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SENTENCIA DEL 27 DE NOVIEMBRE DE 2019, NÚM.

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Sentencia impugnada: Segunda Sala de la Cámara Civil y Comercial del Juzgado de Primera Instancia de La Vega, del 1o de mayo
de 2013.

Materia: Civil.

Recurrentes: Ramón Domilio Vásquez y Rafael Moquete De la Cruz.

Abogados: Dr. Miguel Nouel Rivera y Lic. Norman J. Lama Vásquez.

Recurrido: Banco Popular Dominicano, S. A., Banco Múltiple.

Abogados: Licdos. Enmanuel Rosario, Melvin M. Domínguez Reyes y Licda. Marian Y. Pujals.

EN NOMBRE DE LA REPÚBLICA
La PRIMERA SALA DE LA SUPREMA CORTE DE JUSTICIA, competente para conocer de los recursos de casación
en materia civil y comercial, regularmente constituida por los magistrados Pilar Jiménez Ortiz, presidente;
Justiniano Montero Montero, Samuel Arias Arzeno y Napoleón R. Estévez Lavandier, jueces miembros, asistidos del
secretario general, en la sede de la Suprema Corte de Justicia, ubicada en Santo Domingo de Guzmán, Distrito
Nacional, en fecha 27 de noviembre de 2019, año 176° de la Independencia y año 156° de la Restauración, dicta en
audiencia pública la siguiente sentencia:
En ocasión del recurso de casación interpuesto por Ramón Domilio Vásquez y Rafael Moquete de la Cruz,
dominicanos, mayores de edad, abogados, portadores de las cédulas de identidad y electoral núms. 080-003336-8
y 022-0025264-7, respectivamente, domiciliados y residentes en la calle Beller núm. 205, ciudad nueva, de esta
ciudad, contra la sentencia núm. 681-2013,dictada el 1 de mayo de 2013,por la Segunda Sala de la Cámara Civil y
Comercial del Juzgado de Primera Instancia del Distrito Judicial de La Vega, cuyo dispositivo figura copiado más
adelante.
LUEGO DE HABER EXAMINADO TODOS LOS DOCUMENTOS QUE REPOSAN EN EL EXPEDIENTE, RESULTA:
que en fecha 25 de junio de 2013, fue depositado por ante la Secretaría General de la Suprema Corte de
Justicia, el memorial de casación suscrito por el Dr. Miguel Nouel Rivera y el Lcdo. Norman J. Lama Vásquez, en el
cual se invocanlos medios de casación que se indicará más adelante.
que en fecha 22 de julio de 2013, fue depositado por ante la Secretaría General de la Suprema Corte de
Justicia, el memorial de defensa suscrito por los Lcdos. Enmanuel Rosario, Melvin M. Domínguez Reyes y Marian Y.
Pujals, abogados de la parte co recurrida, Banco Popular Dominicano, S. A., Banco Múltiple.
que mediante dictamen de fecha 16 de octubre de 2013, suscrito por la Dra. Casilda Báez Acosta, la
Procuraduría General de la República, emitió la siguiente opinión: “ÚNICO: que en el caso de la especie, tal y como
señala el segundo párrafo del artículo 11 de la ley 3726, de fecha 29 del mes de diciembre del año 1953, sobre
Procedimiento de Casación, por tratarse de un asunto que no ha sido objeto de comunicación al ministerio público
pro ante los jueces de fondo, dejamos al criterio de la Suprema Corte de Justicia, la solución del presente recurso de
casación”.
que esta Sala en fecha 3 de diciembre de 2014, celebró audiencia para conocer del presente recurso de
casación, en la cual estuvieron presentes los magistrados Julio César Castaños Guzmán, Víctor José Castellanos
Estrella, Martha Olga García Santamaría y José Alberto Cruceta Almánzar; asistidos del secretario y el ministerial de
turno, con la comparecencia de los abogados de ambas partes, quedando el expediente en estado de fallo.
