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CASOS CLINICOS

PSICOPATOLOGIA (Tx de personalidad)


IV CICLO – ESCUELA DE PSICOLOGIA UTP

I. En los siguientes casos, identifique el cuadro síndrómico y diga el Dx presuntivo.

1. Julián es un hombre de 45 años, vive solo, es soltero y nunca ha tenido una relación seria. Es
informático y trabaja en una gran multinacional haciendo el turno de noche. Prefiere este turno
porque así tiene muy poco contacto con los demás. Cuando no duerme va al gimnasio o pasa
mucho tiempo delante del ordenador jugando a juegos de rol en internet. No tiene amigos y a
veces anda sólo por el parque. Nunca ha tenido grandes amistades, ni tampoco en el periodo de la
universidad en el que no se relacionaba con nadie. Julián es hijo único. Cuando nació su padre
murió en un accidente de tráfico y su madre cayó en una fuerte depresión. Desde entonces
siempre ha manifestado un marcado aislamiento social, una fuerte incapacidad de relacionarse con
los demás y de sentir cualquier tipo de emoción.

2. Robert T., un hombre de negocios exitoso, parecía tenerlo todo: una enorme riqueza financiera,
influencia en los políticos, un avión privado, una esposa joven y hermosa y, a pesar de su
reputación de despiadado invasor corporativo, disfrutaba de gran respeto de sus asociados por su
visión para los negocios. Entonces, en menos de un año lo perdió todo, incluyendo a su esposa,
quien solicitó el divorcio. Los accionistas lo cuestionaron respecto a prácticas de contabilidad no
estándar, uso personal inapropiado de los fondos para vacaciones familiares y compra no
autorizada de propiedades en nombre de su esposa. Cuando los bancos rehusaron prestarle
fondos para una oferta pública de adquisición y los acreedores demandaron el pago de los
préstamos, su mundo financiero colapsó. Siguieron demandas de inversionistas contra Robert y su
compañía, con los administradores que por fin exigían su renuncia. Aunque Robert se negó a
renunciar y lanzó una campaña contra su propia junta directiva, acusándolos de una venganza
personal y de conspirar contra él, al final fue removido del puesto.
Sólo con su caída la tendencia de Robert a exagerar y distorsionar la verdad se conoció. No era
graduado de la Escuela de Negocios de Wharton, como su curriculum indicaba; había dicho a las
personas que se había divorciado una vez, pero de hecho se había casado cuatro veces (dos de
los matrimonios terminaron en divorcio antes de los 20 años de edad) y su fortuna no venía de
“dinero viejo” sino de una serie de cuestionables esquemas de negocios en bienes raíces que a
menudo dejaban a los inversionistas con malas deudas; él se refería a ellas como “daño colateral”.
Las personas que lo conocían en el pasado a menudo lo describían como mentiroso, astuto y
calculador. Él mostraba desprecio por los derechos de otros, los manipulaba y se deshacía de ellos
cuando ya no le eran útiles. El atributo fue evidente aun en sus primeros años. Por ejemplo, se
había casado con una chica de 16 años de una familia rica, pero cuando su padre rehusó
apoyarlos, Robert culpó a su esposa y constantemente la menospreció hasta su divorcio, tres
meses después. Nunca expresó arrepentimiento o remordimiento por alguna de sus acciones pus
se basaba en una creencia de que “este es un mundo perro - como perros” y “haz a otros antes de
que te haga a ti”. Nunca había estado en terapia, pero sus registros escolares revelaron un patrón
de consumo de alcohol juvenil, calificaciones bajas, mentiras frecuentes y hurto. A los 14 años de
edad, se le había diagnosticado un posible trastorno de conducta cuando los oficiales de la escuela
se preocuparon con su fascinación de encender fuego en los baños. Sin embargo, es interesante
que el psicólogo de la escuela lo describiera como “encantador”, muy brillante, persuasivo y con
alto potencial para un futuro exitoso.
3. Elena tiene 25 años y es su novio quien la lleva a urgencias porque los síntomas, demandas y
comportamiento caótico de ella le están inquietando, cada vez más. La principal queja que ella
plantea a los profesionales es: "No dejo de pensar en matarme". Elena es una secretaria
competente, tiene su propio apartamento y es autosuficiente. Asiste también a clases nocturnas en
la universidad, porque desea progresar en sus estudios y no "seguir siendo una secretaria toda su
vida".
La actual crisis comenzó cuando su novio, Mario, no aceptó su petición de matrimonio tras una
relación de 2 años de duración. Elena comenzó a telefonearle a su trabajo exigiéndole cada vez
más tiempo para ella, y llegó a amenazarle diciendo que se mataría si no pasaba cada noche con
ella. Mario refería que esas exigencias, las llamadas telefónicas y las amenazas crecientes
llegaban a ser insoportables y que estaba deseando acabar, de una vez, con esa relación. La
noche en que Mario llevó a Elena a urgencias, le había dicho que tenía que marcharse de viaje de
negocios y que estaría fuera varios días. Elena insistió en que se marchaba con el único fin de
alejarse de ella. Comenzó a agitarse intensamente y a decir, con un tono violento, que iba a
matarse. En urgencias, Elena menosprecia, airada, a su novio delante de los profesionales y le
acusa de estar utilizándola para rechazarla después. Tras separar físicamente a la pareja, los
profesionales pueden obtener la historia del desarrollo progresivo de los síntomas de Elena.
