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¿Cuáles son las teorias del conocimiento?

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La Teoría del conocimiento es una rama de la filosofía,
centrada en el estudio del conocimiento humano.
Dependiendo de la perspectiva académica específica, este
término puede considerarse sinónimo de la gnoseología,
dedicada al estudio de la naturaleza del conocimiento, su
origen y sus límites.
Tipos de conocimientos
Conocimiento Científico. El conocimiento científico es aquel
que se obtiene a través del método científico. ...
Conocimiento Teológico. ...
Conocimiento Empírico. ...
Conocimiento Matemático. ...
Conocimiento Filosófico. ...
Conocimiento Intuitivo. ...
Conocimiento Práctico. ...
Conocimiento Directo.
¿Qué es la teoria del conocimiento resumen?
Su definición formal es “Estudio crítico del desarrollo,
métodos y resultados de las ciencias”. Se la define también
como “El campo del saber que trata del estudio del
conocimiento humano desde el punto de vista científico”

¿Qué es la Teoría del conocimiento?


La Teoría del conocimiento es una rama de la filosofía,
centrada en el estudio del conocimiento humano.
Dependiendo de la perspectiva académica específica, este
término puede considerarse sinónimo de la gnoseología,
dedicada al estudio de la naturaleza del conocimiento, su
origen y sus límites.

En otros casos puede usarse como sinónimo a la


epistemología, que se centra en el estudio de las
circunstancias históricas, psicológicas o sociológicas en las
que se obtiene el conocimiento, así como las estrategias
empleadas para justificarlo o invalidarlo.

El conocimiento humano es un tema abordable desde


muchas aristas posibles y cuya naturaleza es difícil de asir,
aunque mucho más fácil de clasificar. De esta manera, el
estudio del conocimiento, por un lado, reflexiona sobre sus
características y sus condiciones de aparición.

Por otro lado, esta disciplina ordena el conocimiento en


base a sus limitaciones, requisitos formales o mecanismos
que empleamos para convalidarlos y diferenciar el
conocimiento de la fe, de la fantasía o del error.

Así, es posible hablar de conocimiento científico, por


ejemplo, cuando se rige por las exigencias del método
científico; de conocimiento teológico, cuando se trata de los
saberes en torno a lo religioso; de conocimiento artístico,
cuando se adquiere mediante el ejercicio del talento y de
los mecanismos de representación conocidos por el ser
humano.

La posibilidad de distinguir entre ellos, de ordenarlos y


esquematizarlos como si de objetos concretos se tratara,
es fruto de la Teoría del conocimiento.

Puede servirte: Conocimiento empírico

¿Qué es el conocimiento?
Generalmente, por conocimiento queremos decir:

Hechos o información que una persona adquiere mediante


la experiencia o mediante la educación, y gracias a cuya
comprensión es capaz de referirse a un asunto
determinado de la realidad.
El contenido intelectual que una persona puede acumular
respecto a un área del saber, tema específico o a la
totalidad del universo.
Todo tipo de certeza cognitiva que responda a las
preguntas ¿qué?, ¿cómo?, ¿cuándo? y ¿dónde?
La misma definición de lo que el conocimiento es, ya forma
parte del conocimiento y por ende de las disciplinas que lo
estudian.
Determinadas formas de conocimiento han sido más
valoradas que otras en cada época de la historia, como lo
fue el religioso en el medioevo europeo, o como lo es el
científico en la actualidad posindustrial. Sin embargo, la
pregunta filosófica de fondo respecto a qué cosa es el
conocimiento continúa desafiándonos y dándonos mucho
para pensar.

