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Diario de Campo

Lo que pasa en el cuerpo


  

Carlos Hernán Cepeda Céspedes


 
15 de abril del 2022
 
Pontificia Universidad Javeriana

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A mi maestra,

que me llevó a volver a habitar la filosofía

 
  
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Introducción

Este es mi Diario de Campo, el mismo lo construiré a partir de las bases de la etnografía

compleja1. Soy un estudiante de Licenciatura en Filosofía de la Pontificia Universidad

Javeriana del año 2022, pertenezco a una comunidad religiosa católica, denominada

Sociedad del Divino Salvador. Actualmente, me encuentro cursando la práctica número III:

interacción -la enseñanza y el pensamiento del profesor-. Esta práctica me lleva a la

busqueda de nuevas herramientas conceptuales para la enseñanza de la Filosofía desde

elementos ontológicos2 y criterios epistemológicos3 que son inseparables para conocer el

mundo. Para mi el reto de estra práctica se centra en las experiencias que vivo como

maestro, cuando me enfrento a un aula de clase y a todas las dinámicas que esta conlleva.

Vivo en el municipio de La Estrella, Antioquia, la última parada del Metro de

Medellín con dirección hacia el sur, este lugar guarda la estructura tradicional propia del

pueblo antioqueño, con su Iglesia y parque en medio de toda la población, casas grandes de

bahareque, aunque esto ha venido cambiando, toda vez que han llegado grandes empresas

que han suscitado la construcción de modernos edificios. Así mismo, dentro de la población

se devela un marcado fervor religioso.

Para iniciar esta experiencia formativa como maestro, tengo la oportunidad de

ejercer mi labor docente en el Colegio Divino Salvador, un colegio campestre y de

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La etnografía compleja, la he entido como la descripción detallada de las costumbres, lenguaje y prácticas en
este caso particular que se desarrollan en el aula de clase, teniendo en cuenta las experiencias que las subyace
y las trasciende. Parto de mi experiencia personal dentro y fuera del aula de clase, para teorizar estos
fenómenos.
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Entiendo por ontología como aquella disciplina que se pregunta por el ser en cuanto existencia y parte de la
pregunta ¿qué es lo que existe?
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Más allá de la definición de qué es epistemología, me centraré en el pensamiento de la filósofa Haraway,
quien nos lleva a situarnos en un camino para conocer la verdad desde la epistemología.
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población mixta, el mismo, se encuentra ubicado a unas cuantas cuadras de la casa cural en

dónde resido. Mi jornada comienza de lunes a viernes a partir de las 6:30 am, casi siempre

con una mañana fresca con olor a pino, acompañado de un delicioso café. El grupo de

estudiantes con quienes realizo mi práctica, están conformados por los grados 9-02, el cual

está conformado por 32 estudiantes y 11-02 cuyo número de estudiantes es de 35.

Es así como surgió en mí la necesidad de querer invitar a los estudiantes a reconocer

el pensamiento de los Filósofos (as) con el fin de que los hagan parte de sus experiencias

diarias. Dando la posibilidad de pensar la filósofía y quienes la costruyen, no como

“personas que nadie entiende” como me dijo Valentino, un estudinate de grado décimo, en

el pasillo del segundo piso del Colegio Divino Salvador, sino como otros grandes

revolucionarios de la historia de las ideas, con la capacidad de reírse del mundo tal como

es, porque solo ríen los que se toman el mundo en serio, precisamente porque se lo toman

en serio (Onfray, 2007). Sé que puede sonar utópico y muy emotivo, pero bueno, “es lo que

hay” diría Alejandro, mi compañero de prácticas.

El siguiente escrito pretende tratar algunos temas que han sido abordados por los

filósofos, Baruch Spinoza (1632-1677), Michel Onfray (1959), y la historiadora Donna

Haraway (1944-). Para el abordaje se tendrán en cuenta algunas visiones alternas, que

incluirán la posibilidad del análisis de la categoría de cuerpo e interrogantes particulares,

así mismo en el transcurso del texto se plantearán algunas preguntas con fines

dinamizadores. Como ruta de desarrollo propongo: a) ¿por qué pensar en la categoría de

cuerpo? b) una aproximación hacia la categoría de cuerpo; c) la categoría de cuerpo ¿Cómo

la puedo ver reflejada dentro en el aula de clase? d) ¿Cómo la puedo usar para la enseñanza

de la Filosofía? Y, e) sugeriré algunas conclusiones.

