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Introducción.
a sus vidas dentro de un contexto de atributos o características diversas pero compartidas por
los mismos, sea la cercanía geográfica, la pertenencia étnica, las creencias religiosas y/o
políticas, entre muchos otros posibles. Dentro de un ambiente de trabajo la cultura puede ser
un término que ayude a comprender distintos fenómenos de gran importancia para la gestión
desarrollo de una cultura organizacional propia a cada grupo, cuyas características pueden o
no favorecer el logro de los objetivos del proyecto que lo sustenta. En segundo lugar puede
hacer referencia a factores externos, las culturas propias de cada uno de los integrantes
individuales del grupo de trabajo del proyecto, algo que, de acuerdo al abordaje (o falta del
mismo) que se realice puede impactar de forma favorable o negativa en la cultura interna
Este trabajo se propone realizar un repaso breve por la literatura existente sobre la
proyecto por un lado, y por otro el tipo de influencia sobre el proyecto que pueden tener las
identidades culturales diversas de cada uno de los individuos que componen el grupo de
trabajo.
grupo de reglas y normas explícitas en ningún papel, sino que se tratan de forma general de un
conjunto de actitudes y modos de pensar de tipo informal, que surgen y se consolidan a partir
de la organización específica que cada grupo adquiere. Schein (2004) manifiesta que si bien la
cultura ofrece una estructura estable de sentido e identidad para los sujetos, las mismas
interacciones entre ellos y el contexto material que los rodea va dando forma a esta. Se trata en
definitiva de un concepto que tanto puede remitir a una idea de estabilidad y conservación
de acuerdos de tipo informal respecto al modo de organizar la vida y las interacciones entre los
sujetos de un grupo. También aquí podemos encontrar el mismo conflicto central a la idea de
cultura: por un lado otorga consistencia y coherencia a la organización del grupo, pero por el
otro puede verse como una fuerza de conservación de determinados modos de hacer y de
repartir las tareas y la autoridad. En este último sentido el autor ve un potencial de disfunción
de la cultura, que impide adaptarse a cambios necesarios para el logro de los objetivos
Estas dificultades puede resultar notables en el caso de la gestión de proyectos, en tanto los
proyectos son comprendidos dentro de los estudios de las organizaciones como actividades de
experimentales, con mayor flexibilidad para adaptarse dentro del ambiente empresarial a los
actuales (Piwowar-Sulej, 2020). Turner (1993) definía a un proyecto como un plan en el cual los
Gomes (2015) en su estudio de las tipologías de culturas organizacionales dejan en claro que
los proyectos se pueden entender como organizaciones orientadas hacia el logro de objetivos,
que por lo tanto entienden las tareas y su aplicación o logro como el problema central de su
existencia. El foco está puesto en las acciones que toma cada uno de los integrantes del grupo
en torno al logro de ese objetivo. En este sentido este tipo de organizaciones favorece
relaciones e interacciones personales centradas en las habilidades y competencias específicas
de cada miembro, amplia libertad de acción en el logro de las tareas y espacios de discusión
Este repaso deja en claro las dificultades propias al manejo por parte del gestor de
desarrollo de una cultura de tipo flexible y creativa, fuertemente abierta a la iniciativa individual,
Piwowar-Sulej (2021) aborda esta potencial contradicción a través de una tipología de culturas
organizacionales, en este caso la planteada por Cameron y Quinn (2011), centrada en cuatro
personales más cercanas y fuertes), de adhocracia (con una distribución del poder más
horizontal), de jerarquía (con interacciones más normadas desde un centro de poder vertical) y
de mercado (orientadas a los cambios del mercado y del público). Las conclusiones del autor
mercado son deseables para el logro de una cultura organizacional orientada hacia proyectos,
culturales”, es una herramienta más a manejar desde la gestión de proyectos. Nuevamente los
rasgos de una cultura organizacional considerada pertinente y eficiente para el logro exitoso de
los objetivos de un proyecto se relacionan con las interacciones orientadas hacia lo horizontal,
Para dar sustento a esta idea de las dificultades que pueden aparecer al momento de
trabajar con las culturas organizacionales orientadas al logro de un proyecto podemos hacer un
breve repaso del contexto colombiano. Labrada y Sierra (2010) en su trabajo sobre los niveles
proyectos, detectan un bajo nivel de maduración. Para ello realizaron encuestas de carácter
cualitativo las cuales buscaron determinar el desempeño de los mismos desde diversas
entendiendo este último como el grado en que las decisiones tomadas se basan en los logros o
dificultades previas. Resulta de relevancia este último punto en tanto, en su bajo grado de
maduración detectado, pueden permitir inferir la existencia de una cultura organizacional más
proyecto. Los ítems por ella definidos en los cuales encontró una percepción con mejor
conciencia existente de los beneficios que implica la existencia de la gestión de proyectos. Pero
por otro lado el ítem de menor calificación fue la adecuación de las respuestas a los riesgos por
parte del proyecto, lo cual puede comprenderse también como una continuidad de esa baja
maduración detectada por Labrada y Sierra (2010) en las lecciones aprendidas. Nuevamente
proyectos. Cabe destacar además que el foco del estudio de Ariza estuvo puesto en empresas
Como clarificó la primera parte de este trabajo, la cultura organizacional es uno de los
elementos claves para poder comprender las posibilidades de éxito de la gestión de proyectos.
