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Principio de igualdad.
Art. 2:
Inc. 2.- A la igualdad ante la ley. Nadie debe ser discriminado por motivo de origen, raza, sexo,
idioma, religión, opinión, condición económica o de cualquiera otra índole.
El numeral del artículo 2 de la Constitución declara que toda persona tiene derecho: A la igualdad ante
la ley. Nadie debe ser discriminado por motivo de fingen, raza, sexo, idioma, religión, opinión, condición
económica o de cualquier otra índole.
El principio igualdad debe entenderse, como igualdad en la ley o igualdad en el trato dado
por el legislador. En base a este principio consideramos que:
Todos los contribuyentes comprometidos dentro de una misma categoría deben recibir
igual trato.
Los contribuyentes con homogénea capacidad contributiva deben recibir el mismo trato legal y administrativo
frente al mismo supuesto de hecho tributario.
Los mismos están recogidos en el artículo 2° de la Constitución. Tal como pasa respecto del principio de no
confiscatoriedad, ninguna norma legal o administrativa de naturaleza tributaria puede violar las garantías
precisas de la persona, contenidas en citado artículo.
En tal sentido, por ejemplo, sería inconstitucional una norma que discrimine por motivo de raza, sexo, idioma,
religión, etc. Pues estaría atentando contra el principio de igualdad que recoge el numeral 2 del referido artículo
2°.
CAPÍTULO IV
Los Gobiernos Regionales y los Gobiernos Locales pueden crear, modificar y suprimir
contribuciones y tasas, o exonerar de éstas, dentro de su jurisdicción, y con los límites que señala
la ley. El Estado, al ejercer la potestad tributaria, debe respetar los principios de reserva de la ley,
y los de igualdad y respeto de los derechos fundamentales de la persona. Ningún tributo puede
tener carácter confiscatorio.
Las leyes de presupuesto y los decretos de urgencia no pueden contener normas sobre materia
tributaria. Las leyes relativas a tributos de periodicidad anual rigen a partir del primero de enero del
año siguiente a su promulgación.
No surten efecto las normas tributarias dictadas en violación de lo que establece el presente
artículo.
TITULO PRELIMINAR
NORMA I: CONTENIDO
El presente Código establece los principios generales, instituciones, procedimientos y normas del
ordenamiento jurídico-tributario.
Cuando se evite total o parcialmente la realización del hecho imponible o se reduzca la base imponible o la
deuda tributaria, o se obtengan saldos o créditos a favor, pérdidas tributarias o créditos por tributos mediante
actos respecto de los que se presenten en forma concurrente las siguientes circunstancias, sustentadas por la
SUNAT:
a) Que individualmente o de forma conjunta sean artificiosos o impropios para la consecución del resultado
obtenido.
b) Que de su utilización resulten efectos jurídicos o económicos, distintos del ahorro o ventaja tributarios,
que sean iguales o similares a los que se hubieran obtenido con los actos usuales o propios.
La SUNAT, aplicará la norma que hubiera correspondido a los actos usuales o propios, ejecutando lo
señalado en el segundo párrafo, según sea el caso.
Para tal efecto, se entiende por créditos por tributos el saldo a favor del exportador, el reintegro tributario,
recuperación anticipada del Impuesto General a las Ventas e Impuesto de Promoción Municipal, devolución
definitiva del Impuesto General a las Ventas e Impuesto de Promoción Municipal, restitución de derechos
arancelarios y cualquier otro concepto similar establecido en las normas tributarias que no constituyan pagos
indebidos o en exceso.
En caso de actos simulados calificados por la SUNAT según lo dispuesto en el primer párrafo de la presente
norma, se aplicará la norma tributaria correspondiente, atendiendo a los actos efectivamente realizados.
LOS PRINCIPIOS CONSTITUCIONALES TRIBUTARIOS
* Carmen del Pilar Robles Moreno.
Profesora de Derecho Tributario de la Pontificia Universidad Católica del Perú y de la UNMSM.
I INTRODUCCION
En esta oportunidad, efectuaremos un primer acercamiento a los denominados Principios del Derecho Tributario, también
conocidos como los Limites al Ejercicio de la Potestad Tributaria. Esto con la finalidad de conocer exactamente cuales son,
en que consisten, que sucede si no se cumplen, y que podemos hacer nosotros como operadores del derecho tributario en
estos casos.
A manera de adelanto podemos decir que los principios del Derecho Tributario son la garantía de que gozan los
contribuyentes frente al Estado, cuyo poder tributario o capacidad jurídica para crear tributos se encuentra limitada
precisamente por estos principios 1.
Señala Rodolfo Spisso 2 que “El derecho constitucional tributario es el conjunto de principios y normas constitucionales que
gobiernan la tributación. Es la parte del derecho Constitucional que regula el fenómeno financiero que se produce con
motivo de detracciones de riqueza de los particulares en favor del Estado, impuestas coactivamente, que hacen a la
subsistencia de éste, que la Constitución organiza, y al orden, gobierno y permanencia de la sociedad cuya viabilidad ella
procura”.
Ahora bien, como sabemos, la Constitución es el conjunto de los principios y las normas que de por si constituyen un
sistema orgánico, por el cual, estos principios y normas se encuentran vinculados, de tal manera que no es posible hacer
una interpretación aislada, sino que esta se debe efectuar de acuerdo al sistema completo, es decir tomando como base a
la constitución. Es justamente en razón de ello que, el tema tributario se debe explicar partiendo de la perspectiva
constitucional.
En la actualidad el derecho constitucional tributario lo entendemos como “ el conjunto de normas y principios que surgen
de las constituciones y cartas , referentes a la delimitación de competencias tributarias entre distintos centros de poder
(nación, provincias, estados) y a la regulación del poder tributario frente a los sometidos a él , dando origen a los derechos
y garantías de los particulares, aspecto, este ultimo, conocido como el de garantías de los contribuyentes, las cuales
representan, desde la perspectiva estatal, limitaciones constitucionales del poder tributario ”. 3
El derecho constitucional tributario es según algunos autores, aquella parte del derecho constitucional que se refiere a
materia tributaria; es decir, no es propiamente derecho tributario, sino derecho constitucional aplicado al derecho
tributario. Y según otros autores como Catalina García Vizcaíno, no comparten el criterio de ubicar a esta rama jurídica
específica dentro del derecho constitucional, sino que sostienen que “pese al obvio contenido constitucional de sus normas,
debe comprendérsela dentro del derecho tributario, a los efectos de lograr una clara sistematización lógica de las normas
que componen este derecho y para una mejor comprensión de sus conceptos e instituciones” 4.
Mas allá de que la doctrina no esté unánimemente de acuerdo sobre si el derecho constitucional tributario es derecho
constitucional aplicado al derecho tributario o si éste está comprendido dentro del derecho tributario; en lo que sí están de
acuerdo es que el derecho constitucional tributario tiene en su contenido temas como: los principios, garantías y normas
que regulan la potestad tributaria, temas como los derechos humanos y tributación, la vigencia de la norma tributaria en el
tiempo, la teoría de la exención tributaria.
Entendemos al Derecho Constitucional Tributario, como aquella parte del Derecho Constitucional, que se denomina
tributario, debido al objeto que regula y trata. Es decir, que aunque se le considera como una área del Derecho Tributario,
no se trata de Derecho Tributario Sustantivo, ya que, en esencia es la parte del Derecho Constitucional que regula los
temas tributarios, como por ejemplo especifica en la Constitución (claro esta) quienes gozan, o a quienes se les ha
otorgado Potestad Tributaria, en que forma se ha otorgado ésta potestad tributaria, cuales son los límites que tienen que
respetar aquellos que ejercen potestad tributaria.
2.1. Potestad Tributaria
La Potestad Tributaria, llamada por algunos, Poder Tributario, es aquella facultad que tiene el Estado de crear, modificar,
derogar, suprimir tributos, entre otros, facultad que le es otorgada a diferentes niveles de gobierno o entidades del Estado,
exclusivamente en la Constitución.
Esta potestad tributaria, no es irrestricta, no es ilimitada (como lo fue en la antigüedad), sino que su ejercicio se encuentra
con límites que son establecidos también en la Constitución, de tal manera que a quien se le otorga Potestad Tributaria, se
encuentra obligado al cumplimiento de estos límites, para el ejercicio de la potestad otorgada sea legítimo.
Como hemos indicado, se señalan en la Constitución, pero no necesariamente todos los límites al ejercicio de la potestad
tributaria se indican en forma expresa, ya que hay una serie de principios que se encuentran implícitos, es decir no es
necesario que la Constitución los señale.
2.3. Constitución de 1979
“Sólo por ley expresa se crean, modifican o suprimen tributos y se conceden exoneraciones y otros beneficios tributarios.
La tributación se rige por los principios de legalidad, uniformidad, justicia, publicidad, obligatoriedad, certeza y economía
en la recaudación. No hay impuesto confiscatorio ni privilegio personal en materia tributaria….”.
De otro lado, el artículo 77 indicaba que “todos tienen el deber de pagar los tributos que les corresponden y de soportar
equitativamente las cargas establecidas por la ley para el sostenimiento de los servicios públicos”
Lo primero que podemos apreciar, es que el artículo 139 va dirigido a quienes se les otorga potestad tributaria, en estricto
podíamos decir al legislador, o entidad que goza de potestad tributaria, (y los límites que obviamente se deben cumplir),
mientras que el artículo 77 va dirigido a las personas, administrados, contribuyentes en su caso.
“Los tributos se crean, modifican o derogan, o se establece una exoneración, exclusivamente por ley o decreto legislativo
en caso de delegación de facultades, salvo los aranceles y tasas, los cuales se regulan mediante decreto supremo.
Los Gobiernos Regionales y los Gobiernos Locales pueden crear modificar y suprimir contribuciones y tasas, o exonerar de
éstas, dentro de su jurisdicción y con los límites que señala la ley. El Estado, al ejercer la potestad tributaria, debe
respetar los principios de reserva de ley, y los de igualdad y respeto de los derechos fundamentales de la persona. Ningún
tributo puede tener efecto confiscatorio…
No surten efecto las normas tributarias dictadas en violación de lo que establece el presente artículo.”
Como podemos apreciar, la actual Constitución señala expresamente sólo cuatro Principios del Derecho Tributario, que es
lo mismo que decir los cuatro Límites que debe respetar quien ejerce potestad tributaria: i) Reserva de Ley, ii) Igualdad,
iii) Respeto a los Derechos Fundamentales de la Persona, iv) No Confiscatoriedad.
Asimismo, el último párrafo de este artículo indica que aquellas normas tributarias que se dicten violando este artículo no
surten efecto.
Este último párrafo debe ser entendido en su verdadera dimensión, que a nuestro parecer es justamente la consecuencia
de lo que debería suceder cuando quien ejerce la potestad tributaria no respeta estos límites en el ejercicio de esta
potestad. Esto constituye la excepción a la regla general establecida por el artículo 200 de la Constitución.
Es decir, la Constitución ha precisado en el artículo 74 quienes gozan de potestad tributaria, pero no otorga (como hemos
indicado anteriormente) potestad tributaria irrestricta, sino restringida, en el sentido que el ejercicio de esta potestad se
encuentra limitada justamente por los cuatro principios que hemos mencionado y que más adelante trabajaremos.
Sabemos de otro lado, que la propia Constitución ha previsto en el artículo 200, numeral 4) que “La Acción de
Inconstitucionalidad, que procede contra las normas que tienen rango de ley: leyes, decretos legislativos, decretos de
urgencia, tratados, reglamentos del Congreso, normas regionales de carácter general y ordenanzas municipales que
contravengan la Constitución en la forma o en el fondo…”
”La sentencia del Tribunal que declara la inconstitucionalidad de una norma se publica en el diario oficial. Al día siguiente
de la publicación, dicha norma queda sin efecto. No tiene efecto retroactivo la sentencia del Tribunal que declara
inconstitucional, en todo o en parte, una norma legal.
1.- La regla general está contenida en el artículo 200 y 204 de la Constitución, según la cual la sentencia del Tribunal
Constitucional (que declara la inconstitucionalidad de la norma) produce efectos solo para adelante.
2.- La excepción a esto, se encuentra en el último párrafo del artículo 74 de la Constitución según el cual la referida
sentencia del Tribunal Constitucional (que versa sobre la violación de principios constitucionales - tributarios) puede
producir efectos “para atrás”.
3.- Esta excepción a la regla general tiene que aparecer en la propia Constitución y no en normas de menor jerarquía,
como la Ley Orgánica del Tribunal Constitucional, el Código Procesal Constitucional, entre otras.
Ahora bien, veamos como el Código Procesal Constitucional, aprobado por la Ley 28237 señala en su artículo 81 lo
siguiente:
“Las sentencias fundadas recaídas en el proceso de inconstitucionalidad dejan sin efecto las normas sobre las cuales se
pronuncian. Tienen alcances generales y carecen de efectos retroactivos. Se publican íntegramente en el Diario Oficial El
Peruano y producen efectos desde el día siguiente de su publicación.
Cuando se declare la inconstitucionalidad de normas tributarias por violación del artículo 74 de la Constitución, el Tribunal
debe determinar de manera expresa en la sentencia los efectos de su decisión en el tiempo. Asimismo, resuelve lo
pertinente respecto de las situaciones jurídicas producidas mientras estuvo en vigencia”.
Entonces, el Código Procesal Constitucional está regulando los efectos de las normas dictadas en violación de lo establece
el artículo 74, en ese sentido, debemos entender que si no existiera el último párrafo del artículo 74 de la Constitución, el
articulo 81 del Código Procesal Constitucional sería inconstitucional: inclusive podríamos afirmar que el artículo 74 es la
condición de validez del artículo 81 del Código Procesal Constitucional.
Según este principio –que está vinculado al principio de legalidad- algunos temas de la materia tributaria deben ser
regulados estrictamente a través de una ley y no por reglamento.
El complemento al principio de reserva de la ley, y respecto del cual se debería interpretar sus preceptos, es el principio
de Legalidad el cual se puede resumir como el uso del instrumento legal permitido por su respectivo titular en el ámbito de
su competencia 5.
Señala el doctor Humberto Medrano 6, que en virtud al principio de legalidad, los tributos sólo pueden ser establecidos con
la aceptación de quienes deben pagarlos, lo que modernamente significa que deben ser creados por el Congreso en tanto
que sus miembros son representantes del pueblo y, se asume, traducen su aceptación.
En derecho tributario, este principio quiere decir que sólo por ley (en su sentido material) se pueden crear, regular,
modificar y extinguir tributos; así como designar los sujetos, el hecho imponible, la base imponible, la tasa, etc 7.
Desde la perspectiva de Iglesias Ferrer 8 son diversas las razones que han llevado a considerar que determinados temas
tributarios sólo puedan ser normados a través de la ley:
Primero: Impedir que el órgano administrador del tributo regule cuestiones sustantivas tributarias a través de disposiciones
de menor jerarquía.
Segundo: Impedir que un ente con poder tributario originario como el ejecutivo o el municipio, que son más dinámicos,
abusen de su dinamicidad y se excedan.
Tercero: Impedir que se den casos de doble imposición interna y normas tributarias contradictorias.
Según el referido autor todas estas razones tienen como denominador común evitar el caos y premunir de la formalidad
adecuada a la norma tributaria que así lo merezca por su sustancialidad.
Sin embargo, este principio ha ido evolucionando con el tiempo, de tal manera que, por las necesidades propias de la
técnica en el ámbito tributario, muchas veces es necesaria la delegación de competencias del legislativo al poder
ejecutivo, situación que se ha generalizado en distintos países. En nuestro país dicha situación viene establecida como
precedente en la Constitución de 1979.
Como todos los demás principios, el de legalidad no garantiza por si sólo el cumplimiento debido de forma aislada, ya que
el legislador podría el día de mañana (ejemplo hipotético), acordar en el congreso el incremento del Impuesto General a
las Ventas del 19% al 49%, y estaría utilizando el instrumento debido, la Ley, pero probablemente este incremento en la
alícuota sea considerado como confiscatorio. De la misma forma, el congreso podría acordar que todos los contribuyentes
del Impuesto a la Renta (sin excepción alguna) a partir del ejercicio 2005, tributarán este impuesto con una alícuota única
(no progresiva sino proporcional) del 52 %. Vemos como se aplica el principio de legalidad, pero este no es suficiente, ya
que no se estaría contemplando la capacidad contributiva de los contribuyentes.
IV IGUALDAD
Según el principio de igualdad tributaria los contribuyentes con homogénea capacidad contributiva deben recibir el mismo
trato legal y administrativo frente al mismo supuesto de hecho tributario 9.
“El principio de igualdad es un límite que prescribe que la carga tributaria debe ser aplicada de forma simétrica y
equitativa entre los sujetos que se encuentran en una misma situación económica, y en forma asimétrica o desigual a
aquellos sujetos que se encuentran en situaciones económicas diferentes. El principio bajo mención supone que a iguales
supuestos de hecho se apliquen iguales consecuencias jurídicas, debiendo considerarse iguales dos supuestos de hecho
cuando la utilización o introducción de elementos diferenciadores sea arbitraria o carezca de fundamento racional.”
Este principio se estructura en el principio de capacidad contributiva, formulada dentro del marco de una política
económica de bienestar y que no admite las comparaciones intersubjetivas 11.
El principio de igualdad de sustenta en que a los iguales hay que tratarlos de manera similar, y a los desiguales hay la
necesidad de tratarlos de manera desigual. Justamente este principio de igualdad es la base para que el legislador pueda
tener tratos desiguales entre los contribuyentes, y es la base para el otorgamiento de exoneraciones y beneficios
tributarios.
En nuestro país no necesariamente esto se cumple, ya que, como podemos apreciar del Impuesto a la Renta, las
deducciones no son reales, sino que se presumen. Es por ello, que dos sujetos que ganan lo mismo, pero que tienen
capacidad contributiva real distinta (uno puede ser soltero y vivir en casa de sus padres, y el otro puede ser casado, tener 4
hijos y una esposa que no trabaja ni percibe ingresos), van a tener la misma deducción. (hace algunos años en la ley del
Impuesto a la Renta, si se permitían que las deducciones sean reales (principio de causalidad), pero el abuso de los
contribuyentes, llevo (aparentemente) a utilizar el criterio actual. Además hay que tener en cuenta que para efectos de la
fiscalización, es mucho más sencillo trabaja con deducciones presuntas.
Finalmente, es importante mencionar que la igualdad se traduce en dos tipos: i) Igualdad en la Ley, ii) Igualdad ante la
Ley. En el primer caso, el legislador se encuentra impedido de tratar desigual a los iguales, en el segundo caso, una vez que
la norma se ha dado, es la Administración Tributaria quien tiene el deber de tratar a los contribuyentes en la misma forma,
es decir trato igual ante la Ley.
V NO CONFISCATORIEDAD
Por este principio los tributos no pueden exceder la capacidad contributiva del contribuyente pues se convertirían en
confiscatorios. Hay lo que nosotros llamamos el mundo de lo tributable (y nos podemos imaginar una línea horizontal), y
aquello que podría convertirse en confiscatorio, bajo esta misma línea horizontal. Lo que tenemos que aprender a
diferenciar es cuanto lo tributario está llegando al límite, de tal manera que no cruce la línea a lo confiscatorio.
El principio de No Confiscatoriedad defiende básicamente el derecho a la propiedad, ya que el legislador no puede utilizar
el mecanismo de la tributación para apropiarse indirectamente de los bienes de los contribuyentes.
“Este principio tiene una íntima conexión con el derecho fundamental a la propiedad pues en muchos casos, ya tratándose
de tributos con una tasa irrazonable o de una excesiva presión tributaria, los tributos devienen en confiscatorios cuando
limitan o restringen el derecho de propiedad pues para poder hacer frente a las obligaciones tributarias ante el Fisco el
contribuyente se debe desprender de su propiedad.”
Según el profesor Villegas citado por César Iglesias Ferrer 13 “La confiscatoriedad existe por que el Estado se apropia
indebidamente de los bienes de los contribuyentes, al aplicar un gravamen en el cual el monto llega a extremos
insoportables, desbordando así la capacidad contributiva de la persona, vulnerando por esa vía indirecta la propiedad
privada e impidiéndole ejercer su actividad”.
Como hemos señalado anteriormente, la potestad tributaria debe ser íntegramente ejercida por medio de normas legales
(principio de legalidad), este principio de legalidad no es sino solo una garantía formal de competencia en cuanto al origen
productor de la norma, pero no constituye en sí misma garantía de justicia y de razonabilidad en la imposición. Es por esta
razón que algunas las Constituciones incorporan también el principio de capacidad contributiva que constituye el límite
material en cuanto al contenido de la norma tributaria.
Pero, la potestad tributaria que ejerce el Estado no debe convertirse en una arma que podría llegar a ser destructiva de la
economía, de las familias y de la sociedad, en el caso que exceda los límites más allá de los cuales los habitantes de un país
no están dispuestos a tolerar su carga. En este sentido, debemos comprender bien el límite entre lo tributable y lo
confiscatorio, muchas veces difícil de establecer.
El límite a la imposición equivale a aquella medida que al traspasarse, produce consecuencias indeseables o imprevisibles,
de tal modo que provoca efectos que menoscaban la finalidad de la imposición o que, se opone a reconocidos postulados
políticos, económicos, o sociales.
Todo gravamen influye sobre la conducta del contribuyente y esto sucede particularmente cuando llega a determinada
medida o la pasa, y suele hablarse de límites de la imposición cuando su medida influye sobre la conducta del
contribuyente en forma tal que el efecto financiero corre peligro de malograrse o que la imposición produzca efectos
indeseables.
Por ello, si el estado pretende que los contribuyentes cumplan adecuadamente con sus obligaciones tributarias debe tener
presente los siguientes límites a la imposición: i) Límite psicológico, que es el punto a partir del cual el contribuyente
prefiere el riesgo al cumplimiento de la obligación tributaria; ii) Límite económico, entendido como el límite real de
soportar la carga tributaria; iii) Límite jurídico, que pretende normar el límite económico real del contribuyente. Este
último lo encontramos en la Constitución y en la Jurisprudencia.
Sobre que es considerado confiscatorio en materia tributaria, se ha recogido el concepto de la razonabilidad como medida
de la confiscatoriedad de los gravámenes, “se considera que un tributo es confiscatorio cuando el monto de su alícuota es
irrazonable”. Así, se sostiene que para que un tributo sea constitucional y funcione como manifestación de soberanía, debe
reunir distintos requisitos, entre los cuales se ubica en lugar preferente “la razonabilidad del tributo”, lo cual quiere decir
que el tributo no debe constituir jamás un despojo.
1. Cualitativo: es cualitativo cuando se produce un sustracción ilegitima de la propiedad por vulneración de otros principios
tributarios (legalidad por ejemplo) sin que interese el monto de lo sustraído, pudiendo ser incluso soportable por el
contribuyente.
2. Cuantitativo: es cuantitativo cuando el tributo es tan oneroso para el contribuyente que lo obliga a extraer parte
sustancial de su patrimonio o renta, o porque excede totalmente sus posibilidades económicas.
Según Jorge Bravo Cucci 14 “En rigor, el respeto a los derechos humanos no es un “principio” del Derecho Tributario, pero
sí un límite al ejercicio de la potestad tributaria. Así, el legislador en materia tributaria debe cuidar que la norma
tributaria no vulnere alguno de los derechos humanos constitucionalmente protegidos, como lo son el derecho al trabajo, a
la libertad de asociación, al secreto bancario o a la libertad de transito, entre otros que han sido recogidos en el artículo 2
de la Constitución Política del Perú”.
Sin embargo, habría que precisar que si bien se pone en preeminencia el respeto a estos derechos fundamentales en
materia tributaria, la no consignación legislativa no le hubiera dado menor protección pues el solo hecho de haberse
consignado en la Constitución una lista (en nuestro entender “abierta”) de derechos fundamentales ya les confiere rango
constitucional y, en consecuencia, la mayor protección que ellos puedan requerir. En otras palabras, no era necesario dicha
declaración, técnicamente hablando. Al margen de ello, creemos que es justificable su incorporación porque ofrece
garantía a los contribuyentes, dado que los derechos fundamentales de la persona podrían verse afectados por abusos en la
tributación”.
De otro lado, es importante comentar que la Comisión de Estudios de Bases de Reforma de la Constitución, en la separata
especial publicada en el diario el Peruano el 26 de julio del año 2001 en lo relacionado a los principios indica lo siguiente:
“Límites al ejercicio de la potestad tributaria. La potestad tributaria, para ser legítima, tiene que ser ejercida respetando
los derechos fundamentales de las personas, lo cual se garantiza mediante la incorporación de los principios de observancia
obligatoria. Se sugiere que los siguientes principios deban ser i) Legalidad, ii) Igualdad, iii) Generalidad, iv) No
Confiscatoriedad.
Como podemos apreciar, no se señala al respeto a los derechos fundamentales como un principio más, sino como el
requisito indispensable para que la potestad tributaria sea legítima.
