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ÍNDICE
Introducción ........................................................................................................... 3
I. Los alimentos y la evolución del hombre. ..................................................... 4
II. El consumo de alimentos en el marco de los ODS. ...................................... 7
III. Factores que afectan el consumo de alimentos y la forma de producción. 9
IV. Evolución de la producción agropecuaria en México. ................................ 17
V. Comentarios finales ...................................................................................... 24
Bibliografía ........................................................................................................... 25

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2
Introducción

El consumo de alimentos es un tema que hoy en día es frecuentemente abordado


por diferentes instituciones públicas y privadas. La mayoría de los estudios sobre
el tema enfocan su análisis desde la oferta, es decir, desde la forma de producir
por parte de las unidades de producción agropecuaria y pesquera. Este
documento tiene el propósito de exponer al consumo de alimentos como el factor
que determina y orienta a los productores qué y cómo producir.

El primer capítulo hace un breve recorrido sobre el tipo de alimentos que


consumían las primeras sociedades de humanos hasta llegar al surgimiento de
la agricultura y la domesticación de especies animales.

El segundo capítulo expresa los alcances del Objetivo del Desarrollo Sostenible
12, el cual está relacionado con la producción y el consumo responsable.

El capítulo tercero delinea algunos factores que inciden en el incremento del


consumo de alimentos y cómo ha evolucionado la forma de producirlos.

El capítulo cuarto se centra en los cambios de los niveles de producción


agropecuaria y pesquera y,

Finalmente, este documento invita a discutir con mayores elementos la forma en


que consumimos, ya que ello afectará la manera en que producimos nuestros
satisfactores, lo cuales provienen directa e indirectamente del medio ambiente
donde vivimos.

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I.Los alimentos y la evolución del hombre.

Desde los orígenes del hombre en nuestro planeta, la alimentación ha sido factor
determinante de su evolución. En la medida en que la humanidad se extendió
por las diversas regiones de la tierra, fue aprovechando los recursos naturales
para su supervivencia, así como la exploración y pruebas constantes de plantas
y animales que pudieran serle de utilidad para su consumo, condición que
condujo al establecimiento de hábitos alimenticios.

De acuerdo con el Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana


de España (CENIEH), el comportamiento alimenticio del hombre obedece a la
satisfacción de una necesidad fisiológica, aunque la definición de una dieta
obedece “a preferencias vinculadas con las propiedades, gusto y variedad del
alimento, la facilidad de explotar ese recurso, el tiempo de preparación y
procesado, la abundancia y estabilidad del recurso, y las decisiones humanas
sobre la ingesta de nutrientes extraídos de los recursos disponibles en el entorno
son muy variadas y se relacionan muy directamente con los costos metabólicos y
demandas energéticas”.

Este Centro de investigación señala que los sistemas alimenticios humanos se


caracterizan por la versatilidad y la adaptabilidad que proporciona nuestra
fisiología y anatomía cambiante durante la evolución. Por ejemplo:

• Extremo omnivorismo, consumiendo un gran número de nutrientes


esenciales para el crecimiento y desarrollo.
• Cada cultura posee una gastronomía diferente.
• Compleja tecnología de adquisición y preparación de los alimentos.
• Sistemas de almacenamiento y reservas alimenticias.
• Dependencia del transporte de alimentos para su consumo.
• Redes sociales y culturales de intercambio y reparto de alimentos.
• Tabúes alimenticios ligados a las costumbres sociales, culturales y
religiosas y,
• Usos no nutricionales (medicinales, rituales, simbólicos) de los
alimentos.

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De acuerdo con la Fundación Mexicana para la Salud, los hábitos alimenticios
han cambiado de manera constante. Los ancestros del Homo Sapiens, como el
Australopithecus, tenían una dieta alimenticia que consistía principalmente en
vegetales, como las semillas de gramíneas, frutos secos, rizomas carnosos y
raíces suculentas; los primeros homínidos, además de vegetales, incorporaron
nutrientes de origen animal, la carne y la grasa, sin embargo, esta ampliación
de la ingesta representaba un problema al tratar de conseguir estos productos
en abundancia, ya que implicaba practicar cacería con el riesgo inherente de
poner en riesgo su vida, lo cual no ocurría con la obtención de vegetales.

