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Artículo 306 El Estado promoverá las condiciones para el desarrollo rural integral, con
el propósito de generar empleo y garantizar a la población campesina un nivel adecuado de
bienestar, así como su incorporación al desarrollo nacional. Igualmente fomentará la
actividad agrícola y el uso óptimo de la tierra mediante la dotación de las obras de
infraestructura, insumos, créditos, servicios de capacitación y asistencia técnica.
OBJETIVO
ARGUMENTOS PRINCIPALES
fertilizantes y agroquímicos;
semillas y materiales para la siembra;
maquinaria y equipos.
Los insumos, equipos y productos agrícolas son fundamentalmente bienes privados, por ser
excluibles y competitivos. En la mayoría de los países de la OCDE, la producción y
distribución de insumos y equipos agrícolas, al igual que la comercialización de los
productos, son actividades típicas del sector privado. En principio, con algunas excepciones
que se examinan más adelante, en los países en desarrollo debería ser posible descentralizar
estos servicios mediante la liberalización de los mercados, el estímulo a que los suministren
las organizaciones de los sectores privado y voluntario, y el mejoramiento de la eficiencia
organizativa pública o el retiro del estado de estas funciones.
Sin embargo, el retiro del estado supone que los mercados deben estar bien desarrollados y
que no existen fallas del mercado (generales o específicas), ni otras razones que justifiquen
la intervención gubernamental, tales como bienes altamente valorados o que se persigan
objetivos de redistribución del ingreso. En la próxima sección se abordan las fallas del
mercado y algunas otras características de los servicios que aquí se analizan, temas que es
necesario tener en cuenta para programar su descentralización exitosa.
¿Externalidades positivas?
En los países de bajos ingresos, se plantea a veces que el uso de fertilizantes genera
externalidades positivas para la seguridad alimentaria, lo cual justificaría la intervención
gubernamental bajo la forma de subsidios a estos insumos. Esto sería particularmente cierto
cuando la demanda de fertilizantes es elástica respecto al precio: su reducción conduciría a
un incremento significativo de la producción de alimentos y de la seguridad alimentaria[63].
Información imperfecta
Resumen
En resumen, las fallas del mercado específicas a los fertilizantes y agroquímicos incluyen:
Demanda estacional
Información imperfecta
También existe aquí un problema de falla del mercado, vinculado a la posible existencia de
información imperfecta y asimétrica. Tal como ocurre con los fertilizantes, puede resultar
difícil para los agricultores evaluar la calidad de la maquinaria, lo que crea problemas
importantes cuando su costo es considerable y las compras son poco frecuentes.
9.2.5 Resumen
Diversos problemas de fallas del mercado afectan la demanda y la oferta de estos servicios
de apoyo a la agricultura. Los más comunes se refieren a situaciones en las que prevalecen
alguno o varios de los rasgos siguientes:
Aún cuando el sector privado haya asumido un papel mucho mayor en el suministro de
insumos y la comercialización de productos, los gobiernos centrales y locales mantienen un
papel importante en la creación de marcos propicios a las actividades del sector privado. En
la Sección 9.3.2 se examinan algunos aspectos que deben ser tomados en cuenta en el
proceso de reforma de estos servicios, tomados de la experiencia de los países que han
seguido este enfoque. En la Sección 9.3.3 se señala la posible necesidad de financiamiento
por parte del estado; y, en la Sección 9.3.4, se analiza el importante papel de regulación que
mantienen los gobiernos centrales y locales.
El desarrollo de mercados competitivos para los insumos agrícolas requiere, inter alia que:
Debido a estas circunstancias, las políticas enderezadas a desarrollar los mercados rurales
deben estar enmarcadas por una visión de largo plazo. Se requieren nuevas normas y
medidas coherentes y de carácter permanente. Este es un reto que no siempre se enfrenta
en forma adecuada. De hecho, la persistencia de los efectos negativos de las fallas del
mercado y los múltiples factores relacionados con la configuración del poder en los
organismos públicos han servido para justificar el mantenimiento de la presencia pública en
los mercados agrícolas, a veces en forma de 'intervenciones transitorias'. Algunas de éstas
han revertido parcialmente las políticas de reforma, desalentado la iniciativa privada y
comprometido seriamente la eficacia de todo el programa.
Los gobiernos locales no parecen ser el ámbito adecuado para la toma de decisiones
relativas a los servicios de suministro de insumos y comercialización de productos. Esto es
especialmente cierto en lo que se refiere a los subsidios, debido a los efectos de desborde.
Productos subsidiados en una zona podrían ser vendidos en otra a precios de mercado, por
ejemplo.
... a la capacitación
Vale la pena destacar la importancia del fortalecimiento y la capacitación por parte de los
gobiernos centrales a las OSC (asociaciones de agricultores, cooperativas y ONGs), en
aspectos relativos a la administración del suministro de insumos y la comercialización de
productos. Los vértices del sector voluntario pueden desempeñar un papel sumamente
importante para moderar los efectos de la información asimétrica, la cual afecta
negativamente a los agricultores, especialmente los más pobres, tanto en la adquisición de
insumos como en la venta de sus productos.
Una importante contribución del gobierno para mitigar fallas en los mercados rurales es el
mejoramiento de la infraestructura de transporte. Muchos especialistas concuerdan en que
el desarrollo agrícola y rural de los países en desarrollo hubiera sido otro si los recursos
financieros y humanos públicos dedicados a intervenir directamente en la comercialización
de productos y en el suministro de insumos y de crédito se hubiesen destinado a mejorar la
infraestructura del transporte rural y diseñar mecanismos eficaces para el mantenimiento de
caminos secundarios y vías de penetración.
En la práctica, tomará tiempo lograr que el nuevo sistema sea funcional; además, el
desempeño no será el mismo en los diversos gobiernos locales.
Una opción complementaria es suministrar fondos a las OSC para cofinanciar proyectos
comunitarios, mediante convenios de coparticipación. Por razones de desborde
jurisdiccional, esto es más apropiado cuando las obras de vialidad benefician a poblados
individuales y no a varios de ellos en un municipio o distrito. Los proyectos pequeños de
este tipo pueden financiarse con costos compartidos, donde la parte correspondiente a la
comunidad -en efectivo o en trabajo- se paga por adelantado como prueba de su interés. El
argumento a favor de esta opción consiste en que, si los habitantes de la localidad tienen la
libertad de escoger el proyecto, decidirán por uno cuyos beneficios no son compartidos con
otras comunidades. Además, si invierten voluntariamente sus recursos en la construcción,
existirán mayores probabilidades de que asuman su mantenimiento.
¿Pueden moderarse las fluctuaciones de precios con una mínima intervención pública?
