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Este documento resume las negociaciones fallidas entre el gobierno colombiano y el cartel de Medellín liderado por Pablo Escobar en 1988-1989, y la subsecuente escalada de violencia por parte del cartel que incluyó múltiples asesinatos. Tras la interrupción de las negociaciones debido a la intransigencia de Estados Unidos, el cartel inició una ola de asesinatos de jueces y funcionarios. El punto de quiebre fue el asesinato del candidato presidencial Luis Carlos Galán en agosto de 1989, lo que l
Este documento resume las negociaciones fallidas entre el gobierno colombiano y el cartel de Medellín liderado por Pablo Escobar en 1988-1989, y la subsecuente escalada de violencia por parte del cartel que incluyó múltiples asesinatos. Tras la interrupción de las negociaciones debido a la intransigencia de Estados Unidos, el cartel inició una ola de asesinatos de jueces y funcionarios. El punto de quiebre fue el asesinato del candidato presidencial Luis Carlos Galán en agosto de 1989, lo que l
Este documento resume las negociaciones fallidas entre el gobierno colombiano y el cartel de Medellín liderado por Pablo Escobar en 1988-1989, y la subsecuente escalada de violencia por parte del cartel que incluyó múltiples asesinatos. Tras la interrupción de las negociaciones debido a la intransigencia de Estados Unidos, el cartel inició una ola de asesinatos de jueces y funcionarios. El punto de quiebre fue el asesinato del candidato presidencial Luis Carlos Galán en agosto de 1989, lo que l
A partir de julio de 1988, el secretario general de la Presidencia, Germán Montoya había
entrado en conversaciones con los líderes de Los Extraditables. Subsecuentes declaraciones del Gobierno fueron interpretadas por los narcotraficantes como una invitación al diálogo, por lo que el 15 de septiembre siguiente, estos respondieron con una carta a la administración Barco, e hicieron llegar a Montoya un proyecto de ley de indulto y un plan de desmovilización. Sin embargo, ante la intransigencia de los Estados Unidos, renuente a la posibilidad de dialogar con los narcos, se dilataron las conversaciones y al final se las presentó como iniciativa personal del intermediario, desligando al primer mandatario de ellas. Como una reacción a este diálogo sin resultados, el cartel encabezado por Escobar y Rodríguez Gacha, inició una cadena de asesinatos de jueces, de funcionarios del Gobierno y de personajes de la vida pública. En marzo de 1989, Los Extraditables mataron a Héctor Giraldo Gálvez ―apoderado del caso Lara en reemplazo de Castro Gil―, y dos meses después dinamitaron la sede de la televisora Mundo Visión. Tras el intento de asesinato contra el jefe del DAS, general Miguel Maza Márquez el 30 de mayo de 1989 en Bogotá, utilizando una poderosa carga explosiva que liquidó a 7, el terrorismo se apoderó del país. El 4 de julio de 1989, en Medellín, en un atentado dirigido al coronel Valdemar Franklin Quintero, murió el gobernador de Antioquia, Antonio Roldán Betancur, junto a cinco de sus acompañantes. El 28 de julio de 1989, sicarios de Escobar asesinaron a la jueza María Helena Díaz ―sustituta de Espinoza― y a sus dos escoltas. El 16 de agosto de 1989 sicarios de Escobar mataron al juez del tribunal superior de Cundinamarca, Carlos Ernesto Valencia, y el 18 de agosto en Medellín al coronel Quintero, acribillado a traición con decenas de impactos de bala. Aunque la noticia del crimen ocurrido en las horas de la mañana fue opacada, cuando en la noche durante un mitin político en Soacha, varias decenas de pistoleros al servicio de Rodríguez Gacha se infiltraron en la manifestación y dieron muerte al precandidato presidencial por el partido liberal, Luis Carlos Galán, enemigo acérrimo de los narcotraficantes y partidario de permitir la extradición de los narcotraficantes a Estados Unidos, que era el que tenía más posibilidades de alcanzar la presidencia de la nación. En este asesinato también se involucra al político Alberto Santofimio Botero, de quien en 2006 se demostró que había sido coautor intelectual del hecho. 5862 Como consecuencia del asesinato de Galán, los diálogos se interrumpieron del todo y el presidente declaró la guerra al narcotráfico de la misma manera que lo había hecho Betancur cinco años atrás. Con el decreto 1830 del 19 de agosto de 1989, Barco estableció la extradición por vía administrativa, sin contar con el fallo de la Corte Suprema de Justicia; con el decreto 1863 autorizó a los jueces militares a practicar registros donde se presumía o existían indicios de personas u objetos relacionados con algún delito; con el decreto 1856 ordenó la confiscación de todos los bienes muebles e inmuebles de los narcotraficantes; y con el decreto 1859 autorizó la detención en condiciones de absoluta incomunicación y por un tiempo que excedía las normas constitucionales, de personas de las que se tuvieran graves indicios de haber cometido delitos contra la existencia y seguridad del Estado. Además se dispuso la creación del Grupo Élite con 500 hombres, esencialmente dirigido a cazar a los cabecillas terroristas y lo puso al mando del coronel Hugo Martínez Poveda. En los días posteriores el Ejército y la Policía llevaron a cabo más de 450 allanamientos en todo el territorio nacional y detuvieron a cerca de 13 000 personas acusadas de estar vinculadas al narcotráfico.