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Troya”, dice un verso de La historia de Sal, la suicida, escrito en la

cárcel en 1932 y en el cual concluye que “se requiere más que


abogados y dinero / cuando Tío Sam hurga en tus bolsillos”.
Algo análogo se palpa en La chica de la calle, de 1933, y, hacia
fines de ese año, en La historia de Bonnie & Clyde, donde ironiza
con la política laboral de Roosvelt y declara que Parker y Barrow
“no ignoran / que la muerte es el salario del pecado”. En la cinta
de 1967, Bonnie lee a Clyde el escrito desde el título, pero sin
incluir ese pasaje.

D.H.

Entre otras unidades de contrarios, lo bello encierra la de lo


instantáneo y lo eterno. Lo bello es lo que se puede contemplar.
Una estatua, un cuadro que podemos estar mirando durante
horas. Lo bello es algo a lo que se puede prestar atención.
Música gregoriana. Cuando se cantan las mismas cosas varias
Blow up de Blow up horas al día todos los días, aquello que se halla incluso algo por
encima de la suprema excelencia acaba resultando insoportable,
y desechándose. Los griegos miraban sus estatuas. Nosotros
El calibre autoral de Michelangelo Antonioni es motivo soportamos las estatuas del Luxemburgo porque no llegamos a
suficiente para revisar sus guiones e ir tras la forma en que ellos mirarlas. Un cuadro como el que podría colocársele en la celda a
se relacionan con las películas, aunque en el caso del cineasta un condenado a aislamiento perpetuo, sin que fuera una atrocidad,
William T. Horton. La ola (1898). italiano hay un par de aspectos más que sirven de acicate. Por sino al contrario.
una parte, se trata de un realizador que redacta el libreto como
pieza literaria -y no mero esquema-, afán que, entre otras cosas, Simone Weil. Belleza (La gravedad y la gracia, 1942).
incluye la reescritura tras la filmación. Por otra, sus textos
Bonnie y Clyde por Bonnie y Clyde abundan en pormenores que hilan fino en la dimensión psicológica.
En ese sentido, las líneas de Blow up (1966) destacan no solo por
Ni los 167 agujeros de bala en el Ford B, ni la filmada seguir ese plan minucioso, sino también por realizarlo en un
reconstitución de escena de la encerrona que les costó la vida el espacio reducido, si se compara con la extensión de otros
23 de mayo de 1934, ni el relato de quienes los conocieron; nada cuadernos del artista. De hecho, su medio centenar de carillas es
puede hacer que la vida real de Bonnie Parker y Clyde Barrow duplicado por La aventura (1960), y la brecha continúa creciendo
compita con su leyenda. Esa imagen idealizada encuentra su frente a Las amigas (1955) y El grito (1957).
ícono en la cinta de 1967 dirigida por Arthur Penn. Preservada El punto no es un detalle, pues la técnica narrativa, tomada
como una pieza cultural, histórica y estéticamente significativa por de Las babas del diablo (1959), de Julio Cortázar, entraña una
la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos, Bonnie y Clyde ampliación fotográfica, como bien señala el título del filme. Así,
recogió premios con un guion que viaja desde lo hilarante hasta en la breve versión mecanografiada, Antonioni se da maña para
la más cruda secuencia. Warren Beatty, Michael Pollard, Estelle precisar asuntos que van desde “el Rolls-Royce se detiene en el
Parsons, Gene Hackman y Gene Wilder son parte del reparto número 39”, hasta “se da cuenta de que su tensión ha disminuido
que logra ese desconcertante juego, aunque basta el desempeño algo”. Thomas (encarnado por David Hemmings en la cinta)
de Faye Dunaway en el rol protagónico para entender que la hace retratos de moda y vive despreocupadamente hasta que,
verdad no tiene cómo alcanzar a la fantasía. En la primera luego de pasar por una tienda de antigüedades en la que comprará
escena, en una habitación, Bonnie, aún sin vestirse, ensaya ante una hélice, realiza capturas de un parque. Ampliación tras
el espejo la coquetería de labios recién pintados y se recuesta. ampliación de los registros, llega a entender por qué Jane, la
Del fastidio a la exasperación, los travesaños metálicos de la muchacha a la que ha paparazzeado (Vanessa Regrave) se
cama flanquean su mirada como los invertidos barrotes de una exaspera por quitarle la cámara al punto de morderle la mano,
celda. “Apuesto a que eres… ¡una estrella de cine!”, le dice primero, y entrar a su casa-estudio, después. Cuando ella le
