Biomecánica Aplicada a la

Intervención de Trastornos
de la Deglución
Biomecánica de la Deglución: Modelos de
análisis biomecánico de deglución.
La deglución es un complejo proceso
sensoriomotor y neuromuscular, donde
participan componentes orales, faríngeos y
esofágicos, facilitando el tránsito de
alimentos, desde la cavidad oral hacia el
estómago, estructurando una función, basada
en complejas interacciones biomecánicas que
facilitan el proceso deglutorio [1] [2] [3] [4]. En
términos del análisis fisiológico global, se
describe dos grandes modelos uno tradicional
centrado en el modelo de 5 etapas y un
modelo actual, de mayor especificación el
cual se sustenta en el desarrollo de tres
subcomponentes asociados a la
caracterización de la deglución de líquidos,
sólidos y la deglución de dos etapas o
“deglución faríngea aislada” [5] [6] [2] [4] [7].
La estructuración de los nuevos modelos
fisiológicos de deglución antes descritos, se
centran en la necesidad de especificar de
forma acabada la complejidad del proceso
deglutorio, del cual se ha logrado evidenciar,
presenta patrones diferenciales en términos
fisiológicos y biomecánicos ante la
modificación de viscosidades y/o
consistencias, en especial, a nivel de las
etapas orales [4] [8] [9]. En este sentido, se
sostiene que si bien, se mantienen algunos
patrones fisiológicos y biomecánicos durante
la ingesta de líquidos y/o sólidos, así como
también se evidencian las diferencias
asociadas a los niveles de presión y velocidad
de transporte tradicionalmente descritas
durante las etapas orales y faríngea, la
deglución de sólidos y líquidos presenta
amplias diferencias en términos de los
componentes fisiológicos y biomecánicos
asociados a las etapas orales, los cuales, se
especifican en los nuevos modelos de análisis
fisiológico y detallaremos desde un enfoque
biomecánico en el presente capítulo [4] [8] [9] [10]
[11].
Modelos de análisis biomecánico de
deglución: Interrelaciones funcionales del
proceso deglutorio.
Dentro del contexto fisiológico y
biomecánico, un aspecto de trascendental
importancia se sitúa en la necesidad de
integrar los diversos componentes e
estabilización postural antes descritos, por lo
que el análisis fisiológico y biomecánico de
deglución, siempre debe integrar la
estabilidad de los mecanismos subyacentes
involucrados en el proceso, los cuales
involucran el control global y la final
estabilización craneocervical, eventos que
permiten la estabilización de las diversas
unidades funcionales asociadas a la
deglución, altamente interrelacionadas entre
sí y de directa relación con el cráneo y cintura
escapular. Por este motivo, tal como se
describe en capítulos anteriores, cualquier
alteración en el control craneocervical o
global incidirá de forma directa sobre la
función deglutoria, alterando el control de
componentes centrales en este proceso como
el control de la musculatura facial, del maxilar
inferior, del complejo hiolaríngeo y del velo
del paladar [12].
Este complejo proceso, se caracteriza por la
estrecha interrelación entro los diversos
subcomponentes que lo sustentan
evidenciando no solo interrelaciones
musculares entre las regiones orales, faríngea
y esofágica, sino que también, una amplia
superposición de eventos, aspecto de amplia
trascendencia, el cual evidencia, que la
fisiología deglutoria y los eventos
biomecánicos relativos a ella, no constituyen
un evento on-off, basado en la ejecución
aislada de cada etapa, sino que más bien estas
presentan interrelaciones funcionales con
grupos musculares de otras regiones, las
cuales sustentan los proceso de estabilización
y facilitación funcional requerido para la
ejecución de cada etapa, característica a la
cual se integra la superposición antes
descrita, en términos del inicio de los diversos
eventos asociados a la ejecución de cada
etapa de la deglución, los cuales, si bien
evidencian cierto grado de secuencialidad en
la transición desde las etapas orales a la etapa
faríngea, se caracterizan por presentar estos
períodos de ejecución conjunta,
complejizando aún más el análisis
biomecánico, situación tradicionalmente
ejemplificada en base a la interrelación
existente entre los patrones de liberación y
fijación del hueso hioides, con funciones tan
diversas como el control lingual, del maxilar
inferior o de los desplazamientos
hiolaríngeos, los cuales requieren de una
amplia coordinación temporal [13] [14].
Modelos de análisis biomecánico de
deglución: Nuevos modelos fisiológicos.
Las dificultades asociadas a la caracterización
detallada de la fisiología de la deglución, en
base al modelo tradicional, en especial, en
relación, a las características de la ingesta de
sólidos, propiciaron el desarrollo de 3 nuevos
modelos, en base a los cuales se logra
especificar las particulares características
relativas a la ingesta de líquidos, sólidos y de
un subtipo específico de deglución, en el cual,
solo se evidencia la presencia aislada de
etapas faríngea y esofágica [1] [4] [9] [15]. En este
sentido, el análisis de los modelos fisiológicos,
además de la integración de los componentes
biomecánicos evidencia una amplia
diferenciación a nivel de las características
asociadas a las atapas orales, manteniendo
los patrones asociados a los componentes
faríngeos y esofágicos [4] [7].
