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PROCURADURÍA 15 JUDICIAL II
ANTE EL TRIBUNAL ADMINISTRATIVO DEL ATLÁNTICO
PJ15-C-14
Honorable:
MAGISTRADO PONENTE:
DR. LUIS EDUARDO CERRA JIMENEZ
TRIBUNAL ADMINISTRATIVO DEL ATLÁNTICO
E. S. D.
EXPEDIENTE: 08-001-2333-000-2021-00559-00
08-001-33-33-014-2021-00271-00
MEDIO DE CONTROL: ELECTORAL
DEMANDANTES: JAIRO SOTO MOLINA- NESTOR DITTA LEMUS
1. Cuestión previa.
Se presenta el presente concepto dentro del término legal en atención a los
argumentos que pasan a exponerse:
El artículo 296 de la ley 1437 de 2011 establece que en los aspectos no regulados
el proceso electoral se aplicarán las disposiciones del proceso ordinario en tanto
sean compatibles con la naturaleza del proceso electoral.
En el caso concreto se dictó auto de sentencia anticipada de fecha veinte (20) de
abril de 2022, el cual fue notificado por estado electrónico el día veintiuno (21) de
abril de 2022. Auto que fue recibido en el correo electrónico para notificaciones el
día 21 de abril de 2022.
En ilación con lo anterior el artículo 242 de la Ley 1437 de 2011, enseña que: “el
recurso de reposición procede contra todos los autos, salvo norma en contrario En
cuanto a su oportunidad y trámite, se aplicará lo dispuesto en el Código General del
Proceso.”
Ahora, al revisar el artículo 243A de la ley 1437 de 2011, hallamos que en el listado
de providencias no susceptibles de recursos no figura el auto por medio del cual el
Magistrado ponente procede en aplicación del artículo 182A, a pronunciarse sobre
las pruebas, fijación del litigio objeto de controversia, y a señalar que la sentencia
se expedirá por escrito.
De tal manera, que el auto notificado el día veinticinco (25) de abril de 2022, cobra
ejecutoria solo el día veintiocho (28) de abril de 2022 esto es transcurrido el término
de tres (3) días establecido en el artículo 318 del CGP para la interposición del
recurso de reposición en contra de la decisión de fijación del litigio, decreto de
pruebas y de dictar sentencia anticipada.
En ese orden de ideas, es evidente que solo a partir del día siguiente al vencimiento
del término para interponer el recurso de reposición, que acaeció el veintiocho (28)
de abril del 2022, es decir luego de que cobra ejecutoria la decisión1 iniciaría el
termino para alegar de conclusión y presentar concepto por parte del Ministerio
Público, el cual se extiende por espacio de diez (10) días hábiles hasta el doce (12)
de mayo de los corrientes, inclusive; potísima razón para entender que el presente
concepto se presenta dentro de la oportunidad prevista por las normas procesales
aplicables.
2. ANTECEDENTES
1
En ese sentido se observa que el artículo 3º de la parte resolutiva el auto de calenda veinte (20) de
abril de 2022 señala: “ Disponer que, ejecutoriado este auto, se prescinda de la audiencia inicial y
de la audiencia de alegaciones y juzgamiento de acuerdo con la parte motiva de esta providencia.
En consecuencia, se corre traslado a las partes por el término de diez (10) días para que presenten
por escrito alegatos de conclusión. En dicho término el agente del Ministerio Público emitirá su
concepto.”
El demandante JAIRO SOTO MOLINA, como hechos del caso expuso por conducto
de su apoderado que el demandado es docente de tiempo completo de carrera
profesoral universitaria, adscrito a la facultad de Ciencias Económicas de la
Universidad del Atlántico; que fue nombrado en comisión de servicio interna en el
cargo académico-administrativo de Jefe de Departamento de Extensión y
Proyección Social, nivel 2 grado 24, adscrito a la Vicerrectoría de Investigación,
Extensión y Proyección Social de dicha universidad, mediante resolución rectoral
No. 001343 del 01 de septiembre de 2017; y que en esa última condición fue elegido
representante principal de las directivas académicas ante el Consejo Superior de la
Universidad del Atlántico, por el periodo institucional estatutario de dos años (2019-
2021), según acta de escrutinio del Comité Electoral de dicha universidad, de fecha
17 de diciembre de 2019, conforme al artículo 15 del Estatuto General vigente a la
fecha (Acuerdo Superior No. 004 del 15 de febrero de 2007);
Expuso que mediante acuerdo superior número 000005 del 10 de agosto de 2021,
el Consejo Superior de la Universidad del Atlántico, dio apertura a la convocatoria
para la elección y/o nombramiento del rector de dicha universidad, estableciéndose
una etapa de revisión de cumplimiento de requisitos de los postulados o inscritos,
desde el 30 de agosto hasta el 01 de septiembre de 2021.
