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Extensión Calabozo
LIBROS
HISTORI
COS
Facilitador (a):
JUECES Integrante:
Víctor Alvarado
Y RUT Toro Helen
C.I: 22.613.260
1. Otoniel: Fue calificado como el primer juez en el periodo de los jueces. Era un
conquistador experimentado, sobrino de Caleb, hombre valeroso y experimentado.
Dios escogió a quien había mostrado su fidelidad por mucho tiempo (Jue. 1:13).
El secreto de su victoria estaba en el poder del Espíritu. Tenía la capacidad de
juzgar a Israel y de ganar la batalla. (Jue. 3:9-11). El tiempo de opresión que
sufrió Israel fue de 8 años, luego de la Victoria por medio de Otoniel, el pueblo
tuvo paz por 40 años.
5. Gedeon: (Jueces 6:1) Uno de los jueces más destacados, liberó a su pueblo de la
opresión madianita hiriendo a un gran ejército extranjero con un pequeño conjunto
de guerreros israelitas fieles, activos y osados. El relato de sus hazañas y del
período cuando fue juez revela también que de tiempo en tiempo surgían
opresiones y que el pueblo anhelaba tener una dirección unificada. Gedeón
demostró su compromiso de fidelidad ante Dios, probando su madurez, al no
apresurarse a iniciar las tareas de librar a Israel de sus enemigos, hasta tener la
evidencia del llamado que Dios le estaba haciendo. Las estrategias utilizadas para
lograr el objetivo fueron eficaces, sobre todo porque no se apartó del mandato de
Dios en ningún momento. Pudo reconocer el poder de Dios al liberarlos de un
ejército grande, prácticamente sin ellos hacer nada.
Las estrategias utilizadas por Gedeon fueron las siguientes:
6. Abimelec: Fue el sexto Juez de Israel, con la diferencia de que éste NO Libertó al
pueblo, sino que solo acarreó maldición sobre él. Con el apoyo de la familia de su
madre, mató a sus setenta hermanos (hijos de Jerobaal, el cual era Gedeón),
Jueces 9:5; y Dios le pagó con la misma moneda, pues, murió del mismo modo
que el hizo con los hijos de su padre, Jueces 9:53-54.
8. Yaír: (Jueces 10:3), Octavo Juez de Israel, el cual sucedió a Tola; gobernó a Israel
durante 22 años. Tuvo treinta hijos, cada uno de los cuales montaba su propio
asno, y gobernaba su propia ciudad en Galaad. Hasta el dia de hoy, estas
ciudades se conocen como “los poblados de Yaír”. Cuando murió Yaír, fue
sepultado en Camón.
9. Jefté: Los hijos de Israel volvieron a hacer lo malo ante los ojos de Jehová, y
sirvieron a los baales y a Astarot, a los dioses de siria, a los dioses de Sidon, a los
dioses de Moab, a los dioses de los hijos de Amón y a los dioses de los filisteos y
dejaron a Jehová y no les sirvieron. Por esta razón es que Dios levanta a los hijos
de Amón para que los opriman y los quebranten por dieciocho años. Durante este
tiempo el pueblo reconoce a un líder con un trasfondo histórico no muy bueno y lo
eligen como caudillo, éste fue Jefté, el cual el Espíritu de Dios vino sobre él y los
libró de la opresión amonita. Utilizó como estrategias, las siguientes:
10. Ibsán, de Belén: (Jueces 12:8-10). Gobernó a Israel después de Jefté. Tuvo 30
hijos y 30 hijas. A sus hijas las dio en matrimonio a gente que no pertenecía a su
clan, y para sus hijos trajo como esposas a 30 muchachas que no eran de su tribu,
Ibsán gobernó a Israel por 7 años.
11. Elón: De la tribu de Zabulón, Gobernó a Israel después de Ibsán, durante 10 años.
Cuando murió fue sepultado en Ayalón, en el territorio de Zabulon. (Jueces 12:11-
12).
12. Abdón: Gobernó a Israel después de Elón, era hijo de Hilel, de piratón. Tuvo 40
hijos y 30 nietos, cada uno de los cuales montaba su propio asno. Gobernó a
Israel durante 8 años. (Jueces 12:13-14).
13. Sansón: Fue escogido por Dios desde el vientre de la madre como nazareo y juez
sobre Israel, para liberar al pueblo del yugo de sus enemigos, los filisteos.
