Bases Científicas y Fundamentos Prácticos

para una Lactancia con Éxito
 
 
 
Módulo 6. Atenciones en la madre.
6.1 Alimentación y estado nutricional de la madre

Las necesidades de nutrientes y energía de la mujer durante el período de la lactancia

vendrán determinadas tanto por el estado nutricional que tenga en el momento de iniciar
esta etapa como por el volumen y la composición de la leche, que varía a medida que el
lactante va creciendo.

En general, podemos decir que la producción de 100 mL de leche suponen un gasto añadido
de unas 85 Kcal/día. De esta forma, podríamos calcular unas necesidades extra de energía
para la madre de 500-640 Kcal durante el primer semestre.

Esta energía se obtiene tanto del incremento de la ingesta como de la movilización

del depósito graso de reserva que se ha acumulado durante la gestación, que oscila
entre 2 y 4 Kg. La lipólisis del tejido adiposo de la madre es marcada en la zona
femoral, permaneciendo constante el depósito abdominal y de las extremidades
superiores.

Con respecto a los macronutrientes, se debe aumentar diariamente el consumo de hidratos

de carbono en 80 gr y el de proteínas en 10. El aumento del consumo de grasas debe ser
mínimo y realizarse en su mayoría a expensas de los ácidos grasos omega 3, que
contribuyen al desarrollo de la visión y del sistema nervioso del lactante.

Se recomiendan ingestas ligeramente superiores de la mayoría de las vitaminas, en especial

de Vitamina D para mantener el equilibrio del Calcio, Vitamina E, Tiamina, Niacina y ácido
fólico.

En cuanto a los minerales, es importante vigilar la ingesta de Calcio y Fósforo,

fundamentales para el crecimiento óseo del bebé, cuyo consumo permanecerá
similar en cantidad al del embarazo. Solo en madres adolescentes se incrementarán
las recomendaciones hasta 1300 mg/día.

No se requiere ingesta suplementaria de hierro si la paciente no padece anemia como

consecuencia del embarazo y del parto.

La ingesta de líquidos y fibra es muy importante tanto para prevenir el estreñimiento como
para asegurar la producción láctea, que oscilará, según el período, entre 600 y 1000 mL /día.
La recomendación de ingesta de líquidos alcanza los 2,7 Lt/día, a expensas
fundamentalmente de agua.

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Por último, remarcar la importancia de la ingesta de prebióticos para crear una flora
bacteriana adecuada (bifidobacterias y lactobacilos) en el lactante.

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