Por último señala que en sesión del 11 de octubre de 2021, el Consejo Superior de
la Universidad del Atlántico, designó o nombró al señor, DANILO RAFAEL
HERNÁNDEZ RODRÍGUEZ, rector de dicha universidad para el periodo 2021-2025,
mediante el acuerdo superior número 000014 del 11 de octubre de 2021, el cual ,
También considera que se vulneró el artículo 179-8, el cual establece que, nadie
podrá ser elegido o designado para más de una corporación o cargo público, ni para
una corporación y un cargo, si los respectivos periodos coinciden en el tiempo, así
sea parcialmente. Ello debido a que el demandado fue elegido representante
principal de las directivas académicas ante el Consejo Superior de la Universidad
del Atlántico, por el periodo institucional estatutario de dos años (19 de diciembre
de 2019 a 18 de diciembre de 2021) y por ello no podía ser designado o nombrado
rector de la misma institución antes del 18 de diciembre de 2021.
También considera que se vulneró el artículo 10 del Decreto 128 de 1976, norma
que estima se aplica a los miembros del Consejo Superior de la Universidad del
Atlántico, en virtud del artículo 67 de la Ley 30 de 1992.
Argumenta que, a pesar de que el Acuerdo Superior No. 004 del 15 de febrero de
2007, estuvo vigente hasta el 23 de julio de 2021, por su derogatoria tácita por el
Acuerdo Superior No. 000001 del 23 de julio de 2021, que adoptó el nuevo Estatuto
General de la Universidad del Atlántico, el mismo y especialmente su artículo 17, se
encuentra vigente ultractivamente en razón a que, el 11 de mayo de 2021, cuando
el demandado cesó sus funciones como miembro del Consejo Superior, esta norma
se encontraba vigente y continuó su vigencia para los miembros del Consejo
Superior que cesaron funciones durante su vigencia.
Considera que se violaron además los artículos 26 h., 29 f. y 30-2 del nuevo Estatuto
General (Acuerdo Superior No. 001 del 23 de julio de 2021), en razón a que este no
se hizo conforme lo establecido en dicho acuerdo, ya que el Comité de Credenciales
omitió el trámite o etapa de verificar o revisar el cumplimiento de los requisitos para
designar en dicho cargo al demandado. Esta actividad que realizar estaba prevista
para el día 30 de agosto al 01 de septiembre de 2021, pero la misma fue omitida
dentro del proceso de designación del rector.
Por último, expuso que con dicha designación se vulneró el artículo 29 f., del
Acuerdo Superior No. 001 del 23 de julio de 2021, en razón a que se designó o
nombró una persona que no reúne las calidades para ser rector, por estar incurso
en impedimentos e incompatibilidades señalados en la Constitución Política y la ley,
específicamente en el artículo 179-8 superior y artículo 10 del Decreto 128 de 1976.
Considera que la prohibición invocada por la parte actora no es aplicable para los
miembros de los consejos superiores de las instituciones educativas oficiales. El
Decreto 128 de 1976 establece en su artículo 1°, el campo de aplicación de las
normas que este recoge y las corporaciones o entidades destinatarias del mismo,
así:
A contrario sensu expone que el artículo 25 del Acuerdo No.00001 del 23 de julio
de 2021, señala lo siguiente:
Superior, y, por tanto, la prohibición contenida en el artículo 10° del Decreto bajo
estudio, no puede interpretarse configurada dentro del caso que aquí nos ocupa.
En esa misma dirección señala que existe inaplicabilidad del Decreto 128 de 1976
a las Universidades Oficiales, en razón a su naturaleza jurídica, a la luz de la
jurisprudencia citada y del Artículo 1° de dicho Decreto, el cual está dirigido a
servidores de otras entidades públicas.
