Está en la página 1de 1

La doctrina mariana conciliar

Es necesario tener claro que el capítulo VIII no es un “agregado” a la Constitución Lumen


Gentium, sino que parte integral de la Constitución. Para su comprensión, es necesario tener
en cuenta las siguientes premisas:

a) Este capítulo mariano no pretende agotar cuanto puede decirse de la Virgen María (cfr. LG
n. 54).

b) El Concilio no intenta resolver las controversias de las diversas tendencias mariológicas.

c) El texto conciliar reconoce el valor de la Tradición y del Magisterio de la Iglesia que,


juntamente a la Sagrada Escritura, sirven de base para un progreso acertado de la Mariología
(LG n. 55).

d) Se pretende eliminar el peligro latente de una Mariología cerrada, autónoma y aislada. Para
ello se sitúa a María dentro del misterio de la salvación y allí se la ve con sus privilegios y
prerrogativas personales (nn. 53, 56, 58, 60, 63-66).

e) Se contempla a María desde una perspectiva histórico-salvífica y dejando de lado la


orientación teológico-especulativa predominante en los años previos al Concilio.

f) Está latente un evidente afán ecuménico (nn. 55-59) pues, la presentación de la doctrina
mariana desde la Sagrada Escritura da pie a posteriores diálogos con los protestantes.

Ahora, referente al texto conciliar, el mismo título “La Santísima Virgen María, Madre de Dios,
en el Misterio de Cristo y de la Iglesia” indica la metodología que va a seguir; partiendo de la
realidad de la maternidad divina, y de su íntima e indisoluble relación con Cristo, se sitúa a
María en el misterio salvífico, para obviar de esta manera una separación o alejamiento que la
desvincule de los hombres.

El texto conciliar va más allá de las fricciones y supera la contradicción de las posturas previas,
llegando a una síntesis conciliadora. Por pertenecer al misterio de Cristo, María forma parte
necesariamente del misterio de la Iglesia, ya que, en la mente del Concilio, existe un único
misterio, que es el de Cristo prolongado en la Iglesia.

El corpus de este capítulo se articula en cuatro secciones:

1. Misión de María en la economía de la salvación (nn. 55-59).

El Concilio, comenzando por el A.T. (n.55) presenta los textos marianos en donde se aprecia la
íntima implicación de la “mujer” en el misterio de Cristo. La figura de la mujer, Madre del
Redentor, que ya aparece en Gen 3,15, progresivamente se ilumina y aparece como la virgen
madre del “Dios con nosotros” (Is 7,14; Miq 5, 2-3; Mt 1,22-23).

De los nn.56-59 el texto conciliar contempla María en los textos del N.T.: comenzando por la
Anunciación (n.56): se aprecia que la cooperación activa de María en la liberación de los
hombres tiene ya su fundamento en el primer instante de su aceptación del plan divino. Con
esta observación, el Concilio condensa y sintetiza la pertenencia de María a la historia de la
salvación (n.57). A continuación, relata los momentos más significativos de ese itinerario. Vale
la pena destacar que, en la exposición de este recorrido mariano, el texto conciliar resalte en
todas y cada una de las escenas contempladas su dimensión soteriológica;

También podría gustarte