Nuevos Modelos Fisiológicos: Modelo de
cuatro etapas para la deglución de líquidos:
Modelo basado en el modelo tradicional, el
cual mantiene las etapas de este modelo, con
ciertas adaptaciones relativas al manejo de
líquidos a nivel de las etapas orales,
manteniendo las características biomecánicas
asociadas a las etapas faríngea y esofágica [16]
[17] [9].
1.1 Etapa Preparatoria Oral.
Esta etapa se caracteriza por constituir u
mecanismo de contención oral del bolo
líquido, el cual se caracteriza por la
participación primaria del maxilar inferior y
superior, además de la musculatura labial,
buccinador, musculatura lingual, velo el
paladar y de forma adjunta, de las cadenas
musculares asociadas al control de estas
estructuras [18]. En términos biomecánicos,
esta primera etapa, relativa a la ingesta de
líquidos no involucra grandes cambios o
desplazamientos estructurales, sino que más
bien se podría describir como la transición
entre el proceso de recepción del alimento y
el establecimiento de los mecanismos de
contención, transición de alta velocidad, casi
imperceptible en algunas ocasiones, la cual da
paso a la subsecuente etapa oral.
Dentro de las características especificadas
para esta etapa de contención oral de
líquidos, se describe que el bolo presenta un
posicionamiento anterior a nivel de la cavidad
oral, gracias a la elevación a posterior de la
base de la lengua e inversión hacia anterior de
los dos tercios anteriores de la lengua,
formando una cavidad delimitada por la
superficie lingual, piso de la boca y el paladar
duro rodeado por la arcada dental, cavidad
cuya estructuración posibilita una serie de
eventos biomecánicos asociados a la
mantención del bolo en esta región [8] [15]:
• Cierre anterior y lateral por acción de
la cincha o faja del buccinador:
Función posibilitada por la
contracción conjunta de los músculos
orbicular de los labios y buccinador.
• Activación de las cadenas de control
lingual necesarias para la elevación y
retracción de la base de la lengua y
descenso del ápice hacia el piso de la
boca: Este proceso involucra la
 activación de los músculos estilogloso
(Retracción y elevación posterior) y
longitudinal inferior (Retrae el ápice
lingual hacia abajo y atrás.),
acompañados se la acción sinérgica
del hiogloso, el cual entrega el
soporte a la posteriorización,
involucrando patrones de activación
infrahioidea y ciertos niveles de
fijación del hueso hioides (punto fijo
músculo hiogloso y longitudinal
inferior).
• Cierre posterior en base al contacto
establecido por el descenso del velo
del paladar gracias a la acción
primaria del músculo palatogloso
(descenso velo del paladar y
elevación y posteriorización de la
base de la lengua) + retracción y
elevación de la región lingual
posterior.
• Estabilización del maxilar inferior:
Involucra la activación de la
musculatura masticatoria
antigravitatoria y el establecimiento
de patrones de inhibición de la
musculatura de apertura, mecanismo
que posibilita la mantención de esta
estructura en postura de reposo
permitiendo la oclusión normal y la
ejecución de tareas como el habla y/o
etapas orales de la deglución.
1.2 Etapa Oral.
Biomecánicamente, esta etapa involucra la
transición desde el evento de contención
anterior al inicio y desarrollo de los
movimientos de propulsión del contenido
líquido a la faringe, manteniendo la acción de
los componentes de contención y las
contracciones sinérgicas de la musculatura
labial y del buccinador, integrando los
cambios de posicionamiento y dinámica
lingual para favorecer el desplazamiento
anteroposterior y el inicio del desplazamiento
anteroposterior y elevación del velo del
paladar [8] [9].. Entre los eventos biomecánicos
asociados, se describe los siguientes
componentes:
• Cierre anterior y lateral por acción de
la cincha o faja del buccinador:
Función posibilitada por la
contracción conjunta de los músculos
orbicular de los labios y buccinador.
• Activación de las cadenas de control
lingual necesarias para el cambio de
posición lingual [12] [19]:
o Activación musculatura
infrahioidea y fijación del
hueso hioides,
estableciéndolo como punto
fijo para la musculatura de
retracción y permitiendo
estabilización de la base de la
lengua,
o Liberación de la región lingual
anterior e instauración de los
desplazamientos de
elevación del ápice
(longitudinal superior) y
posterior presión isométrica
contra el paladar duro y
blando.
o Activación inicial del proceso
de retracción lingual
tomando punto fijo en el
hueso hioides y transición a la
etapa faríngea.