En los mercados internos las fluctuaciones de los precios son más pronunciadas, pues las
fuertes oscilaciones estacionales de los precios de los alimentos se añaden a sus
fluctuaciones interanuales. La inestabilidad de precios es uno de los principales riesgos que
enfrentan los productores agrícolas y la ausencia de infraestructura e instituciones de
mercadeo adecuadas, especialmente para los alimentos, constituye una de las principales
fallas del mercado en los países en desarrollo. La incapacidad para mantener la seguridad
alimentaria suele ser una amenaza para la estabilidad de los gobiernos. El desafío de los
diseñadores de las políticas de descentralización es introducir mecanismos eficaces para
moderar las fluctuaciones de los precios agrícolas, con el mínimo posible de intervención
gubernamental directa. Pueden citarse ejemplos de exitosa administración de políticas de
precios mínimos por parte de organismos públicos: BULOG, una organización del
Gobierno de Indonesia, controla los precios mínimos del arroz mediante operaciones
abiertas de mercado que cubren menos del 3% de la cosecha. Esto se logra mediante una
buena administración y seguimiento desconcentrados de los mercados locales, una eficaz
red de agentes compradores y recursos adecuados. El arroz es un cultivo irrigado, con
menores fluctuaciones que los productos que dependen de lluvias estacionales, lo cual
facilita la estabilización de sus precios; pero el manejo de inventarios y la estabilización de
los precios de los granos requiere gran destreza administrativa, transparencia y rendición de
cuentas apropiada, inexistencia de corrupción y mucha experiencia en el comportamiento
de los mercados. Más aún, ningún esquema de este tipo puede contrarrestar eficazmente el
impacto de sequías prolongadas o calamidades excepcionales.
En varios países africanos las políticas de descentralización han tenido resultados exitosos,
por ejemplo, promoviendo sistemas de almacenamiento en poblados rurales, algunos de
los cuales han logrado mejorar significativamente los precios recibidos por los agricultores.
No obstante, en su conjunto la experiencia de estos proyectos es variada. Algunos han sido
mal diseñados, con excesivo acento en la construcción de instalaciones para
almacenamiento y poco en los requerimientos de capital de trabajo y en los vínculos
operativos con las fuentes de financiamiento comercial; muchos fueron ubicados en zonas
deficitarias, más por razones de seguridad alimentaria que de mejoramiento del mercadeo.
Este enfoque puede funcionar mejor en zonas con excedentes de granos, en las cuales el
almacenamiento por parte de los agricultores permite obtener mayores precios en épocas
lejanas a las cosechas. El almacenaje en grupo tiene considerables ventajas; entre ellas, la
posibilidad de obtener créditos en los bancos comerciales sobre la base de procedimientos
de 'almacenaje comprometido' (bonded stocks) (FAO, 1995), las mejoras en la información
sobre los mercados, y la reducción de costos de transporte mediante envíos masivos a los
mercados. Es necesaria también una buena coordinación con la política gubernamental de
manejo de los inventarios, a fin de evitar que decisiones inoportunas sobre la venta de
inventarios públicos reduzcan la viabilidad del almacenaje en los poblados.
En general hay pocas justificaciones para que los gobiernos subsidien los insumos y los
equipos. A veces se dice que el problema estriba en 'el uso inadecuado', pero más bien esto
se debe a que se confunden los 'requerimientos' técnicos con la existencia de demanda
efectiva. Existen múltiples casos de buen funcionamiento de programas especiales de
producción de granos, asociados a esquemas de subvención a los insumos. Lo que no está
claro es si esto se debió a las subvenciones a los insumos o a condiciones favorables del
mercado, adecuada infraestructura o tecnologías apropiadas. Por otra parte, abundan los
ejemplos de sobrestimación de la demanda potencial de insumos, pues los planificadores
agrícolas a menudo subestiman muchos de los factores que la determinan. Entre ellos:
La regulación del comercio de insumos tiene dos propósitos principales: proteger a los
agricultores de posibles fraudes cometidos por proveedores inescrupulosos y prevenir o
regular externalidades negativas. Promulgar normas adecuadas no es sencillo, cuando están
involucrados asuntos técnicos complejos. Hacerlas cumplir no siempre es fácil. Normas
buenas y simples, que se hacen cumplir estrictamente, pueden ser muy beneficiosas. Su
cumplimiento descentralizado y un cierto grado de devolución hacia asociaciones
profesionales y de consumidores puede ayudar a que sean más eficaces. Sin embargo,
demasiadas normas, o normas vagas, confusas y contradictorias, pueden tener efectos
devastadores. Excesivas normas y reglamentos pueden tener efectos opuestos a los
objetivos declarados por la autoridad reguladora. Normalmente, las posibilidades de
descentralización decrecen a medida que aumentan las normas y los procedimientos que
deben observarse se hacen más complejos. Al mismo tiempo, aumenta la posibilidad de
abusos por parte de funcionarios de la administración pública.
Licencias
Todos los países exigen patentes o licencias de comercio. La buena gobernabilidad requiere
que los procedimientos para obtenerlas sean simples, transparentes y equitativos. No
obstante, frecuentemente los criterios para obtener una licencia son opacos y se producen
retardos injustificables en su expedición. En el sector agrícola, los honorarios cobrados y la
documentación exigida para emitir una licencia pueden constituir serias limitaciones para
los pequeños comerciantes. El principio de subsidariedad aconseja que la responsabilidad
de expedir licencias quede a cargo de unidades locales desconcentradas de la
administración central o sea devuelta a los gobiernos locales, a fin de reducir el 'papeleo' y
las demoras en el procesamiento.
Actúan contra
infractores
Estadísticas Gobierno Recaban datos Institutos Recaban datos
central siguiendo los estadísticos siguiendo los
decide qué procedimientos organizan procedimiento
datos deben establecidos bancos de s establecidos
registrarse datos
Recaban
datos de
otros
agentes y/o
por su
cuenta
Este objetivo requiere que los agricultores estén adecuadamente informados acerca de los
efectos negativos de los insumos que quieren usar sobre la sostenibilidad de sus propios
recursos. En principio, éste es un problema que, debido al conflicto de interés, no puede
encomendarse a los proveedores de esos productos. Se necesita también que los usuarios
estén total y claramente informados acerca de las características específicas y los efectos
adversos del uso inadecuado de un producto, por ejemplo, poniendo en peligro la vida del
usuario (productos venenosos) o la salud de sus plantas y animales. Esto se puede lograr, en
parte, mediante normas que regulen el etiquetado de los productos y la divulgación de
información por parte de los proveedores comerciales. A este respecto, el gobierno tiene
una responsabilidad de vigilancia general vis-à-vis los comerciantes y fabricantes, que debe
ser implementada rigurosamente. El servicio de extensión tiene la función específica de
alertar a los agricultores no informados acerca de los productos peligrosos que circulan -
legal o ilegalmente- en el mercado.