Asimismo, señala que es evidente que confunde el demandado, el periodo fijo para
el cual se elige el representante de las directivas académicas ante el Consejo
Superior de la Universidad del Atlántico, y el período durante el cual,
efectivamente, su representado desempeñó dicho cargo, fecha que correspondió
al 11 de mayo de 2021.
Por último, insiste en que las reglas para la elección a Rector 2021-2025,
emanaban del Acuerdo Superior n°000001 del 23 de julio de 2021, no de aquel
otro que se encontraba ya derogado.
PROBLEMA JURÍDICO:
El asunto por dilucidar se centra en determinar si los cargos de nulidad tienen visos
de prosperidad, y si en consecuencia hay lugar o no a declarar la nulidad del acto
administrativo acusado, en especial se ha determinar si en el caso concreto se
verifica la existencia de la causal de inhabilidad legal establecida en la ley 30 de
1992 y en el artículo 10 del decreto 128 de 1976.
Ahora, dicha autonomía como viene de verse no es absoluta, en esa esa dirección
la Corte Constitucional en sentencia C-829/02, expresó lo siguiente:
“ Con todo, la autonomía universitaria no es absoluta pues, encuentra su límite
tanto en el orden constitucional, como en el legal. El propio artículo 69 de la
Constitución establece que las universidades podrán darse sus directivas y
regirse por sus propios estatutos de acuerdo con la ley. En efecto, como lo ha
sostenido esta Corte, y ahora se reitera cualquier entidad pública o privada
por el simple hecho de pertenecer al Estado de derecho, se encuentra sujeta
a límites y restricciones determinados por la Constitución y la ley.”
Por su parte, el artículo 79 de la citada ley 30/92, preceptúa que el estatuto general
de cada universidad estatal u oficial, deberá contener como mínimo y de acuerdo
con las normas vigentes sobre la materia, los derechos, obligaciones,
2
Sentencias C-137 de 2018, C-491 de 2016, C-1019 de 2012.
4
Proceso radicado con el núm. 11001 0324 000 2007 00294 00, Consejero Ponente Dr.
Rafael E. Ostau De Lafont Pianeta (Acción de nulidad formulado por el señor Armando
Valencia Casas contra algunos artículos del Acuerdo 0036 del 14 de julio de 2005 “Por el
cual se expide el Estatuto de la Organización Electoral de la Universidad Tecnológica del
Chocó”, proferido por el Consejo Superior de la Universidad Tecnológica del Chocó “Diego
Luís Córdoba”
[5] «Sentencia de 23 de marzo de 2001, expediente núm. 5688, C.P. Manuel Santiago Urueta
Ayola».
hacerse con arreglo a lo que ha previsto la ley, única habilitada para fijar el
régimen de inhabilidades […]». (Resaltado fuera del texto original).6
ANÁLISIS FÁCTICO-PROBATORIO:
El caso concreto.
En el caso concreto, considera esta agencia del Ministerio Público que en lo que
guarda relación con el cargo de nulidad fundado en la aplicación ultra activa del
Acuerdo Superior de 2007 de la Universidad del Atlántico, fundado en que el mismo
regía al momento de la escogencia del demandado como miembro del Consejo
Superior de la Universidad del Atlántico cuyo periodo culminaba en el año 2021, no
debe tener visos de prosperidad por las siguientes razones a saber:
Por esta última razón, tampoco puede considerarse probada la aludida causal de
inhabilidad establecida en el artículo 179 de la Constitución Política, debido a que
el periodo del demandado culminó como antes se dijo desde el 11 de mayo de 2021,
fecha en la que regresó a desempeñar al interior de la Universidad del Atlántico sus
funciones como docente de carrera profesoral.
Dicha norma se estima que se aplica a los miembros del Consejo Superior de la
Universidad del Atlántico, en virtud del artículo 67 de la Ley 30 de 1992, según el
cual: “Los integrantes de los Consejos Superiores o de los Consejos Directivos,
De tal suerte que, si bien las Universidades como órganos autónomos pueden
dictarse sus propios estatutos y regular el régimen de inhabilidades, tal autonomía
regulatoria encuentra limites en la misma ley que los habilita a ello, y por supuesto
en nuestra Constitución Política.