que el asunto que nos ocupa tuvo su origen con motivo del procedimiento de embargo inmobiliario perseguido
conforme a la Ley 189-11, por el Banco Popular Dominicano C por A., Banco Múltiple, contra Antonio Vásquez
Suriel, Elauterio Fariña Núñez, José Fariña, Anadina Quintana Polanco, y Carmen Zobeida Fariña Torres, José
Miguel Fariña Torres, Sandy Rafal Fariña Torres, en calidad de herederos de José Joaquín Fariña Núñez, en ocasión
del cual la Segunda Sala de la Cámara Civil y Comercial del Juzgado de Primera Instancia del Distrito Judicial de La
Vega, dictó el 1 de mayo de 2013, la sentencia civil núm. 681-2013, cuyo dispositivo copiado textualmente es el
siguiente:
“PRIMERO: Se da acta de que no se han hecho reparos ni observaciones al pliego de condiciones. SEGUNDO. Se
da acta de la lectura del pliego de condiciones. TERCERO: Se ordena la apertura de la presente subasta al mayor
postor y último subastador de los inmuebles embargados, fijando como precio de la primera puja la suma de Siete
Millones Cuatrocientos Cincuenta y Cuatro Pesos con 81/100 (RD$7,454,454.81) más el estado de costas y
honorarios que este tribunal aprueba en la suma de CIENTO TREINTA MIL SETECIENTOS SETENTA Y DOS PESOS CON
27/100 (RD$130,772.27), todo lo cual asciende a la suma de SIETE MILLONES QUINIENTOS OCHENTA Y CINCO MIL
DOSCIENTOS VEINTISIETE PESOS CON 08/100 (RD$7,585,227.08), ordenándosele al ministerial el pregón
correspondiente. CUARTO: Se le otorgan tres minutos a los fines de que si hay licitadores tengan la oportunidad de
realizar sumas y ofertas. Pasados los 3 minutos y no presentándose ningún subastador, no obstante el pregón
hecho por el alguacil, se declara adjudicatario a la parte persiguiente, BANCO POPULAR DOMINICANO, BANCO
MÚLTIPLE, por el referido precio de primera puja la suma de SIETE MILLONES CUATROCIENTOS CINCUENTA Y
CUATRO MIL CUATROCIENTOS CINCUENTA Y CUATRO PESOS CON 81/100 (RD$7,454,454.81), más el estado de
costas y honorarios que este tribunal aprueba en la suma de CIENTO TREINTA MIL SETECIENTOS SETENTA Y DOS
PESOS CON 27/100 (RD$130,772.27), todo lo cual asciende a la suma de SIETE MILLONES QUINIENTOS OCHENTA Y
CINCO MIL DOSCIENTOS VEINTISIETE PESOS CON 08/100 (RD$7,585,227.08), de los siguientes inmuebles: a Una
porción de terreno con una superficie de 4,086.34 metros cuadrados identificada con la matrícula No. 0300000753,
dentro del inmueble parcela 159-B-3 del D. C. No. 3, ubicada en Jarabacoa La Vega; Una porción de terreno con una
superficie de 4,086.34 metros cuadrados identificada con la matrícula No. 0300000750, dentro del inmueble
parcela 159-B-3 del D. C. No. 3, ubicada en Jarabacoa, La Vega. Una porción de terreno con una superficie de
4,086.34 metros cuadrados identificada con la matrícula No. 0300000744, dentro del inmueble parcela 159-B-3 del
D. C. No. 3, ubicada en Jarabacoa, La Vega; a nombre de los señores ANTONIO VASQUEZ SURIEL, ELAUTERIO
FARIÑA NUÑEZ, JOSE FARIÑA, JOSE FARIÑA, ANADINA QUINTANA POLANCO y los señores CARMEN ZOBEIDA
FARIÑA TORRES, JOSÉ MIGUEL FARIÑA TORRES, SANDY RAFAEL FARIÑA TORRES en calidad de herederos del señor
JOSÉ JOAQUIN FARIÑA NÚÑEZ. QUINTO: ORDENA al embargado o a cualquier persona que estuviere ocupando el
inmueble objeto de la presente subástame, abandonar la posesión del mismo tan pronto se le notifique la presente
sentencia la cual será ejecutoria contra cualquier personal que la estuviera ocupando, en virtud del artículo 167 de
la ley 189-11.

