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Perfil psicológico de 4 años

Psicomotricidad: se subordina a una tarea de conjunto, y cada vez se incorpora a proyectos más
amplios. Fuerza, facilidad y soltura en el uso de las piernas. Progresa en sincronización y pericia
para soltar, frecuentemente usa las dos manos.

Socio-emocional: insulta, amenaza con irse, romper, pegar y, asimismo, realiza actos que le van a
ocasionar un disgusto luego.
Si algo no le sale bien se irrita, en ocasiones busca la ayuda del adulto aunque en otras la rechaza.
Hace regresión con frecuencia. Tiene sentido del humor, le gusta lo cómico.
Actúa durante períodos bastantes prolongados en compañía de sus pares, aunque necesita una
persona adulta conocida cercana para acudir en momentos difíciles.
Sus amistades son algo duraderas. Aunque se enoja con frecuencia trata de recobrar rápidamente
el compañero de juego.
Es terminante en sus elecciones. Reconoce sus errores aunque muy fácil los vuelve a repetir.
Reclama sus derechos y comprende un acto injusto. Se siente “grande” y gusta de ayudar a los
pequeños con exagerada protección.
Va solo al baño y es poca la ayuda que requiere. Puede vestirse y desvestirse casi sin ayuda.
Adquiere carácter relevante al complejo de Edipo. Tiene interés por las diferencias sexuales, la
reproducción y el nacimiento. Autoerotismo.
Permanece mucho más tiempo en cualquier actividad y le agrada terminar su trabajo.

Juego: le gusta mucho el juego dramático y los títeres. Realiza combinaciones simbólicas simples y
compensadoras. El juego simbólico anterior empieza a desaparecer porque l aproximarse cada vez
más a lo real, el símbolo llega a perder su carácter de deformación para convertirse en una simple
representación imitativa de la realidad. Se caracteriza por el orden, la veracidad de la imitación y
comienza el simbolismo colectivo.

Yo: comienza a poner propósitos en la fantasía y en el juego a la fuerza de voluntad. Conflicto:


iniciativa versus sentimiento de culpa.

Pensamiento: su pensamiento es intuitivo, fuertemente ligado a la configuración perceptiva.


Aunque continua siendo animista, hace alguna diferencia entre lo real y lo fantástico.
Puede descubrir detalles de las figuras. Maneja con dificultad las semejanzas y diferencias.
Le gusta hacer preguntas y no le interesan mucho las respuestas. Sus “por qué” obedecen más a
un sentido finalista que de causa eficiente.
Reconoce a su izquierda y a su derecha, no así en las personas y objetos que se encuentran frente
a él. La lateralidad aún no está definida en todos los niños, pero comienza su diferenciación.
Maneja relaciones espaciales simples: más arriba de, más cerca, más lejos, etc. No solo con
relación a su propio cuerpo sino también relacionando dos objetos entre si, de acuerdo con la
posición que ocupan en el espacio.
Diferencia figuras rectilíneas y curvilíneas entre si. Reconoce posiciones, tamaños, forma en las
imágenes.
Su ubicación temporal es muy deficiente, aún vive más que nada en el presente.
Reconoce en material concreto y figurativo los cuantificadores: uno, algunos, más grande, más
chico que. Puede realizar clasificaciones por tamaño, forma, color o uso siempre que se le
presenten objetos concretos.
Puede hacer calcificaciones, al principio por un solo atributo, luego por dos. No relaciona
asimétricamente ni hace inclusiones de clases numéricas. Puede hacer seriaciones de tres a cinco
objetos.
Es capaz de armar historias con relación lógica sobre la base de imágenes. Puede evaluar el orden
de las cosas, la higiene y la limpieza.

Lenguaje: su vocabulario alcanza alrededor de 1500 palabras. Emplea frases relativamente


complejas, pero estas no llevan más que una proposición.
Su lenguaje se caracteriza por el incesante número de preguntas en sus conversaciones.
Es capaz de decir su nombre y dirección y ayudar a buscar su casa.
Describe las imágenes que observa en una lámina.
Egocéntrico.

Moral: heterónoma. Respeto unilateral. Responsabilidad objetiva. Realismo moral.

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