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PSICO

DIAGNOSTICO :CONCEPTUALIZACIÓN

DEFINICIONES DEL TÉRMINO: En “Psicodiagnóstico: Concepto y Metodología” de R.


Fernández Ballesteros analiza el concepto desde tres criterios :etimológico, sinonímico y
semántico.
Desde el punto de vista etimológico, el psicodiagnóstico es definido como una disciplina
que se ocupa de diagnóstico de la Psique.
Desde una perspectiva sinonímica, se utiliza el término psicodiagnóstico homólogamente a
los de evaluación de las características humanas, evaluación de la conducta, examen
psicológico.
Desde la perspectiva semántica aparece como –a) administración de tests, a fin de
clasificar a un individuo respecto de características psicológicas o psicopatológicas. b) el
establecimiento de un diagnóstico según el modelo médico. c) actividad tendiente a la toma
de decisiones respecto de uno o más sujetos.
A partir de los años 60 las críticas sociales y científicas provocan la reflexión y conducen a
replantear el objeto del Psicodiagnóstico. El concepto que proponen hace referencia a una
disciplina de la Psicología científica y tiene por objeto el estudio científico del
comportamiento del sujeto en evaluación, en sus distintos niveles de complejidad y a través
de procedimientos objetivos.
El concepto diagnóstico está semánticamente ligado a la noción de identificación de la
enfermedad por sus signos y síntomas, lo que remite al concepto de diagnóstico médico.
En la Enciclopedia Británica en 1974 aparece una ampliación del concepto ya que se
designa con el término diagnosis: tanto el proceso activo , como la conclusión alcanzada
por tal proceso.
Se distingue el diagnóstico, del proceso diagnóstico. El uso aislado del término transmite
estatismo, mientras que el proceso diagnóstico nos sugiere algo dinámico.
Para Abuchaem, el proceso diagnóstico se caracteriza por la relación existente entre dos
personas que se encuentran con al finalidad de que una de ellas(examinador) pueda
conocer y comprender a la otra(examinado)
Para conocerla es necesario investigar utilizando instrumentos diagnósticos. No se trata de
una investigación objetiva, en ella intervienen factores movilizadores de ambas partes , de
tal manera que se establece un interjuego de acciones y reacciones que configuran un
proceso dinámico.
El principal objetivo es la comprensión de la estructura y la dinámica de la personalidad,
tanto en la salud como en la enfermedad.
María E. García Arzeno en su libro “Las Técnicas proyectivas y el proceso
psicodiagnóstico”(1973) lo define: Institucionalmente el proceso psicodiagnóstico configura
una situación de roles bien definidos y con un contrato en el que una persona (paciente)
pide que la ayuden y otra (psicólogo) acepta el pedido y se compromete a satisfacerlo en la
medida de sus posibilidades. Es una situación bipersonal , de una duración limitada cuyo
objetivo es lograr una descripción y comprensión lo más profunda y completa como sea
factible, de la personalidad del paciente o grupo familiar.
Abarca los aspectos pasados, presente(diagnóstico) y futuros (pronóstico) de esa persona,
utilizando para tales objetivos, ciertas técnicas( entrevistas semidirigidas, técnicas
proyectivas y entrevista de devolución)
Ahora actualiza y amplia sus ideas: “considero imprescindible revalorizar la etapa
diagnóstica en el trabajo clínico y sostengo que un buen diagnóstico clínico está en la base
de la orientación vocacional , en el trabajo como peritos, o laborales.
Si nos consultan es porque hay un problema y alguien sufre y debemos indagar la causa
de ello.
El diagnóstico previo a cualquier acción es imprescindible para saber que es lo que pasa y
las causas, para responder al pedido con que se inicia una consulta.
Alicia Passalacqua : docente universitaria define la tarea diagnóstica como
eminentemente clínica. El método clínico de observar y evaluar son las etapas de previas, a
las de modificar u operar. Sea cual fuere nuestra actividad profesional ,somos psicólogos y
el abordaje clínico es necesario para promover salud mental.
Valentina Cabello de Rodríguez: psicóloga clínica y docente universitaria, afirma: “El
psicodiagnóstico en la práctica actual implica más que hacer un informe, lograr mediante la
integración de aspectos clínicos, técnicos y teóricos, una descripción de la personalidad,
sus ajustes al medio, su dinámica interna, con una visión pronóstica, tanto de la realidad
interna del paciente, como de la realidad concreta, familiar y social, para comprender qué le
sucede al paciente y como conviene actuar. Su utilidad también es predictiva en el abordaje
terapéutico y estrategias a seguir. Es eficaz para analizar los cambios dinámicos que
pueden resultar luego del tratamiento.
Renata Frank de Verthelyi, es quien propone en 1988 reemplazar el término
Psicodiagnóstico por el de Evaluación Psicológica. “Pensamos que es un término más
amplio, que implica pasar de un modelo médico centrado en la psiquis individual y en el
mundo interno del sujeto, ha examinar la interrelación dinámica de lo intrapsíquico, lo
interpersonal, y lo social, delimitando problemáticas, más que definiendo estructuras. No
hay que descuidar la evaluación de los aspectos más saludables y adaptativos del sujeto.
Helena Lunazzi, psicóloga clínica y docente universitaria: “Pensamos el Psicodiagnóstico
como un campo de acción profesional claramente delimitado. Es la puesta en marcha de un
proceso de investigación utilizando entrevistas y técnicas de exploración psicológicas, para
dar respuesta a la demanda. Esta demanda puede provenir da ámbitos diversos: clínico,
forense, laboral, educacional etc. El dispositivo psicodiagnóstico registra y promueve ciertos
trazados específicos de cada subjetividad. La subjetividad hará letra en el psicodiagnóstico,
escucharemos un habla que marcará palabra, para hacerse reconocer en su singularidad y
diferencia. Requeriremos de formación teórico- clínica sobre las estructuras mentales, las
organizaciones cognoscitivas y defensivas, la cualidad de vínculos y relaciones objetales.
Nos enfocaremos en lograr un saber a cerca de esa persona o grupo, o familia
reconociendo las limitaciones y validez de ese saber y que nosotros somos sujetos de la
producción del saber, al que debemos procurar acercarlo al conocimiento científico, con
sus resguardos metodológicos, de verificación y transmisión”. (lectura del Psicodiagnóstico)
Resumiendo el Psicodiagnóstico es un campo de acción profesional ,con proyecciones
múltiples según las demandas de los diferentes ámbitos de aplicación.
Es un proceso de comunicación dinámico entre dos personas.
Es un proceso de investigación que se dirige ala subjetividad, singularidad del sujeto.
Es una tarea que se realiza en un tiempo determinado.
Las conclusiones diagnósticas emanan de la puesta en marcha de un proceso complejo,
donde se ponen en juego los conocimientos de teorías, los aportes de las técnicas, el juicio
clínico del psicodiagnosticador y su capacidad de integración y de síntesis
La práctica del Psicodiagnòstico se fundamenta y se instrumenta, en la teoría psicoanalítica
que marca una determinada posición frente al sujeto. En la psicología experimental, que
está presente en la construcción del dispositivo psicodiagnóstico y en las técnicas de
evaluación que utilizamos.
Su ejercicio implica, el análisis de sus alcances y limitaciones, los planteos éticos y la
necesidad de la especificidad según los campos.