La dieta del Cro-Magnon y otros humanos modernos se concentró más en la


cacería de grandes mamíferos, lo cual aumentó considerablemente la ingesta de
carne. A partir de esa época, la sobreexplotación de recursos, los cambios
climáticos y el crecimiento de la población propiciaron cambios en el consumo de
alimentos, se incluyeron peces, mariscos y animales pequeños, así como
vegetales, más accesibles por el desarrollo de tecnologías como las piedras de
moler y los morteros. (Standford & Bunn 2001).

Posteriormente, con el surgimiento de la agricultura y de la domesticación de


algunas especies de animales, y más recientemente con la revolución industrial,
la dieta se modificó de manera significativa, aumentó el consumo de energía, de
grasas saturadas y de ácidos grasos, y se disminuyó la ingesta de carbohidratos
complejos y de fibra, lo que conllevó a la presencia nuevas enfermedades
crónicas. (Arroyo, 2008)

El consumo de alimentos en las sociedades de todas las regiones, se ha dado a


través de dietas tan variadas como la diversidad cultural que existe en el
planeta, sin embargo, debemos señalar que hoy en día, se puede apreciar que con
la globalización, ha surgido un fenómeno que tiende a estandarizar la dieta para
todos, es decir, la producción agropecuaria y pesquera se ha concentrado sólo en
algunos productos que son los que el mercado demanda y se deja de producir lo
que no se puede vender.

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Este proceso de estandarización provoca que grupos de alimentos sufran de
modificaciones, desde la forma de producirlos y procesarlos, hasta su llegada al
consumidor final. Los productos alimenticios con mayores modificaciones son los
siguientes. (Arroyo, 2008):

• Los cereales son granos que requieren ser molidos y sometidos a cocción
antes de ser consumidos. Hasta la revolución industrial, la molienda se
hacía con piedras de molino y, a menos que fueran cernidos, la harina
contenía los componentes del grano entero, incluidos el germen, la
cáscara y el endospermo. Con la invención de la molienda mecanizada y
con el empleo de equipos para cernir la harina, el germen y la cáscara
son eliminados y tiene menor valor nutrimental.
• Los lácteos, con excepción de la leche materna, en la escala evolutiva, su
consumo es un fenómeno relativamente reciente (~6 100 a 5 500 años).
• Los azúcares refinados, salvo el contacto que tuvieron los cazadores-
recolectores con la miel de abeja, el hombre inició su consumo hace 200
años y a partir de la industrialización de la caña de azúcar el consumo de
azúcar refinada creció en el mundo.
• El consumo extendido de aceites vegetales refinados, con excepción del
aceite de oliva, se inició a principio del siglo XX y desde esa fecha el
incremento a nivel mundial ha sido notable.
• El elevado consumo de sal de las sociedades industrializadas no tiene
precedente evolutivo en la especie humana.
• Antes todos los alimentos pecuarios consumidos procedían de animales
silvestres; hasta mediados del siglo XIX, la alimentación del ganado
dependía del pastoreo y recientemente se utilizan alimentos a base de
granos, especialmente maíz. El aumento de los granos y las facilidades
para su transportación, dieron lugar a la producción intensiva de carne
basadas en lotes de ganado con nula movilidad.

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Esquema 1. Evolución del hombre.

Fuente: Imagen tomada de la Revista Stratego, 2019

II.El consumo de alimentos en el marco de los ODS.

Los Objetivos del Desarrollo Sostenible (ODS) son 17, y abordan diversos
desafíos que la humanidad tiene que enfrentar y resolver, los cuales van desde
pobreza, hambre, salud, educación, género, agua, energía trabajo,
infraestructura, desigualdad, sostenibilidad, clima, vida marina y terrestre,
justicia, así como producción y consumo responsables.
La teoría económica señala que los mercados son los que imponen la forma de
producir, porque son los consumidores quienes indican qué, dónde y cómo
quieren los diversos bienes y servicios para satisfacer sus necesidades. En este
sentido, parece que es la demanda quien condiciona la forma de producir las
mercancías y ello significa, en mayor o menor medida, la presión que se ejerce
sobre todos los recursos naturales, marinos y terrestres. Ante ello, es necesario
dar mayor importancia en cómo atender, orientar o regular el consumo, ya que,
de los 17 ODS, sólo uno lo aborda, el Objetivo 12.