• Liberación del velo del paladar e inicio
del movimiento de posteriorización y
elevación de esta estructura,
necesario para la facilitación del flujo
del bolo y la posterior protección de
la cavidad nasal durante la etapa
faríngea, gracias a la acción de los
músculos tensor y elevador del velo
del paladar [4] [8] .
• Estabilización del maxilar inferior:
Involucra la activación de la
musculatura masticatoria
antigravitatoria y el establecimiento
de patrones de inhibición de la
musculatura de apertura, mecanismo
que posibilita la mantención de esta
 estructura en postura de reposo
permitiendo la oclusión normal y la
ejecución de tareas como el habla y/o
etapas orales de la deglución.
Durante esta etapa se inicia la
transición a la etapa faríngea proceso
acompañado de la activación de la
musculatura infrahioidea para
facilitar la acción lingual y
suprahioidea, sin embargo debemos
recordar que este proceso no
involucra un descenso de esta
estructura gracias a aumentos en las
tensiones de la musculatura
antigravitatoria, permitiendo la
estabilización y ejecución de la etapa
oral [9] [19]..
Se describe que durante la deglución de
líquidos, el inicio de la etapa oral y faríngea
presenta patrones de superposición,
especificándose, que el inicio de la etapa
faríngea se da durante el proceso de
propulsión [9] [20].
1.3 Etapa Faríngea: Esta etapa se caracteriza
temporalmente como un evento de rápida
ejecución cuyo tiempo promedio se aproxima
a 1 segundo de duración, el cual, bajo los
lineamientos de los nuevos modelos de
análisis fisiológico presenta características
distintivas en términos de la temporalidad y
posicionamiento del bolo durante la
elicitación de la respuesta motora orofaríngea
de acuerdo con el subtipo de consistencia a
ingerir [14] [12]. En este sentido, a diferencia
de la ingesta de sólidos, el análisis de la etapa
faríngea asociado al modelo de deglución de
líquidos tiende a sostener las características
descritas en los modelos tradicionales, tanto
en términos temporales como en la
secuencialidad de eventos asociados,
considerando, los componentes de retracción
de la base de la lengua, elevación del velo del
paladar, anteriorización de la pared faríngea
posterior, inversión epiglótica,
desplazamiento hiolaríngeo anterosuperior
cierre de la vía aérea, activación de
movimientos peristálticos faríngeos y
apertura del esfínter esofágico superior,
eventos de alta interrelación biomecánica, los
cuales integran un alto número de estructuras
y grupos musculares, involucrando una
compleja y precisa coordinación
neuromuscular [16] [12] [21].
Las características antes descritas han
sostenido con el paso del tiempo el
establecimiento de nuevas nomenclaturas
relativas al reflejo de deglución, las cuales
buscan sustentar y reflejar la amplia
complejidad funcional e interrelación entre
los eventos asociados a las diversas etapas,
las cuales evidencian, no solo involucran la
acción de grupos musculares sinergistas
externos a la región agonista para las
determinadas etapas, sino que también, la
presencia de componentes pregatillantes de
los eventos subsecuentes, característica que a
nivel de la etapa faríngea se evidencia en la
interrelación linguohioidea o en la interacción
de la tríada funcional constituida por el
músculo orbicular de los labios, buccinador y
el constrictor faríngeo superior, entre otros,
componentes cuya acción se evidencia de
forma previa a la elicitación de la respuesta
refleja, la cual actualmente se denomina
“Respuesta Motora Orofaríngea”, reflejando,
esta intrincada conexión entre las etapas
orales y la etapa faríngea [4] [8] [9] [12] [15].
Respuesta Motora orofaríngea.
Tal como se describe de forma previa, las
complejas interacciones relativas a esta
respuesta refleja comienzan de forma previa
al inicio de la etapa faríngea, evidenciándose
complejas interrelaciones biomecánicas,
asociadas a la gran cantidad de estructuras
involucradas en este proceso [12]. En este
sentido, la elicitación de eventos tiende a
presentar una superposición la cual involucra
constantes cambios y ajustes en términos de
los sistemas de control neuromuscular,
elicitando patrones de inhibición y
contracción muscular integrados de forma
simultánea a los diversos eventos. En este
sentido el análisis desde un punto de vista
biomecánico involucra una mayor
complejidad, asociada a la integración de los
diversos grupos musculares relativos a cada
subcomponente en particular y la
interrelación existente entre estos eventos
neuromusculares y los subcomponentes
anexos a la respuesta motora orofaríngea
[12]. En este sentido, el presente análisis, se
centra no solo en los eventos asociados a la
respuesta motora orofaríngea, sino que
también en los tipos de movimiento
asociados y grupos musculares involucrados
en su ejecución, los cuales debemos recordar,
que, si bien presentan cierta secuencialidad,
tienden a ser componentes superpuestos:
Retracción de la base de la lengua: Proceso
que temporalmente se inicia durante la
finalización de la etapa oral, se caracteriza por
la participación de diversos grupos
musculares, involucrado una transición entre
los patrones de contracción asociados a la
elevación y presión lingual contra el paladar y
la elicitación de los movimientos de
retracción [8] [12]:
• Estabilización del maxilar inferior por
parte de la musculatura
antigravitatoria, sosteniendo la
postura de oclusión normal, proceso
mediado por contracciones
compensatorias a las fuerza ejercidas
por la fuerza de gravedad, peso
propio del complejo hiolaríngeo y las
activaciones de la musculatura
infrahioidea en determinados
momentos de esta etapa.
