se han identificado muchas funciones vitales del hígado.
Algunas de las funciones más conocidas incluyen las siguientes:
producción de bilis, que ayuda a transportar los desechos y a descomponer las grasas en
el intestino delgado durante la digestión;
producción de colesterol y proteínas especiales para ayudar a transportar las grasas por
todo el cuerpo;
procesa la hemoglobina para usar su contenido de hierro (el hígado almacena hierro);
convierte el amoniaco nocivo en urea (uno de los productos finales del metabolismo
proteínico que se excreta en la orina);
crea resistencia a las infecciones al producir factores inmunitarios y eliminar bacterias del
torrente sanguíneo;
Una vez que el hígado ha descompuesto las sustancias nocivas, estas se excretan en la bilis o la
sangre. Los subproductos biliares ingresan en el intestino y, finalmente, salen del cuerpo en las
heces. Los subproductos sanguíneos se filtran en los riñones y salen del cuerpo en forma de
orina.
El hígado produce casi la mitad del colesterol del organismo. El resto proviene de los alimentos.
La mayor parte del colesterol fabricado en el hígado se utiliza para la producción de bilis, un
líquido espeso, viscoso y de color amarillo verdoso que ayuda a la digestión. El colesterol
también es necesario para sintetizar ciertas hormonas, incluidos los estrógenos, la testosterona y
las hormonas suprarrenales, y es un componente esencial de todas las membranas celulares. El
hígado elabora otras sustancias, entre ellas las proteínas que el organismo necesita para llevar a
cabo sus funciones. Por ejemplo, los factores de la coagulación son proteínas necesarias para
detener los sangrados. La albúmina es una proteína necesaria para mantener la presión de los
líquidos en el torrente sanguíneo.
Asimismo, el hígado es capaz de producir glucosa a partir de otras moléculas, como ácidos
grasos o aminoácidos, en caso de que la reserva hepática se agote, situación que puede ocurrir en
Además de esto, la bilis también se encarga de eliminar el exceso de colesterol del organismo y
de algunas sustancias tóxicas, y debido a su color amarillo verdoso, les da el color característico
a las heces.
3. Producción de proteínas
El hígado también se encarga de la regulación del metabolismo de los aminoácidos y de las
proteínas, produciendo sustancias como la albúmina, la principal proteína de sangre y una de las
más abundantes en el organismo, la cual se encarga de regular el volumen sanguíneo, distribuir
los fluidos del cuerpo y de transportar varias sustancias a través de la sangre, como la bilirrubina,
hormonas, vitaminas, enzimas, metales, iones y algunos medicamentos.
Otras proteínas que son producidas por este órgano son la transferrina, que se encarga de
transportar hierro y almacenarlo en forma de ferritina para ser utilizado por los glóbulos rojos y
por la médula ósea para para producción de eritrocitos, y el fibrinógeno, importante para la
coagulación sanguínea.
4. Eliminación de toxinas
5. Producción de colesterol
El hígado produce colesterol a partir de alimentos ricos en grasas, que luego son transportados en
la sangre por moléculas llamadas lipoproteínas, como LDL y HDL.
El hígado almacena vitaminas A, B12, D, E y K, que se absorben a través de los alimentos y las
distribuye por todo el cuerpo a través del torrente sanguíneo. Estas vitaminas son importantes
para el crecimiento y desarrollo del tejido cutáneo, para mejorar la salud ocular, fortalecer el
sistema inmunológico, además de fortalecer los huesos y los dientes.
Cuando estas células son viejas o anormales, el hígado digiere los glóbulos rojos y libera el
hierro contenido en esas células en el torrente sanguíneo, de manera que la médula ósea se
encargue de producir más glóbulos rojos.
8. Regulación de la coagulación sanguínea
El hígado transforma el amoníaco, que proviene del metabolismo de las proteínas de la dieta, y
que es tóxico para el organismo en urea, lo que permite que esta sustancia se elimine a través de
la orina.
El hígado es el principal órgano que metaboliza los medicamentos, el alcohol y las drogas, ya
que produce enzimas que degradan e inactivan estas sustancias, favoreciendo su eliminación a
través de la orina o las heces.
Esta función del hígado es importante para prevenir la intoxicación por este tipo de sustancias,
pero también puede ser importante para activar ciertos medicamentos, como el omeprazol o la
capecitabina, que necesitan ser metabolizados por el hígado para ejercer su efecto.
El hígado posee células de defensa, llamadas células de Kupffer, las cuales son capaces de
destruir microorganismos como virus o bacterias que pueden ingresar al hígado a través del
intestino y causar enfermedades.