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EL Objetivo 12, denominado producción y consumo responsable, establece que:
Para lograr crecimiento económico y desarrollo sostenible, es urgente
reducir la huella ecológica mediante un cambio en los métodos de
producción y consumo de bienes y recursos. La agricultura es el principal
consumidor de agua en el mundo y el riego representa hoy casi el 70% de
toda el agua dulce disponible para el consumo humano.
La gestión eficiente de los recursos naturales compartidos y la forma en que
se eliminan los desechos tóxicos y los contaminantes son vitales para lograr
este objetivo. También es importante instar a las industrias, los negocios y
los consumidores a reciclar y reducir los desechos, como asimismo apoyar
a los países en desarrollo a avanzar hacia patrones sostenibles de consumo
para 2030.
El consumo de una gran proporción de la población mundial sigue siendo
insuficiente para satisfacer incluso sus necesidades básicas. En este
contexto, es importante reducir a la mitad el desperdicio per cápita de
alimentos en el mundo a nivel de comercio minorista y consumidores para
crear cadenas de producción y suministro más eficientes. Esto puede
aportar a la seguridad alimentaria y llevarnos hacia una economía que
utilice los recursos de manera más eficiente.
Esta declaración aborda el consumo desde la perspectiva de las actividades
productivas y de manera tangencial desde la conducta del consumidor final.
Con relación a la alimentación, el ODS 12 señala los siguiente:
• Se desperdician 1,300 millones de toneladas de alimentos, es decir, un
tercio de lo que se produce.
• En el mundo hay 2 mil millones de personas que padecen hambre o
desnutrición y otros 2 mil millones de personas que tienen sobrepeso u
obesidad.
• El sector alimentario representa alrededor del 22% de las emisiones
totales de gases de efecto invernadero, en gran medida debido a la
conversión de bosques en tierras de cultivo.

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III.Factores que afectan el consumo de alimentos y la forma de
producción.

Es importante describir algunos factores que han transformado y propiciado la


aparición de nuevos alimentos y de nuevos hábitos en su consumo, como son el
crecimiento poblacional y su concentración en núcleos urbanos, la disponibilidad
de alimentos y el incremento del ingreso.

Población

Thomas Robert Malthus, un erudito británico afirmó, a finales del siglo XVIII, que la
población tiende a crecer en progresión geométrica, mientras que los alimentos solo
aumentan en progresión aritmética.
Gráfica 1. Crecimiento de la población mundial 1800-2019. (millones de
personas)

9,000

8,000 7,674

7,000
6,114
6,000

5,000 4,433

4,000
3,031
3,000

2,000 1,645
1,000
1,000

-
1800 1900 1960 1980 2000 2019

Fuente: Elaboración CEDRSSA con datos del Banco Mundial.

En el año 1800, la población mundial ascendía a 1,000 millones de personas, es


decir, pasaron miles de años desde que se tiene registro de la humanidad para

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llegar a esa cifra; 100 años después, la población creció 65 por ciento; pero del
año 1900 al 2019, se incrementó en 366 por ciento, casi 4 veces más en tan sólo
un siglo. En 2019, las mujeres representaron el 49.6 por ciento de la población y
los hombres el 50.4 por ciento.

Para el caso de México, la estructura poblacional como en cualquier parte del


mundo, ha evolucionado, desde su tamaño y composición de integrantes hasta en
los roles que desempeña cada miembro de la familia.

Gráfica 2. Crecimiento de la población mexicana 1900-2019. (millones de


personas)

140
125.3
120

97.5
100

80
66.8

60

40
25.8
20 13.7 15.2 14.3

0
1900 1910 1921 1950 1980 2000 2019

Fuente: Elaboración CEDRSSA con datos del INEGI.

En el periodo de 1900 a 2019, la población mexicana creció en 815%, más del


doble de la tasa que registró la población mundial en el mismo lapso. Nótese que,
entre 1910 y 1920, la población tuvo un decremento de casi un millón de
personas, esta situación se explica por los efectos de la contienda revolucionaria.

La disponibilidad de alimentos

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Es importante mencionar que la metodología del INEGI varía entre un Censo y
otro, por ello se encuentran diferencias de datos. Por ejemplo, en 1940, en las
encuestas realizadas con relación a la alimentación, el dato era si la población
comía pan de trigo, y el resultado fue que de los 19.6 millones de personas totales
en el país, sólo 8.8 millones de ellos consumía ese alimento. Para 1950, de los
25.8 millones de población total, sólo 13.6 millones de ellas comían pan de trigo,
es decir, la mitad de la población.