Asimismo, y como hemos señalado anteriormente, hay principios explícitos y otros implícitos, veamos algunos que aunque
no estén contemplados en forma expresa en el artículo 74 de la Constitución vigente, constituyen principios implícitos:
Conocida también como capacidad económica de la obligación, consiste como dice el profesor Francisco Ruiz de Castilla
“en la aptitud económica que tienen las personas y empresas para asumir cargas tributarias” 16, tomando en cuenta la
riqueza que dicho sujeto ostenta. Impone también respetar niveles económicos mínimos, calificar como hipótesis de
incidencia circunstancias adecuadas y cuantificar las obligaciones tributarias sin exceder la capacidad de pago.
1. Absoluta: aptitud abstracta que tienen determinadas personas para concurrir a los tributos creados por el estado en
ejercicio de su potestad tributaria. Este tipo de capacidad contributiva se toma en cuenta en el momento en el que el
legislador delimita los presupuestos de hecho de la norma tributaria.
2. Relativa: Es aquella que orienta la determinación de la carga tributaria en forma concreta. Este tipo de capacidad
contributiva, permite fijar cuales son los elementos de la cuantificación de la deuda tributaria.
La persona que esta apta económicamente para pagar impuestos debe contribuir, el que tiene riqueza solo para cubrir sus
necesidades vitales y las de su familia, carece de capacidad contributiva, por el contrario, la existencia de grandes
utilidades constituye evidencia de capacidad contributiva, por ejemplo.
Para calcular la capacidad contributiva el legislador toma como índice los ingresos, rentas, incrementos patrimoniales
debidamente comprobados de la totalidad o de una parte constitutiva del patrimonio del sujeto deudor tributario, también
la producción de bienes, venta de bienes, consumo de bienes o servicios hace presumir un nivel de riqueza como índice de
capacidad contributiva.
De otro lado, el principio de capacidad contributiva exige una exteriorización de riqueza, o renta real o potencial que
legitime la imposición, es por ello que el principio de no confiscatoriedad, al fijar la medida en que el tributo puede
absolver esa riqueza, subraya la existencia de capacidad económica como presupuesto de la imposición tributaria. De tal
manera que tiene que existir necesariamente capacidad económica para que exista imposición tributaria. Esto es
justamente a nuestro modo de ver la razón por la cual existen deducciones en algunos impuestos, como es el caso del
Impuesto a la Renta, debemos entender que las deducciones (así sean presuntas) deben satisfacer las condiciones mínimas
de subsistencia del contribuyente o de este y de su familia.
Este principio establece que las normas tributarias deben ser debidamente publicadas para poder tener vigencia.
Este principio está muy relacionado con la vigencia de las normas, ya que sin publicación no hay vigencia, y por tanto,
tampoco eficacia. En el caso peruano existe un problema que afortunadamente ya fue resuelto. Este consistía en lo
siguiente:
El artículo 51 de la Constitución vigente señala que “…. La publicidad es esencial para la vigencia de toda norma del
Estado”
Promulgación y Publicación
La promulgación es el acto por el cual el Jefe de Estado firma el proyecto que le ha sido enviado por el congreso.
Se entiende que con la promulgación el Jefe de Estado le atestigua la existencia de la ley y ordena a las autoridades que la
cumplan y hagan cumplir en todas sus partes, así como dispone la publicación como el requisito indispensable para que una
norma exista y sea de obligatorio cumplimiento.
Así, el artículo 108 de la Constitución vigente establece que “La ley aprobada según lo previsto por la Constitución, se
envía al Presidente de la República para su promulgación dentro de un plazo de quince días….”
En relación a la publicidad, la Ley Orgánica de Regiones (Ley 27867), señala en su artículo 42 que “La norma regional de
alcance general (Ordenanza Regional) es obligatoria desde el día siguiente de su publicación en el diario Oficial el Peruano,
salvo plazo distinto expresamente señalado en la misma, debiendo publicarse además en el diario encargado de las
publicaciones judiciales en la capital de la Región….”
En este mismo sentido, señala el artículo 44 de la Ley Orgánica de Municipalidades vigente ( Ley 27972) que “Las
ordenanzas… deben ser publicados en el diario Oficial El Peruano… o en el diario encargado de las publicaciones judiciales
de cada jurisdicción…. Las normas municipales rigen a partir del día siguiente de su publicación, salvo que la propia norma
postergue su vigencia. No surten efecto las normas que no hayan cumplido con el requisito de la publicación o difusión…”
En relación a la publicación, es hacer de conocimiento de todos los ciudadanos una ley que ha sido previamente suscrita o
por el Jefe de Estado o el Presidente del Congreso, de ser el caso. Es poner en conocimiento del público en general, de los
ciudadanos, el texto ya promulgado, y tiene lugar mediante la inserción de la norma jurídica en el diario oficial.
En este mismo orden de ideas, el artículo 51 de la Constitución vigente establece que “…..La publicidad es esencial para la
vigencia de toda norma del Estado”, y finalmente recordemos el artículo 109 “La ley es obligatoria desde el día siguiente
de su publicación en el diario oficial, salvo disposición contraria de la misma ley que posterga su vigencia en todo o en
parte”.
Luego de tener clara la diferencia entre promulgación y publicación, veamos el artículo 74 tercer párrafo de la Constitución
“…Las leyes relativas a tributos de periodicidad anual rigen a partir del primero de enero del año siguiente a su
promulgación…”
De lo señalado anteriormente, debemos entender para todos los efectos que (caso del artículo 74) no se trata de la
promulgación, sino de la publicación de la ley.
Como podemos apreciar, la redacción del artículo 74 no es clara, cuando señala año siguiente a “su promulgación”, en
realidad no es relevante la fecha de la promulgación, sino la fecha en que la norma aparece publicada. Ya que, en el
entendido de una norma sobre temas sustantivos del Impuesto a la Renta (tributo de periodicidad anual), que sea
promulgada por el presidente de la república el 31 de diciembre del año A y publicada el 5 de enero del año B, va entrar en
vigencia el primer día de enero siguiente al año de su publicación y no de su promulgación.
Asimismo, debemos señalar que, aunque no es técnicamente correcto hablar de promulgación, sino publicación, sabemos
que por lo general se entiende que una y otra (la promulgación y publicación de una Ley) son actos indisolubles, ya que,
cuando el Presidente promulga una ley, la manda inmediatamente a publicar, de lo contrario no la promulgaría. No
obstante ello, el legislador nuevamente desaprovecha esta oportunidad para efectuar una modificación necesaria, ya no
señalar promulgación sino publicación.
Consiste en que la imposición del tributo mediante la norma debe ser justa, entendiendo justicia como razonable.
El principio de equidad tiene su antecedente en el principio de justicia formulado por Adam Smith, así se precisa que “Los
súbditos de cada Estado deben contribuir al sostenimiento del gobierno en una proporción lo más cercana posible a sus
respectivas capacidades: es decir, en proporción a los ingresos de que gozan bajo la protección del Estado. Justamente de
la observancia o menosprecio de esa máxima depende lo que se llama equidad o falta de equidad en los impuestos” 17
Como señala el profesor Ruiz de Castilla, dentro de las características del sistema tributario se debe respetar el principio
de equidad, lo cual significa que el tributo debe guardar proporciones razonables; y en relación a la presión tributaria, la
equidad significa que debe existir una relación prudente entre el total de ingresos de los contribuyentes y la porción que de
éstos se detrae para destinarla al pago de tributos; en relación a las clases de equidad, el profesor indica que hay equidad
horizontal y equidad vertical, entendiendo como equidad horizontal que aquellos contribuyentes que se encuentran en una
misma situación deben soportar idéntica carga tributaria, a diferencia de la equidad vertical, que implica que los
contribuyentes que tienen menor capacidad contributiva asuman menor presión tributaria, mientras que los contribuyentes
que poseen una mayor riqueza deben soportar una carga tributaria más elevada 18
Mediante este principio las normas tributarias no pueden resultar inoportunas, en el sentido que para el cumplimiento de
estas en la recaudación no pueden generar un gasto mayor que el que por la vía del tributo se obtiene; es decir, si el
cumplimiento de la norma genera mucho gasto, tanto que es mayor a lo que se obtendrían por el ingreso de ese tributo,
entonces la norma viola el principio de economía en la recaudación.
Evidentemente la recaudación es la función más importante que debe cumplir la Administración Tributaria, y ello genera
evidentemente un gasto al poner en movimiento toda la maquinaria de la Administración para poder recaudar determinado
tributo, entonces, de lo que se trata es que el monto recaudado por un tributo sea mayor al monto que se gasta para
recaudar este, de lo contrario no tendría ningún efecto que la norma se cumpla, ya que en lugar de recaudación, lo que se
generaría sería un mayor gasto para la Administración, que finalmente se convertiría en un gasto tributario, por decir lo
menos absurdo.
Consiste en que la norma tributaria debe ser clara y precisa, debe determinar con precisión el sujeto, el hecho imponible,
la base imponible, la alícuota, fecha, plazo y modalidades de pago, exenciones y beneficios en general, infracciones
posibles, sanciones aplicables y recursos legales que proceden frente a una actuación ilegal de la administración.
En este sentido, las normas tributarias deben ser claras y entendibles, que excluyan toda duda sobre los derechos y deberes
de los contribuyentes, que sean simples de entender
Así lo señala el profesor Ruiz de Castilla, un sistema tributario debe respetar. El principio de simplicidad, ya que los
tributos se deben traducir en fórmulas que ser las más elementales posibles, para facilitar su entendimiento y aplicación
por parte de los contribuyentes y para propiciar la eficiencia de la Administración Tributaria. En este mismo sentido,
advierte el profesor Ruiz de Castilla que “a lo largo de la historia, se advierte una constante tensión entre los principios de
equidad y de simplicidad. Es difícil lograr sistemas tributarios que ofrezcan un equilibrio perfecto entre la equidad y la
simplicidad. Los sistemas tributarios deben tener una estructura justa. La idea de justicia distributiva dice que se debe dar
a cada uno lo que le corresponde. La asignación de cargas tributarias para los contribuyentes tiene que ser razonable. La
paradoja es que cuanto más esfuerzos hace el legislador para llegar a fórmulas impositivas justas, las reglas resultan más
numerosas y complicadas, alejándose del ideal de simplicidad…” 19
Lamentablemente en nuestro país el principio de simplicidad es casi un imposible, ya que las normas tributarias que
regulan los tributos más sencillos como los Municipales por ejemplo, no son lo suficientemente sencillas para que un
contribuyente pueda conocerla, entenderla y cumplirla, sin necesidad de buscar a un especialista en la materia. Más aún,
hay algunas normas de naturaleza tributaria como por ejemplo la Declaración de Predios, que en lugar de facilitar su
cumplimiento, lo complican por la falta de simplicidad en el sistema.
La obligación tributaria.
CONCEPTO DE LA OBLIGACION TRIBUTARIA (1).
La obligación tributaria, que es de derecho público, es el vínculo entre el acreedor y el deudor
tributario, establecido por ley, que tiene por objeto el cumplimiento de la prestación tributaria, siendo
exigible coactivamente.
Tratándose de tributos administrados por la SUNAT, desde el día siguiente al vencimiento del plazo
fijado en el Artículo 29º de este Código o en la oportunidad prevista en las normas especiales en el
supuesto contemplado en el inciso e) de dicho artículo.
2. Cuando deba ser determinada por la Administración Tributaria, desde el día siguiente al vencimiento
del plazo para el pago que figure en la resolución que contenga la determinación de la deuda
tributaria. A falta de este plazo, a partir del décimo sexto día siguiente al de su notificación.
CONTRIBUYENTE (8)
Contribuyente es aquél que realiza, o respecto del cual se produce el hecho generador de la obligación
tributaria.
RESPONSABLE (9)
Responsable es aquél que, sin tener la condición de contribuyente, debe cumplir la obligación atribuida
a éste.
Cuando no sea posible realizar la notificación en el domicilio procesal fijado por el sujeto obligado a
inscribirse ante la Administración Tributaria, ésta realizará las notificaciones que correspondan en el
domicilio fiscal.
El procedimiento contencioso tributario se encuentra integrado por aquellos procedimientos administrativos en donde
desde el inicio existe una disputa o litigio entre el contribuyente y el órgano administrador del tributo relacionado a la
determinación de la deuda tributaria.
A través de dichos procedimientos, el contribuyente presenta sus recursos administrativos como medios de defensa
contra un acto administrativo con la finalidad que el mismo sea revocado o dejado sin efecto. A su vez, el procedimiento
contencioso tributario tiene como característica fundamental la doble instancia administrativa, siendo el órgano
encargado de resolver en última instancia el Tribunal Fiscal.
Nuestro Código Tributario en sus artículos 124 al 156 regula el procedimiento contencioso tributario, distinguiendo
dos etapas al interior de dicho procedimiento: i) La etapa de reclamación ante la SUNAT o ante cualquier otra
Administración Tributaria, como pueden ser las municipalidades; y, ii) La etapa de apelación ante el Tribunal Fiscal,
siendo éste la última instancia administrativa en materia tributaria.
En estas etapas administrativas, el Código Tributario prevé la actuación de medios probatorios por parte del
contribuyente y por parte del órgano encargado de resolver, sea la SUNAT o el Tribunal Fiscal. Asimismo, se establece
que el procedimiento concluye con la emisión de una resolución que exprese los fundamentos de hecho y de derecho
que le sirven de base y decide sobre las cuestiones planteadas.
La reclamación constituye la primera etapa del procedimiento contencioso tributario. El inicio de dicho procedimiento
tiene por finalidad que la entidad que emitió el acto administrativo materia de impugnación proceda a su revocación.
Sobre el particular, el Código Tributario señala que los deudores tributarios directamente afectados por actos de la
Administración Tributaria podrán interponer reclamación. En este sentido, apreciamos que la facultad de interponer
reclamación constituye un derecho que a su vez se fundamenta en la facultad de contradecir los actos administrativos,
según los reconoce la propia Ley del Procedimiento Administrativo General.
En la etapa se observa que la Administración Tributaria actúa-como parte y órgano resolutor, situación que no se
produce en la siguiente etapa administrativa según observamos a continuación.
Esta etapa se inicia con la presentación del recurso de apelación que constituye aquel medio impugnatorio
presentado por el contribuyente en caso se declare improcedente la reclamación interpuesta en primera instancia ante-la
Administración Tributaria.
Este recurso deberá ser presentado ante la propia administración tributaria para que esta proceda a verificar los
requisitos de admisibilidad y posteriormente es elevado al Tribunal Fiscal para su resolución.
La etapa de apelación ante el Tribunal pone fin a la instancia administrativa, teniendo el deudor tributario la facultad
de solicitar la revisión del acto administrativo emitido por el Tribunal Fiscal en la vía judicial mediante el proceso
contencioso administrativo.
Cada una de las etapas que conforman el procedimiento contencioso tributario será desarrollada de una manera
detallada en el capítulo referente al procedimiento contencioso tributario.
El procedimiento no contencioso
1.- Generalidades
Los procedimientos no contenciosos comprenden a aquellos procedimientos en donde, al iniciarse, no significan un
conflicto de intereses entre el deudor tributario y la Administración Tributaria, sino que lo que persiguen los deudores
tributarios a través de dichos procedimientos es la emisión o realización de un acto administrativo destinado al
reconocimiento de un derecho o el otorgamiento de una autorización.
Cabe señalar que los procedimientos no contenciosos son llamados asi porque, como dijimos anteriormente, al inicio
no importan un conflicto de intereses entre los deudores tributarios y el órgano administrador del tributo; sin embargo, ello
no impide que ante la denegatoria de una solicitud o autorización por parte de la entidad, posteriormente el procedimiento
no contencioso devengue en un procedimiento contencioso.
Los procedimientos no contenciosos están integrados por las solicitudes (compensación, prescripción, etc.),
autorizaciones (Inscripción en el Registro de las Imprentas Autorizadas, Alta de Maquinas Registradores, etc.) y
comunicaciones (Comunicación de pérdida de libros contables, comunicación de emisión de acciones, etc.).
Este tipo de procedimientos, como su nombre mismo lo indica se en encuentran relacionados a aquellas solicitudes
vinculadas a la determinación de la obligación tributaria. Es decir, son procedimientos relacionados al acto a través del
cual el contribuyente fija la cuantía del tributo y lo hace exigible.
Ejemplos de estos procedimientos lo constituyen las solicitudes de prescripción de la obligación tributaria, la
compensación o la devolución de un saldo a favor, en los que la materia que se discute se encuentra estrictamente
vinculada a la determinación de la deuda tributaria.
2.1.2.- Características
Los procedimientos no contenciosos vinculados a la determinación de la obligación tributaria revisten las siguientes
características:
i) Deben ser resueltos y notificados en un plazo no mayor de cuarenta y cinco (45) días hábiles. i¡)
Contra las resoluciones denegatorias proceden los siguientes medios impúgnatorios:
Recurso de reclamación, de tratarse de solicitudes de devolución.
Recurso de apelación ante el Tribunal Fiscal tratándose de otras solicitudes, iii) En la generalidad de los casos, estos
procedimientos se encuentran sujetos a silencio administrativo negativo, con excepción de la renuncia a la exoneración
del Apéndice I del TUO de la Ley del IGV e ISC.
2.2.2 Características
Los procedimientos no contenciosos no vinculados a la determinación de la obligación tributaría revisten las
siguientes características:
(i) Se rigen básicamente por las normas contenidas en la Ley del Procedimiento Administrativo General.
(ii) Deben ser resueltas y notificadas en un plazo no mayor de treinta (30) días hábiles, salvo regulación especial
distinta.
(¡ii) Contra las resoluciones que ponen fin al procedimiento procede la presentación de los medios impúgnatenos
regulados en la Ley del Procedimiento Administrativo General, según sea el caso: El recurso de reconsideración El
recurso de apelación. El recurso de revisión.
Existe en la doctrina dos tipos de control del accionar de la administración Tributaria. A saber:
A) El sistema de doble jurisdicción, en donde la controversia que pueden tener los particulares con la Administración
Pública puede ser llevado ante Tribunales dependientes de la propia Administración Pública, o ante tribunales
dependientes del Poder Judicial.
B) El sistema de jurisdicción única, en donde sea cual fuere la materia de la controversia existente entre partes, y aún
cuando alguna de ellas, sea el propio listado, siempre el conflicto se somete a resolución de tribunales dependientes
del Poder Judicial.
En nuestro medio, el criterio adoptado por nuestra legislaciones el de doble vía o jurisdicción, esto es, una
primera fase a la que denominamos administrativa, en la que el deudor tributario puede formular el reclamo
correspondiente contra el acto administrativo ante el mismo órgano administrador del tributo que la expidió a efectos que
reconsidere su actuación, y que además incluye el conocimiento en segunda y ultima instancia administrativa por un
órgano colegiado, Tribunal Fiscal en vía de apelación.
Y, una segunda fase judicial cuya regulación procedimental está dada por la Ley 27584 - Ley que. Regula el
proceso contencioso administrativo que concordante con. el TUO del Código Tributario aprobado por Decreto Supremo
N" 135-99-EF establece que cuando se trata de una impugnación a Resoluciones expedidas por el Tribunal Fisca les
competente en primera instancia la Sala Contencioso Administrativa de la Corte Superior respectiva, resolviendo en vía
de apelación la Sala Civil de ía Corte Suprema.
Aquella primera fase administrativa a que aludimos es la que denomina nuestra legislación PROCEDIMIENTO
CONTENCIOSO TRIBUTARIO regulada en el capítulo III del Libro 3 denominado Procedimientos Tributarios del Código
Tributario.
Por procedimiento contencioso tributario entendemos siguiendo Arturo PRADO como el conjunto de actos
administrativos que inducen a la solución de una controversia entre la Administración Tributaria y el deudor tributario.
El objetivo de este procedimiento es el de resolver un litigio promovido por el deudor tributario ante los órganos
resolutores para la resolución de una determinada cuestión litigiosa vinculada con las partes de la relación jurídica
tributaria.
Ahora bien, las etapas del Procedimiento Contencioso-Tributario, de acuerdo al artículo 124° de dicho cuerpo
legal, son:
£Q La reclamación ante la Administración Tributaria.
b) La apelación ante el Tribunal Fiscal.
Tal como se aprecia, nuestra legislación tributaria plantea dos recursos impugnativos de carácter administrativo
de los que puede hacer uso el deudor tributario afectado con un acto administrativo del órgano administrador del tributo.
Este derecho de impugnación por parte de los particulares lo tenemos consagrado en el artículo 92° inciso d) del mismo
cuerpo legal que faculta al deudor tributario a formular el reclamo y la apelación correspondiente.
En principio, se establece que inicialmente debe plantearse el recurso de reclamación ante el órgano
administrador del tributo cuyo conocimiento en primera instancia corresponde a la SUNAT (respecto de los tributos que
administre), los Gobiernos Locales y otros señalados por ley.
Contra lo resuelto por la Administración Tributaria, ya sea desfavorable en todo o en parte, el deudor tributario tiene
expedito el derecho derecho de impugnar vía recurso de apelación ante el Tribunal Fiscal en segunda y última instancia
administrativa. Técnicamente con la resolución de dicho órgano colegiado se da fin a la vía administrativa que
comentamos anteriormente que no es otra que la conclusión del procedimiento contencioso tributario para dar lugar a otra vía de
carácter judicial denominada Proceso Contencioso Administrativo.
De modo general, se garantiza el derecho del contribuyente ala doble instancia; sin embargo, el artículo 124° en comento señala la
posibilidad de que existan hasta tres instancias al señalar que cuando la resolución sobre las reclamaciones haya sido emitida por
órgano sometido a jerarquía, los reclamantes deberán apelar ante el superior jerárquico antes de recurrir al Tribunal Fiscal y que en
ningún caso podrá haber más de dos instancias antes de recurrir al Tribunal Fiscal.
En el caso de las administraciones tributarias SUNAT y Municipalidades Provinciales y Distritales únicamente existe la doble
instancia. Sin embargo, anteriormente, cuando se tenía que recurrir de una resolución expedida por la Municipalidad Distrital
correspondía impugnar la mismatante la Municipalidad Provincial respectiva antes de recurrir al Tribunal-Fiscal. Este criterio ha sido
variado por Acuerdo de Sala Plena № 2003-12 de dicho órgano colegiado al sostener que desde la entrada en vigencia de la Ley
Orgánica de Municipalidades, Ley № 27972, el Tribunal Fiscal es el órgano competente para conocer las apelaciones formuladas contra
las resoluciones emitidas por las municipalidades distritales dentro del procedimiento contencioso, toda vez que dicha norma suprimió el
texto del artículo 96 de la Ley Orgánica de Municipalidades № 23853. Agrega, que las apelaciones formuladas contra resoluciones
emitidas por las municipalidades distritales dentro de un procedimiento contencioso y que se encontrasen en trámite a la fecha de
entrada en vigencia de la Ley Orgánica de Municipalidades, Ley № 27972, deben ser resueltas por las municipalidades provinciales.
2.1. Noción
La prueba puede ser definida como la «demostración de la verdad de una afirmación, de la existencia de una cosa o de la realidad de un
hecho. Cabal refutación, de una falsedad. Comprobación. Razón, argumento, declaración, documento u otro medio para patentizar la
verdad o la falsedad de algo.
Sin embargo, existe una distinción entre la prueba y los medios probatorios, porque si bien el primero es la demostración, legal
de la verdad de un hecho, en cambio los segundos son instrumentos que emplean los impugnantes u ordena la Administración Tributaria
para obtenerse de él suficientes razones para producir convicción en el resolutor pero también puede suceder que ella no representen
ninguna prueba. Esto es, los medios probatorios en tanto instrumentos pueden no probar algo.
2.2. Requisitos
Los requisitos o condiciones que deben reunir los medios probatorios para que las mismas resulten aptas jurídicamente, a
nuestro entender, son:
• La legalidad, en tanto que el medio probatorio debe estar admitido por la ley tributaria, esto es, que no cabe admitir
aquellas no previstas en el ordenamiento jurídico tributario.
• La oportunidad, toda vez que el ofrecimiento del medio probatorio y su actuación dentro del procedimiento
contencioso tributario deben realizarse en los plazos establecidos en la ley tributaria.
• La utilidad de la prueba, en tanto que debe servir para lograr el esclarecimiento de la cuestión a resolver y de
sustento o fundamento de las resoluciones de la Administración Tributaria.
• La pertinencia de la prueba, esto es, que deben estar referidos a los hechos controvertidos, y que tengan íntima
vinculación con estos.
Si bien en el Código Tributario no encontramos ninguna disposición que regule este extremo tales requisitos se desprenden
de las normas procesales de carácter civil al cual debemos remitimos supletoriamente.
En principio, de modo general, la carga de probar corresponde a quien afirma los hechos ya sean los expuestos en el recurso
de reclamo o en uno de apelación, en consecuencia. Interesa al deudor
tributario desvirtuar las determinaciones u reparos efectuados y las sanciones impuestas por la Administración
Tributaria y, en ese sentido, se encontrará motivado a ofrecer las pruebas que le favorezcan y su ulterior actuación.