LA PRIMERA SALA, DESPUÉS DE HABER DELIBERADO:


Figuran como partes instanciadas en el presente recurso de casación, Ramón Domilio Vásquez Moreta y Rafael
Moquete de la Cruz, recurrentes, Banco Popular Dominicano, Sandi Rafael Fariña Torres, Carmen Sobeida Fariña
Torres, Elvis Manuel Fariña Torres y José Miguel Fariña Torres (sucesores del señor José JoaquínFariña Torres), José
Fariña Ramos y Eleuterio Fariña,recurridos; el cual tuvo su origen con motivo de un procedimiento de embargo
inmobiliario que culminó conla sentencia civil núm. 681-2013, del 1 de mayo de 2014, dictada por la Segunda Sala
de la Cámara Civil y Comercial del Juzgado de Primera Instancia del Distrito Judicial de La Vega, quedeclaró
adjudicatario de los inmuebles embargadosalpersiguiente Banco Popular Dominicano, S. A., Banco Múltiple, ahora
recurrida en casación.
La parte recurrente en sustento de su recurso invoca los medios de casación siguientes: “Primer Medio:
Violación al debido proceso consagrado por nuestra Carta Magna; Segundo Medio: Violación al principio de la
irretroactividad de la ley consagrado por el artículo 110 de la Constitución de la República; Tercer Medio: Violación
a las disposiciones contenidas en el artículo 690 del Código de Procedimiento Civil modificado por la Ley No. 764
del 1944, como ley supletoria; Cuarto Medio: Violación a las disposiciones contenidas en el artículo 159 de la Ley
No. 189-11, sobre Desarrollo del Mercado Hipotecario y el Fideicomiso; Quinto Medio: Desnaturalización de los
hechos y falta de ponderación de documentos”.
El Banco Popular Dominicano S. A., Banco Múltiple,defiende la sentencia alegando en su memorial de defensa
lo siguiente: (a) que respecto del primer y quinto medio, los propios argumentos de la parte recurrente advierten
que en una primera audiencia celebrada el 11 de abril de 2013, se dispuso el aplazamiento a fin de que a los
acreedores hipotecarios privilegiados, les fuese denunciado el depósito del pliego de cargas, cláusulas y
condiciones; audiencia en la que estuvieron asistidos de sus abogados, cuestión que evidencian el ejercicio pleno
de su derecho de defensa. (b) sobre la supuesta omisión del privilegio en el cuadernillo de cargas, cláusulas y
condicionesque rigió el procedimiento de embargo, es preciso señalar que la base legal utilizada para la ejecución
forzosa fue la Ley núm. 189-11, sobre Desarrollo del Mercado Hipotecario y Fideicomiso, que no precisa las mismas
menciones que se recogen en el Código de Procedimiento Civil, sino las enunciadas en el artículo 155 de la ley
aplicable, en el cual el legislador establece que como parte del contenido del pliego de cargas, cláusulas y
condiciones debe encontrarse la certificación del estado jurídico del inmueble, que fueron incorporadas al
expediente. (c) que a los acreedores les fue notificado el aviso de venta en pública subasta e intimación a tomar
conocimiento del pliego de condiciones; a continuación de lo cual notificaron demanda incidental en reparo al
pliego de cargas pretendiendo que su acreencia debía ser adicionada al precio de la primera puja. (d) que contrario
a lo alegado por la recurrente la Ley núm. 6186 no fue derogada por la Ley núm. 189-11, sino que esta última crea
un procedimiento novedoso, expedito y de manifiesta efectividad, que en algunos casos se suple del derecho
común, pero mayormente su regulación es autosuficiente; además sostiene de forma errónea que se violó el
principio de irretroactividad de la ley, sin tomar en cuenta que las leyes procesales son de aplicación inmediata,
razón por la cual no fue violentado el principio de irretroactividad de la ley.
Previo a valorar los medios de casación, para un mejor entendimiento, es necesario realizar un recuento
procesal del caso, derivado del estudio de la sentencia impugnada y de los documentos a que ella se refiere, a
saber: a) que el 22 de septiembre de 2010, el Banco Popular Dominicano, S. A., Banco Múltiple, en calidad de
acreedor, suscribió un contrato de préstamo con garantía hipotecaria por la suma de RD$7,500,000.00, con
Antonio Vásquez Suriel, comodeudor; Elauterio Fariña Núñez, José Joaquín Fariña Núñez y José Fariña, fiadores
reales hipotecarios y Anadina Quintana Polanco, en calidad de cónyuge;otorgando en garantía tres inmuebles con
una porción de terreno de 4,086.34 metros cuadrados cada uno, identificados con las matrículas núms.