Fuente:
https://concepto.de/teoria-del-conocimiento/#ixzz7R8uBDlq
M

También llamada gnoseología y epistemología, es una


reflexión sobre el proceso del conocimiento humano y los
problemas que en él se plantean. Como reflexión que es,
supone una actividad de segundo orden, igual que la
epistemología o la filosofía de la ciencia, sobre una
actividad primera que es el conocer o el conocimiento, que
es su objeto de estudio, pero es también, al mismo tiempo,
una interpretación o explicación del fenómeno del conocer,
según el principio de que «nadie sabe que p, a menos que
sepa también cómo sabe que p». Por eso, puede definirse
como un estudio crítico de las condiciones de posibilidad
del conocimiento humano en general, que se ocupa de
responder a cuestiones como: ¿en qué consiste conocer?,
¿qué queremos decir cuando decimos que sabemos o
conocemos algo?, ¿qué podemos conocer?, ¿como
sabemos que lo que creemos acerca del mundo es
verdadero? o bien ¿«cómo es posible un conocimiento
digno de crédito»? (Habermas). Johannes Hessen, en su
clásica y conocida obra, Teoría del conocimiento,
recurriendo a una descripción fenomenológica del
conocimiento, es decir, a una descripción que pretende
presentar la esencia misma del fenómeno del
conocimiento, lo describe como una relación entre un
sujeto y un objeto, siendo esta dualidad una característica
esencial del conocimiento. Esta relación, que también es
una correlación, porque no hay lo uno sin lo otro y, además
la presencia de uno supone la del otro, se entiende como
una apropiación o captación que el sujeto hace del objeto
mediante la producción de una imagen del mismo, o de una
representación mental del objeto, debido a una
determinación o modificación que el objeto causa en el
sujeto. Esta modificación no es más que la percepción del
objeto, en la cual el sujeto que conoce no está meramente
pasivo y receptor, sino receptor y espontáneo. También en
este dualismo de receptividad y espontaneidad se
encuentra el auténtico problema del conocimiento, al
menos tal como se ha desarrollado históricamente desde el
s. XVII. En cualquier caso, el objeto conocido ha de
considerarse siempre de algún modo trascendente al
sujeto, incluso en el caso de los objetos ideales, como
pueden ser, por ejemplo, las entidades matemáticas. Los
objetos conocidos, sean reales, como las cosas físicas del
mundo, sean ideales, como los números y las figuras
geométricas, son, en cuanto conocidos, independientes del
espíritu humano. Supuesta esta descripción
fenomenológica, son cinco -siempre según Hesse- los
principales temas que pueden considerarse problemas
fundamentales de una teoría del conocimiento:

1) La posibilidad del conocimiento: ¿Existe en realidad tal


relación entre el sujeto humano que conoce y el objeto
conocido?

2) El origen del conocimiento: ¿de dónde proceden los


objetos del conocimiento? ¿de la razón? ¿de la
experiencia? ¿de ambas cosas?

3) La esencia del conocimiento humano: en el dualismo de


sujeto y objeto, ¿es el hombre activo y espontáneo o se
comporta meramente de forma pasiva y receptora?

4) La cuestión sobre las clases de conocimiento: ¿hay


algún otro conocimiento humano que no se haga por medio
de una representación intelectual del objeto?, es decir, el
problema del conocimiento intuitivo, y

5) el criterio de verdad: ¿cómo sabemos que el


conocimiento es verdadero?

Como proceso que es, el conocimiento acontece en la


estructura nerviosa del sujeto que conoce, en el sistema
periférico y, más concretamente, en la sede de las
actividades humanas superiores, o sea, el encéfalo. Así
considerado, el conocimiento es una función psicobiológica
del ser humano que se lleva a cabo mediante el cerebro.
Ahora bien, filosóficamente, el lugar gnoseológico en que
acontece el conocimiento es llamado espíritu (también
alma), yo, individuo o sujeto, y sobre todo mente o
entendimiento, y al producto o resultado final del
conocimiento se le denomina imagen mental, juicio, nóema,
y sobre todo idea o concepto. Son éstos básicamente
abstracciones de las cosas conocidas o representaciones
mentales de las mismas.