Sin embargo, a pesar de ello, dado que la carga de la prueba se rige por el principio de impulso de oficio
conforme lo prescribe el artículo 162 de la Ley del Procedimiento Administrativo General, también deviene en obligación
de la Administración Tributaria aportar y actuar pruebas que correspondan para el esclarecimiento de la cuestión en
función a los hechos planteados.
a) Los documentos: Según Jorge CARDOSO el documento es: "cualquier cosa que siendo susceptible de ser percibido por
la vista o el oído, o por ambos, sirve por sí misma para ilustrar o comprobar, por vía de representación, la existencia de
un hecho cualquiera o la exteriorización de un acto humano".
Nos parece acertada la propuesta conceptual que esboza e! citado procesalista, mucha más amplia, que no se
circunscribe, únicamente, a considerarla como aquél medio probatorio que consta por «escrito» sino a cualquier otro
objeto capaz de acreditar, algún suceso o acontecimiento que, en nuestra materia tenga incidencia o implicancia
tributaria.
No existe disposición expresa en el Código Tributario que establezca cuáles son las clases de documentos, sin.
Embargo, en aplicación de la NORMA IX del Título Preliminar de este cuerpo legal es necesario recurrir a normas
jurídicas distintas a las tributarias, esto es, al Código Procesal Civil que en su artículo 234° precisa que son documentos:
"los escritos públicos o privados, los impresos, fotocopias, facsímil o fax, planos, cuadros, dibujos, fotografías,
radiografías, cintas cinematográficas, microformas tanto en la modalidad de microfilm como en la modalidad de soportes
informáticos, y otras reproducciones de audio o video, la telemática en general y demás objetos que recojan, contengan
o representen algún hecho, o una actividad humana o su resultado".
La legislación procesal citada establece una distinción en sus artículos 235" y 236°, atendiendo a la más
importante clasificación de documentos según su fuente, entre documentos públicos y privados.
Así, es documento público: El otorgado por funcionario público en ejercicio de sus atribuciones; y 2° La escritura
pública y demás documentos otorgados ante o por notario público, según la ley de la materia". En cambio los documentos
privados son aquellos "que no tienen la característica del docuemento público".
En materia tributaria, los documentos pueden ser, entre otros los siguientes: "Los libros, registros y/o documentos
que sustenten la contabilidad y/o que se encuentren relacionados con hechos susceptibles de generar obligaciones
tributarias llevados de acuerdo con las normas correspondientes o la documentación relacionada con hechos
susceptibles de generar obligaciones tributarias en el supuesto de deudores tributarios que de acuerdo a las normas
legales no se encuentren obligados a llevar contabilidad.
• Los documentos y correspondencia comercial relacionada con hechos susceptibles de generar
obligaciones tributarias.
• Informes y análisis relacionados con hechos susceptibles de generar obligaciones tributarias.
• Soportes portadores de microformas gravadas o de los soportes magnéticos u otros medios de
almacenamiento de información utilizados en sus aplicaciones que incluyan datos vinculados con la materia
imponible (cuando las operaciones contables se lleven mediante sistemas de procesamiento electrónico de datos o
sistemas de microarchivos).
• Información o documentación relacionada con el equipamiento informático incluyendo programas fuente,
diseño y programación utilizados y de las aplicaciones implantadas, ya sea que el procesamiento se desarrolle en
equipos propios o alquilados o, que el servicio sea prestado por un tercero.
• Los comprobantes de pago u otros considerados como tales.
• Las declaraciones tributarias u otras comunicaciones.
• Informaciones y exhibición y/o presentación a cargo de terceros de sus libros, registros, documentos,
emisión y uso de tarjetas de crédito o afines y correspondencia comercial relacionada con hechos eme determinen
tributación.
• Informaciones técnicas o peritajes realizados por terceros, etc., entre otros.
Si bien los documentos privados son admisibles, sin embargo es necesario advertir que los mismos tendrán el valor que
les asigne el órgano resolutor dado que estos, por sí solos no otorgan certeza ó veracidad sino de la apreciación
conjunta que se tenga con otros medios de prueba.
Distinto es el caso de los llamados documentos privados de fecha cierta al que se le atribuye eficacia jurídica desde:
• La muerte del otorgante;
• La presentación del documento ante funcionario público;
• La presentación del documento ante notario público, para que certifique la fecha o legalice las firmas;
• La difusión a través de un medio público de fecha determinada o determinable; y
• Otros casos análogos.
b) La pericia: La pericia es aquel medio de prueba que "procede cuando la apreciación de los hechos
controvertidos requiere de conocimientos especiales de naturaleza científica, tecnológica, artística, u
otra análoga".
En ese sentido, el aporte de este medio de prueba va a resultar Útilísimo para producir convicción en el resolutor
de la Administración Tributaria para la resolución del caso concreto porque va a dar luces sobre un hecho
controvertido que requiere de conocimientos especializados. En algunos casos, la participación de un tercero como
es el caso del perito resulta importante. Por ejemplo, para admitir como gasto deducible para efectos del Impuesto a
la Renta las mermas de existencias, se requiere que el contribuyente acredite el mismo con un informe técnico
emitido por un profesional independiente, competente y colegiado o por el organismo técnico competente, debiendo
contener en dicho informe por lo menos la metodología empleada y las pruebas realizadas.
Otro supuesto, según la legislación peruana sobre imposición a la renta, está referida al cálculo de la
depreciación, la cual debe aplicarse según el porcentaje dispuesto por ley, sin embargo, se admite la posibilidad de
que se autoricen porcentajes de depreciación mayores a las establecidas a solicitud del interesado y siempre que éste
demuestre fehacientemente que en virtud de la naturaleza y características de la explotación o del uso dado al bien, la
vida útil real del mismo es distinta a la asignada por ley. En este caso, la solicitud para la autorización de cambio de
porcentaje máximo de depreciación anual debe estar sustentada mediante informe técnico que, a juicio de la SUNAT,
sea suficiente para estimar la vida útil de 1os bienes materia de la depreciación, así como la capacidad productiva de
los mismos, debiendo estar dicho informe técnico dictaminado por profesional competente y colegiado o por el
organismo técnico competente.
Si bien el deudor tributario está facultado para ofrecer la prueba pericial el costo que signifique la designación de
los peritos y la realización del peritaje será asumido por él, para tal efecto, en el momento de la proposición deberá
indicar los aspectos técnicos sobre los que deben pronunciarse.
c) La inspección: La inspección es aquel medio de prueba por el cual el órgano resolutor en forma
directa y mediante sus sentidos puede apreciar los hechos materia de controversia tributaria.
Esta inspección puede practicarse en los locales ocupados (domicilio principal y los denominados
establecimientos anexos: agencias, sucursales, depósitos, centros de producción, locales comerciales o de servicios)
bajo cualquier título, por los deudores tributarios así como en los medios de transporte; y pueden recaer sobre bienes
o documentos contables y/o tributarios o cualesquiera relacionados con la tributación que se encuentren en ellas.
En ese sentido, el numeral 4) de artículo 62° del Código tributario establece que la Administración Tributaria
tiene facultades discrecionales para: «solicitar la comparecencia de los deudores tributarios o terceros para que
proporcionen la información que se estime necesaria, otorgando un plazo no menor de cinco (5) días hábiles, más el
término de la distancia de ser el caso». Agregando que «las manifestaciones obtenidas en virtud de la citada facultad
deberán ser valoradas por los órganos competentes en los procedimientos tributarios".
Asimismo, en cuanto a la citación que debe ponerse en conocimiento del deudor tributario o del tercero se
precisa que el mismo: "deberá contener como datos mínimos, el objeto y asunto de ésta, la identificación del deudor
tributario o tercero, la fecha y hora en que deberá concurrir a las oficinas de la Administración Tributaria, la dirección
de esta última y el fundamento y/o disposición legal respectivos".
Sin embargo, cabe indicar que es posible que en el acto mismo de la inspección el personal de la Administración
Tributaria en uso de las facultades conferidas por ley proceda a tomar declaraciones al deudor tributario, a su
representante o a los terceros que se encuentren en los locales o medios de transporte inspeccionados, las mismas
que serán valoradas por los órganos resolutores competentes.
No está demás advertir que cuando se solicite la comparecencia del deudor tributario que se hace extensivo al
tercero éste tiene derecho a contar con el asesoramiento particular que consideren necesario, así como a que se le
haga entrega de la copia del acta respectiva luego de finalizado el acto y a su sola solicitud verbal o escrita, tal como
lo prescribe el artículo 92" inciso m) del Código Tributario.
RECURSO DE RECLAMACIÓN
1.- Nociones preliminares
El procedimiento contencioso tributario se caracteriza fundamentalmente porque el mismo tiene como
antecedente inmediato la existencia de una disputa o litigio entre el deudor tributario y el órgano administrador del
tributo relacionado con la determinación de la deuda tributaria.
Asimismo, dicho procedimiento tiene como segunda característica común a nuestro sistema de administración
de justicia la pluralidad de la instancia. En virtud a este principio es que nuestro Código Tributario, al regular el
procedimiento contencioso tributario, distingue dos etapas perfectamente diferenciadas: la reclamación ante la
Administración Tributaria, y la apelación ante el Tribunal Fiscal, siendo la reclamación la primera etapa en la
instancia administrativa en materia tributaria.
El Código Tributario en su artículo 92 reconoce a la reclamación como un derecho del administrado en virtud
del cual éste tiene la facultad de cuestionar los actos de la Administración Tributaria con la finalidad que los mismos
se dejen sin efecto. Por su parte, el artículo 132 del citado código reconoce también al recurso de reclamación
como un medio impugnatorio que se interpone ante el mismo órgano que emitió el acto administrativo cuestionado,
con la finalidad que éste proceda a su revisión.
Dicho procedimiento concluye con la emisión de una resolución que debe expresar los fundamentos de
hecho y de derecho que le sirven de base para la resolución de las cuestiones planteadas.
Es importante señalar que de conformidad con la Segunda Disposición Transitoria del Decreto Legislativo N °
953 el ESSALUD y la ONP son órganos resolutores respecto de los procedimientos contenciosos y no
contenciosos correspondientes a las aportaciones a la Seguridad Social anteriores a julio de 1999, de acuerdo a lo
establecido por el Decreto Supremo N.° 039-2001-EF.
a) Presentación de escrito fundamentado y autorizado por letrado en los lugares donde la defensa
fuera
cautiva
Dicho escrito deberá contener el nombre del abogado que lo autoriza, su firma y número de registro
hábil. La habilitación se acreditará con la constancia emitida por el Colegio de Abogados correspondiente.
Asimismo, a dicho escrito se le deberá adjuntar la Hoja de Información Sumaria o Formulario N ° 6000
y su Anexo Formulario N.° 6001, de ser el caso.
Tratándose de reclamaciones contra resoluciones de diversa naturaleza, el deudor tributario tendrá la
facultad de interponer reclamación en forma conjunta respecto de resoluciones de determinación, resoluciones
de multa u órdenes de pago, siempre que éstas tengan vinculación directa entre sí.
Los recursos de reclamación deberán ser interpuestos tomando en consideración los siguientes plazos:
Este requisito se deberá cumplir únicamente en los casos en los que se interpongan reclamaciones
contra resoluciones de determinación y de multa vencido el plazo de veinte (20) días hábiles.
Para tal efecto, deberá acreditarse el pago de la totalidad de la deuda tributaria que se reclama,
actualizada hasta la fecha de pago, o presentar carta fianza bancada o financiera por el monto de la deuda
actualizada hasta por seis (6) meses posteriores a la fecha de la interposición de la reclamación, con una
vigencia de seis (6) meses, debiendo renovarse por períodos similares.
El artículo 23 del Código Tributario dispone que para la interposición de medios impugnáronos la
persona que actúe en nombre del titular deberá acreditar su representación mediante poder por documento
público o privado con firma legalizada notarialmente o por fedatario designado por la Administración Tributaria.
Sin perjuicio de lo anterior, la falta o insuficiencia del poder no impedirá que se tenga por presentado el recurso
cuando:
• La Administración Tributaria pueda subsanarlo de oficio, o
• En su defecto, el deudor tributario acompañe el poder o subsane el defecto dentro del término de quince (15)
días hábiles, plazo que deberá ser concedido para este fin por la Administración Tributaria. Cuando el caso lo
amerite, ésta podrá prorrogar dicho plazo por uno igual.
Tratándose de las resoluciones que establezcan sanciones de comiso de bienes, internamiento temporal
de vehículos y cierre temporal de establecimiento u oficina de profesionales independientes, así como las
resoluciones que las sustituyan las reclamaciones podrán ser presentadas en la mesa de partes antes indicada o
en mesa de partes de la jurisdicción en donde se detectó la infracción.
Los documentos. De conformidad con la Tercera Disposición Final del Decreto Legislativo N.° 953 es de
entenderse que cuando el Código Tributario hace referencia al término «documento» se alude a todo escrito u
objeto que sirve para acreditar un hecho y en consecuencia al que se le aplica en lo pertinente lo señalado en el
Código Procesal Civil.
De esta manera, el Código Tributario además de recoger una definición de documento, realiza una
remisión normativa a las disposiciones del Código Procesal Civil (arts. 233 - 261) en aplicación de lo dispuesto
por la Norma IX del Título Preliminar del Código Tributario.
La pericia. De acuerdo con el artículo 262 del Código Procesal Civil la pericia procede cuando la apreciación de
los hechos controvertidos requiere de conocimientos especiales de naturaleza científica, tecnológica, artística u
otra análoga.
En cuanto a los requisitos de la pericia el artículo 263 del código antes citado dispone que al ofrecer la
pericia se indicarán con claridad y precisión, los puntos sobre los cuales versará el dictamen, la profesión u
oficio de quien debe practicarlo y el hecho controvertido que se pretende esclarecer con el resultado de la
pericia.
La pericia puede ser ofrecida por cualquiera de las partes del procedimiento administrativo e incluso puede
ser ofrecida por el Tribunal Fiscal, durante la etapa de Apelación.
La inspección del órgano encargado de resolver. Esta procede cuando la autoridad administrativa
encargada de resolver requiera apreciar personalmente los hechos relacionados con los puntos controvertidos.
Finalmente, el Código Tributario establece que también serán valoradas para la resolución de los
procedimientos las manifestaciones obtenidas por la Administración Tributaria, respecto de las cuales le son de
aplicación supletoria las prohibiciones para actuar como testigos contenidas en el artículo 229 del Código
Procesal Civil, en lo que resulte aplicable.
El Código Tributario establece, como regla general, que no se admitirá como medio probatorio
extemporáneo aquél que hubiera sido requerido por la Administración Tributaria durante el procedimiento de
verificación o fiscalización y no hubiera sido presentado o exhibido por el deudor tributario.
Sin embargo, excepcionalmente se regula que- deberán ser admitidos los medios probatorios
extemporáneos en aquellos casos en los que el deudor tributario pruebe que la omisión no se generó por su
causa o acredite la cancelación del monto reclamado vinculado a las pruebas presentadas actualizado a la
fecha de pago, o presente carta fianza bancada o financiera.
Las raíces de la posibilidad de acudir ante un órgano revisor se encuentran en el principio procesal
de pluralidad de instancias que aunque normalmente reconocido dentro del ámbito jurisdiccional es de plena
aplicación en la esfera administrativa. En el Derecho Administrativo la figura de la apelación de los recursos
impugnatorios se encuentra plasmada en el artículo 209° de la Ley del Procedimiento Administrativo General
que establece “El recurso de Apelación se interpondrá cuando la impugnación se sustente en diferente
interpretación de las pruebas producidas o cuando se trate de cuestiones de puro derecho, debiendo dirigirse
a la misma autoridad que expidió el acto que se impugna para que eleve lo actuado al superior jerárquico”.
A) En esta referencia legal podemos apreciar algunas de las características de la apelación, como Ser
Interpuesta con el sustento de una diferente interpretación de las pruebas actuadas ante la
Administración.-En la medida que las pruebas y hechos pueden ser interpretados desde diversas
perspectivas, sin tornar en cuenta la interpretación que pueda existir sobre los aspectos jurídicos. Es el caso
de la diferente lectura que pueden ofrecer algunos documentos contables o la diferencia de opiniones sobre
los contenidos de información que puede haber en herramientas informáticas modernas, sobre todo si los
softwares son realizados a la medida del usuario y la Administración no conoce a cabalidad estas
herramientas
B) Ser interpuesta con el sustento de una diferente interpretación de las normas aplicables al caso concreto.
Es de interpretación de las normas jurídicas suelen ser en la práctica, una fuente de disenso en su
interpretación y aplicación. Cuando el procedimiento no tiene pruebas que sustentar y sólo se basa en la
diferente interpretación de una norma, se dice que se está ante un procedimiento de Puro Derecho, el que
puede tener sus particularidades en atención a ello.
C) Presentación ante la misma autoridad que resolvió el acto impugnado. Con el fin de elevar la apelación al
superior jerárquico. La función de presentación ante el mismo órgano del cual se apela y no directamente al
órgano que la resolverá es por un asunto de administración cuyo objetivo es que la autoridad de la que se
apela sepa de la continuación del procedimiento y pueda continuar en el seguimiento de la impugnación
efectuada por el administrado.
2. Competencia administrativa
Conforme al artículo 143° del Código Tributario, el Tribunal Fiscal es el órgano que resuelve en última
instancia administrativa las impugnaciones que realizan los contribuyentes en materia tributaria:
A) Materia Tributaria General y Local. Resuelve en última instancia administrativa las apelaciones contra las
resoluciones de la Administración que resuelven las reclamaciones interpuestas por los deudores
tributarios, en aplicación y en los supuestos señalados en el artículo 135° del Código Tributario.
B) Aportaciones Resuelve en última instancia administrativa las apelaciones contra las resoluciones de la
Administración correspondientes a las aportaciones administradas por el Seguro Social de Salud
-ESSALUD y la Oficina de Normalización Previsional - ONP. Cabe precisar que actualmente la SUNAT
gira y cobra por encargo los valores (Órdenes de pago. Resoluciones de Determinación y Resoluciones
de Multa) de estas entidades, conforme a lo establecido por la Novena Disposición Final de la Ley №
27038, publicada el 31 de diciembre de 1998.
C) Materia de Tributación Aduanera - Resuelve en última instancia administrativa las apelaciones contra las
resoluciones sobre derechos aduaneros, clasificaciones arancelarias y sanciones previstas en la Ley
General de Aduanas, su reglamento, normas conexas y las normas pertinentes del Código Tributario.
3. PLAZO DE INTERPOSICIÓN
El procedimiento de reclamación culmina con la notificación al deudor tributario de la resolución de la
Administración Tributaria que acoge o desestima la pretensión invocada. Encaso el Administrado no se
encontrara conforme con esta resolución, podrá en atención a lo dispuesto por el artículo 146° del Código
Tributario ante el Tribunal Fiscal en los siguientes plazos que se cuentan desde el día hábil siguiente a la
notificación de la resolución:
a) Plazo ordinario.-15 días hábiles.
b) Plazo especial.- 30 días hábiles, tratándose de la apelación de resoluciones emitidas como consecuencia
de la aplicación de las normas de precios de transferencia. Debe destacarse que los plazos relacionados con
los actos de la administración o del administrado relacionados con los precios de transferencia, son más
amplios en virtud a la complejidad de las normas involucradas así, recordar que el plazo para resolver la
reclamación se extiende de nueve (9) meses -hipótesis ordinaria- a doce (12) meses, y en igual forma para la
resolución de la apelación, que como se verá más adelante, también tiene un plazo extendido de 12 meses
hipótesis ordinaria a 18 meses.
Para efectos del cómputo de 15 días hábiles deberá tenerse en cuenta de ser pertinente la declaratoria de
feriado no laborable, pues no siempre la norma que dispone esta gracia, suspende el cómputo del plazo.
4. PRESENTACIÓN
Es importante mencionar que el recurso será presentado ante la Mesa de Partes del órgano que emitió la
resolución apelada, siendo éste quien determinará la admisibilidad, verificando los requisitos para su
admisión a trámite. En tal sentido, la Administración Tributaria es competente para declarar la inadmisibilidad
de los recursos que no cumplan con lo establecido.
En los casos de impugnación del deudor tributario contra la Resolución de Intendencia que declara
inadmisible el recurso de reclamación por haberse interpuesto extemporáneamente sin efectuarse el pago de
la deuda reclamada a que se refiere el artículo 139° del Código Tributario, la Administración Tributaria deberá
conceder la apelación interpuesta dentro de los plazos señalados, sin requerir el pago previo, pues este
requisito corresponde a la admisibilidad en la etapa de admisión a trámite de la reclamación y no en la etapa
de admisión a trámite de la apelación.
5. REQUISITOS DE ADMISIBILIDAD
Para que una apelación sea admitida a trámite, debe cumplir con similares requisitos señalados para la
interposición de una reclamación, a excepción del pago que sí será desarrollado, pues el tratamiento en la
apelación no es el mismo que para el procedimiento de reclamación ni su desarrollo se ha llevado a cabo en
la sección referida a la reclamación:
a) Escrito fundamentado.
b) Firma de abogado.
d) Pago.- Conforme al artículo 146° del Código Tributario, para interponer el recurso de apelación no se
Requiere pagar el monto de la deuda reclamada. Sólo en caso que se interponga la apelación fuera
de plazo (15 días o 30 días en caso de precios de transferencia), el deudor tributario deberá
acreditar el pago previo de la deuda tributaria apelada, actualizada hasta la fecha de pago o
presentar carta fianza bancaria o financiera. Debe entenderse que en caso de presentar una
apelación parcial, el contribuyente deberá acreditar el pago de la parte no apelada.
No obstante que una vez transcurrido el plazo de apelación, ésta sólo puede ser tramitada previo pago o
presentación de carta fianza, existen ocasiones en que el Tribunal Fiscal, por economía procesal, admite a
trámite la apelación. Cabe precisar que en la medida que el recurso de apelación deberá ser presentado ante
el órgano que dictó la resolución apelada (la Administración Tributaria) el cual, sólo en el caso que se cumpla
con los requisitos de admisibilidad establecidos para este recurso, elevará el expediente al Tribunal Fiscal, el
deudor tributario podrá acceder al Tribunal Fiscal sólo después de apelar la Resolución de la Administración
que declara inadmisible la apelación.
Finalmente, observar que no existe procedimiento aprobado para la presentación de cartas fianza en la
etapa de apelación ante el Tribunal Fiscal como sí lo existe para la etapa de reclamación ante la SUNAT, con
la Resolución de Superintendencia № 098-97/SUNAT.
Sobre el particular comentar que, justamente, es esta resolución la que se emplea por analogía a fin de
tramitar las apelaciones extemporáneas sustentadas con cartas fianza Al elevar el expediente al tribunal
Fiscal, la Administración Tributaria queda en custodia de la carta fianza, administrando su renovación
oportuna.
6. PLAZO DE CADUCIDAD
De acuerdo a lo prescrito por el artículo 146° del Código Tributario, el plazo máximo para presentar
el recurso de apelación es de doce (12) meses contados desde el día siguiente en que se notificó la
resolución del procedimiento de reclamación. Este es un plazo de caducidad y, en tal sentido, una vez
transcurrido el plazo, se extingue la acción y el derecho de presentarlo.
7. SUBSANACIÓN DE ADMISIBILIDAD
En caso de comprobar la omisión de alguno de los requisitos anteriormente señalados, el artículo 146 del
Código Tributario señala que la Administración, deberá requerir al. Deudor tributario a fin que subsane lo
omitido, otorgándole un plazo de 15 días hábiles. Tratándose de apelaciones contra resoluciones que
resuelven las reclamaciones de sanciones de comiso de bienes, internamiento temporal de vehículos y cierre
temporal de establecimiento u oficina de profesionales independientes, así como las multas que sustituyen a
esta última y al comiso, se requerirá al apelante para que dentro de 5 días hábiles subsane dichas omisiones,
de igual manera que en el recurso de Reclamación, tratado en apartado anterior, es una obligación, ineludible
para la Administración Tributaria el otorgamiento de este plazo de 15 días.
8. ASPECTOS INIMPUGNABLES
El deudor tributario no podrá ampliar su impugnación a hechos o aspectos que no fueron impugnados en
la etapa de reclamación. Esta limitación, impuesta en el artículo 147° del. Código Tributario, obedece al
criterio de que el Tribunal Fiscal cumple principalmente las funciones de un revisor de lo ya actuado y
argumentado en la etapa de reclamación que es la etapa en donde la etapa de reclamación de intereses
entre la Administración y el Administrado permite que se discutan y exhiban todos los documentos, hechos y
pruebas en general que están en poder de ambos. Un nuevo aspecto impugnado obligaría al Tribunal Fiscal
a pedir la opinión la Administración Tributaria y la presentación de pruebas, de ser el caso, a ambas parles
con la consiguiente dilación innecesaria del procedimiento. Con relación a este tema.