· Semillas con calidad declarada (SCD). Los productores y comerciantes de semillas que
desean vender SCD establecen sus propios controles y declaran los estándares de calidad
de sus productos. El organismo regulador gubernamental realiza, cada año y en forma
rotatoria, el muestreo de un pequeño porcentaje de terrenos en producción y de puntos de
venta de las semillas, a fin de verificar la veracidad de las declaraciones. Esta opción es
menos costosa que las anteriores para el gobierno y/o los usuarios. Permite estándares
flexibles y amplia cobertura, y promueve la expansión de la capacidad para controlar la
calidad en toda la industria de semillas. Exige buen manejo de los métodos de inspección,
reglas de juego claras y buenos procedimientos para su cumplimiento.
· Etiquetado veraz. Los estándares mínimos pueden ser establecidos por el organismo
regulador o dejarse al criterio de los productores de las semillas. Los productores son
responsables por la calidad que anuncian en sus productos; por lo tanto, los estándares
pueden variar y los precios de los productos reflejan esta flexibilidad, lo cual facilita su
adaptación a las demandas de diferentes clientes. Los consumidores deberán hacer el
seguimiento del comportamiento de los productos y presentar sus quejas ante el organismo
regulador, que cumple un papel de supervisión general a través de inspecciones al azar. En
los casos en que no haya correspondencia con los productos anunciados, puede recurrirse a
los tribunales para zanjar disputas entre consumidores y proveedores; pero, en los países en
desarrollo, esto posiblemente no sea de gran ayuda para los agricultores. Bajo esta opción,
el costo del control de calidad es asumido por los productores de semillas, mientras que el
de vigilancia por parte del organismo gubernamental regulador es limitado.
Se ha propuesto un punto de vista diferente acerca del papel del gobierno en el control del
desempeño y de la calidad, partiendo de argumentos de la economía neoclásica y de
algunas evidencias empíricas sobre el costo y los beneficios de la función de regulación[66].
Las regulaciones tienen costos directos tanto para el gobierno como para los proveedores
(los empleados del gobierno cuestan dinero y los proveedores también gastan recursos para
cumplir los procedimientos), que pueden no ser conmensurables a los beneficios. Algunas
regulaciones pueden ocasionar beneficios netos negativos: por ejemplo, diferir la
introducción de nuevos productos por largo tiempo, hasta terminar todas las pruebas de
rendimiento y control de calidad, priva a los usuarios de las ganancias que podrían haber
obtenido utilizando el producto, y desalienta a los proveedores privados interesados en
introducir productos nuevos.
Gisselquist et al. (1999) plantean que los resultados de estudios de casos en algunos países
(Bangladesh, India, Turquía y Zimbabwe) sugieren que los beneficios derivados de regular
el comportamiento o la calidad de los insumos son escasos, mientras que los costos
(principalmente, las ganancias potenciales no realizadas) son significativos. De ahí que se
diga que 'el nivel óptimo de este tipo de regulación es nulo'. Sin embargo, otros beneficios
de la regulación pueden ser significativos, como la prevención o reducción de serias
externalidades negativas. Por tanto, sugieren limitar la función de regulación a estos
últimos casos o al control de posibles fraudes. El mercado se encargaría del desempeño y
de la calidad, penalizando a los proveedores de productos de inferior calidad. El recuadro
9.3 indica la estrategia de regulación sugerida.
· Permitir que diversos tipos de nuevas empresas -desde pequeñas empresas locales hasta
multinacionales- entren en la producción y el comercio de insumos a cualquier ámbito,
sobre la base de simples condiciones objetivas (v.g. el registro de impuestos), al igual que
en los demás sectores de la economía.
· Permitir que las empresas vendan insumos que incorporan innovaciones tecnológicas, sin
necesidad de aprobaciones oficiales basadas en pruebas de comportamiento u otros
procesos que requieren tiempo, dinero y juicio subjetivo (excepto cuando estén en juego
externalidades negativas, como en el caso de pesticidas convencionales de alto riesgo).
· Permitir que las empresas establezcan la calidad de los insumos y que los agricultores
decidan los estándares de calidad, subrayando la veracidad de los etiquetados para asegurar
que los mercados transmitan información exacta (excepto cuando las externalidades
negativas estén en juego, cuando los pesticidas puedan contener impurezas peligrosas, o las
vacunas para los animales puedan introducir enfermedades contagiosas).
9.4 Conclusiones
Aún cuando la mayoría de los insumos y los productos agrícolas son bienes privados, su
provisión contempla características que pueden requerir ciertas intervenciones del sector
público. Es decir, a pesar de que la descentralización generalmente conduce al traspaso de
algunas funciones al sector privado, lo cual es conveniente en la mayoría de los casos, la
descentralización de otros servicios o de partes de ellos se lleva a cabo más eficazmente
mediante su desconcentración o devolución hacia los ámbitos inferiores de gobierno. En
varios casos, la asociación con y los incentivos a las OSC pueden ser el camino más
indicado. El Recuadro 9.4 resume los efectos de la descentralización sobre las funciones
principales de los servicios de suministro de insumos y comercialización de productos
agrícolas.
[63]
Sin embargo, los fertilizantes subsidiados pueden ser utilizados en productos no
alimentarios, sin influencia directa en la producción de alimentos.
[64]
Recuadro 7.1 (página 126).
[65]
En este contexto, las ‘normas’ asumen la forma de leyes aprobadas por el parlamento y
sus reglamentos interpretativos, emitidos por el ejecutivo. Otras regulaciones específicas
establecen los procedimientos para cumplir la ley, tanto por parte de los ciudadanos como
de los funcionarios que tienen que velar para que los ciudadanos respeten la ley.
[66]
Gisselquist et al. (1999).
El Programa, aprobado a fines de 1991 por la Junta Ejecutiva del FIDA, se ha estado
implementando a partir de 1994 en seis países: Brasil, Colombia, Cuba, Ecuador, República
Dominicana y Venezuela. La sede regional se estableció en Venezuela, siendo contraparte
del FIDA el Gobierno de Venezuela (GOV) a través de la Fundación CIARA.
El Programa se desarrolló a nivel regional bajo el marco institucional del CIARA donde se
encuentra la Oficina de la Coordinación Regional y de la Coordinación Nacional de la Red
Nacional de Capacitación en Desarrollo Rural de Venezuela. En los demás países de la
región el marco institucional es el de las instituciones integrantes de las redes nacionales las
cuales eligieron entre ellas a una institución coordinadora nacional.
A nivel de cada país miembro del Programa, los arreglos institucionales han sido diferentes.
En Colombia, Cuba y Venezuela, la Institución Coordinadora Nacional (INC) designada
fue un organismo público o bajo la égida del sector público agropecuario. En República
Dominicana se organizó alrededor de un proyecto del FIDA, en el Ecuador con una
Organización No Gubernamental (ONG) y en el Brasil a través de una Universidad federal.
Como se verá más adelante, en algunos países los arreglos institucionales variaron a lo
largo de la implementación del programa.