Clyde un poco después, bajo el sol de Texas, como si hablara no pregunta qué hace con la hélice, él contesta con una aún intuitiva
al personaje, sino a la actriz que ese año debutaba en el celuloide y clave toma de partido: “Nada. Es bonita”. Ya en soledad, un
y que obtendría, por esa gran actuación, un BAFTA y una rompecabezas de quince imágenes en papel, que incluyen, de un
nominación al Oscar. La breve exclamación era un acertado lado, el rostro de preocupación de la mujer, y, del otro, un
modo de advertir que el rodaje no tenía pretensiones documentales, hombre empuñando una pistola con silenciador, lo llevan a creer
si bien pasaron por alto ese aviso el público y los jueces, que en que su presencia en la escena ha salvado una vida. En ese instante
el proceso contra la Warner Bros. por difamación fallaron a llegan dos adolescentes, que, identificadas en el libreto como
favor de la demandante, viuda de Frank Hamer -líder a sueldo de “una morena” (Gillian Hills) y “una rubia” (Jane Birkin),
la emboscada final-, para quien la enfurecida señora exigía un quieren a toda costa ser retratadas. Mientras Thomas va al
estatus de héroe que no tuvo dentro ni fuera de la película. teléfono, la rubia se desviste para probarse uno de los trajes que
Pero, claro está, Dunaway no es Bonnie, ni Bonnie es hay en el lugar. El fotógrafo regresa y ella trata de cubrirse el
Bonnie Parker, como Beatty no es Clyde ni Clyde es Clyde torso con el atuendo, pero él se lo arranca una y otra vez. En
Barrow, aunque ambos jóvenes dejaron varios escritos que medio de la lúdica contienda, ella le muerde la mano y, entre
podrían matizar, ya que no frenar, el desatado imaginario risotadas de los tres, acaban ambas desnudas. Pero esa segunda
colectivo. Hijo de una miseria en la que el notable filme no mordida de la jornada actúa como un clic. Vuelve a la pieza
incursiona, el asesino acribillado a los 25 años escribe a Parker, oscura y dos ampliaciones más dan cuenta de un cadáver en el
desde la cárcel, atormentado y obseso. “Me siento terriblemente césped. La obra es una potente crítica a la falta de involucramiento
solo y triste”, le dice en la misiva fechada en Waco, Texas, el 19 de los individuos frente a aquello que ocurre delante de sus
de abril de 1930, y, aun admitiendo sus delirantes celos, vuelve a narices, y a la irrealidad que se construye a coro. Pero el
la carga: “¿En qué andabas tú la Pascua pasada, cielo? ¿Con cuestionamiento no es neutro. Pese a lo detallista del guion, la
quién estabas?”. Barrow redacta como si estuviese al teléfono la película muestra algo que en aquel no se lee. El texto describe el
destinataria. “Dame un minuto, cielo, voy a ver qué ha ocurrido paso de dos monjas negras; en la película, el andar de ellas se
arriba. Nada malo, niña, todo está en orden”, apunta, renglones cruza con el de un guardia galés, cuya existencia es tan ridiculizada
antes de agregar que “ha llegado Bud Russell. No sé si nos como la del policía montado que aparecerá en el clip de The
llevarán con él o no, pero supongo que sí […]. No, cielo, no me Beatles para Penny Lane (1967). El libreto habla de pacifistas
van a llevar con ellos esta vez”. Nacida en la pobreza y abatida a cruzando la calle, antecedidos por un agente de la ley; en el
los 23 años, Parker genera un epistolario igualmente sórdido. celuloide, además, destaca marchando una mujer que traslada a
“Precioso, cuando por fin te dejen salir a la calle, quiero que un bebé en un coche. Y otra mujer, con otro coche y otro bebé,
empieces a trabajar y, por Dios, no te metas en más problemas”, inexistentes en el guion, entran al parque cuando Thomas sale
escribe el 14 de febrero de 1930. “Si te condenan, me voy a morir, de él. Entre el libreto y la cinta, esta amplía lo que aquel revela.
nada más”, remata. La correspondencia está lejos de la leyenda Hay blow up en Blow up.
de dos aventureros que se jactan de crímenes. Lo propio ocurre
con los poemas de Parker, donde se respira la atmósfera social D.H.
tras la Depresión del ‘29. “No me trataron como a Helena de

Natalia Grez

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Año 10, número Léucade es dirigida por David Hevia y publicada por Francisca Beytía, Omar Alarcón y Macarena Castro. Sus artículos Escúchanos los lunes a las 15:00 hrs. en el programa Te invitamos a posar en Las musas
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