9. MEDIOS PROBATORIOS
El artículo 148° del Código Tributario establece un tratamiento similar al de la etapa de reclamación con
respecto a las pruebas presentadas durante la etapa de verificación o fiscalización comentada en apartado
anterior. En el caso de la apelación, no son medios probatorios admisibles, y en consecuencia no será
admitida en este procedimiento, la documentación requerida por la Administración durante la etapa de
reclamación que no hubiera sido presentada y/o Exhibida por el deudor tributario, salvo que el deudor
tributario:
Conforme a lo establecido por la norma, es posible que el deudor tributario presente estas pruebas, en
principio inadmisibles, siempre que pruebe que la omisión no se generó por su causa; es decir, que se
acredite que la falta de presentación o exhibición sucedida en la etapa de reclamación, fue provocada por
circunstancias ajenas a la responsabilidad del deudor tributario. Ello puede producirse en las circunstancias
conocidas como fuerza mayor o caso fortuito, vale decir, cuando la culpa es de terceros o el resultado de
hechos de la naturaleza, respectivamente.
Puede presentarse las pruebas, en principio inadmisibles, cuando se pague el monto reclamado
vinculado a las pruebas presentadas.
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No obstante, existen ocasiones en que a criterio del Tribunal Fiscal resulta pertinente admitir un medio
probatorio no presentado, a pesar del requerimiento en la etapa de reclamación.
10. Administración Tributaria como parte del procedimiento
La Administración Tributaria, a tenor de lo expresado en el artículo 149" del Código Tributario, al ser
considerada parte en el procedimiento de apelación, tiene la facultad de contestar la apelación, presentar
medios probatorios y demás actuaciones que correspondan. Sobre el particular cabe preguntarse si las
limitaciones establecidas en el artículo 148° del Código Tributario analiza das algunas líneas arriba- para la
actuación de medios probatorios en la etapa de apelación, alcanzan a la Administración, pues de ser así, ésta
no podría actuar prueba alguna que no hubiera ofrecida en la primera instancia.
Entre las actuaciones que corresponden a la Administración Tributaria se encuentra el informe oral,
que será tratado en el apartado siguiente.
El Informe Oral, regulado en el artículo 150° del Código Tributario es la exposición de las partes
(Administración Tributaria y deudor tributario), que tiene como finalidad, la sustentación de los argumentos
presentados por cada uno de ellos. Podrá solicitarse dentro de los cuarenticinco (45) días hábiles de
interpuesto el recurso de apelación. El Tribunal Fiscal señalará una misma fecha y hora para el informe de
ambas partes.
En el caso de apelaciones interpuestas contra resoluciones que resuelvan las reclamaciones contra
aquéllas que establezcan sanciones de internamiento temporal de vehículos, comiso de bienes y cierre
temporal de establecimiento u oficina de profesionales independientes, así como las resoluciones que las
sustituyan, la Administración Tributaria o el apelante podrán solicitar el uso de la palabra dentro de los cinco
(5) días hábiles de interpuesto el recurso de apelación.
Las parles pueden presentar alegatos dentro de los tres (3) días posteriores a la realización del informe
oral. En el caso de intervenciones excluyentes de propiedad, dicho plazo será de un (1) día. Asimismo, en los
expedientes de apelación, las partes pueden presentar alégalos dentro de los dos meses siguientes a la
presentación de su recurso.
Es usual que el informe oral sea expuesto por el abogado patrocinante del deudor tributario y el abogado
representante de la Administración Tributaria; no obstante, el Tribunal Fiscal ha admitido la participación
adicional de otros profesionales en temas de especialidad.
RESPONSABLES Y REPRESENTANTES TRIBUTARIOS
REPRESENTANTES - RESPONSABLES SOLIDARIOS (16).
Están obligados a pagar los tributos y cumplir las obligaciones formales en calidad de representantes, con los
recursos que administren o que dispongan, las personas siguientes:
1. Los padres, tutores y curadores de los incapaces.
2. Los representantes l
egales y los designados por las personas jurídicas.
3. Los administradores o quiénes tengan la disponibilidad de los bienes de los entes colectivos que carecen de
personería jurídica.
4. Los mandatarios, administradores, gestores de negocios y albaceas.
5. Los síndicos, interventores o liquidadores de quiebras y los de sociedades y otras entidades.
En los casos de los numerales 2, 3 y 4 existe responsabilidad solidaria cuando por dolo, negligencia grave o abuso
de facultades se dejen de pagar las deudas tributarias. En los casos de los numerales 1 y 5 dicha responsabilidad
surge cuando por acción u omisión del representante se produce el incumplimiento de las obligaciones tributarias
del representado.
Se considera que existe dolo, negligencia grave o abuso de facultades, salvo prueba en contrario, cuando el
deudor tributario:
1.- No lleva contabilidad o lleva dos o más juegos de libros o registros para una misma contabilidad, con distintos
asientos.
A tal efecto, se entiende que el deudor no lleva contabilidad, cuando los libros o registros que se encuentra
obligado a llevar no son exhibidos o presentados a requerimiento de la Administración Tributaria, dentro de un
plazo máximo de 10 (diez) días hábiles, por causas imputables al deudor tributario.
2.- Tenga la condición de no habido de acuerdo a las normas que se establezcan mediante decreto supremo.
3.- Emite y/u otorga más de un comprobante de pago así como notas de débito y/o crédito, con la misma serie y/o
numeración, según corresponda.
4.- No se ha inscrito ante la Administración Tributaria.
5.- Anota en sus libros y registros los comprobantes de pago que recibe u otorga por montos distintos a los
consignados en dichos comprobantes u omite anotarlos, siempre que no se trate de errores materiales.
6.- Obtiene, por hecho propio, indebidamente Notas de Crédito Negociables u otros valores similares.
7.- Emplea bienes o productos que gocen de exoneraciones o beneficios en actividades distintas de las que
corresponden.
8.- Elabora o comercializa clandestinamente bienes gravados, mediante la sustracción a los controles fiscales; la
utilización indebida de sellos, timbres, precintos y demás medios de control; la destrucción o adulteración de los
mismos; la alteración de las características de los bienes; la ocultación, cambio de destino o falsa indicación de la
procedencia de los mismos.
9.- No ha declarado ni determinado su obligación en el plazo requerido en el numeral 4 del Artículo 78°.
10.- Omite a uno o más trabajadores al presentar las declaraciones relativas a los tributos que graven las
remuneraciones de éstos.
11.- Se acoge al Nuevo Régimen Único Simplificado o al Régimen Especial del Impuesto a la Renta siendo un
sujeto no comprendido en dichos regímenes en virtud a las normas pertinentes.
4. La impugnación que se realice contra la resolución de determinación de responsabilidad solidaria puede referirse
tanto al supuesto legal que da lugar a dicha responsabilidad como a la deuda tributaria respecto de la cual se es
responsable, sin que en la resolución que resuelve dicha impugnación pueda revisarse la deuda tributaria que
hubiera quedado firme en la vía administrativa.
5. La suspensión o conclusión del procedimiento de cobranza coactiva respecto del contribuyente o uno de los
responsables, surte efectos respecto de los demás.
Para que surta efectos la responsabilidad solidaria, la Administración Tributaria debe notificar al responsable la
resolución de determinación de atribución de responsabilidad en donde se señale la causal de atribución de la
responsabilidad y el monto de la deuda objeto de la responsabilidad.
Infracción tributaria
Fernando Pérez Royo señala que toda infracción tributaria "está constituida por una acción u omisión que
viola una prohibición o un mandato impuesto por una norma tributaria. Ahora bien, para que dicha violación tenga
efectivamente la consideración de infracción, es decir, de ilícito merecedor de una sanción de carácter aflictivo, es
necesario que se halle tipificado como tal por el legislador, el cual debe, al propio tiempo, indicar la sanción prevista
para cada tipo infractor.
El artículo bajo comentario, vinculando la conducta con su tipicidad, señala que infracción tributaria es toda
acción u omisión que importe la violación de normas tributarias, siempre que se encuentre tipificada como tal en el
presente Título o en otras leyes o decretos legislativos.
Siguiendo lo anotado, se tiene que la infracción tributaria implica la realización de una conducta (acción u
omisión) antijurídica (en este caso materializada en la violación dé normas tributarias); ahora bien, debemos entender
que para que aquella conducta violatoria de normas tributarias califique en estricto como infracción tributaria debe
estar tipificada como tal por la ley (Código Tributario, otras leyes o decretos legislativos); por cierto, también por ley
debe indicarse la sanción prevista para cada infracción (principio de legalidad).
De lo regulado expresamente por las normas penales y las tributarias, las notas diferenciales evidentes entre
ambas figuras (delito e infracción tributaria) se encuentran en la culpabilidad (para configurarse el delito, el acto debe
ser doloso o culposo; tratándose de la infracción tributaria, aquel elemento no tiene relevancia); en la sanción
(tratándose de delitos, entre otras penas, cabe la pena privativa de libertad; en las infracciones, no; en éstas las
sanciones son administrativas); en las normas que las tipifican (Tratándose de los delitos tributarios: el Código Penal -
artículos 271 y 272-; el delito de defraudación tributaria, la Ley Penal Tributaria, aprobada por el Decreto Legislativo №
813; los delitos aduaneros, la Ley de los Delitos Aduaneros aprobada por la Ley № 28008. Tratándose de infracciones
tributarias, éstas están tipificadas en normas tributarias -Código Tributario y eventualmente otras leyes esencialmente
tributarias); en el sujeto activo (de los delitos, exclusivamente personas naturales; de las infracciones, los deudores
tributarios, sean personas naturales, jurídicas u otros entes); la vía procesal o procedimental (para los delitos la vía
judicial, justicia penal ordinaria; las infracciones tributarias, en la medida en que se trata de infracciones
administrativas, son procedimentalizadas y sancionadas en la vía administrativa, aun cuando por ellas se puede llegar
al poder judicial vía la demanda contencioso administrativa o las garantías constitucionales).
Ahora bien, encontrándose establecidas en las disposiciones tributarias diversas obligaciones o deberes
(prohibiciones y mandatos), fundamentalmente de carácter formal o administrativo (entre ellos los deberes descritos
en los artículos 87, 88 y 97 del Código, en algunos casos en vinculación con normas sobre tributos en particular), el
incumplimiento, el cumplimiento parcial, incorrecto o tardío de estos (obviamente por el sujeto obligado, sea deudor
tributario -contribuyente o responsable- o el administrado), configurará la comisión de una infracción tributaria
(pasando el sujeto obligado anterior a ser el sujeto activo de la infracción tributaria y sujeto de la sanción), siempre que
la acción (realizar; efecto de hacer) u omisión (omitir; abstención de hacer; dejar de hacer) generadora de tales hechos
esté tipificada como infracción y sea sancionada por Ley (Código Tributario -artículos 172 a 178, y 185, y sus Tablas
de Infracciones y Sanciones
En este sentido, genéricamente, el artículo 172 establece lo siguiente:
Respecto a este punto, Danos concluye que la potestad sancionadora se justifica principalmente en razones
pragmáticas puesto que es menester reconocer a la administración facultades coercitivas en orden a cautelar el
cumplimiento de las normas legales; "lo que se traduce en que si la Administración tiene la potestad de ordenar,
mandar o prohibir, también ha de ostentar la potestad de sancionar, pues sin ésta resultarían inoperativas aquellas
ante el eventual incumplimiento por parte de los administrados".
El artículo 166 del Código Tributario, concordante con el artículo 82, concede a la Administración Tributaria
cada Administración respecto de las obligaciones y normas de los tributos de su competencia-, la facultad discrecional
de determinar y sancionar administrativamente las infracciones tributarias.
Debe tenerse en cuenta que esta facultad sólo importa la determinación de la infracción tributaria y la
aplicación de la sanción correspondiente, mas no la de definir (tipificar) infracciones y establecer sanciones.
3. FACULTAD DISCRECIONA L
Como sabemos, el último párrafo de la Norma IV del Código señala que en los casos en que la
Administración Tributaria se encuentra facultada para actuar discrecionalmente optará por la decisión administrativa
que considere más conveniente para el interés público, dentro del marco que establece la ley (véase los comentarios
de la Norma IV).
En lo que podríamos denominar exposición de motivos del Decreto Legislativo № 816, al hacerse la
fundamentación del artículo 82 del Código (facultad sancionadora), se indicó que la facultad de la Administración
Tributaria para sancionar no se encuentra limitada a la posibilidad de aprobar, en mérito a la delegación efectuada por
el Código, un Régimen de Gradualidad de las sanciones; agregaba: "Por ello, se elimina la vinculación de dicha
facultad a los regímenes que establezca el Código, ratificándose, de esta forma, que la Administración puede realizar
operativos preventivos, en los que si bien se detecta la existencia de infractores, no se aplican las sanciones debido a
que el propósito es educar al contribuyente".
EXTINCIÓN DE SANCIONES
El artículo en comentario expresamente señala que las sanciones por infracciones tributarias se extinguen conforme a
lo establecido en el artículo 27 del Código Tributario.
Como se sabe, el artículo 27 regula los medios de extinción de la “obligación tributaria”; el artículo indica como
tales medios: el pago (como medio usual de extinción de una deuda tributaria), la compensación, la condonación (que
generalmente se da vía amnistías), la consolidación, y la Resolución de la Administración Tributaria sobre deudas de
cobranza dudosa o de recuperación onerosa, que consten en las respectivas resoluciones.
Ahora bien, considerando los artículos 27 y 169 –asumiendo la expresión “deuda tributaria”–, en el presente caso
estamos hablando básicamente de las sanciones pecuniarias: multas.
De otro lado, tratándose de sanciones no pecuniarias, también se debe considerar como una forma de extinción
de sanciones, su cumplimiento o ejecución.
2. La Administración Tributaria haya tenido duplicidad de criterio en la aplicación de la norma y sólo respecto de
los hechos producidos, mientras el criterio anterior estuvo vigente.
El numeral 1 completa señalando que los intereses que no proceden aplicar son aquéllos devengados desde el
día siguiente del vencimiento de la obligación tributaria hasta los diez días hábiles siguientes a la publicación de la
aclaración en el Diario Oficial “El Peruano”. Asimismo, respecto a las sanciones, no se aplicarán las correspondientes
a infracciones originadas por la interpretación equivocada de la norma hasta el plazo antes indicado (diez días hábiles
siguientes a la publicación de la aclaración).
DUPLICIDAD DE CRITERIO
El numeral 2 (cuando la Administración Tributaria haya tenido duplicidad de criterio en la aplicación de la
norma y sólo respecto de los hechos producidos, mientras el criterio anterior estuvo vigente) se manifiesta cuando la
Administración, ante una misma norma, varía (cambia) su criterio de aplicación (obviamente se entiende que también
su interpretación).
En estos casos, el criterio previo o anterior puede haber sido manifestado, o aplicado, expresa o tácitamente
mediante resoluciones de carácter general, directivas o circulares públicas; asimismo, avisos en periódicos, esquelas,
respuestas a consultas gremiales, incluso reiterada y manifiesta práctica administrativa, etc.; o, para casos
particulares, lo señalado o resuelto expresamente en resoluciones de la administración (de determinación o que
resuelvan impugnaciones), que indujeron la actuación del deudor tributario. Estos hechos deben ser plenamente
acreditados por el contribuyente que los alegue.
Así, los deudores tributarios que actuaron siguiendo los patrones o disposiciones del criterio anterior quedarán
liberados de intereses y sanciones. Esta liberación sólo procederá respecto de los hechos producidos mientras el
criterio anterior estuvo vigente. No obstante, una vez conocido el “segundo criterio”, al contribuyente afectado le
corresponderá adecuar su actuación “anterior” a este criterio, obviamente sin sanciones ni aplicación de intereses. No
hay duda de que las “nuevas” actuaciones deberán estar ya dentro del segundo criterio.
Si bien la norma menciona expresamente a la Administración Tributaria, la doctrina nacional asume que también
debe incluirse al criterio (o su duplicidad) del Tribunal Fiscal.
TIPOS DE INFRACCIONES
Tal como anotáramos al comentar el artículo 164, encontrándose establecidas en las disposiciones o normas
tributarias diversas obligaciones o deberes (prohibiciones y mandatos), fundamentalmente (no exclusivamente) de
carácter formal o administrativo (entre ellos los deberes descritos en los artículos 87, 88 y 97 del Código, en algunos
casos en vinculación con normas sobre tributos en particular), el incumplimiento, el cumplimiento parcial, incorrecto o
tardío de estos (obviamente por el sujeto obligado, sea deudor tributario –contribuyente o responsable– o el
administrado), configurará la comisión de una infracción tributaria (pasando el sujeto obligado anterior a ser el sujeto
activo de la infracción tributaria y sujeto de la sanción), siempre que la acción (realizar; efecto de hacer) u omisión
(omitir; abstención de hacer; dejar de hacer) generadora de tales hechos esté tipificada como infracción y sea
sancionada por la Ley (Código Tributario –artículos 172 a 178, y 185, y sus Tablas de Infracciones y Sanciones–, otras
leyes o decretos legislativos).
Al respecto, el artículo bajo comentario establece genéricamente la tipología de las infracciones (que luego, en
los siguientes artículos, es desarrollada con su tipificación), sustentando su clasificación en el incumplimiento de
determinadas obligaciones o deberes; así, señala que las infracciones tributarias se originan por el incumplimiento de
las obligaciones siguientes: a) De inscribirse, actualizar o acreditar la inscripción (artículo 173); b) De emitir, otorgar y
exigir comprobantes de pago y/u otros documentos (artículo 174); c) De llevar libros y/o registros o contar con
informes u otros documentos (artículo 175); d) De presentar declaraciones y comunicaciones (artículo 176); e) De
permitir el control de la Administración Tributaria, informar y comparecer ante la misma (artículo 177); y, f) Otras
obligaciones tributarias (artículo 178).
Si el deudor tributario, obtuviera resolución favorable con anterioridad al vencimiento de los plazos
señalados en el párrafo anterior, la Administración Tributaria levantará la medida cautelar, devolviendo los bienes
afectados, de ser el caso.
En el caso que la deuda tributaria se torne exigible coactivamente de acuerdo a lo señalado en el
Artículo 115° antes del vencimiento de los plazos máximos a que se refiere el primer párrafo del presente
numeral, se iniciará el Procedimiento de Cobranza Coactiva convirtiéndose la medida cautelar a definitiva.
El deudor tributario podrá solicitar el levantamiento de la medida si otorga carta fianza bancaria o
financiera que cubra el monto por el cual se trabó la medida, por un período de doce (12) meses, debiendo
renovarse sucesivamente por dos períodos de doce (12) meses dentro del plazo que señale la Administración.
La carta fianza será ejecutada en el Procedimiento de Cobranza Coactiva que inicie la Administración
Tributaria, o cuando el deudor tributario no cumpla con renovarla dentro del plazo señalado en el párrafo
anterior. En este último caso, el producto de la ejecución será depositado en una Institución Bancaria para
garantizar el pago de la deuda dentro del Procedimiento de Cobranza Coactiva.
Excepcionalmente, la Administración Tributaria levantará la medida si el deudor tributario presenta alguna otra
garantía que, a criterio de la Administración, sea suficiente para garantizar el monto por el cual se trabó la
medida.
Las condiciones para el otorgamiento de las garantías a que se refiere el presente artículo así como el
procedimiento para su presentación serán establecidas por la Administración Tributaria mediante Resolución de
Superintendencia o norma de rango similar.
2. Tratándose de deudas exigibles coactivamente:
La Resolución de Ejecución Coactiva, deberá notificarse dentro de los cuarenta y cinco (45) días hábiles de
trabadas las medidas cautelares. De mediar causa justificada este término podrá prorrogarse por veinte (20) días
hábiles más.
a) Los tributos de determinación anual que se devenguen al término del año gravable se pagarán dentro de los tres
(3) primeros meses del año siguiente.
b) Los tributos de determinación mensual, los anticipos y los pagos a cuenta mensuales se pagarán dentro de los doce
(12) primeros días hábiles del mes siguiente.
c) Los tributos que incidan en hechos imponibles de realización inmediata se pagarán dentro de los doce (12) primeros
días hábiles del mes siguiente al del nacimiento de la obligación tributaria.
d) Los tributos, los anticipos y los pagos a cuenta no contemplados en los incisos anteriores, las retenciones y las
percepciones se pagarán conforme lo establezcan las disposiciones pertinentes.
e) Los tributos que graven la importación, se pagarán de acuerdo a las normas especiales.
3. Compensación a solicitud de parte, la que deberá ser efectuada por la Administración Tributaria, previo
cumplimiento de los requisitos, forma, oportunidad y condiciones que ésta señale.
La compensación señalada en los numerales 2. y 3. del párrafo precedente surtirá efecto en la fecha en que la
deuda tributaria y los créditos a que se refiere el primer párrafo del presente artículo coexistan y hasta el
agotamiento de estos últimos.
Se entiende por deuda tributaria materia de compensación a que se refieren los numerales 2. y 3. del
primer párrafo del presente artículo, al tributo o multa insolutos a la fecha de vencimiento o de la comisión o, en su
defecto, detección de la infracción, respectivamente, o al saldo pendiente de pago de la deuda tributaria, según
corresponda.
En el caso de los anticipos o pagos a cuenta, una vez vencido el plazo de regularización o determinada la
obligación principal, se considerará como deuda tributaria materia de la compensación a los intereses devengados
a que se refiere el segundo párrafo del artículo 34º, o a su saldo pendiente de pago, según corresponda.
Al momento de la coexistencia, si el crédito proviene de pagos en exceso o indebidos, y es anterior a la
deuda tributaria materia de compensación, se imputará contra ésta en primer lugar, el interés al que se refiere el
artículo 38º y luego el monto del crédito.
Para efecto de este artículo, son créditos por tributos el saldo a favor del exportador, el reintegro tributario
y cualquier otro concepto similar establecido en las normas tributarias.
CONDONACION (41)
La deuda tributaria sólo podrá ser condonada por norma expresa con rango de Ley.
Excepcionalmente, los Gobiernos locales podrán condonar, con carácter general, el interés moratorio y las
sanciones, respecto de los impuestos que administren. En el caso de contribuciones y tasas dicha condonación
también podrá alcanzar al tributo.
CONSOLIDACION (42)
La deuda tributaria se extinguirá por consolidación cuando el acreedor de la obligación tributaria se
convierta en deudor de la misma como consecuencia de la transmisión de bienes o derechos que son objeto del
tributo.
PRESCRIPCION
PLAZOS DE PRESCRIPCIÓN (43)
La acción de la Administración Tributaria para determinar la obligación tributaria, así como la acción para
exigir su pago y aplicar sanciones prescribe a los cuatro (4) años, y a los seis (6) años para quienes no hayan
presentado la declaración respectiva.
Dichas acciones prescriben a los diez (10) años cuando el Agente de retención o percepción no ha
pagado el tributo retenido o percibido.
La acción para solicitar o efectuar la compensación, así como para solicitar la devolución prescribe a los
cuatro (4) años.
1. Desde el uno (1) de enero del año siguiente a la fecha en que vence el plazo para la presentación de la
declaración anual respectiva.
2. Desde el uno (1) de enero siguiente a la fecha en que la obligación sea exigible, respecto de tributos
que deban ser determinados por el deudor tributario no comprendidos en el inciso anterior.
3. Desde el uno (1) de enero siguiente a la fecha de nacimiento de la obligación tributaria, en los casos de
tributos no comprendidos en los incisos anteriores.
4. Desde el uno (1) de enero siguiente a la fecha en que se cometió la infracción o, cuando no sea posible
establecerla, a la fecha en que la Administración Tributaria detectó la infracción.
5. Desde el uno (1) de enero siguiente a la fecha en que se efectuó el pago indebido o en exceso o en
que devino en tal, tratándose de la acción a que se refiere el último párrafo del artículo anterior.
6. Desde el uno (1) de enero siguiente a la fecha en que nace el crédito por tributos cuya devolución se
tiene derecho a solicitar, tratándose de las originadas por conceptos distintos a los pagos en exceso o
indebidos.
7. Cuando la Administración Tributaria presuma la existencia de evasión tributaria, podrá practicar incautaciones de libros,
archivos, documentos, registros en general y bienes, de cualquier naturaleza, incluidos programas informáticos y archivos
en soporte magnético o similares, que guarden relación con la realización de hechos susceptibles de generar obligaciones
tributarias, por un plazo que no podrá exceder de cuarenta y cinco (45) días hábiles, prorrogables por quince (15) días
hábiles..
8. Practicar inspecciones en los locales ocupados, bajo cualquier título, por los deudores tributarios, así como en los medios
de transporte.
Para realizar las inspecciones cuando los locales estuvieren cerrados o cuando se trate de domicilios particulares, será
necesario solicitar autorización judicial, la que debe ser resuelta en forma inmediata y otorgándose el plazo necesario
para su cumplimiento sin correr traslado a la otra parte.
La actuación indicada será ejecutada en forma inmediata con ocasión de la intervención.