Además, estas células también tienen a capacidad de resistir infecciones creando factores
inmunológicos y eliminando bacterias del torrente sanguíneo
El hígado recibe sangre directamente de los intestinos y también del corazón, como lo hacen
todos los demás órganos. La sangre de los intestinos contiene casi todo lo absorbido por estos,
incluyendo nutrientes, fármacos y a veces toxinas. Esta sangre fluye a través de diminutos
capilares de la pared intestinal hacia el interior de la vena porta, que desemboca en el hígado.
Después la sangre fluye a través de una red de minúsculos canales dentro del hígado, donde se
procesan los nutrientes digeridos y las toxinas.
La arteria hepática lleva sangre al hígado desde el corazón. Esta sangre transporta oxígeno hacia
los tejidos hepáticos, así como colesterol y otras sustancias para ser transformadas. La sangre
procedente del intestino y la que proviene del corazón se mezclan en los tejidos hepáticos y
retornan al corazón por la vena hepática.
El hígado
El hígado es el órgano sólido más grande del cuerpo. Para cuando llegues a la edad adulta, tendrá
el tamaño aproximado de una pelota de fútbol. El hígado realiza muchos trabajos, pero los tres
más importantes son los siguientes:
1. Purifica la sangre.
El hígado te ayuda porque elimina las toxinas presentes en la sangre. ¡Un momento! ¿Cómo que
tenemos toxinas en la sangre? A veces, el cuerpo las produce como parte de su funcionamiento
normal, por ejemplo, al descomponer las proteínas, un componente de algunos alimentos, como
la carne y los frutos secos.
El hígado también purifica la sangre que ha sido enriquecida con vitaminas y minerales durante
la digestión. Después de comer algo, las vitaminas, los minerales y otros nutrientes presentes en
los alimentos pasan del intestino a la sangre. Antes de pasar el resto del cuerpo, la sangre rica en
nutrientes se detiene en el hígado.
El hígado procesa los elementos beneficiosos para que el resto del cuerpo pueda utilizarlos.
Cualquier desecho o elemento que el cuerpo no necesite es llevado por la bilis de regreso al
intestino y se elimina al ir al baño.
Como probablemente sabes, el sistema digestivo tiene otras funciones además de transportar los
alimentos por tu cuerpo hasta que llega el momento de ir al baño. Durante la digestión, el cuerpo
toma los alimentos que comes y extrae todo lo que necesita. La grasa es uno de esos elementos.
La bilis, un jugo digestivo producido por el hígado, ayuda al cuerpo a absorber la grasa en el
flujo sanguíneo. Esta sustancia espesa y de color amarillo verdoso se encuentra en la vesícula,
donde se almacena hasta que el cuerpo la necesita para digerir las grasas.
El hígado también ayuda al cuerpo a utilizar los carbohidratos, otro componente importante de
los alimentos. Los carbohidratos están presentes en gran cantidad de alimentos, como el pan, las
frutas y la leche. El cuerpo descompone la mayoría de los carbohidratos en un tipo de azúcar
llamado “glucosa”, que es la principal fuente de energía de las células. La glucosa que se
almacena en el hígado recibe el nombre de “glucógeno”.
¡Y eso no es todo!
El trabajo del hígado no se detiene allí. También participa en la producción del colesterol.
Probablemente, creas que el colesterol es algo malo, pero el cuerpo necesita de esta sustancia. Y
el hígado ayuda a coagular la sangre, lo cual significa que dejarás de sangrar poco después de un
corte.
Además, tendrás que agradecerle al hígado la próxima vez que tomes algún medicamento. Por
ejemplo, cuando tomas un analgésico para el dolor de cabeza, el hígado toma el ingrediente
activo y lo descompone para que el cuerpo pueda utilizarlo y haga desaparecer el dolor de
cabeza.
Ahora que sabes todo lo que el hígado hace por ti, probablemente te preguntes qué puedes hacer
tú por él. Es realmente muy sencillo. La mejor manera de cuidar de tu hígado es mantenerte sano.
Si una persona tiene sobrepeso o si bebe demasiado alcohol, el hígado puede resultar dañado. Por
lo tanto, mantente activo, come bien y tu hígado te cuidará tanto como tú a él.
En resumen
El hígado es un órgano de color marrón rojizo oscuro con forma muy similar a un triángulo y
pesa en promedio 1,500g, se encuentra situado en la parte superior derecha de la cavidad
abdominal, debajo del diafragma y encima del estómago, el riñón derecho y los intestinos.
Cabe destacar que el hígado es uno de los órganos más importantes en cuanto a la actividad
metabólica del organismo, regula la mayoría de los niveles de sustancias químicas de la sangre y
secreta una sustancia denominada bilis, que ayuda a transportar los desechos desde el hígado.