En 1980, el censo de INEGI registraba datos de otros tipos de alimentos como la


carne de res y pollo, huevo, leche y pescado. En ese año la población ascendía a
66.8 millones personas quienes conformaban 13 millones de hogares; y en estos
se consumía lo siguiente:

• 7.2 millones, carne de res o pollo 1 a 3 días a la semana.


• 7.8 millones, huevo de 4 a 7 días a la semana.
• 7.7 millones, leche de 4 a7 días a la semana.
• 4.4 millones, pescado de 1 a 3 días a la semana.

El ingreso y gasto en alimentos

La Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH), recaba


datos de los ingresos y los gastos que hacen los hogares en la adquisición de
alimentos. En el año 2000, la encuesta reportó que en México había 23.6 millones
de hogares, cuyo ingreso promedio trimestral era de 23 mil 235 pesos, de los
cuales 15 mil 739 pesos se orientaron al gasto corriente, y de estos, 4 mil 709
pesos se destinaron al consumo de alimentos, el 29.9 por ciento.

Para el año 2018, el número de hogares se incrementó a 34.7 millones, es decir,


creció 47 por ciento, respecto del año 2000; el ingreso tuvo crecimiento
significativo de 114 por ciento; el gasto corriente se duplicó; y el gasto en
alimentos fue la variable que tuvo el mayor crecimiento con 140 por ciento, al
pasar de 4 mil 709 pesos en el año 2000 a 11 mil 252 pesos en el año 2018. Cuadro
1

11
Otro dato relevante que muestra el Cuadro 1 es que para el año 2000, el 83 por
ciento de los alimentos se consumían dentro del hogar; mientras que para el año
2018 era de sólo el 76.8 por ciento. Estos datos marcan una tendencia creciente
de la población a comer fuera del hogar.

Cuadro 1. Ingreso corriente promedio y gasto corriente promedio trimestral


por deciles de hogares (pesos)

2000
Ingreso Gasto Gasto corriente Alimentos
Deciles de Alimentos
Hogares corriente corriente promedio en % dentro del %
fuera del hogar
%
hogares alimentos hogar
promedio promedio
Nacional 23,667,479 23,235 15,739 4,709 29.9% 3,932 83.5% 741 15.7%
I 2,366,748 3,540 3,264 1,744 53.4% 1,641 94.1% 96 5.5%
II 2,366,748 6,166 5,239 2,631 50.2% 2,462 93.6% 156 5.9%
III 2,366,748 8,411 6,865 3,179 46.3% 2,949 92.8% 204 6.4%
IV 2,366,748 10,726 8,281 3,710 44.8% 3,314 89.3% 375 10.1%
V 2,366,748 13,307 10,255 4,201 41.0% 3,776 89.9% 402 9.6%
VI 2,366,748 16,541 12,026 4,511 37.5% 3,958 87.8% 520 11.5%
VII 2,366,748 20,621 14,711 5,167 35.1% 4,385 84.9% 752 14.6%
VIII 2,366,748 26,161 17,610 5,752 32.7% 4,853 84.4% 859 14.9%
IX 2,366,748 37,156 23,125 6,757 29.2% 5,371 79.5% 1,312 19.4%
X 2,366,748 89,725 56,015 9,436 16.8% 6,611 70.1% 2,736 29.0%

2018
Ingreso Gasto Gasto corriente Alimentos
Deciles de Alimentos
Hogares corriente corriente promedio en % dentro del %
fuera del hogar
%
hogares alimentos hogar
promedio promedio
Nacional 34,744,818 49,610 31,913 11,252 35.3% 8,636 76.8% 2,557 22.7%
I 3,474,482 9,113 10,051 5,028 50.0% 4,541 90.3% 466 9.3%
II 3,474,482 16,100 14,333 6,741 47.0% 5,894 87.4% 821 12.2%
III 3,474,482 21,428 17,373 7,822 45.0% 6,787 86.8% 1,001 12.8%
IV 3,474,482 26,696 20,397 8,762 43.0% 7,449 85.0% 1,274 14.5%
V 3,474,482 32,318 24,172 9,993 41.3% 8,262 82.7% 1,695 17.0%
VI 3,474,482 38,957 27,394 10,762 39.3% 8,821 82.0% 1,888 17.5%
VII 3,474,482 47,264 31,970 12,018 37.6% 9,530 79.3% 2,424 20.2%
VIII 3,474,482 58,885 38,103 13,439 35.3% 10,259 76.3% 3,108 23.1%
IX 3,474,482 78,591 48,262 15,781 32.7% 11,386 72.1% 4,305 27.3%
X 3,474,482 166,750 87,080 22,175 25.5% 13,436 60.6% 8,589 38.7%
Fuente: Reporte CEDRSSA 2019, con datos de la ENIGH, 2000 y 2018.