Es decir que contrario a lo afirmado por los apoderados de los extremos pasivos, el
hecho de que en el Acuerdo Superior No 00001 de 2021 de la Universidad del
Atlántico, no se haya señalado de manera expresa la inhabilidad establecida en el
artículo 10 del Decreto 128 de 1976, en nada impide que dicha norma no pueda ser
aplicada en el caso concreto. Lo anterior, habida consideración a que conforme al
precedente vertical antes expuesto los integrantes de los Consejos Superiores
universitarios, que tuvieren como el demandado la calidad de empleados públicos,
si están sujetos a la inhabilidad establecida en el artículo 67 de la ley 30 de 1992,
que señala claramente que los mismos “estarán sujetos a los impedimentos,
inhabilidades e incompatibilidades establecidas por la ley y los estatutos, así
como las disposiciones aplicables a los miembros de juntas o consejos
directivos de las instituciones estatales u oficiales.”.
Lo anterior cobra mayor sentido si se tiene en cuenta que dicha inhabilidad especial
prevista en el decreto precitado, guarda identidad con la remisión especial que la
ley 30 de 1992 hace para las inhabilidades igualmente previstas para los miembros
de juntas o consejos directivos de las instituciones estatales u oficiales, calidad que
por supuesto tiene la Universidad del Atlántico.
Consideramos que nos hallamos ante la aplicación una la regla que consagra la
aplicación de una inhabilidad de manera expresa y por tanto la misma es de
obligatorio cumplimiento.
Por esta razón inicial es la que nos apartamos de las sentencias de la Sección
Quinta del Consejo de Estado, traídas por la parte demandada, en las que se afirma
tal situación sin respaldo legal o constitucional, dado que con ello, se reitera, se
entraría a contravenir la ley general de educación que no realiza tal distinción o
restricción en materia de inhabilidades, y la jurisprudencia constitucional precitada,
la cual dictada en sentencias de constitucionalidad obligatorias para los operadores
judiciales expresa que el principio de autonomía universitaria impida per se violar el
principio de reserva legal, dado que fue el mismo legislador el que señaló que las
inhabilidades de ley resultan aplicables en todo caso y adicionalmente, más no
excluyendo las primeras, aquellas que señalen expresamente los estatutos.
Llama la atención además que la misma Sección Quinta7, del Consejo de Estado,
sobre el asunto en particular en sentencia de fecha 13 de octubre de 2016, haya
indicado que: « […] Como puede observarse la norma en cita contempla, si se
7Consejo de Estado, Sala Plena de lo Contencioso Administrativo, Sección Quinta, número único
de radicación 11001-03-28-000-2015-00019-00, CP: Alberto Yepes Barreiro.
En este caso concreto se impone aplicar la regla antes señalada por parte del
operador judicial, dado su carácter de norma de orden público, y además con ello
se permite censurar la conducta de la entidad demandada que permitió al amparo
de una modificación del Acuerdo Superior 00004 de 2007 en ese aspecto, so
pretexto de ampararse en la falta de consagración expresa en el nuevo Estatuto
Superior No 00001 de 2021, que candidatos incursos en la causal de inhabilidad
legal prevista la ley 30 de 1992 y en el artículo 10 del decreto 128 de 1976, pudieran
inscribirse y resultar finalmente designados, bajo la consideración errada de
ausencia de dicha inhabilidad.
Una posición en contrario, como la expuesta por las demandadas, conllevaría a que,
como quiera que en Acuerdo Superior No 00001 de 2021 de la Universidad del
Atlántico no se consagró de manera expresa ninguna causal de inhabilidad, se
vaciara de contenido las reglas que establecen causales legales de inhabilidad.
supone una violación al principio de reserva del legislador en esta materia, con las
graves repercusiones negativas para la función administrativa.
En este caso que se reitera resulta ser un tema de aplicación de reglas, y solo para
no dejar razones sin debatir, advertimos, a favor de la tesis que defendemos, la
existencia de principios que subyacen a la regla de las inhabilidades legales antes
expuestas; que no son otros, que la moralidad, la transparencia, la protección del
mérito, la igualdad en acceso a los cargos públicos que se ven violados en casos
en que se permita que empleados públicos que participan o hicieron parte en el año
siguiente a su dejación en un Consejo Superior Académico, puedan válidamente en
cualquier tiempo aspirar a ser designados por el mismo, sin atender que esa
participación supone una ventaja que infringe el principio democrático.
Atentamente,