La relación dual entre sujeto y objeto, como esencial al


conocer, pertenece a la concepción clásica del
conocimiento. La filosofía analítica expresa esta
relación/correlación entre sujeto y objeto explicando el
conocimiento como una «creencia justificada», y explicita
esta afirmación precisando qué se quiere decir cuando se
dice que alguien sabe (previa distinción entre «saber» y
«creer»). En este sentido se conviene que, al decir que «S
sabe que p», queremos decir :

1) que «si S sabe que p, p es verdadero»;

2) que «si S sabe que p, S cree que p», y

3) que si S sabe que p, S tiene razones para creer que p».


Tanto según esta manera más actual de ver las cosa como
según la concepción clásica del conocimiento como
relación entre sujeto y objeto, el conocimiento se concibe
como una creencia subjetiva y su principal problema es la
fundamentación, o justificación racional, de esta creencia.

Popper objeta a este planteamiento del problema la


consideración de que se refiere simplemente al
conocimiento subjetivo, y que plantea cuál es el estado
mental o de conciencia del sujeto que dice «sé», cuando lo
importante es el estudio del desarrollo del paradigma del
conocimiento, cual es el conocimiento científico, que
avanza a través de conjeturas y el intento de refutarlas: lo
que Popper llama «conocimiento objetivo», o también
«conocimiento sin sujeto cognoscente» (ver texto).

En la cuestión del origen del conocimiento, el término


«origen» puede entenderse de dos maneras: en sentido
psicológico, como proceso real que comienza y termina, y
en sentido lógico, como problema de fundamentación.
Ambos sentidos se han conectado históricamente, por
cuanto el problema de la validez o fundamentación
prevalece sobre el del origen psicológico o temporal. Quien
crea que el conocimiento se funda en última instancia en la
razón y no en la experiencia atribuirá también el origen del
conocimiento -por lo menos de cierta clase de
conocimientos- a elementos de la sola razón. Y a la
inversa, quien crea que no hay conocimiento si no es
fundándose en la experiencia, sostendrá que el origen de
las ideas es la experiencia. Los sistemas de conocimiento
tradicionales que responden a este problema son el
racionalismo, el empirismo y el apriorismo de Kant.

R. Descartes
Para el racionalismo, la razón es el origen o la fuente
principal del conocimiento, y éste es verdaderamente tal
sólo cuando sea necesario y universal. El enunciado «el sol
calienta las piedras», cuando se le entiende como ley de la
naturaleza, en el sentido de que el sol es la causa de la
temperatura de las piedras, y no como mera constatación
de un hecho aislado, es un enunciado que implica
universalidad y necesidad, propiedades que no es posible
haber obtenido por simple observación de la experiencia y
que hay que atribuir a algún hecho de la razón, esto es, a la
idea de causalidad. Más presencia de la sola razón puede
observarse en afirmaciones como «el todo es mayor que la
parte», o «todo cuerpo es extenso». Estos últimos
enunciados tienen unas características que los hacen
semejantes a los enunciados matemáticos: su verdad no
depende de ninguna experiencia. El racionalismo, de
hecho, concibe todo el conocimiento a imagen y semejanza
de una clase determinada de conocimiento, a saber, el
conocimiento matemático, cuyas características básicas
son la universalidad y la necesidad. Como las matemáticas,
el conocimiento en general ha de ser de naturaleza
deductiva, es decir, ha de poder inferirse de unas cuantas
verdades iniciales incuestionables. A estas verdades dio el
racionalismo categoría de verdades innatas (como en
Descartes, Spinoza y Leibniz, por ejemplo) o de verdades
simplemente a priori, o independientes y anteriores a toda
experiencia (como en el caso de Kant). La doble
característica de la presencia de verdades universales y
necesarias, por un lado, y de la posibilidad de deducir otras
verdades de unas primeras innatas o a priori, dio al
racionalismo su carácter dogmático: el entendimiento es
capaz de conocer todas o muchas verdades, con certeza
deductiva.

