EDGARDO LEONEL TONA GONZALEZ, Cedula de Identidad N° V-24.418.

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seccion: M02 Título: El Estado y la Sociedad. Aristas de la Administración Pública.

La concepción de Estado ha evolucionado con el transcurso del tiempo obedeciendo a los

diferentes cambios sociales, en este sentido existen diferentes autores así como las distintas
teorías que lo conceptualizan. Vale decir que desde el punto de vista general Estado esta
conceptualizado como una organización humana que abarca la totalidad de una nación. En
este sentido Max Weber refiere: “(es) aquella comunidad humana que en el interior de un
determinado territorio reclama para sí el monopolio de la coacción física legítima.”
Se desprende pues, de lo anterior transcrito que del concepto de Estado se evidencia unos
elementos que la componen, como lo son el espacio físico, denominado territorio, la
organización humana, el cual es lo que conocemos como sociedad y la coacción física
legitima el cual conocemos como poder o soberanía.
Por otra parte, la sociedad, conceptualizada desde el punto de vista de la administración
pública es el conjunto de individuos que tiene una entidad propia por encima de la
individualidad y que poseen sus fines propios y un bien común. El concepto de sociedad de
igual manera ha evolucionado, conllevando a diferentes posturas teóricas, por ejemplo,
Tomas Aquino refería que la sociedad es de origen natural, ya que los individuos se
asociaban a fin de “solventar sus necesidades de subsistencia”, resaltando así el bien
común perseguido, como lo es la subsistencia.
Ahora bien, Hobbes, demuestra en su filosofía política de Estado y sociedad, que la
sociedad en su afán de mantener la paz se ha organizado de forma tal que el individuo se
desprenda de su estado natural de dominio y gobierno se le atribuya este derecho a otro (a
la figura jurídica de Estado) para que le regule y le garantice el estado de paz y de respeto
de sus derechos. En este sentido señala Garcia (2011): “Hobbes argumenta que para que
los derechos sean transferidos adecuadamente, el proceso debe ser mutuo; sólo en ese caso
podremos hablar de la existencia de un control social”
Se desprende que Hobbes se plantea la figura del contrato social, aunque Hobbes no use el
término “contrato” (que usará por primera vez Rousseau) para referirse a ese pacto
originario. Si para Aristóteles y, en general, para el pensamiento clásico desde la
Antigüedad, el orden político es una continuación del orden natural, para Hobbes el orden
político es, por el contrario, el resultado de un contrato, y por lo tanto, de una convención,
de una decisión tomada libremente por quienes lo adoptan, y es eso lo único que puede
fundamentar las bases del poder civil.
Más tarde, John Locke, recoge su visión del contrato social en su principal obra, “Dos
ensayos sobre el gobierno civil (1690)”, la idea de naturaleza humana en Locke es cristiana:
el hombre es una criatura de Dios, por lo que el hombre no puede destruir su vida ni la de
los demás hombres pues no le pertenece, sino que le pertenece a Dios. El hombre tiene el
derecho y el deber de conservar su vida. Así mismo, el hombre no es súbdito de ningún otro
hombre, sino que es libre.
Dentro de este marco, y gracias a los grandes aportes realizados por estos pensadores
sociólogos y políticos, es que surgen las diferentes instituciones que el Estado Moderno ha
obtenido, tal y como se evidencia en la separación de Poderes, teoría propuesta por
Montesquieu, y en la que se concatenan las diferentes teoría para dar paso a las
organizaciones complejas que hoy en día permiten el Estado de Derecho, creando las
instituciones que orientan a la Administración Pública a través de estos poderes en
completa división pero actuando de manera cooperativa a fin de garantizar el bien común
de una sociedad.
Finalmente vale decir que para la consolidación de una Administración pública eficaz es
necesario que se respete la soberanía de estado y la sociedad organizada, que la misma
actúe apegada a derecho con los lineamientos que establecen las constituciones de cada
nación.