9. Requerir el auxilio de la fuerza pública para el desempeño de sus funciones, que será prestado de inmediato bajo
responsabilidad.
10. Solicitar información a las Empresas del Sistema Financiero sobre:
a. Operaciones pasivas con sus clientes, en el caso de aquellos deudores tributarios sujetos a fiscalización, incluidos los
sujetos con los que éstos guarden relación y que se encuentren vinculados a los hechos investigados. La información
sobre dichas operaciones deberá ser requerida por el Juez a solicitud de la Administración Tributaria. La solicitud deberá
ser motivada y resuelta en el término de setenta y dos (72) horas, bajo responsabilidad. Dicha información será
proporcionada en la forma y condiciones que señale la Administración Tributaria, dentro de los diez (10) días hábiles de
notificada la resolución judicial, pudiéndose excepcionalmente prorrogar por un plazo igual cuando medie causa
justificada, a criterio del juez.
b. Las demás operaciones con sus clientes, las mismas que deberán ser proporcionadas en la forma, plazos y condiciones
que señale la Administración Tributaria.
11. Investigar los hechos que configuran infracciones tributarias, asegurando los medios de prueba e identificando al infractor.
12. Requerir a las entidades públicas o privadas para que informen o comprueben el cumplimiento de obligaciones tributarias
de los sujetos sometidos al ámbito de su competencia o con los cuales realizan operaciones, bajo responsabilidad.
Las entidades a las que hace referencia el párrafo anterior, están obligadas a proporcionar la información requerida en la
forma, plazos y condiciones que la SUNAT establezca.
La información obtenida por la Administración Tributaria no podrá ser divulgada a terceros, bajo responsabilidad del
funcionario responsable.
15. Evaluar las solicitudes presentadas y otorgar, en su caso, las autorizaciones respectivas en función a los antecedentes
y/o al comportamiento tributario del deudor tributario.
6. Se detecte el no otorgamiento de los comprobantes de pago que correspondan por las ventas o ingresos realizados o
cuando éstos sean otorgados sin los requisitos de Ley.
7. Se verifique la falta de inscripción del deudor tributario ante la Administración Tributaria.
8. El deudor tributario omita llevar los libros de contabilidad, otros libros o registros exigidos por las Leyes, reglamentos o
por Resolución de Superintendencia de la SUNAT, o llevando los mismos, no se encuentren legalizados o se lleven con
un atraso mayor al permitido por las normas legales. Dicha omisión o atraso incluye a los sistemas, programas, soportes
portadores de microformas grabadas, soportes magnéticos y demás antecedentes computarizados de contabilidad que
sustituyan a los referidos libros o registros.
9. No se exhiba libros y/o registros contables u otros libros o registros exigidos por las Leyes, reglamentos o por
Resolución de Superintendencia de la SUNAT aduciendo la pérdida, destrucción por siniestro, asaltos y otros.
10. Se detecte la remisión o transporte de bienes sin el comprobante de pago, guía de remisión y/u otro documento
previsto en las normas para sustentar la remisión o transporte, o con documentos que no reúnen los requisitos y
características para ser considerados comprobantes de pago o guías de remisión, u otro documento que carezca de
validez.
11. El deudor tributario haya tenido la condición de no habido, en los períodos que se establezcan mediante decreto
supremo.
12. Se detecte el transporte terrestre público nacional de pasajeros sin el correspondiente manifiesto de
pasajeros señalado en las normas sobre la materia.
OBLIGACIONES DE LOS ADMINISTRADOS
OBLIGACIONES DE LOS ADMINISTRADOS (87)
Los administrados están obligados a facilitar las labores de fiscalización y determinación que realice la
Administración Tributaria y en especial deberán:
1. Inscribirse en los registros de la Administración Tributaria aportando todos los datos necesarios y
actualizando los mismos en la forma y dentro de los plazos establecidos por las normas
pertinentes.
2. Acreditar la inscripción cuando la Administración Tributaria lo requiera y consignar el número de
identificación o inscripción en los documentos respectivos, siempre que las normas tributarias lo
exijan.
3. Emitir y/u otorgar, con los requisitos formales legalmente establecidos y en los casos previstos
por las normas legales.
4. Llevar los libros de contabilidad u otros libros y registros exigidos por las leyes, reglamentos o
por Resolución de Superintendencia de la SUNAT; o los sistemas, programas, soportes
portadores de microformas grabadas, soportes magnéticos y demás antecedentes
computarizados de contabilidad que los sustituyan.
5. Permitir el control por la Administración Tributaria, así como presentar o exhibir, en las oficinas
fiscales o ante los funcionarios autorizados, según señale la Administración, las declaraciones,
informes, libros de actas, registros y libros contables y demás documentos relacionados con
hechos suceptibles de generar obligaciones tributarias.
6. Proporcionar a la Administración Tributaria la información que ésta requiera, o la que ordenen las
normas tributarias, sobre las actividades del deudor tributario o de terceros.
7. Almacenar, archivar y conservar los libros y registros, llevados de manera manual, mecanizada o
electrónica, así como los documentos y antecedentes de las operaciones o situaciones que
constituyan hechos susceptibles de generar obligaciones tributarias o que estén relacionadas
con ellas, mientras el tributo no esté prescrito.
8. Mantener en condiciones de operación los sistemas o programas electrónicos, soportes
magnéticos y otros medios de almacenamiento de información utilizados en sus aplicaciones que
incluyan datos vinculados con la materia imponible.
9. Concurrir a las oficinas de la Administración Tributaria cuando su presencia sea requerida por
ésta para el esclarecimiento de hechos vinculados a obligaciones tributarias.
10. En caso de tener la calidad de remitente, entregar el comprobante de pago o guía de remisión
correspondiente de acuerdo a las normas sobre la materia para que el traslado de los bienes se
realice.
11. Sustentar la posesión de los bienes, mediante los comprobantes de pago que permitan sustentar
costo o gasto, que acrediten su adquisición y/u otro documento.
12. Permitir la instalación de los sistemas informáticos, equipos u otros medios utilizados para el
control tributario proporcionados por SUNAT con las condiciones o características técnicas
establecidas por ésta.
13. Comunicar a la SUNAT si tienen en su poder bienes, valores y fondos, depósitos, custodia y
otros, así como los derechos de crédito cuyos titulares sean aquellos deudores en cobranza
coactiva que la SUNAT les indique.
e) Conocer el estado de tramitación de los procedimientos en que sea parte así como la
identidad de las autoridades de la Administración Tributaria encargadas de éstos y bajo cuya
responsabilidad se tramiten aquéllos.
Asimismo, el acceso a los expedientes se rige por lo establecido en el Artículo 131° .
h) Interponer queja por omisión o demora en resolver los procedimientos tributarios o por
cualquier otro incumplimiento a las normas establecidas en el presente Código;
q) Designar hasta dos (2) representantes durante el procedimiento de fiscalización, con el fin
de tener acceso a la información de los terceros independientes utilizados como comparables
por la Administración Tributaria como consecuencia de la aplicación de las normas de precios
de transferencia.
Asimismo, además de los derechos antes señalados, podrán ejercer los conferidos por la
Constitución, por este Código o por leyes específicas.
CONSULTAS INSTITUCIONALES
Las entidades representativas de las actividades económicas, laborales y profesionales, así
como las entidades del Sector Público Nacional, podrán formular consultas motivadas sobre
el sentido y alcance de las normas tributarias.
PROCEDIMIENTO DE CONSULTAS
Las consultas se presentarán por escrito ante el órgano de la Administración Tributaria
competente, el mismo que deberá dar respuesta al consultante en un plazo no mayor de
noventa (90) día hábiles computados desde el día hábil siguiente a su presentación. La falta
de contestación en dicho plazo no implicará la aceptación de los criterios expresados en el
escrito de la consulta.
LA NOTIFICACIÓN DE LOS ACTOS ADMINISTRATIVOS
Definición
La notificación constituye el acto por el que la Administración Tributaria pone en conocimiento de
los deudores tributarios el contenido de sus resoluciones con la finalidad que los mismos produzcan sus
efectos jurídicos y adquieran eficacia.
El acto de notificación deberá efectuarse en el domicilio fiscal declarado por el deudor tributario,
salvo que éste haya fijado un domicilio procesal al iniciar alguno de sus procedimientos tributarios.
Cabe resaltar la importancia del acto de notificación en la medida que el mismo constituye un
requisito de eficacia del acto administrativo.
En este mismo sentido, se pronuncia la Ley del Procedimiento Administrativo General al señalar
en su artículo 16 que el acto administrativo es eficaz desde que la notificación legalmente realizada
produce sus efectos.
Como consecuencia de lo anterior, no surtirá efectos jurídicos y por lo tanto no tendrá eficacia
aquel acto administrativo que no cumpla con los requisitos establecidos en la ley.
Por otro lado, la notificación cumple también la función de poner en conocimiento de la
administración del momento en el que el deudor tributario fue puesto en conocimiento del acto
administrativo a fin que ésta pueda establecer el cómputo de los plazos para la presentación de los
recursos impúgnatenos que pudieran presentar los administrados, de ser el caso.
Contenido de la notificación
En cuanto al contenido de la notificación y sin perjuicio de los requisitos específicos que deberán
contener los actos emitidos por la Administración Tributaria regulados en el Código Tributario, la Ley del
Procedimiento Administrativo General (27444) en su artículo 24 establece que la notificación deberá
contener los siguientes requisitos:
• El texto íntegro del acto administrativo, incluyendo su motivación.
• La identificación del procedimiento dentro del cual haya sido dictado.
• La autoridad e institución de la cual procede el acto y su dirección.
• La fecha de vigencia del acto notificado, y con la mención de si agotare la vía administrativa.
• Cuando se trate de una publicación dirigida a terceros, se agregará además cualquier otra
información que pueda ser importante para proteger sus intereses y derechos.
• La expresión de los recursos que proceden, el órgano ante el cual deben presentarse los
recursos y el plazo para interponerlos.
•
Formas de notificación recogidas en el Código Tributario
El Código Tributario dispone que la Administración Tributaria podrá realizar la notificación de los
actos administrativos, indistintamente, por cualquiera de las siguientes formas:
A) Notificación por correo certificado o por mensajero Esta forma de notificación deberá
efectuarse en el domicilio fiscal, con acuse de recibo o con certificación de la negativa a la
recepción efectuada por el encargado de la diligencia.
Tratándose del correo electrónico, la notificación se considerará efectuada con el depósito de aquél, sin
embargo, se regula la obligación de confirmar la recepción de la notificación para que el acto de
notificación se considere válido.
La notificación mediante la publicación en la página web deberá ser utilizada de por la Administración
Tributaria en los casos de extinción de la deuda tributaria por ser considerada de cobranza dudosa o
recuperación onerosa. En defecto de dicha publicación, la Administración Tributaria podrá optar por
publicar dicha deuda en el Diario Oficial o en el diario de la localidad encargado de los avisos judiciales
o, en su defecto, en uno de mayor circulación de dicha localidad.
Dicha publicación deberá contener como mínimo la siguiente información:
(i) Nombre, denominación o razón social de la persona notificada.
(ii) Número de RUC o el documento de identidad que corresponda.
(Mi) Numeración del documento en el que consta el acto administrativo.
Estas formas de notificación pueden ser utilizadas inéditamente en aquello casos en los que el deudor
tributario tenga la condición de no hallado o no habido o cuando el domicilio del representante de un no
domiciliado fuera desconocido.
En el caso de la notificación mediante acuse de recibo, ésta deberá ser entregada de manera personal
al deudor tributario, al representante legal o apoderado, o con certificación de la negativa a la recepción
efectuada por el encargado de la diligencia, según corresponda, en el lugar en que se los ubique
Tratándose de personas jurídicas o empresas sin personería jurídica, la notificación podrá ser efectuada
con el representante legal en el lugar en que se le ubique, con el encargado o con algún dependiente de
cualquier establecimiento del deudor tributario o con certificación de la negativa a la recepción, efectuada
por el encargado de la diligencia.
G) Notificación tácita
La notificación tácita se produce en aquellos casos en los que no habiéndose verificado
notificación alguna o ésta se hubiere realizado sin cumplir con los requisitos legales, la persona a quién ha
debido notificarse una actuación efectúa cualquier acto o gestión que demuestre o suponga su
conocimiento. Para tal efecto, se considerará como fecha de la notificación aquélla en que se practique el
respectivo acto o gestión.
Un
ejemplo de esta forma de notificación se presenta en el caso en el que el deudor tributario
presenta un recurso de apelación sin que se le haya notificado la resolución que resolvió su recurso de
reclamación o cuando esta última le haya sido notificada sin observar los requisitos establecidos en el
Código Tributario. *
H) Notificación mediante la página web y publicación en el diario El artículo 105 del Código Tributario
reconoce la facultad a la Administración Tributaria de realizar la notificación mediante su página web y en el
Diario Oficial o en el diario de la localidad encargado de los avisos judiciales o, en su defecto, en uno de los
diarios de mayor circulación en dicha localidad, en aquellos supuestos en los que la notificación de los
actos administrativos afecten a una generalidad de deudores tributarios de una localidad o zona. Para que
estas formas de notificación tengan validez su publicación deberá contener los siguientes requisitos:
Tratándose de las notificaciones en la página web
(i) El nombre, denominación o razón social de la persona notificada.
(i¡) El numeró de RUC o número del documento de identidad que corresponda.
(iii) La numeración del documento en el que consta el acto administrativo, así como la mención a su
naturaleza.
(iv) El tipo de tributo o multa, el monto de éstos y el período o el hecho gravado; así como las
menciones
a otros actos a que se refiere la notificación.
Tratándose de las notificaciones en el diario
(i) El nombre, denominación o razón social de la persona notificada.
(ii) El número de RUC o número del documento de identidad que corresponda.
(iii) La remisión a la página web de la Administración Tributaria.
Por otro lado, la notificación de actos administrativos que afecten a una generalidad de deudores
tributarios realizada mediante la página web de la Administración Tributaria y en el diario, así como la
publicación de las demás notificaciones realizadas mediante la página web, surtirán efecto desde el día
hábil siguiente al de la última publicación, aun cuando la entrega del documento en que conste el acto
administrativo notificado se produzca con posterioridad.
En este sentido, por ejemplo, una cobranza coactiva no debería afectar el derecho alimentario de un
contribuyente persona natural cuando el mismo perciba ingresos mensuales menores a 5 URP, aun cuando
los mismos provengan únicamente del ejercicio individual de una profesión, arte u oficio.
c) La deuda establecida mediante Resolución de Determinación o de Multa reclamadas fuera del plazo
establecido para la interposición del recurso, siempre que no se cumpla con presentar la Carta
Fianza respectiva conforme con lo dispuesto en el Artículo 137°.
En este sentido, según el numeral 3) del artículo 137° del Código Tributario, cuando las
Resoluciones de Determinación y de Multa se reclamen vencido el término de veinte (20) días
hábiles, deberá acreditarse el pago de la totalidad de la deuda tributaria que se reclama, actualizada
hasta la fecha de pago, o presentar carta fianza bancaria o financiera por el monto de la deuda
actualizada hasta por 6 (seis) meses posteriores a la fecha de la interposición de la reclamación, con
2
una vigencia de 6 (seis) meses, debiendo renovarse por períodos similares dentro del plazo que
señale la Administración.
d) La deuda establecida por Resolución no apelada en el plazo de ley, o apelada fuera del plazo
legal, siempre que no se cumpla con presentar la Carta Fianza respectiva conforme con lo
dispuesto en el Artículo 146° del Código Tributario.
Este acápite se refiere al caso en que el deudor tributario hubiese en primer término
efectuado la reclamación contra una acotación o una multa, pero luego de ello hubiese omitido
interponer el recurso de apelación contra la resolución adversa que resuelve la reclamación.
e) La que conste en Orden de Pago notificada conforme a ley.
En este sentido, siendo que la orden de pago pone a cobro una deuda expresamente reconocida
por el contribuyente en una declaración jurada preexistente, la misma no requiere de un plazo
extenso para su exigibilidad coactiva, como sí ocurre con las resoluciones de determinación o las
resoluciones de multa. En este sentido, en la RTF N° 9191-7-2007, el Tribunal Fiscal señaló que,
en el caso de la orden de pago bastará su notificación para que la deuda exigible en dicho valor
sea exigible coactivamente.
Es más, en la RTF N° 5464-4-2007, la cual es de observancia obligatoria, el Tribunal Fiscal
ha señalado que procede la cobranza coactiva de una orden de pago cuya reclamación hubiese
sido declarada inadmisible, aún cuando el deudor tributario hubiese interpuesto el respectivo
recurso de apelación contra dicha inadmisibilidad.
Esto significa que, como regla, las órdenes de pago no se reclaman, sino que se pagan y, por lo
mismo, son pasibles de una cobranza coactiva inmediata.
Sin perjuicio de lo anterior, podría ocurrir que la deuda contenida en una orden de pago sea
manifiestamente improcedente, en cuyo caso corresponderá que el deudor tributario solicite
directamente al Ejecutor coactivo la suspensión de la cobranza coactiva, en tanto se hubiese
formulado la correspondiente reclamación contra la orden de pago dentro del plazo de veinte días
hábiles, ello de conformidad con el numeral 3) del literal a) del artículo 119° del Código Tributario.
"Procede que el Tribunal Fiscal en la vía de queja se pronuncie sobre la validez de la notificación de los
valores y/o resoluciones emitidos por la Administración Tributaria, cuando la deuda tributaria materia de queja
se encuentra en cobranza coactiva."
3
La Resolución de Ejecución Coactiva
Inicio del Procedimiento
Según el artículo 117° del Código Tributario el procedimiento de cobranza coactiva es iniciado por el
Ejecutor coactivo mediante la notificación al deudor tributario de la Resolución de Ejecución Coactiva, que
contiene un mandato de cancelación de las Ordenes de Pago o Resoluciones en cobranza, dentro de siete (7)
días hábiles, bajo apercibimiento de dictarse medidas cautelares o de iniciarse la ejecución forzada de las
mismas, en caso que éstas ya se hubieran dictado.
En este mismo sentido, respecto de las obligaciones tributarias administradas por los Gobiernos Locales,
encontramos una disposición de similar contenido en el artículo 29° de la Ley N° 26979.
Nótese que según ambos dispositivos, la resolución de ejecución coactiva contiene un mandato de pago.
Además, también según ambos dispositivos, la resolución debe estar debidamente notificada al deudor
tributario. Por último, ambos dispositivos otorgan un plazo perentorio de siete días hábiles para que el
contribuyente realice el pago voluntario de la deuda puesta a cobro.
Por otro lado, debe criticarse la redacción de los dispositivos bajo comentario, según los cuales, el mandato
de pago de la deuda tributaria se realizará bajo apercibimiento de dictarse la correspondientes medidas
cautelares. Al respecto, es importante señalar que desde el punto de vista procesal las medidas cautelares se
dictan cuando el derecho o la pretensión aún no se encuentra determinada, empero resulta importante
asegurar el cumplimiento de la pretensión. Por lo mismo, en el caso de los procedimientos de ejecución
coactiva, las medidas dictadas una vez iniciado el mismo no deberían denominarse "medidas cautelares", pues
el derecho al cobro por parte de la Administración ya tiene naturaleza cierta. En este sentido, en puridad
técnica, la resolución de cobranza coactiva deberá contener un mandato de pago bajo apercibimiento de
dictarse "las medidas de ejecución forzada".
De hecho, de acuerdo a lo antes señalado, sólo en los supuestos previstos en los artículos 56° al 58° del
Código Tributario resulta técnico referirse a "medidas cautelares", pues, en dichos casos aún no se ha definido
de manera cierta la acotación de la Administración tributaria.
De otro lado, resulta importante señalar que la Resolución de Ejecución coactiva no es un acto reclamable.
Este tratamiento diferenciado entre la resolución de ejecución coactiva emitida por una
Administración al amparo del Código Tributario y la resolución de ejecución coactiva emitida
por un Gobierno Local tiene ribetes de inconstitucionalidad, habida cuenta la inexistencia de
una razón técnica para dicha distinción.
A. Notificará al Deudor la resolución de embargo, la misma que deberá contener la identificación del
interventor informador.
B. No podrá recabar la información relacionada a procesos productivos, conocimientos tecnológicos y
similares, salvo que se encuentre relacionada con información relativa al movimiento económico o a la
situación patrimonial del Deudor.
C. Pondrá en conocimiento del Ejecutor los hechos que obstaculicen el normal desarrollo de sus funciones, a
fin de que éste adopte las medidas correspondientes.
D. Vencido el plazo señalado en la resolución que ordenó el embargo, informará por escrito al Ejecutor sobre
el resultado de las verificaciones efectuadas.
Respecto de las otras Administraciones tributarias, según el artículo 666° del Código Procesal Civil, el
informador está obligado:
• Informar, en las fechas señaladas por éste, respecto de las comprobaciones sobre el movimiento
económico de la empresa intervenida, así como otros temas que interesen a la materia controvertida; y
• Dar cuenta inmediata sobre los hechos que considere perjudiciales al titular de la medida cautelar, o que
obsten el ejercicio de la intervención.
Como puede apreciarse, el objeto del embargo en forma de intervención en información se limita a recabar
información, mas no implica de modo alguno de las facultades de administración o representación de la
empresa. Es decir, este tipo de embargos no constituyen una afectación directa sobre los bienes y rentas del
ejecutado. De hecho, después recogidas las informaciones directamente en la empresa embargada, el Ejecutor
podrá dictar las medidas de ejecución que correspondan (afectación de cuentas, facturas por cobrar, activos,
etc).
• Verificar y supervisar la administración de los frutos o utilidades que produzca el bien o los bienes
embargados.
• Si el bien embargado es la fuente principal de ingresos del Deudor, comprobar que de lo producido
por éste, sólo se realicen los gastos necesarios para el mantenimiento de la fuente productora, así
como para el cumplimiento de las obligaciones legales de naturaleza laboral, tributaria y alimenticia
cuyo vencimiento o fecha de pago se produzca durante la intervención.
• Rendir cuenta al Ejecutor de la gestión en forma periódica, con frecuencia no mayor a la mensual, a
fin que se pueda evaluar la efectividad de la medida cautelar.
• Poner a disposición de la SUNAT las utilidades o frutos obtenidos, dejando constancia de ello en el
Acta correspondiente, cuya copia será entregada al Deudor, a su representante o a la persona con
quien se entiende la diligencia.
Informar al Ejecutor de las situaciones que obstaculicen su desempeño, a fin que éste adopte las medidas del
caso.
• Presentar un informe al Ejecutor al término de su gestión, detallando las utilidades y los frutos que se
hubieren recaudado durante la medida, así como de las diversas gestiones realizadas en su función.
• Si como resultado de la medida de embargo, el Interventor pone a disposición de la SUNAT bienes
distintos al dinero, se variará dicha medida a embargo en forma de depósito.
• Ingresar el monto recaudado en la entidad bancaria ubicada en la dependencia de la SUNAT o en
cualquier Agencia, Sucursal u Oficina de la Red Bancaria autorizada para la recaudación de tributos,
cuando corresponda. Los documentos donde conste el ingreso al Fisco del monto recaudado serán 6
entregados al Deudor.
• Custodiar o poner bajo custodia, el dinero recaudado hasta el momento que realice el ingreso a que
se refiere el párrafo anterior.
Sobre el mismo tema, respecto de las otras Administraciones tributarias, el artículo 671° del Código
Procesal Civil señala que el administrador está obligado, según corresponda al bien o empresa, a:
En cambio, en el embargo en forma de depósito sin extracción de bienes el deudor tributario mantiene
la posesión, uso y/o disfrute del bien, pero el dicho bien sufre una afectación jurídica, de modo que,
deberá ponerse a disposición del Ejecutor coactivo cuando este funcionario así lo solicite. De hecho,
según el artículo 190° del Código Penal incurre en delito de apropiación ilícita el depositario que en
provecho propio o de un tercero se apropia de un bien recibido en calidad de depósito. En la medida de
ejecución en forma de depósito sin extracción de bienes se designa como depositario o custodio al mismo
deudor tributario.
Cualquiera fuese el tipo de embargo en forma de depósito, en virtud del artículo literal c) del numeral 1
del artículo 18° de la Resolución de Superintendencia N° 216-2004/SUNAT, la diligencia se materializará
en un acta de embargo, en la cual se consignarán los datos que permitan identificar al bien embargado,
tales como su naturaleza, cantidad, número de serie, marca de fábrica, modelo, color, año de fabricación,
estado de conservación, señas particulares o cualquier otra característica que corresponda al tipo de
bien. También, se deberá consignar en el acta, el lugar donde quedan depositados los bienes
embargados. En igual sentido, podemos citar el art. 644° del Código Procesal Civil, en relación a las
cobranzas coactivas realizadas por los Gobiernos Locales.
En cualquiera de los casos, la afectación de los bienes embargados en forma de depósito traerá como
consecuencia el remate de los bienes, previa tasación de los mismos; salvo que el deudor tributario
pague la deuda exigible o que la Administración tributaria apruebe el fraccionamiento tributario con
anterioridad al acto de remate.