• Activación de la musculatura
infrahioidea, fijando y estableciendo
al hueso hioides como punto fijo para
el músculo hiogloso.
• Contracción de los músculos hiogloso
y estilogloso iniciando el proceso de
retrusión de la base de la lengua,
proceso acompañado de los procesos
de elevación del velo del paladar y
anteriorización de la pared faríngea
posterior.
Un aspecto a resaltar dentro de este
subcomponente, se relaciona al carácter de
hidrostato muscular relativo a la estructura
lingual, el cual involucra una interrelación
funcional distintiva entre sus fibras
musculares, característica que incide en la
presencia de contracciones sinérgicas de
estos componentes en la diversas funciones
en las cuales se encuentra involucrada,
aspecto que sumado al complejo
entrecruzamiento de fibras no ha permitido
esclarecer los complejos procesos
biomecánicos involucrados en su función [22]
[23]. Por este motivo, se describe que el estudio
de
Anteriorización de la pared faríngea
posterior: Componente superpuesto a la
retracción de la base de la lengua,
caracterizado por la acción del componente
funcional compuesto por el músculo orbicular
de los labios buccinador y constrictor faríngeo
superior, otro evento que refleja la estrecha
interrelación funcional entre componentes
orales y faríngeos, los cuales, en base a la
acción sinérgica con la retracción de la base
de la lengua posibilita el posterior contacto
entre ambas estructuras, posibilitando la
conducción del bolo alimenticio además de la
inclusión como sinergista del músculo
hiogloso en el proceso de elevación del
complejo hiolaríngeo [12].
Inicio Peristalsis faríngea: Proceso asociado a
la acción de los músculos constrictores
faríngeos superior, medio e inferior (X y XI
par), los cuales tienen una activa participación
durante la etapa faríngea de la deglución
facilitando el transporte del bolo alimenticio
hacia el esófago y de forma accesoria en la
elevación del complejo hiolaríngeo
(constrictor faríngeo medio [1] [9] [7] [24]. Estos
músculos se contraen de forma involuntaria,
sin embargo, su función se coordina gracias a
la acción del plexo faríngeo [9]. Se describe que,
su incidencia en la conducción del bolo sería
menor en comparación a la acción conjunta
de la retracción lingual, su contacto con la
pared faríngea posterior y la acción del velo
del paladar [1] [9] [15].
Elevación del velo del paladar: El
desplazamiento del velo del paladar
(elevación) y cierre nasofaríngeo, relaciona a
la acción de los músculos palatogloso y
elevador del velo del paladar (XI par / Plexo
faríngeo), función de vital importancia, la
cual, en conjunto con la retracción lingual y su
posterior contacto con la pared faríngea
favorecen el direccionamiento del bolo a la
hipofaringe y al segmento Faringo-Esofágico,
facilitando la generación de las presiones
necesarias para la apertura del esfínter [9] [7] [25].
Este desplazamiento, se superpone a los
procesos antes descritos generando un
primer grupo de interacción funcional
asociado a la facilitación del flujo alimenticio,
de la protección de la vía aérea y de la
estructuración de interacciones anatómicas y
funcionales asociadas a la ejecución de los
eventos asociados subyacentes [12].
Respuesta Motora orofaríngea: Hitos
biomecánicos.
Al complementar los eventos antes descritos,
se hace evidente que a pesar de la
superposición de eventos y de la temporalidad
integral del proceso, el cual se desarrolla en
un escaso período de tiempo, podemos
subdividir el proceso en hitos biomecánicos,
dentro de los cuales, el primer hito
biomecánico asociado a la transición entre la
etapa oral y el inicio de la respuesta refleja, se
asocia a la instauración de los tres primeros
eventos antes descritos, los cuales constituyen
la puerta de facilitación al flujo del bolo
alimenticio y el inicio de los sistemas de
protección, los cuales involucran no solo la
estructura lingual, el velo del paladar y el
constrictor faríngeo superior, sino que
también la acción sinérgica de diversos grupos
de control neuromuscular los cuales se
asocian a la facilitación de estas subfunciones
asociadas a la respuesta motora orofaríngea.