Al revisar la información por deciles, sé puede identificar que en la medida que


se tienen menos ingresos, la propensión marginal al consumo es mayor con
relación a los de mayores ingresos, por ejemplo, el primer decil destina la mitad
de su gasto al consumo de alimentos y el décimo decil alrededor de una quinta

12
parte. Cuando se revisa el ingreso corriente, se observa que el de los primeros
deciles tiende a ser similar que su gasto corriente, mientras que, para los últimos
deciles, el gasto representa solo la mitad de su ingreso.

En el periodo, 2000-2018, se observa que la demanda de alimentos creció


sustancialmente por efecto del crecimiento de la población y por el ingreso,
situación que se presenta en todos los deciles. Los principales alimentos
demandados fueron carne, cereales y leche, que rebasaron más del 50 por ciento
del gasto corriente total trimestral. Asimismo, se debe resaltar que el consumo
de cereales, verduras, huevo, tubérculos y especias se incrementó, mientras que
la leche y derivados, bebidas, aceites, frutas, azúcar y café disminuyó. Gráfica 3

Gráfica 3. Participación del gasto corriente total en alimentos dentro del


hogar, 2000-2018

Otro alimentos
Especias
Café
Azúcar
Tubérculos
Aceites
Pescado
Huevo
Frutas
Bebidas
Verduras
Leche y derivados
Cereales
Carnes

0.0% 5.0% 10.0% 15.0% 20.0% 25.0%

2018 2000

Fuente: Elaboración del CEDRSSA con datos de la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos
de los Hogares (ENIGH), 2000.

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Evolución de las formas de producción agropecuaria

La forma en que producimos y consumimos los alimentos ha sido diferente en el


transcurso del tiempo, por ejemplo, anteriormente la mayor parte de los
mercados de alimentos se daba a nivel local y regional, ello implicaba menos
desafíos para colocar los productos alimenticios en los centros de consumo. A
partir del Tratado de Libre Comercio entraron nuevas regulaciones y retos en
diferentes áreas como la logística, ya que habría que llevar alimentos más allá
de nuestras fronteras por lo que debían tener mayor vida de anaquel y se
implementaron nuevas técnicas de empaque y embalaje para trasladar el
producto de manera más eficiente.

Con el incremento de la demanda de algunos productos hubo la necesidad de


hacer cambios en la forma de producir, incluyendo los genéticos. En el caso del
maíz, su producción se orienta hacia la generación de etanol, al consumo
humano, y al consumo pecuario para la obtención de leche y carne. Asimismo,
se han generado numerosas variedades por diferentes métodos, algunos de ellos
polémicos, para incrementar la producción, lo que ha llevado a esta especie a
evolucionar drásticamente como se muestra en el esquema 2.

Esquema 2. Evolución del maíz.

Fuente: Colegio de Posgraduados, Bioeconomía, 2014.

14
De acuerdo con Brambila (2014), se señala que el ganado porcino pasó de ser un
animal salvaje y pequeño con colmillos, a una especie de mayor tamaño y con
mucha grasa, y que para para finales del siglo XX esta tendencia cambio, se
empezó a criar cerdos con un corte “atlético” con grandes piernas y delgados de
estómago para atender el gusto de los consumidores.

Esquema 3. Evolución del cerdo.

Fuente: Colegio de Posgraduados, Bioeconomía, 2014.

El mismo autor señala que el hombre va adecuando (transmutando) a plantas y


animales de acuerdo con sus características y necesidades, y seguirá
transmutándolos para especializarlos y reducir desperdicios y gastos, como el
desarrollo de especies de aves de corral, específicamente el pollo, para que nazcan
sin pluma por considerarla inútil en algunos procesos industriales.