David Hume
Por otro lado, el empirismo mantiene la tesis opuesta de
que la única fuente, a la vez que justificación, del
conocimiento es la experiencia. Distingue entre verdades
de razón y verdades de hecho, propias las primeras del
ámbito de la lógica y las matemáticas, y las segundas del
mundo de las ciencias de la naturaleza y de la vida
ordinaria; pero no existen ideas innatas -la mente es una
tabula rasa, o un papel en blanco- ni tampoco a priori,
porque nada hay en la mente que antes no haya estado de
algún modo en los sentidos. Frente al conocimiento
universal y necesario del racionalismo, el empirismo
aprecia y valora el conocimiento concreto y probable; al
dogmatismo optimista opone con frecuencia, a lo largo de
la historia del pensamiento, el escepticismo, o la afirmación
de que la razón humana tiene los límites que le impone la
experiencia, y que no son demasiadas las cosas que el
espíritu humano puede conocer con certeza.

El sistema filosófico de Kant es históricamente un intento


de mediación y síntesis entre la postura racionalista y la
empirista. El conocimiento no puede explicarse ni por la
sola razón ni por la sola experiencia: «los conceptos sin las
intuiciones son vacíos, las intuiciones sin los conceptos son
ciegas». De ahí el apriorismo: con anterioridad a toda
experiencia posible, el espíritu humano aporta la posibilidad
misma de que algo sea conocido como objeto, haciéndolo
objeto del espacio y del tiempo, y sometiéndolo a las reglas
del pensamiento. Conocer es ordenar lo caótico mediante
la sensación y el pensamiento; y no hay experiencia, y ni
tan sólo naturaleza, sin la acción ordenadora de la mente
humana.

El problema fundamental de la teoría del conocimiento


consiste en precisar debidamente en qué sentido una idea
o un concepto son representaciones mentales de las cosas.
Los sistemas clásicos al respecto son el realismo y el
antirrealismo, en sus formas de idealismo y fenomenismo.

El realismo sostiene la existencia independiente de las


cosas, aunque no sean conocidas. Según el llamado
realismo ingenuo o natural, que no llega a distinguir entre el
objeto conocido y el mismo objeto, porque ignora la
elaboración del objeto debida a la percepción humana, las
cosas son tal como las conocemos. Para el realismo crítico
es preciso distinguir entre las cualidades objetivas y las
subjetivasdel objeto conocido: la mejor expresión histórica
de este realismo ha sido la teoría de las cualidades
primarias y secundarias, difundida sobre todo por
Locke.Los sistemas antirrealistas presentan las formas de
fenomenismo y de idealismo (además del solipsismo).
El idealismo sostiene que no existen otros objetos o cosas
que los contenidos de la propia conciencia, o mente, como
ideas, vivencias, sentimientos, percepciones, o los
llamados objetos ideales, como, por ejemplo, las entidades
matemáticas, y las conciencias o las mentes -incluida la de
Dios- que los piensan. Berkeley hizo clásica esta opinión
sosteniendo que «ser es ser percibido», ya que,
conociendo sólo ideas y siendo éstas sólo contenidos de la
conciencia humana, no tenemos certeza ni conocimiento
alguno de otra cosa que no sea de la propia idea subjetiva.
Formas derivadas de este idealismo berkeleyano son el
empiriocriticismo de R. Avenarius y E. Mach, o las posturas
teóricas del llamado solipsismo. El idealismo de Hegel es
una versión lógico-ontológica de este subjetivismo, que
hace de toda la realidad un contenido de conciencia -del
espíritu absoluto- que se desarrolla según las leyes de la
dialéctica.