Elevación Hiolaríngea: Constituye uno de los
principales eventos asociados a la etapa
faríngea, el cual, tal como se explica de forma
previa, tiene una amplia relación con los
eventos ocurridos en la etapa oral, ya que su
generación requiere del reclutamiento y
contracción de la musculatura suprahioidea,
evento que probablemente se ve beneficiado
por estos patrones de precontracción
generados por la interrelación entre la este
grupo muscular y la musculatura lingual, una
característica bastante interesante y
probablemente asociada a la a la interrelación
funcional existente entre los mecanismos de
control neuromuscular asociados a estas
estructuras [26]. Dentro de los componentes
asociados a este desplazamiento, tal como se
describe en el capítulo anterior, se anexa un
alto número de grupos de musculares, los
cuales se sitúan como agonistas, sinergistas y
antagonistas en el proceso de facilitación del
desplazamiento hiolaríngeo anterosuperior:
• Un punto de trascendental
importancia lo constituye el proceso
de transición existente entre el
estado de activación de la
musculatura infrahioidea y la
subsecuente fijación del hueso
hioides asociada a la facilitación de
procesos como la retracción de la
base de la lengua y la posterior
inhibición progresiva de este grupo
muscular facilitando la liberación del
hueso hioides y el proceso de
elevación del complejo hiolaríngeo,
evento asociado de forma paralela a
la acción sinérgica del músculo
hiogloso mediante su acción como
elevador del complejo hiolaríngeo al
contactar y tomar punto fijo en la
pared faríngea posterior.
• Activación de la musculatura
suprahioidea: Proceso de inicio
previo en la etapa oral, el cual se
asocia a la presión isométrica ejercida
por la lengua contra el paladar
durante el proceso de propulsión, el
cual se asocia a contracciones
conjuntas del músculo genihioideo,
constituyendo un factor de
facilitación previo a la respuesta
refleja. En este sentido, se destaca
que si bien se logra evidenciar
patrones de contracción sinérgica de
los músculos genihioideo (C1-C2),
milohioideo (V par) y vientre anterior
del digástrico (V par) los cuales toman
punto fijo en el maxilar inferior,
describiéndose que estos músculo no
presentan niveles de contracción
similares, presentando una
jerarquización funcional, la cual
evidencia una mayor acción del
músculo genihioideo, seguido del
milohioideo y de una participación
menor del vientre anterior del
digástrico durante la deglución
normal [9] [16]. De igual forma, se
describe que la acción biomecánica
relativa a esta función, se
correlaciona con componentes
asociados, los cuales incluyendo al
grupo muscular antes descrito,
involucran los siguientes eventos:
o Estabilización del maxilar
inferior por parte de la
musculatura antigravitatoria,
sosteniendo la postura de
oclusión normal, acción
asociada al establecimiento
del punto fijo necesario para
la acción de la musculatura
suprahioidea, permitiendo
que sus contracciones se
dirijan hacia esta estructura.
o Inhibición de la musculatura
infrahioidea (grupo
antagonista), liberando el
complejo hiolaríngeo.
o Inhibición de la musculatura
suprahioidea posterior,
facilitando el desplazamiento
hiolaríngeo anterosuperior.
o Activación de la musculatura
suprahioidea.
o Activación músculo hiogloso
con punto fijo en la pared
faríngea posterior.
o Activación constrictor
faríngeo medio, el cual
constituye un sinergista para
esta función.
El análisis antes descrito evidencia la amplia
complejidad funcional e interrelación
biomecánica asociada a este proceso, la cual
posteriormente se complejiza por la
incidencia funcional que presenta el
desplazamiento hiolaríngeo sobre la apertura
del segmento faringoesofágico [12] [19].
Inversión epiglótica: Dentro de los
componentes asociados a la fisiología y
biomecánica deglutoria, la inversión
epiglótica constituye uno de los eventos más
interesantes de analizar, ya que, al no
presentar un complejo neuromuscular de
control, depende exclusivamente de
componentes biomecánicos subyacentes al
proceso deglutorio. Este proceso constituye
un complejo e importante componente del
proceso de “cierre laríngeo vestibular”, cuyo
desplazamiento e inversión se encuentra
mediado por una serie de eventos, los cuales
involucran diversas estructuras, entre las
cuales, encontramos la laringe, hioides,
lengua y faringe [27] [28].
• Desplazamiento hiolaríngeo antero-
superior: La epiglotis, al formar parte
de la laringe, responde a los
desplazamientos hiolaríngeos,
motivo por el cual, al desencadenarse
la etapa faríngea, el desplazamiento
hiolaríngeo anterosuperior, tiende a
acercar la base de la epiglotis a la base
de la lengua (Ligamento
tiroepiglótico), lo cual, facilita que el
resto de la estructura epiglótica
descienda facilitando el cierre de la
vía aérea [29].
 • Desplazamiento del Hueso Hioides:
La epiglotis se conecta al hioides a
través del ligamento hioepiglótico, el
cual, ante el desencadenamiento de
la etapa faríngea, también se
desplaza en sentido anterosuperior,
facilitando que el ligamento,
traccione la base de la epiglotis
facilitando su inversión [7] [29].