En respuesta al estrés de los últimos meses, la paciente ha presentado un estado de ánimo
depresivo con oscilaciones, tendencia a la hipersomnia (especialmente por las noches y los fines
de semana) y a darse atracones de comida que le han provocado un aumento de peso de 8 kg.
Dice que se siente constantemente ansiosa y cada vez le cuesta más concentrarse en sus
estudios. Ha continuado trabajando durante este periodo de estrés, buscando el apoyo de sus
compañeros de oficina. La atención prestada por Mario o por sus compañeros de trabajo hace que
su estado de ánimo mejore, y este estado se mantiene siempre que ellos están a su lado. Elena
experimenta síntomas más intensos cuando está sola. Incluyen fantasías prolongadas de matar a
su novio y el deseo de hacerse daño a sí misma. Dice que en varias ocasiones ha llegado a
hacerse cortes con una cuchilla de afeitar y afirma que, cuando lo está haciendo, se ve a sí misma
como si estuviera distanciada, aturdida y muerta, sin sentir dolor. Según la paciente, en esos
momentos se siente gorda y poco atractiva, además de considerarse incapaz de despertar el
cariño de los demás y poco deseable. Entonces telefonea a su novio y le amenaza con suicidarse a
menos que él vaya a hacerle compañía. Su novio explica que Elena ha comenzado a perder el
control de su mal genio. Por ejemplo, antes de llevarla a urgencias, en plena discusión había
llegado a agredirle a golpes.
Elena es la menor de cuatro hijos y una de las dos niñas. Sus padres se separaron y se divorciaron
cuando ella tenía 3 años porque su padre era alcohólico y abusaba físicamente de su esposa e
hijos. Un secreto familiar era que su hermano, 5 años mayor que ella, había abusado sexualmente
de ella cuando tenía 10 años.
Durante la adolescencia, Elena salía con un grupo marginal y comenzó a consumir drogas. Para
conseguirlas, pronto comenzó a mantener relaciones sexuales. La paciente dijo que su madre
atribuía su rebeldía adolescente a la necesidad que tenía de "encontrar un padre" y que pensaba
que Elena "confundía sus impulsos sexuales con el deseo de ser amada y cuidada". A los 16 años
de edad, Elena ya había iniciado el patrón de relaciones inestables y caóticas con hombres que
sigue caracterizando su vida adulta.
A los 17 años tomó su primera sobredosis de sustancias porque, según ella, su novio la había
rechazado. Después de este incidente, se produjo una serie de intensas relaciones de acuerdo con
un patrón similar: Elena se enganchaba de manera progresiva hasta que se separaba
gradualmente de sus compañeros. Los rechazos eran indicados por un periodo de ira y autoabuso,
seguido de una nueva e idéntica relación. El actual novio de la paciente es sólo el último de una
larga serie de compañeros frustrantes.
4. Paciente varón de 40 años, físico nuclear, con elevado coeficiente intelectual, que trabaja en
Energía Atómica. Es traído a consulta por amigos y por su esposa. Previamente esta consulta fue
llevada a cabo por estos mismos, unos seis meses antes. Se pidió ver al paciente. Finalmente, este
accedió a asistir, ya que su círculo lo tenía muy presionado. En la entrevista a solas con él, cuenta
que “fue notando, mientras estaba llevando a cabo un trabajo de investigación difícil y fatigoso, que
le faltaban notas, cuadernos y archivos”, que fue observando que “sus compañeros hablaban entre
sí y cuando él se acercaba o pasaba al lado de ellos, éstos callaban”. Fue entonces uniendo la
pérdida de sus notas con estos compañeros, a quienes empezó a “perseguir, controlar, esquivar y
tratar mal”, lo que fue generando un clima de mala convivencia laboral, ya que empezó con
“acusaciones, careos, pedido de explicaciones, notas, etc. (el paciente expresa este relato con
vehemencia, certidumbre e irrefutabilidad).
El hecho es que fue tornándose más desconfiado, debía controlarlo todo varias veces, comenzó a
colocar sistemas de seguridad más estrictos sobre sus papeles, como “cerraduras, llaves,
candados dobles, etc”. Se tornó receloso y cuidadoso evitando comentar sus investigaciones,
malhumorado y agresivo. La distancia laboral interpersonal generada fue cada vez mayor,
prácticamente no se hablaba con nadie, se transformó en un ser taciturno y aislado, miraba a todos
con desprecio.
También llevó este ánimo paranoico a su casa, manteniendo a nivel familiar igual distancia y
preocupación. Todos los intentos de su esposa para contraargumentar lo que le sucedía
fracasaban, incluso amigos iniciales del trabajo también; nada lo hacía entrar en razones y siempre
ofrecía con mucha carga emotiva y enojo todas las pruebas de su instancia de persecución. Su
esposa inicialmente creyó que era así, hasta un punto en que ya no pudo entender tanta
persecución, por lo menos en el contexto del trabajo de su esposo, así que se contactó con
compañeros de éste y se encontró con otra realidad. Esta situación terminó con la suspensión y no
renovación del contrato laboral y de investigación…
Fuera de esta situación en el trabajo, el paciente siempre mantuvo su mundo de intereses
personales y nunca mostró un cambio negativo en su vida personal, cuidados, deportes, hobbies,
lecturas y mantuvo todo dentro de cierto orden, aunque se tornó más obsesivo, y en palabras de su
esposa, el nivel de rendimiento ya no era el de antes y –ella lo notaba- también depresivo y
agobiado por la lucha que desplegaba en su lugar de trabajo…

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