De otro lado, el numeral 2) del literal a) del artículo 118° del Código Tributario contiene una
contradicción: Por un lado señala que cuando los bienes conformantes de la unidad de producción o
comercio, aisladamente, no afecten el proceso de producción o de comercio, se podrá trabar, desde
el inicio, el embargo en forma de depósito con extracción. Empero, a reglón seguido, el mismo
dispositivo también dispone que respecto de los bienes que se encuentren dentro de la unidad de
producción o comercio, "se trabará" (nótese la expresión imperativa) inicialmente embargo en forma
de depósito sin extracción de bienes, siendo que en este extremo de la norma no se distingue entre
7
los bienes que afecten o no aisladamente el proceso productivo.
Como fuera, el embargo en forma de depósito es una de las formas de ejecución forzada que
produce una mayor sensibilidad en la esfera patrimonial y psicológica del contribuyente. Es por esta
razón que el último párrafo del numeral 2) del literal a) del artículo 118° del Código Tributario señala
que el Ejecutor Coactivo, a solicitud del deudor tributario, podrá sustituir los bienes afectados por
otros de igual o mayor valor.
Ahora, este tipo de afectaciones, al igual que los embargos en forma de depósito conllevan a la
tasación y posterior remate de los bienes, salvo que el deudor tributario pague la deuda puesta a cobro o le sea
aprobado un fraccionamiento tributario.
Las citadas normas precisan que el importe de tasas registrales u otros derechos, deberá ser pagado
por la Administración Tributaria con el producto del remate, luego de obtenido éste, o por el interesado con
ocasión del levantamiento de la medida. Sobre este mismo punto, en la RTF N° 2670-5-2007 el Tribunal Fiscal
ha señalado como criterio de observancia obligatoria que:
"En el caso que se declare fundada la intervención excluyente de propiedad de un bien sobre el cual
se hubiera trabado una medida de embargo en forma de inscripción, la Superintendencia Nacional de
Administración Tributaria (SUNAT) está obligada al pago de las tasas regístrales u otros derechos
exigidos para la anotación y/o el levantamiento de dicha medida cautelar."
En forma de retención
Ésta es una medida ejecutiva de suma efectividad, pues la misma le permite a la Administración
efectuar el cobro de la deuda de manera inmediata, sin necesidad de aplicar el procedimiento de tasación y
remate de bienes.
El embargo en forma de retención, como indica el numeral 4) del literal a) del artículo 118° del Código
Tributario, recae sobre los bienes, valores y fondos en cuentas corrientes, depósitos, custodia y otros, así como
sobre los derechos de crédito de los cuales el deudor tributario sea titular, que se encuentren en poder de
terceros. Similar redacción contiene el inciso d) del artículo 33° de la Ley 26979.
Ahora, estos terceros pueden ser una entidad del Estado que efectúa adquisiciones al ejecutado, una
entidad del sistema financiero donde este último tiene depositados sus ahorros o un cliente directo del
proveedor.
Respecto de los proveedores de las entidades del Estado, el artículo 2° del Decreto Legislativo 931,
de fecha 10.10.2003, señala que a través del respectivo medio informático dichas entidades estatales deberán
comunicar a la SUNAT cada vez que se devengue un gasto a favor de sus Proveedores. Asimismo, en caso el
sistema informático señale que el Proveedor tiene deuda tributaria, la SUNAT deberá notificarle a la Entidad,
hasta el día hábil siguiente de efectuada la comunicación, la resolución que permita trabar el embargo en forma
de retención. Por último, desde que la Entidad estatal conozca la existencia de la deuda Tributaria hasta el
vencimiento del plazo antes indicado o la notificación de la resolución respectiva, lo que ocurra primero, la
Entidad no deberá efectuar pago alguno al Proveedor por concepto del gasto que se ha devengado.
En este mismo orden de ideas, según el artículo 2° del Decreto Legislativo N° 932, las Empresas del Sistema
Financiero deberán implementar y mantener en funcionamiento el "Sistema de embargo por medios
telemáticos" mediante el cual la SUNAT notificará, al amparo del inciso b) del artículo 104 del Código Tributario,
las resoluciones que dispongan embargos en forma de retención a terceros o las vinculadas a dicho embargo,
8
en la forma, condiciones y oportunidad que ésta indique.
Por último, respecto de las medidas en forma de retención notificadas a los clientes del proveedor, la
medida podrá ejecutarse mediante la diligencia de toma de dicho o notificando al tercero, a efectos que se
retenga el pago a la orden de la Administración Tributaria.
En cualquiera de los casos antes señalados, una vez notificada la resolución coactiva de embargo en forma de
retención, se generan las siguientes obligaciones formales con sus consiguientes infracciones en caso de
incumplimiento:
Por último, debe tenerse bien presente que la resolución de embargo en forma de retención no agota
sus efectos en la oportunidad que el tercero entrega los créditos y/o bienes al Ejecutor coactivo, sino que este
mandato administrativo se mantendrá hasta la fecha en que la Administración ordene el levantamiento de la
medida.
En este sentido, si una Administración Tributaria trabase una medida de ejecución forzada sobre algún
bien de naturaleza inembargable, el deudor tributario deberá solicitar el levantamiento inmediato de dicha
medida, adjuntando los medios probatorios correspondientes.
Así por ejemplo, si el Ejecutor coactivo trabase un embargo en forma de retención sobre las
remuneraciones de un trabajador con vínculo de dependencia, el mismo deberá solicitar de inmediato la
desafectación de las sumas embargadas, acreditando su derecho con las últimas boletas de pago de
remuneraciones y los estados de cuenta de bancarios correspondientes a los depósitos de estas
remuneraciones. Incluso, si el Ejecutor coactivo denegase la solicitud de desafectación de la cuenta de
haberes, considero que el administrado podrá recurrir en vía de Queja ante el Tribunal Fiscal.
Como regla general, el artículo 121° del Código Tributario señala que la tasación de los bienes embargados se
efectuará por un (1) perito perteneciente a la Administración Tributaria o designado por ella. En este punto, el
Código Tributario también difiere de la Ley N° 26979, norma aplicable a los procedimientos coactivos de las
entidades municipales. En este sentido, según los artículos 21° y 37° de esta última norma la tasación y remate
de los bienes embargados por deudas tributarias municipales se efectuará de acuerdo a las normas que para el
caso establece el Código Procesal Civil, con lo cual, de conformidad con el artículo 728° del mencionado
Código la tasación debe ser elaborada por dos (2) peritos tasadores.
De conformidad con el artículo 121° del Código Tributario, respecto de los procedimientos
desarrollados por la Administración tributaria en general, luego de aprobada la tasación o siendo innecesaria
ésta, el Ejecutor Coactivo convocará a remate de los bienes embargados, sobre la base de las dos terceras
partes del valor de tasación. Si en la primera convocatoria no se presentan postores, se realizará una segunda
en la que la base de la postura será reducida en un quince por ciento (15%). Si en la segunda convocatoria
tampoco se presentan postores, se convocará nuevamente a remate sin señalar precio base. El remanente
que se origine después de rematados los bienes embargados será entregado al ejecutado.
El dispositivo antes glosado difiere en parte del artículo 742° del TUO del Código Procesal Civil,
aplicable a los remates convocados por las Municipalidades, según el cual si en la primera convocatoria no se
presentan postores, se convoca a una segunda en la que la base de la postura se reduce en un quince por
ciento. Si en la segunda convocatoria tampoco se presentan postores, se convoca a una tercera, reduciendo la
base en un quince por ciento adicional. Si en la tercera convocatoria no hay postores, a solicitud del ejecutante
podrá adjudicársele directamente el bien, por el precio base de la postura que sirvió para la última
convocatoria, pagando el exceso sobre el valor de su crédito, si hubiere.
Al respecto, el artículo 235° del Código Procesal Civil señala que es documento público el otorgado
por funcionario público en ejercicio de sus atribuciones, la escritura pública y los demás documentos otorgados
ante o por notario público.
En este mismo sentido, el artículo 236° del mismo Código Procesal Civil documento privado es aquel
que no tiene las características del documento público. El mismo artículo precisa que la legalización o
certificación de firmas no convierte al documento privado en un documento público.
En los tres casos previstos en el Código Tributario, el documento exhibido por el tercerista debe
acreditar fehacientemente la propiedad sobre los bienes afectados.
Así por ejemplo, en la RTF N° 6710-1-2006, el Tribunal Fiscal señaló que con los respectivos
testimonios de escritura pública ofrecidos por el tercerista, se acredita que los bienes materia de embargo le
fueron transferidos con anterioridad a la fecha en que se dictó la medida cautelar sobre los mismos.
En este orden de ideas, en la RTF N° 101-4-2000 el Tribunal Fiscal señaló que una guía de remisión
sustenta el traslado de los bienes, mas no la propiedad de los mismos.
No obstante el requisito de fehaciencia exigido por el Código Tributario, en algunas ocasiones el
Tribunal se ha mostrado un tanto más flexible.
Así por ejemplo, en la RTF N° 1127-4-2001 el Tribunal Fiscal señaló que el tercerista ha acreditado la
posesión del local en donde se desarrolló la diligencia de embargo a través del respectivo contrato de
arrendamiento, por lo que resulta de aplicación la presunción establecida en el artículo 913° del Código Civil,
según la cual la posesión de un inmueble hace presumir la propiedad respecto de los bienes muebles que se
hallan en él. Es decir, en este caso, el Colegiado no exigió un documento que acredite directamente la
propiedad sobre los bienes muebles embargados, siendo suficiente el contrato de alquiler respecto del
inmueble.
Otro ejemplo de flexibilidad del Colegiado lo encontramos en la RTF N° 102635-2001, en la cual el
Tribunal Fiscal señaló que, tratándose de bienes muebles no registrables, el documento que acredita la
propiedad es el comprobante de pago emitido por el vendedor en la que se describen los bienes objeto de
trasferencia.
No puede dejar de mencionarse la RTF 8184-1-2007, según la cual procede que un mismo
procedimiento de cobranza coactiva se interponga una nueva tercería o intervención excluyente de propiedad,
aun cuando el Tribunal Fiscal haya desestimado con anterioridad una sobre la misma bien materia de embargo,
si se sustenta en la presentación de nuevos medios probatorios.
Por otro lado, en el artículo 533°, el Código Procesal Civil contempla no sólo la tercería excluyente de
propiedad, sino también la tercería de derecho preferente de pago. Al respecto, en el Informe N° 004-
2007/SUNAT, la SUNAT ha señalado que ni el Ejecutor Coactivo ni ningún órgano de la Administración
Tributaria tienen competencia para pronunciarse sobre la Intervención de Derecho Preferente, siendo
competente para ello el Poder Judicial.
Respecto del procedimiento de la tercería excluyente de propiedad, el artículo 120° del Código
Tributario establece lo siguiente:
• La tercería excluyente de propiedad podrá interponerse en cualquier momento antes del inicio del
remate del bien.
• Como se ha indicado líneas arriba, la solicitud en cuestión debe acompañarse de un documento que
acredite fehacientemente la propiedad del bien.
• El Ejecutor califica el escrito interpuesto por el tercerista y lo admite a trámite.
• Como consecuencia de la admisión a trámite, el Ejecutor coactivo suspenderá el remate de los bienes
objeto de la solicitud y correrá traslado del escrito de tercería al ejecutado.
• El ejecutado está en la posibilidad de pronunciarse respecto de la solicitud en el término de cinco días
hábiles.
• Con la respuesta del ejecutado o sin ella, el Ejecutor debe pronunciarse respecto de la solicitud en el
término de término de treinta días hábiles.
• La resolución dictada por el Ejecutor coactivo es apelable al Tribunal Fiscal en el término de cinco días
hábiles siguientes a su notificación.
• Durante la tramitación de la tercería o del recurso de apelación, el Ejecutor está obligado a suspender
cualquier actuación tendente a ejecutar los embargos trabados respecto de los bienes objeto de la
solicitud de tercería. 11
Sin embargo, la redacción de la norma antes glosada no es la más feliz, pues da la impresión que el
Ejecutor no está obligado a acatar los mandatos del Tribunal Fiscal ni del Poder Judicial, cuando,
precisamente, son estos órganos los encargados de controlar la legalidad de las actuaciones del funcionario
coactivo. Además, tampoco es exacto que ningún órgano político puede suspender los procedimientos
coactivos, pues no es poco frecuente que el Congreso de la República, el Poder Ejecutivo o el Concejo
Municipal expidan leyes, decretos legislativos u ordenanzas municipales, disponiendo la condonación de
deudas tributarias, aun de aquellas que se encuentren en plena cobranza coactiva.
Por lo mismo, lo más adecuado desde un punto de vista técnico es eliminar del Código Tributario (o al
menos, reformular) la expresión antes glosada y a la vez, diseñar un marco de protección a la autonomía de los
funcionarios coactivos de la Administración tributaria nacional, por ejemplo, a través de los concursos públicos
de méritos.
1. Cuando el deudor tributario presenta una declaración rectificatoria determinando una menor
obligación tributaria.
2. Cuando la Administración pretende la cobranza de pagos a cuenta una vez determinado el
importe de la obligación principal.
3. Cuando la Administración pretende el cobro de deudas no reconocidas expresamente en la
declaración jurada.
4. Cuando el deudor realizó pagos contra la deuda puesta a cobro, pero, por error, consignó
equivocadamente el número de ruc, periodo o código del tributo.
En los casos antes señalados, corresponderá al deudor tributario interponer el correspondiente
recurso de reclamación (o, incluso, se podrá interponer el formulario N° 194, el cual tiene la naturaleza
de una reclamación especial) en el plazo perentorio de veinte días hábiles. Pero, además, en el
supuesto que la orden de pago ya hubiese sido generada la respectiva resolución de ejecución coactiva,
corresponderá solicitar la inmediata suspensión de la cobranza coactiva directamente al Ejecutor
coactivo. Incluso, en el supuesto que el Ejecutor se negase a suspender la cobranza coactiva, el
contribuyente podrá interponer un denominado recurso de Queja.
De otro lado, resulta importante mencionar que en la reiterada jurisprudencia del Tribunal Fiscal
encontramos que dicho Colegiado, ante las quejas interpuestas alegando el inicio indebido de la
cobranza coactiva, dispone la suspensión temporal de los procedimientos de cobranza coactiva, cuando
verifica en autos que la Administración ha dictado medidas de embargo (generalmente, próximas a
ejecutarse), ello con la finalidad de evitar un posible perjuicio al contribuyente. En este sentido, puede
citarse, por ejemplo, la RTF N° 03830-2-2008.
Revista Cedetri Agosto 2020
I. Breviario
En las siguientes páginas haré un breve repaso tributaria facultada, en el ejercicio de su función
sobre el procedimiento de fiscalización, sus plazos, fiscalizadora, a notificar a los contribuyentes a
los tipos de fiscalización previstos en el fin que le proporcionen la información tributaria
ordenamiento jurídico, y revisare como concluye el y documentación pertinente con la cual pueda
procedimiento de fiscalización. determinar la verdadera naturaleza del hecho
imponible, teniendo en consideración los actos,
II. Qué es la fiscalización tributaria situaciones y relaciones económicas que
efectivamente realicen, persigan o establezcan
El Código Tributario no nos da una definición
los deudores tributarios.”
exacta de lo que es una fiscalización tributaria, lo
único que detalla el Artículo 62° son las facultades En la definición de la citada resolución, se recoge la
de fiscalización en forma discrecional, ya sea potestad de la administración tributaria para
exigiendo libros, registros, documentación comprobar el cumplimiento de las obligaciones
relacionada con hechos susceptibles de generar tributarias, con participación del deudor tributario
obligaciones tributarias, correspondencia y terceros para alcanzar dichos objetos. Por mi
comercial, entre otros. parte, podría agregar, que la facultad de
fiscalización permite a la administración tributaria
Sin embargo, de la jurisprudencia emitida por el modificar la determinación de la obligación
Tribunal Fiscal, ha encontrado en la RTF N° tributaria cuando se constate la omisión o
09515-5-2004 una definición de lo que es inexactitud de la información proporcionada por
fiscalización tributaria, la cual ha sido realizada, los contribuyentes, siguiendo la potestad que se
interpretando el Artículo 62° y el último párrafo de encuentra en el artículo 61° del Código Tributario.
la Norma IV del Título Preliminar del Código
Tributario, y que es como se detalla a continuación: III. Diferencia del procedimiento de
fiscalización con la verificación y la acción
“La facultad de fiscalización es el poder del que inductiva
goza la administración tributaria según ley, con
la finalidad de comprobar el cumplimiento de En este punto quisiera hacer la distinción entre el
las obligaciones y la procedencia de beneficios procedimiento de fiscalización con los actos de
tributarios; asimismo, supone la existencia del verificación y las acciones inductivas practicadas
deber de los deudores tributarios y terceros de por la administración tributaria a efectos de
realizar las prestaciones establecidas legalmente entender las diferencias.
para hacer posible esa comprobación, cuyo
Tal como hemos mencionado en el punto anterior,
i n c u m p l i m i e n t o c o n s t i t u ye i n f ra c c i ó n
la fiscalización tributaria busca comprobar el
sancionable, encontrándose la administración
cumplimiento de las obligaciones formales del
21
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02110-10-2011 y 03312-1-2013:
http://www.mef.gob.pe/contenidos/tribu_fisc/Tribunal_Fiscal/PDFS/2008/4/2008_4_10177.pdf
http://www.mef.gob.pe/contenidos/tribu_fisc/Tribunal_Fiscal/PDFS/2011/10/2011_10_02110.pdf
http://www.mef.gob.pe/contenidos/tribu_fisc/Tribunal_Fiscal/PDFS/2013/1/2013_1_03312.pdf
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El procedimiento no contencioso
1.- Generalidades
Los procedimientos no contenciosos comprenden a aquellos procedimientos en donde, al iniciarse, no
significan un conflicto de intereses entre el deudor tributario y la Administración Tributaria, sino que lo que
persiguen los deudores tributarios a través de dichos procedimientos es la emisión o realización de un acto
administrativo destinado al reconocimiento de un derecho o el otorgamiento de una autorización.
Cabe señalar que los procedimientos no contenciosos son llamados asi porque, como dijimos
anteriormente, al inicio no importan un conflicto de intereses entre los deudores tributarios y el órgano
administrador del tributo; sin embargo, ello no impide que ante la denegatoria de una solicitud o autorización
por parte de la entidad, posteriormente el procedimiento no contencioso devengue en un procedimiento
contencioso.
Los procedimientos no contenciosos están integrados por las solicitudes (compensación, prescripción,
etc.), autorizaciones (Inscripción en el Registro de las Imprentas Autorizadas, Alta de Maquinas
Registradores, etc.) y comunicaciones (Comunicación de pérdida de libros contables, comunicación de
emisión de acciones, etc.).
Este tipo de procedimientos, como su nombre mismo lo indica se en encuentran relacionados a aquellas
solicitudes vinculadas a la determinación de la obligación tributaria. Es decir, son procedimientos
relacionados al acto a través del cual el contribuyente fija la cuantía del tributo y lo hace exigible.
Ejemplos de estos procedimientos lo constituyen las solicitudes de prescripción de la obligación
tributaria, la compensación o la devolución de un saldo a favor, en los que la materia que se discute se
encuentra estrictamente vinculada a la determinación de la deuda tributaria.
2.1.2.- Características
2.2.2 Características
Los procedimientos no contenciosos no vinculados a la determinación de la obligación tributaría revisten
las siguientes características:
(i) Se rigen básicamente por las normas contenidas en la Ley del Procedimiento Administrativo General.
(ii) Deben ser resueltas y notificadas en un plazo no mayor de treinta (30) días hábiles, salvo regulación
especial
distinta.
(¡ii) Contra las resoluciones que ponen fin al procedimiento procede la presentación de los medios
impúgnatenos regulados en la Ley del Procedimiento Administrativo General, según sea el caso: El
recurso de reconsideración El recurso de apelación. El recurso de revisión.
La reclamación constituye la primera etapa del procedimiento contencioso tributario. El inicio de dicho
procedimiento tiene por finalidad que la entidad que emitió el acto administrativo materia de impugnación
proceda a su revocación.
Sobre el particular, el Código Tributario señala que los deudores tributarios directamente afectados por
actos de la Administración Tributaria podrán interponer reclamación. En este sentido, apreciamos que la
facultad de interponer reclamación constituye un derecho que a su vez se fundamenta en la facultad de
contradecir los actos administrativos, según los reconoce la propia Ley del Procedimiento Administrativo
General.
En la etapa se observa que la Administración Tributaria actúa-como parte y órgano resolutor, situación
que no se produce en la siguiente etapa administrativa según observamos a continuación.
Esta etapa se inicia con la presentación del recurso de apelación que constituye aquel medio
impugnatorio presentado por el contribuyente en caso se declare improcedente la reclamación interpuesta
en primera instancia ante-la Administración Tributaria.
Este recurso deberá ser presentado ante la propia administración tributaria para que esta proceda a
verificar los requisitos de admisibilidad y posteriormente es elevado al Tribunal Fiscal para su resolución.
La etapa de apelación ante el Tribunal pone fin a la instancia administrativa, teniendo el deudor tributario
la facultad de solicitar la revisión del acto administrativo emitido por el Tribunal Fiscal en la vía judicial
mediante el proceso contencioso administrativo.
Cada una de las etapas que conforman el procedimiento contencioso tributario será desarrollada de una
manera detallada en el capítulo referente al procedimiento contencioso tributario.
En el presente artículo el autor sugiere en forma breve y precisa las necesarias modificaciones que deben
producirse en los principales elementos que conforman nuestro Sistema Tributario actual: el Código
Tributario, el Impuesto a la Renta y el Impuesto General a las Ventas. A criterio del destacado autor, dichos
cambios en la normativa deberían ser el resultado de la implementación de una política tributaria que
elabore el Sistema, y que se proyecte al futuro, a la luz de los cambios que se vienen experimentando en
la economía mundial.
1. Introducción: un poco de historia forma ordenada, cuáles eran los tributos vigentes en el
país, fórmula que fue posteriormente adoptada por el
Cuando hablamos de Sistema tributario, nos Decreto Legislativo 771 en diciembre de 1994, vigente
estamos refiriendo al conjunto de normas jurídicas hasta nuestros días.
que establecen tributos y las que regulan los
procedimientos y deberes formales necesarios para Retrocediendo por un instante al 1o de enero de
hacer posible el flujo de tributos al Estado, así como 1994, nos encontramos con un Sistema tributario
las que contienen los principios del Derecho Tributario, racionalizado, con una relación de tributos listados, con
usualmente sedimentadas en el texto Constitucional. muy pocas exoneraciones y beneficios tributarios, y con
En ese escenario, el Sistema tributario es más amplio reglas claras que facilitaban su entendimiento por parte
que Régimen tributario, qué sólo se refiere a las normas de los operadores del sistema, vale decir de los sujetos
referidas a los tributos. pasivos y de la Administración Tributaria. Pero, doce
años después, nos encontramos con que dicho Sistema
Las bases normativas de nuestro actual Sistema ha cambiado gracias a diversas alteraciones a las que
tributario, se encuentran en la profunda reforma el legislador nos ha tenido acostumbrados cada 31 de
86
tributaria llevada a cabo en diciembre de 1990, cuando diciembre de estos ocho años, teniendo hoy un amasijo
a través de los Decretos Legislativos 61 7, 61 9, 620, de regímenes tributarios confusos y contradictorios,
621, 622 y 623 se derogaron una exorbitante cantidad con marchas y contramarchas y marchas nuevamente',
de tributos ineficientes y de baja recaudación que que cooperan para incrementar la inseguridad jurídica
distraían y complicaban la labor de la Administración en materia tributaria que percibe aquél que planea
Tributaria, sin generar mayores recursos al Estado (es realizar una inversión en el Perú.
el caso del Impuesto a las Ventas al exterior, Impuesto
a las exportaciones por el puerto de Paita y el Tributo a No dudamos que en muchos casos, las modificaciones
los Productos Pesqueros). Posteriormente, por Decreto han sido necesarias, al advertirse defectos o vacíos en
Ley 25988 de diciembre de 1992, se derogó otro gran las normas y que generaban pérdidas en la recaudación
grupo de tributos destinados y de escasa recaudación, tributaria. Tan sólo, queremos dejar evidencia que
así como tasas cuyo rendimiento tenía un destino ello no debería ocurrir en un Sistema tributario
ajeno al de cubrir el costo de las obras o servicios (por adecuadamente concebido, esto es, elaborado como
ejemplo, el tributo por salida al exterior) y una serie de un todo unitario, y no en base a un conjunto de parches
privilegios y beneficios tributarios. Este Decreto Ley, a y remiendos legislativos de última hora. ¿Cómo lograr
su vez, de forma que juzgamos adecuada, mencionó de ello? Creemos que delineando desde hoy una política
• Abogado. Profesor de Derecho Tributario de la Pontificia Universidad Católica del Perú. Asociado encargado del Área Tributaria del Estudio Llona & Busta-
mante, Abogados.