• Retroceso lingual y presión faríngea:
En conjunto con los desplazamientos
hiolaríngeos, la retracción de la base
de la lengua y la presión ejercida por
la faringe, constituyen, el
componente final en el proceso de
inversión, acercando la porción final o
libre de la epiglotis a los cartílagos
aritenoides [7] [29].
En resumen, la inversión epiglótica se
relaciona a la acción conjunta de la laringe,
hioides, lengua y faringe, involucrando,
nuevamente una compleja interrelación
muscular entre diversos grupos musculares,
la cual biomecánicamente involucra una
estrecha interrelación con los grupos
musculares anexos como la musculatura
infrahioidea, la cual durante todo el proceso
delimita mediante inhibiciones y activaciones
los procesos de estabilización, fijación y
liberación de la musculatura lingual y del
complejo hiolaríngeo además de su
interacción con la musculatura faríngea
responsable de la anteriorización de la pared
faríngea posterior y su posterior incidencia
sobre la inversión epiglótica [12].
5-. Cierre Laríngeo
La secuencia de cierre a nivel laríngeo
comienza con el cierre inicial de las cuerdas
vocales verdaderas, luego el de las cuerdas
vocales falsas y acercamiento de la epiglotis
hacia los aritenoides con el subsecuente
descenso de la porción móvil de la epiglotis [7]
[29] [30]. Este proceso constituye un interesante
componente funcional y biomecánico en
especial por las características de sus
mecanismos de cierre los cuales se originan
espacialmente de caudal a craneal,
posibilitando la estructuración de un sistema
de protección anexo, el cual, permite llevar
cualquier tipo de contenido situado en la
cavidad aérea hacia la región faríngea [26].
Este proceso constituye un importante
componente de protección, el cual forma
parte de del segundo hito biomecánico
asociado a la biomecánica hiolaríngea, sin
embargo, se destaca y evidencia, la necesidad
de diferenciar entre este evento y la
elicitación de la apnea característica de este
proceso, componente de origen previo a la
respuesta refleja, específicamente durante el
proceso espiratorio en la fase final de la etapa
oral [1] [26] [31] [26]. En relación con los tiempos
asociados a este proceso, se refiere que la
apnea normal, presenta duraciones de
0,75ms a 1,25s, proceso dependiente de la
edad y del tamaño del bolo [32].
En base a lo antes descrito, se establece que
la deglución y la respiración presentan una
interrelación anatómica, neurológica y
funcional, relativa a las estructuras que
comparten, localización de sus vías de control
(tronco encefálico) y por las interrelaciones
funcionales existentes entre ambas, las cuales
podemos evidenciar en la inhibición de la
respiración durante la deglución, así como
también en la incidencia de las alteraciones
respiratorias sobre la función deglutoria [9].
Respuesta Motora orofaríngea: Segundo hito
biomecánico.
Este segundo componente se destaca por la
amplia interrelación biomecánica existente
entre los diversos eventos que lo componen,
los cuales constituyen una verdadera red de
interrelaciones, cuya ejecución facilita la
elicitación de los eventos asociados,
incluyendo dentro de ellos los eventos
asociados al primer hito biomecánico,
específicamente, la retracción lingual y
anteriorización de la pared faríngea posterior,
los cuales en conjunto con la elevación del
complejo hiolaríngeo posibilitan la inversión
epiglótica y se unen al proceso de cierre de la
vía aérea. Estos eventos superpuestos
temporalmente presentan cierta
secuencialidad, la cual, básicamente se
estructura en milésimas de segundos, tiempo
suficiente para lograr el paso de un estado de
activación de la musculatura infrahioidea y
fijación del hueso hioides al característico
estado de inhibición de este grupo muscular,
liberación del hueso hioides, facilitación del
desplazamiento del complejo hiolaríngeo y
elicitación de la cadena de eventos asociados
Apertura del esfínter esofágico superior: El
segmento faringoesofágico, corresponde a la
transición entre la faringe y el esófago [9].
Anatómicamente se encuentra formado por
el músculo cricofaríngeo, la porción inferior
de los músculos constrictores faríngeos y la
región superior de la porción cervical del
esófago, presentando una longitud de 3 a 4
cm, de los cuales aproximadamente un 30-
50% corresponde al músculo cricofaríngeo (1-
1,5 cm), cuya función es mantener el cierre
del esfínter con el fin de evitar el paso de
contenido alimenticio desde el esófago a la
faringe [16]. Su apertura, presenta una compleja
biomecánica, relacionada tanto a la relajación
del músculo cricofaríngeo (centros de control
del tronco encefálico), como a otros
componentes, entre los cuales encontramos:
-. Presión generada por el bolo en su
desplazamiento hacia el esfínter esofágico
superior [9] [16] [25].
-. Desplazamiento hiolaríngeo durante la
respuesta motora orofaríngea (reflejo de
deglución), cuyo sentido anterosuperior
genera una distensión del esfínter,
disminuyendo la el nivel de presión necesario
para pasar a través de él [9] [16] [25].