Toda la sangre que sale del estómago y los intestinos pasa por el hígado, misma que procesa,
descompone y equilibra, en consecuencia, elimina muchas sustancias que pueden resultar
nocivas para el organismo, crea los nutrientes y metaboliza los medicamentos de forma que el
cuerpo pueda usarlos sin que resulten tóxicos.
Se han identificado más de 500 funciones vitales del hígado. Algunas de las más conocidas:
Produce colesterol y proteínas especiales que permiten enviar grasas por todo el cuerpo
Procesa la hemoglobina para el uso de su contenido de hierro (el hígado almacena hierro)
Convierte el amoníaco tóxico en urea (uno de los productos finales del metabolismo de
las proteínas y se excreta en la orina)
Una vez que el hígado ha descompuesto las sustancias nocivas, los subproductos se
excretan en la bilis o la sangre. Los subproductos biliares ingresan en el intestino y se
expulsan en forma de heces. Los subproductos sanguíneos se filtran en los riñones y salen
del cuerpo en forma de orina.
Páncreas
El páncreas es un órgano fundamental para la digestión de los alimentos. Es una glándula que
forma parte del sistema digestivo que presenta una estructura con forma alargada de unos 200
gramos de peso y 20 cm de longitud y que consta de tres partes: una cabeza, un cuerpo y una
cola. Se encuentra localizado en la parte superior de la cavidad abdominal, detrás del estómago e
intestino y está íntimamente relacionado con el hígado y las vías biliares, además de otros
órganos no implicados en la digestión.
Como consecuencia de su localización, las enfermedades más comunes del páncreas están
relacionadas o afectadas de forma indirecta por las patologías de los órganos cercanos (como por
ejemplo los cálculos de la vesícula biliar o de la vía biliar). De hecho, uno de los argumentos más
importantes para decidir cuándo realizar una cirugía para resolver los problemas que pueden
generar los cálculos biliares es cuando estos causan algún tipo de daño al páncreas, como
la pancreatitis aguda.
Por todas estas razones, la cirugía del páncreas es siempre compleja y requiere una gran
experiencia del equipo quirúrgico, dada su peculiar disposición en la profundidad del abdomen y
el estrecho contacto con estructuras vitales para el organismo.
Continúa leyendo los siguientes párrafos y apartados de este blog para entender en qué consiste
el diagnóstico y tratamiento de las enfermedades del páncreas y cómo estas pueden afectar una
correcta digestión y el equilibrio nutricional y metabólico.
LA IMPORTANCIA DEL PÁNCREAS PARA LA DIGESTIÓN ¿QUÉ FUNCIÓN TIENE
EL PÁNCREAS?
Las dos principales funciones del páncreas son: la función exocrina, para la digestión, y
la función endocrina, encargada de la producción de hormonas para la regulación del
metabolismo.
1. Función exocrina del páncreas
El páncreas realiza una función fundamental en el proceso de digestión, ya que contiene unas
glándulas que producen enzimas importantes para el proceso de absorción de los distintos
elementos que forman la comida.
Las enzimas del páncreas incluyen: tripsina para digerir proteínas (carne, pescado, huevos
etc...); amilasa para la digestión de hidratos de carbono (azucares, pan, pasta, arroz etc.);
y lipasa para descomponer las grasas (aceites, lácteos, carne etc.). La función de estas es
descomponer químicamente las grasas y proteínas ingeridas en porciones más pequeñas que
pueden ser absorbidas por el intestino. Cuando los alimentos llegan al estómago, estos jugos
pancreáticos se liberan en un sistema de conductos de varios diámetros que culminan en
el conducto pancreático principal. El conducto pancreático se une al conducto biliar común para
formar la ampolla de Vater, que se encuentra en la primera porción del intestino delgado,
llamada duodeno. El conducto biliar común se origina en el hígado y transporta otro líquido
digestivo importante, llamado bilis. La vesícula biliar es el reservorio de la bilis que sirve de
almacén cuando estamos en ayunas.
El páncreas realiza una función fundamental en el proceso de digestión, ya que contiene unas
glándulas que producen enzimas importantes para el proceso de absorción de los distintos
elementos que forman la comida.
Los jugos pancreáticos y la bilis que se liberan en el duodeno ayudan al cuerpo a digerir y
absorber los nutrientes de los alimentos para que estos pasen a la sangre para ser utilizados por
todas las células del organismo.
Por lo tanto, una de las primeras consecuencias de procesos que afectan la correcta excreción de
estas enzimas, como determinadas lesiones del páncreas (quistes, tumores del páncreas u otras
entidades benignas) o procesos inflamatorios (pancreatitis), es una sensación de dificultad para la
digestión, dolor en la parte superior del abdomen, pérdida de peso y tendencia a la diarrea.