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Ahora bien, antes de entrar a abordar la ruta de desarrollo propuesta, es importante

referir que he querido iniciar mi camino en estas prácticas, pensando en cómo hacer que los

estudiantes puedan dejarse tocar por los autores, puedan dejarlos entrar en sus vidas. En

este sentido, lo que pretendo es lograr un acercamiento casi íntimo entre los filósofos y

filosófas y los estudiantes, al punto de que toquen y traspasen el velo de su cotidianidad y

de su realidad; permitiendo con ello, que los filósofos (as) se encarnen en sus cuerpos.

Teniendo en cuenta lo anterior, se abordará la categoría de cuerpo, desde algunas

obras de los autores ya referidos y otras lecturas que me sirvieron como fundamento, para

poder entender esta categoría, toda vez que la misma esta revestida de una gran

complejidad y un manejo erudito de la filosofía del cual me encuentro en camino. Este

recorrido se hizo con el fin de poder, brindar una apertura al horizonte de comprensión de

la categoría de cuerpo, lo qué pasa en el cuerpo y cómo esta categoría se puede

implementar dentro del aula de clase.

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a) ¿por qué pensar en la categoría de cuerpo?

Esta práctica me ha llevado a preguntarme por aquello que pasa cuando somos atravezados

por los autores (filósofos y filósofas), por esa sensación de rasgado que se genera cuando

los autores tocan nuestra vida. Ahora bien, no quise teorizar este tema de manera aislada y

egocéntrica, es así como el día martes 24 de marzo, les puse de presente a los estudiantes de

noveno y once el siguiente interrogante ¿Cómo definirían ustedes ese momento o sensación

en el cual algo impacta y les afecta? Lo anterior, con el fin de poder analizar sus reacciones

y respuestas.

Bajo ese presupuesto, tuve la oportunidad de advertir la respuesta de varios

estudiantes frente a la pregunta planteada, es allí donde uno de ellos responde que la

sensación es como aquello que pasa en el cuerpo y otros respondieron que asimilan la

sensación como un estado de nerviocismo, escalofrío, alegría, etc., conceptos que también

guardan relación con el cuerpo.

Teniendo en cuenta lo anterior, es a partir de estas respuestas que surje el tema

central de mi Diario de Campo (es mi momento etnográfico). Es así como, en este primer

apartado, pretendo abordar la categoría de cuerpo, desde una epistemología que deba pasar

por el cuerpo. En este sentido, lo que quiero teorizar, más allá de la corporeidad de una

sustancia, es poder establecer que no podemos limitar el cuerpo a una sustancia, sino que

esto va más allá de una cantidad larga, ancha y profunda, delimitada por una cierta figura

(Spinoza, 2000, p. 49).

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b) una aproximación hacia la categoría de cuerpo

Cuando Spinoza con pasión y asombro sobre el cuerpo, nos pone de frente a una pregunta

¿qué puede un cuerpo? que a mi parecer da otras posibilidades de enunciación del cuerpo,

nos lleva a pensar en las n potencias que tiene cuerpo, Spinoza no se asombra de tener un

cuerpo sino en lo que puede hacer con este, en las potencialidades. “Y es que los cuerpos

no se definen por su género o por su especie, por sus órganos y sus funciones, sino por lo

que pueden, por los afectos de que son capaces, tanto en pasión como en acción” (Deleuze,

1980).

Ninguno de nosotros puede conocer lo que puede un cuerpo, esto significa que por

encima o por debajo, o al lado, o más acá o más allá de lo conocido, el cuerpo sigue

irguiéndose en frágil baluarte de la libertad humana. Nadie sabe lo que puede un cuerpo: en

contra de todo lo dicho por Platón y lo predicado por San Pablo, el cuerpo no es una cárcel

sino un límite de carne y sangre abierto a la experiencia de la libertad en la que el temblor

angustioso de lo íntimo se une a la fuerza desbordante de la materia (Onfray, 2002).

Muchas veces vemos como el capitalismo salvaje, las empresas, multinacionales

quieren reducir los cuerpos a puros instrumentos del trabajo productivo, valiéndose para

ello de una epistemología pseudocientífica que anulase lo irracional del deseo, lo obsceno

del placer y lo subersivo de determinadas disposiciones sexuales. También quieren

imponernos y delimitarnos qué es lo que puede hacerse de día y qué lo que puede soñarse

de noche. ¡Pero mezclar el día y la noche, el sueño y la vigilia, la luz y su sombra, la

experiencia del no-saber y el saber: eso sólo lo puede un cuerpo del que a ciencia cierta

nada sabemos salvo que es mortal! (Onfray, 2002)