Respuesta Motora orofaríngea: Hitos
biomecánicos.
El tercer componente o hito se relaciona
básicamente a los mecanismos faríngeos
involucrados en el proceso de apertura del
esfínter esofágico superior, un evento
bastante interesante y de compleja
interrelación con los eventos previos,
constituyendo el mejor ejemplo de la estrecha
interrelación existente entre las diversas
estructuras orofaríngeas, en especial, por la
evidenciación en base a su biomecánica, de la
importancia tanto de los mecanismos
preactivadores de la respuesta refleja
representados por los aumentos de la
contracción suprahioidea como consecuencia
del establecimiento de patrones de
contracción conjunta con la lengua durante la
propulsión lingual y su posterior interrelación
con el establecimiento de los desplazamientos
del complejo hiolaríngeo, un proceso de alta
interrelación biomecánica que no solo
favorecerá la conducción del bolo y la
protección de la vía aérea, sino que también
permite la apertura del segmento
faringoesofágico y el inicio de la etapa
esofágica.
1.4 Etapa Esofágica.
Etapa final dentro del proceso deglutorio, la
cual se inicia, una vez que el bolo alimenticio
pasa a través del esfínter e ingresa al esófago,
estructura distensible de 20 a 25 cm de
longitud, el cual conecta la cavidad faríngea
(C6) con el estómago (T12) [25] [17] [15]. Se
encuentra separado de la cavidad faríngea,
por medio del segmento Faringo-Esofágico y
del estómago por el esfínter esofágico inferior
[9]. El primer tercio del esófago (1/3 proximal),
se encuentra conformado por músculo
estriado mientras que los 2/3 distales, se
encuentran conformados por músculo liso [15]
[25] [9].
En reposo, la luz esofágica permanece
cerrada, bajo presiones negativas,
presentando la capacidad de distenderse
hasta diámetros de 3 a 4 centímetros. En
términos de los eventos asociados a esta
etapa, se describe la presencia de una alta
coordinación entre sus segmentos,
presentando en su porción cervical
contracciones de alta intensidad, las cuales
posteriormente a nivel de sus secciones 2/3
distales, se transforman en contracciones
secuenciales donde la activación de una
sección proximal inhibe la porción
consecutiva en el esófago, generando ciclos
de activación/inhibición los cuales finalmente
favorecen el transporte del bolo alimenticio
hacia el estómago [1] [25] [9] [15].
Nuevos Modelos Fisiológicos: Modelo de
procesamiento de sólidos.
Modelo fisiológico centrado en la
caracterización particular del procesamiento
de este tipo de consistencias, el cual, a
diferencia del modelo tradicional, caracteriza
de mejor forma los eventos asociados a las
etapas orales especificando componentes y
eventos distintivos en términos del
posicionamiento del bolo y de la secuencia
temporal de eventos asociados a ella,
característica evidenciada gracias los avances
en términos del procesamiento de imágenes
asociados a los sistemas de evaluación
radiológica de deglución. En este sentido, el
componente distintivo respecto al modelo de
líquidos, lo constituyen los eventos asociados
a las etapas orales y la transición temporal
entre estos y la etapa faríngea,
caracterizándose como una compleja etapa
de procesamiento de bolos sólidos los cuales
a diferencia del modelo de procesamiento de
líquidos, involucran la acción de los sistemas
de control del maxilar inferior asociados a la
integración del proceso de masticación [12]
[26].
Modelo de procesamiento de sólidos. Etapa
de Transporte I: Esta fase, se caracteriza como
el primer evento del proceso masticatorio, el
cual se relaciona a la recepción y transporte
de los alimentos hacia las superficies molares
para su procesamiento [4] [8] [9] [20] [13]. Dentro de
los eventos neuromusculares asociados a este
evento neuromecánico, se describe los
siguientes componentes:
• Estabilización del maxilar inferior por
parte de la musculatura masticatoria,
grupo asociado a la activación del
grupo muscular, permitiendo vencer
la resistencia ejercida por la
musculatura infrahioidea y el propio
peso del complejo hiolaríngeo [15]
[19].
• Establecimiento de patrones de
inhibición de la musculatura
infrahioidea, proceso asociado al
establecimiento de patrones de
liberación del hueso hioides,
disminuyendo la acción de la
musculatura suprahioidea,
favoreciendo finalmente la
estabilización del maxilar inferior y la
facilitación de los desplazamientos
linguales asociados a la recepción de
sólidos a nivel oral anterior, y su
posterior transporte a posterior [15]
[12].
• Activación de la tríada funcional
compuesta por el músculo orbicular
de los labios, buccinador, constrictor
superior, proporcionado la
instauración de patrones de
protección anterior y lateral [18] [15]
[19].
• Se describe que esta etapa no se
asocia al establecimiento de patrones
de cierre posterior [12].