El fenomenismo (en cuanto pueda distinguirse del


idealismo de Berkeley), teoría según la cual el hombre no
conoce la realidad de las cosas, sino sólo sus apariencias o
fenómenos, puede contemplarse como un estado
intermedio entre el realismo y el idealismo. Defiende una
doble manera de ser de las cosas: lo que es la cosa en sí y
lo que conocemos de ellas (ver en sí / para sí). En sí las
cosas son inaccesibles al conocimiento del espíritu humano
y son, a lo sumo, inteligibles o pensables. Lo que de ellas
conocemos, sin embargo, no es pura receptividad del
espíritu humano, porque el conocimiento es acción del
espíritu que configura y da forma a la materialidad caótica
de lo sensible. El mundo del conocimiento es el mundo
fenoménico, de los contenidos de conciencia. El
fenomenismo se acerca, pues, al idealismo, pero se aleja
de él en cuanto admite la existencia de las cosas
meramente inteligibles o pensables, aunque no conocibles,
más allá de la experiencia. D. Hume, J.S. Mill, B. Russell
(ver texto ) y A.J. Ayer son fenomenalistas o fenomenistas.

Este problema fundamental del conocimiento, ahora


aludido, puede contemplarse igualmente desde la
perspectiva de los problemas de la percepción.

La filosofía analítica ha incidido sobre la teoría del


conocimiento cambiando el punto de mira. El problema no
está tanto en justificar si y hasta qué punto son las ideas
representaciones de la realidad, sino qué sentido tienen, y
de dónde lo toman, las palabras que usamos para hablar
de las cosas. El problema epistemológico deja su sitio al
problema del significado y a la filosofía compete más bien
la labor terapéutica de deshacer los problemas que genera
el lenguaje cuando se aplica a las cuestiones
tradicionalmente consideradas filosóficas.

Pese a no existir propiamente una verdadera teoría del


conocimiento, en la antigüedad griega aparecen
consideraciones o planteamientos epistemológicos
inmersos en cuestiones de física, metafísica o psicología.
Los presocráticos, más bien entregados a la consideración
del origen y principio (ἀρχή) de la naturaleza, plantean
cuestiones más cosmológicas que epistemológicas, si bien
algunos, como Heráclito y Parménides, inician los
planteamientos que marcan la historia posterior del
problema. A Heráclito se le puede atribuir cierto empirismo
que funda el conocimiento de la naturaleza en lo que
aparece a los sentidos (lo múltiple), aunque admite al
mismo tiempo el conocimiento del logos (λόγος) oculto (lo
uno) que está más allá de ellos. Parménides adopta
claramente una postura racionalista que le hace rechazar el
conocimiento de lo múltiple y mutable, las cosas tal como
aparecen a los sentidos engañosos, para aceptar sólo el
conocimiento de lo que es uno e inmutable, comprensible
sólo al entendimiento. Los sofistas se plantean diversas
cuestiones claramente gnoseológicas, que incluyen el
escepticismo, el agnosticismo, el fenomenismo, el
relativismo. Sócrates representa la irrupción en el mundo
griego de la importancia y el sentido de la razón y del
concepto, y con ellos del realismo de las ideas y conceptos,
que Platón transforma en idealismo e innatismo, y
Aristóteles interpreta de manera intelectualista formulando
un realismo que suele llamarse moderado.

La escolástica de la Edad Media hereda, en principio, los


planteamientos gnoseológicos de Platón (corriente
agustiniana) y de Aristóteles (corriente aristotélica).
Partiendo de san Agustín el agustinismo medieval continúa
la influencia platónica, tradición en la que destaca la
llamada escuela franciscana de san Buenaventura. El
aristotelismo, a su vez, ingresa en occidente a través de
Boecio y Averroes, es aceptado por Abelardo y Alberto
Magno y es acomodado en su globalidad al cristianismo por
el gran escolástico Tomás de Aquino. La principal cuestión
epistemológica de la Edad Media la constituye la
denominada disputa de los universales;, dentro de ella, el
nominalismo es la gran aportación medieval a la teoría del
conocimiento.