0300000753, 0300000750 y 0300000744, dentro de la parcela núm. 159-B-3, del Distrito Catastral núm. 3, del
municipio de Jarabacoa, provincia de La Vega; b) que ante la falta de pago del préstamo, en fecha 12 de febrero de
2013, el Banco Popular Dominicano, C. por A., Banco Múltiple, notificó mandamiento de pago tendente a embargo
inmobiliario a Antonio Vásquez Suriel, Carmen Zobeida Fariña Torres, José Miguel Fariña Torres, Elvis Manuel
Fariña Torres, Sandy Rafael Fariña Torres, Elauterio Fariña Núñez, José Fariña y Anadina Quintana Polanco, bajo las
disposiciones de la Ley 189-11, para el Desarrollo del Mercado Hipotecario y Fideicomiso; c) el 5 de marzo de 2013,
la Registradora de Títulos de La Vega, emitió una certificación de estado jurídico de inmueble, con relación a la
parcela núm. 159-B-3, del Distrito Catastral núm. 3, ubicado en Jarabacoa, La Vega, en la que se refleja un
privilegio inscrito en fecha 25 de febrero de 2011, a favor de Rafael Moquete de la Cruz y Ramón Domilio Vásquez
Moreta, según sentencia de homologación de contrato cuota litis, de fecha 7 de mayo de 2007. d) que mediante
acto núm. 120-2013, de fecha 18 de abril de 2013, el Banco Popular Dominicano, C. por A., denunció el aviso de
nueva fecha para la venta en pública subasta, a Rafael Moquete de la Cruz y Ramón Domilio Vásquez Moreta.
Con motivo del referido procedimiento de embargo, la Segunda Sala de la Cámara Civil y Comercial del Juzgado
de Primera Instancia del Distrito Judicial de La Vega, dictó la sentencia civil núm. 681-2013, del 1 de mayo de 2014,
ahora recurrida en casación, mediante la cual declaró al persiguiente, Banco Popular Dominicano, C. por A.,
adjudicatario de los inmuebles descritos precedentemente.
En el desarrollo de suprimer y tercer mediode casación, reunidos por su vinculación, la parte recurrente
alegaque se violaron las reglas del debido proceso y la tutela judicial efectiva, al no incluir en el precio de la
subasta el privilegio en razón de la certificación emitida por el Registro de Títulos de La Vega que consigna lo
siguiente: “Investigado el original correspondiente a una extensión superficial que mide 4,086.34 Mts2, sobre la
parcela 159-B-3, Distrito Catastral No. 03, del Municipio de Jarabacoa, Provincia La Vega, con matrícula No.
0300000744, libro No. 407, folio No. 224, hoja No. 121, registrada a nombre de José Fariña Núñez, dominicano,
casado, cédula No. 30592-47. Hasta la fecha existen los siguientes gravámenes y/o anotaciones. Privilegio: a favor
de: Dr. Rafael Moquete de la Cruz y Lic. Ramón Domilio Vásquez, dominicanos, cédula Nos. 080-000336-8 y
022-0025264-7, en virtud de sentencia que homologa contrato de cuota litis de fecha 7/5/2007, inscrita el día
25/2/2011, a las 4:25 p.m. Hipoteca en Primer Rango: de fecha 27/04/2012, inscrita el día 07/05/2012 a las 3:36
pm, acreedor: banco popular dominicano c. por a., con un monto de RD$7,500,000.00 (libro 165 folio 102 hoja
111)”.
El tribunal apoderado del procedimiento de embargo inmobiliario estableció lo siguiente: “que, por su
naturaleza toda sentencia de adjudicación es una decisión especial, en la cual el juez sólo levanta acta de la
existencia de la subasta y la regularidad de la misma, tal como procede hacer en la presente sentencia; que,
revisando los documentos que conforman este expediente, este tribunal entiende que el BANCO POPULAR
DOMINICANO, BANCO MULTIPLE, ha cumplido las formalidades requeridas en cuanto al procedimiento de
embargo inmobiliario regido por la ley 189-11, seguido contra ANTONIO VASQUEZ SURIEL, JOSE JOAQUIN FARIÑA
NUÑEZ, JOSE FARIÑA, ANADINA QUINTANA POLANCO Y ELEUTERIO FARIÑA NUÑEZ (…)”.