Conocido como el héroe Danita, (de la tribu de Dan), fue paradigma del desorden
espiritual y político que reinaba en el tiempo de los jueces. Era físicamente fuerte,
pero moralmente débil. No obedeció al voto dado por Dios, pero aun así, Dios uso
sus faltas para manifestar su poder, demostrando que él es el soberano en todas
las cosas y que solo él podía librarlos de la opresión en la que estaban siendo
sometidos en ese momento. Juzgo a Israel durante veinte años. Era solitario para
pelear, es decir, no utilizaba ejército, sino que él luchaba directamente. Dios lo
usaba a él solo. Y cuando tenía la necesidad, el Espíritu de Dios venia sobre él y
le daba las fuerzas. Utilizo enigmas o adivinanzas para distraer al enemigo.
De aquí en adelante sus vidas se convertirían en llanto. Hicieron que la ira del
“Ángel de Jehová” estuviera contra ellos (Jue. 2:1,4; 6:11; 13:3). En el libro de Jueces
es llamativa la presencia del Ángel de Jehová para libertar y para castigar, lo cual hace
referencia a la presencia de Cristo en toda la historia del pueblo. Fueron incapaces de
mantener y de enseñar a su generación el compromiso con la ley de Dios. “Y se levantó
después de ellos otra generación que no conocía a Jehová” (Jue. 2:10). No significaba
que no sabían quién era Dios, sino más bien que no mostraban a Dios en sus vidas
como debían hacerlo, honrándole y obedeciéndole. Había quien enseñara pero no
había quien escuchara y pusiera por obra, dejaron de confiar en Dios y confiaron en sí
mismos y en los dioses paganos de Baal y de Astaroth (Jue. 2:11-23).
Una vez más la mano de Dios estaba en contra de los israelitas para castigarlos,
porque Dios conoce los corazones y las obras que se hacen delante de su presencia.
Durante el periodo de los jueces Dios les daba victorias usando personas o cosas fuera
de lo común, en algunos casos usando cosas insignificantes que nadie podría
imaginarse, y la razón de todo esto sigue siendo el principio bíblico dado a Gedeón a
quien le dijo: “No sea que se alabe Israel contra mí, diciendo: Mi mano me ha salvado”
(Jue. 7:2). Es Dios el que da la victoria, es Él quien da los medios, formas y condiciones
para obtener el triunfo y es Dios quien nos declara que para Él no hay imposibles.
ATROCIDAD COMETIDA EN GABAA
Como parte del final del libro de los Jueces este relato refleja una época sin líderes.
Dios se manifestaba escasamente y el caos reinaba entre las tribus israelitas.
Repetidamente el autor deuteronomista del libro caracteriza a este periodo con la frase
“En aquellos días no había rey en Israel” (Jue. 17:6; 18:1; 19:1; 21:25). Lo que realmente
importaba era que “cada hombre hacía lo mejor que le parecía” (Jue. 17:6; 21:25).
Semejante anarquía produjo violencia y venganza, como lo muestran ampliamente los
relatos sobre la tribu de Benjamín (Jue. 19-21).
PARTE MILITAR
Las tribus aún no se encontraban del todo unidas, en contraposición con lo que se
pretende mostrar con la renovación de la Alianza, en Siquem. El libro de Jueces muestra
que las operaciones militares estaban guiadas por cada una de las tribus, que actuaban
independientemente entre sí. Los israelitas no dominaban sobre un territorio extenso, sino
que sólo poseían una zona montañosa y estéril, pues las llanuras fértiles se hallaban
habitadas por los cananeos. Se habla de territorios que no pudieron ser dominados o
conquistados: las ciudades de la Filistea, la Šefelâ y de las montañas del Líbano (Jue.
13:2-7,13), así como las ciudades de Jerusalén, Bet-šan, Dor, Meguido, Guezer y Aco
(Jue 1,21.27.28.29.34-25).
En Jueces cada tribu pelea por su territorio y es a menudo derrotada. Las tribus
se ven envueltas, con frecuencia, en luchas entre sí, por ejemplo Galaad y Efraín en la
historia de Jefté. Como una generación que está alejada de los sucesos salvíficos de la
conquista (Jue. 2:7-10). No conocían a Yahvé, no experimentaron su poder salvador,
por lo tanto, lo ignoraron y se inclinaron a los dioses de la tierra.