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Dimensión Afectiva (julia)

¿Qué es?

La afectividad es una dimensión muy importante en el ser humano, que se encuentra como
zona intermedia entre lo sensible, lo intelectual y que se constituye a su vez en punto de
encuentro de ambos. En ella habitan los sentimientos, los afectos, las emociones y las
pasiones. La importancia que ellos tienen para la vida humana se relaciona con la
influencia y muchas veces determinación que ejercen sobre la conducta.

El desarrollo de la dimensión afectiva en la niñez y adolescencia se dirige a:

 Tener alto grado de autoestima


 Ser autocrítico y reflexivo
 Estar en condiciones de expresar sus propios sentimientos
 Ser empático y respetuoso con los demás y con la naturaleza
 Compartir con los demás cuando las circunstancias así lo permitan.

¿Qué son los sentimientos? (Sheila)

Son reacciones espontaneas que surgen de nuestro interior, ante una persona, lugar o
situación. Tiene vida propia y no son ni buenos ni malos. Cualquier persona puede sentir:
tristeza, ira, alegría, pero cada uno se siente de manera diferente con un conjunto de
emociones.

¿Qué son los afectos? (Sheila)

El afecto es el patrón de comportamientos observables como expresión de sentimientos


experimentados subjetivamente, es una de las pasiones del ánimo. Se trata de la
inclinación hacia a alguien o algo, especialmente de amor o cariño. El afecto también es
dimensionado como un proceso interactivo que involucra a dos o más personas.

¿Qué son las emociones? (Sheila)

Las emociones son expresiones psicofisiológicas, biológicas y de estados mentales. Es un


término genérico para referirse a la adaptación por parte de los individuos a estímulos
provocados por personas, animales, cosas algunas emociones pueden ser:

•La sorpresa o asombro •La tristeza •El miedo

•El asco •La ira •La alegría/felicidad


¿Qué son las pasiones? (Sheila)

Las pasiones son los afectos, emociones o impulsos de la sensibilidad –componentes


naturales de la psicología humana–, que inclinan a obrar o a no obrar, en vista de lo que se
percibe como bueno o como malo. Las principales son el amor y el odio, el deseo y el
temor, la alegría, la tristeza y la cólera. La pasión fundamental es el amor, provocado por el
atractivo del bien. No se ama sino el bien, real o aparente.

Componentes principales de la dimensión afectiva (Ely)

El estudio de las emociones también tiene valor por sí mismo; y varios investigadores se
han centrado en averiguar cuáles son sus componentes. La mayoría de las corrientes
modernas de psicología defienden la existencia de tres factores principales que influyen en
las emociones: la valencia, el arousal y la intensidad motivacional.

Valencia

La valencia es el componente de una emoción que nos indica si se trata de un sentimiento


agradable o “bueno”, o si por el contrario es desagradable o “malo”. Si se trata de una
emoción agradable se suele hablar de valencia positiva, y si es desagradable se habla de
valencia negativa. Esta dimensión del afecto no permite distinguir entre
diferentes emociones positivas o negativas. Así, dentro de las emociones de valencia
negativa podemos encontrar algunas tan dispares como el asco, la tristeza o el miedo; y las
positivas incluyen el amor, el orgullo o la alegría.

Arousal

El arousal (excitación) se refiere a la capacidad que tiene una emoción de “activarnos” o


producir una respuesta en nosotros. Cuanto mayor arousal provoque una emoción, más
intensamente la sentiremos. Por ejemplo, ante un plato apetecible de comida nuestro
arousal será mucho mayor si estamos hambrientos que si acabamos de saciarnos en un
banquete. Todas las emociones pueden medirse también en función de su arousal, que es
independiente de su valencia. Si una emoción no es capaz de superar un nivel mínimo de
arousal, nuestra mente consciente no la registrará; de esta forma, podemos sentir algunas
emociones sin darnos cuenta de ello. Esto es así porque nuestra mente subconsciente es
capaz de procesar una cantidad mucho mayor de información que la consciente.
Intensidad motivacional

La tercera dimensión afectiva de las emociones es la intensidad motivacional; es decir, la


fuerza de las ganas que provoca en nosotros actuar. Todas las emociones activan en el ser
humano una respuesta conocida como “lucha o huida”. En general, debido a la forma en la
que evolucionó nuestra dimensión afectiva, las emociones nos impulsan a actuar. Esta
necesidad de acción puede ser moviéndonos hacia lo que nos ha provocado el sentimiento
(en el caso de las emociones positivas), o alejándonos de ello si se trata de una emoción
negativa.