El procedimiento de embargo inmobiliario se compone de un conjunto de eventos procesales impulsados por
las partes, los cuales se encuentran estrictamente regulados, en este caso en la Ley núm. 189-11, sobre Desarrollo
del Mercado Hipotecario y Fideicomiso; cumpliendo el juzgador un rol pasivo, por lo que mal podría la parte
recurrente pretender que el juez de la subasta procediere, en un ejercicio oficioso, a hacer constar o incluir, como
parte del precio de la puja un privilegio inscrito, sin incurrir en violación a su papel neutral de cara a la subasta, que
por ser un proceso de administración judicial, su participación consiste en la supervisión de los diversos actos que
se suscitan en el transcurso del proceso.
La ley mencionada determina los formalismos procesales a seguir a fin de obtener la modificación del pliego de
condiciones en su artículo 156, al señalar que: Los reparos y observaciones al pliego de cargas, clausulas y
condiciones deberán consignarse en instancia depositada por lo menos ocho (8) días, antes de la fecha fijada para
la venta, por ante el tribunal que conocerá de la misma. Dicha instancia deberá contener, a pena de nulidad, sin
necesidad de que se pruebe agravio, las menciones siguientes: a) Constitución de abogado, con elección de
domicilio en el lugar del tribunal, si no lo tuviere allí. b) EI pedimento de reparo y sus motivaciones, así como
cualquier documento que justifique su pretensión. No podrán formularse reparos al precio de primera puja, salvo
que el mismo sea fijado en contravención a lo dispuesto en la presente ley. c) Solicitud de fijación de audiencia para
el conocimiento de la petición de reparo, la cual deberá celebrarse a más tardar cinco (5) días después del depósito
de la instancia de reparo. Párrafo I.- La instancia así producida le será notificada al persiguiente y demás partes
indicadas más adelante en este artículo, así como aquellas con interés para solicitar reparos, por acto de abogado
a abogado cuando lo tuvieren constituido, o notificación a su persona cuando no lo tuvieren, emplazándoles a
comparecer a la audiencia en donde se conocerá de la procedencia o no del reparo solicitado. Esta notificación
intervendrá por lo menos un (1) día franco antes de la fecha fijada para la audiencia a la que se cita. Párrafo II.- La
causa se instruirá mediante debates verbales y el juez deberá fallar en la misma audiencia, sin necesidad de
motivar su decisión, la cual no será objeto de ningún recurso y será ejecutoria en el acto; cabe destacar, en ese
mismo orden que los ahora recurrentes interpusieron una demanda en reparos u observaciones al pliego de
condiciones,que fue declarada inadmisible mediante sentencia del1 de mayo de 2013, dictada por el tribunal que
conoció el proceso de expropiación forzosa.
En esta materia rige el principio de justicia rogada en el que la actividad de las partes constituye el pilar por
excelencia, más aún, la propia Ley núm. 189-11, señala de manera expresa las partes que pueden demandar los
reparos al pliego de cargas, cláusulas y condiciones, a saber: las partes con interés para demandar reparos al
pliego, además del persiguiente mismo y el deudor, lo serán, el propietario del inmueble embargado cuando fuere
una persona distinta a la del deudor, y que hubiere participado como garante real del crédito en defecto; el nuevo
adquiriente del inmueble hipotecado al que se refiere el presente título, este como los demás acreedores
hipotecarios convencionales a legales inscritos e incluso los judiciales, solo cuando la hipoteca fuere definitiva; en
ese sentido, mal podría consistir en una violación a la ley el hecho de que una situación procesal mal invocada por
una parte corresponda al juez subsanarlo de forma oficiosa, sin que dicha actuación revista una dimensión
procesal de orden público, sino que ha sido colocada su persecución a cargo de aquellos a quienes interese, por vía
de consecuencia, procede desestimar los medios de casación examinados, por no existir la alegada vulneración.
En su segundo medio de casación, la parte recurrente aduce que se violaron las reglas relativas a la
irretroactividad de las leyes en el tiempo y en el espacio, puesto que el contrato de hipoteca que vincula la relación
jurídica entre las partes es de fecha 22 de septiembre de 2010, sin embargo,la Ley núm. 189-11, es de fecha 16 de
julio de 2011.
Procede desestimar dicho medio de casación en el entendido de que las normas procesales son de aplicación
inmediata, por tanto, el principio invocado no aplica en el caso que nos ocupa, toda vez que tratándose de un
aspecto de ejecución, se aplica en el tiempo que se persiga la ejecución la norma que se encuentre vigente, sin
importar en qué momento se haya suscrito el contrato, en ese sentido, el Tribunal Constitucional juzgando una
situación procesal análoga sostiene la postura siguiente: “los procedimientos de embargo inmobiliario no iniciados
al momento de la entrada en vigente de la Ley núm. 189-11, resultan regidos por esta ley al tratarse de un
procedimiento iniciado bajo este régimen…”.