Tras el Renacimiento, aparecen de nuevo, en el ámbito


humanista, las antiguas teorías epistemológicas de los
griegos, en especial el escepticismo. Pero el hecho
decisivo que contribuye a la aparición de la teoría del
conocimiento como tema de estudio propio y preferente es
la reacción de la filosofía ante los avances y logros de la
ciencia moderna de los siglos XVII y XVIII, de Galileo y
Newton. Los filósofos modernos, siguiendo a Descartes,
hacen del problema y del proceso del conocimiento el tema
por excelencia de la reflexión filosófica. No obstante, la
historia de la teoría del conocimiento, tanto de la edad
moderna como de la actual, es deudora no sólo de los
planteamientos de Descartes y Locke, autor este último de
quien se dice que fue el autor que planteó por vez primera
el problema en términos modernos, sino también por
Berkeley, Hume y Kant.

I. Kant
A Kant se atribuye la revolución copernicana en la teoría
del conocimiento, por haber supuesto, como Copérnico,
una hipótesis totalmente contraria a la hasta entonces
mantenida: que es el sujeto el que determina al objeto, y no
a la inversa. Por esta razón, Kant es un autor decisivo en
cuestiones epistemológicas, al cambiar el enfoque
psicológico del racionalismo, y en especial del empirismo, y
sustituirlo por un enfoque lógico: no inquiere cómo surge
(temporalmente) el conocimiento, sino cómo es posible
(lógicamente). La historia de la filosofía, y con ella la de la
teoría del conocimiento, posterior a Kant, hasta los albores
del siglo actual, no es otra que la historia de la evolución
del pensamiento de Kant, que da primero origen, por fuerza
de la Crítica de la razón pura, al idealismo alemán y, luego,
a las filosofías y gnoseologías inspiradas en la Crítica de la
razón práctica. El s. XX, al dar mayor importancia a la
lógica, a la ciencia y al lenguaje rechaza el planteamiento
de corte psicologista, que atribuye en principio a la tradición
anterior, y pone el énfasis en comprender la naturaleza
lógica de los problemas filosóficos y de los problemas que
la ciencia plantea a la filosofía. A partir de este momento,
las cuestiones epistemológicas sobre la esencia del
conocimiento, o lo que es lo mismo, sobre la diferenciación
gnoseológica entre apariencia y realidad, a lo que lleva el
supuesto inicial de que las ideas son representaciones en
la conciencia de una realidad exterior, se resuelven
(básicamente) en la cuestión filosófico-lingüística de
sentido y referencia.
Qué es el Materialismo:

En filosofía, el materialismo es una corriente de pensamiento según la cual el mundo puede expli


en función de la idea de materia, pues todas las cosas son causa de la acción de la materia y no d
espíritu. La materia es así la primera realidad de las cosas, independientemente de que pueda o no
percibida por los seres vivos.

Se opone al idealismo, según el cual las cosas solo existen en la medida en que pueden ser ideadas
percibidas conscientemente por los seres vivos.

El enfoque materialista comprende que las cosas son increadas y que todas ellas pueden ser estud
y comprendidas por el ser humano. Para los materialistas, la causa de todas las cosas es solo atribu
la materia.

 Tiene su origen en Platón.

 Los sentidos nos ofrecen percepciones distintas de la realidad verdadera.

 La verdad se encuentra fuera del ser.

 Por tanto, a través del intelecto y no de los sentidos, encontramos el conocimiento.

 Kant desarrolló los conceptos de fenómeno y noúmeno. El primero de ellos, es el que se


corresponde con lo que vemos y el segundo es donde se alcanzan los límites del conocimie

 Indica que solo se puede acceder al conocimiento a través del intelecto.

El mundo sensible, es decir, la materia, lo que percibimos a través de nuestros


sentidos, no se corresponde con la idea verdadera de lo que realmente percibimos
Esto se debe a que cada objeto o cosa que percibimos no es más que un mal refle
la idea que tenemos.