EL PROCESO PSICODIAGNÓSTICO (Rol del Psicodiagnosticador)

El rol del psicólogo consiste en facilitar un proceso de experiencia y comunicación


interpersonal, motivando al sujeto para involucrarse en una relación de investigación.
Los roles están definidos, modulan una forma peculiar de contacto interpersonal,
diferenciándolo de otros tipos de relación.
Las características de personalidad, los estilos relaciónales, el grado de experiencia y el
nivel de conflicto psicológico que posean ambas partes sujeto y evaluador, intervienen
de modo sustancial en la configuración y desarrollo del proceso.

Tradicionalmente el rol del psicólogo evaluador era de administrador de pruebas debía


tomar los tests a alguien de acuerdo a la derivación. Interpretaba su tarea como el
cumplimiento de una demanda que había que satisfacer siguiendo los pasos y
utilizando los instrumentos indicados por otros: como psiquiatra, psicoanalista,
neurólogo etc.

Se esperaba que el paciente colabore dócilmente, terminada la administración, se


elaboraba un informe para el derivante con un enfoque molecular, incluidos protocolos.
El psicólogo, tenía una identidad profesional débil, les podía ocurrir que sus roles
fueran inducidos por el paciente, se dejaban invadir, los abandonaban lo que
evidenciaba la falta de saber cuál es su auténtica labor dentro de la salud mental.

Con la difusión del psicoanálisis y su adopción como marco de referencia, por la


necesidad de una imagen que les permitiera crecer y fortalecerse, pero dio lugar a una
nueva crisis de identidad en el psicólogo, porque intentó trasladar la dinámica del
proceso psicoanalítico al proceso Psicodiagnóstico, sin tener en cuenta las
características de éste.
Fue el momento de diferenciarse del terapeuta psicoanalista. Logró una mayor
autonomía en el pensamiento y en la práctica, con lo cual fortaleció su identidad, lo
que contribuyó al enriquecimiento de la teoría y práctica del psicodiagnóstico.

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