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Cuando Spinoza habla de lo asombroso del cuerpo, y de que aún no sabemos lo que

puede un cuerpo, no está queriendo convertir el cuerpo en un modelo, y el alma en una

simple dependencia del cuerpo. Quiere eliminar la pseudo-superioridad del alma sobre el

cuerpo. Existe el alma y el cuerpo, y los dos expresan una misma y única cosa: un atributo

del cuerpo es también un sentido (exprimé) del alma (por ejemplo, la velocidad). Y por la

misma razón que no sabemos lo que puede un cuerpo, que hay muchas cosas en el cuerpo

que desconocemos, que rebasan vuestro conocimiento, también hay en el alma muchas

cosas que rebasan nuestra conciencia. Por tanto, no es que el alma esté por encima del

cuerpo, no hay según Spinoza una relación de superioridad e inferioridad, el alma no está ni

encima ni dentro, está con, está en el camino, expuesta a todos los contactos, a todos los

encuentros, por ello, deberíamos enseñar al alma a vivir su vida, no a salvarla (Deleuze,

1980). 

Lo anterior me llevó a pensar en L. Wittgenstein, uno de mis filósofos favoritos y es

porque él fue es una persona que es capaz de cambiar, con distintas potencialidades, capaz

de ir a la aeronáutica, a la ingeniería, a la matemática, la lógica, la filosofía, al lenguaje,

etc., fue profesor de escuela e incluso jardinero en un mosterio cerca a Viena, era también

homosexual. En definitiva, pudo hacer muchas ser con su cuerpo distintas cosas (Monk,

1997, págs. 187-188).

Por otra parte, siguiendo a Spinoza nos encontramos dentro de esta noción de

cuerpo a los afectos, que él va a definir como devenires, que unas veces nos debilitan, en la

medida en que disminuyen nuestra potencia de obrar y descomponen nuestras relaciones

(tristeza), y otras nos hacen más fuertes, en la medida en que aumenta nuestra potencia y

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nos hacen entrar en un individuo más amplio o superior (alegría) (Deleuze, 1980). Ahora,

se nos suscita otro interrogante ¿de qué afectos es capaz el cuepo?

De lo anterior, es importante que vayamos teniendo claro la amplitud de la noción

de cuerpo que escapa a la noción de figura y que se nos presenta más bien como un

horizonte de sentido y de potencialidad del ser para que vayamos construyendo esa noción

de cuerpo dentro del aula de clase.

Ampliada la noción de cuerpo, parece que caminamos por el sendero de distintas

posibilidades de ser y esto que hemos afirmado como lo que pasa en el cuerpo, hablando de

la sensación que produce un Filosófo (a) en uno depende:

“como me dijo Mariana en el salón 317 cuando hablando de


diferentes escritores, cantantes, compañeros… le pregunté ¿qué
sientes, qué pasa por ti cuando piensas en ellos? y me dijo:
¡depende! y yo le digo ¿cómo así? A veces uno me da nauceas, otro
rechazo, repugnancia, otro ternura o fuerza, creo profe que es como
cuando escuchas una canción, depende del ritmo” (Diario de campo
auxiliar)

Es así que, vamos reconociendo que algo pasa en el cuerpo con los autores, con los

fílósofos (as), con las personas pero cada cuerpo, cada estudiante habita el autor de manera

distinta, hay muchos matices, creo tiene que ver con las disposiciones personales,

familiares, sociales del momento. Aunque por ahora, me parece importante que pueda ir

reconociendo con los estudiantes que algo pasa en nosotros, en nuestros cuerpos cuando

nos acercamos a los pensadores y que no importa se lo que nos pasa tiene que ver con algo

incómodo o placentero, simplemente es intereante habitar esto, luego nos preguntamos por

qué sentimos determinados afectos en uno u otro autor.

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Bibliografía

Onfray, M. (2007). Las Sabidurías de la Antiguedad, Contrahistoria de la Filosofía I.


Barcelona: Anagrama.
Monk, R. (1997). Ludwig Wittgenstein, El deber de un genio. Barcelona: Anagrama.
Sánchez Pascual, A. (2008). Diarios secretos, Ludwig Wittgenstein. Madrid: Alianza.
Wittgenstein, L. (1979). Cartas a Russell, Keynes y Moore. Madrid: Taurus.
Neguera, I. (2009). Ludwig Wittgenstein, Tractatus Logico-Philosophicus, Investigaciones
Filosóficas, Sobre la certeza. Madrid: Gredos.
Spinoza, B. (2000). Ética demostrada según el orden geométrico. Madrid: Trotta.
Deleuze, G. (1980). El cuerpo según Spinoza. Valencia: Pre-textos.
Onfray, M. (2002). Teoría del Cuerpo Enamorado. Valencia: Pre-textos.
(s.f.).

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