Sin embargo, el fuerte proceso de ajuste financiero así como el proceso inflacionario
galopante que afectó y aún afecta parcialmente a la economía venezolana generó fuertes
distorsiones de precios, variaciones significativas en las remuneraciones reales de los
funcionarios nacionales y cambios en costos locales. Este proceso afectó, indudablemente,
la cuantía de los montos de contraparte comprometidos por el GOV originalmente.
(c) que existía la necesidad de una institución idónea para que se hiciera cargo de las
limitaciones regionales en capacitación en las temáticas mencionadas (ver IRP: párrafo 14).
El Programa tendría una duración de tres años y debería ser desarrollado por el CIARA en
seis países: Brasil norte y central, Colombia, Cuba, República Dominicana, Ecuador y
Venezuela. El público principal estaría constituido por los niveles gerenciales y técnicos de
los proyectos apoyados por el Fondo en la región, incluyendo también actividades de
capacitación para líderes y representantes campesinos. Los beneficiarios finales serían los
pequeños productores y sus familias de los proyectos, y especialmente los pequeños
agricultores más progresistas, incluyendo mujeres rurales para desarrollar condiciones de
liderazgo entre ellos.
A partir de este objetivo y actividades el Programa en sus inicios estableció cinco objetivos
específicos que mantienen lo planteado en el Acuerdo y la Propuesta presentada por el
Presidente a la Junta Ejecutiva del FIDA:
Se estimaba un costo total de aproximadamente USD 2.9 millones, financiado por el FIDA
con una donación por USD 1.2 millones, el GOV a través del presupuesto del Ministerio de
Agricultura y Cría(MAC)/CIARA con USD 1.7 millones y un aporte de la CAF de USD 30
mil.
Se puede dividir el Programa en cuatro fases de ejecución. La primera entre marzo y junio
de 1994- se inicia con la contratación de un consultor técnico por parte del IICA para
asesorar el Programa. En esta fase sólo se llevaron a cabo actividades para la operatividad
mínima del Programa: concursos para nombrar al coordinador regional y la secretaria, así
como organizar un programa operativo inicial. Estos trámites fueron aprobados por una
misión FIDA-CAF de marzo de 1994, designándose como coordinador regional del
Programa a la Ing. Carlina Pacheco, responsable de la Unidad de Capacitación del CIARA.
Se tramitó el primer desembolso y se realizaron actividades de difusión del Programa en los
distintos países.
El limitado número de acciones en esta fase se debió a las dificultades para encontrar un
coordinador regional, sobretodo debido a la baja remuneración que se ofrecía en el marco
de la estructura salarial del Gobierno venezolano.
La segunda fase se inicia con la Primera Reunión del Comité Coordinador Ejecutivo
(CCE), en agosto de 1994 y culmina en febrero de 1995, con la Segunda Reunión del CCE.
En dicho período se llevaron a cabo actividades de capacitación en Venezuela, Ecuador y
República Dominicana. No se realizaron en Brasil, Colombia y Cuba. En los dos primeros
casos se debió a problemas internos a los países mencionados, y en el caso de Cuba, debido
a que aún no se había incorporado al Programa.
La Tercera Fase -febrero a julio 1995- se inicia con la Segunda Reunión del CCE, en
Caracas, Venezuela, en febrero de 1995. En dicha reunión, que contó con la participación
de cinco países -todos menos Cuba, la presencia de representantes del FIDA, la CAF, y el
IICA-Venezuela se aprobó la Memoria y Cuentas presentada por la Coordinación Regional
así como se definieron las actividades a ser llevadas a cabo a nivel de los países y de la
región hasta diciembre de 1995 (fecha fijada para la III Reunión del CCE). Las actividades
programadas se cumplieron totalmente y se superaron en República Dominicana, en
Ecuador y en Venezuela. En Colombia y Brasil se cumplieron parcialmente por dificultades
de coordinación, en parte derivados de los cambios a nivel de políticas y de personal en los
Ministerios de Agricultura respectivos.
Durante esta fase la Fundación CIARA enfrentó problemas internos, que en la práctica
paralizaron al Programa entre marzo y julio de 1995, culminando con la renuncia del
Coordinador y demás personal del Programa, así como con la mayor parte de la Dirección
del CIARA.
En julio de 1995 con la contratación del actual coordinador regional se inicia la cuarta fase
del Programa. En esta fase ya no se presentan percances administrativos y el Programa se
ejecuta de acuerdo a lo planificado y se incorpora una actividad importante: la publicación
de los materiales producidos por el Programa en 1994 y 1995, así como el fortalecimiento
de las redes nacionales y la ejecución de los eventos programados.
Los fondos FIDA y de contrapartida nacional han sido auditados anualmente para los tres
años desarrollados con resultados en líneas generales satisfactorios. Está pendiente la
auditoría del último año del Programa que culmina en el mes de diciembre.
Los fondos de contrapartida nacional han sido desembolsados en un nivel muy reducido.
Hasta agosto de 1997 solamente se ha desembolsado el 14% del monto comprometido. Se
consideran cuatro rubros: honorarios del personal, gastos de infraestructura y
mantenimiento, servicios por contrato y otros conceptos.
La Red regional está conformada por las seis redes nacionales, siendo su instancia decisoria
el CCE que se reúne anualmente con la finalidad de evaluar las acciones ejecutadas y
planificar las del siguiente año. El CCE está conformado por el coordinador de cada Red
nacional, el Coordinador regional (actualmente a su vez Coordinador nacional de la Red
venezolana), un representante de la CAF, un representante del FIDA y en los primeros tres
años un representante del IICA -en el marco de su participación como institución
cooperante.
La instancia ejecutiva está conformada por la Unidad Coordinadora Regional con sede en
Caracas. La Red regional es una instancia coordinadora y de apoyo a las redes nacionales
en la organización de los eventos. Tiene tres funciones básicas: 1) el control administrativo
de gastos, 2) el intercambio de experiencias entre países y 3) el trabajo de síntesis. La
Coordinación regional ha buscado que las Redes nacionales se desarrollen solas, se
fortalezcan solamente con un asesoramiento del nivel regional que se desarrolla vía
telefónica, electrónica y mediante dos visitas al año del Equipo regional. Por ello no
interviene directamente en la definición de las propuestas de eventos, dejando esta
responsabilidad a las redes nacionales. Colabora en aspectos de coordinación y presupuesto
(incluyendo actividades pre y post evento). En el caso de los eventos regionales participa
más activamente junto con el responsable nacional del evento.
Si bien es cierto que establecer estos niveles de intercambio en forma fluida y permanente
no es sencillo, es necesario reflexionar sobre la utilidad de tener una Red regional frente a
la opción de mantener exclusivamente redes nacionales.
