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F.

Consideraciones para el ajuste de la silla

La silla dispondrá de un diseño regulable que permita la adaptación al mayor número de


trabajadores (habitualmente percentiles entre 5 para mujeres y 95 para hombres) y sólo en el caso
de que las características o dimensiones de los trabajadores no se ajusten a enortipo de silla
normalizada, se deberán adquirir de manera individualizada. A la hora de seleccionar la silla
considerarán las características que se proponen en la NTP 1.129: Criterios ergonómicos para la
selección de sillas de oficina.

Cada silla debe ir acompañada de unas instrucciones facilitadas por el fabricante. Es fundamental
que el empresario haga llegar esas instrucciones a los trabajadores. Conocer las características de
la silla, cuáles son las regulaciones disponibles y dónde se localizan los mandos para controlar
dichas regulaciones, son aspectos fundamentales. Sin las instrucciones, los trabajadores no van a
disponer de la información clave para el ajuste específico de su silla de trabajo.

En general, los pasos a seguir para este ajuste se muestran en la siguiente tabla:

1. El trabajador debe colocarse justo en frente de la silla.


2. El asiento se debe regular en altura para situarlo justo
por debajo de la rodilla.

3. El trabajador debe sentarse en la silla y apoyar los pies


en el suelo.
4. En esta posición, el asiento deberá permitir que
queden 5 cm. libres entre el borde delantero del
asiento y la corva del trabajador (si no se puede medir,
es aproximadamente un puño cerrado).
5. A continuación, se debe ajustar el respaldo de la silla
para que se apoye la zona lumbar. El ajuste debe ser
en los dos ejes: es importante aproximar el respaldo al
cuerpo y que se ajuste a la altura lumbar.
6. Si la silla dispone de reposabrazos, en esa misma
posición, hay que dejar que los brazos queden
colgados libremente. Es importante no elevar los
hombros, hay que dejarlos relajados. Se doblan los
codos en ángulo recto (90º) y se ajustan los
reposabrazos. Estos deben situarse justo a la altura
donde rocen con el codo (en caso que esta regulación
no sea posible, se deben retirar los reposabrazos).
7. A continuación hay que inclinar el respaldo o el asiento
para que resulte más confortable.

En caso de que la mesa sea fija y se requieran otros ajustes:

Tras los ajustes indicados anteriormente pueden presentarse varias situaciones:

1. Si no caben las piernas debajo de la mesa o no hay suficiente espacio para mover las piernas
libremente, la mesa es demasiado baja, por tanto no es adecuada.

2. Si al sentarse se deben elevar los brazos para apoyar los antebrazos en la mesa, es que la mesa
está alta.

En este caso el ajuste se debe realizar de la siguiente manera:

 Elevar la altura de la silla hasta que los codos se puedan situar sobre la mesa o superficie
de trabajo. Posiblemente tras esta regulación, los pies no apoyarán en el suelo. Se
soluciona con el uso de reposapiés. Este dispositivo también es un elemento muy útil para
favorecer cambios posturales.
 El reposapiés deben ser ajustable y permitir que los dos pies se apoyen con firmeza.

Habrá que comprobar que los reposabrazos de la silla, en caso de que se dispongan, no choquen
con la mesa impidiendo colocar las piernas debajo de ella. En caso de que así ocurra, habrá que
ajustar, bajar o retirar dichos reposabrazos.

G. Consideraciones en relación con la postura.

Una norma general es considerar la información que se tenga acerca del cuerpo y postura del
trabajador, por ejemplo, su altura, al escoger y ajustar los lugares de trabajo. Sobre todo, deben
ajustarse los puestos de trabajo para que el trabajador esté cómodo.
Altura de la cabeza

 Debe haber espacio suficiente para que quepan los trabajadores más altos.
 Los objetos que haya que contemplar deben estar a la altura de los ojos o un poco más
abajo porque la gente tiende a mirar algo hacia abajo.

Altura de los hombros

 Los paneles de control deben estar situados entre los hombros y la cintura.
 Hay que evitar colocar por encima de los hombros objetos o controles que se utilicen a
menudo.

Alcance de los brazos

 Los objetos deben estar situados lo más cerca posible al alcance del brazo para evitar
tener que extender demasiado los brazos para alcanzarlos o sacarlos.
 Hay que colocar los objetos necesarios para trabajar de manera que el trabajador más alto
no tenga que encorvarse para alcanzarlos.
 Hay que mantener los materiales y herramientas de uso frecuente cerca del cuerpo y
frente a él.

Altura del codo

 Hay que ajustar la superficie de trabajo para que esté a la altura del codo o algo inferior
para la mayoría de las tareas generales.

Altura de la mano

 Hay que cuidar de que los objetos que haya que levantar estén a una altura situada entre
la mano y los hombros.

Longitud de las piernas

 Hay que ajustar la altura del asiento a la longitud de las piernas y a la altura de la
superficie de trabajo.
 Hay que dejar espacio para poder estirar las piernas, con sitio suficiente para unas piernas
largas.
 Hay que facilitar un escabel ajustable para los pies, para que las piernas no cuelguen y el
trabajador pueda cambiar de posición el cuerpo.

Tamaño de las manos

 Las asas, las agarraderas y los mangos deben ajustarse a las manos. Hacen falta asas
pequeñas para manos pequeñas y mayores para manos mayores.
 Hay que dejar espacio de trabajo bastante para las manos más grandes.