1 Una prueba de ello, son las variaciones que sufrió el valor del terreno en los supuestos de primera venta de bienes inmuebles que del rnes de junio de 2000
a enero de 2001 sufrió cuatro cambios. Ver al re~pecto Al va Matteucci, Mario, López-Ameri, Susana. La valorización de/os terrenos en la primera venta de
inmuebles: Problemas de aplicación del Reglamente de la Ley dei/GV luego de las modificaciones efectuadas en el año 2000. Análisis Tributario. enero
2001' pág. 25 - 27.
1 Jorge Bravo Cucci 1
tributaria en función a la cual se elabore el Sistema, y a) Ecualizar las tasas de interés moratorio respecto de
que se proyecte al futuro, a la luz de los cambios que las diversas Administraciones Tributarias. No existe
la economía mundial viene experimentando, como razón técnica para que existan tasas diversas.
es el caso del comercio electrónico y sus efectos b) La tasa de interés aplicable a los pagos indebidos
en la tributación, la doble o múltiple tributación o en exceso no debe ser menor a la tasa de interés
producto de la internacionalización de las operaciones moratorio.
empresariales, la tributación como un medio de e) Toda fiscalización tributaria debe concluir con
disuasión a la contaminación ambiental, sólo por citar una Resolución por parte de la Administración
algunos ejemplos. Tributaria.
d) Debe establecerse un mecanismo de resarcimiento
2. Constitución y Sistema Tributario por los daños y perjuicios que la Administración
Tributaria ocasiona al Administrado.
Una evaluación del Sistema tributario, debe partir por e) Resulta imperioso legalizar el concordato como
la norma de mayor jerarquía que contiene los principios método conciliatorio.
que rigen a los tributos: en nuestro caso la Constitución f) La administración de justicia tributaria debe
Política del Perú. efectuarse a nivel jurisdiccional y no a nivel
administrativo.
En ese sentido, es destacable la labor del Tribunal
Constitucional, órgano jurisdiccional que viene 4. Impuesto a la Renta
pronunciándose reiteradamente respecto a los
principios tributarios que la constitución peruana La legislación en materia del Impuesto a la
contempla, acogiendo la teoría de los principios Renta debe adecuarse a las actuales tendencias
constitucionales implícitos. En efecto, a través d la mundiales, fundamentalmente en lo relacionado a
Sentencia recaída en el Expediente 0033-2004-AI/TC las operaciones internacionales que generan rentas
se reconoce que aún cuando el texto constitucional de diversa fuente y en cuya tributación confluyen
no se refiere expresamente al principio de capacidad diversos fiscos. En ese escenario, deben celebrarse
contributiva, se trata de un principio constitucional convenios para evitar la doble o múltiple imposición
de carácter implícito cuya presencia se deduce del y convenios de intercambio de información entre
principio de igualdad. Administraciones Tributarias, a los efectos de
fomentar la inversión extranjera.
3. Código Tributario
Mención aparte merece el proyecto de someter periodos mayores, dadas las actuales circunstancias
a imposición las sobreganancias de las empresas económicas por las que atraviesa el país.
mineras. En nuestra opinión, se trata de un tributo que
estaría recayendo sobre la renta de las empresas ya S. Impuesto General a las Ventas
sometida a previa imposición, generándose un efecto
de doble imposición. Tal proyecto normativo adolece Respecto del Impuesto General a las Ventas,
de diversas críticas que van más allá de cuestiones consideramos que debe revisarse su estructura a los
meramente técnicas. En efecto, el referido impuesto efectos de implementar los siguientes cambios:
vulneraría el principio constitucional de igualdad, pues
a igual capacidad contributiva, se estarían aplicando a) Generalizar el impuesto, incorporando supuestos
alícuotas distintas a las empresas mineras, respecto que actualmente no se encuentran alcanzados
de las que se aplican a las empresas que realizan otras con el impuesto y definir con mayor claridad los
actividades económicas. supuestos de afectación.
En particular, creemos que la legislación en materia de b) Eliminar en lo posible las exoneraciones que atentan
Impuesto debería contemplar lo siguiente: contra la neutralidad del impuesto y provocan
pérdida en la recaudación tributaria.
a) La tributación de las rentas de las personas naturales
debería contemplar un sistema de deducciones más e) Establecer reglas más claras con relación al régimen
justo y equitativo, a los efectos de gravar con el impuesto de retenciones del impuesto, fundamentalmente en
el real enriquecimiento y no montos ficticios. lo que respecta a operaciones con letras de cambio
y otros medios de pago.
b) Evaluar la conveniencia de gravar los dividendos, en
tanto se trata de una normativa compleja que generará d) Incorporar de forma expresa en la legislación,
muchos problemas interpretativos y de aplicación por el principio de realidad económica, que ha sido
parte de los contribuyentes y del fisco. reconocido en diversas ResolucionesdeiTribunal Fiscal,
y de tal forma, privilegiarla sustancia de las operaciones
e) Permitir el arrastre de pérdidas tributarias por en contraposición a las meras formalidades.~
88
Título Preliminar
NORMA II
5. EL IMPUESTO
108
Ámbito de aplicación
NORMA II
Dentro de este bosquejo, a fin de precisar mejor sus elementos, conviene referir los con-
ceptos de impuesto establecidos en el inciso c) del numeral 2 del artículo 2 de la nueva
LGT española vigente: «Impuestos son los tributos exigidos sin contraprestación cuyo
[51] El texto del concepto de impuesto, por su frase nuclear ([…] no origina una contraprestación directa
en favor del contribuyente […]), ha recibido una razonable crítica por parte de Sotelo Castañeda
(2011: 273-274) en razón de que una interpretación sin matices puede llevar a asumir que esta
característica también la cumple la contribución.
109
Título Preliminar
NORMA II
hecho imponible está constituido por negocios, actos o hechos que ponen de manifies-
to la capacidad económica del contribuyente»; y en el artículo 3 del Modelo de Códi-
go Tributario del CIAT (versión 2015): «Impuesto es el tributo cuya obligación tiene
como hecho generador y como fundamento jurídico una situación independiente de
toda actuación estatal relativa al contribuyente que pone de manifiesto una determi-
nada capacidad contributiva del mismo».[52]
Como ya se ha adelantado, es indudable que siendo el impuesto una clase de tri-
buto, debe cumplir con las características generales expuestas para este. Asumien-
do tal condición, consideramos importante –apoyados principalmente en Villegas
(2002: 158)– resaltar sus elementos propios (elementos que en su base teórica se pue-
den observar en cualquier impuesto; por ejemplo, en el Impuesto General a las Ven-
tas, el Impuesto a la Renta o en el Impuesto Predial):
[52] Así tenemos, dos elementos vinculantes (y vinculados: 1, la capacidad económica o contributiva
como fundamento de su gravamen; 2, hecho imponible: hechos, actos, actividades o negocios
establecidos por ley) y dos desvinculantes (1, inexistencia de contraprestación por su pago; 2,
hecho imponible: independiente de alguna actuación estatal).
110
Ámbito de aplicación
NORMA II
[53] «Existe un deber moral de concurrir al mantenimiento de la organización en que se vive, porque
en ella es posible la vida y el gozo de los bienes propios y de los de carácter público que el Estado
proporciona sin individualizarlos en un sujeto determinado. La legislación transforma ese deber
moral en una obligación jurídica (Declaración Americana de los Derechos del Hombre, art.
XXXVI)» (Damarco 2003: 66).
[54] V.g.: Impuesto a la renta.
[55] V.g.: Impuesto general a las ventas e impuesto selectivo al consumo.
[56] V.g.: Impuesto predial, impuesto al patrimonio vehicular e impuesto a las embarcaciones de recreo.
[57] ¿Se cumple con respetar el principio de capacidad contributiva en el caso del Impuesto a las Tran-
sacciones Financieras?
111
Título Preliminar
NORMA II
Tarsitano (1994: 307) señala que la capacidad contributiva es una «“aptitud” del
contribuyente para ser sujeto pasivo de obligaciones tributarias, aptitud que viene es-
tablecida por la presencia de hechos reveladores de riqueza (capacidad económica)
que, luego de ser sometidos a la valorización del legislador y conciliados con los fines
de naturaleza política, social y económica, son elevados al rango de categoría impo-
nible». Para Casás (2008: 249-250) la capacidad contributiva «consiste en la aptitud
económica de los obligados tributarios para afrontar prestaciones patrimoniales pú-
blicas coactivas con las cuales brindar cobertura a los gastos públicos y satisfacer otras
necesidades del Estado».
El profesor sanmarquino Fernández Cartagena (2006: 171-173) nos recuerda que
la capacidad contributiva es definida como la idoneidad de un sujeto para hacer fren-
te a las cargas tributarias, expresada en diversas manifestaciones de riqueza; y recu-
rriendo al criterio del Tribunal Constitucional completa informando que la capacidad
contributiva no alude a la mera manifestación de riqueza (capacidad económica) sino
«supone una valoración previa por parte del legislador, quien objetivamente elige un
determinado hecho revelador de capacidad económica y lo eleva al grado de hecho
imponible, por considerar que dicha aptitud económica, al ser contrapuesta con los
valores y fines del Estado, lo legitima para el cobro de tributos como un mecanismo
de redistribución de la riqueza o para cumplir otras finalidades constitucionalmente
consideradas valiosas».
En esta línea, el Tribunal Constitucional, asumiendo su vinculación con la materia
tributaria como un principio constitucional exigible (cuya mención expresa en el ar-
tículo 74 de la Constitución no es indispensable, pues considera que su fundamento y
rango constitucional es implícito en la medida que constituye la base para la determi-
nación de la cantidad individual con que cada sujeto puede/debe en mayor o menor
medida, contribuir a financiar el gasto público, y que además su exigencia no sólo sirve
de contrapeso o piso para evaluar una eventual confiscatoriedad, sino que también se
encuentra unimismado con el propio principio de igualdad, en su vertiente vertical),
ha señalado que se trata del presupuesto legitimador para establecer tributos (STC Nº
0033-2004-AI/TC) o el elemento que justifica el cobro de tributos (STC Nº 00053-2004-
AI/TC); y asociando su aplicación al impuesto, precisa que la apelación a la capacidad
contributiva como sustento de la imposición es innegable en tal caso, «pues estos tri-
butos no están vinculados a una actividad estatal directa a favor del contribuyente, sino
más bien, básicamente, a una concreta manifestación de capacidad económica para
contribuir con los gastos estatales. Lo recaudado por estos tributos va a una caja fiscal
única para luego destinarse a financiar servicios generales e indivisibles» (FJ. VIII. B.
2 de la STC Nº 00053-2004-AI/TC).
El impuesto debe estructurarse de tal manera que las personas con mayor aptitud
económica aporten en mayor medida, salvo que esta regla medular sufra excep-
ciones basadas en la promoción del bienestar general.
112
Ámbito de aplicación
NORMA II
5.2. Clasificación
Nuestro Código Tributario no ha establecido una clasificación de impuestos. Es
la teoría la que ha establecido diversas y variadas clasificaciones; para tal efecto se
han tenido en cuenta, por ejemplo, al ente que ejerce el poder tributario, su razón
económica, la característica o faceta del hecho imponible; otros, más directamen-
te, lo han clasificado en directos e indirectos, progresivos y regresivos, ordinarios y
113
Título Preliminar
NORMA II
extraordinarios (Schindel 2003: 577). Aquí, por su utilidad didáctica, haremos re-
ferencia a algunos tipos.
114
Ámbito de aplicación
NORMA II
115
Título Preliminar
NORMA II
que han ido devengando o generando en cada operación gravada con el IGV, por
ejemplo, se acumulan y entregan al fisco cada mes). (Menéndez Moreno 2002:
167.)
Ordinarios (de periodicidad regular; se imponen con carácter de permanencia)
y extraordinarios (para períodos determinados; por ejemplo en épocas de crisis
o de grave desequilibrio en la economía).
Fijos (considera una suma o monto invariable por cada hecho imponible, sin con-
siderar la riqueza involucrada), proporcionales (aquellos en los cuales la alícuota,
o «tasa», aplicable a la base imponible, permanece constante), regresivos (aquellos
cuya alícuota es decreciente a medida que aumenta el monto imponible) y progre-
sivos (los establecidos con una alícuota que crece según aumenta la base imponi-
ble o que se eleva por otras circunstancias, según categorías). (García Vizcaíno
2009: 67-68.)
En nuestro país se encuentra vigente un conjunto de impuestos que, gravando
no solo las típicas manifestaciones de riqueza, proveen de recursos tributarios al go-
bierno central y a los gobiernos locales (véase los comentarios sobre el sistema tribu-
tario nacional en el punto 3 de los comentarios de la Norma II).
6. LA CONTRIBUCIÓN
116
Ámbito de aplicación
NORMA II
Conviene citar, como complemento didáctico, lo establecido por el inciso b) del nu-
meral 2 del artículo 2 de la LGT española vigente (Contribuciones especiales son los
tributos cuyo hecho imponible consiste en la obtención por el obligado tributario de un
beneficio o de un aumento de valor de sus bienes como consecuencia de la realización de
obras públicas o del establecimiento o ampliación de servicios públicos) y lo propuesto
por el artículo 5 del Modelo de Código Tributario del CIAT, versión 2015 (Contribu-
ción especial es el tributo cuya obligación tiene como hecho generador beneficios especia-
les derivados de la realización de obras públicas, o ampliación de servicios públicos. Su
producto no debe tener un destino ajeno a la financiación de las obras o las actividades
que constituyen el presupuesto de la obligación).
Así, como indica el maestro Valdés Costa (1996: 179), tiene como presupuesto
de hecho la «actividad del Estado realizada con fines generales, que simultáneamen-
te proporciona una ventaja particular al contribuyente».
En esa línea, los beneficios, que pueden ser individuales o de grupos sociales
(téngase en cuenta que se satisface una necesidad pública colectiva y sin duda se
producen beneficios generales a toda la colectividad vinculada, empero respecto
de determinados sujetos hay un beneficio diferente –diferencial– y distinguible),
derivarán de tal actividad estatal (indirecta y mediata respecto del obligado). Hay
que anotar, con Sotelo Castañeda (2011: 273), que el «beneficio es diferencial
porque la obra pública o la actuación pública provoca un beneficio general prime-
ro, a toda la colectividad, pero, a la vez, es posible identificar dentro de esa colec-
tividad, un subgrupo “diferencialmente” beneficiado, con relación a dicha colec-
tividad. Este subgrupo muestra o proyecta (en la contribución por obra pública el
beneficio no es actual al momento de aprobar el tributo) un incremento de capaci-
dad contributiva proveniente de la obra o actuación públicas. El Estado se legitima,
entonces por ello para exigir una porción de esa capacidad contributiva provoca-
da en calidad de tributo contribución». Más adelante, Sotelo Castañeda (2011:
277-278) precisa que en el caso de la obra pública serán deudores tributarios los
propietarios de los predios aledaños que se han beneficiado por el incremento del
valor de su predio por efecto de dicha obra, y en el caso de la contribución al gasto
117
Título Preliminar
NORMA II
Hay que recalcar que, por la vinculación de los beneficios de este tributo con el
contribuyente, deberá considerarse contribución a los aportes realizados por estos,
los contribuyentes beneficiarios; así, hay que precisar que los pagos que por este con-
cepto podrían estar obligados a realizar terceros (salvo que estos terceros, aunque sea
indirectamente, perciban beneficios concretos) tendrán la calidad de impuestos.[58]
6.2. Clases
Nuestro Código Tributario no ha establecido (como sí lo ha hecho para la tasa)
una clasificación de contribuciones. Ahora bien, teniendo en consideración los ele-
mentos típicos de este tributo (un beneficio específico o beneficio por el aumento del
valor de determinados bienes por alguna actividad estatal concreta), teóricamente se
ha distinguido a las contribuciones especiales y a las contribuciones parafiscales[59]
(dentro de las cuales, con criterio más amplio, se puede incorporar a las contribucio-
nes de seguridad social [tal como se indica en el artículo 2 del Decreto Legislativo Nº
[58] Para ejemplificarlo nos serviremos de lo resuelto mediante la RTF Nº 523-4-97 de observancia
obligatoria [19.12.2000], sobre la «contribución» al FONAVI (sin perjuicio de que el Tribunal
Constitucional, mediante las STC Nºs. 1078-2007-PA/TC, 3283-2007-PA/TC y 5180-2007-PA/
TC, haya establecido que dicha «contribución» no tuvo la naturaleza de tributo). La RTF anotada
se pronunció en el sentido que, luego de las modificaciones dispuestas para la «contribución al
FONAVI», el tributo correspondiente a los empleadores, pagados por cuenta propia, de acuerdo
con la doctrina y el Código Tributario, no calificaba como una contribución sino como un im-
puesto, habida cuenta que su pago no generaba ninguna contraprestación del Estado ni beneficio
para el empleador; que su consideración legal como contribución no modificaba su esencia, la
que corresponde a la naturaleza del impuesto y no de la contribución.
Por otro lado, en cuanto a las contribuciones de seguridad social véase como muestra las RTF Nºs.
11678-1-2009 y 2098-4-2010.
[59] En este último caso, por la finalidad de obtener recursos monetarios en beneficio directo del
sector contribuyente (Benítez Rivas 2008: 26). A este respecto, recuérdese lo establecido por el
segundo párrafo del artículo 79 de la Constitución: el Congreso no puede aprobar tributos con
fines predeterminados, salvo por solicitud del Poder Ejecutivo.
118
Ámbito de aplicación
NORMA II
771, Ley Marco del Sistema Tributario Nacional]; como referencia, téngase en cuen-
ta el tercer párrafo del artículo 17 del MCTAL [La contribución de seguridad social es
la prestación a cargo de patronos y trabajadores integrantes de los grupos beneficiados,
destinada a la financiación del servicio de previsión]).
En esa línea, con afán ilustrativo, podemos considerar que en nuestro país se co-
nocen a las siguientes:
La contribución especial de obras públicas regulada por los artículos 62 a 65 de la
Ley de Tributación Municipal.
Algunas cuestiones sobre su aplicación.
(1) El Tribunal Constitucional, en la STC Nº 297-96-AA/TC declaró inaplicable a los
actores el Edicto Municipal que creó una contribución que incumplió lo previsto
en los artículos 63 (el cálculo del monto a pagar debe estar en directa relación con
el mayor valor que adquiera la propiedad beneficiada por efecto de la obra progra-
mada) y 65 (comunicación a los beneficiarios del monto aproximado al que ascen-
derá la contribución) de la Ley de Tributación Municipal; el fundamento básico fue
que el Municipio consideró como importe de la contribución especial una suma
desproporcionada sin merituar, en relación de causa a efecto, la realización de la
obra programada con el incremento del valor del predio, esto es, sin ninguna base
objetiva y razonable; el Tribunal Constitucional señaló que se había vulnerado el
segundo párrafo del artículo 74 de la Constitución que impone la sujeción estricta
de los gobiernos locales, al momento de ejercer su potestad tributaria, al principio
de legalidad que en el caso no se había respetado.
(2) Mediante la RTF Nº 2001-2-2005, recordando lo establecido por el artículo 64 de
la Ley de Tributación Municipal (que el cobro de la contribución de obras públicas
procede exclusivamente cuando la municipalidad haya comunicado a los benefi-
ciarios previamente a la contratación de la obra, el monto aproximado de la con-
tribución; en el caso, de obras en el Damero de Gamarra, La Victoria) y teniendo
en cuenta lo dispuesto por la Ordenanza Nº 094-96 (que la comunicación de la va-
lorización de la obra debe efectuarse mediante notificación directa a cada uno de
los interesados), se resolvió dejar sin efecto los valores pues si bien la Resolución
Nº 01-99-MDLV de la Junta de Contribución Especial, que aprobó el importe de
la contribución, señaló en sus considerandos que se efectuaron comunicaciones
constantes a los propietarios sobre los costos y beneficios de la obra, la Adminis-
tración no ha acreditado haber notificado directamente al recurrente a efecto que
pudiera informarse sobre el estudio del presupuesto y la valorización. Obsérvese
que posteriormente, ante otras ordenanzas (Nºs. 027-MDLV y 031-MDLV, ambas
del año 1999), el Tribunal Constitucional se pronunció (STC Nº 262-2003-AA/
TC) en el sentido de que se habían cumplido con las exigencias normativas para
establecer y regular esta contribución.
119
Título Preliminar
NORMA II
[60] Respecto del beneficio diferencial, los costos de transacción y el «costo» de este tipo de tributo,
así como el destino de lo recaudado, véase el artículo crítico «Contrabando tributario: el aporte
de regulación y de cómo hacer pasar un impuesto como si fuera una contribución» (Bullard
González, Zumaeta 2015: 239-254).
[61] Una apostilla en relación con este último aspecto: el Tribunal Constitucional en la STC Nº 3303-
2003-AA/TC señaló que los «aportes por regulación» al Osinerg por empresas envasadoras de
gas licuado de petróleo, teniendo naturaleza tributaria, están sometidos a la observancia de los
principios constitucionales consagrados por el artículo 74 de la Constitución, que regulan el
régimen tributario, como son el de legalidad, de igualdad, de no confiscatoriedad, de capacidad
contributiva y el respeto de los derechos fundamentales [FJ. 3]; en el caso, se verificó que tal tri-
120
Ámbito de aplicación
NORMA II
buto se encontraba regulado en flagrante violación de los principios constitucionales, por lo que
se declaró fundada la demanda e inaplicable para la demandante el artículo 2 de la Resolución de
Consejo Directivo de Osinerg Nº 2865-2001-OS/CD, de fecha 26 de noviembre de 2001.
Para complementar esta parte véase también la STC Nº 1520-2004-AA/TC.
[62] De lo que conocemos, a la fecha de la publicación del presente manual se encuentran pendientes
de resolución diversos expedientes en el Tribunal Constitucional; sin perjuicio de ello, tengamos
en cuenta las sentencias dictadas por la Sala de Derecho Constitucional y Social Permanente de la
Corte Suprema de Justicia en los procesos de Acción Popular Nºs. 16216-2014-Lima, 5260-2015-
Lima y 5785-2015-Lima; asimismo, como contrapeso didáctico, el desarrollo de las resoluciones
Nºs. 423-2014/CEB-INDECOPI a 426-2014/CEB-INDECOPI de la Comisión de Eliminación de
Barreras Burocráticas del Indecopi.
121
Título Preliminar
NORMA II
«No procede en el período de enero a diciembre de 1998, el cobro del aporte a los
organismos normativos y reguladores establecido por el inciso g) del artículo 31º
del Decreto Ley Nº 25844, Ley de Concesiones Eléctricas, modificado por la Ley
Nº 26734, que participa de la naturaleza de contribución, a cargo de los concesio-
narios de generación, transmisión y distribución de energía eléctrica, cuya cuantía
fue fijada por la Resolución Ministerial Nº 524-97-EM/VME». La razón sustancial
de esta decisión es que en lugar de regularse la cuantía del tributo vía Decreto Su-
premo se había hecho vía Resolución Ministerial.
(4) La misma RTF Nº 416-1-2009, ratificando la naturaleza tributaria del Aporte por
Regulación a OSIPTEL y del Derecho Especial al FITEL (previamente expuesto
en las RTF Nºs. 560-2-99 y 4928-2-2007, entre otras), precisó que ambas pertene-
cen a la subespecie del tributo denominada contribución; en esta línea, y respecto
de los mismos aportes, la RTF Nº 17834-10-2012 señaló: «[…], la contribución es
el tributo cuya obligación tiene como hecho generador beneficios derivados de la
realización de obras públicas o de actividades estatales, siendo que en el caso de
organismos reguladores el desarrollo de las funciones (actividades de control, re-
gulación, supervisión y supervigilancia), trae consigo beneficios al mercado en ge-
neral y a los contribuyentes del citado aporte en especial, pues en la medida que se
cumpla con aquellas, éstos se verán beneficiados con el ahorro de costos de tran-
sacción que se derivan de su actuación en el mercado, esto es, se genera un bene-
ficio diferenciado a favor de los contribuyentes del tributo».
(5) A fin de ver las vicisitudes de este tipo de tributo, véase también las RTF Nºs. 2785-
4-2010, 11974-2-2011, 292-1-2012, 17834-10-2012, 13671-9-2013, 9927-10-2014,
13455-10-2014, 15703-2-2014 y 2550-5-2015, entre otras.
Las contribuciones al ESSALUD (véase los comentarios en el punto 8 siguiente).[63]
Las contribuciones a la ONP (véase los comentarios en el punto 8 siguiente).
La contribución al Servicio Nacional de Adiestramiento Técnico Industrial
– SENATI.
La contribución al Servicio Nacional de Capacitación para la Industria de la Cons-
trucción – SENCICO.
La contribución solidaria para la asistencia previsional (COSAP), creado por la
Ley Nº 28046.
[63] Razonablemente, el profesor Gamba Valega (2015: 657), junto con las contribuciones por gastos
pagadas a las entidades reguladoras, considera que los aportes al Essalud son tributos parafiscales.