La Misión concluye que un nivel de integración regional sería valioso siempre que se
identifiquen participativamente temas que en forma sostenida sean ejes de intercambio bajo
diversas modalidades. Estas modalidades pasan por eventos pero también por redes
electrónicas, intercambio de materiales escritos, pasantías, etc.
Desde un punto de vista cuantitativo, el programa ha cumplido con creces las metas
originariamente establecidas, las cuales estipulaban que en tres años se brindaría
capacitación a 80 directivos de 35 instituciones; a 600 técnicos y profesionales de esas
instituciones; y a 60 agentes de extensión o dirigentes rurales. En efecto, el Programa
habría realizado hasta la fecha: 85 eventos de capacitación a nivel regional y nacional
beneficiando a más de 3 500 participantes. Las instituciones involucradas fueron 82.
Por otro lado, el Programa ha publicado una importante serie de documentos de trabajo,
varios libros y los primeros números de una revista especializada. La calidad de estos
materiales es adecuada aunque despareja (p.ej. el manual de S&E no es apropiado). Por otra
parte, puede computarse como un desarrollo derivado del Programa el establecimiento
reciente por parte del IICA del Sistema Hemisférico de Capacitación para el Desarrollo
Agrícola (SIHCA), cuya actividad principal hasta el momento ha consistido en impulsar
una compilación de la oferta de capacitación en los diferentes países de América Latina, y
que puede convertirse en un factor importante de soporte para las redes regionales de
capacitación como FIDA-CIARA, la Unidad Regional de Asistencia Técnica (RUTA) o el
Programa Regional de Capacitación en Desarrollo Rural (PROCASUR).
En parte, estos problemas dependen de la debilidad del CIARA, que a su vez se conecta
muy directamente con el hecho de que esa institución depende del presupuesto nacional
venezolano y ha estado sujeta a un grave deterioro de los salarios reales del personal, y a
fuertes restricciones presupuestarias derivadas de la situación macroeconómica venezolana
en los últimos años. Esto indica que una mayor autonomía administrativa y financiera del
CIARA es un elemento esencial para permitir su fortalecimiento efectivo y para posibilitar
que pueda asumir su rol en la coordinación futura de la Red Regional. Esto debería ser a la
vez un objetivo estratégico de la próxima fase del programa como una condición a asegurar
antes de su inicio con las autoridades correspondientes.
Al respecto, el GOV ha dado y sigue dando pasos importantes. La Misión se entrevistó con
el Ministro de Agricultura, el cual manifestó su fuerte interés en la continuidad del
programa, y anticipó que el Gobierno dará en efecto mayor autonomía al CIARA en
aspectos administrativos y de financiamiento. La Fundación CIARA ha recibido ya como
patrimonio un edificio donde funcionan sus actividades; como el edificio excede sus
necesidades, algunos pisos serán alquilados para generar una renta.
Del mismo modo, la Fundación CIARA se ha hecho cargo de la ejecución del Programa de
Extensión Agrícola 1996-2001, con un costo total de USD 79 millones, financiados con un
préstamo del Banco Mundial (USD 25 millones) y por aportes del Gobierno. Este programa
se propone un ambicioso objetivo de modernización de la transferencia de tecnología en el
agro venezolano, con componentes de extensión, capacitación, fortalecimiento
institucional, asesoría técnica y estudios. Además de la importancia sustantiva de este
programa para el CIARA en su conjunto y para el Programa FIDA-CIARA, el hecho es que
ese programa también contribuirá a generar recursos financieros y fortalecimiento
institucional para el CIARA, en una magnitud significativamente superior a la que pudo
aportar el programa FIDA-CIARA. El Ministro y sus asesores estiman que las rentas de
arriendo y los ingresos derivados del proyecto de extensión agrícola otorgarán a la
institución una mayor autonomía financiera. Si además se gestionan aportes, como se ha
sugerido, de las empresas petroleras u otras, en lo que ya está trabajando el Ministerio, sería
factible que el CIARA deje de depender del presupuesto de la República, lo cual
adicionalmente lo liberaría de diversas restricciones administrativas propias de los
organismos públicos. Otro proyecto del Ministerio se orienta a "tercerizar" la
administración del FIDA-CIARA mediante la contratación de una entidad administradora
privada, que sería una ONG sin fines de lucro, lo cual reforzaría la autonomía del CIARA
en el futuro. En ese contexto, una eventual segunda donación del FIDA debería orientarse
claramente en el mismo sentido, a fin de contribuir a la sostenibilidad futura, institucional y
financiera del programa regional de capacitación en desarrollo rural.
La principal contribución del IICA fue la contratación (con fondos del FIDA) de un
consultor internacional que colabora con la coordinación de la Red Regional. El costo de
ese consultor ha sido del orden de USD 320 000 a lo largo del proyecto. Asimismo, el IICA
ha asignado personal técnico de sus oficinas nacionales en los países donde actúa, para
apoyar las actividades de la red regional y de las redes nacionales. El IICA ha recibido
aportes para gastos administrativos a partir de la donación FIDA, y ha aportado tiempo del
personal y servicios de apoyo.
Sin embargo, la cooperación del IICA como institución ha sido relativamente limitada. No
ha participado mayormente en la conceptualización ni en la programación de las
actividades. El representante del IICA en Venezuela manifestó a la misión que la
cooperación fue en aspectos puntuales, como el apoyo a eventos o el apoyo a las reuniones
de las redes nacionales, pero la asistencia técnica sustancial fue prestada por un consultor
contratado al efecto y que se desempeña directamente en contacto con la Coordinación
Regional. El IICA se manifestó dispuesto a asumir un rol más relevante en una etapa futura
del programa. La concepción esbozada por el representante del IICA en Venezuela apuntó a
un programa de mayor envergadura que el actual, con un costo de posiblemente el doble
que la primera fase, y en cuya financiación deberían intervenir otras fuentes además del
FIDA y el CIARA. Una posibilidad serían aportes de alguna de las compañías estatales
venezolanas del sector petrolero, las cuales ya están apoyando fuertemente programas de
interés agropecuario y ambiental, y que podrían hacer un aporte significativo a un programa
de este tipo.
Algunos ejemplos pueden resaltar los efectos e impactos logrados en términos de movilizar
recursos humanos e institucionales.
En Noviembre 1995 se llevó a cabo, en Caracas, un seminario sobre Crédito Rural, con la
participación de expertos internacionales de la Organización de Naciones Unidas para la
Agricultura y la Alimentación (FAO), FIDA y de la República Dominicana. Este evento
originó una misión venezolana para conocer las experiencias de organizaciones de crédito
en Costa Rica y Nicaragua. El seminario promovió igualmente la implementación de las
Cajas Rurales como nuevo sistema de crédito en FIDA-Sucre y el Proyecto de Apoyo a
Pequeños Productores y Pescadores Artesanales de la Zona Semiárida de los Estados de
Lara y Falcón (PROSALAFA).