Tamaño del cuerpo

 Hay que dejar espacio suficiente en el puesto de trabajo para los trabajadores de mayor
tamaño.
El trabajo que se realiza sentado

Si un trabajo no necesita mucho vigor físico y se puede efectuar en un espacio limitado, el


trabajador debe realizarlo sentado.

A continuación figuran algunas directrices ergonómicas para el trabajo que se realiza sentado:

 El trabajador tiene que poder llegar a todo su trabajo sin alargar excesivamente los brazos
ni girarse innecesariamente.
 La posición correcta es aquella en que la persona está sentada recta frente al trabajo que
tiene que realizar o cerca de él.
 La mesa y el asiento de trabajo deben ser diseñados de manera que la superficie de
trabajo se encuentre aproximadamente al nivel de los codos.
 La espalda debe estar recta y los hombros deben estar relajados.
 De ser posible, debe haber algún tipo de soporte ajustable para los codos, los antebrazos o
las manos.
El puesto de trabajo para trabajadores de pie

A continuación figuran algunas directrices que se deben seguir si no se puede evitar el trabajo de
pie:

 Si un trabajo debe realizarse de pie, se debe facilitar al trabajador un asiento o taburete


para que pueda sentarse a intervalos periódicos.
 Los trabajadores deben poder trabajar con los brazos a lo largo del cuerpo y sin tener que
encorvarse ni girar la espalda excesivamente.
 La superficie de trabajo debe ser ajustable a las distintas alturas de los trabajadores y las
distintas tareas que deban realizar.
 Si la superficie de trabajo no es ajustable, hay que facilitar un pedestal para elevar la
superficie de trabajo a los trabajadores más altos. A los más bajos, se les debe facilitar una
plataforma para elevar su altura de trabajo.
 Se debe facilitar un escabel para ayudar a reducir la presión sobre la espalda y para que el
trabajador pueda cambiar de postura. Trasladar peso de vez en cuando disminuye la
presión sobre las piernas y la espalda.
 Debe haber espacio bastante en el suelo y para las rodillas a fin de que el trabajador
pueda cambiar de postura mientras trabaja.
 El trabajador no debe tener que estirarse para realizar sus tareas. Así pues, el trabajo
deberá ser realizado a una distancia de 8 a 12 pulgadas (20 a 30 centímetros) frente al
cuerpo.
H. Riesgos y consecuencias relacionados con las sillas.

Dolor
La principal razón por la que las personas
cambian su silla en la oficina es por sufrir dolor.
Las sillas sin soporte o que no son ajustables
aumentan el estrés en el cuerpo. Necesitas
girar, voltearte, mover el cuerpo más de lo
necesario. La silla también puede obligarte a
sentarte de manera poco ortodoxa e incorrecta
para llegar a tu teclado o a la superficie de
escritura. Esto conduce a dolor de espalda,
cuello, hombros y piernas; incluso puede
originar dolores de cabeza y a fatiga ocular. Si la
silla es ajustable, puedes cambiar la altura del
asiento, el respaldo o los brazos de la silla para
tener una posición saludable. Si los ajustes no
eliminan el dolor, o si la silla no es ajustable,
necesitas remplazarla de inmediato.
Mala postura
Las malas sillas de oficina causan una mala
postura. El cuerpo debe compensar la falta de
apoyo de la silla, lo que significa que tienes que
flexionarte, jorobarte o estirarte y recargarte
para alcanzar el teclado. Con el tiempo, la mala
posición conduce a cosas más graves que el
dolor de espalda o cuello. Cuando los hombros
están sumidos y la parte media doblada, la caja
torácica y los pulmones se encuentran
limitados. Esto reduce la cantidad de oxígeno
que llega a los pulmones, lo que afecta a tus
músculos, al cerebro y a los demás órganos
internos. Sentarse en una silla mala también
provoca rigidez y dolor de articulaciones, a
calambres y espasmos, a curvatura de espalda y
a dolores de estómago. Los efectos de una mala
postura también pueden llevarte a sentir
depresión, tener baja autoestima, sentir
ansiedad y fatiga.
Productividad reducida
Sentarse en una silla mala todo el día reduce la
productividad. El dolor que causa reduce tu
motivación y te distrae. Moverte y caminar
para aliviar el dolor decrece la cantidad de
trabajo que puedes hacer en un día. Tu silla de
trabajo no debe ser algo en lo que pienses una
vez que la has ajustado para usarla. En un
ambiente de trabajo ideal, debes poder
concentrarte en tus labores sin preocuparte por
la incomodidad y el dolor.
No profesional
Trabajar en un ambiente de oficina que es
físicamente incomodo no es profesional. Si tu
trabajo requiere que estés frente a un
escritorio, debes de poder estar ahí sin dolor y
relajado, no estresado y lesionado. Las sillas de
oficina malas causan mala posición y un
empleado encorvado sobre su escritorio da la
impresión de pereza e incomodidad. El dolor de
espalda y de cuerpo en general genera
ausentismo, lo que incrementa la percepción
de que el empleado es poco saludable,
perezoso o incapaz de realizar sus labores. Estar
cómodamente sentado ayuda a que la persona
se sienta motivado, confiado y profesional.

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