Uno de los primeros síntomas de los procesos que afectan la correcta función exocrina del
páncreas es la sensación de dificultad para la digestión, dolor en la parte superior del abdomen,
pérdida de peso y tendencia a la diarrea»
2. Función endocrina del páncreas o de producción de hormonas
El componente endocrino del páncreas consta de células altamente especializadas, que crean y
liberan directamente en el torrente sanguíneo hormonas importantes para el metabolismo. Estas
células están agrupadas en grupos funcionales de unos pocos milímetros de calibre llamados
islotes (islotes de Langerhans). Los islotes se encuentran distribuidos a lo largo todo el páncreas,
aunque predominan en número en el cuerpo y sobre todo en la cola.
Dos de las principales hormonas pancreáticas son la insulina, que actúa para reducir el azúcar en
la sangre tras las comidas, y el glucagón, que actúa para aumentar el azúcar en sangre en caso de
necesidad (durante el ayuno). También existen otras hormonas producidas en los islotes de
Langerhans, que regulan otras funciones digestivas; desde los movimientos del intestino hasta la
absorción, trasporte y utilización de los nutrientes por las células del cuerpo. En síntesis,
las hormonas pancreáticas hacen que todos los órganos implicados en la digestión interaccionen
entre sí para que el organismo pueda trasformar los alimentos en energía.
Las hormonas pancreáticas hacen que todos los órganos implicados en la digestión interaccionen
entre sí para que el organismo pueda trasformar los alimentos en energía
Esta regulación es fundamental para mantener niveles adecuados y constantes de azúcar
(glucosa) en la sangre, para que esta llegue continuamente hasta órganos clave como el cerebro,
los pulmones, el hígado y los riñones. Los cuales utilizan la glucosa para mantener su función
tanto cuando acabamos de comer, como cuando tenemos que hacer frente a periodos de ayunas
más o menos largos.
¿QUÉ ENFERMEDADES PRESENTA EL PÁNCREAS?
Existen una amplia variedad de enfermedades del páncreas, pero las más frecuentes y graves
están causadas por procesos inflamatorios (pancreatitis aguda o crónica) o por la aparición de
tumores (cáncer de páncreas)
Pancreatitis aguda
Un grupo importante de enfermedades del páncreas es la presencia de procesos inflamatorios o
pancreatitis. Cuando la reacción inflamatoria se produce como consecuencia de un factor
desencadenante puntual, se produce una pancreatitis aguda. En nuestro entorno, la mayor parte
de los casos se producen por el paso de un cálculo biliar (pancreatitis aguda biliar) desde la
vesícula hasta la desembocadura de la ampolla de Vater donde ocasiona una obstrucción del paso
de los jugos pancreáticos hacia el intestino. La glándula pancreática puede producir casi un litro
de secreciones digestivas cada día, y una obstrucción a cualquier nivel de los ductos puede
ocasionar una gran inflamación con síntomas importantes, entre ellos el más frecuente es un
dolor en la parte superior del abdomen y que se irradia a ambos flancos y la espalda (dolor en
cinturón).
En un 80% de los casos, la pancreatitis aguda es leve y remite de forma espontánea, sin
afectación de la función pancreática. Sin embargo, un 20% de los casos son graves y requieren
un tratamiento intensivo y en ocasiones intervención quirúrgica con drenaje externo de las
secreciones para su curación. El tratamiento de la enfermedad biliar con síntomas graves como el
dolor abdominal intenso tras las comidas, pancreatitis, inflamaciones de la vesícula biliar
(colecistitis), obstrucción o infección de los conductos de la bilis (colangitis) se tratan con la
eliminación de la causa, es decir la extracción quirúrgica de la vesícula biliar.
Hay otras causas de pancreatitis aguda (alteraciones del sistema inmunitario, enfermedades
genéticas hereditarias, alteraciones metabólicas, algunos fármacos, lesiones quísticas del
páncreas, IPMN, etc.), entre las cuales destaca la pancreatitis aguda por abuso de
alcohol (pancreatitis aguda alcohólica, que puede degenerar en pancreatitis crónica en caso de
consumo importante y frecuente de alcohol). Cuando un paciente presenta una pancreatitis
aguda que se repite, aunque sea de leve entidad, y no haya cálculos de la vesícula biliar evidentes
en las pruebas diagnósticas clásicas (ecografía) ni consumo exagerado de alcohol, se debería
siempre pedir una segunda opinión a un centro experto en el tratamiento de las enfermedades del