La edición de una revista con un contenido más allá de lo puramente informativo exige
tiempo de preparación que debe verse reflejado en el producto esperado en relación a un
determinado público. La pregunta pertinente es cual es el objetivo de la Revista, cuál es su
público, es necesaria una revista, se la quiere orientar a un público académico? Esto no es
claro y finalmente es relevante tener una revista como programa o se debería dirigir el
tiempo invertido a mejorar la calidad de los Documentos de trabajo y la publicación de
libros?
Los eventos y las publicaciones del proyecto han permitido un enfoque más integral del
desarrollo rural, no sólo referido a recursos y productividad. Esto ha sido observado en las
conversaciones con los miembros de la red regional y en los distintos países.
El Programa ha trabajado con los proyectos FIDA de cada país. Las limitaciones
principales para alcanzar el objetivo inicial surgen de la escasa cantidad de proyectos en
implementación en varios de los países miembros.
Las relaciones con Programas regionales similares ha sido débil pese a la existencia de
intereses comunes y búsqueda de un acercamiento inicial.
Con RUTA se han desarrollado dos actividades. RUTA apoyo la visita del equipo
venezolano a los proyectos de Cajas rurales en Costa Rica y Nicaragua con miras a la
formulación de FIDA III. El Programa y personal de PROSALAFA y de FIDA-Sucre
participaron en el III Taller sobre seguimiento y evaluación de Proyectos FIDA en
Centroamerica -Antigua, Guatemala, abril 1997.
Más allá de las dificultades para evaluar efectos e impactos de acciones puntuales de
capacitación se hace necesario establecer mecanismos de seguimiento y evaluación a nivel
de evento, tanto de participantes como de la articulación de los distintos eventos.
El FIDA ha tenido una participación activa en el Programa a través de una presencia en los
CCE, misiones de supervisión, envío oportuno de desembolsos según lo planificado,
respuestas a consultas, etc.
La CAF igualmente ha tenido una actuación positiva como miembro del CCE y misiones de
supervisión que se han desarrollado en promedio cada tres meses y se ha centralizado en
reuniones con la Administradora para una revisión al azar de los recibos.
En aspectos operativos el IICA ha prestado apoyo como gestor ante las instituciones
bancarias en los distintos países y como intermediario ha permitido solucionar problemas
relacionados con transferencia de dólares bajo las restricciones para el manejo de esta
moneda en países como Venezuela.
El Programa no cumplió con los objetivos específicos indicados en el Diseño que se basó
en supuestos incorrectos. En efecto, la escasa demanda de los proyectos de desarrollo rural
financiados por el FIDA en los países miembros debe directamente asociarse a la escasez
de proyectos en esos países y no a una escasa capacidad de oferta del programa. De allí el
cambio en la composición, magnitud y focalización temática de la demanda de
capacitación.
El Programa se dio sus propios objetivos generales enmarcados en el "objetivo general" del
mismo, expresado en los documentos de diseño. En efecto, el Programa sirvió para el
establecimiento de redes nacionales de capacitación en desarrollo rural involucrando un
conjunto de instituciones mucho más amplio que el originalmente estimado y
diversificando las temáticas de capacitación mucho más de lo esperado.
Por ello, cumplió parcialmente sus objetivos al haber logrado promover el intercambio de
conocimientos y materiales sobre desarrollo rural para los productores más pobres entre las
instituciones relacionadas y dirigentes campesinos, pero no ha desarrollado programas de
capacitación -ni a nivel regional ni a nivel nacional- sino un conjunto de eventos no
articulados entre si.
El Programa superó con creces sus metas cuantitativas. Sin embargo, evaluando
cualitativamente la naturaleza de la capacitación brindada se concluye que la brevedad de
los eventos y la dispersión de temática no ha generado procesos profundos de aprendizaje,
cambios de conductas significativos e impactos importantes.
La justificación original para la existencia del programa es ahora mucho más pertinente y
válida que hace cinco años, debido a la existencia de más proyectos financiados tanto por
FIDA como por otros organismos y por la vigencia de las redes nacionales.
Conclusiones Específicas
Sobre el marco institucional. La Fundación CIARA está logrando ser un adecuado marco
institucional para el programa bajo su nueva estructura organizativa. Sin embargo, siguen
existiendo importantes déficits que deberán ser corregidos como precondición para encarar
una expansión futura.
Los eventos como actividad específica han sido desarrollados con una metodología
participativa adecuada. Los eventos han consistido básicamente en dar a conocer nuevos
conceptos en desarrollo rural.
Las pasantías no han tenido la demanda esperada, principalmente por las múltiples
ocupaciones del personal de las instituciones y proyectos.
La relación con el SIHCA es una situación distinta. Se trata de un Programa que puede
complementar las acciones del Programa según su concepción. Sin embargo por diversos
motivos no existe una relación fluida.
Se recomienda que los objetivos de una segunda fase deberían orientarse a definir más
claramente los productos esperados en cambio de actitudes, aprendizaje y cambios de
conducta de la población-objetivo (incluyendo técnicos y productores), definiendo las
temáticas claves -no más de 3 por país- y la población-objetivo en términos precisos
(incluyendo como actores centrales los proyectos FIDA).
Se deben diseñar Programas de capacitación que articulen eventos, que expliciten una
intencionalidad específica en términos de la concepción de desarrollo rural que se maneje, y
considerar como parte del Programa un acompañamiento post-eventos a los participantes.
Para la segunda fase del proyecto sería necesario que se desarrolle desde el inicio de la fase
un sistema de seguimiento y evaluación con todos sus componentes (indicadores,
instrumentos, etc.). El sistema debe dar seguimiento y evaluar, bajo un enfoque de la
capacitación como proceso, los eventos, la articulación de eventos en ciclos de
capacitación, el participante antes del evento, al finalizar éste y en forma ex-post (esta
última modalidad vía muestreo, grupos focales, etc.), y además la marcha, efectos e
impactos de las redes.
Se deberían preparar por lo menos Informes semestrales que permitan conocer los logros,
dificultades y soluciones asumidas y que tengan como referencia un Plan anual que basado
en la secuencia Objetivo-Actividad-Resultado.
Es recomendable estrechar los vínculos con los otros Programas de capacitación apoyados
por el FIDA en Latinoamérica.
Las principales lecciones aprendidas del diseño e implementación del Programa pueden
resumirse como sigue:
Puede considerarse que una lección importante surge del hecho de que el Programa,
luego de una primera fase de carácter más disperso, que ha permitido sobretodo
adquirir experiencia en la organización de eventos -actividad principal planteada- y
producción de publicaciones, debe sustentar sus objetivos de una segunda fase en un
Plan estratégico que le permita precisar claramente hacia donde se orienta,
permitiendo focalizar sus acciones
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Venezuela conmemora este jueves el Día Nacional del Ejército Bolivariano en homenaje a
los soldados y hombres que dieron la vida por la independencia del país suramericano, tras
la Batalla de Carabobo de 1821.