Modelo de procesamiento de sólidos. Etapa
de Procesamiento: Proceso correlativo con la
formación del bolo alimenticio, el cual, se
basa en la acción conjunta de las estructuras
relativas a la masticación, secreción de saliva
y de cierre de la cavidad oral, la cuales
interactúan, con el fin de generar una
consistencia adecuada para el proceso
deglutorio. Esta etapa, al igual que la fase
anterior, presenta cierta diferencia respecto
al proceso relativo a la ingesta de líquidos, las
cuales se relacionan a la ausencia de cierre
posterior y a la activación de los sistemas de
control del maxilar inferior, facilitando la
instauración del proceso masticatorio [15]. Se
describe que en esta etapa, los movimientos
cíclicos relativos a la lengua, paladar blando y
maxilar inferior, generan una pasaje abierto
entre la cavidad oral y la faringe, el cual,
permite que parte del contenido alimenticio
se aloje en la vallecula, a la espera de que el
resto del contenido alimenticio termine su
procesamiento, componente denominado
agregación vallecular [4] [8] [9] [31]. Al igual que la
fase anterior se asocia a diversos eventos
neuromusculares:
• Activación de la musculatura
masticatoria (Temporal maseteros y
pterigoideo), los cuales posibilitan los
desplazamiento craneocaudales y
laterales asociados a la formación del
bolo alimenticio [15].
• Este proceso se asocia a la presencia
de fluctuaciones en el
establecimiento de patrones de
inhibición-activación de la
musculatura infrahioidea, las cuales
se asocian a los procesos funcionales
relativos a la instauración de
estabilizaciones, elevaciones y
descensos del maxilar inferior
durante la masticación [12].
• Activación de la tríada funcional
compuesta por el músculo orbicular
de los labios, buccinador, constrictor
superior, proporcionado la
instauración de patrones de
protección anterior y lateral [18] [15]
[19].
• Se describe que esta etapa no se
asocia al establecimiento de patrones
de cierre posterior [12].
Modelo de procesamiento de sólidos. Etapa
de Transporte II: Proceso activo similar al
descrito en la etapa oral durante la ingesta de
líquidos. La región lingual anterior, contacta el
paladar duro a nivel de las crestas alveolares
superiores generando presiones isométricas
anteroposteriores, las cuales,
progresivamente facilitan el transporte del
bolo alimenticio hacia la orofaringe, el cual,
en aquellos casos, donde no se ha generado
el procesamiento de la totalidad del
contenido alimenticio, sitúa al bolo ya
formado, en la superficie lingual faríngea y a
nivel de la vallecula e incluso a nivel de la
hipofaringe, a la espera del procesamiento de
todo el contenido[8] [31]:
• Cierre anterior y lateral por acción de
la cincha o faja del buccinador:
Función posibilitada por la
contracción conjunta de los músculos
orbicular de los labios y buccinador.
• Activación de las cadenas de control
lingual necesarias para la elevación y
retracción de la base de la lengua y
descenso del ápice hacia el piso de la
boca: Este proceso involucra la
activación de los músculos estilogloso
(Retracción y elevación posterior) y
longitudinal inferior (Retrae el ápice
lingual hacia abajo y atrás.),
acompañados se la acción sinérgica
del hiogloso, el cual entrega el
soporte a la posteriorización,
involucrando patrones de activación
infrahioidea y ciertos niveles de
fijación del hueso hioides (punto fijo
músculo hiogloso y longitudinal
inferior).
• Ausencia de cierre posterior por parte
del velo del paladar.
La duración de esta etapa puede presentar
duraciones de 1 a 10 segundos, continuando
posteriormente con la etapa faríngea y
esofágica, las cuales, no presentan diferencia,
con las etapas descritas en el modelo
tradicional [8].
Dentro de los componentes distintivos de
este modelo, una de las principales
diferencias se asocia a la estrecha
interrelación existente entre las tres fases
antes descritas, eventos que inciden
finalmente en el posicionamiento
característico del bolo alimenticio a nivel
posterior a la espera del procesamiento de
todo el contenido. Este componente
diferencial no incide sobre la secuencialidad
de las etapas posteriores, por lo que tienden
a sostener las características antes descritas
en el procesamiento de líquidos.

Nuevos Modelos Fisiológicos: Modelo de dos

etapas.

Corresponde a procesos, en los cuales, la

deglución se inicia a nivel faríngeo durante la
alimentación normal, proceso denominado
“deglución faríngea aislada” [7] [4]. Saitoh y cols,
describen que este proceso, se relaciona a
activaciones no voluntarias asociadas a
estimulaciones faríngeas, las cuales
probablemente, actúan como sistema de
protección de la vía aérea, con el objetivo de
prevenir penetraciones o aspiraciones [4].
Dentro de sus características biomecánicas, al
igual que las etapas anteriores, mantiene las
características biomecánicas y secuenciales
descritas en los modelos anteriores para las
dos etapas que la componen.
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