modo cada vez más común como parte de un equipo de trabajo transnacional. La gestión de
proyectos es central para lidiar con estas diferencias, centradas sobre todo en los distintos
modos de interactuar y comunicarse que cada cultura trae incorporado (Rikhotso, 2006).
Battisttuzo y Piscopo (2015) destacan que este tipo de proyectos globales requieren de
resultados de mayor amplitud y por lo tanto están sometidos a mayores riesgos y dificultades
que proyectos de carácter local, pero por lo mismo sus potenciales beneficios resultan también
superiores.
Resulta así que una de las preguntas centrales a hacerse al enfrentar esta situación es,
Patah (2016) se realizan esta pregunta y encuentran por un lado que, con independencia de los
trasfondos culturales propios de los individuos que componen un proyecto transnacional, las
movimiento de personal y de locaciones puede muchas veces ser constante. Por otro lado
también llaman la atención a que esta multi-espacialidad del proyecto conlleva para la mayoría
general del mismo como una entidad individual, y debe ser el gestor del proyecto quien ofrezca
esta visión holística. Ranf (2010) se centra en las ventajas que esta multiculturalidad puede
traer a partir del uso eficiente de modo y recursos de trabajo propios de culturas e identidades
latinoamericanas una tendencia a esperar una distancia jerárquica más fuerte en la estructura
del grupo, lo que resultaba en dificultades para asumir posturas más activas y creativas dentro
confianza para expresar ideas y opiniones, reforzada por estas diferencias culturales.
Queda claro en base a los autores examinados que las diferencias producto de
trasfondos culturales propios de cada individuo son factores externos al proyecto que pueden
potencialmente influir con fuerza en el desarrollo de la cultura organizacional interna del mismo,
a través del tipo de interacciones que se dan entre sus integrantes, en la percepción de la
jerarquía y las expectativas sobre la misma y, por lo tanto, en el estilo de gestión del proyecto
Conclusiones.
gestión de proyectos. Para ello se trabajó con dos dimensiones diferentes pero ligadas: aquella
propia a los integrantes de un proyecto, y otra centrada en el modo en que sobre esta cultura
interna puede influir el trasfondo cultural externo y previo que cada uno de sus integrantes trae
consigo. El repaso de parte de la literatura existente revela que se trata de asuntos centrales
preocupación por la cultura interna implica una preocupación por la interacción de culturas
diversas, la cual puede estar presente en proyectos locales pero es sobre todo de gran
del proyecto se puede percibir una preocupación por el desarrollo de ciertos rasgos y
libertad y la creatividad individual, y a las interacciones de tipo horizontal con una jerarquía más
flexible. En este sentido el rol del gestor de proyectos es lograr este desarrollo, enfrentando la
existencia de culturas organizacionales previas que por su propia existencia en tanto culturas,
como también por características nacionales o identitarias propias de quienes las integran,
pueden resultar en estructuras rígidas que no favorecen el cambio ni la adaptación a nuevos
los proyectos locales o en sus relaciones con integrantes de otros trasfondos culturales.
recolección de datos propuestas por los distintos autores como medios para que el gestor de
Referencias.
Cameron, K.S. and Quinn, R.E. (2011), Diagnosing and Changing Organizational
Bogotá. Nivel de madurez en gestión de proyectos. Revista EAN No. 69, Julio-Diciembre 2010,
Bogotá, Pp.60-87
Lima, N. y Patah, L. (2016) Cultural Issue and its Influence in the Management of Global
Project Teams. FUTURE STUDIES RESEARCH JOURNAL SÃO PAULO , V .8, N .1, P . 90 –
research in the financial industry. International Journal of Managing Projects in Business, Vol. 14
Africa
Jossey-Bass.
Stewart, J. (2006). Cross culture project management. Proceedings of the PMI Global