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La fecha fue creada con el objetivo de rendirles tributo a los ciudadanos que dieron la vida
por la libertad de Venezuela.
Desde la llegada al poder de la Revolución Bolivariana se ha impulsado un nuevo concepto
dentro de FANB que busca la integración entre el pueblo y el sector militar para en
conjunto defender la soberanía y la paz de Venezuela de las acciones injerencistas y
agresiones de EE.UU. y sus aliados.
En este sentido el Artículo 326 de la constitución venezolana indica que “La seguridad de
la Nación se fundamenta en la corresponsabilidad entre el Estado y la sociedad civil para
dar cumplimiento a los principios de independencia, democracia, igualdad… El principio
de la corresponsabilidad se ejerce sobre los ámbitos económico, social, político, cultural,
geográfico, ambiental y militar”.
Sin duda las acciones emprendidas por sectores populares y militares en abril de 2002 para
derrotar el golpe contra Hugo Chávez promovido por EE.UU. y el empresariado
venezolano, es un claro ejemplo de la unión cívica militar.
Otro ejemplo de la unión cívico-militar en Venezuela fueron los hechos de 3 de mayo que
logró destruir los planes terroristas orquestados por los gobiernos de Colombia y Estados
Unidos, en medio de la pandemia que enfrenta hoy el mundo.
El despliegue cívico-militar y policial aplastó la pretendida incursión armada por las costas
del estado de la Guaira, cuyo propósito era generar acciones violentas y de
desestabilización en el país sudamericano, enfatizó el presidente Nicolás Maduro.
Al respecto, Maduro manifestó que la acción de las fuerzas armadas de Venezuela y los
organismos de seguridad, con el respaldo del pueblo organizado, hizo posible la captura de
13 mercenarios.
La colaboración entre sectores del pueblo y militares ha quedado demostrada durante el
periodo de cuarentena por la Covid-19, haciendo respetar las medidas de distanciamiento
para evitar la propagación del virus.
PARTICIPACIÓN COMUNITARIA
La participación comunitaria es un derecho constitucional de todos los venezolanos, la misma
permite fortalecer el poder popular en las comunidades coadyuvando en su desarrollo local. La
participación como instrumento legal que genera profundos cambios socioeconómicos a la nación
les garantiza a todos los venezolanos su participación protagónica en los asuntos públicos de su
país. Además, es necesario someter a estudio las barreras de la participación que durante muchas
décadas le ha creado daño al pueblo venezolano, rompiendo con el viejo paradigma, para que
todos participen y sean protagonistas de su propio proceso de transformación. También, las
bondades de la participación fundan una actitud positiva, donde todos se van involucrando en las
políticas públicas y programas sociales de sus comunidades.
INTRODUCCIÓN
PARTICIPACIÓN
Se desarrollará el concepto de participación que es esencial dentro de las comunidades para
lograr las transformaciones sociales. Según los autores: (El Troudi Haiman, Harnecker
Marta, y Bonilla Luis, 2005:8), la participación “es una dinámica mediante la cual los
ciudadanos se involucran en forma consciente y voluntaria en todos los procesos que le
afectan directa o indirectamente”. Es importante tomar conciencia de la necesidad de
participación del ciudadano; donde su participación sea verdaderamente un protagonismo
comprometido con las actividades planificadas en su comunidad, con la finalidad de
alcanzar los objetivos que se propongan.
BARRERAS DE LA PARTICIPACIÓN
5. PODER POPULAR
El poder popular en Venezuela tiene su epicentro, su espacio jurídico y filosófico en el
corazón de la propuesta revolucionaria de instauración del Estado
Socialista, inspirado en el cambio y el desarrollo estratégico del país, para la
transformación de la nación.
Asimismo, el poder popular como una de las líneas estratégicas que asumió el gobierno
nacional para el fortalecimiento de los gobiernos locales, ha generado el reconocimiento,
promoción, y consolidación del proceso de organización social del pueblo, en el desarrollo
de las actividades públicas, la consolidación de una sociedad democrática, protagónica,
participativa, solidaria, promoviendo el fortalecimiento de una cultura de participación que
permita garantizar, ejercer la soberanía nacional. Implementando la democracia protagónica
como política de Estado.
Además, la importancia que se le ha dado al poder popular como base para defender su
soberanía popular, ha emergido como respuesta, ante las pretensiones del capitalismo de
desestabilizar al pueblo venezolano. Es el pueblo en representación del poder constituyente
quien ejerce el poder popular. Es el poder popular el promotor de la voluntad popular que
guiará la forma de organización política del país, estableciendo las bases sobre la alianza
política y social y las relaciones del pueblo con las Instituciones públicas.
En consecuencia, es necesario concientizar al pueblo para que asuma su responsabilidad
ante los retos que representa organizarse para construir el poder popular, donde la
participación comunitaria es clave para el desarrollo del mismo.
RESUMEN
La CRBV, presenta una base solida que fundamenta la participación ciudadana, contiene
130 artículos que contempla, la participación ciudadana en asuntos públicos, como
contienen un articulado que lo definen como un derecho y una obligación, ofreciendo la
posibilidad de participar de diferentes maneras: la primera es mediante la elección
universal, directa y secreta, de sus gobernantes en los poderes ejecutivos y legislativos en
los niveles político-territoriales (Nacional-estadal y municipal). La segunda vía es en la
participación social en la coordinación y gestión de las políticas públicas a nivel Nacional,
Estadal, y Local. La tercera vía es la participación en los procesos de formación de leyes,
enmiendas, reformas constitucional y referendo y una cuarta vía de participación ciudadana
es la cogestión en los procesos electorales.
La participación ha estado presente en todos los actos de la vida de los pueblos, ligada a la
planificación comunitaria, a la necesidad que tienen los colectivos de promover mejores
niveles de calidad de vida, mediante su intervención en la conformación de planes,
programas, proyectos, definición de estrategias y actividades que contribuyan al desarrollo
del colectivo.
Durante los años setenta y ochenta la participación ciudadana se ve impulsada por los
nuevos enfoques de la investigación acción participativa, así como por los enfoques de la
planificación estratégica y comunitaria, con marcado énfasis en el estudio de la población
rural, zonas aledañas, comunidades indígenas, con miras al diseño de políticas públicas y
mejoramiento de los servicios a la población.
En los años noventa el enfoque centrado en la participación ciudadana se asumido por
organizaciones nacionales e internacionales para otorgarle mayor sentido y pertinencia a los
planes y programas de desarrollo local y nacional, así como para el otorgamiento de
financiamiento a los grupos sociales organizados.