122
Ámbito de aplicación
NORMA II
7. LA TASA
[64] Con fines didácticos, frente a la parquedad de nuestro concepto legal de tasa ofrecemos a con-
tinuación el amplio concepto establecido por el inciso a) del numeral 2 del artículo 2 de la LGT
española vigente: Tasas son los tributos cuyo hecho imponible consiste en la utilización privativa
o el aprovechamiento especial del dominio público, la prestación de servicios o la realización de
actividades en régimen de derecho público que se refieran, afecten o beneficien de modo particular
al obligado tributario, cuando los servicios o actividades no sean de solicitud o recepción voluntaria
para los obligados tributarios o no se presten o realicen por el sector privado.
[65] Desde luego que la simple denominación como tasa no determina su calificación como tal. Véase
como complemento de este aserto la RTF Nº 2862-Q-2016 [18.08.2016], que luego de evaluar sus
caracteres señaló que si bien la Tasa por Explotación Comercial de los Servicios de Radiodifusión
tenía la naturaleza de tributo no calificaba como tasa («[…] pues no existe una actividad estatal
individualizada en el contribuyente que condicione su pago, esto es, no se presta un servicio al
sujeto, sino que el pago de dicho concepto se genera por el hecho de explotar comercialmente
el servicio de radiodifusión») y tampoco como contribución; en esa línea, estableció el siguiente
criterio de observancia obligatoria: «La denominada ‘Tasa por Explotación Comercial de los
Servicios de Radiodifusión’ tiene naturaleza tributaria, y por consiguiente, el Tribunal Fiscal es
competente para emitir pronunciamiento sobre los casos relacionados con dicho concepto». «El
tributo denominado “Tasa por explotación comercial de los servicios de radiodifusión” califica
como un impuesto».
[66] El concepto de servicio público es amplio, y supera su aplicación a la materia tributaria; para
comprender algo más de los entresijos administrativos y tributarios, obviamente sin perjuicio de
123
Título Preliminar
NORMA II
contribuyente (así, el que lo paga obtiene algo a cambio, aun cuando la prestación
no le sea efectuada de manera directa y efectiva). (Aquí vincúlese el fundamento o
causa de la tasa: el costo o gasto del servicio que presta el Estado.) El artículo 53.1
del TUO vigente de la Ley del Procedimiento Administrativo General (aprobado
por Decreto Supremo Nº 004-2019-JUS) establece claramente esta característica:
prestación de un servicio específico e individualizable a favor del administrado.
Así, en la hipótesis de incidencia de este tributo el Estado «presta un servicio, ex-
pide un certificado, otorga una licencia o la mantiene, otorga autorizaciones, etc.,
vinculándose a alguien, que es puesto por la ley en la situación de sujeto pasivo
del tributo» (Ataliba 2011: 193). «Se observa que, para que se configure la tasa,
basta que la ley prevea actuación estatal que tenga referibilidad a alguien (que po-
drá ser puesto como sujeto pasivo del tributo). Este tributo irá a nacer con la re-
feribilidad (en el momento en que la actuación estatal se refiera concretamente a
alguien)» (Ataliba 2011: 194).
Esa prestación sin duda debe ser divisible (esta consideración requiere un com-
plemento sutil: en determinados casos [arbitrios] los servicios se materializan en
la prestación generalizada [de limpieza, mantenimiento o vigilancia] y a la vez se
manifiestan en la potencialidad de prestación individualizada [Iannacone Silva
2002: 9]).
En conclusión, siguiendo a Pérez de Ayala y Pérez de Ayala Becerril (2002:
54), «la figura de la tasa debe vincularse al pago de una prestación o de un servi-
cio, sea beneficioso o no para el contribuyente, jugando pues los dos elementos
fundamentales que deben darse en toda tasa: el elemento de la contraprestación
y el elemento de la obligatoriedad; se incardinarían entonces, dentro de esta ca-
tegoría toda la gama de ingresos cobrados por la prestación de servicios públicos
obligatorios, o que, no siéndolos, sólo puedan, legalmente, ser prestados por el
sector público».
Un agregado sobre la obligatoriedad. Asumiendo que ya no es característica general
de la tasa la rogación o petición del servicio (si bien se da en algunos tipos de tasa, en
el caso de los arbitrios no, pues en estos supuestos será suficiente la organización y la
potencialidad de la prestación del servicio), resulta concluyente la frase de Rodríguez
los apuntes del presente manual, resulta de interés revisar: «El Concepto de Servicio Inherente al
Estado Como Delimitador de la Tasa y el Precio Público» (Ortiz Zamora 2011); «Del Servicio
Público a los servicios de interés general: la evolución del service public en el sistema jurídico»
(Zegarra Valdivia 2012); «Concepto y Régimen Jurídico del Servicio Público en el Ordenamiento
Público Peruano» (Huapaya Tapia 2015).
124
Ámbito de aplicación
NORMA II
Lobato (1986: 77) cuando indica que el servicio será prestado independientemente
de si se ha efectuado a petición espontánea o porque la norma imponga la «obligación
de pedirlo».
Tercero, enlazando lo anterior, el servicio «efectivamente» prestado por el Esta-
do debe ser inherente a la soberanía estatal (complementando: debe haber sido
prestado en régimen de derecho público). (Obsérvese como referencia que el vi-
gente TUO de la Ley del Procedimiento Administrativo General, aprobado por
Decreto Supremo Nº 004-2019-JUS, habla de (i) procedimientos de iniciativa de
parte requeridos por los administrados para satisfacer sus intereses o derechos
mediante el pronunciamiento de cualquier órgano de la entidad, siempre que esa
exigencia cuente con respaldo legal, y (ii), de aquellos servicios prestados en ex-
clusividad por las entidades dentro del marco de su competencia, cuando el ad-
ministrado no tiene posibilidad de obtenerlos acudiendo a otro lugar o depen-
dencia [artículo 43].)
En la RTF Nº 5229-5-2011 para graficarlo se recurrió a una cita de Ferreiro Lapat-
za: «cuando la actividad administrativa sea por su naturaleza inherente al Estado, es
decir, cuando (según las concepciones políticas del momento) sólo el Estado puede
realizarla y cuando sea necesaria para la vida de la comunidad su realización por el
Estado, parece lógico que los pagos que se exigen a los particulares afectados se con-
figuran según el esquema de la tasa» […]. «En este caso se sitúan, sin duda, los pa-
gos exigidos a los particulares relacionados con determinados registros (por ejem-
plo, propiedad industrial) y con la actividad administrativa de autorización, permiso,
inspección y policía en general» (similar criterio ya se había expuesto en la RTF Nº
11328-4-2009).
Entiéndase tal inherencia como la exigencia de que las actividades prestadas por
el Estado no deben poder ser prestadas por entidades del sector privado.
Uno de los considerandos de la RTF Nº 2912-5-2003 señala: «En el caso de los baños
municipales, la contraprestación que se percibe es por el uso de tales instalaciones
(que, en este caso, funciona en un mercado), por lo que dicho servicio que también
puede ser prestado por un particular no se encuentra comprendido en la definición
del tributo tasa prevista en el Código Tributario». En otro se indica, respecto de servi-
cios médicos y de laboratorio, y los servicios de reconocimiento de carnes y matan-
za: «[…] si bien en principio su contraprestación no tendría naturaleza tributaria, por
cuanto se tratarían de servicios que pueden ser prestados por cualquier otro sujeto, lo
que implica que no sería una actividad inherente al estado (en este caso la municipa-
lidad), no serían esencialmente gratuitos sino remunerables y quienes acceden a ellos
no lo harían por una obligación impuesta normativamente, la recurrente señala en su
apelación que los servicios médicos y laboratorios están relacionados con el análisis
de muestras tomadas de los productos de primera necesidad que se expenden en los
125
Título Preliminar
NORMA II
[67] Aquí será de interés extrapolar los argumentos y criterios aplicados en las sentencias de la Corte
Suprema (ejemplos: las recaídas en las sentencias en el Proceso de Acción Popular Nº 141-2014-
LIMA y en las sentencias en Casación Nºs. 11961-2014-Lima, 11585- 2014-Lima, 12280-2014-Lima
y 225-2015-Lima sobre el uso del agua subterránea) con lo anotado en el apartado en comentario
como punto octavo (véase más adelante).
Cabe indicar que en diversas resoluciones sobre la Tarifa por el Uso de Agua Subterránea, el Tribunal
Fiscal ha estado resolviendo con el voto discrepante del Vocal Velásquez López Raygada, quien
luego de un amplio análisis sobre los hechos y la calificación del cobro, señaló que tal Tarifa no tiene
naturaleza tributaria, y sostiene que la misma es una contraprestación por el aprovechamiento de
un recurso natural, como ingreso originario (entre otras, véase las RTF Nºs. 9935-2-2015, 9938-
126
Ámbito de aplicación
NORMA II
127
Título Preliminar
NORMA II
128
Ámbito de aplicación
NORMA II
Por esta razón, nos parece de interés tener en cuenta para una eventual precisión le-
gislativa el derrotero señalado por el inciso a) del numeral 2 del artículo 2 de la Ley
General Tributaria española vigente: Tasas son los tributos cuyo hecho imponible consis-
te en la utilización privativa o el aprovechamiento especial del dominio público, la pres-
tación de servicios o la realización de actividades en régimen de derecho público que se
refieran, afecten o beneficien de modo particular al obligado tributario […] (subrayado
nuestro).
[68] El cobro de estas tasas muchas veces es arbitrario (incluso por los fundamentos de su «creación»).
Como muestra véase los siguientes actos vinculados a una misma «tasa»: RTF Nº 21205-11-2011,
Res Nº 356-2012-INDECOPI/PIU, Res Nº 3539-2012/SDC-INDECOPI y la STC Nº 00058-2012-
PA/TC.
129
Título Preliminar
NORMA II
Hay que tener en cuenta que la inobservancia del requisito de forma en la creación de
una tasa cobrada por un municipio, no convierte automáticamente en precio público
a los pagos efectuados por este concepto; resulta importante que se verifique la natu-
raleza del servicio prestado (RTF Nºs. 853-3-2000 y 8213-1-2009).
Por otro lado, aquí debe tenerse en cuenta lo dispuesto por el artículo 43.4 del vigen-
te TUO de la Ley del Procedimiento Administrativo General, aprobado por Decreto
Supremo Nº 004-20197-JUS, cuando hace referencia a aquellos servicios que no sean
prestados en exclusividad.
En su excelente Manual del Código Tributario, el profesor Talledo Mazú (s.f.:
2-2.1), ante el problema de distinguir entre tasa y precio público, de la evaluación y
el análisis de diversas resoluciones del Tribunal Fiscal, infiere que se estará ante un
precio público «cuando el servicio que origina el cobro no es de índole jurídico-ad-
ministrativa, ni corresponde a las actividades y fines esenciales del Estado; cuando
es prestado con sentido empresarial; cuando los intereses que el servicio satisface
son primordialmente privados; cuando la razón de su pago es fundamentalmente la
prestación del servicio (y no la organización de éste); cuando, por tanto, la relación
que existe entre el ente público y el particular es de tipo contractual y no de Derecho
Público, aunque la libertad de contratación sea mínima; o sea, cuando la obligación
de pago se funda en la voluntad de las partes (y no es impuesta compulsiva y unila-
teralmente por Ley); y cuando la cuantía de pago ha sido fijada por el órgano que lo
administra y regula, con autorización legal (y no directamente por la Ley); y cuando
el cobro en cuestión está sujeto a imposición en manos del órgano que lo adminis-
tra». Concluye: «Si las connotaciones halladas son preponderantemente contrarias a
las enunciadas se estará ante una tasa», y añade: «Se ha considerado como factores
intrascendentes la denominación y la destinación del tributo; que el cobro constituya
un ingreso público o que el servicio se preste con bienes públicos».
Por otro lado, sobre este tema en nuestro país son ya conocidas las siguien-
tes Resoluciones del Tribunal Fiscal: Nº 5555 de 02.09.70, que resolvió señalando
130
Ámbito de aplicación
NORMA II
que no es tasa el pago por el pasaje para los ferrocarriles del Estado; Nº 6373 de
06.07.71, que declaró que los recargos a los pasajes y fletes aéreos internacionales
no constituyen tributos; Nº 6910 de 20.03.72, que señaló que los pagos por “mue-
llaje” y “falso muellaje” no tienen carácter de tributos; Nº 13602 de 30.11.77 que
resolvió estableciendo que el pago por el consumo de agua no es tasa sino precio
público; Nº 13789 de 25.01.78, que precisó que el pago, por servicios de “Tráfico” y
“Rampa”, efectuado a la CORPAC, no constituye tributo (tasa) sino precio público;
Nº 15993 de 31.07.80 que declaró que el pago de tarifas de agua y desagüe no es tri-
buto sino precio por la prestación de servicios públicos (Vidal Henderson 1987);
en esta misma línea, la RTF Nº 16825, de Observancia obligatoria, se pronunció en
el sentido que, de conformidad con el artículo II del Título Preliminar del Código
Tributario (de Principios Generales), no constituye tributo el pago por consumo
de agua. Asimismo, la RTF Nº 2901-2 de 17.04.95 señaló que según el artículo 4
del Decreto Supremo Nº 15-93-TCC de 05.05.93 el peaje es una tarifa cuya cobran-
za la pueden efectuar entidades privadas cuando presten el servicio y cuyo monto
se decide en base a los estudios técnico-económicos del caso (Talledo Mazú s.f.:
2.1); en el mismo sentido: RTF Nº 5201-5-2004. Otro supuesto puede verse en la
RTF 191-7-2010: el concepto que se pretende cobrar por el servicio de publicación
–de un aviso de Registro de Marca– de Producto en el diario oficial “El Peruano”
no constituye un tributo.
131
Título Preliminar
NORMA II
132
Ámbito de aplicación
NORMA II
133
Título Preliminar
NORMA II
7.4.1. Arbitrios
Son tasas que se pagan por la prestación o mantenimiento de un servicio pú-
blico (el TUO de la Ley de Tributación Municipal agrega: individualizado en el
contribuyente).
Con sencillez, el profesor Ruiz de Castilla Ponce de León (2017: 62) señala: «El
aspecto que otorga identidad jurídica especial al arbitrio tiene que ver con la presta-
ción de servicios públicos básicos por parte del estado, tales como limpieza, manteni-
miento de parques y jardines y seguridad».
Aquí una anotación básica: tal como han establecido las RTF Nºs. 575-5-2001, 1273-
4-2002, 2614-6-2003, 3890-3-2002, 1999-2-2004, 5970-2-2004, 5796-7-2011, 10616-
11-2011 y 15355-7-2012, entre otras, la obligación de pago de arbitrios no se genera
en el hecho que el contribuyente, personal y directamente disfrute del servicio, sino
que es suficiente que la municipalidad lo tenga organizado, aun cuando algún vecino
no lo aproveche directamente; siendo que el servicio prestado en la jurisdicción, be-
neficia también al recurrente; en este sentido, al verificarse el hecho previsto en la ley
como generador de la obligación tributaria, esta es de ineludible cumplimiento, aun si
el contribuyente decide no usar el servicio.
Como ejemplos de este tributo tenemos a los arbitrios de (i) limpieza públi-
ca, (ii) parques y jardines, áreas verdes y (iii) serenazgo (sin embargo, algunos au-
tores –por ejemplo, el profesor Villanueva Gutiérrez [2016: 34]– consideran
134
Ámbito de aplicación
NORMA II
135
Título Preliminar
NORMA II
Ahora, si bien los gobiernos locales con la experiencia (buena y mala) obteni-
da han venido cumpliendo con publicar oportunamente las ordenanzas ratificadas
sobre el régimen de arbitrios a aplicarse (obsérvese la ingente cantidad de ordenan-
zas que se publican en diciembre en el boletín de Normas Legales de El Peruano),
aún cometen errores al emitir los valores a cobrar (véase como muestra las RTF Nºs.
136
Ámbito de aplicación
NORMA II
7.4.2. Derechos
Los derechos son tasas que se pagan por (i) la prestación de un servicio adminis-
trativo público o (ii) el uso o aprovechamiento de bienes públicos.
[69] Por tanto, el derecho debe cumplir en lo atinente las exigencias establecidas para la tasa.
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Título Preliminar
NORMA II
[70] Tema insondable aún en cuanto a la creación, así como sobre los alcances de las tasas que cobra
este Poder del Estado; el profesor Sotelo Castañeda en su artículo «Potestad tributaria y tributos
de la especie tasa» (2005: 128-131) llama la atención al respecto.
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Ámbito de aplicación
NORMA II
el artículo 154º del Texto Único Ordenado del Código Tributario, modificado por el
Decreto Legislativo Nº 1113 y el Decreto Supremo Nº 206-2012-EF» (sumilla publicada
en la web del Tribunal Fiscal).
Por otro lado, cabe considerar en su aplicación las disposiciones del Decreto Legislati-
vo Nº 1256 (que aprueba la ley de prevención y eliminación de barreras burocráticas).
Los artículos 53 y siguientes del Capítulo I del Título II del vigente TUO de la
Ley del Procedimiento Administrativo General aprobado por Decreto Supremo Nº
004-2019-JUS, permiten mostrar elementos básicos y rasgos de este tipo de tasa (sea
de las creadas por los gobiernos locales –vía ordenanza– o el gobierno central –vía
decreto supremo–).
Aprovechemos para hacer una precisión sobre el TUPA y los derechos municipales: si
bien es cierto que la norma que aprueba el TUPA (este texto debe haber sido aproba-
do de acuerdo con las normas específicas de la Ley del Procedimiento Administrativo
General, el Decreto Legislativo Nº 1203 y las disposiciones atinentes publicadas por la
PCM [por ejemplo, los Decretos Supremos Nºs. 079-2007-PCM, 062-2009-PCM y 110-
2018-PCM, y las Resoluciones de Secretaría de Gestión Pública Nºs. 001-2018-PCM-
SGP, 004-2018-PCM-SGP y 002-2019-PCM-SGP]) también puede fijar y disponer
el cobro de tasas, entre ellas derechos, en lo que al ámbito municipal se refiere debe
cumplir con las exigencias dispuestas por el Código Tributario, la Ley de Tributación
Municipal y la Ley Orgánica de Municipalidades para la aprobación de tributos (véase
las STC Nºs. 0041-2004-AI/TC y 0053-2004-PI/TC y las RTF Nºs. 699-2-2007, 4552-
7-2009, 249-11-2012 y 14436-8-2013, entre otras); esto es, por una Ordenanza muni-
cipal con la correspondiente publicación y, de haber sido emitida por una municipali-
dad distrital, contar con la ratificación del Concejo Provincial debidamente publicada
(RTF Nºs. 11871-5-2007 y 3359-7-2009); asimismo, «debe cumplir con el principio de
reserva de ley, es decir, la norma de creación del tributo debe contener, por lo menos,
los elementos básicos y estructurales de éste: hecho imponible, sujetos pasivos y ele-
mentos necesarios para la fijación del cuantum» (RTF Nº 14436-8-2013). Este último
criterio es aplicable a todos los derechos, no solo a los municipales.
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Título Preliminar
NORMA II
Considerando para el caso el último párrafo del artículo 2 de la Ley Marco del Sis-
tema Tributario nacional (Los derechos correspondientes a la explotación de recursos
naturales, concesiones u otros similares se rigen por las normas legales pertinentes), de-
bemos precisar que este derecho es distinto del pago que se efectúa, por ejemplo, por
regalías mineras. Respecto al ejemplo, el profesor Villanueva Gutiérrez (2009: 28)
hace una precisión: «Los derechos que se puedan cobrar por la explotación de bienes
de uso público, es el caso de la Ley Nº 28221 de 11.5.04 o la Ley Nº 28258 de 24.6.04
(Ley de la Regalía Minera), aunque literalmente encaja en la imprecisa definición de
“aprovechamiento de bienes públicos”, no son a nuestro modo de ver tributos, porque
no se aprecia servicio individual (como el caso de la autorización) sino antes bien el
cobro de una contraprestación por la extracción de materiales. Se trata de auténticas
contraprestaciones reguladas por la ley».
Sotelo Castañeda (2011: 275), siguiendo el criterio referido en el párrafo principal
precedente, cuestiona la técnica utilizada y señala una duda: si el derecho (tasa) por el
uso o aprovechamiento de bienes públicos requiere también la prestación efectiva por
el Estado de un servicio público individualizado en el contribuyente (como precisa el
concepto de tasa de la Norma II) o es suficiente para su cobro tal uso o aprovechamiento.
El profesor Alex Córdova (2011: 86-88), por su parte, –asumiendo que en el
derecho de marras el Estado mantiene un papel pasivo, por lo que no existe un costo
por el servicio efectivamente prestado– ha sostenido los pagos que los particulares
deben realizar al Estado por el uso o aprovechamiento de bienes públicos no tienen
naturaleza tributaria.
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Ámbito de aplicación
NORMA II
dominio público puede ser objeto de un uso privativo cuando ocurre una ocupación
de una porción de dicho dominio, de modo que se limite o excluye la utilización del
mismo por otros interesados. En estos casos, agrega el citado autor, el uso especial o
privativo comporta una ventaja para aquel al que la Administración ha autorizado
tal uso, lo cual puede y debe constituir el presupuesto de hecho de la obligación de
realizar una prestación de carácter público impuesta por la ley, es decir, de pagar un
tributo, específicamente, una tasa».
Ampliando este criterio, los profesores Ruiz de Castilla Ponce de León y Ro-
bles Moreno (2009: I.2) apuntan que para el caso del derecho un bien es de dominio
público cuando se encuentra afectado al uso público, satisfacen necesidades o intere-
ses del público, y que respecto de su uso o aprovechamiento este debe ser particular
(aprovechamiento económico). En esa línea, el inciso b) del artículo 68 del TUO de la
Ley de Tributación Municipal hacía referencia precisa al aprovechamiento particular
de dichos bienes (hoy, en virtud de la Ley Nº 30230, su texto ha variado).
Por último, hay que recordar que la obligación tributaria en estos tributos se ori-
gina por la activación del aparato administrativo que efectúa el administrado, por lo
que en caso que esta activación no ocurra, no se puede pretender su cobranza, aun-
que exista obligación de continuar el trámite por parte del administrado, pues en tal
situación la Administración tiene la potestad de aplicar las sanciones correspondien-
tes (véase las RTF Nºs. 1911-1-2005 y 3412-1-2005).
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Título Preliminar
NORMA II
las calles, las veredas, las carreteras, los parques, los cursos de agua por los que se
puede transitar, etc.»
El inciso a) del numeral 2.2 del artículo 2 del Reglamento de la Ley Nº 29151 (Ge-
neral del Sistema Nacional de Bienes Estatales), aprobado por Decreto Supremo Nº
007-2008-VIVIENDA, señala: Bienes de dominio público: Aquellos bienes estatales, des-
tinados al uso público como playas, plazas, parques, infraestructura vial, vías férreas,
caminos y otros, cuya administración, conservación y mantenimiento corresponde a una
entidad; aquellos que sirven de soporte para la prestación de cualquier servicio públi-
co como los palacios, sedes gubernativas e institucionales, escuelas, hospitales, estadios,
aportes reglamentarios, bienes reservados y afectados en uso a la defensa nacional, esta-
blecimientos penitenciarios, museos, cementerios, puertos, aeropuertos y otros destina-
dos al cumplimiento de los fines de responsabilidad estatal, o cuya concesión compete al
Estado. Tienen el carácter de inalienables e imprescriptibles. Sobre ellos, el Estado ejerce
su potestad administrativa, reglamentaria y de tutela conforme a ley. A su vez, el inciso
b) señala: Bienes de dominio privado del Estado. - Aquellos bienes estatales que siendo
de propiedad del Estado o de alguna entidad, no están destinados al uso público ni afec-
tados a algún servicio público, y respecto de los cuales sus titulares ejercen el derecho de
propiedad con todos sus atributos.
El Tribunal Fiscal en la RTF Nº 6358-5-2013, haciendo referencia a lo estableci-
do en la RTF Nº 7771-2-2005, recordó que en cuanto bienes del Estado, el dominio
que este ejerce sobre ellos puede ser público o privado, siendo que en el primer caso
se incluyen los bienes de uso público y pertenecen a la totalidad nacional y por ello
son imprescriptibles e inalienables, y en el segundo caso se ubican los bienes de pro-
piedad privada, como las tierras situadas en territorio que carecen de otro dueño o
los que posee en las mismas condiciones que un particular, como fundos rústicos o
tiendas comerciales; más adelante, para complementar su criterio en la misma RTF
se citó a Roberto Dromi a fin de distinguir entre bienes de dominio público, que son
inalienables e imprescriptibles, y bienes de dominio privado, sujetos a las reglas de la
propiedad privada: el criterio para distinguir ambos tipos de bienes atiende básica-
mente al destino o uso asignado al bien, considerando a un bien de dominio público
cuando se encuentre afectado al uso público.
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