15
Esquema 3. Evolución de la producción pecuaria y agrícola.

Fuente: Colegio de Posgraduados, Bioeconomía, 2014.

Asimismo, la sandía es otro ejemplo de cambio en su forma de producción; esta


fruta la conocemos redonda u ovalada, sin embargo, en Japón, desde la década
de los setenta, se desarrollaron variedades para atender algunas exigencias del
consumidor, como tener un producto que pudiera ser de fácil acomodo en sus
refrigeradores, ya que muchos de ellos eran pequeños, además de ahorrar costos
en el trasporte y así llevar más producto. Entonces, en algunas zonas de cultivo,
se modifica la producción tradicional para obtener sandias cuadradas, las cuales
en la actualidad tienen un sobreprecio con relación a las tradicionales.
Habría que discutir si es ético producir con alteraciones severas, particularmente
en los animales, con el pretexto de que el mercado es el que manda. Asimismo,
con el medio ambiente, ante el desarrollo de una agricultura intensiva, en la

16
búsqueda de alcanzar mayor producción y productividad, se ha puesto en riesgo
la calidad del ambiente.

IV.Evolución de la producción agropecuaria en México.

Sector agrícola

En 2018, de acuerdo con el SIACON-NG1 los cultivos ascienden a 5002, no


obstante, la superficie que se destina a la producción se concentra solo en algunos
de ellos: por ejemplo, de las 21.6 millones de hectáreas sembradas, 8 millones se
destinaron a la producción de maíz (7.4 millones para grano y 0.6 millones para
forraje) por lo que la superficie sembrada de este cultivo representó el 37 por
ciento de la superficie sembrada total; en ese mismo sentido, 7 cultivos: maíz,
frijol, sorgo, caña de azúcar, café cereza, avena forrajera y trigo, concentraron el
63.4 por ciento del total de la extensión agrícola sembrada.
Gráfica 4. Superficie sembrada en el año agrícola 2018.

Trigo 0.5

Avena forrajera 0.7

Café cereza 0.7

Caña de azucar 0.8

Sorgo 1.3

Frijol 1.7

Maíz grano + forrajero 8.0

Total 21.6

0 5 10 15 20 25

1Sistema de Información Agroalimentaria y de Consulta del SIAP-SADER.


2Hay cultivos que, aunque sean de la misma especie, se registran por separado en función de su destino o
proceso, ejemplo alpiste, alpiste forrajero achicalado, alpiste forrajero seco, alpiste ornamental y alpiste
verde.

17
Fuente: Elaboración CEDRSSA con datos del Atlas Agroalimentario 2019-SIAP

El nivel de producción de los diversos cultivos evoluciona en función de la


demanda del consumidor. En el periodo 1980-2019, hubo cultivos que
incrementaron notoriamente la superficie sembrada y otros la disminuyeron
como se señala a continuación:

Cuadro 2. Evolución de la superficie sembrada 1980 a 2019


Evolución
No Producto 1980 -2019
Palma africana o de aceite
1 (1985) 7845%
2 Agave (1985) 1242%
3 Pastos y praderas 455%
4 Maíz forrajero en verde 406%
5 Nuez 272%
6 Sorgo forrajero en verde 259%
7 Aguacate 258%
8 Limón 214%
9 Mango 187%
10 Avena forrajera en verde 174%
11 Naranja 104%
12 Alfalfa achicalada (2000) 70%
13 Caña de azúcar 48%
14 Café cereza 45%
15 Cebada grano 6%
16 Soya -3%
17 Alfalfa verde -4%
18 Maíz grano -6%
19 Copra -8%
20 Sorgo grano -18%
21 Trigo grano -23%
22 Frijol -28%
23 Algodón hueso -42%
Nota: 1985, 2000: a partir de estos años inició el registro.
Fuente: Elaboración CEDRSSA con datos del SIAP

18
En el Cuadro 2, se identifican 23 productos que en 2019 rebasaron las 100 mil
hectáreas sembradas, reconociendo que el maíz es el cultivo que concentra la
mayor superficie. Al respecto, los cultivos que incrementaron su superficie
sembrada fueron:

• La palma africana tuvo un crecimiento absoluto de 7,845 por ciento, es


decir, pasó de 1,368 hectáreas sembradas en 1985 a 108 mil 690 en 2019.
Es importante señalar, que este cultivo se usa para la extracción del
aceite de palma que es el más demandado del mundo, además es
aprovechado por la industria cosmética.
• El agave creció en 1,242 por ciento, al pasar de 9 mil hectáreas
sembradas en 1985 a 120 mil 897 en 2019. El crecimiento de este
producto obedece a la demanda del tequila, principalmente.
• Los cultivos forrajeros como los pastos y praderas, maíz forrajero, sorgo
forrajero, avena forrajera y alfalfa crecieron de 1 a 4 veces su superficie
sembrada, al pasar en conjunto de 3.2 millones en 1980 a 6.2 millones en
2019. Este crecimiento obedece al incremento considerable de la
ganadería, que demanda mayores cantidades de materia prima para
preparar sus alimentos.
• El aguacate incrementó su superficie sembrada en 258 por ciento, al
pasar de 65,361 hectáreas en 1980 a 234,270 hectáreas en 2019. Este
producto creció por la demanda mundial para hacer el guacamole,
principalmente en los Estados Unidos.
• La superficie de caña de azúcar creció en 48 por ciento. Aunque han
aparecido muchos sustitutos del azúcar, la población ha incrementado su
ingesta de manera directa o indirecta en algunos alimentos preparados.
A su vez, los cultivos que disminuyeron su superficie sembrada fueron:

• La superficie de algodón hueso cayó 48 por ciento, al pasar de 359,731


hectáreas a 207,886. Su disminución se explica por el surgimiento de las
fibras sintéticas, muchas de ellas basadas en derivados del petróleo.

19
• El frijol tuvo una disminución en su superficie de 28 por ciento, al pasar
de 1.9 millones de hectáreas en 1980 a 1.4 millones en 2019. En muchas
regiones dejó de consumirse por adquirir otros productos y por el
incremento generalizado de los ingresos de la población que buscan otro
tipo de bienes de consumo.

Sector pecuario
En México coexisten sistemas de producción intensivos y extensivos. El primero
se caracteriza por criar animales estabulados con una elevada productividad,
bajo condiciones controladas, a un alto costo, ya que se consumen grandes
cantidades de energía para manejar variables como la ventilación, la calefacción
y el funcionamiento de maquinaria y equipo; el segundo, se identifica por utilizar
forraje de los agostaderos para alimentar el ganado; criar animales en potreros
y, emplear menores cantidades de energía. El ganado debe desplazarse para
buscar agua y alimento, lo que representa un mayor consumo en comparación
con los animales que se manejan en confinamiento.
La expansión de los sistemas de producción pecuario, tanto intensivos como
extensivos, amenazan los recursos hídricos, e invaden los hábitats de flora y
fauna endémica de las regiones donde se establecen.
Un dato importante a considerar es que la ganadería produce el 67.9 por ciento
de las emisiones de Gases de Efecto Invernadero del sector Agricultura,
silvicultura y otros usos de la tierra.

20
Cuadro 3. Evolución en los niveles de producción pecuaria 1980 a 2019

Producción
1980 2019 Tasa de cambio
(Ton ó Miles de Litros)

Ave-Carne 399,230 3,476,622 771%


Ave-Huevo plato 644,427 2,949,782 358%
Ovino-Carne 22,270 64,031 188%

Guajolote-Carne 16,868 100%


-
Bovino-Carne 1,065,070 2,027,634 90%
Bovino-Leche 6,741,544 12,275,865 82%
Caprino-Carne 30,305 39,937 32%
Porcino-Carne 1,250,800 1,600,446 28%
Abeja-Miel 65,245 61,986 -5%
Ovino-Lana 6,554 4,015 -39%
Caprino-Leche 279,701 161,901 -42%
Abeja-Cera 8,284 1,650 -80%
Fuente: Elaboración CEDRSSA con datos del SIAP

El Cuadro 3 muestra la evolución de los productos pecuarios más importantes al


analizar la tasa de cambio en los niveles de producción en el periodo 1980-2019:
• El ave para carne y para plato fueron los productos pecuarios que más
experimentaron crecimientos, con 771 y 358 por ciento, respectivamente.
• En el caso de la carne de guajolote, se indica que no hubo registro en
1980, por eso se registra como 100 por ciento, aunque matemáticamente
debería expresarse como un crecimiento indeterminado.
• La carne de ovino creció casi 2 veces en 19 años.
• La carne de bovino y la leche prácticamente duplicaron su producción.
• En contraste, la producción de cera y miel, proveniente de las abejas,
disminuyó drásticamente en 80 y 5 por ciento, respectivamente.