Por ejemplo, hay coches de mil tipos, todoterrenos, furgonetas, deportivos, utilitario
grandes, pequeños, azules, rojos, etc. Pero todos estos que estamos viendo lo
hacemos e identificamos como coche gracias a que en nuestra mente tenemos el i
de coche. Y esta idea de coche es perfecta e independiente, y gracias a ello, la
proyectamos y vemos los coches en el mundo sensible. En resumen, para Platón,
que vemos y percibimos es una copia o proyección imperfecta de la idea de ello qu
tenemos en nuestra mente.

Qué es Criticismo:

El criticismo es un sistema de pensamiento que se propone examinar los fundamentos del


conocimiento como condición para cualquier reflexión filosófica. Como tal, es una doctrina de
orientación epistemológica, crítica del empirismo y el racionalismo. Su mayor exponente es
Kant.
conocimiento. Para el criticismo, la investigación del conocer está por encima de la
investigación del ser.
En este sentido, es una doctrina que se caracteriza por asumir una actitud crítica y reflexiva
ante las afirmaciones de la razón humana, de allí su espíritu cuestionador.

Qué es la Teoría de la complejidad

La teoría de la complejidad plantea que, en la raíz de la totalidad de los sistemas complejos,


desde el comportamiento de las moléculas, los procesos biológicos y psicológicos, la acción de
las naciones y los estados y el equilibrio de la naturaleza, se encuentra un cuerpo de reglas que
cuando puedan ser identificadas, darán lugar a la unificación de las ciencias naturales y las
ciencias sociales.

La teoría de la complejidad se refiere más a una concepción o concepto de pluralidad de


intervención y de interacción de principios y elementos.

La complejidad busca integrar los dos extremos de la realidad en un contexto intermedio para
enfrentar la incertidumbre que el entorno muestra dentro de los sistemas complejos en
términos sociales, para superar las posturas intensas de la teoría del caos y el orden, a los fines
de romper con la polarización entre las dos perspectivas.

Se trata pues de comprender, estudiar y abordar problemas asociados a una realidad del ser
humano, de la sociedad, las instituciones u organizaciones, cuyas características versan en el
desorden, desequilibrio, contradicciones, emergencia, coyunturas y demás situaciones
abrumadoras, que deben afrontarse desde el ámbito de las teorías de la complejidad como un
modelo acreditado notable que aún está en la génesis de su explotación.

Ahora bien, la teoría de la complejidad como ciencia o método se encuentra en la búsqueda de


mecanismos para indagar sobre problemáticas de índole social-organizacional.

Los factores internos y externos de las instituciones son elementos susceptibles de estar en
constante comprensión, análisis, investigación y desarrollo, en aras de promover instrumentos
o herramientas de carácter gerencial para que dirijan sus esfuerzos en una etapa evolutiva
continua, partiendo de que las ideas de la raza humana son inagotables como el pensamiento
complejo del individuo.

Significado de Gnoseología

Qué es Gnoseología:

Se conoce como gnoseología a la parte de la filosofía que estudia el conocimiento humano en


general, en cuanto, a su origen, su alcance y su naturaleza.

Etimológicamente, la palabra gnoseología del griego “gnosis” (γνωσις), que significa


“conocimiento o facultad de conocer”, y “logos” (λόγος), que expresa “doctrina, teoría,
razonamiento o discurso”.

Como tal, la gnoseología no estudia conocimientos particulares, sino generales aunque puede
ocasionalmente ser algún énfasis a algún límite o fundamento de otros conocimientos
particulares.
Se puede definir como la teoría general del conocimiento, que se refleja en la concordancia del
pensamiento entre el sujeto y el objeto. En este contexto, el objeto es algo externo a la mente,
una idea, un fenómeno, un concepto, etc., pero conscientemente visto por el sujeto.

El objetivo de la gnoseología es reflexionar sobre el origen, la naturaleza o la esencia, y los


límites del conocimiento, del acto cognitivo (acción de conocer).