En el cuarto medio de casación se argumenta la violación del artículo 159 de la Ley núm. 189-11, de fecha 16 de
julio de 2011, el cual reglamenta que entre la denuncia del edicto que anuncia la venta y la fecha prevista para la
audiencia de adjudicación debe mediar un plazo de 15 días, sin embargo en el proceso de marras mediaron solo 13
días.
Según resulta de lo establecido en el artículo 168 de la ley aludida, el cual prevé un sistema propio de los
incidentes del embargo inmobiliario, a saber: “Demandas incidentales: Cualquier contestación, medios de nulidad,
de forma o de fondo, contra el procedimiento de embargo que surja en el curso del mismo y que produzca algún
efecto respecto del mismo, constituiría un verdadero incidente del embargo y deberá regirse según la presente ley.
Tendrán calidad para interponer demandas incidentales, las personas señaladas con aptitud para solicitar reparos
al pliego de condiciones. La demanda se interpondrá por acto de abogado a abogado y, además de las
formalidades propias de los emplazamientos, deberá contener, a pena de nulidad, lo siguiente: a) Llamamiento a
audiencia en un plazo no menor de tres (3) días, ni mayor de cinco (5) días, contados a partir de la interposición de
la demanda; b) indicación del tribunal apoderado, que deberá ser el mismo encargado para la venta del inmueble;
c) los medios y las conclusiones; d) comunicación de documentos en caso de que los hubiere”; por lo que la
violación denunciada mal podría plantearse como un medio de casación, cuando debió suscitarse como una
demanda incidental por violación a aspectos de formas relativos al procedimiento de embargo inmobiliario,
motivos por los que procede declarar inadmisible dicho medio por constituirse en una pretensión nueva por ante
esta jurisdicción.
En el desarrollo de su último medio de casación alega la recurrente que el tribunal incurrió en desnaturalización
de los hechos de la causa, toda vez que no se hizo constar en el expediente la certificación de cargas y gravámenes
que avala su privilegio como acreedores de los recurrentes.
Contrario a lo argumentado por la parte recurrente, no se advierte dicha violación, puesto que el documento al
que alude se registra en la sentencia de marras, la cual hace constar entre los documentos vistos, la certificación
de estado jurídico del inmueble expedida por el Registro de Títulos de La Vega el 5 de marzo de 2013; aunado a
que al ser decidida la demanda incidental en reparos al pliego de condiciones, no queda duda de su existencia; es
preciso destacar que el vicio de desnaturalización de los hechos de la causa consiste en que a los hechos
establecidos como ciertos no se les ha dado su verdadero sentido y alcance inherente a su propia naturaleza, lo
cual no ocurre en el caso de la especie.
Finalmente, el estudio de la sentencia impugnada pone de relieve que la corte a qua hizo una correcta
apreciación de los hechos y circunstancias de la causa, exponiendo motivos suficientes y pertinentes que justifican
satisfactoriamente la decisión adoptada, lo que le ha permitido a esta Primera Sala Civil de la Suprema Corte de
Justicia, actuando como Corte de Casación, verificar que en la especie se ha hecho una correcta aplicación de la
ley, sin incurrir el fallo impugnado en los vicios denunciados por la parte recurrente en los medios examinados,
razón por la cual procede desestimar dichos medios y por vía de consecuencia rechazar el presente recurso de
casación.
Al tenor del artículo 65 de la Ley núm. 3726, sobre Procedimiento de Casación, toda parte que sucumba será
condenada al pago de las costas del procedimiento.
Por tales motivos laPRIMERA SALA DE LA SUPREMA CORTE DE JUSTICIA, por autoridad y mandato de la ley y en
aplicación de las disposiciones establecidas en la Constitución de la República, los artículos 1 y 65 de la Ley núm.
3726, sobre Procedimiento de Casación, de fecha 29 de diciembre de 1953, modificada por la Ley núm. 491-08, de
fecha 19 de diciembre de 2008; 690 y 729 del Código de Procedimiento Civil; 159 de la Ley núm. 189-11, de fecha
16 de julio de 2011, para el Desarrollo del Mercado Hipotecario y el Fideicomiso en la República Dominicana:

FALLA:
PRIMERO: RECHAZA el recurso de casación interpuesto por Ramón Domilio Vásquez Moreta y Rafael Moquete
de la Cruz, contra la sentencia civil núm. 681-2013, de fecha 1 de mayo de 2013, dictada por la Segunda Sala de la
Cámara Civil y Comercial del Juzgado de Primera Instancia del Distrito Judicial de La Vega, por los motivos antes
expuestos.