Importancia de la Afectividad (Ofelia)

El ser humano es un ser racional, es decir, es un ser que piensa, tiene una lógica y posee la
capacidad de reflexionar para tomar decisiones. Pero además del plano racional, el ser
humano también está marcado por su parte afectiva que remite a los sentimientos del
corazón. Todo ser humano necesita sentirse querido, valorado y reconocido por alguien
porque el cariño aporta autoestima y felicidad. Las relaciones sociales, las amistades, el
amor de pareja, la familia y el compañerismo cubren las necesidades afectivas de un ser
humano a través de los momentos compartidos en común, el feedback constante y las
palabras de afecto. Sin embargo, la afectividad también puede ser una fuente de conflicto
como muestran las heridas de las rupturas de pareja, el dolor tras la pérdida de un ser
querido, el miedo al fracaso, la decepción de un amigo. Uno de los aprendizajes más
importantes y necesarios es el de decir te quiero con naturalidad. Algo que cuesta de una
forma especial a las personas que son muy reservadas y que han sido educadas en un
ambiente muy rígido a nivel emocional. En este sentido, conviene aprender a decir te
quiero antes de que sea demasiado tarde. Muchas personas se arrepienten de no haber
expresado sus sentimientos de forma adecuada a sus padres.
Gozar de una afectividad positiva supone mejorar la comunicación con los seres queridos
más cercanos. Uno de los errores habituales es esperar que los demás adivinen
tu pensamiento. Evita cometer este error a través de la comunicación. Expresa tus
necesidades de forma abierta haciendo peticiones concretas. Por ejemplo, si echas de
menos a un amigo del que te has distanciado recientemente, anímate a expresar tu
sentimiento interior con naturalidad.
El diálogo entre dos personas sirve para crear puentes de unión y derribar muros
emocionales que son barreras en la afectividad. La incomunicación es uno de los grandes
problemas que produce dolor y soledad a nivel afectivo.
Conviene precisar que más allá de los cambios habituales de cada momento histórico, el
ser humano sigue siendo el mismo en su afectividad a lo largo de la historia. Los seres
humanos se han enamorado de la misma forma en cualquier momento, han sentido las
mariposas en el estómago y el miedo ante el rechazo. Por tanto, para conocer bien a otro
ser humano, en primer lugar, tienes que conocerte bien a ti mismo y saber quién eres para
saber qué necesitas y qué te hace sentir bien.

Desarrollo Afectivo y Emocional de los Niños (Maira)

El desarrollo afectivo y emocional del niño/a se trata de un elemento clave de su


desarrollo y de su aprendizaje, pues las emociones y los sentimientos de una persona se
encuentran presentes a lo largo de toda su vida; en algunos casos llegando a marcar un
antes y un después en la toma de decisiones.

Una persona con un desarrollo afectivo y emocional adecuado será una persona segura de
sí misma, con una capacidad de autocontrol y autoestima que harán que pueda llegar a
potenciar el resto de sus capacidades

Lo que se debe tener en cuenta a la hora de hablar de desarrollo afectivo

Este ámbito del desarrollo se verá influenciado a su vez por el desarrollo social
El ser humano tiene la necesidad de crear conexiones con las personas que lo rodean:
desde los más pequeños que necesitan del adulto para su propia supervivencia hasta los
más mayores, que crean vínculos afectivos con los más cercanos, llegando a crear un
núcleo familiar y social.
Es por ello que desde las escuelas debemos ser conscientes de estas conexiones que se
crean entre las personas, tanto entre educadores-alumnos/as como entre los miembros del
mismo grupo de iguales.

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