Sujeto en gnoseología

El sujeto cognoscente es quien realiza el acto del conocimiento. Como tal, el sujeto
cognoscente es aquel que se involucra con la realidad para adquirir conocimiento que le
permita desenvolver en su contorno social.

¿Cuál es la relacion de sujeto objeto?

El sujeto forma parte del acto de conocer en cuanto ejerce la objetividad, es decir, en cuanto
constituye el objeto, apunta hacia él y se lo hace presente. Objeto no es lo mismo que cosa; es
lo que se opone al sujeto, lo que está presente ante el cognoscente, lo que el sujeto tiene
frente a sí.

Sociedad del conocimiento

Una sociedad del conocimiento es aquella sociedad que considera el conocimiento un


elemento fundamental para el desarrollo y el progreso de la misma. Para ello, estas sociedades
hacen que el acceso a la educación sea más sencillo.

Una sociedad del conocimiento, por tanto, es aquella sociedad que tiene como elemento
fundamental para el desarrollo y el progreso, el conocimiento. Estas sociedades, por ello,
hacen que el acceso a la educación y, por ende, al conocimiento, sea más sencillo que en otros
países. El objetivo es promover la difusión del conocimiento, pudiendo trasladar este a todos
los ámbitos de la sociedad. El fin que persiguen estas sociedades es que se utilice dicho
conocimiento para fines que permitan un mayor desarrollo y progreso.

Ejemplos de sociedades del conocimiento

El mejor ejemplo de lo que podría considerarse la mayor sociedad del conocimiento del mundo
es internet.

A través de internet, una sociedad interactúa para transferir el conocimiento entre unos y
otros.

TEORIA DE PRAXIS

La teoría de la praxis se pretende como síntesis y superación, incorporando los ángulos


valiosos de todos ellos, reprocesando sus conceptos, dándoles nuevos significados dentro de
una totalidad coherente y actualizada. Además, la teoría de la praxis surge con base en
investigaciones y experiencias sobre diversos aspectos. El concepto fundamental de la teoría
es precisamente el de “praxis” como objeto de estudio, en el sentido que Marx le da
especialmente en su Tesis I sobre Feuerbach: “la sensoriedad es praxis”, sentir es percibir con
los “sentidos históricos”. Toda actividad humana es praxis porque es histórica, a diferencia de
otros seres. Somos humanos porque incorporamos experiencias de otros. Como dice
Heidegger, vivimos en el ámbito de la significatividad, la praxis tiene una dimensión semiótica.
Podemos prever el futuro y dirigir nuestras acciones porque recordamos-producimos lo
pasado significativo.

A primera vista puede pa recer una cuestión muy simple: Ja praxis es la educación en sus
aspectos prácticos, y la teoría es la ciencia de la educación en sus configuraciones abstractas.
La teoría ilumina la praxis y actúa sobre ella a través de los conocimientos que ha adquirido a
partir de esta misma.

Así pues, estas sociedades buscan una sociedad educada, racional, avanzada, comprometida y
organizada. Por ello, en estas sociedades se busca potenciar todas aquellas tareas que
permitan una mejora en la identificación, la transferencia, así como el cuidado del
conocimiento.

El concepto fue utilizado por primera vez por el profesor Peter Drucker. Todo ello, tras el
desarrollo de las tecnologías de la información y las comunicaciones (TICs) .

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Características de la sociedad del conocimiento

Entre las características que definen una sociedad del conocimiento, cabría resaltar las
siguientes:

• Son sociedades que consideran el conocimiento como un elemento fundamental para


el desarrollo y el progreso.

• Para ello, hacen el acceso a la educación y el conocimiento más accesible.

• De esta forma, potencia todas las tareas que tengan que ver con la identificación, la
transferencia y el cuidado y la mejora del conocimiento.
• Para potenciar esto, estas sociedades hacen un uso de las tecnologías de la
información y la comunicación como herramienta para la transferencia del conocimiento.

• Son sociedades que consideran el conocimiento un elemento fundamental para una


mejora de la economía.

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