SEGUNDO: CONDENA a la parte recurrente al pago de las costas del procedimiento y ordenando su distracción
a favor de los Lcdos. Enmanuel Rosario, Melvyn M. Domínguez Reyes y Marian Y. Pujals, abogados de la parte
recurrida, quienes afirman haberlas avanzado en su mayor parte o totalidad.
(Firmado) Pilar Jiménez Ortiz.- Justiniano Montero Montero .- Samuel Arias Arzeno.- Napoleón R. Estévez
Lavandier.
César José García Lucas, secretario general de la Suprema Corte de Justicia, CERTIFICA, que la sentencia que
antecede ha sido dada y firmada por los jueces que figuran en ella, y leída en audiencia pública en la fecha arriba
indicada.

VOTO DISIDENTE DEL


MAGISTRADO NAPOLEÓN R. ESTÉVEZ LAVANDIER.
Con el debido respeto y la consideración que nos merecen los compañeros magistrados que representan la
mayoría en esta decisión de la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia, dejamos constancia de nuestra
disidencia con relación a la solución de rechazo del recurso de casación interpuesto por Ramón Domilio Vásquez
Moreta y Rafael Moquete de la Cruz contra la sentencia núm. 681-2013, de fecha 1ro. de mayo de 2013, dictada
por la Segunda Sala de la Cámara Civil y Comercial del Juzgado de Primera Instancia del Dstrito Judicial de La Vega,
pues entendemos que el presente recurso de casación debió ser acogido y casada la decisión impugnada por haber
incurrido en los vicios denunciados en los medios de casación primero y tercero planteados por la parte
recurrente, atendiendo a que, contrario a lo establecido en el párrafo 10 de la presente decisión, en materia de
embargo inmobiliario seguido en virtud de la Ley núm. 189-11, sobre Desarrollo del Mercado Hipotecario y el
Fideicomiso, el juez del embargo sí está obligado a intervenir, aun de oficio, cuando el precio fijado para la venta
en pública subasta no incluye el crédito del acreedor inscrito en primer rango.
El Art. 155 de la citada Ley núm. 189-11, dispone lo siguiente:
Sobre el pliego de cargas, cláusulas y condiciones. Dentro de los diez (10) días que sigan a la última inscripción
realizada, el persiguiente depositará el pliego de cargas, cláusulas y condiciones que regirá la venta del inmueble
embargado por ante el tribunal que conocerá de la misma. El pliego deberá contener a pena de nulidad, las
menciones siguientes:
a) La enunciación del título en virtud del cual se procedió al embargo, del mandamiento de pago y la
inscripción del embargo.
b) La designación del o de los inmuebles embargados, tal como se haya insertado en el mandamiento de
pago.
c) Las condiciones de la venta.
d) Fijación del precio que servirá de inicio a las pujas. Cuando el embargo inmobiliario sea perseguido por un
acreedor hipotecario distinto al inscrito en primer rango, sin importar que se trate de hipotecas convencionales,
legales o judiciales, el precio de primera puja nunca podrá ser menor a la acreencia registrada en primer rango.
e) Certificación expedida por el organismo correspondiente, en donde se expresen las cargas y gravámenes
que existen sobre el inmueble afectado o documento que exponga que el mismo no contiene carga o gravamen de
ningún tipo.
Párrafo. - El persiguiente podrá establecer también en el pliego de condiciones, que todo licitador deberá
depositar previamente en la secretaría del tribunal una garantía, mediante cheque certificado de una institución
bancaria domiciliada en la República Dominicana expedido a favor del persiguiente, no pudiendo dicha garantía
exceder del diez por ciento (10%) de la primera puja, salvo que se hubiere convenido una suma mayor entre el
persiguiente y el deudor.
Por su parte, el “Considerando Décimo” de la exposición de motivos de la Ley núm. 189-11 dispone lo siguiente:
“Que es importante mejorar los procedimientos judiciales existentes para la ejecución inmobiliaria, de forma que
sean más expeditos y permitan una solución oportuna de los casos, evitando las dilaciones y a la vez garantizando
el debido proceso, lo que coadyuvará al desarrollo del mercado hipotecario e incentivará la participación de actores
que aseguren el flujo de recursos”.