En la etapa de los años 1999 al 2012, cuando inicia su gobierno el Presidente Hugo
Chávez. Tal como ha sido señalado, comienza entonces un proceso constituyente. Se
elabora la nueva Constitución, la participación ciudadana se concibe como derecho, deber y
obligación. Se incorporan los artículos que se analizan en el presente estudio y se
establecen las competencias de los diferentes actores del Poder Público. Igualmente se hace
referencia al aspecto legislativo de las competencias concurrentes, mediante la sanción de
leyes de base y leyes de desarrollo, indicando los principios orientadores del proceso y la
posible descentralización desde los Estados a los Municipios.
Algunos autores como Hernández-Aja (2002) expresa: no podemos negar que día a día
participamos y que voluntariamente (aunque quizás inconscientemente) realizamos actos de
construcción social. Desde esta perspectiva, cuando se habla de participación se habla
también de la manera como los individuos colaboran en mantener el orden social.
En la CRBV, se conciben las bases y soporte esencial para configurar un conjunto de leyes
orgánicas y especiales, así como resoluciones, y normativas que establecen los derechos,
derechos, obligaciones y mecanismos de participación ciudadana, en efecto se le otorga
poder a las instancias nacionales, estadales, regionales, locales y parroquias para que hagan
valer el derecho a la participación ciudadana.
Fernández de Mantilla citado por Nuñez Navas (2003) define la participación en sentido
amplio como: ...el conjunto de actividades, interacciones, comportamientos, acciones y
actitudes que se dan al interior de una sociedad en forma individual o colectiva por parte de
individuos, grupos, partidos e instituciones, las cuales van dirigidas a explicar, demandar,
influir o tomar parte en el proceso de decisiones políticas o, en el sentir de Easton, en el
reparto autoritativo de valores.
Borrel define participación como “...el conjunto de técnicas que permiten la intervención
de los ciudadanos en la organización o en la actividad de la Administración Pública sin
integrarse en las estructuras burocráticas.” (Citado por Fernández de Mantilla, 1999).
En consecuencia se procura un Estado de Justicia Social, donde cada quien tenga lo que le
corresponde, tal como lo expresa: Brewer Carías, (2000: 42). Se define la organización
jurídico-política que adopta la Nación venezolana como un, Estado democrático y social de
Derecho y de Justicia. De acuerdo con esto, el Estado propugna el bienestar de los
venezolanos, creando las condiciones necesarias para su desarrollo social y espiritual, y
procurando la igualdad de oportunidades para que todos los ciudadanos puedan desarrollar
libremente su personalidad, dirigir su destino, disfrutar los derechos humanos y buscar la
felicidad.
Lo que significa que los principios de solidaridad social y bien común configuran el
establecimiento del estado social sometido a la constitución y a la ley. Estado social de
Derecho que se nutre de la voluntad de los ciudadanos, expresada libremente por los
medios de participación política y social para estado de bienestar de los venezolanos.
La participación se concibe en la CRBV como un derecho que tienen las ciudadanas y los
ciudadanos de participar libremente en los asuntos públicos, directamente o por medio de
sus representantes elegidos o elegidas. (Artículo 62)
Tabla N° 1
El referido autor señala que Nuestra Carta Magna ordena crear, a través de leyes,
“mecanismos abiertos y flexibles para que los Estados y los Municipios descentralicen y
transfieran a las comunidades y grupos vecinales organizados, los servicios que éstos
gestionen previa demostración de su capacidad para prestarlos”; por lo cual el requisito
único para la transferencia a la ciudadanía de la gerencia y prestación de servicios públicos,
en sus respectivas comunidades, es la demostración de que son capaces, de que tienen los
medios y condiciones para atender eficientemente la responsabilidad de la transferencia
descentralizadora que se le estaría encomendando.
Fuente: CRBV(1999)
Así mismo la participación esta contenida en los artículos: 71: Sección Segunda: Del
Referendo Popular, Artículo 72. Todos los cargos y magistraturas de elección popular son
revocables. Artículo 73. Serán sometidos a referendo aquellos proyectos de ley en discusión
por la Asamblea Nacional, cuando así lo decidan por lo menos las dos terceras partes de los
o las integrantes de la Asamblea… Artículo 74. Serán sometidas a referendo, para ser
abrogadas total o parcialmente, las leyes cuya abrogación fuere solicitada por iniciativa de
un número no menor del diez por ciento de los electores y electoras inscritos e inscritas en
el registro civil y electoral o por el Presidente o Presidenta de la República en Consejo de
Ministros.
En los órganos del Poder Público: A niveles local y municipal Artículo 168. ... Las
actuaciones del Municipio en el ámbito de sus competencias se cumplirán incorporando la
participación ciudadana al proceso de definición y ejecución de la gestión pública y al
control y evaluación de sus resultados, en forma efectiva, suficiente y oportuna, conforme a
la ley.
Artículo 182. Se crea el Consejo Local de Planificación Pública, presidido por el Alcalde o
Alcaldesa e integrado por los concejales y concejalas, los Presidentes o Presidentas de la
Juntas Parroquiales y representantes de organizaciones vecinales y otras de la sociedad
organizada, de conformidad con las disposiciones que establezca la ley.
En el sistema de Justicia (art. 253) Artículo 255. ... La ley garantizará la participación
ciudadana en el procedimiento de selección y designación de los jueces o juezas. Los jueces
o juezas sólo podrán ser removidos o suspendidos de sus cargos mediante los
procedimientos expresamente previstos en la ley.
Artículo 296. El Consejo Nacional Electoral estará integrado por cinco personas no
vinculadas a organizaciones con fines políticos; tres de ellos o ellas serán postulados o
postuladas por la sociedad civil, uno o una por las facultades de ciencias jurídicas y
políticas de las universidades nacionales, y uno o una por el Poder Ciudadano.
CONCLUSIONES
A pesar de que de una manera cotidiana todos/as tenemos más o menos claro cuando somos
o no partícipes en algo, el concepto de participación no resulta fácil de definir.
Definición de participación
Tipos de participación
o La Participación Ciudadana
o La Participación Política
o La Participación Social
o La Participación Comunitaria
Definición de participación
“La participación es la capacidad para expresar decisiones que sean reconocidas por el
entorno social y que afectan a la vida propia y/o a la vida de la comunidad en la que uno
vive” (Roger Hart, 1993).
Tipos de participación
• El público, que obedece a aspectos más globales e incluye dentro de este la participación
ciudadana y la política, y
La Participación Ciudadana
La Participación Política
Las actividades en que se articula la participación política pueden ser legales o ilegales, de
apoyo o de represión.
La Participación Social
El desarrollo de este tipo de participación articula el tejido social organizacional que puede
tener presencia importante en el desarrollo de nuevas formas de participación, sobre todo en
la esfera de lo público.
La Participación Comunitaria
De esta manera, los problemas de la comunidad pueden ser resueltos de manera endógena,
sin requerir la iniciativa de entes externos y las soluciones se ajustan a su entorno porque
surgen del consenso de sus miembros.