Como se ha señalado, el crecimiento de la población y el incremento generalizado


del consumo de proteína animal orienta a los productores pecuarios a expandir
sus unidades producción. Sin embargo, es un tema para discutir porque implica
poner en riesgo el medio ambiente donde todos cohabitamos.

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Sector pesquero
De acuerdo con el SIAP, nuestro país cuenta con 11 mil km de litoral y 3.1
millones de km2 de mares, en donde se explotan diferentes especies que permiten
que México se posicione como 17º productor pesquero y acuícola en el mundo.
En el caso del sector pesquero, se presentan datos de un periodo más corto, 2011-
2018, y se muestran las especies que tuvieron cambios sustanciales.

Cuadro 4. Evolución en los niveles de producción pesquera y acuícola


1980 a 2019.

2011 2018 Tasa de


Especie
(toneladas) (toneladas) cambio

Total 1,660,475 2,159,650 30%


Macarela 16,663 109,137 555%
Jaiba 20,262 50,272 148%
Mojarra 75,927 168,359 122%
Pulpo 27,541 56,754 106%
Anchoveta 98,820 152,266 54%
Camarón 184,123 230,381 25%
Ostión 46,851 53,443 14%
Atún 109,969 119,297 8%
Sardina 684,132 587,433 -14%
Fuente: Elaboración CEDRSSA con datos del SIAP

La producción total pesquera y acuícola a creció en el periodo 30 por ciento, al


pasar de 1.6 millones de toneladas a 2.1 millones. A continuación, se exponen las
tasas de cambio de las diferentes especies pesqueras.

22
• la Macarela es un pescado graso, que tuvo un crecimiento de 555 por
ciento y es muy demandado por su valor nutritivo y alto contenido de
omega-3.
• La jaiba, mojarra y pulpo, tuvieron crecimientos que duplicaron su
producción. El ranking mundial de producción de la mojarra y pulpo
ocupan el 9º y 3º lugares, respectivamente.
• La producción de camarón se incrementó en 25 por ciento. México ocupa
el 7º lugar a nivel mundial
• El atún tuvo un crecimiento conservador del 8 por ciento, aun así México
se ubica como 13º productor mundial de esta especie.
• La sardina tuvo un decrecimiento de 14 por ciento, y nuestro país ocupa
el 10º lugar a nivel global.

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V.Comentarios finales

A partir del siglo XX, los cambios en los hábitos se aceleraron drásticamente
debido a ciertos factores, como el crecimiento poblacional, el ingreso, la
urbanización, y mayor disponibilidad de alimentos en cualquier parte del mundo.
Algunos de los efectos negativos directos de esta situación son la presencia
masiva de enfermedades crónico-degenerativas y el desequilibrio constante y
creciente del consumo energético, es decir, se consumen más calorías de las que
podemos gastar.

El consumo de alimentos en México y el mundo también evolucionó de manera


vertiginosa desde el siglo pasado, y tuvo como consecuencia que los sistemas
productivos alimentarios se vieron en la necesidad de incorporar innovaciones
tecnológicas para ofertar mayores volúmenes de alimento.
El crecimiento de la población, invariablemente, demandará más recursos y
alimentos, que condicionará aún más la forma de producir. Por lo tanto, se debe
poner atención especial en encontrar mejores opciones de producción, para tener
una oferta de alimentos suficiente y nutritiva, sin que pongamos en riesgo al
medio ambiente. Sin embargo, se debe señalar que la mayor responsabilidad
recae en el consumidor, por lo que se requieren esquemas púbicos y privados de
concientización que orienten a un consumo de manera responsable, para evitar
el desperdicio de alimentos y se favorezca la adquisición de productos locales
para disminuir, en la medida posible, la huella ecológica.
Se observa un incremento significativo en la producción de algunas especies
vegetales y animales y pareciera que la humanidad tiende a consumir de manera
estandarizada algunos alimentos como la carne de res, pollo, cereales, leche y
huevo, principalmente, por lo que es necesario implementar acciones para
intensificar cambios de alimentación en la población hacia una dieta más
diversa.

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