Como se observa de la lectura del literal d) del citado Art. 155, se impone al juez, en su calidad de administrador y
guardián del debido proceso legalmente establecido, verificar que el precio de primera puja no sea “nunca” menor a la
acreencia registrada en primer rangocuando el embargo inmobiliario sea perseguido por un acreedor hipotecario distinto
al inscrito en primer rango. Con tal disposición sin duda el legislador ha querido amparar de mayor seguridad jurídica al
acreedor que se encuentre colocado en primer rango, pues ello tiende a incentivar el flujo de recursos proveniente de
ese primer acreedor hipotecario, el cual queda protegido ante posibles ejecuciones realizadas por otros acreedores de
menor rango, sean estos reales o fraudulentos. Todo lo cual va en beneficio del sistema financiero y del flujo de recursos,
pero sobre todo de la propia ciudadanía que debe acudir al financiamiento hipotecario, pues mientras más seguro sea
para el acreedor el retorno de su crédito, mayores facilidades podrá ofrecer al consumidor.
Además, dicha disposición procura evitar los fraudes contra los acreedores inscritos en primer rango, pero a su
vez beneficia al deudor embargado, puesto que con dicho inmueble podrá extinguir la obligación garantizada que
se encuentra inscrita en primer rango, y posiblemente la del persiguiente también.
En armonía con la finalidad del texto del Art. 155, literal d), a seguidas la misma Ley núm. 189-11, en el literal b)
del Art. 156 establece −sin excepción− que no podrán formularse reparos al precio de primera puja, a diferencia de
los demás procedimientos de embargo inmobiliario en que el persiguiente sí puede hacerlo; empero, sí lo autoriza
cuando el precio sea “fijado en contravención” a lo dispuesta por la ley, es decir, el legislador tipifico de
“contravención” la violación a lo dispuesto por el literal d) del Art. 155, por lo que ante tal ilegalidad el juez está
obligado a intervenir, aun sea de oficio.
Para que el juez no sea sorprendido en su buena fe, pero tampoco pueda alegar ignorancia respecto a la
existencia de una inscripción de una acreencia en primer rango, el literal e) del Art. 155exige que el persiguiente
debe hacer mención en al pliego de condiciones de la Certificación expedida por el organismo correspondiente, en
donde se expresen las cargas y gravámenes que existen sobre el inmueble afectado o documento que exponga que
el mismo no contiene carga o gravamen de ningún tipo.
La inobservancia de incluir en el precio de primera puja la acreencia registrada en primer rango por un acreedor
distinto al persiguiente puede incluso dar lugar a la declaratoria de falsa subasta, al tenor del párrafo II del Art. 161
de la Ley núm. 189-11.
Las disposiciones de los literales d) y e) del Art. 155 ponen de manifiesto: 1) que la utilización del término “nunca”
-sinónimo de jamás− conduce indefectiblemente a que, ante la existencia de una acreencia registrada en primer
rango conforme la Certificación de Estado Jurídico del Inmueble, la venta en pública subasta perseguida por un
acreedor distinto al de primer rango, en ningún tiempo podrá realizarse partiendo de un precio de primera puja
menor al monto de la acreencia de este último;por consiguiente, 2)la labor del juez del embargo se limita a
salvaguardar que el precio de primera puja fijado en el pliego de condiciones no sea menor a la acreencia registrada
en primer rango conforme la Certificación de Estado Jurídico del Inmueble, cuya tutela debe ejercer sin necesidad de
pedimento de las partes, ya que evidentemente con tal certificación se encuentra en condiciones de hacerlo aun de
oficio, máxime que no se trata de una actuación deliberativa ni decisoria, sino de administración judicial de la venta.
Sin lugar a dudas el literal d) del referido Art. 155 contiene una prohibición expresa a que se produzca una venta
en pública subasta a partir de un precio de primera puja menor a la acreencia registrada en primer rango.
(Firmado) Napoleón R. Estévez Lavandier.
César José García Lucas, secretario general de la Suprema Corte de Justicia, CERTIFICA, que la sentencia que
antecede ha sido dada y firmada por los jueces que figuran en ella, y leída en audiencia pública en la fecha arriba
indicada.
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